Un pueblo bien apercibido

IV Encuentro Juvenil del Cono Sur “La Juventud del Nuevo Mundo”

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición muy grande estar con ustedes en esta noche, y tener esta bendición de poder dirigirme a ustedes con la Palabra de Dios.

En esta noche quiero leer un verso de la Escritura; se encuentra en Primera de Corintios, capítulo 14, verso 8, y dice así:

Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?”.

“Si la Trompeta diere sonido incierto, ¿quién se prepa­rará para la batalla?”.

UN PUEBLO BIEN APERCIBIDO”, un pueblo bien preparado.

Si la Trompeta da sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla? Nadie, porque no sabe lo que tiene que hacer; porque cada sonido tiene un significado. Pero si la Trompeta da sonido cierto: se tendrá un pueblo bien prepara­do, bien apercibido para la batalla correspon­diente para esa edad y esa dispensación.

A través de la historia del pueblo hebreo encontramos que se tocaban diferentes trompetas en diferentes festividades del pueblo hebreo; y cuando sonaba esa trompeta, el pueblo sabía lo que tenía que hacer, el pueblo sabía lo que esa trompeta estaba diciendo, el pueblo sabía el significado de esa trompeta.

Encontramos que para el año del jubileo se tocaba la trompeta el día diez del mes séptimo, el día de la expiación; y cuando el pueblo escuchaba esa trompeta sabía que todo quedaba libre: las propiedades quedaban libres automáti­camente con el sonido de esa trompeta del año del jubileo, y los que estaban como esclavos todavía en ese tiempo, quedaban libres comple­tamente; y se pregonaba por toda la Tierra un mensaje, un mensaje de libertad, se pregonaba libertad en toda la Tierra.

Ahora, vean ustedes, si esa trompeta se tocaba o el día antes o el día después del día de la expiación, del día diez, no significaba lo mismo; por lo tanto, el pueblo no recibía el mismo beneficio.

Ahora, a través de la Escritura en el Nuevo Testamento, en cada edad se tocó la Trompeta o Mensaje del Señor Jesucristo para cada edad.

Vean ustedes, en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10, la Voz del Señor miren cómo suena, con qué es comparada la Voz del Señor. Apoca­lipsis, capítulo 1, verso 10, dice:

“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta”.

“Una Gran Voz como de trompeta”, esa es la Voz del Señor.

Esa Voz, a través de cada edad de la Iglesia gentil fue escuchada; y cuando esa Voz fue escuchada en el ángel mensajero de cada edad, ese fue el Mensaje de Dios para esa edad; y cuando el pueblo escuchó ese Mensaje, esa Trompeta: se preparó, fue apercibido para la batalla espiritual que se llevaría a cabo en esa edad.

Ahora, cada edad ha tenido su batalla, una batalla en y por la fe; en la cual, los que han escuchado la Trompeta, la Voz del Señor Jesu­cristo, siendo sonada a través del mensajero de cada edad, los que la escucharon se apercibieron, estaban bien preparados para hacerle frente a la batalla de aquel tiempo, y obtener la victoria; porque fueron… o estaban bien apercibidos por­que la Trompeta dio sonido cierto, dio el Mensa­je correspondiente para esa edad.

Y ahora, cuando han terminado las siete edades o etapas de la Iglesia gentil, y ha termi­nado esa dispensación segunda, la dispensación de la Iglesia gentil, encontramos que ha comen­zado la Dispensación del Reino; porque así como las edades se entrelazan unas con otras, también las dispensaciones.

Encontramos que para la Dispensación del Reino tenemos la Edad de la Piedra Angular, en donde la Voz de Cristo suena, habla a Su pue­blo. La Voz de Jesucristo hablándonos en la Edad de la Piedra Angular, en este tiempo final, no es otra cosa sino el Mensaje Final de Jesu­cristo.

Y siendo que la Voz de Jesucristo se simbo­liza o se representa en una trompeta, siendo el Mensaje Final es la Trompeta Final; la Trompeta Final sonando y dando sonido cierto, dando el Mensaje cierto, el Mensaje fiel y verdadero, que corresponde para la Edad de la Piedra Angular y para la Dispensación del Reino; dando el Mensaje del Evangelio del Reino, para todos estar bien apercibidos y enfrentarnos a la batalla espiritual que se pelea en esta nuestra edad y nuestra dispensación.

Porque el enemigo atacará a los hijos de Dios para tratar de vencer a los hijos de Dios, para tratar de destruir la fe de los escogidos de Dios; pero los escogidos de Dios, al estar escu­chando la Trompeta Final dando el sonido cierto del Mensaje del Evangelio del Reino, dando el sonido cierto del Mensaje Final de Jesucristo, dando así a conocer las cosas que deben suceder pronto, quedan apercibidos, preparados —todos los escogidos—, para enfrentarse a toda batalla, a toda lucha que tengan que enfrentarse en el tiempo final.

Sabemos que habrá una apretura; pero los escogidos, estando en el fin del tiempo escuchando la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta dando el sonido cierto, el Mensaje cierto del Evangelio del Reino: estarán bien apercibidos para enfrentarse a esa lucha, a esa batalla, a esa apretura que ha de venir, y en medio de esa apretura recibir la transformación de nuestros cuerpos; porque el sonido cierto de la Trompeta, la Voz del Señor, nos da la fe para ser transfor­mados, para recibir el nuevo cuerpo y escapar en medio de esa apretura.

Así que lo que se necesita en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular, en la Dispensación del Reino que ha comenzado, es la Trompeta Final dando el sonido cierto, el Mensaje fiel y verdadero, en donde nos muestra las cosas que deben suceder pronto.

Con el sonido cierto, con el Mensaje cierto de la Trompeta Final, los escogidos de Dios reciben el conocimiento de todas las cosas que deben acontecer pronto, en el fin del siglo; pronto, en la Edad de la Piedra Angular; pronto, en la Dispensación del Reino; pronto, en el fin del siglo en el cual nosotros estamos viviendo.

Para eso suena la Trompeta Final, dando el sonido cierto del Mensaje del Evangelio del Reino, y dando a conocer así las cosas que deben suceder pronto.

¿Dónde encontramos esta Trompeta, la Voz del Señor Jesucristo, en el fin del tiempo? Así como encontramos en las edades pasadas la Voz del Señor, la Trompeta correspondiente para cada edad, dando el sonido cierto, el Mensaje cierto de cada edad, ¿dónde la encontramos? En el ángel mensajero de cada edad.

¿Y dónde encon­traremos la Trompeta Final dando el sonido cierto, el Mensaje cierto del Evangelio del Reino? En el Ángel del Señor Jesucristo enviado para dar testimonio de estas cosas.

Jesús dijo en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para dar testimonio de estas cosas en las iglesias”.

¿A quién envía Jesús? A Su Ángel. ¿Para qué? Para dar testimonio de estas cosas, de estas cosas que deben suceder pronto.

Viene con la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta dando sonido cierto: un Mensaje verdadero y fiel para todos los hijos de Dios, para que estén bien apercibi­dos para la batalla, para la batalla que tenemos que librar en nuestra edad y nuestra dispensación.

Pues el enemigo de Dios se levantará en algún momento contra el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, así como lo hizo en edades pasadas; pero un pueblo bien apercibido ¡no tiene miedo a nada!, porque la Trompeta ha dado sonido cierto.

Por lo tanto, el enemigo engañará, si es posible (pero no será posible), aun a los escogi­dos.

Pero no podrá engañar a los escogidos, porque no será posible; porque la Trompeta del Señor sonará1, dice la Escritura.

La Trompeta del Señor, la Voz del Señor Jesucristo, el Mensaje del Evangelio del Reino, sonaría y daría sonido cierto, el Mensaje cierto, el Mensaje correspondiente para la Edad de la Piedra Angular, el Mensaje correspondiente para la Dispensación del Reino. Y con ese sonido cierto la Trompeta prepara a todos los escogidos.

Si la Trompeta da sonido cierto, los escogidos se aperciben, se preparan, para esa batalla. Y obtendremos la Victoria del Amor Divino en la batalla que se libre en nuestra edad y nuestra dispensación. Y esto porque estamos bien aperci­bidos, porque estamos escuchando la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta dando sonido cierto, Mensaje cierto, Mensaje fiel y verdadero para nuestra edad y nuestra dispensación.

No está dando un sonido incierto, no está dando un Mensaje incierto, un Mensaje de una edad o dispensación pasada; sino el Mensaje prometido para este tiempo final, el Mensaje prometido para los escogidos en el fin del tiempo.

San Pablo dijo2: “He aquí, os digo un miste­rio: Todos ciertamente no dormiremos; pero todos (o mas todos) seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la Final Trompeta (esa es la Trompeta que da sonido cierto para los escogidos que van a recibir la transformación de sus cuerpos); por­que se tocará lo Trompeta, y los muertos en Cristo se levantarán primero (resucitarán), y nosotros los que vivimos seremos transforma­dos”.

¿Por qué? Porque estamos escuchando la Trompeta Final dando sonido cierto, dando el Mensaje cierto, el Mensaje fiel y verdadero para todos nosotros.

Podemos decir que tenemos, en la América Latina y el Caribe, un pueblo bien apercibido, ¡listo para la batalla!, ¡apercibido para la batalla!, para obtener la Victoria en el Amor Divino.

Estaría tan bien apercibido el pueblo de Dios, los hijos de Dios, en el fin del tiempo, que ya de antemano el Señor nos anuncia la gran victoria que recibiremos, mostrando que sería un pueblo bien apercibido, porque estaría escuchan­do la Trompeta Final dando sonido cierto.

Y somos nosotros los que estamos escuchan­do esa Trompeta Final dando el sonido cierto, el Mensaje cierto para nuestra edad y nuestra dispensación; y así hemos estado siendo prepara­dos para la batalla.

Estamos bien apercibidos: nada nos tomará por sorpresa. Y en todo seremos más que vence­dores.

El profeta Joel habla de un pueblo bien apercibido3. Dice: “Caminarán sobre los muros”. Dice también que “aun cayendo sobre la espada no se herirán”. Eso es un pueblo ¡bien apercibido!, ¡bien preparado!; un pueblo que no le tiene miedo a nada, ni a la muerte, ni a la vida tampoco.

Hay personas que tienen miedo de vivir en este planeta Tierra, le tienen miedo a la vida; y luego se quitan la vida, y es peor. Mejor es vivir los días que Dios le ha dado a uno, y estar bien apercibido para luchar en esta Tierra, ¡y obtener siempre la victoria en el amor divino!; conscien­tes de que estamos viviendo en este planeta Tierra por un propósito divino.

No hemos aparecido aquí en la Tierra por mera casualidad, sino por elección divina. Y eso es un privilegio: que Dios nos haya elegido a nosotros para ser las personas que vivirían en el fin del tiempo, y que vivirían en la América Latina y el Caribe, y que escucharían la Trompe­ta Final dando el sonido cierto; y seríamos bien apercibidos para la lucha espiritual que se realizaría en el fin del siglo.

Estamos siendo preparados por esa Trompeta que está dando sonido cierto, está dando el Mensaje cierto de la Escritura, prometido para este tiempo final; y por esa causa somos un pueblo bien apercibido.

Jóvenes, en este Cuarto Encuentro Juvenil (¿o quinto?)… Cuarto Encuentro Juvenil del Cono Sur: ¡Ustedes son una juventud bien aperci­bida!, una juventud que está siendo preparada para vencer toda prueba, toda batalla, y pasar al Nuevo Mundo que Él ha prometido.

Ustedes son la juventud del Nuevo Mundo. ¿Por qué? Porque están escuchando la Trompeta Final dando sonido cierto; y por esa causa están bien apercibidos para obtener la victoria en el fin del siglo y pasar al Nuevo Mundo.

UN PUEBLO BIEN APERCIBIDO. ¿Dónde está? ¡Aquí estamos!, en la América Latina y el Caribe.

UN PUEBLO BIEN APERCIBIDO”.

Y ese pueblo somos nosotros. No estamos hablan­do de otra gente, ni de otro pueblo, sino de nosotros; porque estamos escuchando esa Trom­peta Final, esa Gran Voz de Trompeta, dando un Mensaje cierto, un Mensaje verdadero; ese es un sonido cierto, un Mensaje cierto, verdadero de Dios, para todos los hijos de Dios, para ser un pueblo bien apercibido.

UN PUEBLO BIEN APERCIBIDO”.

Y yo estoy muy orgulloso de ese pueblo; yo estoy muy orgulloso del pueblo latinoamericano y caribeño que está escuchando la Trompeta Final dando sonido cierto, porque es un pueblo bien apercibido.

Que Dios nos continúe bendiciendo a todos, que Dios nos guarde; y que todas las bendicio­nes de la primogenitura sean sobre cada uno de nosotros.

Con nosotros Miguel Bermúdez Marín nuevamente. Y nos veremos mañana, Dios mediante, durante el día, y también durante la tarde o la noche, de acuerdo al programa que ustedes tienen; en la mañana estaré para saludar­los también.

Es para mí un privilegio caminar en medio de un pueblo bien apercibido.

¡Estoy muy orgu­lloso de ese pueblo! ¡Estoy muy orgulloso de cada uno de ustedes!

Que Dios les continúe bendiciendo a todos.

UN PUEBLO BIEN APERCIBIDO”.

[Revisión agosto 2022]

1 1 Corintios 15:52

2 1 Corintios 15:51-52

3 Joel 2:1-11

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