Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición grande y un privilegio grande estar con ustedes aquí en esta noche, en la Colonia Libertadores de América, aquí en Monterrey, México, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios, y ver este tema tan importante que ustedes tienen para esta ocasión:
“EL MISTERIO DE LA MANIFESTACIÓN DE LOS MINISTERIOS DE MOISÉS Y ELÍAS EN EL DÍA POSTRERO”.
Este es uno de los misterios del Reino de los Cielos, el cual, en esta ocasión, en esta noche, vamos a ver con detenimiento alrededor o a través de la Escritura, para tener un conocimiento claro de este misterio que para el Día Postrero sería manifestado en medio del pueblo de Dios.
Para eso quiero leer en Apocalipsis, capítulo 11, donde nos dice de la siguiente manera; nos dice, capítulo 11, verso 3 en adelante, dice:
“Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.
Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra”.
Y aparecen en Zacarías, capítulo 4, versos 1 en adelante; dice:
“Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó, como un hombre que es despertado de su sueño.
Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelabro todo de oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del candelabro, y siete tubos para las lámparas que están encima de él;
Y junto a él dos olivos, el uno a la derecha del depósito, y el otro a su izquierda.
Proseguí y hablé, diciendo a aquel ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío?
Y el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío.
Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella.
Vino palabra de Jehová a mí, diciendo:
Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros.
Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra.
Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelabro y a su izquierda?
Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro?
Y me respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no.
Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra”.
Aquí tenemos lo que también encontramos en Apocalipsis, capítulo 11: a los Dos Ungidos que están delante del Dios de toda la Tierra.
“EL MISTERIO DE LA MANIFESTACIÓN DE LOS MINISTERIOS DE MOISÉS Y ELÍAS EN EL DÍA POSTRERO”.
Estos ministerios de Moisés y Elías, prometidos para ser manifestados en el Día Postrero como los Dos Olivos y los Dos Candeleros de oro que están delante de la presencia de Dios, encontramos que están ordenados por Dios para ser manifestados en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo en el Día Postrero; pues aquí, en la profecía de Zacarías, en el capítulo 4, miren ustedes, aquí aparece la Iglesia del Señor Jesucristo representada en esta lámpara que tiene estas siete lámparas; y junto al candelabro o candelero que tiene estas siete lámparas, encontramos que están los dos olivos, uno a cada lado.
Ahora, encontramos que durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil no estuvo manifestado el ministerio de los Dos Olivos, que son los ministerios de Moisés y Elías. Aunque el ministerio de Moisés fue manifestado durante la Dispensación de la Ley: Al comienzo de la Dispensación de la Ley Dios lo envió para la liberación del pueblo hebreo, y para dar, por medio del profeta Moisés, el Mensaje de la Ley al pueblo hebreo, y llevarlos rumbo a la tierra prometida.
Él les dio heredad a dos tribus de las tribus de Israel antes de cruzar el Jordán[1]; y luego, al otro lado de Jordán, fue Josué el que llevó al pueblo y les repartió la tierra prometida al otro lado del Jordán; pero Moisés les repartió la tierra en el lado anterior al cruce del Jordán a dos de las tribus.
Y ahora, esas tribus son Rubén y Manasés.
Ahora, encontramos que ese ministerio fue visto al comienzo de la Dispensación de la Ley.
Y después de eso encontramos que vino Jesucristo con un ministerio como el de Moisés y con un ministerio como el de Adán, pues fue el segundo Adán; y con un ministerio como el de Set y con un ministerio como el de Noé también; porque apareció como un mensajero dispensacional, para abrir una nueva dispensación, la Dispensación de la Gracia; la cual fue abierta por Jesucristo en Su Obra de Redención como el Cordero de Dios y como Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec.
Luego, el ministerio de Elías fue visto en Elías Tisbita, en medio del pueblo hebreo. Luego, por segunda vez, ese ministerio fue visto nuevamente en otro hombre: Eliseo, fue manifestado en él en una doble porción.
Los hijos de los profetas, cuando vieron al profeta Eliseo abriendo el Jordán con el manto de Elías, como lo había hecho Elías, dijeron: “El espíritu de Elías ha reposado sobre Eliseo”[2].
Es muy importante ver sobre quién ha reposado el ministerio de Elías siempre, en el tiempo en que está siendo manifestado ese ministerio. Y también ver el ministerio de Moisés cuando repose sobre un hombre en el Día Postrero.
Y ahora, la tercera ocasión en que vimos el ministerio de Elías reposando sobre otro hombre fue en Juan el Bautista; del cual Cristo dio testimonio que era el Elías que tenía que venir en aquel tiempo, como nos dice en San Mateo, capítulo 11 y verso 14, donde nos habla de Juan el Bautista como el Elías que tenía que venir en aquel tiempo, para convertir el corazón de los padres a la fe de los apóstoles, o sea, a la fe cristiana, y preparar así un pueblo para recibir al Mesías en Su Primera Venida.
Luego, miren ustedes, el ministerio de Elías fue visto manifestado durante la Dispensación de la Ley en tres ocasiones: en Elías Tisbita, en Eliseo y en Juan el Bautista.
Juan el Bautista fue el último profeta de los profetas de la Dispensación de la Ley. Y Jesús, el profeta mayor, el profeta dispensacional de la Dispensación de la Gracia, el cual apareció cuando llegó el tiempo para Su Venida; al cual Juan el Bautista le preparó el camino y dijo que después de él vendría el Mesías, vendría uno mayor que él[3]; porque cuando viene un profeta dispensacional es mayor que el profeta de edad que le antecede y que le prepara el camino.
Ahora, encontramos que luego, el ministerio de Elías, por cuanto fue prometido para ser manifestado antes del día grande y terrible de Jehová, o sea, antes del séptimo milenio, antes del Día del Señor o Día Postrero, lo encontramos (ese ministerio) manifestado en el reverendo William Marrion Branham, precursando la Segunda Venida de Cristo.
Y encontramos que vino con un nombre nuevo; o sea que Elías en su cuarta manifestación tuvo el nombre de William Marrion Branham, el velo de carne, pero el ministerio se llamaba Elías.
Como también en Juan el Bautista vino con un nombre nuevo: Juan. Ese fue el nombre del velo de carne, pero el ministerio se llamaba Elías. Y cuando vino en Eliseo, el velo de carne se llamaba Eliseo, pero el ministerio se llamaba Elías.
Era el espíritu ministerial de Elías en Eliseo, en Juan el Bautista y en William Marrion Branham. Y está prometido para ser manifestado nuevamente en el Día Postrero, en el séptimo milenio, y en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Ahora, miren cómo el ministerio de Elías recorre tres dispensaciones. La Dispensación de la Ley recorrió el ministerio de Elías tres veces, recorrió el camino ministerial Elías Tisbita, Eliseo y Juan el Bautista; y en la Dispensación de la Gracia lo recorre una sola vez, en William Marrion Branham.
Ahora miren cómo va pasando el ministerio de Elías por la Casa de Dios, por el Templo de Dios:
- estuvo en el Atrio, bajo la Dispensación de la Ley, en tres manifestaciones;
- estuvo en el Lugar Santo en una manifestación: en William Marrion Branham;
- y estará en el Lugar Santísimo, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en el Ángel del Señor Jesucristo; ahí estará por quinta ocasión; y ahí tendrá el nombre del velo de carne donde esté manifestado ese ministerio, o sea, tendrá el nombre del Ángel del Señor Jesucristo.
Ahora, vean cómo ese ministerio pasa por toda la Casa de Dios, pasa por el Atrio, pasa por el Lugar Santo hasta llegar al Lugar Santísimo.
Esto fue mostrado ¿sabe dónde? Cuando Elías Tisbita estuvo en medio del pueblo hebreo, estuvo trabajando en medio del pueblo hebreo, y luego encontramos que se fue al monte del Sinaí, donde Dios le había aparecido al profeta Moisés.
Aquel monte allí, con aquella manifestación de Dios, en donde Moisés estaba allí sin comer ni beber por cuarenta días[4], representa el Lugar Santísimo del Templo que está en el Cielo y el Lugar Santísimo del Templo de Jesucristo, o sea, de Su Iglesia; y Elías Tisbita llegó hasta el monte del Sinaí, el monte Horeb, y allí estuvo en una cueva hasta que Dios le habló.
Ahora, vean cómo este ministerio estuvo en la Dispensación de la Ley, que es la quinta dispensación, luego estuvo en la sexta dispensación, la Dispensación de la Gracia, al final de esa dispensación.
Vean cómo también al final de la Dispensación de la Ley apareció ese ministerio en Juan el Bautista; luego, al final de la Dispensación de la Gracia, apareció en el reverendo William Marrion Branham, el precursor de la Segunda Venida de Cristo.
Y para el Día Postrero tenemos la promesa que aparecerá nuevamente en carne humana en una nueva dispensación, la Dispensación del Reino, y en una nueva edad, la Edad de la Piedra Angular (acá arriba).
Vean cómo ha ido del Atrio al Lugar Santo hasta llegar al Lugar Santísimo. Y el ministerio que llega ahí es para ser adoptado, recibe su adopción ahí.
Y el ministerio de Moisés, vean cómo estuvo en el Atrio, bajo la Dispensación de la Ley. Y si contamos el ministerio de Cristo como un ministerio semejante al de Moisés, y lo colocamos como la segunda manifestación del ministerio de Moisés (siendo un ministerio dispensacional y un ministerio mesiánico), entonces, vean ustedes, lo encontramos en una nueva dispensación: la Dispensación de la Gracia. Y luego, para el Día Postrero, pasa a la Dispensación del Reino y al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo.
Y por eso es que esos ministerios obtienen todo poder y autoridad de parte de Dios, para cumplirse bajo esos ministerios la promesa de Apocalipsis, capítulo 2, verso 26: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin…”, dice el mismo Cristo en Apocalipsis, capítulo 2. Vean ustedes lo que dice que le dará. Vamos a ver aquí, dice:
“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,
y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;
y le daré la estrella de la mañana”.
Ahora, vean cómo bajo estos ministerios de Moisés y Elías esta promesa es cumplida. Estos ministerios en Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante, obtienen el poder y la autoridad aun sobre toda la naturaleza, porque son ministerios que son adoptados en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo.
Por eso es que esos ministerios fueron representados en el lugar santísimo, en los dos querubines de oro que estaban sobre el propiciatorio, en medio de los cuales estaba la gloria de Dios, la Shekinah manifestada; ahí estaba la presencia de Dios, y desde allí le hablaba a Moisés todas las cosas correspondientes al pueblo hebreo, como dice el libro del Éxodo, capítulo 25, verso 21 al 22, donde dice:
“Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré.
Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel”.
¿De dónde le hablaba Dios a Moisés todo lo que le mandaba para el pueblo hebreo cuando Moisés levantó el tabernáculo? De ahí en adelante Dios le hablaba a Moisés desde el lugar santísimo, de sobre el propiciatorio, de en medio de los dos querubines de oro.
Moisés entraba al lugar santísimo en todo momento en que Dios quería hablar con él, o que Moisés quería hablar con Dios; o sea que Moisés podía entrar en cualquier tiempo del año; pero no así el sumo sacerdote, el cual solamente podía entrar una vez al año, el día de la expiación, el día diez del mes séptimo, y entraba con la sangre del macho cabrío que era sacrificado en la expiación ofrecida para la reconciliación del pueblo hebreo con Dios.
Ahora, vean ustedes cómo también el rey Salomón cuando construyó el templo, nos dice la Escritura en el capítulo 6 de Primera de Reyes, dice así: Capítulo 6, verso 23 en adelante, dice:
“Hizo también en el lugar santísimo dos querubines de madera de olivo, cada uno de diez codos de altura”.
Que esos son unos 14 pies con 4 pulgadas[5], más o menos. O sea que eran ¿de qué alto más o menos? Como de aquí al techo. De madera de olivo, cubiertos con oro. Nos habla ahí de dos querubines, los dos querubines que en el Templo espiritual de Cristo estarían en el Día Postrero, que son Moisés y Elías, los ministerios de Moisés y Elías en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, o sea, en la Edad de la Piedra Angular.
Por eso es que los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías, están prometidos en el Apocalipsis ¿para cuándo? Para el Día Postrero; y tendrán que ver con la Iglesia del Señor Jesucristo y con el pueblo hebreo, porque son colocados en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, o sea, en la Edad de la Piedra Angular de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y sigue diciendo:
“Una ala del querubín tenía cinco codos, y la otra ala del querubín otros cinco codos…”.
O sea que cada ala, teniendo 5 codos: 5 codos una ala y 5 codos la otra ala, son 10 codos; y de alto, ¿cuánto tienen? 10 codos también.
Ahora, sigue diciendo:
“… así que había diez codos desde la punta de una ala hasta la punta de la otra”.
O sea que era 10 de alto por 10 de ancho al extender sus alas. ¿Y cuánto tenía el lugar santísimo del templo que hizo Salomón? Tenía 20 codos de ancho; o sea que cubrían todo el lugar santísimo.
Ahora, vamos a ver, no había lugar para otra manifestación allí. Y también están representados en los dos querubines de oro pequeñitos, que están sobre el propiciatorio. O sea que eso habla de que eso tiene que ser de esa manera en el Templo espiritual de Jesucristo.
Ahora, veamos, dice:
“Asimismo el otro querubín tenía diez codos; porque ambos querubines eran de un mismo tamaño y de una misma hechura.
La altura del uno era de diez codos, y asimismo la del otro.
Puso estos querubines dentro de la casa en el lugar santísimo, los cuales extendían sus alas, de modo que el ala de uno tocaba una pared, y el ala del otro tocaba la otra pared, y las otras dos alas se tocaban la una a la otra en medio de la casa.
Y cubrió de oro los querubines.
Y esculpió todas las paredes de la casa alrededor de diversas figuras, de querubines, de palmeras y de botones de flores, por dentro y por fuera.
Y cubrió de oro el piso de la casa, por dentro y por fuera.
A la entrada del santuario hizo puertas de madera de olivo; y el umbral y los postes eran de cinco esquinas.
Las dos puertas eran de madera de olivo; y talló en ellas figuras de querubines, de palmeras y de botones de flores, y las cubrió de oro; cubrió también de oro los querubines y las palmeras”.
Ahora, aquí, vean ustedes, también hizo dos puertas, de madera de olivo también, dando testimonio también de los ministerios de Moisés y Elías, de los Dos Olivos.
Ahora, vean ustedes cómo el ministerio de los Dos Olivos está en el Lugar Santísimo; y ese es el ministerio correspondiente al Lugar Santísimo del Templo espiritual del Señor Jesucristo.
Quiero leer algo aquí, en el verso 20 de este mismo capítulo. Capítulo 6 de Primera de Reyes, dice:
“El lugar santísimo estaba en la parte de adentro, el cual tenía veinte codos de largo, veinte (codos) de ancho, y veinte (codos) de altura…”.
¿Hasta dónde llegaban los querubines? Hasta el techo, y a lo ancho también. Y vean que ese lugar, el lugar santísimo, de alto tenía 20 codos, de ancho tenía 20 codos, y de largo 20 codos también; era cuadrado, un lugarcito cuadrado. Y 20 codos ¿son cuánto? Vamos a ver, 28.8. Vamos a ver, más o menos… 28 pies con 8 pulgadas, más o menos, por cada lado.
Y ahí, vean ustedes, estaba el arca del pacto y los dos querubines de oro sobre el propiciatorio; y los dos querubines gigantes, que cubrían del piso al techo, y de una pared a la otra pared.
Y bajo las alas de los dos querubines estaba el arca del pacto; y sobre el propiciatorio, que estaba sobre el arca del pacto, estaban dos querubines de oro; y en medio de los dos querubines de oro, sobre el propiciatorio, ¿quién estaba allí? Estaba Dios, estaba Dios en la luz de la Shekinah manifestado; porque ese es el lugar de reposo de Dios, ese es el trono de Dios en el templo que hizo Salomón y en el tabernáculo que hizo Moisés.
Y en el Templo del Señor Jesucristo, ese es el Trono de Dios; ahí es donde Dios estará manifestado en toda Su plenitud en el Día Postrero; en donde, cuando venga la apretura, Dios levantará bandera en contra el enemigo.
Ahora, esa manifestación de Dios, del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová (que es el mismo Cristo en Su cuerpo teofánico), en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, viene a la Iglesia del Señor Jesucristo en carne humana, viene en el Ángel del Señor Jesucristo; y ahí estará el Ángel del Pacto, Jesucristo, en Su Trono manifestado, en el Trono de Su Templo espiritual.
Y vean cómo Dios ha ido manifestando en seres humanos todo lo que está en el tabernáculo que hizo Moisés y el templo que hizo Salomón, y todo lo que está en el Cielo.
Vean cómo, en el Templo espiritual de Cristo, Dios lo ha ido materializando en seres humanos y con seres humanos, hasta llegar al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo.
Ahora, miren cómo materializó el lugar santo, cómo materializó el candelabro que estaba allí con sus siete lámparas: fueron materializadas con seres humanos en las siete edades de la Iglesia gentil, con los siete ángeles mensajeros y los escogidos de esas siete edades o etapas de la Iglesia gentil.
Ver las siete edades, y los escogidos de las siete edades, y los mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, ¿es estar viendo qué, en el Templo espiritual de Cristo? Es estar viendo el candelabro o candelero de oro con sus siete lámparas encendidas.
¿Ven lo sencillo que es todo? ¿Ven cómo en todas las cosas colocadas en el tabernáculo que hizo Moisés y el templo que hizo Salomón, Dios estaba representando a Su Iglesia y a todos los miembros de Su Cuerpo Místico de creyentes?
Ahora, ¿dónde estaba San Pablo y su grupo en el candelabro? En la primera lámpara, allí está San Pablo y su grupo representados; y estaban ¿dónde? En el Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo.
¿Dónde estaba el segundo ángel mensajero con su grupo representado? En la segunda lámpara del candelabro; la segunda lámpara encendida fue la segunda edad encendida con el Fuego del Espíritu Santo, en donde el ángel mensajero de la segunda edad fue encendido con el Fuego del Espíritu Santo.
Y al ver las siete edades de la Iglesia gentil, ¿estamos viendo qué? El candelero o candelabro de oro con sus siete lámparas encendidas.
Y ahora, vean cómo se ha ido materializando en seres humanos todo lo que estaba en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón.
Por eso es que el profeta Moisés tomó de la sangre de los sacrificios, la colocó en una vasija, tomó un hisopo, y roció siete veces sobre el altar, y roció sobre todo el lugar santo; y también roció sobre el libro, y roció, vean ustedes, dice San Pablo… Vamos a ver, en Hebreos, capítulo 9, nos habla de estas cosas, dice… vamos a ver… capítulo 9, verso 16 en adelante, dice:
“Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador.
Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.
De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.
Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,
diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.
Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.
Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así…”.
¿Ven? Las figuras de las cosas celestiales ¿dónde estaban? Allí en el tabernáculo, en esas formas que estaban establecidas allí. Y todo eso representaba las cosas que están en el Templo, en el Cielo, y representan todos los miembros del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, que son los miembros del Templo celestial.
Y ahora, las cosas celestiales mismas han sido rociadas con la Sangre del Señor Jesucristo, y hemos lavado nuestros pecados en la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, y nos ha hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes[6], y reinaremos con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad.
“Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos (o sea, con el Sacrificio de Jesucristo y Su Sangre).
Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios…”.
Verso 1 del capítulo 10, dice…
Bueno, vamos a seguir leyendo aquí. Dice:
“… y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.
De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”.
O sea que no vendrá por segunda vez para quitar el pecado, porque ya eso lo hizo en Su Primera Venida.
[Hebreos 10:1] “Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan”.
Vean, todo en el Antiguo Testamento fue tipo y figura de lo que Cristo haría en Su Primera Venida y luego en Su Segunda Venida.
Y ahora, hemos visto que los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, que están representados en el Templo que está en el Cielo y representados también en los tipos y figuras en el tabernáculo de Moisés y en el templo de Salomón, han sido lavados con la Sangre de Jesucristo, han sido rociados con la Sangre de Jesucristo para quitar el pecado, ser purificados y ser ofrecidos a Dios, ser dedicados a Dios para servicio de Dios para toda la eternidad, y para morada de Dios en Espíritu en cada uno de nosotros, primeramente en las primicias del Espíritu, y luego en toda Su plenitud en el Día Postrero, cuando los muertos en Cristo resuciten y nosotros los que vivimos seamos transformados, y estemos llenos de la plenitud de Dios.
Ahora, hemos visto que para el Día Postrero la parte que corresponde en el Templo de Dios que está en el Cielo, es la parte representada, en el templo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón, la parte del lugar santísimo.
Estamos en la parte del Lugar Santísimo; y por eso los ministerios correspondientes a la Edad de la Piedra Angular son los ministerios de Moisés y de Elías; y en el centro el Ángel del Pacto, Jesucristo manifestado en la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.
Miren dónde está representada la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles: está representada en el lugar santísimo, sobre el arca del pacto, sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines de oro; pues los dos querubines son la representación de los ministerios de Moisés y Elías, los ministerios de los Ángeles que vienen con el Hijo del Hombre en Su Venida a Su Templo; porque la Venida del Hijo del Hombre es a Su Iglesia, a Su Templo, al Lugar Santísimo de Su Templo espiritual; y viene con Sus Ángeles, con Moisés y Elías, con los Dos Olivos, en el Día Postrero; como fue también representado en Zacarías, capítulo… o Malaquías, capítulo 4, verso 2, donde dice: “A los que temen mi Nombre, nacerá el Sol de Justicia, y en Sus alas traerá salvación”.
Las alas del Sol de Justicia son los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de los Dos Candeleros de oro, los ministerios de Moisés y Elías, los ministerios de los Ángeles del Hijo del Hombre, que vienen con la Gran Voz de Trompeta, o sea, con el Mensaje del Evangelio del Reino, llamando y juntando a los escogidos de Dios, en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino, para recibir así la fe, la revelación, para ser transformados y raptados en este Día Postrero; reciben la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, para obtener luego la transformación de nuestros cuerpos (nosotros los que vivimos), y los que han descansado, han dormido, ser resucitados en cuerpos incorruptibles.
Ahora, vean dónde estamos en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo: estamos en la Edad de la Piedra Angular, en el Lugar Santísimo del Templo espiritual del Señor Jesucristo, en donde Él está materializando con seres humanos el lugar santísimo del templo que construyó Moisés y del templo que construyó Salomón.
La representación del Templo que está en el Cielo, ya no es el templo o tabernáculo que construyó Moisés, y tampoco es ya el templo que construyó Salomón; porque ya esos templos no existen. Pero hay un Templo que representa el Templo que está en el Cielo, y ese Templo lo ha estado construyendo nuestro amado Señor Jesucristo. Ese Templo es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y en este Día Postrero llegará a la conclusión de la construcción de ese Templo, para ser dedicado a Dios, para morada de Dios en Espíritu Santo en toda Su plenitud.
Ahora, ¿dónde Dios morará en ese Templo? Como individuos: en cada hijo e hija de Dios; pero como edad: en la Edad de la Piedra Angular, que es la edad que representa el Lugar Santísimo del Templo que está en el Cielo. Por lo tanto, todas las cosas que están en el Templo que está en el Cielo, estarán representadas en el Lugar Santísimo del Templo espiritual del Señor Jesucristo.
Por eso el Libro que está en la diestra del que está sentado en el Trono, en el Lugar Santísimo del Templo que está en el Cielo, es tomado por Cristo, es abierto en el Cielo y es traído a la Tierra a Su Iglesia, al Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, y es colocado ahí.
Y vean ustedes, al ser colocado ahí, Cristo teniéndolo en Su mano y sentándose en el Lugar Santísimo, también Él dice[7]: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre (¿dónde?) en su trono”.
Ahora, lo mismo que está en el Cielo, y lo mismo que hizo Cristo en el Cielo cuando ascendió, que se sentó en el Trono allá en el Cielo… Y por eso toma el Libro del que está sentado en el Trono, y lo abre, y lo trae a la Tierra; y viene a morar en Su Templo espiritual, en Su Iglesia, en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, y se sienta en Su Trono; y el que se sienta con Él en Su Trono también tendrá la bendición de estar ahí recibiendo el Librito que estaba en el Cielo, y que nadie lo podía tomar y que nadie lo podía abrir, pero luego es traído a la Tierra y entregado a un hombre.
Juan el apóstol representa a la Iglesia del Señor Jesucristo y Sus ángeles mensajeros: representa a San Pablo, representa a San Pablo con el grupo de San Pablo, representa también a Ireneo con el grupo de esa segunda edad, representa a Martín con el grupo de la tercera edad, representa a Colombo con el grupo de la cuarta edad, representa a Lutero con el grupo de la quinta edad, representa a Wesley con el grupo de la sexta edad, representa a William Marrion Branham con el grupo de la séptima edad, y representa al Ángel del Señor Jesucristo con el grupo de la Edad de la Piedra Angular.
Y es en la Edad de la Piedra Angular en donde Cristo trae ese Librito abierto en Su mano y lo entrega al Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular. Y es colocado en el Trono del Señor Jesucristo, es colocado en el Lugar Santísimo; porque ese es un Libro que en el Cielo está en el Lugar Santísimo, y no puede pasar a otro lugar, sino al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo.
Y así, miren, el que se sentó con el Padre en Su Trono es el que toma el Libro allá en el Cielo; y el Vencedor que se sienta con Cristo en Su Trono, es el que recibe de parte de Cristo el Librito ya abierto. ¿Para qué? Dice… representado aquí en Juan el apóstol, vean ustedes cómo es que dice aquí la Voz del Cielo. Dice, Apocalipsis, capítulo 10, verso 8 en adelante, dice:
“La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.
Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.
Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”.
El Ángel del Señor Jesucristo, que es el que recibe este Librito y se lo come en el Día Postrero, es el que tiene el ministerio del Día Postrero, el ministerio de los Dos Olivos, y el ministerio de Jesús, para profetizar sobre muchos pueblos, naciones y lenguas, las cosas que han de suceder sobre muchos pueblos, naciones y lenguas en el Día Postrero, o sea, en el séptimo milenio; y estará profetizando de los juicios divinos que vendrán sobre muchos pueblos, naciones y lenguas; y también estará profetizando sobre las bendiciones de Cristo que vendrán sobre los escogidos de Dios, y también sobre naciones en el Día Postrero, como las naciones latinoamericanas y caribeñas.
Ahora, ¿por qué es que el Ángel del Señor Jesucristo podrá profetizar de las cosas que han de venir? Porque fue dicho[8]: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.
Subiendo a la Edad de la Piedra Angular, ahí escuchamos la Voz de Cristo como una Gran Voz de Trompeta por medio de Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Apocalipsis 22, verso 6, dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para (manifestar) a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿Para qué ha enviado Su Ángel? Para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Este Ángel Mensajero es un profeta, porque viene mostrando las cosas que deben suceder pronto, viene profetizando las cosas que han de suceder; y si viene profetizando las cosas que han de suceder pronto, es un profeta, es un vidente; y ese es el vidente o profeta de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular.
Ese es el Ángel del Señor Jesucristo que se come ese Librito y profetiza sobre muchos pueblos, naciones y lenguas. Es el Ángel Mensajero que le da a conocer a la Iglesia del Señor Jesucristo todas estas cosas que deben suceder pronto. Es el Ángel Mensajero en el cual los ministerios de Moisés y Elías estarán manifestados en este Día Postrero, y estarán llevando a cabo la Obra prometida para estos ministerios en el Día Postrero.
Y también estará el ministerio de Cristo, de Jesús, en el Ángel de Jesús, siendo manifestado en el cumplimiento de lo que ha sido prometido con relación a la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles para el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino; edad que se lleva a cabo en la América Latina y el Caribe, así como se llevó a cabo la primera edad en Asia Menor, la segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta en Europa, en diferentes territorios, y la séptima en Norteamérica.
Y la Edad de la Piedra Angular: en la América Latina y el Caribe; en donde Dios construye el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, y en donde se materializa en la Iglesia de Jesucristo lo que está en el Lugar Santísimo del Templo que está en el Cielo.
Vean dónde está la representación del Lugar Santísimo del Templo que está en el Cielo: está en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, siendo cumplida esa parte del Templo en la América Latina y el Caribe.
Vean dónde está la representación del Lugar Santísimo del Templo que está en el Cielo: está en la América Latina y el Caribe.
Por eso para la América Latina y el Caribe hay grandes bendiciones en el Programa Divino, en la construcción del Templo espiritual del Señor Jesucristo. Y por eso es que por medio del Mensaje del Evangelio del Reino son dadas a conocer estas cosas a los latinoamericanos y caribeños, para que reciban estas bendiciones divinas que Dios tiene para la América Latina y el Caribe y sus habitantes, de entre los cuales Dios está tomando para Su Nombre y para Su Templo espiritual, para el Lugar Santísimo de Su Templo, personas para Su Nombre[9]; gente que son piedras vivas, para formar parte del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo, bajo el ministerio del Hijo del Hombre en Su Venida con Sus Ángeles, con los Dos Olivos, con Moisés a un lado y Elías al otro lado, y el ministerio de Jesús en el centro; y el ministerio del Hijo del Hombre con los ministerios de Moisés y Elías, de los Dos Olivos, en el Día Postrero, en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo.
Hemos visto “EL MISTERIO DE LA MANIFESTACIÓN DE LOS MINISTERIOS DE MOISÉS Y ELÍAS EN EL DÍA POSTRERO”.
¿Vieron lo sencillo que es todo? ¿Vieron cómo Dios representó, tipificó, todo esto allá en el lugar santísimo del templo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón? ¿Por qué? Porque esto Dios lo estaría materializando en el Templo espiritual de Jesucristo; aquello fue el tipo y figura.
Y ahora, en la Iglesia del Señor Jesucristo ¿qué estaría? Lo que estaría sería la imagen misma de aquello que fue tipificado. ¿Qué es primero? Aparentemente es primero el símbolo, pero el símbolo no puede aparecer si no hay algo real para tomar ese símbolo; así que lo que es eterno es primero; y los tipos y figuras, los símbolos, son temporales, en lo que se materializa lo que es eterno.
Y lo que es eterno, lo que fue representado allá, vean ustedes, tiene el antitipo. ¿Saben lo que es el antitipo? El antitipo es aquello de lo cual fue tomado ese símbolo. O sea que lo real es el antitipo; o sea, es la imagen misma de aquello que fue representado. Porque un símbolo tiene una imagen, así como… porque el símbolo es la sombra, es el tipo y figura.
Así como, si ustedes miran hacia acá, ustedes ven una sombra aquí, y es la sombra de mi mano; ese es el tipo, esa es la sombra, el tipo y figura de esta mano.
Ahora, ¿de dónde apareció esa sombra, ese tipo y figura? De esta mano. Esto es lo real, aquello es temporal.
A medida…, vean ustedes, se ve grande, pero a medida que se acerca se va viendo más pequeña la sombra; hasta que se une la realidad con la sombra y ya usted no ve más la sombra, sino la realidad. Usted ya lo que tiene que ver es el antitipo, o sea, lo que usted tiene que estar viendo cuando se cumple, cuando se convierte en una realidad, ya lo que usted tiene que estar viendo es la imagen, la imagen misma de aquello que proyectó aquella sombra.
Hubo una imagen, algo real que se proyectó en una sombra; pero cuando viene eso real, la sombra desaparece, porque es colocado lo real sobre la sombra; y ya usted no ve la sombra, sino que usted ve la imagen misma, lo que es real; y ya usted puede ver que todo lo que hizo aquella sombra es lo que haría o lo que hace la imagen misma de esa sombra. La imagen misma de la sombra es lo real, la sombra es temporal.
Usted no puede tomar la sombra, usted no puede quedarse con la sombra, porque eso es temporal; pero cuando usted logra conseguir la imagen misma de esa sombra, usted lo puede tocar. Puede tocar, puede decir: “Esto sí que es real, esto no es una sombra”, pero proyectó una sombra cuando venía.
Así como cuando una persona viene caminando y está haciendo sol; o es de noche y hay luz encendida, y usted comienza a ver una sombra; dice: “Por ahí viene alguien”. Y usted observa bien la sombra y dice si es la sombra de una persona o de un animal. ¿Por qué? Porque usted sabe cómo es un animal y cómo es una persona. Si usted le ve dos brazos y dos pies, usted dice que es ¿qué? Una persona que viene caminando. Pero cuando llega la persona, usted mira y ya no tiene que mirar la sombra; usted mira la misma persona. Y eso es estar viendo cara a cara lo que había sido representado en aquella sombra.
Y todo lo que ha sido representado en los tipos y figuras, cuando se cumplen esos tipos y figuras, las personas pueden ver cara a cara lo que había sido mostrado en la sombra, en los tipos y figuras.
Por ejemplo, cuando fue dado al pueblo hebreo los sacrificios de animalitos, de machos cabríos y de ovejas y de corderos, lo cual representaba a Cristo en Su Primera Venida, ellos estaban mirando como en espejo en oscuridad durante la Dispensación de la Ley; porque estaban mirando esos tipos y figuras; aunque estaban mirando unos animalitos literales, pero esos eran tipo y figura, eran sombra de Cristo, del Cordero de Dios que vendría y quitaría el pecado del mundo.
Pero cuando apareció Cristo, Juan dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”[10]. Estaban viendo la imagen misma de aquello que antes era una sombra. Estaban viendo (¿cómo?) cara a cara el Cordero de Dios. Y cuando lo vieron cara a cara era un hombre, era el Mesías en Su Primera Venida.
Ahora, no estaban viendo un animalito, no estaban viendo un corderito, sino un hombre, el cual había sido representado en un corderito, en el cordero pascual y también en el macho cabrío de la expiación, y en todos los sacrificios que el pueblo hebreo llevaba a cabo.
Así también es con la promesa de la Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá. En el cumplimiento de Su Venida el pueblo estará viendo cara a cara, y estará viendo el León de la tribu de Judá personificado en carne humana; y no estará viendo un león literal, sino que estará viendo la Venida del Ángel del Pacto en carne humana, en la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero. ¿Ven?
Y la promesa es la que dice San Pablo, dice: “Ahora vemos como en espejo en oscuridad”[11]; así estaban viendo durante las siete edades de la Iglesia gentil, que están representadas en el tiempo de la noche: están viendo con un espejo en oscuridad, o sea, en lugar oscuro.
Pero cuando sale el sol y un nuevo día comienza, el día de la Dispensación del Reino y del séptimo milenio, y de la Edad de la Piedra Angular, ya el sol alumbra, va alumbrando cada día más claramente, y vamos viendo cara a cara lo que fue tipo y figura, tanto en el Antiguo Testamento como durante las siete etapas de la Iglesia gentil.
Lo que fue tipo y figura con relación a la Venida de Cristo con Sus Ángeles, en el Día Postrero se convierte en una realidad; y entonces tenemos la imagen misma de aquello que fue profetizado y que fue simbolizado en los tipos y figuras de la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles, en el Día y para el Día Postrero; y eso es estar viendo cara a cara.
San Pablo dice: “Pero cuando venga lo que es perfecto, lo que es en parte será quitado”. Dice: “Ahora conocemos en parte, y en parte profetizamos”[12]. Dice que estamos viendo como en espejo en oscuridad; pero luego dice que luego veremos cara a cara; o sea que no estaremos viendo tipos y figuras, sino estaremos viendo el antitipo, o sea, la imagen misma que fue representada en aquellos tipos y figuras.
Y así es como los tipos y figuras del ministerio de Moisés y de Elías, que fueron representados allá en los dos olivos y los dos candeleros, cuando en el Día Postrero los escogidos suben a la Edad de la Piedra Angular ya no estarán viendo dos candeleros y dos olivos, sino que estarán viendo esos ministerios manifestados en el Ángel del Señor Jesucristo.
Y al estar viendo al Ángel del Señor Jesucristo, con el Espíritu de Cristo en él manifestado, operando los ministerios de Moisés y de Elías y de Jesús, estamos viendo cara a cara a los Dos Olivos, a los Dos Candeleros y al Hijo del Hombre en Su Venida con Sus Ángeles. Y así estaremos en pie delante del Hijo del Hombre en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino, mirando y viendo cara a cara lo que fue prometido, siendo cumplido en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Y así es como estaremos viendo: “EL MISTERIO DE LA MANIFESTACIÓN DE LOS MINISTERIOS DE MOISÉS Y ELÍAS EN EL DÍA POSTRERO”, y así estaremos viendo el rostro del Hijo del Hombre, del Señor, como el sol; y estaremos viendo Su cabello blanco como blanca lana, y Sus ojos como llama de fuego.
Todo eso lo estaremos viendo en la manifestación del Ángel Fuerte, del Ángel que era muy diferente a los demás (que aparece aquí, en esta nube): en Su manifestación en carne humana en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.
Y así lo estaremos viendo capacitado para juzgar, para juzgar todo pueblo, nación y lengua, y todo ser humano en este Día Postrero; porque viene como Juez de toda la Tierra, bajo el ministerio del Ángel que era muy diferente a los demás, siendo manifestado en el Día Postrero en el Ángel del Señor Jesucristo; y manifestando así también los ministerios de Moisés y Elías, en la manifestación del ministerio del Hijo del Hombre en el Día Postrero por medio de Su Ángel Mensajero.
Ver el cumplimiento de estas cosas es estar viendo cara a cara lo que fue prometido en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento con relación a la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, a la Venida de los ministerios de Moisés y Elías y de Jesús para el Día Postrero.
Los ministerios o “EL MISTERIO DE LA MANIFESTACIÓN DE LOS MINISTERIOS DE MOISÉS Y ELÍAS EN EL DÍA POSTRERO”.
¿Vieron lo sencillo que es todo? Dios hace todo en forma sencilla, porque siempre así Él lo ha hecho. Cuando Él promete algo grande lo cumple en simplicidad.
Bien dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo que, si no vigilamos, nos pasará por encima[13] el cumplimiento del Séptimo Sello, el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo. ¿Por qué? Porque todo es realizado en forma sencilla en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; y todo esto en la América Latina y el Caribe.
Y a vosotros, latinoamericanos y caribeños, ha sido dado de parte de Dios el conocer estos misterios del Reino de los Cielos en este Día Postrero; y por eso viene en el idioma latinoamericano y caribeño, que en su mayoría es el español, para que así lo podamos entender; entender todas estas cosas con relación al ministerio de Moisés y Elías en el Día Postrero.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar dándoles testimonio de: “EL MISTERIO DE LA MANIFESTACIÓN DE LOS MINISTERIOS DE MOISÉS Y ELÍAS EN EL DÍA POSTRERO”.
Hemos visto que estos ministerios estarían manifestados en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo, para después llevarle el Mensaje al pueblo hebreo; porque es del Templo de Jesucristo que sale el Mensaje para el pueblo hebreo, del Lugar Santísimo de ese Templo espiritual.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, desde el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también; y pronto todos seamos transformados y raptados, y vayamos a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, en la Casa de nuestro Padre celestial. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo.
Dejo con nosotros nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín, para continuar y finalizar nuestra parte en esta noche, dándole gracias a Jesucristo por Sus bendiciones en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en la América Latina y el Caribe.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos.
“EL MISTERIO DE LA MANIFESTACIÓN DE LOS MINISTERIOS DE MOISÉS Y ELÍAS EN EL DÍA POSTRERO”.
[Revisión febrero 2022]
[1] Números 32:1-33
[2] 2 de Reyes 2:15
[3] Mt. 3:11; Mr. 1:7; Jn. 1:15, 1:27, 1:30
[4] 1 Reyes 19:1-12
[5] 10 codos = 14’4” = 4.36 metros
[6] Apocalipsis 1:6, 5:10
[7] Apocalipsis 3:21
[8] Apocalipsis 4:1
[9] Hechos 15:14
[10] San Juan 1:29, 1:36
[11] 1 Corintios 13:12
[12] 1 Corintios 13:9
[13] Los Sellos, pág. 52, párr. 202; pág. 152, párr. 13; pág. 449, párr. 54