Muy buenas tardes, amados hermanos y amigos presentes, y televidentes en los diferentes países de la América Latina, el Caribe y Norteamérica.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes, y nos abra el entendimiento para comprender Su Palabra y poder comprender el misterio del Rapto de Su Iglesia para este tiempo final. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Quiero leer en San Juan, capítulo 14, versos 1 al 6, donde Jesucristo dice:
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra, y nos permita entenderla.
Nuestro tema para esta ocasión es: “EL RAPTO DE LA IGLESIA”.
Nuestro tema es: “EL RAPTO DE LA IGLESIA”, la Iglesia del Señor Jesucristo, para la cual Cristo ha dicho:
“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
Nos habla aquí Cristo de Su Segunda Venida, y nos habla de que en Su Venida Él viene a buscar Su propio Cuerpo Místico de creyentes; y por eso Él dice: “… os tomaré a mí mismo”, porque “si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, y todas son hechas nuevas”1, dice la Escritura.
Por lo tanto, pertenecemos a un Cuerpo Místico de creyentes llamado la Iglesia del Señor Jesucristo, que es una nueva raza que Cristo está creando y que llevará a la Casa de nuestro Padre celestial en el Día Postrero. Pues para el Día Postrero es que Cristo ha prometido la resurrección de los muertos en Cristo, conforme a San Juan, capítulo 6 y versos 39 al 40, donde dice:
“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero (¿Para cuándo dice? Para el Día Postrero).
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.
¿Para cuándo Él dice que resucitará a los creyentes en Él que han partido, o sea, que sus cuerpos físicos han muerto? Dice que será para el Día Postrero.
“Un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día”2. Cuando nos habla del Día Postrero, nos habla del séptimo milenio para los seres humanos; y cuando nos habla de los días postreros nos habla de los tres milenios postreros, que son el quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio.
En los días de Jesús ya habían comenzado los días postreros, y por esa causa San Pablo en Hebreos, capítulo 1, nos dice que Dios nos habló a los seres humanos por medio de Jesucristo, de Su Hijo Jesucristo, ¿cuándo? En los días postreros. Vean, aquí está en la forma en que lo dijo San Pablo. Vamos a leerlo para que tengamos el cuadro claro: capítulo 1, verso 1 al 3, del libro o carta a los Hebreos, o epístola a los Hebreos, dice:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”.
¿Cuándo dice que habló por medio de Su Hijo? Dice que en los postreros días. O sea que ya cuando habló Dios por medio de Jesucristo, ya habían comenzado los días postreros, porque los días postreros comenzaron cuando Jesús tenía de 4 a 7 años de edad, y comenzó allí el quinto milenio, que es el primero de los días postreros.
Ahora, podemos ver cómo los días postreros no son tres días literales para los seres humanos, sino que son tres milenios, que para Dios son solamente tres días delante de Dios; y para los seres humanos son tres milenios, o sea, el quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio; y cuando Cristo habla del Día Postrero está hablando del séptimo milenio, que es el milenio postrero.
Y ahora, vean todas las cosas que Cristo ha prometido para el Día Postrero: Él ha prometido la resurrección de los muertos en Cristo…, promesa que también está en diferentes lugares del Nuevo Testamento, como en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 en adelante, donde nos dice:
“Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
He aquí, os digo un misterio (o sea que es un misterio del Reino de Dios, del cual San Pablo nos está hablando aquí): No todos dormiremos; pero todos seremos transformados…”.
O sea, “no todos vamos a morir, pero todos vamos a ser transformados”: vamos a tener una transformación y vamos a tener un nuevo cuerpo para vivir en él por toda la eternidad.
Vamos a continuar leyendo aquí, dice:
“… en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”.
¿Cuándo dice que serán resucitados los muertos en Cristo en cuerpos incorruptibles, y nosotros los que vivimos seremos transformados? Dice que será a la Final Trompeta. Y la Final Trompeta es la Trompeta del Mensaje del Evangelio del Reino para todos los seres humanos.
Cuando se dice o se habla de una trompeta en la Biblia, se está hablando de la Voz de Cristo, de la Voz de Dios, hablándole al pueblo de Dios; y aquí esta Trompeta Final es la Voz de Cristo hablándole por última vez a Su Iglesia, y luego al pueblo hebreo.
Es la Voz de Cristo hablándole a Su pueblo, a Su Iglesia, con el Mensaje de la Trompeta Final del Evangelio del Reino, y dándole a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y así llamando y juntando a los escogidos de Dios como dijo Jesucristo3:
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatros vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.
Esta es la promesa divina para todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo para el tiempo final.
Dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo en el mensaje “Cisternas Rotas”, página 35; dice4:
“158 Recuerden que ‘aquellos que quedan vivos no estorbarán a los que duermen, porque la Trompeta de Dios, esa última Trompeta…’. La sexta ya ha sonado. Y esa última Trompeta, como el último Sello, será la Venida del Señor. ‘Sonará, y los muertos en Cristo se levantarán primero’. Solo es un descanso hasta ese momento”.
¿Qué es la Trompeta Final? Dice que esa última Trompeta, como el último Sello, será la Venida del Señor, y sonará. ¿Qué sonará? Sonará la Séptima Trompeta, que es la Trompeta del Evangelio del Reino dando a conocer el misterio de la Segunda Venida de Cristo. La Segunda Venida de Cristo es revelada por medio de la Séptima Trompeta, de esa Trompeta Final.
Y dice: “Y sonará, y los muertos en Cristo resucitarán primero”.
Antes de la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación nuestra, los escogidos de Dios estarán escuchando la Trompeta Final, que es el Mensaje del Evangelio del Reino dando a conocer el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.
Y esa revelación de la Segunda Venida de Cristo siendo dada a la Iglesia del Señor Jesucristo es la revelación, la fe, para el rapto de todos los escogidos de Dios; esa es la revelación, la fe de rapto, que para el Día Postrero estaría recibiendo la Iglesia del Señor Jesucristo para ser preparada para ser transformada y raptada en el Día Postrero.
El precursor de la Segunda Venida de Cristo nos dice que la Iglesia del Señor Jesucristo estará esperando la fe para el rapto; y dice en la página 13 del mensaje “El Rapto”, dice5:
“65 Pero para la Iglesia, la Novia, el rapto es una revelación. Esto es revelado a Ella. Es una revelación. La verdadera Novia de Cristo estará esperando la revelación del rapto (¿Estará esperando qué? La revelación del rapto).
66 Ahora, esto ciertamente es una revelación, porque revelación es fe. Uno no puede tener una revelación sin que sea fe. Fe es una revelación, porque es una cosa que ha sido revelada a usted. Fe es algo que ha sido revelado a usted así como fue con Abraham, quien podía pasar por alto, como si aun hubiese sucedido, todo lo que venía en contra de lo que ya le había sido revelado. Ahora, fe es la revelación de Dios. La Iglesia es edificada sobre una revelación”.
Ahora, miren cómo la Iglesia del Señor Jesucristo estaría esperando (¿qué?) la fe, la revelación de rapto, que es la revelación de la Segunda Venida de Cristo para todos los hijos e hijas de Dios. Sigue diciendo:
“[80] Dios dijo que estaría allí. Es aquella porción de la Palabra.
Y luego cuando la Novia sea llevada al cielo, ¿cómo lo va usted a apagar? Es una revelación de la manifestación de la Palabra hecha realidad. Y estamos viviendo en ese día. ¡Alabado sea Dios! La revelación del misterio de Sí mismo”.
Y esto es la página 16 de este mismo mensaje “El Rapto”.
Y ahora pasamos a la página 24 de este mismo mensaje titulado “El Rapto”, y dice así:
“[124] Y aquí lo vemos, el Hijo del Hombre entre Su pueblo haciendo exactamente, confirmando Su Mensaje como Él dijo que lo haría. Aquí hallamos estas cosas en esta última edad, ahora.
125 Y también las siete vigilias. No vino en la primera, ni en la segunda, ni en la tercera, pero vino en la séptima vigilia. Quien fue Enoc, el séptimo desde Adán, el cual fue trasladado. Y Noé fue un tipo de las reliquias de los judíos, que han de ser llevados (o sea, llevados otra vez de la gran tribulación). Ahora, en estos tiempos de la Biblia, hablando de las vigilias.
(…) 127 No dividían la noche en horas. Fue dividida la noche, más bien, en vigilias. Y había tres vigilias. La primera vigilia era de las 9 hasta las 12 de la noche. La segunda era de las 12 hasta las 3 (o sea, hasta las 3 de la mañana). Y la tercera era de las 3 hasta las 6 de la mañana (esto era durante la noche). Ahora, allí tenemos tres, tres, tres…”.
Pues cada vigilia tiene, ¿qué? Tiene tres horas cada vigilia.
Y ahora, vean ustedes, estas tres vigilas corresponden a la noche: De 9 a 6 de la mañana se cumplen estas tres vigilias.
Pero hay otra vigilia, que es de 6 de la mañana a 9 de la mañana; esa es la cuarta vigilia, en la cual nuestro Señor Jesucristo en una ocasión apareció a Sus discípulos, que estaban en la barca bajo una tempestad, allá en el mar de Galilea; y Cristo apareció en la cuarta vigilia y calmó la tempestad, y entró a la embarcación de ellos. Vino caminando sobre el mar en la cuarta vigilia, y ellos pensaban que era un fantasma6.
Esta cuarta vigilia es tipo y figura del ciclo divino, en el Programa Divino, en el cual la Segunda Venida de Cristo, conforme a Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante, aparecerá en el tiempo final en este planeta Tierra a Su Iglesia gentil. Allá en la cuarta vigilia vino caminando sobre el mar, y ahora acá en Apocalipsis, capítulo 10, versos 1 en adelante, dice:
“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces”.
Ahora, podemos ver aquí a Cristo descendiendo del Cielo envuelto en una nube y con el Librito abierto en Su mano, y colocando el pie, Su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra; o sea que viene caminando sobre el mar para llegar a tierra; y esto es para la cuarta vigilia del Programa Divino.
Las vigilias de 9 a 6 de la mañana representan el tiempo de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, pero para la cuarta vigilia es que Cristo aparece en el tiempo final como el Ángel Fuerte que desciende del cielo, el cual fue visto en el cielo envuelto en una nube, y viene con el Librito abierto en Su mano.
Ahora, vean cómo nos dice, el precursor de la Segunda Venida de Cristo, que el rapto de la Iglesia del Señor Jesucristo va a suceder en cierto ciclo divino que está representado aquí en las vigilias.
Y ahora, vamos a ver en cuál de estas vigilias, en qué horario; y de acuerdo al horario pues es la vigilia:
• De 9 de la noche a 12 de la noche es la primera vigilia,
• de 12 a 3 de la mañana es la segunda vigilia,
• de 3 de la mañana a 6 de la mañana es la tercera vigilia,
• y de 6 de la mañana a 9 de la mañana es la cuarta vigilia.
Ahora, vamos a ver aquí qué nos dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo. Dice de la siguiente manera:
“[127] Ahora, allí tenemos tres, tres, tres, dándonos un nueve…”.
Ese nueve pues es el nueve de las nueve horas de las tres vigilias, que corresponden al tiempo de 9 de la noche a 6 de la mañana; de 9 de la noche a 6 de la mañana hay nueve horas.
Vean ustedes, de 9 a 10: una hora; de 10 a 11: dos horas; de 11 a 12: tres horas; de 12 a 1: cuatro horas; de 1 a 2: cinco horas; de 2 a 3: seis horas; de 3 a 4: siete horas; de 4 a 5: ocho horas; de 5 a 6: nueve horas. Esas son las nueve horas de esas tres vigilas que corresponden a la noche, y que corresponden a las edades de la Iglesia gentil.
Ahora, dice:
“… dándonos un nueve, un número imperfecto. Entonces volvemos al siete para el Rapto, lo cual sucederá, creo yo, entre las 6 y las 9 de alguna mañana”.
De 6 a 9 de alguna mañana, eso corresponde a la cuarta vigilia.
Y ahora, vean cómo estas vigilias y estos horarios que da el precursor de la Segunda Venida de Cristo, corresponden a la cuarta vigilia; y esa cuarta vigilia corresponde a la Edad de la Piedra Angular.
Es en esa cuarta vigilia, correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, que los escogidos de Dios son llamados y juntados en el Día Postrero, y son llamados y juntados con la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, la Trompeta del Evangelio del Reino, revelándole a la Iglesia del Señor Jesucristo el misterio de la Segunda Venida de Cristo; porque la Séptima Trompeta, como el Séptimo Sello, es la Segunda Venida del Señor.
“Y sonará, y los muertos en Cristo resucitarán primero, y luego nosotros los que vivimos seremos transformados”.
Y esa Séptima Trompeta está sonando en este tiempo final; y está sonando la Séptima Trompeta revelando el misterio del Séptimo Sello, revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo.
Y cuando todos los que estamos vivos en la Tierra, todos los que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, sean llamados y juntados, y se complete el número de los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular: luego los muertos en Cristo resucitarán primero en cuerpos eternos, y nosotros los veremos, y luego nosotros los que vivimos seremos transformados, y tendremos el cuerpo eterno también.
Y estaremos aquí en la Tierra, con ellos, por un lapso de tiempo de 30 a 40 días ya con el cuerpo eterno; y durante ese tiempo habrá una manifestación poderosa de los hijos e hijas de Dios, o sea, la manifestación de los hijos de Dios en cuerpos eternos, ya adoptados; porque esa es la adopción de los hijos de Dios, en donde los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpo eternos y nosotros los que vivimos seremos transformados.
Esa es la adopción del cuerpo; porque recibiremos el cuerpo nuevo, el cuerpo eterno, y estaremos adoptados en el Reino de Dios como hijos e hijas de Dios, con vida eterna, no solamente en nuestro espíritu teofánico sino en el cuerpo físico también, porque será transformado. Y tendremos entonces el cuerpo eterno que Cristo ha prometido para todos nosotros; y seremos así a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo. Y los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos eternos, jovencitos, y nosotros los que vivimos seremos transformados; y tendremos un cuerpo jovencito, que representará —por toda la eternidad— de 18 a 21 años de edad.
Ese es el cuerpo nuevo que Cristo tiene para cada uno de nosotros, ese es el cuerpo eterno que Dios diseñó para nosotros desde antes de la fundación del mundo; pero no pudo darnos ese cuerpo cuando nosotros llegamos aquí a la Tierra por medio de nuestro padre terrenal y nuestra madre terrenal, porque ese cuerpo es para ser dado en el Día Postrero, en la cuarta vigilia; en la cuarta vigilia, que corresponde a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en donde los muertos en Cristo resucitarán primero, y nosotros los que vivimos seremos transformados.
Esa cuarta vigilia corresponde también al Día Postrero, o sea, al séptimo milenio, y corresponde a la Dispensación del Reino.
Cuando el sol sale en la mañana, un nuevo día ha comenzado; y sale en la cuarta vigilia, que es la vigilia que corresponde al tiempo de 6 a 9 de la mañana; y es en ese periodo de tiempo en que: “A los que temen el Nombre del Señor nacerá el Sol de Justicia, y en Sus Alas traerá salvación”, dice el profeta Malaquías en el capítulo 4 y verso 2 en adelante, donde dice:
“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos”.
Ahora, vean ustedes cómo aquí tenemos la promesa de la Segunda Venida de Cristo como el Sol de Justicia naciendo. Y el sol nace en la mañana siempre, nace en la cuarta vigilia; y la cuarta vigilia es el tiempo correspondiente a la Edad de la Piedra Angular en un nuevo día dispensacional y en nuevo día milenial: en el nuevo día de la Dispensación del Reino y en el nuevo día del séptimo milenio; amaneciendo ese séptimo milenio y amaneciendo también la Dispensación del Reino.
O sea, comenzando el séptimo milenio y comenzando la Dispensación del Reino, Cristo se revela, se manifiesta, como el Sol de Justicia, trayendo salvación en Sus Alas. Sus Alas son los ministerios de Moisés y Elías, los cuales fueron vistos en el Monte de la Transfiguración cuando Cristo se transfiguró delante de Sus discípulos y Su rostro resplandeció como el Sol; porque allí Cristo está mostrándoles a ellos Su Segunda Venida, la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino, o en el Reino de Su Padre con Sus Ángeles; y Sus Ángeles allí son Moisés y Elías.
Y ahí podemos ver a Cristo con Su rostro como el sol. El sol representa a Cristo, simboliza a Cristo, como Rey de reyes y Señor de señores; porque el sol es el astro rey. Así como también el león representa a Cristo como Rey, porque Cristo es el León de la tribu de Judá. Como fue presentado en Apocalipsis, capítulo 5, versos 1 al 9, en donde aparece Cristo, y el anciano dice que es el León de la tribu de Judá el cual ha prevalecido para tomar el Libro y abrir sus Sellos. Y cuando se presenta, y Juan mira y lo ve, dice que vio un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios que recorren toda la Tierra.
Ahora podemos ver que el Cordero es el mismo León de la tribu de Judá, es el mismo Señor Jesucristo. Juan el apóstol lo conoció como el Cordero de Dios en la forma que Juan el Bautista lo presentó a sus seguidores cuando dijo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”7. Pero ahora, para el tiempo final, el Cordero de Dios se convierte en el León de la tribu de Judá, en Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo; así como Él fue el Cordero de Dios en Su Obra de Redención, muriendo en la Cruz del Calvario dos mil años atrás.
Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 19, este Jinete que viene sobre el caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19, dice que tiene un nombre escrito que ninguno entendía, y ese Nombre es: el Verbo de Dios; y tiene en Su vestidura y en Su muslo un Nombre escrito, el cual es: Rey de reyes y Señor de señores.
Vean cómo viene en Apocalipsis, capítulo 19, Cristo, el Espíritu Santo: viene como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo en el Día Postrero; para reclamar Su Trono, el Trono de David al cual Él es el heredero; para sentarse sobre el Trono de David Su padre; y para reinar sobre el pueblo hebreo y también sobre todas las naciones.
Ahora, podemos ver aquí que es para la cuarta vigilia (que corresponde al horario de 6 a 9 de la mañana) la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, la Venida del Señor para llamar y juntar a Sus escogidos; y para luego resucitar a los santos de las edades pasadas y a algunos de los nuestros que han partido, y luego transformar nuestros cuerpos; para, luego de estar de 30 a 40 días aquí en la Tierra con el nuevo cuerpo, luego ir al Cielo, a la Cena de las Bodas del Cordero, en el rapto o arrebatamiento de los escogidos de Dios, o sea, de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Por eso San Pablo, siendo un conocedor de estas profecías correspondientes al tiempo final, luego que nos habló de la Venida del Señor aquí en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 13 en adelante, nos muestra las cosas que Cristo estará haciendo en Su Venida para poder llamar y juntar a Sus escogidos, y resucitar a los muertos en Cristo, y transformarnos a nosotros los que vivimos; y luego ser raptados en EL RAPTO DE LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO. Dice:
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron”.
O sea, que no vamos a ser transformados y raptados antes de la resurrección de los muertos en Cristo: Primero los muertos en Cristo serán resucitados, y luego nosotros los que vivimos seremos transformados, y después seremos raptados para ir al Cielo con el Señor. Dice:
“… que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios (aquí tenemos nuevamente la Trompeta de Dios, que es esa Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final), descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.
Ahora, vean ustedes cómo el apóstol San Pablo no habla aquí de la Venida del Señor, y nos habla que viene con: Aclamación, o sea, viene con Voz de Mando (que es la Aclamación), viene con Voz de Arcángel y viene con Trompeta de Dios. Y los muertos en Cristo resucitarán primero, y luego nosotros los que vivimos seremos transformados, y luego seremos raptados con ellos, para recibir al Señor en el aire; y así estaremos siempre con Él. Nos iremos a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.
Ahora podemos ver este misterio. Veamos lo que continúa diciendo San Pablo en Primera de Corintios, capítulo 15, versos… vamos a ver, verso 52 en adelante, dice:
“… en un momento, en un abrir y cerrar de ojos…”.
Un abrir y cerrar de ojos. Recuerden que ojos representa profetas; y los siete ojos de Jehová, los siete ojos de Dios que recorren toda la Tierra, son los siete ángeles mensajeros, los cuales han venido a la Tierra; y cuando han venido a la Tierra se ha abierto un ojo de Dios en una edad; y cuando ha muerto ese mensajero (en cuanto a su cuerpo físico) se ha cerrado ese ojo de Dios de esa edad; y así por siete veces consecutivas hemos tenido estos “abrir y cerrar de ojos”, hasta llegar al tiempo final. Y ahora, vean ustedes:
“… a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”.
Vean, primero los muertos son resucitados incorruptibles, y los veremos: nos aparecerán, estarán con nosotros; porque ya las edades de ellos terminaron, por lo tanto no pueden ir adonde el mensajero de la edad en que ellos vivieron, y al territorio donde ellos vivieron, para quedarse allá, sino vendrán a nuestra edad, que es la edad que estará vigente; y desde nuestra edad ellos recibirán las instrucciones de lo que deben hacer en esos 30 o 40 días que han de estar con nosotros aquí en la Tierra.
Tanto el mensajero como el grupo de cada edad con el mensajero de cada edad, estarán en nuestra edad, que es la única edad que estará vigente en este tiempo final; y desde ahí recibirán las instrucciones de lo que deben hacer estando aquí en la Tierra, en el cuerpo nuevo que han de recibir. Sigue diciendo San Pablo:
“Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”.
La muerte desaparecerá. ¿Por qué? Porque el cuerpo mortal, corruptible y temporaldesaparece también; porque la Vida va a absorber el cuerpo mortal, y así tendremos esa transformación, y tendremos el nuevo cuerpo.
Y así estaremos jovencitos todos: los ancianos vendrán a ser jóvenes, los ancianos creyentes en Cristo de las edades pasadas (que murieron y que habían recibido el Espíritu de Cristo) y los ancianos de nuestro tiempo que estarán vivos, serán convertidos en personas jóvenes, pero en un nuevo cuerpo que han de recibir, porque sus cuerpos mortales serán transformados. Y los adultos serán transformados, y los jóvenes serán transformados también, y los niños serán transformados también. Todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero, los cuales pertenecen al Cuerpo Místico de Cristo, a la Iglesia del Señor Jesucristo.
Para los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo viene, para el Día Postrero, para el séptimo milenio y para la Dispensación del Reino, una resurrección para los que murieron en Cristo y una transformación para nosotros los que estamos vivos. Y luego estaremos de 30 a 40 días aquí en la Tierra, y luego nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Y durará, la Cena de las Bodas del Cordero, tres años y medio, mientras la Tierra estará pasando por los juicios de la gran tribulación que serán derramados sobre este plante Tierra, sobre el reino de los gentiles. En Apocalipsis, capítulo 19, verso 7 al 9, dice:
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.
Podemos ver aquí, que son bienaventurados los que son llamados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo; y estos son los miembros del Cuerpo Místico de Cristo que estarán viviendo en este tiempo final, que serán transformados y raptados y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero, y los muertos en Cristo que resucitarán en cuerpos eternos, los cuales luego de estar aquí en la Tierra de 30 a 40 días con el cuerpo eterno, serán también llamados al Cielo y serán colocados en la Cena de las Bodas del Cordero, juntamente con todos nosotros los que vivimos y seremos transformados y raptados en este tiempo final.
Todos juntos seremos raptados, trasladados, a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, a la Casa de nuestro Padre celestial, donde se estará llevando a cabo la fiesta de las Bodas del Cordero, que es la Cena de las Bodas del Cordero, o sea, la recepción de las Bodas del Cordero.
Ahora, vean ustedes cómo para el ciclo divino de la cuarta vigilia, que corresponde al tiempo de 6 a 9 de la mañana…; lo cual representa el tiempo de la Edad de la Piedra Angular, el tiempo que corresponde a la América Latina y el Caribe para el cumplimiento de la Edad de la Piedra Angular, el cumplimiento del Lugar Santísimo del Templo espiritual del Señor Jesucristo. Y todos los que estarán listos en ese horario de 6 a 9 de la mañana, de la cuarta vigilia (de la cuarta vigilia, que corresponde a la Edad de la Piedra Angular), serán transformados y raptados en este Día Postrero, juntamente con los muertos en Cristo que han de resucitar.
Y en lo literal no será raro que también la resurrección de los muertos en Cristo ocurra en la mañana, como ocurrió la resurrección de Cristo y de los santos del Antiguo Testamento, la cual ocurrió en la cuarta vigilia; y también, no es raro que ocurra el rapto de todos los escogidos de Dios, de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo de las edades pasadas, y de nosotros los que vivimos en este tiempo cuando todos tengamos el cuerpo eterno, no será raro que ocurra el rapto también en la mañana; porque todo esto nos da testimonio de la Edad de la Piedra Angular, que corresponde a la cuarta vigilia; y la cuarta vigilia está contenida en los horarios de 6 a 9 de la mañana.
También la resurrección de los muertos en Cristo, vean ustedes, no es raro que ocurra en la mañana, y también el ser llenos de toda la plenitud de Dios no será raro que ocurra también en la mañana; porque para la Iglesia del Señor Jesucristo, la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo, viniendo a Su Iglesia en el Día Postrero en carne humana, es también para la mañana del séptimo milenio y para la mañana de la Dispensación del Reino, que es la Edad de la Piedra Angular. La Edad de la Piedra Angular corresponde a la mañana de un nuevo día dispensacional y a la mañana de un nuevo día milenial.
Y así como la Venida del Espíritu Santo el Día de Pentecostés fue en la mañana, pues estaban allí todos unánimes en el Día de Pentecostés y fueron llenos del Espíritu Santo; y luego Pedro predicó el primer mensaje de la Dispensación de la Gracia, lo predicó de 8 a 9 de la mañana, nos dice el libro de los Hechos, capítulo 2 y versos 14 en adelante. Vean ustedes cómo dice aquí, dice:
“Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
Porque estos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día”.
¿Cuál es la hora tercera del día? De 8 a 9 de la mañana, es la hora tercera del día y es la tercera hora de la cuarta vigilia; y en la tercera hora del día de la cuarta vigilia Pedro predicó su primer mensaje, y abrió la puerta del Reino de los Cielos a los hebreos allí en Jerusalén.
Pues Pedro tenía las llaves del Reino de los Cielos, tenía la revelación del Reino de los Cielos, tenía la revelación de quién era Jesucristo, y predicó allí la revelación de quién es Jesucristo; y así abrió la Puerta a los hebreos el Día de Pentecostés, abriendo la Puerta que es Cristo, abriendo el misterio de la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios quitando el pecado del mundo en la Cruz del Calvario.
Y allí Pedro predicó su primer mensaje del Evangelio de la Gracia, que tiene como centro la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios quitando el pecado del mundo en la Cruz del Calvario, y resucitando al tercer día, y ascendiendo al Cielo, y luego derramando de Su Espíritu sobre toda carne el Día de Pentecostés; y de ahí en adelante por todos los días postreros.
Y ahora, vean ustedes cómo antes de llegar la tercera hora de la cuarta vigilia, en la cual Pedro predicó, ya habían recibido el Espíritu Santo de Dios y estaban llenos del Espíritu de Dios; habían recibido las primicias del Espíritu Santo, y lenguas como de fuego se posaron sobre estas 120 personas, y fueron llenos del Espíritu Santo todas estas personas.
La promesa era, conforme a la profecía de Juan el Bautista, que el que vendría después de Juan los bautizaría con Espíritu Santo y Fuego. Vean, aquí lo dice el profeta Juan el Bautista, dice [San Mateo 3:11]:
“Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí (o sea, después de mí), cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego”.
Y allí, el Día Pentecostés, está bautizando con Espíritu Santo y Fuego a estas 120 personas, y por eso lenguas como de fuego se posaron sobre estas 120 personas. Y allí nacieron de nuevo 120 personas, pues los discípulos del Señor Jesucristo antes del Día de Pentecostés no habían nacido de nuevo, porque Cristo no había muerto, no había llevado a cabo Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, y no había ascendido del Cielo para derramar de Su Espíritu Santo y producir el nuevo nacimiento (del cual le habló a Nicodemo), para poder entrar al Reino de Dios estas personas que estarían recibiendo el Espíritu Santo desde el Día de Pentecostés hasta este tiempo final en el cual nosotros estamos viviendo.
Ahora, vean cómo con el nuevo nacimiento se entra al Reino de Dios, al Reino de los Cielos, al Cuerpo Místico de Cristo, y se recibe así un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, y se entra así a vida eterna, recibiendo un cuerpo eterno de la sexta dimensión, un cuerpo teofánico, un espíritu teofánico parecido a nuestro cuerpo terrenal pero de otra dimensión; para así comenzar en nosotros (en cada persona que tiene su nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero), comenzar así la Nueva Creación, comenzar así esa nueva creación de esa nueva raza que Cristo estaría creando, y que estaría usando —vean ustedes— a las personas que vendrían a vivir a este planeta Tierra, en las cuales estaría un alma de la séptima dimensión, un alma de Dios, los cuales serían simiente de Dios en sus almas; y por consiguiente recibirían la Luz del Evangelio, y brotarían a vida eterna, recibiendo así a Cristo como su Salvador, lavando sus pecados en la Sangre de Cristo y recibiendo el Espíritu Santo de Jesucristo; y así produciéndose en ellos el nuevo nacimiento; y recibiendo así un cuerpo teofánico, un espíritu teofánico, que son las primicias del Espíritu; de lo cual San Pablo dice8: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”, o sea, para el día de la transformación de nuestros cuerpos y de la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos eternos, en donde todos los hijos e hijas de Dios, escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, estarán aquí en la Tierra con cuerpos eternos cuando los muertos en Cristo resuciten en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seamos transformados.
Y esto es para el Día Postrero, para el tiempo en donde la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, que es la Trompeta del Evangelio del Reino, estará sonando y estará revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo a la Tierra, a Su Iglesia, en este tiempo final; pues es la Iglesia del Señor Jesucristo la que ha estado esperando por dos mil años aproximadamente la Segunda Venida de Cristo; y la Segunda Venida de Cristo es como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.
Ahora, así como la Primera Venida de Cristo fue la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, que libertó al pueblo hebreo, el cual estuvo en medio del pueblo hebreo de edad en edad y de dispensación en dispensación, y estuvo manifestándose por medio de los profetas del Antiguo Testamento; y luego creó un cuerpo de carne en el vientre de María, creando una célula de vida, y creciendo ese cuerpo célula sobre célula, multiplicándose y formándose ese cuerpo el cual nació en Belén de Judea y en el cual moró el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que estaba en medio del pueblo hebreo manifestado a través de los profetas del Antiguo Testamento; y ahora encontramos que vino en toda Su plenitud manifestado en la persona de Jesús.
En ese velo de carne llamado Jesús estuvo el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová hecho carne, hecho hombre, vestido de carne humana; y por eso Él es Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros9, el Verbo, que era con Dios y era Dios, hecho carne en medio del pueblo hebreo, y por consiguiente en medio de la raza humana.
Ahora, vean, la Primera Venida de Cristo fue la Venida del que estaba en la Tierra en medio del pueblo hebreo, manifestado por medio de los profetas del Antiguo Testamento, el cual se hizo carne y vino manifestado en carne humana en el velo de carne llamado Jesús; vino manifestado en Él en toda Su plenitud, como Cordero de Dios, para quitar el pecado del mundo con ese velo de carne el cual tuvo en Su Primera Venida y el cual fue sacrificado en la Cruz del Calvario.
Ahora, vean cómo el que estaba en medio del pueblo hebreo en otra dimensión, en esa dimensión sexta, que es la dimensión del Verbo, de la Palabra, que es la dimensión del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, que es la dimensión de Dios en Su cuerpo teofánico, ahora, vean ustedes, estando en esa dimensión (llamada también, esa dimensión, el Cielo) encontramos que vino del Cielo, o sea, vino de la sexta dimensión; y vino velado en carne humana en el velo de carne llamado Jesús.
Pero vean ustedes, ese mismo que vino de la sexta dimensión, que vino del Cielo, pues Cristo dijo10: “Nadie subió al Cielo, sino el que descendió del Cielo; el Hijo del Hombre, que está en el Cielo”; y estaba allí en la Tierra en Su cuerpo teofánico, pero también, a la misma vez, estaba en el Cielo en la sexta dimensión, porque Su cuerpo teofánico es de la sexta dimensión.
Y Cristo también dijo: “Yo soy el Pan de Vida que ha descendido del Cielo, que he descendido del Cielo; y el que come de este Pan, vivirá eternamente”11. Y ahora, había descendido del Cielo y estaba en medio del pueblo hebreo; pero vean ustedes, había descendido del Cielo: o sea, de la sexta dimensión había venido y se había hecho carne en el velo de carne llamado Jesús.
Y ahora, vean ustedes, aquí en la Tierra están estas dimensiones, pero por causa de la caída del ser humano en el Huerto del Edén los seres humanos no pueden ver estas otras dimensiones; pero cuando Dios ha enviado profetas en diferentes edades, ellos han podido ver a través de la cortina del tiempo y de las dimensiones, y han podido ver otras dimensiones; y han podido ver a Dios en Su cuerpo teofánico, llamado el Ángel del Pacto o Ángel de Jehová.
Y cuando lo han visto, lo que han visto es un varón, un hombre, el cual es llamado el Ángel del Pacto o Ángel de Jehová, el cual le apareció al profeta Moisés envuelto en una llama de fuego; pero era un hombre de otra dimensión, que le hablaba al profeta Moisés y le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”12.
Y Él le dijo a Moisés que ese Ángel tenía el Nombre de Dios13; porque donde está el velo, donde está Dios manifestado, ahí está el Nombre de Dios; y el velo o cuerpo de Dios de la sexta dimensión es ese cuerpo teofánico de la sexta dimensión llamado el Ángel del Pacto o Ángel de Jehová.
Muchos profetas, y hombres y mujeres, vieron este Ángel de Jehová en la forma de un hombre, de un varón; por ejemplo, los padres de Sansón vieron este Ángel, el Ángel de Jehová, lo vieron y era un varón de otra dimensión; y no se habían dado cuenta que era el Ángel de Jehová.
Y le preguntó el padre de Sansón cuál era Su nombre para cuando se cumpliera la promesa de que tendrían un hijo y le llamarían Sansón, ellos honrarían a ese Ángel; pero vean ustedes, Él no les dio a conocer Su Nombre, el cual era oculto. Y les dijo: “Si ustedes quieren ofrecer – o sacrifican a Dios”. Y ellos ofrecieron un sacrificio, una ofrenda a Dios.
Y cuando el Ángel de Jehová vino frente al sacrificio y subió por la llama de fuego que estaba consumiendo al sacrificio, cuando tocó con Su bordón el sacrificio, la ofrenda, encontramos que subió el Ángel por la llama de fuego.
Y los padres de Sansón (el cual todavía no había nacido, sino que ese Ángel estaba prometiendo que tendrían un hijo y le llamarían por nombre – le darían por nombre Sansón), cuando vieron que ese Ángel subió por la llama de fuego, dijeron que era Dios; y el padre de Sansón le dijo a su esposa: “Hemos de morir, porque hemos visto, he visto a Dios cara a cara”14.
Pero miren, aunque vieron a Dios cara a cara en Su cuerpo teofánico, no vieron a Dios, el que estaba dentro de aquel cuerpo teofánico; porque nadie jamás ha visto a Dios15. Aunque los profetas del Antiguo Testamento, y muchas personas en el Antiguo Testamento, vieron a Dios en Su cuerpo teofánico, llamado el Ángel de Jehová, y lo vieron en la forma de un hombre, de un varón, y no murieron.
¿Por qué? Porque lo vieron velado en Su cuerpo teofánico, y revelado a través de Su cuerpo teofánico, pero el que estaba dentro de ese velo del cuerpo teofánico de la sexta dimensión no podía ser visto. Porque la persona que lo vea…, dice: “No me verá hombre y vivirá”, le dijo Dios al profeta Moisés cuando Moisés quiso ver a Dios pero no le fue concedido ver a Dios; pero Dios le dijo “Yo pasaré y tú verás mi espalda. Y yo estaré proclamando el Nombre de Jehová cuando pase delante de ti, y tú estarás colocado en la hendidura de la roca”16.
La Roca es Cristo, y la hendidura de la Roca representa las heridas de Cristo en la Cruz del Calvario; o sea, la Roca herida es Cristo crucificado en la Cruz del Calvario como Cordero de Dios quitando el pecado del mundo.
Y ahora, vean ustedes cómo por medio de Cristo es que podemos ver al Ángel de Jehová, al Ángel del Pacto, pasando por este planeta Tierra dos mil años atrás, velado en carne humana el Ángel del Pacto llevando a cabo el Sacrificio por el pecado en la Cruz del Calvario.
Y ahora, vean ustedes cómo San Juan, el evangelio según San Juan, nos dice en el capítulo 1, verso 18:
“A Dios nadie le vio jamás”.
¿Cómo puede ser esto? Si Jacob cuando luchó con el Ángel de Jehová, y no lo soltó hasta que el Ángel lo bendijo…; y el Ángel lo bendijo y le dijo: “No se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios, y con los hombres, y has vencido”. Y Jacob dijo: “He visto a Dios cara a cara”17.
Y ahora, aquí dice la Escritura que nadie jamás ha visto a Dios. Aunque Jacob vio a Dios cara a cara, lo vio velado en Su cuerpo teofánico de la sexta dimensión, llamado el Ángel de Jehová.
Siempre que se llama “el Ángel de Jehová” es Dios en Su cuerpo teofánico; y este es el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, que luego vino en carne humana, llamado el Verbo de Dios; se hizo carne y habitó entre los seres humanos, y el velo de carne fue llamado Jesús. Allí estaba el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, y ahí estaba el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, dentro de Su cuerpo teofánico, metido dentro de aquel velo de carne, dentro de ese cuerpo de carne también.
Y ahora, vean ustedes:
“A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”.
Ahora, vean cómo Dios ha sido dado a conocer: Dios estando en Su cuerpo teofánico luego entró con ese cuerpo teofánico al cuerpo de carne llamado Jesús, y por medio de ese velo de carne llamado Jesús, Dios fue dado a conocer a la raza humana.
Por eso dice la Escritura: “Grande es el misterio de la piedad…”. O sea: “Sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios ha sido manifestado en carne”18. Fue la manifestación de Dios en carne, fue la manifestación de Dios en Su cuerpo de carne para llevar a cabo la redención del ser humano, muriendo ese cuerpo de carne en la Cruz del Calvario.
Lo que murió en la Cruz del Calvario fue el velo de carne de Dios llamado Jesús, pero el Ángel del Pacto, aquel cuerpo teofánico que estaba en el cuerpo de carne llamado Jesús, aquel cuerpo teofánico no murió, aquel espíritu teofánico no murió; y el que estaba dentro del espíritu teofánico, que es Dios, tampoco murió.
Dice la Escritura que Jesucristo fue en Espíritu al infierno, y predicó a las almas que fueron desobedientes en el tiempo de Noé, cuando se construía el arca19. En ese cuerpo teofánico fue que Jesucristo fue al infierno, y allí tuvo una lucha; predicó también allá condenación para aquellas personas que estaban allá en el infierno, esas almas que estaban en el infierno; y luego encontramos que obtuvo la victoria también allá en el infierno y le quitó las llaves al diablo, las llaves del infierno y de la muerte se las quitó; y luego pasó al Paraíso, y luego… allá en el Paraíso lo estaban esperando los santos del Antiguo Testamento, y allí también estaba Abraham, Isaac, Jacob, estaban los patriarcas, y también estaba el profeta Juan el Bautista, el cual había ido al Paraíso, y estaba anunciando en el Paraíso que el Mesías ya estaba en la Tierra y pronto llegaría al Paraíso.
Y ahora, podemos ver cómo, cuando llegó al Paraíso, allí trajo a resurrección a los santos del Antiguo Testamento el domingo en la mañana durante la cuarta vigilia20; y apareció a María Magdalena y a otras mujeres también, y también a Sus apóstoles en diferentes momentos de ese día; y luego durante 40 días apareció a Sus discípulos, o sea, a los creyentes en Cristo, apareció a Sus apóstoles y demás personas.
Dice San Pablo en Primera de Corintios, capítulo 15, verso 6, que apareció a más de 500 personas. Y apareció por 8 ocasiones (por lo menos dice 8 ocasiones aquí, señala 8 ocasiones que apareció durante esos 40 días a Sus discípulos) hablándoles del Reino de Dios y llevando a cabo señales y maravillas, porque les mostró muchas señales y maravillas.
Y vean ustedes cómo luego de esos 40 días aquí en la Tierra, que también da testimonio de que los muertos en Cristo cuando resuciten en el Día Postrero, y nosotros los que vivimos seamos transformados, vamos a estar de 30 a 40 días también aquí en la Tierra. Ahora, podemos ver que estar de 30 a 40 días aquí en la Tierra, los muertos en Cristo cuando resuciten y nosotros los que vivimos cuando seamos transformados, es algo bíblico, porque así fue en la resurrección de Cristo con los santos del Antiguo Testamento.
Y ahora, vean ustedes cómo Cristo después de estar unos 40 días aquí en la Tierra apareciendo en diferentes ocasiones a los creyentes en Él, luego ascendió al Cielo21, y 10 días después vino el Espíritu Santo sobre 120 personas que estaban en el aposento alto esperando la Venida del Espíritu Santo22; lo cual ocurrió el día de pentecostés, o sea, el día 50, que es el día en que el pueblo hebreo celebraba este tiempo de la cosecha, en donde se presentaba el grano de la cosecha a Dios.
O sea, luego de las primicias —que fue Cristo—, luego se presentaba a Dios las primicias; o sea, se presentaba a Dios, de la cosecha del trigo, lo perteneciente a Dios; y eso se hacía el día 50, el día de pentecostés; y así sucedió el Día de Pentecostés, y fueron llenos del Espíritu Santo 120 personas.
Miren cómo todo esto ocurrió en la cuarta vigilia del día domingo del Día de Pentecostés.
Y ahora, vean ustedes cómo también esto es tipo y figura. Si para recibir las primicias del Espíritu fue en la cuarta vigilia del Día de Pentecostés, para recibir la plenitud del Espíritu Santo será también en la cuarta vigilia del Año de Pentecostés, que es el Año de Pentecostés siendo materializado en la Edad de la Piedra Angular en el Día Postrero, en la Iglesia del Señor Jesucristo.
O sea que el Año de Pentecostés se materializa en la Iglesia de Jesucristo, en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, para ser llenos de la plenitud de Cristo, de la plenitud del Espíritu Santo, y así ser transformados y raptados y tener la doble porción del Espíritu de Dios; o sea, tener las primicias, que es el cuerpo teofánico que recibimos cuando creímos en Cristo y lavamos nuestros pecados en la Sangre de Cristo y recibimos el Espíritu de Cristo; y para el Día Postrero, en adición a las primicias del Espíritu que tenemos, en adición al cuerpo teofánico que tenemos: recibiremos la plenitud (o sea, la doble porción), que es la transformación de nuestros cuerpos, que es la plenitud del Espíritu Santo en el Día Postrero.
Y así estaremos adoptados en el Reino de Dios con un cuerpo teofánico eterno y con un cuerpo físico eterno también, jovencito, para vivir por toda la eternidad con nuestro amado Señor Jesucristo, y ser llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en este tiempo final, en el Día Postrero, en el ciclo divino correspondiente a la cuarta vigilia, correspondiente al horario de 6 a 9 de la mañana, que es el horario que tipifica o que representa la Edad de la Piedra Angular.
Y llevamos ya años en el ciclo divino de la cuarta vigilia. Desde que entramos a la Edad de la Piedra Angular hemos entrado a la cuarta vigilia, en donde los vivos somos llamados con la Gran Voz de Trompeta, y juntados en la Edad de la Piedra Angular, en el Cuerpo Místico de Cristo, y los que han partido serán resucitados en cuerpos eternos, y nosotros los que vivimos seremos transformados.
Esto es en el ciclo divino de la Edad de la Piedra Angular, en el ciclo divino de la cuarta vigilia, que cubre esas tres horas: de 6 a 7 de la mañana, y de 7 a 8 de la mañana, y de 8 a 9 de la mañana.
Por eso dice que “a los que temen Mi Nombre, nacerá el Sol de Justicia, y en Sus Alas traerá salvación”23. ¿Cuándo nace el Sol de Justicia? En la cuarta vigilia; y el nacimiento del Sol de Justicia es la Segunda Venida de Cristo.
Hemos tenido a Cristo nuestro Salvador de edad en edad, en medio de Su Iglesia manifestado en Espíritu Santo en cada ángel mensajero, durante las siete edades de la Iglesia gentil, que corresponden a las tres vigilias de la noche; y este mismo Señor Jesucristo en Espíritu Santo, que ha estado en Espíritu Santo durante las siete edades de la Iglesia gentil, manifestado por medio de Sus ángeles mensajeros de las siete edades, es el que en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, viene a Su Iglesia en y a la Edad de la Piedra Angular, en la cuarta vigilia, que corresponde a la Edad de la Piedra Angular, así como las tres vigilias primeras corresponden a las siete edades de Iglesia gentil.
Y ahora, encontramos que durante las siete edades de la Iglesia gentil, representadas en esas tres vigilias que corresponden a la noche, encontramos que estaban los siete ángeles mensajeros representados en estrellas, las siete estrellas en la diestra del Hijo del Hombre24; porque para la noche es que ustedes pueden ver las estrellas del cielo.
Y durante la noche de las siete edades de la Iglesia gentil, pudimos ver las siete edades de la Iglesia gentil y pudimos ver a los hijos e hijas de Dios de las siete edades como estrellas en el Cielo de Dios, como dijo Dios a Abraham, que su descendencia sería como las estrellas del cielo25.
La descendencia celestial de Abraham, que son los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, están representados en las estrellas del cielo; y durante las siete edades de la Iglesia gentil hemos visto las estrellas del Cielo manifestadas durante el tiempo de la noche, y a los luceros —ángeles mensajeros— de cada una de esas siete edades de la Iglesia gentil.
Pero ahora, para la mañana de un nuevo día dispensacional y de un nuevo milenio, de un nuevo día milenial, solamente se podrá ver la Estrella resplandeciente de la Mañana como mensajero.
Cristo dijo: “Al que venciere…, yo le daré la Estrella de la Mañana”. Apocalipsis, capítulo 2, verso 28.
Y en el capítulo 22, verso 16, Cristo dice: “Yo soy la Estrella resplandeciente de la Mañana”.
Ahora, vean cómo al Vencedor, que estará en el Día Postrero, en la cuarta vigilia, en la mañana de un nuevo día dispensacional, la promesa es que le dará la Estrella resplandeciente de la Mañana. O sea, Cristo como la Estrella resplandeciente de la Mañana estará manifestado en el Vencedor en el Día Postrero, dando testimonio de que un nuevo día dispensacional ha comenzado, y que ya la luz de Sol comienza a alumbrar en un nuevo día dispensacional y en nuevo día milenial, o sea, en el séptimo milenio.
Y Cristo es también el Sol naciente de la Mañana; y como el Sol naciente de la Mañana también Cristo se manifiesta en el Día Postrero por medio del Vencedor, y se revela a Su Iglesia en la cuarta vigilia del séptimo milenio, del Día Postrero, y en la cuarta vigilia de la séptima dispensación, que es la Edad de la Piedra Angular, el Lugar Santísimo del Templo espiritual del Señor Jesucristo.
Ahora podemos ver cómo en la cuarta vigilia Cristo estaría en medio de Su Iglesia caminando sobre el mar, un pie sobre el mar, el derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra; lo muestra en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante.
Y ahora, vean ustedes cómo el ministerio de Jesucristo por segunda vez, para el Día Postrero, para la Edad de la Piedra Angular, para la cuarta vigilia, estará manifestado en este planeta Tierra; y los pies de Cristo, del Hijo del Hombre descendiendo del Cielo, son como bronce bruñido, refulgentes como en un horno26, son como llama de fuego Sus pies; y esto es el ministerio de Moisés y Elías en el Día Postrero sobre naciones, pueblos y lenguas; porque aguas representa naciones, pueblos y lenguas.
O sea que tendríamos en la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero, tendríamos los pies como llama de fuego, Sus pies como bronce bruñido, refulgentes, caminando sobre esta Tierra; o sea, los ministerios de Moisés y Elías caminando sobre esta Tierra para el cumplimiento de la promesa del Señor a Su Iglesia, para este tiempo final en el cual nosotros estamos viviendo.
Todos estos simbolismos que hemos visto en el Hijo del Hombre, en Apocalipsis, capítulo 1, verso 12 en adelante, o 10 en adelante hasta el 20; y también en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 al 11; y Apocalipsis, capítulo 19, versos 11 al 21; todos estos simbolismos serían convertidos en realidad y serían materializados en la Iglesia de Jesucristo, y serían cumplidos conforme al Programa Divino; y tendríamos al Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19 en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo manifestado.
¿Quién es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19? Nos dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo, orando, en la página 277 del libro de Los Sellos en español, dice, en una parte de la oración dice:
“[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco (¿Quién es el Jinete del verdadero caballo blanco de Apocalipsis 19? Es el Espíritu Santo, que es Jesucristo en Espíritu Santo; dice), mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.
Ahora, vean ustedes que el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19, que es la Venida de Cristo, es la Venida de Jesucristo, la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo. Y ahora, para el Día Postrero vamos a ver cómo estará manifestado en medio de Su Iglesia el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, que es Jesucristo viniendo a Su Iglesia en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; edad que se cumple en la América Latina y el Caribe.
Por eso es que el precursor de la Segunda Venida de Cristo dijo: “Del occidente vendrá un jinete en un caballo blanco, y recorreremos esta senda una vez más”27.
¿De dónde viene este Jinete de Apocalipsis, capítulo 19? Del occidente. Y el occidente tiene Norteamérica, donde se cumplió la séptima edad de la Iglesia gentil, y donde estuvo Cristo manifestado en Su séptimo ángel mensajero; y tiene la América Latina y el Caribe, que es la parte que corresponde a la Edad de la Piedra Angular, en donde se abre también una nueva dispensación y en donde se abre el séptimo milenio para todos los hijos e hijas de Dios.
Y de ahí del occidente aparecerá un Jinete en un caballo blanco, y dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo: “Es una promesa”. Si es una promesa tiene que estar en la Biblia: es la promesa de Apocalipsis, capítulo 19, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que es el Verbo, la Palabra de Dios, el Verbo, el cual tiene escrito en Su muslo y en Su vestidura: Rey de reyes y Señor de señores.
Es la Venida del Verbo, del Ángel del Pacto, de Jesucristo en Espíritu Santo en el Día Postrero como Rey de reyes y Señor de señores, con un Nombre que ninguno entendía sino Él mismo.
Y ahora, en la página 256 del libro de Los Sellos en español, nos dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo, con relación a este Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, nos dice:
“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.
Toda persona que estará viviendo en el Día Postrero, para ver la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que es la Venida de Cristo, la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en carne humana en el Día Postrero, tendrá que encontrar ese velo de carne en el occidente, para poder ver a Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en carne humana en ese velo de carne llamado el Ángel del Señor Jesucristo, el cual le dio a Juan el apóstol la revelación del libro del Apocalipsis.
Y vean, todo esto es para ser manifestado (¿dónde?) en el occidente, donde se estará cumpliendo la Edad de la Piedra Angular en la cuarta vigilia, en el horario que representa a la Edad de la Piedra Angular; el horario que representa a la Edad de la Piedra Angular, el horario de 6 a 9 la mañana, que es el horario de la cuarta vigilia; y ese es el horario que tipifica el tiempo de la Edad de la Piedra Angular para el llamado de los escogidos de Dios del Día Postrero en el territorio donde se estará cumpliendo la cuarta vigilia, y donde se estará cumpliendo la Edad de la Piedra Angular y Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo; y ese territorio es la América Latina y el Caribe.
Es en la América Latina y el Caribe que viene el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, el Verbo viniendo en el Día Postrero, la Palabra viniendo en el Día Postrero en carne humana, en un velo de carne, que es el Ángel del Señor Jesucristo.
Juan el apóstol quiso adorar al Ángel del Señor Jesucristo, al ver la manifestación de Cristo en el Ángel del Señor Jesucristo, pero el Ángel le dijo que no lo hiciera, que adorara a Dios28. ¿Por qué? Porque el Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo.
Aunque el Señor Jesucristo en el Día Postrero estaría manifestado en Su Ángel Mensajero, pero con todo y eso el Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo; él solamente es el velo de carne en donde estará Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en la América Latina y el Caribe, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y llamando y juntando a Sus escogidos en este tiempo final, en la cuarta vigilia de la Iglesia del Señor Jesucristo, en un nuevo día dispensacional y un nuevo día milenial también.
Ahora, hemos visto este misterio de la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo en el Día Postrero, en la cuarta vigilia, en la América Latina y el Caribe. Hemos visto que es la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero, pero el Ángel Mensajero de Jesucristo no es el Señor Jesucristo; él solamente es el instrumento de Cristo a través del cual Jesucristo estará manifestado en el Día Postrero en medio de Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en el territorio de la América Latina y el Caribe, donde se cumple la Edad de la Piedra Angular y donde se cumple el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, y donde se abre una nueva dispensación: la Dispensación del Reino, y donde se abre un nuevo milenio: el séptimo milenio.
Ahora, vean ustedes el misterio de la Venida del Ángel Fuerte, de la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo: así como vino en cada edad, en el ángel mensajero de cada edad manifestado, y vino llamando y juntando a Sus escogidos de cada edad, para el Día Postrero, vean ustedes, así como se manifestó por medio de cada mensajero en cada edad, en el territorio de cada edad, y en el territorio de cada mensajero y en el territorio donde estaban los escogidos de cada edad, en este Día Postrero viene manifestado en Su Ángel Mensajero, en el territorio correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, que es el territorio latinoamericano y caribeño.
Ahora, vean ustedes cómo Cristo estaría manifestado en el Día Postrero así como estuvo manifestado en cada edad en el ángel mensajero de cada edad; así como fue visto en cada mensajero, sería visto en el Día Postrero en Su Ángel Mensajero.
Y luego que seamos transformados nosotros, y los muertos en Cristo hayan sido resucitados, y seamos raptados, y vayamos a la Cena de las Bodas del Cordero: entonces veremos a Jesucristo en Su cuerpo; pero mientras tanto lo estaríamos viendo de edad en edad a través de un ángel mensajero: el ángel mensajero de cada edad; lo estaríamos viendo manifestado de edad en edad, hasta llegar a la manifestación de la Edad de la Piedra Angular a través del Ángel Mensajero del Señor Jesucristo; pero ese Ángel Mensajero no es el Señor Jesucristo, pero en él estaría Jesucristo manifestado en el Día Postrero, en la cuarta vigilia, en la Edad de la Piedra Angular, en donde Él llama y junta a todos Sus escogidos en este tiempo final.
Hemos visto el misterio del rapto o arrebatamiento de la Iglesia del Señor Jesucristo.
¿Quiénes serán arrebatados? Los que verán la Venida Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero en carne humana, porque:
“[121]. … cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre (o sea, el Verbo encarnado en un hombre)”.
El Verbo es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el Espíritu Santo, viniendo en carne humana manifestado en el Día Postrero, en un velo de carne del Día Postrero, que será el Ángel del Señor Jesucristo, que es el profeta de la Dispensación del Reino con el Mensaje del Evangelio del Reino, y el mensajero también de la Edad de la Piedra Angular con el Mensaje de la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo; para hacer el reclamo de todo lo que Él redimió con Su Sangre preciosa, y los muertos en Cristo ser resucitados en cuerpos eternos, y nosotros los que vivimos ser transformados; y luego de estar de 30 a 40 días aquí, ser raptados o arrebatados, para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.
Hemos visto quiénes serán los que serán transformados y raptados en el Día Postrero, y los que serán resucitados de las edades pasadas.
Hemos visto este misterio de la Iglesia del Señor Jesucristo, y hemos visto que estos son los que están representados en las vírgenes prudentes, que, cuando vino el esposo, entraron con él a las bodas, y luego se cerró la puerta. Así es que Cristo nos llama y nos reúne en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad de las Bodas del Cordero, para luego ir a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, en la Casa de nuestro Padre celestial.
[San Juan 14:2] “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si no fuera así, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo (¿Por qué? Porque somos el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, Su Iglesia es Su Cuerpo Místico; y Él viene a tomar Su Cuerpo Místico de creyentes; por lo tanto, viene a tomarse a Sí mismo), para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
Viene para llevarnos en el rapto a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa de nuestro Padre celestial. Así que estamos preparándonos para ir de regreso a la Casa de nuestro Padre celestial.
Cristo dijo: “Nadie subió al Cielo, sino el que descendió del Cielo; el Hijo del Hombre, que está en el Cielo”. Y también dijo: “Salí del Padre y vuelvo al Padre, salí de Dios y vuelvo a Dios”29, y así sucedió cuando ascendió al Cielo.
Y nosotros hemos salido de Dios, hemos venido de Dios, y regresamos a Dios en este Día Postrero cuando tengamos el cuerpo eterno, y nos iremos a la Casa de nuestro Padre celestial. Eso es una promesa para cada uno de ustedes y para mí también, es una promesa para toda la Iglesia del Señor Jesucristo, que tiene sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
¿Y dónde están los que serán transformados y raptados en este Día Postrero? Aquí estamos en este tiempo final, recibiendo Su Palabra y siendo preparados para ser transformados y raptados en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; y es una promesa para cada uno de ustedes y para mí también.
¡Agárrese bien de esa promesa y no dude en ningún momento esa promesa! Porque es para cada uno de ustedes y para mí también. Estemos preparados para ese momento de la transformación de nuestros cuerpos; y luego seremos raptados, e iremos a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.
Vivamos vidas justas, santas, apartados del mal, sirviéndole a nuestro amado Señor Jesucristo con toda nuestra alma, con todo nuestro corazón; y siempre teniendo nuestros pecados y faltas y errores confesados a Cristo y echados en la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador; porque ahí desaparecen y no quedan en nosotros.
Y así somos preparados para ser transformados en este Día Postrero. Somos preparados y somos instruidos por Dios por medio de Su Palabra, Su Palabra del Evangelio del Reino, el Mensaje del Evangelio del Reino, con el cual nos enseña todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final, para ser preparados.
Y así teniendo la fe, la revelación, para ser transformados y raptados, que es la revelación de la Segunda Venida de Cristo, la revelación de Jesucristo en Espíritu Santo en el Día Postrero a Su Iglesia, viniendo en Su manifestación final en la Edad de la Piedra Angular; esa es la fe, la revelación para el rapto para todos los escogidos de Dios.
Así como la fe, la revelación, para salvación, es la revelación de la Primera Venida de Cristo muriendo en la Cruz del Calvario como Cordero de Dios, y resucitando al tercer día, y ascendiendo al Cielo, y luego derramando Su Espíritu Santo sobre los creyentes en Él; esa es la revelación para recibir salvación. Y para recibir la transformación nuestra: necesitamos la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.
Y hemos visto cómo vendría Cristo en Espíritu Santo a Su Iglesia en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; y esa revelación es la revelación para ser transformados y raptados en este Día Postrero.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta tarde, dándoles testimonio del misterio de EL RAPTO DE LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO. “EL RAPTO DE LA IGLESIA”, ese ha sido nuestro tema para esta ocasión.
Estaré nuevamente con ustedes el próximo miércoles. Miércoles es la despedida de año, ¿verdad? Y estaremos aquí reunidos a la hora que Félix les va a anunciar, para estar aquí y tener también la transmisión por satélite, y tener aquí la despedida de año también.
Así que estaremos aquí comenzando la actividad, o sea, la predicación, estaremos aquí comenzando como a las 10:30 la predicación; así que como a las 10:00 ya estaremos en los cánticos; y como a las 9:00… 9:30, ya estaremos por aquí para estar preparándonos para la actividad de la noche. O sea que de 9:00 en adelante, de 9:00 a 9:30, podemos ya estar por aquí para la actividad de la noche, del día 31 de diciembre, que es la despedida del año.
Y también estaremos recibiendo el nuevo año 1998, y también estaremos dándole gracias a Cristo por Sus bendiciones dadas a nosotros en este año 1997, donde nos ha dado grandes bendiciones para nuestra alma, y ha añadido a Su Iglesia miles de personas que no estaban el año 1996 en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular.
Y para el 1998: los que falten por ser añadidos serán añadidos a la Iglesia del Señor Jesucristo, los que correspondan a ese año. Y si se completa el número de los escogidos en el 1998… ¿Qué sucederá cuando se complete el número? Cristo sale del Trono de Intercesión, y resucitará a los muertos en Cristo y nos transformará a nosotros los que vivimos; y ya de ahí en adelante estaremos estrenando el nuevo cuerpo que Él ha prometido para todos nosotros.
Así que vamos a dejar eso ahí pendiente, para hablar el próximo miércoles acerca del nuevo año y su significado para todos nosotros.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también, y pronto todos seamos transformados y raptados en este Día Postrero. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y hasta el próximo… hasta el día 31… es el… (miércoles es ¿verdad, Félix?) miércoles 31, para la actividad de despedida de año y recibimiento del nuevo año 1998.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“EL RAPTO DE LA IGLESIA”.
[Revisión diciembre 2021]
1 2 Corintios 5:17
2 Salmo 90:4, 2 Pedro 3:8
3 San Mateo 24:31
4 SPN64-0726E “Cisternas rotas”, pág. 33, párr. 158 / Citas, pág. 130, párr. 1164
5 SPN65-1204 “El Rapto”, pág. 14, párrs. 65-66 / Citas, pág. 168, párr. 1498
6 San Mateo 14:22-27, San Marcos 6:45-52, San Juan 6:16-21
7 San Juan 1:29
8 Efesios 4:30
9 San Mateo 1:23
10 San Juan 3:13
11 San Juan 6:51, 6:58
12 Éxodo 3:6
13 Éxodo 23:20-21
14 Jueces 13:1-25
15 1 Juan 4:12
16 Éxodo 33:18-23
17 Génesis 32:24-30
18 1 Timoteo 3:16
19 1 Pedro 3:18-20
20 San Mateo 27:51-53
21 Hechos 1:1-9
22 Hechos 2:1-12
23 Malaquías 4:2
24 Apocalipsis 1:16, 2:1
25 Génesis 22:15-18
26 Apocalipsis 1:15
27 SPN65-1128M “El único lugar de adoración provisto por Dios”, pág. 1, párr. 6 / Citas, pág. 166, párr. 1485 / Libro de “La introducción de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia”, pág. 107
28 Apocalipsis 19:10, 22:8-9
29 San Juan 16:27-28