Muy buenas noches, amados amigos y hermanos reunidos en esta noche para tomar la Santa Cena, la cual también es llamada la Comunión. Leemos lo que San Pablo explicó acerca de la Santa Cena, para que así nosotros la tomemos conscientes de lo que estamos haciendo, sabiendo el significado de ella para nuestras vidas. Dice San Pablo en Primera de Corintios, capítulo 11, versos 23 al 34:
“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.
Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen (o sea, muchos han muerto).
Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;
mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.
Así que, hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros.
Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LA SANTA CENA.”
San Pablo dice que El está enseñando lo que El aprendió del Señor. Dice:
“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado.”
Y ahora, conforme a toda esta revelación divina con relación a la Santa Cena, San Pablo nos enseña que la noche que fue entregado Jesucristo El en la Santa Cena, la última Cena, tomó pan, lo bendijo, lo partió y dio a Sus discípulos, y dijo: “Comed, esto es mi Cuerpo que por vosotros es partido, haced esto en memoria de mi.” Y luego tomó la copa, bendijo y dio a ellos a tomar y dijo: “Esta es la Sangre del Nuevo Pacto que por vosotros es derramada.” O sea, que el pan representa el cuerpo de Cristo y la copa, el vino, o sea, el vino representa la Sangre de Cristo que sería derramada en la Cruz del Calvario.
Y ahora, la Santa Cena es un memorial, es en memoria de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario, en donde recordamos el Cuerpo de Cristo siendo partido por nosotros, siendo crucificado, y recordamos la Sangre de Cristo siendo derramada por nosotros para limpiarnos de todo pecado y así entrar al Nuevo Pacto bajo la Sangre del Nuevo Pacto que es la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y siendo que esto es un memorial, como fue un memorial la pascua que el pueblo hebreo guardaba año tras año, sacrificaba la pascua el día 14 que era la víspera de la pascua, porque la pascua era el día 15, pero en la víspera de la pascua el cordero pascual era sacrificado. Esto era hecho en memoria de lo que sucedió en Egipto, en donde el cordero pascual fue sacrificado por cada familia hebrea, su sangre fue colocada en el dintel y los postes de sus casas y el cordero fue asado y colocado dentro de sus hogares para comersélo durante la noche de la pascua.
Vean, ellos estaban comiendo la pascua, el cordero pascual, con la sangre de ese cordero pascual aplicada en el dintel y los postes de la puerta de sus hogares, lo cual garantizaba la vida de todos los primogénitos que estaban allí. En algunas ocasiones cuando la familia era pequeña, se unían dos familias, para que así con un cordero dos familias celebraban la pascua. Por lo tanto en una casa podían estar dos primogénitos, uno de cada familia.
Y ahora, para que los primogénitos no murieran en esa noche de la pascua en donde la muerte pasaría por Egipto, en donde Dios visitaría a los egipcios y la muerte llegaría a los hogares de los egipcios y morirían los primogénitos; para la preservación de la vida de los primogénitos hebreos se llevo a cabo el sacrificio de la pascua, se sacrificó la pascua en la víspera de la pascua que fue el día 14; pero en la tarde, o sea, a la caída del sol, que eso es a eso de las 3:00 de la tarde, prepararon todo, y ya a las 6:00 de la tarde tenían que tener todo preparado y el cordero dentro de los hogares y la sangre ya aplicada en el dintel y los postes de sus hogares; porque ya después de eso no podían estar haciendo otras labores, cada uno tenía que estar recogido en su hogar con la pascua, el cordero pascual, asado ya dentro; por lo tanto tenían alrededor de 3 horas para el sacrificio, asar el cordero, colocarlo dentro de los hogares y la sangre estar aplicada dentro de sus hogares.
Y ahora, todo eso que fue hecho allí era para que durante la noche de la pascua, que ya caía el día 15, porque los días en medio del pueblo comienzan en la tarde y terminan en la tarde, a la caída del sol; o sea, que en algunos lugares es las 6:00 de la tarde y en otros lugares —depende la temporada— si es en invierno, pues el día termina en una hora más temprana, si es en verano pues el día es más largo y termina en una hora más tarde.
Pero ahora vean ustedes, el pueblo hebreo siendo que comienzan los días y los termina en la tarde, en la caída de la tarde del día 14 se sacrificaba el cordero a eso de las 3:00 de la tarde, se tenían como 3 horas para preparar todo, y ya cuando llegaba el momento en que terminaba el día y comenzaba el otro día ahí en la tarde, ya el día 15 que comenzaba ahí mismo en la tarde, comenzaba la pascua, y la pascua, el cordero pascual, lo comían ¿con qué Miguel? ¿Ahí mismo en ese día comenzaban? Comenzaban a comer la pascua con pan sin levadura y con hiervas amargas. Por eso el pan de la Santa Cena se prepara sin levadura.
Y durante esa noche ellos estaban comiendo la pascua, y tenían desde que comenzaba ese día 15 hasta la mañana para comerse el cordero. Y si el primogénito de la familia le preguntaba a su padre:
—“Papá, esta noche pasa Dios por todo Egipto, por lo tanto los hogares nuestros están en Egipto y morirán los primogénitos que habitan en Egipto. Papá, ¿qué será de nosotros?”
—“Hijo, estate tranquilo, nosotros hemos sacrificado el cordero pascual y su sangre está aplicada en el dintel y los postes de este hogar. ¿Tu viste que yo apliqué esa sangre ahí en los postes y en el dintel de la puerta? Eso es la sangre del cordero pascual. Y el cordero pascual aquí lo tenemos asado y nos lo estamos comiendo. Y Dios dijo que cuando pase por Egipto verá la sangre y pasará de los hogares donde esté la sangre aplicada. Por lo tanto, hijo, no tengas miedo de morir, estate tranquilo hijo mio, primogénito mio estate tranquilo porque la vida de ese animalito que está en la sangre (porque la vida está en la sangre) está ahí en la puerta de nuestro hogar; y aquí nos estamos comiendo el cordero pascual, y Dios dijo que cuando vea la sangre pasará, no entrará aquí la muerte, Dios no dejará que entre la muerte aquí. Estate tranquilo, estás seguro dentro de esta casa. Ahora, no te vayas a salir de aquí. La garantía está en estar dentro de la casa.”
Y ahora, todo esto es tipo y figura de lo que Dios hará en una nueva dispensación, la Dispensación de la Gracia. Pero vean ustedes, en el tipo y figura ellos vivieron una realidad, aunque era un tipo y figura, pero era una realidad para ellos; pero era un tipo y figura para una nueva dispensación que vendría más adelante.
Vean ustedes, vino la muerte a Egipto y murieron los primogénitos de los egipcios que no tenían la revelación del cordero pascual y su sangre aplicada sobre el dintel y los postes de la casa, y no tenían la revelación de ese cordero para comerselo asado.
Y ahora, en Egipto, en la casa de los egipcios hubo gran llanto, gran lamento, por la muerte de los primogénitos; pero en la casa de los hebreos lo que hubo fue una noche de consagración a Dios, una noche de temor y temblor pero de acercamiento a Dios; y estaban ellos seguros porque Dios lo había prometido en esa forma, por lo tanto ellos no tenían que tener ningún miedo, lo que tenían era que hacer lo que Dios dijo que tenían que estar haciendo. Y ya durante la noche estar comiéndose el cordero pascual; y lo sobrante tenía que ser quemado antes de la mañana.
Así que si ellos decían: “Ya estamos satisfechos, ya no podemos comer más,” entonces tenían que quemar lo que sobró.
Ahora, viendo que todo esto fue para liberación del pueblo hebreo, también para la preservación de la vida de los primogénitos, y luego vino la liberación del pueblo hebreo; luego Dios dijo que se mantuvieran año tras año, en el mes primero del año religioso que es el mes de Abid o Nisán, el día 14 sacrificando la pascua, teniendo la pascua; y ya al comenzar el día 15 en la tarde comienza la pascua y todos tienen que estar recogidos en sus hogares, y no puede haber levadura en sus hogares.
O sea, que es algo bien importante lo que se lleva a cabo en esa noche en medio del pueblo hebreo durante la Dispensación de la Ley; aunque todavía lo siguen haciendo, pero ya eso fue para la Dispensación de la Ley, pero como ellos no saben que ya la Dispensación de la Ley terminó y comenzó una nueva dispensación, todavía siguen llevando a cabo la pascua.
Ahora, la última Pascua ¿cuál fue (bajo la Ley)? ¿Saben ustedes cuál fue la última Pascua bajo la Ley? La que Jesucristo y en la que Jesucristo estuvo.
Y ahora, ya después de esa pascua y ese memorial ya entrarían a una nueva dispensación y entonces tendrían en memoria de Jesucristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, tendrían el memorial de la Santa Cena. Todo eso fue representado en el memorial de la pascua que el pueblo hebreo ofrecía o sacrificaba a Dios.
Y ahora vean ustedes, el tipo y figura de la Santa Cena está allá en el memorial de la pascua que ellos año tras año llevaban a cabo, recordando el cordero pascual que fue sacrificado, su sangre aplicada en el dintel y los postes de las puertas de los hogares hebreos y el cuerpo del cordero pascual asado y siendo comido por ellos.
Y ahora miren ustedes, este tipo y figura es tan grande que Cristo hablando en San Juan, capítulo 6, versos 47 en adelante, dijo:
“De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.”
Y ahora, un hombre decir: “El que cree en mi tiene vida eterna,” tiene que ser un Hombre que de verdad sea la vida eterna y que pueda impartir la vida eterna a otras personas.
“Yo soy el pan de vida.
Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron.
Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera.
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”
Y ahora vean ustedes cómo Cristo enseña que hay que comer Su Carne, como había que comer el cordero pascual luego que era sacrificado el cordero pascual, en la víspera de la pascua era sacrificado y en la noche de la pascua se comían el cordero.
Y ahora, Cristo moriría en la víspera de la pascua.
“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.”
Y ahora, ¿cómo nos vamos a comer la Carne de Jesucristo y beber Su Sangre? ¿Cómo nos vamos a comer la Sangre y beber la Sangre del Cordero de Dios? Esto era lo que no podían comprender estos judíos. “¿Cómo puede éste darnos a comer Su Carne?” Dice:
“El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.”
Y ahora, ¿cómo nos vamos a comer Su Carne y a beber Su Sangre?
“Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.”
Por lo tanto tenemos que comer Su Carne y beber Su Sangre.
Cuando El murió en la víspera de la pascua Su Cuerpo fue allí crucificado, fue partido por nosotros, y Su Sangre fue derramada por nosotros.
Y ahora, ¿cómo nos vamos a comer Su Carne y a beber Su Sangre? Su Carne es la Palabra y Su Sangre es el Espíritu Santo. Porque la vida de la Sangre es el Espíritu Santo, y la vida de la Sangre es la que viene al creyente, al adorador, cuando Lo recibe como Su Salvador, lava sus pecados en Su Sangre, es bautizado en Su Nombre y recibe el Espíritu Santo; cuando recibe el Espíritu Santo ha venido la vida de la Sangre de Jesucristo.
Y así como El dijo a la mujer Samaritana y también en el último día de la gran fiesta de los tabernáculos, cuando dijo: “Si alguno tiene sed venga a mi y beba.” Esto lo dijo hablando del espíritu que habían de recibir los que creyesen en El, pues aun no había venido el Espíritu Santo, porque El todavía no había sido glorificado, El sería glorificado cuando El muriera y resucitaría glorificado y entonces ya podía darnos Su Espíritu Santo, darnos a beber del Agua que salta para vida eterna que es el Espíritu Santo, que es la vida de la Sangre.
Y ahora, la vida de la Sangre del Cordero de Dios viene al individuo y lo sella en el Reino de Dios, se produce el nuevo nacimiento en la persona y así la persona ha bebido de la Sangre de Jesucristo, ha bebido del Agua que salta para vida eterna. Cuando ha recibido Su Palabra se ha comido la carne de Jesucristo.
Y ahora vean ustedes de etapa en etapa, de edad en edad, durante toda la Dispensación de la Gracia se ha estado viviendo durante el tiempo de la noche, por lo tanto se ha estado viviendo durante el tiempo de la pascua en donde la muerte ha estado visitando la raza humana y han estado muriendo espiritualmente millones de seres humanos, porque el que no cree ya es condenado, pero el que cree, el que cree es salvo por Cristo, el que cree tiene vida eterna.
Y ahora, el que cree obtiene el Espíritu Santo y es aplicada la vida de la Sangre en el dintel y los postes de la puerta su corazón, de su alma. Por lo tanto esa alma está segura, porque tiene aplicada la Vida de la Sangre de Jesucristo ahí dentro.
Y ahora, vean ustedes cómo comemos el Cuerpo de Cristo, Su Carne, y cómo bebemos Su Sangre: recibiendo Su Palabra, creyendo en Jesucristo como nuestro Salvador y lavando nuestros pecados en Su Sangre y siendo bautizados en Su Nombre estamos comiendo la Carne de Jesucristo, y recibiendo Su Espíritu Santo estamos bebiendo la Sangre de Jesucristo. ¿Vieron lo sencillo que es todo?
Y ahora, por eso es que San Pedro dice:
“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
Por eso también Cristo le habló a Nicodemo diciéndole: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios.” Nicodemo estando interesado en el Reino de Dios y sabiendo que Jesús había sido enviado por Dios, le pregunta: “¿Cómo puede hacerse esto? ¿Cómo puede hacerse? ¿Hay que nacer de nuevo y cómo se puede nacer de nuevo? Pues ningún hombre ha podido nacer de nuevo a través de una mujer.”
Y ahora, Nicodemo estaba interesado en conocer este misterio del nuevo nacimiento y le pregunta: “¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo…?” Y si ya estaba viejo Nicodemo ¿cómo estaría su mamá? Si estaba viva. Y si estaba muerta era imposible para Nicodemo nacer de nuevo, según lo que él pensaba que era el nuevo nacimiento. Pero las cosas de Dios son mas sencillas de lo que la mente humana las puede concebir.
Y ahora, “¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre y nacer?” Le pregunta Nicodemo a Jesús. Jesús le dice que lo que saben eso es lo que hablan las personas, en un momento de esos que estuvo hablando con él le dijo así.
Y ahora Jesús le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del agua y del espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.”
Y ahora, por medio del nuevo nacimiento que es producido por el Espíritu Santo nacemos en el Reino de Dios y obtenemos el cuerpo teofánico de la sexta dimensión y así tenemos vida eterna, tenemos la vida de la Sangre aplicada en nosotros. Y para el Día Postrero en adición El nos dará el cuerpo glorificado y eterno. De lo cual hemos hablado en otras ocasiones y hablaremos con más detalles en otras ocasiones futuras. Pero ahora estamos hablando de comer la Carne del Hijo del Hombre y beber Su Sangre, lo cual representamos en la Santa Cena.
Y ahora, la Santa Cena representa: aquí el pan representa el Cuerpo de Cristo que fue sacrificado por nosotros, partido por nosotros, y El es el Verbo que se hizo carne, El es la Palabra, el Verbo que se hizo carne. Por lo tanto el pan representando el Cuerpo de Cristo, representando el Verbo que se hizo carne, representando la carne del cuerpo físico de Cristo, y siendo que es el Verbo que se hizo carne; ahora el Cuerpo de Cristo representado en el pan, vean ustedes, tiene el simbolismo correcto para nosotros llevar a cabo el memorial de la Santa Cena.
Y ahora escuchemos lo que dijo el Rvdo. William Branham en la página 22 del mensaje “Comunión,” o sea, del mensaje de Santa Cena que llevo a cabo el día 04 del mes de febrero del año 1962, en la página… eso fue en Jeffersonville, Indiana, en la página 22 y párrafo 121, dice:
“Ahora, permítanme terminar al decir estas palabras, antes de pasar a la mesa de la comunión. La Sangre y el Cuerpo del Señor, mezclados con fe, que la Sangre y el Cuerpo, eso es el Espíritu y la Palabra, mezclados con fe, equivalen a la Vida Eterna.”
Por eso: “El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” {San Juan 5:24 – Editor}.
Y ahora, el Cuerpo de Cristo es la Palabra que nosotros nos comemos y Su Sangre es el Espíritu Santo que nosotros recibimos. Todo eso está representado en la Santa Cena. Nos habla el pan y el vino del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, Su Cuerpo crucificado, partido por nosotros y Su Sangre derramada por nosotros, la Sangre del Nuevo Pacto para nosotros entrar al Nuevo Pacto a través de la Sangre del Nuevo Pacto.
Cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto nosotros estamos protegidos porque estamos bajo un Nuevo Pacto.
Vean, el pueblo hebreo estando bajo un Nuevo Pacto, bajo la sangre del cordero pascual encontramos que fue protegido de la muerte todo primogénito allá.
Y ahora, todo Primogénito escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, del Israel Celestial, está protegido por la Sangre del Cordero de Dios.
Y ahora, comiendo Su Carne y bebiendo Su Sangre, recibiendo Su Palabra y recibiendo Su Espíritu Santo tenemos vida eterna y estamos protegidos de la muerte, de la muerte espiritual y de la segunda muerte que es el lago de fuego.
Por lo tanto hijos e hijas de Dios, Primogénitos de Dios, escritos en el Cielo, estén tranquilos, la muerte espiritual no llegará a ustedes, y la muerte, la segunda muerte, el lago de fuego, tampoco los tocará a ustedes, porque ustedes están bajo la Sangre del Nuevo Pacto, la Sangre de Jesucristo, el Cordero de Dios. Y todos hemos estado comiendo Su Carne y bebiendo Su Sangre, comiéndonos Su Palabra y recibiendo Su Espíritu Santo.
Y ahora vean cómo el memorial de la Santa Cena habla de lo que sucedió dos mil años atrás, y nosotros en memoria de Cristo y Su Obra de Redención tomamos la Santa Cena, y habla también de nosotros comiendo Su Carne y bebiendo Su Sangre, recibiendo Su Palabra, comiendo de Su Palabra y bebiendo de Su Espíritu Santo, bebiendo Su Espíritu Santo.
“Si alguno tiene sed venga a mi y beba.” ¿De qué vamos a beber? Del agua que salta para vida eterna que es el Espíritu Santo.
Hemos visto este simbolismo de la Santa Cena señalando el Cuerpo de Cristo partido por nosotros y Su Sangre derramada por nosotros.
Cuando tomamos la Santa Cena nos habla de la Obra que nuestro Salvador Jesucristo llevó a cabo en favor de todos nosotros, y nos recuerda que Su Sangre nos limpia de todo pecado. Su Sangre nos limpió de todo pecado cuando fue derramada en la Cruz del Calvario y ha sido colocada en el Trono de Intercesión. Cristo está haciendo Intercesión con Su Sangre de etapa en etapa, de edad en edad, por toda persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, y los llama de edad en edad y los junta en cada edad, y hasta que haya entrado hasta el último de los que tienen sus nombres escritos en el Cielo, El permanecerá allí.
Por lo tanto la Sangre de Jesucristo en el Trono del Padre Celestial donde Cristo la ha colocado, como Sumo Sacerdote ha colocado Su Propia Sangre de Su propio Sacrificio para hacer Intercesión por nosotros, porque El es nuestro Intercesor, El es el Sumo Sacerdote del Nuevo Pacto haciendo Intercesión por nosotros, El es el único Mediador entre Dios y los hombres.
Y ahora, en la Santa Cena recordamos el Sacrificio que El llevó a cabo, Su Cuerpo partido por nosotros y Su Sangre derramada por nosotros, la Sangre del Nuevo Pacto, para nosotros poder entrar al Nuevo Pacto en la Dispensación de la Gracia. Y también la Santa Cena nos recuerda que estamos comiendo Su Palabra, que hemos comido Su Palabra, porque Su Cuerpo es la Palabra, y el pan representa la Palabra, porque El es el Verbo, la Palabra; y el vino representa el Espíritu Santo que es la vida de la Sangre. Ya eso es en tiempo presente para cada hijo de Dios en el tiempo que le toca vivir.
Y San Pablo dice: “Haced esto hasta que El venga.” Cuando El termine Su Obra de Intercesión en el Cielo y El tome el Título de Propiedad, lo abra y reclame todos los que El ha redimido con Su Sangre, entonces ahí El vendrá en toda Su plenitud manifestado en medio de Su Iglesia, en donde los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos eternos y nosotros seremos transformados.
“Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.” {Primera de Corintios 11:26 – Editor}.
Tomemos la Santa Cena conscientes del lo que representa para nosotros. Y conscientes de que hay una Sangre que nos limpia de todo pecado en el Trono del Padre, para todo aquel que arrepentido de sus pecados los confiesa a Jesucristo, y así la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado.
24 horas cada día está la Sangre de Jesucristo disponible para limpiar de todo pecado a cualquier hijo de Dios que luego de estar en el Cuerpo Místico de Cristo comete algún error, falta o pecado; si lo confiesa a Cristo arrepentido de sus pecados, la Sangre de Jesucristo lo limpia de todo pecado, Cristo lo perdona y lo limpia con Su Sangre de todo pecado. Por lo tanto el Cristiano no puede desanimarse en la vida porque comete algún error, alguna falta o algún pecado, porque tiene 24 horas al día la Sangre de Jesucristo disponible para limpiarlo de todo pecado. El Cristiano tiene ese privilegio y esa bendición para no desanimarse en la vida sino continuar en su vida cristiana todos los días que le toca vivir en este planeta Tierra, donde tenemos muchas luchas, muchos problemas y así por el estilo; pero tenemos a Cristo y Su Sacrificio y Su Sangre derramada por nosotros que nos limpia de todo pecado, la cual está en el Trono del Padre. Su Sacrificio y Su Sangre están allí haciendo Intercesión por todos los hijos e hijas de Dios.
Y ahora, tomemos la Santa Cena conscientes de lo que significa para todos nosotros como creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo. Tenemos un tiempo de Pascua desde el día de pentecostés hacia acá: toda la Dispensación de la Gracia es noche de Pascua, tiempo de Pascua, Día de Pascua; y antes del día de pentecostés ¿qué era? Pues antes del día de pentecostés era la víspera de la Pascua. Cuando Cristo murió eso era la víspera de la Pascua, porque la Pascua es sacrificada el día antes de la Pascua, el día antes es sacrificada la Pascua.
Y ahora, la salida del pueblo hebreo de Egipto fue ya en la mañana, eso significa que cuando haya pasado toda esta etapa de Pascua, porque Cristo es nuestra Pascua, luego en la mañana de un nuevo día dispensacional y de un nuevo milenio saldremos libres físicamente también, físicamente saldremos libres con un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.
Y ya nuestra ciudadanía física también será celestial. Todavía nuestra ciudadanía física es de la nación donde usted nació; pero pronto su ciudadanía físicamente también cambiará y tendrá una ciudadanía celestial físicamente, porque tendrá un cuerpo glorificado, eterno, inmortal, como el de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ha sido para mi una bendición grande darles testimonio de “LA SANTA CENA,” la Comunión y lo que significa para nuestras vidas en este tiempo final.
Vamos a tener que colocar un tema acerca de la liberación de Israel, paralelo a la liberación del Israel Celestial, para ver con más detalles todas estas cosas de la pascua y también de la expiación, y ver cómo en el Israel Celestial son cumplidas estas promesas divinas.
El pueblo hebreo pronto va a ver la Pascua y también van a ver la Expiación. Pero no explicamos con muchos detalles la mecánica de cómo Dios va a obrar con el pueblo hebreo, para que ninguno venga y trate de hacer lo que Dios hará a través del Instrumento que El tenga para ese propósito. Porque siempre algunos tratan de imitar y dicen: “Pero si esto es sencillisimo. ¡Mira qué sencillo es!” Ya estaban viendo la mecánica y tratan de que Dios los use, pero no tienen ninguna dinámica, por lo tanto no tienen el Espíritu de Dios para cumplir esa promesa a través de ellos y entonces lo que hacen es poner estorbos para cuando Dios va a cumplir esa promesa.
Ahora, nadie quiere ser un imitador, y como nadie quiere ser un imitador entonces dejamos que Dios sea el que obre y use al que El ha escogido para ese propósito, para que llame y junte a los escogidos del pueblo hebreo con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino. El conocerá la mecánica y también la dinámica; como Moisés conocía la mecánica y también la dinámica.
Ahora, podemos ver para esta ocasión lo que significa la Santa Cena para nosotros. La Santa Cena en donde recordamos esa Fuente que se abrió para la purificación del pecado, para purificar a cada hijo e hija de Dios; esa Fuente se abrirá también para el pueblo hebreo conforme al capítulo 13, de Zacarías, también en el capítulo 12 nos habla y en el capítulo 14.
Pero vamos a dejar al pueblo hebreo quietecito, el Israel terrenal, porque tenemos al Israel Celestial que es el que Dios está atendiendo en el principio; y Dios no trata con dos pueblos a la misma vez, ni tampoco con dos profetas mayores a la misma vez, no tiene dos profetas mayores al mismo tiempo, o sea, para la misma edad o la misma dispensación.
Bueno, tomemos entonces la Santa Cena, la Comunión, conscientes de lo que significa para todos nosotros.
Muchas gracias por vuestra amable atención y dejo nuevamente al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para continuar con ese memorial tan importante que es la Santa Cena.
Que Dios me los bendiga a todos, me los guarde y que la Santa Cena para ustedes sea de grande bendición, recordando a Cristo en Su Primera Venida y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario siendo partido Su Cuerpo por nosotros y siendo derramada Su Sangre, la Sangre del Nuevo Pacto por todos nosotros.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
Con nosotros nuestro amado hermano y amigo Miguel Bermúdez Marín y también nuestro hermano y amigo, el Rvdo. Tirzo Ramiro Girón estará también ayudándole a Miguel y si en algún momento me necesitan también por aquí, también me pueden llamar y si no, pues cuando sea el momento de tomar el pan y tomar la copa entonces me llaman.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“LA SANTA CENA.”