Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición grande estar con ustedes aquí y también con cada uno de ustedes a través de internet y demás medios de comunicación.
Para esta ocasión tenemos la lectura en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16 al 17, donde nos dice el mismo Jesucristo:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.
Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: “LA PALABRA CUMPLIDA EN EL DÍA POSTRERO”.
Esta profecía donde Jesús dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”, es una profecía de parte de Cristo para Su Iglesia, para ser cumplida en el Día Postrero; en donde nuestro amado Señor Jesucristo, así como envío a Juan Su Ángel, que le dio toda esta revelación del Apocalipsis…, como nos dice en el mismo libro del Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3:
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,
que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”.
Vean, esta revelación apocalíptica que le dio el Ángel de Jesucristo a Juan el apóstol son palabras proféticas; por eso dice: “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía”.
Dice el reverendo William Branham, hablando de este Ángel, dice: “Ese es un espíritu de profeta, es un águila, un profeta, el cual le está dando esa revelación apocalíptica a Juan el apóstol”1. Dice: “Pudo haber sido Elías (ahora…) o alguno de los profetas”.
Es un espíritu de profeta, el cual para el tiempo final tiene que venir manifestado en carne humana para traer el Mensaje profético de todas estas cosas que deben suceder pronto, y cumplir así Cristo la promesa de Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, donde dice:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.
Las cosas que sucederán después de las que ya han sucedido durante las siete etapas o edades de la Iglesia, van a ser reveladas por Cristo a Su Iglesia, que subirá a donde Cristo estará en este tiempo final.
Cristo, de etapa en etapa, ha estado en medio de Su Iglesia, en la edad correspondiente a cada etapa de Su Iglesia; para lo cual ha enviado un ángel mensajero, y a través del cual Cristo en Espíritu Santo se ha manifestado y ha llamado y ha juntado a Sus escogidos en Su Iglesia, en cada una de sus etapas o edades.
Así Cristo ha cumplido en las edades pasadas Su promesa de San Juan, capítulo 10, versos 14 en adelante, donde dice:
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas que no son de este redil (o sea que no son hebreas, del pueblo hebreo); aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”.
¿Y cómo van a escuchar la Voz de Cristo, si Cristo cuando resucitó ascendió al Cielo victorioso (cuarenta días después de Su resurrección), y se sentó en el Trono de Dios? Es que Jesucristo el Día de Pentecostés descendió.
Vean, hubo diez días de silencio (de silencio) en donde el Espíritu Santo no estaba en la Tierra en medio de los apóstoles, de los discípulos de Jesucristo, porque todavía no había venido el Espíritu Santo sobre los creyentes en Cristo. Pero el Espíritu Santo había estado en la Tierra en medio de los discípulos, ¿cómo? En carne humana: en Jesús de Nazaret.
Ahora, vean ustedes, ese tiempo de silencio ahí en el aposento alto es tiempo – o tipifica el tiempo de silencio en la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero; y sobre todo, la media hora de silencio.
Ahora, encontramos que Cristo estuvo luego en los apóstoles, del Día de Pentecostés en adelante, luego estuvo en cada ángel mensajero de edad en edad, y así fue llamando Cristo en Espíritu Santo a través de Sus mensajeros, en cada etapa, a Sus escogidos.
Cuando esto sucedió en cada etapa, vean ustedes, las personas de una etapa que ya había pasado se levantaron en contra de los que comenzaron una nueva etapa; pensaron que esas eran cosas de esas personas que estaban comenzando algo nuevo, pero no se daban cuenta que era Cristo en Espíritu Santo en un mensajero nuevo, comenzando una nueva etapa de Su Iglesia, para llamar y juntar Sus escogidos en una nueva etapa; porque ya la etapa anterior se había denominacionalizado, se había organizado, y ya habían echado a un lado el Espíritu Santo, y ya se estaban guiando ellos mismos a través de sus propios líderes que habían colocado, y habían echado a un lado la guianza del Espíritu Santo.
¿Y qué hace Cristo cuando eso sucede? Deja a un lado a esa gente, con esa edad; esa edad muere. Cuando se organizan en esa forma, esa edad muere. Y entonces Cristo comienza una nueva etapa donde le da vida a Sus escogidos, los cuales llama y junta en Su Cuerpo Místico de creyentes.
El resto de la gente pueden ser muy religiosos pero son religiosos profesantes, cristianos profesantes, pero no nacidos de nuevo; porque solamente los nacidos de nuevo son los que forman el Cuerpo Místico de Cristo de edad en edad.
Y ahora, así ha sucedido de edad en edad; para lo cual Dios ha enviado un mensajero en cada edad. En ese mensajero ha venido la Palabra de Dios para esa edad, sellada; y cuando el Espíritu Santo unge a ese mensajero y le abre esa Palabra, le revela esa Palabra a ese mensajero, ese mensajero recibe esa bendición de Dios, esa unción de Dios, y predica ese Mensaje ungido con el Espíritu Santo.
Porque es el Ángel del Pacto el que está en ese mensajero velado y revelado en la porción correspondiente a cada edad; porque la Obra no es una obra humana, sino que es la Obra de Cristo, el Ángel del Pacto en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia.
“Porque no es con ejércitos ni es con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová” (en Zacarías, capítulo 4). Así sería la Obra que Cristo llevaría a cabo en Su Iglesia de etapa en etapa; para lo cual viene el Espíritu Santo manifestado en el mensajero de cada edad.
Y ahora, así como ha sucedido en edades pasadas, estará sucediendo en este tiempo final en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, que es la etapa de oro de la Iglesia del Señor Jesucristo; es la mejor etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo, porque los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, que estarán en la Edad de la Piedra Angular, llegarán a la perfección.
Aunque alguno de los nuestros parta, muera su cuerpo físico, eso no es ningún problema: Dios, pues lo llama para que sea testigo de la resurrección cuando Cristo resucite a los muertos en Cristo (los resucitará, a nuestros hermanos de nuestro tiempo); entonces nos aparecerán a nosotros y nosotros los veremos, y entonces nos daremos cuenta, entenderemos, que la resurrección se ha llevado a cabo.
Ahora, nosotros no estamos esperando nuestros familiares que han partido, que han sido ancianos aquí en la Tierra en el cuerpo físico, pues nosotros no estamos esperando el regreso de ellos como ancianitos sino como jovencitos de 18 a 21 años, en un cuerpo eterno inmortal, incorruptible y glorificado.
Así que a los escogidos de este tiempo nadie los podrá engañar, apareciendo una persona ancianita y diciéndole: “Ya la resurrección sucedió”.
Nosotros le preguntaríamos: “¿Pero qué te pasó a ti? ¿No hubo un cuerpo nuevo para ti? Así que no eres ni de los escogidos, ni tampoco has resucitado. Es que estás ya para morir, estás muy cerca de la muerte. Así que con ese cuento a otras personas (que no saben que la resurrección será en un cuerpo glorificado, eterno, inmortal, incorruptible, igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo)”.
Vean, por eso no conocieron a Jesucristo los que lo vieron al principio, ni los caminantes de Emaús, ni María Magdalena, ni los mismos apóstoles cuando les apareció y Él tuvo que decirles… ellos pensaron que era un espíritu y Él tuvo que decirles: “No, yo soy, ¿tienen ustedes algo de comer por ahí?”2.
Ahora, cuando los muertos en Cristo resuciten en cuerpos glorificados aparecerán a nosotros; y ellos dijeron, a nuestro hermano Branham le dijeron: “Cuando nosotros regresemos a la Tierra entonces nosotros comeremos”. Así que ellos son nuestros invitados a comer con nosotros.
O sea que tampoco puede aparecer un espíritu por ahí, diciéndoles a los escogidos de Dios:
— “Yo soy uno de los que resucité”.
— “¿Ah, sí? Pues mira, ahora tenemos un almuercito por aquí para que comas con nosotros”.
¿Ven? Un espíritu no puede comer. Así que si es realmente un escogido que resucitó, pues va a comer y estará jovencito también.
Así que todo este conocimiento lo ha adquirido la Iglesia del Señor Jesucristo en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, que es la etapa de oro de la Iglesia del Señor Jesucristo, donde todos los misterios, conforme a la promesa divina, serán revelados a la Iglesia de Jesucristo.
Todas estas cosas que deben suceder pronto, dice Cristo: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”, eso incluye la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.
Por lo tanto, al respecto, los escogidos de Dios tendrán un conocimiento más amplio que el que tuvieron los escogidos de edades pasadas.
Ahora, miren ustedes, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, está la forma en que Cristo cumplirá esta promesa, donde – la promesa que Él dio cuando dijo: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”. Por lo tanto, los escogidos estarán escuchando la Voz de Cristo, esa Voz de Trompeta dándonos a conocer todas estas cosas.
Ahora, ¿cómo Él lo hará, ya que Él está en el Trono del Padre sentado, haciendo intercesión por los últimos escogidos de Dios que faltan por entrar, hasta que entren hasta los últimos escogidos de Dios del Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular?
Así como Él se reveló – se veló y se reveló por medio del mensajero de cada edad, y le habló al pueblo y llamó a los escogidos de cada edad, así también lo hará en este tiempo, para darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y con esa revelación de parte de Cristo Él llamará y juntará los escogidos de este tiempo final. Esa es la Gran Voz de Trompeta o Trompeta de Dios3: “Y enviará Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta, y juntarán a sus escogidos”; primeramente a los escogidos del Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de la Piedra Angular, y luego a los escogidos del pueblo hebreo, que son 144.000 hebreos.
Ahora, veamos cómo es que Él va a dar a conocer a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto. Capítulo 22, verso 6, del Apocalipsis:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿Cómo es que Él va a dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto? Pues enviando Su Ángel Mensajero. Este Ángel Mensajero que le dio a Juan el apóstol la revelación del Apocalipsis, lo envía en carne humana; y por medio de ese Ángel, el cual estará ungido con el Espíritu Santo, estará Él dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Será la revelación de Jesucristo para Su Iglesia en el Día Postrero; será Jesucristo hablándole a Su Iglesia, como le habló de edad en edad a través de Sus ángeles mensajeros, y como le habló en el Antiguo Testamento por medio de los profetas que Él envió, y como habló el Espíritu Santo por medio de Jesús: así estará hablando por medio de Su Ángel Mensajero todas estas cosas que deben suceder pronto.
El Ángel Mensajero para dar esa revelación de todas estas cosas que deben suceder pronto a la Iglesia de Jesucristo, pues él tiene que recibir esa revelación de parte de Jesucristo.
Y ahora, el misterio de este Ángel es que es un profeta; y si es un profeta el Ángel que le dio a Juan el apóstol la revelación del Apocalipsis, y ministró aproximadamente dos mil años atrás a Juan el apóstol esta revelación apocalíptica; si es un espíritu de profeta ese Ángel que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis…
Recuerden que los cuerpos teofánicos de los profetas y de los ángeles mensajeros, al estar en cuerpos teofánicos son llamados “ángeles”. Pero recuerden que hay ángeles mencionados en la Biblia, que son espíritus de profetas. Por ejemplo, “los siete espíritus de Dios que recorren toda la Tierra”4, esos son los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia; son también señalados en Apocalipsis, capítulo 4, verso 6, como las siete lámparas de fuego que están delante del Trono.
Ahora, cuando se materializan en la Tierra en la Iglesia de Jesucristo, pues son los siete ángeles mensajeros, porque se hacen carne en la Tierra; así son manifestados los siete espíritus de Dios que recorren toda la Tierra; esos son los siete ojos que están en los siete cuernos del Cordero de Apocalipsis, capítulo 5, verso 6.
Y ahora, tenemos que, así como se hicieron carne estos siete espíritus de Dios manifestados delante del Trono de Dios (pero que se hicieron carne en la Tierra y vinieron a ser los siete ángeles mensajeros a través de los cuales vino el Mensaje de cada edad), para el Día Postrero tenemos la promesa de la Venida de los Dos Olivos, que son los Dos Candeleros, y que son los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios.
Así como se hicieron carne las siete lámparas de fuego (que son los siete ojos de Dios que recorren toda la Tierra), se hicieron carne en la Tierra, en la Iglesia de Jesucristo, y vinieron a ser los siete ángeles mensajeros; la promesa de la Venida de los Dos Candeleros y Dos Olivos, que son los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios, en el cumplimiento de esta promesa será nada menos que el ministerio de Moisés y Elías en la Tierra manifestados en el Ángel del Señor Jesucristo para llamar y juntar 144.000 hebreos, que son los escogidos del pueblo hebreo; pero antes llaman y juntan a los escogidos de entre los gentiles para formar la parte final del Cuerpo Místico de Cristo, que corresponde a la etapa de la Edad de la Piedra Angular.
Ahora, ¿dónde estaban los dos querubines de oro en el templo? Estaban sobre el arca del pacto. ¿Y dónde estaba el arca del pacto? En el lugar santísimo.
Y los dos querubines de madera de olivo cubiertos de oro que construyó el rey Salomón, ¿dónde estaban? Estaban en el lugar santísimo también; dos querubines de madera de olivo cubiertos de oro; los dos olivos allí estaban en el lugar santísimo.
Y ahora, han transcurrido las siete etapas de la Iglesia, y aunque hemos tenido el ministerio de Elías manifestado en medio de la Iglesia de Jesucristo en la séptima edad de la Iglesia, y hemos tenido ese ministerio de Elías en el reverendo William Branham, en la cuarta manifestación de ese ministerio, precursando la Segunda Venida de Cristo, con todo y eso el ministerio de los Dos Olivos no estuvo manifestado en la Iglesia del Señor Jesucristo en la séptima edad de la Iglesia; porque el ministerio de Elías como uno de los Dos Olivos es en la manifestación del ministerio de Elías por quinta ocasión.
Y ahora, tenemos que, así como fue para el lugar santísimo los dos olivos, los dos querubines de olivo cubiertos de oro, y los dos querubines de oro sobre el propiciatorio: para la Iglesia del Señor Jesucristo los ministerios de los Dos Olivos corresponden al Lugar Santísimo; y la Iglesia del Señor Jesucristo será la que tendrá los ministerios de Moisés y Elías.
Y ahora, decir que la Iglesia del Señor Jesucristo es la que tendrá los ministerios de Moisés y Elías, aparentemente quizás para los teólogos sea algo incomprensible; pero vamos a ver si es comprensible o no es comprensible. Dios nos ayudará para que lo podamos comprender.
¿Dónde estaban los dos querubines de oro? En el lugar santísimo, sobre el propiciatorio, en medio del tabernáculo que construyó Moisés y también del templo que construyó el rey Salomón.
¿Y dónde estaban los dos querubines de madera de olivo cubiertos de oro? En el templo que construyó Salomón, en el lugar santísimo del templo que construyó el rey Salomón.
Y esos templos: el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón, son tipo y figura del Templo celestial de Dios, y por consiguiente son tipo y figura de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y la Iglesia del Señor Jesucristo es el Templo espiritual de Jesucristo, y tiene que tener un Lugar Santísimo. Las siete etapas corresponden al Lugar Santo.
¿Y acaso se va a quedar la Iglesia de Jesucristo, como Templo espiritual, sin Lugar Santísimo? No puede ser, porque entonces Dios no podría venir a Su Iglesia en toda Su plenitud para transformarnos a nosotros los que vivimos.
La promesa es que Dios glorificará la Casa de Su gloria5. Y la Casa de Su gloria ahora no es el tabernáculo que construyó Moisés ni el templo que construyó el rey Salomón; ellos en su tiempo fueron esa casa, y la gloria de Dios entró a esa casa cuando fue dedicada a Dios; pero ya, por cuanto eso fue el tipo y figura de la Iglesia del Señor Jesucristo, encontramos que en la actualidad la única Casa de Dios en la Tierra es la Iglesia del Señor Jesucristo; y por consiguiente, en ella, así como en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón, estaba tipificado todo lo que estaba en el Cielo, y ahora, en la Iglesia del Señor Jesucristo se representa todo lo que está en el Cielo.
Este es un misterio grande, pero vamos a ver cómo San Pablo lo muestra en Hebreos, capítulo 3, primero… capítulo 3, verso 1 en adelante; y luego el capítulo 10 de Hebreos. Capítulo 3, verso… vamos a leer solamente verso 5 al 6; dice:
“Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;
pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza”.
Y ahora, “Cristo como Hijo sobre Su Casa, la cual Casa somos nosotros”.
Y ahora veamos en Hebreos, capítulo 9, versos 18 en adelante, dice:
“De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.
Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,
diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.
Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.
Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión”.
Hemos visto que Moisés roció el libro de la Ley, o sea, el libro (dice aquí) lo roció con sangre; y también él había rociado con sangre sobre el propiciatorio, esparcido la sangre sobre el propiciatorio también, sobre todo el tabernáculo. Dice: “… roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio”.
Y representa, ese templo, a la Iglesia del Señor Jesucristo, que sería rociada por el Sumo Sacerdote, Cristo, con Su propia Sangre, para limpiarnos de todo pecado; y ser así purificados, y estar al servicio de Dios.
“Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así (recuerden que todo lo que está en el tabernáculo, y el mismo tabernáculo, es tipo y figura de las cosas celestiales, del Templo celestial); pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos”.
Y ahora, por cuanto nosotros pertenecemos al Cielo, hemos venido de la séptima dimensión, de la dimensión de Dios; porque estábamos en Dios, nuestras almas han venido de la séptima dimensión, han venido de Dios. Y ahora, siendo que somos celestiales hemos sido rociados con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.
“Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios”.
Y cuando la persona recibe a Cristo como su Salvador, lava sus pecados en la Sangre de Cristo, es bautizado en Su Nombre y recibe Su Espíritu Santo: Cristo ha intercedido por esa persona en el Cielo, y con Su propia Sangre allá en el Cielo ha intercedido por esa persona; y ha quedado cubierta con la Sangre de Cristo, que es la Sangre del Nuevo Pacto. Esa persona ha sido redimida por Cristo y ha entrado a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, ha obtenido el nuevo nacimiento, y por consiguiente ha nacido en la Casa de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora vean lo grande que es la Iglesia del Señor Jesucristo en este planeta Tierra; aunque para el mundo parece ser nada, pero eso es lo más grande que Dios tiene en la Tierra.
Porque en Su Iglesia Cristo ha tenido Sus mensajeros y ha tenido Sus escogidos de etapa en etapa; y para este tiempo final tendrá a Su Ángel Mensajero y tendrá a los escogidos del Día Postrero, y tendrá la revelación de todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y ahora, tenemos a Cristo en el Trono del Padre allá, haciendo intercesión por cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
En ese Libro nuestros nombres están escritos con la Sangre de Jesucristo. Ese Libro está rociado con la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo, así como Moisés roció el libro allá, y roció los utensilios del templo y roció todo el templo, todo el tabernáculo, con la sangre. Y ahora Cristo haría lo mismo con todo Su Cuerpo Místico de creyentes, que es Su Templo espiritual.
Y ahora ya no se necesita un templo físico, literal, como el que construyó Moisés o el que construyó el rey Salomón, para que Dios habite en ese templo; porque ahora miren lo que está haciendo Dios conforme a lo que nos ha dicho Dios por medio del apóstol San Pedro (a través de San Pedro), en Primera de Pedro, capítulo 2, verso 4 al 9. Dice:
“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual (¿ven? Es una Casa espiritual a la cual pertenecemos y la cual Cristo está edificando) y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”.
Por eso es que cuando adoramos a Dios y cantamos a Dios u oramos a Dios, lo hacemos en el Nombre del Señor Jesucristo; porque estamos o haciendo peticiones o estamos haciendo sacrificios espirituales aceptables a Dios, pero por medio de Jesucristo. ¿Por qué? Porque nosotros somos sacerdotes de Dios.
Cristo con Su Sangre nos redimió, nos lavó de nuestros pecados y nos ha hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes. Si somos sacerdotes, ofrecemos a Dios sacrificios agradables, ofrendas y sacrificios agradables.
Pero por cuanto Jesucristo es el Sumo Sacerdote, Melquisedec, entonces es por medio de Jesucristo, el Sumo Sacerdote, que nosotros ofrecemos a Dios estos sacrificios espirituales.
Por eso San Pablo decía6: “Todo lo que hagáis, sea de palabra o de hechos, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesucristo”.
“Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,
La piedra que los edificadores desecharon,
Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
y:
Piedra de tropiezo, y roca que hace caer,
porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, (gente) nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
Y ahora, vean quiénes somos en el Programa Divino: Somos linaje escogido, un linaje escogido, un linaje celestial escogido por Dios, un pueblo, un sacerdocio, un Real Sacerdocio; pertenecemos al Real Sacerdocio de Melquisedec, Él es el Sumo Sacerdote Jesucristo, y nosotros somos sacerdotes con Él.
“… nación santa (de la nación celestial, el Israel celestial, y la ciudad celestial: la Nueva Jerusalén), pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo es la que tiene la comisión de anunciar todas estas virtudes de Cristo como Salvador, como Sanador, como Reclamador.
Todo lo que es Cristo es dado a conocer a la Iglesia, y la Iglesia lo da a conocer a la humanidad.
Y ahora, somos piedras vivas también, piedras vivas.
Ahora, vean cómo Dios representa en las piedras a los escogidos de Dios y representa al mismo Jesucristo como una piedra viva: la Piedra del Ángulo que los edificadores desecharon.
También Él dice que Israel se olvidó de la roca, de la piedra, de la cual fue cortado. Pero ahora nosotros en el Nuevo Testamento hemos sido cortados de la Piedra del Ángulo, de la Piedra Viva, Jesucristo nuestro Salvador, porque somos parte de Él.
Y ahora, con estas piedras vivas Él está creando, construyendo un Templo espiritual; un Templo espiritual para morar Dios en toda Su plenitud en cada miembro de ese Templo espiritual, y por consiguiente en ese Templo espiritual como Cuerpo Místico de creyentes.
Y en ese Templo encontramos que está el candelabro o candelero con sus siete lámparas, que representan (esas lámparas) las siete edades con Sus siete ángeles mensajeros encendidos con el Fuego del Espíritu Santo; (y para nuestro tiempo…) y ya eso es Palabra cumplida para las siete edades de la Iglesia.
Pero ahora hay más Palabra que tiene que ser cumplida, que tiene que ser vindicada, vivificada, hecha realidad en y para la Iglesia del Señor Jesucristo; y esa Palabra que tiene que ser cumplida es la Palabra correspondiente a la etapa de la Edad de la Piedra Angular; es la Palabra prometida para la Edad del Lugar Santísimo, etapa del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo.
Y para Él cumplir Su Palabra y revelar a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder en Su Iglesia en este tiempo final, y también las cosas que deben suceder en este planeta Tierra, en el reino de los gentiles y con el pueblo hebreo, Jesús dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias (de todas estas cosas que deben suceder)”. Apocalipsis 22, verso 16; y Apocalipsis 22, verso 6; y Apocalipsis, capítulo 4, verso 1.
Así como tuvo un mensajero para cada edad…, y otra cosa u otro mensajero no podía cumplir lo correspondiente a cada edad. O sea que Cristo por otro mensajero, por otra persona que no fuera el mensajero de esa edad, no podía cumplir Su Programa para esa edad.
Y para la Edad de la Piedra Angular Él envía Su Ángel Mensajero; y no puede cumplir Su Programa correspondiente a la Edad de la Piedra Angular con otro mensajero que no sea Su Ángel Mensajero (y no puede dar a conocer estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, no las puede abrir y mostrarle al pueblo el cumplimiento de las que ya están cumplidas en la Edad de la Piedra Angular, y las que están en proceso para ser cumplidas).
Ahora, tenemos Palabra para ser cumplida en la Edad de la Piedra Angular, como hubo Palabra prometida para ser cumplida en edades pasadas.
Y ahora, así fue para el pueblo hebreo en diferentes etapas, por lo tanto así tiene que ser para nuestro tiempo también.
Así fue para el pueblo hebreo en diferentes etapas, y luego vino en toda su plenitud en Cristo.
Y Cristo vino para cumplir lo correspondiente a esta etapa, que era una etapa de Edad de la Piedra Angular; porque el pueblo hebreo bajo la Ley tuvo siete edades; y Juan el Bautista fue el séptimo mensajero de la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley, pero Cristo fue el mensajero de la Edad de la Piedra Angular, fue la Piedra Angular.
Para ser mensajero de la Edad de la Piedra Angular, vean ustedes, tenía que ser un mensajero Piedra Angular. Y ahora, tenía que ser un mensajero dispensacional también.
Para el tiempo de Moisés, vean ustedes, Moisés fue un mensajero Piedra Angular, fue un mensajero dispensacional, para comenzar una nueva dispensación.
Siempre cuando aparece un mensajero dispensacional, da fin a la dispensación que está llegando a su final, en la cual él nace; y luego él abre una nueva dispensación con un Mensaje dispensacional con el cual él es enviado.
Y ahora, para este tiempo final hay Palabra que tiene que ser confirmada, o sea, vindicada, cumplida.
Y veamos a ver lo que dice el reverendo William Branham aquí en la página 156 del libro de Citas, párrafo 1396, hablando de la Iglesia, dice:
1396 – “… esperando en amor que la promesa de la edad sea cumplida”.
Recuerden que para cada edad hubo una promesa; y fue cumplida cuando Dios envió al mensajero de esa edad: en él vino sellada la Palabra prometida para ese tiempo, para ser cumplida, ser abierta y revelada al pueblo.
“Ella está vigilando por ello. Ella es parte de esa Palabra, y está vigilando para que su vida manifieste esa Palabra”.
Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico, dice el reverendo William Branham que está vigilando por esa Palabra prometida, para que sea confirmada, sea vindicada. Y tiene que ser confirmada ¿dónde? En Ella, porque Ella es parte de esa Palabra.
Y cuando se vivifica esa Palabra en la Iglesia, en la edad correspondiente: trae vida, bendición en abundancia, para todos los escogidos de Dios; y son sellados en esa parte del Cuerpo Místico de Cristo.
“Hermanos, ¿no pueden ver eso? Espero que eso no pasará por encima de ustedes. El Cuerpo está esperando (o sea, el Cuerpo Místico de Cristo), él, que es la Palabra, esperando para que la Vida, que es el Espíritu, confirme o lo haga vivo. Eso es lo que ella está esperando. Ninguna otra vida funcionará en ella”.
Pueden venirle con interpretaciones privadas a la Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, pero eso no va a funcionar. ¿Por qué? Porque esas interpretaciones privadas no es lo que Cristo ha prometido para Su Iglesia.
Hay promesas específicas para la Iglesia de Jesucristo; y eso es lo que espera la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular: que sean vivificadas, cumplidas esas promesas, y sean abiertas, dadas a conocer, a la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y el único que puede abrir esos misterios y darlos a conocer, y dar a conocer estas cosas que deben suceder en la Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular, es el Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero.
Otra persona podrá tratar, pero estará muy enredado; y no podrá hacer coincidir unas promesas con las otras promesas, ni podrán comprender que estamos en una nueva dispensación que se está entrelazando con la Dispensación de la Gracia.
La Dispensación del Reino se está entrelazando con la Dispensación de la Gracia; pero por cuanto una dispensación se entrelaza con la otra dispensación, y una edad se entrelaza con la otra edad…
Vean ustedes, así como encontramos en una construcción de una casa de madera, de tablas, que una tabla se entrelaza con la otra para que el agua no pase cuando llueve, ni el sol pase…, porque si la juntan así, al secarse la madera se forma una grieta; pero si la juntan así, aunque se seque la madera y encoja, no hay grieta y no hay lluvia que pueda pasar por ese empate o entrelace.
Así es como Dios entrelaza las edades y también entrelaza las dispensaciones; o sea que una edad se extiende sobre la otra, y una dispensación que está pasando se extiende sobre la nueva dispensación.
Por eso ustedes pueden ver en los días de Jesús (el Mensajero para una nueva dispensación: la Dispensación de la Gracia), que todavía en ese entrelace dispensacional la Dispensación de la Ley estaba extendida sobre esa nueva dispensación que estaba comenzando.
Por eso ustedes pueden ver a Jesús guardando cosas correspondientes a la Ley, como la Pascua, que es algo que corresponde a la Dispensación de la Ley; pero en Cristo sería cumplida la Pascua. Es una extensión en donde luego todo se materializa en la nueva dispensación, y después ya se llega por completo a la nueva dispensación. Así fue con la Dispensación de la Gracia y la Dispensación de la Ley, en ese entrelace dispensacional.
Y luego, miren ustedes, también Cristo fue circuncidado al octavo día7, fue presentado a Dios como se hacía en el Antiguo Testamento, todo eso.
Y ahora, luego en el Nuevo Testamento ya no se presentan los niños para ser circuncidados, sino que se presentan a Cristo para que Cristo los reciba, los coloque bajo Su Sangre, la Sangre del Nuevo Pacto, y queden dentro del Nuevo Pacto; y ya no se requieren sacrificios de animalitos porque ya del Día de Pentecostés en adelante entró de lleno la nueva dispensación: la Dispensación de la Gracia.
Muchos de los mismos discípulos del Señor Jesucristo, habiendo ya comenzado de lleno la Dispensación de la Gracia con la Venida del Espíritu Santo bautizando 120 personas, y después continuó bautizando más personas… Y ha continuado bautizando más personas creyentes: Los que han creído en Cristo y han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, y han sido bautizados en Su Nombre, Cristo los ha llenado de Su Espíritu y ha producido en ellos el nuevo nacimiento; y han recibido un cuerpo teofánico, angelical, de la sexta dimensión.
Y ahora, algunos de los hebreos, de los mismos que siguieron a Jesús, que no comprendieron lo que es un cambio de dispensación y hasta dónde llega ese entrelace, encontramos que luego que había ya comenzado de lleno la nueva dispensación y ya la Dispensación de la Ley había terminado…; porque cuando crucificaron a Cristo, allí se paró la semana número setenta y allí se detuvo la Dispensación de la Ley.
Y ahora, hubo algunos que querían seguir circuncidando a las personas, a los niños que nacían, a los varones, querían seguir guardando el día sábado, seguir guardando días de fiestas, seguir guardando lunas nuevas, y así por el estilo. Y Pablo escribe una carta muy fuerte con relación a esas personas, y dice que los que por la Ley se justifican o quieren justificarse, de la Gracia han caído; y el que quiere guardar la Ley, el sábado o la circuncisión, tiene que guardar toda la Ley; porque si no guarda una parte de la Ley, quebranta toda la Ley.
Pero en la Gracia de Cristo, vean ustedes, al recibir Su Espíritu Santo hemos sido circuncidados acá, en el corazón, hombres y mujeres también. Y al haber recibido a Cristo y haber recibido Su Espíritu Santo, estamos en sábado los siete días de la semana. ¿Cómo que estamos en sábado? ¿Sábado, qué significa Miguel? ‘Descanso’ o ‘reposo’.
El sábado es el día de descanso, de reposo; y nosotros hemos entrado a Su reposo, hemos entrado a Su descanso, nuestra alma está en reposo, en descanso, está en Cristo. Por eso Cristo dijo que el Hijo del Hombre es Señor del Sábado, no el Sábado señor del Hijo del Hombre, sino el Hijo del Hombre Señor del Sábado. Y ahora nosotros tenemos al Señor del Sábado, que nos da reposo no el sábado (el día séptimo de la semana), sino todos los días de la semana.
Y así por el estilo encontramos que todas estas fiestas y ordenanzas divinas para el pueblo hebreo han sido cumplidas en Cristo.
Vean, el cordero pascual, el sacrificio del cordero pascual en la víspera de la Pascua, ya fue cumplido ese Sacrificio del Cordero Pascual en Cristo cuando fue crucificado.
La Santa Cena es un memorial, no recordando el cordero pascual allá del pueblo hebreo, sino recordando a Cristo, porque aquel cordero pascual era tipo de Cristo; y el pueblo hebreo guardaba esa fiesta de la Pascua recordando aquel cordero pascual y la salida del pueblo hebreo de Egipto, pero también en lo profético señalando para el futuro la Venida del Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo, y libertar a toda persona escrita en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y producir así un segundo éxodo.
Para estar en el segundo éxodo la persona tiene que haber recibido al Cordero Pascual, que es Cristo. Juan dijo, el Bautista8: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.
Y ahora, hemos entrado a la tierra prometida del Espíritu Santo y hemos obtenido un cuerpo teofánico de la sexta dimensión; ya para cada creyente nacido de nuevo esa es una promesa cumplida, y pertenece, cada persona que ha recibido el Espíritu de Cristo, pertenece al Cuerpo Místico de Cristo.
Pero hay un tercer éxodo para entrar al cuerpo nuevo y glorificado, y para ir a la Cena de las Bodas del Cordero, y para luego estar en el glorioso Reino Milenial de Cristo; la tierra prometida como cuerpo nuevo, cuerpo glorificado; la tierra prometida como la séptima dimensión, a la cual iremos para la Cena de las Bodas del Cordero; y la tierra nueva como el glorioso Reino Milenial.
El Reino Milenial como Reino es un Reino nuevo, una tierra nueva donde estaremos como reyes y sacerdotes. En la tierra nueva, la tierra prometida, es que están todas las bendiciones de Dios para los hijos e hijas de Dios. Y ya estamos en la tierra nueva del bautismo del Espíritu Santo, y vamos a estar en la tierra nueva del cuerpo nuevo y glorificado; y vamos a ir a la Cena de las Bodas del Cordero, a esa tierra nueva, a ese lugar nuevo para nosotros; físicamente será un lugar nuevo para nosotros, aunque nuestra alma vino de allí.
Y ahora, estaremos también en el glorioso Reino Milenial; un Reino que este planeta Tierra no ha tenido todavía, pero que lo va a tener; y en ese Reino estaremos todos nosotros.
La Columna de Fuego, que es el Espíritu Santo, que es Cristo, el Ángel del Pacto, así como guio al pueblo hebreo, lo libertó y lo guio a la tierra prometida, encontramos que cuando se hizo carne llevó a cabo el segundo éxodo; y luego ha estado en medio de Su Iglesia, de edad en edad, Cristo en Espíritu Santo, la Columna de Fuego guiando a Su pueblo, y colocándolos – libertándolos y colocándolos dentro de la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo.
Y para este tiempo final esa misma Columna de Fuego, que es Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, nos llevará en el tercer éxodo a la tierra prometida del nuevo cuerpo y a la tierra prometida de la séptima dimensión, la Casa de nuestro Padre celestial, y a la tierra prometida del glorioso Reino Milenial de Cristo. Estas son promesas para la Iglesia del Señor Jesucristo, para ser cumplidas en este tiempo final.
Ahora, hemos estado viendo cómo ha estado cumpliendo la promesa de libertar y colocar a Sus hijos en la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo; y los últimos que son colocados en esa tierra del bautismo del Espíritu Santo son los escogidos del Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular.
Y la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, al subir a la Edad de la Piedra Angular sube al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, para estar preparada, ser preparada para nuestra transformación, para ese éxodo a la tierra prometida del cuerpo nuevo, y a la tierra prometida de la séptima dimensión y a la tierra prometida del glorioso Reino Milenial.
Cuando tengamos el nuevo cuerpo habremos entrado a la tierra prometida del nuevo cuerpo, y ya de ahí en adelante todo será más fácil, porque estaremos de 30 a 40 días aquí con el cuerpo nuevo y glorificado, y luego iremos a la Casa de nuestro Padre celestial, que es la séptima dimensión; Cristo nos llevará allá. Veremos a Cristo cuando tengamos el cuerpo nuevo, veremos a Cristo en Su cuerpo glorificado, y lo veremos como uno de nosotros, lo veremos jovencito, representando de 18 a 21 años de edad.
Ahora, el Ángel de Jesucristo no es el Señor Jesucristo; él solamente es el instrumento de nuestro amado Señor Jesucristo para darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y así cumplir Su Palabra prometida para este tiempo final.
Y ahora, tenemos promesas grandes, de las cuales ya muchas han sido cumplidas. Por ejemplo, en las promesas para el Día Postrero, para la Iglesia de Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular, vean ustedes, tenemos la promesa… Vamos a ver algunas que ya están cumplidas y otras que están en proceso de cumplimiento.
Entre las promesas para la Iglesia para este tiempo final, dice Cristo: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
La evidencia de ese Ángel, al ser enviado a la Iglesia de Jesucristo, es que estará dándole testimonio a la Iglesia de todas estas cosas que deben suceder pronto, y estará identificando las que ya han sido cumplidas.
También tenemos el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino. Ese es el Mensaje que trae el Ángel del Señor Jesucristo, con el cual revela, da a conocer, todas estas cosas que deben suceder pronto. Así como las cosas que tenían que suceder durante la Dispensación de la Gracia están reveladas en el Mensaje del Evangelio de la Gracia.
También tenemos la promesa de la Edad de la Piedra Angular. Y ahora, ¿en qué edad estamos? En la Edad de la Piedra Angular; pues esa es una promesa ya cumplida. Estamos disfrutando de las bendiciones que hay en la Edad de la Piedra Angular, y estamos disfrutando de las revelaciones de Jesucristo a través del Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino.
Es con el Mensaje del Evangelio del Reino que vienen estas revelaciones de todas estas cosas que deben suceder pronto; y ese es el Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo, que es un Ángel Mensajero dispensacional, un profeta dispensacional; y Cristo tiene, Dios tiene solamente siete profetas dispensacionales, que son: Adán, el primero; Set, el segundo; Noé, el tercero; Abraham, el cuarto; Moisés, el quinto; Jesús, el sexto; y el Ángel de Jesucristo, el séptimo. Luego no tiene más profetas dispensacionales.
Y Cristo tiene para Su Iglesia siete ángeles mensajeros para las siete edades, y el Ángel de Jesucristo para la Edad de la Piedra Angular. Esos son los ángeles mensajeros para la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, a través del Ángel del Señor Jesucristo estarán manifestados los ministerios de Elías por quinta ocasión, de Moisés por segunda ocasión, y de Jesús por segunda ocasión. Esos son los ministerios prometidos para este tiempo final, porque Cristo dijo que el Hijo del Hombre viene con Sus Ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a Sus Obras; y el Hijo del Hombre envía a Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta y juntarán a Sus escogidos.
Estas son promesas para nuestro tiempo; y la evidencia del cumplimiento de estas promesas es que los escogidos serían llamados y juntados en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular.
Por lo tanto, en nuestro tiempo podemos decir: Hoy se han cumplido estas promesas para la Iglesia del Señor Jesucristo.
Es ahí, en la Edad de la Piedra Angular, donde son llamados y juntados todos los escogidos de Dios de este tiempo final; y la mayor parte de ellos son latinoamericanos y caribeños. Decimos “la mayor parte de ellos” para que las personas de otras naciones no digan que queremos quedarnos con todas las bendiciones de Cristo en este tiempo final. Si aprovechan y escuchan la Voz de Cristo en la Edad de la Piedra Angular, tendrán parte en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular; si no, no.
Y ahora, el continente, territorio, donde la Edad de la Piedra Angular se está cumpliendo, es la América Latina y el Caribe; ese es el territorio, porque ese es el territorio del oeste.
Y siendo que la Edad de la Piedra Angular es, en el Cuerpo Místico, el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, ¿dónde estaba el lugar santísimo del templo que construyó Salomón y del tabernáculo que construyó Moisés? En el oeste. Por lo tanto, es en el oeste donde Cristo construye el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual con piedras vivas, con latinoamericanos y caribeños.
Y ahora, hay oportunidad para otras personas de otras naciones, si reciben la Palabra con la cual Cristo está llamando y juntando a todos Sus escogidos del Día Postrero; porque así como en cada edad el Mensaje venía a un mensajero, a un territorio y a una edad, y de ahí se extendía a otros territorios, así es en nuestro tiempo también. Y se extenderá a tal grado a otros territorios que hasta llegará al pueblo hebreo, y llamará y juntará 144.000 hebreos.
¿Ven? Es en la Edad de la Piedra Angular, el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, donde estarían los ministerios de Moisés y Elías y del Hijo del Hombre también; por lo tanto, es ahí donde verán los hebreos a Cristo manifestado con Sus Ángeles en este tiempo final; es en el Templo espiritual de Cristo, que es Su Iglesia.
Ese es el Templo que será dedicado a Dios por Cristo, y Dios morará en ese Templo en toda Su plenitud; entrará en toda Su plenitud como entró en el tabernáculo cuando Moisés lo dedicó, y como entró al templo cuando Salomón lo dedicó a Dios.
Cristo cuando concluya la construcción de ese Templo con las piedras vivas finales que Él colocará en Su Templo, en la Edad de la Piedra Angular, entonces será dedicado a Dios, para Dios morar en toda Su plenitud; Cristo resucitará a los muertos en Cristo que han partido, en cuerpos glorificados, y nos transformará a nosotros los que vivimos; y así estará Dios en toda Su plenitud en cada uno de ustedes y en mí también; y así estará dedicado a Dios el Templo espiritual de Cristo, la Iglesia de Jesucristo, para morar Dios en Espíritu Santo en toda Su plenitud en Su Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes, y en cada miembro de Su Iglesia. Y todos seremos iguales a nuestro amado Señor Jesucristo.
Y ahora, continuemos viendo promesas cumplidas en la Iglesia de Jesucristo en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular.
Hemos visto también la señal del Hijo del Hombre en el cielo. Febrero 28 del 1963 vimos esa señal: esa nube en el cielo que fue formada por ángeles de Dios: los siete ángeles mensajeros y un Ángel que era diferente a los demás, los cuales están aquí, fueron retratados, pero por cuanto están en cuerpos teofánicos, por eso se ven así.
Vean ustedes, cuando el Ángel del Pacto estuvo con el pueblo hebreo, el pueblo miraba y lo que veía era una nube de día, y una columna de fuego, una nube de fuego de noche; pero ahí estaba el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Cristo, que es el Ángel del Pacto.
Y ahora, encontramos que en esa nube tenemos los siete ángeles mensajeros y un Ángel que era diferente a los demás, del cual dijo el reverendo William Branham que ese Ángel es el que tiene el Séptimo Sello. Para el Séptimo Sello ser cumplido en la Tierra en medio de la Iglesia de Jesucristo, tiene que ese Ángel ser manifestado en la Tierra, tiene que estar con la Iglesia del Señor Jesucristo (y ahora…), así como cada ángel mensajero tuvo que estar con la Iglesia de Jesucristo para cumplir su ministerio en la Iglesia de Jesucristo.
Y ahora, en el cielo, allí en esa nube, Cristo estuvo mostrando los ángeles de las siete edades; y lo que Dios hizo en esas siete edades y los escogidos de esas siete edades, están representados en los siete ángeles mensajeros. Y en el Ángel que era diferente a los demás está mostrando lo que Dios haría después de la séptima edad de la Iglesia gentil y después del ministerio del séptimo ángel de las siete edades, de la séptima edad de la Iglesia gentil.
Y ahora, todo está representado en ese Ángel; aun dice el reverendo William Branham que en esa nube formada por ángeles fue desplegado el Nombre de Dios: YHWH. O sea que ahí está el Nombre Eterno de Dios. ¿Por qué? Porque el Ángel que es diferente a los demás, teniendo el Séptimo Sello, tiene que tener ese Nombre. Ahí es donde está el Nombre desplegado.
Ahora, tenemos también las grandes señales en el cielo cumplidas, como esa señal de esa nube formada por ángeles de Dios, los siete ángeles y un Ángel que era diferente a los demás.
Y también tenemos señales cumplidas en el cielo, como los platillos voladores, también aviones, también cohetes, satélites; todas esas cosas son señales en el cielo.
Y en la Tierra, pues señales que Cristo dijo, profetizó: terremotos, maremotos, guerras, rumores de guerras, enfermedades, y así por el estilo.
Pero una señal grande no se nos puede pasar por alto, que estará cumplida en la Tierra para el tiempo final: dice que enviará Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta para llamar y juntar a Sus escogidos (San Mateo 24, verso 31).
Y San Mateo, capítulo 13, verso 30 al 43, dice el mismo Cristo que para el tiempo de la cosecha, el tiempo del fin, Él enviará Sus Ángeles. Esa es la señal del tiempo del fin, del fin del siglo, es la señal del tiempo de la cosecha, de la cosecha del trigo y del recogimiento de la cizaña para ser atada en manojos, para ser quemadas en el fuego en la gran tribulación, ser quemadas con fuego atómico.
Ahora, hemos visto no todas las promesas, sino muchas de las promesas que están cumplidas en nuestro tiempo.
También estamos viendo al mundo religioso uniéndose, esa es una señal.
Estamos viendo también al pueblo hebreo en su tierra; eso es una señal grande también, porque Israel es el reloj de Dios; y en el reloj de Dios (el pueblo hebreo) se está marcando el tiempo del fin; él es la higuera de la cual Cristo dijo: “Cuando ustedes vean la higuera reverdecer, entended que está cerca el Reino de Dios”. También Cristo dijo: “Cuando ustedes vean suceder estas cosas, levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca”. San Lucas, capítulo 21.
¿Y no llevó a cabo Cristo la Redención nuestra en la Cruz del Calvario, y al recibirlo ya no nos redimió? Sí; pero la redención de la cual Él habla ahí es la redención del cuerpo, donde Él resucitará a los muertos creyentes en Él y nos transformará a nosotros los que vivimos; y así seremos redimidos físicamente, obtendremos la adopción físicamente de hijos e hijas de Dios.
Ya nuestra adopción espiritual ha sido realizada al recibir el Espíritu Santo, y al recibir así un cuerpo teofánico de la sexta dimensión; pero con nuestra transformación recibiremos la adopción física; y así estaremos adoptados físicamente como hijos e hijas de Dios, y como herederos de Dios y coherederos con Cristo nuestro Salvador. Por lo tanto, será restaurado todo el poder de Dios a todos los que serán transformados en este tiempo final.
Y ahora, la higuera ha reverdecido, está en su tierra, ha regresado a su tierra; hemos visto también los demás árboles9, dice Cristo, son las demás naciones obteniendo su independencia.
Y ahora, todas estas señales están cumplidas en este tiempo final, por lo cual las palabras de Cristo: “Vuestra redención está cerca”, es una realidad para nosotros. Nuestra redención, nuestra transformación está cerca; por lo tanto: “… no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”10, el Día de la Redención.
El Día de la Redención es el Año del Jubileo en la Iglesia de Jesucristo, que corresponde al séptimo milenio, donde Cristo reclamará todo lo que Él ha redimido con Su Sangre y nos restaurará a nuestra herencia, a nuestra herencia físicamente; nos restaurará a la vida eterna con un cuerpo eterno y con todo el poder de Dios en nosotros; y seremos restaurados a la juventud eterna, seremos restaurados a la imagen y semejanza de Dios, que es Jesucristo, seremos a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Estamos viviendo en un tiempo señalado como el Día de Redención, por lo tanto, nuestra redención física está cerca, la redención del cuerpo, nuestra adopción, nuestra transformación. Esa es una promesa que está en proceso, porque estamos siendo preparados con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, para pronto ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Se tiene que hacer carne en nosotros la Palabra de Dios correspondiente a este tiempo, para lo cual Cristo dice: “Yo Jesús he enviado mi Ángel para dar testimonio de estas cosas en las iglesias”.
Cuando recibimos Su Palabra, a medida que la recibimos se va haciendo carne en nosotros, hasta que se haga carne la última Palabra que tiene que hacerse carne en nosotros, y entonces seremos transformados.
Así que se tiene que hacer carne en nosotros Su Palabra, toda Su Palabra correspondiente a nuestro tiempo; y tiene que hacerse carne en el Cuerpo Místico de Cristo toda alma escrita en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
¿Y qué significa que tiene que hacerse carne? Es que el alma de cada persona es la semilla, la simiente; y los hijos e hijas de Dios son simiente de Dios, tienen que estar en carne humana en el Cuerpo Místico de Cristo, sean ancianos sus cuerpos físicos, sean de mediana edad o sean jóvenes o sean niños.
¿Que los niños también pertenecen al Cuerpo Místico de Cristo? Nuestros niños, al ser presentados a Dios, son colocados dentro de un Nuevo Pacto y están cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto. Y ya sea que se complete con niños nuestros, los cuales los presentamos a Cristo…, si fuera así, y el Plan de Cristo fuera que los últimos fueran niños, pues entonces los hogares nuestros tendrían muchos niños para completar el Cuerpo Místico de Cristo. Pero en el Programa de Dios, vean ustedes, hay niños, hay jóvenes, hay adultos y hay ancianos también.
Así que, de entre niños, de entre jóvenes, de entre adultos y ancianos, estarán los que completarán el Cuerpo Místico de Cristo; por lo tanto, tienen que venir al Cuerpo Místico de Cristo, ya sea que los presentemos como bebés, o que al llevar el Mensaje lo reciban y entren al Cuerpo Místico de Cristo, sean bautizados en el Nombre de Jesucristo al recibir a Cristo, y arrepentirse de sus pecados, y lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, y ser bautizados en Su Nombre, y recibir Su Espíritu Santo; así nacen de nuevo, nacen en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.
Algún día se completará el Cuerpo Místico de Cristo, y Cristo habrá terminado Su Obra de Intercesión en el Cielo, y entonces se levantará del Trono del Padre y tomará el Título de Propiedad (ya como Juez de toda la Tierra y León de la tribu de Judá, y Rey de reyes y Señor de señores), y llevará a cabo Su Obra de Reclamo, en donde resucitará a los muertos creyentes en Él que están en el Paraíso…
Los que están en el Paraíso le dijeron al reverendo William Branham, cuando fue en una ocasión de visita al Paraíso, le dijeron, cuando el reverendo William Branham llegó al Paraíso, le dijeron: “Tú has sido reunido con tu pueblo, y así será cuando te llegue el momento, así como fue con Jacob y los demás patriarcas”; nos dice la Escritura que cuando murieron fueron reunidos con su pueblo; porque los mensajeros son reunidos con su pueblo, el grupo a los cuales les ministró.
Vean que el reverendo William Branham no dijo: “Y vinieron los del grupo de Wesley o de Lutero o de San Pablo”. Sino que le fue dicho: “Ellos son tu pueblo, son tu gente”. Él pensó que todos eran Branham y preguntó: “¿Son todos Branham?”, y le dijeron: “No, ellos son tus convertidos”11.
Es como en las naciones: cada persona cuando llega a su nación se reunió con la gente de su nación, y hay diferentes naciones.
Y así, por lo que nos muestra Dios a través del reverendo William Branham, el mensajero de cada edad está con su grupo allá en la sexta dimensión, en algún territorio, algún lugar de la sexta dimensión.
Recuerden que la sexta dimensión es como acá en la Tierra, que hay árboles, hay grama, hay pajaritos, hay animales, hay peces, hay lagos y ríos, y así por el estilo; y como es tan grande esa dimensión pues el mensajero de una edad está con su gente en un territorio.
Recuerden que esos mensajeros son reyes y son el rey, el líder de su grupo, de su pueblo; es, cada mensajero con su grupo, una nación. “Naciones saldrán de ti”, le dijo Dios a Abraham12.
Ahora, vamos a dejar eso un poquito quieto porque ahí nos faltaría tiempo y papel también (porque aquí Miguel no colocó acerca de eso); así que en otro mensaje ustedes escucharán acerca de ese misterio de los ángeles mensajeros con su grupo; pues le dijeron al reverendo William Branham, cuando él dijo: “Bueno, yo quiero ver a Jesús”. Le fue dicho: “Ahora no lo puedes ver”.
Lo habían colocado en un lugar alto; él había preguntado: “¿Por qué ustedes hacen eso conmigo?”. Le dijeron: “Es que tú fuiste un líder en la Tierra”.
Ahora, él dice: “Yo quiero ver a Jesús”. Porque cuando una persona parte de esta dimensión, pues quiere ver a Jesús. “Yo quiero ver a Jesús, Él fue mi Salvador en la Tierra”.
Y ahora, le dicen: “Ahora no lo puedes ver, Él está más arriba”. ¿Dónde está? En la séptima dimensión, en el Trono del Padre, haciendo intercesión por todos los que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
Pero le dicen: “Pero Él vendrá a ti, Él va a venir a ti”. O sea que va a pasar por el Paraíso; como pasó por el Paraíso cuando murió y pasó primero por el infierno, les predicó a las almas, a los espíritus encarcelados, pero luego pasó al Paraíso, al Seno de Abraham, les habló a ellos, y luego los trajo en la resurrección el domingo de la resurrección, y cuando ascendió al Cielo los llevó al Cielo.
Ahora, le dicen: “Él va a venir a ti primero”, y eso llena de gozo al hermano Branham; pero le dicen: “Y tú serás juzgado”; y ahí ya las cosas cambiaron, se sorprende, porque él pensó que algo así no iba a suceder; y le dicen: “Tú vas a ser juzgado; y si tú entras, nosotros entraremos contigo; y regresaremos a la Tierra y tomaremos cuerpos y entonces comeremos”13.
Así que recuerden: hay unas personas que vendrán a la Tierra y serán jovencitos, y vendrán con deseos de comer, y con eso también probarán que han resucitado y que están en cuerpos glorificados: porque podrán comer. Nosotros somos ¿sus qué? Sus anfitriones. Así que ellos son nuestros invitados. Que no se vayan para ninguna otra edad. Es que no tienen otra edad para irse, porque ya las demás edades cumplieron su tiempo, ya están fuera de tiempo, están fuera de vigencia; la única edad es la Edad de la Piedra Angular.
Es a la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Lugar Santísimo, donde vendrán los escogidos que serán resucitados en cuerpos eternos, y donde vendrá Cristo también con ellos para estar con nosotros; y entonces, cuando los veamos, seremos transformados; y entonces los veremos, veremos a nuestro amado Señor Jesucristo en Su cuerpo glorificado; y nosotros también comeremos, porque en el cuerpo glorificado podremos comer.
Cristo también habla de una mesa; y sentados a la mesa Abraham, Isaac y Jacob, en donde estará Cristo y en donde estaremos todos nosotros con Él.
Ahora, no vamos a hablar acerca de quiénes estarán más cerca del Señor Jesucristo ahí en la mesa; pero lo más cerca a Dios en el tabernáculo que construyó Moisés fue el lugar santísimo; por lo tanto, lo más cerca tendrá que ser lo correspondiente al Lugar Santísimo. Aunque no le vamos a decir a los apóstoles que no se acerquen a nosotros; tenemos muchas preguntas para hacerles, y tenemos mucho que conversar con ellos, con Abraham, con Isaac, con todos ellos.
Ahora, en esa gran Cena que va a llevarse a cabo, ahí habrá grandes bendiciones de parte de Dios.
Ahora, tenemos la Palabra cumplida en el Día Postrero hasta donde ha sido cumplida, y tenemos lo que prometió Dios por medio del reverendo William Branham. Dice: “La Novia no ha tenido un avivamiento todavía, no ha habido ninguna cosa… no ha habido ningún movimiento de Dios…”. Vamos a leerlo aquí: página 212 del mensaje de Los Sellos, dice:
“[104]. La Novia todavía no ha tenido un avivamiento; todavía no ha habido allí ningún avivamiento, ninguna manifestación de Dios para sacudir a la Novia. Estamos esperando eso. Se necesitarán esos Siete Truenos misteriosos para despertarla. Él los mandará, lo ha prometido”.
Vean, el avivamiento, el despertamiento para la Iglesia para el Día Postrero, es en la Edad de la Piedra Angular; y tiene que ser por medio de la revelación que traen los Siete Truenos de Apocalipsis; y la revelación es la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo.
Alrededor de la Segunda Venida de Cristo, del Séptimo Sello, es que gira todo el avivamiento del Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular para la Iglesia del Señor Jesucristo; y en ese avivamiento llama y junta a los escogidos de Dios del Día Postrero.
Y para enviar Cristo un avivamiento, miren cuál es el Programa en los avivamientos: página 26 del libro de Citas, párrafo 218, dice:
218 – “… Dios no puede enviar un avivamiento, HASTA QUE TENGA AL HOMBRE EN FORMA PARA RECIBIRLO… y antes que nosotros podamos tener este avivamiento, DIOS TIENE QUE LLAMAR AFUERA Y ENTRENAR AL HOMBRE (DIOS ENTRENA AL HOMBRE) PARA LLEVAR SU MENSAJE”.
Tiene que ser con un Mensaje dado por Dios a un hombre, un mensajero, el cual venga proclamando su Mensaje, y Dios se mueva a la escena y traiga un avivamiento para Su pueblo. Y cada avivamiento que Dios trae para Su Iglesia queda enmarcado en una edad de la Iglesia.
Hemos tenido siete avivamientos en siete edades de la Iglesia entre los gentiles, cuando Dios envió a cada ángel mensajero con un Mensaje. Y para el Día Postrero, para la Edad de la Piedra Angular, para la cual ha prometido un avivamiento, un avivamiento por medio de la revelación de los Siete Truenos, pues tiene que tener un hombre al cual le dé el Mensaje, la revelación de los Siete Truenos, que es el Mensaje de la revelación del Séptimo Sello, el Mensaje de la revelación de la Segunda Venida de Cristo.
¿Y cuál es ese Mensaje? Es el Mensaje del Evangelio del Reino, es la Trompeta del Evangelio del Reino revelando el misterio del Séptimo Sello. Esas son las siete voces de los Siete Truenos revelando el misterio del Séptimo Sello.
Y esa revelación de los Siete Truenos revelando el misterio del Séptimo Sello trae el avivamiento del Día Postrero en la Iglesia-Virgen del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular.
Por lo tanto, estamos nosotros en el avivamiento del Día Postrero. Esa es una Palabra, una promesa que está cumplida, y sigue cumpliéndose hasta que nos vayamos de aquí; o sea que estaremos bajo el avivamiento del Día Postrero hasta que obtengamos el cuerpo glorificado.
Y luego, en y bajo el avivamiento del Día Postrero, entrará y estará también el pueblo hebreo; y bajo el avivamiento del Día Postrero se estará en el Reino Milenial también; porque ya los demás avivamientos terminaron, pero el nuestro, para la Edad de la Piedra Angular, seguirá para el Milenio y para toda la eternidad.
Bueno, hemos visto, en esta noche hemos visto: “LA PALABRA CUMPLIDA EN EL DÍA POSTRERO”, en la Edad de la Piedra Angular.
Que las bendiciones de la Palabra cumplida para el Día Postrero, toda bendición contenida en la Palabra prometida para el Día Postrero venga sobre cada uno de ustedes y sobre mí también; y pronto Cristo complete el número de Sus escogidos en Su Cuerpo Místico de creyentes, y se levante del Trono del Padre, tome el Título de Propiedad, lo abra en el Cielo, y resucite a los muertos en Cristo en Su Obra de Reclamo, y nos transforme a nosotros los que vivimos; y haga una manifestación plena del poder de Dios, en un lapso de tiempo de 30 a 40 días; y luego nos lleve con Él a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Bueno, ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: “LA PALABRA CUMPLIDA EN EL DÍA POSTRERO”.
Y como dijo Jesucristo en una ocasión: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”. Hoy se han cumplido estas promesas correspondientes al Día Postrero, que les mencioné; y las que están en proceso de cumplimiento también se cumplirán.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y muchas gracias por vuestra amable atención.
Dejo nuevamente con ustedes a nuestro amigo y hermano, el reverendo Miguel Bermúdez Marín, para finalizar nuestra parte en esta ocasión.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“LA PALABRA CUMPLIDA EN EL DÍA POSTRERO”.
[Revisión mayo 2020-marzo 2022]
1 Los Sellos, “El Quinto Sello”, pág. 301, párrs. 106, 109 y 110
2 San Lucas 24:36-43
3 San Mateo 24:31
4 Apocalipsis 5:6
5 Isaías 60:7
6 Colosenses 3:17
7 San Lucas 2:21-24
8 San Juan 1:29, 36
9 San Lucas 21:29-31
10 Efesios 4:30
11 Los Sellos, “El Quinto Sello”, pág. 320, párrs. 200-202
12 Génesis 17:6
13 Los Sellos, “El Quinto Sello”, pág. 320, párrs. 196-199; pág. 321, párrs. 209-219