Muy buenas tardes, ministros, colaboradores, y hermanos y hermanas presentes, y también los niños.
Que Jesucristo nuestro Salvador, el Ángel del Pacto, les bendiga a ustedes y a mí, y nos permita ver Su Programa en esta ocasión, y nos permita ver las bendiciones que Él tiene para cada uno de ustedes y para mí. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Dice Dios al patriarca y profeta Abraham, en el capítulo 15, verso 12 en adelante, del Génesis:
“Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.
Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.
Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.
Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.
Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.
Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos.
En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates…”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LA LIBERACIÓN DE LA DESCENDENCIA DE ABRAHAM”.
La liberación de la descendencia de Abraham está prometida en esta Escritura aun cuando Abraham no tenía hijos todavía. Encontramos que Dios le habla a Abraham acerca del hijo que le daría por medio de su esposa Sara, pero vean ustedes, todavía Abraham no había tenido un hijo por medio de su esposa Sara.
Ahora, no solamente eso, sino que Abraham, miren ustedes, Abraham todavía no había tenido hijo por medio de Agar tampoco, porque en el capítulo 16 es que nació Ismael.
Ahora, en el capítulo 15, todavía Abraham sin tener hijos, ya Dios le está diciendo que su descendencia va a ser esclava, pero que Dios va a libertar a su descendencia.
Y ahora, tenemos la descendencia de Abraham según la carne, que es el pueblo hebreo, que es la descendencia terrenal; y tenemos la descendencia celestial de Abraham, que son los miembros de la Iglesia de Jesucristo.
Y el Hijo de Abraham es Jesucristo; y por medio de Jesucristo es que viene esa descendencia celestial de Abraham, por medio del nuevo nacimiento que Cristo realiza en el creyente en Jesucristo, y por consiguiente opera el nuevo nacimiento en la persona.
Y al operar Cristo el nuevo nacimiento dándole de Su Espíritu Santo a la persona, y la persona recibiendo el cuerpo teofánico de la sexta dimensión, esa persona nació de nuevo, pero ha nacido primero en la sexta dimensión; y en el Día Postrero obtendrá el cuerpo físico y eterno, que es como nacer, pero no por medio de una mujer, sino por creación divina; es la parte física, en donde estaremos nosotros en este tiempo final cuando los muertos en Cristo resuciten y nosotros los que vivimos seamos transformados.
Y ahora, no vamos físicamente a nacer por medio de una mujer con un cuerpo eterno, sino por medio de creación divina, por medio de esa Obra de creación divina que Cristo realizará en el Día Postrero; así como el nuevo nacimiento en el cuerpo teofánico de la sexta dimensión ha sido también por creación divina.
Y ahora, podemos ver que, al venir por medio de Cristo en el nuevo nacimiento, somos simiente de Abraham por medio de Jesucristo, el Hijo de Abraham; así como el pueblo hebreo por medio de Isaac es descendiente de Isaac, y por consiguiente es simiente de Abraham según la carne.
Y ahora, para la simiente de Abraham o descendencia de Abraham tenemos la promesa de la liberación. Y la liberación para el pueblo hebreo como simiente de Abraham según la carne, y como nación, se llevó a cabo en Egipto: Dios usando al profeta Moisés, a través del cual sacó al pueblo hebreo de Egipto, lo libertó, trajo esa liberación; y luego lo estableció como una nación con sus leyes, y lo llevó rumbo a la tierra prometida.
Y ahora, podemos ver que aunque los descendientes de Abraham según la carne por medio de Isaac vienen a ser siervos (es el pueblo de los siervos), como nación es una nación hija de Dios, y es la nación primogénita de Dios; aunque es compuesta por los siervos, pero como nación es nación hija de Dios, primogénita de Dios.
“Israel es mi hijo, mi primogénito”1, dice Dios; y esto es aplicable para Israel (o sea, Jacob) como individuo y como nación (o sea, como la nación hebrea).
Y ahora, podemos ver que en todo lo que sucedió en la vida de Jacob y en la vida del pueblo hebreo se está reflejando lo que estaría sucediendo con el Israel celestial, y con Jesucristo.
Vean: “… de Egipto llamé a mi hijo”2, dice la Escritura. Y esto se cumplió en el pueblo hebreo. También Jacob: encontramos que vivió en Egipto, pero de Egipto, cuando murió, fue llevado a la tierra de Israel3. Y cuando aconteció la resurrección, cuando Cristo resucitó, resucitaron con Él los santos del Antiguo Testamento4; allí Jacob resucitó, Abraham, Isaac, también los patriarcas, todos estos santos del Antiguo Testamento resucitaron con Cristo; y fueron libertados de la muerte.
Y ahora, para el Israel celestial también tenemos la promesa de una liberación. Y la persona, al recibir a Cristo como su Salvador y lavar sus pecados en la Sangre de Cristo y recibir Su Espíritu, ha recibido una liberación, y ha sido llevado a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo, y ha nacido en lugares celestiales en Cristo Jesús5, y así ha nacido en la sexta dimensión; y vean, ha entrado a la sexta dimensión como tierra prometida también, por medio de recibir el Espíritu Santo, y eso es recibir la Primogenitura.
Y ahora, vean ustedes, ese es el espíritu de adopción. Para las personas ser adoptadas en el Día Postrero y obtener el cuerpo eterno, tienen que primero haber recibido el espíritu de adopción: creer en Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo y recibir Su Espíritu Santo.
Y esto ha estado sucediendo de etapa en etapa, de edad en edad, a medida que Cristo ha estado —por medio del mensajero de cada edad— llamando y juntando a Sus escogidos. Y la evidencia de que las personas tienen el Espíritu es que creen, reciben y creen el Mensaje de su edad, de su tiempo.
Y ahora, para el Día Postrero tenemos la promesa de una liberación física: seremos libertados físicamente cuando seamos transformados los que vivimos y los muertos en Cristo sean resucitados; pero también hay una liberación espiritual.
Así como el pueblo hebreo fue libertado allá, de la esclavitud en Egipto, los escogidos de Dios como individuos y también la Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico de Cristo sería libertada en este tiempo final.
Y ahora, de edad en edad los hijos e hijas de Dios reciben una liberación, su liberación; y luego, en el tiempo final, los hijos e hijas de Dios reciben la liberación del Día Postrero.
En la página 100 del libro de Las Edades dice el reverendo William Branham:
“90. La iglesia nunca ha aprendido esto de las Escrituras o de la historia. Cada vez que Dios da una visitación del Espíritu Santo (o sea, que se abre una edad cuando Dios envía Su mensajero con el Mensaje para esa edad, y viene un avivamiento, o sea, un despertamiento espiritual, y llama y junta a Sus hijos en esa edad; dice) y la gente…”.
Vean, recuerde:
“Cada vez que Dios da una visitación del Espíritu Santo…”.
¿Y cómo lo hace? Visita Su Iglesia, Cristo en Espíritu Santo a través del ángel mensajero de cada edad. ¿Y qué sucede?:
“… y la gente obtiene su libertad, después de un tiempo se esclavizan en la misma cosa de donde salieron. Cuando Lutero salió del catolicismo, la gente quedó libertada por un tiempo. Pero cuando él murió, la gente simplemente organizó lo que pensaban que él creía y establecieron sus propios credos e ideas, y repudiaban a todo aquel que profesaba diferente a ellos. Volvieron directamente al catolicismo con una forma un poco diferente. Y aun hoy día hay muchos luteranos que están listos para volver al lugar de donde salieron”.
O sea que se organizaron, hicieron una denominación, y entraron a una denominación, así como habían salido de una denominación y estuvieron libres por un tiempo, bajo la visitación de Dios en el mensajero de su tiempo (eso fue la visitación del Espíritu Santo); luego, cuando se va el mensajero, entonces se organizan todos, hacen una denominación, y vuelven a ser esclavos.
Y ahora, vean cómo eso ha sucedido durante las siete etapas de la Iglesia gentil: cuando se ha cumplido cada edad, luego se organizaron, después que se fue el mensajero, y volvieron a estar esclavizados.
Y luego de las siete edades de la Iglesia gentil, para este tiempo final tenemos la promesa de la visitación de Dios, la visitación de Jesucristo, la visitación del Espíritu Santo, para una liberación.
Y vean ustedes, para la Edad de la Piedra Angular, que es la edad correspondiente a nuestro tiempo, así como hubo una liberación en cada edad cuando llegó el mensajero y proclamó el Mensaje, y se abrió una edad… ahí estaban la gente con el mensajero, libres completamente; pero luego que termina su ministerio el mensajero, la gente vienen y toman todo lo que ellos piensan que el mensajero creía, lo organizan: establecen dogmas y credos, y hacen su propia denominación; y entonces vuelven a ser esclavos; y se convierte, el lugar donde habían sido libres, la edad donde habían sido libres, se convierte luego en un lugar de esclavitud.
Como en Egipto, donde —cuando entró Jacob con sus hijos— estaban libres y con la bendición de Dios allí, teniendo a José allí en medio de ellos; pero luego que murió Jacob y murieron los patriarcas y murió José, luego ese lugar se convirtió en un sitio de esclavitud para los hebreos; pero luego Dios los libertó por medio de la visitación de Dios a través del profeta Moisés.
Ahora, vean ustedes, esto mismo ha sucedido de edad en edad. Y luego, en la Edad de la Piedra Angular, en la visitación de Cristo en Espíritu Santo, Él liberta a Su pueblo espiritualmente: lo llama y lo coloca en la Edad de la Piedra Angular, donde Cristo en Espíritu Santo estaría manifestado, y ahí somos libres. Ahí está la libertad espiritual para todos los hijos e hijas de Dios; fuera de esa edad, no hay libertad sino esclavitud.
Y ahora, miren cómo dice el reverendo William Branham en el libro de Citas, página 163 y 164; verso 1458 dice:
1458 –“Tuve un sueño la otra mañana”.
No se sabe qué otra mañana fue, si fue el día anterior o una mañana de…, o sea, que fue en la madrugada. Dice:
“No sueño muy a menudo…”.
Eso fue en el 1965, en noviembre 26 del 1965, o sea, un mes antes de irse. ¿Para esa fecha Miguel tenía cuántos años, Miguel? [Hno. Miguel: Como treinta y…] (…cuatro años). Un jovencito. Yo tenía por ahí 25 años, un jovencito también. ¿Benjie cuánto tenía ahí? ¿Como 1 año o 2, Benjie? O todavía, todavía no… [Hno. Benjie: Un pensamiento]. Bueno. Ahora… Ahí yo estaba jovencito, también Miguel. Ahora, dice:
“Pero yo soñé que vi a un hombre, a un hombre joven de grilletes…”.
O sea, como Pedro estaba amarrado con grilletes en la cárcel, pues así estaba este joven. Recuerden que el lugar representa un lugar de esclavitud, como en Egipto el pueblo hebreo, y como Pedro en la cárcel, y como Pablo en la cárcel.
Dios libertó al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, libertó a Pedro de la cárcel: los grilletes se rompieron, se salieron, se abrieron y Pedro salió libre6. A Pablo: estando en la cárcel las puertas se abrieron, y todos estaban libres; aunque Pablo no salió, pero todos estaban allí libres7.
Y ahora, dice que vio un hombre joven de grilletes:
“… él estaba tratando de salir, y yo dije… Alguien me dijo: ‘Esa es gente horrible, no tenga nada que ver con ellos’. Y yo vi a este hombre joven saliendo de sus grilletes, así que solo lo dejé (o sea, no le dijo nada, solo lo dejó para ver qué era lo que iba a hacer). Pensé: ‘Sólo veré lo que él hace’. Así que él salió, y era un hombre simpático. Y vi a otro tratando de salir… / Y ella dijo: ‘Hermano Branham, líbrenos de esto’. Dijo: ‘Esto es una casa de infierno’. Y dijo: ‘Usted ha sido entendido mal’. Y dijo: ‘Estos… Y usted entendió mal a esta gente’. También dijo: ‘Esta es gente buena, pero…’. Y miré allá al otro lado, y como un sótano muy grande, paredes grandes, abajo, debajo de una cueva muy grande; y grandes barras de hierro, ocho o diez pulgadas de grueso. Y gente fuera de su mente, torcidos brazos y piernas, golpeándose la cabeza así. Y ella estaba llorando, diciendo: ‘Libre la gente, hermano Branham’. Dijo: ‘Ayúdenos, estamos en aflicción’. Ella misma, la conozco, ella pertenece a la… creo que la Iglesia de Cristo, o la Iglesia Cristiana, llamada Iglesia de los Hermanos. Así ella… Miré alrededor, y dije: ‘Yo quisiera poder’. Y seguí mirando alrededor, y yo vi mi cuerpo muy pequeño, y esas barras muy grandes de hierro, y esa pobre gente allí adentro. Y usted no podía llegar a ellos, esas barras de hierro estaban de cerca, juntas (o sea, cerca la una de la otra). Y miré, y ellos estaban golpeándose la cabeza como si estuvieran fuera de su mente. Y vi algunas luces vacilando alrededor de allí adentro. Y miré hacia arriba, y allí estuvo parado el Señor Jesús con unas luces de arco iris alrededor de Él. Él estaba mirando bien directamente a mí; dijo: ‘Libra esa gente’. Y Él se fue. Y pensé: ‘Pues, ¿cómo podría yo librarlos? Yo no tengo fuerza suficiente en mis brazos para romper esas barras’. Así que dije: ‘Casa del infierno, ríndete en el Nombre del Señor Jesucristo’. Y todo el recrujir y toda la detonación, las rocas rodando, y barras cayendo; y gente corriendo, gritando: ‘¡Libertados!’, y gritando a lo alto de su voz (o sea, a voz en cuello). Y todo fue libertado. Y yo estaba gritando entonces: ‘Hermano Roy Borders, ¿dónde está usted?, ¿dónde está usted? ¡Dios está librando a Su gente! ¿Dónde está usted, hermano Borders?’”.
Dios está ¿qué? Librando, libertando a Su gente.
Y ahora vean cómo Él liberta a Su gente de todo lo que queda acá abajo, lo cual se hizo, se organizó, y organizaron todo lo que pensaron que el mensajero de cada edad creyó. Pero ahora Dios está libertando a Su gente; en la Edad de la Piedra Angular son llamados y juntados, y son ahí libres.
Ahora vean, en cada ocasión en que Dios envía el mensajero en cada edad y hay esa manifestación del Espíritu de Dios, la gente queda libre.
Y ahora solamente tenemos un lugar donde la gente puede ser libertada, quedar libre, y es la Edad de la Piedra Angular; porque ya las demás edades pasaron y luego se convirtieron en un lugar de esclavitud después que se fue el mensajero de cada edad.
Y ahora, podemos ver cómo espiritualmente Dios está libertando a Su pueblo, y seguirá Dios llevando a cabo Su Obra; y aun en la parte física nos libertará: cuando seamos transformados estaremos libertados de lo mortal, corruptible y temporal, y estaremos con vida eterna física también.
Bueno, hemos visto LA LIBERACIÓN DE LA DESCENDENCIA DE ABRAHAM, la cual ha estado pasando por las diferentes etapas o edades, y hemos visto la liberación de Su descendencia en cada edad; pero ahora, en la Edad de la Piedra Angular, es el lugar para esa liberación. Y así como hubo un territorio en cada edad, hay también un territorio, ¿y es cuál? La América Latina y el Caribe.
Ahora podemos ver dónde estamos en el Programa Divino, y podemos ahora entender mejor ese sueño que tuvo nuestro hermano Branham: podemos ver que se trata de una liberación para los escogidos de Dios de este tiempo final.
Y esa liberación ha comenzado, y continuará hasta que físicamente también seamos libertados. Con la transformación recibiremos la total liberación; y los muertos en Cristo, con la resurrección en cuerpos eternos.
Y vamos a dejar eso ahí quietecito porque no podemos (como decimos nosotros) “alborotar mucho el hormiguero”, sino dejar que Dios siga obrando en la forma que Él lo está haciendo.
Vean, Dios está enviando Su bendición, y nos están invitando congregaciones evangélicas y pentecostales en diferentes países, en diferentes iglesias, y están muy contentos. Dios está obrando con ellos y Dios sabe lo que Él está haciendo; nos está dando gracia delante de todas las personas.
¿Y qué fue lo que dijo el director de un grupo, de un sinnúmero de iglesias, ya una persona mayor? Miguel les va a decir. Cuando ha leído los mensajes (eso es por allá por la Argentina)… Ya Miguel les va a decir cómo Dios está obrando.
Y si nos ponemos a atender todas las iglesias evangélicas y pentecostales que quieren que estemos con ellos, no tendríamos tiempo para estar con ustedes. Pero Miguel, pues, está preparando actividades en donde pueda reunir un grupo de congregaciones en un lugar, y ahí pues estamos con ellos; y también con nuestros hermanos que estén en esos territorios, pues, todos juntos ahí nos reunimos; y es dado el Mensaje; y Dios les está permitiendo entender también a la gente de las diferentes iglesias.
Ahora, ninguno vaya a interrumpir lo que Dios está haciendo; deje que Dios sea el que obre. No vaya usted a ir y a querer predicar y ponerse a hablar cosas que – en lo cual puedan tropezar, porque entonces usted es responsable de interrupción de la liberación que Dios está llevando a cabo; y no será de bendición para usted, sino de juicio.
Así que den los folletos y los videos. Hay iglesias que están recibiendo los folletos y también los videos, y pasándoselos a sus congregaciones, y hasta repartiendo los folletos.
Miguel les va a explicar cómo están haciendo en diferentes lugares. Y pues Dios les está permitiendo entender; por lo tanto no es obra humana, sino Obra de Cristo. Así que queremos que Dios siga obrando; no queremos interrumpir lo que Él está haciendo, sino ser colaboradores en este tiempo final.
Algunas veces, algunas personas interrumpen en vez de ayudar; hay personas que uno no quisiera que le ayuden, porque más bien lo que hacen es desayudar. Y conviene más bien ser buenos colaboradores y no hablar nada en lo cual puedan tropezar.
En esta forma que yo estoy hablando aquí con ustedes yo no puedo hablar en otros lugares, porque algunos pueden tropezar; pero entre ustedes, ya siendo conocedores del Mensaje del hermano Branham, no tropiezan, porque ustedes entienden de todas estas cosas que nuestro hermano Branham estuvo hablando.
Bueno, las cosas que fueron profetizadas —en el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento y por el hermano Branham— que Dios haría en este tiempo final, es lo que Dios tiene que estar haciendo; y ya está haciendo, cumpliendo muchas de esas profecías.
Bueno, nosotros somos los beneficiarios de todas esas bendiciones que han sido prometidas para la Iglesia de Jesucristo en este Día Postrero o tiempo final. Así que disfrutemos esas bendiciones y seamos buenos colaboradores en la Obra de Cristo.
La bendición de Cristo está con nosotros, está en Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular; y todo lo que hacemos, pueden ver que prospera; ahí está la bendición de Dios, la bendición de Cristo. Y es la única edad que puede bendecir, porque ya las otras edades terminaron; y ya el tiempo de redención para otras edades y para los territorios donde estaban otras edades terminó; pero ahora tenemos la bendición en la América Latina y el Caribe, con los siete colores del arco iris. Y ahí vamos a dejar quietecito todo.
Vean ustedes que la liberación y para la liberación, Elías vio a Jesucristo con los colores del arco iris; y fue a Elías que le dijo Cristo que libertara al pueblo. Él no tenía fuerza física y veía su cuerpo muy pequeño; pero él habló la Palabra.
Por la Palabra creadora siendo hablada es que viene esa liberación. “No es con ejércitos, no es con fuerza tampoco, ni con espada, sino con mi Espíritu, ha dicho el Señor”, en Zacarías, capítulo 4.
Así que es por medio del Espíritu de Dios en Su manifestación en cada edad que viene la victoria para los escogidos de cada edad. Y así es para nuestra edad: por medio de la Palabra creadora siendo hablada.
Como le dijo Dios a Moisés cuando Moisés clamó a Dios, frente a la situación que tenían allí: el mar Rojo al frente y en la parte de atrás el ejército egipcio. O sea que estaban (como decimos nosotros) “entre la espada y la pared”. Y clamó a Dios, y Dios le dice8: “¿Por qué clamas a mí? ¡Habla! ¡Di al pueblo que marche!”. Extendió su vara y habló la Palabra; y la vara representa la Palabra creadora de Dios.
Y ahora, vean ustedes cómo habló la Palabra y todo se llevó a cabo en favor del pueblo hebreo. Ya Moisés había dicho9: “Estos egipcios que ustedes ven no nos van a ver más”. Pero después se puso a orar a Dios, a clamar a Dios, y Dios le dijo: “¿Por qué clamas a mí? ¡Habla!”, tipo y figura de un profeta adoptado.
Bueno, vamos a dejar ahí quietecito todo. Ya sabemos dónde estamos, en qué edad. Sabemos que Dios está libertando a Su pueblo; lo está libertando primeramente espiritualmente, y luego nos libertará físicamente dándonos el nuevo cuerpo.
Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y pronto todos seamos adoptados, todos seamos transformados. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Bueno, con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín, el cual les va a decir (en pocas palabras; tenemos poco tiempo, pero en pocas palabras) cómo están pidiendo por allá los mensajes en folletos y en videos, y cómo todo se está moviendo por todos los países, porque Dios está obrando en este tiempo final.
Bueno, con nosotros nuestro amigo y hermano Miguel Bermúdez Marín.
¿Vieron que para el tiempo de…, que está hablando nuestro hermano Branham ahí, Miguel y yo éramos unos jovencitos?
Y ahora nosotros decimos como Josué y Caleb. Josué y Caleb, ellos, ya cuando iban a entrar a la tierra prometida ya tenían… Josué tenía como 80 (u ochenta y algo), y Caleb tenía un poquito más, ¿verdad? [Hno. Miguel: Caleb tenía un poquito más]. Un poquito más.
Eran los únicos dos que habían quedado de los que salieron de Egipto, o sea que eran las dos personas de más edad en medio del pueblo; pero Caleb ¿cómo decía? [Hno. Miguel: Que se sentía todavía joven y fuerte para entrar y poseer, con 85 años]. Y conquistar. Con 85 años decía que se sentía con el mismo vigor, la misma fuerza, que cuando había entrado a la tierra prometida con Josué cuando fueron enviados como espías. O sea, cuando tenían como 40 años, estaba fuerte; y ahora, cuando tenía 85 años, dice: “Estoy tan fuerte como cuando tenía 40 años”10.
Y le pide permiso a Josué; sabiendo que Josué era el mensajero ya, después de Moisés, le pide permiso: “Permíteme ir a conquistar lo que Moisés me dio”. El monte ¿qué? El monte Hebrón. “Permíteme ir a conquistar mi herencia, lo que me pertenece”.
Y allí lo que había, ¿saben qué era? Gigantes; allí era que estaban los gigantes que ellos habían visto.
Y ahora Caleb dice: “Déjame ir a conquistar lo mío. Está lleno gigantes, pero los que les tenían miedo a los gigantes son los que murieron en el desierto. Así que déjame conquistar lo que me pertenece”. Y Josué le dice, le dijo: “Ve”. Lo envió con la bendición divina; fue y conquistó ese territorio11.
Y ese es el territorio… ¿pertenece a qué?, ¿a qué tribu? A la de Judá, porque Caleb es de la tribu de Judá. Y Josué, ¿de qué tribu es? De la tribu de Efraín, que es la tribu de la Bendición de la Primogenitura.
Fue con un descendiente de Efraín, un descendiente de la tribu que tiene la Bendición de la Primogenitura, que el pueblo entró a la tierra prometida. Y fue un descendiente de la tribu de Efraín el que tuvo el nombre de redención, el nombre Josué, que significa ‘Salvador’ o ‘Redentor’; tuvo el mismo nombre que tendría también el Mesías en Su Venida.
Bueno, vamos a dejarlo ahí; ya estamos entrando a los nombres y… Y si seguimos entrando a los nombres, hay tanto de qué hablar que miren todo lo que tendría que mostrarles por aquí. (No se puede pegar ahí porque…). Así que… Eso está por ahí, pero tendrá su momento; o si no, pues es para mí solo. Mientras tanto, yo lo sigo disfrutando ahí cada vez que lo veo.
Eso que está ahí escrito es de lo mismo que les hablé en Fusagasugá hace algunos años, en una de las reuniones de ministros, donde les hablé del Nombre Eterno de Dios y que tenía haches, dos “h”, y son letras mudas, y así por el estilo. De eso es lo que está ahí, y esto lo he dejado ahí quietecito.
Esto fue escrito hace poquito. No sé si al salir del viaje o ya en Puerto Rico lo tenía escrito. Pero eso lo tengo ahí porque… me conviene tenerlo ahí; y cada vez, pues, refresco la memoria. Y en algunos mensajes pues van a encontrar acerca de estas cosas. También en alguno de los mensajes del recorrido ya se ha… también se ha hablado algunas cositas.
Así que todos los misterios de Dios son abiertos. Los que no fueron abiertos en edades pasadas y por los mensajeros pasados, y los que no fueron abiertos por el reverendo William Branham, son abiertos en este tiempo: en nuestra edad y nuestra dispensación.
Y el misterio más grande, el cual todo el mundo esperaba que el reverendo William Branham abriera…; porque él estuvo hablando de que iba a estar predicando sobre los Siete Sellos, y estaba muy entusiasmado; pero cuando llegó al séptimo, el Ángel no le quiso abrir el misterio.
Por lo tanto, él solamente habló de ese misterio y profetizó, y dijo que sería abierto ese misterio más adelante12; o sea, que el Ángel del Pacto vendría para abrir ese misterio más adelante. No fue abierto en aquel tiempo. Por lo tanto, es para nuestra edad: la Edad de la Piedra Angular, y para nuestra dispensación: la Dispensación del Reino.
Y el misterio de cada dispensación es el misterio de la manifestación de Dios por medio del mensajero dispensacional.
Bueno, vamos a dejarlo ahí quietecito, porque no hay dónde uno detenerse. Así que vamos a dejar quietecito todo, para que así puedan preparar todo para la actividad de la noche. ¿Cuál es el tema de la noche, Miguel?
[Hno. Miguel: El tema de la noche (hoy es 12, ¿no?) es “LA MISERICORDIA DE DIOS EXTENDIDA”. Romanos 9:14].
Ese tema está muy bueno…
[Hno. Miguel: “LA MISERICORDIA DE DIOS EXTENDIDA”, es decir, todavía Él extendiendo Su misericordia, ahí en Romanos 9:14 hasta el 18; cómo Él extiende Su misericordia].
¿Y eso va con Isaías fue, Miguel?, que hablamos, que Dios difiere. ¿48:9 sería?
[Hno. Miguel: Sí, Isaías 48:9. Difiere el juicio. Y es por Su misericordia que Él lo difiere, por amor, por amor a los redimidos; que difiere, es decir, atrasa el juicio, lo pospone, lo pospone.
Con razón ahí, cuando pasó delante de Moisés en aquella manifestación, era: “Jehová, Jehová, misericordioso y clemente; lento para la ira, grande en misericordia”. Y Moisés estaba tapado así, con la mano, de Dios, en una hendidura de la piedra. Y la voz era: “Jehová, Jehová, grande en misericordia y lento para la ira”].
Y el mismo Jonás hablando de… “Es que yo sé que Tú eres misericordioso; y si se arrepienten los vas a perdonar, y no los vas a destruir”13. Pues eso era lo que Dios quería: perdonarlos. Ese es el deseo de Dios.
Dice San Pablo y otros lugares que ese es el deseo de Dios: que todos procedan al arrepentimiento14. ¿Para qué? Para que no se pierdan, sino que reciban vida eterna; porque no se deleita en la muerte del impío15, pero más bien se deleita en los justos cuando se arrepienten, y Él les da Vida.
De eso fue que Jesús dijo a Sus discípulos cuando dijo que cuando un pecador se arrepiente hay gozo en el Cielo16; los ángeles y todos se gozan17.
Y cuando en la parábola del hijo pródigo18: hubo gozo en la casa del padre de ese niño – de ese hijo arrepentido, hubo gozo en el corazón de su padre.
Y así es con Dios: hay gozo en el Cielo cuando un pecador se arrepiente.
Bueno, vamos a dejar todito aquí. Vamos a dejar a Miguel.
Que Dios les bendiga, que Dios les guarde, y con nosotros Miguel.
“LA LIBERACIÓN DE LA DESCENDENCIA DE ABRAHAM”.
[Revisión mayo 2020]
1 Éxodo 4:22
2 Oseas 11:1
3 Génesis 50:7-13
4 San Mateo 27:52-53
5 Efesios 2:6
6 Hechos 12:5-11 Pedro saliendo libre de la cárcel
7 Hechos 16:23-28 Pablo y Silas libertados en la cárcel
8 Éxodo 14:15
9 Éxodo 14:13
10 Josué 14:7-11
11 Josué 14:12-15
12 Los Sellos, págs. 482-483, párr. 199
13 Jonás 4:2
14 2 Pedro 3:9
15 Ezequiel 33:11
16 San Lucas 15:7
17 San Lucas 15:10
18 San Lucas 15:11-32