Palabras de saludo

Muy buenas noches, hermanos y amigos presentes aquí en San José de los Campos en Brasil; es una bendición muy grande verles nuevamente estando aún en estos cuerpos mortales. Algún día nos veremos en un cuerpo inmortal, incorruptible y glorificado igual al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo; y entonces no tendremos limitaciones; nos estaremos viendo más a menudo cuando tengamos el nuevo cuerpo; mientras tanto aprovechamos el tiempo que Dios nos ha dado en este cuerpo mortal, para servir a Jesucristo nuestro Salvador, trabajar en Su Obra, recibir Su Palabra y así ser llenos del conocimiento de Dios.

El conocimiento que van a tener en el Reino Milenial Dios no lo da a nosotros, para que nosotros crezcamos en el conocimiento de Dios y todo Su Programa correspondiente a este tiempo final. También nos permite entender todo el Programa Divino de Su Primera Venida y Su Obra de Redención, para que así obtengamos el perdón de nuestros pecados y obtengamos el Espíritu de Cristo y así recibamos el nuevo nacimiento, y tengamos un cuerpo teofánico, un cuerpo angelical de la sexta dimensión; ese es el primer cuerpo que se recibe en el Reino de Dios. En el reino de este  mundo, pues hemos recibido este cuerpo mortal y un espíritu del mundo al nacer a través de nuestros padres.

Pero al nacer en el Reino de Dios lo primero que obtenemos es un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, ése es un cuerpo angelical, un cuerpo como el cuerpo de los ángeles, un cuerpo como el cuerpo teofánico de Jesucristo, en el cual le apareció a muchos profetas del Antiguo Testamento. Luego El se hizo carne y estuvo en medio del pueblo hebreo predicando el año de la buena voluntad de Jehová y llevando a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Y ahora, para el tiempo final, cuando se complete el número de los escogidos de Dios, todos tendremos el cuerpo teofánico; cuando se termine – cuando termine cada hijo de Dios, cada alma de Dios, de recibir su cuerpo teofánico, luego recibiremos el cuerpo físico, eterno, inmortal e incorruptible y glorificado, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador; y entonces seremos iguales a Jesucristo, no solamente en espíritu, no solamente en cuerpo teofánico o cuerpo angelical, sino en cuerpo físico también; cuerpo glorificado igual al cuerpo de Jesucristo. Ese es el Programa de Jesucristo para cada uno de ustedes y para mí también, es el Programa de una Nueva Raza, de una Nueva Creación con vida eterna. Para eso El vino y llevo a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Y para este tiempo final El completará el número de Sus escogidos y resucitará a los muertos en Cristo y a nosotros nos transformará, y entonces seremos totalmente una Nueva Raza con vida eterna, con un cuerpo eterno, y con todo el poder y la autoridad y toda la herencia que perdió Adán y Eva en la caída.

Vean la bendición tan grande que Jesucristo tiene para todos nosotros, como también a los santos de las edades pasadas. Por eso es que El nos ha llamado con Su Mensaje final y nos da a conocer todas estas cosas, para que sepamos quiénes somos en el Programa Divino de esa Nueva Creación.

Es para mí una bendición grande verlos a ustedes en esta ocasión, sabiendo que pertenecen a ese Programa Divino correspondiente a este tiempo final.

Reciban también un saludo de mi esposa Erica y de América. Y los cachorritos reciban un saludo de América quien les ama grandemente.

Muchas gracias por vuestra amable atención, y por estar en esta noche para la llegada aquí al Brasil con las demás personas que vienen en este recorrido.

Que Dios les bendiga grandemente, que Dios les guarde y les prospere espiritualmente y materialmente también, y pronto les transforme a ustedes y a mí también, y resucite a los muertos en Cristo en cuerpos eternos; pronto se complete el número de los escogidos de Dios en el Brasil y en toda la América Latina y el Caribe, en todos los lugares donde Dios tiene escogidos para el Cuerpo Místico Suyo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Pasen todos muy buenas noches, y dejo nuevamente a nuestro hermano y amigo Gian del Corto para continuar.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“PALABRAS DE SALUDO.”

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