El Mensajero del Rey

Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes y también los que están a través de Internet; es para mí una bendición grande estar con ustedes nuevamente en este nuevo año 2002, en el cual esperamos grandes bendiciones de parte de Dios.

Nos ha dado este año para que le sirvamos con toda nuestra alma y tengamos el privilegio de disfrutar todas las bendiciones que El tenga para nosotros en este año 2002.

Así que aprovechemos bien el tiempo sirviéndole a Cristo y recibiendo Sus grandes bendiciones en este año 2002.

Para esta ocasión leemos en el libro del Apocalipsis, capítulo 19, versos 11 al 16, donde dice:

Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.

Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.

Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: El Verbo de Dios.

Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.

De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.

Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.

Y en Apocalipsis, capítulo 2, verso 26 en adelante, dice:

Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,

y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantadas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “EL MENSAJERO DEL REY.”

A través de la Escritura sabemos que el Rey de los Cielos y de la Tierra es Dios; y Dios, el Rey de los Cielos y de la Tierra fue el que libertó al pueblo hebreo. El Trono de Dios está en el Cielo, y por medio del Profeta Moisés libertó al pueblo hebreo.

Ahora, encontramos que Dios el cual libertó al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, es Dios el Rey del pueblo hebreo, y El estuvo reinando sobre el pueblo hebreo a través de Moisés, a través de Josué, a través de los jueces, de los cuales Samuel fue el último de los jueces; y cuando el pueblo pidió un rey allí estaba el pueblo hebreo rechazando a Dios como Rey, pues Dios estaba en Samuel reinando sobre el pueblo hebreo.

En Primera de Samuel, capítulo 8, verso 5 en adelante, dice… verso 4 en adelante, dice:

Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel,

y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.

Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová.

Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.”

Y ahora vean, Dios estaba reinando a través de Samuel, estaba reinando sobre el pueblo hebreo.

Y ahora, siendo que Dios reinaba a través de Samuel sobre el pueblo hebreo, rechazar a Samuel y pedir un rey estaba fuera de lugar en ese tiempo; estando fuera de lugar en ese tiempo, vean ustedes, el pueblo hebreo estaba equivocado en lo que pedían para ese tiempo.

Dios le había hablado acerca de que el pueblo en algún tiempo tendría un rey; pero las cosas de Dios deben venir en el tiempo que Dios ha determinado.

Ahora, ¿qué tenía Dios antes de venir un rey sobre el pueblo hebreo? Tenían a Dios reinando a través de un Profeta llamado Samuel. Ahora vean en Samuel, capítulo 12, verso 12, dice:

Y habiendo visto que Nahas rey de los hijos de Amón venía contra vosotros, me dijisteis: No, sino que ha de reinar sobre nosotros un rey; siendo así que Jehová vuestro Dios era vuestro rey.

Ahora, pues, he aquí el rey que habéis elegido, el cual pedisteis; ya veis que Jehová ha puesto rey sobre vosotros.”

Y el rey que el pueblo hebreo pidió era un rey como los reyes de las demás naciones; por lo tanto Dios le dio un rey como los reyes de las demás naciones y fue Saúl; el rey que Dios tenía conforme al corazón de Dios estaba para ser dado más adelante.

Ahora, cuando las personas se adelantan al Programa de Dios tienen grandes problemas, se salen de la perfecta voluntad de Dios y entran en la permisiva voluntad de Dios, Dios les permite conforme al deseo del corazón de las personas.

Y ahora, siendo que Dios es el Rey sobre el pueblo hebreo y es el Rey del Planeta Tierra completo y de todo el Universo, vean, para Dios reinar en la Tierra sobre el pueblo hebreo ha tenido Sus diferentes Mensajeros, han sido Mensajeros del Rey, Dios Eterno, Rey de los Cielos y de la Tierra: tenemos a Moisés, tenemos a Josué, tenemos a los jueces de los cuales Samuel fue el último, y luego tenemos a David como rey a través del cual reinó Dios, también a Salomón y a otros reyes que sirvieron a Dios, y esos fueron Mensajeros de Dios, Mensajeros del Rey Celestial.

Y tenemos a los Profetas del Antiguo Testamento a través de los cuales Dios se manifestó y fueron Mensajeros del Rey de los Cielos y de la Tierra, de los cuales el último fue Juan el Bautista del Antiguo Testamento, y luego apareció el Rey de los Cielos y de la Tierra en carne humana y fue conocido por el nombre de Jesús, el cual fue hecho por Dios Señor y Cristo.

Por lo tanto, nuestro amado Señor Jesucristo es el Rey de los Cielos y de la Tierra, el cual visitó a Su pueblo Israel en carne humana y se presentó al final de Su ministerio en Su entrada triunfal a Jerusalén, se presentó allí como Rey, conforme a como estaba en las profecías, las cuales hablaban de la forma en que vendría el Rey de Israel al pueblo hebreo entrando a Sion. Dice Zacarías, capítulo 9, verso 9:

Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.”

Cuando Jesús entró a Jerusalén tenía que cumplir esta profecía, y esto fue en esta visita que hizo Jesús llamada: “La entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén como Rey.”

Vean la forma sencilla en que se presentaría el Rey de Israel al pueblo hebreo, también en el capítulo 40 de Isaías dice, verso 3 en adelante:

Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.

Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane (esta profecía la cumplió Juan el Bautista que fue el Mensajero del Rey, el Mensajero del Rey para Su Primera Venida).

Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado (¿y cómo se manifestó la Gloria de Jehová? En carne humana en Jesús de Nazaret).

Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo.

La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo.

Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.”

Lo único que permanece para siempre es la Palabra de Dios; y todo aquel que recibe la Palabra de Dios ha recibido lo que permanece para siempre, y por consiguiente hace que esa persona permanezca para siempre con Dios también, tenga Vida eterna. Cristo dijo:

El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasó de muerte a vida.” [Nota – San Juan 5:24]

Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; dí a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!”

Y aquí, vean ustedes cómo el precursor hace una presentación del Dios nuestro en carne humana en la Primera Venida de Cristo (el precursor fue Juan el Bautista). Dice:

¡Ved aquí al Dios vuestro! He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro.”

Aquí tenemos también la Primera y la Segunda Venida de Cristo en este pasaje; y como El obró dos mil años atrás en este tiempo final también obraría: envió un precursor allá, enviaría un precursor en este tiempo final también, el cual ya todos sabemos que fue el Rvdo. William Branham, el cual vino con el espíritu y virtud de Elías en la cuarta manifestación del espíritu ministerial de Elías.

Ahora, hemos visto la forma en que vino el Dios nuestro, el Rey de los Cielos y de la Tierra: vino en carne humana vestido de un velo de carne llamado Jesús.

Ahora, el pueblo hebreo estuvo viendo allí a Dios en carne humana conforme a como estaba prometido para la Venida del Mesías, el cual sería Dios hecho hombre en medio del pueblo hebreo. En San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante, dice:

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios.

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan (o sea, Juan el Bautista).

Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.

No era él la luz (o sea, que Juan el Bautista no era la Luz)

No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz (para que diese testimonio de la Luz que vendría después de él).”

Y Dios es Luz, El es el Verbo que se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo, el Verbo se haría carne y vendría en medio del pueblo hebreo.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo (¿cómo venía a este mundo? En carne humana).

En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.

A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros.”

El Verbo que era con Dios y era Dios se hizo carne y habitó en medio de la raza humana. El Verbo se hizo carne, el Verbo era con Dios y era Dios. Dios en Su cuerpo angelical lo tenemos como el Verbo en Su cuerpo angelical teofánico, llamado el Verbo o el Logos que era con Dios; y ahora se hizo carne y tenemos ahí a Dios en cuerpo, espíritu y alma. Dios con un cuerpo de carne, Dios con un cuerpo angelical es el cuerpo angelical llamado el Angel de Jehová, y Dios en alma.

Y ahora, podemos ver a Dios con una forma de Hombre, porque Dios creó al ser humano a Su imagen y a Su semejanza; por lo tanto al Dios materializarse en medio de la raza humana en carne, tenía que ser en carne no de un animal sino en carne humana, un cuerpo de carne, un ser humano en medio de la raza humana, pero ese hombre era Dios, era Dios en Su interior.

Ahora, podemos ver porqué Cristo dice: “El Padre y Yo una cosa somos.” Como cada uno de ustedes y yo también, todos podemos decir: “Mi alma y yo una cosa somos, somos la misma persona.”

Ahora, las personas solamente ven el cuerpo, pero dentro de nosotros hay otro cuerpo espiritual llamado espíritu y hay un alma, y eso es lo que somos nosotros: alma viviente, eso es lo más importante de nosotros.

Y ahora, nosotros estamos en y con nuestro espíritu y con nuestra alma, y nuestra alma con y en este cuerpo de carne que tenemos.

Y ahora vean, cuando Cristo habla diciendo en San Juan, capítulo 14, verso 6 en adelante: “Yo Soy el Camino…”

Jesús les dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.”

Es la primera ocasión en que Dios se hace carne humana en medio de la raza humana, nacido ese cuerpo a través de una mujer conforme a Génesis, capítulo 3, verso 15 donde Dios dijo de la simiente de la mujer, que heriría al diablo en la cabeza.

Y ahora, la simiente de la mujer es Jesucristo nacido a través de una mujer virgen llamada María.

Y ahora, el que ve a Jesús está viendo al Padre, está viendo a Dios; como el que ve el cuerpo suyo lo está viendo a usted, porque usted está dentro de ese cuerpo de carne.

Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.

Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.”

Y ahora, era el Padre el que obraba a través del velo de carne llamado Jesús. Así como en cada uno de ustedes y en mí es nuestra alma la que obra a través de nuestro cuerpo terrenal.

El cuerpo de sí mismo nada puede hacer; es el alma que está dentro del cuerpo la que obra a través del cuerpo. Por eso cuando sale el alma de la persona también sale el espíritu de la persona, del individuo, cuando la persona parte, cuando la persona muere, y el cuerpo nada puede hacer, queda sin movimiento, ¿por qué? Porque se fue la persona que vivía en ese cuerpo. Y ahora, en esa misma forma estaba Dios en Jesús.

Y ahora, encontramos que en Jesucristo estaba el Rey de los Cielos y de la Tierra visitando a Su pueblo Israel, conforme a las promesas de la Venida del Mesías para aquel tiempo.

El pueblo hebreo cuando rechazó a Cristo, en Su entrada triunfal a Jerusalén, rechazó al Rey de los Cielos y de la Tierra y por consiguiente rechazó a Su Rey; así como había rechazado a Su Rey: el Dios de los Cielos y de la Tierra, el Rey de los Cielos y de la Tierra el cual estaba reinando a través de Samuel, cuando pidieron un rey rechazaron a Dios que estaba en Samuel reinando sobre el pueblo hebreo.

Y luego cuando está en Jesús, el Rey de los Cielos y de la Tierra, lo rechazan también, ya allá estaba el tipo y figura de lo que iba a pasar en la Primera Venida de Cristo.

Y ahora, el pueblo hebreo cuando pidió un rey conforme a los demás reyes de la Tierra, estaban pidiendo un rey no conforme al corazón de Dios; por lo tanto ese rey: Saúl, iba a tipificar al anticristo. Pero luego cuando murió Saúl, luego vino el rey conforme al corazón de Dios que fue David, el cual ya había sido ungido muchos años antes por el Profeta Samuel antes de terminar su ministerio en la Tierra.

Ahora, encontramos que el pueblo hebreo por cuanto rechazó a Dios como Rey reinando a través del Profeta Samuel, luego cuando vino el Rey de Israel, Dios hecho hombre, también lo rechazó. Y vean, rechazaron a Dios como rey a través de Samuel y pidieron un rey.

Y ahora, miren lo que sucedió en los días de Jesús: en el evangelio según San Juan, Cristo dijo en una ocasión: “Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís, otro vendrá en su propio nombre y a él recibiréis.” Ese otro es el anticristo, con el cual el pueblo hebreo como pueblo hará un pacto; el pueblo hebreo, el mundo político hará un pacto con el anticristo.

Ahora, siendo que el anticristo es el rey de la última etapa de la estatua que vio el rey Nabucodonosor, o sea, el anticristo es el rey de la etapa de los pies de hierro y de barro cocido de la estatua que representa el reino de los gentiles.

Las piernas de hierro de esa estatua representan el imperio romano, del cual los césares fueron los grandes reyes de ese imperio.

La cabeza de oro ya todos sabemos que fue el rey Nabucodonosor con su reino babilónico; y los pechos y brazos de plata fue el imperio Medo-persa; y el vientre y los muslos de bronce fue el imperio de Grecia; y las piernas de hierro es el imperio romano; y los pies de hierro y de barro cocido sigue siendo el imperio romano pero ahora cubiertos de barro, por lo cual tiene ahí un cambio en el mismo imperio romano.

Ahora, por eso para este tiempo final el pueblo hebreo como nación hará un pacto con el anticristo, y el anticristo es el último rey del imperio romano en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido.

Y ahora, ¿desde cuándo el pueblo hebreo aceptó a otro rey que no es nuestro Rey, el Rey de los Cielos y de la Tierra? Vean, en San Juan, capítulo 19, verso 14 al 15, cuando rechazaron a Cristo como Rey, vean, dice:

Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta (esto fue cuando Cristo fue rechazado y fue ordenada Su muerte, dice)

Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos (o sea, a Pilato)… Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey!”

Y ahora vean, Pilato les está diciendo:

¡He aquí vuestro Rey!

Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César.”

Aceptaron el rey del imperio romano, el rey de la cuarta etapa del reino de los gentiles; y eso trae consecuencias graves para el pueblo hebreo.

Por lo tanto ellos lo aceptaron allá, al César, por lo tanto el anticristo, el hombre de pecado será el heredero del trono de los Césares, y es el heredero al imperio romano, imperio que corresponde a la etapa de los pies de hierro y de barro cocido para este tiempo final.

Así que podemos ver que ellos aceptaron al rey del imperio romano, al rey de la etapa de las piernas de hierro, y por consiguiente ese trono de los Césares sigue a la etapa de los pies de hierro y de barro cocido; y ese trono y reino, vean ustedes, es el reino del anticristo, del hombre de pecado.

Pero por cuanto Dios es el Rey de Israel, El va a quitar el reino del anticristo del planeta Tierra y Dios va a establecer Su Reino en la Tierra.

Por lo tanto, Dios por medio de Jesucristo, Dios por medio de Cristo, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el cual fue rechazado por el pueblo hebreo, va a conquistar y va a obtener la gran victoria en el Amor Divino en contra del reino del anticristo y Cristo va a establecer Su Reino en este planeta Tierra. Y el Reino de Cristo es el Reino de Dios que será establecido en el planeta Tierra, y Dios reinará por medio de Cristo sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones.

Ahora, podemos ver que hay un Programa muy importante de parte de Dios, llevándose a cabo de etapa en etapa donde El ha enviado Sus Mensajeros desde el Génesis.

Vean, Adán fue un Mensajero del Rey, de Dios y así Set también (Abel, Set) también los demás Profetas de la antigüedad como Enoc, también Matusalén, Lamec, todos estos hombres de Dios, Noé también, y también Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés y todos estos hombres de Dios. Estos Profetas de Dios fueron Mensajeros del Rey de los Cielos y de la Tierra y por consiguiente el Rey de Israel, ellos fueron Mensajeros del Rey de Israel.

Y ahora, vean ustedes, el Rey de Israel, Dios en Su manifestación a través de Su Angel, el Angel de Jehová, el Angel del Pacto que es el cuerpo angelical de Jesucristo, obró, se manifestó a través de los Profetas del Antiguo Testamento, y en el cuerpo de carne llamado Jesús se manifestó en toda Su plenitud.

Por eso en Jesús estaba la plenitud de la Divinidad corporalmente, estaba Dios, el Rey de Israel en carne humana en medio de Su pueblo, y por consiguiente estaba visitando a Su pueblo y fue rechazado.

Juan el Bautista al presentar a Cristo estaba presentando al pueblo hebreo al Rey de Israel: “He aquí tu Rey.” Todas esas profecías se cumplieron en el ministerio de Juan el Bautista presentando a Jesucristo nuestro Salvador al pueblo hebreo.

Ahora, Cristo al ser rechazado y morir en la Cruz del Calvario luego fue sepultado y resucitó; con la muerte de Cristo fue pagado el precio de la Redención, y la Sangre de Cristo quitó el pecado del mundo.

Y ahora, por la fe somos salvos al creer en la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y la Sangre de Cristo nos limpia de todo pecado.

Cristo ascendió al Cielo, se sentó en el Trono de Dios a la diestra de Dios, por consiguiente Cristo al sentarse en el Trono de Dios es el Rey de los Cielos y de la Tierra. Y El ha estado enviando de etapa en etapa Sus Mensajeros, envió Sus Apóstoles, tenemos a San Pedro, tenemos también a San Pablo (esos son los Apóstoles principales).

Y fue por medio de San Pedro que el Espíritu Santo abrió la puerta a una nueva dispensación, y la Puerta es Cristo; y Pedro agarró la llave de la revelación divina con la mano de la fe y abrió la puerta, dio a conocer el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y mostró que toda persona puede alcanzar el perdón de sus pecados.

Vean, libro de los Hechos, capítulo 2, verso 34 en adelante dice, 32 en adelante, dice:

A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:

Dijo el Señor a mi Señor:

Siéntate a mi diestra,

Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.

Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”

Y ahora, podemos ver cómo Pedro presenta a Cristo aquí como Señor y Cristo. Si es Señor y Cristo y está sentado en el Trono de Dios en el Cielo, El es el Rey de los Cielos y de la Tierra. Siendo el Señor de los Cielos y de la Tierra El es el Rey de Israel, el Rey de Israel con su cuerpo glorificado.

Y ahora, Jesucristo, el Rey de Israel con Su cuerpo glorificado está sentado en el Trono de Dios en el Cielo, y El está haciendo intercesión allí por toda persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Y ahora, el Rey de los Cielos y de la Tierra con Su cuerpo de carne ha estado en Su Trono Celestial, pero en Espíritu Santo El ha estado en medio de Su Iglesia de edad en edad, y ha estado llevando a cabo la Obra de la Creación de una Nueva Raza.

Esta Nueva Raza viene por creación divina y por consiguiente es una raza con Vida eterna; estas personas pertenecientes a esta Nueva Raza son aquellos que escuchan la predicación del Evangelio, creen y reciben a Cristo como su Salvador, son los que lavan sus pecados en la Sangre de Cristo, y son bautizados en agua en Su Nombre y reciben el Espíritu Santo, y obtienen el nuevo nacimiento y obtienen un cuerpo angelical teofánico.

Han nacido en la Casa de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo la cual tiene una Puerta abierta, la cual fue abierta el Día de Pentecostés; Cristo es la Puerta de esa Casa, de esa Familia, de ese Templo Espiritual, que es Su Iglesia.

Y ahora, todas las personas nacidas en la Iglesia de Jesucristo son los que han nacido de nuevo, por lo tanto han nacido en el Reino de Jesucristo, han sido trasladados del reino de las tinieblas al Reino de Jesucristo.

Ahora, al nacer por medio de nuestros padres terrenales nacimos en el reino de las tinieblas, el cual controla la raza humana, gobierna la raza humana.

Pero ahora los nacidos de nuevo han nacido en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, son una nueva criatura y han obtenido un cuerpo angelical teofánico, igual al cuerpo angelical de Jesucristo nuestro Salvador, y para este tiempo final en adición van a recibir un cuerpo físico, eterno, inmortal y glorificado, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

Ahora, podemos ver que es una Obra de Creación divina, la que Jesucristo en Espíritu Santo está llevando a cabo. De edad en edad está llevando a cabo esta Obra, y cuando termine de llevar a cabo la creación del último escogido de Dios, entonces vendrá la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.

Ahora, hemos visto que el Día de Pentecostés comenzó Cristo en Espíritu Santo a crear esa Nueva Raza, de la cual Jesucristo es la Cabeza, el Primero y también el Creador de esa Nueva Raza, y por consiguiente El es el Señor de esa Nueva Raza.

Y las personas pertenecientes a esta Nueva Raza son Reyes y Sacerdotes y Jueces con Jesucristo nuestro Salvador. A todo lo que Jesucristo es Heredero también nosotros somos herederos, coherederos con El. “Porque somos herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús, Señor nuestro,” dice San Pablo en Romanos, capítulo 8, versos 14 al 29.

Y ahora, es la creación de una Nueva Raza con Vida eterna; por lo tanto estas personas pertenecientes a esta Nueva Raza, vivirán con Jesucristo en Su Reino por toda la eternidad, y esos son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, esa es la Casa de Dios, la Familia de Dios, la descendencia de Dios; como dice San Pablo en Efesios, capítulo 2, versos 19 al 22:

Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,

edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,

en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;

en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”

Y así como Dios habitó en el tabernáculo que construyó Moisés y el que construyó el rey Salomón, ese templo que construyó el rey Salomón en donde Dios moró, entró y moró en el lugar santísimo; y así como moró en Jesucristo, también morará en cada uno de los miembros de la Iglesia de Jesucristo como individuos, y en la Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes.

Ahora, esta es la Familia de Dios, la descendencia de Dios, los hijos e hijas de Dios; esta es la Nueva Creación, la Nueva Raza que Dios está creando.

Para muchas personas es un poco difícil comprender que Dios está creando una Nueva Raza, porque piensan como Nicodemo cuando Cristo le dijo que era necesario nacer de nuevo, y Nicodemo pregunta: “¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre y nacer de nuevo?”

Pero Cristo le está hablando de un nuevo nacimiento diferente al físico, el cual es el nuevo nacimiento: nacer del Agua y del Espíritu, nacer como una nueva criatura en el Reino de Cristo.

Y ahora, toda persona nacida de nuevo pertenece al Reino de Jesucristo y tiene un cuerpo angelical teofánico de la sexta dimensión, y por consiguiente va a recibir un cuerpo físico y glorificado cuando Cristo complete Su Iglesia; y entonces Su Iglesia y cada miembro de Su Iglesia recibirán la transformación los que estemos vivos y la resurrección los que ya partieron, y entonces todos seremos glorificados, tendremos un cuerpo glorificado, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

Por eso es que El ha enviado en el Nuevo Testamento Sus Mensajeros, los cuales son los Mensajeros del Rey de los Cielos y de la Tierra, los Mensajeros de Jesucristo nuestro Salvador, el cual es el Cordero de Dios y también El es el León de la tribu de Judá. Como Rey El es el León de la tribu de Judá.

Ahora, durante las diferentes etapas de la Iglesia, encontramos que envió a Sus Apóstoles, de los cuales San Pedro fue el principal en aquel entonces, y luego envió a San Pablo entre los gentiles, el cual fue el Apóstol principal entre los gentiles y el cual fue un Mensajero del Rey de reyes y Señor de señores, del Rey de toda la Tierra, el cual durante la Dispensación de la Gracia está como Cordero y está como Sumo Sacerdote haciendo intercesión en el Cielo.

Por lo tanto, San Pedro y los Apóstoles y San Pablo entre los gentiles y cada Angel Mensajero de cada edad, son los Angeles Mensajeros de Jesucristo nuestro Salvador, son los Mensajeros del Cordero de Dios.

Para el Día Postrero tenemos la promesa que Jesucristo, el León de la tribu de Judá, y como León de la tribu de Judá El es el Rey de reyes y Señor de señores. Para el Día Postrero Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores ha prometido enviar Su Mensajero para dar testimonio de estas cosas en las iglesias. En Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice (al 17):

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

¿Quién es el enviado de Jesucristo para dar testimonio de estas cosas en las iglesias? El Angel del Señor Jesucristo.

Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”

Y ahora, es Jesucristo el que dice que ha enviado Su Angel para dar testimonio de estas cosas en las iglesias.

Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”

Durante las diferentes etapas de la Iglesia, tomar del Agua de la Vida es recibir el Espíritu Santo al recibir a Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo.

Juan el Bautista dijo: “El que viene después de mí es antes de mí.” Y dijo que no era digno de desatar la correa del calzado de El (de ese que vendría después de él), y dijo: “Yo les bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene después de mí les bautizará con Espíritu Santo y Fuego.”

Y ahora, El nos da el bautismo del Espíritu Santo y Fuego y obtenemos un cuerpo angelical, y obtenemos así el nuevo nacimiento, un nuevo nacimiento espiritual; y para el Día Postrero nos dará un cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.

Ahora, tomamos del Agua de la Vida para recibir un cuerpo teofánico angelical y recibir luego un cuerpo físico glorificado; por lo tanto Cristo nuestro Salvador para este tiempo final ha prometido darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, para que así tengamos la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice:

Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”

Cristo pide que Su Iglesia y cada miembro de Su Iglesia suba donde El está, ¿y dónde El está en Su Iglesia? De edad en edad El está en la edad vigente para ese tiempo.

Y luego en este tiempo final ¿dónde El está? En la Edad de la Piedra Angular, por lo tanto el llamado de Cristo es para subir a la Edad de la Piedra Angular.

Y el llamado de Cristo así como vino en cada edad por medio del Mensajero de cada edad, en el cual Cristo en Espíritu Santo se manifestó y colocó en el corazón, la mente y la boca de cada Mensajero Su Palabra, Su Mensaje para cada edad. Y ese Mensajero proclamó ese Mensaje, y fue el Espíritu Santo a través de ese Mensajero hablando al pueblo y llamando y juntando a Sus escogidos en cada edad.

Los que escucharon al Mensajero de su edad, escucharon a Cristo en Espíritu Santo dándoles Su Mensaje correspondiente a cada edad, porque esos Mensajeros fueron los Mensajeros del Rey de reyes y Señor de señores, fueron los Mensajeros del Cordero de Dios, Jesucristo nuestro Salvador.

Y para este tiempo final el Mensaje del Rey de reyes y Señor de señores, Jesucristo, el León de la tribu de Judá, viene por medio del Angel del Señor Jesucristo. Ese es el Mensajero que viene dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. En Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3, dice:

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,

que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.

Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.”

Ahora, este Angel le apareció a Juan el Apóstol y le dio en forma simbólica esta revelación de Jesucristo de todas las cosas que sucederían.

Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, dice:

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”

¿Para qué es enviado el Angel del Señor Jesucristo? Para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto; este es el Angel Mensajero enviado por el Rey de reyes y Señor de señores, para mostrar todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, las cuales El mostró a Juan el Apóstol en forma simbólica en todo el libro del Apocalipsis.

Este Angel del Señor Jesucristo dice el Rvdo. William Branham que es un Profeta. Siendo que es un Profeta y estando dando esta revelación en el tiempo de Juan en la década de los 90, ahí en el primer siglo este Angel fue visto por Juan el Apóstol en cuerpo teofánico, cuerpo angelical.

Vean, en el libro de “Los Sellos,” vamos a ver lo que dice el Rvdo. William Branham con relación a este Angel del Señor Jesucristo; página 301 y 302 dice (del libro de “Los Sellos” en español):

Noten bien: En el tiempo cuando Dios iba a librar al mundo antes del diluvio, El mandó un águila.”

Recuerden que un águila tipifica un Profeta, y el mismo Dios se representa en un águila.

Cuando decidió librar a Israel, también mandó un águila (¿quién fue? Moisés). ¿No cree Ud. que cuando Juan estaba en la Isla de Patmos, este mensaje era tan perfecto que aun no podía ser confiado a un Angel? Ahora, un ángel es un mensajero, pero ¿sabía Ud. que aquel mensajero era un profeta? ¿Lo creen? Vamos a probarlo. Veamos Apocalipsis 22:9 para ver si no fue un águila. El era un ángel, un mensajero, pero era un profeta, el cual reveló a Juan completamente este libro de Apocalipsis:

Yo Juan soy el que ha oído y visto estas cosas. Y después que hube oído y visto, me postré para adorar delante de los pies del ángel que me mostraba estas cosas.

Y él (el ángel) me dijo: Mira que no lo hagas (ningún verdadero profeta recibiría adoración, o mensajero alguno): porque yo soy siervo contigo, y con tus hermanos los profetas, y con los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. (Apocalipsis 22:8-9).”

Ahora, pasamos a la 302:

Ahora, el Libro era tan importante, y es la Palabra de Dios. ¡Cuidado! Cuando la Palabra de Dios es revelada, tiene que ser traída por el profeta porque solamente a él llega la Palabra de Dios.”

Cuando hay personas que dicen: “Yo he recibido yo mismo la revelación.” Eso está equivocado. La revelación para cada edad y cada dispensación viene de parte de Dios a través del Mensajero de la edad o de la dispensación en que se está viviendo, y de ese Mensajero es que pasa el pueblo.

Cualquier persona que reciba la revelación o revelación alguna fuera de la revelación dada por Dios a través del Mensajero para ese tiempo, está esa persona equivocada y se está colocando en el lugar de un Mensajero, de un Profeta, y por consiguiente tendrá problemas delante de Dios como los tuvo Coré y otras personas, y como los tuvieron también Aarón y María o Miriam, ¿qué dijeron?: “¿Pero no ha hablado Dios también por nosotros?”

El Mensaje de Dios vino por Moisés y no por Aarón ni tampoco por Miriam o María, luego Moisés lo colocó en la boca de Aarón.

Ahora, podemos ver lo importante que es recibir la Palabra revelada para la edad y dispensación que a uno le toca vivir; y tiene que ser obtenida esa revelación por medio del Mensajero que Dios tiene para ese tiempo, porque cada Mensajero enviado por Dios es un Mensajero del Rey.

Y ahora, ese es el único que sabe, que conoce el Programa de Dios para esa edad o esa dispensación; y con esa revelación que obtiene trabaja en esa edad o en esa dispensación, Dios lo respalda y Dios lleva a cabo lo que El prometió para esa edad o para esa dispensación.

Ahora, esta Voz de Apocalipsis 1, verso 10 al 11, vamos a ver lo que dice:

Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta (en el día del Señor).”

El día del Señor es el Séptimo Milenio de Adán hacia acá o Tercer Milenio de Cristo hacia acá; así como han llamado el séptimo día de la semana (el sábado) el día del Señor, también entre los gentiles, pues al domingo lo llaman el día del Señor.

Pero ahora, el día del Señor por cuanto un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día, el día del Señor es para los seres humanos el Séptimo Milenio, ese es el día de la Segunda Venida de Cristo para ser cumplida en ese Séptimo Milenio de Adán hacia acá o Tercer Milenio de Cristo hacia acá, y ese es el Día Postrero del cual Cristo habló y prometió que a todos los creyentes en El que partirían, que morirían los resucitaría.

Cristo dijo en San Juan, capítulo 6, verso 39 al 40:

Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.”

¿Para cuándo está establecida la resurrección de los muertos en Cristo? Para el Día Postrero.

Ese Día Postrero es el día del Señor, es el Séptimo Milenio de Adán hacia acá. “Porque un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día,” dice el Profeta Moisés en el Salmo 90, verso 4, y lo repite el Apóstol San Pedro en Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8; y es una cosa que no podemos ignorar dice San Pedro, ¿por qué? Porque si ignoramos ese misterio, entonces no vamos a entender ni lo que son los Días Postreros ni lo que es el Día Postrero.

Los Días Postreros son: el Quinto Milenio y Sexto y Séptimo Milenio de Adán hacia acá, y el Día Postrero es el último de esos tres milenios, o sea, el Séptimo Milenio de Adán hacia acá, que viene a ser también el Tercer Milenio de Cristo hacia acá.

Ahora, es en el día del Señor en donde Juan escucha la Voz de Cristo como una Gran Voz de Trompeta:

Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,

que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último.” [Nota – Apocalipsis 1:10]

¿Quién es el Alfa y Omega, quién es el primero y el último? Nuestro amado Señor Jesucristo.

Y ahora, vamos a ver lo que dice el Rvdo. William Branham acerca de esta Voz, de esta Gran Voz de Trompeta en el día del Señor; en la página 43 del libro de “Las Edades” en español, dice:

…y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta…’

Juan estaba en el espíritu, y estando así, él vio el grande y maravilloso día del Señor Jesús y todo su santo poder. El futuro estaba a punto de desenvolverse porque Dios le iba a enseñar. Juan no dijo que era una trompeta. Fue como una trompeta…”

No era una trompeta literal, sino como una trompeta, la Voz de Cristo, o sea, que está hablando con una Voz como de trompeta.

Ahora, cuando una trompeta suena, tiene algo de urgencia en su sonido. Era como el heraldo, el Mensajero del Rey viniendo al pueblo.”

¿Cómo es está esta Gran Voz de Trompeta del día del Señor? Como el Mensajero, el heraldo del Rey viniendo al pueblo, como el Mensajero del Rey viniendo al pueblo, y esto es para el día del Señor que es el Séptimo Milenio.

El suena una trompeta, es una llamada urgente.”

Así que la llamada de Cristo en el Séptimo Milenio de Adán hacia acá, Séptimo Milenio que comienza con el siglo XXI conforme al calendario gregoriano, pero que ya conforme al Calendario profético comenzó hace unos 20 y algo de años.

Ahora, vean ustedes, si estamos en el Séptimo Milenio de Adán hacia acá conforme al Calendario profético por un sinnúmero de años ya, por 20 y algo de años, y también conforme al calendario gregoriano estamos ya en el Séptimo Milenio de Adán hacia acá (o sea, en el día del Señor).

Entonces esta Voz de Trompeta, esta Gran Voz de Trompeta tiene que estar sonando en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, y tiene que estar sonando en la edad correspondiente a este tiempo final. No puede sonar en otra edad, tiene que sonar en la edad que corresponde al Día Postrero, al Séptimo Milenio de Adán hacia acá, y tiene que sonar por consiguiente en la Edad de la Piedra Angular.

A través de cada Mensajero sonó una trompeta, pero la Gran Voz de Trompeta suena en la Edad de la Piedra Angular, y esto suena por medio del Mensajero del Rey, de ese heraldo, Mensajero del Rey enviado por Cristo llamado el Angel del Señor Jesucristo, y esa Trompeta suena con un Mensaje urgente para todo el pueblo de Dios.

De todos los Mensajes el Mensaje más urgente ha sido el Mensaje del heraldo del Rey para este tiempo final. El Mensaje del Angel del Señor Jesucristo es el Mensaje más urgente de todos los Mensajes para la Iglesia del Señor Jesucristo.

Era como el heraldo, el Mensajero del Rey, viniendo al pueblo. El suena una trompeta. Es una llamada urgente. La gente se junta a escuchar (Israel siempre fue juntado por medio del sonido de la trompeta). Algo importante está a la mano. Escúchelo. Así que esta Voz tenía la urgencia como de trompeta. Era clara y fuerte, alarmante y despertadora. ¡Oh! Que nosotros oigamos la Voz de Dios como una trompeta en este día, porque es la ‘trompeta del Evangelio’ sonando la ‘Palabra de profecía’ para anunciarnos y prepararnos para lo que viene sobre la Tierra.”

¿Y quién es el que viene dando testimonio de todas las cosas que han de suceder después de las que ya sucedieron en el tiempo pasado? El Angel del Señor Jesucristo.

Y ahora, leemos en el mensaje: “Reconociendo el Día y Su Mensaje,” página 41, lo que habla acerca del Mensajero del Rey… este fue predicado en el 26 de Julio de 1964, “Las Edades” fueron predicadas en al año 1960; ahora vamos a ver cuatro años después qué dice acerca del Mensajero del Rey, dice:

Recuerdo la historia de un pequeño Cockney (nombre dado a un nativo en Londres, Inglaterra). El era un hombre ordinario, y se dice que uno de los reyes en esos días pasados tenía un mensaje urgente para enviar con relación al enemigo. El rey vio a ese hombrecito parado allí y le dijo: ‘Mira, lleva este mensaje a tal y tal lugar y ordena tal y tal cosa que sea hecha. Toma mi cetro en tu mano y te vindicará que haz sido enviado por mí.’ Así que el pequeño Cockney lo metió bajo su manto y se fue. Los guardias por donde quiera procuraban pararle, pero él proclamaba: ‘Tengo el mensaje del Rey. Apártense. Soy el mensajero del rey.” ¡La palabra vindicada!’ Entonces pensé: ‘¡Satanás quítate de mi camino! Yo tengo el Mensaje del Rey, yo tengo que ir.”

Y ahora, cada Mensajero fue un Mensajero de Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores, mientras Jesucristo ha estado como Sumo Sacerdote en el Templo Celestial, como Intercesor y como Cordero de Dios.

Para este tiempo final, el Angel del Señor Jesucristo es el Mensajero del Rey para el Día Postrero, y para la Dispensación del Reino y para la Edad de la Piedra Angular, con el Mensaje del Evangelio del Reino dando testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.

En este pasaje que leímos aquí, el Rvdo. William Branham nos muestra que en el mensaje que el rey le dio a este pequeño mensajero, estaba envuelto todo el secreto con relación a la batalla final para obtener la victoria el rey. Fue dicho por el rey a ese pequeño mensajero: “Vé con este mensaje y dí que hagan tal y tal cosa y tal cosa, y lleva mi cetro, esto te identificará como mi mensajero, te vindicará como mi mensajero.” El cetro es la Palabra.

Y ahora, con la Palabra, el cetro, es identificado y es vindicado el Mensajero del Rey para el Día Postrero dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y siendo preparados todos los escogidos de Dios para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Sin ese pequeño Mensajero del Rey con ese Mensaje del Rey con el cetro del Rey, el pueblo no podría obtener la victoria del Día Postrero.

Pero la Iglesia de Jesucristo teniendo en el Día Postrero al Espíritu Santo, y teniendo al enviado de Jesucristo, del Espíritu Santo, el Mensajero del Rey con el Mensaje del Rey para darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, obtendrá la Iglesia la gran victoria en el Amor Divino.

Vean que en el mensaje que le fue dado estaban los detalles para obtener la victoria en contra del enemigo, y en el Mensaje de Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores dado al Mensajero del Rey para el Día Postrero, están todos los pormenores, todos los detalles para la Iglesia de Jesucristo obtener la gran victoria en el Amor Divino en contra del diablo y en contra del anticristo, el hombre de pecado, porque el diablo estará obrando a través del anticristo y tratará de destruir a los escogidos de Dios.

Pero la Iglesia de Jesucristo obtendrá la gran victoria en el Amor Divino en este tiempo final, porque Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores tendrá en medio de Su Iglesia a Su enviado, Su Angel Mensajero, el Mensajero del Rey de reyes y Señor de señores.

Y ahora, siendo que tiene que estar en la Iglesia de Jesucristo con el Mensaje de Cristo, el Mensaje del Rey que es el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, y tiene que estar en la edad correspondiente a este tiempo que es la Edad de la Piedra Angular, y tiene que estar en el territorio donde esa edad se tiene que cumplir; y el territorio es la América Latina y el Caribe, es ahí donde tiene que estar el Mensajero del Rey en este tiempo final, ese es el territorio y de ahí saldrá el Mensaje también para otras naciones.

Y ahora, podemos ver estos misterios del Mensajero del Rey con el Mensaje del Rey, con el cetro del Rey, que es la Palabra, y el territorio donde tiene que estar el Mensajero del Rey, que es el Angel del Señor Jesucristo, porque ahí estará la Iglesia de Jesucristo siendo colocada en la etapa de la Edad de la Piedra Angular y siendo introducida a la Dispensación del Reino, y de ahí se extenderá para otras naciones, otros pueblos y otras personas que estarán esperando ese Mensaje del Rey a través del Mensajero del Rey.

Siempre que Dios envía un Mensaje a la raza humana envía un Mensajero, y en ese Mensajero viene el Mensaje del Rey, de Dios, el Creador de los Cielos y de la Tierra.

Y ahora, siempre que Cristo tuvo un Mensaje para cada edad, tuvo un Mensajero para cada edad al cual le dio Su Mensaje, y ese fue el Mensajero de Cristo, el Cordero de Dios. Para el Día Postrero el Angel de Jesucristo es el Mensajero del León de la Tribu de Judá, del Rey de reyes y Señor de señores.

Y ahora, hemos visto este gran misterio del Mensajero del Rey.

Ahora, ¿quieren ver cómo El toma el cetro y lo coloca bajo Su manto? En el libro de “Citas,” o vamos a ver, libro o mensaje, el mensaje: “Tratando de hacer Servicio a Dios fuera de Su voluntad,” predicado por el Rvdo. William Branham en noviembre 27 de 1965, un mes, el mes antes de su partida en Sheveport, Lousiana, Norteamérica, dice página 85, dice:

Noten, Dios le dijo al Profeta: ‘Come el rollo,’ en el Antiguo Testamento (o sea, en el viejo Testamento). Al Profeta del Nuevo Testamento El le dijo: ‘Come el librito.’ ¿Por qué? Para que el Profeta y la Palabra fueran uno. ¿Ven? Ese es el Arca, la Palabra de Dios.”

Y ahora, él se come el Librito y coloca dentro la Palabra, el cetro, el Arca, la Palabra, el cetro del Rey; esa es la espada del Rey también, el cetro del Rey, el Arca, la Palabra.

Por lo tanto ese Mensajero del Rey viene con el cetro del Rey, la Palabra hecha carne en él para dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, y así la Iglesia de Jesucristo sea preparada para obtener la gran victoria en el Amor Divino, obtener la victoria en contra del diablo, en contra del anticristo, en contra de todo lo que tratarán de echar en contra de la Iglesia de Jesucristo.

Y así la Iglesia de Jesucristo obtendrá la gran victoria en el Amor Divino: los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpos incorruptibles (esto será cuando se complete la Iglesia de Jesucristo) y nosotros los que vivimos seremos transformados.

Y luego habrá una manifestación plena de Jesucristo en medio de Su Iglesia, donde grandes maravillas, señales y milagros serán llevados a cabo, y el pueblo hebreo verá eso en medio de la Iglesia de Jesucristo y dirá: “Este es el que nosotros estamos esperando.” Verán a Cristo como Rey de reyes y Señor de señores manifestado en Su Iglesia en este tiempo final, cuando los muertos en Cristo sean resucitados y nosotros seamos transformados.

Y eso es la Adopción para la Iglesia, para cada miembro de la Iglesia; y estando adoptados no habrá limitaciones en cuanto a las cosas que Dios hará a través de Su Iglesia y a través del Mensajero del Rey.

Por lo tanto, en este tiempo final hay grandes bendiciones para cada uno de ustedes y para mí también; el pueblo escogido de Dios estará identificado por el Mensaje del Rey que estará recibiendo; y estará en medio de Su pueblo el Mensajero del Rey; y Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores estará en medio de ese pueblo en Espíritu Santo manifestado por medio de Su Mensajero, por medio del Mensajero del Rey.

Y ahora, hemos visto el Mensajero del Rey en el Antiguo Testamento, los cuales fueron los Profetas del Antiguo Testamento y los diferentes instrumentos que Dios tuvo.

Y ahora, en el Nuevo Testamento hemos visto al Rey en carne humana llamado Jesús, fue Jesucristo, el Rey de los Cielos y de la Tierra en carne humana, y luego hemos visto los Mensajeros del Rey: los Apóstoles, los siete Angeles Mensajeros, y el Angel del Señor Jesucristo para el Día Postrero, para la Edad de la Piedra Angular.

Y ahora, ya todos los otros Mensajeros tuvieron su tiempo.

Ahora todo girará alrededor de Jesucristo, el Rey de los Cielos de la Tierra, el Rey de reyes y Señor de señores y el Mensajero del Rey. Por lo tanto todo el Programa de Cristo siendo llevado a cabo en el Día Postrero, girará alrededor de Jesucristo, y el Angel de Jesucristo que es el Mensajero del Rey, estará presente y será el instrumento de Jesucristo para el Programa que El tiene para este tiempo final, para por medio de él llamar y juntar Sus escogidos con la Gran Voz de Trompeta que Juan escuchó en el día del Señor.

Y ahora, el Mensajero del Rey viene con la Gran Voz de Trompeta del Día del Señor, viene con el Mensaje del Rey y con el cetro del Rey en él.

Por lo tanto, para este tiempo final el Mensaje del Rey a través del Mensajero del Rey, es la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, es la Gran Voz de Trompeta de Primera de Corintios, capítulo 15, verso 51 al 58, es la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta.

En Primera de Corintios San Pablo llama a esa Trompeta, vamos a ver… Primera de Corintios, capítulo 15, verso 51 en adelante, dice:

He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,

en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.

Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.”

Esta Trompeta Final es el Mensaje de Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores dado a Su Mensajero y él dando ese Mensaje a la Iglesia del Señor Jesucristo. Y en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 14 en adelante, dice:

Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron (o sea, no nos adelantaremos a los que durmieron).

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”

Aquí tenemos la Trompeta de Dios, es la Voz de Dios, la Voz de Cristo, el Rey de reyes y Señor de señores hablándole a Su Iglesia por medio del Mensajero del Rey, dando el Mensaje correspondiente a este tiempo final, a la Dispensación del Reino y a la Edad de la Piedra Angular para llamar, juntar y recoger los escogidos de Dios de este Día Postrero, y prepararlos para escapar de los juicios divinos, ser transformados y ser llamados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Para eso es que Cristo en este tiempo final estará enviando conforme a Su promesa a Su Angel Mensajero, estará enviando el Mensajero del Rey que es el Angel del Señor Jesucristo.

Y ahora, nosotros estamos bien localizados, estamos en el Oeste en la parte de la América Latina y el Caribe para tener en nuestro medio al Mensajero del Rey, en el cual viene el Mensaje del Rey y viene Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en este tiempo final en la Iglesia de Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular, para llamar, juntar y recoger a los escogidos de Dios de este tiempo final, y prepararnos para ser transformados y llevados por Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Hemos visto quién es el Mensajero del Rey de cada tiempo pasado, y hemos visto quién es el Mensajero del Rey de este tiempo final, y hemos visto el propósito de Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores: enviar Su Mensajero, Su Angel dando testimonio de estas cosas en las iglesias.

Tiene un propósito divino: El, Jesucristo enviar Su Mensajero con el Mensaje del Rey, el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino con el cual daría a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Y ahora, ¿cuántos vieron los que fueron los Mensajeros del Rey en el Antiguo Testamento? Todos vimos, lo vimos a través de lo que hemos hablado.

Vimos que Abraham fue un Mensajero del Rey, también Isaac, también Jacob, también José el hijo de Jacob, también lo fue Moisés, lo fue Josué, lo fue también cada uno de los jueces, también lo fue el último de los jueces: Samuel, también lo fue David, también lo fue el Profeta Elías, también lo fue el Profeta Eliseo, también lo fue el Profeta Isaías, Ezequiel, Jeremías, Daniel también, hasta Juan el Bautista.

Y luego se presentó el Rey de los Cielos y de la Tierra en carne humana y fue conocido por el nombre de Jesús; y luego Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores envió Sus Apóstoles, Sus Mensajeros, y luego a Sus Angeles Mensajeros de las siete edades.

Y para este tiempo final conforme a Su promesa tenemos la promesa del Angel del Señor Jesucristo como el Mensajero de Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto.

Hemos visto quiénes fueron los del pasado y hemos visto quién es el del presente: el Angel del Señor Jesucristo, ese es el Mensajero del Rey, del Rey de reyes y Señor de señores, el Mensajero de Jesucristo nuestro amado Salvador.

Ese es el Mensajero del León de la Tribu de Judá, del Rey de reyes y Señor de señores; y nosotros somos los que lo recibimos y escuchamos Su Mensaje en este tiempo final.

EL MENSAJERO DEL REY.”

En la próxima actividad en esta tarde, continuaremos por esta misma línea de pensamiento o hilo de pensamiento, para ver todas las cosas que este Mensajero del Rey estará revelándonos a nosotros, veremos las que ya han sido reveladas y las que faltan por ser reveladas.

Que las bendiciones de Cristo, el Angel del Pacto, el que ha enviado Sus Mensajeros en diferentes tiempos y para este tiempo final a Su Angel, Sus bendiciones, las bendiciones de Cristo, el Angel del Pacto, sean sobre ustedes y sobre mí, y nos llene del conocimiento de todo Su Programa, nos abra todas las Escrituras, todas Sus promesas, y nos abra el entendimiento para comprender.

Y pronto se complete el número de los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico de Cristo, y pronto Cristo se levante del Trono del Padre, resucite a los muertos en Cristo y nos transforme a nosotros los que vivimos, y se manifieste en toda Su plenitud y nos lleve con El a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, a la Casa de nuestro Padre Celestial, a la séptima dimensión. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y nos veremos en la próxima actividad esta tarde, dentro de una hora u hora y media. ¿Qué hora tenemos? Ya por ahí como a las 3:00 de la tarde estaremos reunidos de nuevo para la próxima actividad en donde esperamos grandes bendiciones de parte de Dios.

Para el domingo próximo que estaré con ustedes aquí también, estaremos teniendo el tema: “LA VOZ QUE TODOS DEBEMOS OIR.” Y por supuesto la Voz que todos debemos oír es la Voz de Cristo (la Voz de Cristo), y por consiguiente hay que encontrar dónde estará Cristo en Espíritu Santo hablándole a Su Iglesia; y por supuesto con el Mensaje de hoy ya sabemos que tiene que ser en el Mensajero del Rey.

Bueno, esto es como una introducción al Mensaje del próximo domingo, en donde yo estaré con ustedes de nuevo para ese tema que hemos de tener, y también continuaré en todos estos domingos venideros de este mes.

Así que, oren mucho por mí para que Dios me dé todo lo que yo debo decir bajo cada uno de estos temas que hemos de tener, y que Dios me ayude en todo momento para estar listo con todo lo que debo hablar a ustedes.

Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y con nosotros nuevamente nuestro hermano Félix Caro para algún cántico y también despedir este culto, esta actividad en oración y luego nos veremos a eso de las 3:00 más o menos (de la tarde) en la próxima actividad.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

EL MENSAJERO DEL REY.”

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