El despertamiento en la América Latina

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes, y también a cada uno de ustedes que a través de la línea telefónica en esta noche están escuchando esta actividad en los diferentes lugares de la América Latina, del Caribe, y también diferentes lugares de Norteamérica.

Es para mí una bendición muy grande estar con ustedes y tener la oportunidad de darles a conocer el Programa Divino que ha comenzado a llevarse a cabo en la América Latina y en el Caribe para beneficio de todos los latinoamericanos.

En esta ocasión quiero leer una Escritura que se encuentra en Apocalipsis, capítulo 21, verso 6, y dice así:

“Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”.

“EL DESPERTAMIENTO EN LA AMÉRICA LATINA”.

A través del tiempo Dios ha estado llevando a cabo Su Obra en cada generación, en cada dispensación y en cada edad, y encontramos que Dios se ha movido de un lugar a otro en este planeta Tierra, llevando a cabo Su Obra.

Hemos visto a Dios moviéndose en medio del pueblo hebreo. Vimos a Dios allá hablándole a Abraham y dándole promesas; luego lo hemos visto con Isaac, luego con Jacob, luego con las tribus de Israel; también lo vimos con José: hablándole a José, mostrándole las cosas que acontecerían.

Lo vimos también pasando a Egipto; pasó a Egipto cuando José fue llevado a Egipto. Y allí estuvo Dios manifestándose y revelándose a José, y a través de José mostrándole al faraón la interpretación de aquellos sueños que tuvo el faraón, y mostrándole a José lo que era necesario hacer para no perecer en aquellos días que vendrían: primero siete años de abundancia sobre la Tierra y luego siete años de escasez1.

Encontramos que donde Dios tiene a Su profeta mensajero, ahí Él está y ahí Él se revela, y trae bendición en el lugar en donde Él tiene a Su mensajero.

Así que encontramos que cuando José se encontraba en Egipto, el resto de los hermanos de José y el mismo Israel se encontraban en problemas; porque cuando comenzó la escasez, aquella tremenda sequía, y comenzaron aquellos problemas, tuvo problema Jacob (o sea, Israel), tuvo problema cada uno de los cabezas de tribu con sus familias; o sea, setenta personas por todas, las cuales vivían en Israel, en la tierra de Israel. Jacob y su familia estaban en problemas; pero vean ustedes, José estaba en tierra gentil, en Egipto, y José no tenía ningún problema.

José estaba colocado como el segundo en el reino de faraón2; y José, por cuanto tenía la revelación divina, él había aplicado toda aquella revelación divina que había recibido para evitar que aquel tiempo de sequía causara la muerte de los egipcios. Por lo tanto, José más bien estaba en una posición muy buena, y no estaba pasando hambre, no estaba teniendo ningún problema; más bien estaba dirigiendo todos los negocios del faraón.

Ahora, de la tierra de Israel vinieron los hermanos de José buscando alimento en Egipto o a Egipto3. Ellos no sabían por qué en Israel estaban aquellos problemas, y en Egipto estaba el alimento para las personas. Y esto era así porque donde está el profeta ungido por Dios para la hora, ahí está el Alimento del pueblo de Dios.

Ahora, en este caso era alimento físico, pero también el alimento espiritual se encontraba en Egipto, porque allí estaba José con la revelación divina.

Así que José conocía todo el Programa Divino; aun José también sabía que a los 400 años…, y todavía no habían llegado los hermanos de José y su padre, y el resto de la familia no habían llegado a Egipto; y ya José sabía que después de 400 años de estadía del pueblo hebreo en Egipto, ellos saldrían libres y regresarían a la tierra de Israel.

Por esa causa, José, antes de morir, dijo que no dejaran allí sus huesos, sino que los llevaran a la tierra de Israel4, pues él también sabía que ellos saldrían después de los 400 años de estadía en Egipto; y también él sabía que la resurrección, esa primera resurrección en la primera etapa de la Venida del Señor… La primera etapa de la Venida del Señor es la Primera Venida; la segunda etapa de la Venida del Señor es la Segunda Venida.

Ahora, la primera etapa de la Venida del Señor, la Primera Venida, se efectuaría en la tierra de Israel, y se llevaría a cabo la resurrección de los santos del Antiguo Testamento en la tierra de Israel.

Por esa causa José quería estar allí, o sea, sus huesos estar en la tierra de Israel, para que cuando ocurriera la resurrección de los santos del Antiguo Testamento, él resucitar y aparecer allí en la tierra de Israel.

Porque donde estaría el Mesías en Su Primera Venida (en la tierra de Israel), ahí se llevaría a cabo la resurrección de los santos del Antiguo Testamento.

Ahora, vean ustedes que donde está el Ungido de Dios para cada edad o dispensación, ahí está el Espíritu de Dios, el Pilar de Fuego, la Columna de Fuego; ahí está también llevándose a cabo el Programa Divino que Dios tiene para esa edad o esa dispensación. Y por esa causa, en esa área, nación o continente se lleva a cabo un progreso en el campo espiritual, y también se refleja en el campo natural o físico.

Encontramos que eso ha sido así siempre, y más cuando se recibe al mensajero que Dios envía. Cuando se recibe su Mensaje, se reciben todas las bendiciones que Dios tiene para ese tiempo con promesas de más bendiciones para otros tiempos; pero cuando se rechaza al mensajero, ahí se rechazan todas las bendiciones que tiene Dios para ese tiempo y para tiempos futuros también.

Porque “el que recibe a profeta en nombre de profeta, merced de profeta recibe”5, recibe todo el beneficio para lo cual Dios lo envía. Y el que lo recibe, recibe al que lo envió; pero el que lo rechaza, rechaza al que lo envío. Y al rechazar al que lo envío: ha rechazado todas las bendiciones que el que lo envió tenía para ese lugar.

Por eso el pueblo hebreo, cuando rechazó a Jesús, rechazó todas las bendiciones que Él traía; y esas bendiciones luego pasaron al pueblo gentil. Y el pueblo gentil comenzó a recibir bendiciones espirituales, y luego esas bendiciones espirituales se reflejaron también en lo físico; y el pueblo gentil comenzó a progresar científicamente, económicamente y en todos los ordenes humanos.

Por lo tanto, vean ustedes, el Señor Jesucristo como el Mesías comenzó a ser recibido entre los gentiles luego de ser rechazado por el pueblo hebreo, y luego de ser crucificado, sepultado, y resucitar al tercer día, y ascender al Cielo. Luego empezó la bendición que el pueblo hebreo rechazó: comenzó entre los gentiles.

Y Dios levantó a Saulo de Tarso, y le dijo: “Yo te he puesto por Luz a los gentiles, para que anuncies y lleves mi Nombre a los gentiles”6. Y San Pablo comenzó a llevar el Mensaje del Señor Jesucristo en medio de los gentiles.

¿Y qué aconteció? El Pilar de Fuego, la Columna de Fuego, que había aparecido a Moisés y había guiado a Moisés para el éxodo del pueblo hebreo (sacarlos de la tierra de Egipto y llevarlos a la tierra de Israel); ese Pilar de Fuego que le apareció a Moisés y que guio a Moisés, y que guio al pueblo hacia la tierra prometida, y que entró en el templo que hizo Moisés: entró al lugar santísimo y allí se mantuvo; y luego, cuando entraron con el arca del pacto a la tierra de Israel, allí estaba ese Pilar de Fuego, esa Columna de Fuego: Dios allí en medio del pueblo hebreo morando.

Cuando Salomón hizo el templo, y colocaron el arca del pacto dentro del templo en el lugar santísimo, encontramos que allí se manifestó la Gloria de Dios, y allí permaneció en ese templo aquella Columna de Fuego: Dios manifestado en esa teofanía.

Pero luego, cuando apareció el Señor Jesucristo en la Tierra, esa Columna de Fuego estaba dentro de aquel hombre: de Jesús de Nazaret. Y luego encontramos que al ser rechazado, esa Columna de Fuego luego le apareció a San Pablo, y le dijo7:

—“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón”.

Saulo le dijo: “¿Quién eres, Señor?”.

Él reconoció que era Dios, que era Elohim, que era el mismo Dios que le había aparecido a Moisés en aquella Luz, aquella Columna de Fuego, en aquella zarza, aquel arbusto. Y aquella Luz le dijo a Saulo:

—“Yo soy Jesús, a quien tú persigues”.

Y le dio allí su misión; le dijo para qué lo había escogido. Le dijo que había sido escogido para llevar el Nombre de Jesús a los gentiles8.

Así que cuando San Pablo —Saulo convertido en el gran apóstol San Pablo— llevó el Mensaje a los gentiles, aquella Columna de Fuego que le dijo a Saulo: “Yo soy Jesús”, se movió de en medio del pueblo hebreo a los gentiles; y comenzaron a caer las bendiciones de Dios sobre los gentiles; y comenzaron a caer las plagas de Dios, los juicios de Dios, sobre el pueblo hebreo.

Encontramos que en el año 70 (ahí en esa fecha más o menos) el templo fue destruido, mostrando que ya no estaba Dios allí. ¿Dónde estaba? Estaba entre los gentiles moviéndose, llevando a cabo Su Obra y derramando Sus bendiciones sobre los gentiles.

Porque donde Dios lleva a cabo Su Obra y es recibido, ahí vienen las bendiciones divinas, las cuales primeramente se manifiestan en lo espiritual, y luego se reflejan en lo natural, en lo físico también, produciendo un cambio y un adelanto en ese sitio en donde Dios se manifiesta.

Vean ustedes que en una ocasión, en medio del pueblo hebreo, el arca del pacto fue dejada en la casa de una persona, y comenzó a progresar esa persona, porque recibió el arca del pacto9. Él hubiera deseado que todo el tiempo dejaran el arca del pacto allí en su finca, en su hacienda; porque donde está Dios, ahí está la bendición de Dios.

Ahora, encontramos que Dios se movió a los gentiles, aquella Columna de Fuego, conocida en el Nuevo Testamento como Jesús. Él había dicho: “Salí del Padre y vuelvo al Padre; salí de Dios y vuelvo a Dios”10. Él había salido de Dios. Él era aquella Luz que le apareció a Moisés. Y cuando ascendió al Cielo, luego volvió a ser aquella Columna de Fuego, la cual descendió nuevamente a la Tierra. Y ha estado viajando desde la tierra de Israel hacia y en medio de los gentiles. Viajando por las tierras gentiles Moisés la encontró en tierra gentil.

Ahora, viajó a Asia Menor porque allí estaba el mensajero de la primera edad, en Asia Menor, llevando a cabo su ministerio en la Obra de Dios. Por lo tanto, la Obra de Dios se llevó a cabo en Asia Menor en la primera edad; y ahí derramó Dios Sus bendiciones espirituales y también Sus bendiciones en lo físico; y hubo un adelanto grande en Asia Menor.

Luego pasó a Europa la Columna de Fuego, y allí levantó al segundo ángel mensajero de la segunda edad; y allí se llevó a cabo la Obra de Dios, la Obra de la Columna de Fuego, del Pilar de Fuego; y eso produjo un despertamiento en Europa, un despertamiento en lo espiritual y también en lo físico. Por lo tanto, hubo un progreso grande en el campo espiritual en el Programa Divino; y también eso se reflejó en un progreso en lo económico, en lo social, en lo científico, en Europa.

Y luego de la segunda edad, con la partida del mensajero y los escogidos de esa segunda edad, luego comenzó la tercera edad, en donde se movió esa Columna de Fuego, el Pilar de Fuego, Dios, el Señor Jesucristo; y ahí en Europa volvió Dios a enviar otro mensajero: el tercer ángel mensajero de la tercera edad; y se llevó a cabo la tercera edad en Europa también. Por lo tanto, otra bendición grande para Europa, dando lugar también a bendiciones físicas, bendiciones económicas, bendiciones en todos los sentidos.

Porque cuando Dios da un paso hacia adelante en Su Programa, el mundo científico puede entonces dar un paso; o sea, se abre una puerta para un adelanto en el campo científico, económico, social…, en todos los campos humanos.

Luego encontramos que terminó la tercera edad y comenzó la cuarta edad; Dios enviando a Su cuarto ángel mensajero en Europa también.

Así que Europa casi casi se quedó con todas las bendiciones de las edades de la Iglesia gentil.

Luego fueron llamados los escogidos que Dios tenía para esa cuarta edad, el cuarto mensajero los llamó; y así fue dado el Mensaje para esa cuarta edad, y trajo grandes bendiciones para Europa.

Por esa causa usted ve que Europa fue aumentando y aumentando en progreso, en conocimientos, en todos los campos; y podemos ver que Europa es un lugar muy adelantado.

Ahora, por cuanto el progreso terrenal procede del árbol de ciencia del bien y del mal, todo eso es temporal; porque el fruto del árbol de ciencia del bien y del mal no es para vida eterna.

Ahora, pero el que Dios en Su Programa dé un paso hacia adelante y camine de una edad que ha terminado, y comience una nueva edad con un nuevo mensajero, eso da lugar a que las personas, las naciones, donde Dios lleva a cabo ese Programa, también se adelanten en el conocimiento de las cosas humanas, producto del árbol de ciencia del bien y del mal. Algunas veces lo usan más para mal que para bien; por eso es del bien y del mal. Así que los descubrimientos, los adelantos científicos que obtienen, o los usan para bien o para mal.

Ahora, también podemos ver que luego de la cuarta edad, al terminar, comenzó la quinta edad, también en Europa. Luego de la quinta edad con su mensajero y los escogidos de esa edad, luego, al terminar esa edad, comenzó la sexta edad, también en Europa.

Así que se quedó Europa ¿con cuántas edades? Cinco edades; con cinco ángeles mensajeros, cinco europeos siendo ángeles mensajeros de la Iglesia gentil, cada uno en su edad. Y aunque Europa, la Comunidad Europea, no entienda, no se den cuenta por qué ha tenido todo el progreso que ha tenido, ha sido porque en Europa se han realizado cinco etapas de la Iglesia gentil.

Luego, el Espíritu de Dios, el Pilar de Fuego, la Columna de Fuego, el Señor Jesucristo en forma de Columna de Fuego, se movió de Europa a Norteamérica. Y en Norteamérica llevó a cabo una Obra maravillosa: produjo un despertamiento espiritual en la séptima edad de la Iglesia gentil, lo cual produjo un adelanto grande en lo científico, económico, social, y en todos los demás campos de los seres humanos.

Y Norteamérica no se ha dado cuenta quizás, de que todo el adelanto que ha tenido ha sido por causa de que el Espíritu de Dios, el Señor Jesucristo en la forma de Columna de Fuego, se movió de Europa a Norteamérica.

Por esa causa ustedes pueden ver que de Europa se movieron los que colonizaron a Norteamérica. De Inglaterra se movieron hacia Norteamérica y colonizaron a Norteamérica; y ahí se movió la Columna de Fuego, el Pilar de Fuego, para llevar a cabo la Obra correspondiente para Norteamérica.

Ahora, noten ustedes una cosa: que Dios coloca en el lugar donde va a llevar a cabo Su Obra, a Su simiente, los escogidos, para el tiempo en que va a llevar a cabo esa Obra.

Vean ustedes, de Europa trajo a Norteamérica a los ingleses, para colonizar a Norteamérica; y luego también entraron de Europa, de otras naciones de Europa, más personas. Y Norteamérica ha venido a ser no solamente una nación formada por ingleses que viajaron de Inglaterra, sino que hay de Italia, también de Francia y de muchísimas otras naciones europeas, y de otros lugares también.

Ahora, miren ustedes una cosa: también el mensajero que iba a estar en Norteamérica, su padre es descendiente irlandés.

Así que vean ustedes cómo Dios mueve todo para el lugar en donde Él va a llevar a cabo Su Obra. Y Él va moviéndolo todo para que Su simiente, los hijos de Dios, se encuentren en el lugar en donde Dios va a llevar a cabo Su Obra.

Ahora, luego de la Obra que llevó a cabo en Norteamérica y ese despertamiento grande que produjo en Norteamérica, el Señor Jesucristo en la forma de Columna de Fuego se ha movido para la América Latina, Puerto Rico y todo el Caribe. Por esa causa usted encuentra en la América Latina, Puerto Rico y el Caribe una mezcla de naciones: usted encuentra europeos, usted encuentra norteamericanos, usted encuentra de todas las naciones en la América Latina y el Caribe.

El papá o el abuelo o el bisabuelo o tatarabuelo, vino de España o vino de Italia o vino de algún país de Francia, o de algún otro país de Europa o de Norteamérica, o de algún otro lugar. ¿Por qué? Porque en la América Latina y el Caribe Dios llevaría a cabo la Obra final, que introduciría el glorioso Reino Milenial y que quitaría el reino del anticristo de la Tierra. Todo esto señalado para el fin del tiempo, para una nueva dispensación.

Porque para la segunda dispensación, el cambio del reino gentil al Reino de Dios no se podía llevar a cabo durante la segunda dispensación; porque la segunda dispensación estaba bajo – o el reino gentil está bajo la dispensación segunda; o sea, los pies – las piernas de hierro, y pies de hierro y de barro cocido del reino de los gentiles.

Ahora, hace algún tiempo comenzó una nueva etapa, la cual está señalada en la era de Acuario; y la era de Acuario corresponde a la América Latina. Corresponde entonces, la Obra que se llevará a cabo bajo esa era, a los latinoamericanos; lo cual señala un cambio grande para los latinoamericanos, incluyendo a los caribeños.

Y la América Latina, por cuanto no recibió sus bendiciones plenas bajo las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, y durante las edades de la Iglesia gentil no tuvo un mensajero, entonces todas las bendiciones para los latinoamericanos y caribeños corresponden a la Dispensación del Reino; y todas las bendiciones para los latinoamericanos están escondidas, están ahí, en la Dispensación del Reino, para ser materializadas en el glorioso Reino del Señor Jesucristo, el glorioso Reino Milenial.

En ese glorioso Reino Milenial, la América Latina tiene grandes bendiciones; lo cual señala que la América Latina no tiene las bendiciones en el reino de los gentiles, sino en el Reino de Dios; para comer, no del árbol de ciencia del bien y del mal…, como han comido las naciones que durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil han estado sobre la Tierra (con lo cual han logrado un adelanto grande en el campo científico, el cual han utilizado mayormente para la guerra o las guerras); sino que la América Latina y el Caribe tienen la oportunidad de comer del Árbol de la Vida para producir un adelanto espiritual en el Programa Divino y conforme al Programa Divino; y así que se le materialice —todo ese adelanto espiritual— en un adelanto también en el Reino de Dios, para vivir, no conforme a lo que las naciones llaman un adelanto, sino conforme a lo que Dios llama un adelanto para las naciones. Primeramente el adelanto en el conocimiento de Dios.

Por eso el profeta Zacarías en el capítulo 14 dice: “Y en aquel día todos me conocerán”11, o sea, “la Tierra será llena del conocimiento de Jehová”12, y “en aquel día Jehová será uno, y uno Su Nombre” [verso 9].

Ahora, vean que desaparecen las religiones, las sectas religiosas, y todos son llenos del conocimiento de Dios; y todos entonces estarán creyendo en Dios, todos en la misma forma. No habrá divisiones religiosas, sectarias, porque todos tendrán el conocimiento verdadero del Dios verdadero.

Ahora, todas estas son bendiciones que están a la disposición de la América Latina y el Caribe, porque el Señor Jesucristo en forma de Pilar de Fuego ha volado para la América Latina y el Caribe para llevar a cabo la Obra del fin del tiempo, que producirá la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de todos los que estamos vivos; y también introducirá el glorioso Reino Milenial.

Así que la Obra que Él lleva a cabo en este tiempo final es la Obra que traerá las grandes bendiciones prometidas para el glorioso Reino Milenial.

Y toda persona o nación que recibe la Palabra de Dios para esta nueva dispensación, para la Edad de la Piedra Angular, estará recibiendo las bendiciones de Dios, para cada escogido disfrutar de ellas en el glorioso Reino Milenial y luego por toda la eternidad. Y las naciones que en este tiempo final reciban este despertamiento, reciban la Palabra, tienen grandes bendiciones —ahí selladas en la Palabra— para poder pasar al glorioso Reino Milenial.

La América Latina tiene la oportunidad de pasar al glorioso Reino Milenial; el Caribe también tiene la oportunidad de pasar al glorioso Reino Milenial. ¿Por qué? Porque el Señor Jesucristo en la forma de Columna de Fuego se ha movido para Puerto Rico, el Caribe y toda la América Latina, llevando a cabo la Obra del fin del tiempo. Y donde está el Pilar de Fuego, la Columna de Fuego, Dios, el Señor Jesucristo en forma de Columna de Fuego: ahí Él envía Su mensajero, y ahí se lleva a cabo la Obra de Dios; por lo tanto, ahí entonces está la bendición de Dios para toda persona y toda nación. Eso produce un despertamiento espiritual, primeramente, entre las personas y entre las naciones para recibir las bendiciones de Dios.

Este es: “EL DESPERTAMIENTO EN LA AMÉRICA LATINA”.

Ya el despertamiento en la América Latina ha comenzado; en la América Latina, incluyendo a Puerto Rico y todo el Caribe. Un despertamiento entre los latinoamericanos, un despertamiento espiritual, despertando a la realidad del Programa Divino correspondiente para nuestro tiempo, y despertando a la realidad de que el Programa Divino del fin del tiempo lo está llevando a cabo Dios en medio de los latinoamericanos.

Así que estamos despertando a la realidad del Programa Divino correspondiente para este tiempo final. Estamos entonces viviendo en el despertamiento en la América Latina.

“EL DESPERTAMIENTO EN LA AMÉRICA LATINA”.

Que Dios bendiga a todos los latinoamericanos; y les abra el entendimiento, el corazón, la mente, para que todos puedan ver lo que Dios está llevando a cabo en la América Latina y el Caribe; y así reciban la Palabra de esta hora final, y tengan así —todos— ese despertamiento latinoamericano en el corazón, en el alma, en la mente, en todas las esferas de la vida latinoamericana y caribeña.

“EL DESPERTAMIENTO EN LA AMÉRICA LATINA”.

Que Dios nos continúe bendiciendo, y continuemos disfrutando el despertamiento en la América Latina. ¡Yo lo estoy disfrutando con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente y con todas mis fuerzas! ¡Disfrútenlo ustedes también!

Pasen todos muy buenas noches, y Dios continúe bendiciéndonos a todos en este despertamiento en la América Latina.

Con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín.

“EL DESPERTAMIENTO EN LA AMÉRICA LATINA”.

[Revisión julio 2022]

1 Génesis 41:1-36

2 Génesis 41:37-45

3 Génesis 42:1-5

4 Génesis 50:24-25

5 San Mateo 10:41

6 Hechos 13:47

7 Hechos 9:1-5

8 Hechos 9:15

9 2 Samuel 6:11

10 San Juan 16:28

11Jeremías 31:34, Hebreos 8:11

12 Habacuc 2:14, Isaías 11:9

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