La última bendición de Dios para esta generación

… y televidentes aquí en Potosí, Bolivia. Es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes estas bendiciones divinas escritas y prometidas para este tiempo en el cual estamos nosotros viviendo.

En esta noche quiero leer en San Mateo, capítulo 24, verso 1 al 3, y luego el mismo capítulo 24, versos 30 al 31. Y dice así la Escritura en San Mateo 24, verso 1 en adelante:

“Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.

Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.

Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?”.

Luego en San Mateo 24, verso 30 al 31, dice:

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.

Que Dios bendiga en nuestros corazones Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema para esta ocasión es: “LA ÚLTIMA BENDICIÓN DE DIOS PARA ESTA GENERACIÓN”.

Dios ha derramado bendiciones sobre la raza humana desde que Él creó al ser humano. Y de edad en edad y de dispensación en dispensación Dios ha tenido en Su Programa cosas para llevar a cabo, y las ha dado a conocer a la raza humana por medio de Sus profetas; pues dice el profeta Amós, capítulo 3, verso 7: “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos los profetas”.

Y por medio de los profetas de Dios es que nosotros hemos obtenido la Palabra de Dios escrita, llamada la Biblia.

Y ahora, Cristo promete grandes bendiciones para la gente bajo el Programa Divino correspondiente al Nuevo Testamento. Y de edad en edad Él ha estado enviando mensajeros, los cuales han predicado el Mensaje, han predicado el Evangelio; y por medio del ministerio que Él ha colocado en esos mensajeros, han venido al conocimiento de la verdad millones de seres humanos, y han recibido a Cristo como su Salvador.

Ahora vean cómo algo que comenzó allá en la tierra de Israel: la venida de Juan el Bautista y la Venida de Jesús de Nazaret a esta Tierra, vean, el pueblo hebreo no pudo comprender quiénes eran estos dos personajes tan importantes en el Programa Divino. Y los líderes de la religión hebrea tropezaron en aquellos dos profetas tan sencillos y los rechazaron; y estaban rechazando la bendición de Dios.

Por eso es que Cristo nos dice: “El que recibe a profeta en nombre de profeta, recompensa de profeta recibe”[1]. Viene a ser amigo de ese profeta, y viene a recibir las bendiciones que Dios le ha dado para traer a todos los hijos e hijas de Dios.

Ahora, el que rechaza a un Enviado de Dios está rechazando al que lo envió: al mismo Dios; y por eso el pueblo hebreo estaba rechazando al mismo Dios cuando rechazó a Jesús de Nazaret.

Y por cuanto Dios dice que cuando Él envía un profeta, las personas están llamadas a escucharlo, como nos dice en Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 al 19, dice:

“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis…”.

¿A quién dice Dios que la gente están llamadas a escuchar? Al profeta que Dios envía; porque él viene enviado por Dios con el Mensaje de Dios para ese tiempo. Dice:

“… conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.

Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.

Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca (¿Dónde Dios coloca Sus palabras? En la boca del profeta que Él envía), y él les hablará todo lo que yo le mandare”.

¿Qué estará hablando, qué estará predicando el profeta que Dios envía? Todo lo que Dios le mande para el pueblo.

Por eso Jesús decía: “Yo no hablo nada de Mí mismo; sino lo que Yo oigo al Padre hablar, eso es lo que Yo hablo”[2]. “Y las obras que Yo hago, no las hago de Mí mismo, sino como Yo veo al Padre hacer, así es como Yo hago”[3]. “Y el Padre que mora en Mí, Él hace la Obra”[4].

Ahora podemos ver lo que es un profeta de Dios: es un hombre enviado de Dios en el cual está la Palabra de Dios para el tiempo que es enviado. Es un hombre con las dos consciencias juntas (consciente y subconsciente), y por consiguiente puede ver en otras dimensiones, y puede escuchar la Voz en otra dimensión, y puede ver en otra dimensión; y así él puede tener comunión con Dios, hablar con Dios y Dios con él, y Dios decirle lo que él tiene que hablarle al pueblo.

Y aquellos que no lo escuchen tienen —delante de Dios— una situación muy pero que muy difícil. Dice:

“Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta”.

¿Qué será de las personas que no escuchen al profeta que Dios envía para el tiempo en que él aparece con el Mensaje de Dios? Dios le pedirá cuenta.

Ahora, los que lo reciben pues reciben las bendiciones de Dios.

Ahora miren lo que sucedió con las personas que rechazaron a Cristo en Su Primera Venida; miren lo que sucedió con la ciudad de Jerusalén y con el templo allí en Jerusalén. Cristo, sabiendo lo que vendría para Jerusalén, lloró en aquel momento en que Él tuvo Su entrada triunfal a Jerusalén. Dice el capítulo 19 de San Lucas, verso 41 al 44:

“Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,

diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.

Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán,

y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación”.

“Por cuanto no conociste el tiempo de tu Visitación, vendrán todas estas cosas sobre ti”, dice Jesucristo a la ciudad de Jerusalén.

Y encontramos que en el año 70 el general romano Tito entró a Jerusalén, la cercó y luego la destruyó; destruyó los edificios del templo, destruyó el templo, y no dejaron piedra sobre piedra; y así se cumplió la profecía de Jesucristo.

Esa era una profecía que tenía que ser cumplida, y fue cumplida; y fue una profecía de juicio divino sobre Jerusalén y sobre el templo de Jerusalén, por cuanto no conocieron la Visitación de Dios en carne humana en la persona de Jesucristo, el profeta de Nazaret.

Ahora, podemos ver la responsabilidad que toda persona tiene delante de Dios cuando Dios envía un profeta a la Tierra, y podemos ver la bendición tan grande que hay para todos los seres humanos; porque en ese profeta viene la Palabra de Dios correspondiente a ese tiempo en que ha sido enviado, y por medio de ese profeta Dios da a conocer a la gente de ese tiempo las cosas que deben suceder.

Ahora, hemos visto todo lo que ha sucedido a través de la historia de la raza humana, y cómo Dios ha enviado profetas a la gente.

Ha enviado profeta al pueblo hebreo, y hemos visto que la mayor parte de ellos fueron rechazados por el pueblo hebreo, fueron rechazados por el rey y por el gobierno, y también por la religión hebrea; aunque la religión hebrea está basada en la revelación que Dios trajo por medio del profeta Moisés, la revelación del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.

Ahora, podemos ver que no todas las personas reciben al Enviado de Dios en el tiempo en que aparece.

Ahora, la pregunta es: ¿cómo conoceremos al Enviado de Dios para el tiempo en que nosotros vivimos?, porque para cada tiempo Dios tiene un Enviado con el Mensaje de Dios para ese tiempo.

Ahora, nosotros hemos llegado al fin del tiempo, fin del mundo y fin del siglo, hemos llegado al tiempo para el cual Jesucristo dijo que sería vista la señal del Hijo del Hombre en el cielo. Y este siendo el tiempo para ese tiempo, Dios ha prometido enviar Su Ángel Mensajero para dar testimonio de estas cosas que deben suceder pronto; pues Cristo en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, con esa Voz de Trompeta dice: “Sube acá, y Yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.

Las cosas que han de suceder después de las que ya han sucedido en las edades pasadas, Cristo promete darlas a conocer a todos los que escuchen Su Voz y suban donde Él está en este tiempo final.

Él ha estado, de edad en edad, en el ciclo divino o edad correspondiente y en el mensajero correspondiente a cada edad.

Y ahora, ¿en qué tiempo estamos delante de Dios?, ¿en qué edad estamos delante de Dios?, ¿y en qué dispensación estamos delante de Dios? Para eso necesitamos recibir ese conocimiento por medio del Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo, del último profeta enviado a la Tierra en este Día Postrero; porque por medio de Su Mensaje son dadas a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Cristo dijo: “Sube acá, y Yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”. Así que se requiere ver y recibir y escuchar al Ángel del Señor Jesucristo, para que nos dé a conocer todas estas cosas que deben suceder, como nos dice en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6 (y leo esta Escritura); dice:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.

¿A quién dice que ha enviado Dios? A Su Ángel. ¿Para qué? Para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Las cosas que deben suceder son dadas a conocer al pueblo de Dios, a los hijos de Dios, por medio de este Ángel Mensajero.

Este Ángel Mensajero es el último profeta que Dios enviaría a la Tierra, y eso es para el Día final o tiempo final. Este Ángel Mensajero es el profeta mensajero de la Dispensación del Reino, con el Mensaje del Evangelio del Reino, el cual gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Y todos los seres humanos que viven en la Tierra necesitan conocer este Ángel Mensajero y recibir su Mensaje, para poder comprender las cosas que estarán sucediendo en este tiempo final.

Miren, Jesucristo dijo que aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo. Y encontramos que, siendo esta una señal grande que Jesucristo dio, siendo esta la señal del Hijo del Hombre siendo vista en el cielo, dando testimonio esa señal de que la Venida del Hijo del Hombre es una realidad para los seres humanos; es una promesa real que Dios ha hecho para ser cumplida en este tiempo final.

Cuando apareció la señal de la Primera Venida de Cristo en el cielo, llamada la Estrella de Belén, encontramos que no todo el mundo entendió lo que significaba aquella luz o aquella Estrella llamada la Estrella de Belén; ni el sumo sacerdote, ni los doctores de la ley, ni los fariseos, ni los saduceos, ni los ministros de las sinagogas comprendieron que aquello era una señal celestial de que el Mesías estaba en la Tierra, de que el Mesías había ya nacido en la Tierra.

Pero los magos o sabios que vinieron de Babilonia, los cuales habían visto esa señal en el cielo, y la habían visto colocada sobre el territorio de Israel (o sea, mirando ellos de Babilonia hacia el territorio de Israel); ellos vieron esa Estrella, y ellos supieron que el Mesías ya había nacido, porque esa es una Estrella del Mesías, la señal del Mesías, la señal de la Venida del Hijo del Hombre.

Y ellos salieron de Babilonia hacia la tierra de Israel, llegaron a la tierra de Israel, llegaron a Jerusalén buscando al Mesías, preguntaron ellos:

[San Mateo 2:2] “¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente”.

Ellos habían llegado con una caravana que les acompañaba; y les acompañaban estas caravanas, y vinieron buscando al Mesías. Pero llegaron a Jerusalén, pensando que en Jerusalén tenía que estar, porque siendo ese el lugar del trono de David, y siendo ese el lugar del templo, entonces el Mesías tenía que estar allí para sentarse en el trono de David, y tenía que estar allí también para entrar al templo de Dios; pero estaba en otro lugar, estaba en Belén de Judea.

El rey Herodes convocó a aquellos sabios, y convocó también a los doctores de la ley, a los escribas, y a todas estas personas del pueblo hebreo, líderes religiosos, y preguntó a ellos dónde el Mesías tenía que nacer. Le dijeron: “Tiene que nacer en Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta”[5]. O sea que el profeta Miqueas, en el capítulo 5, verso 2, dice de dónde vendría el Mesías.

Y María era una descendiente del rey David, y José también[6]; por lo tanto, con el edicto que promulgó el rey para el censo, ellos tenían que ir allá a Belén de Judea y allá ser censados, y pagar los impuestos que fueran necesarios también, y así cumplir con la ley del gobierno.

Pero le tocó el tiempo de dar a luz, y dio a luz. No hubo lugar en el mesón o en el hotel o en el lugar de hospedaje, pues todo estaba lleno a causa de ese censo, y se fueron allá al pesebre, donde dejan los animales, y le echan comida ahí en el pesebre para que pasen la noche allí y coman mientras la noche pasa[7].

Y el niño Jesús nació allá en un pesebre, fue colocado allí en un pesebre, conforme a como el Arcángel Gabriel les dijo a los pastores, a los cuales les apareció y les dio las buenas nuevas o las buenas noticias del nacimiento del Mesías, del Rey de Israel, del Salvador del mundo. Y fueron a Belén de Judea los pastores, y encontraron al niño en un pesebre y con unos pañales[8].

Pero luego, los magos cuando fueron a Jerusalén buscando al Mesías, no estaba allí. Luego, al tener la noticia de que tenía que nacer en Belén (por lo tanto, tenía que estar en Belén), el rey le dijo a los magos: “Vayan a Belén, busquen al niño, lo adoran; y después vienen acá, me dan la información para yo ir a adorar también al niño”[9]; pero el propósito del rey era matar al niño.

Ahora, los magos llegaron a Belén de Judea siguiendo la Estrella, y cuando llegaron allá a Belén de Judea la Estrella estaba posada, señalando la casa donde estaba el niño Jesús con María y José; entraron a la casa y encontraron al niño allí[10].

Ahora, los pastores lo encontraron en un pesebre, y los magos lo encontraron en una casa. Parece una contradicción, pero no hay ninguna, porque los pastores lo encontraron en un pesebre porque había nacido en esa noche; y los magos lo encontraron en una casa porque ya hacía cerca de dos años que el niño Jesús había nacido y ya estaban viviendo en una casa.

Esa es la explicación, pues los magos dicen que esa Estrella comenzó a verse desde hacía dos años. Por eso después el rey mandó a matar a todos los niños de dos años hacia abajo, de acuerdo al tiempo en que la Estrella había comenzado a aparecer[11].

Así que el rey dijo en su corazón: “Si la Estrella comenzó a aparecer hace dos años atrás, pues el Mesías nació hace dos años, tiene ya dos años, de seguro. Para no fallar, mato a todos los niños de dos años hacia abajo, y ahí muere el Mesías”. Pero el Arcángel Gabriel le apareció a José y le dijo: “Toma al niño y a su madre, y vete a Egipto; porque buscarán al niño para matarlo”[12]. Y a los magos, les había dicho el Arcángel Gabriel que se regresaran a su tierra por otro camino, y así ellos hicieron[13].

Ahora, podemos ver cómo fue todo esto de la Primera Venida del Mesías. Todo ocurrió en una forma tan sencilla, en una forma tan común, que se les pasó por encima, por alto, todo lo que se cumplió en la Primera Venida de Cristo, comenzando con el nacimiento de Jesús.

Luego, más adelante, cuando ya Jesús comienza Su ministerio tiene cerca de 30 años de edad; comienza Su ministerio de tres años y medio, tiene ese poderoso ministerio cumpliendo lo correspondiente a la primera parte de la semana setenta; y todavía el sumo sacerdote, los doctores de la Ley, los ministros o sacerdotes de las sinagogas, todavía no habían encontrado al Mesías; de seguro no lo habían buscado.

Y ahora, cuando aparece de nuevo, aparece de Nazaret, y aparece como un joven carpintero, predicando luego el Evangelio, luego de ser bautizado por Juan el Bautista.

Ahora, todo sucedió en una forma tan sencilla y tan común, que tropezaron en el velo de carne en el cual se estaban cumpliendo las profecías de la Primera Venida de Cristo.

Ahora, nosotros tenemos que tomar en serio estas cosas, porque así como ellos tenían la promesa de la Primera Venida de Cristo y perdieron la bendición de la Primera Venida de Cristo, pues la rechazaron, nosotros tenemos la promesa de la Segunda Venida de Cristo. Y tenemos que tener nuestros ojos bien abiertos, porque el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo será todo tan y tan sencillo, que si no vigilamos tropezaremos con el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo, y pensaremos que no se ha cumplido la Segunda Venida de Cristo.

Ahora, el pueblo hebrero todavía está esperando la Venida de Cristo, la Venida del Mesías, la Venida del Rey de Israel; y ya vino hace dos mil años atrás, y no lo conocieron.

Ahora, Cristo dijo que aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo. Los discípulos le habían preguntado, le habían dicho: “Dinos, ¿qué señal habrá de Tu Venida?”. La señal de la Venida del Hijo del Hombre, Cristo dijo que sería mostrada en el cielo: “Y será vista… Y aparecerá entonces la señal del Hijo del Hombre en el cielo”; la señal del Hijo del Hombre en el cielo.

En febrero 28 de 1963 fue tomada esta foto, y fue publicada en la revista Ciencia y en la revista Life[14]; y fue publicado el reportaje – en el reportaje de que era una nube misteriosa, pues estaba a unas 26 millas de altura[15], donde los aviones no vuelan y donde no hay nubes, no hay humedad para formar nubes; y era de unas 30 millas de ancho por 50 millas de largo[16], era una nube gigante. Y no tenían una explicación a esa nube misteriosa. Y que fue visible por 28 minutos. O sea que después de las 6:00 de la tarde comenzó a verse esa señal en el cielo. Y la ciencia todavía tiene la interrogante de qué fue esa nube que apareció en el 1963, en febrero 28.

Pero ¿saben cuál es el misterio de esta nube? El misterio de esta nube es el siguiente: Para esta ocasión estaba el precursor de la Segunda Venida de Cristo en los montes de Arizona, por el área de Tucson, y fue arrebatado al cielo por siete ángeles que vinieron y se lo llevaron, y luego estuvieron allá en el cielo; y fue tomada esta foto.

Ahora, esta nube fue formada no por agua, no por vapor de agua, no por neblina, no por nada de esas cosas, sino que esta es una nube de gloria, pues es una nube formada por ángeles de Dios, mensajeros de Dios. Los mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil están aquí tomados en foto, en sus cuerpos teofánicos, y otro Ángel Mensajero diferente a los mensajeros anteriores.

Esta es la señal en el cielo que fue predicha por nuestro amado Señor Jesucristo que aparecería. La señal del Hijo del Hombre en el cielo ya ha sido vista, y no todos los seres humanos tienen esta información.

Pero ustedes, amigos y hermanos que me escuchan, están obteniendo esta información en esta noche (los que no tenían esta información): La señal del Hijo del Hombre en el cielo ya ha sido vista en el 1963, febrero 28 de 1963.

Y la promesa es que enviará Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta, y juntarán a Sus escogidos.

Cristo siempre habló de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, Sus Ángeles de gloria; y para el tiempo final la promesa es que el Hijo del Hombre viene con Sus Ángeles, para llamar, juntar y sellar a Sus escogidos, o sea, a los escogidos de entre los gentiles, y luego los escogidos del pueblo hebreo.

En medio del pueblo hebreo habrá un grupo de 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu. Y un Ángel Mensajero con el Sello del Dios vivo, que es el profeta mensajero de la Dispensación del Reino, será el mensajero para el pueblo hebreo, que con el Mensaje del Evangelio del Reino, con el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, les abrirá el entendimiento, y serán convertidos a Cristo 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu. Eso es una promesa también.

Porque, miren, Dios por medio de San Pablo nos mostró que la situación del pueblo hebreo en cuanto al Evangelio es un misterio para muchas personas; pero esto ha sido por causa del Programa Divino para Su Iglesia gentil.

Cuando el pueblo hebreo rechazó a Cristo, luego se abrió la oportunidad de salvación para los gentiles. Y hemos tenido una brecha de dos mil años, de Cristo hacia acá, en los cuales Dios ha estado tratando con los gentiles, y ha estado llamando de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre[17], mostrándole Cristo el camino de la vida eterna: creyendo en Jesucristo como nuestro Salvador y recibiendo Su Espíritu Santo. Cristo dijo: “El que oye Mi Palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a Vida”[18].

Así que podemos ver la oportunidad tan grande que Dios le ha dado a los gentiles después que el pueblo hebreo rechazó a Jesucristo y lo crucificó en la Cruz del Calvario por medio del imperio romano, por medio de los soldados romanos.

Ahora, San Pablo en Romanos, capítulo 11, versos 25 en adelante, dice:

“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles…”.

Hasta que haya entrado hasta el último de los escogidos de entre los gentiles. Y luego que haya entrado el último, y seamos transformados los que vivimos y resucitados los muertos en Cristo, luego le tocará la oportunidad al pueblo hebreo.

Sigue diciendo San Pablo:

“… y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

Vendrá de Sion el Libertador,

Que apartará de Jacob la impiedad.

Y este será mi pacto con ellos,

Cuando yo quite sus pecados.

Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres”.

Aquí tenemos el misterio del pueblo hebreo. Ellos rechazaron a Cristo. Y encontramos que el pueblo hebreo como nación no ha recibido a Cristo, y está esperando la Venida del Mesías.

Ahora, ellos como nación serán llamados, serán juntados y convertidos a Cristo en el Día Postrero, bajo la predicación del Mensaje del Evangelio del Reino que tiene el Ángel del Señor Jesucristo, el último profeta, el profeta de la Dispensación del Reino. Y ahí es donde el pueblo hebreo reconocerá que el Mesías había venido, vino dos mil años atrás, y ellos lo rechazaron y pidieron Su muerte; por lo cual llorarán, llorarán su pecado, y serán convertidos a Dios.

Ahora, podemos ver todas estas cosas que están señaladas para suceder en el Día Postrero.

El Día Postrero es el séptimo milenio, para el cual Cristo dijo, hablando de todos aquellos que en Él creían y los que creerían más adelante, dice:

[San Juan 6:40] “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.

El Día Postrero delante de Dios, para nosotros es el séptimo milenio. Y los días postreros son: el quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio.

En los días de Jesucristo se estaba viviendo en el quinto milenio; o sea, en el comienzo, en el primer siglo del quinto milenio, Jesucristo tuvo Su ministerio. Y encontramos que de Cristo hacia acá hemos estado viviendo los días postreros, o sea, los tres milenios postreros para los seres humanos.

Y si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, ya han transcurrido dos días delante de Dios, que son dos milenios; o sea, quinto milenio y sexto milenio; y ya hemos entrado al séptimo milenio, y estamos en el primer siglo del séptimo milenio. Eso es si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene. Y así, delante de Dios, la raza humana se encuentra en el Día Postrero, en el séptimo milenio, y algunos ni lo saben.

Es para el séptimo milenio, para el Día Postrero, que hay grandes bendiciones para todos los hijos e hijas de Dios; y, sobre todo, la bendición más grande en la cual están todas las demás bendiciones es la bendición de la Segunda Venida de Cristo.

Y para esa bendición tan grande, Cristo dijo que se mostraría la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y en febrero 28 de 1963 se mostró la señal del Hijo del Hombre en el cielo.

Por eso es que están siendo llamados y juntados todos los escogidos de Dios en este Día Postrero: porque los ministerios de los Ángeles del Señor Jesucristo, que son los ministerios de Moisés y de Elías, están siendo manifestados en la Tierra en el Ángel del Señor Jesucristo; y están siendo llamados y juntados todos los escogidos de Dios, y se está completando el número de los escogidos de Dios, de los miembros del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.

Así es como, para el Día Postrero, se completará el número de los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo; y luego resucitarán los muertos en Cristo, y nosotros los que vivimos seremos transformados.

Este es el tiempo para el cual fue prometida la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, que es la Voz de Cristo, el Mensaje Final de Cristo, por medio de Su Ángel Mensajero; ese es el Mensaje del Evangelio del Reino para toda persona, para todo ser humano. Y “el que es de Dios, la Voz de Dios oye”[19], dijo nuestro amado Salvador Jesucristo.

Ahora, es importante escuchar la Voz de Cristo, la Voz de Dios. Y ya hemos visto en quién estará en este Día Postrero: estará en el último profeta, en el profeta de la Dispensación del Reino, que estará predicando el Mensaje del Evangelio del Reino; y ese profeta es el Ángel del Señor Jesucristo enviado para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero, en el cual nosotros estamos viviendo.

Ahora, hemos visto que hay un Programa muy importante de parte de Dios para la raza humana. Y así como el Programa Divino de cada tiempo fue cumplido en cada territorio, en el territorio que Dios señaló para que se cumpliese ese Programa, ahora el Programa Divino correspondiente al fin del tiempo, al Día Postrero, vean ustedes, corresponde a la América Latina y al Caribe.

La América Latina y el Caribe también está representada en el templo que hizo Salomón y en el tabernáculo que hizo el profeta Moisés, pues allí están los misterios de Dios colocados en esos símbolos que contiene el templo que construyó Salomón y el tabernáculo que construyó Moisés.

Y el templo tiene atrio, tiene lugar santo y tiene lugar santísimo.

El Lugar Santo, encontramos que corresponde a las siete etapas o edades de la Iglesia gentil; y luego, el Lugar Santísimo corresponde a la Edad de la Piedra Angular, en una nueva dispensación.

Y así como…

La construcción del Templo espiritual de Cristo, la parte del Lugar Santo corresponde a Asia Menor, a Europa y a Norteamérica; y allí fue donde Dios envió Sus siete ángeles mensajeros, uno en cada lugar, uno en cada territorio; y Cristo habló por medio de cada uno de ellos en el idioma que ellos hablaban; y Cristo llevó a cabo la Obra correspondiente a cada una de esas etapas, en el territorio donde corresponde la Obra de cada edad.

Y luego corresponde en la construcción del Templo de Cristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, corresponde la parte del Lugar Santísimo; y el territorio en donde se cumple la parte de la construcción del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo es la América Latina y el Caribe. Y por eso yo estoy con ustedes aquí en esta noche, dándoles testimonio de estas cosas que tienen que suceder en el Día Postrero, y que ya hay muchas que se han cumplido.

Vean cómo en la América Latina y el Caribe Jesucristo en Espíritu Santo está llamando y juntando a Sus escogidos, y los está colocando en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, los está colocando en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino. ¿Por qué? Porque están siendo colocados en el Templo espiritual de Cristo, en la Iglesia de Jesucristo, que es el Templo de nuestro Señor.

Y la parte más importante del templo es el lugar santísimo, porque es el lugar de morada de Dios. Ahí está el arca del pacto, dentro están las tablas de la Ley, está la vara de Aarón que reverdeció, y está el maná que fue colocado en una vasija de oro, el cual no se corrompía; y todo eso que estaba allí es tipo y figura de lo que está – de lo que estaría en la América Latina siendo materializado en carne humana, en seres humanos latinoamericanos y caribeños.

También está el propiciatorio, que es la tapa del arca del pacto, ese propiciatorio de oro puro, con dos querubines de oro puro también, hechos de la misma pieza (o sea que es una obra monolítica); y de en medio de esos dos querubines o en medio de esos dos querubines —allá en el tabernáculo que hizo Moisés y el templo que hizo Salomón— estaba la gloria de Dios, estaba la Shekinah. Dios en esa Luz, en esa misma Luz que le apareció a Moisés allá en un árbol, en una zarza[20], esa misma Luz que libertó al pueblo hebreo, ¿ahora dónde estaba? Estaba en el templo, en el lugar santísimo, sobre el arca del pacto, en medio de los dos querubines de oro.

Y en la Iglesia del Señor Jesucristo, la Gloria de Jesucristo estará manifestada en toda Su plenitud en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, en medio de los Dos Querubines de Oro, que representan a los ministerios de Moisés y Elías, que en el Día Postrero estarían en el Ángel del Señor Jesucristo; y de en medio de esos ministerios, operándolos Jesucristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero, la Gloria de Dios será manifestada en el Día Postrero, en la América Latina y el Caribe.

O sea que el territorio para la manifestación de la Gloria de Dios en el Día Postrero es la América Latina y el Caribe; ese es el territorio con sus habitantes, que serán testigos de la Gloria de Jesucristo manifestada en el Día Postrero.

Así que vean la bendición tan grande que en el Programa Divino le ha tocado a los latinoamericanos y caribeños. Esa es la bendición más grande de toda la Biblia para seres humanos, y le ha tocado a la América Latina y al Caribe, al continente… a esa parte del continente americano.

En el oeste del templo estaba el lugar santísimo; y ahora en la construcción del Templo de Jesucristo, construcción que comenzó allá en la tierra de Israel y continuó por Asia Menor, luego pasó la construcción a Europa, luego pasó a Norteamérica; y ahora pasa a la América Latina y al Caribe.

América Latina y el Caribe pertenece al oeste; y es en el oeste que el Hijo del Hombre resplandecería como el relámpago[21].

Ahora, podemos ver las bendiciones que Dios tiene en Su Palabra prometidas para ser cumplidas en la América Latina y el Caribe, con los latinoamericanos y caribeños.

Cristo ha estado construyendo un Templo espiritual, un Templo espiritual con seres humanos. O sea que ya no se necesita más el tabernáculo que Moisés construyó, tampoco se necesita más el templo que estaba allá en Jerusalén, sino que lo que se necesita es el Templo espiritual de Cristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; la cual en este tiempo está en la etapa del Lugar Santísimo, en la construcción de esa parte tan importante, para la Gloria de Jesucristo ser manifestada en ese lugar, en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, con los latinoamericanos y caribeños, en este Día Postrero.

Por eso es que en la América Latina y el Caribe el Mensaje del Evangelio del Reino ha surgido; y la revelación de estos misterios del Reino de Dios, de estas cosas que deben suceder en el Día Postrero, en este tiempo final, están siendo dadas a conocer a los latinoamericanos y caribeños.

Y por eso es que también los latinoamericanos y caribeños, allá en lo profundo de su alma, de su corazón, tienen algo ahí sellado; y todas las personas saben que algo, algo tiene que suceder en este tiempo final, y que tiene que ser algo de Dios.

Y cuando las personas escuchan estas cosas siendo dadas a conocer, no hay otra cosa que pueden decir sino: “Esto era lo que yo estaba esperando. Yo sabía que Dios tenía algo para la América Latina y el Caribe, yo sabía que Dios tenía algo para nosotros”. Es que Dios no se olvidó de los latinoamericanos y caribeños, Dios no se olvidó de la América Latina y el Caribe.

Por lo tanto, la América Latina y el Caribe no tiene nada que envidiarle a Europa, ni a Norteamérica, ni a ningún otro continente, porque la América Latina es el territorio que tiene la bendición de Dios del Día Postrero; y luego pasará la bendición de Dios también al pueblo hebreo.

Así que, amigos y hermanos presentes y televidentes, podemos ver que Dios, en Su amor divino y misericordia para con los latinoamericanos y caribeños, dejó la mejor parte de Su Programa para nosotros los latinoamericanos y caribeños.

Estamos en el tiempo en que ya la señal del Hijo del Hombre ha sido vista en el cielo: desde el 1963; o sea que ya han transcurrido unos 34 años, ya unos 34 años de historia tiene ya la señal del Hijo del Hombre en el cielo, la señal de la Segunda Venida del Hijo del Hombre.

La señal de la Primera Venida del Hijo del Hombre ya tiene unos dos mil años, y hay algunos que todavía no lo han comprendido.

Pero yo pido a Dios que les permita, a todos los latinoamericanos y caribeños, comprender que la señal del Hijo del Hombre ya fue mostrada en el cielo, en febrero 28 de 1963; y que ya la promesa que Cristo hizo, de darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, la está cumpliendo también.

Por eso es que para este tiempo los entendidos entenderán estas cosas que deben suceder[22]; porque Jesucristo dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas”.

¿De qué cosas? De estas cosas que deben suceder pronto. Apocalipsis, capítulo 22, verso 16; y Apocalipsis, capítulo 22, verso 6; ahí están las promesas de Dios para enviar Su Ángel Mensajero dando testimonio de estas cosas que deben suceder pronto.

Ahora, el Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo. Ese Ángel Mensajero es un profeta dispensacional, el último profeta dispensacional; ese es el instrumento de Jesucristo para este Día Postrero, para por medio de él Jesucristo manifestarse y darnos a conocer todas estas cosas, y darnos la fe para ser transformados y raptados.

Cristo dijo en San Lucas 18, verso 8: “Y cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la Tierra?”.

Estamos en el tiempo señalado por Dios para el cumplimiento de estas promesas. Y la señal del Hijo del Hombre ya fue vista en el cielo.

Y se requiere que todos tengan la fe en la Segunda y de la Segunda Venida de Cristo, la fe, la revelación, de la Venida del Hijo del Hombre en este Día Postrero; pues el ministerio de Jesucristo, del Hijo del Hombre, en el Día Postrero estaría manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero; y el ministerio de Moisés estaría manifestado en carne humana por segunda vez en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo también; y el ministerio del profeta Elías por quinta ocasión sería manifestado nuevamente en la Tierra en carne humana en el Ángel Mensajero de Jesucristo.

Así que estos tres ministerios que han sido prometidos para ser manifestados en el Día Postrero estarán en el Día Postrero en el Ángel del Señor Jesucristo, y estarán así trayendo las bendiciones divinas para los latinoamericanos y caribeños que están viviendo en este tiempo final o Día Postrero, en el cual nos ha tocado vivir.

Ninguno de ustedes escogió vivir en este tiempo, Dios escogió para cada uno de ustedes y para mí también el vivir en este tiempo.

Y gracias a Dios por ese privilegio tan grande, porque hemos sido elegidos por Dios para vivir en este tiempo, para ver la señal del Hijo del Hombre ya cumplida en el cielo, y ver el ministerio de Jesucristo, el Hijo del Hombre, manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero; y ver el ministerio de Moisés manifestado por segunda vez en el Ángel Mensajero de Jesucristo; y ver el ministerio de Elías por quinta vez manifestado en el Ángel del Señor Jesucristo; y así dándonos las bendiciones del Dios Todopoderoso, las bendiciones del Cielo, las bendiciones de nuestro amado Salvador Jesucristo.

Ahora, hemos visto que el gran evento del Día Postrero: la Segunda Venida de Jesucristo nuestro Señor con Sus Ángeles, es el evento que trae todas las bendiciones divinas prometidas para Su pueblo, para el Día Postrero.

“LA ÚLTIMA BENDICIÓN DE DIOS PARA ESTA GENERACIÓN”.

Vean ustedes, es la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles en este tiempo final.

Y ya la señal de Su Venida, la señal de la Venida del Hijo del Hombre, fue vista en el cielo en febrero 28 de 1963; por lo tanto, los ministerios de Moisés y de Elías y de Jesús de ahí en adelante tenían que estar manifestándose en la Tierra en una forma progresiva, para darnos las bendiciones del Cielo prometidas para este Día Postrero.

Hemos llegado al fin del tiempo, al fin del siglo, al fin del mundo también.

Vean, la señal del fin del siglo ¿cuál es? Cristo dijo: “Dejen crecer el trigo y la cizaña juntos hasta el tiempo de la siega (o sea, de la cosecha); y en el tiempo de la siega el Hijo del Hombre enviará (¿qué?) Sus Ángeles”[23].

La aparición del ministerio de Sus Ángeles, la aparición de los ministerios de Moisés y Elías es la señal del tiempo de la cosecha, del tiempo del recogimiento de todos los escogidos de Dios; y tiempo también de juntar la cizaña para ser quemada en el fuego, en la gran tribulación, donde el fuego atómico se va a desatar.

Eso lo dice también el profeta Malaquías cuando nos habla de lo que sucederá con la cizaña (la cizaña representa los hijos del malo). Dice en el capítulo 4 Malaquías:

“Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama”.

“Los abrasará”, o sea, los quemará, porque el fuego atómico va a estar desatado en la Tierra, y el fuego atómico quema a los cuerpos humanos. Pero ¿qué sucederá con los creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo?

“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.

Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos”.

Ahora vean aquí, “a los que temen el Nombre del Señor, nacerá el Sol de Justicia”, esto es: la Segunda Venida de Cristo será cumplida y ellos la verán; pues la Venida de Cristo está prometida como el Sol resplandeciendo, como el Sol de Justicia naciendo.

Cuando el sol sale o nace ha comenzado un nuevo día. Y la Segunda Venida de Cristo naciendo como el Sol muestra que ha comenzado una nueva dispensación; pues la Venida de Cristo como el Sol es como Rey de reyes y Señor de señores, pues el sol representa a Cristo como Rey.

Ahora, estamos viviendo en el tiempo glorioso en que la señal del Hijo del Hombre ha sido ya manifestada en el cielo; y los ministerios del Hijo del Hombre, de Jesucristo, de Moisés y de Elías, desde el 1963 en adelante tenían que comenzar, y continuar aquí en la Tierra dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, para ser llamados, juntados y preparados para ser transformados y raptados, y ser a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo; porque vamos a ser como Él.

Vamos a ser como Él: vamos a tener un cuerpo eterno y vamos a permanecer jovencitos por toda la eternidad, siempre representando de 18 a 21 años de edad; así será en el nuevo cuerpo, porque será un cuerpo eterno y glorioso.

Eso es lo que Cristo ha prometido para Sus hijos, y por eso es que también Él va a resucitar a los que han partido en las edades pasadas, pero que habían creído en Cristo como su Salvador y habían nacido de nuevo, habían recibido Su Espíritu Santo, y por consiguiente entraron al Reino de Dios, entraron al Cuerpo Místico de Cristo: la Iglesia del Señor Jesucristo.

Ahora, hemos visto que estamos en el territorio correcto para recibir la bendición de Dios, “LA ÚLTIMA BENDICIÓN DE DIOS PARA ESTA GENERACIÓN”.

Estamos en el territorio correcto: la América Latina y el Caribe, para recibir el gran evento del Día Postrero: la Segunda Venida de nuestro amado Señor Jesucristo, que es la última bendición para esta generación; y en Su Venida Él nos dará todas las bendiciones que Él ha prometido en Su Palabra para Su Iglesia.

Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes, amados amigos y hermanos presentes, televidentes y radioyentes.

Para todos ustedes que me escuchan a través de la televisión o la radio, les daremos los teléfonos y direcciones para que ustedes puedan llamar o escribir y pedir literatura completamente gratis o videos con conferencias similares a esta que han escuchado en esta noche, para que así obtengan el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto; y sean preparados para ser transformados y luego raptados, e ir a la Cena de las Bodas del Cordero.

Dejo con nosotros nuevamente al misionero, el reverendo Miguel Bermúdez Marín, para que les dé los teléfonos y direcciones a los cuales ustedes pueden comunicarse, para obtener completamente gratis literatura, o cintas magnetofónicas, o videos, con conferencias similares a estas.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos ustedes, amigos y hermanos presentes y televidentes y radioyentes.

Muchas gracias.

“LA ÚLTIMA BENDICIÓN DE DIOS PARA ESTA GENERACIÓN”.

[Revisión mayo 2023 – RM-JR]

[1] San Mateo 10:41

[2] San Juan 12:49-50

[3] San Juan 5:19

[4] San Juan 14:10

[5] San Mateo 2:4-6

[6] San Mateo 1:1-16

[7] San Lucas 2:1-7

[8] San Lucas 2:8-18

[9] San Mateo 2:7-8

[10] San Mateo 2:9-11

[11] San Mateo 2:16

[12] San Mateo 2:13

[13] San Mateo 2:12

[14] Revista CIENCIA (SCIENCE): Publicación del 19 de abril de 1963, volumen 140, número 3564. Autor: James E. McDonald / https://www.science.org/toc/science/140/3564.

Revista LIFE: Publicación del 17 de mayo de 1963. Título del artículo: “And a High Cloud – Ring of Mystery”. / https://bit.ly/3ureXyD

[15] 26 millas = 41.8 km de alto

[16] 30 millas (de ancho) x 50 millas (de largo) = 48.3 km (de ancho) x 80.46 km (de largo)

[17] Hechos 15:14

[18] San Juan 5:24

[19] San Juan 8:47

[20] Éxodo 3:1-6

[21] San Mateo 24:27

[22] Daniel 12:10

[23] San Mateo 13:30

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