Muy buenas noches, amados amigos y hermanos reunidos aquí en Monterrey, República Mexicana; es una bendición grande estar con ustedes, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Me acompañan mi esposa Erica y mi niña América, quiénes ya Miguel presentó pero que les pueden dar un saludito de nuevo; por aquí están, y América les dará un saludito a “Los cachorritos del León de la tribu de Judá,” también. También me acompaña nuestra hermana y amiga, la doctora Nelly Fuentes del Perú, quién también les puede dar de nuevo otro saludito, y también nos acompaña José Benjamín Pérez (Benjie), quien está aquí en las cámaras. Es realmente una bendición grande estar acompañando a nuestro Hno. Miguel en este recorrido por la República Mexicana, como también por Norteamérica, por donde hemos viajado.
Para esta noche tenemos la lectura de Hebreos, capítulo 7 de San Pablo, este gran apóstol del Señor Jesucristo el cual tuvo la revelación más amplia de la Dispensación de la Gracia bajo el Pacto de la Sangre del Nuevo Pacto.
Y aunque Pedro fue el apóstol que recibió las llaves del Reino de los Cielos, la revelación del Reino de los Cielos, la revelación de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, encontramos que San Pablo tuvo también esa revelación luego de ser convertido a Cristo, y luego recibió más luz que el mismo San Pedro, de muchas otras cosas y también de todo el Programa bajo la Sangre del Nuevo Pacto.
Pero Pedro tuvo una bendición muy grande también; esos fueron los apóstoles principales de la Iglesia de Jesucristo de aquellos tiempos, por eso San Pedro y San Pablo son tipo y figura de los Dos Olivos para el Día Postrero, son tipo y figura de los ministerios de Moisés y de Elías, como también fueron Zorobabel (el príncipe descendiente del rey David), y Josué (el sumo sacerdote de aquel tiempo cuando fueron a llevar a cabo la restauración del templo en Jerusalén); aquellos fueron los tipos y figuras de los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y de Elías.
Ahora vean cómo los Ministerios de los Dos Olivos están relacionados al Sacerdocio y al Reino.
Y ahora veamos cómo en un solo Hombre encontramos esos dos aspectos del Reino y del Sacerdocio, y vamos a ver este personaje en el capítulo 7, verso 1 en adelante de la carta de San Pablo a los Hebreos, dice:
“Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo…”
¿Ven a quién podemos ver que es Rey y Sacerdote? Los dos aspectos: tanto el aspecto de reino como el aspecto religioso, el aspecto sacerdotal y el aspecto del reino; o sea, aspecto del sacerdocio y aspecto del reino. Dice:
“Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,
a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem (o sea, Rey de Jerusalén, porque Salem es Jerusalén), esto es, Rey de paz;
sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.
Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.
Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.
Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.
Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.
Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;
porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.
Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?
Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema para esta ocasión es: “MELQUISEDEC REY DE SALEM.”
Salem en el tiempo de Abraham era lo que hoy en día se conoce como Jerusalén. Por eso cuando Dios le dijo que saliera de su tierra y de su parentela a una tierra que Dios le mostraría, Abraham salió guiado por el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, y Dios lo llevó a la tierra donde estaban viviendo los cananeos; y Abraham llegó hasta Jerusalén para sacrificar a su hijo Isaac en una ocasión, llegó hasta la ciudad de Melquisedec; por eso es que se le llama a Jerusalén “La ciudad de Dios.”
Y por eso es que cuando Dios le habló a Moisés acerca del lugar donde sería colocado el Nombre de Dios —vamos a pedirle a Miguel nos consiga ese lugar, está por Deuteronomio—, donde Dios colocaría Su Nombre y donde Le sería edificada Casa a Dios.
Ahora, Dios establecería en qué ciudad se colocaría el tabernáculo y dónde estaría por consiguiente el Nombre de Dios.
Ahora, Deuteronomio 12:11, vamos a ver ahí lo que nos dice ahí… 12:5 al 11, vamos a leer. Dice:
“No haréis así a Jehová vuestro Dios,
sino que el lugar (o sea, que no le haréis esculturas, ni imágenes, para adorar imágenes o esculturas)…”
“No haréis así a Jehová vuestro Dios,
sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis.
Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y las ofrendas elevadas de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas;
y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual Jehová tu Dios te hubiere bendecido.
No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que bien le parece,
porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Jehová vuestro Dios.
Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hará heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros.
Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Jehová.
Y os alegraréis delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y el levita que habite en vuestras poblaciones; por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros.”
Miren, el levita no tenía parte ni heredad con el resto del pueblo hebreo, porque los levitas eran los que estaban destinados por Dios para ser sacerdotes; de los levitas tenía que venir el sumo sacerdote, los demás sacerdotes que ministraban con el sumo sacerdote y los otros sacerdotes, y todos los que tenían que ver con el templo, con los oficios del templo y con mover el tabernáculo por el desierto.
Los levitas que Dios le dio a Aarón, los dio el lugar de todos los primogénitos; por lo tanto la representación de los primogénitos, de los hijos de Israel, eran los levitas; y los levitas están representando también a los escogidos del Israel Celestial, los escogidos escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.
Por eso encontramos que así como el orden levítico fue el orden que proveyó los sacerdotes para el servicio del templo y para servirle a todo el pueblo hebreo, encontramos que ese orden levítico, y Aarón como sumo sacerdote representan a Cristo y Su Iglesia; por eso dice que Cristo es el Sumo Sacerdote, el cual intercede por nosotros ante Dios con Su Propia Sangre.
Así como el sumo sacerdote el día diez del mes séptimo entraba al lugar santísimo con la sangre de la expiación del macho cabrío y colocaba con su dedo, siete veces esparcía sobre el propiciatorio y llevaba a cabo toda la labor para la reconciliación del pueblo hebreo con Dios, lo cual se realizaba cada año; quedaban reconciliados con Dios por un año, y el próximo año se volvía a hacer lo mismo; porque aquella reconciliación temporal (por un año), representaba una reconciliación que sería para toda la eternidad; la cual conforme al Orden de Melquisedec, el cual corresponde a Cristo con Su Iglesia, Cristo reconciliaría a todos los hijos e hijas de Dios para toda y por toda la eternidad, los reconciliaría con Dios.
Recuerden que el sumo sacerdote llevaba a cabo la reconciliación, la expiación y la reconciliación, por todo el orden sacerdotal también; y eso es lo que Cristo ha estado haciendo como el Sumo Sacerdote del Templo Celestial.
Vean cómo el Orden del Templo Celestial se reflejó en el tabernáculo que construyó Moisés y en el templo que construyó el rey Salomón; y el orden sacerdotal del Templo Celestial el cual tiene como cabeza principal al Sumo Sacerdote, Jesucristo nuestro Salvador, el cual es el Representante, el Intercesor, de un pueblo que ha entrado bajo un Nuevo Pacto con Dios, y El hace Intercesión por todos los que tienen sus nombres escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.
Ese Sumo Sacerdote del Templo Celestial es Jesucristo nuestro Salvador, es el mismo que le apareció a Abraham como Melquisedec en Su cuerpo teofánico; pero luego se hizo carne en la persona de Jesús, y por medio de Jesús llevó a cabo el Sacrificio para la reconciliación de todos los que tienen sus nombres escritos en el Cielo.
El mismo Melquisedec, Sacerdote del Dios Altísimo, el cual es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, por medio de Su propio cuerpo de carne llamado Jesús, llevó a cabo el Sacrificio por el pecado para la reconciliación nuestra con Dios.
Y ahora vean ustedes cómo Melquisedec, el Rey de Jerusalén (que es Salem), y Rey de justicia y Rey de paz y Sacerdote del Dios Altísimo, estuvo en el Antiguo Testamento apareciéndole a Sus profetas de etapa en etapa; es el mismo Angel del Pacto, el mismo Angel de Jehová.
Por eso cuando el sumo sacerdote entraba al lugar santísimo y ofrecía allí la sangre de la expiación, allí estaba el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, en la Columna de Fuego manifestado en una luz sobre el propiciatorio en medio de los dos querubines de oro, y él recibía todo lo que llevaba el sumo sacerdote allí, él recibía la sangre, el sumo sacerdote haciendo intercesión allí ante el Angel de Jehová; y el Angel de Jehová es Melquisedec el cual intercedía por el pueblo a Dios.
Y ahora, Dios está allí en el Angel del Pacto, el Angel de Jehová manifestado en esa luz.
Y ahora, allí está Melquisedec para poder pasar de esta dimensión terrenal, todo, a la dimensión de Dios y obtener la Misericordia para el pueblo hebreo y ser reconciliado el pueblo hebreo para ese año, para ese lapso de tiempo desde el día diez del mes séptimo (de ese año), hasta el día diez del mes séptimo del próximo año.
Y ahora, podemos ver a Melquisedec moviéndose de etapa en etapa, de edad en edad, en medio del pueblo hebreo, luego no hallamos más hablar acerca de Melquisedec porque se convirtió en Jesucristo; y al convertirse en Jesucristo, ministró en esta Tierra. El había ministrado en Su cuerpo teofánico, en el Antiguo Testamento Lo encontramos ministrando como Sacerdote al darle el pan y el vino a Abraham, y Lo encontramos ministrando como sacerdote cuando tenía que ver con las cosas religiosas; pero cuando tiene que ver con la parte política, entonces Lo vemos como Rey, como Rey de Salem, el cual dicta las leyes para Jerusalén que es la capital, y para toda la nación hebrea bajo la Dispensación de la Ley.
Y ahora, vemos al pueblo hebreo en el tiempo de Moisés siendo colocado bajo la sangre de machos cabríos, y encontramos que está bajo un pacto que será temporal; pero luego por medio de los profetas Isaías, Jeremías y Ezequiel y otros profetas, Dios dice que establecerá con Su pueblo un Nuevo Pacto, y sería un Nuevo Pacto de Paz. Y por consiguiente tiene que venir la Sangre del Nuevo Pacto, y por consiguiente tiene que venir el que posee la Sangre para hacerse el Nuevo Pacto, y ya no serían animalitos, sino que sería un Hombre, el cual Dios pondría por Pacto para el pueblo. Y con Su Sacrificio realizado en la Cruz del Calvario y Su Sangre derramada se estableció un Nuevo Pacto.
Y bajo este Nuevo Pacto Cristo ha estado ministrando en el Cielo, desde que ascendió al Cielo, ha estado ministrando como Sumo Sacerdote del Templo Celestial, y también por cuanto El recibió toda autoridad del Padre, El ha estado reinando sobre el universo completo.
El es el Rey de reyes y Señor de señores. ¿Qué significa esto? Rey de reyes y Señor de señores: Rey-Dios, Rey-teofanía y Rey-Jesús. Rey en carne, Rey en la séptima dimensión, porque Dios es el Rey en la séptima dimensión. Rey en la sexta dimensión, Melquisedec, Cristo el Angel del Pacto. Y Rey de esta dimensión terrenal para sentarse sobre el Trono de David y reinar por el milenio y por toda la eternidad luego del Reino Milenial.
El es el Heredero al Trono, y El es Melquisedec el cual es Rey y también Sumo Sacerdote; por eso es que Jesucristo, Melquisedec, tendrá Su Trono en la Tierra el cual es el Trono de David, y estará ese Trono literal, el Trono de David en Jerusalén, desde donde reinará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones.
Y así como se ha sentado en el Trono del Padre en el Cielo, Cristo se sentará en Su Trono, el Trono de David, al cual El es heredero. Por eso El es el Hijo de David. Y como Hijo de David El es el Rey sobre el pueblo hebreo, y como Hijo de Dios El es el Rey de los Cielos también, y como Hijo del Hombre El es el Rey sobre el planeta Tierra completo; ese título de Hijo de Hombre es título de Profeta.
Y ahora, la Venida del Hijo del Hombre es para establecer el Reino de Dios en este planeta Tierra.
La Venida del Hijo de David es para establecer el Reino de Dios en Israel, y así ser restaurado el Reino y Trono de David; porque Dios restaurará, levantará, el tabernáculo de David el cual está caído; porque ese Reino de David está caído, no está reinando sobre el pueblo hebreo, pues lo que tienen es otro tipo de reino político; pero será establecido el Reino de Dios en medio del pueblo hebreo y así será restaurado el Trono de David, la Casa de David, el Tabernáculo de David; y Cristo es el Heredero como descendiente del Rey David, y por consiguiente El es el Hijo de David. Y por cuanto El es el heredero, y nosotros somos herederos de Dios y coherederos con El, entonces tenemos una parte en ese Reino del Hijo de David que desde Jerusalén gobernará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones.
Y eso será Melquisedec, Jesucristo como Rey sobre el pueblo hebreo, y El es Rey y El es Sacerdote también, Rey-Sacerdote es Melquisedec cuando le aparece a Abraham; por eso es que cuando Moisés pidió un ayudante, Dios se enojó con Moisés.
Y cualquier persona puede pensar o puede preguntarse: “¿Por qué Dios se va a enojar contra Moisés porque le pide un ayudante?” Es que siendo Moisés un Profeta dispensacional, en él se estaba reflejando el Programa de Dios para la Primera y Segunda Venida de Cristo. Y en Moisés tenía que reflejarse Cristo como Rey, y Cristo como Sumo Sacerdote; y cuando Moisés pidió un ayudante y en la permisiva voluntad de Dios lo recibió, el sacerdocio (el sumo sacerdocio) entonces pasó a Aarón y el cual debió permanecer en Moisés.
Encontramos que Abraham, miren ustedes, siendo la cabeza de la descendencia que él tendría, así como cada patriarca que vino después de él, siendo la cabeza, era el jefe de su descendencia, por lo tanto era el rey y era también el sacerdote; o sea, que ministraba como sacerdote del pueblo, como sumo sacerdote y también como rey.
Ese es el orden que Moisés debió mantener para que operara en él la parte de rey y la parte de sumo sacerdote, pero fueron separadas ambas partes, aunque encontramos que Moisés ministraba también como sacerdote porque Moisés fue el que dedicó el templo a Dios, el tabernáculo y el que llevó a cabo el sacrificio, y presentó a Dios el sacrificio y esparció con su dedo siete veces sobre el propiciatorio.
Como dice San Pablo en su carta a los hebreos en el capítulo 9, versos 16 en adelante, dice:
“Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador.
Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive…”
Cuando un hombre rico hace un testamento y coloca a sus hijos como sus herederos, mientras está vivo el testador (el que hace el testamento para sus hijos), los hijos no pueden todavía heredar, a menos que el testador reparta ya su herencia, pero mientras está un testamento hecho, no heredan las personas hasta que muera el testador; y con la muerte del testador, o sea, del padre de la familia que hizo ese testamento, con la muerte de él se confirma ese testamento y pueden obtener su herencia los que están registrados ahí como los herederos.
Y ahora, con la muerte del Testador (Jesucristo) se confirma el Testamento para nosotros ser los herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús, Señor nuestro.
Cuando Cristo murió en la Cruz del Calvario, estaba muriendo Dios, porque Dios estaba hecho carne en Jesús, pero de Dios lo que estaba muriendo era Su cuerpo físico, el cual era Jesús, Dios murió en la parte humana, la parte física que es el cuerpo de carne llamado Jesús.
Ahora, sigue diciendo:
“De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.
Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,
diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.
Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.
Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.”
Hay personas que quieren ser salvos sin la Sangre de Jesucristo, y para tener la Sangre de Jesucristo para ser redimidos y entrar al Nuevo Pacto, pues la persona tiene que aceptar a Cristo como su Salvador, para que se materialice en la persona ese Sacrificio de Cristo y entre la persona al Nuevo Pacto y obtenga su Redención, sea redimido.
“Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales…”
Vean, las figuras de las cosas Celestiales. Las cosas que Moisés está purificando con la sangre de aquel sacrificio del macho cabrío y también con la sangre de la becerra bermeja, encontramos que todas esas cosas que él purificó con sangre son el tipo y figura de las cosas Celestiales. Miren:
“Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.”
¿Por qué? Porque las cosas Celestiales representadas en el tabernáculo que construyó Moisés y en todas las cosas contenidas dentro ese tabernáculo, son tipo y figura del Templo Celestial y las cosas que allí están.
Y ahora, siendo que las cosas Celestiales se van a materializar en la Tierra y va ser creado por Cristo un Templo Espiritual, ese Templo Espiritual compuesto por los creyentes en Cristo, tenía que ser purificado con la Sangre de un mejor Sacrificio, con la Sangre del Sacrificio de Jesucristo nuestro Salvador.
Y eso nos enseña a nosotros que así como Cristo dijo que El descendió del Cielo, que El no era de la Tierra sino del Cielo; y también El dijo que los creyentes en El que el Padre le dio, las ovejas que el Padre le dio, El dijo también que no son del mundo, El dijo: “Como tampoco Yo Soy del mundo.” Y El dijo que el Padre se las dio.
Y ahora, ¿de dónde hemos venido nosotros? De donde vino Jesucristo. ¿De dónde vino Jesucristo? El vino de la Séptima dimensión, pasó por la sexta dimensión en donde obtuvo Su cuerpo teofánico. Porque Jesucristo es el mismo Dios que bajó de la séptima dimensión a la sexta dimensión, y de la sexta dimensión en donde fue conocido como Melquisedec, también fue conocido como Elohím, también fue conocido como YHWH, fue conocido así por Moisés y fue llamado por los teólogos “Jehová,” porque le añadieron algunas letras a cada una de esas consonantes para pronunciar algún nombre.
Y vean ustedes, luego este Angel del Pacto que le dio por Nombre a Moisés YHWH, cuando Moisés quiso saber el Nombre del Angel del Pacto; ahora viene conforme a la profecía de Isaías, capítulo 40 y de Malaquías, capítulo 3, enviando primeramente Su mensajero preparándole el camino, el cual fue Juan el Bautista; y luego vendría a Su Templo el Señor a quien el pueblo buscaba y el Angel del Pacto a quién deseaba el pueblo; y cuando vino después de Juan el Bautista fue conocido por el Nombre de Jesús, pero no fue reconocido por la religión hebrea, por el sumo sacerdote y la mayor parte de los líderes religiosos que componían el concilio del sanedrín; excepto por Nicodemo y por Gamaliel y José de Arimatea.
De los del concilio del sanedrín no menciona a otros sacerdotes, pero pudo haber algún otro sacerdote perteneciente al concilio del sanedrín que no estuvo de acuerdo con la sentencia en contra de Jesús, la cual fue la sentencia de muerte, la cual luego pidieron a Pilato que la cumpliera.
Ahora vean ustedes, cuando vino el Angel del Pacto que es el mismo Melquisedec visitando al pueblo hebreo, llevándose así *a cabo la visitación de Dios en carne humana, eso fue la visitación o visita de Melquisedec, el Rey de Salem (o sea, de Jerusalén) y Rey de justicia y Rey de paz; por eso El decía: “Mi paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, Yo os la doy.”
Y el pueblo hebreo, el mundo religioso y el mundo político, no Lo reconoció como el Rey que estaba prometido que vendría, como el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el mismo Señor que vendría vestido de carne humana; por lo tanto aparecería como un hombre, como un Profeta en medio del pueblo hebreo, y vendría por medio del nacimiento a través de una mujer virgen del pueblo hebreo descendiente del rey David.
Y ese era Melquisedec naciendo como un niño (o sea, Su cuerpo de carne), Melquisedec siendo luego un niñito que ya caminaba y hablaba; cuando los magos lo encontraron ya caminaba, pues tenía al rededor de dos años de edad, ya hablaba también; de seguro tuvieron una buena conversación con Jesús aquellos magos. Era Melquisedec en medio del pueblo hebreo.
Luego vino a ser un joven o un adolescente, a los 12 años ya sabía tanto de la Escritura que quedaron confundidos los sabios, los doctores de la Ley allá en el templo en Jerusalén en aquella ocasión en que estuvo en el templo y se quedó en el templo; sin darse cuenta José y María que el niño Jesús se había quedado, cuando lo encontraron de nuevo luego de tres días, estaba allí hablando y haciéndole preguntas a los sacerdotes, a aquellos doctores de la Ley, y ellos también haciéndole preguntas a Jesús, y se sorprendían de las respuestas que Jesús les daba y de las cosas que El también preguntaba a ellos; era nada menos que Melquisedec como un adolescente, como un niño de 12 años.
Y luego, de ahí en adelante queda oculta la vida de Jesús en la Biblia, hasta que aparece a los 29 años y medio, cerca de 30 años tenía cuando apareció para estar en una campaña evangelística que estaba llevando Juan el Bautista a cabo, en donde llamaba el pueblo al arrepentimiento y venían arrepentidos de sus pecados y eran bautizados en agua por Juan el Bautista en el río.
Y vean ustedes, llegó Jesús allí, y ya Juan tenía bastantes discípulos; entre los discípulos que tenía, tenía a Andrés el hermano de Pedro y también a Juan el hermano de Santiago o Jacobo; y Juan era primo de Jesús, porque Juan el apóstol es hijo de Salomé y Salomé es hermana de la virgen María, igualmente Juan el Bautista era primo de Jesús y primo de Juan el apóstol, porque Elisabet la madre de Juan el Bautista era pariente de María.
Y ahora, llega Jesús, está en las actividades de Juan, y al ser bautizado por Juan, quiso ser bautizado por Juan, Juan le dice: “Tu vienes a mí para que yo te bautice cuando yo soy el que tengo necesidad de ser bautizado por Ti.” Eso significa que Juan conocía a Jesús. Pero cuando Juan estaba anunciando que después de él vendría Uno del cual él no era digno de desatar la correa de su calzado y decía que él no lo conocía, y decía que el pueblo hebreo no lo conocía, él decía: “El cual vosotros no conocéis.” Y Juan también dijo en una ocasión: “El cual yo no conocía, pero el que me mandó a bautizar me dijo: ‘Sobre aquel que tu veas al Espíritu Santo descender en forma de paloma sobre él, ése es él, ése es Aquel que les bautizará con Espíritu Santo y fuego.”
Por lo tanto, Juan estaba esperando ver esa señal sobre un hombre y ese sería el que vendría después de él; pero Juan no se imaginaba que ese hombre que vendría después de él era su primo, y cuando ve que Jesús viene a él, de seguro ya sabía, conocía, cosas que ya Jesús había hecho en ese lapso de tiempo de los 12 años de edad hasta los 29 años y medio; y aun es probable que Juan el Bautista supiera la historia de Jesús desde que Jesús estaba en el vientre de María. ¿Por qué? Porque cuando María concibió del Espíritu Santo, el Angel le había dicho que su parienta Elisabet también había concebido, y ese era el sexto mes para la prima de la virgen María, o era el sexto mes para Elisabet la parienta o pariente de la virgen María.
Y luego de toda esta experiencia tan hermosa por la cual pasó la virgen María, en donde el Espíritu Santo hizo sombra sobre ella y concibió, luego fue a visitar a Elisabet (su pariente o parienta) y se quedó con ella unos cuantos meses; cuando llegó a donde Elisabet y la saludó, el niño que estaba en el vientre de Elisabet saltó, y ahí fue lleno del Espíritu Santo como había dicho el arcángel Gabriel, que sería lleno el Espíritu Santo aún desde el vientre de su madre, así sería Juan el Bautista.
Y ahora, Elisabet le dice… vamos a ver, porque esto es algo muy importante. San Lucas, capítulo 1, verso 39 al 45, dice:
“En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá;
y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet
Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo (y ahí Juan el Bautista fue lleno del Espíritu Santo aún desde el vientre de su madre),
y exclamó a gran voz, y dijo (Elisabet): Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.
¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?.”
Vean cómo reconoció Elisabet que ese niño que estaba en el vientre de María era el Señor, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, era el Señor, el Angel del Pacto; era el cuerpo en donde el Angel de Jehová, el Angel del Pacto, el mismo Dios con Su cuerpo teofánico habitaría, y ahí fue donde Dios se creó un cuerpo de carne para habitar, porque Dios se haría hombre de esta dimensión, ¿a la imagen de quién? No de un animal, sino del ser humano.
Ahora, si Elisabet reconocía que el que estaba en el vientre de María era el Señor, y que el que nacería a través de la virgen María era Emanuel —que traducido es Dios con nosotros,— también a su hijo Juan luego le enseñaría esa misma revelación que ella tenía, y también el sacerdote Zacarías al cual le había hablado el arcángel Gabriel.
El arcángel Gabriel fue el que le trajo la revelación al sacerdote Zacarías y también a la virgen María; y tanto el sacerdote Zacarías como la virgen María compartieron con Elisabet la revelación que les trajo el arcángel Gabriel; porque este es el ángel que anunció la Primera Venida de Cristo y el que en el tiempo final, en el Día Postrero, estaría ordenado en el Programa de Dios para el anuncio de la Segunda Venida de Cristo.
Esto lo quiero leer, aquí en lo que dijo el Rvdo. William Branham —vamos a marcar aquí ese pasaje que estábamos leyendo.— Vamos a ver en qué página tenemos esa promesa: en la página 33 del libro de “Citas,” en el párrafo 282, que es un extracto del mensaje “La Creencia de María,” dice:
“Y parado allí estaba un ángel: El poderoso Gabriel. El es un mensajero a los judíos. Recuerden, Gabriel anunció la Primera Venida de Cristo, el ángel Gabriel anunciará la Segunda Venida de Cristo.”
Ese es el ángel ordenado por Dios para ese propósito. Vamos a ver otro lugar, si lo conseguimos… si ese es el ángel, ese ángel será el que tomará del Libro de la Verdad todo lo relacionado a la Segunda Venida de Cristo, y ese es el ángel que anunciará la Segunda Venida de Cristo. Hay un lugar… vamos a ver otro lugar, vamos a ver si es el mismo o es otro… donde nos habla en la página 18… página 18, dice… del libro o del folleto de este compendio titulado “Angeles,” dice:
“Si tomáramos un viaje en esta noche hacia el Cielo, y me encontrara con el padre Abraham, y le dijera: ‘Abraham, ¿cuál es la cosa más gloriosa que jamás has conocido?¿Cuál es la cosa más esencial que jamás has conocido (Vean, lo más importante)?’
Abraham me diría: ‘La Vida Eterna.”
Pues la vida eterna, eso es lo más importante para toda persona; por eso es que hemos llegado a este planeta Tierra para ser confirmados en la vida eterna bajo el Nuevo Pacto, bajo la Sangre de Jesucristo que es la Sangre del Nuevo Pacto; y El ha estado confirmando el Nuevo Pacto de etapa en etapa desde el día de pentecostés en adelante, ha estado confirmando el Nuevo Pacto al Israel Celestial, a toda persona que tiene su nombre escrito en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, y por consiguiente de entre hebreos y de entre gentiles, entran al Nuevo Pacto de etapa en etapa y son confirmados así en el Nuevo Pacto, y así Cristo le confirma a Su Iglesia el Nuevo Pacto, al Israel Celestial.
“Abraham me diría: ‘La Vida Eterna (Eso es lo más que esencial).’
Entonces tomaría otro viaje y nuevamente iríamos, y llegaríamos con el Arcángel Gabriel, el cual es el mensajero del Pacto, para la gente Judía, y está parado a la diestra de Dios, una de las órdenes más altas de Angeles en el Cielo. Y yo le diría: ‘Gabriel, eres un Angel poderoso. Eres amado de Dios, y has estado aquí por tiempo incalculable; y quizás conozcas todo con respecto al Cielo, donde cada cosa está ubicada, por cuanto eres uno de los Angeles a la diestra de Dios. Y conoces todos los secretos del Cielo. Tocaste la trompeta en la Primera Venida del Señor Jesús. Y anunciaste Su Primera Venida, y anunciarás Su Segunda Venida (vean la intervención que tuvo el arcángel Gabriel para la Primera Venida de Cristo, una intervención directa; y luego vean ustedes cómo el Rvdo. William Branham nos enseña que tendrá una intervención directa el arcángel Gabriel, para sonar la trompeta, para anunciar así la Segunda Venida de Cristo)… y anunciarás Su Segunda Venida, por lo tanto debes ser un hombre o un Angel poderoso.”
Dice ‘un hombre o un ángel,’ ¿porque el nombre Gabriel qué significa? “Varón, hombre de Dios.” El Nombre Miguel, el nombre del arcángel Miguel significa: “Quién como Dios ó quién igual a Dios.” ¿Algo así es Miguel? Ya que Miguel tiene también el nombre Miguel, pues él debe saber bien cuál es el significado. {El Hno. Miguel responde: “Quién como Dios.” —Editor} “Quién como Dios.”
Y ahora, vean ustedes este misterio, y vean:
“Te quiero hacer esta pregunta. En todos los tesoros de Dios, ¿cuál es la cosa más tremenda que has hallado en todos Sus tesoros?
Puedo ver a Gabriel enderezándose en forma muy atenta, y diciendo: ‘Lo más grande que he hallado entre los tesoros de Dios desde que me creó a mí, es la vida (es la vida eterna lo más grande, dice:). Dios me creó para que pudiese vivir Eternamente, por la Eternidad. Y la vida es lo más grande que hay.”
Pues sin vida usted no puede ver las demás cosas.
Y ahora, vean ustedes cómo para la Primera Venida el arcángel Gabriel estuvo anunciando la Venida de Cristo, y cómo para la Segunda Venida también estará sonando la Trompeta, anunciando la Segunda Venida de Cristo.
En palabras más claras: El misterio que el arcángel Gabriel estuvo revelando dos mil años atrás a Zacarías y a la virgen María, fue el misterio de la Primera Venida de Cristo, y le dijo al sacerdote Zacarías, que tendría un hijo el sacerdote Zacarías por medio de Elisabet (la esposa de Zacarías), o sea, que Zacarías sería padre de un hijo, el cual sería profeta de Dios, sería grande delante de Dios y que vendría con el espíritu y virtud de Elías para preparar al Señor un pueblo bien apercibido; ahí le está anunciando no solamente la parición o venida del precursor, sino también del Precursado; porque después que apareciera Juan el Bautista en su ministerio, vendría el Señor, al cual Juan le estaría preparando el camino, le estaría preparando al pueblo para que Lo recibieran.
Luego le anunció también a la virgen María la Venida del Mesías, Gabriel le anunció la Venida del Mesías y le reveló el misterio de cómo vendría el Mesías: naciendo a través de la virgen María. Por lo tanto, para la Segunda Venida de Cristo, la virgen María actualizada será la Iglesia Novia del Señor Jesucristo.
Y miren ustedes en la página 101 del libro o mensaje de “Las Setenta Semanas de Daniel,” dice:
“Lo mismo como Gabriel vino a Daniel, el Espíritu Santo viene a la Iglesia en estos últimos días para revelar estas grandes, profundas y secretas cosas. ¿Lo entienden ahora?.”
Y ahora en el Día Postrero el Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo, estará revelándonos todas estas cosas que deben ser cumplidas en este tiempo final.
Y ahora, aquí por supuesto hay un misterio muy grande, y diríamos que es el misterio de Gabriel el cual hasta el momento no podemos tocar tan abiertamente, pero hay un misterio con relación a este arcángel Gabriel.
Ahora este arcángel de la parte de la sexta dimensión estará teniendo una labor muy importante como también el arcángel Miguel, son los principales arcángeles de Dios.
Ahora, continuando con Melquisedec, ¿qué fue lo que anunció al arcángel Gabriel a la virgen María? Pues la Venida de Melquisedec en carne humana naciendo Su cuerpo de carne a través de la virgen María; ese era el misterio que Gabriel estaba dando a conocer a la virgen María; cómo vendría el Mesías, cómo vendría Emanuel —que traducido es Dios con nosotros—, cómo aparecería en la Tierra: pues por medio de una virgen en donde Dios crearía un cuerpo, creando en el vientre de María una célula de vida. Fue una obra creadora la cual llevó a cabo Dios, el Espíritu Santo, en el vientre de María cuando hizo sombra sobre la virgen María.
Por eso el cuerpo de Jesús, como cuerpo es Hijo de Dios, y también el Espíritu teofánico de Jesús es como cuerpo teofánico Hijo de Dios. Por eso cuando nos habla del Hijo de Dios antes de estar en carne, el mismo Cristo, dice: “Abraham deseó ver mi día, lo vio y se gozó.” Lo vio cuando le apareció con Sus arcángeles Gabriel y Miguel el día antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra, y comió con Abraham; y también había visto a Jesucristo en Su cuerpo teofánico cuando le apareció como Melquisedec, y de seguro en otras ocasiones y también en sueños y en visiones.
Y muchos otros hombres de Dios y profetas de Dios vieron a Jesucristo en Su cuerpo teofánico; cuando Moisés vio pasar al Angel del Pacto, al Angel de Jehová, el cual le dijo: “Yo pasaré delante de ti, pondré mi mano sobre ti, cuando haya pasado verás mis espaldas,” vio las espaladas del Angel de Jehová, las espaladas de un hombre, el cual es el mismo Cristo en Su cuerpo teofánico.
Por eso podía decir hablando de Abraham, Jesús dijo: “Antes que Abraham fuese, Yo Soy.” Le dijeron, cuando dijo: “Abraham deseó ver mi día, lo vio y se gozó.” Le dicen: “No tienes 50 años ¿y dices que has visto Abraham?” Cristo dice: “Antes que Abraham fuese, Yo Soy.” Antes de Abraham. ¿Y cómo era antes de Abraham? En Su cuerpo teofánico. Y en Su cuerpo teofánico tenía un Nombre. Por eso es que Dios dice hablando del Angel de Jehová en el capítulo 23, verso 20 en adelante, dice:
“He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”
¿Dónde está el Nombre de Dios? En Su Angel, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el cual le apareció a Moisés y le dijo: “Yo Soy el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.”
¿Y qué relación hay entre el Angel de Jehová y Dios (Jehová)? Que el Angel de Jehová se refiere al cuerpo angelical de Dios, Dios en Su cuerpo teofánico es conocido como el Angel de Jehová.
Y cada uno de ustedes y yo también en nuestro cuerpo teofánico somos conocidos como ángeles, ¿No dijo Cristo: “Sus ángeles ven el rostro de mi Padre cada día”? Y los mensajeros de la siete edades de la Iglesia son en sus cuerpos teofánicos esos siete espíritus de Dios que recorren toda la Tierra, los cuales son los siete ángeles mensajeros de Jesucristo, los cuales son manifestados en carne humana y tienen sus ministerios en medio de la raza humana.
Y ahora, el Angel de Jehová, hemos visto que es Jesucristo. Y Melquisedec hemos visto que es también nuestro amado Señor Jesucristo, El es Melquisedec, el Sacerdote del Templo Celestial que se hizo carne, creó en el vientre de María un cuerpo de carne al crear una célula de sangre, una célula de vida en el vientre de María, la cual se multiplicó célula sobre célula y así fue creado el cuerpo de Jesús. El cuerpo de Jesús es el cuerpo humano de Dios donde habitó Dios con Su cuerpo teofánico.
Por eso cuando le dijo Felipe a Jesús: “Muéstranos al Padre y nos basta.” Jesús le dice: “Tanto tiempo hace que estoy con vosotros Felipe ¿y todavía no me has conocido? ¿No sabes que Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí, y el que me ha visto a mí ha visto al Padre? ¿No sabes esto, no tienes esa revelación?” No sabía que era Emanuel —Dios con nosotros.— Dios, el Padre Celestial, dentro de un cuerpo de carne que El se creó; y por eso ese cuerpo de carne es Hijo de Dios, y el cuerpo teofánico también es Hijo de Dios: Hijo de Dios en la sexta dimensión e Hijo de Dios en la dimensión terrenal. Hijo de Dios en la sexta dimensión (el cuerpo teofánico), Hijo de Dios en esta dimensión terrenal (el cuerpo de carne).
En Proverbios, capítulo 30, verso 4, dice:
“¿Quién subió al cielo, y descendió?”
Cristo contesta esa pregunta cuando dice: “Nadie subió al Cielo sino el que descendió del Cielo, el Hijo del Hombre que está en el Cielo.” Fue Jesucristo.
“¿Quién encerró los vientos en sus puños?
¿Quién ató las aguas (y ahora vean ustedes cómo Cristo calmó los vientos, la tempestad)…”
“¿Quién ató las aguas en un paño? (Y vean cómo también Cristo a aquella tempestad y a aquellas olas las detuvo; y también cuando abrió el mar rojo, era Cristo en teofanía, era Cristo en la Columna de Fuego)
¿Quién afirmó todos los términos de la tierra?
¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes.”
Y eso fue allá en Proverbios en el Antiguo Testamento, todavía no había nacido en la Tierra el cuerpo de carne de Jesús.
Pero ahora, ¿Cuál es el Nombre de Su Hijo, si lo sabes? Fue el Nombre que Dios le dio a Moisés, pero se lo dio en esas cuatro consonantes que fueron y han sido impronunciables para los seres humanos. El Nombre de Su Hijo, pues es el Nombre del Angel del Pacto, del Angel de Jehová, porque en el Angel de Jehová está el Nombre de Dios, y todo hijo viene en el nombre de su padre ¿Ven?
Y ahora, hemos visto cómo Dios escribe Su Nombre en Su Hijo, Su cuerpo teofánico, Su Hijo de la sexta dimensión que es Su cuerpo teofánico, donde Dios moró en toda Su plenitud y donde obró en el Antiguo Testamento. Y luego en el Nuevo Testamento en el cuerpo de carne, ahí está el Nombre de Dios manifestado, y por eso Jesús dice: “Yo he venido en el Nombre de mi Padre.” Y las cosas que hacía, las hacía en el Nombre de Su Padre, porque todo hijo viene en el nombre de su padre.
Y Cristo escribirá sobre el Vencedor el Nombre de Dios, el Nombre de nuestro Dios, el nombre de la Ciudad de nuestro Dios (o sea, el Nombre de la Nueva Jerusalén) que tiene como Nombre el Nombre Eterno de Dios y el Nombre Nuevo de Jesucristo. “Y mi Nombre Nuevo (dice Jesucristo).” Dice que lo escribirá sobre el Vencedor.
Por lo tanto el Vencedor tiene que ser un Hijo de Jesucristo para poder venir en el Nombre de Jesucristo, en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo, en el Nombre del Señor Jesucristo; porque escribirá sobre el Vencedor el Nombre de Dios, el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Su Nombre Nuevo.
Y por consiguiente Cristo lo sentará sobre Su Trono, el Trono de David, con El; como el Padre sentó a Jesús sobre el Trono de Dios en el Cielo. Dice: “Al que venciere…” Eso está en el… primero les leí el capítulo 3, verso 12 de Apocalipsis; y ahora les leo capítulo 3, verso 21, donde dice:
“Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”
En la misma forma que el Padre sentó a Jesús en Su Trono, Jesucristo sentará en Su Trono: el Trono de David aquí en la Tierra, al Vencedor; fue la primera ocasión en el Cielo que un hombre se sentó en el Trono de Dios, fue la primera vez que en el Cielo, en el Trono de Dios en el Cielo se sentó un cuerpo glorificado.
Y en el Trono de David será la primera ocasión en que Jesucristo sentará en Su Trono un hombre, el cual para ese tiempo tendrá un cuerpo glorificado; o sea, que para sentarse, tanto en el Trono del Padre en el Cielo, Jesucristo tuvo que tener un cuerpo glorificado, cuando resucitó, resucitó glorificado y se sentó en el Trono del Padre.
Y ahora, para sentarse una persona en el Trono del Padre tiene que ser un hijo de Dios, y tiene que ser uno sobre el cual Cristo escriba el Nombre de Su Padre (el Nombre de Dios), el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y el Nombre Nuevo de Jesucristo; porque todo hijo viene en el nombre de su padre.
Y ahora, por medio de Jesucristo, Dios ha estado teniendo hijos, por lo tanto, somos hijos de Jesucristo, el Segundo Adán, y por consiguiente hijos de Dios; porque Dios es Jesucristo en carne humana visitando Su pueblo en Su Primera Venida, Emanuel —Dios con nosotros.—
Ahora, ya ese misterio fue manifestado, aunque no entendido completamente por los seres humanos, y no entendido completamente por la teología, todavía le falta a la teología crecer en el conocimiento, pues Pablo dice que tenemos que crecer.
Y siendo que la teología es llamada la ciencia —una ciencia—, la ciencia que tiene que ver con los asuntos religiosos y sobre todo los de Dios, ha estado estancada por muchos años.
La ciencia secular que tiene que ver con la astronomía, y también con la agricultura, y también con la vida terrenal —con la vida terrenal en todos los aspectos—, encontramos que ha adelantado mucho: se vivió en tiempos en donde se viajaba en burros y en caballos, después le colocaron una carreta y después pasamos a la etapa de la bicicleta, y después a la etapa del automóvil, después a la etapa de los aviones, y después a la etapa de los cohetes, de las naves espaciales, de los satélites, de los cohetes y así por el estilo.
¿Ven? La ciencia ha ido progresando a medida que la Ciencia de Dios en Su Programa ha ido llevando a cabo las diferentes etapas del Programa Divino.
Y se requiere que los que estudian con la teología, las cosas de Dios, se adelanten y se pongan al compás del Programa de Dios correspondiente a este tiempo que Dios está llevando a cabo.
La teología del tiempo de Jesús y Juan el Bautista no se pusieron al compás de la Obra que Dios estaba llevando a cabo, y fallaron en ver la Obra de Dios correspondiente a aquel tiempo en donde Dios estaba visitando al pueblo hebreo en carne humana; ya había enviado a Su precursor: Juan el Bautista, y no se dieron cuenta tampoco que aquel era el Elías que tenía de venir precursando la Primera Venida de Cristo.
Para el siglo XX, Dios envió al precursor de la Segunda Venida de Cristo el cual nació en el año 1909 (abril del año 1909); y ya se fue en diciembre 24 de 1965, a la edad de 56 años, cerca de cumplir 57 años.
Y la teología que en todas las denominaciones estudia a Dios y las cosas de Dios, no ha estado al compás de lo que Dios ha estado haciendo en el siglo XX, y ha estado mirando lo que Dios hizo en tiempos de los apóstoles, y también ha visto lo que Dios hizo a través de los reformadores; pero no se dio cuenta de lo que Dios hizo a través del Rvdo. William Branham, y no lo han podido enmarcar en el Programa Divino correspondiente al siglo XX; y quizás han pensado que fue otro predicador el cual Dios usó, y a través del cual Dios hizo grandes maravillas, y a través del cual Dios llamó millones de seres humanos al Evangelio, a Cristo.
Pero hay que ver un poquito más a través de las Escrituras para ver qué Dios prometió para preparar el camino al Señor y ver todas esas promesas, y luego comparar esas promesas con el ministerio del Rvdo. William Branham, para ver que fueron cumplidas todas esas promesas en el Rvdo. William Branham, que vino como vino Juan el Bautista precursando la Primera Venida de Cristo, vino el Rvdo. William Branham precursando la Segunda Venida de Cristo.
Fue un hombre, un profeta, al cual Dios le habló cara a cara, y le acompañó un ángel el cual lo guiaba en su ministerio y era el que realizaba las maravillas, y era el que le decía qué hacer, y era el que le revelaba los secretos del corazón de la gente, y era el que lo acompañó desde que nació; él escuchó la voz de ese ángel en muchas ocasiones desde niño; pero cuando le apareció en el año 1946, encontramos que… Miguel, si puedes verificar la fecha (si está cerca)….
Cuando le apareció y le habló, le apareció en una cueva en donde el Rvdo. William Branham estaba orando, y le habló, le apareció en forma visible en cuerpo angelical, cuerpo de la sexta dimensión parecido a nuestro cuerpo pero de otra dimensión, un hombre alto, fuerte y con brazos fuertes, le apareció y le habló. [El Hno. William indica la fecha en que le apareció del ángel al Rvdo. William Branham, y dice: “Fue el 7 de mayo de 1946 en Jeffersonville, Indiana.” —Editor].
Y ahora, cuando le habló, se dio cuenta que ése era el hombre que siempre le hablaba. Y él cuando niño le decía a la mamá: “Mira hay un hombre en este árbol que me está hablando.” Buscaban y no había nada; es que estaba en otra dimensión. Pero cuando se dejó ver, entonces vio su aspecto como un hombre pero de otra dimensión, este ángel le acompañó todo el tiempo.
Ahora, podemos ver que desde otra dimensión hay ángeles de Dios que tienen que ver con la labor que Dios lleva a cabo en este planeta Tierra. Si usted busca en toda la Biblia, encontrará que los ángeles de Dios han estado interviniendo en toda la labor que Dios ha llevado a cabo en este planeta Tierra, aun cuando Dios le dio la Ley en el monte Sinaí al pueblo hebreo, luego la Escritura dice que por comisión de ángeles recibió el pueblo hebreo la Ley (por comisión de ángeles); pues cuando se trata de cuerpos teofánicos, aun el cuerpo teofánico de Dios es llamado el Angel de Jehová; o sea, por comisión de cuerpos teofánicos.
Por comisión de seres en sus cuerpos teofánicos Dios ha obrado en medio de la raza humana.
Como fue en los días de Lot, que fueron los días de Abraham, donde aparecieron Gabriel, Miguel y Elohím, así será la Venida del Hijo del Hombre; por lo tanto estarán Gabriel, Miguel y Elohím, eso es la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles, y ahí vamos a dejar eso quietecito. Todo esto lo hemos hablado porque el tema: “MELQUISEDEC REY DE SALEM,” Melquisedec siendo el mismo Jesucristo en Su cuerpo teofánico nos obliga a hablar de seres en cuerpos teofánicos de la sexta y en la sexta dimensión, pero que podemos ver que se materializan en la Tierra, se hacen carne en la Tierra.
Y por eso es que nuestros cuerpos teofánicos con nuestra alma, se hará carne en el cuerpo glorificado que hemos de tener; y por eso es que el cuerpo teofánico nuestro tiene que ver con la transformación que hemos de recibir, y ahí vamos a dejar eso ahí quietecito por el momento.
Ahora, continuemos en el Nuevo Testamento; sabiendo que Cristo es Melquisedec hecho carne, el cual llevó a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y como Sumo Sacerdote ascendió al Cielo con el Sacrificio que hizo de Su propio cuerpo, y Su Sangre es la Sangre del Nuevo Pacto que es establecido en el Cielo con Dios para los seres humanos.
Ninguna persona puede entrar al Nuevo Pacto si no es bajo la Sangre del Nuevo Pacto derramada por Cristo en la Cruz del Calvario. Ya el Antiguo Pacto de la Ley ha sido invalidado, porque ha sido establecido un Nuevo Pacto. Por eso los 144 mil hebreos cuando reciban la Palabra, el Mensaje, ellos pasarán a un Nuevo Pacto, al Nuevo Pacto que Dios prometió para el pueblo hebreo, Nuevo Pacto al cual todavía la nación hebrea no ha entrado como nación; aunque han entrado millones de hebreos al Nuevo Pacto al recibir a Cristo como su Salvador, han entrado desde el día de pentecostés hacia acá millones de hebreos, como también millones de gentiles como individuos.
Y así ha estado siendo formado el Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia de Jesucristo, el Israel Celestial, que con mejores sacrificios que el de los animalitos, han sido purificados, redimidos con la Sangre del Cordero de Dios, Jesucristo; y por eso entramos al Nuevo Pacto del cual Cristo es hecho Fiador y Sumo Sacerdote, Intercesor en el Cielo por nosotros.
Y ahora, Cristo, Melquisedec, está haciendo Intercesión todavía en el Cielo como Sumo Sacerdote del Templo Celestial en el Lugar Santísimo sobre el propiciatorio que es el Trono de Dios, el Asiento de Dios, el Asiento de Misericordia, hasta que entre hasta el último de los escogidos de Dios, para que así se complete la Intercesión y la Reconciliación del Israel Celestial con Dios. ¿Ven? Lo mismo que sucedía con el Israel terrenal el día de la expiación, es lo que Cristo está haciendo desde que ascendió al Cielo, allá en el Cielo en el Lugar Santísimo, como entraba al lugar santísimo el sumo sacerdote con la sangre de la expiación.
Ahora, podemos ver este misterio de Melquisedec más claro.
Y ahora, Melquisedec desde Su Trono, desde el Trono de Dios en el Cielo, donde está haciendo Intercesión y donde se ha sentado, encontramos que se ha estado reflejando en la Tierra a través de Sus mensajeros de edad en edad.
Por lo tanto, cada manifestación del Espíritu Santo a través de cada ángel mensajero, ha sido la manifestación de Melquisedec en cada edad, confirmando el Nuevo Pacto al Israel Celestial, confirmando el Nuevo Pacto a Su Iglesia de edad en edad, y por eso cada color del Arco Iris, un color del Arco Iris ha estado manifestado en cada edad, porque el Arco Iris es el Pacto de Dios.
Por eso alrededor del Trono de Dios está un Arco Iris completo. Pero de edad en edad ha estado un color del Arco Iris, y no en el círculo completo sino la mitad, un arco solamente pero no el círculo completo, en donde ha estado Melquisedec en medio de la raza humana en Espíritu Santo reflejándose en carne humana, a través del mensajero de cada edad.
Vean cómo Melquisedec ha estado caminando en medio de la raza humana, primero en carne humana en Jesús en toda Su plenitud, luego en una porción en cada ángel mensajero; y para el Día Postrero encontramos toda esa trayectoria de Melquisedec reflejado a través del velo de carne, el mensajero que ha usado en cada edad, ha sido una manifestación de Melquisedec como Sacerdote, y por eso ha estado llamando al pueblo a reconciliación: “Reconciliaos hoy con Dios.” Dijo el apóstol San Pablo. “Y si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón.”
Y luego de las siete edades, El en Su Iglesia en el Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular y territorio latinoamericano y caribeño, se vela y revela en Su Angel Mensajero como Sacerdote también, para el llamado final de los escogidos de Dios y eso será Melquisedec desde el Cielo en Espíritu Santo en la Tierra en Su Angel Mensajero, como lo hizo a través de cada ángel mensajero.
Y cuando termine Su labor de Intercesión en el Cielo, entonces continuará reflejándose por medio del mensajero que esté viviendo en la Tierra, en el tiempo en que se complete el número de Sus escogidos; y ese será el mensajero del Día Postrero, de la Edad de la Piedra Angular, y por consiguiente se continuará velando y revelando, pero ya no como Sacerdote, sino como Rey; y entonces comenzará plenamente la revelación de Jesucristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, como el Hijo del Hombre e Hijo de David, como el que tiene las llaves de David, el cual dará comienzo al milenio; y comienza así la manifestación de Cristo como la raíz y el linaje de David.
Ahora, podemos ver que todavía sigue siendo Melquisedec, Melquisedec en medio de Su Iglesia de etapa en etapa y también en nuestra etapa, y todos nosotros somos hijos del Rey de Jerusalén (Melquisedec), y del Sumo Sacerdote del Templo Celestial Melquisedec; y por eso es que somos también Reyes, porque somos hijos de un Rey: Jesucristo, Melquisedec; y somos Sacerdotes porque somos hijos del Sumo Sacerdote del Templo Celestial, del Sumo Sacerdote Melquisedec; y somos Jueces porque somos hijos del Juez de toda la Tierra: Jesucristo nuestro Salvador. “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo (Jesucristo).” {San Juan, 5:22 —Editor}
Y ahora podemos ver este gran misterio de Melquisedec, y ver que somos hijos de Melquisedec, del Rey de Salem, del Rey de Jerusalén, del que le apareció a Abraham y le dio pan y vino a Abraham, somos hijos del Rey Melquisedec, Rey de Jerusalén y somos hijos de Melquisedec, el Sumo Sacerdote de Dios del Templo Celestial.
Por eso es que a lo que El es heredero, somos también nosotros herederos con Jesucristo nuestro Salvador que es Melquisedec, pertenecemos a un Orden Sacerdotal Celestial, y pertenecemos al Orden de la Aristocracia Celestial. Los hijos del rey son los que tienen el nivel más alto en una nación que tenga como gobierno la monarquía.
Y ahora, podemos ver el porqué somos herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús, Señor nuestro, porque somos hijos de Melquisedec, nuestro amado Señor Jesucristo, y por consiguiente hijos de Dios e hijas de Dios.
Y ahora, podemos ver dónde estará Melquisedec en este tiempo final con Sus hijos, dándonos Su Palabra, ministrándonos Su Palabra y hablándonos todas estas cosas correspondientes a este tiempo final.
Y nos dará Cristo, Melquisedec, de Si mismo, así como nos ha dado de Su cuerpo teofánico, al darnos un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, nos dará de Su cuerpo físico y glorificado al darnos un cuerpo glorificado, cuando resucite a los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y nos transforme a nosotros los que vivimos, y entonces así nos dará físicamente de Sí mismo al darnos un cuerpo como el Suyo, y entonces seremos plenamente a Su imagen y semejanza, iguales a Jesucristo nuestro Salvador, y entonces Lo veremos a El como El es en Su cuerpo glorificado, porque tendremos un cuerpo glorificado como el Suyo.
“MELQUISEDEC REY DE SALEM.”
Hemos visto hasta donde el tiempo nos ha permitido, quién es Melquisedec, el Rey de Salem, cómo estuvo manifestado en el Antiguo Testamento, cómo se hizo carne en el Nuevo Testamento, cómo ha estado de etapa en etapa, de edad en edad, en medio de Su Iglesia durante las siete edades, y los territorios donde se han cumplido esas edades, y cómo estaría en este tiempo final en la América Latina y el Caribe con los latinoamericanos y caribeños; y cómo también a los latinoamericanos y caribeños que tienen sus nombres en el Cielo (escritos en el Libro de la Vida del Cordero), que estarían en otras naciones, les llegaría también el Mensaje de Cristo para este tiempo final, ese el Mensaje de Melquisedec, el Rey de Salem y Sacerdote del Dios Altísimo; ese es el Mensaje que El nos da en este tiempo final, así como les dio el Mensaje de edad en edad por medio del mensajero de cada edad.
Por medio del mensajero de cada edad, Cristo se veló y se reveló, y al mensajero de cada edad vino Cristo velado y revelado (a través del mensajero de cada edad), y el Mensaje vino revelado al mensajero, y del mensajero y a través del mensajero a la Iglesia del Señor Jesucristo, y así es también para este tiempo final: el Mensaje viene de Cristo, Melquisedec, a Su Angel Mensajero, y de Su Angel Mensajero al pueblo de Dios, primeramente a la Iglesia de Jesucristo y después será al pueblo hebreo, a 144 mil hebreos.
Y la revelación de Jesucristo para el Día Postrero será Cristo, Melquisedec, velándose en Su Angel Mensajero, y revelándose a través de Su Angel Mensajero, como hizo a través de los mensajeros de las edades pasadas.
¿Vieron lo sencillo que es todo? ¿Vieron lo sencillo que es el misterio de Melquisedec, el Rey de Salem? Por eso es que estaremos con Cristo reinando con El en el Reino Milenial, gobernando con El porque pertenecemos a Su Gabinete; el Gabinete de ese Reino son los redimidos por y con la Sangre de Jesucristo que han entrado al Nuevo Pacto.
Por eso reinaremos con Jesucristo, con Melquisedec, durante el Milenio y por toda la eternidad. Es una bendición grande, gloriosa, saber quién es Melquisedec el Rey de Salem.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes dándoles testimonio de: “MELQUISEDEC REY DE SALEM.”
Que las bendiciones de Jesucristo, el Angel del Pacto, Melquisedec, sean sobre todos ustedes y sobre mi también, y pronto se complete el número de los escogidos de Dios y pronto todos los muertos en Cristo sean resucitados en cuerpos eternos y nosotros seamos transformados, y seamos todos a imagen y semejanza de Melquisedec, de Jesucristo nuestro Salvador. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Y nos lleve a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos, nos veremos mañana, o Miguel… vamos a ver aquí con Miguel si mañana tenemos actividad en la noche… entonces el tema de mañana en la noche va a ser: “EL MONTE DEL REY.”
Siendo que Monterrey tiene un nombre que significa: “Monte del Rey,” entonces es muy apropiado este tema para Monterrey, donde hubo una señal en uno de los viajes que dimos a Monterrey, hubo una señal muy grande ahí de la cual, pues, Miguel luego les podrá mostrar algunas cosas que fueron tomadas, y Benjie, si tiene el video, si lo tienen acá… ¿El video lo tienen acá? Si lo tienen podrán ver un poquito aunque sea, antes de comenzar el mensaje mañana.
Como que Monterrey es un lugar muy importante en el Programa Divino, es lo que yo he visto desde hace muchos años, como toda la República Mexicana también. Aprecien entonces la bendición que Dios les ha dado.
Bueno, vamos a dejar para mañana, para el tema de mañana, el resto. Y que Dios me los bendiga a todos, que Jesucristo, Melquisedec, les bendiga grandemente; como bendijo a Abraham les bendiga a ustedes, como le dio pan y vino, lo cual representa el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y El es el Verbo, la Palabra y El es Espíritu; así que nos dé a todos de Sí mismo. Y eso significa el cuerpo teofánico que nos da primeramente, y luego el cuerpo físico, eterno y glorificado; y con esa bendición doble tendremos todas las bendiciones de Dios. Que sea así en el Nombre del Señor Jesucristo para ustedes y para mí también.
Pasen todos muy buenas noches.
“MELQUISEDEC REY DE SALEM.”