Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; aquí en Minatitlán, Veracruz, República Mexicana, nos encontramos en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor del Programa Divino correspondiente a nuestro tiempo; Programa que está profetizado en la Escritura para ser cumplido en este tiempo final.
Para lo cual quiero leer en el Apocalipsis, capítulo 7, verso 1 en adelante, donde nos dice:
“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.
Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar,
diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.
Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.
De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados (y sigue enumerando 12.000 sellados de cada tribu)”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Para esta ocasión nuestro tema es: “EL ÁNGEL CON EL SELLO DE DIOS DETENIENDO EL JUICIO SOBRE LA TIERRA”.
Para poder comprender nuestro tema de esta ocasión, tenemos que ver que hay un Ángel con el Sello del Dios vivo: ese es el Ángel que llamará y juntará a 144.000 hebreos; y el Sello del Dios vivo es el Espíritu Santo.
Este Ángel Mensajero viene con el Espíritu Santo en él manifestado; y para el tiempo en que llame y junte a los 144.000, el Espíritu Santo estará manifestado en él en toda Su plenitud.
Y ahora, este Ángel es el Ángel del Señor Jesucristo, enviado por Jesucristo en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, del cual Cristo dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
Es ese mismo Ángel de Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, del cual también dice la Escritura:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
Ese es el Ángel del Señor Jesucristo, enviado por Cristo para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder en este planeta Tierra en este tiempo final; el mismo Ángel que Dios envió a Juan el apóstol: fue enviado este Ángel en un cuerpo teofánico; y es el segundo hombre que antes de venir a la Tierra ministra la Palabra de Dios. El primero fue Jesús, y el segundo es el Ángel de Jesús.
Y ahora, este Ángel es el que en Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3, es enviado a Juan. Y luego, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, es enviado a todas las iglesias, a todas las iglesias con el Mensaje Final de Dios, con el Mensaje que contiene la revelación de todas las cosas que deben suceder en este tiempo final.
Y son bienaventurados los que leen y los que oyen las palabras de esta profecía que trae este Ángel del Señor Jesucristo. Apocalipsis, capítulo 1, verso del 1 al 3, dice:
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,
que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”.
Son bienaventurados los que leen y los que oyen las palabras de esta profecía, que trae el Ángel del Señor Jesucristo.
A Juan la trajo en forma simbólica, y a la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero estará abriéndole estas profecías que están en símbolos aquí, en el libro del Apocalipsis; y nos estará abriendo las profecías correspondientes al Día Postrero, para así que todos podamos comprender todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final.
Y ahora, este es el mismo Ángel que para el tiempo final es enviado por Jesucristo con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta. Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, Juan el apóstol dice:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor (o sea, en el séptimo milenio, en el Día Postrero), y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.
Cristo es el Alfa y Omega, el primero y el último.
Es la Voz de Cristo en el Día Postrero. Es una Gran Voz de Trompeta porque es un Mensaje dispensacional: la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, siendo proclamado en la Tierra por Cristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero.
Y vean ustedes, esta misma Voz de Trompeta se escucha en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1. Dice Juan:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo (recuerden que Cristo es la Puerta, y es la Puerta del Cielo); y la primera voz que oí, como de trompeta (aquí tenemos la Trompeta de nuevo), hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.
Y ahora, esta Voz de Trompeta, la Voz de Cristo, esta Voz del Cielo, nos dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”: las cosas que sucederán después de las que ya han sucedido en las siete edades de la Iglesia gentil.
Ahora las cosas que van a suceder en la Edad de la Piedra Angular van a ser dadas a conocer por Cristo a través de Su Ángel Mensajero.
Y ahora, Cristo estará ya no en las siete edades de la Iglesia gentil, sino estará en la Edad de la Piedra Angular, donde estará Su Ángel Mensajero colocado en medio de la Iglesia de Jesucristo; y por medio de Su Ángel Mensajero serán dadas a conocer, por Cristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, serán dadas a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Por eso dice Apocalipsis 22, verso 6: “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
Las cosas que Cristo prometió dar a conocer a Su Iglesia en el Día Postrero, las cosas que deben suceder en este tiempo final, ahora las da a conocer Cristo manifestado en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero, a través de Su Ángel Mensajero.
Y es Su Ángel Mensajero el que viene ungido con el Espíritu de Cristo hablando estas cosas que deben suceder. O sea que no hablará por su propia cuenta, sino que Cristo en Espíritu Santo estará en él manifestado, y pondrá en su boca y en su corazón la Palabra que debe hablar; y esa es una Palabra profética con la cual serán dadas a conocer todas las cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.
Y así como cada ángel mensajero de cada edad de la Iglesia fue la boca de Cristo, la Voz de Cristo en cada edad, donde se escuchó la Voz de Cristo, la Trompeta, una Trompeta, que es la Voz de Cristo (se escuchó en cada edad, y fue por medio del mensajero de cada edad); para el Día Postrero, la boca de Cristo y la Voz de Cristo y esta Trompeta Final, es el Ángel del Señor Jesucristo dándonos Su Mensaje Final en este tiempo final, y dándonos a conocer así las cosas que deben suceder pronto; y eso será nada menos que la manifestación de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero en este tiempo final, en medio de Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular.
Y ahora, ese es el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo, ese es el Ángel que viene con el Espíritu Santo, porque el Sello del Dios vivo es el Espíritu Santo.
Efesios, capítulo 4, verso 30, nos dice San Pablo:
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”.
O sea, para el día en que los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seremos transformados; ese es el Día de Redención, ese es el ciclo divino donde seremos restaurados a la vida eterna.
Redimir es ‘volver al lugar de origen’, y Cristo nos regresará a la vida eterna, de donde el ser humano cayó en el Huerto del Edén; seremos restaurados a la vida eterna. Cristo restaurará para nosotros y a nosotros a todas las cosas que perdió Adán y Eva en la caída: nos restaurará a la vida eterna con un cuerpo eterno, un cuerpo glorificado igual al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y ahora, ya hemos visto quién es el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo en el Día Postrero, dando testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto; ya hemos visto quién es el Ángel que es enviado a la Iglesia de Jesucristo en este tiempo final, para llamar y juntar a los escogidos de la Iglesia de Jesucristo en este tiempo final, y ser así preparados para ser transformados y raptados en este tiempo. Viene con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, llamando y juntando a todos los escogidos de Dios, conforme a San Mateo, capítulo 24, verso 31, donde Jesús dice: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos”.
Y ahora, vean lo que dice: “Juntará a los escogidos”. Primeramente, a los escogidos de entre los gentiles, de la Iglesia gentil, de la Iglesia del Señor Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular; y luego llamará y juntará a los escogidos del pueblo hebreo, que son 144.000 hebreos.
Ese Ángel Mensajero es el que tiene el ministerio para el Día Postrero, para la séptima dispensación, para el séptimo milenio. Por lo tanto, ese es el instrumento del Espíritu Santo, del Ángel del Pacto, de Jesucristo, para este tiempo final. Por eso viene con el Sello del Dios vivo, o sea, viene con el Espíritu Santo, que es el Sello del Dios vivo.
Ahora miren lo que dijo el reverendo William Branham con relación a este Ángel, en la página 46, verso 399, del libro de Citas, el cual contiene un extracto, una porción, del mensaje titulado “Las diez vírgenes”. Dice:
399 – “Ahora, 1914, el mundo fue a una guerra, y nunca han estado en paz desde entonces; constantemente oscilando dentro, oscilando dentro, oscilando dentro, y están aún haciendo la misma cosa todavía. ¿Y qué están haciendo? Deteniendo. ¡Oh, Dios, ten misericordia! Deteniendo esa gran cosa que vi en la visión (la cosa entera llegó a destrucción), deteniendo la atómica, deteniendo las guerras, que no se destruyan, hasta que la cosa venga a destruirlos; hasta que Israel retorne para atrás y se una, y luego el Mensaje irá a Israel y ella será sellada con el Sello del Espíritu Santo”.
Ahora miren por qué no se ha desatado una Tercera Guerra Mundial atómica: es porque tienen que ser llamados y juntados por el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo; primeramente los escogidos de entre los gentiles, para ser colocados en la Edad de la Piedra Angular, entre los cuales una gran parte tiene raíces hebreas; y luego que se complete el número de la Iglesia de Jesucristo, después serán llamados y juntados 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu, conforme a Apocalipsis, capítulo 7.
No puede ocurrir una Tercera Guerra Mundial sin primero ser llamados y juntados todos los escogidos de Dios: todos los escogidos de en medio de la Iglesia gentil y todos los escogidos de los hebreos. Y después vendrá ese juicio divino de esa guerra, Tercera Guerra Mundial atómica.
Eso fue lo que vio el reverendo William Branham en la visión; de las siete visiones, la última visión. Y de esto nos habló el reverendo William Branham cuando nos dijo en la página 361 del libro de Las Edades. Dice:
“[16]. ¿Qué es lo que queda? NADA, con la excepción de Hebreos 12:26:
‘La voz del cual entonces conmovió la tierra; mas ahora ha denunciado, diciendo: Aun una vez, y yo conmoveré no solamente la tierra, mas aun el cielo’.
17. Una vez más Dios sacudirá la tierra, y esta vez caerá todo lo que puede ser derrumbado. Entonces Él la renovará. En marzo de 1964, aquel terremoto en Alaska (el Viernes Santo) conmovió al mundo entero, pero no lo desequilibró. Dios solamente estaba avisando con un temblor mundial lo que muy pronto hará en una escala mucho más grande. Él va a castigar este mundo maldito por el pecado, con truenos y temblores. Hermano y hermana, hay un solo lugar que puede soportar tales sacudidas, y ese lugar es en el redil del Señor Jesús”.
O sea, la Iglesia del Señor Jesucristo, el Redil, donde Cristo llama y junta a Sus ovejas. “Y oirán mi Voz; y habrá un rebaño, y un pastor”1. Ese rebaño es la Iglesia de Jesucristo y ese pastor es Jesucristo, el Buen Pastor; el cual de edad en edad ha estado llamando y juntando a Sus ovejas a través del mensajero de cada edad en el Cuerpo Místico de Cristo, que es el Redil del Señor; y en este tiempo final llama y junta a Sus escogidos, los llama y los junta en Su Redil, en Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular.
Ese es el Redil que podrá soportar tales sacudidas, ese es el Redil en donde nosotros estamos seguros; porque antes de que venga la destrucción sobre la Tierra, antes de que caigan los juicios divinos sobre el planeta Tierra, los juicios divinos de la gran tribulación, Cristo resucitará a los muertos creyentes en Él de las edades pasadas y nos transformará a nosotros los que vivimos; y luego nos llevará a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo; y escaparemos de los juicios divinos que han de caer sobre este planeta Tierra.
Esa es la única forma de escapar: estando en el Redil del Señor, en la Iglesia de Jesucristo; en este tiempo: en la Edad de la Piedra Angular; y los que corresponden a tiempos pasados, pues en la edad que les tocó vivir.
Y el pueblo hebreo, 144.000 hebreos, serán llamados y juntados; y aunque tendrán que pasar por la gran tribulación y serán martirizados por la bestia (morirán durante la gran tribulación), al final de la gran tribulación, cuando termine la gran tribulación, serán resucitados y entrarán al glorioso Reino Milenial.
Ahora, el Ángel con el Sello de Dios, con el Espíritu de Dios (viniendo en el Día Postrero para llamar y juntar a los escogidos primeramente de la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero, y colocarlos en la Edad de la Piedra Angular, y luego llamar y juntar 144.000 hebreos), es el Ángel del Señor Jesucristo. Y ese Ángel es un profeta, un profeta dispensacional, el cual le dio a Juan la revelación del Apocalipsis; y para el tiempo final es enviado a la Iglesia de Jesucristo para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final, o sea, para profetizar las cosas que tienen que suceder en este tiempo final, y así abrir las profecías del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento que hablan de este tiempo final.
Nadie podrá comprender las cosas que deben suceder en este tiempo; aunque están ya profetizadas, pero nadie las podrá comprender, verlas, entenderlas, a menos que sea por medio del Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo dando a conocer todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final.
Miren, ¿quién sabía que los días postreros eran el quinto, sexto y séptimo milenio?; ¿y quiénes sabían – quién sabía que el Día Postrero era el séptimo milenio de Adán hacia acá? No lo sabíamos, pero ya lo sabemos; porque ya eso está abierto, ha sido abierto en este tiempo final.
¿Y quién sabía que el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que es Cristo, el Ángel del Pacto viniendo en el Día Postrero, vendría en el occidente? No lo sabíamos, pero ya sí lo sabemos, porque ya fue abierto ese misterio.
Y ahora, la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19 es la Venida de Cristo, el Espíritu Santo, viniendo en el Día Postrero y manifestándose por medio de Su Ángel Mensajero; y eso será la Venida del Verbo, la Palabra encarnada en un hombre.
Eso fue lo que dijo el reverendo William Branham que será la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. Página 256 del libro de Los Sellos, dice:
“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.
Ahora, ese hombre no es el Señor Jesucristo, pero en él estará Jesucristo manifestado. Jesucristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, estará en ese hombre manifestado; y eso será la Venida del Verbo, la Palabra, manifestada en carne humana en un hombre de este tiempo final, que será el Ángel del Señor Jesucristo.
Y para este tiempo final también estará el enemigo de Dios, el diablo, manifestado en otro hombre: en el anticristo, el hombre de pecado, la bestia; porque cuando el diablo es echado del Cielo (porque Gabriel y sus ángeles lo echan del Cielo), es echado a Tierra, y se encarnará en un hombre: en el falso profeta, en el anticristo.
Vean, en la página 146 del libro de Los Sellos el reverendo William Branham dice:
“[192]. Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo y se encarna en un hombre, el Espíritu Santo sube y viene encarnado en un hombre”.
Por lo tanto, tendremos por un lado la encarnación del diablo en el anticristo y por otro lado la encarnación del Verbo, el Ángel del Pacto, Jesucristo en Espíritu Santo, en un hombre de este tiempo final; y ese hombre será el Ángel Mensajero para la Iglesia de Jesucristo, para darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y llamar y juntar a los escogidos de la Iglesia de Jesucristo, y después llamar y juntar a los escogidos del pueblo hebreo.
Y ahora, por medio de ese Ángel Mensajero, Cristo en Espíritu Santo estará manifestando los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez; y así Cristo, el Ángel del Pacto, a través de Su Ángel Mensajero tendrá la manifestación más grande que haya tenido en medio de Su Iglesia desde que Su Iglesia nació el Día de Pentecostés, porque será una manifestación en toda Su plenitud cuando Cristo adopte a Su Ángel Mensajero.
Ahora, podemos ver la bendición tan grande que hay para todos los escogidos de Dios que viven en este tiempo final.
Y ahora, miren ustedes, cuando se nos habla de Elías, el que le predicará al pueblo hebreo (que será la quinta manifestación del ministerio de Elías, y será uno de los Dos Olivos), miren lo que el reverendo William Branham dice que será ese quinto Elías. En la página 399 del libro de Los Sellos en español, la pregunta número 11 dice:
“11. El Elías que viene a predicar a los judíos, ¿es el verdadero Elías que estuvo en los días de Achab, o será solamente el espíritu de Elías en otro hombre?
(La contestación fue):
[94]. Yo he pensado que será un hombre de este tiempo ungido con ese espíritu; porque allá, cuando Elías ya había subido y Eliseo se encontró con los hijos de los profetas, ellos dijeron: ‘El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo’. Es que Eliseo obró igual a Elías”.
Y ahora, vimos que el ministerio de Elías por quinta ocasión es el Espíritu Santo manifestado en un hombre de este tiempo operando el ministerio de Elías por quinta vez. Y hemos visto que la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19 es la Venida del Verbo, la Venida del Espíritu Santo, manifestado en un hombre de este tiempo final; será el Verbo hecho carne en un hombre en este tiempo final.
Y ahora, el ministerio de Moisés es lo mismo: es la manifestación del Espíritu Santo operando el ministerio de Moisés por segunda vez en un hombre de este tiempo.
Y por cuanto Dios no tiene dos profetas mayores al mismo tiempo en una edad o en una dispensación, tampoco va a tener tres profetas mayores para una edad y para una misma dispensación.
Por lo tanto, estos tres grandes ministerios: el de Moisés por segunda vez, el de Elías por quinta vez y el de Jesús por segunda vez, estarán manifestados por el Espíritu Santo en el mismo hombre: en un hombre de este tiempo final, donde operará el ministerio de Elías por quinta vez, el ministerio de Moisés por segunda vez y el ministerio de Jesús por segunda vez.
Pero ese hombre ni será Moisés, ni será Elías, ni será Jesús; ese hombre será el Ángel del Señor Jesucristo, el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo, en el cual estará manifestado el Espíritu Santo en este tiempo final operando esos tres grandes ministerios.
Así que podemos ver ese misterio del Ángel de Jesucristo.
Con razón Juan quiso adorar al Ángel de Jesucristo: vio la manifestación de Elías, de Moisés y de Jesús en el Ángel del Señor Jesucristo; porque fue por medio del Ángel de Jesucristo que Jesucristo le mostró a Juan toda esta revelación apocalíptica.
Por lo tanto, todo lo que el Ángel le mostró fue lo que Juan vio; y Juan quiso adorar al Ángel de Jesucristo. Y ahora, el Ángel no se lo permitió2, porque él es un profeta dispensacional: el profeta de la Dispensación del Reino, que viene con el Espíritu Santo, viene con el Sello del Dios vivo, en este tiempo final.
Y ahora, él es el que detiene: él es el que detiene la guerra. O sea que el Espíritu Santo, que está en él, se encargará de obrar para que no haya guerra hasta que él haya llamado y juntado a los escogidos de la Iglesia y a los escogidos del pueblo hebreo.
No puede haber una Tercera Guerra Mundial, que será atómica, hasta que sean llamados y juntados y sellados los escogidos de Dios del pueblo hebreo; y antes de eso, son llamados y juntados los escogidos del Señor Jesucristo, de Su Iglesia; por el mismo Ángel del Señor Jesucristo, a través del cual Cristo en Espíritu Santo llama y junta a Sus escogidos, porque ese es el instrumento de Jesucristo nuestro Salvador.
Él obró por medio de Sus mensajeros en las edades pasadas: habló por medio de ellos y llamó a Sus ovejas. Y en este tiempo final, por medio de Su Ángel Mensajero habla a Su Iglesia, llama y junta a Sus ovejas, les muestra todas las cosas que deben suceder; y después llamará y juntará a los escogidos del pueblo hebreo, que son 144.000 hebreos.
Ahora, vean ustedes cómo el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, por medio de Su Ángel Mensajero es el que llevará a cabo toda esta labor del Día Postrero.
Este Ángel no obrará por sí mismo, sino que se dejará usar del Ángel del Pacto, de Jesucristo, el cual se manifestará en él y lo adoptará; y se manifestará en toda Su plenitud a través de Su Ángel Mensajero.
Por eso las promesas: “Al que venciere, yo le daré a comer del Maná escondido (que es la revelación de la Segunda Venida de Cristo), y le daré una Piedrecita blanca, y en la Piedrecita un nombre nuevo”3. Esa Piedrecita blanca viniendo es la Segunda Venida de Cristo con un nombre nuevo. Y el Vencedor, que estará viviendo en el tiempo final y verá la Venida del Señor y lo recibirá en Su Segunda Venida, es el Ángel del Señor Jesucristo; porque ya los otros mensajeros terminaron su ministerio y se fueron, están en el Paraíso.
Y también la promesa: “Al que venciere, yo le haré columna en el Templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el Nombre de mi Dios, y el Nombre de la Ciudad de mi Dios, la Nueva Jerusalén, la cual desciende del Cielo, de mi Dios, y mi Nombre Nuevo”4. En el Ángel Mensajero de Jesucristo se cumplirá esa promesa; Cristo la cumplirá en y a Su Ángel Mensajero, que será el vencedor que estará viviendo en este tiempo final.
Y: “Al que venciere, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro”5. Esa bendición, esa promesa, la cumplirá Cristo a Su Ángel Mensajero que estará viviendo en el Día Postrero: cuando lo adopte tendrá autoridad sobre todas las naciones; porque un hijo de Dios adoptado es colocado en los negocios de su Padre para administrarlos; y ese es “el siervo fiel y prudente (que estará en el Día Postrero), al cual, cuando su Señor venga y le halle siendo así, de cierto os digo, sobre todos Sus bienes le pondrá”6.
Viene a ser, en términos de los nuestros acá, vendría a ser el primer ministro de Cristo, en la parte de la administración de los negocios de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y también está la promesa: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi Trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en Su Trono”7. Esa promesa será cumplida al vencedor que esté en el Día Postrero, que será el Ángel del Señor Jesucristo.
El Trono del Padre está en el Cielo, y ese es el Trono donde Jesús se sentó cuando ascendió victorioso; por eso dice: “… así como yo he vencido, y me he sentado en el Trono de mi Padre”. En esa misma forma en que el Padre hizo con Jesús, sentándolo en Su Trono al ascender victorioso, ahora Cristo hará con el Vencedor, o sea, con Su Ángel Mensajero.
Y Su Ángel Mensajero al subir a la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Trono, obtendrá esas bendiciones; y cuando sea adoptado, ya esa promesa se hará manifiesta más claramente.
El Trono del Padre está en el Cielo, donde se sentó Jesús; pero ahora el Trono de Jesús es el Trono de David, el Trono de David en medio del pueblo hebreo, sobre el cual Cristo se sentará y gobernará: reinará sobre el pueblo hebreo como Rey, como Hijo de David, Rey de reyes y Señor de señores. Y con Él se sentará el Vencedor, que será Su Ángel Mensajero en el Día Postrero; y vendrá a ser él —diríamos— el primer ministro en ese Reino, que estará trabajando con Cristo en ese Reino; por eso tendrá todas esas bendiciones.
Con razón Juan quiso adorar al Ángel de Jesucristo, pero él le dijo que no lo hiciera.
“EL ÁNGEL CON EL SELLO DE DIOS DETENIENDO EL JUICIO SOBRE LA TIERRA”.
El juicio divino no puede caer sobre la Tierra sin que Dios lo permita; y, por medio de Su Ángel Mensajero, Él estará dando a conocer todos los detalles relacionados al juicio divino que ha de venir sobre la Tierra; y el único que puede detener los juicios divinos que han de caer sobre la Tierra es el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo.
Y miren ustedes, ya desde hace años debió caer el juicio divino sobre la raza humana; y conforme a lo que pensaba y esperaba el reverendo William Branham, ya el juicio divino debía haber caído sobre la Tierra; pero miren, ha estado detenido. ¿Por qué? Porque hasta que este Ángel haya llamado y juntado los escogidos del pueblo hebreo, no puede caer el juicio divino sobre la raza humana, y no puede venir esa Tercera Guerra Mundial sobre la raza humana.
Así que mientras Él esté entre los gentiles, llamando y juntando a los escogidos de la Iglesia de Jesucristo, el juicio divino de la gran tribulación no puede caer sobre la Tierra; pero cuando llame y junte a los hebreos, entonces esa será una señal muy grande de que el juicio divino ya va a caer sobre la Tierra, porque le tomará poco tiempo en juntar a los escogidos hebreos.
Ellos verán a Cristo manifestado en Su Iglesia a través de Su Ángel Mensajero, y dirán: “Este es al que nosotros estamos esperando”; y comenzará ese movimiento hebreo recibiendo a Cristo en Su manifestación final, y siendo llamados y juntados y sellados con el Sello del Dios vivo; y así será que todo esto que está profetizado para ocurrir en este tiempo final se cumplirá. ¿Vieron lo sencillo que es todo?
Ahora, podemos ver que para este tiempo final, el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo estará primeramente en medio de la Iglesia de Jesucristo…
Y Cristo, el Sumo Sacerdote del Templo que está en el Cielo, ha estado ministrando también en Su Iglesia por medio de Sus mensajeros de edad en edad; pero ha ministrado, vean ustedes, durante las siete etapas de la Iglesia gentil, ha ministrado en el Lugar Santo. Pero ahora, a través de Su Ángel Mensajero, ministra en el Lugar Santísimo, donde ninguno de los siete ángeles mensajeros podía ministrar; solamente puede ministrar Cristo a través de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.
Y por consiguiente, las cosas que estará haciendo Cristo, tendrá que ver con la reconciliación física de los hijos e hijas de Dios, tendrá que ver con el reclamo que Él hará para la reconciliación física de todos los hijos de Dios, para obtener un cuerpo eterno y glorificado, igual al cuerpo de Jesucristo nuestro Salvador.
Y lo que Cristo estará haciendo en el Cielo, en el Trono de Dios en el Cielo, lo estará reflejando en la Edad de la Piedra Angular: lo estará revelando por medio de Su Ángel Mensajero para nuestra restauración a la vida eterna; y obrará en favor de nosotros y del pueblo hebreo, para la reconciliación también del pueblo hebreo como nación, la reconciliación del pueblo hebreo con Dios.
Por eso serán reconciliados 144.000 hebreos con Dios; y después Dios seguirá obrando; pero los escogidos del pueblo hebreo son 144.000 hebreos, y serán llamados y juntados cuando haya entrado la plenitud de los gentiles, o sea, cuando haya entrado hasta el último de los escogidos de Dios de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Ahora hemos visto este gran misterio correspondiente a este tiempo final; misterio que en otros tiempos no había sido abierto a la Iglesia del Señor Jesucristo como en este tiempo ha sido abierto; pero ya está abierto para nosotros el misterio del Ángel con el Sello del Dios vivo.
Así como fue abierto el misterio de los siete ángeles mensajeros por el Espíritu Santo a través del reverendo William Branham: abrió ese misterio y se supo quiénes fueron los siete mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil.
¿Pero quién sería el mensajero de la Edad de la Piedra Angular? Solamente se sabía que era el Ángel del Señor Jesucristo, pero no estaba todo claro; pero ya ha sido dado a conocer, ha sido revelado ese misterio.
Y es por medio del Ángel Mensajero de Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular, que Cristo obra para Su Iglesia y para el pueblo hebreo. No tiene otro mensajero.
Es la primera ocasión en que Dios envía un mensajero dispensacional a Su Iglesia, y por eso su Mensaje es de Gran Voz de Trompeta: Es el Mensaje de la Dispensación del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Y, por consiguiente, es el Ángel Mensajero a través del cual Jesucristo ministra en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, que es la Edad de la Piedra Angular; ahí Él ministra y ahí se manifiesta por medio de Su Ángel Mensajero.
Durante las siete etapas de la Iglesia gentil tuvo siete tronos de misericordia; pero para la Edad de la Piedra Angular tendrá un trono, que al principio es de misericordia pero después será un trono de juicio.
Ahora, podemos ver este misterio del Ángel del Señor Jesucristo. Es todo tan claro que ya hasta los niños lo pueden ver, lo pueden entender, y todos los escogidos de Dios de la Iglesia de Jesucristo; y después lo entenderá también el pueblo hebreo.
“EL ÁNGEL CON EL SELLO DE DIOS DETENIENDO EL JUICIO SOBRE LA TIERRA”.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto los muertos en Cristo resuciten, los escogidos que faltan por ser llamados y juntados sean llamados y juntados, y se complete el número de los escogidos de Dios; y pronto todos seamos transformados, y venga la manifestación plena de Cristo en medio de Su Iglesia estando en cuerpos eternos, y luego seamos todos llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
“El Ángel de Jesús”. Ese es el mismo que trae… Es que el tema es el tema del Ángel que viene con el Sello del Dios vivo; y el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo es el Ángel del Señor Jesucristo.
¿Ahora vieron por qué en el libro del Apocalipsis se habla tanto de ese Ángel, y es ese Ángel el que trae la revelación apocalíptica a Juan el apóstol? Porque ese es el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo; ese es el Ángel último que Cristo envía y usa, y es un profeta mensajero dispensacional.
Y solamente Dios tiene, ¿cuántos profetas dispensacionales? Siete profetas dispensacionales; y el último, el séptimo profeta dispensacional, es ese Ángel que viene con el Sello del Dios vivo, el Ángel del Señor Jesucristo.
O sea que es como Elías dijo en una ocasión: “Yo solo he quedado”8, pues Elías en su quinta manifestación es el último profeta; por eso tendrá la manifestación de Moisés y también de Jesús. Es la manifestación del Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero.
Recuerden que el Ángel de Jesucristo no es el Señor Jesucristo: él es un redimido con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, él es un miembro del Cuerpo Místico de Cristo; pero también es el mensajero del Día Postrero para la Edad de la Piedra Angular y para la Dispensación del Reino.
Profeta de entre los hermanos es que Cristo levantaría, conforme a Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 al 19, y ese es el Ángel de Jesús.
[Entonan el cántico “El Ángel de Jesús”, el cual termina de la siguiente manera: “Levántate y resplandece, porque ha rayado ya tu Luz, es la gloria de Jesús en un nuevo Día…”. –Editor]
… en un nuevo día dispensacional y en un nuevo día milenial y en un nuevo día de edad también.
Y ahora, en este nuevo Día también continuamos siguiendo a Cristo; y seguimos a Cristo con la fe puesta en Cristo. “Con la fe puesta en Cristo”.
Continuemos hacia adelante todos los días de nuestra vida siguiendo a Jesucristo nuestro Salvador, con la fe puesta en Él; y seremos transformados muy pronto, conforme a Sus promesas. Él lo ha prometido, y nosotros lo creemos con todo nuestro corazón, y yo también. Y yo seré transformado. ¿Y quién más? Ustedes también. Amén y amén.
Que Dios les bendiga y pasen todos muy buenas noches.
“EL ÁNGEL CON EL SELLO DE DIOS DETENIENDO EL JUICIO SOBRE LA TIERRA”.
[Revisión octubre 2020]
1 San Juan 10:16
2 Apocalipsis 19:9-10, 22:8-9
3 Apocalipsis 2:17
4 Apocalipsis 3:12
5 Apocalipsis 2:26-27
6 San Mateo 24:45-47, San Lucas 12:42-44
7 Apocalipsis 3:21
8 1 Reyes 18:22, 19:10, 19:14