El misterio de la plenitud de los gentiles

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes aquí en Franca, San Pablo, Brasil. Es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para darles testimonio de: “EL MISTERIO DE LA PLENITUD DE LOS GENTILES”.

Para lo cual quiero leer en Romanos, capítulo 11, versos 25 en adelante, donde nos dice San Pablo:

“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio (nos va a hablar de un misterio), para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;

y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

Vendrá de Sion el Libertador,

Que apartará de Jacob la impiedad.

Y este será mi pacto con ellos,

Cuando yo quite sus pecados.

Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son (muy) amados por causa de los padres.

Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”.

“EL MISTERIO DE LA PLENITUD DE LOS GENTILES”.

Es un misterio para la raza humana que el pueblo hebreo, el cual estaba esperando la Venida del Mesías, cuando se cumplió en medio de ellos la rechazó. Ese es un misterio grande, y San Pablo nos habla aquí de ese misterio.

Es que cuando algo sucede, lo cual no podemos comprender, hay un misterio detrás de todo eso, el cual solamente Dios puede revelar.

Y aquí el misterio de la Primera Venida de Cristo y rechazo de Su Venida por el pueblo hebreo (al cual vino conforme a las profecías del Antiguo Testamento): el misterio es que tenía que entrar la plenitud de los gentiles, para después el pueblo hebreo recibir al Mesías en el tiempo final.

La Primera Venida de Cristo, que es la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, como fue prometida por Dios a través del profeta Malaquías, en el capítulo 3 de Malaquías, donde dice [verso 1]:

“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí (¿Quién vendría? El mensajero que prepararía el camino al Mesías); y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros”.

¿Quién vendría en medio del pueblo hebreo? El que vendría en medio del pueblo hebreo sería el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová; el cual está en el libro del Éxodo, capítulo 23, verso 20 en adelante, y dice así:

He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.

Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.

Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.

Porque mi Ángel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir”.

Los llevaría ¿a dónde? A la tierra prometida, la tierra de Canaán, que actualmente es la tierra de Israel.

El Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que es el mismo Jehová, vendría en medio del pueblo hebreo en el cumplimiento de la Venida del Mesías.

Por eso es que en San Juan, cuando se nos habla de la Venida del Mesías, se nos dice, en el capítulo 1, verso 1 en adelante:

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios.

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan (o sea, Juan el Bautista).

Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.

No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”.

¿Quién vendría a este mundo? Aquella Luz verdadera, que es el Verbo que era con Dios y era Dios, y creó todas las cosas.

Y ahora, esa Luz verdadera venía a este mundo, y vamos a ver cómo venía a este mundo. Dice:

En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció (vean el origen del universo: estaba ¿dónde? En el Verbo, que es la Luz que alumbra a todo hombre, y era con Dios y era Dios).

A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron (o sea, vino al pueblo hebreo, Su pueblo, y ellos no le recibieron).

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Y aquel Verbo fue hecho carne (¿Cómo vendría el Verbo? Vendría en carne humana, se hizo carne), y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.

Esa es la forma en que vendría el Verbo.

El Verbo era con Dios y era Dios (¿y cómo se entiende esto?), y es el Creador de todas las cosas.

El Verbo que era con Dios y era Dios es nada menos que el cuerpo teofánico de Dios. Y Dios estando en Su cuerpo teofánico de la sexta dimensión creó todas las cosas, creó el universo; todas las cosas por Él, por el Verbo, fueron hechas.

Y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios; y el Verbo luego se hizo carne y habitó entre nosotros, los seres humanos, en medio del pueblo hebreo, y fue llamado Jesús.

Miren quién era Jesús: es nada menos que el Verbo hecho carne, y el Verbo era Dios. Es nada menos que Emanuel, como dice el profeta Isaías, en el capítulo 7, verso 14, donde dice: “Porque el mismo Señor os dará señal: He aquí la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y se llamará Su nombre Emanuel (¿Qué significa Emanuel? Dios con nosotros)[1]”.

Ahora podemos ver quién estaba en carne humana en aquel joven carpintero de Nazaret llamado Jesús: era Dios, el Ángel del Pacto, el Verbo hecho carne, el Creador de los Cielos y de la Tierra.

Cuando hablamos del Verbo creando todas las cosas estamos hablando del mismo Dios en Su cuerpo teofánico, el cuerpo teofánico de Dios; como el cuerpo teofánico de cada hijo de Dios, el cual lo recibe cuando cree en Cristo y recibe el Espíritu de Cristo, y obtiene un cuerpo teofánico de la sexta dimensión.

Ese cuerpo teofánico llamado el Ángel de Jehová, que acampa en derredor de los que le temen y los defiende[2], es un cuerpo como nuestro cuerpo físico, pero de otra dimensión; es un cuerpo de la dimensión de los ángeles, un cuerpo angelical. Y en ese cuerpo apareció Dios en muchas ocasiones.

Y cuando creó los Cielos y la Tierra Dios estaba en ese cuerpo teofánico, en Su cuerpo teofánico creando todas las cosas, hablando Su Palabra creadora, y las cosas vinieron a existencia:

[Génesis 1:1] “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”.

Y ahora podemos ver la Creación y su origen. El origen está ¿dónde? En Dios; en Dios, en Su cuerpo teofánico; porque en ese cuerpo teofánico que Dios se creó y en el cual Él ha habitado estaba toda la Creación condensada, de ahí procede toda la Creación.

Y ahora podemos ver quién es el Verbo: es el mismo Dios, pero en Su cuerpo teofánico. Y en ese cuerpo teofánico Dios apareció a muchos profetas del Antiguo Testamento; y cuando ellos lo vieron en forma de un Varón o de un Ángel, ese era el mismo Dios en Su cuerpo teofánico.

Y por eso es que cuando Jacob y otros lo vieron, dijeron: “He visto a Dios cara a cara”; y sin embargo, la Escritura dice: “A Dios nadie le vio jamás”[3]. ¿Cómo se puede entender esto? Porque a Dios nadie le ha visto, excepto en Su cuerpo teofánico; y después en carne humana, en la persona de Jesús, en toda Su plenitud.

Ahora podemos ver que Aquel que le apareció a Moisés y le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”[4], era el mismo Dios en un cuerpo teofánico, y desde esa Luz estaba hablándole al profeta Moisés.

Y luego, encontramos que Moisés quiso ver Su Gloria, y Dios le dijo: “Nadie jamás me ha visto. Nadie jamás puede ver a Dios y vivir” [5].

Y ahora, Dios le dice: “Yo te voy a colocar sobre la hendidura de la roca, de la peña, y Yo pasaré proclamando el Nombre de Jehová; y tendré Mi mano sobre tu rostro colocada, y luego quitaré Mi mano y verás Mi espalda”. Cuando vio la espalda de Dios ¿qué estaba viendo? La espalda de Su cuerpo teofánico.

En ese cuerpo teofánico también Jacob vio a Dios, cuando el Ángel de Jehová estuvo luchando con Jacob, o Jacob luchando con el Ángel, con el Ángel de Jehová; como dice el Génesis, capítulo 32, verso 24 en adelante (del Génesis), dice:

Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.

Y dijo (el Ángel): Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices”.

Esa es la forma de todo creyente en Dios que busca la bendición de Dios: no dejar nunca a Dios hasta recibir la bendición plena, y eso será nuestra transformación; nunca dejar a Dios en nuestra vida.

Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? (Eso le pregunta el Varón a Jacob). Y él respondió: Jacob.

Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.

Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma”.

“Y nadie jamás ha visto a Dios”[6], dice la Escritura, y Jacob está diciendo que vio a Dios cara a cara y fue librada su alma.

Vean, San Juan, capítulo 1, verso 18, dice:

“A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”.

Y sin embargo, Jacob dice que vio a Dios cara a cara; y también la Escritura, cuando nos habla de Moisés, dice que no hubo ningún varón como Moisés con el cual Dios hablaba cara a cara, y conoció a Dios[7]. Y vean ustedes, y el mismo Dios le dice a Moisés: “Nadie podrá ver Mi rostro y vivir. Solamente verás Mi espalda”.

Y aquí Jacob (en esta otra ocasión) vio a Dios cara a cara, pero lo vio (a Dios) en Su cuerpo teofánico; ese cuerpo teofánico de Dios que es de la sexta dimensión, un cuerpo angelical.

Y en ese cuerpo les apareció a muchos profetas; y también al padre y madre de Sansón, antes de nacer Sansón[8]. También les apareció a otros profetas; por ejemplo, tenemos el caso, cuando apareció a personas como Jehú[9]… a muchas personas les apareció.

Y vean ustedes a Abraham, veamos, a Abraham le apareció en una ocasión como Melquisedec; sin padre, sin madre, sin principio de días y sin fin de tiempo[10]. ¿Y Quién es ese? Pues ese es Dios, el único eterno; y estaba en un cuerpo visible: ese cuerpo es Su cuerpo teofánico de la sexta dimensión.

Él es Melquisedec, Sacerdote del Dios Altísimo, y Rey de Salem (o sea, de Jerusalén), y Rey de Justicia.

Y ahora, vean ustedes cómo le apareció a Abraham, cuando Abraham venía, regresaba de la victoria sobre aquellos reyes que se habían llevado cautivos a Lot y su familia y a las demás personas de aquella ciudad. Y bendijo a Abraham, y le dio pan y vino (a Abraham).

Y Abraham pagó sus diezmos a Melquisedec. ¿A Quién? Al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, que se encontraba en Su cuerpo teofánico como Sacerdote, Sacerdote de Dios, del Dios Altísimo.

Y miren ustedes, la Escritura dice que cuando Abraham diezmó a Melquisedec, Leví también diezmó a Melquisedec[11]; y Leví no había nacido, ni había nacido tampoco Jacob, ni había nacido tampoco Isaac; pero ellos estaban en los lomos de Abraham, y por consiguiente, estaban ellos allí diezmando a Dios también.

Y esto significa que todos los hijos e hijas de Dios, que son la descendencia de Abraham, los hijos de Abraham según la fe, por medio de Jesucristo el Hijo de Abraham, en el Día Postrero se encontrarán con Melquisedec, se encontrarán con el Verbo, el cual vendrá en el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo: vendrá en carne humana; y estará con los escogidos de Dios, con el Israel celestial, que son los miembros del Cuerpo Místico de Cristo; y luego se revelará al Israel terrenal, que es el pueblo hebreo. Y esto es para el tiempo final.

Para el tiempo final llegará el fin del reino de los gentiles y también llegará el final de la plenitud de los gentiles. La plenitud de los gentiles es la plenitud de la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles.

El Señor Jesucristo ha estado llevando a cabo un Programa, el cual ha sido entre los gentiles, llamando y juntando un pueblo para Su Nombre de edad en edad[12]. Por eso Dios envió a San Pablo a los gentiles, para anunciar el Nombre de Jesucristo, y así comenzar a ser llamado un pueblo para los gentiles, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

La Iglesia del Señor Jesucristo es el pueblo más importante que Dios tiene en esta Tierra y en los Cielos también; es un pueblo celestial. Por eso dice que Cristo nos ha colocado en lugares celestiales, estamos colocados en lugares celestiales en Cristo Jesús[13].

Ahora, el pueblo hebreo es el pueblo de los siervos, pero la Iglesia del Señor Jesucristo es el pueblo de los hijos e hijas de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, desde antes de la fundación del mundo.

¿Y qué es más grande: un siervo o un hijo? Un hijo es más grande. ¿Y quién es el que hereda: un siervo o un hijo? El siervo por más fiel que sea sigue siendo un siervo, pero un hijo es un hijo, no importa que sea un recién nacido.

Abraham se preocupaba cuando no tenía hijo, y decía: “Ya estoy viejo y no tengo hijo, y me va a heredar mi siervo Eliezer”. Pero Dios le dijo: “No te va a heredar un siervo, te va a heredar un hijo tuyo que saldrá de tus lomos, un hijo que tendrás por medio de Sara”[14]. Porque el heredero siempre tiene que ser un hijo.

Ahora, miren ustedes, Dios hablando acerca de Moisés, nos dice por medio del profeta y apóstol San Pablo, en el capítulo 3 de su carta a los Hebreos, nos dice de la siguiente manera… vamos a leer solamente el verso 5 y 6, dice:

Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;

pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza”.

Moisés fue fiel en toda la Casa de Dios como siervo; pero Cristo como Hijo ha sido colocado sobre Su Casa, la cual Casa somos nosotros.

La Casa de Dios es la Iglesia del Señor Jesucristo, esa es la Casa donde Cristo es la cabeza; Cristo es la cabeza de esa Casa, Cristo es el primero de esa Casa. Él es el principio de la Creación de Dios[15], de esa Nueva Creación, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Dios está llevando a cabo, está realizando, una Nueva Creación.

La creación primera del ser humano, que comenzó con Adán, cayó; es una creación que ya cayó; y todo descendiente de esa creación caída viene sentenciada a muerte.

Por eso es que nacemos recibiendo un espíritu del mundo y un cuerpo en la permisiva voluntad de Dios, que viene por medio de la unión de papá y de mamá: nace, crece, llega a la edad madura, y después de un tiempo se pone viejo y se muere. Esto es así por causa de la caída del ser humano en el Huerto del Edén.

Pero ahora Dios tiene una Nueva Creación, la cual ha comenzado con el segundo Adán, que es nuestro amado Señor Jesucristo. Y esa Nueva Creación no es por medio de la unión de un hombre y de una mujer teniendo hijos, sino que es por medio de creer en Jesucristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo y recibir Su Espíritu Santo; y así es como nacemos: nacemos en el Reino de Dios.

Recibimos el nuevo nacimiento, del cual le habló Cristo a Nicodemo diciéndole, en el capítulo 3 de San Juan: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios”. Nicodemo estaba interesado en el Reino de Dios.

Y ahora le pregunta: “¿Cómo puede hacerse esto? ¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre, y nacer?”. Una pregunta infantil para nosotros ahora, pero para aquel tiempo era una buena pregunta. “¿Cómo puede hacerse esto? ¿Hay que nacer por medio de una mujer de nuevo?”. Cristo le dice: “Lo que nosotros sabemos eso es lo que nosotros hablamos”.

Ahora, Nicodemo, siendo el maestro de Israel, no sabía cómo era el nuevo nacimiento; y ninguna persona conocía el misterio del nuevo nacimiento. Jesucristo lo conocía y le habló del nuevo nacimiento.

Y ahora Nicodemo le dice: “¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre, y nacer?”. Pues Nicodemo ya era un hombre viejo, ¿y cómo sería su madre, si estaba viva? ¿Y si había muerto? Entonces para Nicodemo era imposible nacer de nuevo, y por consiguiente, era imposible entrar al Reino de Dios. Cristo le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios”.

Toda persona desea entrar al Reino de Dios, y Jesucristo ha establecido que es por medio del nuevo nacimiento.

Y por eso es que Cristo vino en Su Primera Venida para morir en la Cruz del Calvario, y así redimir al ser humano, y colocar en el ser humano Su Espíritu Santo; luego de la persona creer en Cristo como su Salvador y lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, y luego recibe el Espíritu de Cristo; y así nace de nuevo; y obtiene un espíritu teofánico de la sexta dimensión, al cual va y en el cual vive la persona si muere su cuerpo físico aquí en la Tierra.

Va en ese cuerpo teofánico al Paraíso a vivir; y cuando llegue el momento de la resurrección de los muertos en Cristo, regresa con ese cuerpo teofánico y toma el cuerpo físico y eterno y glorificado que Cristo le dará en la resurrección; y vivirá con el cuerpo teofánico dentro del cuerpo físico y eterno que Cristo le dará. Y luego nosotros los que vivimos seremos transformados, y tendremos también un cuerpo eterno.

Esto es para los que han creído en Cristo, y han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, y han recibido Su Espíritu Santo; y así han nacido de nuevo, y están en el Reino de Dios, están en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.

Cristo ha estado construyendo esa nueva raza, ha estado creando esa nueva raza. No es una nueva raza por medio de nacer de una mujer (como pensó Nicodemo): es por medio de nacer de nuevo al creer en Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo, y recibir Su Espíritu Santo.

Y Cristo es el que ha estado haciendo esa Nueva Creación, esa nueva raza. Y esa nueva raza es Su Iglesia, de la cual Jesucristo es la cabeza, es el primero; y por eso es que todos seremos a imagen y semejanza de Cristo.

Antes de Jesucristo tener Su cuerpo físico aquí en la Tierra, Él estaba en Su cuerpo teofánico; y luego obtuvo Su cuerpo físico, el cual fue creado en el vientre de María. Dios creó en el vientre de María una célula de vida, la cual se multiplicó y formó, creó, el cuerpo que nació en Belén de Judea (por medio de la virgen María), en el cual habitó Dios en toda Su plenitud. Era el Verbo hecho carne, era Dios con Su cuerpo teofánico dentro de aquel cuerpo físico llamado Jesús.

Y así mismo, cada hijo e hija de Dios tiene que venir con vida eterna. Por eso es que venimos a esta Tierra en medio de una raza caída y tenemos que hacer contacto con la vida eterna, que es Jesucristo, para poder obtener el nuevo nacimiento y obtener nuestro cuerpo teofánico de la sexta dimensión; y estar en la misma condición, y la misma dimensión y mismo cuerpo, que Jesucristo estuvo antes de tener Su cuerpo físico.

Y cuando la persona ha creído en Cristo y ha recibido Su Espíritu Santo, obtiene así su cuerpo teofánico de la sexta dimensión; y ya está en lugares celestiales en Cristo Jesús. Ya tiene su cuerpo teofánico; y ahora lo que le falta es su cuerpo físico eterno, el cual recibirá en el tiempo final.

Cuando los muertos en Cristo resuciten, entonces nosotros los que vivimos seremos transformados y tendremos el cuerpo eterno; y seremos a imagen y semejanza de nuestro Señor Jesucristo: con vida eterna en nuestro cuerpo que hemos de recibir, y también en nuestro espíritu teofánico, y también en nuestra alma.

Nuestras almas vienen de la séptima dimensión, de la dimensión de Dios; nuestro cuerpo teofánico de la sexta dimensión; y el cuerpo físico y eterno que hemos de recibir, lo recibiremos aquí en esta dimensión: cuando los muertos en Cristo resuciten entonces nosotros seremos transformados.

Y eso ocurrirá cuando entre la plenitud de los gentiles, cuando entre hasta el último de los escogidos de Dios de en medio de los gentiles, que vienen a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo.

La plenitud de los gentiles es la plenitud de la Iglesia del Señor Jesucristo. Él ha estado de edad en edad llamando y juntando a Sus escogidos.

La Iglesia del Señor Jesucristo está en este diagrama que usó el reverendo William Branham[16]. En este diagrama tenemos la Iglesia del Señor Jesucristo de etapa en etapa: tiene siete etapas, primeramente, y luego la etapa de la Edad de la Piedra Angular. Estas primeras siete etapas han sido ya cumplidas.

La Iglesia del Señor Jesucristo, siendo el Templo de Jesucristo espiritual, ha estado siendo construido en la misma forma en que Moisés y Salomón construyeron aquellos templos; porque aquellos templos son tipo y figura del Templo que está en el Cielo, y son tipo y figura del Templo espiritual de Jesucristo.

Jesucristo está construyendo Su Templo espiritual con el mismo Plano, es el mismo diseño. Porque el diseño que usó Moisés y usó Salomón es el diseño del Templo que está en el Cielo; y ese mismo diseño es el que Jesucristo ha estado usando en la construcción de Su Templo espiritual, de Su Iglesia.

Podemos ver que el templo de Salomón y el de Moisés tienen atrio, tienen lugar santo y tienen lugar santísimo. Porque un templo para Dios tiene que tener el lugar santísimo; sin el lugar santísimo no puede ser dedicado a Dios, para morada de Dios en toda Su plenitud.

Cuando Moisés terminó la construcción del templo lo dedicó a Dios; y entró en él Dios, en esa Columna de Fuego, y moró en ese templo. ¿En qué parte de ese templo? En el lugar santísimo, sobre el arca del pacto, en medio de los dos querubines de oro que estaban en el propiciatorio.

Allí estaba Dios en esa Columna de Fuego, en esa Luz de la Shekinah; allí estaba el Verbo que era con Dios y era Dios; allí estaba manifestado en medio de los dos querubines de oro. Y la única Luz que allí había era la Luz de Dios.

Ahora, vean ustedes que los sacerdotes, cuando entró la Shekinah, Dios a Su templo, cuando fue dedicado ese templo, los sacerdotes ya no pudieron ministrar en el templo; no pudieron ministrar más cuando entró allí Dios.

O sea que ese día de la Venida de Dios en esa Columna de Fuego al templo, encontramos que por causa de la Nube, la Gloria de Dios allí en el templo, ese día no pudieron ministrar más los sacerdotes desde el momento que entró la Gloria de Dios a ese templo, en la dedicación del templo a Dios.

Después en otras ocasiones continuaron ministrando en el templo; pero ese día, el día de la Venida de Dios en la Columna de Fuego a Su templo, no pudieron ministrar. Ya habían ministrado antes de llegar la Columna de Fuego, pero cuando llegó y entró a Su templo ya no pudieron ministrar.

Así sucedió también cuando Salomón dedicó el templo a Dios. Habían ofrecido a Dios sacrificios; y luego cuando entró Dios en la Nube de Fuego, la Gloria de Dios entró a Su templo, y no pudieron ministrar más por la Gloria de Dios manifestada en Su templo[17].

Eso nos habla de la Segunda Venida de Cristo, eso nos habla de la Venida de Jesucristo en toda Su plenitud al Templo.

Y ahora, ¿será el templo de Moisés? Ya ese templo no está. ¿Será el templo de Salomón? Ya ese templo no está. Hay que buscar el Templo donde Jesucristo en Su Segunda Venida vendrá manifestado, y la Gloria de Jesucristo será manifestada en Su Templo.

Pero estén tranquilos, hay un Templo que ha estado siendo construido para ser dedicado a Dios, para morada de Dios en toda Su plenitud, para la plenitud de Dios estar manifestada en ese Templo.

La Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Templo de Jesucristo, ha tenido las primicias del Espíritu manifestada de edad en edad.

Hemos visto las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, las cuales corresponden al Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo. Y para este Día Postrero, el Templo del Señor Jesucristo tiene que obtener la construcción del Lugar Santísimo de ese Templo espiritual.

Ahora, para que veamos bien el Programa y trayectoria divina que ha estado cumpliéndose de Cristo hacia acá, encontramos que Cristo ha estado construyendo un Templo, Su Templo espiritual.

El Lugar [Santo] corresponde a las siete edades o etapas de la Iglesia gentil, las cuales han sido cumplidas.

  • La primera edad corresponde a Asia Menor, allá se cumplió la primera edad, y su mensajero fue el apóstol San Pablo. Él fue uno de los siete espíritus de Dios manifestados.

No es que Dios tiene siete espíritus, sino son siete manifestaciones del Espíritu de Dios, del Espíritu Santo, en siete mensajeros correspondientes al Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo.

Y en San Pablo estaba el Espíritu de Cristo manifestado. San Pablo decía: “No vivo ya yo, vive Cristo en mí”[18]. Cristo en San Pablo estaba manifestado y estaba hablando, y estaba llamando y juntando a Su pueblo, en la primera edad de la Iglesia gentil, allá en Asia Menor.

  • Luego la segunda edad se cumplió en Francia, y Dios envió a Ireneo como mensajero de la segunda etapa de la Iglesia gentil.
  • Luego llegó la tercera edad en Francia y en Hungría, y Dios envió a Martín allá en Hungría y Francia; o sea que corresponde a Europa también la tercera edad, como también correspondió la segunda edad.
  • Luego vino la cuarta edad, donde Dios envió a Colombo, allá en Irlanda y Escocia (allá en Europa también); y Jesucristo habló por medio de él, y llamó a Sus escogidos de la cuarta etapa; y así construyó la cuarta etapa de Su Iglesia en la parte del Lugar Santo.
  • Luego llegó la quinta edad, la cual se cumplió en Alemania, y Dios envió a Lutero; y por medio de Lutero habló en aquel tiempo. Y los escogidos de la quinta edad fueron llamados y juntados; y fue construida esa quinta etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles, en la parte del Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo.
  • Luego llegó la sexta etapa, en donde Dios envió a John Wesley, allá en Inglaterra. Y fueron llamados y juntados los escogidos de la sexta etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles; y también corresponde al Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo.
  • Luego llegó la séptima etapa. Y Jesucristo en Espíritu Santo pasó de Europa a Norteamérica, y llamó y envió al reverendo William Branham; lo envió para la séptima etapa de la Iglesia gentil en Norteamérica, y llamó y juntó a los escogidos de la séptima edad de la Iglesia gentil.

Y ahora solamente nos queda la Edad de la Piedra Angular.

¿Y para qué territorio corresponde la construcción de la Edad de la Piedra Angular, que es el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo? Corresponde para un territorio; y en ese territorio estarán los escogidos de Dios que serán llamados y juntados con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta en el Día Postrero; porque Jesucristo dijo:

[San Mateo 24:31] “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos”.

Eso es para este tiempo en el cual vivimos.

El Mensaje de la Gran Voz de Trompeta es el Mensaje del Evangelio del Reino, es la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino siendo predicado y revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, en este Día Postrero; el misterio que no era conocido en las siete edades de la Iglesia gentil pero que se profetizó de ese misterio, se profetizó de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.

Los ángeles mensajeros de las siete edades profetizaron de la Segunda Venida de Cristo; y también los apóstoles de Jesucristo, allá (antes de San Pablo)­­, profetizaron también, muchos de ellos, de la Segunda Venida de Cristo; y el mismo Jesucristo profetizó de la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero y de la resurrección de los muertos en Cristo para el Día Postrero.

¿Y cuál es el Día Postrero? El Día Postrero es el séptimo milenio; “porque un día delante del Señor para los seres humanos es como mil años, y mil años como un día delante del Señor”. Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8, y el Salmo 90 y verso 4, dan testimonio de que delante de Dios un día es para nosotros mil años.

Y cuando nos habla de los días postreros, vean ustedes cuándo comenzaron los días postreros. Porque algunas personas, que no comprenden el misterio de los días postreros, piensan que los días postreros son solamente estos días que nosotros vivimos; pero vamos a ver lo que nos dice San Pablo acerca de los días postreros y entonces comprenderemos lo que son los días postreros.

Hebreos, capítulo 1, verso 1 al 2, dice:

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,

en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo…”.

Dice: “… en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo”, hablando del tiempo en que Jesucristo estuvo predicando aquí en la Tierra; y San Pablo dice que son los postreros días, y ya han transcurrido dos mil años. ¿Se equivocaría San Pablo pensando que aquellos eran los postreros días y no eran los postreros días? No se equivocó.

Dice, sigue diciendo:

“… a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”.

Por medio de Jesucristo, Dios hizo el universo.

Ahora, vean en el libro de los Hechos, capítulo 2, verso 14 en adelante. Esto es en el Día de Pentecostés, cuando fueron llenos del Espíritu Santo, muchas personas pensaron que estaban borrachos; pero estos 120 que estaban en el aposento alto —llenos del Espíritu de Dios— no estaban borrachos, estaban llenos del Espíritu de Dios.

Capítulo 2, verso 14 en adelante, del libro de los Hechos, dice:

“Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.

Porque estos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día”.

La tercera hora del día es de 8:00 a 9:00 de la mañana. La primera hora del día es de 6:00 a 7:00 de la mañana, la segunda hora del día es de 7:00 de la mañana a 8:00 de la mañana, y la tercera hora del día es de 8:00 de la mañana a 9:00 de la mañana.

Y esa es la cuarta vigilia, que tiene 3 horas, y es la única vigilia que ocurre durante la mañana; las otras tres anteriores ocurren durante la noche, o sea, de 9:00 a 12:00 de la noche es la primera vigilia, de 12:00 a 3:00 de la mañana es la segunda vigilia, de 3:00 de la mañana a 6:00 de la mañana es la tercera vigilia.

Ahora, Jesucristo resucitó el domingo por la mañana, o sea que resucitó en la cuarta vigilia[19]. Jesucristo también caminó sobre el mar en la cuarta vigilia, o sea, por la mañana, de 6:00 a 9:00 de la mañana[20].

Y el Día de Pentecostés, cuando vino el Espíritu Santo sobre 120 personas, fue en la cuarta vigilia también, en la mañana. Y el primer mensaje que fue predicado por San Pedro lleno del Espíritu Santo, luego de haber nacido de nuevo, fue en la cuarta vigilia, en la última hora de la cuarta vigilia, de 8:00 a 9:00 de la mañana.

Ahora, miren ustedes, los apóstoles de Jesucristo no estaban llenos del Espíritu Santo, no habían nacido de nuevo todavía, hasta el Día de Pentecostés, donde nacieron de nuevo 120 personas. Cristo habló mucho del nuevo nacimiento, y luego el Día de Pentecostés cumplió sobre 120 la promesa del nuevo nacimiento enviando Su Espíritu Santo.

Y de ahí en adelante, millones de seres humanos que han creído en Cristo como su Salvador, y han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, han recibido el Espíritu de Cristo; y han nacido de nuevo, han nacido en el Reino de Dios, han venido a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo en las diferentes edades donde ellos han vivido. De edad en edad esto ha estado sucediendo en este planeta Tierra.

Y Dios ha estado llevando a cabo una nueva creación de seres humanos, una nueva creación de personas, creándole primero su cuerpo teofánico; y para el Día Postrero nos creará el cuerpo físico glorificado y eterno que Él ha prometido para cada uno de ustedes y para mí también; y entonces seremos a imagen y semejanza de Jesucristo.

Ya tenemos la imagen: el cuerpo teofánico, nos falta esa semejanza física: la semejanza física del Señor Jesucristo, para tener así un cuerpo físico y eterno como el del Señor Jesucristo.

Y así estará en este planeta Tierra, muy pronto, esa nueva raza, esa Nueva Creación; descendientes del segundo Adán estarán aquí en la Tierra con un cuerpo eterno, todos los que partieron en el pasado (que son millones), más los que vivimos en este Día Postrero.

Ahora, los que partieron en el pasado, en las siete edades de la Iglesia gentil, y los que partieron antes de las siete edades allá en medio del pueblo hebreo (en donde estuvieron bajo el ministerio de San Pedro, de Juan y Santiago, y otros apóstoles), también resucitarán en sus cuerpos eternos.

Y estaremos todos aquí en la Tierra. ¿Que estaremos aquí en la Tierra? Vamos a estar aquí en la Tierra por un lapso de tiempo de 30 a 40 días. ¿Es bíblico eso?; porque algunas personas piensan que seguida que los muertos en Cristo resuciten se van a ir, va a ser llevado a cabo el arrebatamiento o rapto de la Iglesia.

Jesucristo también había hablado, había profetizado de Su resurrección y de Su arrebatamiento o rapto. Y Él dijo: “Salí del Padre, y vuelvo al Padre; salí de Dios, y vuelvo a Dios”[21]. Él está hablando de Su arrebatamiento, del rapto. Y también Él dijo que Él iba a morir, pero al tercer día iba a resucitar[22]; está hablando de Su resurrección.

Y cuando murió y resucitó, estuvo en la Tierra ya resucitado por 40 días apareciéndole a Sus discípulos. Con Él resucitaron los santos del Antiguo Testamento. ¿Es bíblico esto? Si la Biblia lo dice, pues es bíblico.

En el capítulo 27 de San Mateo, verso 51 al 53, dice:

“Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;

y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;

y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él (¿Después de quién? De la resurrección de Cristo), vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos”.

Y luego, cuando Jesucristo ascendió al Cielo, ascendieron con Él los santos del Antiguo Testamento; y se cumplió uno de los Salmos, que dice: “Levantaos, oh puertas eternas…” o “Abrid, oh puertas eternas, y entrará el Rey de la gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Él es el Rey de la gloria” [23]. Eso sucedió cuando Cristo ascendió al Cielo con los santos del Antiguo Testamento.

Y ese Salmo tiene esa profecía repetida, se lee dos veces, o sea, está escrito doble.

Porque con la resurrección de los muertos en Cristo en el Día Postrero y transformación de nosotros los que vivimos, y luego de estar de 30 a 40 días aquí en la Tierra en el cuerpo nuevo, luego nos iremos de aquí a la Cena de las Bodas del Cordero; y se abrirán las puertas eternas y entrará Jesucristo, el Rey de la gloria, el Rey de reyes y Señor de señores, con los santos del Nuevo Testamento, con los escogidos, con los miembros de Su Iglesia, resucitados los que habían muerto con cuerpos eternos y nosotros los que vivimos transformados, teniendo el cuerpo eterno. Y todos iremos en el arrebatamiento de la Iglesia con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Ahora podemos ver el Programa Divino que Cristo ha estado llevando a cabo entre los gentiles.

Y miren en la parte del Programa Divino en que nos encontramos: nos encontramos en el tiempo final, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo, o sea, de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y Jesucristo en Espíritu Santo ha estado en Su Iglesia de edad en edad, y ha estado manifestado por medio de cada ángel mensajero de edad en edad, en las primicias del Espíritu; y ha estado formando o creando Su Iglesia, Su Templo espiritual, para morada de Dios en Espíritu Santo en toda Su plenitud.

Y para este Día Postrero Él construye el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual; porque no puede ser dedicado a Dios este Templo espiritual de Jesucristo, para que Dios more en toda Su plenitud en él, en Espíritu Santo, si no está completo.

Sin lugar santísimo el tabernáculo de Moisés y el templo de Salomón no estaba completo y no podía ser dedicado a Dios; y Dios no entraría a ese templo sin el lugar santísimo, porque el lugar santísimo es el lugar para Dios morar en toda Su plenitud.

¿Y creen ustedes que el Templo de Jesucristo puede ser dedicado a Dios sin tener el Lugar Santísimo, donde Jesucristo en Espíritu Santo morará en toda Su plenitud? No puede ser.

El Templo que está en el Cielo tiene también Lugar Santísimo, que es el lugar de morada de Dios; ese es el Trono de Dios, ahí está el Trono de Dios. Y en el Templo espiritual de Cristo encontramos que tiene un Trono, y ese Trono tiene que estar en el Lugar Santísimo de ese Templo espiritual.

Y ahora, Jesucristo en Espíritu Santo, el cual ha estado viajando de la tierra de Israel a la tierra de Asia Menor en la construcción de Su Templo espiritual, y luego a la tierra de Europa, y luego a la tierra de Norteamérica; y ha estado llamando y juntando a Sus escogidos, los cuales vendrían a formar parte de ese Templo espiritual, y los cuales tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo.

Y ahora, ¿a dónde se encuentra Jesucristo en Espíritu Santo en la labor de la construcción de Su Templo espiritual? Ha pasado a la América Latina y el Caribe, para la construcción del Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, para la construcción de la Edad de la Piedra Angular.

Y con personas latinoamericanas y caribeñas Él está construyendo el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual. Es con seres humanos que Jesucristo está construyendo Su Templo espiritual, desde el comienzo hasta este tiempo final; porque Dios morará en toda Su plenitud en Su Iglesia.

Y ahora, encontramos que nos encontramos en la etapa final de la construcción del Templo espiritual de Jesucristo, nos encontramos en la etapa del Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, para la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo en toda Su plenitud; así como vino al templo de Salomón y así como había venido al tabernáculo que construyó Moisés.

La Segunda Venida de Cristo cegará los ojos, cerrará los ojos de los sabios y entendidos de este Día Postrero; como hizo en Su Venida al tabernáculo de Moisés y al templo de Salomón, en donde no podían ministrar los sacerdotes por causa de la Gloria de Dios que estaba allí manifestada.

Y para el Día Postrero nadie podrá ministrar, excepto Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su manifestación correspondiente al tiempo final. ¿Por qué? Porque el Mensaje correspondiente al Día Postrero, a la Edad de la Piedra Angular, encontramos que es el Mensaje del Evangelio del Reino; ese es el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, prometido para el Día Postrero, para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Y los sabios y entendidos en asuntos religiosos, o sea, los doctores en divinidad, en teología, de la religión cristiana…, como sucedió con los sabios y entendidos, los teólogos y doctores en divinidad de la religión hebrea, ellos no conocían nada acerca del Mensaje de la Dispensación de la Gracia, ellos no conocían de una nueva dispensación; ellos solamente conocían acerca de la Dispensación de la Ley y el Mensaje de la Ley, pero no conocían nada acerca de un nuevo Mensaje dispensacional y una nueva dispensación; pero Jesucristo sí, y Jesucristo era el único que podía hablar de esas cosas en aquel tiempo.

Y ahora, para el Día Postrero, los sabios y entendidos de la religión cristiana no saben las cosas, los misterios correspondientes a la Dispensación del Reino y el Mensaje del Evangelio del Reino, el cual gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo; viniendo Jesucristo en Espíritu Santo a Su Templo espiritual, a la Edad de la Piedra Angular, para construir con seres humanos esa parte de Su Templo espiritual y morar ahí (en esas personas) en toda Su plenitud; y tener Su ministerio del tiempo final, el ministerio del Día Postrero, de Jesucristo, que será el ministerio de Jesucristo repitiéndose en el Día Postrero.

Y por cuanto viene el Hijo del Hombre con Sus Ángeles, estará también el ministerio de Sus Ángeles; y el ministerio de Sus Ángeles son los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías. Esos son los ministerios que estarán en la Edad de la Piedra Angular: son los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez.

Esos ministerios los estará manifestando, operando, Jesucristo en Espíritu Santo en un hombre en el Día Postrero, en el Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular.

Y todas las cosas que Cristo ha prometido darnos a conocer para este Día Postrero, lo dará a conocer en Su manifestación a través de ese mensajero de la Edad de la Piedra Angular.

Jesucristo dijo en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1… a la mitad de ese verso, Juan dice:

“… y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.

Las cosas que sucederán después de estas que han sucedido en estas siete etapas o edades de la Iglesia gentil.

Ahora, las cosas que sucederán en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, que es la etapa de la construcción del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, Jesucristo ha dicho: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas otras”.

Y ahora, ¿por medio de quién estará dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto? Tiene que tener un profeta mensajero a través del cual darnos a conocer estas cosas; “porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas” (Amós, capítulo 3, verso 7).

Para eso es que Dios envía profetas de edad en edad y de dispensación en dispensación. Él ha enviado siete ángeles mensajeros para las siete edades de la Iglesia gentil, y para la Edad de la Piedra Angular envía también un profeta mensajero; esos son ángeles ministradores enviados por Jesucristo desde la sexta dimensión.

Y ahora veamos este Ángel Mensajero ministrador enviado del Cielo por Jesucristo. Capítulo 22, verso 6, dice así [Apocalipsis]:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas (¿De quién son los espíritus de los profetas? De Dios), ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.

¿A quién envía? A Su Ángel Mensajero. ¿Para qué? Para mostrar a Sus siervos las cosas que han de suceder pronto, las cosas que Jesucristo dijo que nos daría a conocer a todos los que subiéramos donde Él estaría hablando en este Día Postrero.

Y estará hablando por medio de Su Ángel Mensajero todas estas cosas que deben suceder pronto. Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en Su Ángel Mensajero estaría dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, y Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo.

Apocalipsis 22, verso 16, dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.

¿A quién dice Jesús que envía para todas las iglesias para que dé testimonio de estas cosas? A Su Ángel Mensajero.

No se pueden entender las cosas que deben suceder en el Programa Divino, en el Día Postrero, excepto por medio de la revelación divina de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero. Ese es el Ángel Mensajero que viene con la revelación de Jesucristo para dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Este es el profeta mensajero que transportó a Juan al Día del Señor y le dio a conocer toda esta revelación apocalíptica.

Juan el apóstol, en Apocalipsis 19, verso 9 al 10, y Apocalipsis 22, verso 6 al 10, trató de adorar al Ángel del Señor Jesucristo, y él le dijo: “Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, y de los profetas. Adora a Dios”.

Este Ángel Mensajero no es el Señor Jesucristo, pero Jesucristo estará manifestado en él en Espíritu Santo dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y estará hablándonos con esa Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino y revelándonos todos estos misterios. Y así estará llamando y juntando a todos Sus escogidos en la Edad de la Piedra Angular; y estará preparándonos para ser transformados y raptados en este Día Postrero; y estará revelándonos en Su Mensaje el misterio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.

¿Qué es la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles? La Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles es Apocalipsis 19, es la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19; y el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19 es Jesucristo en Espíritu Santo.

Veamos lo que nos dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo, en la página 277 del libro de Los Sellos en español, hablándonos de ese Jinete del caballo blanco de Apocalipsis; orando, él dice (en una parte de la oración):

[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.

El Espíritu de Cristo es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19.

En la página 134 en español del libro de Los Sellos, el reverendo William Branham dice:

142. Y noten ustedes: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de Señores’”.

Y en la página 256 en español, también nos habla del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, y nos dice lo que será la Venida de ese Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. Dice así:

121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.

¿Qué es la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19? Es la Venida del Verbo, de la Palabra encarnada en un hombre.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Y luego aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros; cuando se hizo carne lo conocimos por el nombre de Jesús.

Para el Día Postrero, en Apocalipsis 19, tenemos la promesa de la Venida del Verbo en carne humana nuevamente. Tenemos la promesa de la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, que es el mismo Jehová, el mismo Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob en Su cuerpo teofánico; y para el Día Postrero vendrá manifestado en carne humana, vendrá velado y revelado en carne humana; y eso será la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19.

Eso es lo que en el Día Postrero tendrá la Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo.

Será la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová a Su Templo espiritual, a Su Iglesia, a la parte del Lugar Santísimo: vendrá velado en carne humana. Será el Verbo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Jesucristo en Espíritu Santo velado en carne humana, vestido de un velo de carne: vendrá vestido del velo de carne de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.

Y así tendremos la Venida del Ángel del Pacto a Su Templo espiritual, a Su Iglesia, para llamar y juntar a Sus escogidos del Día Postrero, en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual; y darnos ahí del Maná escondido.

¿Dónde estaba el maná escondido en el templo que hizo, que construyó Moisés? Estaba en el lugar santísimo, dentro del arca del pacto[24]. Y el maná escondido representa a Cristo y representa la Palabra de Cristo; porque Cristo es el Verbo.

Y ahora, en el Templo espiritual de Cristo, ¿dónde estará el Maná escondido? En el Lugar Santísimo, que es la Edad de la Piedra Angular.

¿Y qué es el Maná escondido? En el Lugar Santísimo es Cristo viniendo en Espíritu Santo, manifestado en carne humana por medio de Su Ángel Mensajero; y así dándonos la revelación de Su Venida, y así dándonos el Mensaje del Evangelio del Reino.

Y al comernos ese Mensaje, el Mensaje que nos revela el misterio de Su Venida en carne humana en Su Ángel Mensajero (Jesucristo viniendo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto viniendo en carne humana manifestado en Su Ángel Mensajero), en Su Templo, Su Iglesia, en la Edad del Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, vean ustedes, eso es Cristo, el Maná escondido para todos nosotros en este Día Postrero.

Ese misterio de la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Ángel del Pacto, la Venida del Ángel de Jehová viniendo a Su Templo, a Su Iglesia, al Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, era un misterio que no fue dado a conocer a los escogidos de Dios de las edades pasadas; pero los profetas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento profetizaron acerca de la Segunda Venida de Cristo, acerca de la Venida del Ángel del Pacto a Su Templo espiritual, a Su Iglesia.

Pero esa revelación no fue el Mensaje de ninguna de las edades de la Iglesia gentil. El Mensaje para las siete etapas de la Iglesia gentil fue el Mensaje del Evangelio de la Gracia, que gira alrededor de la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios quitando el pecado del mundo allá en la Cruz del Calvario, y dándonos Su Espíritu Santo desde el Día de Pentecostés en adelante.

Pero el misterio de la Segunda Venida de Cristo es para ser dado a conocer en la Edad de la Piedra Angular, en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual. Ese es el Mensaje que fue escondido de todos los seres humanos de las diferentes edades y dispensaciones pasadas. Ese es el misterio que cuando fue abierto en el Cielo, bajo el Séptimo Sello, causó silencio en el Cielo por casi media hora[25].

Ese es el misterio que para este tiempo final sería abierto, en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino, por Jesucristo en Espíritu Santo velado y revelado a través de Su Ángel Mensajero; a través del cual nos daría a conocer todas estas cosas, todas estas cosas que estarían aconteciendo en este Día Postrero conforme a las profecías bíblicas.

Estamos viviendo en el tiempo más glorioso de todos los tiempos; en el tiempo en que de un momento a otro entra la plenitud de los gentiles, o sea, entra al Cuerpo Místico de Cristo hasta el último de los escogidos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Y cuando entre el último, pues se acabó el tiempo; se acabó el tiempo de labor de la construcción del Templo espiritual de Cristo, porque con el último queda construido el Templo de Jesucristo completo. Y Jesucristo en Espíritu Santo se manifestará en toda Su plenitud, y los muertos en Cristo serán resucitados incorruptibles y nosotros los que vivimos seremos transformados.

Pero no pueden resucitar ellos y nosotros no podemos ser transformados hasta que entre hasta el último de los escogidos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; hasta que entre hasta el último de los escogidos del Cuerpo Místico de Cristo.

¿Y dónde estará el último? La etapa final de la Iglesia de Jesucristo, que corresponde a la Edad de la Piedra Angular y el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, se está cumpliendo en la América Latina y el Caribe; y por eso el Mensaje de la Trompeta del Evangelio del Reino está sonando y está llamando y juntando a todos los escogidos. Y serán recogidos todos los escogidos de Dios; y se completará el número de los escogidos de Dios, se completará el número del Cuerpo Místico de Cristo.

En la América Latina y el Caribe está el llamado, el recogimiento de los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Y cuando se complete el número de los escogidos de Dios de la Edad de la Piedra Angular, se habrá completado la construcción del Cuerpo Místico de Cristo; y entonces vendrá una manifestación plena de Jesucristo en Espíritu Santo en el Día Postrero, a través de Su Ángel Mensajero, en medio de la Iglesia de Jesucristo; y los muertos en Cristo resucitarán primero, y nosotros los que vivimos seremos transformados en este Día Postrero.

Y entonces se abrirá la puerta para el pueblo hebreo; porque para ese tiempo, cuando los muertos en Cristo ya estén resucitados en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos estemos transformados, habrá entrado la plenitud de los gentiles; porque habrá entrado hasta el último de los escogidos de entre los gentiles al Cuerpo Místico de Cristo.

Y estará completo el Cuerpo Místico de Cristo, y estará ya transformado, con vida eterna y con cuerpos eternos todo el Cuerpo Místico de Cristo; y estaremos todos a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y así estará sobre este planeta Tierra, en pie, una nueva raza; todos iguales a nuestro amado Señor Jesucristo, a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo, con cuerpos físicos eternos y glorificados, y con espíritus teofánicos eternos también.

Y Jesucristo, pues es la cabeza de ese Cuerpo Místico de creyentes. Jesucristo es el principio, el primero de la Creación de Dios; y nosotros somos la continuación de la Creación de Dios.

Ahora podemos ver cómo Dios ha estado llevando a cabo la creación de esa nueva raza.

No es un asunto de meterse a una religión, no es un asunto de uno hacerse religioso: es un asunto de nacer de nuevo, para poder ser parte de la Iglesia del Señor Jesucristo y ser parte de ese Cuerpo Místico de creyentes, que es la nueva raza que Dios está creando en este mismo planeta Tierra.

Y ya tenemos el cuerpo teofánico de la sexta dimensión los que ya estamos dentro del Cuerpo Místico de Cristo, como también los de las edades pasadas. Y faltan algunos todavía de llegar, a los cuales les damos la bienvenida en este Día Postrero; los estamos buscando con el Mensaje del Evangelio del Reino, y serán hallados, y entrarán al Cuerpo Místico de Cristo.

Jesucristo en Espíritu Santo está llevando a cabo esa Obra en este Día Postrero, para completarse así la Obra de Jesucristo entre los gentiles y completarse el Cuerpo Místico de Cristo; y así entrar la plenitud de los gentiles, entrar hasta el último de los gentiles.

Y luego todo el pueblo hebreo, que son 144.000 hebreos que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero, entrarán bajo el ministerio de Jesucristo en Espíritu Santo a través del Ángel Mensajero de Apocalipsis, capítulo 7, donde dice de la siguiente manera… Capítulo 7, verso 2, dice (de Apocalipsis):

“Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo…”.

¿Cuál es el Sello del Dios vivo? El Espíritu Santo. Este Ángel Mensajero tiene el Espíritu Santo; es el profeta mensajero de la Dispensación del Reino, con el Mensaje del Evangelio del Reino, que primeramente viene a la Iglesia del Señor Jesucristo, y después irá al pueblo hebreo.

San Pablo dijo en su carta a los Efesios, capítulo 4, verso 30:

“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”.

O sea, para el día de la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos; porque ese es el Día de Redención, en donde regresaremos a la herencia de Dios, a vida eterna con un cuerpo eterno, y con toda nuestra Familia celestial.

Como era en medio del pueblo hebreo el año del jubileo, conforme a Levítico, capítulo 25, verso 8 al 13: era una ley en medio del pueblo hebreo, que es tipo y figura de la Ley Divina que es aplicada para la restauración de todos los hijos de Dios a todo lo que perdió Adán y Eva en la caída.

Adán y Eva cayeron de la vida eterna; y por eso los descendientes de Adán y Eva nacen, pero después mueren.

Pero seremos restaurados en el Día Postrero: seremos restaurados a la vida eterna, a la juventud eterna, a la salud eterna, a la felicidad eterna, a todo lo eterno que perdió Adán y Eva allá en la caída. Eso será en el Día Postrero, o sea, en el séptimo milenio.

Los días postreros, vean ustedes, comenzaron en el tiempo de Jesús; cuando tenía de 4 a 7 años de edad comenzó el quinto milenio.

El quinto milenio es el primero de los días postreros para los seres humanos, el sexto milenio es el segundo de los días postreros, y el séptimo milenio es el último de los días postreros. Quinto, sexto y séptimo milenio son los días postreros.

Si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, ya estamos en el Día Postrero; pero si dejamos el calendario como está, faltan tres años y medio para terminar el sexto milenio y comenzar el séptimo milenio.

Pero ¿se le habrá atrasado el calendario a Dios? No se le ha atrasado, pienso yo. ¿Y ustedes? ¿Quién podrá atrasarle el calendario a Dios? Nadie puede.

Ahora, las cosas que Dios ha prometido realizar en el Día Postrero las tiene que realizar, porque son Su Programa.

Y el llamado de Jesucristo para los escogidos de Dios, en el Día Postrero y en la Edad de la Piedra Angular, ya está siendo realizado con el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, en este Día Postrero; la Venida del Hijo del Hombre, la Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, para reclamar todo lo que Él redimió con Su Sangre preciosa en la Cruz del Calvario.

Hemos llegado al tiempo final; y de un momento a otro entrará la plenitud de los gentiles, y los muertos en Cristo entonces serán resucitados en cuerpos eternos, y nosotros los que vivimos seremos transformados; y entonces estaremos aquí en la Tierra de 30 a 40 días estrenando el nuevo cuerpo; y habrá una manifestación plena de Dios, y el pueblo hebreo verá esa manifestación.

Y para ese tiempo se abrirá la Puerta para el pueblo hebreo, y el pueblo hebreo dirá: “Esto es lo que nosotros estamos esperando”. Y lo recibirán, recibirán a Cristo manifestado en el Día Postrero, en toda Su plenitud, en medio de Su Iglesia; y de Su Iglesia pasará al pueblo hebreo: “Vendrá de Sion el Libertador, que quitará de Jacob la impiedad”, dice San Pablo en Romanos, capítulo 11, verso 25 al 28.

¿De dónde irá el Libertador al pueblo hebreo? De Sion. Y Sion es la Iglesia del Señor Jesucristo, representa la Iglesia de Jesucristo.

Jerusalén representa al pueblo hebreo, en muchas ocasiones; en otras ocasiones también representa a la Iglesia de Jesucristo; porque está la Jerusalén terrenal que es el pueblo hebreo y está la Jerusalén celestial que es la Iglesia de Jesucristo. O sea que la Jerusalén literal que existe representa al pueblo hebreo, a la simiente de Abraham terrenal, y representa a la Iglesia de Jesucristo, que es la simiente celestial de Abraham.

Ahora podemos ver el Programa Divino con relación a la plenitud de los gentiles.

Hemos visto que el pueblo hebreo ha estado esperando la Venida del Mesías por miles de años, y perdió la Primera Venida de Cristo. Pero fue favorable para todos los gentiles: para Dios tener misericordia de los gentiles, entre los cuales colocaría a los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero (en su mayoría), otros estarán también en medio del pueblo hebreo; estaban en medio del pueblo hebreo algunos que tenían sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero.

Y en la actualidad hay personas en medio del pueblo hebreo que tienen sus nombres en el Libro de la Vida del Cordero.

Ahora, continuamos leyendo el pasaje de Apocalipsis, capítulo 7, verso 2…

Hemos visto este Ángel que viene con el Sello del Dios vivo, o sea que viene con el Espíritu Santo; Jesucristo en Espíritu Santo viene manifestado en él. Ese Ángel Mensajero es el Ángel del Señor Jesucristo, es el velo de carne, el profeta mensajero de Jesucristo para el Día Postrero, a través del cual Jesucristo estará llamando y juntando 144.000 hebreos.

Sigue diciendo:

“… y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar,

diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.

Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.

De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados”.

Y así sigue enumerando doce mil sellados de cada tribu.

Hemos visto que este Ángel Mensajero, ese profeta mensajero, es el que le lleva el Mensaje al pueblo hebreo. Y el mensaje es el Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, para el Día Postrero como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Por eso es que los apóstoles de Jesucristo: San Pedro, San Juan, Jacobo y demás apóstoles, y San Pablo también, trataron de convertir el pueblo hebreo a Cristo y no pudieron; porque la conversión del pueblo hebreo a Cristo es para el Día Postrero, por medio del ministerio de Cristo a través de este Ángel Mensajero.

El cristianismo ha tratado de convertir el pueblo hebreo a Cristo durante la Dispensación de la Gracia, con el Mensaje del Evangelio de la Gracia, con el Mensaje de la Primera Venida de Cristo, y no ha podido.

El pueblo hebreo como nación solamente será convertido a Cristo por medio de la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo a través de este Ángel Mensajero, que es el Ángel del Señor Jesucristo, que viene con el Sello del Dios vivo, o sea que viene con el Espíritu Santo.

Jesucristo en Espíritu Santo estará en este Ángel Mensajero y lo estará usando, y tendrá éxito en esa labor para la cual es enviado.

Y el resultado, miren aquí, en Apocalipsis, capítulo 14, el resultado que se obtendrá. Capítulo 14, verso 1 en adelante de Apocalipsis, dice:

“Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el (nombre) de su Padre escrito en la frente”.

Ahí, vean ustedes, ya están sellados, están juntados todos con Cristo. Cristo es el Cordero de Dios y también Él es el León de la tribu de Judá.

Ahora podemos ver que estos 144.000 reciben a Cristo en Su Segunda Venida y son colocados con Cristo, y vienen a ser los que estarán sirviéndole a Cristo durante el Reino Milenial; pues Cristo estará con Su Iglesia, que es la Reina, durante el Reino Milenial. Pero estos 144.000 son eunucos; como los eunucos en el palacio de un rey asistían al rey y a la reina, así estarán asistiendo estos 144.000 a Cristo y Su Iglesia durante el Reino Milenial.

Ahora podemos ver que hasta tienen un cántico nuevo:

Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas.

Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra.

Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes (o sea, esto es en lo espiritual). Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero;

y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios”.

Ahora miren el grupo del cual habló San Pablo, dice que “cuando haya entrado la plenitud de los gentiles, todo Israel será salvo”.

Este grupo de 144.000 será salvo en este Día Postrero cuando haya entrado hasta el último de los escogidos de Dios de la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles, y se haya completado así el Cuerpo Místico de Cristo; y seamos transformados los que vivimos, juntamente con los muertos en Cristo que resucitarán en cuerpos eternos.

Cuando eso ocurra, ya la plenitud de los gentiles habrá entrado, o sea, habrá entrado hasta el último de los escogidos de Dios de Su Cuerpo Místico de creyentes, o sea, de Su Iglesia. Y luego todo Israel será salvo, que son 144.000 hebreos, escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo.

Hemos visto: “EL MISTERIO DE LA PLENITUD DE LOS GENTILES”.

Hemos visto el misterio de la Iglesia del Señor Jesucristo de edad en edad. Y hemos visto el por qué el pueblo hebreo rechazó a Cristo en Su Primera Venida: tenía que entrar ese lapso de tiempo para los gentiles, para entrar la plenitud de los gentiles; para Dios llamar de entre los gentiles un pueblo para Su nombre, que es Su Iglesia, Su Cuerpo Místico de creyentes.

Hemos visto la trayectoria del Programa Divino desde la Primera Venida de Cristo hasta la plenitud de los gentiles. Hemos visto lo que Él ha estado haciendo durante todo este tiempo: ha estado llamando un pueblo para Su Nombre; ha estado llamando gente de entre los gentiles, de edad en edad.

Comenzó la primera edad en Asia Menor, la segunda en Francia, la tercera en Francia y también en otro territorio: Hungría, la cuarta allá en Escocia y otro lugar allá en Europa, luego la quinta en Alemania con Lutero, la sexta con Wesley en Inglaterra, la séptima con William Marrion Branham en Norteamérica; y ahora nos encontramos en la América Latina y el Caribe, en donde Jesucristo en Espíritu Santo está llamando y juntando a Sus escogidos.

Es en la América Latina y el Caribe que Jesucristo envía Su Ángel Mensajero para dar testimonio de estas cosas a todas las iglesias.

El Ángel del Señor Jesucristo es el profeta de la Dispensación del Reino con el Mensaje del Evangelio del Reino.

Es la primera ocasión en que Jesucristo envía a Su Iglesia un profeta dispensacional, para llamar —por medio de él— y juntar a todos Sus escogidos en el Día Postrero, en la América Latina y el Caribe; y completar así la construcción de Su Cuerpo Místico de creyentes: la creación de Su Iglesia, la creación de esa nueva raza a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.

Hemos visto también, de acuerdo al calendario divino, cuándo entrará la plenitud de los gentiles: en el Día Postrero o séptimo milenio, y cuarta vigilia del séptimo milenio.

Lo de la cuarta vigilia del séptimo milenio vamos a dejarlo pendiente, porque nos tomaría un poquito de tiempo explicar con todos los detalles lo que es la cuarta vigilia del séptimo milenio. Ya que un día tiene sus vigilias, y la única vigilia que hay de día es la de la mañana, de 6:00 a 9:00 de la mañana; y un día delante del Señor también tiene sus vigilias.

Y la primera vigilia, o sea, la vigilia cuarta, en un día delante del Señor, es el principio de ese día. Y para los seres humanos un día delante del Señor son mil años. Por lo tanto, la cuarta vigilia del Día Postrero delante de Dios, que es el séptimo milenio para los seres humanos, consta de los primeros 125 años del séptimo milenio.

Y durante esos 125 años tiene que entrar la plenitud de los gentiles. Cada hora de cada vigilia, proféticamente representa 41 años con 8 meses en un milenio para nosotros, en un día milenial para nosotros.

Si ya ha comenzado el séptimo milenio, ya ha comenzado la cuarta vigilia del Día del Señor, del Día Postrero, y ya ha comenzado la primera hora. Ahora, vean ustedes el por qué Dios está llamando y juntando a Sus escogidos en este Día Postrero.

Estamos viviendo en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, donde entrará la plenitud de los gentiles, donde se completará el Cuerpo Místico de Cristo y los muertos en Cristo serán resucitados incorruptibles, y nosotros los que vivimos seremos transformados.

Y luego el pueblo hebreo entrará al Programa Divino, y comenzará a cumplirse la segunda parte de la semana setenta de la profecía de Daniel, que son tres años y medio; los tres años y medio en los cuales la humanidad pasará por la gran tribulación, pero Dios estará tratando con el pueblo hebreo y estará confirmándole el pacto al pueblo hebreo.

En la Primera Venida de Cristo encontramos que hubo tres años y medio de ministerio de Jesucristo, en donde Cristo estuvo allí, y a la mitad de la semana setenta la vida al Mesías le fue quitada; pero le queda —a la semana setenta— los últimos tres años y medio, que para el pueblo hebreo será el tiempo en que Dios estará tratando con ellos, para ser convertidos a Cristo en el Día Postrero, mientras los gentiles estarán pasando por la gran tribulación.

La raza humana completa estará pasando por la gran tribulación y el día de venganza del Dios nuestro se estará cumpliendo sobre la raza humana; porque Dios estará vengando la sangre de los mártires de Jesucristo, y también del pueblo hebreo.

Ahora hemos visto dónde estamos en el Programa Divino.

¿Qué sucederá al entrar la plenitud de los gentiles? Esa era la tercera pregunta, la cual ha sido contestada también: Nosotros los que vivimos seremos transformados, los que han partido en las edades pasadas serán resucitados en cuerpos eternos, y estaremos aquí en la Tierra de 30 a 40 días en el nuevo cuerpo, estaremos estrenándolo.

Y si este ha funcionado bien, ¿cómo funcionará el otro cuerpo que es eterno?; y será todo como el de nuestro Señor Jesucristo, sin limitaciones como hoy en día tenemos. Así que no tendremos limitaciones, y lo que tenemos que hacer para ese tiempo lo vamos a hacer. Y vamos a experimentar lo que es trabajar en la Obra de Jesucristo con un cuerpo eterno y con un espíritu teofánico eterno también; eso será de 30 a 40 días aquí.

Y los hebreos, 144.000 hebreos, verán la Puerta abierta para ellos en el Reino de Dios y entrarán; y entonces: “Todo Israel será salvo, como está escrito”, como nos dijo San Pablo y nos dice el profeta Isaías, porque San Pablo tomó del pasaje de Isaías esas palabras.

Isaías, capítulo 59, versos 17 en adelante, ahí es donde está, hasta el 21; ahí es donde está la profecía de donde San Pablo tomó esas palabras. Dice:

“Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto (y eso nos lleva también a Apocalipsis 19),

como para vindicación (o sea, para venganza), como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa.

Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová…”.

¿Por qué dice desde el occidente? Porque desde el occidente será la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero; porque América Latina y el Caribe pertenecen al occidente, donde Jesucristo lleva a cabo la Obra correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, al Lugar Santísimo de Su Templo espiritual.

“… y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como (un) río (o sea, el anticristo en este tiempo final vendrá como un río), mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”.

O sea, levantará el ministerio correspondiente al Día Postrero, el ministerio de Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, a través de este Ángel que viene con el Sello del Dios vivo.

“Y vendrá el Redentor a Sion (¿A dónde viene? A Sion, a Su Iglesia gentil primeramente, y después al pueblo hebreo), y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.

Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre”.

En el Antiguo Testamento, vean ustedes, nos habla de la restauración del pueblo hebreo, nos habla de la plenitud de los gentiles y de la entrada del pueblo hebreo al Reino de Dios. Y por eso San Pablo tomó ese pasaje y lo explica, dándonos a conocer el por qué hubo endurecimiento, en parte, en medio del pueblo hebreo en la Primera Venida de Cristo: para abrirse la puerta para los gentiles, para entrar de entre los gentiles un pueblo para el Nombre del Señor, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y luego que haya entrado cada persona que tiene su nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero, luego que haya entrado al Cuerpo Místico de Cristo cada persona que tiene su nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero, todo Israel será salvo.

O sea que se abre la puerta después para ellos, cuando ya nosotros estemos completos, la Iglesia esté completa, la nueva raza esté completa; y esté creada totalmente a imagen y semejanza del Señor Jesucristo, con cuerpos eternos todos nosotros en este Día Postrero.

Y de un momento a otro entrará hasta el último de los escogidos; y los muertos en Cristo resucitarán primero, y luego nosotros los veremos y seremos transformados, y tendremos el cuerpo eterno también.

Hemos visto: “EL MISTERIO DE LA PLENITUD DE LOS GENTILES”.

¿Vieron lo sencillo que es todo? ¿Y vieron que es un Programa Divino?, el cual se ha estado llevando para la entrada, de entre los gentiles al Cuerpo Místico de Cristo, de millones de seres humanos; para hacer —Dios con esas personas— la Nueva Creación, la nueva raza que será restaurada a todo lo que perdió Adán y Eva allá en la caída.

Y estaremos con vida eterna, con un cuerpo eterno, con un espíritu teofánico eterno; y estaremos como reyes y sacerdotes reinando con Cristo durante el Reino Milenial y por toda la eternidad. Miren las bendiciones tan grandes que Cristo tiene para ustedes y para mí también.

Que Dios les bendiga, que Dios les guarde; y muchas gracias por vuestra amable atención. Y pasen todos buenas noches.

Dejo con nosotros nuevamente al reverendo Gian del Corto para terminar nuestra parte en esta noche.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“EL MISTERIO DE LA PLENITUD DE LOS GENTILES”.

[Revisión febrero 2023 -RM-DM]

[1] San Mateo 1:23

[2] Salmos 34:7

[3] San Juan 1:18

[4] Éxodo 3:6

[5] Éxodo 33:18-23

[6] 1 Juan 4:12

[7] Deuteronomio 34:10

[8] Jueces 13:1-25

[9] 1 Reyes 16:1

[10] Génesis 14:17-20, Hebreos 7:1-3

[11] Hebreos 7:4-9

[12] Hechos 15:14

[13] Efesios 2:6

[14] Génesis 15:1-4

[15] Apocalipsis 3:14

[16] SPN62-1014M “La estatura de un varón perfecto” – En la última página aparece el diagrama. También se puede descargar en: https://imprenta.carpa.com/es/material/la-nube-y-la-piramide-diptico/

[17] 1 Reyes 8:10-11, 2 Crónicas 5:14

[18] Gálatas 2:20

[19] Mt. 28:1-6, Mr. 16:1-6, Lc. 24:1-6, Jn. 20:1-9

[20] San Mateo 14:25-31

[21] San Juan 16:28

[22] Mt. 16:21, 17:22-23; Mr. 8:31; Lc. 9:21-22

[23] Salmos 24:7-10

[24] Éxodo 16:32-33

[25] Apocalipsis 8:1

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