Muy buenas tardes, amados hermanos y amigos presentes; es para mí una bendición grande estar con ustedes nuevamente, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual quiero leer en el libro de Exodo, capítulo 23, y Malaquías, capítulo 3. Exodo, capítulo 23, verso 20 al 23, dice Dios:
“He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.
Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.
Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.”
Y pasamos a Malaquías, capítulo 3, verso 1, donde dice:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: “EL ANGEL DEL PACTO HACIENDO HISTORIA.”
El Angel del Pacto, el Angel de Jehová, haciendo historia en el Antiguo Testamento lo encontramos creando todas las cosas. “En el principio creó Dios los cielos y la Tierra.” Este Angel del Pacto es el mismo Dios, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
Ahora vamos a ver (hasta donde podamos) este misterio del Angel del Pacto; para que así conozcamos al Angel del Pacto, conozcamos quién es el Angel del Pacto y así conozcamos a nuestro Dios que es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el cual es el mismo Dios.
Dice el Rvdo. William Branham hablándonos del Angel del Pacto, del Angel de Jehová, dice:
“Eso era Jehová. Eso era Jehová Dios. Y ahora como todos los teólogos lo llaman, una teofanía salió de allí, que fue llamada en lo espiritual ‘El Verbo, el Verbo que salió de Dios. Es difícil de explicar, pero era una parte de Dios. Ahora está aquí lo que aconteció . . . El Verbo; y esta gran fuente; de Espíritu quién no tuvo principio ni fin. Este gran Espíritu empezó a formarse en la creación, y el Verbo que salió de ello fue el Hijo de Dios. Era la única forma visible que el Espíritu tenía. Y era una Teofanía, que quiere decir un cuerpo, y el cuerpo era como un hombre, Moisés lo vio cuando pasó a través de la roca (o frente a la roca). Y él lo vio, y dijo: ‘Parecía como la parte o la espalda de un hombre.’ Es el mismo tipo de cuerpo que nosotros recibimos cuando morimos aquí. ‘Si este tabernáculo terrestre se deshiciere nosotros tenemos uno ya esperando.”
Y pasamos a la página 144. Ya leímos la página 17, el párrafo 128; y ahora en la página 144, donde nos cita un extracto del mensaje: “¿Quién es este Melquisedec?” Recuerden que este Melquisedec es el Verbo que era con Dios y era Dios, el cual es un hombre de la sexta dimensión, un cuerpo angelical; por eso se le llama el Angel de Jehová, porque es un cuerpo angelical en el cual mora Dios, y esa es la imagen de Dios. Dice en la página 144, verso o párrafo 1286:
“El fue en el comienzo la Palabra, un cuerpo en morfe. El entró y vivió en eso en la Persona de Melquisedec. Entonces nunca oímos más de Melquisedec porque El Se convirtió en Jesucristo. Melquisedec fue el Sacerdote, pero Se convirtió en Jesucristo. Ahora Uds. pasaron por alto eso, porque en aquella forma El sabía todas las cosas. Y Uds. vinieron del atributo a la carne para ser tentados.”
O sea, que el pueblo no pasó primero para estar en cuerpo teofánico y después venir aquí a la Tierra en cuerpos, sino que pasó del atributo a carne, al nacer a través de nuestros padres terrenales, y obtuvimos un cuerpo físico mortal, corruptible y temporal, y un espíritu del mundo; no el espíritu o cuerpo teofánico de la sexta dimensión, sino un espíritu de la quinta dimensión. Por eso se requiere el nuevo nacimiento para obtener el cuerpo teofánico de la sexta dimensión.
“Pero cuando esta vida esté terminada aquí…’ Si este tabernáculo terrestre se deshiciere, tenemos uno ya esperando.’ Eso es adonde vamos; eso es la Palabra (o sea, la Teofanía, el Verbo). Entonces podemos mirar atrás y ver lo que hicimos (o sea, que estando en el cuerpo teofánico cuando la persona parte, puede mirar hacia atrás y ver lo que sucedió).
Ahora no lo entendemos. Nunca nos hemos hecho la Palabra, sólo somos hombres de carne, no la Palabra; El se hizo la Palabra, la teofanía que podía aparecer y desaparecer; entonces El se hizo carne y volvió a regresar, resucitó ese mismo cuerpo en una condición glorificada (ahí está el secreto del porqué no conocían a Cristo luego que Cristo resucitó de entre los muertos, porque resucitó en una condición glorificada). Pero Uds. pasaron la teofanía (o sea, pasaron por alto la teofanía) y se hicieron hombres de carne para ser tentados por el pecado.”
Y ahora vean ustedes, este misterio del Angel del Pacto haciendo historia mientras estaba en Su cuerpo teofánico, y luego cuando se hizo carne y vivió en medio de la raza humana y lo conocemos en la Escritura, en la historia Bíblica, como nuestro amado Señor Jesucristo.
Leemos también en la página 11-A del libro de “Citas,” en el párrafo 109, donde dice:
“El fin está aquí; el Hijo prometido está presto a venir a la simiente de Abraham. Y tal como Sodoma va a ser quemada, algún día no quedará roca sobre roca en Phoenix. El valle será barrido (o sea, el valle será limpiado).”
Aquí podemos ver que para este tiempo final estando nosotros viviendo en el tiempo en que es como Sodoma y como Gomorra, todas estas cosas, estos juicios divinos que están profetizados van a ser cumplidos cuando se complete el número de los escogidos de Dios y Cristo termine Su Obra de Intercesión.
Ahora, tenemos nosotros que entender algo muy importante en cuanto a todo este Programa Divino que desde otra dimensión se materializa en esta Tierra: el Hijo de Dios que ha venido al mundo haciéndose carne en medio del pueblo hebreo es el Verbo que era con Dios y era Dios, que es el mismo Cristo pero en Su cuerpo teofánico, ese es el Hijo de Dios, y se hizo carne y habitó entre los seres humanos, y Su cuerpo físico también vino a ser Hijo de Dios porque fue creado por Dios, salió de Dios.
Y ahora, tenemos un misterio muy grande el cual la ciencia todavía no ha podido comprender, pero que es un misterio tan sencillo que hasta los niños lo pueden comprender.
Vean ustedes cómo el Hijo de Dios antes de hacerse carne ya existía y era nada menos que el Angel de Jehová, Cristo en Su cuerpo teofánico. Por eso El podía decir: “Antes que Abraham fuese Yo Soy.” El podía decir: “Abraham deseó ver mi día, lo vio y se gozó.” Porque El es el Verbo que era con Dios y era Dios conforme a San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho (o sea, que El es el Creador de los Cielos y de la Tierra. ‘En el principio creó Dios los Cielos y la Tierra’).
En él estaba la vida (vean de dónde viene la vida y dónde está la Vida Eterna), y la vida era la luz de los hombres.
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan (o sea, Juan el Bautista).
Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.
No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.”
Venía a este mundo el Verbo que era con Dios y era Dios; o sea, que Dios con Su cuerpo teofánico de la sexta dimensión venía a esta dimensión terrenal, a esta dimensión de luz, tiempo y materia. Ahora vean cómo Dios viene descendiendo de la séptima dimensión que es la dimensión de Dios, esa séptima dimensión donde Dios existe.
Ahora vean, de ahí Dios viene descendiendo, y al tener un cuerpo teofánico que es Su imagen, la forma visible de Dios, en la forma de un hombre pero de otra dimensión que es un ángel: el Angel de Jehová, el cual es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico, cuerpo angelical.
Ahora vean cómo descendió de la séptima dimensión a la sexta dimensión para hacer historia. El creó el universo completo, y eso es Dios haciendo historia. La historia de la Creación pertenece a una sola Persona: a Dios.
Vean ustedes cómo aquí en Job encontramos a Dios creando todas las cosas. Vamos a ver cómo todo esto sucedió, en el capítulo 38 de Job, dice… verso 3 en adelante de Job, capítulo 38, dice:
“Ahora (le dice Dios a Job) ciñe como varón tus lomos;
Yo te preguntaré, y tú me contestarás.
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? (¿quién fundó la Tierra? Dios)
Házmelo saber, si tienes inteligencia.
¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes?
¿O quién extendió sobre ella cordel?
¿Sobre qué están fundadas sus bases?
¿O quién puso su piedra angular,
Cuando alababan todas las estrellas del alba,
Y se regocijaban todos los hijos de Dios?”
Y ahora, ¿quién fundó la Tierra? ¿Quién la creó? Dios. Y todo pertenece a Dios.
Y ahora, todos los hijos de Dios, los hijos, las estrellas de la mañana, estaban con El cuando Dios creaba la Tierra, y se regocijaban con Dios.
Y ahora, nos dice en San Juan, capítulo 1, que el Verbo hizo todas las cosas: “Por El fueron hechas todas las cosas, y sin El nada de lo que ha sido hecho fue hecho.” Era el Verbo, el Angel del Pacto, Dios en Su cuerpo teofánico, en Su cuerpo angelical creando el universo completo, entre el cual está el planeta Tierra, el sistema solar nuestro con el planeta Tierra.
Y ahora, toda la Creación la llevó a cabo una sola Persona el cual es Dios en Su cuerpo teofánico, el cual es Jesucristo en Su cuerpo teofánico; y luego cuando apareció en la Tierra descendió de la sexta dimensión más abajo a esta dimensión terrenal en un cuerpo de carne el cual creó en el vientre de María, el cual se multiplicó célula sobre célula, y luego nació en Belén de Judea; ése es el cuerpo físico de Dios, y esa es la semejanza de Dios física en la cual fue visto Dios manifestado en toda Su Plenitud en medio del pueblo hebreo.
Por eso le hablaba a la Creación, le hablaba al mar y el mar le obedecía, le hablaba a los vientos, le hablaba a la tempestad y la tempestad le obedecía, le hablaba al pan y a los peces que se multiplicasen y se multiplicaban. Así como Dios dijo a todo árbol y a las aves y a los animales que se multiplicasen allá en el Génesis, ahora vean ustedes cómo le habla a aquellos panes y peces que le dieron y los multiplicó, y comieron en una ocasión 5000 personas y en otra ocasión 4000 personas; hombres, sin contar los niños y las mujeres; contando los niños y las mujeres podían llegar a 10000 personas.
Y ahora, viendo que Jesucristo es el mismo Creador de los Cielos y de la Tierra viniendo en medio de los seres humanos en carne humana, descendiendo a esta dimensión terrenal para llevar a cabo la Obra de Redención por medio de Su propio cuerpo de carne, colocándola en Sacrificio vivo en la Cruz del Calvario por todos nosotros.
Ahora podemos ver que nuestro amado Señor Jesucristo no es cualquier persona, sino que es un Personaje más grande del que la humanidad se ha imaginado, es la Persona más grande y más importante no solamente del planeta Tierra, sino del universo completo, porque es el mismo Dios hecho hombre en medio de la raza humana, Emanuel —que traducido es Dios con nosotros—, como nos dijo el profeta Isaías en el capítulo 7, verso 14, cuando dijo que daría una señal.
“He aquí os daré una señal: la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y se llamará su nombre Emanuel (—que traducido es Dios con nosotros— Emanuel significa Dios con nosotros).”
Ahora hemos visto quién es nuestro amado Señor Jesucristo: es nada menos que el Angel del Pacto, el Angel de Jehová que libertó al pueblo hebreo, el mismo Angel que también le apareció a Josué con Su espada en Su mano, y le dijo que era el Príncipe de los ejércitos de Jehová, de los ejércitos de Dios, es el Príncipe de los ejércitos celestiales y es el Príncipe de los ejércitos de Israel, El es el Príncipe de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, El ha estado haciendo historia en el Antiguo Testamento estando en Su cuerpo teofánico, y luego vino en medio de la raza humana en un cuerpo físico e hizo historia, la historia de la Redención, la cual tenemos contenida en nuestras Biblias, en los evangelios y las cartas apostólicas, dan testimonio de la Obra gloriosa que realizó el mismo Dios cuando se hizo carne y habitó en medio de los seres humanos y fue conocido por el Nombre de Jesucristo nuestro Salvador.
Y ahora, encontramos toda la historia del Angel de Jehová, del Angel del Pacto, en medio de la raza humana en el Antiguo Testamento, bajo las diferentes dispensaciones que se cumplieron en la Biblia en la parte del Antiguo Testamento, que le llamamos desde el Génesis hasta Malaquías; y luego desde San Mateo hasta el Apocalipsis ha continuado el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, haciendo historia en medio de la raza humana y también en el Cielo.
Y ahora, tenemos la historia del Angel del Pacto como Sumo Sacerdote en medio de la raza humana luego que murió, resucitó y ascendió al Cielo; y como Sumo Sacerdote ascendió al Cielo y se sentó a la Diestra de Dios y colocó Su cuerpo y Su Sangre en el Trono de Dios, el Trono de Intercesión.
Encontramos que El ha estado todos estos dos mil años que han transcurrido (o sea, desde que ascendió al Cielo cerca de dos mil años), haciendo Intercesión en el Cielo por cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, y así ha estado haciendo historia en el Cielo también, en la séptima dimensión, y ha estado haciendo historia en la sexta dimensión; y ha estado haciendo historia en esta dimensión terrenal a medida que Jesucristo en Espíritu Santo ha estado manifestándose de edad en edad en el mensajero de cada edad en medio de Su Iglesia, y ha estado llamando y juntando a todas Sus ovejas, a todos Sus escogidos, a través de la predicación del Evangelio, que es la Voz de Cristo llamando y juntando a Sus escogidos de edad en edad por medio del mensajero de cada edad.
¿La Obra la ha estado haciendo quién? El Angel del Pacto, el Angel de Jehová, que es el mismo Jesucristo en Su cuerpo teofánico, el cual es Jesucristo en Espíritu Santo.
Y ahora podemos ver a través de la historia de la Iglesia durante el tiempo de los apóstoles y luego durante las siete edades, podemos ver la historia del Angel del Pacto, y podemos ver la forma maravillosa que el Angel del Pacto ha obrado de edad en edad, y ha estado El reflejando en Su Iglesia todo lo que desde el Trono de Dios Cristo está llevando a cabo.
Y ahora, tenemos el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento que nos dan testimonio de la historia del Angel de Jehová, del Angel del Pacto, en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento.
Y ahora, cuando ya hemos visto que han transcurrido las siete etapas o edades de la Iglesia del Señor Jesucristo y nos encontramos en la Edad de la Piedra Angular, podemos estar con nuestros ojos bien abiertos, porque así como El obró en el Antiguo Testamento usando instrumentos, y así como obró haciendose carne en Jesús y así como obró por medio de los apóstoles y luego por medio de los siete ángeles mensajeros, estará obrando en la Edad de la Piedra Angular en este entrelace dispensacional, para lo cual dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
Y así nos abre Cristo, el Angel del Pacto, el misterio a través de Su Angel Mensajero, de la Obra que El está llevando a cabo en este tiempo final, donde está llamado y juntando a Sus escogidos en este Día Postrero en la América Latina y el Caribe; así como cada edad se cumplió en cada territorio, así se cumple la Edad de la Piedra Angular en el territorio latinoamericano y caribeño; pues lo que Cristo está haciendo es construyendo un Templo Espiritual que es Su Iglesia, y así como el atrio estaba para el este donde estaba el altar del sacrificio, encontramos que en el este, en la tierra de Israel, murió Jesucristo.
Vean ustedes, ahí tenemos el Altar del Sacrificio, y luego nació la Iglesia de Jesucristo el día de pentecostés, y tuvimos un tiempo en donde los apóstoles estuvieron predicando y estuvieron entrando al Cuerpo Místico de Cristo miles de hebreos, y luego se tornó Cristo a los gentiles y de entre los gentiles ha estado llamando un pueblo para Su Nombre.
Encontramos que hebreos y gentiles han estado entrando al Cuerpo Místico de Cristo, y ha estado así Cristo construyendo el Lugar Santo de Su Templo Espiritual y Su Templo Espiritual es Su Iglesia. Pero vean cómo ha estado la Sangre del Cordero de Dios, de Jesucristo, y Macho Cabrío de la Expiación que es Jesucristo, entrando también al Templo Espiritual; pues la Sangre de Cristo está en el alma, en el corazón, de cada creyente en Jesucristo nacido de nuevo. Porque la señal de que la Sangre está aplicada es el Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo es la Vida de la Sangre de Cristo.
Y ahora, entran al Lugar Santo del Templo Espiritual de Cristo millones de seres humanos desde el día de pentecostés y durante todas las siete edades de la Iglesia del Señor Jesucristo, pues Cristo ha estado colocando Su Sangre en el corazón, en el alma, de cada creyente en El. Y por cuanto cada creyente en El está en Su Templo Espiritual, entonces la Sangre de Cristo está en Su Templo Espiritual, así como el sumo sacerdote pasaba del atrio, para ir al lugar santísimo pasaba por el lugar santo, y pasaba con la sangre (y ahora…), la sangre de la expiación.
Y ahora vean cómo Cristo ha estado pasando con la Sangre de la Expiación por Su Templo Espiritual y tiene que llegar hasta el Lugar Santísimo, que es la Edad de la Piedra Angular. Y llega al Lugar Santísimo: la Edad de la Piedra Angular, donde llama y junta a Sus escogidos, y la Sangre de Cristo queda en el corazón, en el alma, de cada creyente en la Edad de la Piedra Angular también, y queda ahí la Sangre de Cristo por el Espíritu Santo; porque la vida de la Sangre es el Espíritu Santo. Si está el Espíritu Santo en al alma, está la Sangre de Cristo en el alma de la persona.
Y ahora podemos ver que es ahí donde tiene que estar la Sangre de Cristo: en el alma de la persona.
Y ahora, la Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes tiene Atrio, tiene Lugar Santo y tiene Lugar Santísimo. Atrio en nosotros es el cuerpo, Lugar Santo en nosotros es el espíritu y Lugar Santísimo es el alma.
Y ahora, para la Iglesia de Jesucristo el Atrio es de Cristo hacia atrás, hasta Adán, y el Lugar Santo es de Cristo hasta el séptimo ángel mensajero, y luego el Lugar Santísimo es la Edad de la Piedra Angular.
Y ahora vean ustedes, cada edad se cumplió en cada territorio, y ahora la Edad de la Piedra Angular se cumple en la América Latina y el Caribe, o sea, en el continente Americano al cual pertenece la América Latina y el Caribe.
¿Dónde estaba el lugar santísimo en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón? Estaba en el oeste. Y conforme al Templo que está en el Cielo, al Templo Celestial fue que Moisés y Salomón construyeron esos templos para Dios, fueron tipo y figura del Templo Celestial.
Y ahora en el Templo Espiritual que es la Iglesia de Jesucristo, la cual Cristo está creando, construyendo, encontramos que el Lugar Santísimo está en el occidente, en el continente Americano, en la parte de la América Latina y el Caribe, y es construido ese Lugar Santísimo con piedras vivas, seres humanos vivos, creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo que Lo reciben como su Salvador al escuchar la predicación del Evangelio, lavan sus pecados en la Sangre de Cristo, son bautizados en Su Nombre y reciben el Don del Espíritu Santo, y así nacen de nuevo, y así obtienen un cuerpo teofánico de la sexta dimensión y vienen a tener un cuerpo teofánico como el cuerpo teofánico de Jesucristo, como el cuerpo teofánico de Jesucristo, llamado el Angel del Pacto o Angel de Jehová.
Y ahora, así como Jesucristo tiene un Angel: el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, cada hijo e hija de Dios nacido de nuevo tiene un ángel también: su cuerpo teofánico, su cuerpo angelical de la sexta dimensión, que lo cuida, que lo defiende, y que le llena del conocimiento de todo el Programa Divino a medida que la Palabra de Dios es revelada a la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, tenemos la historia del Angel del Pacto, el cual está haciendo historia en el Nuevo Testamento en medio de la raza humana, está haciendo historia en medio de Su Iglesia; y ahora juntamente con la historia que está haciendo el Angel del Pacto a medida que va obrando de etapa en etapa, de edad en edad, los hijos e hijas de Dios van haciendo historia también.
Y ahora, la historia de los escogidos de Dios va siendo hecha a medida que va siendo hecha la historia del Angel del Pacto, del Angel de Jehová, en medio de Su Iglesia. Así que la historia del Angel del Pacto está fusionada a la historia de cada hijo e hija de Dios en la Iglesia del Señor Jesucristo.
A medida que ha ido obrando el Angel del Pacto de edad en edad, va haciéndose así la historia del Angel del Pacto en el Nuevo Testamento. Y a medida que los hijos e hijas de Dios van naciendo en el Reino de Dios y van obrando en el Reino de Dios, en la Iglesia de Jesucristo, se va haciendo la historia de cada hijo e hija de Dios, la historia de cada hijo e hija de Dios al nacer de nuevo, y de ahí en adelante podemos ver cómo la historia de los hijos e hijas de Dios en esta Tierra comienza cuando Lo recibimos como nuestro Salvador y nacemos de nuevo como hijos e hijas de Dios, porque el resto de nuestra historia pasada en esta Tierra en cuerpos mortales corresponde al viejo hombre, corresponde al viejo hombre como hijos del mundo; pero como hijo de Dios comienza cuando nacemos de nuevo.
Y ahora, la historia de los hijos de Dios como hijos e hijas de Dios al comenzar cuando nacemos de nuevo, todo lo del pasado antes de haber nacido de nuevo queda en el pasado y queda en el olvido; porque así como el macho cabrío que era por Azazel, el sumo sacerdote confesaba los pecados del pueblo sobre el macho cabrío y después lo enviaba lejos por el desierto y llevaba los pecados del pueblo.
Y ahora vean ustedes, eso es lo que Cristo ha hecho con nuestros pecados: los llevó lejos de nosotros y lejos de Dios, los llevó al infierno, al infierno donde no está Dios; pero que fue de visita para llevar nuestros pecados; porque el que fue al infierno y le predicó a las almas encarceladas era el mismo Dios en Su cuerpo teofánico. Porque Dios no murió en Su cuerpo teofánico, Dios murió en Su cuerpo físico; lo que murió de Dios fue el cuerpo físico llamado Jesús, pero Su cuerpo teofánico que es el Angel de Jehová, el Angel del Pacto, no murió; por lo tanto fue al infierno y le predicó a las almas encarceladas, y también allá llevó nuestros pecados y le quitó las llaves del infierno y de la muerte al diablo y luego resucitó.
Encontramos que pasó también por el Paraíso y trajo a los que estaban en el Paraíso descansando; no que estaban durmiendo, sino descansando de las labores terrenales, ya allí no trabajaban, en el Paraíso, en el Seno de Abraham, no trabajaban como habían trabajado en la Tierra en el cuerpo de carne. San Mateo, capítulo 27, verso 51 en adelante, dice:
“Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;
y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;
y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él (¿después de la resurrección de quién? Del Señor Jesucristo), vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.”
Y ahora vean ustedes, en la Primera y con la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención, también los santos del Antiguo Testamento fueron resucitados. Y con la Segunda Venida de Cristo en Su Obra de Reclamo, los santos del Nuevo Testamento van a ser resucitados y nosotros vamos a ser transformados; y todo eso es Obra que hará Jesucristo, el Angel del Pacto, y luego vendrá a ser historia del Angel del Pacto en medio de la raza humana, en medio de Su Iglesia.
Y nosotros somos parte de toda la historia del Angel del Pacto en el Nuevo Testamento, nosotros somos parte de la historia final de la Iglesia de Jesucristo estando en estos cuerpos mortales, terrenales, corruptibles y mortales; para luego ser también parte de la historia en cuerpos inmortales, incorruptibles y glorificados, y tener un cuerpo como el cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo, en donde los sufrimientos, pruebas y dificultades que hemos tenido en estos cuerpos mortales, serán olvidadas. Dios enjugará toda lagrima de nuestros ojos, y en el nuevo cuerpo no sufriremos como sufrimos en este cuerpo terrenal; pero esto es una experiencia única por la cual nosotros estamos pasando, y estamos haciendo historia juntamente con la historia del Angel del Pacto, del Angel de Jehová.
Así como el Angel de Jehová, el Angel del Pacto, que es Cristo en Su cuerpo teofánico está haciendo historia, también cada hijo e hija de Dios en y con su cuerpo teofánico está haciendo historia en medio de la Iglesia de Jesucristo y en medio de la humanidad; y con el cuerpo nuevo haremos historia también.
Así que vigilemos cómo obramos estando en estos cuerpos mortales, porque todo eso es historia suya, y por consiguiente es historia que va unida a la historia del Angel del Pacto.
Vivamos vidas agradables a Dios conforme a Su Palabra, para que nuestra historia sea una historia agradable a Dios, y Dios recompense a cada uno de ustedes y a mí también, conforme a nuestras obras realizadas en medio de Su Iglesia y en medio de la humanidad; porque todo lo que hacemos estando en el Cuerpo Místico de Cristo, habiendo nacido en el Cuerpo Místico de Cristo es historia, es haciendo historia junto al Angel de Jehová, y junto a la historia del Angel de Jehová en el Nuevo Testamento estará la historia de cada uno de ustedes y también de mí.
Así que no solamente el Angel de Jehová está haciendo historia en el Nuevo Testamento, sino que esta cada uno de nosotros también estamos haciendo historia en el Nuevo Testamento.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes dándoles testimonio de: “EL ANGEL DEL PACTO HACIENDO HISTORIA.” En donde podemos ver que también nosotros estamos haciendo historia.
Que las bendiciones de Cristo, el Angel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también, y pronto se complete el número de los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico de Cristo y pronto Cristo termine Su Obra de Intercesión en el Cielo, salga de Su Obra de Intercesión como Intercesor y se convierta en el León de la tribu de Judá y reclame, tome, el Título de Propiedad y reclame todo lo que El ha redimido con Su Sangre Preciosa, y resucite a los muertos en Cristo y a nosotros nos transforme y se manifieste plenamente en medio de Su Iglesia y nos lleve con El a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y será hasta la próxima actividad que estaré con ustedes. El viernes próximo estará nuestro amado hermano y amigo Miguel Bermúdez Marín, para estar hablándole a ustedes cómo Dios – las cosas que Dios está realizando en este tiempo final en la América Latina y el Caribe, y así les dará testimonio de cómo el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, está obrando en la América Latina y el Caribe, donde está haciendo la historia de la Edad de la Piedra Angular, la historia del Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual. El Mismo que estuvo en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón, el Mismo que estuvo en el lugar santísimo, estaría en este tiempo final en el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual, o sea, en la Edad de la Piedra Angular.
Así que el viernes escucharemos al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín dándonos a conocer cómo Dios está obrando, como está el Angel del Pacto obrando en la América Latina y el Caribe, y todo eso que está obrando es historia que está haciendo el Angel del Pacto en medio de la raza humana.
Bueno, sigan orando por mí —yo oraré por ustedes— para que Dios me ayude siempre y me fortalezca y me dé siempre salud para continuar siempre con ustedes, dándoles testimonio de la Obra del Angel del Pacto, del Angel de Jehová, el cual es Jesucristo obrando en medio de Su Iglesia en la América Latina y el Caribe en este tiempo final, y de ahí se extiende hacia otras naciones y otros continentes hasta que llegue al pueblo hebreo.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, y dejo nuevamente el cántico de Erica y América que nos habla del Hombre que nos transformó, el cual es el Angel del Pacto, Jesucristo nuestro Salvador.
Con nosotros el cántico, y luego pasará nuestro hermano y amigo Félix Caro para continuar y finalizar esta actividad en esta ocasión.
“EL ANGEL DEL PACTO HACIENDO HISTORIA.”