El misterio de las dos consciencias juntas

Décima Promoción de Ministros “El Trigo Maduro”

(Reunión de Ministros)

Muy buenos días a todos los presentes en esta Décima Promoción de Obreros para el Ministerio, titulada esta promoción: “El Trigo Maduro”.

Es para mí una bendición grande estar con ustedes, para compartir unos momentos con ustedes de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios, y así ver el tema que tenemos para esta ocasión:

“EL MISTERIO DE LAS DOS CONSCIENCIAS”.

El ser humano tiene dos consciencias, llamadas el consciente y el subconsciente. Y dice la ciencia que el ser humano solamente usa el 10% de su cerebro, porque el otro 90% está inconsciente, no está consciente. Y si el ser humano con solamente el 10% consciente ha logrado tantas cosas, ¿cómo sería con un poquito más?, ¿y cómo sería con el ciento por ciento [100%]?

Ahora, miren ustedes cómo eso solamente puede ser posible con la unión de las dos consciencias; y así el consciente toma del subconsciente lo que está en el subconsciente, y lo hace consciente; y si tiene las dos consciencias juntas una persona, entonces podrá usar más del 10%, depende la cantidad que saque del subconsciente.

Ahora… el consciente está y corresponde al espíritu de la persona, y el subconsciente corresponde al alma de la persona. Y por eso es que hay personas que no tienen consciente el motivo de su existencia aquí en la Tierra.

Y por eso es que la Palabra tiene que ser sembrada ¿dónde? Allá en el alma, en el subconsciente de la persona; ahí creerla la persona; y luego, vean ustedes, se hace consciente para la persona ese misterio de salvación.

Porque la persona, a menos que lo crea en su alma, no se le convierte en una realidad, y no se hace consciente a la persona esa bendición tan grande que Cristo ganó para nosotros en la Cruz del Calvario.

Para las personas normalmente viene a ser algo histórico; pero cuando la persona lo ha creído en su alma: se ha hecho una realidad en la vida de cada persona y produce los beneficios para esa persona.

Dios en Su Programa tiene el que el ser humano tenga las dos consciencias juntas.

Adán era un hombre con las dos consciencias juntas, porque tenía su cuerpo teofánico, y había sido colocado con ese cuerpo teofánico en un cuerpo de carne; pero luego de la caída el ser humano no ha podido obtener su cuerpo teofánico antes de venir a esta Tierra en el cuerpo físico; por consiguiente, ha tomado un espíritu del mundo y (la persona) también ha tomado un cuerpo en la permisiva voluntad de Dios, engendrado por un hombre en una mujer, lo cual es un cuerpo temporal, corruptible y mortal.

Pero por medio del nuevo nacimiento, por medio de creer en Cristo como nuestro Salvador y lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo: recibimos el Espíritu de Cristo, recibimos el espíritu teofánico de la sexta dimensión, el cual estará viviendo también en el nuevo cuerpo que nosotros hemos de tener.

Y ahí estarán las dos consciencias juntas; y ahí estará la mente…, digamos, la mente del alma y la mente del espíritu juntas. Y ahí el ser humano, miren ustedes, sacará de su alma todas las cosas que ha de tener durante el Reino Milenial y durante la eternidad; esto es para los que llegarán a la estatura de un Hombre perfecto.

Ahora, vean, del ser humano salen cosas —de allá del alma—, salen las cosas buenas y las cosas malas, y se les materializan a las personas cosas buenas o cosas malas en la vida; pero no comprenden cómo es que está ese mecanismo funcionando.

Ahora, Dios, de edad en edad y de dispensación en dispensación, ha enviado siempre un hombre para ser el mensajero de la edad correspondiente a ese tiempo; y si es para un tiempo de cambio de dispensación, ha enviado un mensajero dispensacional.

Esos hombres, esos profetas, son enviados con las dos consciencias juntas; y por eso pueden ver en otras dimensiones, pueden oír la Voz de Dios, captar la Voz de Dios, y pueden hacer consciente las cosas que están en su subconsciente; y pueden oír la Voz de Dios y traer la revelación de Dios a los seres humanos; cosas que corresponden a la Mente de Dios, vean ustedes, las hacen consciente en el Cuerpo Místico de Cristo.

Encontramos que en el Antiguo Testamento Dios envió mensajeros para cada edad y para cada dispensación, y para el Nuevo Testamento también.

Los profetas, los cuales vienen con las dos consciencias juntas, están representados en ojos; un ojo representa un vidente, un mensajero. Y por eso es que, para las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, Dios envía siete videntes: los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, representados aquí, en el libro del Apocalipsis, en siete ojos.

Vean ustedes, en Apocalipsis, capítulo 5, versos 6, dice:

“Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra”.

Vean, los siete espíritus de Dios enviados por toda la Tierra son representados en siete ojos; son los siete ojos de Dios que recorren toda la Tierra.

En Apocalipsis, capítulo 1, nos dice, verso 4:

“Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono”.

Aquí tenemos los siete espíritus que están delante de Su Trono.

Y ahora vamos a ver aquí, en Apocalipsis, capítulo 4, verso 5, lo que nos dice. Juan está mirando allá en el Trono. Vamos a ver aquí… vamos a comenzar en el verso 1 hasta el 6, donde nos dice:

“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.

Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo…”.

¿Qué vio? Vio el Trono establecido en el Cielo, vio dentro del Lugar Santísimo; por medio de entrar y mirar lo que estaba a través de la puerta, al otro lado de la puerta, vio el Trono de Dios.

“Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.

Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas”.

¿Quiénes son los 24 ancianos, Miguel? Los 12 patriarcas y los 12 apóstoles. Y Juan está viendo ¿cuántos? No está viendo 23, está viendo 24; y Juan es uno de ellos. Juan estaba viendo a Juan allá, porque está en una visión.

Como nuestro hermano Branham, teniendo (vamos a decir) 56 años de edad, él en visión retrocedió en el tiempo y se vio cuando era un muchachito de alrededor de 7 años de edad; después se vio con más edad, y así por el estilo…; raspando en el árbol donde estaba la ardilla que siempre brincaba y entraba por su boca y lo desbarataba por dentro.

Pero él vio —en la última ocasión— que brincó y no pudo entrar en su boca. Y luego cayó…, falló en su brinco y cayó sobre unas espinas de cactus, sobre unos cactus llenos de espinas; y, vean ustedes, ahí murió, ahí terminó, finalizó lo que le estaba haciendo daño al cuerpo de nuestro hermano Branham; tipo y figura de lo que le estaba haciendo daño al Cuerpo Místico del Señor Jesucristo de edad en edad.

Porque ese problema de salud de nuestro hermano Branham representa el problema de salud espiritual de la Iglesia del Señor Jesucristo de edad en edad: que siempre brincaba y caía dentro del vientre, dentro del estómago de la Iglesia del Señor Jesucristo, y la destruía; o sea, brincaba dentro esa ardillita mala, esa ardillita de denominación, esa ardillita mala, y destruía por dentro todo, toda esa parte interior de la Iglesia del Señor; o sea que el diablo brincaba en esa forma, y se metía dentro de la Iglesia.

Ahora, miren cómo fue reflejado en nuestro hermano Branham; por eso es que él dice que se puso a contar cuántas veces le había sucedido eso, y cada cuánto tiempo era; y era cada siete años, el año séptimo tenía ese problema. Y ya cuando tenía 56 años, dice: “Y ya me ha sucedido siete veces; y ahora para la octava ocasión en que me debe suceder, no me ha sucedido; y he estado esperando, y nada sucede”.

Y ahí es donde el hermano Branham recibe la revelación, y dice: “Señor, ahora Tú me sanas, cuando ya me voy a ir”1.

Y así es para la Iglesia del Señor Jesucristo: es sanada espiritualmente de ese problema: su Cuerpo será transformado, sus miembros del Cuerpo Místico de Cristo serán transformados, y nos iremos.

Es para cuando la Iglesia se va a ir, que es en la Edad de la Piedra Angular, en el ciclo número ocho, en donde… Nuestro hermano Branham decía: “Ahora me llega prontito por ahí; me llega el ciclo número ocho y voy a estar con los mismos problemas”. Pero miren, no estuvo con los mismos problemas. Dice que se sentía tan bien que corría por las montañas, cazando, y ningún problema tenía.

Y le vino ese mensaje: “Sobre las alas de una paloma blanca”. Y nos habla, en ese mismo mensaje (“Sobre las alas de una paloma blanca”), que un Águila nos llevará.

Ahora, vean ustedes cómo el Mensaje Final vendrá sobre un Águila. Es un Águila; porque águila representa (¿qué?) profetas; como ojos también representa profetas, mensajeros, hombres enviados de Dios para cada edad o para cada dispensación.

Ahora, cuando miramos estos ojos, estos siete ojos, que son los siete espíritus de Dios que recorren toda la Tierra a través de carne humana, en cada mensajero de cada edad…; o sea que es el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, en siete manifestaciones poderosas: en Sus siete ángeles mensajeros, en cada una de esas edades.

Y vean, la Iglesia del Señor Jesucristo ha tenido ojos durante todo el tiempo de su existencia. Para la primera edad tuvo a San Pablo; para la segunda, a Ireneo; para la tercera, Martín; para la cuarta, Colombo; para la quinta, Lutero; para la sexta, Wesley; para la séptima, nuestro hermano Branham, William Marrion Branham. Tuvo un ojo para cada edad. En cada edad, representada cada edad en un cuerno de los siete cuernos del Cordero.

Y miren ustedes dónde está todo esto reflejado también. Sigue diciendo:

“Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.

Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.

Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios”.

Ahí tenemos a los siete espíritus de Dios delante del Trono. Y aquí tenemos los siete ángeles mensajeros, en donde estaba el Espíritu de Cristo, el Espíritu de Dios manifestado, recorriendo toda la Tierra, por Asia Menor, Europa y Norteamérica.

Y después de eso ¿qué tiene Dios para nosotros?

Vean, estos siete ojos también están acá en Zacarías, capítulo 3, verso 9, donde dice:

“Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día”.

Ahora, hay siete lámparas delante de Dios: son los siete espíritus que están delante de la presencia de Dios; y estos son los siete ángeles mensajeros, en los cuales está el Espíritu de Dios.

Pero miren ustedes, en Zacarías, capítulo 4, verso 8 en adelante… dice:

“Vino palabra de Jehová a mí, diciendo:

Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros”.

Recuerden que Zorobabel aquí está representando a Cristo; porque Zorobabel es un descendiente del rey David, y Jesucristo al nacer en Belén de Judea es un descendiente de David.

Y así como Zorobabel estuvo construyendo un templo que era la restauración, una restauración del templo, ahora Cristo ha estado construyendo un Templo, que es la restauración de la raza humana. Porque el ser humano es el Templo de Dios, pero cayó en el Huerto del Edén, fue destruido ese Templo; pero ahora Cristo hace un Nuevo Templo, y ese Nuevo Templo es Su Iglesia.

Y ahora, dice:

“Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra.

Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelabro y a su izquierda?

Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro?

Y me respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no.

Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra”.

Ahora, vean aquí, hay Dos Ungidos que están delante del Señor de toda la Tierra, y representan los ministerios de Moisés y Elías. Estos son los Dos Olivos de Apocalipsis, capítulo 11, y miren dónde están representados aquí en el Templo de Dios; porque todo lo que vio el profeta Zacarías fue ¿dónde? En el Templo de Dios.

Y del aceite de los dos olivos es que las lámparas y las luces se alimentaron; o sea, del mismo Espíritu Santo que estará en el Día Postrero manifestado, operando los ministerios de Moisés y Elías, es de ese mismo Espíritu Santo que se alimentaron las lámparas, que son las siete edades de la Iglesia gentil, y las luces de las siete edades, que son los siete ángeles mensajeros, las siete mechas encendidas.

Fue con el aceite del Espíritu Santo que se alimentó cada edad, se alimentó el candelabro o candelero completo, con sus siete lámparas y sus siete mechas encendidas.

Es el mismo Espíritu Santo que estuvo en el candelabro o candelero, el que estará en el Día Postrero manifestado en el cumplimiento de los Dos Olivos y de los Dos Candeleros. Y es ese es el ministerio de los Dos Testigos, de los Dos Ungidos, que están delante de la presencia de Dios. Dice:

[Apocalipsis 11:3] “Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio”.

Estos testigos son los Dos Olivos y los Dos Candeleros que están en pie delante del Dios de la Tierra.

Ahora, vean ustedes cómo el ministerio de Moisés y Elías, que es el ministerio de Apocalipsis, capítulo 11, está representado en los Dos Olivos que están allá en el Templo, donde Zacarías los vio.

Y siendo que esos dos ministerios proféticos —los de Moisés y Elías—, por cuanto los profetas son representados en ojos, ahí tenemos los Ojos del Cuerpo Místico de Cristo para el Día Postrero. Son los Ojos del Cordero; porque así como el Cordero tiene siete ojos en Sus cuernos, en Su frente pues tiene que tener dos ojos, porque no es un cordero ciego; y los Dos Ojos del Cordero representan los ministerios de Moisés y Elías.

Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 1, y Apocalipsis, capítulo 10, los ojos del Hijo del Hombre son como llama de fuego. Esos son los ministerios proféticos de Moisés y Elías, los Ángeles del Hijo del Hombre en Su Venida.

Y ahora, vean, para cada edad hubo un ojo, un ministerio profético, un ministerio de parte del Espíritu de Cristo, manifestado; y cada uno de esos ministerios representaron el ministerio que Cristo tendrá en este Día Postrero.

Fue representado el ministerio de Cristo del Día Postrero en el ministerio de los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil; así como el ministerio que Cristo tendría en Su Primera Venida fue reflejado en el ministerio que Dios manifestó por medio de los profetas del Antiguo Testamento, tanto profetas de edades como profetas de dispensaciones.

Y ahora, vean ustedes cómo en los siete cuernos del Cordero está representada la Edad de la Piedra Angular. Digo “está representada”, porque son tipo y figura…; vean ustedes, las siete edades representan luego a la edad nuestra, la Edad de la Piedra Angular; en las siete edades se reflejó todo lo que Dios hará en el Día Postrero.

Y ahora, vean ustedes, cada cuerno representa una edad, y cada edad de esas siete edades está reflejando la Luz de Cristo, la Luz del Sol. Durante la noche de las siete edades de la Iglesia gentil se está reflejando la Luz de Cristo por medio del candelabro con sus siete lámparas, encendidas sus mechas durante esas siete edades de la Iglesia gentil.

Y ahora, para el Día Postrero, vean ustedes cómo tendremos no los siete ojos, sino los Dos Ojos del Cordero, de Cristo, y del León de la tribu de Judá: los ministerios de Moisés y Elías siendo manifestados por el Espíritu de Cristo.

Siendo ministerios proféticos, los ministerios de los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios, están representados en el Cielo en Gabriel y Miguel, que son los Ángeles que están delante de la presencia de Dios.

¿No le dijo Gabriel al sacerdote Zacarías: “Yo soy Gabriel, que estoy delante de la presencia de Dios, que estoy delante de Dios”2? Ahora vean cómo Gabriel, estando delante de Dios, está representando el ministerio que Cristo tendrá delante de Sí mismo en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Lugar Santísimo.

Ese es el ministerio que estará en el Lugar Santísimo, en la presencia de Jesucristo, en el Día Postrero. Y por eso es que se levantará Gabriel y se levantará Miguel en el Día Postrero: porque tienen que estar respaldando todo lo que Jesucristo está haciendo en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual aquí en la Tierra; porque ellos son los Ángeles en el Cielo, que están en la presencia de Dios. Y allí, vean ustedes, está representado todo lo que Dios tendrá en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo.

Ahora, vean ustedes cómo estos mensajeros de las siete edades… tenemos a San Pablo y tenemos a nuestro hermano Branham, y hubo otros también, que fueron profetas; y por consiguiente, podemos ver que aparecieron con las dos consciencias juntas, y pudieron ver en su edad el Programa de Dios. Y por medio de ellos, la Iglesia del Señor Jesucristo tuvo la visión correspondiente a la edad por la cual estaba pasando durante estas siete edades de la Iglesia gentil, y tuvo la visión de la dispensación que estaba vigente durante estas siete edades de la Iglesia gentil.

Y ahora, miren cómo, al finalizar las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, tendremos los ojos del Hijo del Hombre como llama de fuego; y por medio de ellos es que la Iglesia de Jesucristo, que es el Cuerpo Místico de Cristo, estará viendo todas las cosas. Y de acuerdo a como sean vistas todas las cosas por los ojos del Hijo del Hombre como llama de fuego, será que la Iglesia las verá en la Edad de la Piedra Angular.

Cualquier persona puede decir: “Yo no veo las cosas como ustedes las ven”. Pues no las está mirando con los ojos como llama de fuego del Hijo del Hombre; porque, para poderlas ver así, hay que estar en la edad donde los ojos del Hijo del Hombre están como llama de fuego, y estar viendo y entendiendo las cosas como son vistas por los ojos como llama de fuego del Hijo del Hombre, que son los ministerios de Moisés y Elías siendo manifestados en carne humana en Su Ángel Mensajero.

De acuerdo a como sean vistas las cosas del Programa Divino por los ministerios de los Ángeles del Hijo del Hombre, será que la Iglesia de Jesucristo las verá en el Día Postrero. Así como las vieron, la vio la Iglesia de Jesucristo, de acuerdo a como la vio el mensajero de cada edad, que era el ojo del Cordero en el cuerno o edad correspondiente en la cual vivió la gente de esa edad; así fue para cada edad.

Pero ahora estamos en la Edad de la Piedra Angular, la edad más gloriosa de todas las edades, la edad en que no tendremos un ojo en una edad, en nuestra edad, sino dos.

Para la Dispensación de la Gracia hubo siete ojos y para la Dispensación del Reino solamente dos. Para la edad, cada edad de la Iglesia gentil, hubo siete ojos, para las siete edades; pero para la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Lugar Santísimo: dos.

Y eso será la manifestación del Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, en el cual estará el Espíritu teofánico manifestado, su Espíritu teofánico manifestado en ese mensajero; y por medio de su Espíritu teofánico es que el Ángel Mensajero recibe la revelación de Dios. No hay otra forma; porque toda revelación tiene que venir por medio de un profeta.

Y vean ustedes, hubo cosas que el profeta Elías no hizo y tenía que hacer; porque Dios le dijo, por ejemplo: “Ve y unge a Hazael por rey de Siria, a Jehú por rey de Israel, y a Eliseo por profeta en lugar tuyo”3; y solamente se encontró con Eliseo y ungió a Eliseo; y Eliseo luego fue ungido con el espíritu de Elías en una doble porción4. Pero no encontramos que el profeta Elías fuera a un ungir a Hazael y a Jehú.

¿Sería irresponsabilidad del profeta Elías?, ¿sería que él no le prestó atención a lo que Dios le dijo? No, es que esa orden, esa comisión, era para el ministerio de Elías pero en otro velo de carne5; y lo que no fue cumplido por el velo de carne llamado Elías Tisbita, fue cumplido por el velo de carne llamado Eliseo, en el cual estaba el ministerio de Elías por segunda ocasión.

Y las cosas que no fueron cumplidas por Eliseo, luego fueron cumplidas por Juan el Bautista; y las cosas que no fueron cumplidas por Juan el Bautista, fueron cumplidas por William Branham; y las cosas que no fueron cumplidas por William Branham, en el cual estaba el ministerio de Elías por cuarta ocasión, serán cumplidas por el Ángel de Jesucristo, en el cual estará el ministerio de Elías por quinta ocasión.

Así que no hay ningún problema, es el ministerio de Elías; y cuando se dice “el ministerio de Elías”, esto significa que el Espíritu de Cristo estará obrando en otro hombre como obró en el profeta Elías.

No es que Dios va a tomar el espíritu del profeta Elías y lo va a colocar en otro profeta, no; sino que es el Espíritu de Jesucristo que estuvo ministrando por medio del profeta Elías: ministrará en el Día Postrero por medio de otro profeta: del Ángel del Señor Jesucristo en la quinta manifestación de ese ministerio.

Y también el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, estará manifestado en el Ángel del Señor Jesucristo operando el ministerio de Moisés por segunda ocasión, y operando el ministerio de Jesús por segunda ocasión. ¿Ven? Y eso es conforme a la promesa de Dios correspondiente al Día Postrero.

Por eso es que, así como vino cada mensajero con las dos consciencias juntas, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, para el Día Postrero Él envía Su Ángel Mensajero con las dos consciencias juntas. Y nadie puede captar la revelación divina de los Siete Truenos, nadie puede captar la revelación divina del Séptimo Sello, nadie puede captar la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del Hijo del Hombre, excepto ese Ángel Mensajero; porque es el que viene con las dos consciencias juntas, como el mensajero de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino.

Ningún otro mensajero podía captar el Mensaje del Evangelio del Reino, porque ellos estaban (los siete mensajeros de las siete edades) bajo el Mensaje de la Dispensación de la Gracia; pero ellos profetizaron de que vendría un tiempo en que se predicaría el Mensaje del Evangelio del Reino, y en que Dios obraría y llamaría y juntaría a Sus escogidos de entre los gentiles, y también de en medio del pueblo hebreo en el Día Postrero.

Y vean, ahora sabemos que el Día Postrero es el séptimo milenio. ¿Y cuántos sabían eso antes?, ¿y cuántos sabían que los días postreros eran quinto, sexto y séptimo milenio? Pero ya sí lo sabemos. Eso es por medio de los ojos del Hijo del Hombre en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Por medio, vean ustedes, del ministerio de Moisés, Dios trajo un Mensaje dispensacional: el Mensaje de la Ley; y enviando el ministerio de Moisés de nuevo nos trae el Mensaje de la Dispensación del Reino.

Solamente el ministerio de Moisés puede convertir el pueblo hebreo a Cristo, puede sacar el pueblo hebreo de la Dispensación de la Ley y colocarlo en la Dispensación del Reino.

Por eso es que Dios no dejó al apóstol San Pablo y a ninguno de los siete ángeles mensajeros convertir el pueblo hebreo a Cristo; porque los hubieran convertido a la Dispensación de la Gracia, los hubieran convertido a una dispensación que no es la dispensación para el pueblo hebreo; porque la dispensación para el pueblo hebreo es la Dispensación del Reino, en donde Cristo se sentará en el Trono de David y reinará por mil años, y luego por toda la eternidad, sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones.

Y para poder recibir esa revelación el pueblo hebreo, se requiere, no uno de los siete ojos del Cordero en los siete cuernos, sino los ojos como llama de fuego del Hijo del Hombre, los Ojos del Cordero, los Dos Ojos del Cordero, para poder ver en la Edad de la Piedra Angular las cosas correspondientes a la Edad de la Piedra Angular; y así comprender todos estos misterios del Reino de Dios.

Vean EL MISTERIO DE LAS DOS CONSCIENCIAS, cómo de edad en edad y de dispensación en dispensación Dios ha enviado profetas con las dos consciencias juntas; y por eso han podido ver en otras dimensiones y han podido escuchar la Voz de Dios, y han podido captar el Mensaje de Dios para ese tiempo, y también han podido captar las profecías correspondientes a otras edades y dispensaciones futuras, y anunciar lo que Dios hará en el futuro.

Ahora, podemos ver el por qué Dios envía con las dos consciencias juntas Sus profetas (no hay otra forma): es para que puedan captar la Palabra de Dios en la sexta dimensión, y traerla a los seres humanos en esta dimensión. Porque en la sexta dimensión está el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, revelando a Sus profetas, de edad en edad, Su Palabra; para luego ser transmitida esa Palabra aquí en la Tierra, por medio del instrumento que el Ángel del Pacto tiene aquí en la Tierra, de edad en edad; y por eso es que los envía Dios con las dos consciencias juntas.

Y ahora, para el Día Postrero, la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes obtendrá la unión de las dos consciencias; porque nuestra edad es la edad representada en el alma; y el alma – y en el alma es donde tenemos el subconsciente; y las siete edades corresponden al consciente; y el Atrio (o sea, de Cristo para atrás) corresponde al cuerpo. El Atrio está representado en el cuerpo, el espíritu está representado en el Lugar Santo, y el alma está representada en el Lugar Santísimo.

Y ahora vean cómo para el Día Postrero tendríamos el Alma de la Iglesia del Señor Jesucristo, la etapa del Alma, en donde todo lo que está en la parte correspondiente al subconsciente, que son todas las profecías correspondientes al Día Postrero… que no podían ser entendidas en otros tiempos, porque estaban ¿dónde? En el subconsciente de la Iglesia del Señor Jesucristo, que no había sido abierto para hacerse consciente todo lo que estaba escondido ahí.

Todas esas profecías correspondientes al Día Postrero están en el subconsciente del Cuerpo Místico de Cristo; y con la unión de la Edad de la Piedra Angular con el resto del Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo viene a ser una Iglesia… una Iglesia-profeta, porque tiene las dos consciencias juntas; y entonces puede obtener todo ese conocimiento del subconsciente, donde estará la Mente de Cristo operando en el subconsciente, y del subconsciente dando a conocer todas las cosas que están ahí. Cosas que no podían ser entendidas en otro tiempo porque no eran correspondientes al Lugar Santo o al Atrio, no eran correspondientes a los sentidos del cuerpo ni a los sentidos del espíritu del Cuerpo Místico de Cristo, sino que eran correspondientes al Alma de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora estamos nosotros viviendo en la parte más importante, donde la Iglesia del Señor Jesucristo, que ha estado siendo formada, creada por Jesucristo, encontramos que es creada a la estatura de un Varón perfecto; y la estatura de un Varón perfecto es la estatura de Cristo; y la estatura de Cristo es la estatura de un profeta. ¿Ve? Es hecha a imagen y semejanza de Cristo.

Y por eso es que en este tiempo ahora, la Iglesia de Jesucristo puede estar hablando las cosas que han de suceder —o sea, está profetizando— por medio del Espíritu de Cristo que está en Ella, en la Edad de la Piedra Angular, dándonos a conocer todas estas cosas.

El Espíritu de Cristo profetiza por medio de Su Ángel Mensajero las cosas que han de suceder, y la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular dice la misma cosa.

Por eso es que dice en Apocalipsis, capítulo 22, verso 17:

“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven”.

¿Ve? El Espíritu: Jesucristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero, es el que dice: “Ven”; y la Esposa ¿cómo dice?: “Ven”, porque es una Iglesia-profeta.

Ahora, podemos ver dónde nos encontramos en este Día Postrero: en donde a la Iglesia del Señor Jesucristo le es juntada la otra consciencia.

Serle juntada la Piedra Angular es serle juntada la otra consciencia; o sea, el subconsciente serle juntado al consciente de la Iglesia de Jesucristo. Serle juntada la Edad de la Piedra Angular a las siete edades de la Iglesia, es serle juntada, al consciente de las siete edades, el subconsciente de la Edad de la Piedra Angular.

Y así, vean ustedes cómo la Iglesia de Jesucristo ha estado siendo construida en la misma forma en que Jesucristo es. Está siendo construida entonces, una Iglesia (¿qué?) perfecta.

Y así también para cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo es el Programa de Dios; para ser todos a imagen y semejanza de Cristo con las dos consciencias juntas; y todos ser a la estatura de un Varón perfecto, a la estatura de Jesucristo: todos ser como Jesucristo, el profeta de Nazaret.

“¡Ojalá y todos sean profetas!”6, dijo Moisés; ¿y quién más dijo así? (¿Samuel también?).

Y ahora, miren ustedes, el deseo de ellos, cuando ellos hablan en esa forma, es ¿por qué? Porque en algún tiempo todos serían profetas; pero todos los del Israel celestial. Y ellos reflejaron eso con el Israel terrenal: “Ojalá y todos en Israel sean profetas”, todo el Israel terrenal; pero mire, ¡el Israel celestial es el que todos serán profetas!, porque ¡todos tendrán las dos consciencias juntas!

Y si con uno —Jesucristo— miren cómo fueron las cosas, con uno perfecto; ahora, ¿cómo será con millones que llegarán a esa estatura? Eso será la cosa más gloriosa para el glorioso Reino Milenial y para toda la eternidad.

La Escritura nos dice en Hebreos, capítulo 11, verso 3, por ahí, que las cosas que se ven son hechas ¿de dónde?, ¿de qué? De las que no se ven. La Obra creadora de Dios es hecha de lo que no se ve. Todo viene de la séptima dimensión, pasa a la sexta dimensión, y de la sexta dimensión es que se materializa en esta dimensión.

Y entonces, lo que se materializa en esta dimensión viene (¿de dónde?) de lo que no se ve; de ahí viene la Iglesia del Señor Jesucristo: de lo que no se ve, pero que Dios lo ve, pero los seres humanos no lo pueden ver.

Y toda la Creación ha venido de lo que no se ve; pero se ha hecho visible lo que no se ve por medio de lo que se ve. Por medio de lo que se ve es que se manifiesta en esta dimensión lo que no se ve.

Y vean ustedes cómo la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado siendo construida de lo que no se ve; pero por medio de lo que se ve, por medio de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, podemos ver esa Iglesia del Señor Jesucristo que estaba (¿dónde?) en la Mente de Dios, en la séptima dimensión; y luego estaba en la sexta dimensión, en Cristo, el Ángel del Pacto; y ahora pasa a materializarse en esta dimensión.

Y vean cómo el Templo que está en el Cielo se va haciendo visible en la Tierra:

• El Atrio: de Adán a Cristo;

• el Lugar Santo: de Cristo a nuestro hermano Branham;

• y el Lugar Santísimo: después de nuestro hermano Branham, todo este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo: la Edad de la Piedra Angular.

Ahora, vean ustedes dónde nos encontramos en el Programa Divino: nos encontramos en la etapa de la Mente (¿de quién?) de Dios, la Mente de Cristo, de lo cual hablábamos ayer en la noche.

En las demás edades hubo movimientos, pero en la Mente no se ve ningún movimiento, pero es la que gobierna todo el Cuerpo. Y así es en la Edad de la Piedra Angular.

Y es en y desde la Edad de la Piedra Angular que Cristo gobernará todos los que han de resucitar, que pertenecen al Cuerpo Místico de Cristo de las edades pasadas, y gobernará también a todos los de las edades pasadas; porque el Cuerpo es gobernado por la Mente, desde ahí recibe las órdenes.

Y ahora, vean ustedes cómo para nuestro tiempo la Mente de Cristo estaría revelándonos el misterio del Séptimo Sello, que es el misterio del Ángel que era muy diferente a los demás, que es el que tiene el Séptimo Sello (conforme a la página 469 del libro de Los Sellos).

Y vean ustedes cómo los Truenos son la Voz de Cristo como León cuando ruge, como cuando ha clamado un león y siete truenos emiten sus voces, en Apocalipsis, capítulo 10; y las voces de los Siete Truenos lo que revelan es el misterio (¿de qué?) del Séptimo Sello.

Y toda la revelación tiene que venir por medio (¿de qué?) de un profeta; por lo tanto, Cristo como León de la tribu de Judá, clamando como cuando ruge un león, tiene que estar manifestado en un profeta, en un hombre con las dos consciencias juntas; y a través de ese hombre: hablándonos y revelándonos el misterio del Séptimo Sello, el misterio del Ángel que era muy diferente a los demás.

Vean, ese misterio de ese Ángel es el misterio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, es el misterio del Séptimo Sello, es el misterio que revelan los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10. Y son los Truenos los que le dan la fe para el rapto a la Iglesia del Señor Jesucristo; y son los Truenos los que le dan el despertamiento, el avivamiento del Día Postrero, a la Iglesia de Jesucristo, el despertamiento de la Edad de la Piedra Angular.

Y ahí se abre una nueva dispensación, y ahí es donde ocurre el despertamiento, el avivamiento, de la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular; porque ya los avivamientos de las siete edades están en el pasado. Y no se puede levantar ninguna de esas edades para tener un avivamiento, porque ya el avivamiento de ellas pasó; y ahora solamente resta el avivamiento prometido en Apocalipsis, y en la página 212 del libro de Los Sellos en español, donde dice:

“104. Y esa es la misma razón por lo cual los avivamientos que debemos tener hoy… Ahora, hemos tenido avivamientos denominacionales, pero no hemos tenido una verdadera sacudida. No, no señor. No piense que tenemos avivamientos, porque no los tenemos. Tienen millones y millones de miembros de iglesias, pero no hay nada de avivamiento. La Novia todavía no ha tenido un avivamiento; todavía no ha habido allí ningún avivamiento, ninguna manifestación de Dios para sacudir a la Novia. Estamos esperando eso. Se necesitarán esos Siete Truenos misteriosos para despertarla. Él los mandará, lo ha prometido”.

¿Qué es lo que despierta a la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo, la que le da un avivamiento? Es la revelación de los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10. Sin esos Siete Truenos no hay despertamiento, no hay avivamiento para la Novia del Señor Jesucristo.

Y mirando también en el mensaje… hay un mensaje: “El único lugar…”, en el mensaje “El único lugar provisto de Dios para adorar”, página 2; y también en el libro de Citas, página 166, nos dice así… Vamos a leer dos partecitas aquí: vamos a leer el párrafo 1484, que es de otro mensaje, del mensaje “He oído, pero ahora veo”. Dice:

1484 – “¿Podrá pensar la iglesia que está mirando con sus propios ojos la Palabra Viviente de Dios hecha manifiesta (la promesa de la hora en los postreros días)?, mirando con sus propios ojos la Viviente Palabra siendo interpretada en forma natural. ¡Dios entre nosotros!”.

O sea, la Palabra interpretada o cumplida en carne humana.

Y ahora, en la página 166 (esta misma página), el párrafo 1485, que es un extracto del mensaje “El único lugar provisto por Dios para adorar”, dice:

1485 – “Ahora, yo estaba poniéndome bastante viejo y pensé: ‘¿Habrá otro avivamiento, veré otro tiempo?’”.

¿Está hablando de qué? De otro avivamiento, como los avivamientos que hubo en cada edad. Para un avivamiento en una edad Dios tuvo que enviar (¿qué?) un mensajero; y en ese mensajero vino el Espíritu de Cristo manifestado. Ahora, él pregunta:

“‘¿Habrá otro avivamiento, veré otro tiempo?’. Y solo recuerden, del oeste vendrá un Jinete en un caballo blanco. Cabalgaremos esta senda otra vez. Eso es correcto. Tan pronto como estemos listos. ¿Ven ustedes? Es una promesa”.

¿Y dónde hay una promesa en la Biblia de un caballo blanco – de un Jinete en un caballo blanco, que vendrá? En Apocalipsis 19.

Por eso es que cuando nos habla de la Venida del Hijo del Hombre nos habla de Apocalipsis, capítulo 19, del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis. Y con la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis… y dice que será (¿de dónde?) del oeste.

Y la parte de la séptima edad de la Iglesia gentil se cumplió en el oeste, pero en la parte norte, en Norteamérica; y ahora solamente queda Centroamérica, Suramérica y el Caribe —del oeste— para el cumplimiento de la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19, que es el que le trae el despertamiento, el avivamiento, a la Iglesia del Señor Jesucristo; y es el que le trae la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Voz de Cristo, la Voz de los Siete Truenos, revelándonos el misterio del Séptimo Sello, revelándonos el misterio del Ángel que era muy diferente a los demás, que es el Ángel que tiene el Séptimo Sello; y con Su Venida nos dará la fe para ser transformados y raptados.

Vean ustedes lo que dice el precursor de la Segunda Venida aquí, en la página… vamos a ver… Página 104 y 105 del libro de Los Sellos, dice:

“[37]. Y yo creo que por medio de los Siete Truenos será revelado en los últimos días lo que se necesita para aparejar la Novia para tener la fe del rapto…”.

¿Por medio de qué? De los Siete Truenos. No podemos buscar otra cosa, sino los Siete Truenos; no podemos escuchar otra voz, sino la Voz de los Siete Truenos, que es la Voz de Cristo para tener la fe para ser transformados y raptados.

“… porque con lo que tenemos ahora no podríamos subir. Hay algo que tiene que venir para aparejarnos, porque como estamos ahora apenas podemos tener suficiente fe para la Sanidad Divina. Tenemos que tener suficiente fe para ser transformados en un momento y ser sacados de esta Tierra. Y veremos más adelante (Dios mediante) dónde está esto escrito (porque tiene que estar escrito)”.

Y vamos a ver otro lugar que nos hable acerca de esto. En la página 117 dice:

“79. Ahora, piense bien, Juan escribió esto que tenemos, pero cuando empezó a escribir los otros siete truenos, le dijeron: ‘No los escribas’. Ahora, Juan tenía comisión de escribir todo lo que viera, pero cuando tronaron estos siete truenos de Apocalipsis 10, entonces le fue dicho: ‘No escribas nada de esto’. Estos son misterios que todavía no conocemos; pero la opinión mía es que serán revelados ya muy pronto, y esto impartirá fe y gracia a la Novia para ser raptada”.

Cualquier persona puede decir: “Yo voy a ser transformado y raptado, yo estoy preparado”; pero no puede estar preparado sin primero escuchar los Siete Truenos, y obtener el conocimiento de lo que los Siete Truenos revelan, que es la Segunda Venida de Cristo, que es el Séptimo Sello, el misterio del Ángel que era muy diferente a los demás.

Sin tener ese conocimiento no tienen ninguna fe para el rapto; están presumiendo de que tienen la fe, que están preparados, pero para lo que están preparados es para quedarse y pasar por la gran tribulación; porque la fe para el rapto la producen los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10.

¿Y qué es lo que revelan los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10? La Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo, con Su Nombre Nuevo.

O sea que hay que enfrentar la realidad. No podemos estar viviendo de ilusiones, sino de realidades. Hay que vivir conscientes de lo que es la verdad para el tiempo que nos ha tocado vivir. No podemos estar fundados en emociones, sino en la revelación de Dios para nuestro tiempo; y esa viene como un hilo desde el Génesis hasta el Apocalipsis; o sea que tiene que concordar; no puede ser una cosa diferente a lo que está prometido.

Así que nosotros tenemos que ver estas cosas y enfrentarnos a esta realidad.

Vean ustedes, en la página 128 también, del libro de Los Sellos, nos dice nuestro hermano Branham, el precursor de la Segunda Venida de Cristo; dice:

“121. Ahora, los Siete Truenos de Apocalipsis permitirán que Él muestre a la Novia cómo prepararse para obtener esa gran fe de traslación”.

[CORTE DE ORIGEN]

[Los Sellos] Página 131 dice:

“131. Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la Tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la Tierra; pero cuando conquistó el infierno y la muerte, los venció y ascendió, entonces recibió un nuevo Nombre. Por esa razón es que gritan y hacen tanto ruido y no reciben nada. Será revelado en los Truenos.

132. Fíjense en el misterio. Él viene cabalgando (está hablando ¿de qué? De Apocalipsis 19). Tiene que haber algo para cambiar esta iglesia”.

¿Y qué es lo que viene para cambiar esta Iglesia? Viene el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que es la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo en este Día Postrero.

“Ustedes saben eso. ¡Tiene que venir algo! Ahora noten: Nadie entendía ese nombre, sino Él mismo.

‘Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS.

Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio.

Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella las gentes (o las naciones); y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso.

Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores’.

Apocalipsis 19:13-16

133. Allí viene el Mesías, allí es donde está”.

Esa es la Venida del Mesías, del Ungido. Esa es la Venida del Espíritu Santo, de Jesucristo en Espíritu Santo, en el Día Postrero.

Vean ustedes, en el libro de Los Sellos, en la página 277, orando nuestro hermano Branham dice en una parte de la oración:

“[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco (¿Quién es el Jinete del verdadero caballo blanco de Apocalipsis 19? El Espíritu Santo), mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.

¿Quién es el que hace el llamado? Es el Espíritu Santo, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19. Ese es Jesucristo en Espíritu Santo viniendo en el Día Postrero a Su Iglesia y en medio de Su Iglesia.

Pero ¿cómo estará viniendo, y cómo estará siendo manifestado en medio de Su Iglesia, y dándonos la revelación para ser transformados y raptados? Dice en la página 256 del libro de Los Sellos:

“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.

¿Qué es lo que la Iglesia de Jesucristo estará viendo en el Día Postrero como el cumplimiento de la Venida de Apocalipsis 19, como el cumplimiento de la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19?

Pues estará viendo el Verbo, la Palabra encarnada en un hombre, en un profeta del Día Postrero; que tiene que ser, por obligación, el profeta de la Dispensación del Reino, que es la dispensación que le sigue a la sexta dispensación, de la Gracia.

Y tiene que ser el profeta mensajero de la Edad de la Piedra Angular, que es la edad que le sigue a la séptima edad de la Iglesia gentil. Y tiene que ser el profeta que viene con el Mensaje del Evangelio del Reino, que es el Mensaje que le sigue al Evangelio de la Gracia.

Y en ese Mensaje del Evangelio del Reino, y con ese Mensaje, es que el misterio del Séptimo Sello es revelado a la Iglesia de Jesucristo. Con ese Mensaje del Evangelio del Reino es que Cristo nos habla con esa Gran Voz de Trompeta y nos revela estos misterios. Con esa Voz de Gran Voz de Trompeta es que Cristo llama y junta a todos Sus escogidos. Con ese Mensaje del Evangelio del Reino es que Cristo clama como cuando ruge un león y siete truenos emiten sus voces, y nos da a conocer el misterio de Su Venida en este Día Postrero.

Así como el misterio de la Venida de Cristo en Espíritu Santo en cada edad fue la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo en el ángel mensajero de cada edad, en la porción correspondiente a cada edad. Y ahora el misterio de la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo en la Edad de la Piedra Angular, es el misterio de Su Venida en Su Ángel Mensajero.

Es la Venida de Jesucristo, el Ángel Fuerte, el Ángel que era muy diferente a los demás, que tenía el Séptimo Sello allá en esa constelación de ángeles, el cual, en el Día Postrero, dice la promesa divina que será la Venida de la Palabra, del Verbo hecho carne en un hombre.

Ese es el misterio de la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19. Ese es el misterio del Ángel que era muy diferente a los demás, que tenía el Séptimo Sello. Ese es el misterio del Séptimo Sello. Ese es el misterio de… y ese es el misterio que revelan los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10. Ese es el misterio que nos da la fe, la revelación, para ser transformados y raptados en este Día Postrero.

Así como el misterio de la Primera Venida de Cristo revelado en el Mensaje del Evangelio de la Gracia nos dio la fe para creer en Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, y recibir Su Espíritu Santo; y recibir así un cuerpo teofánico de la sexta dimensión.

Y ahora la fe, la revelación, de la Segunda Venida de Cristo, nos da esa revelación, esa fe, para recibir el cuerpo eterno que nosotros hemos de recibir en este Día Postrero; así como la revelación de la Primera Venida de Cristo nos dio la fe para recibir el cuerpo de la sexta dimensión.

Ahora, la revelación de la Segunda Venida de Cristo nos da la fe para recibir el cuerpo eterno que Cristo ha prometido para cada uno de nosotros, para luego todos estar a imagen y semejanza de Cristo, estar perfectos, a la estatura de un Varón perfecto, con las dos consciencias (¿cómo?) juntas, y ser todos como nuestro amado Señor Jesucristo; ser todos profetas, como dijo Moisés y dijo Samuel: “¡Ojalá y todos sean profetas! ¡Ojalá y todo Israel sea profeta!”. Fue hablada esa Palabra allá, y la bendición cae en el Israel celestial.

Y Dios le dijo a Moisés: “Te pondré sobre un pueblo mayor; así que déjame acabar con estos, y te pondré sobre un pueblo mayor”7.

Y ahora, miren ustedes dónde aparece Moisés por segunda vez: en un pueblo mayor, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; y desde ahí se revelará Cristo por medio del ministerio de Moisés al pueblo hebreo. ¿Ven?

La bendición cayó sobre Efraín cuando Jacob bendijo con la Bendición de la Primogenitura8; y el que era mayor vino a ser, en bendición, vino a ser menor. Porque no es tanto el tamaño de la persona, sino la bendición que tenga la persona, quién es esa persona en el Programa Divino. Puede ser una persona pequeñita, pero con una bendición grande; y eso es lo que vale delante de Dios.

¿No le dijo Dios a Samuel cuando vio al hijo mayor de Isaí…? Y cuando Samuel lo vio dijo: “Oye, este se parece a Saúl, es grande como Saúl; tiene la pinta, así como Saúl”. Pero esa clase de pinta no era la que Dios miraba.

Esa clase de pinta fue la que el pueblo hebreo miraba, porque quería un rey como los reyes de las demás naciones: con esa pinta. Y cuando Samuel vio esa misma pinta en el hijo mayor de Isaí, dijo: “Estoy delante de la presencia del Ungido de Jehová”.

Dios le dijo: “No mires la apariencia de su rostro – de su físico, no mires su apariencia, porque yo lo desecho; porque yo no miro (o Dios no mira) lo que el hombre ve, lo que el hombre mira (o sea, lo exterior), sino que mira ¿dónde? Mira el corazón”9.

Y vean ustedes, miren ustedes, cuando estaban allá en la… reunidos para la guerra allá con los filisteos, ¿no estaban allí los hermanos de David?, ¿y no estaba allí Saúl también? Pero miren, Dios miraba el corazón de ellos, y como que veía un corazón de gallina, ¿verdad? Ninguno se atrevía a salir (!).

Pero cuando llegó David, miren ustedes, tenía un corazón grande, un corazón lleno de fe en la Palabra de Dios. ¡Dios lo había ungido para ser rey! Por lo tanto, ¡ni Goliat lo podía matar!10.

Así que David miraba lo que Dios miraba. David era un hombre conforme al corazón ¿de quién? No del pueblo, sino de Dios11.

Y cuando vio a Goliat, dijo: “Este es uno como el oso o los osos que yo mataba, y como los leones que yo mataba. Este es otra bestia, este es otro animal”, así lo comparó.

Y se dio cuenta también Goliat, porque le dijo: “¿Crees tú que yo soy un perro?”. O sea, Goliat se puso más abajo todavía, porque David lo había comparado con el oso y con el león; y así como Dios lo había librado del oso y del león, lo iba a librar de Goliat, de este otro animal; que, de seguro, pues, tenía bastante de la simiente de la serpiente.

Y vean ustedes, Goliat se puso en menos que lo que David lo había puesto: “¿Vienes tú a mí con piedras y palos, como si yo fuera un perro?”. ¿Ve? Se puso como un perro. Si podía vencer un león y un oso, ¡cuánto más un perro!

Y como hacen los muchachitos, que le entran a pedradas a los perros, y a palo, ahí estaba David con su honda para tirarle la primera piedra a Goliat. Y buena puntería que tuvo. Y con la potencia que Dios puso en esa piedra, esa velocidad que colocó ahí, dio en el blanco y derribó a Goliat.

Y miren, David había dicho: “Yo te voy a matar, y voy a cortar tu cabeza”, ¡y venía con un palo y con piedras!; pero David ya había visto la espada de Goliat. Así que, vean ustedes, luego David usaría sus propias armas para acabar de rematar a Goliat.

Ahora, vean cómo Dios mira lo que está dentro del alma, allá, del corazón. Y vean ustedes, ¡era un corazón de un valiente!

Y luego cuando vence y le trae a Saúl la cabeza de Goliat, la gente y las mujeres del pueblo cantaban: “Saúl mató a los miles…”. Y de seguro, Saúl se ponía contento: “¡Eso es así!”. Y después, cuando la otra estrofa decía, o la otra oración decía: “Y David los diez miles”, ahí ya se puso celoso; se ponía celoso y dice: “Lo único que le falta es que le den mi trono (jejeje); ahí lo único que le falta es que le den mi reino y se siente en mi trono”12, porque ahora lo están poniendo ¿cuántas veces? 9 veces o 10 veces más que a Saúl.

Bueno, Saúl solamente profetizó. “Ojalá todo Israel fuera profeta” pero, vean ustedes, Saúl no era profeta; solamente profetizó con los hijos de los profetas que estaban reunidos13.

Y, sin embargo, David sí era profeta; porque para un reino en donde Dios esté reinando por medio de ese rey, tiene que ser un profeta.

Y vean ustedes que para el glorioso Reino Milenial Cristo estará reinando y nosotros con Él, porque seremos a imagen y semejanza de Cristo. ¡Ahí todos serán profetas! Todos tendrán las dos consciencias juntas, y las cosas marcharán bien.

[CORTE DE ORIGEN]

Así seremos todos como Él, y así el misterio de las dos consciencias juntas para todos los hijos de Dios será una realidad; porque las tendremos todos, las dos consciencias juntas, en el nuevo cuerpo. Todos los hijos e hijas de Dios tendrán las dos consciencias juntas en el nuevo cuerpo, y todos seremos a imagen y semejanza del Señor Jesucristo.

Pero mientras llega ese tiempo, Cristo, en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, ha enviado de edad en edad y de dispensación en dispensación un mensajero con las dos consciencias juntas; y de lo que no se ve, ha traído el Mensaje y se ha materializado la edad correspondiente a ese tiempo; y si ha sido un mensajero dispensacional, pues se ha materializado una nueva dispensación.

Las personas podrían preguntar: “¿Y cómo logra hacer Tal profeta tal y tal cosa?”. De lo que no se ve, de ahí él toma; y luego se materializa, eso que no se ve, en las cosas que se ven; y entonces todos lo podrán ver materializado, y por medio de esa materialización podrán ver la Obra hecha por Dios.

Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: “EL MISTERIO DE LAS DOS CONSCIENCIAS JUNTAS”.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos; y dejo nuevamente con ustedes al reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar.

Será hasta la noche, Dios mediante, en que estaré nuevamente con todos ustedes para la actividad de la noche.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“EL MISTERIO DE LAS DOS CONSCIENCIAS JUNTAS”.

[Revisión julio 2022]

1 SPN65-1128E “En las alas de una paloma blanca como la nieve”, pág. 30, párr. 225 / Citas, pág. 168, párr. 1496

2 San Lucas 1:19

3 1 Reyes 19:15-16

4 2 Reyes 2:9-15

5 2 Reyes 8:7-15 y 9:1-6

6 Números 11:29

7 Éxodo 32:10

8 Génesis 48:14-20

9 1 Samuel 16:1-7

10 1 Samuel 17:1-58

11 Hechos 13:22

12 1 Samuel 18:6-8

13 1 Samuel 10:10-12, 19:23-24

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