Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes y radioyentes. Es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo espiritual alrededor del Programa Divino con cada uno de ustedes; para, alrededor del tema: “EL MISTERIO DE LAS VÍRGENES FATUAS Y LAS VÍRGENES PRUDENTES”, tener una plática, y llegar al entendimiento de quiénes son estas vírgenes prudentes y estas vírgenes fatuas, de las cuales nos habla nuestro amado Señor Jesucristo; y ver en cuál de estos dos grupos nos encontramos nosotros.
Vamos a leer el pasaje de San Mateo, capítulo 25, verso 1 en adelante, donde dice:
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.
Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!
Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.
Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.
Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!
Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.
Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir”.
Que Dios nos permita comprender esta parábola tan importante, que se refiere al Reino de Dios.
Esta parábola de las diez vírgenes: cinco prudentes y cinco fatuas, se refiere al Reino de Dios o Reino de los Cielos; y el Reino de los Cielos aquí mencionado es el cristianismo. Y tenemos en el cristianismo las diez vírgenes, que representan los creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo.
Ahora, vean que para el tiempo final, para la Venida del Hijo del Hombre, es que se hará claramente la diferencia entre las vírgenes prudentes y las vírgenes fatuas; porque las prudentes entrarán a las Bodas del Cordero, y las insensatas se quedarán y pasarán por la gran tribulación.
Ahora, al decir que son vírgenes, esto nos habla de personas que han lavado sus pecados en la Sangre de Jesucristo y han sido justificados; esto nos habla de personas que de todo corazón creen en nuestro amado Señor Jesucristo; pero por cuanto Cristo hizo dos grupos, que se refiere a los creyentes en Jesucristo, tenemos que comprender qué son y quiénes son las insensatas y quiénes son las prudentes.
Ahora, son personas, todas virtuosas, porque creen en Cristo como nuestro Salvador y han lavado sus pecados en la Sangre de Jesucristo, y cinco son prudentes y cinco son insensatas.
Ahora, no solamente se requiere creer en Jesucristo como nuestro Salvador; se requiere también recibir Su Espíritu Santo para poder obtener el nuevo nacimiento, del cual nos habló Cristo en el pasaje de San Juan, capítulo 3 y verso 1 en adelante, el cual quiero leerles para que tengan un cuadro claro de lo que Cristo habló. Dice:
“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.
Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo”.
Aquí Jesucristo establece el nuevo nacimiento para entrar al Reino de los Cielos o Reino de Dios.
Una persona, para poder entrar a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, de ese Cuerpo Místico de creyentes, necesita creer en Cristo como su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Jesucristo y recibir el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo; y así obtiene el nuevo nacimiento esa persona. Y así entra a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, el cual está representado en este diagrama1 en forma de un monte o de una pirámide, el cual tiene diferentes etapas; en donde podemos ver las diferentes etapas de la Iglesia del Señor Jesucristo: siete etapas y luego una octava etapa, para las cuales Jesucristo en Espíritu Santo ha estado manifestado en cada mensajero que Él ha enviado a Su Iglesia, como un siervo fiel y prudente para darle el alimento espiritual a tiempo a los hijos de Dios en la Casa de Dios, o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo, que es la Casa de Dios compuesta por los creyentes en Cristo que han nacido de nuevo.
Y ahora, encontramos que para la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles, el primer mensajero de Dios enviado fue el apóstol San Pablo, en el cual Cristo estaba manifestado.
Y San Pablo decía: “No vivo ya yo, vive Cristo en mí”2. Cristo estaba en San Pablo viviendo, y estaba llamando y juntando a Sus escogidos correspondientes a esa primera etapa o edad de Su Iglesia gentil, entre los gentiles, cumpliendo así o comenzando a cumplir así, Sus promesas o Su promesa dada en San Juan, capítulo 10, verso 14 al 16, donde Jesús dijo:
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas que no son de este redil (o sea, son gentiles, no son del redil hebreo); aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”.
Cristo en Espíritu Santo ha estado llevando a cabo esta Obra por medio de cada mensajero que Él ha enviado para cada una de las etapas de Su Iglesia. Y ha estado Cristo hablando por medio de cada mensajero que Él ha enviado, y ha estado llamando entre los gentiles un pueblo para Su Nombre3.
Y la primera edad de la Iglesia gentil se cumplió en Asia Menor, donde San Pablo fue el mensajero y donde hubo un grupo de personas que creyeron en Cristo como su Salvador; fueron miles de personas bajo el ministerio de San Pablo. Y entre todas esas personas que creyeron, hubo personas que solamente llegaron a creer en Jesucristo y lavar sus pecados en la Sangre de Jesucristo, pero que no recibieron el Espíritu Santo; esas fueron las vírgenes insensatas de la edad primera, la edad representada en la iglesia de Éfeso, edad de la cual San Pablo fue su mensajero.
Pero hubo otro grupo de personas en aquella edad, que luego de creer en Cristo como su Salvador recibieron el Espíritu de Cristo. Esos que recibieron el Espíritu de Cristo obtuvieron el nuevo nacimiento, y fueron las vírgenes prudentes de aquella etapa o edad. Esas personas obtuvieron un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, y para el Día Postrero obtendrán el cuerpo eterno, aunque hayan ellos partido o muerto sus cuerpos.
Cristo dijo en San Juan, capítulo 6 y verso 40:
“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.
Aquí tenemos la promesa de una resurrección para los creyentes en Cristo; es en el Día Postrero, o sea, el séptimo milenio o Día del Señor; porque el Día Postrero es el séptimo milenio, “por cuanto un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día”, nos dice Segunda de Pedro, capítulo 3 y verso 8; y también el Salmo 90 y verso 4 del profeta Moisés.
Ahora, vean ustedes que es para el Día Postrero, el séptimo milenio o Día del Señor, que la resurrección de los muertos en Cristo será llevada a cabo.
Ahora, ¿en qué año del séptimo milenio? No lo sabemos, pero será en alguno de los años del séptimo milenio, antes de la gran tribulación y antes del glorioso Reino Milenial comenzar en este planeta Tierra.
Y los muertos en Cristo, que son aquellos que han creído en Cristo como su Salvador y han lavado sus pecados en la Sangre de Jesucristo, y han recibido Su Espíritu Santo, y son las vírgenes prudentes: serán resucitados en cuerpos inmortales, incorruptibles; cuerpos que estarán representando de 18 a 21 años de edad por toda la eternidad, que nunca se enfermarán, nunca se pondrán viejos, nunca morirán; esas personas son las vírgenes prudentes de cada una de las etapas o edades de la Iglesia gentil.
Ahora, las vírgenes fatuas de cada etapa o de cada edad, aunque habían creído en Cristo como su Salvador, no resucitarán; si murieron, no resucitarán en la primera resurrección, sino en la segunda resurrección, que es la resurrección para ser juzgados en el Juicio Final. Y allí saldrán a vida eterna si se mantuvieron fieles a Cristo y trabajaron en beneficio de la Obra de Jesucristo; si no, pues sus nombres serían borrados del Libro de la Vida. Esas personas tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida, pero en la sección no de las vírgenes prudentes.
Porque la sección de las vírgenes prudentes es la sección del Libro de la Vida del Cordero, y están ahí escritas esas personas desde antes de la fundación del mundo, y serían manifestadas en este planeta Tierra, cada uno en la edad que le tocaría vivir; en donde creerían en Cristo como su Salvador, y luego de lavar sus pecados en la Sangre de Jesucristo recibirían el Espíritu de Jesucristo, y así se operaría en ellos el nuevo nacimiento, y entrarían a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, de esa Iglesia-Virgen representada en las vírgenes prudentes.
Pero vean ustedes, siempre hubo, en cada etapa o edad, vírgenes prudentes y vírgenes fatuas; personas que creyeron en Cristo como su Salvador y lavaron sus pecados en la Sangre de Jesucristo, pero que no recibieron el Espíritu Santo: esas son las vírgenes fatuas o insensatas.
Y hubo también vírgenes prudentes, que fueron los que creyeron en Cristo como su Salvador y lavaron sus pecados en la Sangre del Cordero, y recibieron el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, y por consiguiente obtuvieron el nuevo nacimiento, nacieron de nuevo; y así vinieron a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, de los elegidos de Dios, de la Jerusalén celestial.
Ahora, vean ustedes cómo, así como hay una Jerusalén terrenal y también hay un Israel terrenal, hay una Jerusalén celestial y hay un Israel celestial; y ese es el Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo, compuesto por los que han creído en Cristo como su Salvador.
Ahora, el cristianismo, vean ustedes, así como el pueblo hebreo, tiene las personas que son espirituales y tiene también las personas que no son espirituales.
Y ahora, hemos visto en parte este misterio de quiénes son las vírgenes fatuas y quiénes son las vírgenes prudentes.
Y ahora, hemos visto cómo de edad en edad han aparecido manifestados en la Tierra, en el cristianismo, las vírgenes fatuas y las vírgenes prudentes.
Las vírgenes fatuas: los que han creído en Cristo como su Salvador y han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, pero no han recibido el Espíritu Santo, o sea, el Espíritu de Jesucristo, y por consiguiente no han nacido de nuevo. Pensaron que solamente con creer en Cristo era suficiente, pero se requiere recibir el Espíritu de Cristo. “El que no nazca de nuevo del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios”.
Y ahora, vean ustedes, en todas las edades, etapas, han estado las diez vírgenes: las insensatas o fatuas, y las prudentes.
Y ahora, en este diagrama, vean ustedes cómo llegamos al Día Postrero, en donde en el Día Postrero habrá aquí una separación; porque en el Día Postrero, la Venida del Hijo del Hombre será lo que hará la separación.
Pero vean ustedes que antes de aparecer el Hijo del Hombre aparece un anuncio, un anuncio muy importante a medianoche.
San Mateo, capítulo 25 nos dice, versos 5 en adelante, dice:
“Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron”.
O sea, de edad en edad han dormido, han muerto físicamente sus cuerpos de edad en edad; pero para el tiempo de la medianoche, vean ustedes lo que sucede:
“Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!”.
Y encontramos que ese clamor que ha salido fue el Mensaje del precursor de la Segunda Venida de Cristo, así como el Mensaje de la Primera Venida de Cristo dos mil años atrás estuvo anunciando la Venida del Esposo. Y encontramos a través de la historia bíblica que Juan el Bautista, hablando acerca del que vendría después de él, dijo que ese sería el que los bautizaría con Espíritu Santo y Fuego4.
Ahora, vean ustedes cómo en San Marcos, Cristo nos habla (y en San Lucas): San Marcos, capítulo 2, verso 19, vamos a ver lo que Jesús nos habla ahí acerca del Esposo, con relación a Su Primera Venida. Capítulo 2, verso 19, dice:
“Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar.
Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán”.
Ahora, vean que el Esposo es Cristo, el cual estuvo en medio del pueblo hebreo, y estando Sus discípulos con Jesús no ayunaban; pero entre la religión del judaísmo, la religión hebrea, se ayunaba; aun los discípulos de Juan el Bautista también ayunaban. Y le dicen a Jesús, le preguntan a Jesús, el por qué Sus discípulos no ayunaban, y era porque el Esposo estaba con ellos, o sea, el cumplimiento de la Primera Venida del Mesías.
Y ahora, veamos lo que nos dice en San Lucas, capítulo 5, verso 34, nuestro amado Señor Jesucristo:
“Él les dijo: ¿Podéis acaso hacer que los que están de bodas ayunen, entre tanto que el esposo está con ellos? (Nuevamente habla de lo mismo aquí)”.
Y ahora, en San Juan, capítulo 3 y versos 29, vean aquí lo que Juan el Bautista dice en esa ocasión. Ahora, vamos a ver un poquito antes este pasaje, que es muy importante. Verso 22 en adelante, dice:
“Después de esto, vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea, y estuvo allí con ellos, y bautizaba.
Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados.
Porque Juan no había sido aún encarcelado.
Entonces hubo discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación.
Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.
Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.
Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.
El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido.
Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe”.
Aquí, vean ustedes cómo Juan el Bautista declaró que el precursado, del cual él hablaba que vendría después de él, sería el Esposo. La Venida del Esposo para aquel tiempo fue la Primera Venida de Cristo; y Juan fue la voz que estuvo anunciando que el Esposo vendría, en medio de aquellas tinieblas espirituales que hubo en medio del pueblo hebreo en aquel tiempo, pues estaban (espiritualmente hablando) en la medianoche.
Y ahora, ¿que será la Venida del Esposo para el Día Postrero? Será la Venida del Hijo del Hombre, la Segunda Venida de Cristo, como Rey de reyes y Señor de señores, buscando Su Esposa, Su Reina, Su Novia.
Y ahora, Su Novia está representada en las vírgenes prudentes.
Y ahora, vean ustedes que en medio del cristianismo estará el pueblo que recibirá y verá la Venida del Esposo, y entrará con Cristo el Esposo, a las Bodas, y se cerrará la puerta. Y luego se darán cuenta de lo que ha ocurrido, ¿quiénes? Las vírgenes insensatas, las cuales vendrán tocando la puerta, y la Puerta es Cristo.
Ellas vendrán, pero no tendrán Aceite en sus lámparas; pues no dice la Escritura que recibieron o consiguieron aceite; porque el que da el Aceite es el Esposo, es Cristo, el cual ha estado dando el Aceite del bautismo del Espíritu Santo de edad en edad, hasta este tiempo final.
Y ahora, podemos ver que para el tiempo final resucitarán las vírgenes prudentes, o sea, los creyentes en Cristo de las edades pasadas que recibieron el Espíritu de Cristo, y por consiguiente obtuvieron el nuevo nacimiento, y entraron así al Reino de Dios. Son personas que han obtenido ese Ángel de Jehová que acampa en derredor de los que le temen y los defiende5, que es el cuerpo teofánico de la sexta dimensión, esa teofanía de la sexta dimensión, ese espíritu de la sexta dimensión.
Y por eso cuando ellos han partido, o sea, han muerto sus cuerpos físicos, han ido a vivir al Paraíso en ese cuerpo teofánico. Y ellos regresarán a la Tierra en cuerpos eternos; y dentro de sus cuerpos eternos estará el alma de esas personas, con el espíritu teofánico que recibieron cuando creyeron en Cristo y recibieron el Espíritu de Jesucristo.
Y ahora, vean cómo para el Día Postrero tenemos la promesa de la Venida del Hijo del Hombre.
Por eso es tan importante esta parábola, porque nos habla de la Iglesia del Señor Jesucristo desde su comienzo hasta su final; en donde se encuentra con la Venida del Hijo del Hombre, con la Venida del Esposo (de su Esposo), para entrar a las Bodas con Cristo, a la unión con Cristo. Porque unas bodas son la unión de dos seres que se aman. Y la unión de Cristo y Su Iglesia será para este tiempo final, para el Día Postrero, para el séptimo milenio, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular.
Y ahora, así como Dios envió un precursor para la Primera Venida de Cristo, para preparar el camino al Mesías, también para la Segunda Venida de Cristo Dios ha enviado un precursor preparando al pueblo para la Segunda Venida de Cristo.
Vean ustedes en Malaquías, capítulo 3, la promesa de la venida del precursor de la Primera Venida de Cristo, y la Venida de Cristo en medio del pueblo hebreo. Aquí está la promesa: Malaquías, capítulo 3, verso 1 en adelante, dice:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí (ese fue Juan el Bautista); y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis…”.
¿Quién vendrá? El Señor, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
“… y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros”.
El Ángel del Pacto, o sea, el Ángel de Jehová, el que libertó al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto. Ese es el Verbo, el cual vendrá en carne humana en medio del pueblo hebreo.
Y cuando se cumplió esta promesa de este capítulo 3, verso 1 de Malaquías, ¿quiénes aparecieron en la escena cumpliéndose en ellos estas promesas? Apareció Juan el Bautista como el precursor, que le estaría preparando el camino al Señor; y luego apareció Jesús en el cumplimiento de la Venida del Mesías en medio del pueblo hebreo: ese que nació en Belén de Judea por medio de la virgen María y cumplió la promesa de Isaías, capítulo 7, verso 14, donde dice: “Porque he aquí, el mismo Señor os dará señal: He aquí la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y se llamará su nombre Emanuel (que traducido es: Dios con nosotros)6”.
Ahora, vean cómo la Venida del Mesías en medio del pueblo hebreo se cumplió conforme a las profecías. Y sin embargo, los grandes líderes religiosos del pueblo hebreo, encabezado ese ministerio de la religión hebrea en el sumo sacerdote y los sacerdotes, y los miembros del Concilio del Sanedrín, que eran setenta sabios en teología; encontramos que no creyeron en Cristo, no vieron que en ese joven carpintero de Nazaret se estaba cumpliendo la Venida del Mesías conforme a como estaba prometida. Estaban ciegos espiritualmente.
Y ahora, allí podemos ver vírgenes fatuas también: los que no pudieron ver la Venida del Esposo en medio del pueblo hebreo.
Y podemos ver vírgenes prudentes también, que fueron los que creyeron en Cristo y siguieron a Cristo en Su ministerio terrenal, los cuales también encontramos que la mayoría de ellos o muchos de ellos habían también visto a Juan el Bautista y habían creído que Juan el Bautista era un profeta de Dios, y fueros preparados para recibir al Mesías.
Ahora, vean ustedes cómo sucedió allá la Primera Venida del Mesías, del Esposo, en medio del pueblo hebreo.
Y ahora, para el Día Postrero, para el séptimo milenio, tenemos la promesa de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del Esposo, la Venida del Hijo del Hombre; y Él viene en medio de Su Iglesia gentil; Él viene en medio de Su Iglesia gentil, pues Él ha estado en medio de Su Iglesia gentil de edad en edad, manifestado en cada ángel mensajero en la porción correspondiente a cada edad; así como estuvo en medio del pueblo hebreo manifestado en cada profeta que Él envío, pero luego, cuando vino manifestado en Jesús de Nazaret, vino en toda Su plenitud.
Y por eso la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, en toda Su plenitud en carne humana fue el cumplimiento de la Primera Venida de Cristo; esa promesa cumplida en un joven carpintero de Nazaret, en un obrero de la construcción.
Ahora, ¿cuántos se podían imaginar, o podían interpretar teológicamente, que el cumplimiento de la Primera Venida del Mesías en medio del pueblo hebreo sería en un joven carpintero de Nazaret? Eso ni siquiera les pasó en un pensamiento ligero por las mentes de los grandes teólogos de aquel tiempo. No comprendieron que cuando Dios promete algo grande, lo cumple en simplicidad.
Vean ustedes, el cumplimiento de la Primera Venida del Mesías, la promesa grande para el pueblo hebreo para aquellos días, se realizó en un joven carpintero de Nazaret, en un obrero de la construcción. No en un teólogo, no en un grande líder político, no en un rey literal de aquel tiempo; sino en un joven carpintero. Y sin embargo, ese era el Rey de Israel, ese era el Mesías prometido para el pueblo hebreo.
Es que algunas personas no comprenden que hay un orden terrenal: el que los seres humanos aquí tienen, pero hay un Orden celestial. Y Cristo es Rey conforme al Orden celestial de Melquisedec, que no tiene nada que ver con el orden terrenal de los reyes de este mundo. Y Él es Sacerdote según el Orden de Melquisedec, que no tiene nada que ver directamente con el orden levítico del pueblo hebreo o con el orden de las religiones de este mundo. O sea que es un Orden del Cielo, que está establecido antes de la raza humana aparecer en este planeta Tierra.
Y conforme a ese Orden, Jesús es Rey y Sumo Sacerdote. Y conforme a ese Orden, los escogidos de Dios, los primogénitos de Dios, lavados en la Sangre de Cristo, que han recibido el Espíritu de Cristo y han nacido de nuevo, son reyes y sacerdotes de ese Orden celestial.
Y ahora, vean ustedes cómo el Rey de Israel viene a la Tierra como un joven carpintero de Nazaret. Vean ustedes, el Diseñador y Constructor del universo ahora viene como un sencillo carpintero de Nazaret; pero Aquel era el Creador de los Cielos y de la Tierra.
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Por Él fueron hechas todas las cosas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. San Juan, capítulo 1, versos 1 al 5. Y si continuamos, vean ustedes, verso 1 al 18 nos habla acerca del Verbo que era con Dios y era Dios; y en el verso 14 nos dice: “Y aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros”.
Y cuando el Verbo, que era con Dios y era Dios, se hizo carne y habitó entre los seres humanos, fue conocido por el nombre de Jesús. Aquel Jesús de Nazaret al cual injuriaron, al cual despreciaron y del cual dijeron que era Beelzebú, vean ustedes, era el Dios de Israel manifestado en carne humana, en un cuerpo de carne. Pidieron Su muerte, lo crucificaron en la Cruz del Calvario, y allí estaban matando el cuerpo del Dios de ellos, el cuerpo físico que Dios se creó en el vientre de María para llevar a cabo la Obra de Redención en este planeta Tierra.
Y ahora, vean que el Dios de Israel es nada menos que nuestro amado Señor Jesucristo. Tomó el nombre Jesús, que es el nombre que representa o significa ‘Redentor’ o ‘Salvador’, para llevar a cabo Su Obra de Redención, de Salvación, allá en la Cruz del Calvario.
Pero Él tiene un Nombre Nuevo, del cual Él nos habla en Apocalipsis, capítulo 3 y verso 12, donde nos dice:
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá (fuera) de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”.
Hay personas que por no leer el libro del Apocalipsis no han visto que Cristo dice que tiene un nombre nuevo; y ese es el Nombre Nuevo que Él dice que escribirá sobre el Vencedor. Ese Nombre Nuevo es el que será usado en la Segunda Venida de Cristo, el cual recibió cuando ascendió al Cielo victorioso y se sentó en el Trono de Dios.
Y vean ustedes que la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero, que es la Segunda Venida de Cristo, será con un nombre nuevo. Por lo tanto, no toda persona podrá comprender el misterio de la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero, o sea, de la Segunda Venida de Cristo.
¿Y qué fue la Primera Venida de Cristo? Fue la Venida del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, del Dios de Israel; fue la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová manifestado en un cuerpo de carne, manifestado en un velo de carne llamado Jesús. El velo de carne tenía el nombre para la Redención.
Así que para la Segunda Venida de Cristo, para la Venida del Ángel del Pacto, del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, manifestado en carne humana en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, estará usando un nuevo nombre: el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, del cual nos habla también en Apocalipsis, capítulo 2 y verso 17, donde dice: “Al que venciere, yo le daré a comer del Maná escondido, y le daré una Piedrecita blanca, y en la Piedrecita (blanca) un Nombre Nuevo, un Nombre Nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”.
Ese es el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo; y esa Piedrecita blanca es la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero; la cual fue vista por el rey Nabucodonosor y se la interpretó el profeta Daniel, en la visión o sueño que tuvo el rey Nabucodonosor de aquella estatua de cabeza de oro, pecho y brazos de plata, vientre y muslos de bronce, y piernas de hierro, y pies de hierro y de barro cocido. Esa estatua representa el reino de los gentiles pasando por sus diferentes etapas7:
• La primera etapa fue la cabeza de oro, representando el imperio babilónico, del cual Nabucodonosor fue el rey.
• Luego el pecho y los brazos de plata, representando el imperio medo-persa.
• Y luego el vientre y los muslos de bronce, representando el imperio de Grecia, con Alejandro el Grande.
• Y luego las piernas de hierro, representando el imperio romano, en el cual los Césares fueron los que sobresalieron.
• Y luego los pies de hierro y de barro cocido, encontramos que sigue el imperio romano pero cubiertos sus pies, cubierto el hierro, con barro, que representa los reyes que con sus naciones, los diez reyes que con sus naciones le darán su poder y su autoridad a la bestia, conforme a Apocalipsis, capítulo 17, verso 8 al 17.
Y vamos a leer aquí, para que ustedes vean aquí de lo que estamos hablando. Veamos aquí: en el verso 11 en adelante dice, del capítulo 17 de Apocalipsis, dice:
“La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.
Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia.
Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles”.
Ahora, vean ustedes aquí la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Cordero de Dios, que es Jesucristo; pero en Su Venida, vean ustedes que hay un cambio aquí.
Dice que aquí la bestia con esos diez reyes, representados en los pies de hierro y de barro cocido, pelearán contra el Cordero, o sea, pelearán contra Cristo en Su Segunda Venida; pero dice: “Pero el Cordero los vencerá, porque Él es Rey de reyes y Señor de señores”, porque la Segunda Venida de Cristo es como Rey de reyes y Señor de señores.
Y por eso es que el profeta Daniel, cuando le interpretó la visión o sueño al rey Nabucodonosor…, en donde el rey vio que aquella Piedra no cortada de manos vino (lo cual es la Segunda Venida de Cristo) e hirió a los pies de hierro y de barro cocido y los desmenuzó…
En Daniel, capítulo 2, versos 33 en adelante, dice:
“… sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido.
Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.
Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra”.
Y la interpretación a esto la encontramos en el mismo capítulo 2 y versos 44 al 45, donde nos dice… vamos a ver aquí: verso 41 en adelante, para que tengamos el cuadro más claro; por aquí dice… Este es el reino del anticristo para el Día Postrero, dice:
“Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido.
Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil.
Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.
Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,
de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación”.
Ahora, vean cómo en el tiempo de Daniel Dios le mostró a este profeta la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero. La Segunda Venida de Cristo se la mostró como una piedra no cortada, que fue cortada del monte. ¿De qué monte? Del Monte de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, representada en este diagrama en forma de monte o forma de pirámide.
Es aquí, en la Edad de la Piedra Angular, en donde aparece la Piedra no cortada de manos, así como apareció dos mil años atrás en la Edad de la Piedra Angular.
Y ahora, vean ustedes cómo para este tiempo final es que la Venida del Hijo del Hombre, o sea, la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, Aquel que estuvo en carne humana dos mil años atrás con el nombre Jesús, vendrá nuevamente en carne humana; y se manifestará en carne humana, en un cuerpo humano del tiempo presente.
Y vendrá en el cumplimiento de las promesas hechas a la Iglesia del Señor Jesucristo, para darle el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto, y preparar así al pueblo para ser transformado y raptado en el Día Postrero.
Vean cómo Cristo nos habla que para el Día Postrero los escogidos serán llamados y juntados con Gran Voz de Trompeta. Dice San Mateo, capítulo 24 y versos 31:
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos…”.
¿Quiénes son los escogidos de Dios, los primogénitos de Dios? Son las vírgenes prudentes; son los que han creído en Cristo como nuestro Salvador y han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, y han recibido el Espíritu de Jesucristo, o sea, el Espíritu Santo.
Esos son los escogidos de Dios, los primogénitos de Dios, que en el Día Postrero estarán siendo llamados y juntados conforme a la promesa divina; así como fueron llamados y juntados los escogidos de Dios, de edad en edad, por medio de la manifestación de Cristo en Espíritu Santo a través de cada ángel mensajero que Él envió.
Porque Cristo, para hablar y llamar y juntar a Sus escogidos de entre los gentiles, ha estado usando siempre un ser humano, un mensajero; así como hizo en medio del pueblo hebreo cuando le habló al pueblo hebreo.
Y ahora, vean ustedes que para este tiempo final los escogidos de Dios estarían escuchando la Voz de Cristo; así como la escucharon en cada edad por medio del mensajero de cada edad, la estarán escuchando en la Edad de la Piedra Angular por medio del mensajero que Él tenga en la Edad de la Piedra Angular.
Y ahora, ¿cómo será la Voz de Cristo en el Día Postrero? Será la Voz de Cristo como una Gran Voz de Trompeta, el cual estará llamando y juntando a Sus escogidos, y dándoles a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
En Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, dice, Juan el apóstol dice:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor (¿en qué día estaba? En el Día del Señor, que es el Día Postrero, el cual es el séptimo milenio), y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.
¿Quién es el Alfa y Omega?, ¿quién es el primero y el último? Nuestro amado Señor Jesucristo. Es la Voz de Jesucristo en el Día Postrero, en el Día del Señor, en el séptimo milenio; “porque un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día”, nos dice San Pedro en su segunda carta, capítulo 3, verso 8, y el Salmo 90 y verso 4 del profeta Moisés.
Así que en el Día del Señor es que los hijos e hijas de Dios estarían escuchando la Voz de Cristo como una Gran Voz de Trompeta.
Y ahora, veamos nuevamente esta Voz de Trompeta en Apocalipsis, capítulo 4 y verso 1. Es la Voz de Cristo. Dice:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.
Y ahora, aquí tenemos una promesa: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”. Es una promesa de Cristo. Es la Voz de Cristo, esa Voz de Trompeta, prometiéndonos el conocimiento de todas estas cosas que han de suceder después de las que ya han sucedido en las siete etapas o edades de la Iglesia gentil.
Ahora nos mostrará lo que sucederá en la Edad de la Piedra Angular, en el Día Postrero; porque cada etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo ha tenido un tiempo en el cual se ha cumplido, y ha tenido también un territorio en el cual se ha cumplido.
Y ahora, ya han transcurrido las siete etapas o edades de la Iglesia gentil:
• La primera fue en Asia Menor, y su mensajero fue San Pablo;
• la segunda fue en Francia, y su mensajero fue Ireneo;
• la tercera fue en Hungría y Francia, y su mensajero fue Martín;
• la cuarta fue en Irlanda y Escocia, y su mensajero fue Colombo;
• la quinta fue en Alemania, y su mensajero fue Lutero;
• la sexta fue en Inglaterra, y su mensajero fue Wesley.
Hemos visto que hay cinco etapas de la Iglesia de Jesucristo: segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta, que se cumplieron en Europa.
• Y la séptima edad se ha cumplido en Norteamérica, y su mensajero fue el reverendo William Marrion Branham.
De cada lugar donde se cumplió cada edad, encontramos que Dios llamó a Sus escogidos (ahí estaban las vírgenes prudentes); y de ahí salió el Mensaje para otras naciones.
Luego de Norteamérica, donde se cumplió la séptima edad de la Iglesia gentil, donde Dios envió al reverendo William Marrion Branham…; en el cual se manifestó el Espíritu de Cristo y operó el ministerio del profeta Elías por cuarta ocasión, y vino a ser el precursor de la Segunda Venida de Cristo.
Luego de esa manifestación tan poderosa en el reverendo William Branham en Norteamérica, ya luego de esa manifestación encontramos que se han cumplido las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, y solamente le queda a la Iglesia del Señor Jesucristo la Edad de la Piedra Angular; donde la Voz de Cristo estaría siendo escuchada como una Gran Voz de Trompeta, ya no por medio de alguno de estos siete mensajeros, porque ya por medio de ellos Cristo estuvo hablando en Espíritu Santo y dando a conocer las cosas correspondientes a cada una de esas etapas pasadas.
Ahora la Voz de Cristo estará en la Edad de la Piedra Angular. ¿Y cuál es el territorio para el cumplimiento de la Edad de la Piedra Angular? Ya no es Norteamérica, tampoco es Inglaterra, tampoco es Alemania, tampoco es Irlanda ni Escocia, tampoco es Hungría y Francia, y tampoco es Asia Menor. Y tampoco son ninguno de estos mensajeros la Voz de Cristo para el Día Postrero.
Ahora, tenemos que averiguar cuál será la Voz de Cristo para el Día Postrero, cuál será el mensajero de Cristo para el Día Postrero; porque por medio de ese mensajero estaremos escuchando a Jesucristo hablándonos con esa Gran Voz de Trompeta, o sea, hablándonos con el Mensaje correspondiente al Día Postrero, con el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo.
Y ahora, para poder encontrar dónde está esa Gran Voz de Trompeta dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, tenemos que ir a través de la Escritura. Y aquel que esté dándonos a conocer con certeza, verdaderamente dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, ahí estará Cristo hablándonos con esa Voz de Trompeta.
Será la Voz de Cristo, esa Gran Voz de Trompeta, hablando por medio de ese mensajero; y será en el territorio correspondiente a la Edad de la Piedra Angular.
Así como hubo un territorio para cada edad de la Iglesia gentil en las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, hay un territorio para la Edad de la Piedra Angular; y ahí estará hablando en el idioma de ese territorio y por medio del mensajero que envía a ese territorio.
Y ahí es donde estaremos escuchando esa Gran Voz de Trompeta o Trompeta de Dios, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y llamando y juntando a todos Sus escogidos en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Veamos por medio de quién estarán siendo dadas a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y ahí será donde estará la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, la Voz de Cristo, y Cristo manifestado en Espíritu Santo hablándonos directamente al alma, al corazón, y revelándonos, dándonos a conocer, todas estas cosas que deben suceder pronto.
Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, está la respuesta:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel…”.
¿A quién ha enviado? A Su Ángel. Vamos a ver para qué.
“… para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿Para qué lo ha enviado? Para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Ahí está la Voz de Cristo, ahí está Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en Su Ángel Mensajero, hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto; y esto es para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
En Apocalipsis 22, verso 16, nos dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
¿A quién dice que ha enviado? A Su Ángel Mensajero.
Queda en claro que el instrumento de Jesucristo a través del cual Cristo estará hablando en el Día Postrero y dándonos a conocer, con esa Voz de Trompeta, estas cosas que deben suceder pronto, es el Ángel del Señor Jesucristo.
Por eso en Apocalipsis capítulo 1, verso 1 al 3, nos dice:
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan…”.
¿Por medio de quién viene la revelación de Jesucristo? Por medio de Su Ángel Mensajero.
A Juan le reveló estas cosas en esta forma simbólica. Y para el Día Postrero estará revelándole a los escogidos de Dios todas estas cosas que deben suceder pronto, dándoles a conocer el significado de estos símbolos apocalípticos correspondientes a este tiempo final. Y así los escogidos de Dios obtendrán el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto, que están profetizadas en el libro del Apocalipsis en esta forma simbólica.
Por eso es que en el libro del Apocalipsis encontramos a la Esposa del Cordero representada, vean ustedes, en una mujer. Y también encontramos que – encontramos ahí mujeres que representan ciudades y representan religiones también; porque mujeres en la Biblia son tipo y figura de naciones, de pueblos, y de lenguas y de ciudades; y también son tipo y figura de religiones y de iglesias. Así que podemos ver que el pueblo hebreo también es representado en una mujer.
Y encontramos, así por el estilo, que naciones, pueblos y lenguas, son representados en mujeres; y las religiones también son representadas en mujeres.
Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo, vean ustedes, está representada en una mujer virgen.
Y vean ustedes, aquí en la parábola de las diez vírgenes está representado el cristianismo en general, completo, en diez mujeres, en diez mujeres vírgenes, o sea, diez mujeres virtuosas, diez mujeres santas; pero cinco de ellas con aceite en sus lámparas y cinco de ellas sin aceite en sus lámparas; lo cual es tipo y figura del cristianismo.
Una sección del cristianismo sin el Espíritu Santo, aunque ha creído en Cristo como su Salvador; y otra sección del cristianismo con el Espíritu Santo, luego de haber creído en nuestro amado Señor Jesucristo.
Ahora, ¿quiénes estarán escuchando la Voz de Cristo? La Voz de Cristo estará hablando para todo ser humano. Hablará tanto para el mundo en general como también hablará para las diez vírgenes.
Ahora, ¿quiénes estarán recibiendo y aceptando en sus almas el Mensaje de Cristo, esa Gran Voz de Trompeta, lo estarán creyendo y estarán recibiendo las bendiciones de Cristo para el Día Postrero, y estarán siendo preparados para ser transformados y raptados? Las vírgenes prudentes.
Vean ustedes, en esta misma parábola que dio Jesucristo en San Mateo, capítulo 25, verso 1 al 13, vean ustedes lo que aquí nos dice [verso 10]:
“Pero mientras ellas iban a comprar (¿Quiénes iban a comprar? Las vírgenes insensatas o vírgenes fatuas. Dice), vino el esposo…”.
O sea, se cumplió la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre. Vino Cristo a la Edad de la Piedra Angular, así como había venido de edad en edad en la porción correspondiente a cada edad, en el mensajero de cada edad, ahora viene en la Edad de la Piedra Angular. Y dice:
“… vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta”.
La puerta se cierra: se cierra la puerta de la Dispensación de la Gracia, se cierra la Puerta de Misericordia; y ya de ahí en adelante no hay más oportunidad para entrar a las Bodas del Cordero.
Y de ahí en adelante las vírgenes fatuas tendrán que prepararse para pasar por la gran tribulación; por cuanto no tenían aceite en sus lámparas, no habían obtenido el nuevo nacimiento luego de creer en Cristo como su Salvador.
Y por consiguiente, ellas pasarán por la gran tribulación; en donde el anticristo, la bestia, el hombre de pecado, matará a las vírgenes fatuas, a las vírgenes insensatas, enviará ejércitos, establecerá el anticristo su reino, en donde nadie podrá comprar ni vender si no tienen el sello, la marca de la bestia; si no tienen el número de su nombre, si no tienen el sello en su mano o en su frente, no podrán ni comprar ni vender.
Y en Apocalipsis, capítulo 12, encontramos que el dragón echa agua (que son ejércitos) sobre o contra la mujer y contra su simiente. La simiente de la mujer son los descendientes del judaísmo y del cristianismo, las vírgenes fatuas del cristianismo, que tienen el Nombre de Cristo y creen en Jesucristo como su Salvador.
Apocalipsis, capítulo 12, verso 17, dice:
“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios (esos son los hebreos) y tienen el testimonio de Jesucristo (esos son las vírgenes insensatas o vírgenes fatuas, que estarán pasando por la gran tribulación)”.
Y el dragón, que será el diablo encarnado en el anticristo, en el hombre de pecado, en la bestia, vean ustedes, producirá esa persecución y hará que maten a las vírgenes fatuas, y también declarará la guerra en contra del pueblo hebreo.
Y los 144.000 hebreos que recibirán a Cristo en Su Segunda Venida, esos 144.000 hebreos también morirán como mártires, pero resucitarán al final de la gran tribulación para estar en el glorioso Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo. Pero las vírgenes fatuas resucitarán después del Reino Milenial, para ser juzgadas ante el Trono Blanco del Juicio Final; y luego entrarán a la vida eterna si sus nombres han permanecido escritos en el Libro de la Vida, si no han negado a Cristo.
Y ahora, vean ustedes el misterio de las diez vírgenes: de las cinco vírgenes fatuas y las cinco vírgenes insensatas – o cinco vírgenes fatuas y cinco vírgenes prudentes, vean ustedes cuál es el misterio escondido ahí. Este misterio ha sido dado a conocer a ustedes en esta ocasión.
Ahora, reconozca usted el lugar donde se encuentra en ese Cuerpo de creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo; mire usted si se encuentra en el grupo de las vírgenes fatuas o en el grupo de las vírgenes prudentes.
Para el Día Postrero son las vírgenes prudentes las que estarán recibiendo al Esposo, a Cristo, viniendo manifestado en Su Ángel Mensajero, y hablando por medio de Su Ángel Mensajero todas estas cosas que deben suceder pronto. Y con Su Mensaje estará preparándonos para ser transformados y raptados en este Día Postrero.
Estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, el tiempo prometido para la Venida del Hijo del Hombre. Cristo hablando de la Venida del Hijo del Hombre dijo que sería como en los días de Noé, que comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, y también vendían y compraban; y dice: “Y no conocieron, hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será también la Venida del Hijo del Hombre”8, o sea, así será también la Venida del Esposo. Es este el tiempo del cual Cristo habló.
El mundo antediluviano no sabía que estaba presente en la Tierra un profeta dispensacional, y que ese profeta dispensacional era aquel hombre que ellos conocían como Noé. Ese era el profeta grande, el hombre grande de aquel tiempo; y tenía el Mensaje, la revelación divina de las cosas que iban a suceder en ese tiempo.
Dios le había revelado al profeta Noé que destruiría la raza humana con un diluvio; pero halló gracia Noé delante de Dios9. Y aquello era algo inconcebible para la raza humana, porque solamente la humanidad ha tenido solamente el concepto de que Dios es amor10, pero no el que Dios es fuego consumidor11.
Y hay tiempo en que la misericordia de Dios es extendida, pero hay tiempo en que Dios trae el mundo a juicio.
Y la misericordia de Dios en los días de Noé estaba extendida, esperando a que Noé terminara el arca. Y cuando terminó la construcción del arca, le ordenó entrar al arca con su familia, y con los animales y aves que tenían que entrar (y reptiles), y luego Dios cerró la puerta; y luego vino el diluvio y destruyó aquella humanidad antediluviana que no había creído el Mensaje de Noé12.
Ahora, cuando Dios envía un profeta dispensacional a la Tierra hay una responsabilidad delante de Dios para toda persona. Esta responsabilidad está mostrada en Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 en adelante, donde dice:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis”.
¿A quién dice Dios que las personas están ordenadas para escuchar? Al profeta que Dios envía. Y el que no lo quiera escuchar, pues no lo escucha, porque toda persona tiene libre albedrío.
Pero ¿qué será de las personas que no escuchen a ese profeta? Vamos a ver. ¿Qué estará hablando ese profeta? Vamos a ver también. Sigue diciendo en Deuteronomio, capítulo 18, verso 18:
“Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca…”.
¿Qué Dios coloca en la boca del profeta que Él envía? Su Palabra. Cualquier persona que quiera conocer la Palabra de Dios, que quiera escuchar la Palabra de Dios para el tiempo en que vive, pues busque al profeta mensajero que Dios envía en ese tiempo; y por medio del mensajero, del profeta, escuchará la Voz de Dios; porque Dios coloca Su Palabra en la boca de ese profeta. Dice:
“… y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare”.
¿Qué habla un profeta enviado por Dios? Todo lo que Dios le mande que hable al pueblo. Y ese es el Mensaje correspondiente a esa edad o a esa dispensación, y a esa generación. ¿Y qué será de los que no escuchen? Dice:
“Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta”.
Y en el libro de los Hechos, capítulo 3, verso 22 al 23, dice: “Y cualquiera que no oyere lo que él hablare en Mi Nombre, Yo le desarraigaré del pueblo”. O sea que pierde el derecho a pertenecer al pueblo de Dios; y por consiguiente, pierde el derecho a la vida eterna; porque no escuchó la Voz de Dios, la Palabra de Dios.
Y Cristo dijo: “Mis palabras son Espíritu y son Vida”13, y “el que oye Mi Palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida”14.
Pero el que no escucha la Voz de Dios, la Palabra de Dios para el tiempo en que vive, pues se quedó en muerte; porque cuando se escucha: se pasa (¿de qué?) de muerte a Vida. Y si no se escucha, pues se queda en la muerte; porque el ser humano cuando viene a esta Tierra, viene en sentencia de muerte, y viene muerto espiritualmente hablando, viene sin vida eterna.
Y por consiguiente tiene que hacer contacto con la vida eterna, escuchando la Palabra de Dios y recibiendo a Cristo como su Salvador, y lavando sus pecados en la Sangre del Cordero, y recibiendo el Espíritu de Jesucristo; y así la persona pasa de muerte a Vida, pasa así a vida eterna, obteniendo el cuerpo teofánico de la sexta dimensión, para luego en el Día Postrero obtener el cuerpo físico y glorificado, y ser a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ahora vean cómo el Programa Divino ha estado moviéndose de etapa en etapa y de edad en edad, y de generación en generación. Y para este Día Postrero nos encontramos en la parte final del Programa Divino correspondiente a la Iglesia del Señor Jesucristo, para pasar a vida eterna aun con un cuerpo eterno, que es la parte final en el Programa de Cristo con Su Iglesia, en cuanto a las cosas que Él hará en Su Iglesia para entrar físicamente también a vida eterna.
Tendremos un cuerpo físico y eterno, un cuerpo glorificado; y así seremos a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo. Y esto es para este Día Postrero, en donde estaríamos escuchando la Voz de Cristo, representada en la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta o Trompeta de Dios.
San Pablo, en el capítulo 15, versos 49 al 55, de Primera de Corintios, nos habla de la transformación y de la resurrección; y nos dice que será “a la Final Trompeta; porque será tocada la Trompeta, y los muertos en Cristo resucitarán primero, y luego nosotros los que vivimos seremos transformados”.
Seremos transformados en los átomos del cuerpo; y nuestro cuerpo, al ser cambiado, será un cuerpo eterno y jovencito por toda la eternidad, representando de 18 a 21 años de edad para toda la eternidad. Esa es la promesa divina para los escogidos de Dios para el Día Postrero.
En Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 13 al 17, también nos habla de estas cosas. Nos habla que el mismo Señor descenderá del Cielo con Aclamación, con Voz de Arcángel y con Trompeta de Dios, “y los muertos en Cristo resucitarán primero, y luego nosotros los que vivimos seremos arrebatados en las nubes para recibir al Señor en el aire”, porque seremos transformados; y luego nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, juntamente con los escogidos de las edades pasadas, que también resucitarán y tendrán un cuerpo eterno.
Y esto es para el Día Postrero conforme a las promesas de Cristo en San Juan, capítulo 6, verso 40, donde dijo:
“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.
Para los muertos en Cristo hay una resurrección prometida para el Día Postrero; y para los que vivimos, si permanecemos vivos cuando estén resucitados ya los muertos en Cristo, nosotros seremos transformados. Y obtendremos así el cuerpo eterno, y viviremos por toda la eternidad con nuestro amado Señor Jesucristo.
Y todos esos que tendrán el cuerpo eterno (tanto los muertos en Cristo que resucitarán, como lo que estamos vivos que seremos transformados) son los representados en las vírgenes prudentes.
Esos son los que han creído en Cristo como su Salvador en el tiempo en que les tocó vivir, han lavado sus pecados en la Sangre del Cordero y han recibido Su Espíritu Santo. Y para el Día Postrero seremos a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo. Y nos iremos de aquí.
Pero las vírgenes insensatas o fatuas, por no tener el Espíritu de Cristo, el Aceite, no podrán ser transformadas y raptadas, no podrán tener el cuerpo eterno para ser llevadas a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo; cosa lamentable para un grupo, para una sección del cristianismo, que ha creído en Cristo como su Salvador y ha confesado sus pecados y los ha echado en la Sangre del Cordero.
Ahora, ¿dónde estará la Edad de la Piedra Angular siendo llevada a cabo en el Día Postrero?, ¿dónde estarán los escogidos del Día Postrero siendo llamados y juntados?, ¿dónde estarán los escogidos, las vírgenes prudentes, que estarán escuchando la Voz del Esposo y recibiendo el Esposo en el Día Postrero?, ¿dónde estarán esos escogidos en este Día Postrero?, ¿dónde se cumplirá esta promesa de la Edad de la Piedra Angular, en donde Cristo estará manifestado por medio de Su Ángel Mensajero dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto?, ¿y dónde estarán los que estarán escuchando la Voz de Cristo dándonos a conocer todas estas cosas, y así obteniendo el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero, en el séptimo milenio, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino?
¡Aquí estamos: en la América Latina y el Caribe!, ¡ese es el territorio!
Ese es el territorio para el cumplimiento de la Edad de la Piedra Angular, de la edad en donde Jesucristo estaría manifestado como Rey de reyes y Señor de señores, como el León de la tribu de Judá, clamando como cuando ruge un león y los siete truenos emitiendo sus voces, y dándonos a conocer el misterio de Su Venida a Su Iglesia, a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; y así revelándonos todas estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero.
Y así surgiendo el Mensaje del Evangelio del Reino en medio de los latinoamericanos y caribeños; Mensaje representado en la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, Mensaje que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo, y como el Sol naciente.
El Sol naciente de Malaquías, capítulo 4 y verso 2:
“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación”.
Es, el Sol de Justicia, Cristo en Su Segunda Venida, como lo fue en Su Primera Venida. Él dijo: “Yo soy la Luz del mundo; y el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la Luz de la Vida”15, la Luz de la vida eterna; ¿para qué? Para vivir eternamente.
Ahora, Cristo en Su Venida a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino en el Día Postrero, en la América Latina y el Caribe, estará hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto, por medio de Su Ángel Mensajero, que es el profeta de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular; porque Cristo, vean ustedes, de edad en edad se ha manifestado en Espíritu Santo, y también para la Edad de la Piedra Angular por medio de Su Ángel Mensajero, como se manifestó por medio de Sus siete mensajeros en las siete edades de la Iglesia gentil.
Y ahora, la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero nos da conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero.
Y al estar escuchando por medio del Ángel Mensajero de Jesucristo todas estas cosas que deben suceder pronto, estamos escuchando esa Gran Voz de Trompeta del Día Postrero, la Voz de Cristo.
Estamos escuchando a Cristo, por medio de Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer, revelándonos, todas estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero.
Y esta gran manifestación de Cristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero corresponde a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino ¿dónde? En la América Latina y el Caribe.
Hemos visto el territorio donde Cristo estaría hablándonos con esa Gran Voz de Trompeta. Hemos visto también quiénes estarían escuchando esa Gran Voz de Trompeta: las vírgenes prudentes, que en el Día Postrero entran con el Esposo, con Cristo, a las Bodas, y luego se cerrará la puerta. Y vendrán luego las vírgenes insensatas o fatuas buscando que les abran la puerta, pero ya será demasiado tarde.
Ahora, ellas no se van a perder; pasarán por la gran tribulación, darán sus vidas por Cristo: el anticristo las matará, enviará ejércitos, como ha sucedido en las guerras religiosas de otras generaciones; pero esas personas morirán como mártires, morirán dando sus vidas por Cristo y por su fe. Y así ellas, cuando sean juzgadas en el Juicio Final, entrarán a vida eterna.
Pero las vírgenes prudentes entran a vida eterna con un cuerpo eterno antes de la gran tribulación. Y estaremos en esos cuerpos eternos aquí en la Tierra por unos 30 o 40 días, como Cristo estuvo resucitado por 30 o 40 días aquí en la Tierra, y luego ascendió al Cielo16.
Y ahora, los escogidos, las vírgenes prudentes: resucitarán las que han muerto, y estarán en cuerpos eternos; y nosotros los que vivimos seremos transformados, y estaremos en cuerpos eternos; y estaremos aquí de 30 a 40 días, y después nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Por tres años y medio estaremos allí con Cristo en la repartición de los galardones, en esa gran fiesta celestial, mientras la Tierra con sus habitantes estará pasando por los juicios divinos de la gran tribulación.
Y luego de la gran tribulación vendremos de nuevo a la Tierra con cuerpos eternos, y reinaremos con Cristo en Su glorioso Reino Milenial en medio del pueblo hebreo.
Y reinaremos con Cristo, porque Cristo reinará sobre el pueblo hebreo, reinaremos con Él; y Cristo reinará sobre el mundo entero, y reinaremos con Él. Así que estaremos reinando con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad.
Hemos visto en esta noche nuestro tema: “EL MISTERIO DE LAS VÍRGENES FATUAS Y LAS VÍRGENES PRUDENTES”.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes, amados amigos y hermanos presentes, y radioyentes, dándoles testimonio de: “EL MISTERIO DE LAS VÍRGENES FATUAS Y LAS VÍRGENES PRUDENTES”.
Para obtener conferencias similares a esta, y obtener así más información, más conocimiento de todos los misterios del Reino de Dios, ustedes podrán escribir o llamar por teléfono a los teléfonos y direcciones que el reverendo Miguel Bermúdez Marín les dará a cada uno de ustedes, amigos radioyentes; tengan lápiz y papel listos para tomar esas direcciones y teléfonos que el reverendo Miguel Bermúdez Marín les estará comunicando a ustedes a través de esta radioemisora amiga.
Dejo con ustedes nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín para darles esas direcciones y teléfonos. Con ustedes el reverendo Miguel Bermúdez Marín.
Dios les bendiga, y buenas noches.
“EL MISTERIO DE LAS VÍRGENES FATUAS Y LAS VÍRGENES PRUDENTES”.
[Revisión agosto 2022]
1 El diagrama de la pirámide se puede observar en la última página del mensaje SPN62-1014M “La estatura de un varón perfecto”. También puede ser descargado en: https://imprenta.carpa.com/es/material/la-nube-y-la-piramide-diptico/
2 Gálatas 2:20
3 Hechos 15:14
4 Mt. 3:11, Mr. 1:8, Lc. 3:16, Jn. 1:33
5 Salmos 34:7
6 San Mateo 1:23
7 Daniel 2:1-45
8 San Mateo 24:37-39, San Lucas 17:26-27
9 Génesis 6:8
10 1 Juan 4:7-8
11 Hebreos 12:29
12 Génesis 7:1-24
13 San Juan 6:63
14 San Juan 5:24
15 San Juan 8:12
16 Hechos 1:3-9