La misión y la bienaventuranza de los valientes del Hijo de David

Muy buenos días, valientes del Hijo de David.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos use grandemente en Su Obra en este Día Postrero hasta que se complete hasta el último de los escogidos en el Cuerpo Místico de Cristo, y así todos seamos transformados y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

LA MISIÓN Y BENDICIÓN DE LOS VALIENTES DEL HIJO DE DAVID”.

Podemos ver que nuestra misión como valientes de Jesucristo, el Hijo de David, es llevar el Mensaje impreso, en videos y en las diferentes formas: la prensa, la radio, la televisión, internet y todas las formas habidas y por haber, para que llegue hasta el último de los escogidos y se complete el número de los escogidos de Dios.

Esta misión, por supuesto, la tiene el Cuerpo Místico de Cristo completo, pero siempre en el Cuerpo Místico hay personas que toman una posición favorable en el Reino de Dios y dedican más tiempo; y también más de las bendiciones materiales que Dios les da para usarlas en el Reino de Dios, para trabajar más ampliamente en el Reino de Dios, para que la Obra de Dios se lleve a cabo y haya más abundancia económica en la Obra de Dios; para que así se use en tal forma que haya más folletos, más videos, más equipos para trabajar en la Obra de Dios, y el Mensaje se extienda más ampliamente por toda la nación donde están esas personas que han dedicado su vida en una forma más amplia a la Obra de Dios.

No es que otras personas creyentes en Cristo no amen a Cristo, pero es que algunos siempre trabajan más que otros, algunos dedican más tiempo y también más de lo que tienen, para la Obra de Dios; y eso está muy bueno, eso es de acuerdo a la voluntad de Dios. Y a Dios le agrada que uno dedique más tiempo para Él y dedique también de las cosas materiales, de los bienes materiales que Él nos ha dado a nosotros.

Y ahora, en eso hay una bendición grande, pues cuando los discípulos de Jesucristo le dicen a Cristo…, cuando Cristo habla acerca de las bendiciones del Reino de Dios y habla un sinnúmero de cosas con relación al Reino de Dios, los discípulos le dicen a Cristo: “Y nosotros, ¿qué tendremos? Nosotros hemos dejado familia, hemos dejado propiedades, hemos dejado casa, hemos dejado todo”. Cristo les dice: “No hay ninguno que haya dejado casa, familia, esto y lo otro, que no reciba cien veces eso y la vida eterna”1. O sea que esto nos habla de una bendición muy grande de parte de Cristo, en donde disfrutaremos todas esas bendiciones en y con vida eterna, y así estaremos con Cristo disfrutando luego las bendiciones de Dios, de acuerdo a como hayamos trabajado en la Obra de Dios.

Miren ustedes, hay personas que ignoran que cuando estemos ya con el cuerpo nuevo y estemos en el Reino Milenial, unos van a recibir recompensas – y también en la Cena de las Bodas del Cordero, y unos van a recibir cierta cantidad (vamos a decir, para tipificarlo en… como recompensa, cierta cantidad) y otros van a recibir una recompensa más grande.

¿Qué será?, ¿que Dios es injusto, y les va a dar a unos menos y a otros más? No. Es que Dios es justo; y por cuanto el que recibió menos, trabajó menos, y el que recibió más pues trabajó más…; y como Dios es justo, al que Dios le da menos es porque trabajó menos, al que le da más es porque trabajó más.

“El que siembra escasamente (¿qué dice la Escritura?, ¿qué dice San Pablo?), escasamente recogerá”2; esa es la ley de la siembra y de la cosecha. Y el que en el Reino de Dios siembra escasamente, pues no puede esperar recoger abundantemente; y el que siembra abundantemente en el Reino de Dios, pues nadie le impedirá que reciba abundantemente en el Reino de Dios cuando Cristo dé los galardones a los que trabajaron en Su Obra.

Eso Él lo mostró en la parábola de los talentos3 y en la parábola de las minas4 también.

El que recibió 10 talentos, vean ustedes, trabajó y los multiplicó. El que recibió 5 talentos, trabajó, los multiplicó y obtuvo 5 talentos más; así que ya tenía (¿cuántos?) 10 talentos. Luego, el que recibió 3 talentos trabajó y ganó 3 más.

El que recibió 1 talento fue muy tonto y lo escondió; dijo: “No, yo me voy a ocupar de mis negocios y yo no voy a atender los negocios de mi Señor”; lo escondió y dijo: “Bueno, lo escondo aquí. Yo sé que cuando Él regrese me va a pedir cuenta, porque Él siembra… Él cosecha donde no sembró. Así que, si Él cosecha donde no sembró, ¿cómo será Él habiendo sembrado en mí este talento? Va a pedirme cuenta. Así que yo le voy a entregar el talento tal y como Él me lo dio”.

Podía dar todas las excusas que él se había inventado, pero delante de Dios nadie tiene excusas. Las excusas solamente satisfacen al que las da, pero a Dios no le satisfacen las excusas que nosotros le podamos presentar.

Cuando vino a pedir cuenta de los talentos que había dado…

Mire, si los artistas entendieran esto, esos talentos que Dios les ha dado a ellos…; los cuales los usan para su propio beneficio, y no saben que tienen que darle cuentas a Cristo por esos talentos.

Y ahora, vean ustedes, le pidió cuenta al que le había entregado 5 talentos, y dijo: “Aquí tú me entregaste 5 y aquí tienes 5 más. He ganado 5 más”. ¿Por qué? Porque trabajó; multiplicó lo que había recibido. El otro vino: “Tú me diste 3 talentos y he ganado 3 talentos más”. Vino el que recibió 1: “Tú me diste 1 talento, aquí tienes tu talento”.

Vean, Dios quiere que nosotros seamos buenos comerciantes, buenos trabajadores, y multipliquemos lo que Él nos da; y para eso le pedimos la bendición a Dios: “Señor, voy a trabajar en Tu Obra con esto que Tú me diste”. Y cuando uno viene a ver, está multiplicado: “Me diste 1 talento” o “Me diste 5 talentos; y mira, ya tengo el doble”.

Siempre en la Obra de Dios se trabaja para ganar para el Reino de Dios, no para perder. Y tampoco se está en la Obra de Dios sin hacer nada; porque el que no hace nada…

Es como el dicho con el barco, que el barco parado no gana, ¿qué?, no gana flete. Así también es con un autobús de servicio que está parado, pues no está ganando nada. Y un hijo de Dios que no está haciendo nada pues no está ganando nada en el Reino de Dios. Tiene que estar trabajando, porque Dios no quiere árboles inútiles en Su Reino.

¿De la higuera fue? Dijo5: “Ya lleva (¿cuántos años?, ¿tres años es?) tres años y todavía no ha producido ni lo que ha obtenido de la tierra (el alimento; no ha pagado ni siquiera el alimento y el agua que ha gastado)”. Y así sucede con algunas personas: que reciben la bendición de Cristo de salvación y después no quieren llevar fruto, no quieren trabajar en la Obra de Cristo; no son agradecidos.

Y ahora, vean ustedes, tenemos que ser agradecidos a Cristo por Sus bendiciones, por Su salvación y por el talento o talentos que Él nos ha dado a nosotros.

Y si tiene un talento o pocos talentos, o un solo talento, pues Cristo dijo: “Te convenía haber dado mi talento a los banqueros; y al yo llegar, recibiría lo que es mío con ganancias”. Porque, vean ustedes, todo lo que tenemos, ¿de quién es? De Cristo, porque todo le pertenece a Él. Y nosotros, si tenemos un talento, pues lo juntamos con el que tiene más talentos, y entonces ese talento nuestro está trabajando y está ganando más en la Obra de Dios.

Por ejemplo, una persona dice: “Yo no tengo muchas bendiciones materiales, por lo tanto yo no podría tener una imprenta trabajando”; pero se puede juntar con los que trabajan en la imprenta, con la congregación que tiene la imprenta, pues dice: “Pues aquí está mi aportación para el trabajo de la imprenta”. Pues mire, ¡tiene una imprenta! Tiene una imprenta, sin darse cuenta, trabajando en la Obra de Dios; tiene la imprenta, que no es de él, pero la tiene; tiene esa imprenta trabajando con lo que él aportó para ayudar a esa imprenta.

¿Y cuántos folletos se habrán sacado con lo que él aportó?, ¿ven? Tiene una imprenta trabajando. Y si hay cien personas así, pues cien personas tienen esa imprenta trabajando, funcionando; y si hay mil personas respaldando esa imprenta, pues hay mil personas que tienen esa imprenta funcionando con sus aportaciones; y, vean ustedes, juntaron juntando talentos. Eso es juntando talentos para trabajar en la Obra de Cristo.

Porque, recuerden, por amor divino, con amor hacia Cristo es que tenemos que trabajar en Su Obra. Miren, los que trabajaron con los 5 talentos o con los 3 talentos mostraron que amaban al Señor, y mostraron entusiasmo y agradecimiento al Señor por el privilegio que les había dado de trabajar en Su Obra.

El que recibió un talento, al esconder el talento y decir: “Aquí está lo que es tuyo”, mostró que no tenía amor para su Señor; mostró que era un malagradecido y que era un irresponsable, y que él era un vago en la Obra de Dios, y que él estaba apegado a los bienes terrenales, a sus propios bienes, y no a los de su Señor. Por lo tanto, su corazón estaba (¿dónde?) en las cosas terrenales y no en las cosas de su Señor.

Y donde está vuestro tesoro, ahí es donde está vuestro corazón; y donde está vuestro corazón, ahí es donde está vuestro tesoro6.

Por lo tanto, el tesoro de él no estaba en Cristo, en Dios; por lo tanto no tenía parte ni suerte en el Reino de Dios; fue echado a las tinieblas de afuera, donde sería el lloro y el crujir de dientes.

Porque el Reino de Dios y el heredar el Reino de Dios, y el ser transformado y llevado a la Cena de las Bodas del Cordero es para las personas bien agradecidas, que aman al Señor de toda su alma, y que así como Cristo se dio por nosotros, nosotros nos damos a Cristo y por Cristo todos los días de nuestra vida.

San Pablo decía7: “Para mí el vivir es Cristo, y el morir pues eso es ganancia”. Y para Cristo el vivir fuimos nosotros, y el morir fue ganancia para Cristo y para nosotros. ¿Por qué? Porque con Su morir nos ganó a todos nosotros. ¿Fue o no fue ganancia? Claro que sí. Él nos ganó a todos nosotros, y gracias a Dios por lo que Él hizo:

“… de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”8.

Ahí cumplió esa Palabra.

Ahora, debemos tener en claro que las obras no nos salvan. Las obras o labores que hacemos en la Obra de Cristo las hacemos al ser salvados, y con entusiasmo y agradecimiento a Cristo y por amor a Cristo trabajamos en Su Obra.

Y el que trabaje abundantemente, pues va a cosechar abundantemente; el que trabaje escasamente, pues va a cosechar escasamente; porque Apocalipsis 22, verso 12, y San Mateo, capítulo 16, verso 27, dice que Él viene, el Hijo del Hombre, Él viene con Sus Ángeles, Él viene en el Reino (o en Su Reino o en el Reino del Padre) con Sus Ángeles, y entonces pagará a cada uno (¿cómo?) conforme a sus obras.

“… el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”. (Mateo 16, verso 27).

Y Apocalipsis 22, verso 12, nos dice:

“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, (¿para qué?) para recompensar a cada uno según sea su obra”.

Las recompensas que recibirán los escogidos será de acuerdo a sus obras; unos recibirán más y otros recibirán menos, pero todos recibirán algo de acuerdo a lo que hayan trabajado en el Reino de Dios. Y la única oportunidad que tenemos para trabajar en el Reino de Dios y que contará para recibir recompensas es mientras estemos en este cuerpo mortal; cuando estemos en el otro, ya eso es diferente.

Ahora podemos ver el privilegio y oportunidad que Dios nos da para trabajar en Su Obra en este tiempo final.

Recuerden que en el Reino de Dios, Él, Cristo, repartirá los galardones en cierto momento; pero nosotros no trabajamos en sí por los galardones, sino por amor a Cristo; y Él dice que Él recompensará, porque Él es justo; y por cuanto Él es justo, conforme a la ley de la siembra y de la cosecha Él pagará a cada uno conforme a como haya sido su labor, su obra en el Reino de Dios.

Para los apóstoles, que quisieron saber acerca de ellos, qué sería de ellos, Jesús les dijo9: “Y ustedes se sentarán en doce tronos, y juzgarán a las tribus de Israel”. A ellos les toca esa posición con el pueblo hebreo. Y a los ángeles mensajeros les toca con los gentiles (y lo vamos a dejar ahí, porque ya eso se sale…); porque ellos fueron los valientes en cada edad como líderes, en las siete edades; y ahora nos ha tocado en la Edad de la Piedra Angular. Y los que se fueron valientes con esos mensajeros en cada edad, también tendrán su bendición.

Y ahora nos ha tocado la Edad de la Piedra Angular, la edad de la última manifestación de Cristo por medio de Su Ángel; y ahí estamos los valientes de Cristo, los valientes del Hijo del Hombre e Hijo de David para trabajar con Él en Su Obra en este Día Postrero.

Ha sido para mí una bendición grande estar en esta mañana con ustedes y haber estado estos días con ustedes disfrutando las bendiciones que Cristo ha estado dándonos en estos días. Si alguien ha disfrutado al máximo esas bendiciones, soy yo.

He estado muy feliz y muy contento y agradecido y gozoso en estos días acá, y he sido bendecido grandemente por Cristo en estos días, por lo cual le doy gracias a nuestro amado Señor Jesucristo.

Que Dios los bendiga a todos, que Dios los guarde y los use grandemente en Su Obra en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, como valientes del Hijo de David en este tiempo en el cual nosotros vivimos; porque tenemos una misión, y es la misión de trabajar en Su Obra, para que se complete el número de los escogidos de Dios y para que el Reino de Dios sea restaurado en la Tierra; y para que el Trono de David sea restaurado también en la Tierra, y se siente Cristo, el Mesías, sobre el Trono de David, y reine sobre el pueblo hebreo y sobre todo el planeta Tierra.

Que Dios nos use grandemente en Su Obra, y que todos trabajemos con toda nuestra alma por amor a nuestro Señor Jesucristo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Dejo con nosotros nuevamente a Miguel por aquí, quien me entregó; ya le paso de nuevo para que continúe; y luego estaremos viajando hacia el próximo lugar, donde ya están esperándonos.

Ya era tiempo de estar allá, pero todavía estamos aquí con ustedes. (Ya ellos están allá, ¿verdad?). Pues ya ellos llegaron al sitio, así que ellos nos esperan allí en lo que nosotros llegamos. Así que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“LA MISIÓN Y LA BIENAVENTURANZA DE LOS VALIENTES DEL HIJO DE DAVID”.

[Revisión julio 2019]

1 San Mateo 19:27-29, San Marcos 10:28-30

2 2 Corintios 9:6

3 San Mateo 25:14-30

4 San Lucas 19:11-27

5 San Lucas 13:6-9

6 San Mateo 6:21, San Lucas 12:34

7 Filipenses 1:21

8 San Juan 3:16

9 San Mateo 19:28

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