Muy buenas noches, amados ministros, compañeros en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, y también cada uno de los presentes, hermanos y hermanas. Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos hable directamente a nuestra alma en esta noche nuestro Señor Jesucristo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Para esta noche tenemos el tema: “EL SÉPTIMO SELLO Y LA INTRODUCCIÓN AL MILENIO”.
Para lo cual quiero leer en Apocalipsis, capítulo 20, verso 4 en adelante, donde dice así:
“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.
Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”.
Aquí tenemos el Reino Milenial, mostrado en Apocalipsis, capítulo 20, y tenemos las personas que reinarán con Cristo por mil años en ese glorioso Reino del Hijo de David.
Este Reino Milenial corresponde al séptimo milenio, luego que han terminado las siete etapas de la Iglesia gentil, y termina la Dispensación de la Gracia y entra la Dispensación del Reino, en donde el glorioso Reino de Dios estará en medio del pueblo hebreo y sobre todo el planeta Tierra; y desde la tierra de Israel se gobernará sobre el pueblo hebreo y sobre toda la humanidad.
Toda la humanidad estará sujeta al Reino de Cristo. Cristo, como Hijo del Hombre e Hijo de David, reinará sobre el pueblo hebreo y sobre el mundo entero.
Cristo como Hijo de David es el heredero al Trono de David, y como Hijo del Hombre es el heredero al mundo entero.
Por eso en Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante, dice:
“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”.
Aquí podemos ver que bajo la Séptima Trompeta los reinos del mundo vendrán a ser de nuestro Señor, y Él reinará sobre el mundo entero.
Los reinos del mundo, que el diablo le ofreció dos mil años atrás, sin Cristo realizar el Sacrificio por el pecado, Cristo no lo aceptó en aquel tiempo; porque entonces sería un reino pecador, en el cual el diablo tendría control. Aunque el diablo se los ofreció a Cristo (le dijo el diablo a Cristo que tenía que, postrado, adorar al diablo), Jesús lo mandó fuera de Su lado, le dijo que se apartara de Él1.
Ahora podemos ver cómo Dios estaba siendo tentado por el diablo allí, Dios manifestado en carne humana en Jesús; pero la Escritura dice2: “No tentarás al Señor tu Dios”.
Ahora miren, el diablo quería que Dios le sirviera a él; y Dios manifestado en carne humana, el diablo quería que fuera el rey de ese reino que estaba en las manos del diablo; y la adoración sería hacia el diablo.
Ahora miren ustedes lo que el diablo le estaba proponiendo a Jesús.
Pero Jesús rechazó esa oferta, porque Jesús en el Día Postrero obtiene los reinos del mundo, incluyendo el reino de Israel; y será un Reino en donde la adoración será al Dios verdadero, al Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Y el diablo estará atado durante el Reino Milenial; no tendrá quién le adore, porque los adoradores del diablo estarán en el infierno.
Ahora podemos ver cómo el glorioso Reino Milenial de Cristo traerá prosperidad y conocimiento de Dios para todos los seres humanos. Y “la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”, dice Habacuc, capítulo 2, verso 14; y también Isaías, capítulo 11, verso 9.
Pero si leemos ese mismo capítulo de Isaías (capítulo 11), verso 1 en adelante, dice así:
“Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces (ese es el Mesías).
Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.
Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos;
sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca…”.
En Apocalipsis 19, la vara de Su boca es la Espada aguda de dos filos que sale de Su boca. La boca siempre es el profeta que Dios tiene para ese tiempo, para por medio de ese profeta poner por obra Su Palabra.
“… y con el espíritu de sus labios matará al impío (o sea, al anticristo)”.
Dice: “… y con el espíritu de sus labios matará al impío”.
En Segunda de Tesalonicenses, capítulo 2, verso 8, habla del anticristo, y dice que el Señor será el que lo destruirá. Dice así… Hablando del anticristo, dice en el verso, vamos a ver…, verso 3 en adelante, dice:
“Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? (Está hablando del anticristo).
Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste.
Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.
Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca (o sea, con esa vara o esa Espada que sale de Su boca, que es la Palabra de Dios), y destruirá con el resplandor de su venida;
inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,
y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,
a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia”.
Ahora vean cómo el profeta Isaías habla de la Venida del Mesías, de donde San Pablo toma su profecía de la Venida del Señor.
Dice Isaías, capítulo 11, verso 4 (a la mitad del verso dice):
“… y herirá la tierra con la vara de su boca (o sea, con Su Palabra), y con el espíritu de sus labios matará al impío (o sea, al anticristo) (¿Con qué? Con la Palabra).
Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.
Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará”.
Es un reino de paz, a tal grado que habrá paz hasta entre los animales. El león no se comerá al corderito, el león comerá pasto como el buey. Sigue diciendo:
“La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja.
Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora”.
Ahora vean cómo no habrá peligro en el Reino Milenial. Todo estará en paz; pues con el diablo atado, hay paz sobre la Tierra; porque el diablo es el que incita la humanidad, y también trae esos problemas sobre los animales. Todo estará tranquilo, todo estará en paz en el glorioso Reino Milenial; y la Tierra será llena del conocimiento de la gloria de Dios manifestada en la Segunda Venida de Cristo.
“No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.
Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa”.
Y todas las naciones tendrán a la raíz de Isaí como Rey sobre todas las naciones.
“Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar.
Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra”.
Ahora vean cómo habla del pueblo hebreo, y de la reunión del pueblo hebreo, y del remanente del pueblo hebreo. Todo esto está bajo la manifestación de la vara del tronco de Isaí, que es la Segunda Venida de Cristo para el tiempo final.
Ahora, vean cómo nos dice la Escritura en Apocalipsis, capítulo 3, verso 7:
“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre…”.
Ahora vamos a ver lo que nos dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo con relación a esta llave de David; porque para la Venida del Señor toda Escritura debe ser cumplida. Página 189 de Las Edades dice (luego leeremos la 330):
“[67]. Para el tiempo cuando Jesús venga, toda Escritura tiene que ser cumplida”.
Y ahora, la página 329 nos dice así:
“39. La llave de David. ¿No fue David el rey de todo Israel? Y ¿no es Jesús, el Hijo de David, según el hecho de que Él estará sentado sobre el Trono de David durante el Milenio, y reinará y regirá sobre Su herencia? Seguramente. Entonces la llave de David significa que es Jesús Quien dará comienzo al Milenio. Aquel quien tiene las llaves de la muerte y del infierno levantará a los Suyos para que puedan compartir de Su Reino de justicia sobre la Tierra”.
Ahora vean ustedes cómo Cristo, el que tiene la llave de David, es el que comienza el Milenio. Él es el que introduce el Milenio y el Reino Milenial.
Y ahora vamos a ver lo que nos dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo con relación a la introducción del Reino Milenial. Vamos a ver aquí la página 361:
“14. En la séptima y última visión oí una explosión terrible. Cuando di la media vuelta para ver, lo único que vi fue ruinas, cráteres y humo sobre la tierra de América”.
Cuando uno da la media vuelta para ver, ya uno tiene que comprender que uno ya pasó por ese lugar y ya queda a las espaldas de uno ese lugar.
Cristo ha estado viajando desde la tierra de Israel a Asia Menor, a Europa, a Norteamérica; y cada vez que pasa de una edad a otra, queda a Sus espaldas esa edad con el territorio de esa edad.
Y cuando termina Su labor bajo la séptima edad de la Iglesia gentil a través del precursor de la Segunda Venida de Cristo, sigue hacia adelante y ya Norteamérica queda a Sus espaldas.
¿Hacia dónde tomará el Espíritu de Cristo para manifestar el ministerio de Elías por quinta ocasión, y el ministerio de Moisés por segunda ocasión, y el ministerio de Jesús por segunda ocasión también? Él sigue caminando en el continente del oeste (o sea, el continente americano), sigue caminando hacia la América Latina y el Caribe.
Y con esa explosión, miren ustedes, Elías miró: cuando escuchó la explosión, dio la media vuelta y miró hacia Norteamérica; al mirar hacia Norteamérica, vio cráteres, vio humo sobre toda la tierra de América, ruina sobre toda la tierra de América.
Pero miren, Elías estaba fuera de esa explosión, estaba fuera de ese sitio, porque ahí está representando a Elías en su quinta manifestación, que será la Venida del Espíritu Santo en un hombre de este tiempo final, operando los ministerios de Elías por quinta ocasión, de Moisés por segunda ocasión y de Jesús por segunda ocasión.
Ahora sigue diciendo:
“15. Basándome en estas siete visiones, juntamente con los cambios tan rápidos que han transcurrido en el mundo en los últimos cincuenta años, doy esta PREDICCIÓN (no es profecía): que estas siete visiones habrán llegado a cumplirse todas para el año 1977. Y aunque muchas personas juzgan que esto es un pronóstico irresponsable, en vista de que Jesús dijo que “Empero del día y de la hora, nadie sabe” (Marcos 13:32); y todavía me mantengo firme en mi creencia después de treinta años, porque Jesús NO dijo que nadie podía conocer el año, mes o semana en que Su Venida habría de ser completada”.
La Venida del Señor, vean ustedes, comenzó en la tierra de Israel; luego se fue moviendo a Asia Menor, Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en cada ángel mensajero, en la porción correspondiente a cada edad; así como se manifestó en cada profeta del Antiguo Testamento de edad en edad, y luego llegó ese mismo Espíritu de Dios que estaba en los profetas, llegó en toda Su plenitud en carne humana, en el velo de carne llamado Jesús.
Pero vean, ese Espíritu que estaba en Jesús había estado en los profetas del Antiguo Testamento; iba moviéndose de edad en edad y de dispensación en dispensación, hasta que llegó al cumplimiento de la Primera Venida de Cristo.
Se formó o se creó un templo de carne llamado Jesús; y lo que vimos parcialmente en los profetas del Antiguo Testamento, fue manifestado en toda su plenitud en Jesús, el velo de carne donde estaba Dios, la Palabra, el Verbo hecho carne. El Ángel del Pacto estaba hecho carne en aquel joven carpintero de Nazaret, Jesús.
Ahora vean que ese Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, había estado en medio del pueblo hebreo todo el tiempo; pero siendo de otra dimensión, por eso estaba en el Cielo, en otra dimensión, pero manifestado en medio del pueblo hebreo.
Y ahora, se hizo carne en el velo de carne llamado Jesús, y allí estaba en toda Su plenitud. Y Jesús decía3: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo”; y estaba en la Tierra el velo de carne, pero el Espíritu de Dios, que estaba en Jesús, siendo omnipresente también estaba en el Cielo.
Ahora, podemos ver que Jesús vivía en la dimensión terrenal y también en la dimensión celestial, y por eso veía en la dimensión celestial.
Ahora, vean ustedes, el mismo Espíritu Santo (que estuvo en los profetas del Antiguo Testamento y luego en Jesús en toda Su plenitud) descendió el Día de Pentecostés sobre 120 personas; y allí comenzó la Iglesia del Señor Jesucristo, naciendo de nuevo 120 personas; porque la Iglesia del Señor es compuesta por los nacidos de nuevo.
Y el Espíritu de Cristo se manifestó en los apóstoles, luego se manifestó en los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, se manifestó en San Pablo; y ha venido subiendo: de la primera edad subió a la segunda edad, a la tercera, a la cuarta, a la quinta, a la sexta y a la séptima, a través de Su manifestación en carne humana en cada ángel mensajero, en la porción correspondiente a cada edad, para el cumplimiento de la Palabra correspondiente a cada edad. Porque para poner por obra Su Palabra, Él siempre ha tenido un mensajero; y a través de cada uno de esos mensajeros puso por obra la Palabra prometida para cada edad: la cumplió; y fueron llamados y juntados los escogidos de cada edad.
Para la Edad de la Piedra Angular Cristo viene manifestado en el Ángel Mensajero que Él envía para dar testimonio de estas cosas en las iglesias. Ese es el Ángel de Jesucristo, de Apocalipsis 22, verso 16, del cual Cristo dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
Y por medio de la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero, viene la bendición de Jesucristo para Su Iglesia, y nos da a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto para completarse Su Venida.
Y ahora, nos dice:
“… Jesús NO dijo que nadie conocería el año, mes o semana en que Su Venida habría de ser completada. Así que, repito, yo sinceramente creo y mantengo como un estudiante particular de la Palabra, juntamente con la inspiración divina, que el año 1977 debe poner fin a los sistemas mundiales e introducir el Milenio”.
Cualquier persona que lee esto puede decir: “Nuestro hermano Branham falló”. Pero yo tengo que decirles: “Nuestro hermano Branham no falló”. Si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, desde hace tiempo ya estamos en el séptimo milenio.
El séptimo milenio, si le añadimos al calendario todos los años de atraso que tiene, comenzó alrededor del 1966. Nuestro hermano Branham tenía que partir entonces en el 1965, como tarde, porque él no podía pasar al séptimo milenio.
Y ahora, vean ustedes, cuando nos dice que la séptima edad terminará alrededor del 1977, alrededor significa ‘más o menos’: puede ser exactamente ese año, puede ser un poquito más adelante o puede ser mucho antes de esa fecha.
Ahora, el séptimo milenio, miren ustedes: si comenzó por el año 1966, encontramos que antes del 1966 aparecieron los ángeles en el cielo; y el Ángel que era diferente a los demás, el Ángel que tenía el Séptimo Sello, apareció allí.
Y ese Ángel tiene que venir a la Tierra manifestado en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo, para hablar por medio de él, para ungir a Su Ángel Mensajero y hablar por medio de él, y dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; o sea, hablar por medio de Su Ángel Mensajero con esa Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino.
Por lo tanto, desde el 1963 en adelante, el ministerio de ese Ángel en alguna forma tenía que comenzar; pero su comienzo, el comienzo del Séptimo Sello, dice nuestro hermano Branham que sería un secreto completamente. Nadie se daría cuenta del comienzo del Séptimo Sello, del comienzo del ministerio de ese Ángel que era diferente a los demás, por medio del Ángel del Señor Jesucristo.
Por lo tanto, el ministerio del Ángel del Señor Jesucristo tenía que comenzar alrededor del 1963; y por consiguiente, el nacimiento de ese Ángel en el Reino de los Cielos, en la Iglesia del Señor Jesucristo (o sea, ese nuevo nacimiento), tenía que ocurrir antes de comenzar su ministerio. O sea, que antes del 1963 ya ese Ángel tenía que estar manifestado en la Casa de Dios, en la Iglesia del Señor Jesucristo, como un miembro del Cuerpo Místico de Cristo nacido en la Casa de Dios, en la Iglesia del Señor Jesucristo, como un hijo de Dios; porque esa es la Casa de los hijos e hijas de Dios.
Y ahora vean ustedes cómo el ministerio de ese Ángel que era diferente a los demás, tenía que comenzar en una forma secreta e ir creciendo ese ministerio, e ir cumpliendo cada promesa divina.
Dice nuestro hermano Branham acerca de la Venida del Hijo del Hombre, que en el tiempo en que él estaba se estaba viviendo el tiempo de la Venida del Hijo del Hombre, se estaba viviendo en el tiempo para el cumplimiento de estas promesas.
“Pero cuando el Séptimo Sello comience, será un secreto por completo”, dijo nuestro hermano Branham en la página 472 del libro de Los Sellos.
Así como la Primera Venida de Cristo, la Venida del Ángel del Pacto en carne humana, fue un secreto en medio del pueblo hebreo: Su nacimiento por medio de la virgen María allá en Belén de Judea; fue un secreto el crecimiento del niño Jesús, fue un secreto la etapa de niño, fue un secreto la etapa de joven; y luego, cuando ya llega a adulto y tiene casi 30 años comienza Su ministerio, y el misterio de la Primera Venida de Cristo se abre a los hijos e hijas de Dios, a los escogidos de Dios, en medio del pueblo hebreo.
Pero las personas que escuchaban la predicación de Cristo estaban pensando que Jesús se estaba haciendo Dios, y no comprendían que era la Venida del Mesías, la Venida del Dios Todopoderoso, del Ángel del Pacto, del Verbo manifestado en carne humana.
Estuvo 30 años aproximadamente en medio del pueblo hebreo antes de revelarse, antes de manifestarse y comenzar Su ministerio; y no se daban cuenta de quién estaba en medio de ellos.
Luego, vean ustedes, comenzó Su ministerio de tres años y medio; y al final de Su ministerio realizó la Redención con Su muerte en la Cruz del Calvario, derramando Su Sangre para limpiarnos de todo pecado. Eso fue el final de Su ministerio en el cuerpo físico antes de morir, resucitar y ser llevado al Cielo.
Con Su muerte llegó al final ese ministerio, produciendo nuestra redención; porque vino como Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo en Su Obra de Redención.
Para este tiempo final, ¿cuánto tiempo estará el Ángel que era diferente a los demás manifestado en la Tierra sin que se den cuenta las personas de Su presencia en la Tierra, en medio de Su Iglesia, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el cumplimiento del Séptimo Sello siendo manifestado?
Pero “a vosotros es concedido conocer los misterios del Reino de Dios”4, los misterios de la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. A vosotros es concedido conocer el misterio de la Venida del Ángel que era diferente a los demás, velándose en carne humana en Su Ángel Mensajero y revelándose a través de Su Ángel Mensajero, y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y abriéndonos así el misterio del Séptimo Sello, el misterio del Ángel que era diferente a los demás.
Ese es el misterio del Séptimo Sello: es el misterio del Ángel que era diferente a los demás, viniendo en el Día Postrero en medio de Su Iglesia en carne humana en Su Ángel Mensajero, y hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto, hablándonos con esa Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, y así dándonos a conocer todas estas cosas que estarían sucediendo en este tiempo final.
Ahora, veamos… Ya vimos que Jesús es el que introduce el séptimo milenio, o sea, el Milenio, en Su Segunda Venida. Ahora, vamos a ver… Él es el Séptimo Sello. Es el Séptimo Sello el que introduce el Milenio.
En la página 464 y 465 del libro de Los Sellos, nos dice así el precursor de la Segunda Venida de Cristo:
“[138]. Debemos recordar que este Séptimo Sello es el fin del tiempo de todas las cosas. Correcto. Las cosas escritas en el Libro de la Redención, sellado desde antes de la fundación del mundo con siete sellos, todo termina. Es el fin de este mundo agitado, el fin de la naturaleza agitada y es el fin de todo. En eso también encontramos el fin de las Trompetas, de las Copas, de la Tierra; y aun es el fin del tiempo. El tiempo termina, así nos lo dice la Biblia en Apocalipsis 10:1-7, donde el Ángel dijo: ‘El tiempo no será más’. Y eso será en el día cuando este gran evento suceda”.
¿Qué gran evento? El gran evento del Séptimo Sello. El gran evento de la manifestación del Ángel que tiene el Séptimo Sello.
“… donde el Ángel dijo: ‘El tiempo no será más’. Y eso será en el día cuando este gran evento suceda. Allí todo termina.
139. Al final de este Séptimo Sello es el fin de la edad de la Iglesia; es el fin del Séptimo Sello, es el fin de las Trompetas, es el fin de las Copas y es aun el fin de la entrada al Milenio”.
Es el Séptimo Sello y bajo el Séptimo Sello que viene también el fin de la entrada al Milenio; o sea que por medio del Séptimo Sello entramos al Milenio.
“Todo eso está contenido en el Séptimo Sello”.
Para la entrada al Milenio o séptimo milenio tendremos el Séptimo Sello manifestado; y Él nos introduce al séptimo milenio dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Todo está contenido en el Séptimo Sello, o sea, en el Ángel que era diferente a los demás; en el Ángel que era diferente a los demás manifestado en el séptimo milenio, en el Día Postrero. Ahí está contenido todo el Programa de Dios, está contenido el fin de todas las cosas y la introducción al glorioso Reino Milenial de Cristo.
Dice:
“140. Es como disparar un cohete al aire. Este cohete hace una explosión por aquí cerca (está hablando del Séptimo Sello, del Ángel que era diferente a los demás); y luego mucho más alto hace otra explosión, y de allí salen cinco estrellas. Una de esas estrellas hace una explosión, y de allí salen otras cinco estrellas; y una de esas estrellas explota, y de allí salen otras cinco estrellas; y después desaparece gradualmente. Así es el Séptimo Sello. Allí termina el tiempo para el mundo. Es el fin del tiempo para esto y aquello y todas las cosas. Todo termina con el Séptimo Sello. Ahora, ¿cómo lo va a hacer Dios? Eso es lo que no sabemos, no lo sabemos. En esto será el tiempo para todas estas cosas y la entrada al Milenio.
Ahora vean cómo todo eso está contenido en el Séptimo Sello.
Hemos visto: “EL SÉPTIMO SELLO Y LA INTRODUCCIÓN AL MILENIO”.
El Séptimo Sello, la Venida del Ángel que era diferente a los demás, viniendo manifestado en Su Ángel Mensajero, viniendo manifestado en carne humana y llevando a cabo Su ministerio correspondiente a este tiempo final. Y con Su ministerio manifestado todo llega al final; y llega el tiempo de la introducción al Milenio, al séptimo milenio.
Miren ustedes una cosa muy importante que sucedió dos mil años atrás.
Cuando nació Cristo en Belén de Judea faltaba de 4 a 7 años para comenzar el quinto milenio, o sea, para comenzar los días postreros. Cuando Cristo ya tenía de 4 a 7 años de edad, comenzaron los días postreros, porque comenzó el quinto milenio. Y Jesucristo vivió en el primer siglo del quinto milenio, en el primer tercio de ese primer siglo del quinto milenio, y tuvo Su ministerio cuando ya tenía cerca de 30 años de edad; y llevó a cabo la Obra como Cordero de Dios.
Y para este tiempo final, en el primero siglo del séptimo milenio, que es en el primer siglo del Día Postrero…; porque “un día delante de Dios es como mil años y mil años como un día”5; y 1 hora, como 41 años con 8 meses; la hora de Su Venida.
Dos mil años atrás, de la hora de Su Venida solamente usó 33 años; quedaron 7 años con 8 meses, u 8 años con 8 meses, sin ser usados de la hora de Su Venida. No necesitó la hora completa para llevar a cabo Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario.
Ahora, vean ustedes cómo la hora de Su Venida, dos mil años atrás, comenzó cuando nació en Belén de Judea.
Ahora, para este tiempo final, la hora de Su Venida en algún tiempo hemos de ver cuándo comenzó, y veremos cuándo terminará la hora de Su Venida. Cuando seamos transformados y los muertos en Cristo resucitados, ya estaremos viviendo en los últimos minutos de la hora de Su Venida.
Ahora, no sabemos cuándo terminará la hora de Su Venida, pero estamos en la hora de Su Venida, en la hora de la Venida del Ángel que era diferente a los demás, la hora de la Venida del Ángel que tiene el Séptimo Sello.
Y Él es el que hace la introducción al Milenio para todos los seres humanos que viven en esta Tierra, Él es el que introduce a la raza humana al séptimo milenio; porque bajo Su ministerio estará sujeto todo ser humano.
Cuando Dios envía un mensajero, bajo ese ministerio está sujeto todo ser humano. Y para este tiempo final, bajo el ministerio del Ángel que era diferente a los demás está sujeto el pueblo hebreo, la Iglesia del Señor Jesucristo y el mundo entero; y los reinos de este mundo vendrán a ser de nuestro Señor, conforme a la promesa divina6.
Hemos llegado al tiempo de EL SÉPTIMO SELLO Y LA INTRODUCCIÓN AL MILENIO.
Si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, ya estamos en los primeros años, en el primero siglo del séptimo milenio, o sea, del Día Postrero.
¿Cuánto tiempo más estaremos con estos cuerpos mortales? No sabemos, pero ya estamos en la hora de Su Venida; y Su promesa es que para la hora de Su Venida Él resucitará a los muertos en Cristo y transformará a los vivos en Cristo, que estarán escuchando la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino en la hora de Su Venida, de la Venida del Ángel que era diferente a los demás.
Escuchando Su Voz estamos escuchando la Gran Voz de Trompeta. Es la Gran Voz de Trompeta la Voz del Ángel que era diferente a los demás, la Voz de Cristo manifestado por medio de Su Ángel Mensajero en el ministerio del Día Postrero, o sea, del séptimo milenio, y del siglo XXI.
Ese ministerio es el ministerio del siglo XXI, del siglo XXII, del XXIII, del XXIV, del XXV, del XXVI, del XXVII, del XXVIII, del XXIX y del siglo XXX, y de todos los siglos que vengan más adelante.
Ahora hemos visto: “EL SÉPTIMO SELLO Y LA INTRODUCCIÓN AL MILENIO”. Vean cómo nos introduce al séptimo milenio el Séptimo Sello.
Si no le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, no hay ningún problema, porque dentro de pocos años, conforme al calendario que usan los gentiles (principalmente los europeos y los del continente americano), conforme a ese calendario faltan muy pocos años para llegar al año 2000, y luego comenzar el año 2001, y así comenzar el nuevo milenio y así tener la introducción al Milenio.
Así que no se preocupen los que puedan ver que el calendario está atrasado; y si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, ya estamos en el séptimo milenio, bajo el ministerio del Séptimo Sello introduciéndonos al séptimo milenio.
Y para los que no puedan comprender que el calendario está atrasado, el ministerio del Séptimo Sello, del Ángel que era diferente a los demás, por medio de Su Ángel Mensajero es el que los introducirá al séptimo milenio, al Día del Señor.
Hemos visto: “EL SÉPTIMO SELLO Y LA INTRODUCCIÓN AL MILENIO”.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de “EL SÉPTIMO SELLO (o sea, del Ángel que era diferente a los demás) Y LA INTRODUCCIÓN AL MILENIO”.
Que las bendiciones de Jesucristo prometidas para el séptimo milenio, para los escogidos de Dios, sean manifestadas, sean materializadas en cada uno de ustedes y en mí también. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Dejo con nosotros nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín, para continuar y finalizar nuestra parte en esta ocasión.
Que Dios les bendiga y les guarde; y pronto todos seamos transformados, porque es una promesa para el séptimo milenio; como la resurrección de los muertos en Cristo es una promesa para el séptimo milenio (o sea, para el Día Postrero, que es el séptimo milenio): “… y yo le resucitaré en el día postrero”. San Juan, capítulo 6, verso 39 al 40.
Que Dios les bendiga y les guarde, y nos veremos en una próxima ocasión. Buenas noches.
“EL SÉPTIMO SELLO Y LA INTRODUCCIÓN AL MILENIO”.
[Revisión marzo-agosto 2020]
1 San Mateo 4:8-11, San Lucas 4:5-8
2 Deuteronomio 6:16
3 San Juan 3:13
4 San Marcos 4:11, San Lucas 8:10, San Mateo 13:11
5 Segunda de Pedro 3:8
6 Apocalipsis 11:15