El misterio de las vigilias

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para tener compañerismo alrededor del Programa Divino, y poder comprender en esta noche: “EL MISTERIO DE LAS VIGILIAS”, de las cuales habla la Biblia; y así poder comprender en cuál de las vigilias estamos viviendo en este tiempo.

Por lo tanto, iremos a la Escritura y veremos lo que la Biblia habla acerca de las vigilias; y obtendremos así el conocimiento de las vigilias y el propósito divino de las vigilias para Su pueblo.

En San Lucas, capítulo 12, verso 35 al 44, dice Jesucristo:

“Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;

y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.

Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles.

Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.

Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.

Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.

Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos?

Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración?

Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.

En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Para esta noche tendremos ciertas preguntas que serán contestadas a medida que escuchemos esta conferencia. Son tres preguntas muy importantes, y son las siguientes:

• ¿Cuál es la relación de las vigilias con la trayectoria de la Iglesia del Señor Jesucristo? Esa pregunta la tendremos contestada durante esta conferencia.

La segunda pregunta es:

• ¿En cuál de las vigilias ha de venir el Hijo del Hombre? Esa pregunta también tendrá su respuesta en esta conferencia.

La tercera es:

• ¿Cuál es el gran evento prometido que será realizado en la cuarta vigilia? Esa pregunta también será contestada en nuestros corazones a medida que escuchemos la Palabra de Dios en esta noche.

Es muy importante conocer el misterio de las vigilias, porque Jesucristo habló de las vigilias, y habló de la Venida del Hijo del Hombre para una de las vigilias; y tenemos que saber en cuál de las vigilias la Venida del Hijo del Hombre estará cumplida o será cumplida.

El misterio de las vigilias es un misterio que los seres humanos han querido comprender desde tiempos antiguos, y conocer en cuál de las vigilias Dios llevaría a cabo el cumplimiento de Sus promesas.

Las vigilias son mencionadas en la Escritura; y pertenecen —tres de las cuatro vigilias— al tiempo de la noche, y una pertenece al tiempo de la mañana. Siempre se piensa que las vigilias pertenecen a la noche; pero veamos estas cuatro vigilias y sus horarios, y descubriremos que una de ellas se cumple en la mañana.

La primera vigilia que tenemos en la Escritura, de la cual también Cristo habló, corresponde a un lapso de tiempo de la noche.

Algo muy importante que necesitamos entender es que cada vigilia consta de 3 horas. Eso es muy importante entenderlo, para que así podamos comprender todo este misterio de las vigilias.

  • La primera vigilia es de 9:00 a 12:00 de la noche.
  • La segunda vigilia es de 12:00 a 3:00 de la mañana.
  • La tercera vigilia es de 3:00 a 6:00 de la mañana.
  • Y la cuarta vigilia es de 6:00 a 9:00 de la mañana.

Y ahí encontramos la cuarta vigilia, que corresponde a las 3 horas de la mañana: de 6:00 a 9:00 de la mañana. Esa es la única vigilia que es de día; las demás vigilias hemos visto que comienzan a las 9:00 de la [noche] y terminan a las 6:00 de la mañana.

Ahora, la cuarta vigilia es la más importante de todas. En la cuarta vigilia han sucedido grandes eventos bíblicos; como, por ejemplo, cuando el pueblo hebreo entró al Mar Rojo: cuando Moisés abrió el Mar Rojo con la Palabra de Dios que estaba en él, extendiendo su vara y hablando la Palabra, el mar fue abierto y pasó el pueblo hebreo.

Y luego, el ejército del faraón quiso pasar también para matar a los hebreos; y cuando entró al Mar Rojo entraron en seco (porque ya Moisés había abierto el Mar Rojo); pero cuando terminó de pasar el pueblo hebreo, encontramos que Moisés extendió su mano —con su vara en la mano— y cerró el Mar Rojo; y el ejército del faraón estaba dentro del Mar Rojo, y fue destruido[1].

Ahora miren cómo el faraón no quiso obedecer la Voz de Dios, fue rebelde a la Voz de Dios y al profeta de Dios, y no se conformó con los juicios divinos que Dios le envió en Egipto, y vino a buscar el último: lo vino a buscar en el Mar Rojo, y ahí lo consiguió.

Vean ustedes que estuvo todo el tiempo en contra de Moisés y en contra del pueblo hebreo; y la Escritura dice: “El que te bendijere será bendito, y el que te maldijere será maldito”[2]. Por lo tanto, el faraón recibió la maldición, porque siempre estuvo en contra del pueblo hebreo y en contra del profeta de Dios.

Ahora, vean ustedes cómo el pueblo hebreo salió victorioso del Mar Rojo, y el faraón encontramos que fue derrotado; fue la última derrota; y miren ustedes, sin las personas del pueblo hebreo pelear en contra del faraón. Dios estaba peleando en favor del pueblo hebreo; porque fue sin ejércitos terrenales y sin fuerza terrenal, sino con el Espíritu de Dios manifestado en el profeta Moisés.

Ahora podemos ver cómo el pueblo hebreo obtuvo la victoria: obtuvo esa victoria de parte de Dios.

Encontramos que anteriormente el pueblo hebreo, representado en un hombre: en Jacob, obtuvo también una victoria muy grande cuando se encontró con el Ángel de Jehová.

Encontramos al pueblo hebreo representado allí en Jacob (porque estaba en los lomos de Jacob), y de Jacob vinieron todos los hijos de Israel; y encontramos que allí con Jacob estaban representados todos sus hijos, que ya habían nacido.

Encontramos, vean ustedes, a Jacob luchando con el Ángel de Jehová. Y ya por la mañana, cuando ya amanecía, miren lo que sucedió: capítulo 32 del Génesis nos dice… comenzando en el verso 24, dice:

“Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.

Y dijo (el Ángel): Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.

Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.

Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido”.

Ahora, vean cómo Jacob luchó con el Ángel de Jehová, o sea que luchó con Jesucristo en Su cuerpo teofánico, que es el mismo Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob en Su cuerpo teofánico, llamado el Ángel de Jehová y también llamado Jehová en el Antiguo Testamento.

También fue llamado por Abraham: Elohim, cuando le apareció el día antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra[3]; y también le había aparecido antes como Melquisedec, y bendijo a Abraham, y le dio pan y vino[4].

Ahora, está amaneciéndole aquí a Jacob. El Ángel de Jehová, este Varón de otra dimensión, este Varón con este cuerpo teofánico de la sexta dimensión, le aparece a Jacob, y Jacob no lo dejó ir.

Jacob es un profeta: tiene las dos consciencias juntas, puede ver en ambas dimensiones; y agarró a un personaje de otra dimensión, y ese personaje es el Ángel de Jehová, que estaba en Su cuerpo teofánico; lo agarró y no lo dejaba ir.

“Y el Ángel lo bendijo…”.

Y ahora miren todo lo que sucede:

“Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido (obtuvo la victoria).

Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.

Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera”.

Pero es mejor la persona estar coja, pero con la bendición de Dios, que estar bien sin la bendición de Dios. Y Jacob tuvo este problema en su pierna luchando por la bendición de Dios.

Algunas personas dicen, cuando tienen un problema o tuvieron un accidente…, y esas personas iban viajando hacia una actividad para buscar la bendición de Dios, o regresaban de una actividad, y tuvieron algún accidente, algún problema; algunos dicen: “Si yo no hubiera ido, no me hubiera pasado esto”; pero no hubiera recibido la bendición de Dios.

Es mejor tener la bendición de Dios, no importa los problemas que uno tenga buscando la bendición de Dios.

Miren ustedes, a los cristianos los persiguieron en los tiempos pasados, se los echaban a los leones. Cualquier persona podía decir: “Si yo no fuera un creyente en Cristo, no me echaban a – en la boca de los leones”. Pero de todos modos la persona tiene que morir en cuanto a su cuerpo físico; y si no creyó en Cristo, ¿de qué le valía vivir en la Tierra y que no lo echaran a los leones, o los mataran en alguna forma en aquel tiempo?

Cristo dijo en San Mateo, capítulo 16, versos 24 en adelante:

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”.

Esto nos muestra que el camino de Cristo no es fácil, en cuanto a que uno no tiene problemas en la vida. Por creer en Cristo, muchas veces le vienen problemas hasta en la misma casa de uno; pero está llevando la Cruz de Cristo.

Sigue diciendo:

“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”.

O sea que no hay que lamentarse por los problemas que uno tenga al estar buscando la bendición de Dios.

Cualquier persona puede decir: “Mi hijo o mi amigo que salió para una actividad, cuando regresaba murió”; pues no tiene ningún problema: se fue al Paraíso. Si no estuviera buscando la bendición de Dios y sirviendo a Cristo, y muriera esa persona: se iba al infierno, o sea, a la quinta dimensión (en palabras más suaves). Y podía decir: “Su amigo murió quietecito en la casa, tranquilito”; pero sin la bendición de Dios, ¿de qué le sirvió? Allá en la quinta dimensión no estará muy tranquilo.

Así que es mejor estar sirviendo a Cristo todos los días de nuestra vida, no importa los problemas que uno tenga en la vida. “Todo aquel que pierda su vida por causa de mí, la hallará”. ¿Y cuál es la que halla? La vida eterna; esa es la que nosotros queremos. Esta terrenal es temporal.

Ahora miren ustedes lo importante que es servir a Cristo todos los días de nuestra vida.

“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? (No le vale de nada). ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”.

Dios no acepta nada en recompensa por la salvación del alma, excepto el Sacrificio de Cristo. Y si la persona no ha aceptado ese Sacrificio —creyendo en Cristo como su Salvador y lavando sus pecados en la Sangre de Cristo y recibiendo Su Espíritu—: la persona no tiene nada que ofrecerle a Dios si no tiene el Sacrificio de Cristo recibido en su alma y Su Sangre aplicada en su alma. Solamente hay una cosa ofrecida por la salvación nuestra: es Jesucristo en la Cruz del Calvario, muriendo para nuestra salvación; y Dios no acepta otra cosa.

Sigue diciendo:

“Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”.

Ahora podemos ver aquí que es muy importante siempre estar buscando la bendición de Dios.

Cuando leímos este pasaje de Jacob, pensamos que Jacob agarró al Ángel de Jehová y no habló muchas cosas; pero vamos a preguntarle aquí al profeta Oseas alguna de las cosas que Jacob habló. En el capítulo 12 de Oseas, verso 3 en adelante, dice:

“En el seno materno tomó por el calcañar a su hermano, y con su poder venció al ángel.

Venció al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en Bet-el le halló, y allí habló con nosotros.

Mas Jehová es Dios de los ejércitos; Jehová es su nombre.

Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre”.

Luego, en el mismo capítulo 12, verso 9 al 10, dice:

“Pero yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; aún te haré morar en tiendas, como en los días de la fiesta.

Y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de los profetas usé parábolas”.

Por medio de los profetas Dios ha usado parábolas.

Y esto de las vigilias son parábolas que marcan tiempos proféticos, en los cuales la Iglesia del Señor Jesucristo estaría manifestada de etapa en etapa.

  • Las vigilias…: las primeras tres corresponden al tiempo de las edades de la Iglesia durante las siete edades de la Iglesia gentil, y la cuarta vigilia corresponde a la Edad de la Piedra Angular.

Las tres primeras vigilias corresponden al Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo; la cuarta vigilia corresponde al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, la cuarta vigilia corresponde a la Edad de la Piedra Angular.

Las primeras tres vigilias corresponden al quinto milenio y sexto milenio; la cuarta vigilia corresponde al séptimo milenio.

Ahora, las vigilias aquí usadas son vigilias proféticas, representadas en las vigilias que se guardaban en aquellos tiempos.

De todas las vigilias la más importante es la cuarta vigilia. En la cuarta vigilia bendijo el Ángel de Jehová a Jacob, y recibió Jacob un nuevo nombre.

Es en la cuarta vigilia, de la cual habló Cristo, en la cual Dios bendecirá, el Ángel de Jehová bendecirá al Israel o al Jacob celestial primero, y al Jacob terrenal, que es el pueblo hebreo. El Jacob o Israel celestial es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y miren ustedes, el mismo Ángel de Jehová que estuvo toda la noche, durante todas esas vigilias, luchando con Jacob y Jacob con Él, cuando llegó la mañana, cuando rayaba el alba, cuando ya estaba amaneciendo, o sea, cuando ya la cuarta vigilia estaba comenzando, encontramos que Jacob recibió la bendición de Dios.

Y ahora, encontramos que la bendición de Dios, la bendición de Cristo, el Ángel del Pacto, para Su Iglesia, es para la cuarta vigilia. No es para las siete edades de la Iglesia gentil, sino para la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Lugar Santísimo, en donde estará el mismo Ángel de Jehová o Ángel del Pacto que estuvo en las siete edades de la Iglesia gentil manifestado en cada uno de los ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil.

Y ahora, vean ustedes cómo hubo una lucha de edad en edad por la bendición de Dios.

Pero es en la cuarta vigilia, en la manifestación del Ángel del Pacto para la Edad de la Piedra Angular y Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, que el Ángel del Pacto, Jesucristo manifestado en Espíritu Santo, bendecirá a Su Iglesia y traerá el cambio que nosotros necesitamos.

Vean ustedes, el nuevo nombre que recibió Jacob tiene que ver con toda la bendición que recibiría en la tierra nueva, o sea, en la tierra prometida, a la cual él iba para poseerla, para recibir la herencia de la Primogenitura que le correspondía.

La Iglesia del Señor Jesucristo, encontramos que en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo: recibirá su herencia; la herencia que perdió Adán y Eva en la caída: la Iglesia del Señor Jesucristo la obtendrá; porque les será restaurada la herencia de Dios a todos los hijos de Dios, a todos los escogidos de Dios. Y por eso es que viene el Ángel del Pacto, que es Jesucristo en Espíritu Santo, en el Día Postrero, manifestado en la cuarta vigilia.

Y en la cuarta vigilia es que todos nosotros estaremos recibiendo la bendición del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, de Jesucristo en Su manifestación final, en donde estarán viendo todos los hijos e hijas de Dios lo que vio Jacob.

Jacob dijo: “He visto a Dios cara a cara”. Y todos los escogidos de Dios en el Día Postrero estarán viendo a Jesucristo manifestado en Espíritu Santo a través de carne humana, y estarán viendo a Jesucristo con Su rostro como el sol, a Jesucristo como Rey de reyes y Señor de señores.

Estarán viendo, ya no en espejo, en oscuridad, sino cara a cara[5]; porque estarán viendo a Jesucristo viniendo en Espíritu Santo en el velo de carne que Él tendrá en la cuarta vigilia. Y estarán viendo a Jesucristo cara a cara al estar viendo a Jesucristo manifestado en Su velo de carne de la cuarta vigilia. Eso será ver a Dios, ver a Jesucristo cara a cara en el Día Postrero.

Jacob viendo al Ángel del Pacto cara a cara recibió la bendición de Dios.

Y ahora, vean ustedes, Jacob quiso saber el Nombre del Ángel; porque el Nombre de Dios ¿dónde está? En el Ángel. Y por eso Jacob le preguntó al Ángel: “¿Cuál es tu nombre?”. El Ángel le dice: “¿Por qué preguntas por mi nombre?”. O sea que el Ángel sabía por qué estaba preguntando por su nombre: porque si sabía el Nombre del Ángel, pues iba a saber el Nombre de Dios. ¿Por qué?

Éxodo, capítulo 23, verso 20 en adelante, dice:

“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.

Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él”.

¿Dónde está el Nombre Eterno de Dios? En el Ángel de Jehová.

Vean ustedes, Jacob quería conocer el nombre, porque conociendo el Nombre del Ángel (el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que era el mismo Dios en Su cuerpo teofánico, en ese cuerpo de la sexta dimensión), iba a estar conociendo el Nombre Eterno de Dios.

¿Recuerdan ustedes cuando le apareció el Ángel del Pacto a los padres de Sansón? Querían saber ellos el Nombre del Ángel. Y el Ángel les dice: “¿Por qué preguntas por mi nombre, el cual es oculto?”[6]. No le era permitido darlo a conocer.

A Moisés, cuando él también quiso saber el Nombre del Ángel, del Ángel de Jehová, el Ángel le dijo: “Yo soy el que soy. Y le dirás a ellos: Yo soy me ha enviado a vosotros”[7]. Y fueron dadas cinco letras, cinco consonantes, que son: YHWH; esas fueron las letras que le fueron dadas a Moisés por el Ángel de Jehová.

Y el pueblo hebreo ha deseado saber el Nombre Eterno de Dios, el Nombre del Ángel del Pacto; pero el pueblo hebreo, vean ustedes, no ha podido entender ese Nombre. Pero ese Nombre, para el tiempo final, para el Día Postrero, será revelado a todos los hijos e hijas de Dios, a todos los primogénitos de Dios en el Día Postrero, en la Venida del Hijo del Hombre.

Ahora, con la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo en el Día Postrero manifestado en Su Ángel Mensajero, en la cuarta vigilia, estará dándonos la bendición que nosotros necesitamos para ser transformados nosotros los que vivimos y ser resucitados los que han partido en las edades pasadas.

Esto es para la cuarta vigilia; y la cuarta vigilia, en términos proféticos, corresponde a la Edad de la Piedra Angular.

Ahora, en términos proféticos, Cristo habló de la Venida del Hijo del Hombre, y comparó el tiempo de la Venida del Hijo del Hombre a una de las vigilias.

Y encontramos que para las diferentes vigilias Cristo tendría en Su Iglesia siervos, o sea, mayordomos fieles y prudentes, que de vigilia en vigilia, de etapa en etapa, estarían alimentando a los hijos e hijas de Dios con el Pan de la Palabra de Dios; “porque no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”, nos dice Dios en Deuteronomio, capítulo 8, verso 3 al 4, y San Mateo, capítulo 4, verso 4. Y el Alimento para el alma es la Palabra de Dios, el Mensaje de Dios correspondiente al tiempo que la persona está viviendo.

Ahora, Cristo pregunta: “¿Quién es el mayordomo fiel y prudente, el cual estará en la Casa de Dios? ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual Su Señor pondrá sobre Su Casa?”. ¿Y cuál es la Casa del Señor? Su Iglesia. Esa es la Casa, la Familia de Dios; es una Familia celestial.

Así como Él dijo: “He descendido del Cielo”[8], ¿saben ustedes una cosa? Todos los hijos e hijas de Dios han descendido del Cielo, han venido de la séptima dimensión, y se encuentran aquí en la Tierra en cuerpos mortales.

Y para pasar por la sexta dimensión: hemos creído en nuestro amado Señor Jesucristo como nuestro Salvador y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, y hemos lavado nuestros pecados en la Sangre de Cristo, y hemos recibido Su Espíritu Santo; y así hemos recibido un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, y hemos recibido así vida eterna; hemos nacido así en el Reino de Dios, hemos nacido de nuevo y tenemos vida eterna.

Y solamente nos falta el cuerpo físico y eterno, el cual Él nos dará ¿en dónde? En la cuarta vigilia. Los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seremos transformados[9]. Eso es para este tiempo final.

Ahora, Cristo preguntó: “¿Quién es ese siervo fiel y prudente, ese mayordomo fiel, al cual su Señor ha puesto sobre Su Casa?”. De edad en edad Dios ha colocado un mensajero, en el cual ha estado un espíritu teofánico de la sexta dimensión manifestado en carne humana en ese mensajero; y ese mensajero ha traído —de la sexta dimensión— el Mensaje de Dios para el pueblo; y ese Mensaje es el Alimento para el pueblo, la ración correspondiente al tiempo en que las personas están viviendo.

Y ahora, ¿quién es el siervo fiel y prudente (o sea, el mayordomo fiel y prudente) que estará en la Casa de Dios (o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo) como el mensajero correspondiente a la cuarta vigilia?, ¿correspondiente a la Edad de la Piedra Angular?, ¿correspondiente al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo?, ¿correspondiente a la Dispensación del Reino?, ¿y correspondiente al Día Postrero? ¿Cuál es ese siervo fiel y prudente?

Porque ya los otros siervos fieles y prudentes, que son los siete ángeles mensajeros de las siete edades, dieron el alimento espiritual, la ración, a los hijos de Dios, en la Casa de Dios, en las vigilias en que ellos vinieron.

Y ahora, para el Día Postrero, ¿quién será el siervo fiel y prudente, ese mayordomo fiel y prudente, ese administrador fiel y prudente, que estará ministrando la Palabra de Dios, el alimento espiritual, a los hijos e hijas de Dios, en la Casa de Dios, o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo? Dice:

[San Lucas 12:43] “Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.

En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes”.

¿Y qué significa eso? Que se cumplirá en ese siervo fiel y prudente lo que dijo Cristo en Apocalipsis, capítulo 3, verso 21:

“Al que venciere, (Yo) le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.

Desde el trono es que se gobierna. Y este mayordomo fiel y prudente será colocado sobre todos los bienes de Su Señor. ¿Y para qué? Para administrar los bienes de Su Señor.

Ahora, veamos San Marcos, capítulo 13, lo que nos dice, hablando de la Venida del Hijo del Hombre. Dice, capítulo 13, verso 32 en adelante:

“Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre (está hablando aquí ¿de qué? De la Venida del Hijo del Hombre).

Mirad, velad y orad…”.

Mirad ¿por qué?, y velad ¿por qué?, y orad ¿por qué? Por la Venida del Hijo del Hombre, y para que estemos preparados para verlo y recibirlo en el tiempo final.

“… porque no sabéis cuándo será el tiempo.

Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase”.

Jesucristo ascendió al Cielo, pero envió en Su Iglesia y a Su Iglesia siervos fieles y prudentes, que son los siete ángeles mensajeros de las siete edades, y el Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular; y les dio autoridad sobre Su Casa.

Sigue diciendo:

“Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa…”.

Ahora, velad ¿por qué? Por Su Venida. Sigue diciendo:

“… si al anochecer…”.

Eso fue en el comienzo de la Iglesia, allá con los apóstoles, y también corresponde a la etapa de las grandes persecuciones por las cuales pasó la Iglesia. Sigue diciendo:

“… o a la medianoche…”.

La medianoche encontramos que es el tiempo de la segunda vigilia; porque la primera termina a las 12:00 y la segunda comienza a las 12:00, o sea, finalizando la primera y comenzando la segunda.

“… o al canto del gallo (ya esa es la tercera vigilia), o a la mañana (ya esa es la cuarta vigilia)”.

  • Y no vino ni en la primera, ni en la segunda, ni en la tercera; así que, por eliminación, ya sabemos que la Venida del Hijo del Hombre era ¿para cuál de las vigilias? Para la cuarta vigilia; porque no queda otra vigilia, y esa es la única vigilia que corresponde a un tiempo de día: corresponde a las primeras tres horas de la mañana.

En esa cuarta vigilia, vean ustedes, Jacob fue bendecido; en esa cuarta vigilia encontramos también que Jesús caminó sobre el mar; encontramos a Jesús apareciéndole a Sus discípulos, revelándose a Sus discípulos en la cuarta vigilia. Eso lo encontramos en San Mateo, capítulo 14. Eso sucedió después de multiplicar los panes y los peces. Vamos a ver cómo dice la Escritura. El capítulo 14, verso 22 en adelante:

“En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud”.

Eso fue luego de multiplicar los panes y los peces, donde comieron cinco mil personas, sin contar los niños y las mujeres; y cuando terminó, sobró más pan y más peces de los que le habían entregado cuando Él comenzó[10].

Miren ustedes, todo lo que ponemos en las manos de Cristo Él lo bendice y lo multiplica, y lo usa en Su Obra; y cuando nosotros luego veamos lo que colocamos en Sus manos, veremos que habrá más de lo que nosotros colocamos en Sus manos.

Sigue diciendo:

“Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.

Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.

Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.

Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.

Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!”.

Ahora podemos ver a Jesús caminando sobre el mar en la cuarta vigilia.

En San Marcos también nos habla de esta cuarta vigilia, en el capítulo 6, y nos muestra en esta cuarta vigilia todo lo que allí sucedió. Vamos a ver el capítulo 6, verso 48 en adelante, dice:

“Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles.

Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron;

porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!

Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento; y ellos se asombraron en gran manera, y se maravillaban.

Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones”.

Aquí podemos ver lo que sucedió en esta cuarta vigilia.

Y encontramos en San Juan que también aparece andando sobre el mar en la cuarta vigilia; eso está en el capítulo 6, verso 15 al 21. Y ya eso ustedes lo leerán en sus hogares, para que tengan más Escrituras o lugares donde Jesús caminó sobre el mar.

Ellos se maravillaban de que Jesús le hablaba al viento y al mar, y le obedecían; es que allí estaba el Creador de ellos, y les hablaba y le obedecían.

Ahora podemos ver que la cuarta vigilia es muy importante, en el campo profético, con relación a la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero.

Ahora, el Día Postrero, ¿qué es el Día Postrero? Es el Día del Señor. El Día Postrero es el séptimo milenio, “porque un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día”[11].

Y una vigilia, en términos de un día delante del Señor como mil años, entonces 3 horas delante del Señor… las 3 horas de la cuarta vigilia vienen a ser 125 años; porque 1 hora delante de Dios, para los seres humanos es 41 años con 8 meses; y 41 años con 8 meses multiplicado por 3 les da 125 años.

Los primeros 125 años del Día Postrero es (delante de Dios) la cuarta vigilia, de la cual nos habla Cristo, cuando nos habla: “Será al anochecer, o será a la medianoche, o será al canto del gallo, o a la mañana”.

Si no fue en el atardecer (o sea, al oscurecer), y no fue a la media noche, y no fue al canto del gallo (o sea, primera, segunda y tercera vigilia); solamente queda la cuarta vigilia.

Es en la cuarta vigilia donde Cristo caminó sobre el mar: tipo y figura de la Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero, donde Su Iglesia lo estará necesitando más que nunca antes.

Y en Apocalipsis, capítulo 10, lo encontramos caminando sobre el mar, y caminando sobre el mar para llegar a tierra. En Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante, dice:

“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;

y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces”.

Aquí tenemos la Venida del Hijo del Hombre, la Venida de Cristo en el Día Postrero; lo encontramos con Su rostro como el sol.

¿Cuándo usted ve el sol? En la mañana, o en el día, no durante la noche. Su Venida es en la cuarta vigilia con Su rostro como el sol.

En el Monte de la Transfiguración, donde Él mostró en esa visión la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, aparece con Su rostro como el sol también. ¿Por qué? Porque Su Venida es para la cuarta vigilia, para la cuarta vigilia correspondiente al Día Postrero; o sea, es para los primeros 125 años del Día Postrero, del séptimo milenio.

Durante ese lapso de tiempo de la cuarta vigilia, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles tiene que ser cumplida aquí en la Tierra.

Ahora, podemos ver la importancia de las vigilias, podemos ver el por qué es tan importante comprender el misterio de las vigilias: porque para la cuarta vigilia, Jesucristo, el Hijo del Hombre con Sus Ángeles, resplandeciendo Su rostro como el sol, estará manifestado en la Tierra con Su rostro como el sol, o sea, como Rey de reyes y Señor de señores; porque Su rostro como el sol representa a Cristo como Rey de reyes y Señor de señores, como Hijo del Hombre e Hijo de David, para sentarse en el Trono de David, y reinar por mil años y luego por toda la eternidad.

Pero para Su Venida hay un Programa que tiene que ser cumplido, como para Su Primera Venida hubo un Programa que tuvo que ser cumplido.

Encontramos que luego de Su nacimiento transcurrieron 29 años y medio para comenzar Su ministerio, y luego transcurrieron 3 años y medio más para llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y así coronar Su Primera Venida como Cordero de Dios.

Y la Segunda Venida de Cristo, que es la Venida del Ángel del Pacto en el Día Postrero: es para llevar a cabo Su Obra de Reclamo de todo lo que Él redimió con Su Sangre preciosa en Su Primera Venida. Y aquí en la Tierra se estará viviendo en la cuarta vigilia, en la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.

Ahora, ¿cuánto tiempo estará el Hijo del Hombre con Sus Ángeles manifestado en la Tierra antes de llevar a cabo el propósito de Su Venida en toda Su plenitud?, porque irá por etapas, Su Programa tiene diferentes etapas; y durante todas esas etapas Él estará cumpliendo el propósito de Su Venida, y estará cumpliendo así las profecías bíblicas correspondientes a las diferentes etapas de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, resplandeciendo Su rostro como el sol, o sea, viniendo como Rey de reyes y Señor de señores, Hijo del Hombre e Hijo de David.

Ahora hemos visto la importancia de estas vigilias, y sobre todo la importancia de la cuarta vigilia y su significado en términos proféticos.

En términos proféticos, la cuarta vigilia es la más importante, porque es el ciclo divino de la primera parte del séptimo milenio, o sea, de los primeros 125 años del séptimo milenio, donde la Venida del Hijo del Hombre estará manifestada, revelada, en medio de la Iglesia de Jesucristo, llevando a cabo la Obra de Reclamo.

Ahora, ¿cuánto tiempo tomará todo el Programa de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en el Día Postrero? Esperemos, y luego veremos cuánto tiempo tomará (de tiempo) toda la Obra del Hijo del Hombre en Su Venida con Sus Ángeles; en donde estará llamando y juntando a Sus escogidos, y estará completando Su Cuerpo Místico de creyentes en la Edad de la Piedra Angular, y nos estará preparando para ser transformados y raptados en este Día Postrero. Todo esto es para la cuarta vigilia.

Miren ustedes, la resurrección de Cristo ¿en qué horario ocurrió? Ocurrió en la mañana del domingo de resurrección, y eso es la cuarta vigilia del domingo de resurrección; tipo y figura de la cuarta vigilia del Día Postrero, donde los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seremos transformados; así como Cristo resucitó en la cuarta vigilia del domingo de resurrección.

Y ahora, la Edad de la Piedra Angular está representada en el domingo de resurrección, porque la Edad de la Piedra Angular viene a ser el Día Octavo, que también es el primer día de la semana.

¿Y cuál es el primer día de la semana? El día domingo. Y si contamos el día domingo juntamente con los siete días de la semana que han transcurrido, entonces sería el día octavo.

Y la Edad de la Piedra Angular, si la contamos juntamente con las siete edades de la Iglesia gentil, viene a ser la Edad Octava, la Edad Eterna de la Iglesia del Señor Jesucristo, para entrar al ciclo divino de eternidad; para obtener el cuerpo eterno nosotros los que vivimos y los muertos en Cristo obtener el cuerpo eterno que les será dado por Cristo en la resurrección.

También la Edad de la Piedra Angular, que está representada en el día domingo, también está representada en el año del jubileo, que era el año 50 y también era el año octavo festivo en medio del pueblo hebreo.

Cada siete años —el año séptimo— era un año de descanso para la Tierra, de reposo, era un año festivo. Y luego de transcurridos 49 años, el pueblo hebreo había tenido 7 años sabáticos, o sea, 7 años de descanso en la Tierra durante 49 años; tenían 6 para trabajar y 1 de descanso para la Tierra. Y luego del año 49, que era el año de reposo para la Tierra, llegaba el año 50, que era el año del jubileo; y era el año en donde la herencia de cada hijo del pueblo hebreo, si la había perdido, regresaba a sus manos, sin pagar ni un solo centavo; era el año de la redención[12].

Y la redención de nuestros cuerpos corresponde al Año del Jubileo actualizado, o sea, a la Edad de la Piedra Angular, donde recibiremos la redención del cuerpo, que es la transformación de nuestro cuerpo, para tener el cuerpo eterno nosotros los que vivimos y los muertos en Cristo recibir su cuerpo eterno.

Si alguno de los nuestros parte, no hay ningún problema, va a recibir de todas formas su cuerpo eterno: resucitará en la cuarta vigilia en este Día Postrero, en un cuerpo eterno, y estará con nosotros de nuevo. Y si la persona permanece viva y los muertos en Cristo resucitan: cuando los veamos, pues seremos transformados.

De todas formas, vamos a tener el cuerpo eterno que Cristo ha prometido para todos nosotros; porque estamos viviendo en el ciclo divino de la redención de nuestros cuerpos mortales, para tener el cuerpo eterno. Seremos transformados, y así tendremos el cuerpo eterno, que es una herencia que corresponde a los hijos e hijas de Dios; bendición que perdió el ser humano seis mil años atrás, pero que será restaurada en este Día Postrero.

Y todas las demás bendiciones que perdió Adán y Eva serán restauradas en este Día Postrero. Y todos nosotros seremos a imagen y semejanza de Jesucristo, seremos personas en toda la perfección: cuerpos perfectos y eternos, espíritus teofánicos eternos y perfectos, y nuestras almas eternas y perfectas; y todos redimidos con nuestro amado Señor Jesucristo, para vivir por el Milenio y por toda la eternidad.

Por eso es que dice la Escritura que “las aflicciones que tenemos en este tiempo terrenal que vivimos y en estos cuerpos terrenales, no es de comparar con las glorias venideras que en nosotros van a ser manifestadas”[13]. En nosotros van a ser manifestadas esas glorias venideras en el cuerpo eterno y nuevo que hemos de tener; y eso es ¿para quiénes? Para todos ustedes y para mí también.

Y ahora, miren ustedes, las tres vigilias primeras se cumplieron durante las siete edades de la Iglesia gentil, en los territorios donde se cumplieron esas edades; porque corresponden a la noche, donde aparecen las estrellas, y corresponden a esa etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo donde aparecieron las siete estrellas o siete mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil. La Iglesia está representada —en esas edades— en la luna, porque era el tiempo de la noche.

Pero para el tiempo final, la Iglesia no estará vestida de la luna, sino del sol, porque es el tiempo de la cuarta vigilia, que es de día. Por eso dice: “A los que temen Mi Nombre, nacerá el Sol de Justicia, y en Sus Alas traerá salvación”[14].

Por eso es que Cristo aparece en el Monte de la Transfiguración con Su rostro como el sol; y en Apocalipsis, capítulo 10, aparece con Su rostro como el sol; y en Apocalipsis, capítulo 1, aparece también con Su rostro como el sol. Capítulo 1, verso 16, dice:

“Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos (la Espada es la Palabra. Las siete estrellas son los siete ángeles de las siete edades); y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza”.

Aquí lo vemos con Su rostro como el sol. ¿A quién? Al Hijo del Hombre. y el Hijo del Hombre en Su Venida viene con Su rostro como el sol, porque viene ¿en cuál de las vigilias? En la cuarta vigilia.

Y ahora podemos ver en Apocalipsis, capítulo 22, verso 4, donde dice:

“… y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes”.

Ahí podemos ver el Sol, Su rostro como el sol, y podemos ver que Su Nombre, el Nombre del Sol de Justicia, el Nombre de Cristo, el Ángel del Pacto, para el Día Postrero, Su Nombre Nuevo, que es el Nombre Eterno de Dios: encontramos que lo tendrán todos los hijos de Dios en sus frentes, o sea, tendrán el conocimiento del Nombre Eterno de Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Los escogidos de la Iglesia del Señor Jesucristo tendrán ese conocimiento.

Y también 144.000 hebreos lo verán viniendo con Su rostro como el sol, y obtendrán la revelación del Nombre Eterno de Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo; obtendrán el conocimiento del Nombre del Cordero de Dios Jesucristo, viniendo en el Día Postrero como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Y lo que quiso conocer Jacob cuando le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”, eso será revelado al Jacob, al Israel celestial primero, y al Israel terrenal: el pueblo hebreo.

El Israel celestial es la Iglesia del Señor Jesucristo, y el Israel terrenal es el pueblo hebreo, 144.000 hebreos que lo recibirán; así como los escogidos de entre los gentiles, de la Iglesia de Jesucristo, lo recibirán en este tiempo final. Y estarán viendo a Jesucristo cara a cara manifestado en carne humana en medio de Su Iglesia, y eso será la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19.

¿Qué dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo que sería la Venida del caballo blanco de Apocalipsis 19? Vamos a ver. En la página 134 del libro de Los Sellos, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo:

142. Y noten ustedes: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de Señores’”.

Es la Venida del Espíritu Santo en carne humana.

Y ahora, en la página 277 del libro de Los Sellos en español, en una parte de la oración dice nuestro hermano Branham:

[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.

¿Quién es el que llama a los Suyos?, ¿quién es el que llama a los escogidos? Es el Espíritu Santo, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. Y en el Día Postrero estará con nosotros, en medio de Su Iglesia, manifestado en carne humana.

Y ahora veamos, en Apocalipsis, capítulo 19, nos habla de la Venida de Cristo en un caballo blanco y con una Espada saliendo de Su boca, y con un nombre que ninguno entiende, el cual es: El Verbo de Dios; y tiene en Su vestidura y en Su muslo escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.

Y ahora, en la página 256 del libro de Los Sellos, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo:

121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.

Eso es la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. Esa es la Venida del Ángel del Pacto, de Jesucristo en Espíritu Santo, velado en carne humana en el Día Postrero en Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y trayéndonos la bendición del Cielo, la bendición para el Israel celestial: la Iglesia del Señor Jesucristo, y para el Israel terrenal, que es el pueblo hebreo.

Ahora vean cómo viene la bendición del Cielo, la bendición de Dios para los hijos e hijas de Dios de la Iglesia del Señor Jesucristo, y después para el pueblo hebreo; y todo esto en la cuarta vigilia; la cuarta vigilia, que corresponde a este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo.

Este es el tiempo de la cuarta vigilia. Este es el tiempo en que los escogidos de Dios estarán viendo al Ángel del Pacto, que es Jesucristo en Espíritu Santo, manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero, viéndolo cara a cara manifestado a través de carne humana, y recibiendo las bendiciones de Jesucristo en este Día Postrero, en la cuarta vigilia.

Hemos visto: “EL MISTERIO DE LAS VIGILIAS”.

Hemos visto la relación de las vigilias con la trayectoria de la Iglesia del Señor Jesucristo, hemos visto también en cuál de las vigilias el Hijo del Hombre vendría, y hemos visto también cuál es el gran evento prometido que será realizado en la cuarta vigilia.

  • El gran evento es: la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que es la Venida de Jesucristo, el Ángel del Pacto, viniendo en Espíritu Santo manifestado por medio de Su Ángel Mensajero, viniendo en carne humana en Su Ángel Mensajero manifestado, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder, y bendiciéndonos Jesucristo en este Día Postrero; y llamando y juntando a todos Sus escogidos en este Día Postrero.

Para eso es el gran evento prometido para el Día Postrero de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en la cuarta vigilia.

Hemos visto: “EL MISTERIO DE LAS VIGILIAS”.

Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: “EL MISTERIO DE LAS VIGILIAS”.

Que las bendiciones de Jesucristo correspondientes a la cuarta vigilia sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también; y pronto todos seamos transformados y raptados y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, y allí disfrutemos con Cristo esa gran fiesta de la Cena del Cordero. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos; y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, el Hijo de prosperidad.

Dios les bendiga y les guarde a todos.

Dejo nuevamente con ustedes al reverendo Gian del Corto para continuar y finalizar nuestra parte en esta noche, dándole gracias a Jesucristo por Sus bendiciones en esta noche.

“EL MISTERIO DE LAS VIGILIAS”.

[Revisión enero 2023 -RM-JR]

[1] Éxodo 14:13-28

[2] Génesis 12:3, Números 24:9

[3] Génesis 18:1-33

[4] Génesis 14:18-20, Hebreos 7:1-6

[5] 1 Corintios 13:12

[6] Jueces 13:11-18

[7] Éxodo 3:13-14

[8] San Juan 6:38

[9] 1 Corintios 15:51-52

[10] Mt. 14:13-21, Mr. 6:30-44, Lc. 9:10-17, Jn. 6:1-13

[11] 2 Pedro 3:8, Salmos 90:4

[12] Levítico 25:1-55

[13] Romanos 8:18

[14] Malaquías 4:2

Scroll al inicio