El llamado a los escogidos de Dios

Muy buenas tardes, amados hermanos y amigos presentes aquí en Xilitla, San Luis Potosí. Es para mí una bendición grande estar con ustedes, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios bajo el tema: “EL LLAMADO DE LOS ESCOGIDOS DE DIOS”; para lo cual quiero leer en San Mateo, capítulo 24, versos 30 al 31, las palabras de Jesús, que dice:

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Para poder comprender el llamado de los escogidos de Dios, necesitamos comprender quiénes son los escogidos de Dios.

En la Escritura hemos visto que el mismo Jesús habla de los escogidos de Dios; y San Pablo, por ejemplo, tenemos el capítulo 8, donde San Pablo habla de los escogidos de Dios, en Romanos, capítulo 8, versos 28 en adelante, donde dice:

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Como está escrito:

Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;

Somos contados como ovejas de matadero.

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,

ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.

Ahora, vean ustedes cómo el apóstol dice: “Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir…, nada nos podrá apartar del amor de Cristo, del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. Eso nos habla de elección divina, eso nos habla de elegidos de Dios; elegidos para vivir eternamente con nuestro amado Señor Jesucristo, elegidos desde antes de la fundación del mundo.

Y ahora, podemos comprender que las palabras de Cristo cuando dijo que las ovejas que el Padre le ha dado nadie las puede arrebatar de Su mano1, podemos ver entonces que hay un Programa de parte de Dios para los elegidos de Dios desde antes de la fundación del mundo, los cuales no se pueden perder.

Si un elegido de Dios se perdiera, ¿qué sucedería? Entonces el Sacrificio de Cristo no tuvo tanto poder como realmente dice la Escritura que ha tenido (de poder); pero ningún escogido de Dios, ningún elegido de Dios, se puede perder.

Cristo es nuestro Redentor; y si Él nos redimió, Él nos retorna a Dios, nos ha retornado a Dios con vida eterna. Y aquí estamos, en este planeta Tierra, pasando por esta etapa, en donde hemos venido en estos cuerpos mortales, corruptibles y temporales, con un espíritu del mundo (en la permisiva voluntad de Dios), para en esta Tierra hacer contacto con la vida eterna al creer en Cristo como nuestro Salvador, al escuchar Su Palabra; y, así, al creer en Cristo como nuestro Salvador y lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo y recibir Su Espíritu, recibir vida eterna, como dijo Cristo en San Juan, capítulo 5, verso 24. Dice de la siguiente manera (y quiero leer ese pasaje):

“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”.

Y en San Juan, capítulo 6, versos 39 al 40, dice:

“Y ésta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.

Ahora vean cómo hacemos contacto con Cristo, la Vida Eterna, estando nosotros en estos cuerpos mortales; y ahí creemos en Cristo como nuestro Salvador, lavamos nuestros pecados en la Sangre de Cristo y recibimos Su Espíritu Santo, y así entramos a la vida eterna, somos restaurados a la vida eterna. Y ya, si la persona muere, pues va al Paraíso a vivir en su cuerpo teofánico; y si la persona está viva cuando ocurra la resurrección de los muertos en Cristo, pues será transformado su cuerpo físico y tendrá el cuerpo eterno que Cristo ha prometido para cada uno de Sus hijos que viven en este tiempo final, y para los que han vivido en las diferentes etapas o edades de Su Iglesia. Esto es hablando de los elegidos de Dios del Cuerpo Místico de Jesucristo.

Y ahora, es una Nueva Creación lo que Jesucristo está realizando con los elegidos de Dios, con los escogidos de Dios; y de esa Nueva Creación Jesucristo es el primero. Él es principio de la Creación de Dios, de esa nueva raza; porque conforme a la primera raza establecida aquí en la Tierra, que es Adán… y de la descendencia de Adán, vean ustedes, han venido todos los seres humanos, y nuestros cuerpos mortales vienen por esa línea; y por esa causa es que hemos aparecido como mortales aquí en la Tierra, juntamente con los demás seres humanos, porque hemos aparecido por medio de una raza caída.

Pero por medio de creer en Cristo como nuestro Salvador y lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo y recibir Su Espíritu Santo, hemos obtenido un nuevo nacimiento, hemos nacido en una nueva raza, de la cual Jesucristo es el primero. Y conforme al segundo Adán, que es Jesucristo, así somos todos nosotros; por eso obtenemos el cuerpo teofánico de la sexta dimensión, y en el Día Postrero obtendremos el cuerpo físico y eterno y glorificado, y seremos totalmente iguales a nuestro amado Señor Jesucristo.

Es una nueva raza a la cual pertenecemos y en la cual hemos nacido al creer en Cristo como nuestro Salvador y haber recibido Su Espíritu Santo.

Al nacer por medio de papá y mamá, hemos nacido en una raza caída, que es la descendencia de Adán, pero al creer en Cristo como nuestro Salvador y nacer de nuevo, hemos nacido en una nueva raza, que tiene vida eterna por medio de Jesucristo; y Jesucristo es el principio de esa Nueva Creación, de esa nueva raza; y esa es la Nueva Creación que gobernará el planeta Tierra completo y el universo completo.

Ahora, esa nueva raza es mencionada en la Biblia como los primogénitos de Dios, como los elegidos de Dios, como los escogidos de Dios, como los predestinados de Dios, y así por el estilo. Son los hijos e hijas de Dios, ordenados por Dios desde antes de la fundación del mundo.

San Pablo a los Efesios, en el capítulo 1, dice, verso 3 en adelante:

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,

según nos escogió en él antes de la fundación del mundo (¿Desde cuándo? Desde antes de la fundación del mundo nos escogió), para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,

en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado…”.

Sigue diciendo:

“… en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,

dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,

de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”.

Vean, todas las cosas, dice San Pablo que conforme al propósito de Dios serán reunidas en Cristo, ¿en qué tiempo?:

“… en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.

En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,

a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.

En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”.

Ahora vean cómo al creer en Cristo somos sellados con el Espíritu Santo, con las arras (son las primicias), con las primicias del Espíritu, en donde obtenemos el cuerpo teofánico de la sexta dimensión; y en el Día Postrero obtendremos el cuerpo físico y eterno, prometido por Cristo para vivir con Él como reyes y sacerdotes en Su Reino; y eso será la adopción de los hijos e hijas de Dios.

También en Efesios, capítulo 4, verso 30, dice:

“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”.

El día de la redención es en el séptimo milenio, donde obtendremos la redención del cuerpo, en donde obtendremos la transformación de nuestro cuerpo y así obtendremos el nuevo cuerpo, el cuerpo eterno; y por eso hemos sido llamados, hemos sido juntados y hemos creído en Cristo como nuestro Salvador y hemos recibido Su Espíritu Santo (al lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo, hemos luego recibido Su Espíritu Santo); y hemos sido sellados con el Sello del Dios vivo, con el Espíritu Santo, para el día de la redención; en donde, los que han sido sellados con el Espíritu Santo en la edad que les ha tocado vivir: si murieron, serán resucitados en cuerpos eternos, y si están vivos, serán transformados, y entonces tendremos el cuerpo eterno; y así regresaremos a Dios con vida eterna, con un cuerpo eterno, y como reyes y sacerdotes para reinar con Cristo por toda la eternidad.

La transformación de nuestros cuerpos es la adopción del cuerpo, en donde todos seremos adoptados como hijos e hijas de Dios, en donde los escogidos de Dios…, que son los primogénitos de Dios, escritos en el Cielo desde antes de la fundación del mundo, en el Libro de la Vida del Cordero…

Recuerden, esos primogénitos están ahí escritos, en el Libro de la Vida del Cordero, y son llamados de edad en edad, de etapa en etapa; ya han sido ordenados por Dios para ocupar esa posición en el Reino de Dios, porque Él es el que ha ordenado desde antes de la fundación del mundo quiénes ocuparían el lugar de los escogidos de Dios en el tiempo que les tocaría vivir. Y ahora, recuerden, vienen a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo en la edad que les toca vivir.

La Iglesia del Señor Jesucristo está en este diagrama, pasando por diferentes edades. Primero fue en la etapa allá entre los hebreos con los apóstoles, luego pasó a la etapa de Asia Menor con San Pablo, luego pasó a la etapa de Francia con Ireneo, luego pasó a la etapa de Francia y Hungría con Martín, luego a la etapa de Irlanda y Escocia con Colombo, luego a la etapa de Alemania con Lutero, luego a la etapa de Inglaterra con Wesley, luego a la etapa de Norteamérica con el reverendo William Branham y luego a la etapa de la América Latina y el Caribe con el Ángel del Señor Jesucristo.

Ahora podemos ver el Programa Divino para con Su Iglesia, de etapa en etapa, de edad en edad; y ahora nos encontramos (¿dónde?) en la América Latina y el Caribe, en donde Cristo, así como llamó de edad en edad, por medio del mensajero de cada edad, a Sus escogidos de cada edad (los cuales tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo), para este tiempo final estaría llamando y juntando a Sus escogidos y colocándolos (¿dónde?) en el Cuerpo Místico de Cristo, en la etapa correspondiente a este tiempo, que es la etapa de la Edad de la Piedra Angular.

¿Y con qué los estaría llamando y juntando en este tiempo final? Vamos a ver con qué, porque están ordenados, predestinados por Dios, para ser llamados y juntados en el Día Postrero.

Y ahora vamos a ver cómo y con qué es que son llamados y juntados. En San Mateo dice que serán llamados y serán juntados (¿con qué?) con Gran Voz de Trompeta; y vamos a ver esa Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, con la cual son llamados y juntados los escogidos de Dios en el Día Postrero. Página 47 del libro de Citas, verso 402… Este libro de Citas contiene extractos de mensajes del reverendo William Branham; y aquí en este extracto, verso 402 de la página 47 de este libro de Citas, dice:

402 – “Y nosotros que vivimos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, no evitaremos o impediremos a los que duermen. Esos preciosos que sellaron su testimonio con su sangre. ‘No impediremos o estorbaremos a los que duermen, porque sonará la trompeta’. Algo acontecerá, ese algo evangélico sonará, el anuncio de Su venida”.

Ese “algo evangélico”, el Evangelio del Reino. ¿Sonará qué? El anuncio de Su Venida. Con esa Gran Voz de Trompeta, Trompeta Final, sonando en el Día Postrero, ¿qué estará revelando?, ¿qué estará dando a conocer? Estará dando a conocer el anuncio de Su Venida, o sea, la Segunda Venida de Cristo, revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo:

“‘Y los muertos en Cristo resucitarán primero. Y nosotros los que vivimos y permanezcamos seremos transformados’. Parados allí, y sentir un cambio; el pelo canoso se irá, las arrugas cesarán, cambiados en un momento, en un abrir de ojos. Y encontraremos a nuestros amados primero”.

Y en la página 138 (vamos a ver aquí también lo que es dicho) del libro de Citas, verso 1235 y 1236, dice:

1235 – “El arrebatamiento de la Novia será la misma cosa. La Palabra que está en ustedes, el cuerpo se materializará alrededor de esa Palabra, y la misma cosa hizo por Sara”.

O sea, como hizo por Sara y por Abraham, ahora hará por la Iglesia del Señor Jesucristo. La Iglesia tiene que tener primero la Palabra y, luego, alrededor de esa Palabra se va a materializar ese nuevo cuerpo que hemos de recibir. Sigue diciendo:

1236 – “Y entonces Él enviará sus ángeles… y juntará sus elegidos de los cuatro vientos, desde el cabo de la tierra hasta el cabo del cielo. Eso está hablando de la resurrección, el arrebatamiento, subiendo. Él enviará Sus ángeles para juntar. ¿Ustedes alguna vez pensaron qué son los ángeles? ¿Eh? Mensajeros. Él los juntará, los congregará juntos (¿Ven?), trayéndolos, juntándolos de las partes extremas de la tierra a las partes extremas del cielo, la Palabra que fue y ha sido hecho manifiesta en la Tierra. ¿Ven? ¿Lo captan? La Palabra ha sido hablada; aquí se manifiesta”.

Aquí podemos ver la intervención de los Ángeles para el llamado de la Gran Voz de Trompeta y recogimiento de todos los escogidos de Dios en el Día Postrero y del Día Postrero.

Y ahora, podemos ver que esto está prometido en la Escritura y tiene que ser cumplido en este tiempo final, y tiene que venir el llamado de la Gran Voz de Trompeta.

Dice también en la página 135, verso 1202:

1202 – “Ahora, la primera cosa acontece cuando somos resucitados… los que están durmiendo en el polvo serán despertados primero, estos cuerpos corruptibles se pondrán incorruptibles en la gracia arrebatadora del Señor. Y entonces todos nosotros nos reuniremos (o sea, que los santos que han partido, al resucitar en cuerpos eternos se van a reunir ¿con quiénes?, con nosotros). Y cuando ellos comienzan a reunirse, entonces nosotros que vivimos y quedamos seremos cambiados. Estos cuerpos mortales no verán muerte, sino que sólo de pronto, será como un arrebato pasa sobre nosotros, y ustedes son cambiados, ustedes son vueltos atrás como fue Abraham, de un hombre viejo a un hombre joven, de una mujer vieja a una mujer joven. ¿Qué es este cambio repentino? Y después de un rato ustedes están viajando como un pensamiento, y pueden ver entonces a los que ya están resucitados. ¡Oh, qué hora! Entonces nos reuniremos con ellos y entonces seremos arrebatados con ellos para encontrarnos con el Señor en el aire… Sí, toda la Iglesia estará junta, pero después de que la resurrección y el Rapto hayan comenzado”.

Aquí, vean ustedes, tenemos Palabra de Dios a través del reverendo William Branham acerca de lo que estará aconteciendo en este tiempo final.

Y ahora, en la página 130 veamos lo que nos dice, hablándonos acerca de la Trompeta Final y la resurrección de los muertos en Cristo; dice, verso 1164:

1164 – “Recuerden que los que están vivos y queden no impedirán a los que están durmiendo, porque la Trompeta de Dios, esa última Trompeta (la sexta acaba de tocar), y esa última Trompeta como el último Sello, será la Venida del Señor; tocará, y los muertos en Cristo se levantarán primero”.

¿Qué es la Trompeta Final? Es el mismo Séptimo Sello; es la Venida del Señor siendo manifestada y siendo revelada a todos los hijos de Dios. Y esa Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta sonando es el Evangelio del Reino revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo; porque el Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo y la Trompeta Final sonando es la Segunda Venida de Cristo, la cual es revelada a la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahí tenemos la Trompeta Final, la Trompeta del Evangelio del Reino revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo.

Y en la página 149 del libro de Citas, verso 1333, dice:

1333 – “Recuerden que ‘los que viven y quedan, no impedirán a los que duermen; porque la trompeta de Dios, esa última trompeta…’. La sexta acaba de (sonar). Y esa última Trompeta, como el último Sello, será la Venida del Señor. ‘Tocará, y los muertos en Cristo se levantarán primero’. Solo descansando hasta ese tiempo”.

Ahora podemos ver que la Séptima Trompeta y el Séptimo Sello son la Venida del Señor; es la Venida del Señor, la cual es revelada a todos los hijos e hijas de Dios en este tiempo final.

¿Quién revela la Segunda Venida de Cristo? El Ángel del Señor Jesucristo, que viene con la revelación de Jesucristo; y al venir con la revelación de Jesucristo, él es enviado para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, conforme a Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, donde Jesús dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.

Y en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, Jesús con esa Voz como de trompeta dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.

¿Dónde nos llama a subir? Tenemos que subir a la Edad de la Piedra Angular, porque es en este tiempo final, en el tiempo de la Edad de la Piedra Angular, donde surge el llamado de esta Gran Voz de Trompeta, que es la Voz de Cristo hablándonos en este tiempo final y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto: todas estas cosas que corresponden a este tiempo final, luego de las que ya han sucedido en las siete etapas o edades de la Iglesia gentil.

Y ahora, vean ustedes, dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”; y en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, encontramos que es el Ángel del Señor Jesucristo el enviado para dar testimonio, para dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Dice así Apocalipsis, capítulo 22, verso 6:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.

¿A quién ha enviado? A Su Ángel Mensajero. ¿Para qué? Para dar a conocer. ¿Para dar a conocer qué cosas? Para dar a conocer las cosas que deben suceder pronto; para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto, que son las mismas cosas que Cristo dijo que les daría a conocer a todos los que subieran donde Él estaba.

Y en este Día Postrero subimos a la Edad de la Piedra Angular escuchando la Voz de Cristo; y por medio de la Voz de Cristo a través de Su Ángel Mensajero, Cristo nos da a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y así es como el llamado de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final surge en el Día Postrero, para el recogimiento de todos los escogidos de Dios en la Edad de la Piedra Angular en este Día Postrero.

Es la Voz de Cristo a través de Su Ángel Mensajero llamándonos con el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, alrededor de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.

Sus Ángeles son Moisés y Elías, los ministerios de Moisés y Elías viniendo nuevamente en carne humana, en el mismo velo de carne donde estará Cristo en Espíritu Santo manifestado operando el ministerio de Jesús; también estará operando el ministerio de Moisés y el ministerio de Elías en ese mismo velo de carne, que es el Ángel del Señor Jesucristo. Y por medio de ese Ángel Mensajero es que estará llamando a todos los escogidos en este Día Postrero.

Hemos visto lo que es EL LLAMADO DE LOS ESCOGIDOS DE DIOS en este tiempo final, en este Día Postrero en el cual nosotros estamos viviendo. Y dondequiera que estén los escogidos llegará la Voz de Dios, esa Gran Voz de Trompeta, esa Trompeta Final, que es el Mensaje de Cristo, el Mensaje del Evangelio del Reino por medio de Su Ángel Mensajero, con el cual son llamados y juntados todos los escogidos de Dios en este tiempo final.

Ahora, hay algo muy importante que no podemos dejar pasar por alto. Así como el llamado de Cristo a través del mensajero de cada edad fue en el territorio donde Él envió al mensajero, ahora ¿dónde es el llamado final de Cristo a Sus escogidos, a Sus predestinados, a los que formarán parte de la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero? Es en la América Latina y el Caribe el llamado de la Gran Voz de Trompeta llamando y juntando a los escogidos de Dios.

Ese es un privilegio tan grande que no hay mente humana que lo haya imaginado o lo haya descifrado en edades pasadas.

La última etapa de la Iglesia de Jesucristo, que es la Edad de la Piedra Angular, que corresponde al Lugar Santísimo de ese Templo espiritual, vean ustedes, corresponde en su construcción a la América Latina y el Caribe, la cual se encuentra en el occidente, así como la construcción del lugar santísimo del templo que construyó Salomón y el templo que construyó Moisés también estaba en el occidente, o sea, en el oeste.

Y ahora Cristo construyendo un Nuevo Templo para Dios, un Templo con seres humanos, ese Templo eterno que Cristo tendrá, en donde Dios estará manifestado en toda Su plenitud por toda la eternidad, vean ustedes, ha venido en su construcción de la tierra de Israel, luego pasó a Asia Menor, luego pasó a Europa, luego pasó a Norteamérica; y en esas etapas se construyó —Cristo construyó— el Lugar Santo de Su Templo espiritual; y ahora ha pasado a la América Latina y el Caribe.

Vean, Asia Menor, Europa y Norteamérica para el Lugar Santo; y ahora, para el Lugar Santísimo ha pasado a la América Latina y al Caribe, llamando y juntando a los escogidos de Dios, a los elegidos de Dios (escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, desde antes de la fundación del mundo), para colocarlos en el lugar más importante de Su Templo espiritual; para con ellos formar, crear, construir, la parte más importante de Su Templo, o sea, el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual.

Y ahora nos encontramos con la bendición más grande de la Iglesia de Jesucristo en la etapa final; está en la América Latina y el Caribe esa bendición. Y por lo tanto el llamado de los escogidos de Dios, ¿dónde está?, en la América Latina y el Caribe, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular; ahí es donde está la Voz de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero en este tiempo final; así como la Voz de Cristo, el llamado de Cristo, en cada edad estuvo (¿dónde?) en el territorio donde se estaba cumpliendo esa edad y (¿en quién?) en el mensajero de esa edad.

Así fue de edad en edad y así es para este tiempo final en la Edad de la Piedra Angular, en medio de los latinoamericanos y caribeños, donde Cristo por medio de Su Ángel Mensajero está llamando y juntando a todos Sus escogidos; y está manifestando también los ministerios de Moisés, de Jesús y de Elías en este tiempo final, que son los ministerios que llaman y juntan a los escogidos de Dios con la Gran Voz de Trompeta en el Día Postrero, revelándoles el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

“EL LLAMADO DE LOS ESCOGIDOS DE DIOS”.

Ese es el Mensaje que Dios está dándonos en este tiempo final en la América Latina y el Caribe, es la Voz de Cristo; son los siete truenos de Apocalipsis, capítulo 10, y es la Trompeta Final y es la Gran Voz de Trompeta; es la Voz de Cristo hablándonos en este tiempo y llamando y juntando a todos Sus escogidos por medio de Su Ángel Mensajero.

“EL LLAMADO DE LOS ESCOGIDOS DE DIOS”.

Por eso es que ese Mensaje de Dios para este tiempo ha llegado hasta lo profundo de vuestras almas y también de la mía: porque es la Voz de Cristo en este Día Postrero llamándonos y juntándonos en Su Cuerpo Místico de creyentes, en la Edad de la Piedra Angular, para pronto completarse el número de los escogidos de Dios y los muertos en Cristo resucitar en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos ser transformados.

Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de EL LLAMADO DE LOS ESCOGIDOS DE DIOS.

“EL LLAMADO DE LOS ESCOGIDOS DE DIOS”.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y pronto todos seamos transformados y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Que Dios les bendiga y les guarde, y dejo nuevamente con ustedes al reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar nuestra parte en esta ocasión; con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“EL LLAMADO A LOS ESCOGIDOS DE DIOS”.

[Revisión julio 2019]

1 San Juan 10:28-29

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