Los dos misterios mayores del Reino de los Cielos

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes aquí en Reynosa, en la República Mexicana. Es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios.

Para eso quiero leer una Escritura que se encuentra en San Mateo, capítulo 24, versos 30 al 31, donde dice:

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.

Nuestro tema es: “LOS DOS MISTERIOS MAYORES DEL REINO DE LOS CIELOS”.

De los dos misterios mayores del Reino de los Cielos, este que hemos leído en esta ocasión es uno de ellos; y, vamos a ver, es el misterio de la Venida del Señor.

Y la Venida del Señor tiene dos partes: la primera parte es la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo, y la Segunda Venida de Cristo es la Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá en Su Obra de Reclamo para el Día Postrero.

Vean las dos partes tan importantes que tiene la Venida del Señor. Ya la primera parte se cumplió dos mil años atrás en carne humana, en la persona de Jesús de Nazaret.

La Venida del Señor en el Antiguo Testamento está anunciada por los profetas de Dios; y la Venida del Señor fue anunciada sin hacer una separación clara o abierta acerca de las dos partes que tendría la Venida del Señor. Y por eso es que el pueblo hebreo, cuando estaba esperando la Venida del Señor, lo esperaba como Rey en medio de ellos, para que se sentara en el trono de David y reinara sobre el pueblo hebreo, y gobernara sobre el mundo entero; y las esperanzas del pueblo hebreo era el cumplimiento de la Venida del Señor, en donde el pueblo hebreo sería colocado como el pueblo principal, en donde el pueblo hebreo con su territorio sería colocado como el Distrito Federal del Reino del Mesías, y Jerusalén sería la capital del mundo.

Y vean ustedes, las esperanzas del pueblo hebreo estaban basadas en la Escritura, pero ellos no comprendían que la Venida del Señor tenía dos partes muy importantes: la primera como Cordero de Dios, para redimir todo lo que está en el Libro de la Vida del Cordero; y luego, para el Día Postrero, la segunda parte de Su Venida, para reclamar todo lo que Él redimió con Su Sangre preciosa.

En el Antiguo Testamento se nos habla más de la Segunda Venida de Cristo que de la Primera Venida de Cristo, cuando podemos hacer la separación de estas profecías mesiánicas, y podemos ver las que corresponden a la Primera Venida de Cristo, que fueron cumplidas, y las que corresponden a la Segunda Venida de Cristo, las cuales para el Día Postrero serían cumplidas.

Ahora, vean ustedes cómo estos son los dos grandes eventos principales del Programa Divino, y son los dos misterios mayores del Reino de los Cielos.

Ahora, vean cómo estaba prometido que el Mesías vendría por medio de una mujer. Esa promesa fue hecha en el Génesis, capítulo 3, verso 15, la simiente de la mujer, el cual heriría a la serpiente en la cabeza, al diablo en la cabeza.

Y ahora, vean ustedes cómo la promesa era que una mujer tendría un hijo; esa simiente de la mujer sería el Mesías prometido. Vean ustedes desde dónde está prometido el Mesías.

Y ahora, para el cumplimiento de esa promesa Dios fue dando más y más luz por medio de los profetas del Antiguo Testamento. Por ejemplo, por medio del profeta Moisés dijo: “Profeta como yo os levantará el Señor vuestro Dios; a él oiréis”. Y dice Dios [Deuteronomio 18:15-18]:

Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú (le dice a Moisés); y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare”.

Ahora, parcialmente esta profecía se cumplió en cada profeta que Dios envió, pero en toda su plenitud se cumplió en Jesucristo. Y también esta profecía se ha cumplido en los apóstoles del Señor, y también se ha cumplido en cada ángel mensajero parcialmente; pero para el Día Postrero estará cumplida plenamente, o en toda su plenitud, para el cumplimiento de la Venida de Cristo, el Ángel del Pacto en carne humana en el Día Postrero, como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Ahora, podemos ver cómo por medio de los profetas del Antiguo Testamento están las profecías de la Venida del Mesías, y están ahí las que corresponden a Su Primera Venida y las que corresponden a Su Segunda Venida.

¿Y qué es la Venida del Mesías?, ¿qué es la Venida de Cristo?, ¿qué es la Venida del Señor? Pues la Venida del Señor es la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, vestido de carne humana; o sea, tomando un velo de carne nacido en este planeta Tierra; y por medio de ese velo de carne llevando a cabo la Obra correspondiente a ese tiempo.

Para la primera parte de la Venida del Señor, de la Venida del Ángel del Pacto, el velo de carne fue Jesús, y ahí estaba el nombre de Redención. Y vean ustedes cómo en un joven carpintero de Nazaret se cumplió esa profecía mesiánica tan grande, en donde cumplió uno de los dos grandes misterios del Reino de los Cielos.

Vean ustedes, ese fue el primero del Reino de los Cielos, que es la primera parte de la Venida del Señor; y la segunda parte, que es la Segunda Venida de Cristo, es el segundo misterio grande – más grande del Reino de los Cielos.

Y esa promesa es para ser cumplida en el Día Postrero, viniendo el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová —el mismo que estuvo en Jesús—, viniendo en carne humana en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo. ¿Así de sencillo? Así de sencillo como ustedes lo están escuchando.

Así como fue de sencillo cuando vino el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, en un joven carpintero de Nazaret; vean lo sencillo que fue el cumplimiento de la primera parte de la Venida del Señor como Cordero de Dios.

Y para el cumplimiento de la segunda parte también sería sencillo, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo; porque cuando Dios se manifiesta, siempre lo hace en simplicidad; y así fue en Su Primera Venida, y también es así para Su Segunda Venida.

Y ahora, ¿qué si, así como Él usó un obrero de la construcción, un carpintero de Nazaret, sencillo, llega a usar un obrero de la construcción para el Día Postrero, para el cumplimiento de la segunda parte de la Venida del Señor? Se sorprendería el planeta Tierra completo, pero eso sería Dios en simplicidad; porque la grandeza de Dios, lo grande de Dios, se manifiesta siempre en simplicidad; o sea que lo sencillo siempre es el velo de carne en el cual Dios se manifiesta, para que nadie le dé la gloria al velo de carne, a la parte humana, sino que le den la gloria al que está en ese velo de carne, o sea, a Dios, al Ángel del Pacto, al Ángel de Jehová.

Y ahora, para la Segunda Venida de Cristo, vean ustedes cómo el precursor de la Segunda Venida de Cristo dijo que sería la Venida del Señor. En el libro de Los Sellos en español, en la página 472, dice:

164. Noten bien el Mensaje del tiempo del fin (este Sello)…”.

¿Cuál es el Mensaje del tiempo del fin? El Séptimo Sello. Y el Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo. Y el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo revelando Su Segunda Venida es el Mensaje del tiempo del fin.

Vean ustedes que el Mensaje del tiempo del fin es la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá; ese es el Mensaje del tiempo del fin. Y ese Mensaje es el Séptimo Sello, la Segunda Venida de Cristo.

Él nos ha revelado los seis Sellos, pero no dice nada del séptimo. El Sello del tiempo del fin, cuando empiece será algo completamente secreto, según la Biblia”.

Vean ustedes, el Séptimo Sello o el Sello del tiempo del fin, o sea, la Segunda Venida de Cristo, cuando comience será completamente un secreto: “será completamente secreto, según la Biblia”.

Pero antes de conocer eso… Recuerden Apocalipsis 10:1-7: que al fin del Mensaje del séptimo ángel TODOS los misterios de Dios serían conocidos. Estamos en el tiempo del fin —la apertura del Séptimo Sello.

165. El domingo pasado, hace una semana hoy, cuando estaba predicando sobre: ‘Sed humildes, sed humildes, recuerden que Dios obra en cosas pequeñas’, en verdad no me daba cuenta de lo que estaba hablando, pero ahora lo veo bien. Será de una manera tan humilde. Uno pensaría que una cosa tan tremenda sería revelada allá en el Vaticano, pero más bien viene como vino Juan el Bautista, viene como el nacimiento de nuestro Señor, ¡allá en un establo! ¡GLORIA A DIOS! ¡La hora está a la mano! ¡Aquí estamos! ¡Oh hermano!

166. ¿Lo pueden ver? ¡La verdad de la visión de Dios, los siete ángeles trayéndome del Occidente (venían del Occidente) hacia el Oriente, para este mensaje en esta noche! Ahora, la Voz de aquel trueno y la misión que fue traída, todo ha sido revelado y probado que era de Dios. Piénselo bien: Yo no conocía estos Sellos. Han sido revelados en esta semana. ¿Pensó alguien en los siete ángeles, y este siendo el mensaje que habría de salir, y los ángeles trayéndome para eso? Recuerden, el séptimo Ángel fue el más notable para mí. Me parecía más importante que cualquiera de los demás. Yo vi que estaban parados así en forma de pirámide, y yo estaba parado acá así”.

Sigue diciendo… Leo más abajo, en otro párrafo, dice:

167. Yo estaba parado allí, y dejó de sonar la explosión, y yo estaba mirando así hacia el Occidente; y ellos llegaron y me arrebataron al aire, y entonces yo estaba fuera de mí”.

O sea, estaba fuera de él, fuera del cuerpo; porque fue arrebatado a esa nube, fue arrebatado en espíritu, o sea, en cuerpo teofánico.

… y entonces yo estaba fuera de mí. El Ángel que me parecía ser tan extraordinario estaba a mi izquierda donde yo entré a la constelación; pero contando de izquierda a derecha, Él hubiera sido el séptimo Ángel. Ahora, recuerden los siete mensajeros”.

Y para que sepamos el misterio de ese Ángel que era diferente a los demás, leamos en la página 469 del libro de Los Sellos en español, donde dice:

153. ¿Y notaron que dije que uno de esos ángeles era muy raro? Me pareció muy distinto a los demás. Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba; y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel. Él era más brillante y significaba más para mí que los demás. Les dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el Oriente. Les dije también que: ‘Me levantó, me alzó’. ¿Se acuerdan?

154. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello, lo cual he mantenido como una pregunta en mi mente toda mi vida. ¡Amén! Los otros Sellos significaron mucho para mí, desde luego; pero ustedes no se imaginan lo que ha significado este séptimo”.

Ahora, ¿cuál es el misterio de ese Ángel que era muy diferente a los demás? El misterio de ese Ángel es que ese es el que tiene el Séptimo Sello, ese es el que cumple la Segunda Venida de Cristo; ese es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual para el Día Postrero está prometido para estar manifestado en la Tierra en carne humana, en el cumplimiento de la Venida del Hijo del Hombre, de la Venida del Señor como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo, en el cumplimiento de la segunda parte de la Venida del Señor.

La segunda parte de la Venida del Señor pues es la Segunda Venida de Cristo. La primera parte de la Venida del Señor es la Primera Venida de Cristo.

Estos son los dos grandes misterios contenidos en la Venida del Señor: la Primera Venida como Cordero de Dios, y la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá.

Y vean dónde está ese Ángel que tiene el Séptimo Sello, que tiene la Segunda Venida de Cristo, vean dónde está en la nube.

Y así como cada uno de los ángeles de las siete edades fue manifestado en carne humana en la Tierra para cumplir su edad y su ministerio; el Ángel que era muy diferente a los demás, para el Día Postrero, conforme a la promesa, estará en la Tierra manifestado también en carne humana, para cumplir el ministerio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Y ahora, veamos también aquí en la página 482 y 483 y 484, vamos a leer desde la parte abajo, dice… Vamos a leer un poquito antes, dice [482]:

199. Está hablando de Israel en su propia patria. Pero, ¿notaron que Él no habla nada de la revelación de este Séptimo Sello; y también acá en Apocalipsis, en la apertura de los Sellos, también lo omitió? Vemos, pues, que es un misterio por completo, y la hora todavía no ha llegado para que se diera a conocer este misterio. Hemos llegado hasta aquí, y lo demás nos será dado allí: en el tiempo cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llevar Su Novia…”.

¿Cuándo sería revelado el Séptimo Sello? Cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llevar Su Novia.

Y miren ustedes, Él apareció dos mil años atrás, en el cumplimiento de Su Primera Venida; pero había aparecido manifestado parcialmente en cada profeta del Antiguo Testamento, pero luego en Jesús se manifestó en toda Su plenitud.

Luego, durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, Cristo ha estado manifestado en cada ángel mensajero, en cada edad, parcialmente; cuando terminó Su trabajo o Su labor por medio de un mensajero, luego pasó a otro ángel mensajero.

Y para el Día Postrero; así como vino de edad en edad, vino en y a través del ángel mensajero de cada edad, vino a cada edad, y al territorio donde se cumplió cada edad, y al pueblo que lo recibiría; y ahora para el Día Postrero viene a la Edad de la Piedra Angular en y por medio de Su Ángel Mensajero, por medio del Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, que es el profeta de la Dispensación del Reino y el mensajero de la Edad de la Piedra Angular, para el Día Postrero, o sea, para el séptimo milenio.

Ahora, vean en la forma en que Él viene en el Día Postrero: viene por medio de Su Ángel Mensajero. Es el Ángel del Pacto, el Señor Jesucristo manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero, viniendo en el cumplimiento del segundo misterio mayor del Reino de los Cielos.

Hemos visto lo sencillo que fue el misterio, el primero de los dos grandes misterios: La Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios, vean ustedes, fue tan y tan sencillo que les pasó por encima a los grandes teólogos de aquel tiempo: sus ojos fueron cerrados y estaban ciegos para comprender las cosas que estaban sucediendo en el Programa Divino en aquel tiempo.

Vean, Cristo dice… por ejemplo, aquí en San Mateo, capítulo 11, leamos aquí lo que nos dice Cristo; verso 25 al 27, dice:

“En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos…”.

¿Quiénes eran los sabios y entendidos? Pues los doctores en divinidad, los doctores en asuntos religiosos, los doctores teólogos de aquel tiempo. Los grandes líderes religiosos de la religión hebrea eran los sabios en asuntos religiosos, en los asuntos de la Ley dada por Dios al profeta Moisés, y de todas esas profecías que hablaban de la Venida del Señor.

Pero vean ustedes, Dios escondió de ellos el misterio de la Primera Venida de Cristo. Aunque tenían las profecías, pero cuando el velo de carne apareció no pudieron ver en ese velo de carne al Ángel de Jehová, al Ángel del Pacto, viniendo en carne humana como Cordero de Dios en Su Obra de Redención para morir en la Cruz del Calvario, y llevar así nuestros pecados, y limpiarnos con Su Sangre de todo pecado. Dice:

“… porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños”.

A los niños, o sea, a las personas que no tenían una instrucción teológica, no habían ido a los seminarios ni a los institutos para estudiar teología. Y vean, esas personas fueron los que comprendieron, los que obtuvieron el conocimiento de la Primera Venida de Cristo.

Vean a Natanael cuando vio a Jesucristo, y Jesús le dijo: “Cuando estabas debajo de la higuera, te vi”; ¿qué dijo Natanael?: “¡Tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel!”1.

Y sin embargo, cuando el sumo sacerdote le dice a Jesús: “Si tú eres el Hijo de Dios, si tú eres el Cristo, si tú eres el Ungido, dínoslo ya, y no nos turbes el alma”. Cristo dice: “Ya yo os lo he dicho, y no habéis creído”. ¿Y qué hizo el sumo sacerdote?, ¿qué hizo? ¿Dijo: “¡Tú eres el Mesías! ¡Tú eres el Rey de Israel!”? No. Dijo: “¡Ha blasfemado!”2.

Para eso era que quería que Jesús dijera que Él era el Mesías, para decir que había blasfemado; porque el sumo sacerdote conceptuaba que lo que Jesucristo estaba enseñando con relación a quién Él era, era una blasfemia para Dios; pero vean ustedes, era la revelación de Dios, la revelación de la Primera Venida de Cristo, del primero de los grandes misterios del Reino de Dios.

De los dos grandes misterios allí estaba cumplido el primero, la Primera Venida de Cristo; y para el sumo sacerdote y los sacerdotes de aquel tiempo, aquello era una blasfemia, pero para Dios ese era el cumplimiento del misterio de la Primera Venida de Cristo.

Y para los creyentes en Cristo ese era el misterio más grande que estaba siendo revelado en aquel tiempo; y había sido escondido de los sabios y entendidos, y había sido revelado a aquellas personas sencillas. Y estaba revelado también en carne humana en un hombre sencillo, el misterio de la Primera Venida de Cristo. Vean cómo el misterio de la Primera Venida de Cristo estaba revelado en carne humana en un hombre sencillo.

Ahora, ¿qué grandeza humana puede usted encontrar en un joven carpintero y de una ciudad (no de la capital), de una ciudad allá lejana, de Nazaret, de tierra de los galileos? O sea, como diríamos acá: de una provincia, diríamos, ¿verdad?, un provinciano.

Ahora, si dicen: “No, ese hombre es de la capital, ese hombre (diríamos allá en Puerto Rico), ese hombre es de la losa”. Ustedes saben que en la capital, pues, casi siempre se camina… no se camina por tierra (¿por qué?) porque han llenado de concreto la ciudad; o sea que casi siempre cuando uno va caminando dentro de la capital, está pisando cemento o está pisando otras cosas que colocan, y está pisando losas en los edificios también; pero cuando se trata de una provincia, se mira uno los zapatos y casi siempre están empolvados, cuando le toca caminar por algunos lugares de la provincia.

Así que vean ustedes, con razón cuando Jesús llegaba a ciertos lugares le tenían que lavar los pies, pues venía del campo.

Ahora, vean ustedes cómo en un hombre sencillo… El mismo Jesús, vean, dijo: “Aprended de mí que soy (¿cómo?) manso y humilde, manso y humilde de corazón”3. O sea que la humildad no es una cosa exterior, es interior, allá en el corazón: una persona que ama a Dios y obedece Su Palabra, y la cree con todo su corazón.

Ahora, podemos ver cómo fue cumplido (de estos dos grandes misterios del Reino de los Cielos), vean cómo fue cumplido este primer misterio: en un joven carpintero de Nazaret, un provinciano.

Y ahora, vean cómo Dios realizó el Programa correspondiente a la Primera Venida de Cristo, lo cumplió perfectamente, aunque estaban ciegos los grandes líderes religiosos y rechazaron al Mesías; pero todo eso obró para bien, porque todas las cosas obran para bien en el Programa Divino.

Y vean ustedes cómo, al estar ciegos, ellos lo rechazaron y pidieron Su muerte; y murió llevando nuestros pecados. Todo obró para bien, gracias a que el pueblo hebreo y sus líderes estaban ciegos, para que así fuera posible la muerte de Cristo y luego el Evangelio pasara a los gentiles; y entre los gentiles Dios llamar a Sus hijos, a Sus escogidos, y formar Su Iglesia con los escogidos de entre los gentiles, y con algunos hebreos que como individuos recibirían a Cristo como su Salvador.

Ahora, ya estamos al final de ese Programa, estamos al final del Programa del llamado de los escogidos de Dios, el cual ha venido siendo hecho de edad en edad; y ahora estamos en la Edad de la Piedra Angular, donde se realiza el llamado final, en donde para el llamado final suena la Trompeta Final, o sea, el Mensaje Final, que es el Evangelio del Reino.

Y con ese Mensaje, que contiene la revelación divina del segundo grande misterio del Reino de los Cielos, que contiene la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá; con ese Mensaje, revelando el misterio de Su Segunda Venida, son llamados y juntados todos los escogidos de Dios en este Día Postrero, y son colocados (¿dónde?) en la Edad de la Piedra Angular; o sea, son colocados en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, en la edad más importante: la Edad de la Piedra Angular; para así ser preparados para ser transformados y raptados en este Día Postrero, e ir a la Cena de las Bodas del Cordero; y así estar a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.

Ahora vean los grandes beneficios que estaremos recibiendo en este Día Postrero con el cumplimiento del segundo grande misterio del Reino de los Cielos.

¿Cuáles son estos misterios mayores del Reino de los Cielos que habla en San Mateo 11:25 al 27? Aquí tenemos el misterio de la Venida del Señor, allá fue la Primera Venida y para este tiempo es Su Segunda Venida; misterio que para el Día Postrero también estaría oculto de los ojos de los sabios y entendidos, de los grandes líderes religiosos, teólogos, doctores en divinidad, los cuales no podrían comprender este misterio para el Día Postrero siendo cumplido en simplicidad.

Y ahora, la pregunta es: ¿Ya están en cumplimiento los dos misterios mayores del Reino de los Cielos?

El primero ya se cumplió dos mil años atrás; y el segundo se cumpliría en este Día Postrero: y sería la Venida del Ángel del Pacto, la Venida del Ángel de Jehová, que es el mismo Jehová del Antiguo Testamento, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, viniendo en un velo de carne, en ese velo de carne que es el Ángel del Señor Jesucristo.

¿Y qué dice que hará Cristo en el Día Postrero? Dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”4. O sea que estará revelando las cosas que han de suceder. Y dondequiera que esté cumpliendo Su Venida, y quien sea el Ángel del Señor Jesucristo, que es el que da a conocer estas cosas, Cristo por medio de ese Ángel estará dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y estará así dando testimonio que está cumpliendo el segundo grande misterio del Reino de los Cielos.

Ahora, el Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo; él solamente es Su velo de carne, él solamente es Su profeta, a través del cual Jesucristo, el Ángel del Pacto, en el Día Postrero estaría manifestado en el cumplimiento del segundo grande misterio del Reino de los Cielos.

Por eso Juan el apóstol quiso adorar al Ángel del Señor Jesucristo y él se lo impidió; quiso adorar al velo de carne, pero el Ángel le dijo: “Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los que guardan las palabras de este libro”. O sea, vamos a leerlo aquí: Apocalipsis, capítulo 19, verso 9 al 10, dice:

“Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.

Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.

Y en Apocalipsis, capítulo 22, versos 8 en adelante (8 al 9), dice:

“Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas”.

¿Cómo fue que Juan vio y escuchó estas cosas que él escribió en el libro del Apocalipsis? Las vio y las escuchó por medio del Ángel del Señor Jesucristo; él fue el que le mostró todas estas cosas.

“Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”.

¿Por qué? Porque los verdaderos adoradores es necesario que adoren al Padre en Espíritu y en verdad; porque tales adoradores busca el Padre que le adoren5.

Ahora, hemos visto este gran misterio que en el Día Postrero está prometido para ser cumplido en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, vean ustedes cómo dice:

“[199]. Hemos llegado hasta aquí (dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo), y lo demás nos será dado allí: en el tiempo cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llevar Su Novia (¿Para qué? Para llevarse Su Novia)”.

Sin la Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, no hay ni transformación de los que estamos vivos, ni resurrección de los muertos en Cristo, ni rapto para ir a la Cena de las Bodas del Cordero.

Y ahora, vean ustedes cómo nos dice; nos sigue diciendo más abajo, dice:

203. Quiero que noten otra cosa que sucedió. Y si ustedes llegan a escuchar la cinta: ‘Señores, ¿qué hora es?’. Allí escucharán que un Ángel me era muy sobresaliente; los demás eran comunes, pero este cierto Ángel era muy notable. Él estaba a mi izquierda en la constelación en forma de pirámide. ¿Recordarán también que fue en la pirámide donde estaba la piedra blanca misteriosa que no tenía nada escrito? Los ángeles me elevaron de donde estaba, adentro de esa pirámide formada por ellos mismos. Los misterios de Dios eran solamente conocidos por ellos…”.

Y el Ángel que tiene el Séptimo Sello… Vean ustedes, ¿quién conoce al Séptimo Sello? Pues el Ángel que tiene el Séptimo Sello.

Y para ser conocido el Séptimo Sello, ¿cómo tiene que ser revelado? Pues por medio del Ángel que tiene el Séptimo Sello, siendo manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero; y por medio de Su Ángel Mensajero revelarle a Su pueblo el misterio de Su Venida, de Su Venida a Su Cuerpo Místico de creyentes en carne humana en Su Ángel Mensajero; así como vino a Su Iglesia en cada edad a través del ángel mensajero de cada edad; y así como vino en medio del pueblo hebreo por medio de cada profeta mensajero, y luego vino en toda Su plenitud por medio de Jesús de Nazaret, este joven carpintero de Nazaret.

Ahora, miren ustedes cómo sigue diciendo:

Los misterios de Dios eran solamente conocidos por ellos, y ellos fueron los mensajeros que vinieron para interpretar esa pirámide…”.

O sea que esa pirámide no es formada sin la manifestación de esos mensajeros en carne humana teniendo sus ministerios correspondientes a la edad que les toca vivir. Y a medida que han venido esos mensajeros se ha interpretado la pirámide, o sea, se ha cumplido y se ha formado la parte de esa pirámide que corresponde a la Venida del Espíritu de Cristo en ese ángel mensajero para esa edad.

¿Y cómo es interpretada en su cumplimiento la Edad de la Piedra Angular? Con la Venida del Ángel que era diferente a los demás viniendo en carne humana y teniendo Su ministerio en medio de Su Iglesia; y así formando la Edad de la Piedra Angular (¿con qué?) con seres humanos, así como las demás edades fueron formadas con seres humanos en diferentes territorios donde Dios envió Sus ángeles mensajeros de las siete edades.

Y ahora la Edad de la Piedra Angular es formada con seres humanos también, en el territorio donde el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, viene manifestado en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo; viene manifestado en carne humana en el profeta mensajero de la Dispensación del Reino, el cual es enviado con el Mensaje del Evangelio del Reino, dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; porque ese es el Mensaje que Cristo coloca en la boca de Su Ángel Mensajero.

Y con ese Mensaje ¿revela qué? Revela el segundo misterio mayor del Reino de los Cielos. Revela el misterio de la Venida del Ángel Fuerte, del Ángel del Pacto, del Ángel que era muy diferente a los demás, manifestado en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo en medio de Su Iglesia, en la Edad la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Ese es el misterio del Ángel que era muy diferente a los demás siendo manifestado en la Tierra en el Día Postrero, en el cumplimiento del segundo misterio mayor del Reino de los Cielos.

Vamos a continuar leyendo aquí, dice… leímos:

“[203]. y ellos fueron los mensajeros que vinieron para interpretar esa pirámide, el mensaje del secreto de estos Siete Sellos que están dentro de la pirámide. Este ángel estaba a mi izquierda, Él era el último o séptimo ángel, contando de izquierda a derecha, porque Él estaba a mi izquierda, viéndolo yo así de frente hacia el Occidente…”.

O sea, el Ángel estaba viniendo, y nuestro hermano Branham estaba mirando hacia el occidente; o sea que estaba parado de espalda al este, mirando al oeste (el oeste es el occidente). Y el Ángel estaba volando del occidente al oriente, o sea, del oeste al este; porque Su Mensaje es un Mensaje que comienza en el oeste y vuela hacia el este, o sea, hacia el oriente, hacia la tierra de Israel.

Y así como los hebreos trajeron el Mensaje a los gentiles (por medio de la manifestación del Espíritu de Cristo en San Pedro, y luego en San Pablo), los gentiles lo llevarán a los hebreos.

¿Y quiénes son los que le llevan el Mensaje a los hebreos, el Mensaje del Evangelio del Reino? Moisés y Elías, los Dos Olivos. ¿De dónde salen? De entre los gentiles, de en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.

¿No representa el templo que hizo Moisés y el que hizo Salomón: la Iglesia del Señor Jesucristo? ¿Y dónde estaban los dos olivos? ¿Dónde estaban los dos olivos cubiertos de oro, que construyó Salomón? Pues estaban en el Lugar Santísimo, medían 10 codos. O sea que estaban a una altura que llegaba más arriba de este techo, de este plafón (diríamos).

Y vean ustedes, ¿dónde es el ministerio de la Segunda Venida de Cristo en medio de Su Iglesia? En el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual; ahí es donde Cristo, viniendo en Su Ángel Mensajero, cumple el segundo misterio mayor del Reino de los Cielos.

Ahora, continuamos leyendo. Dice… (vamos a ver dónde estábamos por aquí):

“[203]. Estaba a la izquierda (o sea, ese Ángel) y él sería el mensaje del último Ángel…”.

Vean, él sería el Mensaje del último Ángel. Él, o sea, el Ángel que era muy diferente a los demás, es el Mensaje del último Ángel. ¿Y qué significa eso? Pues el Mensaje del Evangelio del Reino es el Mensaje de la Venida de ese Ángel, es el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo, es el Mensaje del segundo misterio mayor del Reino de los Cielos.

Y así como el Mensaje del primer misterio mayor del Reino de los Cielos es Jesús, porque el Mensaje del Evangelio de la Gracia lo que revela es la Primera Venida de Cristo, la Venida del Ángel del Pacto en carne humana en la persona de Jesús como Cordero de Dios.

Y ahora, continuamos leyendo, dice:

“[203]. Estaba a la izquierda y él sería el mensaje del último Ángel, uno muy extraordinario. Recuerden cómo dije que tenía su cabeza alzada y sus alas tan poderosas y agudas; y cómo dije que voló directamente a mí. Ahora, eso es este Séptimo Sello”.

¿Qué es este Séptimo Sello? Pues ese Ángel que era muy diferente a los demás; y Su Venida en carne humana es el cumplimiento del Séptimo Sello, es el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo, es el cumplimiento del segundo misterio mayor del Reino de los Cielos, eso es este Séptimo Sello.

¿Qué es este Séptimo Sello? El Ángel que era muy diferente a los demás. Su Venida es el cumplimiento del Séptimo Sello.

Ahora:

“[203]. Es una cosa muy extraordinaria y todavía no sabemos lo que es, porque no ha sido permitida su apertura (dice en el 1963, nuestro hermano Branham)”.

Pero ya sí sabemos lo que es. ¿Cuántos saben lo que es? Es el segundo misterio del Reino de los Cielos: la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, velado y revelado en Su Ángel Mensajero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

En la página 277 vamos a leer, del libro de Sellos, dice nuestro hermano Branham, orando:

[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame a los Suyos”.

¿Quién es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19? Es el Espíritu Santo, Jesucristo en Espíritu Santo.

Y ahora, ¿cómo vendrá el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis? ¿Cómo vendrá el Espíritu Santo, Jesucristo en Espíritu Santo en el Día Postrero? Vamos a ver cómo vendrá. En la página 256 del libro de Los Sellos en español, dice:

121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.

La Palabra de Dios encarnada en un hombre, el Verbo encarnado en un hombre; o sea, viniendo el Verbo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Jesucristo en Espíritu Santo, viniendo en un velo de carne, que es el Ángel del Señor Jesucristo. Viniendo en Su Ángel Mensajero es cumplida la Venida del Jinete del caballo blanco en el Día Postrero en medio de Su Iglesia.

Y ahora, vean cómo viene el Ángel que era muy diferente a los demás: viene en carne humana en medio de Su Iglesia en el Día Postrero, en el cumplimiento del segundo misterio mayor del Reino de los Cielos.

Y vean ustedes que en la página, aquí… vamos a ver aquí donde estábamos leyendo. Mientras encontramos esa página vamos a leer por aquí una: 474 y 475 donde dice:

“[173]. Yo no sé quién será (o sea que será una persona), ni qué va a suceder. ¡No sé! Solamente sé que esos Siete Truenos contienen el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo. ¿Todos entienden?”.

O sea que los Siete Truenos contienen el misterio del Séptimo Sello, y los Siete Truenos son la Voz de Cristo en el Día Postrero, clamando como cuando un león ruge y los siete truenos emitiendo sus voces. Ese Mensaje que da Cristo con esa Voz como de león, clamando, es el Mensaje del Evangelio del Reino, con el cual revela el Séptimo Sello, con el cual revela Su Segunda Venida. Sigue diciendo:

174. Quizás sea ahora el tiempo y la hora cuando aparezca esta gran persona que hemos estado esperando. Quizás este ministerio, por el cual he tratado de convertir a la gente a la Palabra, ha servido de fundamento. Si así es, entonces les estaré dejando para siempre. No habrá dos aquí al mismo tiempo”.

O sea que está hablando de otra persona; así como Juan el Bautista cuando decía: “Después de mí viene un varón, del cual yo no soy digno de desatar la correa de Su calzado; Él les bautizará con Espíritu Santo y Fuego”6. ¿De quién estaba hablando? De otro hombre, de otro profeta que vendría después de él, en el cual estaría cumplida la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios. Por eso cuando lo vio, dijo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”7. Y cuando señaló ese Cordero, ese Cordero era (¿qué?) un hombre: nuestro amado Señor Jesucristo.

Y ahora, sigue diciendo:

Y aun si así fuera (o sea, si están los dos a la misma vez), él crecerá y yo menguaré”.

Como dijo Juan el Bautista cuando le dijeron acerca de Jesús: “Mira, aquel del cual tú diste testimonio, ahora a él le siguen más personas que a ti y bautiza más gente que tú”. Juan dice: “A Él le conviene crecer, y a mí me menguar”8. Pues Juan estaba anunciando Uno que vendría mayor que él. Y al mayor le conviene crecer, y al menor le conviene menguar.

Y ahora, miren ustedes, Juan y Andrés cuando escucharon a Juan decir: “He aquí el Cordero de Dios”, se fueron (¿con quién?) con Jesús, se fueron con el mayor, se fueron con el que iba a crecer9; y los que no comprendieron, se quedaron con el que iba a menguar.

Miren, fue menguando: y Juan el Bautista fue tomado preso, fue muerto, decapitado, y su grupo fue menguando; y su Obra, vean ustedes, su ministerio y toda su labor, vean ustedes, no tuvo el auge que tuvo la labor de Cristo. Y vean ustedes cómo la labor de Cristo ha seguido aumentando de edad en edad, y ha cubierto el mundo entero; pero sin embargo, la de Juan, ¿dónde se quedó? Se quedó allá en la tierra de Israel.

Ahora, los que siguieron a Juan y luego no siguieron al precursado: no recibieron el bautismo del Espíritu Santo; pues Juan el Bautista dijo: “Yo les bautizo con agua”10, ¿qué recibieron entonces? El bautismo en agua, bautismo de arrepentimiento; pero el bautismo del Espíritu Santo era para los que seguirían ¿a quién? Al precursado.

Y ahora, vean ustedes cómo los que siguen al precursor, reciben el bautismo en agua; pero los que reciben al precursado tienen la promesa de recibir el Espíritu Santo en toda Su plenitud en el Día Postrero. Dice:

(Pero) si así fuera, él crecerá y yo menguaré. ¡Yo no sé! Pero Dios me ha dado el privilegio de mirar y ver lo que es; lo vi abrirse hasta donde lo vi”.

Luego más abajo, en esta misma página 475, nos dice:

“[175]. El misterio de ese Sello no fue revelado, porque fueron Siete Truenos que tronaron, y allí está perfectamente, porque ninguno sabe nada al respecto, no estaba escrito. Entonces estamos en el fin”.

Por eso es que tiene que venir el Ángel que era muy diferente a los demás, que es el que sabe, el que conoce ese misterio; y conoce lo que corresponde a la Edad de la Piedra Angular para revelarlo a Su Iglesia en el Día Postrero.

Y ahora, miren aquí. Leímos:

“[121]. … cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá (¿cómo?) sobre un caballo blanco como la nieve, y será (¿cómo?) completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada (¿dónde?) en un hombre”.

Y ahora, dice en la página 482 y 483 que les había leído hace algún rato, dice:

“[199]. Hemos llegado hasta aquí, y lo demás nos será dado allí: en el tiempo cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llevar a Su Novia”.

¿Y cómo dice que vendrá? Vendrá el Verbo, la Palabra encarnada (¿dónde?) en un hombre. Será la Venida del Ángel que era muy diferente a los demás, la Venida del Ángel del Pacto en carne humana en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.

Y ahora, en la página 57 del libro de Los Sellos, nos dice así:

Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza…’.

17. Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin. Bien, ahora continuando:

‘… y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego’.

18. ¿Recuerdan el Ángel de Apocalipsis capítulo 1? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero (¿a quién?) a Israel”.

Ahí tenemos el Mensajero a Israel. ¿Cómo viene Cristo, el Ángel que era muy diferente a los demás, el Ángel del Pacto? Viene como el Mensajero ¿a quién? A Israel. Viene Cristo, el Verbo, viene en carne humana en Su Ángel Mensajero como el Mensajero a Israel.

¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia”.

Porque Su Iglesia está a punto de ser raptada, entonces tiene que venir (antes de ir al pueblo hebreo), tiene que venir a Su Iglesia, a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, con el Mensaje del Evangelio del Reino, que es el Mensaje que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Ese es el Mensaje que el pueblo hebreo recibirá: el Mensaje del Evangelio del Reino, en donde Cristo viene como León de la tribu de Judá en Su Obra de Reclamo, para reclamar todo lo que Él redimió con Su Sangre preciosa, y llevarse a Su Iglesia para la Cena de las Bodas del Cordero; y también reclamar Su Trono: el Trono de David allá en Israel; y sentarse sobre el Trono de David y reinar por mil años después de la gran tribulación; reinar después de la gran tribulación, que comienza el glorioso Reino Milenial; pero toda Su Obra de Reclamo Él la hace antes de comenzar el glorioso Reino Milenial, y eso Él lo hace en el séptimo milenio.

Ahora, hemos visto el misterio del Ángel que era muy diferente a los demás. Hemos visto el segundo misterio mayor del Reino de los Cielos.

¿Qué efecto tiene en la persona conocer estos misterios? Que su entendimiento es abierto, y la persona es llamada y juntada para ser transformada en el Día Postrero, y ser a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo, y ser raptada e ir a la Cena de las Bodas del Cordero con nuestro amado Señor Jesucristo; porque nos da la fe para ser transformados y raptados.

¿Y a quiénes serán revelados estos misterios y qué producirán a quienes los conozcan? Son revelados a la Iglesia del Señor Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular en la América Latina y el Caribe, donde se cumple la Edad de la Piedra Angular y donde se abre la Dispensación del Reino. Y el beneficio será: ser transformados y raptados en el Día Postrero; porque son los escogidos del Día Postrero que estarán escuchando y obteniendo el conocimiento de estos misterios del Reino de los Cielos.

¿Y quién es el que da a conocer estos misterios? Es el Ángel Fuerte, el Ángel que era muy diferente a los demás, por medio de Su Ángel Mensajero. Por eso en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.

Es la Voz de Cristo, esa Voz de Trompeta llamando y juntando a Sus escogidos, diciéndoles: “Sube acá”. ¿A dónde? A la Edad de la Piedra Angular, donde Él nos llama para que subamos y en donde Él —manifestado por medio de Su Ángel Mensajero— nos da a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Por eso Apocalipsis 22, verso 6, dice:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para (manifestar) a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.

¿A quién ha enviado? A Su Ángel Mensajero; porque en Su Ángel Mensajero es que viene el Ángel Fuerte, el Ángel que era muy diferente a los demás, Cristo, viene manifestado dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Por eso Apocalipsis 22, verso 16, dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.

Hemos visto quién es el que da a conocer estos misterios en el Día Postrero.

¿Y habrá un tiempo en específico en que deben ser dados a conocer estos misterios? Claro que sí: en el séptimo milenio. Si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, ya estamos en el séptimo milenio; o sea, en el milenio en que estos misterios tienen que ser dados a conocer: El gran misterio de la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, que es el segundo misterio de los dos grandes misterios mayores del Reino de los Cielos.

¿Y en qué edad? En la Edad de la Piedra Angular.

¿Y en qué territorio? En el territorio de la América Latina y el Caribe.

Así que vean ustedes que hay un tiempo en específico, y hay también un territorio en específico, y una edad en específico, y una dispensación en específico, y un mensajero en específico, con un Mensaje en específico.

Y ese Mensaje es el Evangelio del Reino. Y ese Ángel que viene con ese Mensaje es el Ángel del Señor Jesucristo, el profeta mensajero de la Dispensación del Reino. Y ese territorio donde todo esto ocurre es la América Latina y el Caribe. Y el pueblo que lo recibe es el pueblo latinoamericano y caribeño. Y la edad es la Edad de la Piedra Angular. Y la dispensación que se abre es la Dispensación del Reino. Y el tiempo en que todo esto ocurre es el Día Postrero, que es el séptimo milenio.

Ahora, hemos visto todos estos misterios que giran alrededor de la Segunda Venida de Cristo, alrededor del segundo misterio mayor del Reino de los Cielos. Y el primero fue la Primera Venida de Cristo.

El misterio de la Venida de Cristo, vean ustedes, tiene dos partes: la Primera Venida como Cordero de Dios, y Su Segunda Venida como León de la tribu de Judá. Su Primera Venida en aquel velo de carne llamado Jesús, aquel joven carpintero de Nazaret, Su Primera Venida fue así; y Su Segunda Venida en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, como León de la tribu de Judá.

¿Vieron lo sencillo que es todo? ¿Vieron lo sencillo que es el misterio mayor del Reino de los Cielos, que tiene dos partes? La primera parte: la Primera Venida de Cristo en aquel joven carpintero de Nazaret, Jesús; y Su Segunda Venida ¿en quién? En el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo.

Su Primera Venida en el Medio Oriente como el relámpago que sale del oriente; y Su Segunda Venida en el occidente, donde el Hijo del Hombre dice que resplandecería: “como el relámpago que sale del oriente y se manifiesta, resplandece (¿dónde?), en el occidente”11; o sea, en el continente americano; ¿en qué parte del continente americano? En la parte de la América Latina y el Caribe.

Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: “LOS DOS MISTERIOS MAYORES DEL REINO DE LOS CIELOS”.

¿Vieron lo sencillo que son estos dos grandes misterios del Reino de los Cielos? Y Dios escondió estas cosas de los sabios y entendidos, y las ha revelado a los niños en la primera parte de la Venida de Cristo, que fue el primer misterio mayor del Reino los Cielos; y en la segunda parte de la Venida de Cristo, que es el segundo misterio mayor del Reino los Cielos, que es la Segunda Venida de Cristo.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, en Su Venida en este Día Postrero, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también; y pronto todos seamos transformados y raptados, y vayamos a la Cena de las Bodas del Cordero. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Pasen todos muy buenas noches, y con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín.

“LOS DOS MISTERIOS MAYORES DEL REINO DE LOS CIELOS”.

[Revisión mayo 2022]

1 San Juan 1:47-50

2 San Mateo 26:63-65, San Marcos 14:61-65, San Lucas 22:66-71

3 San Mateo 11:29

4 Apocalipsis 4:1

5 San Juan 4:23-24

6 San Mateo 3:11, San Lucas 3:16, San Juan 1:27

7 San Juan 1:29

8 San Juan 3:29-30

9 San Juan 1:37

10 San Juan 1:26, San Mateo 3:11

11 San Mateo 24:27

Scroll al inicio