Siguiendo todos los pasos de Dios

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes aquí en el Alto; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo cristiano con cada uno de ustedes alrededor de la Palabra de Dios. Reciban también saludos de Erica mi esposa y también de América.

Para esta ocasión, quiero leer en San Lucas, capítulo 9, versos 23 en adelante, donde nos dice el mismo Jesús:

“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.

Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.

Pues ¿qué aprovechará al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?(o sea, pierde su alma)

Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la gloria del Padre, y de los santos ángeles.

Pero os digo, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios.

Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.

Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente.

Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;

quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén.

Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “SIGUIENDO TODOS LOS PASOS DE DIOS.”

Dios tiene un Programa con el ser humano el cual El ha estado llevando a cabo; el ser humano luego de ser colocado en este planeta Tierra, y estar puesto a prueba por Dios en la Dispensación de la Inocencia, el enemigo de Dios —el diablo— vino a destruir la raza humana y trajo el pecado a la Tierra e hizo pecar a Adán y a Eva en el Huerto del Edén, y así entró el pecado a la raza humana y por consiguiente entró la muerte; porque la paga del pecado es la muerte.

Ahora, el ser humano caído se esconde entre los árboles del campo, cuando escuchó la Presencia de Dios en el Huerto del Edén, y cubrió su cuerpo con hojas de higueras. Dios llamó a Adán. No dijo: “¿Dónde estás Eva?” Sino “¿Dónde estás Adán?” Porque el hombre es la cabeza de la familia.

Y ahora, el ser humano está escondido, pero responde: “Heme aquí.” Y entonces Dios habla con él y entran a examinar la situación en que está el ser humano. Dios no abandonó al ser humano, sino que le proveyó vestiduras de pieles, y por consiguiente tuvo que morir algún animalito por Adán y por Eva para ser cubiertos.

Y ahora Dios establece el sacrificio por el pecado, para ser cubiertos con la sangre del sacrificio, ser cubiertos los pecados del ser humano; porque si Dios ve los pecados del ser humano —por cuanto la paga del pecado es muerte— el juicio divino tiene que caer sobre el ser humano; pero estando cubiertos con la sangre de los sacrificios de animalitos, ya Dios entonces mira a través de esa sangre, y el ser humano obtiene Misericordia; pero la sangre de esos animalitos no es una sangre perfecta, no fue un sacrificio perfecto el que fue efectuado; la humanidad continua con los sacrificios de animalitos porque no tenían un sacrificio perfecto, por eso tenían que estar siempre llevando a cabo sacrificios de animalitos por el pecado, para la sangre de esos animalitos cubriera el pecado de las personas que ofrecían a Dios esos sacrificios.

Pero esos sacrificios también señalan, dan testimonio, que algún día vendrá un Cordero Perfecto que quitará el pecado del mundo; por lo tanto, ese Cordero Perfecto será el Mesías prometido, el cual tiene que venir a la Tierra y tiene que morir, y por eso es que el pueblo hebreo estando con sus sacrificios de animalitos por miles de años, tenía la esperanza de la Venida del Cordero Perfecto, del Sacrificio Perfecto, como está prometido en la Escritura, y eso sería la Venida del Mesías.

El Mesías sería ese Cordero Perfecto que llevaría a cabo un Sacrificio Perfecto y quitaría el pecado, y el espíritu de ese Cordero Perfecto regresaría al ser humano y produciría el nuevo nacimiento en la persona.

Y ahora, en las diferentes etapas o pasos de Dios hay que seguirlo, y sobre todo estar en el paso correspondiente al tiempo presente en el cual vive la persona.

Ahora, Dios ha estado obrando de etapa en etapa, de edad en edad y de dispensación en dispensación. Tenemos la Dispensación de la Inocencia en el tiempo de Adán, antes de la caída de Adán y el Profeta Mensajero de esa Dispensación fue el Profeta Adán, el primer hombre que Dios colocó en ese planeta Tierra. Y vean ustedes, el primer hombre que Dios colocó en esta Tierra era un Profeta, un hombre con las dos conciencias juntas, y era un Profeta dispensacional, la clase de Profeta más grande que Dios envía a la Tierra, y por consiguiente podía hablar con Dios y Dios podía hablar con él, porque tenía las dos conciencias juntas.

Y ahora, el ser humano al caer en el Huerto del Edén, encontramos que perdió la bendición de la vida eterna, perdió el derecho a la vida eterna y perdió por consiguiente el Título de Propiedad, que es el Libro de los Siete Sellos que está en la Diestra del que está sentado en el Trono, en el capítulo 4 del Apocalipsis y capítulo 5.

Con la pérdida del Título de Propiedad, el ser humano pierde su posición como Rey sobre ese planeta Tierra y sobre todo lo que está en este planeta Tierra; Adán pierde esa posición, viene a ser mortal y entran todos los problemas a la raza humana, todos los problemas que el diablo, el enemigo de Dios, trajo para la raza humana; porque el diablo lo que trae a la raza humana son problemas.

Pero vean ustedes, en el Programa Divino están las diferentes dispensaciones: La primera Dispensación, la Dispensación de la Inocencia y su mensajero fue Adán. Luego viene la Dispensación de la Conciencia y su mensajero fue Set (Son profetas dispensacionales, hombres con las dos conciencias juntas). Luego viene la Dispensación del Gobierno Humano, y su mensajero fue el Profeta Noé. Por eso es que cuando Cristo habla de la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles para el Día Postrero, para el tiempo final dice que será como en los días de Noé; porque en los días de Noé la humanidad había llegado al final, y Dios tenía un Profeta dispensacional allí con un Mensaje dispensacional; y aunque la humanidad, el mundo ante-diluviano no creía lo que Noé predicaba, no creía que la humanidad había llegado a su tiempo final, con todo y eso ese Mensaje de Noé seguía siendo la verdad. Porque la verdad es la verdad, la entiendan o no la entiendan las personas, la crean o no la crean las personas.

¿Y la verdad profética dará testimonio que es la verdad cómo? Cumpliéndose esa verdad profética. El cumplimiento de la verdad profética es el testimonio vivo de que esa Palabra profética era la verdad. Y la actitud irreverente y de incredulidad de las personas frente a esa verdad, al no creerla y recibirla en su alma, pues dan testimonio de que son unos incrédulos.

Eso pues, lo que sucedió en el tiempo de Noé; en el tiempo de Noé hubo religiones, muchas religiones y grandes lideres religiosos, pero hubo un Profeta dispensacional; y cuando se dice un Profeta dispensacional en la Tierra, se está hablando de la Señal más grande que Dios le da a los seres humanos. Un profeta es la Señal de Dios para los seres humanos, y cuando es un Profeta dispensacional, eso es una Señal mayor.

La presencia de Noé en la Tierra predicando el juicio que vendría y construyendo el arca, fue la señal para la gente (el pueblo ante-diluviano), era la señal del fin, era la señal de que el fin para ellos había llegado, estaba allí presente; y tenía que cumplirse lo que Noé estaba predicando.

¿Pero por qué tardó tanto tiempo en cumplirse lo que Noé estaba predicando? Todo ese tiempo que tardó fue el tiempo que Noé necesitó para construir el arca; si llegaba antes de Noé terminar el arca, entonces Noé con su familia perecerían también. O sea, que la Paciencia de Dios fue por causa de Noé y su familia, la Paciencia de Dios fue por causa de la Misericordia extendida a Noé y a su familia; por amor a Noé y su familia Dios tuvo paciencia —fue un Dios Paciente—, tuvo Paciencia aún con aquellos que iba a destruir, los cuales ya desde que Dios le dijo a Noé que había llegado el fin para toda carne, ya ese era el momento en que aquella humanidad podía ser destruida; pero por cuanto Dios no destruye al justo con el injusto, no podía destruir la humanidad en aquel momento, porque destruiría a Noé, tuvo que proveer para Noé una forma de escape, y fue la construcción del arca.

Y ahora, Dios ha dicho que vendrá una destrucción para la humanidad, no será por agua, sino por fuego, una destrucción con fuego atómico, volcánico y todo tipo de fuego lo cual sucederá durante la gran tribulación; y esa destrucción o juicio divino ha estado siendo anunciado por miles de años, ¿y por qué no ha sucedido? Porque primero tienen que ser llamados y juntados los escogidos de Dios de cada edad, de cada edad de la Iglesia del Señor Jesucristo. O sea, que los hijos e hijas de Dios tienen que estar siguiendo los pasos de Dios en cada edad y entrando así al Programa de Dios.

Tenemos a Cristo preparando Sus escogidos para que no sean destruidos. Durante estos dos mil años podemos ver cómo Cristo ha estado construyendo un Templo espiritual que es Su Iglesia, y ahí ha estado colocando a Sus hijos, ese es el único lugar seguro.

Cristo está en Su Iglesia y llama y junta a Sus escogidos dentro de Su Iglesia, coloca en Su Iglesia siervos fieles y prudentes de edad en edad para que les den el Alimento Espiritual para el alma a tiempo. Porque no solamente de pan físico vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios, la Palabra que sale de la boca de Dios es la Palabra que sale de los profetas mensajeros de Dios, porque ellos son la boca de Dios.

Y ahora, hemos visto cómo los escogidos de Dios, los hijos e hijas de Dios de etapa en etapa han seguido los pasos de Dios, han estado en el paso presente de Dios de cada edad y de cada dispensación, ahí es donde han escuchado la Voz de Dios, la Voz de Cristo, y ahí es donde han servido a Cristo, ahí es donde han sido bautizados y donde han recibido el Espíritu de Cristo y han obtenido el nuevo nacimiento, han nacido como hijos e hijas de Dios en el Reino de Dios.

Y ahora, en este tiempo en el cual vivimos, tenemos que Cristo dijo que este tiempo sería como el tiempo de Noé y también como el tiempo de Lot. Ahora, ya vimos el tiempo de Noé: un Profeta dispensacional con un Mensaje – con un Mensaje, dándole a conocer a la humanidad que ha llegado el fin para la humanidad; y lo que Noé dijo se cumplió, porque era la verdad Divina, siendo profetizada y luego siendo cumplida.

Luego también dice Dios que será como en los días de Lot la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles. En los días de Lot aquella generación de Sodoma y Gomorra había llegado a su final, Dios tenía en la Tierra un Profeta dispensacional el cual fue Abraham, el Profeta de la cuarta Dispensación: la Dispensación de la Promesa. A Abraham le aparecía Dios, le apareció en diferentes ocasiones. Noé siendo Profeta podía hablar con Dios. Melquisedec es el mismo Dios, El es llamado Sacerdote del Dios Altísimo, es llamado también Rey de Salem, y Rey de Paz, o sea, Rey de Jerusalén; le apareció a Abraham, le dio pan y vino y lo bendijo.

Siendo que la Venida del Hijo del Hombre será como en los días de Noé, en los días de Noé, vean ustedes, le apareció primeramente Melquisedec a Abraham, le dio pan y vino y lo bendijo. Eso tipifica el Cuerpo de Cristo y la Sangre de Cristo, y representa la Cena, la Santa Cena, porque la Santa Cena representa el Cuerpo de Cristo crucificado por nosotros y la Sangre de Cristo derramada por nosotros para limpiarnos de todo pecado.

Melquisedec le habló a Abraham con bendición; para la simiente de Abraham los hijos e hijas de Dios, Melquisedec le aparecería, le apareció en Su Primera Venida en medio del pueblo hebreo en carne humana y fue conocido por el nombre de Jesús; por eso cuando murió, y resucitó, ahí ascendió al Cielo, entró al Lugar Santísimo del Templo Celestial y con Su propia Sangre ha estado haciendo Intersección en el Lugar Santísimo del Templo Espiritual sobre el Propiciatorio que es la Silla de Misericordia de Dios, el Trono de Misericordia; porque El es el Sacerdote del Dios Altísimo.

Y ahora, encontramos también que cuando termine de hacer Intersección hasta por el último de los escogidos de Dios, pues terminará la Obra de Intercesión, saldrá del lugar de Intersección, tomará el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, los abrirá, reclamará todo lo que El ha redimido con Su Sangre, resucitará a los muertos en Cristo y nos transformará a nosotros los que vivimos, y así estaremos restaurados a y en la vida eterna; con un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, igual al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo. Esto es para los que han seguido los pasos de Dios, los pasos de Jesucristo en la edad que les ha tocado vivir. “Si alguno quiere seguir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” — “Porque el que me negare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le negará delante de Dios y delante de los santos ángeles de Dios.” Eso es lo que Cristo dice en los diferentes evangelios.

Ahora, llegamos a este planeta Tierra para identificarnos con Cristo y para confirmar nuestro lugar en la vida eterna. A medida que han estado viniendo a la Tierra los seres humanos durante la Dispensación de la Gracia, las ovejas del Señor que son los escogidos de Dios, los cuales en cuanto a sus almas vienen de la séptima dimensión, en esta Tierra se identifican con Cristo, porque para eso han venido a la Tierra, Cristo los llama por su nombre, pues El es el que tiene el Título de Propiedad y conoce los nombres que están en ese Título de Propiedad.

A medida que van escuchando la predicación del Evangelio los seres humanos, y van respondiendo las personas a ese llamado, ¿saben lo que está sucediendo? Es que Cristo el cual tiene el Libro y los nombres en el Libro para llamar Sus hijos, lo ha llamado por su nombre, y usted ha reconocido el llamado de Cristo “Porque mis ovejas oyen mi Voz y me siguen,” dice Cristo en San Juan, capítulo 10, verso 14 al 16. Y El dice:

“También tengo otras ovejas que no son de este redil (o sea, no son del redil hebreo); aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.”

Eso ha estado sucediendo de etapa en etapa, de edad en edad, durante todos estos años que han transcurrido, y vean cómo se ha ido formando la Iglesia de Jesucristo, cómo Cristo ha estado creando Su Iglesia de edad en edad.

Este diagrama de esta pirámide representa el Cuerpo Místico de Cristo, este fue el que usó el Rvdo. William Branham para predicar el Mensaje: “La estatura de un varón perfecto,” y estas son diferentes etapas de la Iglesia de Jesucristo, estos son los mensajeros que El ha enviado en cada etapa, y las iglesias que estaban en estas ciudades de Asia Menor, las cuales fueron escogidas por Dios para representar las siete etapas por las cuales pasaría la Iglesia, y en esas siete iglesias de Asia Menor estaban contenidas las características que tendría la Iglesia de Jesucristo en cada edad, cada Pastor de cada Iglesia allí representaba al ángel mensajero que Dios enviaría a cada una de esas Iglesias.

Siendo que es como una escalera subiendo, cada paso que Cristo da, encontramos que es en forma ascendente, va subiendo hasta que llegue a la Edad de la Piedra Angular. Y los escogidos en la edad que les tocó vivir, caminan al paso de Dios, de Cristo, correspondiente a ese tiempo. La Iglesia de Jesucristo va al paso con Jesucristo, el cual va subiendo en ese Monte, y va construyendo cada edad, cada etapa, de Su Iglesia.

Y ahora, hay un territorio para cada edad en donde se cumple cada edad y donde Dios envía al mensajero: Asía Menor, Europa la cual tiene cinco etapas o cinco edades, las cuales se cumplieron en Francia la segunda edad de la Iglesia, en Francia y en Hungría la tercera, en Irlanda y Escocia la cuarta, en Alemania la quinta, en Inglaterra la sexta, y en Norteamérica la séptima. Sus mensajeros fueron: Para la primera edad San Pablo, para la segunda Ireneo,  para la tercera Martín, para la cuarta Colombo, para la quinta Lutero, para la sexta Wesley y para la séptima el Rvdo. William Branham, el cual fue el precursor de la Segunda Venida de Cristo, vino con el espíritu y virtud de Elías.

El Ministerio de Elías se repitió en el Rvdo. William Branham, el Espíritu Santo en el Rvdo. William Branham operó el Ministerio de Elías por cuarta ocasión.

Y para este tiempo final, para la Edad de la Piedra Angular el Espíritu Santo subirá a la Edad de la Piedra Angular, Cristo en Espíritu Santo, y estará operando los Ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús. El ahí también tendrá un Mensajero a través del cual se manifestará y nos hablará todas las cosas que deben suceder pronto en este tiempo final. Por eso en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1 dice, con esa Voz de Trompeta:

“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”

Hay que subir a donde está Cristo, y estar en el paso que Cristo ha dado en la edad que a uno le toca vivir. Y ahora Cristo ha subido a la Edad de la Piedra Angular para darle a conocer a Su Iglesia, a Sus hijos, las cosas que deben suceder pronto después de las que ya han sucedido durante estos tiempos pasados.

Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo estará escuchando a Cristo hablándole con esa Gran Voz de Trompeta, la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo; con esa Voz de Trompeta, con ese Evangelio del Reino El nos da a conocer todas las cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.

Estos son días como los de Noé y como los de Lot. Como dijo Jesucristo: “Como en los días de Noé y como en los días de Lot, así será la Venida del Hijo del Hombre.” Dice: “Como en los días de Noé que no conocieron, comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento y no entendieron, no conocieron, hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, a todos los que no entendieron.” Todos los que no entendieron en el Programa de Dios para aquel tiempo perecieron; todos los que entendieron el Programa de Dios para aquel tiempo y estuvieron unidos a Su Profeta Dispensacional: Noé, trabajando con él en la Obra que Dios le dio para realizar a Noé, se salvaron.

Siendo que estamos como en los días de Noé, pues Dios tiene que tener un Mensajero, un Siervo fiel y prudente alimentando, dándole Alimento Espiritual a tiempo, el Mensaje de la Palabra de Cristo correspondiente a este tiempo final. “¿Quién es el siervo fiel y prudente al cual Su Señor puso sobre su casa para que les dé el Alimento a tiempo?” ¿Para que les dé el alimento a tiempo a quién? A la Familia de Dios, a los hijos e hijas de Dios.

Hemos tenido para las siete edades siete siervos fieles y prudentes, que son los siete ángeles mensajeros que le dieron a la Iglesia de Jesucristo ungidos por el Espíritu Santo el Alimento Espiritual para cada una de esas edades, en los territorios en donde se cumplieron esas edades.

Y ahora, la Edad de la Piedra Angular es la Edad más gloriosa, es la Edad de Oro del Reino de Dios, es la Edad donde Cristo envía un Mensajero. Apocalipsis 22, verso 16, dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Ese es el Angel Mensajero de Jesucristo para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, porque es un Profeta Dispensacional. Y es la primera ocasión en que Jesucristo le envía a Su Iglesia un Profeta dispensacional. San Pablo era profeta pero no dispensacional, Ireneo era profeta, también Martín, pero no profetas dispensacionales. Lutero y Wesley fueron reformadores. El Rvdo. William Branham fue un profeta, pero no dispensacional, fue precursor de la Segunda Venida de Cristo.

Y ahora, para este tiempo final Cristo envía a Su Iglesia a Su Angel Mensajero, el cual es un Profeta Dispensacional; por lo tanto vendrá abriendo el misterio del séptimo milenio de Adán hacia acá y tercer milenio de Cristo hacia acá, y vendrá abriendo el misterio de la Venida y Presencia de Cristo en Espíritu Santo en Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular, y estará mostrándole a la Iglesia del Señor Jesucristo la manifestación de Cristo, el Hijo del Hombre, a través de Su Angel Mensajero; estará revelando el misterio de Cristo velado y revelado en Su Angel Mensajero a través del cual nos estará dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, y así estará dándonos la fe, la revelación para el Rapto, para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Ahora, si el Mensajero, Angel de Jesucristo, es un Profeta Dispensacional, ¿de cuál de las dispensaciones él es Profeta y cuál es Su Mensaje? Hemos visto hasta Abraham, cuarto Profeta dispensacional, con el Mensaje de la Dispensación de la Promesa.

Luego el quinto Profeta dispensacional fue el Profeta Moisés y su Mensaje fue el Mensaje de la Ley para la quinta dispensación, la Dispensación de la Ley. Luego el sexto Profeta Dispensacional es nuestro amado Señor Jesucristo en Su Primera Venida con el Mensaje para una nueva Dispensación, la Dispensación de la Gracia. Y por eso por medio de Cristo Dios llevó a cabo la Obra de Redención, la Obra en la cual los pecados nuestros serían quitados, perdonados y quitados, y El produciría en nosotros el nuevo nacimiento, dándonos Su Espíritu Santo lo cual comenzó desde los tiempos de los apóstoles hasta acá, y todavía sigue derramando de Su Espíritu Santo sobre toda carne que se arrepiente y recibe a Cristo como su Salvador, y es bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo. Porque para vosotros es la promesa, para vuestros hijos y para todos aquellos que el Señor nuestro Dios llame; para los que están cerca, para los que están lejos, para todos los que sean llamados y escuchen la Voz de Cristo el Buen Pastor.

Por medio de cada ángel mensajero la Voz de Cristo, el Buen Pastor, ha estado llamando a Sus ovejas “También tengo otras ovejas que no son de este redil; las cuales también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.”

La Voz de Cristo es escuchada por medio del mensajero de cada edad de Su Iglesia, y esa Voz se extiende a través de la labor que llevan a cabo los ministros colaboradores del mensajero que Dios le ha enviado; y Su Voz, el Mensaje, llega por todos los lugares donde están los escogidos de Dios, las personas que tienen en el Cielo escritos sus nombres en el Libro de la Vida del Cordero, y Cristo los llama por su nombre. Si oyes hoy Su Voz, pues no endurezcas tu corazón, es Cristo, el Buen Pastor, llamando Sus ovejas en este tiempo final también. El envía a Sus hijos a esta Tierra, para llamarlos en esta Tierra y colocarlos en Su Iglesia, que es Su Templo Espiritual, hacerlos – y hacerlos así una Nueva criatura, una Nueva Creación.

Por medio del primer Adán hemos nacido en la Tierra como descendientes del primer Adán (de Adán y Eva), pero hemos nacido en una raza caída, la cual está condenada a la muerte, por eso nacemos, vivimos y después morimos físicamente. Pero ahora por medio del Segundo Adán, Jesucristo, nacemos en una Raza con vida eterna, de la cual Jesucristo es el Primero, la Cabeza. Y El está creando una Nueva Raza que es – la cual es Su Iglesia, una Nueva Raza con vida eterna, una Nueva Raza, una Raza que está restaurada a la vida eterna.

Somos restaurados a la vida eterna por Cristo, produciendo El la Creación de una Nueva Raza al llamar y juntar Sus escogidos, y Sus escogidos recibirlo como Su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, ser bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo y recibir Su Espíritu Santo, así nacemos en una Nueva Raza.

De esto fue que le habló Cristo a Nicodemo cuando le habló del nuevo nacimiento diciéndole: “De cierto, de cierto, te digo que el que no nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios (o sea, no lo puede entender).” Nicodemo estaba muy interesado en el Reino de Dios, porque toda persona quiere entrar al Reino de Dios, toda persona quiere vivir eternamente, y quiere vivir eternamente con Dios.

Y ahora, Nicodemo le dice: “¿Cómo puede hacerse esto? ¿Puede acaso un hombre ya siendo viejo (parece que ya tenía bastantes años), puede acaso entrar en el vientre de su madre de nuevo y nacer otra vez?” El gran maestro de Israel no comprendía lo que era el nuevo nacimiento, como también hay miles o millones de seres humanos que no comprenden lo que es el nuevo nacimiento para nacer en una Nueva Raza con vida eterna. Y Cristo le dice: “De cierto, de cierto, te digo que el que no nazca del Agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.”

El requisito para entrar al Reino de Dios es nacer de nuevo, nacer del Agua y del Espíritu, nada tiene que ver con el color o idioma de la persona, sino que tiene que ver con el nuevo nacimiento. Y eso es lo que ha estado sucediendo desde el día de pentecostés, donde nacieron 120 personas, nacieron de nuevo, recibieron el Espíritu Santo. Y el nuevo nacimiento se efectúa cuando la persona ha recibido el Espíritu Santo, ha sido bautizada con el Espíritu Santo y ahí la persona obtiene un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, un cuerpo teofánico que es parecido a nuestro cuerpo, pero de otra dimensión y ese cuerpo es de la sexta dimensión. La sexta dimensión es la dimensión de la Palabra, la sexta dimensión es la dimensión del Angel de Jehová, del Angel del Pacto, la sexta dimensión es la dimensión del Verbo —del Logos— que era con Dios y era Dios, y creó todas las cosas y luego se hizo carne, se hizo hombre y habitó en medio del pueblo hebreo.

Y ahora, cuando la persona ha obtenido el nuevo nacimiento, tiene un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, y para el Día Postrero Cristo le dará en adición un cuerpo físico, eterno, inmortal e incorruptible, o sea, nos transformará si estamos vivos o si alguno de nosotros parte será resucitado juntamente con el resto de los santos del Nuevo Testamento, será resucitado en un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador. Para así vivir eternamente en ese cuerpo y con nuestro amado Señor Jesucristo en Su Reino.

Esto es así para los que han seguido los pasos de Dios, de Cristo en el tiempo que les ha tocado vivir; y continuaremos siguiendo los pasos de Jesucristo en el Reino Milenial y por toda la eternidad.

Cristo en San Juan, capítulo 7, dijo… verso 37 en adelante (eso fue el último día de la Fiesta de los tabernáculos) capítulo 7, verso 37 al 39 de San Juan, dice:

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

Esto dijo del Espíritu Santo que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”

Y ahora, para todos los seguidores de Cristo, para todos los que vienen a Cristo, la promesa es que les dará del Agua, Agua de Vida eterna, Agua que salta para vida eterna, y ríos de Agua viva, un río de Agua viva correrá por su vientre, el Espíritu Santo, ese río de Agua viva, para darle así vida eterna a la persona y ser restaurada la persona a la vida eterna.

Por eso es que hemos llegado a este planeta Tierra nosotros en este tiempo final, para así nosotros identificarnos con Cristo y por consiguiente identificar nuestra posición en la vida, la vida eterna.

Es por un propósito Divino que ustedes han venido a este planeta Tierra, y es por un propósito Divino que ustedes han sido colocados en este territorio, y esto es en el territorio, en la América Latina y el Caribe, donde Jesucristo nuestro Salvador está caminando en Su Obra y está cumpliendo Su Programa correspondiente a este tiempo final.

La Obra de Cristo del Día Postrero sería llevada a cabo en el América Latina y el Caribe, así como la Obra de Cristo en cada edad fue llevada en el territorio correspondiente a cada edad, de ese  territorio se extendía para otros territorios.

Y ahora, la Obra del Día Postrero, de este tiempo final, la Obra de Cristo de este tiempo final corresponde a la América Latina y el Caribe; y de la América Latina y el Caribe se extiende para otras naciones, pueblos y lenguas y continentes.

Ahora, hemos llegado al tiempo más glorioso de todos los tiempos, donde Dios está reuniendo Su Simiente, en Su Iglesia, Su Cuerpo Místico de creyentes.

Hemos visto el privilegio tan grande que tenemos nosotros en el Reino de Dios, nos ha tocado la mejor parte: La Edad de la Piedra Angular y nos ha tocado el Mensaje de la Dispensación del Reino, y nos ha tocado el Mensajero de la Dispensación del Reino que es el Angel del Señor Jesucristo.

Todos los grupos de las siete edades pasadas pueden decir: “Nosotros en nuestra edad seguimos a Dios, caminamos con Dios en el paso de Dios de aquel tiempo. Y El nos envió un mensajero a través del cual Dios mismo estaba presente hablándonos en nuestro tiempo, y llamando y juntando Sus escogidos.” Y los escogidos de este tiempo final podrán decir: “Y a nosotros Dios nos ha enviado un Profeta dispensacional, con un Mensaje dispensacional en el territorio latinoamericano y caribeño.”

Ningún otro grupo de las siete edades de la Iglesia puede decir: “Jesucristo nos envió un Profeta dispensacional, un mensajero dispensacional.” Solamente el grupo de la Edad de la Piedra Angular es el que puede decir: “Jesucristo nos envió un Profeta dispensacional: el Angel del Señor Jesucristo.” Y ningún grupo puede decir: “Y Jesucristo por medio del mensajero que nos envió, nos reveló todas las cosas que sucederían en el tiempo final, en el Día Postrero.”

A través de los mensajeros que El envió les reveló cosas correspondientes a sus tiempos y profetizó acerca de cosas que Dios haría más adelante, pero no abrió el misterio de las cosas que Dios haría en este tiempo, porque ese misterio de cada una de las cosas que Dios hará en este tiempo, ese misterio sería abierto por Cristo mismo a través de Su Angel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.

El Angel Mensajero de Jesucristo es enviado, ¿para qué? Para dar testimonio de estas cosas que deben suceder pronto, para abrirnos las Escrituras, y abriéndonos las Escrituras y con las Escrituras abrir los misterios divinos que estarán siendo cumplidos en este tiempo final; el mayor de todos ellos es la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles, o sea, la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Ningún mensajero de las edades pasadas podía abrir ese misterio, tiene que ser un Profeta dispensacional, el cual Jesucristo enviaría a Su Iglesia en este tiempo final en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino entre los latinoamericanos y caribeños.

Esta es la edad y este es el pueblo que obtendría la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Y vería gradualmente la Obra que estaría llevando a cabo Cristo en el Día Postrero, a través de Su Angel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular, estaría consciente del paso divino en el cual estamos nosotros en este tiempo, o sea, que no estaría fuera de paso, sino que estaría al paso de Dios y en el paso de Dios correspondiente a este tiempo final.

Y ningún grupo de ninguna edad caminó con Dios tan consciente de la edad que le tocó vivir como los escogidos de Dios del Día Postrero de la Edad de la Piedra Angular, los cuales estarán conscientes de lo que Dios está realizando en este tiempo final, de la forma en que Cristo estará manifestado en Su Iglesia velado y revelado, hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto y cumpliendo las cosas que El ha prometido para este tiempo final.

Y el grupo de este tiempo es el grupo que estaría consciente también que el Angel no es el Señor Jesucristo, sino que el Angel solamente es el Profeta Mensajero de la Dispensación del Reino, a través del cual Cristo estará manifestado en el Día Postrero, se velará en él y se revelará a través de él para hablarle a Su pueblo y para también llevar a cabo la Obra correspondiente a este tiempo final; por lo tanto la Obra que él hará no será de sí mismo —la Obra—, sino que será la Obra de Cristo, Cristo llevándola a cabo a través de Su Angel Mensajero, tampoco hablará de sí mismo, sino que Cristo hablará a través de él y pondrá Cristo en la boca de Su Mensajero Su Palabra para que él hable esa palabra revelada a Su Iglesia.

Y ahora, siendo que hemos estado hablando de los mensajeros dispensacionales y de las dispensaciones, hemos dicho que Moisés fue el Profeta de la quinta dispensación, fue el quinto Profeta dispensacional, por eso fue tan grande. Luego el sexto Profeta dispensacional fue Jesucristo, de la Dispensación sexta, a la Dispensación de la Gracia, por eso nos trajo el Mensaje de la Gracia. El Mensaje del Evangelio de la Gracia gira alrededor de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Y así la Gracia de Dios ha venido para todas las personas que viven en este planeta Tierra, y todos los que han recibido Su Palabra y han seguido los pasos de Dios en el tiempo que les ha tocado vivir, han estado bajo la bendición de la Gracia, la bendición de la Dispensación de la Gracia, bajo la Sangre del Nuevo Pacto, el Nuevo Pacto establecido bajo Cristo nuestro Salvador.

Y ahora, luego de pasadas estas seis dispensaciones, se está entrelazando con la sexta Dispensación de la Gracia, se está entrelazando la Dispensación del Reino. Por eso para este tiempo final Cristo dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel, para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Ha enviado Su Profeta de la Dispensación del Reino, para darle testimonio a Su Iglesia de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final. Ya no tenemos los siete ángeles mensajeros de las siete edades, sino que Cristo nos envía a Su Angel Mensajero, el Profeta séptimo dispensacional, el séptimo Profeta dispensacional, después no habrá más dispensaciones y por consiguiente no habrán más Profetas dispensacionales.

Hemos visto la bendición tan grande que Cristo tenía para todos nosotros en la América latina y el Caribe, y para toda la Iglesia de Jesucristo en la etapa de la Edad de la Piedra Angular.

Y ahora, ¿dónde están los que están siguiendo todos los pasos de Dios en este tiempo final? Pues aquí estamos en este tiempo final escuchando Su Voz. Por consiguiente es la Iglesia de Jesucristo de edad en edad la que ha estado siguiendo los pasos de Dios, los pasos de Cristo de edad en edad en la edad correspondiente a cada tiempo.

Y ahora, los que han seguido los pasos de Dios en el tiempo que les ha tocado vivir, tienen la promesa de que si han partido serán resucitados en cuerpos eternos, pero si estamos vivos y permanecemos vivos hasta que los muertos en Cristo resuciten, entonces seremos transformados y entonces tendremos el cuerpo eterno, inmortal e incorruptible, y después nos iremos a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, a esa Gran Fiesta Celestial a la cual hemos sido invitados, hemos sido invitados desde antes de la fundación del mundo.

Son bienaventurados los que son convidados e invitados a la Cena de las Bodas del Cordero, pues tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; así como los novios que se van a casar hacen una lista de los invitados, y luego les envían las invitaciones. Y en los tiempos pasados en el medio Oriente, cuando llegaban a la casa donde se iba a llevar a cabo la boda, los invitados venían con su invitación y el novio le colocaba la vestidura para estar en esa boda: ‘la vestidura de boda,’ y era la misma clase de vestidura para el pobre y para el rico. Esa vestidura es la vestidura del Espíritu Santo.

¿Quiénes estarán en las Bodas del Cordero y la Cena de las Bodas del Cordero? Pues los que tienen las Vestiduras de Boda.

Y ahora, esa Vestidura de Boda está en nuestro interior, es el Espíritu Santo, y nos ha dado un cuerpo teofánico de la sexta dimensión; pero nos dará una vestidura también exterior, un cuerpo nuevo, eterno y glorificado.

Así que con la Vestidura de Boda en toda su plenitud, el bautismo del Espíritu Santo en donde obtenemos el cuerpo teofánico de la sexta dimensión; y la plenitud del Espíritu Santo en donde obtenemos el cuerpo nuevo, inmortal y glorificado, tendremos la Vestidura completa de Boda para ir a la Cena de las Bodas del Cordero. Por eso son bienaventurados los que son llamados a la Cena de las Bodas del Cordero. (Apocalipsis, capítulo 19, verso 6 al 10).

Y ahora, ¿dónde están los invitados a la Cena de las Bodas del Cordero? [la congregación responde: “¡Amén!” – Editor] ¡Aquí estamos!

Todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo de edad en edad, han estado siguiendo los pasos de Dios, los pasos de Jesucristo, y aquí estamos nosotros siguiendo el paso de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, Dispensación que se está entrelazando con la Dispensación de la Gracia.

Y ahora, estamos siguiendo a Jesucristo en este tiempo final, y estamos caminando al paso de Jesucristo en este tiempo final.

“SIGUIENDO TODOS LOS PASOS DE DIOS.”

¿Ven cómo se siguen los pasos de Dios?

“SIGUIENDO TODOS LOS PASOS DE DIOS.”

Y por dondequiera que El nos mete, dándonos la revelación divina de todas las cosas que deben suceder, nosotros vamos al paso con El, ahí vamos al paso con El, obteniendo el conocimiento de todas estas cosas, porque El es nuestro Maestro. Cristo en Espíritu Santo es nuestro Maestro, el cual ha enseñado a Su Iglesia de edad en edad por medio de Sus mensajeros, y en este tiempo final nos enseñaría por medio del Angel del Señor Jesucristo:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”  [Apocalipsis 22:16 – Editor].

“SIGUIENDO TODOS LOS PASOS DE DIOS.”

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de cómo los escogidos de Dios en este tiempo están siguiendo los pasos de Dios.

Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y que las bendiciones de Jesucristo el Angel del Pacto sean sobre todos ustedes, y pronto se complete el número de los escogidos de Dios, y pronto todos seamos transformados juntamente con los muertos en Cristo cuando resuciten en cuerpos eternos, y seamos nosotros transformados y tengamos el cuerpo eterno, inmortal e incorruptible que Cristo ha prometido para todos nosotros. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Dejo nuevamente con nosotros al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, y mientras él pasa tenemos el cántico de Erica y América que nos habla de éste Hombre Jesús que nos transformó. El Hombre que nos transformó.

“SIGUIENDO TODOS LOS PASOS DE DIOS.”

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