Ensancha el sitio de tu cabaña y no seas escasa

Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo.

Para lo cual quiero leer en Isaías, capítulo 54, versos 1 al 5, donde dice:

“Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová.

Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.

Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas.

No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.

Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

El tema para esta ocasión es: “ENSANCHA EL SITIO DE TU TIENDA Y NO SEAS ESCASA”.

La tienda es la cabaña, pues el pueblo hebreo moró en cabañas por el desierto por cuarenta años; y también Abraham, Jacob, todos ellos habitaron en cabañas, los patriarcas también; por eso es que Dios usa este término aquí, para hablarle al pueblo hebreo.

Y también les estableció la fiesta de las cabañas, en donde una vez al año, en el mes séptimo, se lleva a cabo, y habitan en cabañas en memoria, en recuerdo, de los cuarenta años que habitaron en cabañas (o sea, en tiendas, casas de campaña)1; y en el campo profético, esa fiesta de las cabañas representa el Reino Milenial, en el cual todos nosotros hemos de estar.

Ahora, “ENSANCHA EL SITIO DE TU CABAÑA”. Cuando decimos a una persona que ensanche su casa, es que se le ha aumentado la familia y necesita tener más habitaciones para sus hijos.

Y ahora, Dios le va a dar muchos hijos a la que no tenía marido, o a la que tenía marido y era estéril, y ahora necesita extender el sitio de su cabaña. Como hacemos en las familias, que cuando les va a llegar un niñito, si no tienen suficiente lugar, ya el esposo comienza a agrandar su casa para el hijo que va a venir, para que así tenga un lugarcito.

Ahora, Dios dice: “ENSANCHA EL SITIO DE TU CABAÑA Y NO SEAS ESCASA”. Todo esto es un simbolismo para el pueblo hebreo, y también es aplicado a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Aplicado a la Iglesia del Señor Jesucristo, encontramos que la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado teniendo hijos y se ha estado extendiendo el sitio de su cabaña. O sea, el lugar, la Casa de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, se ha ido extendiendo de edad en edad.

Por ejemplo, comenzó con los apóstoles y luego se extendió a los gentiles; y luego siguió extendiéndose: se extendió a Europa, donde hubo cinco edades, y luego se extendió a Norteamérica; y vean ustedes, ha ido extendiéndose el sitio de morada de la Iglesia del Señor Jesucristo con Sus hijos.

Y en cada edad, el mensajero con los ministros que Dios ha colocado a su lado —que son maravillosos colaboradores de ese mensajero—, han trabajado con él, han llevado el Mensaje que Dios le ha dado; y al llevar el Mensaje han aparecido los hijos e hijas de Dios, que estaban en diferentes ciudades o en el campo, en barrios viviendo (en el campo o en las ciudades), y han venido a Cristo, lo han recibido como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, y han recibido el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, y han obtenido el nuevo nacimiento; y han nacido así en la Casa de Dios, en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, para este tiempo final, se extiende la Tienda, o sea, la Cabaña o Carpa (porque una cabaña, una tienda es una carpa); se extiende ¿hacia dónde?

Vean ustedes, comenzó en Israel; pasó, se extendió hacia Asia Menor, luego a Europa y después a Norteamérica (a Norteamérica en la séptima etapa de la Iglesia gentil). Y la Iglesia está siendo construida por Cristo en la forma de un monte; y ese Monte tiene la cúspide, que es la Edad de la Piedra Angular.

¿Y ahora hacia dónde se extenderá la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final? Se extiende la Iglesia de Jesucristo hacia la América Latina y el Caribe. Y ahí es hecho el llamado de la Gran Voz de Trompeta, correspondiente al Día Postrero; esa Gran Voz de Trompeta que Juan escuchó en el capítulo 1, verso 10 al 11, de Apocalipsis; y en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, donde la Voz de Cristo como una trompeta dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.

Y luego, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, son dadas a conocer estas cosas por medio del Ángel del Señor Jesucristo; porque en el Ángel del Señor Jesucristo es que Jesucristo en Espíritu Santo estaría, en el Día Postrero, dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. A Juan se las dio a conocer el Ángel del Señor Jesucristo en esta forma simbólica, pero todos esos símbolos tienen un significado.

Y para el Día Postrero, las cosas que han de suceder en este tiempo final, después que han transcurrido las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, serán dadas a conocer a la Iglesia de Jesucristo por medio del Ángel Mensajero de Jesucristo:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. Apocalipsis 22, verso 16.

Ahora, veamos Apocalipsis 22, verso 6, lo que nos dice:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.

¿A quién ha enviado? A Su Ángel Mensajero. ¿Para qué? Para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto.

Y con ese Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo, que viene de parte de Jesucristo dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, son llamados y juntados todos los hijos e hijas de Dios en este tiempo final; y así se lleva a cabo la Obra del Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular.

Y ahora, en este tiempo final ha pasado Cristo en Espíritu Santo de la séptima edad de la Iglesia gentil a la Edad de la Piedra Angular, y ha pasado de Norteamérica a la América Latina y el Caribe, para llevar a cabo la Obra de la Edad de la Piedra Angular, que corresponde a los latinoamericanos y caribeños.

Así como cada edad produjo hijos e hijas de Dios para Cristo, y se cumplió cada edad en el territorio correspondiente… En ese territorio en donde se cumplió cada edad, vinieron los hijos e hijas de Dios; y cada edad se extendió, se fue extendiendo, y cubrió muchos lugares.

Ahora, ¿cómo se sabía en cada edad si había más hijos e hijas de Dios? Llevando el Mensaje de la edad por todos los lugares se sabía si había hijos e hijas de Dios en esos lugares. No se podían quedar estancados porque tenían que llevar a cabo la Obra correspondiente a su edad.

Dios lleva a cabo Su Obra en cada edad; el Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo, es el que obra, y obra por medio de aquellos que se dejen usar. Si la persona no se deja usar, pues Dios no lo va a usar.

La persona tiene que estar rendido a Cristo, y caminar hacia adelante trabajando en Su Obra, para que así todos los hijos e hijas de Dios que hay en su territorio sean llamados y juntados en el Cuerpo Místico de Jesucristo.

Vean, en el libro de los Hechos nos habla… nos dice de la siguiente manera, en el capítulo 2, verso 47:

“… alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”.

Ahora vean, en la primera ocasión en que San Pedro predicó, vean lo que sucedió: en el verso 41 dice:

“Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas”.

Si Pedro no predica, pues no aparecen esas tres mil personas. Eso fue el Día de Pentecostés.

Luego, en el capítulo 4 del libro de los Hechos, verso 4, dice:

“Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil (o sea, que fue aumentando)”.

Miren, en poquito tiempo miren cómo fue creciendo la Iglesia del Señor Jesucristo.

Luego Dios envió a San Pablo a los gentiles, luego de convertido Saulo de Tarso, y vino a ser Pablo2.

Y ahora, en el capítulo 13, verso 48, vamos a ver lo que nos dice:

“Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.

Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia”.

Vean que van a creer todos aquellos que están ordenados para vida eterna.

Y ahora, en el capítulo 18, verso 9 en adelante… Verso 9 en adelante, dice, del capítulo 18 del libro de los Hechos:

“Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles;

porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.

Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios”.

Ahora vean cómo Dios tenía mucho pueblo en aquella ciudad. ¿Y dónde más Dios tiene mucho pueblo?

Pues Él en la primera edad tenía mucho pueblo en aquella ciudad y en todas las ciudades de Asia Menor, porque ese fue el territorio donde cayó la primera edad de la Iglesia gentil. Y ahora, vean ustedes, Dios tiene mucho pueblo en el territorio donde cae cada edad.

Y ahora, ¿dónde Dios tiene mucho pueblo, muchos escogidos? En la América Latina y el Caribe; y en todas las naciones latinoamericanas y caribeñas, y todas las ciudades, y todas las comunidades, Dios tiene mucho pueblo.

Por lo tanto, llevemos el Mensaje; y el que es de Dios, oirá la Voz de Dios3; y será añadido al Cuerpo Místico de Cristo en la etapa correspondiente a este tiempo, que es la etapa de la Edad de la Piedra Angular.

“ENSANCHA EL SITIO DE TU CABAÑA”.

Ahora miren hacia dónde Dios ha extendido el Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia de Jesucristo, esa Gran Cabaña, esa Gran Carpa.

Y ahora, nosotros como individuos extendemos el sitio de nuestra cabaña: nosotros como ministros y ustedes como parte del Cuerpo Místico de Cristo, llevando el Mensaje. Y hasta donde llegue usted con el Mensaje, hasta ahí usted ha extendido el sitio de su cabaña.

Y Dios tiene mucho pueblo aquí en Cartagena, y en toda la Costa, y en toda la República de Colombia. Y la única forma en que pueden llegar al Cuerpo Místico de Cristo y ser colocados en la Edad de la Piedra Angular es llevándole el Mensaje a toda la gente. Y luego Dios obrará con esa Palabra directamente allá en el alma de cada persona; y el que es de Dios, oirá la Voz de Dios; y será llamado y será colocado en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular.

Así que extiende, ENSANCHA EL SITIO DE TU CABAÑA (o sea, de tu tienda) Y NO SEAS ESCASA: no estés limitada, no trabajes con limitaciones, sino trabaja con abundancia, en abundancia. Es mejor trabajar de más que de menos. Siempre es mejor hacer más en la Obra de Cristo que hacer menos.

Miren, en la parábola de los talentos4, a una persona se le dieron cierta cantidad de talentos… (¿Cuánto fue, Miguel?) Cinco talentos a uno, a otro dos talentos y a otro un talento. Y el que recibió cinco talentos, trabajó y ganó cinco talentos más. El que recibió dos talentos, trabajó y ganó dos talentos más. Y el que recibió un talento, lo escondió y no trabajó con él; se dedicó a trabajar en sus propios negocios, pero no trabajó el talento que le fue dado.

Luego, cuando vino su señor a pedir cuenta, el que había recibido cinco talentos dijo: “Cinco talentos me entregaste; aquí tienes los cinco talentos y cinco más que he ganado”. (Luego vino el que recibió…). Vean, el que recibió cinco talentos recibió una bendición grande y la multiplicó. Luego el que recibió dos talentos vino y le dijo a su señor: “Dos talentos me diste y he aquí están, más dos talentos más que he ganado”.

Y luego vino el que recibió un talento, y vino y dijo a su señor: “Aquí está el talento que me entregaste. Lo guardé bien guardado. No lo usé en nada, porque tuve miedo, sabiendo que tú eras una persona de tal forma”. Y, al tener miedo, dijo: “Lo escondí; aquí está lo que es tuyo”. Su señor le dijo: “Mal siervo y negligente siervo. Tú sabías que yo era un hombre duro, y que siego donde no sembré. Te convenía haber dado mi talento a los banqueros, para que yo al venir lo recibiera con ganancias”.

Vean, el Señor no hace negocios para perder, sino para ganar; y en los negocios de nuestro Señor todo es ganancia para Cristo nuestro Salvador. Él está ganando almas. ¿Ven?, eso es ganancia para el Reino de Dios. Y Cristo no quiere que nosotros tengamos pérdidas, sino ganancias.

Al siervo negligente le dice que es negligente; y ordena que lo tomen, atado de pies y manos, y lo echen a las tinieblas de afuera5. Ahora vean ustedes cómo trata Dios a los siervos negligentes, que no trabajan con lo que Dios les ha dado para trabajar.

Luego, el talento que había sido dado a aquel siervo, dijo (Cristo): “Tomen el talento (ese talento), y denlo al que tiene cinco talentos”. Ya el que tenía cinco talentos, ya tenía (¿cuántos?) diez talentos; y ahora le fue dado uno más, y ya tenía once talentos.

Vean, al más que trabaja es al más que Dios le da para hacer. Al más que trabaja, al más que obra en el Reino de Dios, pues… Una bendición que Dios va a dar, vean, fue a dar esa bendición de ese talento, y dijo: “Se la dan al que tiene más”.

Y le dicen los otros siervos: “Pero, ¡ese es el más que tiene!”; o sea, humanamente, pensando, se debía dar al que tenía menos. Pero las cosas de Dios no son como nosotros pensamos. Vean, al que tiene más, Cristo dijo que le dieran ese talento; y Él dijo: “Porque al que tiene, le será dado más”. Y ahora, vean ustedes, ese recibió ese talento adicional.

Y no podemos ser negligentes nunca, porque lo que Dios nos ha dado, si no lo usamos, Él se lo dará a otra persona que le dé buen uso; y, lo que teníamos, después estará en las manos de otra persona.

Para los ministros, por ejemplo, si no trabajamos en todo el territorio donde Dios nos ha colocado, pues puede Dios darle a otro ministro la bendición de venir a nuestro territorio y trabajar; y todas esas gentes que Dios ponga en las manos de esa persona, el otro ministro puede decir: “Pero ¿por qué ha venido para acá este ministro?, ¡y ahora miren toda la gente que tiene!”. Porque el ministro de ese lugar pues no trabajó; y Dios no va a estar esperando que ese ministro, con toda su calma y pereza, le dé con ir a ese lugar.

Dios tiene mucho pueblo en toda la República de Colombia; por lo tanto, hay mucho trabajo en toda la República de Colombia y en todos los países latinoamericanos y caribeños. Y lo que deseamos es que Dios nos use como ministros, y los use a ustedes también como pueblo, en toda la labor del Cuerpo Místico de Cristo en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular.

Trabaje cada uno como individuo llevando el Mensaje. Hay folletos. Cada ministro tenga suficientes folletos para que su congregación los reparta a la gente, y haga cada persona su trabajo personal también; y también puedan dar actividades públicas y repartir literatura para todas las personas; porque Dios tiene mucho pueblo; y solamente haciendo que les llegue la Voz de Cristo, la Voz de Dios, correspondiente a este tiempo final, es que pueden ellos creer; porque la fe viene por el oír de la Palabra de Dios6.

Ahora, hemos llegado al tiempo más importante de todos los tiempos: hemos llegado al tiempo de la Edad de la Piedra Angular. Esa es la cúspide de la Iglesia del Señor Jesucristo, es la Edad de Oro de la Iglesia del Señor Jesucristo, es la edad en donde Cristo resucitará a los muertos creyentes de edades pasadas, y a nosotros los que vivimos nos transformará. ¿Y cuándo esto sucederá? Cuando se haya completado el número de los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.

Y por eso nosotros trabajamos en la Obra de Cristo llevando el Mensaje, para que se complete pronto el Cuerpo Místico de Cristo; para que entre hasta el último de los escogidos de Dios, y Cristo salga del Trono de Intercesión y reclame Su Iglesia: tome el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, y reclame a todos los que Él ha redimido con Su Sangre preciosa.

Hemos visto cuándo es que vamos a ser transformados: cuando se complete el número del Cuerpo Místico de Jesucristo. Y sabemos que es en el Día Postrero, que es el séptimo milenio, pero no sabemos el año; pero sabemos que si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, ya estamos en el séptimo milenio, que es el Día Postrero delante de Dios.

Si dejamos el calendario tal y como está (el que se usa entre la mayor parte de los pueblos gentiles, llamado el calendario cristiano), encontramos que para algunas naciones faltan unos 6 meses para terminar el segundo milenio y comenzar el tercer milenio de Cristo hacia acá. Para otros faltan más días, 1 año con 6 meses, porque otros ven desde otro punto de vista el calendario.

Unos piensan que se comenzó a contar el tiempo con el número 1, desde el nacimiento de Jesús, y ahí ya se puso el siglo 1 [año 1]. Y luego otros piensan que se comenzó en 0, y cuando se cumplió el tiempo completo ya comenzó el número 1. O sea, el año, más bien el año: que el año número 1 para unos comenzó cuando Jesús nació; para otros, cuando Jesús ya tenía 1 año de edad. Y por eso hay una diferencia de 1 año para algunas naciones y personas.

Por eso hay naciones que le darán la bienvenida al próximo milenio cuando termine en diciembre 31 el año 1999; y le estarán dando la bienvenida al próximo milenio. Otros no le estarán dando la bienvenida al próximo milenio en esa fecha, sino cuando termine el año 2000 y comience el año 2001, ahí le estarán dando la bienvenida al próximo milenio.

Pero miren, si se ponen a buscar los años de atraso que tiene el calendario, descubrirían que ya hace tiempo que comenzó el próximo milenio.

Ahora, lo otro es: si le aplicamos al calendario los años proféticos, si el calendario de Dios es el que vale (y vale más que los calendarios humanos), los años del calendario profético son de 360 días; y por eso en la profecía de Daniel y en la profecía de Apocalipsis, capítulo 11, encontramos que los tres años y medio de los cuales nos habla el Apocalipsis corresponden a 1260 días: esos son tres años y medio, que es la segunda parte de la semana número setenta. El ministerio de Jesús corresponde a la primera parte de la semana número setenta, o sea, tres años y medio.

Ahora vean cómo ha sido regido el Programa Divino en la Primera Venida de Cristo por ese calendario profético; y vean, aquí en Apocalipsis 11 también, y en el libro del profeta Daniel también.

Ahora, podemos ver que aunque el mundo esté confundido en cuanto a cuándo se entrará al próximo milenio, la Iglesia del Señor Jesucristo no está confundida. Ella sabe que en el próximo milenio (que es el tercer milenio de Cristo hacia acá y séptimo milenio de Adán hacia acá) ese es el Día Postrero delante de Dios.

Y en ese Día Postrero delante de Dios es que Cristo dijo que resucitará a los creyentes en Él que han partido7, y por consiguiente nos resucitará o nos transformará a nosotros los que vivimos; resucitará a los muertos en Cristo en cuerpos eternos, y a nosotros nos transformará. Ahora, todo eso está esperando a que se complete el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.

Ahora, Dios tiene mucho pueblo en la América Latina y el Caribe. Cuando todo el mundo pensaba que ya no había otra cosa en el Cuerpo Místico de Cristo, vean, faltaba lo más importante: la Edad de la Piedra Angular; y es llevada a cabo en medio de un pueblo sencillo: latinoamericanos y caribeños, con un corazón grande para creer en Dios y Su Palabra.

Por lo tanto, extiendan el sitio de su cabaña, ensanchen el sitio de su cabaña llevando el Mensaje por todos los lugares; porque Dios tiene mucho pueblo en Cartagena, en toda la Costa y en toda la República de Colombia; y así es en todos los pueblos latinoamericanos y caribeños.

Ya Dios ha llamado mucho pueblo, pero todavía falta más; falta más pueblo. Y la única forma de saber dónde hay es llevando el Mensaje por todo lugar; y entonces sabemos si hay o no hay hijos de Dios, escogidos de Dios, en esos lugares.

“ENSANCHA EL SITIO DE TU CABAÑA Y NO SEAS ESCASA”.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y que pronto Cristo complete el número de Su Iglesia, de Sus escogidos; y pronto Cristo resucite a los muertos en Cristo y nos transforme a todos nosotros que vivimos; y luego de esa manifestación plena, que ocurrirá y durará de 30 a 40 días, nos lleve con Él a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de este tema y de cómo extender el sitio de nuestra cabaña.

Que Dios les bendiga y les guarde, y dejo nuevamente con nosotros al reverendo Miguel Bermúdez Marín.

“ENSANCHA EL SITIO DE TU CABAÑA Y NO SEAS ESCASA”.

[Revisión diciembre 2020]

1 Levítico 23:33-36, 39-43

2 Hechos 13:9

3 San Juan 8:47

4 San Mateo 25:14-30

5 San Mateo 22:13

6 Romanos 10:17

7 San Juan 6:39, 40, 44, 54

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