¡Feliz y próspero año 1989!
Es para mí un privilegio estar con ustedes en este primer día del año 1989, para continuar la Obra que Él me ha dado con ustedes para llevar a cabo en este tiempo final.
Quiero leer una Escritura en Apocalipsis, capítulo 22 y verso 6 que dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
Que Dios bendiga Su Palabra en nuestros corazones y nos permita entender Su Palabra que corresponde para nuestro tiempo.
“EL ÁNGEL DE JESÚS Y SU MISIÓN EN LA TIERRA”.
El Señor también dice en Apocalipsis, capítulo 22 y verso 16:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
Es “EL ÁNGEL DE JESÚS Y SU MISIÓN EN LA TIERRA”.
Para que podamos entender la misión de este Ángel en la Tierra, necesitamos también comprender la misión de otros ángeles mensajeros que Dios ha enviado en el pasado.
Un ángel es un mensajero enviado de parte de Dios para el pueblo, para traerle al pueblo la Palabra, el Mensaje de Dios que corresponde para esa edad o esa dispensación. Es un hombre enviado de Dios con un espíritu teofánico en él ministrando la Palabra de Dios.
Por eso Dios dice que Él es el Señor y el Dios de los espíritus de los profetas: esos espíritus teofánicos conocidos en la Biblia como ángeles ministradores de la Palabra de Dios para cada edad o cada dispensación.
Por esa causa Él anuncia en Su Palabra que envía a tal profeta; y cuando aparece el cumplimiento de esa promesa es otra persona, pero tiene el espíritu y virtud de aquel profeta que ministró en el pasado. Por eso encontramos que en la Escritura dice: “He aquí yo os envío al profeta Elías”1.
Luego que el profeta Elías en su primera manifestación ministerial apareció, luego apareció otro profeta llamado Eliseo, con la doble porción del espíritu de Elías en él manifestado para llevar a cabo la Obra de Dios para ese tiempo.
Y luego, más adelante, Dios había prometido enviar a Elías para prepararle el camino al Señor, y cuando lo envió se llamaba Juan el Bautista; pero él fue enviado con un espíritu teofánico ministrando a través de ese cuerpo físico llamado Juan el Bautista, pero su ministerio era el ministerio de Elías repitiéndose por tercera ocasión.
Luego, más adelante, en la Dispensación de la Gracia, Dios prometió enviar a Elías antes que venga el día grande y terrible del Señor; y cuando lo envió, no se llamaba Elías, se llamaba William Marrion Branham, pero él vino en el espíritu y virtud de Elías; y un ángel o espíritu teofánico estaba ministrando la Palabra de Dios para la edad en que él apareció.
Encontramos que los ángeles ministradores enviados de parte de Dios a beneficio de los escogidos, son los mensajeros que Dios envía con un espíritu teofánico para traer la Palabra de Dios. Por eso Dios dice que Él es el Dios de los espíritus de los profetas, de esos espíritus teofánicos conocidos como ángeles ministradores a los herederos de salud2.
A través de todos los tiempos, en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, Dios ha enviado ángeles, espíritus teofánicos ministradores a los hijos de Dios. En el Nuevo Testamento, a través de las siete edades o etapas de la Iglesia gentil, Dios envió siete ángeles ministradores, siete espíritus teofánicos ministrando a través de carne humana en el ángel mensajero de cada edad.
Y cada uno de esos ángeles o espíritus teofánicos ministró a través de carne humana el Mensaje que correspondió para la edad en que apareció; y así llamó a los hijos, a los escogidos (que también tienen un ángel o espíritu teofánico), los llamó para esa edad, y en esa edad fueron sellados, y luego partieron al Paraíso cuando les llegó el tiempo. Y allí están viviendo en esos cuerpos o espíritus teofánicos, en los cuales ellos esperan la Venida del Señor para la resurrección de los muertos, en la cual ellos recibirán un cuerpo, para vivir en un cuerpo creado por Dios en la resurrección de los muertos; y entonces estarán en alma, en espíritu teofánico y cuerpo, viviendo eternamente.
Ellos se han de encontrar con los escogidos del tiempo final, que estarán bajo el ministerio del Ángel Ministrador, el Ángel del Señor Jesucristo enviado en este tiempo final con el ministerio de Elías y ministerio de Moisés en la Venida del Hijo del Hombre.
El Señor Jesucristo, así como se reveló a través de cada uno de los siete ángeles mensajeros de las edades pasadas, estará revelándose en toda Su plenitud en Su Ángel Mensajero en este tiempo final; y los hijos de Dios estarán viendo y recibiendo la revelación de Jesucristo correspondiente a nuestro tiempo. Así como cada uno de los escogidos de las edades del pasado vio y recibió la revelación de Jesucristo que correspondió para el tiempo en que ellos vivieron; porque fue el Señor Jesucristo revelándose, manifestándose, en cada uno de Sus ángeles de las siete edades de la Iglesia gentil.
Ellos fueron representados también por las siete estrellas en la mano del Señor. Y Él dice: “Las siete estrellas son los siete ángeles de las siete Iglesias; y los siete candeleros son las siete Iglesias”3. Así que cada edad de la Iglesia tuvo un mensajero.
Y luego que han pasado, han terminado, las siete edades o etapas de la Iglesia gentil, y los siete mensajeros han terminado su misión, solamente resta la Edad octava de la Piedra Angular, la edad representada en el día domingo y en el año del jubileo, la edad que como mensajero tiene, no una de las siete estrellas, sino la Estrella resplandeciente de la Mañana, una nueva Estrella para una nueva edad.
La Estrella resplandeciente de la Mañana, el Señor dice que es Él. El Señor Jesucristo como la Estrella resplandeciente de la Mañana de un nuevo día, de una nueva dispensación, estará manifestándose en Su Ángel Mensajero como la Estrella resplandeciente de la Mañana, estará manifestándose en Su Ángel Mensajero en Su Segunda Venida con Moisés y Elías.
Por eso el espíritu y virtud de Moisés, y el espíritu y virtud de Elías, estarán manifestados en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo para la tercera dispensación, para la Edad de la Piedra Angular, la edad octava, la cual representa la edad de la resurrección, la edad también de la transformación de los vivos; porque es la edad representada en el día domingo, y el Señor Jesucristo resucitó el día domingo. Y también el año del jubileo es el año número ocho, que representa el Año del Jubileo, año en que se regresa cada uno a su familia; y los hijos de Dios regresarán a su Padre celestial, a la Familia celestial que le está esperando.
Estamos viviendo en el tiempo de la misión del Ángel del Señor Jesucristo.
La misión de cada uno de los ángeles del tiempo pasado, de las siete edades de la Iglesia gentil, fue cumplir el propósito divino que correspondía a la edad en que ellos vivieron; y el Señor Jesucristo a través de cada uno de ellos cumplió Su Programa, Su propósito para cada edad.
Y para nuestra edad y para nuestra dispensación Él tiene un propósito en Su Programa; y ese propósito divino es el que Él lleva a cabo a través de Su Ángel Mensajero; y esa es la misión del Ángel del Señor Jesucristo: ser el instrumento del Señor Jesucristo para Él cumplir —a través de Su Ángel— el Programa señalado para ese tiempo.
Él prometió llamar con Gran Voz de Trompeta a todos los escogidos; es una promesa divina para todos los escogidos. Y la misión del Ángel del Señor Jesucristo es: con Gran Voz de Trompeta llamar a todos los escogidos, con la manifestación del ministerio de Moisés y de Elías.
Esos ministerios estarán operando en el Ángel del Señor Jesucristo: el ángel o espíritu teofánico, espíritu ministrador, estará operando a través del mensajero de la Edad de la Piedra Angular, y estará llevando a cabo la misión divina para la cual él ha sido enviado en este tiempo final. Él tiene esa misión divina: llamar con Gran Voz de Trompeta a todos los escogidos.
¿Qué Trompeta?, ¿cuál Trompeta estará utilizando Él para llamar a todos los escogidos? La primera Trompeta la tocó el apóstol San Pablo, el primer ángel de la primera edad de la Iglesia gentil; por lo tanto, con ese Mensaje él no puede llamar a los escogidos de este tiempo final, de la edad octava, porque esa fue la Trompeta, el Mensaje para la primera edad, con la cual fueron llamados y juntados los escogidos en esa primera edad.
Tampoco con la segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta o séptima, porque esa Trompetas sonaron, fueron tocadas, para llamar a los hijos de Dios de esas edades del pasado.
Pero el Ángel del Señor Jesucristo viene con la Gran Voz de Trompeta, con la Trompeta de Dios, con la Trompeta Final, llamando y juntando a todos los escogidos en la Edad de Piedra Angular, en la Edad de la Venida del Hijo del Hombre, sobre la cima del Monte de Sion.
Él viene con ese Mensaje del cual dijo San Pablo: “He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente no dormiremos (no moriremos), mas todos seremos transformados, en un abrir y cerrar de ojos, a la Final Trompeta; porque será tocada la Trompeta, y los muertos resucitarán primero, y luego nosotros los que vivimos seremos transformados”4.
En ninguna de las siete edades, bajo las Trompetas de esas siete edades, ocurrió la resurrección de los muertos y la transformación de los vivos; porque bajo esas Trompetas, bajo ninguna de ellas ocurriría la resurrección de los muertos y la transformación de los vivos; porque sería bajo la Trompeta del Ángel Mensajero del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, en la Edad Eterna de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, llamando a todos los escogidos con Gran Voz de Trompeta y juntando a todos los escogidos.
Esa es la misión del Ángel del Señor Jesucristo: cumplir las promesas divinas correspondientes a nuestro tiempo; como fue la misión de cada ángel mensajero: cumplir las promesas divinas de la edad en que ellos vivieron.
Fue el Señor Jesucristo a través de cada uno de ellos, como también será el Señor Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero en este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo.
Él estará en el Año del Jubileo actualizado, él estará proclamando el Mensaje de libertad en toda la Tierra con la Trompeta del Año del Jubileo actualizado; él estará en este tiempo dando a conocer las cosas que deben suceder pronto, estará dando testimonio de estas cosas, y estará también dando testimonio de las cosas que acontecieron en el pasado; estará dando testimonio de las cosas que acontecieron en el pasado, las cosas que están aconteciendo en el presente, y las cosas que acontecerán en el futuro. Eso lo estará haciendo el Ángel del Señor Jesucristo, y así estará cumpliendo la misión para la cual el Señor Jesucristo lo ha enviado.
Ha sido enviado con una misión divina, celestial, en favor de todos los hijos de Dios; por eso Él viene con el Mensaje profético apocalíptico, el cual el que lo escucha y lo lee es bienaventurado. Él viene para bendición de todos los escogidos.
Sin la venida del Ángel del Señor Jesucristo y su misión, las cosas continuarían como en el pasado; y todo llegaría a su final, sin esperanza, para los escogidos. Pero Él hizo la promesa de enviar a Su Ángel Mensajero para dar testimonio de estas cosas.
Su Mensaje es nada menos que el Título de Propiedad o Librito que fue abierto en el Cielo, siendo dado a conocer. Es el Librito que fue abierto en el Cielo, siendo dado a los escogidos para que coman ese Librito que fue abierto en el Cielo, y vivan eternamente.
Él tiene una misión; por esa causa la Palabra viene a él. Solamente a los profetas viene la Palabra, se hace carne la Palabra. Viene la teofanía, el Verbo, y se hace carne, y luego se expresa a través de carne humana.
Él viene con el Mensaje apocalíptico de los siete truenos de Apocalipsis, capítulo 10, que dan a conocer el misterio de la Segunda Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, llamando con Gran Voz de Trompeta a todos los escogidos.
Él viene revelando el misterio más grande del Cielo y de la Tierra: La Segunda Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles; ese es el misterio más grande en el Cielo y en la Tierra. Y por causa de ese misterio, cuando fue abierto en el Cielo, hubo silencio por media hora. Es el misterio que los siete truenos de Apocalipsis revelan, los cuales se manifiestan en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo.
Así como cada mensajero y en cada mensajero estuvo el Mensaje del Señor Jesucristo manifestado en cada edad, así también estará el Mensaje del Señor Jesucristo y Su manifestación en este tiempo final: en Su Segunda Venida estará en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, para proclamarlo y darlo a conocer a todos los escogidos.
Es el Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo. Ese Mensaje es el Mensaje de los Siete Truenos apocalípticos, que emiten sus voces en la Tierra a través del Ángel Mensajero del Señor Jesucristo.
En las siete edades de la Iglesia gentil hubo siete Truenos, porque un Trueno es la Voz de Dios hablando; y en las siete edades de la Iglesia gentil hubo siete Truenos hablando a través de cada uno de los mensajeros, ángeles mensajeros de las siete edades o siete etapas de la Iglesia gentil.
Y así como en cada uno de los mensajeros Dios tronó, habló: en la Edad de la Piedra Angular Dios habla en forma consecutiva; y esta forma de Dios hablar en forma consecutiva en la Edad de la Piedra Angular es nada menos que los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, dando a conocer la revelación, la manifestación del Señor Jesucristo en Su Segunda Venida, con Sus Ángeles, en la Edad de la Piedra Angular.
Y solamente estando en la Edad de la Piedra Angular se puede ver y se puede comprender la Segunda Venida del Señor, del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, y se puede escuchar y entender la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, o Trompeta del Año del Jubileo, o los Siete Truenos de Apocalipsis.
Esa es la misión del Ángel del Señor Jesucristo: hablar el Mensaje que corresponde para nuestro tiempo.
Los Siete Truenos emiten sus voces en la Segunda Venida del Señor a través de Su Ángel Mensajero para todos los escogidos. Es el Señor Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero hablándole a Su pueblo y revelándole el misterio por el cual hubo silencio en el Cielo por media hora, revelándole el Séptimo Sello, la Segunda Venida del Señor con Sus Ángeles llamando a los escogidos con Gran Voz de Trompeta.
Ahí podemos ver la Venida del Señor con Sus Ángeles y la misión del Señor con Sus Ángeles a través de Su Ángel Mensajero: Viene para bendición de todos los escogidos; viene para llamar y juntar a todos los escogidos, y darles la fe para ser transformados y ser raptados.
La fe para la transformación y el rapto le es dada a cada uno de los escogidos por medio de los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, que emiten sus voces aquí en la Tierra a través del Ángel Mensajero del Señor Jesucristo; su Mensaje es el Mensaje de los Siete Truenos de Apocalipsis. Ese es su ministerio, esa es su misión aquí en la Tierra, para el Señor Jesucristo producir la resurrección de los muertos y la transformación de los vivos.
Por esa causa, Apocalipsis, capítulo 19 y verso 11 al 16: un Jinete cabalgando sobre un caballo blanco como la nieve, y tiene por nombre el Verbo de Dios; y tiene escrito en Su muslo y en Su vestidura un nombre, el cual es Rey de reyes y Señor de señores; y de Su boca sale una Espada aguda de dos filos para herir con ella a las naciones.
Esa Espada aguda es la Palabra, el Mensaje de los Siete Truenos apocalípticos, el Mensaje de Gran Voz de Trompeta que sale de la boca del Señor Jesucristo; y la boca del Señor siempre han sido Sus profetas.
De la boca del Señor, de la boca del Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, estará saliendo la Palabra, el Mensaje de Gran Voz de Trompeta, la Espada de dos filos; la Espada que en este tiempo final llevará a cabo la Obra prometida para bendición de los escogidos, y para herir al reino de los gentiles para dar paso al Reino Milenial del Señor Jesucristo.
Esa Espada de dos filos, esa Tercera Etapa, la cual es para la Novia: los escogidos, para los hijos de Dios en la Edad de la Piedra Angular; y también es para la Iglesia: las vírgenes fatuas, la Iglesia que no pudo ver la Segunda Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en la Edad de la Piedra Angular.
Pero esa Espada de dos filos tendrá una labor para llevar a cabo con la Iglesia (o sea, las vírgenes fatuas), y también tendrá una labor para llevar a cabo con los perdidos. Es para la Novia, para la Iglesia y para los perdidos; para los perdidos, los cuales ya no tienen oportunidad.
La Novia verá esa Espada que sale de la boca del Señor, de la boca de Su Ángel Mensajero, en el cumplimiento de la Segunda Venida del Señor, del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, cabalgando sobre un caballo blanco como la nieve, cabalgando sobre el Mensaje de la Palabra pura, el Mensaje de Gran Voz de Trompeta, el Mensaje de la Trompeta Final, el Mensaje de los Siete Truenos de Apocalipsis.
Por eso fue prometido por el séptimo mensajero, Elías en su cuarta manifestación [Los Sellos, pág. 256]:
“[121]. Cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá (cabalgando) sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.
La Palabra de Dios encarnada en Su Ángel Mensajero, y con la Espada aguda saliendo de Su boca, será la Segunda Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, será el Señor Jesucristo cabalgando sobre un caballo blanco como la nieve, y de Su boca saliendo una Espada aguda de dos filos, y Sus ojos como llama de fuego; y Su Nombre es el Verbo de Dios, la Palabra encarnada; y en Su vestidura y en Su muslo este nombre: Rey de reyes y Señor de señores; porque Él viene en Su Segunda Venida como el León de la tribu de Judá, como el Rey de reyes y Señor de señores, con el Librito que abrió en el Cielo, abierto en Su mano, y dado a Su Ángel Mensajero para profetizar otra vez sobre muchos pueblos, naciones y lenguas.
Es el Señor Jesucristo manifestado, revelado, revelándose por medio de Su Ángel Mensajero a Su pueblo, a Sus escogidos; y luego a la Iglesia, a las fatuas; y luego a los perdidos; en la Tercera Etapa, en la etapa de la Palabra saliendo de Su boca: saliendo de Su Ángel Mensajero.
La Espada aguda de dos filos, el Mensaje de Gran Voz de Trompeta, la Trompeta Final, la Trompeta de Dios, la Trompeta del Año del Jubileo, el Mensaje de la Edad de la Piedra Angular, el Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje de la tercera dispensación; esa es la Espada de dos filos saliendo de la boca del Señor, que es Su Ángel Mensajero.
“EL ÁNGEL DEL SEÑOR JESÚS Y SU MISIÓN”.
Hemos visto al Ángel del Señor Jesucristo. Es el mensajero de la Edad de la Piedra Angular, el mensajero que viene con los Siete Truenos de Apocalipsis, viene con la Trompeta Final o Trompeta de Dios o Gran Voz de Trompeta. Viene con la misión de llamar y juntar a todos los escogidos y prepararlos para la transformación (a los que están vivos), y para la resurrección (a los que partieron en el pasado). Esa es la misión del Ángel del Señor Jesucristo.
Por eso Él viene con el Sello del Dios vivo, Él viene con el Espíritu de Dios, con el Espíritu Santo manifestado, y viene sellando a todos los escogidos; los llama y luego los sella en sus frentes con el Sello del Dios vivo; y así coloca el Nombre Eterno de Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo en la frente, en la mente de todos los escogidos. Comenzando por los escogidos de entre los gentiles, y luego continúa con los escogidos de los hebreos, que son 144.000, los cuales son llamados, juntados y sellados por el Ángel del Señor Jesucristo con el Sello del Dios vivo. Y así los coloca a ellos también sobre la cima del Monte de Sion, el lugar de la Segunda Venida del Señor, con el Sello del Dios vivo colocado en la frente de cada uno de los escogidos de entre los hebreos.
Esa es la forma en que Dios prometió hacer en este tiempo final, esa es la Obra Divina para este tiempo, y esa es la misión del Ángel del Señor Jesucristo en este tiempo final con el Sello del Dios vivo, para bendición, para beneficio de cada uno de los escogidos que viven en este tiempo final.
Por esa causa Juan el discípulo amado, al ver a este Ángel Mensajero de Jesús en teofanía y en visión, luego de escuchar y ver las cosas que le mostró el Ángel del Señor Jesucristo en visión, dice que quiso adorar a los pies del Ángel, y el Ángel le dijo: “Mira que no lo hagas; porque yo soy siervo contigo, y con tus hermanos, los que guardan el testimonio, tienen el testimonio de Jesús; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. Adora a Dios”5.
Juan el discípulo amado, cuando vio a este Ángel y su misión, él quiso hacer algo que no le fue permitido ni a Juan ni a los escogidos en este tiempo final; porque el Ángel del Señor Jesucristo es el instrumento del Señor Jesucristo para Su manifestación en este tiempo final, pero el Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo; es Su Ángel Mensajero con la misión que le ha sido encomendada para bendición de todos los escogidos. Por esa causa él estará ministrando el Mensaje, la Palabra que corresponde a nuestro tiempo, y revelándole a los escogidos los misterios del Reino de los Cielos que corresponden a nuestro tiempo, y los que correspondieron también al pasado y los que corresponden al futuro.
Él viene dando testimonio de los misterios del Reino de los Cielos, revelando los misterios del Reino de los Cielos que se están llevando a cabo en nuestro tiempo; y así él recoge a todos los escogidos.
Los escogidos no son recogidos ni son llamados por emocionalismo, no son llamados por denominacionalismo, no son llamados por apariencia humana, sino por el Señor Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero con el Mensaje de Gran Voz de Trompeta, porque esa es la misión del Ángel del Señor Jesucristo.
Y cuando los escogidos escuchan al Ángel del Señor Jesucristo al verlo en la escena, ellos se agarran firmemente del Ángel en su ministerio y de su Mensaje; y no le soltarán hasta que los bendiga con la bendición de la resurrección de los muertos y la transformación de los vivos.
Para comenzar, ya al sellar a los escogidos en sus frentes con el Sello del Dios vivo y colocar el Nombre Eterno de Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, ya el Ángel ha colocado la bendición que necesitan todos los escogidos.
Así como Jacob le dijo al Ángel del Señor: “No te dejaré, no te soltaré hasta que me bendigas”. Él dice: “Suéltame, porque ya está amaneciendo, tengo que marcharme”, él le dice: “No te voy a soltar hasta que me bendigas”.
El Ángel le pregunta: “¿Cómo te llamas?”.
—“Jacob”.
—“Tu nombre no será más Jacob, sino Israel; porque has luchado, has peleado, con Dios, y has vencido”6.
El nombre Israel significa ‘Príncipe con Dios’; el nombre de Príncipe recibió Jacob.
Y los escogidos, al recibir el Sello del Dios vivo, el Nombre del Dios vivo, como bendición, por boca del Ángel del Señor Jesucristo: han recibido el Nombre del Rey de reyes y Señor de señores, han recibido el Nombre del Príncipe de Dios: el Señor Jesucristo, el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo.
Ellos (los escogidos) al recibir ese Sello, esa bendición, saben que las demás cosas que han sido prometidas se tienen que cumplir; porque ya han sido llamados, juntados y sellados por el Ángel del Señor Jesucristo en la misión celestial en esta Tierra.
“EL ÁNGEL DEL SEÑOR JESÚS Y SU MISIÓN EN ESTA TIERRA”.
No lo dejarán los escogidos de la Edad de la Piedra Angular en ningún momento. Es la única edad que estará plenamente consciente de la edad que está viviendo, y del Mensaje que ha recibido, y del mensajero que el Señor Jesucristo le ha enviado. Es la única edad con el conocimiento pleno del Programa Divino para el tiempo en que está viviendo.
Las demás edades recibieron a su mensajero (excepto la séptima edad de Laodicea), pero ellos no estuvieron plenamente conscientes de lo que estaba ocurriendo en el Programa Divino; pero ellos lo recibieron, y recibieron su mensajero y su Mensaje; pero el conocimiento pleno solamente lo tiene la Edad de la Piedra Angular, la Edad de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, la edad que está bajo el ministerio del Señor Jesucristo como la Estrella resplandeciente de la Mañana a través de Su Ángel Mensajero, llevando a cabo la misión que le ha sido encomendada por el Señor Jesucristo.
Tiene una misión para llevar a cabo con los escogidos de entre los gentiles; tiene una misión para llevar a cabo con la Iglesia, o vírgenes fatuas; tiene una misión para llevar a cabo con los perdidos que estarán viviendo en esta Tierra; tiene una misión para llevar a cabo con los escogidos del pueblo hebreo, que son 144.000.
El Ángel del Señor Jesucristo en este tiempo final tiene la misión más grande y gloriosa que ángel mensajero alguno haya tenido. Por esa causa Juan lo vio en la forma en que lo vio.
Para Juan, el Ángel del Señor Jesucristo fue el Ángel más grande de todos los ángeles enviados por el Señor Jesucristo. Y para el séptimo ángel mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil, también fue el Ángel más sobresaliente de todos los ángeles: fue el Ángel que él dijo que iba, o que estaba volando, del oeste hacia el oriente; porque él en su misión vuela, en su misión de oeste a este. Su misión la comienza en el oeste y la concluye en el este, con los escogidos del pueblo hebreo; y hablando la Palabra, la Espada de dos filos, con la cual hiere a todas las naciones con los juicios de la gran tribulación, siendo hablados primeramente y luego se realizan los juicios de la gran tribulación.
Pero como dice el profeta Malaquías [4:1]: “… he aquí, viene el día ardiente como un horno (la gran tribulación), y todos los soberbios serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará (los quemará), ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los que teméis mi nombre (el Nombre Eterno de Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo), a vosotros los que teméis mi Nombre, nacerá el Sol de Justicia (nacerá la Segunda Venida del Señor, del Hijo del Hombre), y en Sus Alas (el ministerio de Moisés y Elías, el ministerio de Sus Ángeles) traerá salud, salvación”.
Porque en Moisés y en Elías están representados todos los escogidos: en Moisés están representados los que murieron en el pasado, pero han de resucitar; y en Elías están representados los que están vivos, que han de ser transformados en este tiempo final.
Así que en Sus Alas están representados todos los escogidos; por eso Sus Alas: el ministerio de Moisés y Elías, traerá salvación, traerá la resurrección de los muertos y la transformación de los vivos, traerá el rapto de los escogidos.
Estamos viviendo en el tiempo del Ángel del Señor Jesús y la misión del Ángel del Señor Jesús, estamos viviendo en el tiempo en que el Ángel del Señor Jesús está cumpliendo, llevando a cabo, la misión para la cual el Señor Jesucristo le ha enviado.
Él ha comenzado su misión; no ha terminado toda su misión, pero ya ha comenzado su misión; y en la misión del Ángel del Señor Jesucristo están todos los escogidos, en la misión del Ángel del Señor Jesucristo está toda la Obra que Dios está llevando a cabo y la que Él llevará a cabo en el futuro.
La misión del Ángel del Señor Jesucristo es nada menos que el cumplimiento de la Obra de Dios para el tiempo final. La realización de la Obra de Dios en el tiempo final es la misión del Ángel del Señor Jesucristo.
Por eso los escogidos no lo soltarán (los que están vivos) hasta que sean transformados. Y luego le podrán decir: “Ya puedes ir a Israel, porque ya hemos recibido la transformación de nuestros cuerpos; pero mientras tanto, aguántate entre nosotros”.
Pero no hay motivo para tener preocupaciones. En la misión del Ángel de Jesús está el llamado de los escogidos con Gran Voz de Trompeta, está también la Segunda Venida del Señor, está también la resurrección de los muertos, está también la transformación de los que están vivos; todo eso está en la misión y ministerio del Ángel del Señor Jesucristo.
Por esa causa los escogidos estarán tranquilos, seguros y confiados en lo que Dios ha prometido para ellos. Él ha prometido la transformación de nuestros cuerpos, para ser a imagen y semejanza del Señor Jesucristo, y eso es lo que estamos esperando en este tiempo bajo la misión y ministerio del Ángel del Señor Jesucristo.
Así que no hay pueblo más tranquilo y más seguro que el pueblo que ha recibido al Ángel del Señor Jesucristo y la misión del Ángel del Señor Jesucristo; y estamos en la misión del Ángel del Señor Jesucristo. Gracias a Dios que Él nos colocó en el tiempo final, en la edad del Ángel del Señor Jesucristo, en la misión que él estaría llevando a cabo.
Cada vez que un ángel o espíritu teofánico o ángel ministrador se hace carne, viene el Mensaje, la Palabra de Dios, a través del velo de carne en donde ese espíritu teofánico se manifiesta, se hace carne. Y eso ocurre no muy a menudo: en cada edad ocurrió una sola vez, ocurrió en el ángel mensajero de cada edad; así en el Nuevo Testamento como en el Nuevo Testamento también.
Y cuando eso ocurre, Dios ha enviado un espíritu de profeta, un espíritu ministrador en carne humana, para llevar a cabo la misión que corresponde a esa edad o a esa dispensación. Él viene con esa misión para llevar a cabo la Obra de Dios para ese tiempo, así es en nuestro tiempo.
Juan lo vio aproximadamente dos mil años atrás: antes de ese Ángel hacerse carne; también él vio a los siete ángeles de las siete edades de la Iglesia gentil, antes de esos ángeles o espíritus teofánicos hacerse carne en los mensajeros de las edades de la Iglesia gentil. Por eso los siete ángeles mensajeros de Apocalipsis, capítulo 1, dice que son los siete espíritus de Dios enviados en toda la Tierra, ¿haciendo qué? Llevando a cabo la misión que correspondía para cada edad, juntando a los escogidos de cada edad.
Ahora, ya hemos visto el gran misterio de los ángeles del Señor, los ángeles ministradores, los espíritus ministradores o teofánicos, que se hacen carne y luego ministran el Mensaje para la edad en que aparecen; y llevan por nombre el nombre que ellos tienen en el cuerpo físico, bajo ese nombre se les conoce a ellos en la Tierra; pero son espíritus ministradores de la sexta dimensión, de la dimensión de la teofanía.
Esos espíritus ministradores ya existen, pero nunca se habían encarnado, nunca habían estado vestidos de carne humana, hasta que llegó el tiempo en que les correspondía la misión a cada uno de ellos. Y la misión más grande, más gloriosa de todas, es la misión del Ángel del Señor Jesucristo en este tiempo final.
Y para eso, la Palabra, el Verbo, el Espíritu o cuerpo teofánico se hace carne en el tiempo final, y lleva a cabo la misión que le corresponde en este tiempo: llama con Gran Voz de Trompeta a todos los escogidos, los junta, los sella en sus frentes con el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo y Nombre Eterno de Dios, y les da la fe para el rapto y para la transformación, y para la resurrección; para que en esta edad se lleve a cabo la resurrección de los muertos, la transformación de los vivos y el rapto de todos los escogidos, de los que han de resucitar y de los que han de ser transformados.
Estamos en la edad, en el tiempo del Ángel del Señor Jesucristo llevando a cabo Su misión; para nosotros, de bendición; por lo cual le damos gracias a Dios, al Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, que envió a Sus ángeles en las siete edades de la Iglesia gentil y cumplieron su misión; y en esta nuestra Edad de la Piedra Angular, ha enviado Su Ángel para dar testimonio de estas cosas, y llevar a cabo Su misión con nosotros, Su misión en el Programa Divino. Fue un misterio grande, pero que en este tiempo ha sido abierto en la Edad de la Piedra Angular a todos los escogidos.
“EL ÁNGEL DE JESÚS Y SU MISIÓN”.
Dios les bendiga, Dios les guarde; muchas gracias por vuestra amable atención; y continúen pasando un feliz y próspero año 1989, así como estamos pasando un Nuevo Año dispensacional felices y contentos, llenos de la bendición de Dios.
Esperamos que en este año 1989, Dios, el Señor Jesucristo, por medio de Su Ángel Mensajero, lleve a cabo el resto de Su misión o lo que corresponde de Su misión para este año.
No sabemos, para los escogidos de entre los gentiles, si todo lo que Él ha de hacer con los escogidos de entre los gentiles, lo hará (lo que falta) en este próximo año, o si luego —para el año 1990— restará alguna cosa. No sabemos. Pero queremos recibir todo lo que Él tenga para este año 1989, y queremos que el Ángel del Señor Jesucristo cumpla Su misión, la parte que corresponde al año 1989.
Y nosotros también, todos, tenemos una misión.
En Apocalipsis capítulo 22 y verso 17, dice:
“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”.
Esa es la misión del Espíritu Santo, del Espíritu del Señor, por medio de Su Ángel Mensajero y la Esposa del Cordero. Tienen una misión muy grande aquí en la Tierra: es ofrecerles a los seres humanos la oportunidad de tomar del Mensaje de Agua de Vida gratuitamente, para que vivan eternamente, para que no se les escape la Vida; porque luego no hay otra oportunidad para recibir el Agua de vida eterna, solamente en esta vida que estamos viviendo.
Por eso el Señor Jesucristo y la Esposa dicen: “Ven”, como dijo el Señor Jesucristo dos mil años atrás: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”7.
Y ahora, en nuestro tiempo, el Espíritu del Señor Jesucristo por medio de Su Ángel Mensajero y la Esposa del Señor Jesucristo, la Esposa del Cordero, teniendo el Agua de vida eterna, dicen: “Si alguno tiene sed, venga, y tome del Agua de la Vida gratuitamente”.
Porque el Ángel del Señor Jesucristo tiene el Agua de vida eterna, el Mensaje de vida eterna, y lo ha dado a la Esposa del Cordero; y la Esposa del Cordero también lo tiene. Por lo tanto, el Espíritu y la Esposa (el Espíritu en el Ángel del Señor Jesucristo, y la Esposa), dicen: “Si alguno tiene sed, venga (¿a dónde?) al Espíritu del Señor Jesucristo en el Ángel Mensajero, y a la Esposa del Cordero”. ¿Para qué? “Venga y tome del Agua de la Vida gratuitamente”. Esa es la misión del Ángel del Señor Jesucristo y de la Esposa del Cordero.
Trabajemos en esa misión en este año 1989, como también hemos trabajado en años anteriores.
Tenemos una gran misión. No solamente yo la tengo, sino que ustedes también la tienen; pues a ustedes les ha sido concedido el Agua de la vida eterna; por lo tanto, tenemos en nuestras manos, en nuestra edad, lo que todos los seres humanos necesitan para vivir eternamente: necesitan el Agua de la vida eterna, y nosotros la tenemos.
Tomamos de ella, pero es un río inagotable, es un Mensaje inagotable; por lo tanto, el Espíritu a través del Ángel del Señor Jesucristo, y la Esposa, lo tienen a la disposición de todos los seres humanos: lo tienen en videos, en cintas magnetofónicas, en folletos, y en todas las formas en que es posible hacer llegar el Mensaje a los seres humanos.
Por eso: “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de la profecía de este libro”8, los que oyen el Mensaje de Agua de vida eterna del Ángel del Señor Jesucristo, el cual le ha sido dado a la Esposa del Cordero.
“Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía”, del Mensaje profético del Ángel del Señor Jesucristo en Su misión en esta Tierra.
Dios les continúe bendiciendo a cada uno de ustedes, y adelante en este tiempo final. Adelante, sin mirar hacia atrás, porque nuestra transformación, nuestra redención, está cerca.
El Dios de los espíritus de los profetas ha enviado a Su Ángel para dar testimonio de estas cosas, y llevar a cabo Su misión en esta Tierra.
“EL ÁNGEL DE JESÚS Y SU MISIÓN EN LA TIERRA”.
Ayer en la noche, el último día del año 1988, estuvimos haciendo una transmisión telefónica a Guatemala, donde estaban reunidos todos allá en Guatemala a las 7:00 de la noche, hora de Puerto Rico, y a las 5:00 de la tarde, hora de Guatemala (hay dos horas de diferencia). Así que a las 5:00 de la tarde estábamos allá en Guatemala, hora de Guatemala, hablándole la Palabra de Dios; luego a las 12:05, o sea, ya en el año 1989, estábamos transmitiendo para Venezuela, a San Félix, Venezuela.
No les hicimos saber que íbamos a llevar a cabo estas dos actividades, porque de hacerlo hubiéramos tenido que colocar un culto ayer en la noche, y ya hubieran regresado tarde a sus hogares; y para regresar hoy en la mañana era un poquito más difícil. Aunque para los escogidos no hay nada que ellos no puedan hacer, pero más bien fue considerándolos a ustedes.
En cuanto a mí, pues yo he venido con la misión de darles a conocer a todos ustedes el Programa Divino que corresponde a nuestro tiempo; y lo hago con alegría de mi corazón, de buena voluntad, dándole gracias a Dios por el privilegio tan grande que me ha dado de tener la misión de darles el Mensaje de Gran Voz de Trompeta, de la Trompeta Final y de la Trompeta del Año del Jubileo, y de los Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, a todos los escogidos.
Yo digo que realmente ha sido para mí un privilegio tan grande, que no tengo palabras para expresarle al Señor Jesucristo mi agradecimiento. Y solamente lo que puedo hacer, con sinceridad de mi corazón, es ofrecerle toda mi vida a Él, para que Él haga conforme a como Él ha pensado y ha determinado desde antes de la fundación del mundo para hacer conmigo. Anoche y esta madrugada le decía que estaba en Sus manos para hacer todo lo que Él desee hacer a través de mí.
Así que estaré en la Obra del Señor, en la misión que Él me ha encomendado, hasta que Él diga que ya todo ha terminado; pero por lo que he visto en la Escritura, continuaremos por el Milenio y por toda la eternidad trabajando en la Obra de Dios.
Así que vale la pena en este tiempo ponerse en las manos del Señor, para que Él haga lo que Él planificó hacer desde antes de la fundación del mundo con usted y conmigo.
Trabajemos en la Obra del Señor. Yo estaré trabajando, haciendo lo que Él me ha dicho que haga; cada cosa en su debido tiempo. Y juntamente con ustedes estaré trabajando, para que llegue a todo ser humano la oportunidad de tomar del Agua de la Vida gratuitamente. Y ustedes, yo sé que estarán conmigo en esa gran misión, de hacer que llegue esa última oportunidad para vida eterna a todo ser humano. Estaremos trabajando con alegría de corazón y con agradecimiento a Dios de que nos haya escogido para esa gran misión.
Así que adelante en la misión que nos ha tocado en este tiempo final.
Que Dios use, utilice, a cada uno de ustedes, al igual que a mí, en Su Obra, al máximo; y demos el ciento por ciento en Su Obra. Y nuestro trabajo en el Señor no es en vano9. El que siembra en abundancia, en abundancia y para vida eterna cosechará10. Y al que mucho le es dado, mucho le es demandado11.
A nosotros nos ha sido dado mucho, el máximo, la plenitud; por lo tanto, Él demanda más de lo que demanda a los de las edades de la Iglesia gentil.
Así que adelante con nuestra misión, y adelante con el Ángel del Señor Jesús y Su misión en la Tierra, la cual Él comparte con todos nosotros.
Bueno, Dios continúe bendiciendo a cada uno de ustedes…
No hay forma para concluir en este primer día del año, pero el domingo continuaremos, porque el domingo estaremos nuevamente con ustedes. Nuestro hermano Bermúdez llega… nuestro hermano Bermúdez llegará el viernes próximo, y el domingo próximo ya estará con nosotros, para hablar con cada uno de nosotros de la Obra, la misión que tenemos por delante, el trabajo que tenemos por delante, y cómo hacer el trabajo en la forma más efectiva, sin pérdida de tiempo y de dinero: aprovechando bien el tiempo, bien el dinero, y bien todo lo que Dios nos ha dado.
Así que el domingo próximo nuestro hermano Bermúdez estará aquí con nosotros, yo estaré también aquí con ustedes; y después no sé, porque el viernes próximo nuestro hermano Bermúdez estará dándome el itinerario del nuevo año, y ahí he de saber el trabajo de los primeros meses del año para la América Latina, y he de saber los domingos que he de estar con ustedes en este lugar.
Pero en algunas ocasiones estaremos haciendo transmisiones vía telefónica, vía satélite, por la vía telefónica, para que ustedes escuchen lo que está siendo predicado en otros países; y también a través de los videos estarán viendo y escuchando la Palabra de Dios, para así mantenerse cada uno de ustedes perseverando en la Palabra de Dios hasta ser transformados.
Así que hasta el domingo, Dios mediante. Pasen todos muy buenas tardes.
“EL ÁNGEL DE JESÚS Y SU MISIÓN EN LA TIERRA”.
[Revisión mayo 2021]
1 Malaquías 4:5
2 Hebreos 1:14
3 Apocalipsis 1:20
4 1 Corintios 15:51-52
5 Apocalipsis 19:10, 22:8-9
6 Génesis 32:24-28
7 San Juan 7:37-39
8 Apocalipsis 1:3
9 1 Corintios 15:58
10 2 Corintios 9:6
11 San Lucas 12:48