Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, con ustedes aquí presentes y con ustedes también los que están a través de Internet y demás medios de comunicación. Que las bendiciones de Jesucristo, el Angel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos permita en esta ocasión entender Su Palabra; que nos hable directamente a nuestra alma, y nos abra las Escrituras en nuestra alma para poder comprender Su Palabra y todo Su Programa correspondiente a este tiempo final. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
A todos los ministros y demás hermanos que nos visitan: Sean bienvenidos en la Isla de Puerto Rico y aquí en La Carpa de Cayey, Puerto Rico.
En esta ocasión quiero leer en el libro del Exodo y también en el libro de Primera de Reyes. Dice en el libro del Exodo, capítulo 25, verso 10 al 22, dice:
“Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio.
Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor.
Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado.
Harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro.
Y meterás las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca con ellas.
Las varas quedarán en los anillos del arca; no se quitarán de ella.
Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré.
Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.
Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio.
Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos.
Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines.
Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré.
Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.”
Y leemos en Primera de Reyes, capítulo 6, versos 23 al 28. Esto fue cuando Salomón construyó el templo para Dios. Dice… Capítulo 6, verso 23 al 28, dice:
“Hizo también en el lugar santísimo dos querubines de madera de olivo, cada uno de diez codos de altura (o sea, 14 pies con 4 pulgadas, que son 4.5 metros).
Una ala del querubín tenía cinco codos, y la otra ala del querubín otros cinco codos; así que había diez codos desde la punta de una ala hasta la punta de la otra.
Asimismo el otro querubín tenía diez codos; porque ambos querubines eran de un mismo tamaño y de una misma hechura.
La altura del uno era de diez codos, y asimismo la del otro.
Puso estos querubines dentro de la casa en el lugar santísimo, los cuales extendían sus alas, de modo que el ala de uno tocaba una pared, y el ala del otro tocaba la otra pared, y las otras dos alas se tocaban la una a la otra en medio de la casa.
Y cubrió de oro los querubines.”
Que Dios bendiga nuestras almas y nos permita entender Su Palabra en esta ocasión.
Nuestro tema es: “EL MISTERIO DE LOS CUATRO QUERUBINES EN EL LUGAR SANTISIMO.”
Hay un misterio en estos cuatro querubines: dos querubines de oro sobre el propiciatorio y los otros dos querubines de madera de olivo que Salomón colocó en adición a los dos querubines de oro que ya estaban sobre el propiciatorio.
Estos otros dos querubines de madera de olivo eran gigantes; medían 4 metros y medio, o sea, 4.5 metros, que son 14 pies 4 pulgadas (14′ 4″); eran gigantes, dos querubines de madera de olivo cubiertos de oro.
Ahora, siendo que la parte más importante del tabernáculo que construyó el Profeta Moisés y el templo que construyó el rey Salomón, la parte más importante es el lugar santísimo; vean ustedes, siendo que esa es la parte más importante del templo, todo lo que está en el lugar santísimo es lo más importante de ese templo.
Y ahora, podemos también ver que ese lugar tan importante no tenía lámparas como el lugar santo tenía: El lugar santo tenía un candelabro con siete lámparas encendidas, pero en el lugar santísimo no hubo un candelabro encendido, porque allí la luz era la Luz de Dios, el cual estaba en la Columna de Fuego sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines de oro.
Vean, en Levítico, capítulo 16, dice:
“Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron.
Y Jehová dijo a Moisés: Dí a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.”
Y ahora vean ustedes cómo Dios aparecía en el lugar santísimo: aparecía en la Nube, la Columna de Fuego, el Pilar de Fuego, en medio de los dos querubines de oro.
Y ahora, tenemos que los dos hijos de Aarón (en el capítulo 10) habían entrado al lugar santísimo y habían ofrecido fuego extraño a Dios, un fuego que Dios no había demandado, un fuego que Dios no había establecido que tenían que llevarlo dentro del lugar santísimo.
El lugar santísimo es tan importante que no podía entrar cualquier persona para ofrecer a Dios fuego allí. No podía entrar la persona con un incensario y ofrecer allí incienso a Dios conforme a la voluntad de la persona como hicieron estos dos hijos de Aarón; solamente el sumo sacerdote podía entrar al lugar santísimo con el incensario y con el incienso, el cual colocaba dentro del incensario, el cual estaba encendido, y cuando lo colocaba dentro del incensario el incienso al quemarse se levantaba una nube de humo de incienso y cubría todo el lugar santísimo, cubría el propiciatorio, y ahí estaba la Presencia de Dios, manifestado Dios en la Columna de Fuego resplandeciendo y aceptando las oraciones del pueblo llevadas por el sumo sacerdote al lugar santísimo, para el pueblo recibir la Misericordia de Dios, para Dios extender Su Misericordia.
Y ahora, vean, el sumo sacerdote tenía que entrar con el incienso y colocarlo en el incensario para no morir el sumo sacerdote. Y ahora vean lo que sucedió con los hijos de Aarón en el capítulo 10, verso 1 en adelante; dice acerca de los hijos de Aarón:
“Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.
Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová.
Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.
Y llamó Moisés a Misael y a Elzafán, hijos de Uziel tío de Aarón, y les dijo: Acercaos y sacad a vuestros hermanos de delante del santuario, fuera del campamento.
Y ellos se acercaron y los sacaron con sus túnicas fuera del campamento, como dijo Moisés.”
Aquí podemos ver que el lugar más delicado de todo el templo es el lugar santísimo, porque es el lugar donde está la Presencia de Dios, y el trono de Dios ahí es el propiciatorio, el cual está sobre el arca del pacto.
El tabernáculo que construyó el Profeta Moisés lo hizo conforme al diseño que Dios le mostró en el Monte Sinaí, y ese diseño es un diseño conforme al Templo Celestial; por eso es que en ese tabernáculo terrenal Dios aceptaba las oraciones del pueblo, aceptaba los sacrificios del pueblo y aceptaba el arrepentimiento del pueblo, y Dios extendía Su misericordia sobre el pueblo.
Por eso en ese templo o tabernáculo se sacrificaba un macho cabrío el día 10 del mes séptimo. Y luego el sumo sacerdote, el cual tenía que hacer todas esas labores en ese día, porque ninguna otra persona podía hacer esas labores… Recuerden que cuando se trataba de entrar al lugar santísimo, lo cual era una vez al año, el día 10 del mes séptimo, o sea, un día en el año (aunque el sumo sacerdote tenía que entrar unas cuantas veces al lugar santísimo), ese día llevando a cabo la labor correspondiente al día de la expiación, para la reconciliación del pueblo hebreo con Dios cada año conforme a lo que Dios le estableció al pueblo hebreo.
Encontramos que el sumo sacerdote tenía que sacrificar el macho cabrío sobre el cual la suerte de Jehová había caído sobre él. Ese macho cabrío que era por Jehová tenía que ser sacrificado y era el sumo sacerdote el que tenía que llevar a cabo esa labor. Si el sumo sacerdote fallaba ese día en sus labores, Dios no aceptaba el arrepentimiento del pueblo y por consiguiente Dios no perdonaba al pueblo y el juicio divino tenía que venir sobre el pueblo hebreo, porque no quedaba reconciliado delante de Dios.
Y ahora, el sumo sacerdote tenía durante el año un día más sobresaliente que todos los demás, y era el día de la expiación. El sumo sacerdote tenía que estar en el templo, en el área del templo, desde unos cuantos días antes del día de la expiación; y la noche antes de llegar el día, la mañana, para llevarse a cabo la expiación, el sumo sacerdote tenía que estar leyendo las Escrituras toda la noche, o sea, que se amanecía; y estaban personas pendientes para que el sumo sacerdote no se durmiera; si le daba sueño, le hablaban para que así no se durmiera el sumo sacerdote; o sea, que era el día más difícil para el sumo sacerdote. Y el sumo sacerdote no podía fallar en ese día. Le tomaban juramento al sumo sacerdote de que él haría todas las cosas conforme a como Dios estableció a través del Profeta Moisés.
El sumo sacerdote estaría ese día llevando a cabo el sacrificio del macho cabrío, también tendría ayudantes en el atrio para ayudarle, pero la labor la tenía que hacer el sumo sacerdote. También tenía un sacerdote que podía sustituirlo si el sumo sacerdote moría antes de ese día o durante ese día antes de llevarse a cabo toda esa labor de la expiación.
Ahora, el sumo sacerdote luego de sacrificar el macho cabrío de la expiación por Jehová, tomaba la sangre de ese macho cabrío en una vasija e iba al lugar santísimo, pasando del atrio al lugar santo y del lugar santo al lugar santísimo. Ninguna otra persona podía entrar al lugar santísimo, excepto el sumo sacerdote; y rociaba con su dedo sobre el Este del propiciatorio, que era la parte que le quedaba de frente; rociaba siete veces con su dedo, con la sangre del macho cabrío; rociaba la sangre del macho cabrío siete veces con su dedo sobre el Este del propiciatorio, que era la parte que le quedaba de frente al sumo sacerdote cuando entraba. Como si esto fuese el propiciatorio (el hno. William señala el púlpito como ejemplo – Editor), el sumo sacerdote colocaba con su dedo, esparcía con su dedo siete veces sobre esta parte, o sea, de frente al propiciatorio.
Allí estaban los dos querubines de oro y allí estaba la Presencia de Dios en medio de los dos querubines de oro. Y ahora, Dios estaba allí resplandeciendo en ese lugar oscuro, porque el lugar santísimo no tenía luz, no tenía lámparas; pero la Presencia de Dios era la luz de ese lugar.
Y ahora, todo esto fue hecho de acuerdo al Orden Celestial.
En el Cielo tenemos a Dios en Su Trono y tenemos los Arcángeles Gabriel y Miguel, los cuales son también los Dos Querubines en el Cielo.
Ahora, vean ustedes, tenemos al Arcángel Miguel y al Arcángel Gabriel. Hubo otro Arcángel, pero ese cayó, porque se rebeló en contra de Dios; y a ese Arcángel que se rebeló en contra de Dios, el cual nosotros conocemos por el nombre del diablo, luzbel o lucifer, Dios le llama en Ezequiel capítulo 28, verso 16: “querubín cubridor,” pero que cayó del Cielo, fue echado del Cielo por rebelión.
Y ahora, vean ustedes, estos tres Arcángeles: Miguel, Gabriel y lucero, son tres Querubines. Y ahora, uno de ellos cayó, pues se rebeló en contra de Dios y es el que ha estado causando tantos problemas en toda la Creación, es el que ha estado causando tantos problemas en este planeta Tierra. Y estos tres Arcángeles contienen un misterio muy grande.
Ahora, los Dos Querubines en el Cielo, uno a la derecha y otro a la izquierda en el Cielo, son los Arcángeles Gabriel y Miguel o Miguel y Gabriel.
Miren, en el Mensaje – en el libro de “Citas,” página 17, tenemos un extracto o algunos extractos del Rvdo. William Branham, de sus Mensajes. Y ahora en esta página 17 dice párrafo 127:
“Sentado a la mano derecha de la majestad (o sea, Cristo está sentado a la mano derecha de la Majestad de Dios, a la Diestra de Dios), ¿qué quiere decir mano derecha? No que Dios tiene una mano derecha y que alguien está sentado en ella. Mano derecha significa el poder y autoridad: tiene la autoridad de todas las cosas en el cielo y en la tierra.”
Y ahora, Cristo tiene la Autoridad de todas las cosas en el Cielo y en la Tierra y de todas las cosas del Cielo y de la Tierra, porque está sentado en el Trono de Dios, en el Trono del Padre.
Y ahora pasamos… En la misma página 17, el párrafo 130, dice:
“Ese gran Jehová Dios, ¿usted sabe lo que El dijo? El tan solo se extendió y cogió una mano (o en Su mano) llena de átomos, cogió un poquito de Luz, y la vació así y se fue… un cuerpo, y entró en él y fue todo. Dijo: ‘Ven acá Gabriel (ese Gran Arcángel).’ Fue (y él hace el sonido como el Angel o como Dios haciendo un cuerpo para Gabriel, y el Angel entrando a ese cuerpo)… Fue ‘whoosh…’ entró en él. ‘Ven aquí Miguel (el ángel en Su lado derecho)… (y hace el sonido:) ‘whoosh…’ para ti… entra en él.”
Esto fue cuando Dios con Sus Arcángeles Gabriel y Miguel fue a visitar a Abraham y Abraham invitó a Dios y a Sus Arcángeles para una buena comida, un almuerzo, el cual sería de 12:00 a 3:00 de la tarde o a 4:00 de la tarde, donde Abraham le invitó a comer una ternera, un becerro tierno con leche, panes, mantequilla y así por el estilo. Allí se le aparecieron a Abraham: Dios con Sus Arcángeles Gabriel y Miguel.
Y ahora vean, se movió a la Tierra lo que estaba en el Trono de Dios en el Cielo, se movió a la Tierra: Dios con Sus Arangeles, Dios con Sus Dos Querubines Gabriel y Miguel.
Y ahora, podemos ver cómo estos Arcángeles de Dios son los que están como los dos querubines: uno a la derecha y otro a la izquierda, cada uno a un lado en el Trono de Dios.
Ahora, es muy importante comprender estas cosas, porque en todo esto en el Programa Divino en la Tierra, en lo que Dios hace en la Tierra, todo tiene un propósito y todo Dios lo materializa aquí en la Tierra.
Ahora veamos un poquito más acerca de estos Arcángeles, los cuales ya sabemos que son los Dos Querubines que están ante la Presencia de Dios allá en el Cielo.
En la página 18 de este folleto titulado “Angeles…” Es un Compendio donde recoge la mayor parte de los pasajes donde el Rvdo. William Branham en sus diferentes Mensajes habló de ángeles. Y vean lo que dice en la página 18 de este folleto “Compendio” que tiene como tema “Angeles.” Dice:
“Si tomáramos un viaje en esta noche hacia el Cielo y me encontrara con el padre Abraham y le dijera: ‘Abraham, ¿Cuál es la cosa más gloriosa que jamás has conocido? ¿Cuál es la cosa más esencial que jamás has conocido?’ Abraham me diría: ‘La vida eterna.”
La vida eterna es lo más grande para Dios y para todo ser humano; la vida eterna es lo más grande que una persona puede recibir, es lo más grande que una persona puede tener.
Y ahora, el ser humano viene a esta Tierra para vivir una temporada en estos cuerpos mortales para que haga contacto con la vida eterna, y así la persona se identifique con Cristo y así la persona confirme su lugar en la vida eterna. Y la única forma en que la persona confirma su lugar en la vida eterna es recibiendo a Cristo como su Salvador, lavando sus pecados en la Sangre de Cristo, siendo bautizado en Su Nombre y recibiendo el Espíritu Santo, y así naciendo de nuevo; si no nace de nuevo pues no ha confirmado su lugar en la vida eterna. Así como cada ser humano que ha venido a esta Tierra, ha confirmado su lugar en esta Tierra como ser humano, ¿cómo? Naciendo a través de sus padres terrenales.
Y ahora, nosotros confirmamos en la vida eterna nuestro lugar naciendo de nuevo. El que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios, el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios; así es como se confirma el lugar en la vida eterna cada persona. No hay otra forma para la persona confirmar su lugar en la vida eterna, así como no hay otra forma para que el ser humano como individuo confirme su lugar en esta vida terrenal excepto naciendo a través de sus padres terrenales.
Y ahora, podemos ver que solamente naciendo de nuevo confirmamos nuestro lugar en la vida eterna, en el Reino de Dios; y así es como obtenemos el cuerpo teofánico de la sexta dimensión, y así obtenemos un cuerpo teofánico como el cuerpo teofánico de estos arcángeles de Dios y de los ángeles de Dios; porque cuando nosotros hemos nacido en esta Tierra a través de nuestros padres terrenales obtuvimos un cuerpo mortal, terrenal y temporal, el cual se pone viejo y después se muere (si no muere antes de alguna o a causa de alguna enfermedad o de algún accidente).
También al nacer en esta Tierra el ser humano ha recibido un espíritu del mundo, o sea, de la quinta dimensión; por lo cual necesita nacer de nuevo para obtener un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, y un cuerpo físico eterno, inmortal, incorruptible y glorificado para poder vivir eternamente; cuerpo que nos dará Cristo en el Día Postrero, conforme a Su promesa, en la cual dijo para los creyentes en El: “Y yo le resucitaré en el Día Postrero.” San Juan, capítulo 6, versos 39 al 58. En ese pasaje – en ese capítulo tenemos cuatro ocasiones que El promete resucitar al creyente en el Día Postrero.
Y ahora, hablando de nuestros cuerpos teofánicos, son cuerpos como nuestro cuerpo que tenemos terrenal pero de otra dimensión, de la sexta dimensión. Y cuando el cristiano muere físicamente, sigue viviendo ya no en el cuerpo físico de carne, sino en el cuerpo teofánico, por cuanto creyó en Cristo como su Salvador, lavó sus pecados en la Sangre de Cristo, fue bautizado en Su Nombre y recibió el Espíritu Santo y recibió así un cuerpo teofánico, nació de nuevo.
Cuando el pecador muere, lo que muere es su cuerpo físico, pero él sigue viviendo en el cuerpo espiritual, que es el espíritu, que es de la quinta dimensión; y por eso tiene que ir a vivir a la quinta dimensión hasta que sea llamado para el juicio final.
Ahora, los ángeles de Dios tienen cuerpos teofánicos de la sexta dimensión; estos Arcángeles tienen cuerpos teofánicos de la sexta dimensión.
Encontramos a través del Antiguo Testamento al Angel de Jehová, al Angel del Pacto, el cual libertó al pueblo hebreo, el cual es nada menos que el mismo Cristo en Su cuerpo teofánico; es el mismo que le apareció a Josué cuando ya Josué había pasado al otro lado del Jordán y estaban descansando frente a Jericó.
Y ahora, este Angel es visto por Josué en el capítulo 5 del libro de Josué, con una espada en su mano, y Josué le dice: “¿Eres tú de los nuestros o de nuestros enemigos?” Y ahora este Príncipe le dice a Josué Quién El es. Le dijo a Josué… Vean, a Moisés le dijo, el Angel de Jehová le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,” y le dio las cuatro consonantes como Nombre Suyo. Y ahora en Josué, capítulo 5, dice, verso 13 al 15:
“Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?
El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?
Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo.”
El Príncipe del Ejército de Jehová es el mismo Jesucristo en Su cuerpo teofánico. Por eso El dijo en el capítulo 8, verso 56 al 58 (San Juan – Editor): “Abraham deseó ver mi día; lo vio, y se gozó.” Le dicen: “No tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?” Cristo le contesta a ellos: “Antes que Abraham fuese, yo soy.” Entonces tomaron piedras para tirárselas, pero El se fue de en medio de ellos.
Con esta revelación tan grande que les está dando, mostrándole a ellos que El es el mismo que le apareció a Abraham en diferentes ocasiones, el mismo que le apareció a Abraham y comió con Abraham cuando le apareció con Sus Arcángeles Gabriel y Miguel, cuando les da esta revelación tan grande y se identifica delante de ellos como el Yo Soy, como Elohim, lo quieren apedrear; una revelación tan grande como esa no la pudieron recibir, no la pudieron comprender.
Ahora, vean lo que nos dice el Rvdo. William Branham en la página 9, párrafo 73, dice (libro de “Citas” – Editor):
“Y en aquel tiempo Miguel estará de pie, el gran príncipe. Miguel era Cristo, desde luego, que peleó las guerras angelicales en el Cielo con el diablo. Satán y Miguel pelearon en contra el uno del otro y ahora… y en ese tiempo El dijo cuantos fueron hallados escritos en el Libro, fueron libertados.”
Y ahora, allí hay un misterio muy grande en cuanto a Cristo, porque El es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, que libertó al pueblo hebreo; por eso le apareció a Moisés y luego le apareció a Josué. Y ahora, cuando Moisés muere, ¿quién se llevó a Moisés? Se lo llevó el Arcángel Miguel, dice la Escritura; fue el Arcángel Miguel el que tomó el cuerpo de Moisés.
Ahora podemos ver… Esto está: Judas, capítulo 1, verso 9. Vamos a ver… Y este no es Judas Iscariote, sino que este es Judas el hermano de Santiago:
“Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.”
Ahora vean que fue el Arcángel Miguel el que se encargó del cuerpo de Moisés. Y ahora, veamos lo que dice el Rvdo. William Branham acerca de esa batalla de Miguel y lucero o lucifer, en la página 20 de este folleto “Compendio” bajo el tema “Angeles.” Dice:
“Recuerden, el pecado no comenzó en la Tierra. El pecado comenzó en el Cielo, cuando lucero (lucifer) llegó y se hizo… él dijo: ‘yo quiero una denominación y hacer una cosa tremenda.’ Y se fue al lado norte y se edificó algo más grande de lo que tenía Miguel. y fue echado del Cielo.”
O sea, que lucero, lucifer o el diablo se edificó un reino más hermoso que el Reino de Miguel. El lo que quería tener era un reino más hermoso que el Reino de Miguel, del Arcángel Miguel.
Luego… ahí mismo, en la misma página, otro párrafo, dice: “El pecado no comenzó en la Tierra, el pecado comenzó en el Cielo. Lucero (lucifer), el mismo diablo, ya era una criatura condenada por razón de su desobediencia antes de llegar a la Tierra. El pecado comenzó en el Cielo, donde Dios colocó a los ángeles y demás sobre la misma base como hizo con los humanos (o sea, libre albedrío). La ciencia… el árbol de la ciencia. El árbol de la vida, y el árbol de la ciencia, de donde el hombre podía escoger. Y cuando a lucero le fue dado le preeminencia para poder escoger, él deseaba algo mejor que lo que tenía Dios. Allí comenzó el problema.”
Y ahora, podemos ver que el problema del pecado aquí en la Tierra es un problema que viene del Cielo, a causa de un arcángel, un querubín cubridor, que se rebeló en contra de su Creador. Y ahora, tenemos más arcángeles y ángeles. Y ahora, tenemos al Arcángel Miguel y al Arcángel Gabriel.
Y ahora vamos a ver cómo en esta entrevista que el Rvdo. William Branham —en forma así de parábola— le hizo a Abraham y luego le hace a Gabriel. Vean… Abraham le diría… La pregunta era: “¿Cuál es la cosa más esencial que jamás has conocido?
Abraham me diría: ‘La Vida Eterna.”
Estoy leyendo en la página 18, donde comenzamos a leer hace ya unos cuantos minutos pero que nos detuvimos para leer en otros lugares. Ahora continuemos:
“Entonces tomaríamos otro viaje y nuevamente iríamos, y llegaríamos con el gran Arcángel Gabriel, el cual es el mensajero del Pacto, para la gente judía, y está parado a la diestra de Dios, uno de las órdenes más altas de Angeles en el Cielo. Y yo le diría: “Gabriel, eres un Angel poderoso. Eres amado de Dios, y has estado aquí por tiempo incalculable; y quizás conozcas todo con respecto al Cielo, donde cada cosa está ubicada, por cuanto eres uno de los Angeles a la diestra de Dios. Y conoces todos los secretos del Cielo. Tocaste la trompeta en la Primera Venida del Señor Jesús. Anunciaste Su Primera Venida, y anunciarás Su Segunda Venida, por lo tanto debes ser un hombre o un Angel poderoso. Te quiero hacer esta pregunta. En todos los tesoros de Dios, ¿cuál es la cosa más tremenda que has hallado en todos Sus tesoros?
Puedo ver a Gabriel enderezándose en forma muy atenta, y diciendo: “Lo más grande que he hallado entre los tesoros de Dios desde que me creó a mí, es la Vida. Dios me hizo para que pudiese vivir Eternamente, por la Eternidad. Y la Vida es lo más grande que hay.”
La vida eterna es lo más grande. No como algunas personas piensan, que la vida eterna es algo pequeño comparado con todas las demás cosas que Dios tiene; pues lo más grande es la vida eterna. Vean, las personas que no entienden que la vida eterna es lo más grande que Dios tiene, ¿qué hacen? Piensan que lo más grande es ser rico en esta Tierra, y luchan, estudian, hacen negocios para convertirse en personas ricas en esta Tierra, porque piensan que eso es lo más grande que el ser humano puede obtener. Algunos piensan que es una buena profesión, otros piensan que es mucho dinero, otros piensan que es mucho prestigio, otros piensan que es obtener una posición política, y así por el estilo; pero lo más grande es la vida eterna. Y esta Vida está escondida en Jesucristo nuestro Salvador. Para poder obtener la vida eterna —lo más grande que hay— tenemos que recibirlo a El, que es la vida eterna.
Y ahora, podemos ver que es lo más grande que hay, es la vida eterna, es lo más grande que Dios tiene para toda Su Creación.
Y ahora, este Arcángel Gabriel, dice el Rvdo. William Branham aquí, que tocó, sonó, la Trompeta en la Primera Venida de Cristo, fue el que anunció la Primera Venida de Cristo; y dice que será el que anunciará la Segunda Venida de Cristo. Porque este es el Arcángel que conoce los misterios de Dios en el Cielo, este es el Arcangel de la revelación divina, el cual trajo esa revelación divina a Daniel, luego también le habló al sacerdote Zacarías y también le habló a la virgen María.
Y cuando hay un entrelace de edad o de dispensación, estos Arcángeles Gabriel y Miguel se mueven a la escena. También cuando hay un cambio en el reino de los gentiles, de una etapa del reino de los gentiles a otra etapa; de la etapa del reino de los gentiles en la etapa babilónica a la etapa medo-persa, allí estaban Gabriel y Miguel; y cuando hubo la etapa, el cambio del reino medo-persa al reino griego, allí estaban Gabriel y Miguel; y cuando hubo el cambio del reino griego al reino romano, allí estaban Gabriel y Miguel; y para este tiempo final, para el cambio del reino de los gentiles al Reino de Cristo, ahí estarán también los Arcángeles Gabriel y Miguel.
Veamos lo que dice el Rvdo. William Branham… Para este cambio del reino de los gentiles al Reino de Cristo habrá un entrelace dispensacional, y en ese entrelace dispensacional estarán los Arcángeles Gabriel y Miguel.
Y ahora, en estos cambios, vean ustedes lo que nos dice el Rvdo. William Branham… Dice en el Mensaje “La encrucijada del tiempo” o “El entronque del tiempo…” En este folleto dice en la página 11, verso 102, dice: “Gabriel era el ángel que estaba allí, él apareció en la encrucijada del tiempo.”
Ahora podemos ver que Gabriel apareció en la encrucijada del tiempo. ¿Y qué es la encrucijada del tiempo o el entronque del tiempo? Esta misma página dice:
“Fíjese cómo desciende el fuego cada vez. Vean cómo vienen los profetas siempre, cómo son hechos los milagros, cómo Dios se vindica a Sí mismo en Sanidad y en Poder todo el tiempo en las encrucijadas; nunca antes, sino justo en las encrucijadas, en el cambio de dispensación, en el cambio del tiempo (un cambio de tiempo es un cambio de dispensación).”
Y ahora, en los cambios de dispensaciones siempre Dios envía Sus Arcángeles para llevar a cabo una Obra en ese tiempo. Siempre sucede así.
Y ahora, en este tiempo nosotros estamos viviendo en un entronque, en una encrucijada, en un cambio de dispensación, un entrelace dispensacional.
Y el enemigo de Dios también envía sus ángeles caídos para tratar de combatir la Obra de Dios; y ahí entonces aparece Miguel, el Arcángel Miguel para combatir al diablo y a los ángeles caídos del diablo. Pero esto todo ocurre en una dimensión invisible a la vista humana, pero esas dimensiones se reflejan a través de seres humanos aquí en la Tierra; por lo tanto, así como en el Cielo hubo una batalla, en la Tierra con la caída del ser humano comenzó una batalla allí cuando estaba Adán y Eva; y aunque se pierda una batalla, la guerra no se ha perdido. Eva perdió allí esa batalla y Adán también, pero la guerra no se ha perdido, porque la guerra no ha terminado.
Así que Dios socorrió a Adán y a Eva y los colocó bajo un Pacto. Y ahora, el animalito que murió, del cual fueron otorgadas, por Dios, a Adán y a Eva las pieles, este animalito representa a Cristo el Cordero de Dios, muriendo para cubrir a cada hijo e hija de Dios, limpiarnos de nuestros pecados con Su Sangre preciosa; y así no estaremos huyendo de Dios como Adán y Eva estaban escondidos huyendo de Dios, sino que estaremos en completa comunión con Dios, reconciliados con Dios.
Ahora, en la Tierra se han estado llevando *a cabo grandes batallas. Por ejemplo, cuando estuvo en la Tierra Jesús, allí una gran batalla se estaba llevando a cabo; así como en el Cielo se llevó una gran batalla a cabo, ahora en la Tierra se estaba llevando a cabo una gran batalla, y el diablo manifestado por medio del imperio romano estaba persiguiendo al Mesías, al hijo de la virgen, que había nacido en Belén de Judea; y el diablo por medio de Herodes, manifestado en Herodes, trató de matar al Mesías y mandó matar a todos los niños de dos años hacia abajo, pero allí ya no estaba el Mesías, porque ya estaba en Egipto, había sido llevado a Egipto para ser protegido en Egipto. Y miren ustedes cómo Dios colocó al Mesías fuera del pueblo hebreo, lo colocó entre los gentiles, en el mismo país donde había sido colocado José, el cual es tipo y figura de Cristo en Su Primera Venida y de Cristo en Su Segunda Venida.
Y ahora, Cristo en Su Segunda Venida está representado en José sentado en el trono del Faraón y revelándose luego a sus hermanos teniendo un nombre nuevo. Y Cristo cuando ascendió al Cielo victorioso se sentó en el Trono de Dios y recibió un Nombre Nuevo. Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, Cristo dice que El tiene un Nombre Nuevo; y también en Apocalipsis, capítulo 2 y verso 17, la piedrecita blanca tiene escrito un Nombre Nuevo; y Cristo es esa Piedrecita Blanca, porque El es ‘la piedra no cortada de manos’ que vio el rey Nabucodonosor y el profeta Daniel; es Cristo en Su Segunda Venida con un Nombre Nuevo el cual recibió cuando ascendió victorioso al Cielo luego de morir, resucitar y ascender al Cielo, y se sentó a la diestra de Dios; por eso recibió un Nombre Nuevo: el Nombre de Su Padre, porque se sentó en el Trono de Dios en el Cielo.
El ha prometido también que al vencedor le escribirá – escribirá sobre el vencedor un Nombre Nuevo, el cual, pues, ninguno conoce, y el cual será conocido por aquel que lo recibirá; ese será el vencedor que estará viviendo en el tiempo final. Por eso es que la promesa de Apocalipsis, capítulo 3, verso 21, se convertirá en una realidad para ese vencedor que recibirá un Nombre Nuevo escrito, el cual es el Nombre de nuestro Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Todo esto Cristo lo hará para sentarlo con El en Su Trono.
Apocalipsis, capítulo 3, verso 21, dice: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”
Y el Trono de Cristo es el Trono de David sobre el cual Cristo se sentará y reinará sobre el pueblo hebreo y sobre todos los pueblos, naciones y lenguas. Y por cuanto el pueblo hebreo representa a la Iglesia del Señor Jesucristo, la Iglesia del Señor Jesucristo está representada también en el tabernáculo que construyó el Profeta Moisés y el templo que construyó el rey Salomón.
Y ahora, el Nuevo Templo es la Iglesia del Señor Jesucristo. Nos dice San Pablo en su carta a los Efesios, capítulo 2, versos 19 al 22:
“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”
Y ahora, no tenemos el tabernáculo que construyó el Profeta Moisés ni el templo que construyó el rey Salomón, pero Cristo ha estado construyendo un Nuevo Templo con piedras vivas, con seres humanos creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo.
En San Pedro encontramos – en Primera de Pedro, capítulo 2, verso 4 en adelante, dice, 4 al 9:
“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
vosotros también, como piedras vivas…”
Y ahora, siendo que El es una Piedra viva, y es la Piedra del Angulo, la Piedra del Angulo del Templo de Dios, ahora el Nuevo Templo que El construirá será de piedras vivas; y esas piedras vivas somos nosotros, son los creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo.
“vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.”
Siendo que El es la Piedra principal de la Casa de Dios, y la Casa de Dios es la Iglesia de Jesucristo, Dios coloca a Jesucristo ¿dónde? En Su Casa, en Su Iglesia.
“He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa (recuerden que Sión es la Iglesia del Señor Jesucristo);
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,
La piedra que los edificadores desecharon,
Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable
vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios.”
“…para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.” Aquí podemos ver que Cristo es la Piedra del Angulo de la Casa de Dios, y la Casa de Dios es la Iglesia de Jesucristo. La Casa de Dios está compuesta por los redimidos con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador. En Hebreos, capítulo 3, verso 5 al 6, dice San Pablo:
“Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;
pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.”
Y ahora, la Casa de Dios somos nosotros como Cuerpo Místico de creyentes, como Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahora, por cuanto esta Casa no es de piedras literales ni está construida con piedras, madera, plata, oro o bronce, sino que está construida con seres humanos creyentes en Jesucristo, en esta Casa, la Casa de Dios, la Iglesia de Jesucristo, todo lo que estaba en el tabernáculo que Moisés construyó y el templo que construyó el rey Salomón se materializa en seres humanos. Por eso la Iglesia pasando por siete etapas o siete edades está representada en el candelabro o candelero con siete brazos y siete lámparas encendidas. Ahí tenemos cada edad (cada lámpara) cada mensajero de cada edad (la mecha sumergida dentro de la lámpara con aceite, lleno de aceite), y la lámpara encendida, esa mecha encendida, siendo el mensajero de cada edad encendido con el Espíritu Santo, el fuego del Espíritu Santo, alumbra así Cristo, el Espíritu Santo en cada edad a través del mensajero de cada edad en el Lugar Santo del Templo Espiritual de Cristo.
Así que ahí tenemos, en el Lugar Santo, a Cristo y Su Iglesia; y luego pasamos al Lugar Santísimo y encontramos en el Lugar Santísimo el Arca del Pacto; encontramos dentro del Arca del Pacto las Tablas de la Ley, la Vara de Aarón que reverdeció, y encontramos una vasija llena de Maná. Y ahora, todo esto se tiene que materializar en la Iglesia de Jesucristo después de las siete edades de la Iglesia del Señor Jesucristo, porque sube a la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Jesucristo.
Y sobre el Arca del Pacto está el Propiciatorio, que es la tapa del arca del pacto. El propiciatorio tiene dos querubines, uno a cada lado, hechos en forma monolítica (o sea, de una sola pieza); cuando fue formado el propiciatorio, con esa misma pieza fue formado cada uno de esos dos querubines.
Y sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines de oro, estaba la Presencia de Dios en la Nube, en esa Columna de Fuego; y cada ocasión en que el sumo sacerdote entraba al lugar santísimo, allí estaba presente Dios en la Columna de Fuego; el Angel del Pacto estaba allí presente y por consiguiente estaba el Nombre de Dios allí, porque el Angel de Jehová tiene el Nombre de Dios. Exodo, capítulo 23, versos 20 en adelante, nos dice de la siguiente manera:
“He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”
¿Dónde está el Nombre de Dios? En Su Angel.
“Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.
Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.”
O sea, que el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, sería el que llevaría el pueblo a la tierra prometida. Y el Angel de Jehová es el mismo Señor Jesucristo, el cual se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo.
Tenemos aquí una revelación muy grande, y es que el Nombre de Dios está en el Angel del Pacto, que es Cristo en Espíritu Santo, es Cristo en la forma angelical, en la forma de ángel, el cual era visto en la forma de una Columna de Fuego o en la forma de un hombre pero de otra dimensión. Así como el nombre suyo usted lo lleva en usted, en su cuerpo; porque cuando usted nació lo inscribieron, lo registraron con un nombre.
Y ahora, Cristo cuando se hizo carne, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, cuando se hizo carne, era nada menos que el mismo Dios con Su cuerpo teofánico, Su cuerpo angelical, dentro de un cuerpo de carne llamado Jesús; por eso Jesús decía: “Yo he venido en el Nombre de mi Padre.” Y también decía: “Yo les he manifestado Tu Nombre.” Y también decía: “Padre, glorifica Tu Nombre.” Y Dios dijo: “Lo he glorificado y lo glorificaré otra vez.” Lo glorificó en la Primera Venida de Cristo y lo glorificará en la Segunda Venida de Cristo. Y así será glorificado el Nombre de Dios como el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Y ese Nombre El lo escribirá sobre el vencedor.
Y ahora, ahí hay un misterio muy grande, el cual ya está desde antes de la fundación del mundo programado, destinado, asignado por Dios para ser llevado a cabo en este tiempo final.
Y ahora, ¿dónde va a estar el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo en el tiempo final y en el Milenio? Sobre el vencedor, pues estará escrito sobre el vencedor, el cual recibirá la piedrecita blanca con un Nombre Nuevo. Y la Piedrecita Blanca es Cristo en Su Segunda Venida, es la Venida de Cristo, el Angel del Pacto, en el Día Postrero con un Nombre Nuevo; y lo revelará al vencedor, lo revelará a ese Angel Mensajero que obtendrá la victoria en el Día Postrero. Ese será el que tendrá la revelación completa de ese Nombre, y ése será el que recibirá la estrella resplandeciente de la mañana: “Al que venciere (Cristo dice) yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, así como yo he recibido de mi padre.” Y dice que serán desmenuzadas. Y luego también dice: “Y le daré (algo más)… Y le daré la estrella de la mañana.” Eso está en el capítulo 2 del Apocalipsis. Dice: “Al que venciere…” Capítulo 2, verso 26 al 29, dice:
“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,
y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantadas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi padre;
y le daré la estrella de la mañana.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”
Y ahora, la promesa es que le dará autoridad sobre las naciones y las regirá con vara de hierro y serán quebrantadas como vaso de alfarero… Eso es lo mismo de Daniel, capítulo 2, versos 35 al 45, ó 34 al 45.
Y ahora, le dará la estrella de la mañana. Y Cristo, el Angel del Pacto, es la Estrella de la Mañana. La Columna de Fuego, el Pilar de Fuego, es la Estrella resplandeciente de la Mañana. Y ahora Cristo, el Angel del Pacto, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
¿A quién ha enviado? A Su Angel Mensajero para dar testimonio de estas cosas en las iglesias.
“Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”
Cristo, el Angel del Pacto, es la Columna de Fuego, es la Estrella resplandeciente de la Mañana. Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 7, verso 2 en adelante, aparece el Angel que sube de donde nace el sol, el cual viene con el Sello del Dios vivo. Capítulo 7, verso 2 en adelante, de Apocalipsis, dice: “Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo…”
¿Cuál es el Sello del Dios vivo? El Espíritu Santo. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” Efesios, capítulo 4, verso 30.
Y ahora, este Angel viene con el Sello del Dios vivo, viene con el Espíritu Santo, viene con el Angel del Pacto, viene con la Estrella resplandeciente de la Mañana. El recibe la Estrella resplandeciente de la Mañana, recibe el Angel del Pacto, recibe a Cristo, recibe al Espíritu Santo en el Día Postrero, y viene ministrando con el Sello del Dios vivo, viene ministrando con el Espíritu Santo en él manifestado para llamar y juntar 144 mil hebreos (12 mil de cada tribu, de las tribus de Israel).
Y ahora, este es el Angel que llama y sella los escogidos del pueblo hebreo. Pero antes de ese llamado Cristo viene por Su Iglesia, porque se ha llegado al tiempo del fin, y El no va a dejar a Su Iglesia aquí en la Tierra para que pase por la gran tribulación, porque Ella no tiene pecado, ni manchas ni arruga, por lo tanto no tiene que pasar por la gran tribulación; porque la gran tribulación es para todos aquellos que no han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y no han recibido Su Espíritu Santo; pero los nacidos de nuevo no tienen que pasar por la gran tribulación; porque la gran tribulación es el día de venganza del Dios nuestro, es el tiempo en que el juicio divino caerá sobre el mundo a causa del pecado.
En la página 57 del libro de “Los Sellos,” dice el Rvdo. William Branham… el libro de “Los Sellos” en español:
“Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza…’
Ahora, si Ud. se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento El fue llamado el Angel del Pacto; y El ahora viene directamente a los Judíos por la iglesia ha llegado a su fin. Ahora continuando:
‘…y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.’
¿Recuerdan el ángel de Apocalipsis capítulo uno? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve Ud.? La iglesia está a punto de ser raptada. El viene por Su iglesia.”
Y ahora, el Mensajero a Israel, el Angel del Pacto, que es Cristo, viene por Su Iglesia. El Mensajero a Israel, Cristo, el Angel del Pacto, el que libertó al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto y el que los guió por el desierto y el que luego los introdujo en la tierra prometida a través de Josué, y el que le apareció a Josué con una espada en su mano, el cual es Cristo, vean ustedes, el cual se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo, ahora ha estado en medio de Su Iglesia construyendo un Nuevo Templo, creando un Nuevo Templo conforme al diseño del Templo Celestial y materializándose en ese Templo todo lo que está en el Templo Celestial.
Por ejemplo, tenemos en el libro del Apocalipsis, en el capítulo 4, verso 4 al 5, dice… Aquí hay que comenzar un poquito antes: Capítulo 4, verso 1 en adelante, dice:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.
Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.
Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.
Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.”
Y ahora, vean ustedes que lo que está en el Cielo, en el Templo de Dios en el Cielo, aquí 24 ancianos – 24 tronos con 24 ancianos, se materializó en la Tierra con los 12 patriarcas y los 12 apóstoles del Señor. Vean cómo lo que está en el Cielo se ha ido materializando en la Tierra a través de todo el Programa Divino que El ha estado llevando a cabo en este planeta Tierra.
“Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.”
Y ahora, estas siete lámparas de fuego, que son los siete espíritus de Dios, son los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia del Señor Jesucristo; y ahí podemos ver cómo se han materializado esas siete lámparas de fuego encendidas delante del Trono. Y estos siete espíritus, que son aquí estas siete lámparas, aparecen también en Apocalipsis, capítulo 1, verso 4, donde dice:
“Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono.”
Y los siete espíritus que están delante de Su Trono son las siete lámparas de fuego encendidas.
Y en Apocalipsis, capítulo 5, verso 6, dice: “Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.”
Esos siete espíritus de Dios, esas siete lámparas que están delante del Trono de Dios en el Cielo, son los siete espíritus de Dios que son enviados por toda la Tierra de edad en edad, y son las manifestaciones del Espíritu Santo en los siete ángeles mensajeros de las siete edades. Por lo tanto esos siete ángeles mensajeros son esas siete lámparas encendidas delante del Trono de Dios; porque en ellos estaba el Espíritu de Dios manifestándose, y por consiguiente estaba un espíritu teofánico manifestado en cada uno de esos ángeles mensajeros. Y ahora, vean ustedes, en Hebreos, capítulo 1, verso 7, dice:
“Ciertamente de los ángeles dice:
El que hace a sus ángeles espíritus,
Y a sus ministros llama de fuego.”
Y ahora, estas lámparas, siete lámparas encendidas como siete llamas de fuego, son los ministros, ángeles mensajeros de las siete edades; y son, estos ángeles, espíritus ministradores enviados a la Iglesia del Señor Jesucristo de edad en edad. Hebreos, capítulo 1, verso 14, dice:
“¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”
Estos espíritus ministradores son los ángeles mensajeros de las siete edades. Y el Angel Mensajero del Señor Jesucristo es otro espíritu ministrador, un espíritu de profeta ministrador, llamado el Angel del Señor Jesucristo enviado para dar testimonio de estas cosas en las iglesias, para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final. Y ahora, todo lo que está en el Cielo se ha ido materializando en la Iglesia del Señor Jesucristo.
Algunas personas esperan que haya un templo literal en el Reino Milenial y también en la eternidad; pero Apocalipsis, capítulo 21 y capítulo 22 nos enseñan que no hay allí templo; porque allí el templo… Dice… Capítulo 21, verso 22 dice: “Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.”
Y ahora, estando la Iglesia en el Milenio y en la eternidad, será el Nuevo Templo donde Dios estará manifestado en toda Su plenitud; y tendremos materializado en ese Nuevo Templo todo lo que vimos en el tabernáculo que construyó Moisés y en el templo que construyó el rey Salomón; y lo más importante en ese Templo será el Lugar Santísimo, porque ahí será donde Dios estará manifestado en toda Su plenitud.
Así como el pueblo hebreo también, como nación, es como un templo: tiene atrio – hay atrio, hay lugar santo y hay lugar santísimo. El atrio corresponde al pueblo de los gentiles, el lugar santo corresponde a toda la nación hebrea y el lugar santísimo corresponde a Jerusalén.
Y ahora, podemos ver que siendo tipo y figura el pueblo hebreo de la Iglesia de Jesucristo, y el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón también tipo y figura de la Iglesia de Jesucristo, porque representan el Templo Celestial: todo lo que en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón y la nación hebrea (el pueblo hebreo como nación), todo lo que hemos visto en esos tres templos (el pueblo hebreo como templo, el templo que construyó el rey Salomón y el templo o tabernáculo que construyó Moisés), todo lo que hemos visto de parte de Dios manifestado en esos tres templos estará materializado en el Templo del Señor Jesucristo, que es Su Iglesia. Por eso tenemos el candelabro con sus siete brazos y sus siete lámparas, que son las siete edades de la Iglesia con sus siete ángeles mensajeros y el grupo de cada edad. También tenemos las demás cosas, de las cuales no vamos a hablar en estos momentos ya que vamos a enfocar nuestra atención en el Lugar Santísimo, que es en el Templo Espiritual de Cristo la etapa que nos ha tocado a nosotros; y en el lugar santísimo, detrás del velo, estaba el arca del pacto.
Y ahora, hemos llegado a una parte muy importante en el Templo del Señor Jesucristo, porque en el Lugar Santísimo de ese Templo Espiritual tiene que materializarse, tiene que actualizarse, todo lo que ha estado en el lugar santísimo del templo literal que construyó Salomón y todo lo que estaba en el lugar santísimo del templo que construyó Moisés y todo lo que estaba en el lugar santísimo del templo espiritual como nación (el pueblo hebreo), todo lo que estaba en Jerusalén: Allí estaba el Trono de David y allí estaba el Trono de Dios también porque allí estaba el propiciatorio sobre el arca del pacto; y allí estaba el Nombre de Dios, porque el Nombre de Dios está en el Angel de Jehová, que es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico; y allí estaba el arca del pacto.
Y ahora – Y allí estaba el sumo sacerdote también, el cual tenía escrito en su frente, en una lámina de oro, el Nombre de Dios: “Santidad a Jehová.” “Santidad a YHWH.” Y el que tenía el Nombre de Dios en la frente escrito, era el único que podía entrar al lugar santísimo. Eso es un misterio muy grande. Era el sumo sacerdote el único que podía entrar al lugar santísimo; era de todos el que tenía el orden más alto del orden sacerdotal. Y el sumo sacerdote es tipo y figura de Cristo, el cual ascendió al Cielo y entró al Lugar Santísimo. Y vean, El tenía el Nombre de Dios para Redención, el Nombre humano de Dios para Redención; por eso El dijo: “Yo he venido en Nombre de mi Padre.” Y también decía: “Yo les he dado a conocer Tu Nombre.” Y también decía: “Glorifica Tu Nombre.” Y el Padre decía – dijo: “Lo he glorificado y lo glorificaré otra vez.”
Y ahora, para entrar al Lugar Santísimo se requiere que Cristo esté operando un Ministerio que corresponda al Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual.
En el lugar santísimo nadie más podía ministrar, sólo el sumo sacerdote; y en el Templo que está en el Cielo, en el Lugar Santísimo, solamente Cristo, el Sumo Sacerdote, puede ministrar.
Y ahora, El es el que ha estado ministrando, haciendo intercesión por todos los que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
Y ahora, para el Día Postrero no se podrá ministrar en la Iglesia del Señor Jesucristo en una edad que ya pasó, porque ya el Espíritu Santo ministró por medio de los siete ángeles mensajeros en las siete edades de la Iglesia; fueron ángeles mensajeros de edades. Ninguno de esos mensajeros ni de los apóstoles, ninguno del cristianismo hasta el Rvdo. William Branham, ninguno fue un mensajero dispensacional, solamente de edades; ni siquiera los apóstoles fueron mensajeros dispensacionales.
Pero ahora para el Día Postrero, para un cambio de dispensación, en este entrelace, encrucijada o empalme dispensacional, se requiere un Profeta dispensacional en el cual Cristo se manifieste, Cristo, el Angel del Pacto, la Estrella resplandeciente de la Mañana, se manifieste y sea construido el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo. Eso será Cristo construyendo con seres humanos, con piedras vivas, ese Lugar Santísimo, y ministrando ahí en la construcción, cortando esas piedras vivas, ¿con qué? Con la Palabra, por medio del Mensajero del Día Postrero, el Mensajero dispensacional de la Dispensación del Reino; porque Cristo corta las piedras vivas para Su Templo por medio de Sus mensajeros de edad en edad; por medio de Sus profetas es que Dios corta esas piedras vivas.
Y ahora, por medio del Ministerio de Cristo, el Angel del Pacto, a través del Mensajero de la Dispensación del Reino, es que estará cortando las piedras vivas para la Creación del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo.
Cuando las personas tratan ellos de dar sus propias interpretaciones a lo que corresponde a nuestro tiempo final, están tratando también de hacer creyentes con lo que ellos piensan, y están tratando de cortar piedras vivas, cortarlas a su manera, las cuales no podrán encajar en el Templo Espiritual de Cristo; tienen que ser cortadas con la Palabra profética, la Palabra correspondiente al tiempo en que la persona está viviendo; porque esa Palabra es como Espada de dos filos, que corta y discierne las intenciones del corazón.
Por eso el que sobreedifica, dice San Pablo, mire bien cómo sobreedifica: “Yo como perito arquitecto he colocado el fundamente, y el que sobreedifica mire bien cómo sobreedifica.” [Primera de Corintios 3:10 —Editor].
Y ahora, siendo que estamos en la construcción de un Templo Espiritual con piedras vivas, se requiere que las personas sean cortadas con la Palabra revelada para la edad y dispensación que les ha tocado vivir, para poder ser colocadas esas piedras vivas en el Templo Espiritual de Cristo. Y a medida que va siendo construido ese Templo, van siendo colocados en ese Templo los que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
El salmista David decía: “Que esté yo en la Casa de Dios, en los Atrios,” pues eso fue lo que le tocó a él: el tiempo de los Atrios de la Casa de Dios. Durante el tiempo de los apóstoles, del día de Pentecostés hacia acá, le tocó a todo creyente el Lugar Santo de la Casa de Dios, vivir en el Lugar Santo de la Casa de Dios, pero entrando primero por el Atrio, donde estaba el Sacrificio. Y el anhelo entonces era estar en el Lugar Santo de la Casa de Dios en la edad que a cada persona le tocó vivir; pero ahora es el Lugar Santísimo, esa es una etapa correspondiente a este tiempo final.
Y ahora, el anhelo de toda persona que cree en Jesucristo como su Salvador, es estar en la Casa de Dios; pero ¿en qué parte de la Casa de Dios? En el Lugar Santísimo de la Casa de Dios, y ser una piedra viva ahí en el Lugar Santísimo de la Casa de Dios, donde Cristo estará materializando, actualizando, todo lo que está en el Lugar Santísimo del Templo Celestial.
Por eso es tan grande este tiempo y esta etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo. Es una edad perfecta, que está siendo construida con piedras vivas, en donde todo lo que está en el Templo Celestial estará materializado en este tiempo final en la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora vamos a ver algunas cosas aquí muy importantes que no podemos dejar pasar por alto ya que tienen que ver con nosotros en la Casa de Dios. Vamos a ver en el Mensaje “Tratando de hacer Servicio a Dios fuera de Su Voluntad.” Aquí el Rvdo. William Branham muestra cómo el rey David quiso llevar el arca del pacto a su ciudad, pero lo hizo consultando sus capitanes, sus generales, y no consultó al profeta Natán, el cual estaba allí en la Tierra; y trajeron el arca del pacto en un carro nuevo tirado por bueyes, lo cual era contrario a lo establecido por Dios. Y aunque parecía ser algo moderno, no era de acuerdo a la Voluntad de Dios, porque el arca del pacto tenía que ser movida de un lugar a otro por los sacerdotes descendientes de Leví; tenía que ser cargada el arca del pacto sobre sus hombros, porque el arca del pacto tenía una vara en cada lado colocada para colocar esa vara en el hombro de cada sacerdote: cuatro sacerdotes, uno en cada esquina. Esa era la forma establecida por Dios.
Y David quizás pensó y sus generales y capitanes pensaron: “Ya estamos en tiempos modernos, por lo tanto podemos hacer un cambio.” Pero Dios no aceptó el cambio. Si Dios aceptaba ese cambio estaba siendo roto todo el Programa de Dios; o sea que David estaba rompiendo los tipos y figuras, y por consiguiente Dios no estuvo de acuerdo y la muerte vino sobre Uza cuando estiró su mano para aguantar el arca, que por el movimiento de los bueyes el arca se estaba moviendo mucho y se iba a caer. Y ahora, cuando muere Uza, todo el regocijo que tenían se fue.
Las cosas hay que hacerlas de acuerdo al Programa Divino para que permanezca el gozo y la bendición de Dios, y Dios continúe obrando en medio de Su pueblo.
No pudieron llevar el arca a la ciudad de David, porque lo hicieron de una forma incorrecta. Tenían que haber consultado al profeta Natán también.
Y ahora, veamos todo esto en el Nuevo Templo y cómo será que el Arca del Pacto vendrá al Nuevo Templo, que es la Iglesia de Jesucristo, y será colocada dentro del Lugar Santísimo de ese Templo Espiritual.
De edad en edad encontramos a Cristo, la Palabra, en los apóstoles, luego en los siete ángeles mensajeros, en cada uno de edad en edad; y eso ha sido Cristo, el Arca del Pacto, desde el Atrio pasando al Lugar Santo, y va viajando del Atrio al Lugar Santo, y del Lugar Santo tiene que llegar al Lugar Santísimo. Y ahora, ha venido de edad en edad en el corazón del mensajero de cada edad; o sea, que ha venido entrando a ese Templo Espiritual de edad en edad. Cada ángel mensajero cargó el Arca del Pacto en su edad y después vino el otro mensajero, y así ha ido el Arca del Pacto en su trayectoria hacia el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Jesucristo.
Y ahora veamos lo que dice el Rvdo. William Branham en la página 83 y 84, dice:
“Cristo es nuestra Arca, la Palabra (¿quién es el Arca del Pacto? Jesucristo nuestro Salvador). Ellos quieren su denominación. El no puede. Noten: no puede ser llevado en carros nuevos denominacionales, Su Mensaje no puede ir en el carro nuevo de una nueva denominación cuando El está supuesto a estar contenido y venir en el corazón de un profeta.”
¿Cómo tiene que ser llevada el Arca del Pacto, Cristo? Tiene que ser llevada el Arca del Pacto, Cristo, en el corazón de un profeta. Y para que eso se haga realidad, vean ustedes, de edad en edad vino la Palabra revelada al alma, al corazón de cada uno de los mensajeros de cada edad; y para el Día Postrero vendrá Cristo, la Palabra, revelada en y al alma, al corazón de un Profeta Mensajero dispensacional, que es el Angel del Señor Jesucristo.
Y para que eso se haga realidad, en la página 85 de este mismo Mensaje “Tratando de hacer servicio a Dios fuera de Su Voluntad,” dice:
“Hay tan solo un Arca: ese es Jesucristo, y El es la Palabra. Noten, Dios le dijo al profeta – dijo: ‘Come el rollo.”
En el Antiguo Testamento le dijo al profeta Ezequiel: “Come el rollo.” Y en Apocalipsis, capítulo 10, le dice al profeta: “Come el Librito.” Vamos a ver:
“Dios le dijo al profeta (esto fue en el Antiguo Testamento): ‘Come el rollo.’ (Porque en aquel tiempo la Biblia, la Palabra, estaba en pergaminos enrollados). Dios le dijo: ‘Come el rollo.’ (En el Antiguo Testamento). Al profeta del Nuevo Testamento El le dijo: ‘Come el Librito.’ (Y ahora, vamos a ver el propósito por el cual le da a comer el Librito).¿Por qué? Para que el profeta y la Palabra fueran uno. ¿Ven? Esa es el Arca: la Palabra de Dios.”
Cristo, la Palabra, el Verbo, es el Arca. Y ahora, cuando el profeta en el Nuevo Testamento come el Librito se está comiendo a Cristo, el Arca del Pacto, y queda contenido en el corazón, en el alma, de ese profeta. Y ahora, en Juan se representó, se tipificó todo esto, porque Juan es tipo y figura de la Iglesia de Jesucristo y sus mensajeros.
Y ahora, Juan comiendo el Librito aquí es tipo y figura del Angel del Señor Jesucristo en el Día Postrero recibiendo ese Título de Propiedad y comiéndoselo para que se haga carne en él ese Título de Propiedad, se haga carne en él la Palabra; y así el Arca del Pacto pasa del Lugar Santo al Lugar Santísimo en el Día Postrero; porque tiene que, el Lugar Santísimo, tener el Arca del Pacto, que es Cristo, y tiene que tenerlo ¿dónde? En el Lugar Santísimo. Y así es como es colocada el Arca del Pacto en el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Jesucristo nuestro Salvador.
Y ahí, para cuidar el Arca del Pacto, tenemos los dos querubines de oro que fueron construidos, fundidos en la misma pieza del propiciatorio, en la misma pieza de oro del propiciatorio; por lo tanto son una parte del propiciatorio. Y representan a Gabriel y Miguel, que son los que están en el Cielo, uno a la derecha y el otro a la izquierda. Y en la Tierra pues representan a los Dos Olivos, que son los Ministerios de Moisés y Elías; y esto nos muestra que en la Tierra, en el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo, estarán los Arcángeles Gabriel y Miguel manifestándose en favor de la Iglesia del Señor Jesucristo; y ellos son los que tienen esos Ejércitos Celestiales a su cargo. Por lo tanto, son más los que están con nosotros que los que están en contra.
Una tercera parte está en contra nuestra: el diablo y sus ángeles. Y dos terceras partes: Gabriel y Miguel y sus ángeles, están en favor de nosotros. Así que dos a uno (2 – 1). La Iglesia va en su trayectoria: dos a uno (2 – 1). Dos Ejércitos con sus Arcángeles en favor de Ella, y uno en contra: el diablo, que se rebeló en contra de Dios. Y si el Arcángel Miguel lo venció al diablo y a sus ángeles allá en el Cielo, ¿qué ustedes creen? Lo volverá a vencer el Arcángel Miguel y estará el Arcángel Gabriel con su Ejército también; porque no crean que el Arcángel Gabriel no lucha; él dice al profeta Daniel que tuvo que luchar y que el Arcángel Miguel lo ayudó, y que luego regresaría para luchar contra el príncipe (¿de dónde, Miguel?) de Persia.
Así que vean ustedes, la Iglesia del Señor Jesucristo, el Reino de Dios, tiene a su favor las huestes celestiales. Y ahora, en la Creación o construcción del Templo Espiritual de Cristo vean la etapa que nos ha tocado, que es la etapa del Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual.
Cristo, el Arca del Pacto, estará en Su Angel Mensajero manifestado en este tiempo final en el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual. Y Cristo en Espíritu Santo se manifestará a través de Su Angel Mensajero en este tiempo final, así como se manifestó a través de los ángeles mensajeros de las edades pasadas. Y estarán ahí los Ministerios de los Dos Olivos, de Moisés y Elías, y el Ministerio de Jesús; así como en el Cielo tenemos a Dios en Su Trono, y a Miguel y Gabriel, uno a cada lado.
Y ahora, en el Templo Espiritual de Cristo tenemos en el Lugar Santísimo, los Ministerios de los Dos Olivos, Moisés y Elías, y el Ministerio de Jesús en el centro. Y ahora, todo eso, vean ustedes, estará representando el Lugar Santísimo y a Dios sobre el Trono en el Cielo, y a Sus Arcángeles Gabriel y Miguel en el Cielo.
Vean la representación del Trono de Dios, del Lugar Santísimo del Cielo, dónde estaría en Su Iglesia en este tiempo final. Por lo tanto todo lo que está en el Lugar Santísimo del Templo Espiritual en el Cielo se estará materializando en la Tierra, se estará actualizando en la Tierra, en la Iglesia del Señor Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular.
Y tendremos guardando, protegiendo el Arca del Pacto, los Querubines de oro: Gabriel y Miguel, y los Querubines de madera de olivo cubiertos de oro, que son Moisés y Elías. Y ahora vean cómo Dios estará protegiendo esa Palabra que El estará colocando ahí en Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular; porque El estará protegiendo el Título de Propiedad para que el diablo no pueda quitar a la Iglesia de Jesucristo el Título de Propiedad y que el diablo no pueda pervertir la Palabra de Dios correspondiente a la Edad de la Piedra Angular. Por eso es que Cristo, el Sumo Sacerdote, estará ministrando en la Edad de la Piedra Angular por medio de un Mensajero dispensacional.
Todos los escogidos de Dios son Sacerdotes de Dios y son Reyes también y son Jueces también, pero entre todos ellos hay Sacerdotes, Mensajeros, que ministraron cada uno en su edad; pero ninguno de ellos tuvo un Ministerio de Sumo Sacerdote. Pero el Angel del Señor Jesucristo, el Mensajero de la Dispensación del Reino, tendrá un Ministerio de Sumo Sacerdote en el Templo Espiritual de Jesucristo, por eso podrá entrar al Lugar Santísimo de ese Templo Espiritual. Y Cristo manifestará Su Ministerio de Sumo Sacerdote, lo manifestará en Su Iglesia, en el Lugar Santísimo, por medio de un Mensajero dispensacional.
A esa Edad de la Piedra Angular, Dios en la Edad de la Piedra Angular o a la Edad de la Piedra Angular, Dios no le permitirá entrar a cualquier persona para ministrar, sino que Dios nos dará todo lo que nosotros debemos saber. Recuerden que solamente ministraba un hombre en el Lugar Santísimo y sobre ése estaba escrito el Nombre de Dios.
Y ahora, encontramos que en el tiempo de Moisés fue dicho que no se le podía quitar ni añadir, ¿por qué? Porque era un Mensaje dispensacional. También Pablo dice que no se le puede ni quitar ni añadir al Mensaje de la Dispensación de la Gracia. Y al Mensaje de la Dispensación del Reino tampoco se le puede ni quitar ni añadir; porque el que le quite o le añada su nombre será quitado y le serán añadidas plagas, las plagas que están mencionadas en el libro del Apocalipsis; y una de las plagas es locura, por lo tanto verán la quinta dimensión aunque puedan pensar que estarán viendo una dimensión buena; y luego en la gran tribulación serán atormentados. Por ahí por el capítulo 9 del Apocalipsis nos habla de esas plagas, como langostas.
Ahora, vamos a dejar eso quietecito ahí para otra ocasión, porque tiene unos cuántos ángulos ese capítulo 9 del Apocalipsis. Y cuando hablemos más claramente de ese capítulo 9 queremos cubrir los diferentes ángulos que tiene ese capítulo 9 del Apocalipsis.
Ahora, estando nosotros viviendo en la Edad de la Piedra Angular, que es el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Jesucristo, es el lugar, la edad, donde la Segunda Venida de Cristo será cumplida y donde estarán los Arcángeles Gabriel y Miguel, esos Querubines que estarán protegiendo ahí la Palabra, y estarán los Dos Olivos, que son los Ministerios de Moisés y Elías protegiendo esa Palabra.
Y así como vimos cuatro criaturas, cada una con rostro de león, rostro de buey o becerro, rostro de hombre y rostro de águila, cada una tenía esos cuatro rostros… Y ahora, esto nos habla de diferentes etapas por las cuales pasó la Iglesia de Jesucristo:
La etapa de rostro de León: la etapa de los apóstoles y San Pablo.
La etapa de buey: la etapa del oscurantismo, donde una etapa de sacrificio para la Iglesia de Jesucristo.
La etapa de rostro de hombre: la etapa de Lutero y los reformadores: Edad Luterana, Wesleyana y Pentecostal.
Y luego rostro de águila: la etapa final con el precursor de la Segunda Venida de Cristo y el Angel del Señor Jesucristo en el Día Postrero. Aguila representa profeta, es etapa de profeta; por lo tanto, el Angel del Señor Jesucristo y también el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el Rvdo. William Branham, serían Profetas Mensajeros de Cristo para Su Iglesia; uno para la Edad de Laodicea y luego para la brecha entre la Edad de Laodicea y la Edad de la Piedra Angular, la cual el Rvdo. William Branham señala como la etapa o edad del cuello; pero después viene la Edad de la Cabeza, que es la Edad de la Piedra Angular.
Y ahora, en la Edad de la Piedra Angular es la edad donde entra el Arca del Pacto, la Palabra, Cristo, en el corazón de Su Angel Mensajero al Lugar Santísimo, para así ser colocado todo lo que corresponde al Templo Espiritual de Cristo, al Lugar Santísimo.
Y cuando todo se haya completado y se hayan completado – se haya completado la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, entonces se habrá completado la Iglesia de Jesucristo y Cristo terminará Su Obra de Intercesión en el Cielo, tomará el Título de Propiedad, el cual se ha estado cumpliendo de edad en edad, se ha estado materializando de edad en edad; y luego reclamará todo lo que El ha redimido con Su Sangre preciosa, resucitará a los muertos en Cristo y a nosotros nos transformará; y tendremos una manifestación plena de Cristo, de Dios, en medio de Su Iglesia, en la dedicación de ese Templo Espiritual.
Y eso es lo que va a ver el pueblo hebreo: la dedicación del Templo Espiritual de Cristo y la Venida y Presencia de Cristo en Su Templo Espiritual manifestándose en toda Su plenitud resucitando a los muertos creyentes en El en cuerpos eternos y transformándonos a nosotros los que vivimos; y así la Casa de Dios será glorificada. Y se cumplirá lo que Dios dijo en Isaías, capítulo 60, verso *7, dice: “…Y glorificará la casa de mi gloria.”
Y todos al estar glorificados, en cuerpos glorificados, será la Casa de Jesucristo, la Casa de Dios, el Templo Espiritual de Cristo, la Iglesia de Jesucristo glorificada, el Templo Espiritual de Cristo glorificado en el Día Postrero, lo cual ocurrirá de un momento a otro cuando se complete el número de los escogidos de Dios en la Casa de Dios.
Y ahora, podemos ver que aquellos templos, el que construyó Salomón y el que construyó Moisés, solamente fue tipo y figura del Templo que está en el Cielo y del Templo Espiritual de Cristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahora Cristo es el que ha estado construyendo ese Templo del cual cada uno de ustedes y yo también somos parte importante; ¿y pertenecemos a qué parte de la Casa de Dios, a qué parte del Templo de Dios? A la parte del Lugar Santísimo. ¿Y dónde adoramos a Dios nosotros, en qué parte de la Casa de Dios? En la parte del Lugar Santísimo de la Casa de Dios.
Hemos visto este misterio de los cuatro querubines en el lugar santísimo del templo que construyó el rey Salomón y del tabernáculo que construyó el Profeta Moisés. En el tabernáculo que construyó el Profeta Moisés solamente vemos dos querubines, pero ya en el *templo que construyó el rey Salomón vemos cuatro querubines: dos de oro sobre el arca del pacto, sobre el propiciatorio, y luego dos de madera de olivo cubiertos de oro, los cuales eran gigantes y sus alas se encontraban en el centro una con la otra, y la otra ala llegaba a la pared; y bajo las alas de los querubines estaba el arca del pacto.
Y ahora podemos ver dónde sería colocada el Arca del Pacto en el Templo Espiritual de Jesucristo nuestro Salvador. Y ahí estarán el Arcángel Miguel y el Arcángel Gabriel, y estarán sus Ejércitos protegiendo esa parte del Templo, y estarán los Dos Olivos: Moisés y Elías, estos Ministerios estarán ahí y el Ministerio de Jesús. Y el Arca del Pacto estará ahí.
¿Y cómo estará el Arca del Pacto? Siendo el Arca del Pacto Cristo, la Palabra, estará en el corazón de un profeta, que será el Profeta de la Dispensación del Reino y Angel del Señor Jesucristo. Así es como estará el Arca del Pacto, Cristo, la Palabra, en Su Templo Espiritual en el Día Postrero; así es como estará el Título de Propiedad en el Día Postrero en el Lugar Santísimo, como estaba el arca del pacto y como estaban las tablas de la Ley en el lugar santísimo. Es un misterio grande el misterio de los cuatro querubines en el Lugar Santísimo.
¿El misterio más grande se encuentra dónde? En el lugar santísimo del templo que construyó Salomón, del tabernáculo que construyó Moisés, del Templo que está en el Cielo y del Templo Espiritual del Señor Jesucristo; ahí es donde está el misterio más grande. Y por eso es que de ese misterio contenido ahí no se hablo casi en el Antiguo Testamento, y San Pablo dijo que no se podía hablar con detalles en su tiempo. Pero ahora ha llegado el tiempo de la Edad de la Piedra Angular, el tiempo del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Jesucristo, en el cual podemos hablar más claramente, más abiertamente, para obtener todo ese conocimiento que es la Sabiduría de Dios, para nosotros así obtener la fe y la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
“EL MISTERIO DE LOS CUATRO QUERUBINES EN EL LUGAR SANTISIMO.”
Ese misterio se tiene que materializar para que así pueda el Lugar Santísimo de la Iglesia de Jesucristo ser completado y estar conforme al diseño del Templo Celestial; porque de otra forma ese Templo Espiritual de Cristo no puede ser dedicado a Dios para Dios morar en El en toda Su plenitud.
Y ahora, podemos ver cómo es que se materializa en la Iglesia de Jesucristo, en el Lugar Santísimo de Su Iglesia, que es la Edad de la Piedra Angular, cómo es que se materializa este misterio que está en el Cielo y reflejado en los templos terrenales que hicieron.
Hemos visto que este misterio de los cuatro querubines en el Lugar Santísimo se materializan en la Iglesia de Jesucristo en el Angel del Señor Jesucristo. Por eso también los cuatro rostros que fueron vistos: rostro o cara de león, rostro o cara de buey, rostro o cara de hombre y rostro o cara de águila, todo eso estará manifestado en el Lugar Santísimo en el Angel del Señor Jesucristo.
Por lo tanto, con cara de león, recuerden que se requiere esa manifestación, porque en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante, Cristo, el Angel Fuerte que desciende del Cielo, clama como cuando ruge un león y siete truenos emiten sus voces. Es la Palabra siendo hablada por Cristo, es Cristo el León de la tribu de Judá rugiendo, clamando y hablando en Su Iglesia en el Día Postrero.
Y así por el estilo cada uno de esos rostros tendrán su manifestación en el Día Postrero en el Lugar Santísimo; porque es en el Lugar Santísimo donde estará la Palabra y donde estaban los querubines de oro y donde están los que estarían protegiendo el Arca del Pacto.
Ahora, ya han transcurrido las siete etapas o edades de la Iglesia. Cada etapa fue protegida por cada rostro en su manifestación, pero todo eso corresponde al Lugar Santo mientras la Palabra pasaba por el Lugar Santo; pero estando en el Lugar Santísimo son cuatro manifestaciones de Dios o del Poder de Dios para proteger esa Palabra que en Su Iglesia estaría en este tiempo final en la Edad de la Piedra Angular.
Hemos visto que hay un misterio muy grande en estos cuatro querubines en el Lugar Santísimo. Pero hemos visto que esto al materializarse en la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero sería tan sencillo que hasta los niños lo entenderían. Por lo tanto tendremos que seguir hablando acerca del Lugar Santísimo y de todo lo que Cristo colocaría en el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual.
Ya desde el – digamos, desde el año 1974 (podríamos decir desde antes, pero para tener una fecha conocida por ustedes) hemos estado hablando del Lugar Santísimo y de todas las cosas correspondientes al Lugar Santísimo; y hemos estado viendo cómo el Lugar Santísimo se ha estado materializando en Su Iglesia, cómo ha estado siendo construido por piedras vivas.
¿Y dónde están esas piedras vivas que componen el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo? (La congregación responde: ¡Amén! – Editor) Aquí estamos en este Día Postrero.
Yo continuaré hablándoles del Lugar Santísimo y de todo lo que estaría dentro del Lugar Santísimo, y de ustedes como parte de ese Lugar Santísimo del Templo Espiritual de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes dándoles testimonio de: “EL MISTERIO DE LOS CUATRO QUERUBINES EN EL LUGAR SANTISIMO.”
Hoy adelantamos lo del cumpleaños, ya que estaré cumpliendo años el día 14 de junio; pero hoy tendremos un almuerzo para todos, como siempre lo hemos hecho, y un programa se llevará a cabo, y todo será en el nuevo local; o sea, que al salir ya de esta primera actividad iremos directo allá, donde estaremos almorzando y donde estaremos disfrutando del programa que han preparado para esta ocasión, con cánticos y así por el estilo; y también será de aniversario de boda; o sea, será cumpleaños y aniversario de bodas. Así que les veré nuevamente dentro de algunos minutos en la próxima actividad en el nuevo local.
Que Dios les bendiga y les guarde y les llene siempre del conocimiento de todo Su Programa. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Recuerden también que el domingo próximo estaré con ustedes (todavía estamos acá, ¿verdad, Miguel?) Estaré con ustedes. También hay actividad el miércoles y el viernes también hay actividad. Y Miguel puede ver, cuando le pase, cuántas personas van a ser bautizadas, para que él así sepa si puede el domingo próximo en la segunda actividad bautizarlos a todos o si necesita un día adicional. Ahora dentro de un momentito Miguel pasará, y los que van a ser bautizados – los que no están bautizados y van a ser bautizados, pueden levantar su mano para que así Miguel vea más o menos cuántos son y puedan ser bautizados el domingo próximo en la segunda actividad. Si el número no es muy grande yo creo que pueden ser todos bautizados, si no pasa de 100 ó 200. Así que vamos a dejar a nuestro hermano Miguel mientras escuchamos el cántico de Erica y América que nos habla del Hombre que nos transformó, el cual es nuestro amado Señor Jesucristo.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“EL MISTERIO DE LOS CUATRO QUERUBINES EN EL LUGAR SANTISIMO.”