Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el ministerio, en la Edad de la Piedra Angular. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor del Programa de Dios.
Solamente para saludarles en el Señor Jesucristo, y luego en la actividad de la noche ya entonces tendremos el tema de la noche; pero en estos momentos solamente es un saludo de compañerismo alrededor del Programa de Dios correspondiente a nuestro tiempo, en donde Dios tiene grandes bendiciones para cada uno de nosotros.
Y a medida que va pasando el tiempo notaremos que tendremos más y más conocimiento del Programa de Dios.
En este año hemos obtenido mucho conocimiento del Programa de Dios, y tenemos un cuadro más amplio de todo el Programa de Dios.
Cada día encontramos que Dios nos da más Luz sobre una misma Escritura, y así también sobre muchas otras, va añadiendo más y más Luz; y vamos viendo más claramente cada una de esas Escrituras proféticas correspondientes a nuestro tiempo. Y llegará el momento en que tendremos el entendimiento total de cada Escritura; pero, mientras tanto, encontramos que va aumentando y aumentando.
¿Cómo es que dice Oseas (Miguel) que Dios aumentó la profecía? Dando más y más Palabra, más profecía, aumenta así la profecía[1]; hablando es que es aumentada la profecía.
Como la profecía de Génesis 3:15, donde Dios dice allí que la Simiente de la mujer herirá en la cabeza a la serpiente, en el cual estaba el diablo.
Ahora, vean ustedes, allí ya está, en esa profecía, todo el Programa de la Primera Venida de Cristo.
Las personas podrían preguntarse: “¿Y cómo va a ser eso?”; pues una mujer no tiene simiente, una mujer para poder tener un niño tiene que unirse a un hombre.
Pero antes de Eva tener relaciones íntimas, el Programa original de Dios era que la reproducción fuera por medio de Creación Divina; pero por causa del pecado en el Huerto del Edén, entonces fue alterada la reproducción, y entonces fue establecida por el sexo temporalmente; y por eso el cuerpo es temporal, y por eso nuestra vida en este cuerpo humano es temporal.
Pero por medio de Creación Divina, el cuerpo que se recibe, tanto cuerpo espiritual como cuerpo físico, es eterno. El cuerpo teofánico es el que recibimos al nacer de nuevo, y el cuerpo físico eterno es el que Él nos dará cuando resucite a los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y nos transforme a nosotros.
Ahora, podemos ver que esto es un misterio. Pero siempre, todo Programa de Dios para cada tiempo ha sido (¿qué?) un misterio, y ha estado encerrado ese misterio en las profecías que han sido dadas; y cuando Dios lo cumple, se abre ese misterio.
Y si quiere dar más conocimiento acerca de ese misterio sigue hablando a través de diferentes mensajeros, diferentes profetas, acerca de ese misterio; y todavía continúa sellado, pero con más Palabra, con más detalles acerca de ese misterio divino.
Y cuando llega el tiempo para el cumplimiento de ese misterio, ahí Dios se mueve a la escena para cumplirlo; y ahí también tenemos en la escena un hombre, y a ese hombre es que Dios le revela ese misterio. Y muchos de los misterios son cumplidos aun también por medio de ese mismo hombre que Dios envía para revelarle ese misterio.
Por ejemplo, el misterio de la justificación, ¿a quién se lo reveló? A Lutero; y por medio de Lutero Él obró esa etapa de justificación en el Cuerpo Místico de Cristo, en la quinta edad. ¿Ven?
Y así por el estilo encontramos la forma – esa forma de Dios obrar.
Y sucede como lo que contó nuestro hermano Branham en uno de sus mensajes[2], donde hubo una señora que tenía un niño, y ese niño no estaba acostumbrado a ver espejo porque estaba en el campo, vivía en el campo; pero fueron a la ciudad; y cuando llegaron a la ciudad, a la casa a la cual fueron a vivir, se encontró que había un espejo ahí en la entrada, en la puerta. Y cuando él ve un muchachito allá, como no sabía bien lo que era un espejo, dice: “Otro muchachito”; mueve la mano, y el muchachito que está allá mueve la mano; mueve la cabeza, y el muchachito mueve la cabeza; mueve el pie, el muchachito mueve el pie; mueve las dos manos, y el muchachito mueve las dos manos. Y le dice a la mamá: “¡Mamá! ¡Pero sí soy yo!”. ¿Ven?
Y así sucede con estos mensajeros de Dios, a través de los cuales Dios cumple Su promesa para cada edad.
Ellos comienzan a ver en la Escritura, en el Espejo (que es la Palabra), a una persona que va a hacer tal y tal cosa, y que va a ser tal y tal cosa. Están mirando en el Espejo; y cuando ven todo lo que va a hacer esa persona, luego dicen: “¡Pero si esto es lo que yo estoy haciendo!, ¡si esto es lo que yo he estado haciendo todo el tiempo!”, y Dios se le revela.
Y entonces en el Espejo ellos vieron – se vieron; se vieron siendo ellos esa persona que está en el Espejo; porque la realidad de la vida de esa persona fue reflejada ahí en la Escritura, él fue reflejado en la Escritura, en las profecías; y entonces: “¡Pero sí soy yo!”. ¿Ven?
Por ejemplo, el… cada mensajero de cada edad tuvo esa experiencia, la haya notado bien o no la haya notado.
Y eso sucedió con Juan el Bautista también; vean, vio que decía la Escritura: “Uno que clamaba en el desierto”[3], y cuando él se encuentra predicando en el desierto: “Pero sí yo estoy predicando en el desierto”.
Le preguntan[4]:
—“¿Quién tú eres? ¿Eres tú el Cristo?”.
—“No”.
—“¿Eres Elías?”.
—“No”.
O sea, el Elías que vendría como precursor de la Segunda Venida de Cristo.
—“¿Y quién tú eres? ¿Por qué tú bautizas entonces?”.
—“Yo soy la voz de uno que clama en el desierto, aquí estoy clamando en el desierto. Soy la voz de uno que clama en el desierto”.
Y eso mismo es lo que decía la Escritura: “La voz de uno que clamaba en el desierto: Preparad el camino del Señor”; y luego vendría la gloria de Dios, la gloria de Jehová manifestada, y toda carne la vería, vería la gloria de Dios manifestada.
¿Y cómo sería la gloria de Dios manifestada? En un hombre, en carne humana.
Y cuando predicó Jesús y llevó a cabo los milagros y maravillas, allí estaba la gloria de Dios manifestada en Jesús, en ese ministerio mesiánico; y allí estaba viéndose la gloria de Dios a través de un hombre.
Y ahora, no tenían que ver la gloria de Dios así en la Columna de Fuego, sino en un hombre manifestada la gloria de Dios llevando a cabo la Obra de Dios; porque aquella Gloria de Dios, que fue vista, ahora estaba dentro de un hombre, velada allí la Columna de Fuego.
Pero en el Monte de la Transfiguración lo vieron allí cubierto de gloria, y a Moisés y Elías en gloria también.
Dice…, creo que es San Marcos, vamos a ver… Si es San Marcos es por el capítulo 9… No es San Marcos, entonces vayamos a San Lucas, capítulo 9 también. San Lucas, capítulo 9, versos 26 en adelante, dice:
“Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles”.
En la gloria del Padre, en la gloria de los santos Ángeles, y en Su gloria. Vean, dice:
“Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles”.
Y ahora, veamos:
“Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios.
Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.
Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente.
Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;
quienes aparecieron rodeados de gloria…”.
¿Ven? “Aparecieron rodeados de gloria”, o sea que aparecieron resplandeciendo con una Luz resplandeciente alrededor de ellos; como también Jesús apareció en esa forma: con Su rostro resplandeciente como el sol, y Sus vestidos como la luz resplandeciente[5].
Si usted junta lo que dice San Mateo, lo que dice San Marcos[6] y lo que dice San Lucas, tendrá el cuadro completo.
O sea que uno no se puede quedar con lo que está en uno de los Evangelios, sino que tiene que tomar de todo lo que está en los demás Evangelios que hablan de ese mismo evento; y luego tomar lo que dice San Pedro en Segunda de Pedro, capítulo 1, versos 16 en adelante. Dice:
“Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.
Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.
Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo”.
Ahora miren lo que significó para Pedro aquella experiencia.
Y todo lo que sucedió allí es como en el monte Sinaí.
Y esa experiencia allí nos habla de cómo será la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles; porque allí está mostrando en visión la Venida del Hijo del Hombre con Moisés y Elías, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, como está prometida por el mismo Jesucristo.
Y es para la manifestación de la Gloria de Jesucristo en Su Iglesia. En medio de Su Iglesia Jesucristo estará manifestado, y la Gloria de Jesucristo será vista manifestada.
Ahora, ¿cómo fue vista manifestada la gloria del Padre, cuando dijo: “He aquí la voz de uno que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor”? Isaías, capítulo 40, verso 3 en adelante:
“Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.
Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane.
Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado”.
¿A quién le estaba preparando el camino Juan el Bautista, que era la voz de uno que clamaba en el desierto? Al hombre en el cual vendría la Gloria de Jehová manifestada.
Por eso encontramos en Malaquías, capítulo 3, a Juan el Bautista en profecía:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos”.
Y ahora, la Gloria de Jehová vendría y sería manifestada luego del mensajero precursor tener su ministerio, presentar al Mesías, y el Mesías comenzar Su ministerio.
La Gloria de Dios, que fue vista por Moisés, ahora estaba en un hombre llamado Jesús.
Para la gloria de Dios ser manifestada y ser vista por todos los seres humanos tiene que hacerlo por medio de un hombre en este planeta Tierra.
Vean, sigue diciendo en Isaías, capítulo 40, a continuación de lo que habíamos leído de Isaías, dice, verso 6:
“Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo.
La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo.
Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.
Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!
He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro”.
Esta profecía, parte es cumplida en la Primera Venida y parte en la Segunda Venida; porque cuando Juan el Bautista presentó a Jesús, se estaba cumpliendo esto que dice:
“… levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!”.
Pues ¿estaba dónde bautizando (Miguel), en el territorio de Judá, cuando bautizó a Jesús? Por ahí en el Jordán, como ahí casi frente a Jericó, por ahí por esa área[7].
Entonces cuando Juan presenta a Jesús, miren lo que está cumpliendo:
“… di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!”.
¿Por qué? Estaba hecho carne el Verbo que era con Dios y era Dios, estaba hecho carne en ese velo de carne llamado Jesús; ahí estaba la Gloria de Dios.
La Gloria que los Cielos no podían contener[8], ahora estaba contenida en un hombre, en un templo no hecho de manos.
“He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro”.
Para dar el pago, para recompensar a cada uno según sea su obra; lo encontramos en Apocalipsis, capítulo 22, verso 12, donde dice:
“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”.
Es en este tiempo final donde Él recompensará; pues para recompensar, primero las personas tienen que haber tenido la oportunidad de hacer algo, para dar la recompensa a las personas.
En el pasaje de San Lucas y San Marcos y San Mateo, que antecede a la experiencia del Monte de la Transfiguración, dice Cristo… Leamos San Mateo 16, versos 25 en adelante; dice:
“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”.
¿Para qué tiempo es que Cristo promete y profetiza que el Hijo del Hombre vendrá con Sus Ángeles para pagar a cada uno según sean sus obras? Para el tiempo final.
Y ahora, esta profecía de Isaías, esta parte aquí donde dice:
“He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará (gobernará, regirá, con vara de hierro); he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro”.
“Delante de Su rostro”, y por eso en el Monte de la Transfiguración Su rostro resplandeció como el sol. ¿Por qué? Porque el sol representa a Cristo en Su Segunda Venida; “porque a los que temen Mi Nombre, nacerá el Sol de Justicia, y en Sus Alas traerá salvación”. Malaquías, capítulo 4, verso 2.
Y todo ese capítulo 4 de Malaquías es un capítulo donde encontramos a los seres humanos recibiendo la recompensa que les corresponde, de acuerdo a como hayan actuado.
A los malos, para ellos dice:
“… he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; (y) aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama”.
Y para los que temen el Nombre del Señor:
“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia (la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles), y en sus alas traerá salvación (salud)…”.
Sus Alas son los ministerios de Moisés y Elías, que son los Ángeles del Hijo del Hombre, con los que viene el Hijo del Hombre, para pagar a cada uno según sean sus obras.
Por eso el ministerio de Moisés y Elías en Apocalipsis 11, traerá el cumplimiento de las cosas que están señaladas allí; y profetizará; porque en el capítulo 10, el que se come el Librito representa al mismo que tendrá ambos ministerios, y profetizará luego sobre muchos pueblos, naciones y lenguas.
Y cuando sea adoptado, ya ahí estará en una etapa en donde la Gloria de Jesucristo será vista manifestada en el cumplimiento de la Tercera Etapa, en donde el ministerio visto en la Visión de la Carpa por el reverendo William Branham estará en pleno cumplimiento literal; ya eso es una etapa ya de adopción, donde ese mensajero que ministrará ahí estará adoptado.
De eso es que habla nuestro hermano Branham en la página 9 del libro de Citas, verso o párrafo 72:
72 – “Cuando usted se queda en el Reino, se queda en el Evangelio; y hace bien. Entonces uno de estos días Dios lo llamará afuera y lo pondrá a un lado, y lo adoptará como Su hijo ante la gente, y le dará alguna cosa que estremecerá las naciones con ello”.
¿Ven? Y ahí se cumplirá lo que dice nuestro hermano Branham por ahí por el mensaje “Perfecta fuerza por perfecta debilidad”, o el mensaje “Señor, una vez más”…; o no sé si es ahí mismo donde habla, “Señor, una vez más”, que habla de Sansón, donde dice – habla acerca de la ocasión en que quiso ir a Israel (ya estaba en Egipto), y Dios le dijo que no fuera porque no era el tiempo; tenía que ser conforme a Apocalipsis, capítulo 11[9].
Y luego, cuando él ora, al final del mensaje, él dice: “¡Señor, estremece este mundo una vez más, solo una vez más!, antes de llevarte Tu Novia, Tu Iglesia; estremécelo y déjalo confundido” [10]; algo parecido dice.
¿Y cómo lo va a estremecer? Por medio del ministerio que corresponde a ese tiempo; ministerio que siempre nuestro hermano Branham pensó que él tenía para cumplir esa etapa y llamar al pueblo hebreo; pero Dios le dijo que no era el tiempo todavía, era para otra etapa del Programa Divino, y le dijo que tenía que ser conforme a Apocalipsis 11.
Y él era Malaquías, capítulo 4: el que vendría restaurando el corazón de los hijos a la fe apostólica, la fe de los padres, los apóstoles, con el cuarto ministerio de Elías; pero él no tenía el quinto ministerio de Elías, por eso Dios no lo dejó ir a Israel.
Vean, ni siquiera el hermano Branham pudo ir, aun teniendo el ministerio de Elías, pero no estaba en la etapa correspondiente a esa labor con el pueblo hebreo.
Siempre él pensó que él era el hombre, por lo que él veía que hacía ese hombre en la Escritura; pero no le tocó hacer eso con el pueblo hebreo; por lo tanto, él no fue el hombre de Apocalipsis, capítulo 11, para convertir el pueblo hebreo a Cristo.
Ahora, podemos ver que tenía que ser no un profeta de edad sino un profeta dispensacional.
Ahora, podemos ver que eso es lo que Él hará en este tiempo final.
Hay otro lugar donde dice algo acerca de este gran evento que está por suceder, para cuando ocurra la adopción. Y él dice que Dios va a ungir una Iglesia, ¿pero saben lo que dice? “Cuando las puertas de los gentiles o la puerta de los gentiles sea cerrada”[11].
Por eso es, cuando le preguntan al hermano Branham acerca de los milagros y maravillas, él dice: “Eso es con Moisés y Elías”[12]; y habló de milagros y maravillas que serían llevados a cabo ¿dónde? En la Visión de la Carpa.
Cuando la gente quieren ver, y dicen: “Yo voy a creer cuando yo vea esos milagros y maravillas que dijo el hermano Branham que estaban siendo manifestados en la Carpa”, van a estar viendo el ministerio de Moisés y Elías manifestado ya en un hombre adoptado.
Y ya la Puerta de Misericordia estará cerrada; por consiguiente, ya, aunque traten de creer para ser transformados, ya se les habrá hecho demasiado tarde.
Ahora miren, para que pueda venir un avivamiento, dice [Citas, pág. 26]:
218 – “Así que, nosotros esta noche, queremos pensar en eso, y recordar que en medio de todo este clamor, Dios no puede enviar un avivamiento HASTA QUE TENGA AL HOMBRE EN FORMA PARA RECIBIRLO (o sea, al mensajero)… y antes que nosotros podamos tener este avivamiento, ¡DIOS TIENE QUE LLAMAR AFUERA Y ENTRENAR AL HOMBRE (DIOS ENTRENA AL HOMBRE) PARA LLEVAR SU MENSAJE!”.
Y de edad en edad se ha llevado a cabo un avivamiento de parte de Dios, porque Dios ha tenido un hombre para cada edad, al cual ha entrenado y lo ha enviado con un Mensaje.
Y ahora, el avivamiento para la Iglesia, para darle la fe de rapto, el avivamiento lo traen los Siete Truenos de Apocalipsis.
¿Y qué contienen los Siete Truenos?, ¿qué revelan los Siete Truenos? Revelan el Séptimo Sello. Y toda revelación tiene que venir ¿a quién? A un profeta.
Las personas que están esperando la revelación del Séptimo Sello, y que están esperando escuchar y conocer los Siete Truenos, lo primero que tienen que conocer es que toda revelación viene por medio de un profeta.
Por la propia cuenta de ellos, o por medio de líderes religiosos que conozcan mucho de las Escrituras o del Mensaje del reverendo William Branham, no es que se podrá obtener eso; sino por medio del hombre señalado por Dios para ser el mensajero del Día Postrero y del milenio postrero y de la dispensación postrera (la séptima dispensación), al cual vendrá la revelación del Día Postrero.
Y estará trayendo esa revelación del Día Postrero; y por medio de esa revelación del Día Postrero será que Cristo estará hablándole a Su Iglesia; y por consiguiente se estarán escuchando los Siete Truenos, la Voz de Cristo, en forma consecutiva. Y así estará siendo abierto el misterio que está contenido en el Séptimo Sello, que es el misterio de la Venida del Señor.
Y por cuanto los Siete Sellos dan la fe para el rapto, porque dan la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo, vean ustedes, ninguna persona sin esa revelación podrá ser transformada y raptada.
Por lo tanto, toda persona que quiere obtener esa revelación no puede decir: “Yo me voy a ir con todos los libros del hermano Branham y con la Biblia, con diccionarios bíblicos, con libros de comentarios de los teólogos, y yo mismo voy a buscar a Dios, a orar a Dios, para que Dios me revele ese misterio”.
Si una persona hiciera eso y Dios le revelara a esa persona ese misterio sin ser el mensajero para ese tiempo, Dios rompería Su Programa, y estaría ignorando al mensajero que Él ha predestinado desde antes de la fundación del mundo para ese propósito.
Miren, cuando Aarón y Miriam trataron de decir que Dios también había hablado por ellos[13]…; pero Dios habla en una dispensación por un profeta dispensacional, y en una edad por un mensajero de una edad.
Ellos lo que hacían era repetir lo que Moisés dijo; porque eso fue lo que Dios le dijo que le dijera a Aarón: que pusiera – que Dios ponía Su Palabra en la boca de Moisés, y Moisés pondría esa Palabra en la boca de Aarón[14].
Y ahora, esa era la forma; pero ellos pensaron que ya porque sabían un poco, ya Dios estaba hablando por ellos; pero por quien estaba hablando era por medio del profeta Moisés.
Dios se enojó con ellos, y quedó leprosa Miriam – María; y también por la crítica que hicieron; pero más porque hablaron contra Moisés y dijeron que también por ellos había hablado Dios; por lo tanto, se pusieron en el mismo nivel de Moisés.
Y nadie se puede poner al nivel de un profeta dispensacional, ni siquiera de un mensajero de edad; y mucho menos de un profeta dispensacional, si solamente lo que Dios tiene son siete.
Y quizás, un profeta dispensacional, quizás no tenga que tomar todos los libros, ni todos los diccionarios, ni todos los comentarios de los diferentes teólogos, para conseguir la revelación; sino que va a Dios, y Dios le va dando la revelación en forma progresiva, como Dios así lo desee.
Tampoco el mensajero, el profeta, puede sacarle a Dios toda la revelación o todas las cosas a la vez; Dios la va dando gradualmente.
Miren lo que va a pasar para ese tiempo… Página 38 [Citas]:
315 – “Toda la Creación está gimiendo, esperando por la manifestación de los hijos de Dios. Esperando a un lugar a donde la enfermedad será: ‘¡Levántate!’. Y será de ese modo. Los ciegos recibirán su vista. Sordos y mudos (sordos y mudos pues recibirán su salud), nosotros oramos por ellos ahora, pero entonces usted lo mandará”.
Ahora, ¿cuántas personas vieron a Jesús, a través de la Escritura, orando por un enfermo? Yo en la Escritura no he visto en ningún momento que Jesús orara por los enfermos, sino que hablaba la Palabra: “Conforme a tu fe sea hecho”, “¡sé sano!”, “¡levántate!”; era ordenando.
315 – “… pero entonces usted mandará”.
Y el ejemplo lo dio Dios, nos dio una muestra por medio del reverendo William Branham cuando Dios le dijo en ciertas ocasiones:
—“¡Di! Lo que tú digas, eso será. Di cuántas ardillas quieres, solamente di, y dónde las quieres también”.
—“Que una aparezca allí, que otra aparezca acá”.
¿Ve? Él no estaba orando: “Señor, envía una ardilla allí; Señor, envía…”, él estaba ordenando, hablando.
Así fue también con el pececito, fue con la tormenta, fue con el tumor en el ovario de nuestra hermana Branham, fue también con los hijos de la hermana Hattie Wright[15], y así por el estilo; mostrando lo que será esa Tercera Etapa en un mensajero que será adoptado.
Así como Él ha reflejado en otras edades y dispensaciones: en los profetas y mensajeros de edades ha reflejado el mensajero dispensacional que Él enviará más adelante.
Y ahora, así fue también Dios reflejando en los profetas a Cristo; pero cuando vino Cristo, ahí estaban todos los profetas; y todos esos reflejos que fueron manifestados en los profetas: se manifestaron y estaban – se manifestaron en Cristo, se convirtieron en una realidad en Cristo.
Mire, Elías le dio alimento a la viuda por la Palabra[16], y Jesús multiplicó los panes y los peces[17]. Moisés abrió el Mar Rojo[18], y Jesús paró la tempestad[19].
Así por el estilo, ustedes encontrarán un sinnúmero de cosas que sucedieron en Jesús, y que Jesús hizo, las cuales las encontraremos reflejadas en los profetas que vinieron antes de Jesús.
Elías resucitó… – Eliseo resucitó al hijo de la sunamita[20], y Jesús resucitó el hijo de la viuda de Naín[21]. Por eso cuando Jesús resucitó a ese joven, el pueblo dijo: “Dios ha enviado un poderoso profeta entre Su pueblo; y: Dios ha visitado a Su pueblo porque ha enviado un poderoso profeta”.
Y ahora, vean ustedes cómo las cosas que Dios hizo por medio de los profetas, luego las encontramos en Jesús, y aun en una escala mayor.
Resucitó a Lázaro[22]. Y miren ustedes, después de Lázaro estar ya unos cuatro días muerto, Cristo lo resucitó; mostrando que, no importa cuántos años tengan los creyentes en Él que ya han muerto, Cristo los resucitará en cuerpos eternos.
Bueno, era un saludito nada más; pero me traje la Biblia, ando con la Biblia; y siempre que uno la abre, encuentra cosas aquí, de las cuales tiene que dar testimonio.
Así que era solamente un saludito. En la noche estaremos con más tiempo y con todos los hermanos, para el tema: “EL PRECIOSO CAMINO QUE LLEVA AL CIELO”.
Esperamos que Dios nos hable y nos bendiga, bendiga nuestras almas con todo lo que Él nos hable en esta noche. Oren por mí. Y que Dios les bendiga y les guarde; y nos veremos en la noche, Dios mediante, en la próxima actividad.
Con nosotros nuevamente Miguel para continuar.
Dios les bendiga y les guarde a todos.
“EL ORDEN PARA LA MANIFESTACIÓN DE LA GLORIA DE DIOS”.
[Revisión septiembre 2023 – RM-DM-PP]
[1] Oseas 12:10
[2] SPN65-1207 “Liderazgo”, pág. 36, párr. 284
[3] Isaías 40:3-5
[4] San Juan 1:19-25
[5] San Mateo 17:1-3
[6] San Marcos 9:2-4
[7] San Mateo 3:13, San Marcos 1:4-9
[8] 1 Reyes 8:27, 2 Crónicas 2:5-6, 6:18
[9] Las Setenta Semanas de Daniel – SPN61-0730M “Instrucciones de Gabriel a Daniel”. Pág. 41, párrs. 159-164 (LGCC)
[10] SPN61-1119 “Perfecta fuerza por perfecta debilidad”, pág. 50, párr. 365 / Citas, pág. 60, párr. 525
[11] Citas, pág. 6, párr. 49
[12] Citas, pág. 136, párr. 1208
[13] Números 12:1-10
[14] Éxodo 4:10-16
[15] [Compilación de extractos “La introducción de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia”: Sanidad hermana Meda Branham: págs. 290-295, párrs. 71 -136 ([64-0120] “Sus palabras infalibles de promesa”) / Detiene la tormenta: págs. 281-284, párrs. 86-122 ([63-1110E] “El que está en vosotros”) / Resurrección del pececito: págs. 235-238, párrs. 130-157 ([57-0623] “Cree desde el corazón”) / Creación de ardillas: págs. 238-245, párrs. 33-52 ([59-1123] “Habla a esta montaña”) / Salvación hijos de Hattie Wright: págs. 250-252, párrs. 170-188 ([60-0417M] “Id, decid”)]
[16] 1 Reyes 17:8-16
[17] Alimentación de los cinco mil: Mt. 14:13-21, Mr. 6:30-44, Lc. 9:10-17, Jn. 6:1-13 / Alimentación de los cuatro mil: Mt. 15:32-38, Mr. 8:1-9
[18] Éxodo 14:21-29
[19] Mt. 8:23-27, Mr. 4:35-41, Lc. 8:22-25
[20] 2 Reyes 4:18-37
[21] San Lucas 7:11-17
[22] San Juan 11:38-44