Creciendo en el primer amor

Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual quiero leer en el libro del Apocalipsis, el capítulo 2, versos 1 en adelante, donde nos dice:

“Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:

Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;

y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.

Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “CRECIENDO EN EL PRIMER AMOR”.

El libro del Apocalipsis, en estas siete iglesias que están en Asia Menor nos muestra lo que será la Iglesia de Jesucristo de edad en edad. Estas siete iglesias de Asia Menor contienen las características de la Iglesia de Jesucristo para cada una de Sus siete edades.

Y ahora, la primera edad de la Iglesia está representada en la iglesia de Éfeso, en donde San Pablo encontramos que fue el que fundó la iglesia en Éfeso y estuvo pastoreando esa iglesia por un tiempo también; y tenemos la carta de San Pablo a Éfeso también.

Y ahora, encontramos que la Iglesia del Señor Jesucristo aquí había dejado su primer amor; aunque Cristo reconocía que había trabajado por Su Nombre, por el Nombre de Jesucristo; que había probado a los que se decían ser apóstoles y los halló mentirosos, y no podía soportar a los malos; y había sufrido, y había tenido paciencia, y había trabajado arduamente por amor del Nombre de Jesucristo, y no había desmayado. Pero Dios tenía, Cristo tenía algo contra ella, y era que había dejado su primer amor.

Y ahora, Dios le dice, Cristo le dice:

“Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar”.

Mientras el mensajero de una edad está vivo, hay esperanza para esa edad; pero cuando ya Dios viene y quita el candelero de su lugar, se lleva Su mensajero, ya esa edad sale fuera de existencia, ya esa edad termina su tiempo.

Mientras el mensajero está vivo, la edad tiene oportunidad y la gente de esa edad, de arrepentirse, para ser restaurados con Dios, y que la edad continúe y que el mensajero continúe.

Y ahora, cada edad de la Iglesia de Jesucristo está representada en cada uno de los siete candeleros que están en el candelabro, y cada mensajero está representado en la mecha encendida con el fuego del Espíritu Santo.

Y ahora, es quitado el candelero cuando quita Dios la mecha del candelero, porque se apagó esa edad; se apaga esa edad, porque ya Dios se llevó al mensajero. Y ahora se le acaba el tiempo al pueblo para arrepentirse; y a la Iglesia como edad, a esa edad, se le acabó el tiempo para arrepentirse, porque ya Dios se llevó al mensajero.

Ahora, veamos lo que nos dice el reverendo William Branham con relación a esta iglesia de Éfeso, pues Dios requiere que el primer amor permanezca en el corazón de cada creyente en Cristo, y en la edad como Cuerpo Místico de creyentes. Y Dios desea que todos Sus hijos permanezcan ardientes en ese primer amor, amando a Cristo con toda nuestra alma, con todo nuestro espíritu, con todas nuestras fuerzas.

“Amarás al Señor tu Dios con toda tu alma (que es el corazón; el corazón representa el alma), con toda tu mente, con todas tus fuerzas. Ese es el primer mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”1.

Por lo tanto, buscando el bienestar del prójimo; y, sobre todo, el bienestar eterno, que es llevarles el Mensaje para que puedan recibir la Palabra y puedan vivir eternamente. Y en adición a esa obra, todas las demás obras en favor de nuestros semejantes, la cual lleva a cabo la Iglesia de Jesucristo de edad en edad.

Y la Iglesia del Señor Jesucristo, de edad en edad se reúne para tener sus actividades y glorificar a Dios y escuchar Su Palabra; porque esa es una bendición grande para cada persona; y por cuanto amamos a nuestro prójimo, preparamos todo para que puedan estar reunidos en cada una de las actividades y puedan glorificar a Dios, cantar cánticos a nuestro Dios, adorar a nuestro Dios en espíritu y verdad; y podamos también escuchar Su Voz, Su Palabra, hablándonos directamente a nuestro corazón el Mensaje correspondiente al tiempo que nos toca vivir. Así es siempre, de edad en edad.

Y ahora, dice el reverendo William Branham en la página 100 del mensaje de Las Siete Edades en español (editado), dice:

“[89]. … dijo Pablo: que cuando todos se juntaban, todos tenían la dirección del Espíritu, y todos participaban en la adoración espiritual.

90. La iglesia nunca ha aprendido esto de las Escrituras o de la historia. Cada vez que Dios da una visitación del Espíritu Santo y la gente obtiene su libertad, después de un tiempo se esclavizan en la misma cosa de donde salieron. Cuando Lutero salió del catolicismo, la gente quedó libertada por un tiempo. Pero cuando él murió, la gente simplemente organizó lo que pensaban que él creía y establecieron sus propios credos e ideas, y repudiaban a todo aquel que profesaba diferente a ellos. Volvieron directamente al catolicismo con una forma un poco diferente. Y aun hoy día hay muchos luteranos que están listos para volver al lugar de donde salieron”.

Ahora, podemos ver que en cada ocasión que Dios envía un avivamiento (lo cual sucede cuando Dios envía un mensajero para una edad o para una dispensación), ese mensajero capta la revelación divina para esa edad o dispensación, sale predicando ese Mensaje, y Dios por medio de ese mensajero le habla directamente al corazón de la gente, y les abre el corazón y el entendimiento; y la gente comienza a recibir a Cristo y la gente comienza a buscar a Dios, y comienzan a reunirse para adorar a Dios y para escuchar Su Palabra. Y así es como se forma cada edad cuando Dios envía al mensajero de cada edad.

Y eso que sucede es el avivamiento de ese tiempo, el avivamiento de esa edad. No hay otro tipo de avivamiento de parte de Dios, fuera de esa forma establecida por Dios para cada edad.

Y ahora, cuando la gente vive en esa edad, tiene un lapso de tiempo para arrepentirse la gente, y también la Iglesia de esa edad como Cuerpo Místico de creyentes.

Por ejemplo, la primera edad de la Iglesia, o la segunda, o tercera, o cuarta, o quinta, o sexta, o séptima edad, ya para ellos el tiempo de arrepentimiento, para Dios extender Su misericordia sobre ellos, ya pasó; estaba vigente cuando la edad estaba vigente. Cuando esa edad termina, se acabó todo; y la misericordia de Dios pasa a otra edad, con otro mensajero y otro pueblo. ¿Vieron lo sencillo que es todo?

Y ahora, podemos ver el por qué el reverendo William Branham, dice: “Ya para la Iglesia de Laodicea el tiempo de arrepentimiento se acabó, y también (dice) para Norteamérica el tiempo de arrepentimiento, de arrepentirse, se acabó”. ¿Por qué? Porque la edad terminó.

Y cuando termina la edad, termina el tiempo para arrepentirse el pueblo de esa edad, que ha fallado ante Dios; y la edad como edad, que ha dejado su primer amor. Y luego también el territorio donde se cumplió esa edad ya llega a su final, y la misericordia de Dios ya se extiende a otro territorio con otro mensajero, y se extiende a otro pueblo, a otra gente que entrará al Programa Divino; y entrará con el primer amor, el cual no deben dejar que se enfríe en su alma.

Ahora, veamos lo que nos dice el reverendo William Branham acerca del primer amor, hablándonos de la iglesia de Éfeso… Veamos, en la página 91 dice… en la 90 (parte de la 90), dice:

“62. Ellos conocían la vida digna que acompañaba el llevar aquel Nombre, porque ‘apártese de iniquidad todo aquel que invocare el Nombre del Señor’. Ustedes que llevan los vasos del Señor, sed santos. No sufrirán en vano por el Nombre del Señor vuestro Dios. Estos efesios eran cristianos. Ellos llevaron un Nombre, y aquel Nombre era Cristo, Quien era el Espíritu de Dios morando dentro de ellos, el cual era uno de los triples Nombres de su Señor.

63. ‘… y has trabajado por mi nombre y no has desfallecido’. Estos creyentes no estaban trabajando por Pablo o por una organización. No fueron sometidos a programas e instituciones por medio de las cuales obtenían posesiones de valor. Ellos trabajaban por el Señor. Eran Sus siervos, no los esclavos de una organización. No iban a la iglesia el domingo para hablar acerca del Nombre y luego olvidarlo el resto de la semana. No ofrecían servicio de labios, a aquel Nombre. No señor. Fueron sus vidas lo que ellos dieron.

64. Todo lo que hicieron, lo hicieron en aquel Nombre. Obraban en aquel Nombre; pero sí no podían obrar en aquel Nombre, entonces no obraban. Estos fueron cristianos colocados celestialmente y su comportamiento armonizaba con el Señor.

65. Pero aquel grupo de la viña falsa que quería corromper aquel Nombre, se quedaba en la oscuridad como lobos ocultos, esperando entrar y destruir. Pero los santos de Dios soportaron la prueba y preservaron la Palabra y el Nombre”.

Y ahora, vamos a:

LA QUEJA DE DIOS

Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor.

Apocalipsis 2:4

(Y aquí estamos leyendo en la página 91 del libro de Las Edades en español, el libro de Las Edades editado).

“66. Para entender esto, usted tiene que comprender que el Espíritu no estaba hablando solamente a aquellos primeros santos de Éfeso. Este Mensaje era para la edad entera, que duró como unos 120 años. Entonces el Mensaje era para todas las generaciones en ese espacio de tiempo. Ahora, la historia sigue repitiéndose. En las generaciones de Israel vemos avivamiento en una generación, solo para ver que los fuegos están decayendo en la siguiente (en una generación se ve un avivamiento y el Fuego de Dios cae, y luego en la otra generación se va apagando ese avivamiento). En la tercera generación puede ser que el rescoldo esté encendido un poco, pero para la cuarta puede ser que no haya ninguna señal del fuego original (y así ustedes pueden ver que ha sido en cada edad). Entonces Dios enciende el fuego de nuevo y se repite el mismo procedimiento”.

Enciende el Fuego de nuevo en una nueva generación, porque ya, la que terminó, al final se queda tibia y lo que quedan son cenizas, y no tienen ya el Fuego original. Dice:

“Simplemente es la manifestación de la verdad de que Dios no tiene nietos. La salvación no es engendrada por el nacimiento natural (o sea, por nacer de una persona usted no es un hijo de Dios; es por medio del nacimiento que produce Cristo, el nuevo nacimiento), igualmente como no hay verdad alguna en la sucesión apostólica; no está en la Palabra. Usted comienza con verdaderos creyentes renacidos, y cuando llega la siguiente generación no son sencillamente cristianos, sino que han tomado un nombre denominacional y ahora son bautistas, metodistas, etc. Eso es exactamente lo que son. No son cristianos. Para ser salvo, usted tiene que ser nacido de la voluntad de Dios, no de la voluntad del hombre; pero ahora todas estas gentes se están juntando por la voluntad del hombre. Yo no digo que algunos no están bien con Dios, ni por un momento digo eso, pero el fuego original ha muerto, ya no son los mismos.

67. El deseo ferviente de honrar a Dios, la pasión de conocer Su Palabra, el lloro de penetrar en el Espíritu, todo eso empieza a decaer, y en vez de aquella iglesia estar ardiendo con el fuego de Dios, se ha enfriado y se ha hecho un poco formal. Eso es lo que estaba sucediendo allá con los efesios, estaban llegando a ser un poco formales; el rendimiento completo a Dios estaba decayendo y la gente no tenía cuidado de lo que Dios pensaba de ellos a medida que comenzaron a tomar en cuenta lo que el mundo pensaba acerca de ellos. La segunda generación era igual a Israel. Ellos pidieron un rey para así ser igual a las demás naciones. Cuando hicieron eso, rechazaron a Dios. Pero de todos modos lo hicieron. Esa es la historia de la iglesia”.

O sea que lo mismo ha estado sucediendo en la Iglesia: Cuando han hecho una denominación y han establecido ahí su líder de esa denominación, ¿qué ha pasado? Han establecido un Saúl, han pedido un rey; en vez de tener a Dios, el Rey, en el mensajero de su tiempo.

¿Recuerdan que Samuel estaba muy molesto con el pueblo? Y oró a Dios y Dios le dijo: “Dales un rey. Ellos quieren un rey, dales un rey”. Dice: “No te han rechazado a ti, sino que me han rechazado a Mí para que no reine sobre ellos”2.

Al rechazar a Samuel estaban rechazando a Dios, porque Dios estaba reinando a través de Samuel. Samuel era uno de los jueces; y por consiguiente la teocracia era lo que estaba allí en medio del pueblo hebreo. Era Dios reinando en medio del pueblo hebreo por medio de Samuel. Samuel fue uno de los jueces; y esa es la forma teocrática de un reino teocrático.

Por eso es que Jesús en San Mateo, capítulo 19, versos 27 al 30, cuando Sus discípulos dicen: “Nosotros hemos dejado todo, ¿qué tendremos nosotros? (O sea, ¿qué tenemos nosotros en Tu Reino?)”. Y Jesús les dice… Vamos a leerlo para que ustedes vean la bendición tan grande. Si no preguntan eso, no estaría escrito aquí lo que ellos tendrían. Y ahora miren:

“… ¿qué, pues, tendremos?

Y Jesús les dijo: De cierto os digo (y fue Pedro el que hizo esa pregunta) que en la regeneración (eso es para el Reino Milenial), cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria (o sea, en el Trono de David), vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel”.

Y ahora, vean ustedes, así como Dios dio jueces en medio del pueblo hebreo, los cuales juzgaban a las 12 tribus de Israel (un juez para cada tiempo)… Sansón fue uno de ellos también, Samuel fue uno de ellos también, y así por el estilo encontramos diferentes jueces; esa era la forma teocrática de Dios reinar, gobernar sobre el pueblo hebreo; y los defendía también de las demás naciones enemigas cuando venían contra Israel.

Y ahora, vean ustedes cómo Israel rechazó la teocracia y pidió un rey. En el Programa Divino estaba Dios colocar un rey, pero ese rey todavía estaba muy niño, el cual era David, un hombre conforme al corazón de Dios; pero todavía era un niño conforme al corazón de Dios, un jovencito conforme al corazón de Dios; tenía que llegar a una edad apropiada para ser colocado como rey sobre Israel.

Y ahora, encontramos aquí que Cristo, por cuanto tendrá un Reino Teocrático, tendrá jueces: los apóstoles para el pueblo hebreo, y los siete ángeles mensajeros para los gentiles. Y Cristo estará en Su Trono, y con Él el Vencedor: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”3.

“Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna”4.

Solamente con heredar 100 veces más es muchísimo; pero sobre eso hay algo mejor: la vida eterna, vivirá por toda la eternidad en un cuerpo que no se pondrá viejo, un cuerpo inmortal, incorruptible y glorificado.

Ahora, podemos ver este misterio del Reino Milenial de Cristo, en donde cada ángel mensajero de cada edad, y también cada uno de los apóstoles, exceptuando a Judas…; pero ese lugar, ese trono, es ocupado por otra persona, por otro apóstol.

Pero ahora, vean ustedes cómo en el Reino Teocrático de Jesucristo, ese Reino Milenial, estaremos con Él y reinaremos con Él. Él nos ha hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, porque nos ha lavado con Su Sangre preciosa, nos ha redimido para nuestro Dios y nos ha hecho reyes y sacerdotes, y reinaremos con Él; reinaremos con Él por mil años y luego por toda la eternidad.

Apocalipsis, capítulo 1, verso 4 al 9, y Apocalipsis, capítulo 5, versos 7 al 11, y Apocalipsis, capítulo 20, versos 4 al 6. En esos pasajes nos habla que Cristo nos limpió con Su Sangre y nos ha hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes.

Y nos dice también: “Y fueron puestos tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar”. ¿Ven? Son colocados como jueces para ese Reino Milenial. Y ahora, eso es la teocracia, que será establecida en el glorioso Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y ahora, tenemos nosotros la oportunidad y bendición grande de vivir en un tiempo en donde ya las siete edades de la Iglesia han llegado a su final y se ha abierto una edad eterna, la Edad de la Piedra Angular, donde Él está llamando y juntando a Sus escogidos; una edad que no terminará.

Por lo tanto, en esta edad toda persona que haya dejado su primer amor, que se haya enfriado espiritualmente, tiene la oportunidad de arrepentirse, ver de dónde ha caído y arrepentirse, porque nuestra edad está vigente. Y mientras esté nuestra edad vigente, la misericordia de Dios estará disponible para todos nosotros, y Su Sangre estará disponible para limpiarnos de todo pecado.

Aunque ya las otras edades terminaron y el tiempo de arrepentirse (a esas edades y a la gente de esas edades) terminó; pero ahora, vean ustedes: así como extendió Dios la misericordia de edad en edad para el pueblo que sería llamado y entraría a esa edad; así es también para la Edad de la Piedra Angular.

Vean, la misericordia de Dios estuvo extendida en cada edad correspondiente a la etapa del Programa Divino, y hubo un avivamiento en cada una de esas etapas.

Y ahora veamos lo que nos dice el reverendo William Branham acerca del avivamiento del tiempo final y de cómo ha de venir el avivamiento del tiempo final para la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo.

En la página 212 del libro de Los Sellos, dice:

“[104]. La Novia todavía no ha tenido un avivamiento; todavía no ha habido allí ningún avivamiento, ninguna manifestación de Dios para sacudir a la Novia. Estamos esperando eso. Se necesitarán esos Siete Truenos misteriosos para despertarla. Él los mandará, lo ha prometido”.

Vean cómo es que viene el avivamiento del Día Postrero: con los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, que es la Voz de Cristo hablándonos.

¿Y cómo Cristo habló en cada edad? Pues por medio del mensajero de cada edad. ¿Cómo escuchará la Iglesia del Señor Jesucristo, la Iglesia-Novia de Jesucristo, en este tiempo final la Voz de Cristo, esa Gran Voz como cuando ruge un león, clamando, y Siete Truenos emitiendo Sus voces? Pues por medio del mensajero que Cristo tenga para este tiempo final.

Cristo se manifestará en él y a través de él, y nos hablará como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, y así nos hablará. Y eso será los Siete Truenos de Apocalipsis revelándonos el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Él nos hablará con esa Voz como de león, clamando como cuando ruge un león, y así los Siete Truenos emitiendo Sus voces y dándole a la Iglesia-Novia de Jesucristo el avivamiento del Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular.

Pero ese avivamiento no podemos dejar que se apague. Ya se apagaron los siete avivamientos de las siete edades. Pero miren lo que dice el reverendo William Branham aquí en la página 166 del libro de Citas, párrafo 1485, lo cual es un extracto del mensaje “El único lugar provisto de Dios para adorar” (página 1 al 2). Y ahora, en el libro de Citas es la página 166; dice:

1485 – “Ahora, yo estaba poniéndome bastante viejo y pensé: ‘¿Habrá otro avivamiento, veré otro tiempo?’”.

“Otro avivamiento”. Vean, él estaba viviendo en el avivamiento de la séptima edad, y ya ese avivamiento estaba llegando a su final. Pero ahora: “¿Habrá otro avivamiento?”.

Para que venga otro avivamiento tiene que venir otra edad. Y solamente hay una edad prometida, la Edad de la Piedra Angular, la cual es una edad eterna. Y para que venga un avivamiento tiene que venir un Mensaje; y para que venga un Mensaje tiene que venir un mensajero. Y un mensajero de una edad es un mensajero de esa edad a la cual Dios lo envía, pero no puede pasar a otra edad para ser el mensajero de otra edad.

¿Saben lo que significa eso? Que no puede venir San Pablo, ni ninguno de los siete mensajeros, para ser el mensajero de la Edad de la Piedra Angular; Dios tiene que enviar otro mensajero.

Y siendo que la Edad de la Piedra Angular es una edad eterna, tiene entonces que Cristo enviar un mensajero dispensacional, un mensajero dispensacional que también será el mensajero para el séptimo día milenial, será el mensajero para todo el Milenio, y después pues sigue siendo el mensajero de Jesucristo; ese es el Ángel del Señor Jesucristo. Seguirá siendo Su Ángel Mensajero para todo el Reino de Jesucristo, en el Milenio y por toda la eternidad.

Si la edad es eterna y el Mensaje también, pues el mensajero también tiene que ser un mensajero para siempre.

Y siendo que es la edad y etapa del Amor Divino, por lo cual el reverendo William Branham colocó en la Edad de la Piedra Angular: “Amor”, porque es el amor ágape, de Dios; ese amor ágape de Dios hacia nosotros no se puede apagar. Y ahora, nosotros no podemos dejar que se apague de nuestra parte ese amor hacia Dios, amor desde lo profundo de nuestra alma.

Y toda persona que haya fallado a Dios, toda persona que haya pecado espiritualmente o físicamente, tiene tiempo para arrepentirse; y no puede dejar que pase ese tiempo.

Ese tiempo está vigente todavía, por lo tanto aprovechen el tiempo en que estamos viviendo para arreglar su vida con Cristo como individuos.

Y ahora, veamos este misterio del avivamiento final:

1485 – “‘¿Habrá otro avivamiento, veré otro tiempo?’ (claro que lo habrá, dice…, y él aquí también lo dice). Y solo recuerden, del oeste vendrá un jinete en un caballo blanco. Cabalgaremos esta senda otra vez. Eso es correcto. Tan pronto como estemos listos. ¿Ven ustedes? Es una promesa”.

Y ahora, ¿de dónde vendrá el instrumento para el avivamiento del Día Postrero? ¿Y dónde será el avivamiento del Día Postrero? Pues en el oeste. Y ya el avivamiento de la séptima edad fue en el oeste también, la Edad de Laodicea, fue en Norteamérica ese avivamiento y de ahí se extendió a otras naciones.

Pero ahora el avivamiento de la Edad de la Piedra Angular es en la América Latina y el Caribe; por lo tanto, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19 vendrá a donde el avivamiento del Día Postrero lo llevará a cabo.

¿Y qué será esa manifestación del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19? El reverendo William Branham nos dijo en el mensaje de Los Sellos, la página 277 dice (orando dice):

“[240]… pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco (es el Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19), mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.

Vean que viene para un llamado, el llamado a los escogidos.

Y ahora, ¿cómo habrá de manifestarse el Espíritu Santo y hacer ese llamado? Página 256 del libro de Los Sellos dice:

“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.

Y así es como el Jinete del caballo blanco del Apocalipsis, capítulo 19, nos traerá el avivamiento del Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino, que se estará entrelazando con la Dispensación de la Gracia.

Y el cuarto Elías clamando en Espíritu dice: “¡Cabalgaremos esta senda otra vez!”. Y si Elías cabalga esta senda “otra vez”, es por quinta vez; porque ya la ha cabalgado por primera vez en Elías Tisbita; por segunda vez, en Eliseo; por tercera vez, en Juan el Bautista, que era el Elías de aquel tiempo; por cuarta vez, en el reverendo William Branham, que fue el cuarto Elías precursor de la Segunda Venida de Cristo; y por quinta vez cabalgará Elías, el ministerio de Elías, esa senda ministerial, y la cabalgará en este avivamiento del Día Postrero; cabalgará esta senda por quinta ocasión con el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que es Cristo, el Espíritu Santo viniendo en un hombre en el Día Postrero.

El Espíritu Santo estuvo en los siete ángeles mensajeros de las siete edades y estuvo también en los cuatro Elías anteriores; fue el Espíritu de Cristo en ellos operando esos ministerios. Y estará en este tiempo final operando el ministerio de Elías por quinta ocasión, el de Moisés por segunda ocasión y el de Jesús por segunda ocasión.

Por eso el Hijo del Hombre viene ¿con quién? Con Sus Ángeles. El Hijo del Hombre viene con Sus Ángeles. Sus Ángeles son Moisés y Elías.

Y ahora, con el Hijo del Hombre, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, viene Elías nuevamente, pero viene por quinta ocasión; el ministerio de Elías vuelve a la Iglesia del Señor Jesucristo para el avivamiento del Día Postrero.

Y Moisés también viene con ese Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19; o sea que viene el ministerio de Elías por quinta vez, y de Moisés por segunda vez; y por eso también el ministerio de Jesús estará manifestado en este tiempo final: porque viene el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, el Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero en Su Ángel Mensajero, operando los ministerios de Moisés, Elías y de Jesús, para darnos el avivamiento del Día Postrero; y así llamar y juntar a todos los escogidos de Dios del Día Postrero.

Y ahora, veamos en Apocalipsis, o veamos en el libro de Los Sellos, para que ustedes puedan ver que bajo el ministerio de Moisés y Elías la misericordia de Dios estará extendida por última vez. En esta manifestación de los ministerios de Moisés y de Elías con el ministerio de Jesús, operados por el Espíritu Santo, será la manifestación final de la misericordia de Dios para las personas.

Ahora, página 369 del libro de Los Sellos en español, dice:

“193. Ya pronto será tiempo para que acontezca todo esto del Sexto Sello. Y cuando eso suceda, será el FIN. Y en esa hora la Novia ya habrá subido, la Reina (o sea, la Iglesia-Novia de Cristo, que es la Reina; Cristo es el Rey) ya estará en su lugar. Mientras esto sucede sobre la Tierra, ella estará allá celebrando las Bodas con el Rey. Entonces el remanente de Israel es sellado y listo para salir, y en ese tiempo comienzan a estremecerse las fuerzas de la naturaleza. ¡Qué tiempo!

194. Ahora fijémonos en los últimos dos versículos de Apocalipsis 6, o sea, lo que sucederá con los que hicieron mofa y se rieron de la predicación de la Palabra vindicada del Dios viviente. Esos profetas estarán allí y harán toda clase de milagros, oscurecerán el sol, y todas esas cosas a través de ese tiempo. Luego aquellos clamarán a las piedras y a los montes, que los escondan de la misma Palabra de la cual antes se habían burlado, porque ahora lo podían ver que venía. Decían: ‘Escondednos de la ira del Cordero’. Él es la Palabra. Ellos se habían burlado de la Palabra, y ahora allí estaba la Palabra encarnada. Ellos se habían mofado grandemente de esos profetas, pero ahora había venido la Palabra encarnada. ¿POR QUE NO SE ARREPINTIERON? No pudieron; ya era demasiado tarde”.

Cuando comience el juicio divino a caer sobre la Tierra, ya será demasiado tarde. ¿Por qué? Porque ya Cristo habrá terminado Su Obra de Intercesión en el Cielo, y ya se habrá completado la Iglesia de Jesucristo, y ya estarán resucitados los muertos en Cristo y nosotros los que vivimos ya estaremos transformados; y ya será demasiado tarde para el mundo, la humanidad, pedir misericordia a Dios, porque la Puerta de la misericordia se habrá cerrado.

Cristo es la Puerta de la misericordia, y ya se habrá cerrado esa Puerta, porque Cristo habrá salido del Trono de Intercesión en el Cielo. Y de ahí en adelante ya se tienen que atener a las consecuencias de no haber aprovechado el tiempo que Dios dio para arrepentimiento.

Sigue diciendo, vean:

“¿POR QUE NO SE ARREPINTIERON? No pudieron; ya era demasiado tarde. Y ellos conocían muy bien el castigo que les esperaba; habían oído todo eso”.

O sea que los ministerios de Moisés y Elías y de Jesús estarán dando a conocer no solamente localmente, sino a nivel mundial, todo el juicio divino que vendrá sobre la gran tribulación; eso es la predicación del Día de venganza del Dios nuestro.

Y en la predicación del Evangelio del Reino está incluida esa parte de la revelación divina del Día de venganza del Dios nuestro que vendrá sobre la raza humana.

“… habían oído todo eso. Ellos habían estado en cultos como éste, y habían escuchado todas esas cosas. Ellos sabían que estaban encarando las mismas cosas que esos profetas habían predicho. Pero lo habían rechazado; despreciaron la misericordia de Dios por última vez”.

Vean dónde es que es manifestada la misericordia de Dios por última vez: fue manifestada la misericordia de Dios a través de las edades, en cada edad, cuando Dios envió al mensajero de cada edad. Cuando terminó esa edad, la misericordia de Dios pasó a una nueva edad con un nuevo mensajero y un nuevo pueblo que obtuvo la misericordia de Dios, y fueron llamados y juntados los escogidos de Dios para esa edad, y fueron sellados en el Reino de Dios.

Y ahora, vean ustedes, mientras estaba vigente una edad en ese territorio, la misericordia de Dios estaba extendida para los seres humanos.

Pero ahora, ¿dónde es que por última vez se manifiesta la misericordia de Dios? Bajo los ministerios de Moisés y Elías, de los Dos Olivos. Ellos estarán dando a conocer estos juicios divinos que han de venir sobre la Tierra; y estarán dándole a conocer también, a las personas, que hay oportunidad de misericordia, de obtener la misericordia de Dios, porque Cristo todavía está en el Trono de Intercesión en el Cielo.

Y para la Edad de la Piedra Angular, que es la edad eterna de la Iglesia de Jesucristo, la cual se abre y se cumple en la América Latina y el Caribe, se cumple con latinoamericanos y caribeños, vean ustedes, ahí la misericordia de Dios está a la disposición de toda persona.

De ahí se extiende esa revelación divina correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, se extiende a otras naciones también; y la misericordia de Dios estará disponible para toda persona que se arrepienta de sus pecados y lave sus pecados en la Sangre de Cristo, reconociendo el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario en Su Primera Venida, y sea bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo; y luego la promesa del Espíritu Santo es para esas personas.

Por eso San Pedro en el libro de los Hechos, capítulo 2, verso 38, dice:

“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”.

Es hecho el llamado en cada tiempo, en cada edad, y así también en nuestro tiempo, para que reciban la promesa del Espíritu Santo y obtengan el nuevo nacimiento.

Y ahora, Dios establece los requisitos: “Arrepentíos”. Arrepentimiento de nuestros pecados, y reconocer el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, y lavar nuestros pecados en Su Sangre, y ser bautizados en Su Nombre para recibir el don del Espíritu Santo; y así obtener el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo teofánico de la sexta dimensión.

Para en el Día Postrero, cuando Cristo termine de llamar y juntar a todos Sus escogidos en Su Cuerpo Místico de creyentes, luego Cristo saldrá del Trono de Intercesión en el Cielo, tomará el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, y abrirá ese Título de Propiedad en el Cielo; y entonces reclamará a todos los que Él ha redimido con Su Sangre preciosa, resucitará a los muertos en Cristo y a nosotros nos transformará.

Y luego estaremos aquí en el nuevo cuerpo, el cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, de 30 a 40 días; como Cristo cuando resucitó: estuvo 40 días aquí en la Tierra, y los santos que resucitaron con Él también estuvieron apareciéndole a sus familiares por ese lapso de tiempo, aparecieron a muchos en la ciudad de Jerusalén, a muchos de sus familiares.

Y ahora, Cristo apareció a Sus discípulos, entre los cuales estaba la virgen María y estaba Su tía Salomé o Shalomé, y estaban Sus primos Jacobo y Juan, y estaban todos los demás creyentes en Cristo; a ellos se les apareció Jesucristo ya resucitado en un cuerpo glorificado, en cuerpo ya glorificado. Él había dicho que el Hijo del Hombre sería glorificado.

Y ahora, el Hijo del Hombre fue glorificado, y también fue glorificado el nombre que trajo el Hijo del Hombre, porque vino en el nombre de Su Padre, e hizo las Obras en el nombre de Su Padre.

Y ahora, nosotros hemos llegado al fin del tiempo, hemos llegado al final de la Dispensación de la Gracia y comienzo, o sea, entrelace, de la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia. Y está extendida la misericordia de Dios por última vez.

Cuando los muertos en Cristo resuciten y nosotros seamos transformados, ya no habrá Sangre en el Trono de Intercesión en el Cielo, porque Cristo ya no estará allí; por lo tanto ya no habrá misericordia extendida para los gentiles.

Pero todavía Él está en el Trono de Intercesión y nosotros todavía estamos en estos cuerpos mortales; por lo tanto, hay oportunidad para arrepentirnos de todo pecado, falta o error que hemos cometido, y de todo enfriamiento espiritual que hayamos tenido, para que todos estemos ardientes en el primer amor. ¿El primer amor a quién? A Jesucristo.

Vamos a tener a Benjie por aquí con ese cántico, el cual todos podemos cantar también, podremos cantar con Benjie, el cual dice: “Nunca dejaré mi primer amor (¿por quién?) por Jesucristo”. “Nunca dejare mi primer amor”.

Bueno, hemos visto ya claramente nuestro tema: “CRECIENDO EN EL PRIMER AMOR”, lo cual podemos obtener amándolo con toda nuestra alma, escuchando Su Voz, recibiendo Su Palabra, escuchando y leyendo Su Palabra, y trabajando en Su Obra de todo corazón con amor divino, amor ágape, en y desde lo profundo de nuestro corazón; esa es la forma y única forma en que Jesucristo acepta nuestra adoración y nuestro trabajo en el Señor, hacia Él.

Ya tenemos por aquí a José Benjamín… Aquí pues estaremos todos cantándolo desde lo profundo de nuestra alma y con amor divino hacia Cristo: “Mi primer amor”.

Nunca dejaré mi primer amor en Jesucristo,

Nunca dejaré ese primer amor en Él.

Su Voz siempre escuchare atentamente,

Sus pasos seguiré hacia la eternidad,

Me amaste primero y en mí te fijaste

antes de la fundación de este mundo.

Pronto yo estaré ya transformado,

Tu meta cumplida, y la mía también,

y la mía también, y la mía también.

“Nunca dejaré ese primer amor”, dígalo con toda su alma, con todo su corazón; hable siempre en forma positiva; y así iremos creciendo en ese primer amor, que es el amor ágape, el amor divino, de Dios; en ese primer amor es que todos tenemos que ir creciendo.

Arreglen sus vidas. Como dice: “Arrepiéntete. Mira de dónde has caído y arrepiéntete. Si no te arrepintieres, vendré y quitaré tu candelero de su lugar”. Eso nos dice el reverendo William Branham: “Quitaré el mensajero”. Y cuando se lleva al mensajero, pues ahí ya la cosa va a cambiar de edad en edad para el pueblo. Pero mientras está el mensajero hay oportunidad para arrepentirse, porque la misericordia de Dios está extendida en ese tiempo.

Y ahora, en nuestra edad es extendida la misericordia de Dios por última vez; y siendo por última vez, no podemos dejar pasar esa última vez.

Esa última vez en que la misericordia de Dios es extendida, vean ustedes, nosotros tenemos que agarrarnos de Cristo y estar arrepentidos de todos nuestros pecados, faltas y errores; y de haber dejado que se enfríe ese primer amor en nuestra alma, en nuestro corazón, para servirle con ese primer amor, ese amor del comienzo.

Así que aprovechemos mientras la misericordia está extendida por última vez, para que así los que han fallado sean restaurados al primer amor; y crezcan, vayan creciendo en el primer amor. Crezcamos todos en ese primer amor. No dejemos que se enfríe ese primer amor en nuestra alma, en nuestra vida.

Y a la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes: no se enfríe ese primer amor en nuestra edad, la Edad de la Piedra Angular. Sirvamos a Cristo en y con ese primer amor, y que Él nos guíe en la forma que Él ha establecido, como guio a Su pueblo en cada edad a través del mensajero de cada edad, y como guio a Su pueblo Israel a través de los profetas y mensajeros que Él envió. Y así la guianza sea la guianza del Espíritu Santo por medio del instrumento de Dios.

Cuando se enfriaron las edades, cada edad, y se enfrió el pueblo, entonces buscaron guianza humana. Pero ahora, vean ustedes, en cada edad hubo la guianza de Dios mientras el pueblo estaba amando a Cristo y estaba libertado. Y así es también para todos nosotros.

Adelante, sirviendo a Cristo y CRECIENDO EN EL PRIMER AMOR.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta tarde, dándoles testimonio de ese primer amor y de cómo estar creciendo en ese primer amor, y trabajando en Su Obra en y con ese primer amor.

Dejamos nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar; y luego continuar de nuevo (¿tienen bautismos hoy?)… pues continuar de nuevo en los bautismos para las personas que nunca han sido bautizadas en el Nombre del Señor Jesucristo; para que así sean bautizadas arrepentidos de sus pecados.

Los requisitos son haber creído la Palabra, el Evangelio de Jesucristo, haber reconocido Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, reconocer que con Su Sacrificio Él quitó nuestros pecados, porque derramó Su Sangre en la Cruz del Calvario, y Él llevó allí en Su cuerpo nuestros pecados; y haber recibido a Cristo como su Salvador arrepentido de sus pecados; y ser bautizado entonces en el Nombre del Señor Jesucristo.

Una persona que no se ha arrepentido y no ha reconocido a Cristo como su Salvador, pues no está listo para ser bautizado; ni siquiera le interesa ser bautizado. Pero cuando la persona ha visto que Cristo es el único que lo puede salvar; y ha mirado a Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario con una mirada de fe: esa mirada de fe lo puede salvar; porque ha creído en Jesucristo como su Salvador personal. Y el Sacrificio de Cristo y Su Sangre derramada y la salvación que Él allí nos compró, se hace realidad en la vida de la persona; por lo tanto, la persona debe ser bautizada lo más pronto posible.

Pueblo querido, Jesucristo está contigo en vuestra edad y en ese entrelace dispensacional en que estamos, y yo también estoy contigo; por lo tanto, la misericordia de Dios está extendida para ti y para mí en este tiempo final.

Con nosotros nuestro amigo y hermano Miguel Bermúdez Marín.

“CRECIENDO EN EL PRIMER AMOR”.

[Revisión abril 2020]

1 San Mateo 22:37-39, San Marcos 29-31, San Lucas 10:25-28

2 1 Samuel 8:6-7

3 Apocalipsis 3:21

4 San Mateo 19:29

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