Levantando las alas como águilas

Muy buenas tardes, jóvenes. Es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir nuevamente unos momentos de compañerismo alrededor del Programa de Dios correspondiente a este tiempo para todos ustedes y para mí también.

En el Programa Divino, de edad en edad y de dispensación en dispensación, siempre Dios ha tenido jóvenes; y esos jóvenes han sido personas despiertas espiritualmente y trabajadoras en la Obra de Cristo.

¿Saben ustedes que dos jóvenes, Josué y Caleb, cuando salieron de Egipto se mantuvieron brazo a brazo con el mensajero, el profeta Moisés?

Para aquel tiempo tener 40 años era estar joven. Moisés a los 80 años comenzó su ministerio. Y actualmente a los 80 años ya (la mayor parte de las personas) están descansando sus cuerpos en la tumba; y si eran escogidos de Dios, ellos están en sus teofanías, en sus cuerpos teofánicos, en el Paraíso. Pero ahora Moisés va a comenzar su ministerio a los 80 años.

Pero era tan fuerte que tuvo un ministerio de 40 años; y cuando tenía 120 años, sus ojos todavía tenían la misma visión, a tal grado que no necesitaba usar lentes en aquel tiempo. Así que el brillo de sus ojos nunca se le…, nunca se le opacó el brillo de sus ojos; o sea que su vista nunca se opacó1.

Ahora, eso no significa que todos los profetas serían así. Miren a Isaac: Isaac tuvo problemas de la vista; y en la etapa en que tuvo que bendecir al primogénito, para ese tiempo estaba ciego, y eso fue una bendición para Jacob; tener un padre ciego, para Jacob fue una bendición grande, porque no se dio cuenta que era Jacob el que estaba buscando la Bendición de la Primogenitura.

Para los mensajeros de Dios, los profetas de Dios, no importa que tengan o no tengan problemas de la vista o cualquier otro problema de salud: esos son los mensajeros de Dios para el tiempo en que Dios los envía; y, miren, obra para bien todo.

Miren el problema de salud de Sara. ¿Qué problema de salud tenía Sara? Bueno, que no podía tener hijos, era estéril; ese es un problema de salud, el cual era un problema para recibir Abraham la bendición del hijo primogénito. Y ahora, vean cómo Dios bendijo a Abraham y bendijo a Sara, le cambió el nombre, y rejuvenecieron y tuvieron el hijo prometido.

Y ahora vean, Isaac también, encontramos que, vamos a ver… ¿Era estéril también la esposa de Isaac? La de Abraham era estéril, la de Isaac era estéril y la de Jacob también era estéril. Pero vean ustedes, para Dios no hay ninguna cosa imposible; Él es nuestro Sanador, por lo tanto Él es el que sana todas nuestras dolencias. Así que sanó de ese problema de la esterilidad a Sara, a Rebeca (¿y a quién más?) y a Raquel. Y son miles o millones quizás, las que ha sanado de ese problema también, a través de la historia bíblica.

Y ahora, vean ustedes cómo todo obra para bien, obró para bien ese problema: para la gloria de Dios ser manifestada, y Dios manifestarse como el Sanador y como el que resuelve los problemas a Sus hijos. Y vean cómo el problema de salud de Isaac obró para bien para Jacob.

Y luego el problema de salud de Jacob…, pues estar cojo era un problema de salud; pero vean, todo eso vino por causa de una bendición que había recibido.

Algunas veces hay hijos de Dios que buscando la bendición de Dios tienen algún problema; y después regresan con algún problema, un golpe o alguna cosa, y algunos dicen: “¿Ve? Por estar buscando las cosas de Dios mira lo que te pasó”. Pero el verdadero creyente dice: “¡Pero tengo la bendición de Dios!, que era lo que yo estaba buscando”.

Así le pasó a Jacob. Y era mejor, para Jacob, ser Jacob convertido en Israel cojo, y no un Jacob lo más bien; porque cojo tenía la bendición de Dios, porque luchó; y aunque tuvo problema y el Ángel lo hirió en el encaje aquí del muslo con la cadera, pero no lo dejó ir, aun con el problema ya de estar cojo. Pero miren, un buen luchador, aunque esté cojo, lucha y obtiene la bendición de Dios. Y ahora Jacob iba cojo pero contento.

Y así es para todo hijo de Dios: no importa los problemas que tenga en la vida, recibe la bendición de Dios y va contento, aun teniendo o no teniendo problemas.

Bueno, si ustedes buscan la lista de mensajeros, de profetas que han tenido problemas de salud, usted encontrará un sinnúmero de profetas.

Por ejemplo, tenemos a Eliseo; tenía un problema de salud, y dice que murió ¿de qué? (Eliseo. Búscate por ahí la muerte de Eliseo…). [Hno. Miguel: Murió de la enfermedad, dice, de… Murió de la enfermedad, pero no sé qué enfermedad]. No dice qué enfermedad tenía, pero dice que tenía una enfermedad2; a menos que no sea de la enfermedad de la vejez, que es otra enfermedad.

Y luego encontramos ¿a quién más? A San Pablo, con un problema de salud de la vista; pero tenía la bendición de Dios: era el apóstol de los gentiles. [Intervención de una joven: El hermano Branham también] (Sí, pero ese ya hay que dejarlo para…).

Y luego encontramos que San Pablo oraba a Jesucristo que lo sanara de ese problema. Él predicando sanidad divina y con un problema a la vista de todos; a la vista de todos porque estaba en la vista de él; y todos lo veían. Y el Señor le… Por tres ocasiones. En la tercera le dice el Señor: “Bástate mi gracia. En tu flaqueza, en tu debilidad, se perfecciona (¿qué?) mi poder”3.

Y ahora, miren, de un hombre que tenía problemas de salud saliendo sanidad para la demás gente; pero era de Dios que salía esa sanidad, de Cristo a través de San Pablo.

Luego encontramos a nuestro hermano Branham con un problema de salud, desde los 7 años de edad (que le comenzó) hasta los 49 años de edad (por ahí); y luego se da cuenta él, cuando terminan esos ciclos, se da cuenta él, ya cuando se encuentra en el ciclo 50, de ahí en adelante se da cuenta que se repetía en él ese problema de salud cada 7 años, el año séptimo era un problema de salud, el mismo problema.

Y luego cuando ya cumple los 50 años… Le había venido en el año 49 el problema salud; y luego, para el año 50, pues no le tocaba el problema; el 51 tampoco, el 52, 53 tampoco… vamos a ver… 50, el año 50 no le tocaba el problema de salud, sino el 49; y luego, como era cada 7 años, luego el 50 estaba bien, el 51 bien, el 52 bien, el 53 bien, el 54 bien, el 55 bien, y el 56 era que tenía que tener el problema de salud; y en el año 56 no le vino ningún problema de salud, y se dio cuenta que había sido sanado. Y le dice el Señor: “Tu enemigo ha muerto”4.

Le mostró la visión también —que siempre él veía—, de la ardilla que salía de un árbol, de un hueco de un árbol, y brincaba y le caía dentro de la boca; y ese era el problema de salud. Miren cómo está representado en esa visión.

Y luego, cuando le tocaba tener el problema de salud, le muestra la visión; y otra vez sale la…, roza con un gancho el árbol donde estaba la ardilla, y sale la ardilla, le brinca otra vez encima, y dio en el pecho, no dio en la boca.

¿La boca de Dios son qué? Bueno, ahí vamos a dejar eso por ahora quietecito.

Ahora, vean ustedes cómo no dio en la boca, sino que dio en el pecho; y al dar en el pecho, ahí no pudo entrar. Y esa era la única oportunidad que tenía para entrar y causar el mismo problema que causaba cada 7 años; y como falló, pues ya no tuvo más oportunidad.

Luego le dice Dios: “Tu enemigo ha muerto”. Siempre le decía, siempre lo consolaba diciéndole: “Solamente tiene 6 pulgadas [15.2 cm]; es de 6 pulgadas de tamaño, de largo”.

Y ahora, vean ustedes cómo… El número 6 es número de hombre; eso también es importante saberlo.

Y como la Iglesia de Jesucristo estaba representada allí en nuestro hermano Branham pasando por esas etapas (vean ustedes, como esa parte de número de hombre y la parte humana, que siempre entraba a la Iglesia de Jesucristo y afectaba a la Iglesia; y por eso era que moría cada avivamiento después de cierto tiempo), ahora, cuando nuestro hermano Branham se encuentra en el ciclo número 8 (vean ustedes, en el ciclo número 8), donde tenía que venir el problema a él, ahora no le viene ese problema.

El ciclo número 8 comenzó en el año número 50. Porque, vean ustedes, los primeros 49 años son 7 ciclos de 7 años (¿7 × 7 son cuánto? 49), y en esos 7 ciclos tuvo problemas siempre el año número 7; y ahí estaba representando las siete edades de la Iglesia gentil.

El problema humano, que entraba después a la Iglesia, que era el que afectaba siempre a la Iglesia; y en donde ahí, luego de haber tenido la Iglesia en esa etapa una manifestación de Dios, después entraba la cosa humana, la parte humana y los conocimientos humanos, y entonces hacían todo humano, y ahí estaba el problema. Se iba el avivamiento, perdían el avivamiento de esa edad, y luego después Dios abría una nueva edad con un nuevo mensajero.

Y vean cómo esos ciclos en la vida de nuestro hermano Branham se fueron cumpliendo; y él no se daba cuenta lo que sucedía en él. Buscaba la ayuda médica. Y los médicos, a lo último uno le dijo que su problema no tenía solución, que era una cosa a causa de que él era hijo de un irlandés y su mamá era media india, así que esa mezcla había producido una persona con esa clase de problemas; y que era ya un problema no físico, sino interior allá, o sea [Hno. Miguel: Un problema congénito] sí, ya por herencia o algo así.

Pero, vean ustedes, era que Dios estaba reflejando en nuestro hermano Branham lo que había estado pasando en la Iglesia de Jesucristo desde que nació hasta que la Iglesia de Jesucristo se va de esta Tierra. En él están reflejadas todas las etapas de la Iglesia de Jesucristo.

Vean cómo luego se da cuenta: ya del año 50 de su vida en adelante es que Dios le deja ver que es cada 7 años que le sucede eso; y ahora él puede ir comprendiendo poco a poco que algo está sucediendo, lo cual está en el Programa de Dios. Es un Programa el cual se está reflejando en él, el cual se estaba cumpliendo en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y por cuanto en los profetas de Dios es que Dios se refleja y refleja Su Programa, vean ustedes cómo tuvo que sufrir nuestro hermano Branham a causa de esas etapas de la Iglesia de Jesucristo, por las cuales la Iglesia sufriría grandemente, pero también tuvo etapas de gozo y alegría. La Iglesia las tuvo y también nuestro hermano Branham las tuvo en esas etapas; o sea, tenía 6 años bien y el séptimo era el de problema.

Ahora, cuando llegó al año 50, pues era el año que tenía que estar bien; el 51 también, 52, 53, 54 y 55; pero ya de seguro cuando llegó al 55 ya estaba pensando: “Por ahí me viene el año 56 de mi vida, que es el ciclo número 7; por lo tanto, por ahí vienen algunos problemas probablemente”. Pero vean ustedes, para ese ciclo divino, en donde nuestro hermano Branham tenía que enfermarse de ese problema que tenía interno, no se enfermó.

Y luego Dios le muestra que había quedado sano, había sido sanado: le muestra la ardilla, el árbol…; él vuelve y dice: “Debe estar ahí todavía”.

Vean, por 49 años la ardilla apareciéndole en visión, y ahora él dice: “Debe estar todavía ahí”. Fue, rozó el árbol, y estaba allí. Salió, brincó para entrar en su boca de nuevo y bajar hasta su estómago, y no lo logró: dio en el pecho.

Ahora, recuerden que el Ángel que aparece en la nube… Hay un Ángel del cual el hermano Branham habla mucho y dice que tenía el pecho… [Los presentes dicen: “Robusto”]. Así que miren dónde es que va a tropezar.

Y ahí podemos ver que para el Día Postrero, en el cumplimiento de lo que significa esa visión que tuvo el hermano Branham, dándole sobre el pecho la ardilla y no cayendo en su boca, miren —en el cumplimiento de esa visión en el Cuerpo Místico de Cristo— lo que estará sucediendo.

Nuestro hermano Branham quedó sanado y el Señor le dijo: “Tu enemigo ha muerto”. Fue… Le dijo: “Ve a la montaña”. Fue al otro día tempranito a la montaña, y allá se encontró con una ardilla igual o parecida a la que él había visto en visión; y encontró que la ardilla estaba muerta, traspasada por las espinas de cactus; y dice: “Parece que había brincado, y cayó sobre los cactus y ahí murió”.

Y aquella ardilla que él vio allí representaba la que él había visto en la visión y representaba el problema de salud que él había tenido. ¿Cómo dice que él hizo con la ardilla? [Hno. Miguel: La pisoteó con los pies]. (¿La ardilla fue la que él aplastó?). La remató, con los pies de…

Bueno, el Hijo del Hombre en Su Venida va a tener pies ¿de qué? De bronce; y con esos pies de bronce va a arreglar a la ardilla y a todo lo que representa esa ardilla, que tanto daño le ha hecho a la Iglesia de Jesucristo, al Cuerpo Místico de Jesucristo.

Bueno, ¿vieron cómo todas las cosas tienen un significado?

Ahora, para este tiempo final, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, que es el Ángel que era diferente a los demás, en Su manifestación del Día Postrero estará en el ciclo divino de la Edad de la Piedra Angular, que es el ciclo divino del Año del Jubileo, el ciclo divino del año 50; y en ese ciclo divino, para el tiempo en que el enemigo brincaría, como esa ardilla brincaba y entraba en la boca del profeta…, esa ardilla no pudo entrar allá: dio en el pecho; y así será en este tiempo final, y no podrá entrar. Por lo tanto, el avivamiento continuará.

Y siendo que es una edad eterna, no puede morir esa edad: tiene que continuar y tiene que tener la bendición de Dios.

Es en esa edad en donde el enemigo de la Iglesia de Jesucristo termina su existencia. Es en el ciclo divino de la Edad de la Piedra Angular donde Cristo vencerá al enemigo en el amor divino.

Vean, hablando acerca de la bestia y la imagen de la bestia, y los diez reyes que le darán su poder y su autoridad a la bestia, y que luego lucharán contra el Cordero y el Cordero los vencerá, miren, ahí está teniendo la victoria también5.

Y ahora, en lo espiritual, pues se cumple primero; y después, en esa etapa que vendrá, en donde vendrá el tiempo de la apretura, los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seremos transformados, y entonces tendremos sanidad total y eterna al tener un cuerpo eterno.

Ni siquiera una gripe podrá tocar ese cuerpo eterno que Él nos dará. Eso es sanidad total. Pues teniendo un cuerpo eterno que no se enferma, pues está sano para toda la eternidad.

Ahora, podemos ver que la sanidad ya él la tenía; desde que entró al ciclo del año 50 de su vida, ya había entrado al ciclo octavo de su vida; así como la Iglesia de Jesucristo ha entrado al ciclo octavo, la Edad de la Piedra Angular, donde recibe la Palabra de Dios, la Palabra, el Maná escondido; y el maná que estaba allá escondido no se corrompía, podía continuar allí siempre.

Y la Iglesia ha entrado a una edad eterna, por lo tanto ha entrado a una edad donde la sanidad para toda la eternidad la recibe en esa edad, al recibir un cuerpo eterno; y para eso recibe primero la Palabra de sanidad divina, la Palabra creadora de Dios, que nos da la fe, la revelación, para ser transformados y raptados en este tiempo final.

Y ahora vean, la Iglesia de Jesucristo recibe su sanidad —tanto su sanidad espiritual como luego también la sanidad física (o sea, el cuerpo eterno)— ¿cuándo? Cuando ya es tiempo de irnos; y luego que tengamos el nuevo cuerpo, solamente nos quedan aquí en la Tierra de 30 a 40 días, y después nos iremos.

¿Cuánto tiempo le quedaba después a nuestro hermano Branham desde que entró al año 56 de su vida (que era el ciclo número 7 en donde él tenía que estar enfermo)? Miren, entró a ese ciclo divino; y cuando Dios le dijo que ya estaba sanado, nuestro hermano Branham ya el mes de noviembre predica el mensaje “En las alas de una blanca paloma” o “de una paloma blanca” y dice que está sanado, que no le vino el problema en ese ciclo de su vida, el año 56, y que ya ha sido sanado.

Y dice orando: “Señor, ahora me sanas, ahora que tengo que irme; ahora…”6. Ya sabía que se tenía que ir; estaba dando a conocer que tenía que irse también.

Y la Iglesia de Jesucristo en el ciclo divino de la Edad de la Piedra Angular, al final de esa Obra que Cristo está haciendo en la Edad de la Piedra Angular, al final es que recibimos la sanidad del cuerpo completa, recibiendo el cuerpo eterno; y eso nos mostrará que es hora, tiempo de irnos, porque estaremos solamente de 30 a 40 días aquí; pero todos estaremos jovencitos, en la flor de la juventud.

Nuestro hermano Branham dice que luego él corría sobre la montaña como cuando tenía unos 14 o 21 años de edad, por ahí (de cuando era como de 17 años de edad, digamos), corría y no se cansaba. Pobrecitos de los que iban con él. De seguro, si les tocaba correr al compás de él, iban a estar pidiendo ayuda.

Pero miren, el hermano Branham se sentía como cuando era un jovencito. ¿Por qué? Porque eso habla de la resurrección de los muertos en Cristo y de la transformación nuestra, en donde estaremos jovencitos. Y ahora, no con el cuerpo físico que teníamos cuando jóvenes, sino con uno nuevo y jovencito, sin limitaciones.

Así que podremos correr y (¿qué dice la Escritura?)…, ¿“y no” qué? Y no nos cansaremos. ¿Cuál es la Escritura? ¿Isaías 40, por ahí? 40:29. Vamos a ver si les leemos esa, para que ustedes vean cómo va a ser, y cómo fue reflejado en nuestro hermano Branham corriendo sobre las montañas estando de cacerías; y ni se cansaba ni su corazón tenía ningún problema… [CORTE DE AUDIO]

“Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.

Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;

pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.

Y con ese cuerpo eterno que Él nos dará, esta profecía se cumplirá en toda su plenitud.

Porque cualquier persona en el cuerpo físico puede correr, pero llega un momento en que ya se siente cansado; y puede caminar, pero también llega un momento en que se puede sentir agotado y cansado. Pero en el nuevo cuerpo correremos y no nos cansaremos; caminaremos (¿y qué?) y no nos fatigaremos, diciendo: “Estoy sudando, estoy fatigado, estoy cansado; un vasito de agua, por favor”, nada de eso. En ese cuerpo no hay problemas.

Y luego, para ir a la Cena de las Bodas del Cordero, pues levantaremos las alas como águilas y volaremos a la Cena de las Bodas del Cordero. ¿“Y volaremos” y qué dice? ¿“Volarán” y qué?

[Hno. Miguel: Dice que “levantarán alas como águila; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Hay otro, que es el Salmo ciento…, que dice que se rejuvenecerán como águila]. Como el águila. [El 103].

En el águila, vean ustedes cómo representó el águila rejuveneciéndose; porque cuando ya se les ponen viejas las plumas, se cambian las plumas: se recuesta a la roca y comienza a rozar su cuerpo en las rocas, y las plumas viejas se van cayendo, y después vienen las nuevas.

Eso es también como los dientes de los niños: cuando se les caen los viejos, los dientes primeros que tuvieron, entonces llegan los nuevos.

Y ahora, el Salmo [103:1] dice:

“Bendice, alma mía, a Jehová,

Y bendiga todo mi ser su santo nombre.

Bendice, alma mía, a Jehová,

Y no olvides ninguno de sus beneficios.

Él es quien perdona todas tus iniquidades,

El que sana todas tus dolencias;

El que rescata del hoyo tu vida,

El que te corona de favores y misericordias;

El que sacia de bien tu boca

De modo que te rejuvenezcas como el águila”.

Nos rescató del hoyo del infierno, del lago de fuego, donde teníamos que ir por causa del pecado. Él tomó nuestros pecados y nos ha rescatado, nos redimió.

Y ahora, nos sacia de bien nuestra boca con la Palabra de Dios, porque “no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios7.

Y en este tiempo final es que nos da la dieta que causará que nos rejuvenezcamos como el águila: la dieta de la Palabra de Dios del Día Postrero. Ese es el Alimento que necesitamos para recibir esa transformación: “De modo que te rejuvenezcas como el águila”, para eso sacia de bien nuestra boca, de Su Palabra.

Bueno, hemos llegado al tiempo más glorioso del Programa Divino, en donde, vean ustedes, primeramente en lo espiritual ocurren las cosas y después se va a materializar todo lo que en lo espiritual se ha estado cumpliendo.

Vean, por ejemplo, para ir en el rapto, o sea, en la traslación de los escogidos de Dios a la Casa de nuestro Padre celestial, primeramente la Iglesia tiene que ser raptada a la Edad de la Piedra Angular; y estando en la Edad de la Piedra Angular, ahí es donde escucha todas estas cosas que deben suceder pronto, y en donde es saciada de bien su boca, y en donde se alimenta con el Alimento que le da la fe para ser transformada y raptada. Y luego ese rapto espiritual que ha tenido, luego se materializará en un rapto físico, en donde iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Bueno, hemos visto que estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos.

Estamos en el tiempo del ciclo divino por el cual pasó nuestro hermano Branham en donde él recibió su sanidad, pero era el ciclo divino donde él tenía que irse. Ya cuando tenía que irse, en ese ciclo divino, él recibió esa bendición de Dios; y se sintió como joven. Y nosotros en este tiempo final, y la Iglesia de Jesucristo en este tiempo final, será rejuvenecida y se irá a la Cena de las Bodas del Cordero.

Aun en lo espiritual la Iglesia de Jesucristo es en este tiempo una Iglesia rejuvenecida, una Iglesia joven. Es una Iglesia joven, rejuvenecida, como fue rejuvenecida Sara para tener el hijo prometido; por lo tanto, la única que tendrá el Hijo prometido es la Iglesia de Jesucristo rejuvenecida en la Edad de la Piedra Angular.

Esa es una Iglesia rejuvenecida. Ya no es una Iglesia allá de mucha edad, allá en las edades, en las siete edades de la Iglesia gentil, porque cualquiera de esas edades es una iglesia como era Sara antes de ser rejuvenecida: ya una iglesia anciana.

Pero es por medio de una Iglesia joven, rejuvenecida como Sara… Así como por medio de Sara rejuvenecida vino el hijo prometido, por medio de la Iglesia de Jesucristo rejuvenecida en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, es que viene el Hijo prometido, el Hijo de Abraham, el Hijo de la promesa, que es el Ángel del Pacto viniendo en el Día Postrero en el cumplimiento de Su promesa, para así llevar a Su Iglesia a la Cena de las Bodas del Cordero; pero antes transformar a los vivos, y los muertos en Cristo ser resucitados en cuerpos eternos.

Luego que ellos sean resucitados, nosotros los veremos, nosotros seremos transformados; y estaremos todos juntos, de 30 a 40 días aquí; y después nos iremos, levantaremos alas como las águilas y nos iremos a la Cena de las Bodas del Cordero.

Veremos a Jesucristo en Su cuerpo glorificado también, porque ya también tendremos nosotros cuerpos glorificados.

Bueno, todas esas bendiciones vean cómo fueron reflejadas en los últimos siete años de nuestro hermano Branham, las bendiciones que Cristo tendría en medio de Su Iglesia en el ciclo divino de la Edad de la Piedra Angular.

Ahora vean cómo, así como de edad en edad se cumplieron esos ciclos, y en la vida de nuestro hermano Branham también se cumplieron esos ciclos, en la Edad de la Piedra Angular se recorren los siete ciclos con éxito, con la bendición de Dios, con el avivamiento.

Desde que comenzó la Edad de la Piedra Angular, ¡nunca ha decaído el avivamiento en la Iglesia de Jesucristo! Y continuará. Y la revelación no ha menguado, sino que ha ido aumentando más y más.

Y las cosas que no entendíamos al principio, ahora sí las entendemos; y las que faltan por ser entendidas, las entenderemos a través de los diferentes mensajes que Él nos dé en las próximas actividades que tengamos, ¿hasta qué? De aquí a que seamos transformados.

Bueno, podemos ver cómo Dios está obrando en nuestro tiempo y cómo Dios está bendiciendo también a los jóvenes, también a los niños y a los adultos; y cómo para este tiempo final los miembros de la Iglesia de Jesucristo vendrán a ser jóvenes todos, porque serán resucitados los muertos en Cristo en cuerpos jóvenes y eternos, y nosotros los que vivimos seremos transformados y tendremos cuerpos jóvenes y eternos también.

Y ahora, podemos ver este misterio del Programa Divino correspondiente a este tiempo, en la Edad de la Piedra Angular, en el ciclo divino de la vida de nuestro hermano Branham desde los 50 años hasta los 56 años de edad.

Hemos visto lo que sucedió en su vida y hemos visto lo que está sucediendo en la vida de la Iglesia de nuestro amado Señor Jesucristo. Y eso mismo se está moviendo dentro de la vida de cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo.

Hemos llegado al tiempo más glorioso de todos los tiempos.

Adelante, jóvenes, sirviendo a Cristo, sabiendo que pronto el número de los jóvenes en el Cuerpo Místico de Cristo va a ser aumentado.

A medida también que Él está llamando y juntando más escogidos, se va aumentando; pero pronto tendremos la venida de un grupo de jóvenes que está viviendo en el Paraíso, en la sexta dimensión, que van a venir vestidos de cuerpos jóvenes también, y van a estar con nosotros.

Y nosotros, pues, no nos vamos a quedar vestidos con la vieja vestidura; teniendo una visita tan importante de jóvenes, nos vamos a vestir también de jóvenes, con un cuerpo joven que Él ha prometido para todos nosotros.

Y así estaremos vestidos para ir a la Cena de las Bodas del Cordero, y para reinar con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad.

Bueno, jóvenes, que Dios les bendiga, que Dios les guarde. Vamos a pasar a Miguel, porque la revelación de la Palabra de Dios no hay dónde detenerla. La revelación de Dios para nuestro tiempo es una Fuente que brota; y continuará dando Agua, dando revelación, para la gente que vivirá también en el glorioso Reino Milenial.

Por lo tanto solamente vamos a hacer una pausa, vamos a pasar a Miguel, y luego nos estaremos viendo en las demás actividades que ustedes estén presentes.

Oren para que Él coloque en mi corazón y en mi boca las palabras que debo hablar, para que después ustedes también las reciban en sus corazones.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“LEVANTANDO LAS ALAS COMO ÁGUILAS”.

[Revisión febrero 2020]

1 Deuteronomio 34:7

2 2 Reyes 13:14

3 2 Corintios 12:7-9

4 SPN65-1128E “En las alas de una paloma blanca como la nieve”, págs. 19-27, párrs. 137-213

5 Apocalipsis 17:12-14

6 Citas, pág. 168, párr. 1496

7 San Mateo 4:4, San Lucas 4:4, Deuteronomio 8:3

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