Será según la Visión Divina

Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes, y los que están en diferentes naciones.

Reciban un saludo también todos los ministros y congregaciones, hermanos en diferentes países; y un saludo muy especial para el misionero Miguel Bermúdez Marín, al cual amamos grandemente y deseamos que Dios lo mantenga con salud, con energía, y siempre con su mente clara (como la ha tenido siempre); y lo use grandemente en Su Obra en este tiempo final en el cual estamos viviendo, o lo continúe usando grandemente en este tiempo final, y lo mantenga vivo hasta su transformación. En el Nombre del Señor Jesucristo deseamos todas estas bendiciones para nuestro hermano Miguel Bermúdez Marín.

Y ahora, hemos visto el respaldo que le están dando al proyecto de La Gran Carpa Catedral; el cual, pues, apreciamos grandemente y deseamos que Dios les bendiga grandemente a todos, les prospere espiritualmente y materialmente, y les use grandemente en esta etapa final del Programa Divino en medio del cristianismo, y luego en medio de los judíos también.

Y ahora, leemos en Habacuc, capítulo 2, versos 1 en adelante, donde nos dice:

“Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja.

Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.

Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará”.

Y luego este mismo capítulo 2, verso 13 al 14, de Habacuc, nos dice:

“¿No es esto de (parte de) Jehová de los ejércitos? Los pueblos, pues, trabajarán para el fuego, y las naciones se fatigarán en vano.

Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”.

Y Éxodo, capítulo 25, versos 8 al 9, cuando Dios ordenó construir una casa para Él, un tabernáculo le ordenó a Moisés, le mostró el diseño en el monte, y luego…; del capítulo 25, verso 8 al 9, nos dice:

“Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.

Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis”.

Nuestro tema para esta ocasión será: “SERÁ SEGÚN LA VISIÓN DIVINA”.

¿Qué será según la Visión Divina? Lo que Dios ha prometido y se prepara para llevar a cabo en medio de Su Iglesia en el Día Postrero.

“SERÁ SEGÚN LA VISIÓN DIVINA”.

Dios siempre hace aquello que Él ha prometido. Él habla y luego cumple lo que Él habla, lo que Él ha prometido.

Por lo tanto, la pregunta que está en la mente de los seres humanos cuando ven el planeta Tierra en la condición que se encuentra, los problemas que están viniendo al planeta Tierra y a los seres humanos, se preguntan: “¿Qué hará Dios? ¿Y qué está haciendo Dios en este tiempo en el cual estamos viviendo?”.

Lo que está haciendo y lo que hará más adelante será conforme a la Visión Divina que Él ha mostrado a Sus profetas desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, desde el Génesis hasta el Apocalipsis; ahí está contenida la Palabra profética de Dios, de lo que Él hará en este tiempo final. Para lo cual necesitamos conocer lo que Él ha prometido, para saber lo que tenemos que esperar ver de parte de Dios en este tiempo final; porque lo que Dios hará está fundamentado en lo que Él ha prometido.

La Escritura dice: “Creó Dios los cielos y la tierra”[1]. ¿Y cómo lo hizo? Por Su Palabra hablada; por lo que Él habló, lo que Él dijo, eso fue lo que Él llevó a cabo: la creación de los Cielos y de la Tierra.

Y luego, más adelante, no sabemos cuántos cientos, miles o millones de años, la Tierra se encontraba cubierta de agua, estaba en una condición difícil, un problema grande había venido sobre la Tierra para encontrarse en esa condición; y luego Él volvió, habló la Palabra para restaurar la Tierra y colocar sobre el planeta Tierra a Adán y a Eva[2]; el primer hombre y luego la primera mujer que fueron creados por Dios para que se reprodujeran, poblaran la Tierra, la habitaran y gobernaran sobre el planeta Tierra. O sea que Adán fue colocado como Rey sobre el planeta Tierra.

Hubo ciertos problemas allá en el Edén, los cuales ya ustedes conocen, y comenzaron a nacer hijos e hijas. Y Adán, por cuanto había perdido el derecho a vivir eternamente físicamente, y Eva también, por cuanto pecaron y vino la muerte a ellos…[3], como Dios le había dicho: “El día que coman del árbol de la ciencia del bien y del mal, ese día moriréis”[4]. Y así aconteció: murieron a la vida eterna, y solamente les quedó vida temporal que Dios les permitió tener. Y luego los hijos de Adán y Eva vinieron con vida temporal, porque ya habían perdido la vida eterna física; y ahora la vida para Adán y Eva y su descendencia sería pasajera aquí en la Tierra: cada día vivirían menos años.

Antes pudieron vivir con vida temporal hasta 969 años (que vivió Matusalén)[5], pero no podía pasar de mil años; no podía llegar a mil años, porque mil años es delante de Dios un día[6]; lo cual indicaba que habían perdido la vida eterna física, y por consiguiente seguirían viniendo a la Tierra personas por medio de la unión de un hombre y de una mujer, pero con vida temporal, que es lo que los padres terrenales pueden otorgarle a sus hijos aquí en la Tierra.

Más adelante, encontramos que le fue mostrado a Adán la forma de acercarse a Dios por medio de sacrificios de animalitos; y Dios le dio pieles para cubrir la desnudez de Adán y Eva[7]; por lo tanto, tuvo que morir un animalito, fue sacrificado un animalito, lo cual encontramos que ocurrió en el Huerto del Edén; lo cual es tipo del Mesías y Su muerte redentora para limpiar de todo pecado al ser humano y poderse presentar el ser humano delante de Dios; y obtener el ser humano la vida eterna en la esfera espiritual, siendo reconciliado con Dios[8], con la promesa de que más adelante, en el Día Postrero, recibirá la adopción física, porque ya obtuvo la adopción espiritual.

Y al recibir la adopción física obtendrá la vida eterna física, siendo transformado si está presente en el Día Postrero, en la etapa de la Iglesia que corresponde al Día Postrero, que es la Edad de Piedra Angular, y si permanece vivo hasta que Cristo venga con los creyentes que murieron en etapas pasadas, y los resucite en cuerpos glorificados y eternos, y a los que estén vivos los transformará.

Y entonces así tendrán la adopción física, tendrán la doble porción: la resurrección física juntamente con la resurrección espiritual que obtuvieron cuando obtuvieron el nuevo nacimiento y entraron a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, que es el Israel celestial, el Israel espiritual, el pueblo celestial de Dios, que está señalado como los escogidos que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; con y entre los cuales ha estado desde el Día de Pentecostés en adelante, manifestándose y naciendo esa Familia de Dios, de hijos e hijas de Dios, o sea, los hijos que debió tener Adán y Eva allá en el principio: hijos con vida eterna. Eso tendría un proceso para llevarse a cabo esa raza con vida eterna de hijos e hijas de Dios, descendientes de Dios.

Luego fueron representados, tipificados, en Israel. Israel es el pueblo terrenal de Dios como pueblo, como nación, y la Iglesia del Señor Jesucristo es el pueblo celestial de Dios. No hay ningún problema entre ambos pueblos, porque uno es el celestial y el otro es el terrenal. El terrenal está representado en Manasés, el celestial está representado en Efraín, los dos hijos de José; y José representa al Mesías.

La historia de la vida de José es tipo y figura de la vida del Mesías; y por consiguiente, la vida del Mesías es para bendición del pueblo hebreo y también de los gentiles.

José es el hijo de bendición: dondequiera que iba prosperaba la familia que lo recibía, el pueblo que lo recibía, la nación que lo recibía también. José viene en el tiempo final, eso es: viene Cristo, el Mesías, el Ungido, en el tiempo final, para bendición del pueblo hebreo y para bendición del cristianismo, de los escogidos de la Iglesia del Señor Jesucristo.

En medio del pueblo hebreo se está esperando la Venida del Mesías, y para este año están a la expectativa de la Venida del Mesías. Es importante conocer las promesas de la Venida del Mesías para estar preparados para la Venida del Mesías.

También el cristianismo ha estado esperando la Venida del Mesías por alrededor de dos mil años, para la resurrección de los muertos creyentes en Cristo y la transformación de los que vivimos. De etapa en etapa, de siglo en siglo, han estado esperando la Venida del Mesías los creyentes en Cristo (el cristianismo) y también los judíos.

Por lo tanto, es importante conocer las promesas de la Venida del Mesías y para la Venida del Mesías para el tiempo final, para que no suceda como sucedió dos mil años atrás, que se cumplió… tenía que morir para llevar a cabo la Obra de Redención, y por eso fueron cegados por el mismo Dios, y por esa causa es que Cristo dice: “Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen”[9].

No lo reconocieron las grandes autoridades religiosas ni el Gobierno, porque así tenía que suceder para poderse llevar a cabo la Obra de Redención. Era nada menos que el mismo Dios en un hombre llamado Jesús cumpliendo la Venida del Mesías, como estaba prometido para aquel tiempo.

Todo fue en simplicidad, en sencillez, y eso ciega a las personas que esperan una promesa grande; la esperan manifestada en una forma grande, en una forma fuera de lo común, pero Dios cumple en la forma del medio ambiente de las personas lo que Él ha prometido. Por lo tanto, Dios cumple en la forma común del pueblo las grandes promesas que Él ha hecho para Su pueblo.

Y ahora que vivimos en el tiempo final, y que estamos esperando el cumplimiento de la promesa más grande y de la esperanza más grande y única esperanza que tiene el ser humano…; porque no hay esperanza fuera de la Segunda Venida de Cristo. Por lo tanto, tenemos que estar al tanto de las promesas proféticas que hay de la Venida del Mesías y lo que estará haciendo en este tiempo final; porque lo reconoceremos por las cosas que Él estará haciendo, o sea, las cosas que Él estará cumpliendo de las promesas mesiánicas correspondientes a este tiempo final.

En el cumplimiento de lo que Él prometió es que lo reconoceremos, porque Él se mantendrá en la Palabra prometida, cumpliéndola a medida que va pasando el tiempo; va cumpliendo gradualmente cada promesa.

Por lo tanto, tenemos que estar preparados para verlo y recibirlo en Su Venida a Su Iglesia, Su pueblo del Nuevo Pacto, así como Su Primera Venida fue al pueblo del Pacto bajo la Ley, que Dios le dio a Israel a través del profeta Moisés.

Siempre podemos ver que Su Venida es al pueblo que está bajo el Pacto vigente para el tiempo de Su Venida. Cuando vino en Su Primera Venida, los gentiles no sabían nada de la Venida del Mesías ni lo estaban esperando. Y ahora la Venida del Mesías está siendo esperada por la Iglesia del Señor Jesucristo, el cristianismo; por lo tanto tiene que conocer las promesas de y para la Venida del Mesías, para que no se les pase por encima (como se les pasó dos mil años atrás) al pueblo que está bajo el Pacto vigente en la segunda parte de la semana número setenta de la profecía de Daniel, capítulo 9, la profecía de las setenta semanas.

La última semana, que es la semana número setenta (que consta de siete años), es la Semana Mesiánica. Ya le fueron cumplidos tres años y medio —la mitad de la semana— al pueblo hebreo; y falta la segunda parte, la cual le será cumplida en este tiempo final cuando Dios se torne a los hebreos, a los judíos, para continuar la semana número setenta, o sea, la segunda parte de la semana número setenta.

Israel está con los ojos abiertos a la profecía mesiánica, la cual corresponde al Día Postrero, al tiempo final. Y es para el Día Postrero que Cristo prometió resucitar a los muertos creyentes en Él, los cuales están en el Paraíso esperando por la llegada de Cristo al Paraíso, a la sexta dimensión, porque Cristo está en la séptima dimensión haciendo intercesión con Su Sangre como Sumo Sacerdote[10], en el Propiciatorio, allá en el Trono de Dios.

Pero Él, cuando complete Su Iglesia, habrá hecho intercesión hasta por el último escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que formaría parte de la Iglesia del Señor Jesucristo; y entonces habrá completado Su Iglesia y saldrá del Trono de Intercesión en el Cielo, tomará el Libro sellado con Siete Sellos, que está en la diestra de Dios, en la diestra del que está sentado en el Trono, lo abrirá en el Cielo y hará Su Obra de Reclamo; pasará al Paraíso, resucitará a los muertos creyentes en Él, aparecerán a los creyentes que estarán vivos, y cuando los veamos seremos transformados. Así lo explica el reverendo William Branham, y eso nos da un conocimiento grande, amplio, de lo que va a suceder en este tiempo final.

Por lo tanto, ya al saber que van a aparecer como sucedió cuando Cristo resucitó: resucitaron con Él los santos del Antiguo Testamento y aparecieron a muchos de sus familiares en la ciudad de Jerusalén[11]; o sea que ya sucedió en esa forma con los santos del Antiguo Testamento; y ahora será la resurrección de los santos del Nuevo Testamento, entre los cuales hay hebreos y también gentiles, los cuales han formado la Iglesia del Señor Jesucristo en el tiempo que les tocó vivir.

Allá hubo un lugar, un territorio, donde ocurriría la resurrección de los muertos del Antiguo Testamento, y eso fue Jerusalén. La pregunta es: ¿Habrá un lugar para la resurrección de los creyentes en Cristo? Esa pregunta será contestada cuando los veamos resucitados en el Día Postrero; para el cual Cristo dijo: “Y yo le resucitaré en el Día Postrero”.

San Juan, capítulo 6, lo repite de cuatro a cinco veces: “Y yo le resucitaré en el Día Postrero”. Y también en San Juan, capítulo 11, nos habla de la resurrección.

Y ahora tenemos que estar al tanto de las promesas de la Segunda Venida de Cristo, de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final que llama y junta a los escogidos, y los prepara para recibir la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Mientras la Iglesia del Señor Jesucristo (los que fueron resucitados en cuerpos glorificados y los que fueron transformados) estarán pasando tres años y medio en el Cielo, en la Casa de nuestro Padre celestial, en la Cena de las Bodas del Cordero, la humanidad estará pasando aquí en la Tierra el lapso de tiempo llamado la gran tribulación, donde los juicios divinos caerán sobre la raza humana; y no habrá forma de escapar de esos juicios divinos.

Aunque estén preparando naves espaciales para irse a otros planetas, no les dará tiempo a preparar un planeta para escapar de los juicios divinos que han de venir sobre la raza humana en este planeta. Podemos decir: ya se hizo tarde para empacar hacia otros planetas, excepto para los creyentes en Cristo, que van a ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

El misterio para la transformación y rapto de la Iglesia es que, así como Elías fue llevado en un carro de fuego[12], lo cual es llamado un platillo volador, fue llevado por ángeles al Cielo, los creyentes en Cristo, que serán transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero: serán llevados en carros de fuego, o sea, en platillos voladores, dice el reverendo William Branham[13]. Y cuando veamos a los muertos en Cristo resucitados, seremos transformados.

O sea que hay una labor que estarán haciendo los Ángeles del Hijo del Hombre, los Ángeles de Dios, en favor de los creyentes en Cristo, los cuales han sido lavados con la Sangre de Cristo, y por consiguiente no tienen pecado[14]; y si no tienen pecado, no tienen que pasar por los juicios de la gran tribulación; y serán, entonces, llevados a otra dimensión, transformados con cuerpos eternos y glorificados, y pasarán a la Casa de nuestro Padre celestial, donde se estará llevando a cabo la fiesta más importante que se haya llevado a cabo en el Cielo.

Por consiguiente, esa será la forma en que escaparán de la gran tribulación y esos juicios que vendrán en el Día Postrero sobre la raza humana.

Durante ese lapso de tiempo de la gran tribulación los volcanes estarán en erupción, y a través de esa ceniza volcánica se cubrirá la Tierra, y será fértil para el glorioso Reino Milenial del Mesías.

Muchas naciones desaparecerán: unas por causa de los volcanes, otras por causa de una guerra atómica que vendrá y otras por causa de los maremotos, tsunamis y así por el estilo, que cubrirán muchos países, y sobre todo las costas de muchos países que queden…: las costas desaparecerán.

Lo que viene sobre la Tierra no es fácil, es terrible; y no hay forma de escapar, excepto saliendo de este planeta Tierra en carros de fuego, como va a hacer Cristo el Señor con los creyentes en Él. Tan sencillo como eso.

Para Él será sencillo hacerlo, y nosotros de nuestra propia cuenta no lo podemos lograr. Es una Obra que Él hará en este tiempo final así como se llevó al profeta Elías, y como luego también se llevó a los santos que resucitaron con Cristo, y también como Jesucristo subió al Cielo[15].

Es que no hay aviones ni cohetes que puedan llevar al ser humano a otras dimensiones; por lo tanto, la única esperanza que hay es la Venida de Cristo, la Venida del Señor a buscar a Su Iglesia en este tiempo final.

No sabemos el año, no sabemos tampoco el mes ni el día. No sabemos el día ni la hora, ni el mes ni el año; pero sabemos que va a venir, porque es una promesa que ha hecho Dios y está en Su Palabra.

No importa que tarde, ya han transcurrido dos mil años, pero la promesa está tan firme como cuando fue pensada por Dios y hablada por Dios a través de Sus instrumentos, como San Pablo, como San Pedro y el mismo Cristo, el cual habló de la Venida del Hijo del Hombre como el relámpago[16].

Y también habló que el Hijo del Hombre enviará a Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta, y juntarán a Sus escogidos desde un extremo del Cielo hasta el otro[17]. Los escogidos ahí son 144.000 hebreos que serán reunidos; y los Ángeles son los Dos Olivos, Moisés y Elías, los ministerios de Moisés y Elías repitiéndose en el tiempo final.

Para el tiempo final les será dada la fe para ser transformados y raptados a los escogidos de Dios que formarán Su Iglesia en el tiempo final, juntamente con los escogidos que formaron Su Iglesia en edades pasadas, que murieron ya, pero serán resucitados en cuerpos glorificados y eternos, igual al cuerpo glorificado que tiene Jesucristo nuestro Salvador.

Hay muchos detalles que serán revelados a la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero, en la etapa de oro de la Iglesia, la etapa del Lugar Santísimo de ese Templo espiritual, que es Su Iglesia. Si es un Templo espiritual, tiene que tener un Lugar Santísimo espiritual, y esa es la Edad de Oro de la Iglesia, la Edad de la Piedra Angular, la Edad de Piedra Angular de la Iglesia del Señor Jesucristo nuestro Salvador.

Cuando los judíos lo vean viniendo por Su Iglesia, dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando”. Eso es lo que dice el reverendo William Branham en la página 22 y 23 del libro de Citas[18]; y eso es una promesa, una profecía, para la Iglesia del Señor Jesucristo y también para el pueblo hebreo. Porque lo que Dios hará será conforme a lo que la Visión Divina ha dicho para este tiempo final. Será según la Visión Divina todo lo que Dios hará en este tiempo final. Todas las bendiciones de Dios para los creyentes SERÁ SEGÚN LA VISIÓN DIVINA.

Y según la Visión Divina hay mencionada una Carpa Catedral que aparece en la escena en medio del cristianismo, en donde estará Cristo en la Columna de Fuego[19], ese Pilar de Fuego o Columna de Fuego que le apareció a Moisés en el capítulo 3 del Éxodo, y que le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”.

Ese Ángel del Pacto es Cristo en medio de Su pueblo, en el cual está Dios en toda Su plenitud y está el Nombre de Dios, conforme a como Él dijo en Éxodo, capítulo 23, verso 20 en adelante, donde dice:

“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.

Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él”.

¿Dónde está el Nombre de Dios? En el Ángel de Dios, el Ángel del Pacto, que le apareció a Moisés. Por eso fue que Moisés quiso saber, conocer el Nombre de Dios, que estaba en el Ángel del Dios, y por eso le preguntó acerca del Nombre, y el Ángel le dijo cuál era el Nombre. Le dijo: “Yo soy el que soy. Y les dirás: Yo soy me envió a vosotros”. Capítulo 3, verso 13 al 16, del Éxodo; y también en el capítulo 6 del Éxodo nos habla del Nombre.

“Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.

Porque mi Ángel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir”.

Aquí podemos ver que el Ángel de Dios acompañaba a Moisés, y por consiguiente estaba acompañando al pueblo hebreo; y que el Nombre de Dios estaba en el Ángel de Dios, que es el cuerpo angelical de Dios (o teofánico) que aparecía en diferentes formas: aparecía en la forma de una columna de fuego, y algunas veces aparecía en la forma de un hombre de otra dimensión.

En cuanto a la Visión de la Carpa encontramos que es una promesa muy grande; y donde se cumpla esa Visión (porque tiene que cumplirse en algún país), donde se cumpla esa Visión habrá grandes bendiciones de Dios para todas las personas que estarán ahí y para las que estarán conectadas escuchando las predicaciones y escuchando todo lo que estará sucediendo, y viendo todo lo que estará sucediendo en ese lugar. O sea que tampoco tendrán que estar presentes porque les llegará a través de la vía de internet, de satélites, de televisión, y así por el estilo, a los diferentes países.

El cumplimiento de esa Visión cumplirá la Tercera Etapa, que será la etapa de la Palabra, en donde la Palabra hablada estará trayendo grandes bendiciones para todo el pueblo de Dios; no solamente del país donde estará la Visión de la Carpa cumpliéndose, sino para todos los países, todas las naciones, todos los individuos que estarán escuchando y viendo todo lo que estará llevándose a cabo en ese lugar; y estarán también acompañando los cánticos que se estarán efectuando en ese lugar.

Por lo tanto, la Iglesia del Señor Jesucristo es la que será instrumento para la parte física, para la construcción de ese lugar; y Cristo cumplirá la parte que le corresponde, la parte espiritual que llevará a cabo, y las bendiciones que Él ha prometido para Su Iglesia.

Y para la parte física Él estará ungiendo personas y usando instrumentos, porque somos los instrumentos de Cristo para Él llevar a cabo Su Obra en este planeta Tierra. Y todo será según la Visión Divina que fue dada al reverendo William Branham, según la Visión Divina dada por los apóstoles y profetas para el tiempo final.

SERÁ SEGÚN LA VISIÓN DIVINA las cosas que estarán sucediendo en ese lugar en el Día Postrero. Por lo tanto, será un privilegio grande el continente y territorio donde se cumpla la Visión de la Carpa, porque todo será según la Visión Divina.

El reverendo William Branham dijo en una ocasión que la Visión de la Carpa todavía no se había cumplido; pero por cuanto es según la Visión Divina, tiene que cumplirse en algún territorio, y tiene que ser un territorio donde Dios esté cumpliendo Su Programa para este tiempo final, tiene que ser en un territorio donde se esté cumpliendo la Edad de Oro de la Iglesia del Señor Jesucristo.

No fue para ninguna de las edades pasadas porque es para la Edad de Piedra Angular, que corresponde a este tiempo final. Esta promesa es muy grande, y Él la va a cumplir en este tiempo final en el cual nos ha tocado vivir.

Página 120, párrafo 1068[20], del libro de Citas, dice:

1068 – “[138] Solamente tengo una cosa en mi vida, que el Señor me dijo, que no se ha cumplido todavía: es ese edificio o carpa, donde estará un cuartito, y yo tendré que estar adentro orando por los enfermos. Esto no ha pasado todavía, que yo sepa. Esta es la única cosa que yo sé”.

Y por cuanto es una promesa de una Visión Divina: tiene que cumplirse. Bienaventurados los que estarán teniendo parte en el cumplimiento de esa Visión.

Cuando estemos transformados y Él reparta los galardones sabremos lo que significó el respaldo que le dimos a ese proyecto de esa Visión Divina que está señalada en la Palabra profética para la Iglesia del Señor Jesucristo. Otros dirán: “Si yo hubiese sabido… si yo hubiera sabido, yo habría hecho mucho más”. No es si lo hubiera sabido, es si lo hubiera creído.

Y por cuanto lo creemos, hacemos el máximo que esté a nuestro alcance para hacer en la Obra del Señor; porque todo será según la Visión Divina. Y si hay una construcción, pues hay gente trabajando, hay gente respaldando ese proyecto divino que está en el Programa de la Visión Divina correspondiente a este tiempo final.

Dejo con ustedes al reverendo José Benjamín Pérez a continuación, para que él nos diga a continuación todo lo que falta por llevarse a cabo hoy domingo, primer domingo del año 2016.

Es bien importante comenzar el año bien agarrado de Cristo nuestro Salvador. En esta Tierra ya no hay esperanza para la humanidad. La única esperanza es la Venida de Cristo a Su Iglesia en este tiempo final, la cual Él ha prometido y la cual Él cumplirá a su debido tiempo.

“SERÁ SEGÚN LA VISIÓN DIVINA”.

[Revisión marzo 2025]

[1] Génesis 1:1

[2] Génesis 1:2-28

[3] Gn. 3:22-23, Ro. 5:12, 1 Co. 15:21-22

[4] Génesis 2:17

[5] Génesis 5:27

[6] 2 Pedro 3:8, Salmos 90:4

[7] Génesis 3:21

[8] Romanos 5:10-11, 2 Corintios 5:18-19

[9] San Lucas 23:34

[10] Hebreos 9:11-14

[11] San Mateo 27:52-53

[12] 2 Reyes 2:11

[13] Citas, pág. 159, párr. 1418: 65-0822M “Cristo es revelado en Su propia Palabra”, párr. 68

[14] 1 Juan 1:7, Apocalipsis 1:5

[15] Hechos 1:9, San Lucas 24:51

[16] San Mateo 24:27, San Lucas 17:24

[17] San Mateo 24:31, San Marcos 13:27

[18] Citas, pág. 22, párr. 176: 57-1006 “Preguntas y respuestas sobre Hebreos #3”, párr. 730

[19] Los Sellos, pág. 471, párr. 161

[20] Cita 1068: 64-0120 “Sus palabras infalibles de promesa”, párr. 138

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