El misterio mayor del Reino de los Cielos

Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo espiritual alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo.

Nuestro tema para esta ocasión, anunciado en el programa, es: “EL MISTERIO MAYOR DEL REINO DE LOS CIELOS”.

Sobre ese misterio mayor del Reino de los Cielos vamos a ver lo que Cristo nos dice, y veremos las diferentes Escrituras que hablan de ese misterio.

En San Mateo, capítulo 24, verso 1 al 3, dice de la siguiente manera:

“Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.

Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.

Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?”.

En este mismo pasaje, continúa Cristo hablando, y cuando se llega a la parte de las señales del fin del siglo y la señal de Su Venida, en el verso 27, de ahí en adelante dice:

“Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.

Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.

E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.

Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema, como les dije, es: “EL MISTERIO MAYOR DEL REINO DE LOS CIELOS”.

El misterio mayor del Reino de los Cielos es la Venida del Señor. La Venida del Señor tiene dos partes: La Primera Venida de Cristo fue cumplida dos mil años atrás, y la Segunda Venida de Cristo está prometida para ser cumplida en el Día Postrero.

Y ahora, para poder comprender lo que será la Segunda Venida de Cristo, es menester conocer lo que fue la Primera Venida de Cristo. Por eso es que serán las personas que habrán creído en la Primera Venida de Cristo, los que luego tendrán la oportunidad de ver el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo; y es la Iglesia del Señor Jesucristo la que por dos mil años ha estado esperando la Segunda Venida de Cristo.

Ahora, ¿qué fue la Primera Venida de Cristo? Conforme a las profecías de Isaías, capítulo 40 y verso 3 en adelante, vean ustedes lo que fue la Primera Venida de Cristo; dice:

“Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová…”.

¿A quién le estaría preparando el camino esta voz clamando en el desierto?, y esta voz clamando en el desierto fue Juan el Bautista. ¿A quién le estaría preparando el camino? Dice:

“Preparad camino (¿a quién?) a Jehová; enderezad calzada en la soledad (¿a quien?) a nuestro Dios.

Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane.

Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.

Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo.

La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo.

Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.

Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!”.

¿A quién estaría presentando esta voz clamando en el desierto? Dice aquí: “¡Ved aquí al Dios vuestro!”. A ese le estaría preparando el camino el precursor de la Primera Venida de Cristo, Juan el Bautista: le estaría preparando el camino al Dios de Israel, que vendría en carne humana; ese sería el Mesías, el Ungido, y hombre ungido con la plenitud del Dios de Israel, en donde el Dios de Israel estaría morando con Su cuerpo teofánico dentro de aquel cuerpo de carne.

“He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder (¿Quién vendría? El Señor Jehová), y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro.

Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas”.

Ahora, vean ustedes, ¿quién vendría?, ¿a quién le estaría preparando el camino aquella Voz en el desierto, el cual fue Juan el Bautista? Le estaría preparando el camino al Dios de Israel, al Jehová del Antiguo Testamento, al Ángel del Pacto. Lo mismo nos dice el profeta Malaquías, en el capítulo 3, donde dice:

“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí…”.

¿Quién está enviando Su mensajero? El Dios de Israel. ¿Y preparará el camino delante de quién? Del Dios de Israel, que vendrá en carne humana.

“… y vendrá súbitamente a su templo el Señor…”.

Ahora, ¿quién fue este que le preparó el camino? Fue Juan el Bautista.

“… y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros”.

¿Quién vendría? El Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que libertó al pueblo hebreo de la esclavitud allá en Egipto.

Por eso cuando le decían a Jesús: “Muéstranos al Padre, y nos basta”, Él decía…, dijo a Felipe: “¿Tanto tiempo hace, Felipe, que estoy con vosotros, y todavía no me has conocido? ¿No sabes que yo estoy en el Padre, y el Padre está en mí (o viceversa), y el que me ha visto a mí, ha visto al Padre?”1.

Ahora, vean ustedes que en San Juan, capítulo 1, verso 18, dice:

“A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”.

Ahora, vean ustedes cómo el Dios invisible se haría visible por medio de carne humana en la persona de Jesús de Nazaret. ¿Y quién estaría dentro de ese velo de carne? Sería el Verbo que era con Dios y es Dios. Dice… San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante, dice:

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios.

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”.

Y ahora, en este mismo capítulo 1 de San Juan, verso 14 dice:

“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros…”.

¿Quién se hizo carne? El Verbo que era con Dios y el Verbo que era Dios. Por eso Jesús podía decir: “El Padre y yo una cosa somos”2; o sea, porque el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Ángel del Pacto, que es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico, vendría en un cuerpo físico también; y ahí estaría Dios con Su cuerpo teofánico dentro del cuerpo de carne. Y por eso Jesús decía: “El Padre que mora en mí”3. ¿Ven? Porque estaba morando en carne humana en la persona de Jesús.

Y por eso el profeta Isaías, en el capítulo 7, verso 14, dijo: “Porque, he aquí, el mismo Señor os dará señal. Él os dará señal”. ¿Y cuál sería esa señal? “La virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y se llamará Su nombre (¿cómo?) Emanuel”, que traducido significa (¿qué?): Dios con nosotros4. Dios viniendo con Su cuerpo teofánico, desde el cual Él creó todo el universo, y ahora viniendo dentro de un cuerpo de carne, como Cordero de Dios, para llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Era un misterio la Primera Venida de Cristo.

Muchas personas esperaban la Venida del Mesías para que Él se sentara en el Trono de David y comenzara Su reinado en el tiempo de Su Primera Venida, porque el pueblo hebreo no comprendía claramente el misterio de la Venida del Señor; y por cuanto en el Antiguo Testamento se habla de la Venida del Señor y no se hace claramente una separación de Primera y Segunda Venida de Cristo, ellos pensaban (en su mayoría) que la Venida del Señor era una sola, y que al llegar establecería todo lo que dice allí de la Venida del Mesías; pero ellos no comprendían que la Venida del Mesías tenía dos partes.

La Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, tendría (¿qué?) dos partes: La primera parte vino… En la primera parte se manifestaría ¿cómo? Como el Cordero de Dios, para quitar el pecado del mundo por medio de la muerte del velo de carne que Él tendría aquí en la Tierra; el cual tuvo un nombre, tuvo el nombre de redención, que fue Jesús.

¿Dónde estaba escrito ese nombre? Estaba en el velo de carne nacido en Belén de Judea y criado en Nazaret. Y por medio de ese velo de carne, el Dios Todopoderoso tomaría todos nuestros pecados y moriría Su cuerpo físico en la Cruz del Calvario.

Todo eso estaba en el Programa de Dios, en la Mente de Dios, para ser manifestado en aquel tiempo, en el cual ya habían comenzado los días postreros con el comienzo del quinto milenio; porque el ministerio del Mesías en Su Primera Venida se cumplió en el comienzo del quinto milenio; o sea, en el primer siglo del quinto milenio el Mesías estaba en la Tierra, y del año 20 al año 30 del primer siglo del quinto milenio, cumplió Cristo Su ministerio, y llevó a cabo así Su Obra de Cordero de Dios quitando el pecado del mundo en la Cruz del Calvario.

Pero vean ustedes, antes de llevar a cabo esa Obra Él estaba aquí en la Tierra, estuvo en la Tierra por 29 años y medio. O sea que la Primera Venida de Cristo tuvo un lapso de tiempo de 33 años en la Tierra; y tuvo un comienzo, que fue cuando comenzó en el vientre de María Su cuerpo físico, y cuando nació en Belén de Judea; y luego tuvo un final aquí en la Tierra, en cuanto a Su vida terrenal y Su ministerio aquí en la Tierra: cuando murió en la Cruz del Calvario, y resucitó, y ascendió al Cielo.

Y luego, en el Cielo ha estado llevando a cabo el ministerio de Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec, allá en el Templo de Dios en el Cielo, en el Lugar Santísimo del Templo de Dios en el Cielo.

Y por cuanto allá no podía ser ofrecido un sacrificio de un animalito, lo cual no es perfecto… Esos sacrificios eran para el templo que estaba en la Tierra, que construyó Salomón, y que en diferentes ocasiones fue restaurado: lo destruían, y volvían y hacían una reconstrucción, o hacían un nuevo templo, o una reconstrucción del templo quizás; y en cuanto a su apariencia exterior tendría algunas otras cosas, o sea, cierta apariencia; pero de por sí era el mismo templo, con atrio, lugar santo y lugar santísimo.

Y antes de eso, pues tenían el tabernáculo que construyó Moisés conforme al diseño que Dios le mostró en el Cielo.

Ahora, vean ustedes, el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que estaba en Jerusalén, que muchas veces fue destruido y después reconstruido, representaban (¿qué?) el Templo que está en el Cielo.

Y por eso las cosas que se llevaban a cabo en ese templo eran muy significativas ante la presencia de Dios; porque la representación del Templo que está en el Cielo estaba en la Tierra en medio del pueblo hebreo. Y por eso es llamado “el templo de Dios”; y por eso Dios dijo que Él habitaría en Su templo, en ese templo que sería construido, y colocaría allí Su Nombre. Y vean que ese templo no podía ser construido en cualquier lugar, sino en Jerusalén.

Y ahora, vean ustedes, Dios moró ¿dónde? En ese templo, en el lugar santísimo de ese templo, sobre el arca del pacto, sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines de oro; y desde allí se manifestaba y le hablaba Dios a Moisés allá en el Antiguo Testamento, en el tabernáculo que construyó Moisés.

Y luego encontramos que en el templo que construyó Salomón, y que construyeron o reconstruyeron en otras ocasiones otras personas, encontramos que Dios estaba en medio de los dos querubines de oro en el propiciatorio, o sobre el propiciatorio, allí en el lugar santísimo; porque en el Cielo, en el Templo que está en el Cielo, Dios está en el Lugar Santísimo, en Su Trono. Lo cual está representado en el lugar santísimo, en donde está el arca del pacto: Sobre el arca del pacto está el propiciatorio, que es la tapa, la cubierta del arca del pacto, y ahí tiene los dos querubines de oro, uno frente al otro, y en medio de esos dos querubines de oro estaba la luz de la Shekinah, la Columna de Fuego estaba allí manifestada.

Esa era la Luz que alumbraba en el lugar santísimo; no tenían allí otras cosas para dar luz, como nos indica la Escritura, pues Dios no le dijo a Moisés que colocara allí un candelabro o candelero; allí estaba la presencia de Dios.

Y era un lugar pequeño, era un lugar que tenía unos veinte codos de ancho, y tenía diez codos de alto. Y también encontramos que tenía… era cuadrado, era el lugar más pequeño del templo; pero era el lugar donde Dios estaba. O sea que era grande, no por el tamaño, sino por causa del que estaba allí; y el que estaba allí es el más grande de todos: el Creador de los Cielos y de la Tierra. Lo que lo hacía grande —a ese lugar— era la presencia de Dios.

Ahora, vean ustedes cómo allí estaba…, todo lo que está en el Cielo estaba representado allí. Y viniendo Dios en la Columna de Fuego y entrando a ese templo, y morando en el lugar santísimo, nos muestra Su Venida al pueblo hebreo; primero en Su Primera Venida; y luego, para el Día Postrero, nos muestra allí Su Segunda Venida viniendo a Su Templo, que es Su Iglesia, y entrando al Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, en donde llama y junta a todos Sus escogidos.

Y es sobre el propiciatorio en donde encontramos que Dios estaba; y en el Cielo, Cristo como Cordero de Dios y como Sumo Sacerdote, ha estado allá en el Lugar Santísimo, haciendo intercesión por todos Sus escogidos de etapa en etapa. Él ha estado en el Lugar de Intercesión, que en el templo era el propiciatorio que estaba sobre el arca del pacto.

Y ahora, en la Iglesia del Señor Jesucristo, viniendo Cristo en Su Segunda Venida, viene a Su Templo y se coloca sobre el Propiciatorio, en medio de los Dos Querubines de oro, en el Día Postrero, en Su Segunda Venida. Y viene con un nombre que ninguno entiende, colocado en Su vestidura.

Y ahora, podemos ver que ese es el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo para Su Segunda Venida, o sea, para la segunda parte de la Venida del Señor. La primera parte fue cumplida como Cordero de Dios dos mil años atrás, viniendo al pueblo hebreo, que es el Israel terrenal, y en Su Segunda Venida viene al Israel celestial, que es Su Iglesia.

Ambos pueblos están representados también en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón; y por eso encontramos que lo mismo que sucede viniendo al templo de Salomón y viniendo al templo de Moisés, es lo que sucede viniendo al pueblo hebreo como Templo de Dios, como Casa de Dios, y luego viniendo a la Iglesia gentil como la Casa de Dios.

Y ahora, si fue un misterio la Primera Venida de Cristo…, aunque no fue anunciado como un misterio oculto completamente, sino que se había profetizado acerca de la Primera Venida de Cristo, del lugar donde nacería: Belén de Judea; se había también profetizado que nacería por medio de una virgen, por lo tanto, sería por medio de creación divina, sin intervención de un varón; y se había anunciado un sinnúmero de cosas que serían cumplidas en el Mesías. Por ejemplo, también fue anunciado que sería nazareno; y así por el estilo, encontramos que también fue anunciado que sería en medio del pueblo hebreo.

Pero en cuanto la Segunda Venida de Cristo, a través de la Escritura no encontramos ninguna Escritura que hable claramente de la nación, el país, la ciudad, lugar exacto donde la Segunda Venida de Cristo será cumplida. Aunque todo eso está en los tipos y figuras, y profecías bíblicas y parábolas del Señor Jesucristo, y de los apóstoles, y de los profetas del Antiguo Testamento, y del profeta mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil y precursor de la Segunda Venida de Cristo; él fue el instrumento de Dios para dar más luz acerca de la Segunda Venida de Cristo, porque fue el profeta más cercano a la Segunda Venida de Cristo.

Pero este es el misterio más grande de todos los misterios del Reino de los Cielos; es el misterio contenido en el Séptimo Sello, es el misterio del Séptimo Sello: la Segunda Venida de Cristo; y cuando fue abierto este misterio en el Cielo hubo silencio como por media hora.

De este misterio, el mismo Jesucristo hablando nos dice… Vamos a ver en San Marcos, vamos a ver si ahí es donde habla ciertas cosas. Dice… vamos a leer comenzando en el verso 24, de ahí en adelante dice [capítulo 13]:

“Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor,

y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas.

Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria.

Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.

De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca”.

La higuera representa al pueblo hebreo; y “el verano está cerca”, eso es “el Reino de Dios está cerca”. Por eso es que tenemos siempre que, cuando leemos la profecía, buscar esa misma profecía en otros lugares y ver cómo la muestra Dios en los demás lugares.

Por ejemplo, esta profecía está mostrada en San Mateo 24 y en San Lucas, capítulo 21. Veamos cómo la muestra Dios por medio del profeta, o por medio de San Lucas, dice [verso 27]:

“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.

Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención (porque vuestra redención ¿qué?) está cerca”.

O sea, “vuestra transformación”, porque es la redención del cuerpo lo que Cristo llevará a cabo en este Día Postrero en Su Segunda Venida.

Y cuando sea vista la señal del Hijo del Hombre en el cielo, o sea, sea vista la Venida del Señor en el cielo, dice:

(Y) verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria”.

Ahora, es vista la Venida del Señor en el cielo en una nube, lo cual luego se tiene que materializar en la Tierra en carne humana.

Ahora, vean ustedes:

“Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”.

Es tiempo de despertar, estar levantados en pie delante del Hijo del Hombre, estar listos, preparados, porque nuestra redención, o sea, nuestra transformación y la resurrección de los muertos en Cristo, ¿está qué? Cerca. Sigue diciendo:

“También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles”.

La higuera es Israel, y los demás árboles son las demás naciones. Y en lo espiritual, Israel también es la higuera, y los demás árboles son los demás grupos religiosos; y también encontramos las diferentes etapas de la Iglesia del Señor.

Ahora…, dice:

“Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca”.

Ahora, vean la explicación que da:

“Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca (¿qué?) el reino de Dios”.

¿Ven lo que significa: “el verano está cerca”? Está cerca el Reino de Dios. Es en el tiempo del verano que se lleva a cabo (¿qué?) la cosecha; y es en la Venida del Reino de Dios, y en la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino, que son llamados y juntados todos los escogidos de Dios.

Y es el tiempo del fin del siglo, porque es en el fin del siglo en donde el Hijo del Hombre enviará Sus Ángeles (¿para qué?) para llevar a cabo la cosecha del trigo, conforme a la parábola del trigo y de la cizaña5.

Vean cómo en las parábolas Cristo mostró la Venida del Hijo del Hombre, y mostró también la Venida de Sus Ángeles, y mostró también el recogimiento de los escogidos, que es el trigo de Dios, los hijos del Reino; y cómo con un Mensaje, el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, todos los escogidos de Dios serían llamados y juntados en este Día Postrero.

Y ahora, vean cómo Cristo nos habla de estas cosas que deben suceder en el Día Postrero. Y ahora dice:

“De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”.

En febrero 28 de 1963 apareció esta nube misteriosa en el cielo, la cual fue tomada en fotos y fue estudiada científicamente; y declararon que era una nube misteriosa, porque apareció a 26 millas6 de altura, con un tamaño de 30 millas de ancho por 50 millas de largo7; una nube gigante y misteriosa, porque a la altura en que apareció no hay humedad para formar nubes, ni hay aviones volando a esa altura, una nube misteriosa. Y Jesucristo habló de una nube misteriosa que aparecería, en donde el Hijo del Hombre estaría presente.

Y ahora, cuando esta nube apareció en el cielo, el reverendo William Marrion Branham estaba de cacería en los montes de Tucson, Arizona, y él dice que él fue llevado a esa nube. Y él dice que él vio allí siete ángeles; y si él se cuenta, entonces estarían ocho ángeles en esa nube.

Ahora, ¿qué dice él acerca de esa nube y los que allí estaban? Dice en la página 469 del libro de Los Sellos, dice:

“153. ¿Y notaron que dije que uno de esos ángeles era muy raro? Me pareció muy distinto a los demás. Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba (aquí lo tenemos; esta es la constelación de ángeles que él vio); y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel. Él era más brillante y significaba más para mí que los demás. Les dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el Oriente. Les dije también que: ‘Me levantó, me alzó’. ¿Se acuerdan?

154. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello…”.

¿Quién era el que tenía el Séptimo Sello? Este Ángel que era muy diferente a los demás, que tiene sus alas extendidas volando; y estos otros ángeles son los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil; pero este es el Ángel que era muy diferente a los demás.

Si tornamos esta foto hacia la derecha, tendremos aquí frente a nosotros, formado por esta nube de ángeles, tendremos el rostro del Señor Jesucristo. Y los siete ángeles de las siete edades forman la barba del Señor, y el Ángel que era diferente a los demás forma el cabello blanco del Señor.

Recuerden que esos son los tipos y figuras, pero vean lo que la barba del Señor significa: La barba del Señor son los siete ángeles mensajeros de las siete edades; y el cabello blanco del Señor es este Ángel que era muy diferente a los demás.

Y así como para el cumplimiento del simbolismo de la barba del Señor cumplirse, tuvo cada ángel mensajero de cada edad que venir en carne humana y tener su ministerio aquí en la Tierra, y así se formó o se cumplió el tipo y figura de la barba del Señor.

Y para cumplirse el tipo y figura del cabello blanco del Señor, tiene que venir este Ángel que era diferente a los demás, venir en carne humana en el Día Postrero y tener Su ministerio aquí en la Tierra.

Ese es el Ángel que tiene el Séptimo Sello; y con Su Venida a la Tierra en carne humana, teniendo Su ministerio, estará cumpliendo en la Tierra (¿qué?) el Séptimo Sello. Estará entonces abierto en la Tierra el Séptimo Sello en cuanto a su cumplimiento, y en cuanto a la revelación del Séptimo Sello para ser dada a conocer a los hijos e hijas de Dios, también estará abierta esa revelación para la Iglesia del Señor Jesucristo; porque el mismo Ángel que era diferente a los demás, por medio de carne humana estará teniendo Su ministerio en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual; porque es ahí a donde Él viene en el Día Postrero y es ahí donde Él abre el misterio de Su Venida.

El misterio de la Venida de este Ángel que era muy diferente a los demás es el misterio del Séptimo Sello; y para eso es que Él viene en el Día Postrero en carne humana, manifestado como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Y ahora, continuemos leyendo aquí. Dice:

“154. Ahora, ¡aquí está!…”.

Este fue, vean ustedes, el que lo levantó; porque eso es tipo y figura del arrebatamiento de los escogidos de Dios, que será bajo el ministerio ¿de quién? De ese Ángel Mensajero que era muy diferente a los demás.

“154. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello, lo cual he mantenido como una pregunta en mi mente toda mi vida. ¡Amén! Los otros Sellos significaron mucho para mí, desde luego; pero ustedes no se imaginan lo que ha significado este séptimo”.

Y ahora, continuando en la página 483 y 484, al final dice:

“203. Quiero que noten otra cosa que sucedió. Y si ustedes llegan a escuchar la cinta: ‘Señores, ¿qué hora es?’, allí escucharán que un Ángel me era muy sobresaliente; los demás eran comunes, pero este cierto Ángel era muy notable. Él estaba a mi izquierda en la constelación en forma de pirámide. ¿Recordarán también que fue en la pirámide donde estaba la piedra blanca misteriosa que no tenía nada escrito? Los ángeles me elevaron de donde estaba, adentro de esa pirámide formada por ellos mismos”.

¿Ven? Él fue llevado donde estaban esos ángeles; y cuando tenemos esta foto y nosotros miramos, podemos ver que ahí están ocho ángeles: los siete ángeles de las siete edades y el Ángel que era diferente a los demás.

“Los misterios de Dios eran solamente conocidos por ellos”.

Por lo tanto, los misterios de Dios que no han sido revelados en las edades pasadas, para ser revelados en el tiempo final en el cual vivimos, solamente por medio de uno de ellos es que puede venir esa revelación: por medio del Ángel que era muy diferente a los demás es que puede venir la revelación de la Venida de Cristo, la Venida del Ángel del Pacto, la Venida de este Ángel que era diferente a los demás.

Y con la Venida de este Ángel en el Día Postrero a Su Iglesia, es que el misterio del Séptimo Sello es abierto en medio de la Iglesia del Señor, y es dado a conocer a todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Este misterio que causó silencio en el Cielo cuando fue abierto en el Cielo, ahora, vean ustedes, es revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo por este mismo Ángel que tiene el Séptimo Sello; el cual en el Día Postrero viene en carne humana en Su Ángel Mensajero, para manifestar a Su Iglesia todas esas cosas que deben suceder pronto, y revelarle el misterio más grande del Reino de los Cielos, que es la Venida del Señor para el Día Postrero, la Segunda Venida de Cristo.

Miren lo que Cristo dijo acerca de la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero. Dice… vamos a ver, dice [San Mateo 24:36]:

“Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre”.

Y ahora, vean que este misterio era tan grande que nadie sabía cuándo sería el día y la hora. ¿Por qué? Porque Dios lo ocultó para que nadie pudiera interrumpir el cumplimiento de ese misterio de ese Séptimo Sello en el tiempo final. Pero hemos visto que sería para el Día Postrero, conforme a las profecías que están en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, pero que no estaban abiertas al público esas profecías.

Esos misterios estaban encerrados ahí en diferentes profecías, en parábolas proféticas, y así por el estilo; y en tipos y figuras, en donde Dios usó personajes como José, el hijo de Jacob, allí está la Primera y la Segunda Venida de Cristo. Pero ese misterio no estaba abierto y por eso no podía ser comprendido.

Vean, la Segunda Venida de Cristo es con Su Nombre Nuevo; y vean representada la Segunda Venida de Cristo en José con un nombre nuevo, que recibió cuando ascendió al trono allí, para ser segundo en el reino, en el imperio del faraón8; recibió un nombre nuevo con el cual él estuvo en medio de los gentiles; y cuando lo vieron sus hermanos, lo vieron con ese nombre nuevo y no sabían que era José9.

Y ahora, vean ustedes cómo tuvo una esposa gentil. Y Cristo, vean ustedes cómo tiene una Iglesia gentil, que es la Esposa, la Novia del Cordero; y vean cómo ha tenido hijos por medio de Su Iglesia, que son los escogidos de Dios de edad en edad.

Vean cómo todos esos tipos y figuras se han ido cumpliendo; y para el Día Postrero tenemos la promesa que Cristo vendrá con un Nombre Nuevo, el Nombre Nuevo que Él recibió cuando ascendió victorioso al Cielo y se sentó en el Trono de Dios.

Y ahora, vean cómo el misterio del Séptimo Sello, el misterio más grande del Reino de los Cielos, es la Segunda Venida de Cristo; y es Su Venida con un Nombre Nuevo.

Y Su Venida, la Venida (¿de quién?) del Ángel del Pacto, el mismo que vino dos mil años atrás en carne humana, que es el mismo que estuvo manifestado en y con los profetas del Antiguo Testamento en la porción correspondiente a cada etapa, el mismo que libertó al pueblo hebreo por medio del profeta Moisés, luego vino en carne humana en toda Su plenitud en Jesús de Nazaret.

Ese fue el velo de carne, la vestidura para el cumplimiento de la Primera Venida de Cristo, el cumplimiento de la Venida del Ángel del Pacto en toda Su plenitud como Cordero de Dios, quitando el pecado del mundo por medio del Sacrificio de Su propio cuerpo allí en la Cruz del Calvario.

Y para el Día Postrero Él tendrá una nueva vestidura, para el Día Postrero Él vendrá manifestado, y Él vendrá a Su Iglesia, que es Su Templo, es el Israel celestial, el Israel espiritual, así como vino en Su Primera Venida al Israel terrenal.

Vean cómo todas estas cosas son paralelas, y cómo para el Día Postrero Él tendrá en Su vestidura y en Su muslo escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de Señores. Viene ¿cómo? Viene como Rey de reyes y Señor de señores.

Ahora, Rey de reyes y Señor de señores no es un nombre; por lo tanto, el nombre que Él tendrá en Su Venida representará: Rey de reyes, Señor de Señores, León de la tribu de Judá, Estrella resplandeciente de la Mañana.

O sea, en ese Nombre están contenidos todos los títulos correspondientes a la Segunda Venida de Cristo. Está contenido ahí el título: Hijo del Hombre, Hijo de David, Hijo de Abraham, y todos estos títulos estarán contenidos en Su Venida en el Día Postrero.

Así como, vean ustedes, en Su Primera Venida estaban contenidos todos esos títulos también: Hijo de David; Hijo del Hombre: profeta, porque el título de Hijo del Hombre es el título de profeta; e Hijo de David, porque es el que se sentará en el Trono de David, el heredero al Trono de David; Hijo de Abraham, porque es la simiente que Dios le dijo a Abraham que tendría: el Mesías vendría por medio de la descendencia de Abraham, como un hijo de Abraham.

Y todos esos títulos que se cumplieron en Él, vean ustedes, cuando Él se mueve hacia los gentiles, Él permanece con todos esos títulos; y Él pasa a los gentiles la Bendición de la Primogenitura, que había estado en Abraham, Isaac, Jacob, en José y sus hijos, toda esa Bendición de la Primogenitura la pasa a Su Iglesia gentil.

Y la bendición de la promesa la pasa a Su Iglesia gentil; y los escogidos obtienen el nuevo nacimiento, en donde obtienen el Espíritu de Cristo, y así obtienen un cuerpo teofánico; para luego, en el Día Postrero, obtener un cuerpo físico eterno y glorioso que Él nos ha prometido.

Y ahora, vean ustedes cómo también la promesa que será padre de generaciones, Abraham, es cumplida por medio ¿de quién? De Jesucristo; porque por medio de Jesucristo, entre las naciones gentiles estarían los que creerían en Cristo como su Salvador, y serán las personas que vivirán eternamente; entre los cuales están, en primer lugar o primer plano, los primogénitos de Dios; y luego el resto de las personas que están escritas en el Libro de la Vida, en la sección del Libro la Vida, los cuales entrarán a la vida eterna después del Reino Milenial y Juicio Final.

Ahora, vean cómo de entre los gentiles Dios tendría una cosecha muy grande. Y donde Dios había dicho: “Ustedes no son pueblo mío”10, luego en el Nuevo Testamento dice que en esos lugares o en ese lugar donde Dios dijo: “Ustedes no son pueblo mío”, se diría que… se diría: “Hijos de Dios”, Dios tendría hijos en esos lugares, hijos e hijas de Dios, primogénitos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Ahora, vean dónde Dios tendría los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la vida Cordero; aunque tuvo también de en medio del pueblo hebreo.

Y ahora, podemos ver todas estas cosas que Él ha hecho en el pasado y lo que Él ha prometido para este Día Postrero. Y Él nos ha prometido la revelación, tanto en cuanto a Su cumplimiento como la revelación en cuanto a darnos a conocer este misterio: “EL MISTERIO MAYOR DEL REINO DE LOS CIELOS”, que es la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, viniendo el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová velado en carne humana en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo.

Ese es el misterio de la Venida del Hijo del Hombre, de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, de la Venida del Señor como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Ese es el misterio de la Venida de este Ángel que era muy diferente a los demás, la Venida de este Ángel a esta Tierra y a esta dimensión terrenal, para ser visible en Su manifestación por medio de Su manifestación a través del velo de carne que Él tendrá en este Día Postrero, que es Su Ángel Mensajero.

Hemos visto el misterio del Séptimo Sello, que es el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Ese es EL MISTERIO MAYOR DEL REINO DE LOS CIELOS.

¿Y así tan sencillo es ese misterio? Mientras no estaba revelado se veía muy difícil, se veía muy complicado, pero al ser revelado se ve todo sencillo; porque sería en simplicidad el cumplimiento del Séptimo Sello, el cumplimiento de la Venida del Ángel que era muy diferente a los demás.

Y la señal del Hijo del Hombre fue vista en el cielo, en el 1963, para luego ser manifestado en la Tierra en carne humana en Su Ángel Mensajero, y tener el ministerio correspondiente al Día Postrero, y ser llamados y juntados los escogidos de Dios en el Día Postrero. En Su Venida Él trae los ministerios de Moisés y Elías, y de Jesús, son los tres grandes ministerios prometidos para el Día Postrero, para la manifestación de EL MISTERIO MAYOR DEL REINO DE LOS CIELOS.

Hemos visto: “EL MISTERIO MAYOR DEL REINO DE LOS CIELOS”, y lo hemos visto en esta forma tan sencilla, tal y como fue dicho que sería el cumplimiento de este misterio, del misterio mayor del Reino de los Cielos.

Nos dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo, finalizando ya la serie del estudio de Los Siete Sellos, nos dijo después de traer toda la revelación, dice: “Cuando prediqué ‘Dios en simplicidad’ no sabía (o sea, no comprendía, o sea, no comprendía completamente) lo que significaba ese tema”.

Y cuando luego de traer todas esas conferencias, luego él ve todo ese Programa, entonces dice él acerca de la Venida del Señor, que será en tal simplicidad que si no vigilamos nos pasará por encima, porque será en simplicidad. Vean, en la página 472 dice:

“164. Noten bien el Mensaje del tiempo del fin (este Sello) …”.

¿Cuál es el Mensaje del tiempo del fin? El Séptimo sello, ¿y qué es el Séptimo Sello? La Segunda Venida de Cristo; o sea que el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo es el Mensaje del tiempo del fin, del Día Postrero

“Él nos ha revelado los seis Sellos, pero no dice nada del séptimo (pero no dice nada ¿de cuál? Del Séptimo Sello). El Sello del tiempo del fin, cuando empiece será algo completamente secreto, según la Biblia”.

O sea, cuando comience. ¿Y cuándo comenzó el Séptimo Sello? Vamos a compararlo con la Primera Venida de Cristo, porque el Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo.

Y ahora, cuando comenzó la Primera Venida Cristo, vean ustedes, era un secreto para los grandes sabios, era un secreto para el pueblo hebreo; y estaba cumplida Su Venida naciendo en Belén de Judea. Pero eso vino a estar en secreto hasta que Jesús comenzó Su ministerio, y aun todavía encontramos que muchos no comprendían ese misterio de la Primera Venida de Cristo.

Pero cuando terminó Su ministerio, encontramos que ese secreto, que solamente conocían los apóstoles y los que creían en Jesucristo, luego comenzó a ser predicado en toda la tierra de Israel, comenzando desde Jerusalén, y por el mundo entero, el misterio de la Primera Venida de Cristo.

Y ahora, el misterio de la Segunda Venida de Cristo, dice: “Cuando comience será completamente un secreto”.

Ahora, la Primera Venida de Cristo comenzó ¿cuándo? Cuando el cuerpo donde se cumpliría la Primera Venida de Cristo estaba en el vientre de María, ahí comenzó el misterio de la Primera Venida de Cristo; porque en el misterio de la Primera Venida de Cristo una virgen concebiría, allí estaba esa virgen; por lo tanto, ese misterio comenzó allí, en el vientre de esa virgen, a ser cumplido, pero permanecía en secreto hasta que Jesús comenzó Su ministerio.

Y ahora, el misterio del Séptimo Sello cuando comience es un secreto; y el velo de carne, cuando nazca aquí en la Tierra, en el cual estará manifestado el Séptimo Sello, estará manifestado el Ángel que era diferente a los demás, pues es un secreto cuál será el velo de carne en el cual se cumplirá ese misterio; hasta que el Séptimo Sello es cumplido en él, el Ángel del Pacto, el Ángel que era diferente a los demás viene, se manifiesta a través de él; y ya ese misterio queda abierto en cuanto a su cumplimiento, y es revelado a los escogidos de Dios.

Pero sigue siendo un misterio para el resto del mundo, sigue cerrado para el resto del mundo, pero abierto a los escogidos de Dios; porque es abierto a los escogidos de la Edad de la Piedra Angular, pero no está abierto al mundo entero, porque ellos no están dentro de la Edad de la Piedra Angular; por lo tanto, sigue siendo un misterio la Segunda Venida de Cristo para el mundo y para toda persona que esté fuera de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Sigue diciendo, vean, dice:

“… cuando empiece (el Séptimo Sello)…”.

“El Sello del tiempo del fin, cuando empiece (o sea, cuando comience) será algo completamente secreto, según la Biblia. Pero antes de conocer eso… Recuerden Apocalipsis 10:1-7: que al fin del Mensaje del séptimo ángel TODOS los misterios de Dios serían conocidos. Estamos en el tiempo del fin —la apertura del Séptimo Sello.

165. El domingo pasado, hace una semana hoy, cuando estaba predicando sobre: ‘Sed humildes, sed humildes, recuerden que Dios obra en cosas pequeñas’, en verdad no me daba cuenta de lo que estaba hablando, pero ahora lo veo bien (¿ve?). Será de una manera tan humilde. Uno pensaría que una cosa tan tremenda sería revelada allá en el Vaticano, pero más bien viene como vino Juan el Bautista, viene como el nacimiento de nuestro Señor, ¡allá en un establo!”.

¿Ven? ¿Cómo comienza? Con el nacimiento. ¿Cómo comenzó la Primera Venida de Cristo? Con el nacimiento del velo de carne donde estaría cumplida la Primera Venida de Cristo. Miren cómo comienza el misterio del Séptimo Sello a moverse aquí en la Tierra. Y miren ustedes, dice:

¡GLORIA A DIOS! ¡La hora está a la mano! ¡Aquí estamos! ¡Oh hermano!

166. ¿Lo pueden ver? ¡La verdad de la visión de Dios, los siete ángeles trayéndome del Occidente (venían del Occidente) hacia el Oriente, para este mensaje en esta noche! Ahora, la Voz de aquel trueno y la misión que fue traída, todo ha sido revelado y probado que era de Dios. Piénselo bien: Yo no conocía estos Sellos. Han sido revelados en esta semana. ¿Pensó alguien en los siete ángeles, y este siendo el mensaje que habría de salir, y los ángeles trayéndome para eso? Recuerden, el séptimo Ángel fue el más notable para mí. Me parecía más importante que cualquiera de los demás. Yo vi que estaban parados así en forma de pirámide, y yo estaba parado acá así”.

Bueno, ahí podemos ver ese misterio del Séptimo Sello. Y dice: “Será como Juan el Bautista y como el nacimiento de Jesús”, o sea, como el nacimiento de Juan y como el nacimiento de Jesús; o sea que comienza el Séptimo Sello así, después sigue por las diferentes etapas, hasta llegar al final.

Y ahora, vean ustedes cómo dice también que ese Ángel era muy diferente a los demás, dice también que era ese Ángel más… dice:

“… el séptimo Ángel fue el más notable para mí. Me parecía más importante que cualquiera de los demás”.

Era diferente, pues no era un mensajero de edad sino de dispensación; y un mensajero dispensacional es mayor que uno de edad.

Y vean ustedes, si fue importante recibir al mensajero de cada edad para tener la revelación de Dios para la edad en que Dios envió a cada mensajero, y para ser colocados en el Cuerpo Místico de Cristo, así también: cuánto más para el Día Postrero, para ser colocados en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Es necesario recibir al Ángel que era muy diferente a los demás, manifestado en carne humana, y recibir Su Mensaje, para recibir la revelación de Dios correspondiente al Día Postrero; porque toda revelación para cada etapa de la Iglesia de Jesucristo tiene que venir por medio del mensajero de cada etapa.

Así vino en la primera etapa o edad por medio de San Pablo; para la segunda edad, por Ireneo; para la tercera, por medio de Martín; para la cuarta, por medio de Colombo; para la quinta, por medio de Lutero; para la sexta, por medio de Wesley; y para la séptima, por medio del reverendo William Marrion Branham; y para la octava, por medio del Ángel Señor Jesucristo.

Así que, así como fue recibido cada ángel por el grupo de su edad: es, en el Día Postrero, recibido el Ángel del Señor Jesucristo por los escogidos de Dios en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular.

¿Y dónde estaban los de la primera edad que recibieron a San Pablo? En Asia Menor. ¿Y dónde estaban los que recibieron los cinco ángeles mensajeros correspondientes a las cinco etapas: segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta etapa de la Iglesia de Jesucristo? Estaban en Europa, eran europeos en su mayoría. ¿Y dónde estaban los que recibieron al séptimo ángel mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil? En su mayoría estaban en Norteamérica.

¿Y dónde están los escogidos de Dios que recibirían al Ángel del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, en dónde están? ¡Aquí estamos, en la América Latina y el Caribe!, en donde EL MISTERIO MAYOR DEL REINO DE LOS CIELOS sería manifestado, sería cumplido y sería dado a conocer a los escogidos de Dios en la edad, en la etapa de la Piedra Angular.

La etapa de la Edad de la Piedra Angular, en donde se abre una nueva dispensación, la Dispensación del Reino; y son llamados y juntados todos los escogidos de Dios por medio de la Voz de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero; llamándonos con esa Gran Voz de Trompeta, o sea, con la Trompeta del Evangelio del Reino, y juntándonos en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; y revelándonos todas estas cosas que estaban prometidas para este tiempo final, y así revelándonos EL MISTERIO MAYOR DEL REINO DE LOS CIELOS, el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Eso es la Venida del Ángel que era muy diferente a los demás; viniendo en el Día Postrero en carne humana en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, viniendo el Ángel que era muy diferente a los demás en Su Ángel Mensajero. Su Ángel Mensajero es el velo de carne que estaría en el Día Postrero para ser el instrumento de Cristo, en donde Cristo estaría manifestado en el Día Postrero como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

¿Así de sencillo? Sí, ¡así de sencillo! Porque eso es Dios en simplicidad.

El velo de carne no es el grande, el grande es Jesucristo, el que viene manifestado en Su velo de carne, en Su Ángel Mensajero. Por lo tanto, la gloria y adoración es ¿para quién? Para nuestro amado Señor Jesucristo.

Por eso el Ángel, cuando Juan quiso adorarlo, se lo prohibió; no la aceptó (la adoración), y le dijo: “Adora a Dios. Porque yo soy consiervo tuyo, y con tus hermanos los profetas. Adora a Dios”11. ¿Por qué? Cristo dijo: “Porque tales adoradores busca el Padre que le adoren”12, porque el Padre sería adorado (¿cómo?) en espíritu y en verdad. Los verdaderos adoradores adorarían al Padre ¿cómo? En espíritu y en verdad.

Hemos visto en esta ocasión: “EL MISTERIO MAYOR DEL REINO DE LOS CIELOS”.

Que Dios les bendiga a cada uno de ustedes aquí presentes, y a los televidentes; que Dios bendiga a los valientes del Hijo de David, y que Dios bendiga a los cachorritos de León, a los niños, y a los jóvenes, y a los adultos, y a los ancianos también. Y que pronto Jesucristo nuestro Señor transforme nuestros cuerpos, y nos lleve a la Cena de las Bodas del Cordero como Él lo ha prometido. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Muchas gracias por vuestra amable atención, y dejo nuevamente con nosotros al reverendo Pedro para continuar y finalizar nuestra parte. Nuestro hermano Bermúdez no pudo estar con nosotros en esta mañana, pues ha estado muy ocupado allá trabajando y todavía no ha llegado, no ha llegado todavía.

Así que pido que le excusen; y ya pues estará con nosotros aquí en alguna otra ocasión. Él ya, después que estaba montado en el auto conmigo, me estuvo contando todo el trabajo que tenía allí y que tendría que dejar sin hacer, porque es trabajo de la Obra y de preparación de todas las actividades; por lo tanto, me dijo que si se podía quedar, y yo le dije: “Bueno, está muy bien”. Y aquí, pues, nuestro hermano Pedro se ha encargado de la parte que hace Miguel.

Así que Dios bendiga a Bermúdez allá, y lo siga usando grandemente. Dios ha colocado a mi lado a nuestro hermano Bermúdez, el cual es una bendición grande para todo el pueblo de Dios latinoamericano y caribeño, y es una persona que siempre está trabajando.

Oren mucho por Miguel, para que Dios lo bendiga grandemente y lo use cada día más, y le dé cada día más fuerzas y más ánimo cada día, para seguir trabajando más y más en la Obra de Jesucristo en este Día Postrero.

Y cada uno de ustedes, a cada uno de ustedes, que Dios les bendiga grandemente y les use grandemente en Su Obra en este Día Postrero; pues luego de recibir la salvación, la bendición grande para nosotros es luego trabajar en la Obra de Jesucristo nuestro amado Salvador.

Trabajen con amor divino, con todo vuestro corazón y sin limitaciones, porque vuestro trabajo en el Señor no es en vano13; es un trabajo para vida eterna; y los que reciben el beneficio de vuestro trabajo son sellados ¿para qué? Para vida eterna.

El que siega, o sea, el que cosecha, para vida eterna cosecha14, porque cosecha ¿qué? Hijos e hijas de Dios, trigo, que es (¿para qué?) para vida eterna.

Bueno, que Dios les continúe bendiciendo, que Dios les guarde. Y nuevamente el reverendo Pedro, por aquí con ustedes.

“EL MISTERIO MAYOR DEL REINO DE LOS CIELOS”.

[Revisión abril 2022]

1 San Juan 14:8-11

2 San Juan 10:30, Reina-Valera 1909

3 San Juan 14:10

4 San Mateo 1:23

5 San Mateo 13:24-30

6 26 millas (de altura) = 41.8 km

7 30 millas (de ancho) x 50 millas (de largo) = 48.3 km (de ancho) x 80.46 km (de largo)

8 Génesis 41:37-45

9 Génesis 42:7

10 Oseas 1:10

11 Apocalipsis 19:10, 22:8-9

12 San Juan 4:23-24

13 1 Corintios 15:58

14 Gálatas 6:8

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