Muy buenas noches, amados hermanos y amigos presentes, y los que están en otras partes de la República Mexicana, y los están también en otros países. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Es para mí un privilegio grande estar con ustedes, hoy 28 de febrero del 2014, día en que se cumplen 51 años de la aparición de los siete ángeles al reverendo William Branham. Fue un día muy importante en la vida del reverendo William Branham y en la historia del cristianismo; y hoy estamos nuevamente en ese ciclo, repitiéndose por 50 años; 51 años hoy se cumplen de ese evento tan importante. Así que es un día – una noche muy importante para todos los creyentes en Cristo.
Leemos en Apocalipsis, capítulo 4, versos 1 en adelante, 1 al 3, y dice:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.
Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.
Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.
Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.
Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“SUBE ACÁ”, le dijo esa Voz que habló con él del Cielo, a Juan el apóstol. “Sube acá”, es lo que le dice la Voz a Juan el apóstol.
Juan el apóstol es tipo y figura, representa a la Iglesia del Señor Jesucristo. Cristo dijo de Juan, a San Pedro: “Yo quiero que él quede hasta que Yo venga”[1].
Para algunas personas, aparentemente, no vieron el cumplimiento de esa promesa a Juan, porque pensaron que la Segunda Venida de Cristo se cumpliría en el tiempo de Juan el apóstol, y el apóstol Juan murió y no se cumplió la Segunda Venida de Cristo como algunas personas pensaban.
En el Monte de la Transfiguración ocurrió algo grande, de lo cual estaba profetizado en San Mateo, capítulo 16, versos 26 en adelante, donde dice:
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”.
El Hijo del Hombre viniendo con Sus Ángeles. Sigue diciendo:
“De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”.
Viniendo en Su Reino. Recuerden todo el tiempo esas palabras de Cristo: “El Hijo del Hombre viniendo en Su Reino”.
Luego en el capítulo 17 de este mismo Evangelio según San Mateo, dice:
“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;
y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él”.
En este pasaje, Cristo está dándole cumplimiento a lo que dijo, que: “Habrá alguno de los que están aquí que no gustarán la muerte, hasta que vean al Hijo del Hombre viniendo en Su Reino”.
En el Monte de la Transfiguración fue mostrado el orden de la Segunda Venida de Cristo. Un monte representa un reino. Ese es el Reino de Dios, de donde Daniel vio la Piedra no cortada de manos que fue cortada de un Monte, y vino e hirió la imagen en los pies de hierro y de barro cocido.
La imagen es el reino de los gentiles, que comenzó con el rey Nabucodonosor y su reino, continuó con el reino medo-persa en los… Primero la cabeza de oro con Nabucodonosor; luego el pecho y los brazos de plata con el reino medo-persa; luego el vientre y los muslos de bronce: el reino de Grecia con Alejandro el Grande; y luego las piernas de hierro: el imperio romano de los Césares; y luego los pies de hierro y de barro cocido, que es el reino, el imperio del anticristo.
En la etapa de las piernas de hierro: el reino romano o el reino de los Césares, o reino de Roma, las piernas de hierro crucificaron a Cristo allá en la Cruz del Calvario, a la Piedra no cortada de manos; eso fue en la Primera Venida de Cristo.
Para la Segunda Venida de Cristo se estará viviendo en el tiempo de los pies de hierro y de barro cocido; o sea que se estará viviendo en el tiempo del reino de los gentiles, su última etapa, que corresponde al reino del anticristo.
Por eso dice Segunda de Tesalonicenses [capítulo 2, verso 8], que con el resplandor de la Venida de Cristo matará al impío, al anticristo.
Ahora, eso corresponde a la Segunda Venida de Cristo, al tiempo en que Él vendrá con Sus Ángeles. Recuerden que en el Monte de la Transfiguración los Ángeles son Moisés y Elías. Recuerden que un mensajero es un ángel, que significa: mensajero de Dios.
Y para ese tiempo la promesa de la Venida del Hijo del Hombre será cumplida en esa forma: Será visto el ministerio de Moisés y Elías en la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino, que es Su Iglesia, porque Él viene a Su Reino, a Su Iglesia; Reino que está en la esfera espiritual desde el Día de Pentecostés hacia acá.
Por eso Cristo dijo a Pilato: “Mi reino no es de este mundo”[2]. No es del reino de los gentiles. Es el Reino de Dios que viene con la Venida de la Piedra no cortada de manos; y ese es el Reino que será establecido después de la gran tribulación, en forma física, en este planeta Tierra.
La solución a todos los problemas económicos, políticos, sociales, académicos, militares y todos los demás problemas que tiene la raza humana, como la muerte física, todos esos problemas serán resueltos por el Señor Jesucristo en Su Segunda Venida para Su Iglesia.
Y luego del rapto, que será en cuerpos glorificados, en donde se irá con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, luego se regresará con Cristo —Su Iglesia— a la Tierra, para el establecimiento del Reino de Cristo, que será la restauración del Reino de David; en donde Cristo se sentará sobre el Trono de David como Hijo de David, y traerá la paz para Israel y para todas las naciones.
Ahí es donde la paz plena será establecida sobre el planeta Tierra: en el Reino del Mesías, en el Reino de Cristo, Reino que cubrirá el planeta Tierra completo, Reino físico que tanto anhelamos y que es la única esperanza de paz permanente para la familia humana.
Es importante saber que la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado pasando por una esfera espiritual, ha entrado en el campo espiritual al Reino de Cristo, como nos dice San Pablo en Colosenses, capítulo 1, verso 13, donde dice:
“… el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados”.
Los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, han sido trasladados del reino de las tinieblas al Reino de Jesucristo. La Iglesia del Señor Jesucristo, por consiguiente, y en la Iglesia del Señor Jesucristo está —en la esfera espiritual— el Reino de Dios; por eso Cristo es nuestro Rey, y es también el Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec, el cual con Su Sangre intercede por nosotros ante el Padre.
La única esperanza que hay para la familia humana, para toda la humanidad, es la Segunda Venida de Cristo; por lo cual y para lo cual tenemos que subir, como Juan el apóstol, subir en el campo espiritual, así como la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado subiendo, de etapa en etapa, de edad en edad, ha subido de una edad a otra edad.
¿A qué edad ha subido? A la edad en donde está la Palabra de Dios siendo proclamada por el Espíritu Santo, que es Cristo, en y a través del mensajero correspondiente a cada edad. Esa es la forma en que los creyentes en Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo, ha escuchado la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo, de edad en edad: por medio del mensajero de cada edad.
Y luego que han transcurrido las siete etapas o edades de la Iglesia del Señor Jesucristo, en donde Cristo, por medio del ángel mensajero de cada edad ha estado hablando, ha estado manifestándose, ha estado revelándose a Su pueblo, luego viene el llamado a subir como Juan subió: “Sube acá”.
¿A dónde vamos a subir después de la séptima edad de la Iglesia? Tenemos que subir a la Edad de la Piedra Angular, a la Edad de Oro de la Iglesia del Señor Jesucristo, que es la edad de y para la adopción de los hijos e hijas de Dios, la adopción del cuerpo, que será la redención del cuerpo; en donde obtendremos el cuerpo glorificado, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.
“Sube acá”. ¿A dónde vamos a subir? A la etapa de oro de la Iglesia, a la Edad de la Piedra Angular. Y ese es nuestro tema: “SUBE ACÁ”.
Es ahí donde la Voz de Cristo para el Día Postrero estará hablándole a Su Iglesia y dándole la fe para ser transformados y raptados. Es ahí, a esa etapa, donde Cristo vendrá —en cumplimiento a Su Venida— a Su Iglesia y por Su Iglesia. Es ahí donde todos escucharán la Voz del Hijo de Dios, donde todos escucharán esa Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final.
¿Para qué subir de una edad a otra? Para oír la Voz de Cristo a través del mensajero de cada edad; y así, en este tiempo final subimos más arriba de las siete edades: a la Edad de la Piedra Angular, para oír y ver a Cristo en Espíritu Santo hablándonos por medio de Su Palabra revelada para este tiempo final, y cumpliendo las promesas que Él ha hecho para Su Iglesia para el Día Postrero, para la etapa de Edad de Oro de la Iglesia, que es la Edad de la Adopción, la Edad de la Piedra Angular.
Ahí es donde la Iglesia recibirá a Cristo en Su Venida, ahí es donde la Iglesia recibirá también la revelación del Séptimo Sello, que es la revelación de la Venida de Cristo a Su Iglesia.
Hemos visto nuestro tema: “SUBE ACÁ”, y hemos visto por qué y para qué Él nos llama a subir: para que escuchemos Su Voz, Su Palabra, siendo revelada por el Espíritu Santo y dándonos a conocer las cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.
“SUBE ACÁ”: A la Edad de la Piedra Angular.
Si hay alguna persona que todavía no ha subido: “Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón”[3]. Sube, y escucharás la Voz de Cristo hablándonos directamente a nuestro corazón.
“SUBE ACÁ”.
Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean con todos ustedes. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Dejo con ustedes al reverendo Andrés Cruz Gallegos, para continuar y finalizar nuestra parte.
“SUBE ACÁ”.
[Revisión octubre 2024]
[1] San Juan 21:22-23
[2] San Juan 18:36
[3] Salmos 95:7-9; Hebreos 3:7-8, 4:7