Cosechando en el tiempo apropiado

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta noche, aquí en Cartagena, Colombia, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Para lo cual quiero leer en Proverbios, capítulo 10, verso 5, donde dice:

“El que recoge en el verano es hombre entendido;

El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza”.

Y leemos en San Juan, capítulo 4, verso 34 en adelante; dice:

“Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.

¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.

Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega.

Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.

Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema para esta ocasión es: “COSECHANDO EN EL TIEMPO APROPIADO”.

Cristo habló acerca de la siembra, del crecimiento del fruto, y también de la planta y luego del fruto; y de la cosecha, en donde es recogido todo el fruto.

Y ahora, esto nos lleva a las palabras de Jesús, de San Mateo 24, versos 30 al 31, donde Él mismo nos dice de la siguiente manera (y vamos a leer esa Escritura): dice, capítulo 24, verso 30 al 31:

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.

Ahora vean cómo Dios nos habla por medio de Jesús lo que ha de acontecer en este tiempo final.

Esto va de acuerdo también a Eclesiastés, donde nos habla en el capítulo 11 y versos 1 en adelante; vamos a ver lo que nos dice allí, dice:

“Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás.

Reparte a siete, y aun a ocho; porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra.

Si las nubes fueren llenas de agua, sobre la tierra la derramarán; y si el árbol cayere al sur, o al norte, en el lugar que el árbol cayere, allí quedará.

El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará (o sea, no cosechará)”.

Aquí nos habla también de la siembra, del crecimiento del fruto, y de la Cosecha para el Día Postrero: “Reparte a siete (esas son las siete edades o etapas de la Iglesia entre los gentiles), y aun a ocho (esa es la Edad de la Piedra Angular)…”.

Vean que se reparte el pan; y el Pan es la Palabra de Dios, el Mensaje de Dios, para cada edad; porque “no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”, dice Deuteronomio, capítulo 8, verso 1 al 8, y también San Mateo, capítulo 4, verso 4, donde Jesús usó esas palabras.

Y ahora, la Palabra ha estado siendo sembrada de edad en edad, para, en el Día Postrero —luego de repartir a ocho—, llevarse a cabo la Cosecha, o sea, el recogimiento de todos los escogidos de Dios; para lo cual dice Jesús:

“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos”.

Estos Ángeles son los Dos Olivos de Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante, y Zacarías, capítulo 4, versos 1 al 14; y por medio de estos ministerios, Cristo llevará a cabo esa Obra de Cosecha.

Por eso es que para el Día Postrero encontramos Apocalipsis, capítulo 14, verso 14 al 20, de Apocalipsis, donde nos habla de una cosecha; y nos dice de la siguiente manera: Leemos Apocalipsis, capítulo 14, verso 14 en adelante, donde dice:

“Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.

Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura.

Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.

Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda.

Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras.

Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios.

Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios”.

Ahora vean cómo aquí tenemos a los Ángeles que llevan a cabo la Cosecha; es Cristo, el Ángel del Pacto, manifestado en el Día Postrero operando los ministerios de Moisés y de Elías y de Jesús.

Ahora, podemos ver que este es un misterio del Reino de Dios para ser revelado en este Día Postrero. Por eso es que ustedes encuentran en Apocalipsis, capítulo 19, versos 14 en adelante, dice:

“Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.

De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.

Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores”.

Aquí tenemos a Cristo, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. Ese es Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, viniendo en el Día Postrero a Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular para cosechar el fruto, el trigo; y luego se encargará también de la cizaña. Por eso aparece en Apocalipsis 19 y aparece en Apocalipsis, capítulo 14, verso 14 al 20.

Y por cuanto este Jinete es Cristo, el Ángel del Pacto, viniendo en el Día Postrero a Su Iglesia; siendo Cristo, el Ángel del Pacto, el Séptimo Sello; ese es el Ángel que era diferente a los demás, que apareció en aquella nube, en la cual estaban los siete ángeles mensajeros de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, y también estaba un Ángel que era diferente a los demás, dice el reverendo William Branham1. Él estuvo allí también, por cuanto él es el ángel mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil.

Esta fue la nube formada por ángeles, que apareció en febrero 28 de 1963; y son los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil y otro Ángel que era diferente a los demás, el cual tiene el Séptimo Sello, o sea, tiene la Segunda Venida de Cristo.

Es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual aparece allí, para venir en el Día Postrero manifestado; ese es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, y ese es el Ángel Fuerte de Apocalipsis, capítulo 10.

Él es el Mensajero a Israel, pero Él se manifestará en medio de Su Iglesia en este Día Postrero, y se revelará: se velará y se revelará por medio de un hombre, que es el Ángel del Señor Jesucristo, del cual Cristo dice en Apocalipsis 22, verso 16:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.

Es por medio de Su Ángel Mensajero que Cristo, el Ángel del Pacto, se manifiesta en el Día Postrero. Él siempre ha usado un ser humano, Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová. Ese es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.

Por eso en Malaquías, capítulo 3, cuando habló de la Primera Venida del Mesías, dijo que sería el Ángel del Pacto, el Señor, al cual el pueblo hebreo buscaba. ¿Y vendría a dónde? A Su Templo.

Y ahora, encontramos que el pueblo hebreo como nación ha sido el Templo de Dios, y también tuvo un templo físico allá en medio del pueblo hebreo. Pero ahora, vean ustedes, Cristo en Su Primera Venida vino a Israel, y estuvo predicando también en el templo terrenal. Y ahora, para el Día Postrero, la Segunda Venida de Cristo es para un Templo espiritual.

El pueblo hebreo ya no tiene templo; y ahora ¿quién tiene templo? Jesucristo tiene un Templo, llamado el Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo, el cual es completado en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular, que es el Día Octavo o Año Octavo de los años de reposo; pues cada 7 años, el año séptimo era año sabático, año de descanso para toda la tierra2; y después de transcurridos esos 49 años, donde hubo 7 años festivos, viene el año 50, que es el año festivo número 8, el año de pentecostés; el cual fue representado también en el día 50, el Día de Pentecostés, donde recibieron las primicias del Espíritu.

Y ahora, para el Día Postrero, los que estarán en el Año 50, que es el Año Octavo de las diferentes etapas de la Iglesia de Jesucristo, recibirán el cuerpo nuevo, serán libertados; porque en ese año se proclamaba libertad en toda la tierra de Israel, y los siervos, los esclavos regresaban a su familia y a su heredad, y así se efectuaba una restauración en medio del pueblo hebreo.

Y ahora, la restauración para la Iglesia del Señor Jesucristo vean dónde está: en el Año del Jubileo, que es el Año Octavo, festivo; y ahí es donde Cristo estará en este tiempo final manifestado por medio de Su Ángel Mensajero, operando los ministerios de Sus Ángeles: los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús, para llevar a cabo la Cosecha y ser colocados todos en la Edad de la Piedra Angular (que es el Año del Jubileo), y así ser redimidos físicamente; eso es nuestra transformación, la redención del cuerpo físico, como dice Romanos, capítulo 8, verso 14 en adelante.

Y ahora, podemos ver que esa es la redención para todos los hijos e hijas de Dios; ese es el Día de Redención: el Año del Jubileo, el Año 50, que estará actualizado en la Edad de la Piedra Angular, en la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahí Él tendrá el instrumento a través del cual Cristo estará manifestado en este tiempo final; y le dará Su Palabra, Su Palabra revelada; y esa es la Espada que sale de la boca del mensajero, porque cada mensajero es la boca de Dios.

Y el mensajero del Día Postrero es la boca de Dios, de donde estará saliendo la Espada de dos filos, o sea, la Palabra de Dios correspondiente a este tiempo final; y Sus ojos como llama de fuego, lo cual representa los ministerios de los Ángeles del Hijo del Hombre, los ministerios de Moisés y Elías. Por medio de esos ministerios es que Cristo llama y junta a todos Sus escogidos en la Gran Cosecha o recogimiento en este tiempo final; los escogidos de entre los gentiles primeramente y después los escogidos del pueblo hebreo.

Ahora podemos ver dónde nos encontramos en el Programa Divino, para así estar COSECHANDO EN EL TIEMPO APROPIADO.

El tiempo apropiado para la Cosecha es la Edad de la Piedra Angular, y el ministerio es el ministerio de los Ángeles del Hijo del Hombre: los ministerios de Moisés y Elías; ministerios que estará manifestando Cristo, el Ángel del Pacto, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, los estará manifestando por medio de Su Ángel Mensajero en este tiempo final; porque la manifestación de Cristo para el Día Postrero, para el Año del Jubileo actualizado, es, ese ministerio es en Su Ángel Mensajero, donde estarán los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús.

Ahora podemos ver que este misterio correspondiente al Día Postrero, para la Cosecha en tiempo apropiado, corresponde a la Edad de la Piedra Angular (que es el Año del Jubileo actualizado), corresponde a la Iglesia de Jesucristo en esa etapa, en esa edad; y por cuanto cada edad de la Iglesia de Jesucristo se cumplió en diferentes territorios, la Edad de la Piedra Angular se cumple en un nuevo territorio: en el occidente, que es la América Latina y el Caribe; ahí es donde Cristo lleva a cabo Su Obra correspondiente a este tiempo final.

Ahora podemos ver que todo esto es un misterio escondido en la mente de Dios bajo el Séptimo Sello, que cubre todas las cosas correspondientes a este tiempo final.

Y ahora, podemos ver que para este tiempo final en el Programa Divino estará sucediendo lo más grande del Programa de Dios; pero será en forma tan sencilla que si no vigilamos nos pasará por encima, dijo el reverendo William Branham3.

“COSECHANDO EN EL TIEMPO APROPIADO”. Hemos visto que se requiere cosechar en el tiempo apropiado.

Y ahora, así como Jesús habló de la Cosecha en aquel tiempo, y dijo que los campos estaban blancos para la siega, y envió a Sus discípulos a cosechar… Vean ustedes, fueron enviados a cosechar todo el fruto, cosechar el fruto que estaba en la Dispensación de la Ley, y colocarlos (¿dónde?) en la Dispensación de la Gracia.

Y para este tiempo final, Cristo envía a Su Ángel Mensajero para llevar a cabo la Gran Cosecha del Día Postrero, en donde manifestará los ministerios de Sus Ángeles, los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías; y realizará la Gran Cosecha. El cristianismo es quien tiene todo el fruto que será cosechado y colocado en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Y ahora, hemos sido enviados a cosechar, para colocar en una nueva edad y en una nueva dispensación todo el fruto recogido; para recoger todo el fruto correspondiente a este tiempo, al tiempo de la Cosecha.

Hemos visto cómo es la Cosecha para este tiempo final.

Y ahora vean lo que dijo el reverendo William Branham en la página 142 y verso 1274 del libro de Citas:

1274 – “Ahora, cuando Jesús vino al mundo, Él vino en el nombre de tres hijos: Hijo del Hombre (el cual es un profeta), Hijo de Dios e Hijo de David. Ahora, Él vivió aquí en el mundo. Él nunca dijo que Él era el Hijo de Dios. Él dijo: ‘Yo soy el Hijo del Hombre’. Jehová Mismo llamó a Ezequiel en los profetas ‘hijo del hombre’. Porque Él tuvo que venir para cumplir Escritura como un profeta. Moisés dijo: ‘El Señor tu Dios levantará un profeta semejante a mí’. Esa es la razón que […] el Hijo del Hombre. ‘La Palabra vino al profeta’, que Él fue la Palabra en Su plenitud. Hijo del Hombre, el profeta mayor… No el profeta mayor, sino el Profeta de Dios. ‘La plenitud de la Deidad corporalmente estaba en Él’. Por eso Él fue llamado el Hijo del Hombre. Ahora, por dos mil años Él nos ha sido conocido como Hijo de Dios, Espíritu. Y en el Milenio, Él será Hijo de David, sobre el Trono”.

Y ahora veamos algo más en estos pasajes de las citas del reverendo William Branham, que fueron colocadas en este libro de Citas, que contiene extractos de diferentes mensajes.

En este tiempo final, el gran misterio de Cristo, del Hijo del Hombre, es la manifestación de Cristo, el Ángel del Pacto, en Su Ángel Mensajero, para llamar y juntar a todos los escogidos de Dios.

En la página 141 dice, verso 1260:

1260 – “Noten, en el verso 41 [capítulo 13 de Mateo] los dos también muy cerca, cerca en los postreros días hasta que Él no lo hizo… Él no podía depender de alguna cierta iglesia para separarlos, digan, la metodista o la bautista o los pentecostales, para separarlos (o sea, para separar el trigo y la cizaña). Él dijo que envía Él Sus Ángeles para separarlos. Un ángel viene para traer la separación, la segregación entre lo cierto y lo erróneo. Y nadie puede hacer eso sino el Ángel del Señor. Él es el que va a decir cuál es cierto y cuál es erróneo. Dios dijo que Él enviará Sus Ángeles en el último día. No ángeles bajo aquí, sino ángeles en el último tiempo (o sea, no ángeles en las siete edades de la Iglesia, sino los Ángeles del Día Postrero, de la Edad de la Piedra Angular), y reuniría. Sabemos que esto es el tiempo venidero de cosecha ahora. Ahora, un ángel es en realidad interpretado un ‘mensajero’. Y vemos que hay siete ángeles de las siete iglesias, y no ahora a través de las siete edades de la Iglesia”.

Ahora, el recogimiento no será a través de las siete edades, sino que será en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular; donde enviará Sus Ángeles el Ángel del Pacto, operando los ministerios de Moisés y Elías, porque Él es el que tiene ministerios.

Por eso es que Dios habló por medio de los profetas; era el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, hablando por medio de los profetas. Y habló así en el Antiguo Testamento, y luego habló en toda Su plenitud a través de Jesús; y luego habló por medio de Sus apóstoles, y luego habló por medio de Sus siete ángeles mensajeros. Y en este Día Postrero estará hablando por medio de Su Ángel Mensajero, el Ángel de Jesucristo, todas estas cosas que deben suceder pronto; y con ese Mensaje, que gira alrededor de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles: gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, llamará y juntará todos los escogidos de Dios.

Ahora podemos ver este misterio del tiempo apropiado para la Cosecha, y podemos ver cómo es que Cristo profetizó que sería llevada a cabo la Cosecha en el Día Postrero, que es el séptimo milenio; en la Edad de la Piedra Angular, que es la edad que corresponde al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo; y es la edad que corresponde al Año 50, el cual es también el Año número ocho, el Año de Redención para la Iglesia de Jesucristo y para el pueblo hebreo.

“COSECHANDO EN EL TIEMPO APROPIADO”.

Y estando nosotros en la Edad de la Piedra Angular, estamos trabajando en el tiempo apropiado, llevando a cabo la Obra de este recogimiento del Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular. Y así la bendición de Cristo, el Ángel del Pacto, ha estado, está y estará con nosotros en ese tiempo apropiado, que es la Edad de la Piedra Angular, y es el Año 50 del Jubileo actualizado en la Iglesia del Señor Jesucristo para ser restaurados a la vida eterna.

“COSECHANDO EN EL TIEMPO APROPIADO”.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de esta Gran Cosecha prometida para el Día Postrero y cómo cosechar en este tiempo final.

Tenemos que estar COSECHANDO EN EL TIEMPO APROPIADO, que es la Edad de la Piedra Angular, en la Dispensación del Reino, que es el Lugar Santísimo del Templo espiritual de nuestro amado Señor Jesucristo. Vean que se lleva a cabo la Cosecha ¿dónde? En la Iglesia del Señor Jesucristo.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto se complete el número de los escogidos de Dios; y pronto todos los muertos en Cristo sean resucitados en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seamos transformados, y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Muchas gracias por vuestra amable atención, amados amigos y hermanos presentes, y ministros presentes de diferentes lugares de la República de Colombia y también de otras naciones.

Que Dios les bendiga a todos, y continúen pasando todos una noche llena de las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo.

Con nosotros nuevamente el reverendo Miguel Bermúdez Marín.

“COSECHANDO EN EL TIEMPO APROPIADO”.

[Revisión noviembre 2020]

1 Los Sellos, pág. 469, párr. 153

2 Levítico 25:4

3 [Los Sellos: “Dios en simplicidad”, pág. 52, párr. 204; “El Primer Sello”, pág. 122, párr. 99; “El Segundo Sello”, pág. 152, párr. 13; “El Tercer Sello”, pág. 197, párrs. 30-31; pág. 209, párr. 90; “El Cuarto Sello”, pág. 264, párr. 157; “Preguntas y respuestas”, pág. 412, párr. 161; “El Séptimo Sello”, pág. 449, párr. 54; pág. 472, párr. 165]

Scroll al inicio