Muy buenas tardes, amados hermanos y amigos presentes. Es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual quiero leer en el libro del Apocalipsis, capítulo 11, versos 15 al 19, donde nos dice:
“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.
Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,
diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.
Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.
Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla; que nos abra Su Palabra en esta tarde y nos revele todo lo que Él desea que nosotros entendamos. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Nuestro tema para esta ocasión es: “EL SÉPTIMO ÁNGEL TOCANDO LA FINAL TROMPETA”.
De esa Trompeta que se habla aquí, es la misma Trompeta que se menciona en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 al 55 (o 56), donde dice:
“Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial (o sea, que seremos a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo).
Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción”.
O sea, que nosotros no podemos, con estos cuerpos mortales, heredar el Reino de Dios y venir a ser reyes y sacerdotes en el glorioso Reino Milenial, con este cuerpo mortal, corruptible y temporal. Para reinar con Cristo en el Reino Milenial, tenemos que tener el nuevo cuerpo, el cual Él nos dará, y ser a imagen y semejanza de Jesucristo nuestro Salvador. En ese cuerpo es que viviremos eternamente jovencitos, representando —por toda la eternidad— de 18 a 21 años de edad.
“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados (o sea, que viene una transformación para nuestro cuerpo terrenal: será cambiado de lo mortal a lo inmortal, de lo corruptible a lo incorruptible; será cambiado para ser un cuerpo incorruptible, inmortal y glorificado, como el cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo),
en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta (aquí tenemos la Final Trompeta; y será a la Final Trompeta, o sea que será en el tiempo de la Trompeta Final), porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados (a la Final Trompeta es que los muertos en Cristo van a ser resucitados y nosotros los que vivimos vamos a ser transformados)”.
La Final Trompeta es esa Séptima Trompeta de Apocalipsis, capítulo 11, versos 15 en adelante; y todo eso está bajo el ministerio de los Dos Olivos… Recuerden que el capítulo 11 del Apocalipsis corresponde a los Dos Olivos, en los cuales, vean ustedes, se manifestarán estas grandes maravillas, milagros y señales a nivel mundial.
Dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo, en el libro de Los Sellos (vamos a ver aquí), en la página 458 (al 59), dice:
“112. Entonces es entre el Sexto y Séptimo Sello cuando Él llama esta gente, los cuales fueron mencionados por Jesucristo en Mateo 24:31. Cuando la Trompeta suena, será la Trompeta de los dos testigos de la edad de gracia para los judíos”.
Ahora vean cómo esta Trompeta Final, esta Gran Voz de Trompeta con la cual son llamados y juntados los escogidos de Dios…; primeramente los escogidos de entre los gentiles, la Iglesia de Jesucristo, y después los escogidos del pueblo hebreo.
Ahora vean, estos escogidos son llamados (¿con qué?) con la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, y:
“Cuando la Trompeta suena, será la Trompeta de los dos testigos de la edad de gracia para los judíos. Suena una Trompeta (es la Trompeta de los Dos Testigos, o sea, de Moisés y Elías)… Ahora veámoslo más claro acá en Mateo 24:31: ‘Y enviará sus ángeles (no es solamente uno, sino dos) con gran voz de trompeta’. ¿Qué es? Cuando Dios habla, se oye el sonido de trompeta. Siempre ha sido así la Voz de Dios, llamando a la batalla. Dios está hablando. Estos dos ángeles vienen con el sonido de la Trompeta. Y noten bien: Pero en los días de la voz del séptimo ángel, suena la Trompeta. En los días de la voz del primer ángel, sonó la trompeta. En los días de la voz del segundo ángel, sonó una trompeta, y así fue cuando Él mandó a cada uno.
113. Pero cuando fueron anunciados los Sellos, estaban todos juntos en una gran escena Divina para llamar un grupo de gente, y hubo el sonido de una sola Trompeta; y fueron abiertos siete Sellos. Él está reuniendo Sus judíos escogidos de los cuatro ángulos de la Tierra.
114. Como hemos visto, Él habló de los seis Sellos, pero no dijo nada del Séptimo Sello”.
Ahora, vean ustedes cómo Dios cuando habla en la Tierra —y siempre lo hace por medio de un mensajero—, la Voz de Dios es tipificada en el sonido de una trompeta: una Trompeta está sonando; y eso es: Dios está hablando por medio de un mensajero.
Y ahora, para el llamado de los escogidos de Dios de entre los gentiles primeramente, para la Iglesia de Jesucristo, Él llama a Sus escogidos con Gran Voz de Trompeta es por medio de los ministerios de los Ángeles del Hijo del Hombre; y luego Él llamará a los escogidos del pueblo hebreo con el mismo Mensaje de la Gran Voz de Trompeta por medio de los ministerios de los Ángeles del Hijo del Hombre.
Y así es como la Séptima Trompeta, la Trompeta Final, suena, y llama y junta a todos los escogidos de Dios, y nos prepara para ser transformados en este tiempo final, nosotros los que vivimos; y luego llama al pueblo hebreo, llama a 144.000 hebreos con esa misma Trompeta, los reúne y los sella con el Sello del Dios vivo; y así se completan los escogidos de entre los gentiles primeramente y después los escogidos del pueblo hebreo.
Ahora miren, cuando el reverendo William Branham nos habló de esta Trompeta Final, dice en la página 47 del libro de Citas, verso 402, dice:
402 – “Y nosotros que vivimos y hayamos quedado hasta la venida del Señor (Vean, ¿para quién es esto? Para los que viven y hayan quedado hasta la Venida del Señor), no evitaremos o impediremos a los que duermen. Esos preciosos que sellaron su testimonio con su sangre. ‘No impediremos o estorbaremos a los que duermen, porque sonará la trompeta’. Algo acontecerá, ese algo evangélico sonará…”.
“… ese algo evangélico sonará…”. Esa Trompeta Final o Séptima Trompeta es algo evangélico: es la predicación del Evangelio del Reino.
“… ese algo evangélico sonará, el anuncio de Su venida”.
La Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta o Séptima Trompeta, que suena en Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante, vean ustedes, es la predicación del Evangelio del Reino (que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo) proclamando, anunciando el misterio de la Segunda Venida de Cristo; anunciándole ese misterio a la Iglesia de Jesucristo, abriéndole ese misterio, e identificando lo que es en realidad la Segunda Venida de Cristo. Y con la predicación de ese misterio, del misterio de la Segunda Venida de Cristo, del misterio del Séptimo Sello, son llamados y juntados todos los escogidos de Dios, y preparados para ser transformados en este tiempo final.
“‘Y los muertos en Cristo resucitarán primero. Y nosotros los que vivimos y permanezcamos seremos transformados’. Parados allí, y sentir un cambio; el pelo canoso se irá, las arrugas cesarán, cambiados en un momento, en un abrir de ojos. Y encontraremos a nuestros amados primero”.
Ahora vean cómo será este gran evento de nuestra transformación y de la resurrección de los muertos en Cristo.
También vimos en la página 1591 que los platillos voladores o carros de fuego tendrán que ver con esa transformación nuestra y con la resurrección de los muertos en Cristo. Ahora, podemos ver que las huestes celestiales estarán obrando en este tiempo final, para todo este Programa Divino que se estará llevando a cabo en este Día Postrero en el cual nosotros estamos viviendo.
Ahora, veamos un poquito más acerca de este misterio. Recuerden que el reverendo William Branham nos dice, en la página 128 del libro de Citas, verso 1143:
1143 – “Debajo de la Séptima Trompeta es para Israel lo mismo que el Séptimo Sello fue para la Iglesia”.
El Séptimo Sello para la Iglesia es la Segunda Venida de Cristo, y la Séptima Trompeta para Israel es la Segunda Venida de Cristo; y bajo la Séptima Trompeta están Moisés y Elías.
Y ahora, veamos en la página 129, verso 1150; dice:
1150 – “Ahora, tan pronto como esta Iglesia (…); el misterio del Séptimo Sello es conocido (o sea, el misterio de la Segunda Venida de Cristo: tan pronto como el misterio del Séptimo Sello es conocido, o sea, tan pronto como la Segunda Venida de Cristo es conocida). Y los judíos son llamados por el misterio de la Séptima Trompeta, que son dos profetas, Elías y Moisés…”.
Ahora, vean ustedes este misterio tan grande; pero es tan sencillo todo que hasta los niños lo pueden comprender al ser abierto a todos los hijos e hijas de Dios.
Encontramos que este misterio de la Séptima Trompeta… Vean, dice aquí:
1152 – “Él dijo que ‘la Gran Trompeta tocaría (o sea, sonaría)’. ¡La Gran Trompeta! No Trompetas ahora, Fiesta de las Trompetas; hay dos de ellos, Moisés y Elías, para llamar las Trompetas. Sino que debajo de ‘la Gran Trompeta’, la Venida del Señor (¿La Gran Trompeta es qué? La Venida del Señor), para anunciar a José volviendo (o sea, para anunciar la Segunda Venida de Cristo; porque José volviendo, eso es la Segunda Venida de Cristo, Cristo regresando, tipificado en José, el hijo de Jacob allá en Egipto), ¿ven? Todas las naciones se reunirán en Jerusalén (…); eso se encuentra en Isaías 18:1-3. E Isaías 27:12-13, es donde Él toca esa ‘Trompeta’, y todas las naciones reconocerán que Israel está en su patria, Dios con ella. Entonces la Novia vendrá para estar con el Novio, el Novio con la Novia; y entonces el gran Milenio, después que el mundo entero sea destruido por poder atómico. Y habrá ‘nuevos cielos y un nuevo mundo’, vivirán para siempre”.
Ahora podemos ver la bendición tan grande que Dios tiene para todos nosotros.
También en la página 130, verso 1164, nos dice:
1164 – “Recuerden que ‘los que están vivos y queden, no impedirán a los que están durmiendo; porque la Trompeta de Dios, esa última Trompeta…’. La sexta acaba de tocar. Y esa última Trompeta, como el último Sello, será la Venida del Señor. ‘Tocará (o sea, sonará), y los muertos en Cristo se levantarán primero’”.
También en la página 149 nos habla algo de esta Trompeta; dice, verso 1333:
1333 – “Recuerden que ‘los que viven y quedan, no impedirán a los que duermen; porque la Trompeta de Dios, esa última Trompeta…’. La sexta acaba de sonar. Y esa última Trompeta, con el último Sello, será la Venida del Señor. ‘Tocará, y los muertos en Cristo se levantarán primeramente’. Sólo descansando hasta ese tiempo”.
Ahora podemos ver cómo esa Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta o Séptima Trompeta, que es la Trompeta o Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino siendo predicado y revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo, para este tiempo final estaría sonando; y estarían siendo llamados y juntados todos los escogidos de Dios: siendo llamados y juntados por el misterio (¿de quién?) del Séptimo Sello para la Iglesia gentil, y para el pueblo hebreo por el misterio de la Séptima Trompeta, que es la Venida del Señor.
La Séptima Trompeta para los hebreos y el Séptimo Sello para los gentiles es lo mismo: es la Venida del Señor. Sonará, tocará, y los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seremos transformados.
Es bajo el tiempo de la Séptima Trompeta, de esa Trompeta Final —que corresponde al Séptimo Sello para la Iglesia gentil—, que vendrá la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos, cuando Cristo haya llamado y juntado los escogidos del Día Postrero en Su Iglesia, en Su Cuerpo Místico de creyentes. Cuando se complete el número de los escogidos de Dios en la Iglesia de Jesucristo, luego los muertos en Cristo resucitarán y nosotros los que vivimos seremos transformados.
Ahora, el séptimo ángel que toca esa Trompeta Final es un ángel dispensacional, es un mensajero dispensacional. Los siete ángeles mensajeros tipificaron, representaron, al ángel mensajero dispensacional que en el Día Postrero estará en la Tierra; porque los mensajeros de edades representan a un mensajero dispensacional que ha de venir.
Siempre en un mensajero… Un mensajero dispensacional está tipificado, representado, en otros mensajeros anteriores a él, de edades y aun también de dispensaciones pasadas.
Y el séptimo mensajero dispensacional, que suena la Trompeta Final, esa Gran Voz de Trompeta, que revela el misterio de la Segunda Venida de Cristo, el misterio del Séptimo Sello, que predica, que proclama el Mensaje del Evangelio del Reino, es el Ángel del Señor Jesucristo; y ese es un profeta dispensacional, el cual ya fue reflejado en los mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil.
Por eso encontramos que muchas cosas que estará haciendo este profeta dispensacional, séptimo mensajero dispensacional para la séptima dispensación, con el séptimo Mensaje dispensacional, con el Mensaje del Evangelio del Reino, vean ustedes, ya fue reflejado en los diferentes mensajeros de las diferentes edades; y aparentemente algunos mensajeros como que cumplieron eso que él va a hacer; pero no: solamente lo reflejaron.
Por ejemplo, el reverendo William Branham, cuando nos habla acerca de los Siete Sellos y va abriendo, dando a conocer, estos misterios de los Sellos, aparentemente él recibe el Libro, y aparentemente él es el que abre los Sellos y trae la revelación de todos los Siete Sellos para el pueblo; pero está Dios dándonos una vista anticipada de lo que será cuando se complete el número de los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico de Cristo, y luego Cristo termine Su Obra de Intercesión en el Cielo, y salga y tome el Libro de la Vida del Cordero, el Libro de los Siete Sellos (lo tome de la diestra del que está sentado en el Trono, en Apocalipsis, capítulo 5), y lo abra, y luego venga con él a la Tierra y lo entregue a un hombre.
Y entonces, ese hombre, al recibir ese Título de Propiedad, ese Título de Propiedad que nadie en el Cielo ni en la Tierra ni debajo de la Tierra era digno de tomar y abrir, ni siquiera de mirarlo… Ahora vean, Cristo lo toma en el Cielo y luego lo abre, y luego lo trae a la Tierra y se lo entrega a un hombre, y le dice que se lo coma.
Miren cuál es el propósito de Cristo tomando ese Libro y abriendo esos Sellos: para traerlo a la Tierra y dárselo a un hombre que se lo coma. Y al tomar ese Libro y comérselo, le será dulce en la boca, pero en el vientre le será amargo; y tiene el ministerio de profecía, el ministerio profético para profetizar sobre todo pueblo, lengua, nación y gente.
En Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 al 11, y luego en Apocalipsis, capítulo 11, ahí tenemos el ministerio del que se comió el Libro; y ese ministerio será el ministerio de un hijo de Dios adoptado. Al recibir el Libro, el Título de Propiedad, y comérselo, muestra que es un hijo de Dios que ha sido adoptado. Y es restaurado el Título de Propiedad nuevamente a la raza humana: a la Iglesia de Jesucristo, al ser dado a un hombre, a un redimido por la Sangre de Cristo.
Y luego, el ministerio profético de ese Ángel Mensajero adoptado será tan grande que grandes bendiciones vendrán sobre la Iglesia de Jesucristo y sobre el pueblo hebreo, y serán vistas cosas que nunca antes fueron vistas manifestadas en la Iglesia de Jesucristo; o sea que la manifestación de Cristo en Su Iglesia será en toda Su plenitud.
Y será tan grande lo que Dios hará en medio de Su Iglesia que el pueblo hebreo verá lo que Dios estará haciendo por medio de ese hijo adoptado, que dirá: “Este es al que nosotros estamos esperando”. Pero él será un redimido por la Sangre de Cristo, un escogido de Dios redimido por Cristo, en el cual Cristo estará manifestado en toda Su plenitud. Ellos verán a Cristo manifestado en toda Su plenitud en Su Ángel Mensajero.
Y ese es el profeta de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular, el Ángel Mensajero que viene con la Séptima Trompeta, con esa Trompeta sonando, esa Trompeta del Evangelio del Reino; y Dios vindicándolo, confirmándolo, y Dios obrando las cosas que Él ha prometido hacer en este tiempo final.
Ahora hemos visto quién es el séptimo ángel que toca la Trompeta Final: es el Ángel del Señor Jesucristo; y la Trompeta Final es la Trompeta del Evangelio del Reino siendo predicado, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo. Y la Séptima Trompeta, como el Séptimo Sello, es la Venida del Señor. Sonará, y los muertos en Cristo serán resucitados incorruptibles, y nosotros los que vivimos seremos transformados.
Hemos visto este gran misterio del séptimo ángel: ese es el Ángel del Señor Jesucristo, un séptimo mensajero dispensacional para la séptima dispensación, con la Trompeta Final, el Mensaje Final de Dios, el Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
Esa es la Trompeta Final: la Gran Voz de Trompeta, la Trompeta de Dios, la Trompeta del Año del Jubileo actualizada, sonando y proclamando libertad en toda la Tierra; y proclamando que hemos llegado al tiempo en que los muertos en Cristo van a resucitar y nosotros los que vivimos vamos a ser transformados, y vamos a regresar todos a nuestra herencia; porque somos herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús, Señor nuestro2.
Y vamos a regresar a nuestra Familia, la Familia celestial, y nos están esperando: nuestra Familia celestial y nuestro Padre celestial nos está esperando con una gran cena: la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.
Regresaremos a nuestra Familia y a nuestra herencia, conforme a lo que ha sido reflejado en el año del jubileo, en Levítico, capítulo 25, verso 8 al 13; en donde se sonaba la trompeta del año del jubileo el día 10 el mes séptimo, y se proclamaba libertad en toda la Tierra; y todas las propiedades que habían sido dadas o vendidas o tomadas por alguna deuda, regresaban a su dueño original; y los esclavos quedaban libres y regresaban a su familia.
Eso es lo que Dios estará haciendo en este tiempo final: regresaremos libres a nuestra Familia celestial, con un cuerpo eterno y glorificado, igual al cuerpo de Jesucristo nuestro Salvador; y regresaremos a nuestra herencia: A todo lo que perdió Adán y Eva en la caída, regresaremos nosotros, y con un cuerpo eterno, y con todo el poder divino restaurado en y a nosotros; y seremos iguales a nuestro amado Señor Jesucristo.
Y así estará restaurada la descendencia del segundo Adán, estará restaurada a la vida eterna, de la cual el primer Adán cayó, y por consiguiente toda la descendencia del primer Adán cayó. Pero ahora, por medio del segundo Adán somos restaurados a la herencia de nuestro Padre celestial, a la herencia que Él nos dio: a la vida eterna con un cuerpo eterno y con todo el poder y autoridad en nosotros manifestado, para vivir con Cristo por toda la eternidad como reyes y sacerdotes sobre este planeta Tierra, en el glorioso Reino Milenial y por toda la eternidad.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta tarde dándoles testimonio de EL SÉPTIMO ÁNGEL TOCANDO LA TROMPETA FINAL.
Con el séptimo ángel tocando la Trompeta Final son llamados y juntados todos los escogidos de Dios en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en la América Latina y el Caribe; y son preparados para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.
Hay también muchos escogidos de Dios que han viajado a otras naciones y a otros continentes, pero hasta allá también les llega el Mensaje.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto Él nos transforme y nos lleve con Él a la Cena de las Bodas del Cordero, al Cielo, a la Casa de nuestro Padre celestial; y estemos con Él en esa gran fiesta celestial, donde Él repartirá los galardones a todos Sus hijos, por todas las labores que hayan realizado en Su Reino, en Su Obra, en Su Iglesia, cada uno en la edad que le tocó vivir. Que pronto se complete el número de los escogidos de Dios y pronto todos seamos transformados, y los muertos en Cristo resucitados, y todos llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Y ahora, hemos visto que el séptimo ángel, que suena la Séptima Trompeta, la Trompeta Final…, lo cual se reflejó en los ángeles mensajeros de las diferentes edades; y se reflejó más en el séptimo ángel mensajero de la séptima edad, porque siendo el séptimo, entonces refleja más…, el séptimo mensajero de la séptima edad refleja más al séptimo mensajero dispensacional.
Es como el profeta Isaías, que estuvo hablando en el capítulo 53; y luego, cuando el eunuco va leyendo ese pasaje, y se le acerca Felipe y le dice: “¿Entiendes lo que lees?”, y el eunuco le dice: “¿Y cómo voy a entender, si no hay quién me explique?”. Y le dice: “Sube al carro”, lo invitó a subir; y entonces le dice el eunuco: “Esto que dice el profeta Isaías aquí (era lo que estaba leyendo el eunuco), esto que dice aquí el profeta Isaías, ¿lo está diciendo de sí mismo o lo está diciendo de otra persona?”. Y entonces comienza Felipe a explicarle que está hablando de otra persona: del Mesías3; ¡pero parecía que estaba hablando de sí mismo!
Y así ha sucedido con los mensajeros de las diferentes edades: han hablado cosas que parece que están hablando de sí mismos, y sin embargo están hablando de otro que vendrá más adelante: Están hablando del séptimo mensajero dispensacional, que vendrá después de las siete edades de la Iglesia gentil; el cual vendrá con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino revelando el misterio del Séptimo Sello, revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo, y revelando todo el Programa Divino correspondiente a este tiempo final en la Iglesia del Señor Jesucristo; y también predicando para el pueblo hebreo con ese Mensaje del Evangelio del Reino, y llamando y juntando a 144.000 hebreos; pero primero llama y junta los escogidos de entre los gentiles.
Así que vean ustedes este misterio del séptimo mensajero, del séptimo ángel con la Séptima Trompeta, sonando esa Séptima Trompeta. ¿Vieron lo sencillo que es? Y todo eso lo reflejó ya Dios en los mensajeros de las edades pasadas, y también de las dispensaciones pasadas.
Ahora, hemos visto que ese Ángel con la Séptima Trompeta es el Ángel del Señor Jesucristo, con el ministerio de Moisés y Elías y Jesús para el Día Postrero.
Y escuchando la Voz de Cristo por medio de Su Ángel, estamos siguiendo a Jesucristo nuestro Salvador, al Rey de reyes y Señor de señores.
“Sigo, sigo a Jesucristo”. Así como en cada edad los escogidos siguieron a Jesucristo al escuchar la Voz de Cristo por medio del ángel mensajero que Él envió. Y para el tiempo final, escuchando la Voz de Cristo por medio del Ángel Mensajero que Él envía a Su Iglesia en el Día Postrero, seguimos a Jesucristo todos los días de nuestra vida.
“EL SÉPTIMO ÁNGEL TOCANDO LA FINAL TROMPETA”.
[Revisión octubre 2020]
1 Citas, pág. 159, párr. 1418
2 Romanos 8:17
3 Hechos 8:26-35