Muy buenas noches, ministros compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de la Piedra Angular. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual leemos en San Mateo, capítulo 28, verso 16 en adelante… 16 al 20, donde dice:
“Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado.
Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban.
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”.
Nuestro tema es: “LA AUTORIDAD DEL HIJO DE DIOS”, o sea, de Jesucristo.
En diferentes ocasiones se preguntaban muchas personas acerca de Jesús, cuando Él estaba en Su ministerio terrenal, de dónde Él tenía esa autoridad y ese poder para Él actuar como Él actuaba. Y aun cuando sacó los mercaderes del templo, le preguntan los líderes religiosos: “¿Con qué autoridad Tú haces estas cosas?”[1], pues no había recibido autoridad del sumo sacerdote ni del Concilio del Sanedrín para sacar los vendedores del templo, y Él los estaba echando fuera.
Y ahora, le preguntan: “¿Con qué autoridad Tú estás haciendo esto?”, o sea: “¿El Concilio del Sanedrín, y por consiguiente el sumo sacerdote, ha permitido que se haga esto?”. Esas personas vendían palomas, las cuales usaban para sacrificios; vendían animales, los cuales usaban para los sacrificios; y ahora Jesús los echa fuera.
Y ahora, vean ustedes, había permitido el sumo sacerdote y el Concilio de la religión hebrea todas esas cosas, y ahora Jesús no lo permite: Jesús se coloca sobre el Concilio de la religión hebrea y sobre el líder máximo, sobre el sumo sacerdote, y muestra con Su acción que lo que ellos están haciendo o consintiendo está fuera de la voluntad de Dios. Y ellos no aceptaban que Jesús los corrigiera a ellos, ni que les impusiera lo que ellos debían hacer.
Y ahora, le preguntan: “¿Con qué autoridad Tú haces estas cosas?”. Ahí Cristo les dice: “Yo les voy a hacer una pregunta, y si ustedes me contestan, entonces Yo les voy a decir con qué autoridad Yo hago estas cosas”. Le pregunta a ellos: “El bautismo de Juan ¿era de los hombres o era del Cielo?”.
Ellos entonces se hablan entre sí, y dicen: “Si le decimos que era del Cielo, va a decir: ‘¿Por qué entonces ustedes no creyeron?, ¿por qué no creyeron?’ (o sea, creer y ser bautizados). Y si decimos que era de los hombres, el pueblo nos va a apedrear, porque el pueblo cree que Juan el Bautista es un profeta de Dios”.
Ahora, le dicen… se ponen de acuerdo y dicen: “Vamos a decir que no sabemos”. Y dicen a Jesús: “No sabemos”.
Pero ellos decían y enseñaban que no era del Cielo; porque si no, pues ellos se hubieran bautizado. Ellos no reconocían el movimiento que Dios estaba llevando a cabo a través de Juan el Bautista, no lo reconocían como un movimiento de Dios.
Ahora, en otras Escrituras dicen, el mismo Cristo: “Vino Juan el Bautista, que no comía y bebía”[2], o sea, no comía y bebía como las demás personas, porque su forma de comer era langostas (que son los saltamontes), y miel silvestre, miel del campo o miel que encontraba en el campo, y agua, donde conseguía. Esa era su forma de alimentación, de Juan el Bautista; algo rara para muchas personas, pero Juan no estaba trabajando para ir a la tienda y comprar una compra para hacer comida, ni tenía tiempo tampoco para eso; estaba muy ocupado en esos días de su ministerio (que eran pocos), y él tenía que comer lo que encontraba.
Ahora, dicen de Juan…, porque comía en esa forma, y Jesús dice: “Juan – vino Juan, que no comía y bebía, y dicen: Demonios tiene”. O sea que no creían que era del Cielo el bautismo de Juan, porque no creían que Juan había sido enviado de Dios; decían que era un hombre endemoniado, decían: “Demonios tiene”. Y si decían que demonios tenía, pues no podían creer que el bautismo de Juan era del Cielo. “Y ahora, viene el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: Este es un hombre comilón, bebedor de vino, y amigo de publicanos y pecadores”.
Comoquiera, cuando Dios envía un mensajero, siempre van a decir en contra cosas para justificar su incredulidad; por cuanto no pueden creer, entonces tratan de justificarse diciendo que ese hombre no es de Dios. Pero los que no son de Dios son los incrédulos, aquellos que no creían en Jesús y decían: “Si Tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente, y no nos turbes más el alma”.
Vean, esto está aquí en San Juan, capítulo 10 (y en el capítulo 8 también está)…; capítulo 10, verso 22 en adelante, dice:
“Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno,
y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.
Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Yo y el Padre uno somos”.
Ahora vean, anteriormente, en el capítulo 8, verso 56… capítulo 8… Vamos a dejar este pasaje pendiente. Buscaremos otros pasajes en otra ocasión.
Ahora vean, no creían que Jesús era el Mesías, que Jesús era el Cristo, el Rey de Israel.
Y ahora, aunque Jesús dijera a ellos abiertamente: “Sí, Yo soy”, no iban a creer. ¿Por qué? Porque no son de las ovejas que el Padre le dio para que les dé vida eterna; no estaban con Cristo, y por lo tanto no podían venir a Cristo. Pero las ovejas que el Padre le dio tienen que venir a Cristo; y al que a Él viene, Cristo no lo echa fuera[3], porque esa persona es parte de Cristo desde antes de la fundación del mundo.
Y ahora, la autoridad con que Cristo sacó los vendedores mercaderes del templo no la había recibido del Concilio de la religión hebrea, no la había recibido del sumo sacerdote, no la había recibido de ningún gobierno terrenal, sino que la tenía ¿de dónde? Del Cielo: la autoridad que el Padre le dio para obrar. Eso está en el capítulo 5 de San Juan, verso 19 en adelante, dice:
“Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.
Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.
Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.
Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo,
para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.
Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;
y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre”.
¿Y de dónde recibió Cristo la autoridad que Él tenía? Del Padre celestial.
Ahora, el Padre que le dio la autoridad a Cristo, ¿dónde estaba? En Él; por lo tanto, la autoridad de Dios era manifestada a través del velo de carne en el cual Dios estaba manifestado. O sea que Dios el Padre transfiere Su autoridad a Su cuerpo: Su cuerpo angelical y Su cuerpo físico en el cual estaba morando.
Por eso en el Antiguo Testamento la autoridad y el poder de Dios estaba ¿dónde? En el Ángel de Jehová, que es el cuerpo angelical de Dios, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical, el Verbo que era con Dios y era Dios, y a través del cual Dios creó todas las cosas[4]. Y si creó todas las cosas a través del Verbo, ¿dónde estaba la autoridad y el poder de Dios? En el Verbo.
Y ahora, encontramos que cuando el Verbo se hizo carne, ¿dónde está la autoridad y poder de Dios? En el Verbo hecho carne llamado Jesús.
Y ahora, encontramos que Cristo tiene autoridad y poder, la autoridad para usar el poder de Dios; porque una persona puede tener mucho poder, pero si no tiene la autoridad para usarlo, no lo puede usar. Por ejemplo, puede haberle – habérsele concedido muchas cosas, pero si no le ha sido dada la autoridad para usar esas cosas, no las puede usar.
Ahora, encontramos que la autoridad es muy importante para usar el poder.
Y ahora, siendo que Jesucristo tiene el poder y la autoridad… “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra”, dice Cristo. Y también dice la Escritura que el Padre, Dios, le dio autoridad a Jesús. Por eso Él hablaba con autoridad, porque Él tenía la autoridad de Dios para hablar en la forma que hablaba, porque lo que Él hablaba era lo que Dios le daba para hablar; lo que Él escuchaba del Padre, eso era lo que Él hablaba. Él decía: “Yo no hablo nada de Mí mismo”[5]. También Él dijo que el Hijo no podía hacer nada de Sí mismo[6]. Y siendo que el Padre estaba en Él, el Padre era el que hacía las cosas y el que hablaba a través de Jesucristo.
Todo el poder y autoridad estaba en Jesucristo, y Dios manifestaba ese poder a través de Jesucristo. Así como no son sus manos las que hacen las cosas; cualquier persona dice: “Eso es imposible”. Sáquele el alma y el espíritu al cuerpo, y dígale que haga tal cosa, y verá que no lo hace; porque el cuerpo sin espíritu está muerto[7].
Por lo tanto, es el alma de la persona usando ese espíritu, ese cuerpo espiritual, a través del cuerpo de carne haciendo las cosas: hablando y también obrando con sus manos, y caminando para un lugar y para otro lugar. Por eso la persona antes de hacer las cosas piensa para hacer las cosas.
Ahora, encontramos que es usted como alma viviente hablando y obrando. No es el cuerpo suyo por sí mismo el que hace las cosas; aunque hay partes del cuerpo que funcionan sin usted pensar y decir a ciertas partes del cuerpo: “Haz tal cosa”, pero las órdenes las está recibiendo del cerebro. O sea que aunque no esté consciente plenamente de lo que está haciendo, con todo y eso, el alma de la persona a través del cuerpo espiritual es el que está obrando esas cosas. Y cuando se trata de cosas que son hechas inconscientemente, eso corresponde al alma. ¿Ven?
Ahora, encontramos que así como todo lo que la persona hace no la hace el cuerpo de sí misma, sino que es el alma de la persona que… (lo cual es la persona en realidad, lo cual es alma viviente); él es el que está obrando a través de su espíritu y de su cuerpo físico. Por eso el juicio divino será para toda persona de acuerdo a sus obras, pero será juzgado de acuerdo a los pensamientos de su corazón, de su alma, de acuerdo a las intenciones de su alma. ¿Por qué? Porque Dios juzga al ser humano como alma viviente, y juzga lo que esa alma viviente ha hecho a través del cuerpo de carne que le fue concedido.
Así que no hay forma de escapar y decir que no fue así, porque Dios juzga directamente el corazón, el alma de las personas. Eso fue lo que le dijo Dios al profeta Samuel cuando fue a ungir a David como rey sobre el pueblo hebreo, el cual cuando vio al primer hijo de Isaí, dijo: “Estoy delante de la presencia del Ungido de Dios”. Era un hombre, un joven alto; y como Saúl, el rey que Dios rechazó, también era alto, bueno, Samuel dijo: “Dios quita un rey alto y bien parecido, y coloca otro alto y bien parecido”. Pero vean ustedes, el alto y bien parecido no sirvió para nada.
Ahora, Dios le dice: “No mires la apariencia de su estatura, no mires nada de eso”. Dice: “Dios mira…”. Vamos a leerlo para que lo tengan claro aquí, eso está por el 16, ¿verdad, Miguel? Capítulo 16 de Primera de Samuel (aquí lo tenemos), verso 6 en adelante, dice:
“Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido”.
¿Por qué delante de Jehová? Porque Dios estaba en Samuel, y Eliab estaba frente a Samuel.
“… delante de Jehová está su ungido.
Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”.
Por eso es muy importante que en nuestros corazones no haya malas intenciones, no haya cosas malas. Dios mira y juzga de acuerdo a lo que hay en el corazón de las personas. Por eso San Pablo y todos los apóstoles nos enseñan que el que confiesa el Nombre de Dios se aparte de toda iniquidad[8]. Recuerden que San Pablo dice que el Señor lo va a juzgar a él, San Pablo dice: “Dios es mi Juez”[9].
El hermano Branham no sabía que Cristo iba a llevar a cabo un juicio antes de la resurrección de los muertos en Cristo y, por consiguiente, de la transformación de nosotros los que vivimos. Y por consiguiente, si ellos van a ser juzgados…; y el juicio comienza ¿por dónde? Por la Casa de Dios[10].
Vean, antes que venga el juicio de la gran tribulación para el mundo, viene un juicio en y para la Casa de Dios; para los que ya partieron: los mensajeros de cada edad serán juzgados allá en el Paraíso, y por consiguiente el grupo estará bajo ese juicio. Y le dijeron al reverendo William Branham: “Él vendrá primero a ti”[11]. O sea que en el Paraíso están esperando también la Venida del Señor.
Y en otras ocasiones también le fue dicho que ellos estaban allá esperando la Venida del Señor; porque todos los que van a recibir un cuerpo nuevo, un cuerpo glorificado, dependen de la Venida del Señor, la Segunda Venida de Cristo.
Y ahora, él dijo: “Yo quiero ver a Jesús, Él fue mi Salvador en la Tierra”. Le fue dicho: “No puedes verlo ahora, Él está más arriba”. Y él dice…, hablando de donde él estaba, él señala que es el Paraíso, la sexta dimensión, y que el Señor Jesucristo está más arriba, o sea, en la séptima dimensión.
Pero le fue dicho: “Él vendrá primero a ti y te juzgará”. Y él se sorprendió, cuando le hablan de un juicio se sorprende; pero le fue explicado que por cuanto él es un líder tenía que ser juzgado. Y le pregunta él a… pregunta él allá: “¿Y San Pablo también tiene que ser juzgado?”. Le fue dicho: “También él será juzgado”. O sea que cada mensajero será juzgado por lo que ha predicado, porque él es el líder de su edad.
Ahora, es muy importante estar conscientes que antes de la transformación viene ese juicio para los que están en el Paraíso, y que de los que están aquí en la Tierra, el juicio comienza por la Casa de Dios.
Y vamos a ver si habrá algo así establecido para ser manifestado en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Yo les leo una y ustedes buscan las demás; o vamos a leer dos por lo menos. En la página 22 y 23 del libro de Citas, el párrafo 183…; es el párrafo 183 donde dice:
183 – “El Hijo del Hombre está ahora siendo revelado desde el Cielo”.
Ahora, ¿quién es el que ha recibido autoridad? Aquí en la lectura que tuvimos en San Juan, capítulo 5, vamos a ver quién fue el que recibió autoridad; 22, verso 22, dice:
“Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo…”.
Y ahora, el verso 27 dice… vamos a ver, 25 en adelante dice:
“De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.
Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;
y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre”.
Y ahora [Citas, pág. 22]:
183 – “El Hijo del Hombre está ahora siendo revelado desde el Cielo. ‘¿Vendrá después de un tiempo, hermano Branham?’. Es ahora. Y yo deseo no hacer esto tan personal en esta reunión. Espero que su espíritu dentro de usted que es dado por Dios, pueda leer lo que estoy hablando. El Hijo del Hombre ya ha venido de Su gloria y se está revelando a Sí mismo por unos cuantos años pasados a Su Iglesia en Su misericordia; enseñándoles Su gran presencia, haciendo las mismas cosas que Él hizo cuando Él estuvo aquí en la Tierra; revelándose a Sí mismo como Él lo hizo a Abraham antes de la destrucción. Él ha venido ahora en misericordia revelándose a Sí mismo a la Iglesia. Se han reído y lo han escarnecido. La siguiente vez que Él se revele a Sí mismo, será en el juicio al mundo y las naciones que se olvidaron de Dios y pecaron su manera de gracia… Su Día de Gracia, más bien”.
“Su Día de Gracia” ¿es qué? La Dispensación de la Gracia, el Día de la Dispensación de la Gracia, o sea, la Dispensación de la Gracia como Día; porque la Dispensación de la Gracia es la sexta dispensación.
Y ahora, en la página 171 dice, párrafo 1539 [Citas]:
1539 – “Ustedes saben, la hora pronto aparecerá…”.
Está hablando aquí en el mes de diciembre (o sea, mes 12), día 12, del año 65; y el día 24 de ese mismo mes y ese mismo año partió el reverendo William Branham.
1539 – “Ustedes saben, la hora pronto aparecerá cuando precisamente entre nosotros el Espíritu Santo hablará claro como con Ananías y Safira. Esa hora está llegando. ¡Solo recuerden eso! Dios va a morar entre Su gente”.
Y ahí, ¿con qué autoridad será que va a repetirse lo de Ananías y Safira[12], lo cual lo vimos manifestado en el tiempo de San Pedro? Siendo que así como Pedro y Pablo trajeron el Evangelio a los gentiles, los gentiles lo llevarán a los hebreos de nuevo; y eso es a través de los Dos Olivos, a través de Moisés y Elías[13].
Y ahora, vamos a leer en la página 254, dice, primer párrafo [Los Sellos]:
“106. Ahora, anoche vimos que venía con su grande espada para matar…”.
Vamos a ver aquí de qué está hablándonos… O sea que el anticristo en la parte segunda, donde montó el caballo rojo…; vamos a ver en el libro del Apocalipsis, capítulo 6, para darles el verso; sí. En el Tercer Sello es que él viene…, o Segundo Sello; en el Segundo Sello es que el anticristo viene en el caballo rojo con una espada, viene con una espada para matar[14].
Ahora, podemos ver que el que mata a hierro, a espada, a espada morirá[15]. Eso es conforme a la Ley de la retribución, que es también conforme a la Ley de la siembra y de la cosecha[16]. Vamos a ver aquí [Los Sellos, pág. 253]:
“‘El que lleva en cautividad, va en cautividad: el que a cuchillo matare, es necesario que a cuchillo sea muerto (o sea, a espada). Aquí está la paciencia y la fe de los santos’.
Apocalipsis 13:1-10
106. Ahora, anoche vimos que venía con su grande espada para matar, y también vimos que él será muerto con la Espada —la espada de la Palabra. La Palabra de Dios es una espada de dos filos que lo matará. Espere usted hasta que esos Siete Truenos pronuncien sus voces…”.
Miren a lo que está relacionado aquí la Espada que sale de la boca de Cristo:
“[106]. Espere usted hasta que esos Siete Truenos pronuncien sus voces; y aquel grupo que en verdad puede tomar la Palabra de Dios y colocarla bien, entonces cortará y partirá; podrán cerrar el cielo, podrán hacer esto o aquello o lo que les plazca.
107. Él será aniquilado con la Palabra que procede de Su boca, la cual es más aguda que toda espada de dos filos. Ellos podrán llamar cien billones de toneladas de moscas si así lo desean. ¡AMÉN! Lo que ellos digan así sucederá, porque será la Palabra de Dios procediendo de la boca de Dios. Es la Palabra de Dios, pero Él siempre usa al hombre para ponerla por obra. Dios pudo haber llamado las moscas allá en Egipto, pero dijo: ‘Moisés, esto te corresponde a ti. Yo te digo lo que debes hacer, y tú anda y hazlo’. Así lo hizo. Pudo haber escogido el sol para esa obra, o la luna o el viento, pero dijo: ‘Moisés…’. Él escogió Su hombre”.
Ahora, vean cómo los Truenos están ligados a ese poder y autoridad que para este tiempo final está prometido para ser manifestado.
Y ahora, en la página 369 dice [Los Sellos]:
“193. Ya pronto será tiempo para que acontezca todo esto del Sexto Sello. Y cuando eso suceda, será el FIN. Y en esa hora la Novia ya habrá subido, la Reina ya estará en su lugar. Mientras esto sucede sobre la Tierra, ella estará allá celebrando las Bodas con el Rey. Entonces el remanente de Israel es sellado y listo para salir, y en ese tiempo comienzan a estremecerse las fuerzas de la naturaleza. ¡Qué tiempo!
194. Ahora fijémonos en los últimos dos versículos de Apocalipsis 6, o sea, lo que sucederá con los que hicieron mofa y se rieron de la predicación de la Palabra vindicada del Dios viviente. Esos profetas estarán allí y harán toda clase de milagros, oscurecerán el sol, y todas esas cosas a través de ese tiempo. Luego aquellos clamarán a las piedras y a los montes, que los escondan de la misma Palabra de la cual antes se habían burlado, porque ahora lo podían ver que venía. Decían: ‘Escondednos de la ira del Cordero’. Él es la Palabra. Ellos se habían burlado de la Palabra y ahora allí estaba la Palabra encarnada. Ellos se habían mofado grandemente de esos profetas, pero ahora había venido la Palabra encarnada”.
¿Cuándo es que la Palabra estará encarnada, Cristo, el Verbo, la Palabra? Bajo el ministerio ¿de quién? De Moisés y Elías, bajo el ministerio de los Dos Olivos; y por eso es que el poder y la autoridad de Dios a través de Cristo estará manifestada en los ministerios de los Dos Olivos.
“[194]. ¿POR QUÉ NO SE ARREPINTIERON? No pudieron; ya era demasiado tarde. Y ellos conocían muy bien el castigo que les esperaba; habían oído todo eso. Ellos habían estado en cultos como este, y habían escuchado todas esas cosas. Ellos sabían que estaban encarando las mismas cosas que esos profetas habían predicho”.
¿Ven? Antes de caer el juicio, los ministerios de Moisés y Elías estarán proclamando el juicio que ha de venir, estarán predicando el día de venganza del Dios nuestro[17]; lo cual Cristo no predicó en Su Primera Venida[18].
¿Y no era Cristo el que tenía que proclamar el día de venganza del Dios nuestro, y ahora aparecen los Dos Olivos proclamando el juicio divino, predicando el juicio que ha de venir? Porque el Hijo del Hombre viene con Sus Ángeles[19]; donde esté el Hijo del Hombre manifestado, Cristo, ahí estarán los Ángeles del Hijo del Hombre.
Dios no puede tener dos profetas mayores al mismo tiempo ministrando, pero puede tener dos o tres ministerios operando al mismo tiempo en un solo hombre.
“[194]. Ellos sabían que estaban encarando las mismas cosas que esos profetas habían predicho. Pero lo habían rechazado; despreciaron la misericordia de Dios por última vez”.
Así que bajo la predicación de los ministerios de Moisés y Elías hablando acerca de los juicios divinos que han de venir, o sea, predicando el día de venganza del Dios nuestro, hay una parte donde todavía hay misericordia; y ahí es donde la misericordia por última vez se predica: bajo los ministerios de Moisés y Elías. Pero luego, cuando ya estén cayendo los juicios divinos, ya la misericordia habrá terminado.
Bajo el ministerio de Moisés y Elías es que la misericordia por última vez estará manifestada; y luego, bajo esos mismos ministerios, comenzará el juicio divino. Es ahí donde se hace el entrelace entre juicio y misericordia, y entre la Dispensación del Reino y la Dispensación de la Gracia.
“[194]. Y cuando uno desprecia la misericordia, lo único que le queda es el juicio. ¡Piénselo!
195. Entonces allí se encontraban. No tenían ni en dónde esconderse. Y la Biblia dice: ‘Y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que está sentado sobre el Trono, y de la ira del Cordero’. Ellos trataron de arrepentirse, pero el Cordero ya había venido para reclamar a los Suyos. Ellos clamaron a los montes y a las piedras; oraron, pero las oraciones fueron hechas muy tarde”.
Ahora, podemos ver que bajo estos ministerios hay algo grande, tanto para la Iglesia como para el pueblo hebreo, como para el mundo. Es tan grande que miren lo que dice el reverendo William Branham en la página 114 del libro de Citas, párrafo 1002; dice… a la mitad, casi, de ese párrafo dice:
1002 – “Y tiene que haber un ministerio que le predique. Pero recuerden, para ese tiempo ya todo habrá cesado. ¡Es una cosa horrenda! Habrá un ministerio que mostrará grandes maravillas, Joel así lo dijo. Pero no habrá tiempo para la redención”.
¿Y cuál es el ministerio que hará grandes maravillas? ¿Será el ministerio de San Pablo? Él hizo grandes maravillas en aquel tiempo. Pero para el Día Postrero el único ministerio prometido es el ministerio de los Dos Olivos; para el Día Postrero, y por consiguiente para el siglo XXI, y para el tercer milenio de Cristo hacia acá y séptimo milenio de Adán hacia acá. Porque el Día Postrero es el milenio postrero, que es el séptimo milenio; porque un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día[20].
Sigue diciendo:
1002 – “Todo entonces es terminado, porque el Cordero ya habrá tomado Su Libro y la redención habrá cesado. Jesús predicó y fue rechazado; luego prosiguió hacia aquellos que estaban encarcelados y no podían arrepentirse; ya no había tiempo para la salvación. ¡Ese mismo ministerio tendrá que repetirse! ¿Qué tal si eso pudiese ser la Tercera Etapa, a los que están perdidos eternamente?”.
Y ahora, en la página 119, el párrafo 1057, dice [Citas]:
1057 – “Nosotros sabemos dónde está. Así que la Tercera Etapa está aquí. Es tan sagrada que no debo hablar mucho de ello. Como Él me dijo en el principio, Él me dijo: ‘De (todo) esto… no hables nada’. ¿Ustedes recuerdan años atrás? Ella habla por sí misma (¿Ven? O sea, el cumplimiento de esta etapa habla por sí misma). Pero traté de explicar los otros, e hice un error en mi opinión. Yo no digo que el Señor me dijo esto. Esto será lo que empezará la fe para el rapto para irse. Yo tendré que quedarme callado por un tiempecito. Ahora recuerden (y tú que estás oyendo esta cinta): tú vas a ver un cambio en mi ministerio, luego decayendo, no levantándose; decayendo (¿Cómo dijo Juan el Bautista, el precursor? “A mí me conviene menguar, y a Él le conviene crecer”)[21]. Ya estamos en la edad, y no puede ir más allá. Tenemos que esperarnos aquí un minuto hasta que esto acontezca acá para alcanzarlo (…). Y entonces viene el tiempo, y la presión está en un lugar donde tú estás oprimido, entonces mira lo que estoy preparando para decirte en estos momentos. Mire la Tercera Etapa entonces, será absoluta y totalmente para los perdidos, pero será para la iglesia y la Novia”.
Y ahora, esa Tercera Etapa, que leímos en el capítulo – en la página 114 que habrá un ministerio que mostrará grandes señales, eso es bajo la Tercera Etapa; y pregunta si eso será la repetición de lo que sucedió cuando Cristo murió, fue sepultado, y en Su cuerpo espiritual fue allá al infierno y predicó a los espíritus que estaban allá encarcelados[22].
Y ahora, eso que sucedió allá, por cuanto la lucha fue en el Reino espiritual, invisible; ahora, para el tiempo final, por cuanto el mundo invisible, la quinta dimensión, el reino de las tinieblas, estará encarnado en el reino del anticristo, de la bestia, ahora vean, no tiene que ir al infierno allá, a la quinta dimensión, porque la quinta dimensión, el infierno, estará abierto. Dijo en “Almas encarceladas” que el infierno, la quinta dimensión, estará sobre la Tierra[23]; y ahí estará sucediendo lo mismo que sucedió allá en el infierno.
De esto no se puede explicar mucho para que no se interrumpa todo el Programa que hay aquí. Pero vean [Citas]:
1057 – “Mire la Tercera Etapa entonces, será absoluta y totalmente para los perdidos (o sea, para el mundo, los perdidos, que están en el reino de las tinieblas, y por consiguiente, están bajo un reino de quinta dimensión), pero será para la iglesia (o sea, para el cristianismo) y la Novia”.
Por lo tanto, la Novia estará todavía aquí cuando ese ministerio comience a manifestar grandes señales y maravillas. Pero Cristo dice que cuando eso suceda, ya Cristo habrá – se habrá levantado del Trono del Padre, habrá tomado el Título de Propiedad (vean), y ya no habrá tiempo para redención, para salvación.
En este mismo capítulo o verso 1057 de la página 119 dice… al comienzo dice [Citas]:
1057 – “La cosa que hemos estado mirando hacia adelante por tantos años, 4 o 5 años, pueda ser que más… es la Tercera Etapa que ha sido vindicado, y yo estoy seguro que ustedes saben lo que es. Nunca habrá una personificación de esto, no puede haberla. Ahora está en existencia”.
Esa Tercera Etapa estaba en existencia en el reverendo William Branham: él hablaba la Palabra y las cosas acontecían.
1057 – “Y yo he sido amonestado de esto… Que esto aquí ya ha acontecido, para que pueda identificar Su presencia entre nosotros. Pero esto no será usado en grande manera, hasta que el Concilio empiece con su apretura. Y cuando lo haga… Los pentecostales y etc., casi personificarán cualquier cosa que se pueda hacer. Pero cuando venga ese tiempo (la apretura), entonces ustedes verán lo que han visto temporalmente, manifestado en su poder absoluto”.
Lo que Dios nos dio a través del reverendo William Branham fue una muestra, por eso dice: “Entonces ustedes verán lo que han visto temporalmente, manifestado (¿cómo lo verán después?) en su poder (¿cómo?) absoluto”. Y eso será el poder de Dios manifestado en toda Su plenitud con la autoridad de Dios.
Él no recibió autoridad para usar en su poder absoluto todo – toda esa Tercera Etapa, solamente para darnos una muestra. Cuando quiso ir a Israel, no le fue permitido ir allá[24], porque él no es el que tiene el quinto ministerio de Elías y segundo ministerio de Moisés, en donde estará el poder absoluto con la autoridad de parte de Dios para el cumplimiento de esta profecía.
En la página 136, también nos dice en el párrafo 1208…; es una pregunta, le preguntan [Citas]:
1208 – “[Pregunta 253] ‘¿La Novia, antes que venga Jesús, Ella tendrá todo poder del Espíritu Santo para hacer milagros, levantar muertos, y así sucesivamente, como en la Lluvia Tardía, y es esta Lluvia Tardía para los 144.000 judíos? ¿Tendrán todos los ministros esto, y estamos solo esperando la Venida?’”.
Ahora la contestación, empieza él a decir:
1208 – “Ahora, lluvia tardía, 144.000 judíos, no; eso es cuando Elías y Moisés… Allí es donde los milagros tienen lugar”.
¿Dónde es que los grandes milagros tienen lugar? Con Moisés y Elías. ¿Y dónde es que los grandes milagros están prometidos para ser llevados a cabo? En una Carpa grande. En el cumplimiento de la Visión de la Carpa estará el cumplimiento de estos grandes milagros.
El reverendo William Branham solamente vio un día de no se sabe cuántos días de la manifestación de esa Tercera Etapa bajo el ministerio del Espíritu Santo. Cuando se puede ver que él vio una visión, y vio mucha gente en una Carpa, y vio que se predicaba y que se oraba por los enfermos, y ocurrían cosas[25], eso no es el primer día; es un ministerio que lleva a cabo el Espíritu Santo, y le es mostrado de antemano un cuadro de lo que allí ocurre en uno de los días de esa actividad.
Por eso él dijo que quería colocar una carpa por muchas semanas, unas cuantas semanas[26], porque él sabe que un ministerio como ese, el cual es el ministerio en donde la Tercera Etapa estará manifestada —esa etapa— para el mundo (los perdidos), para la iglesia (o sea, el cristianismo) y para la Novia (los escogidos), eso no es un ministerio para ser manifestado en un solo día, sino que conlleva muchos días.
Y para que una persona llegue a ese nivel en ese ministerio, pues tiene que haber comenzado desde mucho tiempo antes; porque ya ese ministerio y esa manifestación que él vio allí corresponde a un ministerio y a un ministro, un profeta, ya adoptado.
Y ahora, podemos ver que los grandes milagros, dice el reverendo William Branham que son ¿para quién? Para Moisés y Elías; no para Elías en su cuarta manifestación, sino para Elías en su quinta manifestación y Moisés en su segunda manifestación. Y ahí estará la autoridad, ¿de quién? De Jesucristo nuestro Salvador; ahí estará.
Y estará el poder de Jesucristo, el cual dijo: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra”. Ese es el mismo poder que Él menciona en Apocalipsis, capítulo 2, verso 26 al 27, cuando dice:
“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin…”.
O sea que estará en el tiempo final alguien guardando las obras de Cristo. “Y guardare mis obras hasta el fin”. Por lo tanto, las obras de Cristo estarán siendo manifestadas a través de ese Vencedor.
“… yo le daré autoridad sobre las naciones”.
¿Ven? Y ahora, la autoridad que Dios dio a Cristo, ahora Cristo la da al Vencedor; es la autoridad de Dios. No es una autoridad terrenal, sino celestial, la autoridad de Dios por medio de Cristo siendo dada al Vencedor. Y es una autoridad tan grande que dice:
“… yo le daré autoridad sobre las naciones,
y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantadas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre…”.
¿Ven? Como Cristo la recibió del Padre, ahora la transfiere al Vencedor.
“… y le daré la estrella de la mañana”.
Y en Apocalipsis 22, verso 16, Cristo dice:
“Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.
Por lo tanto, la Estrella resplandeciente de la Mañana la va a recibir el Vencedor del Día Postrero, y la Estrella resplandeciente de la Mañana va a resplandecer a través del Vencedor: Cristo estará resplandeciendo a través del Vencedor; por lo tanto, estará el poder de Cristo y la autoridad de Cristo bajo ese ministerio.
Ahora, hemos visto en la trayectoria de la autoridad de Dios cómo pasa de Dios a Cristo; y luego, de edad en edad, esa autoridad de Cristo y poder de Cristo ha estado en Su Iglesia manifestada a través de los ángeles mensajeros de cada edad; por eso han estado en la diestra de Cristo. Y por consiguiente, la autoridad y el poder que ha sido manifestado en esos mensajeros no ha sido un poder humano ni una autoridad humana, sino el poder y la autoridad de Jesucristo nuestro Salvador.
Ahora, encontramos que en Apocalipsis, capítulo 1, Juan vio al Hijo del Hombre, a Cristo, con una vestidura que le llegaba desde el cuello hasta los pies, y ceñido por el pecho con una cinta o cinto de oro. El reverendo William Branham dice: “Ahí Cristo no está como Sumo Sacerdote, sino como Juez”[27]. O sea que eso es para cuando Cristo termina Su Obra de Intercesión. Por eso es que aparece con Su cabello blanco como blanca lana[28].
En la página 43 del libro de Las Edades, dice el reverendo William Branham, y una parte del último párrafo de la 42, dice:
“21. Ahora, volvamos a nuestra Escritura. Sabemos lo que no es el Día del Señor. Si no es el sábado ni el domingo, entonces ¿qué es? Pues digamos así: Hoy ciertamente no es el Día del Señor”.
O sea, si está hablando en esta ocasión un sábado o un domingo allá, él dice que no es el Día del Señor, del cual pues habla aquí el reverendo William Branham, y de lo cual habla también la Escritura.
Y también, en el tiempo que el reverendo William Branham está predicando: está todavía en el milenio sexto, y por consiguiente, está también bajo la Dispensación de la Gracia; por lo tanto, estando en el sexto milenio, no es tampoco el Día del Señor. Dice:
“[21]. Este es el día del hombre. Es la obra del hombre, el trabajo del hombre, la iglesia del hombre, la idea del hombre acerca de la adoración; todo del hombre porque es el mundo del hombre (cosmos). PERO EL DÍA DEL SEÑOR ESTÁ POR VENIR. Así es. Solamente es que en este tiempo de la Revelación de Jesucristo, Juan fue llevado por el Espíritu y fue transportado por el Espíritu a aquel Gran Día que está por venir. El Día del Señor es cuando los días del hombre han terminado. Los reinos de esta Tierra entonces serán los reinos de nuestro Dios. El Día del Señor será cuando caigan los juicios; y después de eso viene el Milenio”.
¿Ven? El Día del Señor cubre la gran tribulación y Reino Milenial, porque todo eso ocurre bajo el séptimo milenio, el cual ya comenzó. Pero gracias a Dios que no han caído los juicios divinos sobre la Tierra todavía, porque todavía Cristo está llamando y juntando los últimos escogidos que faltan de llegar al Cuerpo Místico de Cristo; por consiguiente, todavía hay misericordia.
Aunque se habla del juicio que viene y se anuncia el juicio que viene, porque todo eso está bajo el Evangelio del Reino, también se habla de la misericordia de Cristo, se habla de salvación; porque ahí se está entrelazando dos dispensaciones: la Dispensación del Reino y la Dispensación de la Gracia, y por consiguiente se están entrelazando dos Mensajes: el Mensaje del Evangelio del Reino y el Mensaje del Evangelio de la Gracia; se están entrelazando dos Lluvias: la Lluvia Tardía con la Lluvia Temprana. Y la Lluvia Tardía y la Lluvia Temprana solamente la tendría un grupo en la Iglesia de Jesucristo: el grupo del Día Postrero, que es el grupo de la Edad de la Piedra Angular.
Pero todo eso tenía que reflejarse en la séptima edad de la Iglesia, en el séptimo ángel mensajero de la séptima edad, por cuanto él siendo el séptimo ángel de la séptima edad tiene que reflejar lo que será el séptimo Ángel Mensajero de la séptima dispensación; y en la séptima edad se tiene que reflejar lo que será la séptima dispensación.
Ahora, podemos ver que el Día del Señor cubre todo ese tiempo; y todo eso ocurre en el séptimo milenio, el cual ya ha comenzado, conforme al calendario gregoriano, y estamos en el tercer año de ese séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá, el cual es el Día Postrero delante de Dios, lo cual es el milenio postrero para los seres humanos.
“[21]. Ahora el mundo hace lo que quiere con el cristiano. Le ponen toda clase de nombres malvados, burlándose de él (o sea, burlándose del cristiano); pero viene aquel gran Día cuando ellos se lamentarán y sollozarán porque el Cordero viene en ira para juzgar al mundo (¿Quién es el que juzga al mundo? Cristo). Entonces es cuando los justos tendrán su día con el Señor, porque los malvados serán quemados, y los justos caminarán sobre sus cenizas entrando al Milenio. Malaquías 4:3:
‘Y hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día que yo hago, ha dicho Jehová de los ejércitos’”.
Ahora, podemos ver este misterio y las cosas que estarán manifestándose en este tiempo en el cual nosotros vivimos.
Y cuando haya sido llamado hasta el último escogido, entonces vendrá esa manifestación plena de la Tercera Etapa (llamada la Tercera Etapa por el reverendo William Branham), en donde estará adoptado el mensajero dispensacional del tiempo final, del Día Postrero, del séptimo milenio; y ahí entonces entrará esa etapa, donde grandes maravillas literalmente serán llevadas a cabo, a tal grado que el reverendo William Branham dice que miembros del cuerpo que le falten a alguna persona le serán restaurados. Eso será por la Palabra creadora siendo hablada.
Y ahora, en la página 53, ahí también nos habla…; y en la página 265, también nos habla de lo que estará aconteciendo. Esas las leen ustedes. Ya con las que les leí tienen suficiente, pero si quieren la lectura de la página 265, dice… Voy a leer una sola partecita aquí, después ustedes leen el resto; dice [Las Edades]:
“[94]. ‘Traed mis enemigos ante mí y matadlos’. Entonces, cuando Su justa indignación caiga sobre los blasfemos, será cuando los justos estarán con su Señor. Los justos, viniendo con Él en gloria, destruirán a aquellos que destruyeron la Tierra e hicieron ruina a los santos de Dios. Esta era la edad de volver la mejilla, de sufrimiento terrible; pero viene un día cuando la verdad prevalecerá, y ¿quién podrá resistir su fuego y permanecer salvo? Solamente los redimidos del Señor.
‘Y le daré la Estrella de la Mañana’.
‘Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente, y de la mañana’.
Apocalipsis 22:16
‘… hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones’.
2 Pedro 1:19”.
Ahora, vean que aquí el reverendo William Branham cita o habla de Apocalipsis 19, que es Cristo viniendo en un caballo blanco, el cual viene con una Espada que sale de Su boca, y con Él viene un poderoso Ejército en caballos blancos también; y ese poderoso Ejército es la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y más abajo dice:
“95. Según estos versos, Jesús es la Estrella de la Mañana. El Espíritu está haciendo una promesa a los escogidos de la Edad del Oscurantismo en relación a Sí mismo, y luego a las edades por venir.
96. Como ya hemos mencionado, Jesús se identifica con el mensajero de cada edad. Ellos reciben de Él la revelación de la Palabra para cada edad. Esta revelación de la Palabra saca del mundo a los escogidos de Dios”.
Y ahora, ¿cómo es que salen del mundo, del reino de las tinieblas, los escogidos de Dios? Por medio de la Palabra revelada que Cristo da al mensajero, y el mensajero proclama ese Mensaje, y los colaboradores maravillosos que Dios coloca al lado de ese mensajero hacen que ese Mensaje llegue por todos los lugares, y llegue a los oídos de las personas para que lo puedan escuchar o puedan leerlo; y entonces ahí Dios les habla directamente al alma, al corazón, y son llamados y juntados en el Cuerpo Místico de Cristo los escogidos de Dios.
¿Quiere saber si en algún lugar hay escogidos? Pues lleve el Mensaje. Miguel quería saber si en África había escogidos, vean, y Tirzo fue, y la sorpresa… No fue sorpresa, porque se sabe que donde hay escogidos hay que llevar el Mensaje, y donde se lleva el Mensaje y hay escogidos, la gente que son escogidos reciben ese Mensaje sin hacer fuerza, sin obligarlos a creer; porque es un Mensaje que es para el alma de los seres humanos, es un Mensaje que viene directamente del Cielo, del Trono celestial, del Lugar Santísimo, para el lugar santísimo del ser humano, que es el alma del ser humano.
Y ahora, cuando Miguel luego va al África, ve que… ya pensábamos que ya casi todos los escogidos estaban dentro, y ahora ve que se ha abierto la puerta para ellos allá también en el África; y ahora el trabajo se ha multiplicado.
Nunca ha parado o ha cesado el llamado de Cristo, y nunca ha cesado de estar viniendo a Cristo cientos o miles de personas; vean, y así la Obra ha ido creciendo, así la Iglesia de Jesucristo en la etapa de la Edad de la Piedra Angular ha ido creciendo.
¿Y a cuál edad y etapa le conviene crecer? ¿Y a cuáles edades les conviene menguar? A las que ya pasaron. Es como cuando la persona muere, usted encontrará que no se pone más grande; se va encogiendo hasta que se vuelve nada.
Así que le conviene crecer a una Iglesia-Novia joven. Por eso cuando el reverendo William Branham tuvo la visión de la Novia[29], primero vio la etapa del tiempo de los apóstoles, y luego vio las diferentes edades de la Iglesia; cuando luego ya el mensajero se fue, luego se convirtieron en mujeres ya viejas.
En el Programa de Dios, aunque se reciben ancianos también para recibir a Cristo, pero en el Programa de Dios está que todos sean jóvenes; y Cristo los va a hacer a todos jóvenes para vivir eternamente.
Ahora, cuando el hermano Branham, el reverendo William Branham, vio en la visión pasando la Iglesia de tal edad, de tales países: la de Alemania, pues eso está hablando de la Iglesia de Lutero, la edad de Lutero; la de Inglaterra; y así por el estilo. Y luego cuando ve la de Norteamérica…, y estaba muy triste, y no veía que aparecía nada más.
Pero él pregunta en una ocasión también: “¿Señor, habrá otro avivamiento?”. O sea, porque si hay otro avivamiento, hay otro grupo. “¿Habrá otro avivamiento?”. Y luego él dice: “Del occidente vendrá un Jinete en un caballo blanco. Recorreremos esta senda otra vez”[30].
Si Elías recorre otra vez, pues la recorre por quinta vez. “Recorreremos esta senda otra vez”. Por lo tanto, Elías está viendo que Moisés viene; y Elías va a recorrer por quinta vez, con Moisés, la senda ministerial.
Y dice que será ¿de dónde?, del occidente que se levantará ese Jinete en ese caballo blanco. Y eso va de acuerdo a Apocalipsis, capítulo 19, verso 11 al 21; porque si no es escritural, entonces la visión está equivocada y la profecía está equivocada también. Si en la Biblia no hay una promesa de que venga un Jinete en un caballo blanco, entonces está equivocada la profecía. Pero él dice: “Tan pronto como estemos listos”. Y dice: “Es una promesa”. Si es una promesa, tiene que ser escritural.
Aparece el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, el cual también aparece en el capítulo 17, verso 14 al 15; es Cristo en Su manifestación final.
Y ahora, la página 128 y 129; la página 128, párrafo 1143, dice [Citas]:
1143 – “Debajo de la Séptima Trompeta es para Israel lo mismo que el Séptimo Sello fue para la Iglesia”.
¿Qué es el Séptimo Sello para la Iglesia? La Segunda Venida de Cristo. ¿Qué es la Séptima Trompeta para Israel? Moisés y Elías.
Luego, en la página 129, párrafo 1150, dice [Citas]:
1150 – “Ahora, tan pronto como esta Iglesia, el misterio del Séptimo Sello es conocido…”.
Si es conocido el misterio del Séptimo Sello, es conocido ¿qué? El misterio de la Segunda Venida de Cristo; y son los Truenos los que revelan ese misterio. Es Cristo, la Voz de Cristo hablándole a Su Iglesia; y si le va a hablar a Su Iglesia, tiene que tener un instrumento, una boca, un velo de carne a través del cual Cristo hable.
1150 – “… tan pronto como esta Iglesia, el misterio del Séptimo Sello es conocido, y los judíos son llamados por el misterio de la Séptima Trompeta, que son dos profetas, Elías y Moisés”.
¿Qué es la Séptima Trompeta de Apocalipsis 11? Moisés y Elías. El llamado para los judíos viene por medio de la Séptima Trompeta, que es Moisés y Elías con el Mensaje del Evangelio del Reino llamando a los 144.000 hebreos. Pero antes: el Séptimo Sello para la Iglesia: la Venida del Señor, Cristo en medio de Su Iglesia llamando y juntando a Sus escogidos y haciendo la Obra que Él ha prometido hacer en nuestro tiempo.
Y ahí estará ¿qué? La autoridad de Jesucristo, así como estuvo en medio de Su Iglesia de edad en edad, en el mensajero de cada edad; (y ahora…); así como el mensajero de cada edad recibió la autoridad, no de hombre sino de Jesucristo, para usar el poder que le fue concedido a cada mensajero, hasta donde le fue concedido.
Al reverendo William Branham, el cual dice que esa Tercera Etapa que ha sido vista en él no será usada plenamente hasta que venga la apretura; o sea que aunque estaba en él ese poder, no tenía la autoridad para usarlo plenamente, o sea, para usarlo como dijo él aquí, [página] 119 [Citas]:
1057 – “… entonces ustedes verán lo que han visto temporalmente, manifestado en su poder absoluto”.
O sea que lo que temporalmente Dios colocó en él, pero que no le dio la autoridad para usarlo en forma absoluta. O sea que él estuvo limitado, como cada ángel mensajero, porque no tuvieron la autoridad para usarlo totalmente; usar ese poder en lo absoluto es para el ministerio del Día Postrero.
Ahora, podemos ver que para nuestro tiempo es que están esas promesas, esas grandes bendiciones, para nosotros recibir grandes beneficios espirituales y materiales también.
Por lo tanto, todos estamos llamados a tener nuestras vidas arregladas, y a enseñarle a nuestros hermanos en nuestras congregaciones a tener sus vidas arregladas; porque cuando venga esa manifestación de la Tercera Etapa en forma absoluta, entonces será tiempo para el juicio comenzar por la Casa de Dios, y los Ananías y Safira ya no tendrán tiempo para arrepentirse.
El tiempo para arrepentirse es este tiempo hermoso que nosotros tenemos hasta el momento. Pero cuando se complete la Iglesia y Cristo salga del Trono del Padre, del Trono de Intercesión, entonces ya se le habrá hecho tarde a muchas personas para arrepentirse de sus pecados y arreglar sus vidas con Cristo, y Cristo limpiarlos con Su Sangre de todo pecado.
Recuerden que el juicio comenzará por la Casa de Dios, donde saldrán, donde aparecerán los Ananías y Safiras, y muchas otras personas; o sea, porque la Tercera Etapa será para los perdidos, para la iglesia (o sea, el cristianismo) y para la Novia.
Así que el tiempo de arreglar nuestras vidas es este tiempo. Cuando venga esa etapa, el juicio vendrá también; como sucedió, para que fuera tipo y figura de lo que va a pasar en este tiempo, lo que sucedió en el ministerio del Espíritu Santo a través de San Pedro, donde apareció Ananías y Safira, y donde también en otros momentos hubo grandes manifestaciones de milagros del Espíritu Santo a través de San Pedro.
El reverendo William Branham dijo que así como Pedro y Pablo trajeron el Evangelio a los gentiles, los gentiles lo llevarán a los hebreos. Por lo tanto, los ministerios que llevarán el Evangelio a los hebreos será el ministerio de Elías…; ya está ahí en la Escritura hablado, y el reverendo William Branham dio testimonio también de esos ministerios. Y por consiguiente estarán ¿dónde? Entre los gentiles, para poder, de entre los gentiles, llevar el Evangelio a los hebreos.
Ahora, encontramos que Pedro y Pablo son tipo y figura de los Dos Olivos, son tipo y figura de Moisés y Elías.
Ahora, podemos ver que hay una bendición grande para la Iglesia del Señor Jesucristo en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, donde todavía hay misericordia, y donde único hay misericordia, y donde único la Sangre de Cristo está disponible en medio de la Iglesia de Jesucristo; porque las otras edades ya murieron; si murieron, el Espíritu de Cristo no está allá. Porque ¿cuándo es que muere la persona? Cuando el espíritu sale de la persona. Y si murieron, pues el Espíritu no está allá.
¿Dónde está? Está en la Iglesia, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular; es la única edad viva y con gente que están vivos físicamente también; y es la única edad que tiene vida, porque tiene al Espíritu Santo en medio de ella dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.
Ahora, hemos visto este misterio de la autoridad ¿de quién? La autoridad… Vamos a ver nuestro tema para decirlo tal y como…: “LA AUTORIDAD DEL HIJO DEL HOMBRE”, o sea, la autoridad de Jesucristo.
Y ahora, la autoridad del Hijo del Hombre, Jesucristo, ha estado en Su Iglesia de edad en edad; y en este tiempo final, ¿dónde estaría? En la Edad de la Piedra Angular. Y ahí se manifestará en forma absoluta la autoridad de Cristo, usando el poder de Dios en forma absoluta también.
Ahora, la autoridad de Cristo está usando el poder de Dios en forma absoluta dándonos la revelación de Su Palabra; porque toda revelación divina viene por medio del poder del Espíritu Santo. O sea que no es por conocimiento humano, sino por el poder del Espíritu Santo; el Espíritu Santo manifestando Su poder en la revelación divina que Él da de edad en edad; y para nuestro tiempo, en nuestra etapa.
Hay que leer aquí algo que es muy importante, para que tengan el cuadro claro. Porque siempre las personas, cuando escuchan hablar acerca del poder de Dios o del poder del Espíritu Santo, enseguida piensan en milagros físicos y que tienen que estar aconteciendo milagros físicos, y pierden de vista que hay diferentes cosas que son hechas por el poder del Espíritu Santo, por el poder de Dios usado por el Espíritu Santo en medio del pueblo de Dios. Quiero conseguir la página 445 del libro de Los Sellos, vamos a ver lo que dice. El párrafo comienza en la 444 al final, el último párrafo:
“24. Ahora, Padre celestial (está orando aquí), mientras entramos a enseñar o predicar sobre este gran evento que sucedió en la gloria hace unos dos mil años, y le fue dado al apóstol Juan, ahora nos toca hablar de esto, permite que el Espíritu Santo venga en Su gran poder de revelación para que nos revele lo que quiere que sepamos, así como lo ha hecho también durante toda esta semana. Nos sometemos a Ti juntamente con la Palabra, en el Nombre de Jesucristo. Amén”.
Está aquí para comenzar “El Séptimo Sello”; o sea que luego de él dar aquí comienzo, hablando algunas cosas, luego cuando le tocó orar aquí, se encomienda a Dios y le pide que el Espíritu Santo venga en Su gran poder de revelación.
Muchas personas cuando ven milagros físicos dicen: “El poder de Dios está siendo manifestado”, pero no se dan cuenta que también el poder del Espíritu Santo es manifestado cuando trae la revelación para cada edad. Ha sido por el poder del Espíritu Santo que ha venido la revelación de Cristo para cada edad, y es por el poder del Espíritu Santo que la revelación del Día Postrero ha estado viniendo a todos nosotros, y también al Cuerpo Místico de Cristo, a la Iglesia de Jesucristo como la Iglesia en la Edad de la Piedra Angular.
La revelación divina para la Edad de la Piedra Angular viene por medio del poder del Espíritu Santo; es el Espíritu Santo manifestado en poder dándonos la revelación de este Día Postrero en la Iglesia de Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular; porque ya en otras edades no puede dar ninguna revelación, porque la revelación para cada edad tiene que ser dada por el Espíritu Santo a través del mensajero de cada edad.
Ahora hemos visto cómo es que vendría también la revelación del Día Postrero a la Iglesia de Jesucristo. Y si fue dicho que la revelación del Séptimo Sello será dada por los Siete Truenos de Apocalipsis 10, pues tiene que tener un mensajero al cual venga la revelación; porque toda revelación tiene que venir a un profeta. Eso está en la página 302, dice [Los Sellos]:
“107. Ahora…”.
Está hablando de Juan el apóstol y el Ángel que le dio la revelación, está hablando ahí en la página 301; y luego pasa a la 302, donde dice:
“107. Ahora, el Libro era tan importante, y es la Palabra de Dios. ¡Cuidado! Cuando la Palabra de Dios es revelada, tiene que ser traída por el profeta, porque solamente a él llega la Palabra de Dios”.
Y ahora, la página 128 dice [Los Sellos]:
“121. Ahora, los Siete Truenos de Apocalipsis permitirán que Él muestre a la Novia cómo prepararse para obtener (la) gran fe de traslación”.
¿Y cómo la va a mostrar? Pues trayendo la revelación del Séptimo Sello por medio de los Siete Truenos, que es la Voz de Cristo, y para eso tiene que tener un profeta; porque toda revelación tiene que venir a un profeta.
Pueden juntarse muchas personas y decir: “Vamos a estudiar todas las profecías de la Biblia, y vamos a estudiar todos los mensajes del reverendo William Branham y a buscar todas las profecías, y vamos a descubrir todo lo que va a suceder; y vamos a descubrir lo que Él va a hacer o está haciendo en nuestro tiempo, y vamos a obtener la revelación de rapto, la fe de rapto”. Eso no funciona. Toda revelación tiene que venir, no a un grupo sino a un hombre, a un profeta. Si no es así, no funcionará.
Página 150, 151, 156, 157, 168 y 26 del libro de Citas; allá ustedes busquen el verso, porque como hubo un cambio ahí por causa de la computadora… (vamos a echarle la culpa a la computadora). Ahora, si no tienen el libro de Citas que yo tengo, entonces pues pasarán un poquito más de trabajo para conseguir, porque yo sigo con el mío; porque si busco otro, está sin marcar, y ya yo conozco bien este. Así que allá Miguel que se encargue con ustedes de conseguir esos versos (él los debe tener), y así pues…
Y si consiguen un libro de Citas de los antiguos, pues ahí también lo pueden guardar y reservar, porque ahí se les hará fácil también para estudiar ya en sus hogares, para que así lo que les leo puedan ver dónde está. Y si tienen el otro que hicieron, que algunos son finititos (es fácil para viajar), pero tienen que entonces ponerle en donde está el número, arriba de la página, ponerle más abajito, o encima, o más arribita, en otro color, el número de la página que está en el otro libro; y en el libro (este otro) ponerle el número del que está en el libro chiquito de Citas; y entonces ahí, pues se les hace más fácil a ustedes.
Si colocan todas en el libro, este que sacaron nuevo de Citas, y lo marcan todito, todas las páginas, le ponen más abajito o más arriba el número de la página que está en el otro libro, ya después se les hace fácil para buscar lo que se les lee, y así pues no tienen ningún problema.
Así que gracias a Dios que tenemos ahora todo escrito y grabado también. En los tiempos de San Pedro, San Pablo y todos estos mensajeros, ahí era ¿en qué? En papiros o pieles también, que escribían. Y Pablo decía: “Envíame los pergaminos, los rollos”[31].
¿De qué serían: de papiros o de pieles? Y para andar con una Biblia en aquel tiempo, pues necesitaban una maleta. ¿Qué libro fue el que el profeta – que dijo él?, ¿el de Isaías sería, que le enviara?
[Hno. Miguel: Le dijo que le mandaba los pergaminos, pero no dice…].
¿No explica el libro? [Hno. Miguel: No].
Bueno, cuando Jesús fue a leer le dieron el libro del profeta Isaías. Ya un libro de ese tiempo era más grande que una Biblia; y aquí tenemos todo.
Así que vean, Dios nos ha facilitado todo en nuestro tiempo, ¿por qué? Porque Él nos iba a dar toda la revelación divina de nuestro tiempo.
Le agradecemos a Dios toda esta literatura del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, y también los mensajes del reverendo William Branham; y agradecemos a Dios que haya usado personas para imprimir todos esos mensajes. Y agradecemos a las personas que con sus imprentas y sus congregaciones han trabajado en esa labor también.
Que Dios los bendiga grandemente y los use cada día más y más en Su Obra, y su trabajo alcance a todos los escogidos que faltan por ser alcanzados. Y adelante trabajando en la Obra del Señor siempre; porque vuestro trabajo en el Señor no es en vano[32].
Si en algunas ocasiones les hablo algunas cosas es porque los amo y no quiero que ninguno se vaya a quedar aquí en la gran tribulación. Por eso les digo que tengan sus vidas arregladas con Cristo, porque cuando ya se pase de esta etapa donde hay gracia todavía y se pase a la etapa de juicio, ya ahí no les podré decir que la Sangre de Cristo los va a limpiar de todo pecado.
También, los que no arreglen, pues serán buenos candidatos para ser los Ananías y Safira de ese tiempo; y nadie desea que su tipo y figura sean Ananías o Safira.
Así que para que no nos pase una cosa así, pues entonces ¿qué es lo que hay que hacer? Estar bien con el Señor: con nuestras faltas, errores y pecados confesados a Cristo y lavados con la Sangre de Cristo nuestro Salvador; porque la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado. Nos limpia de todo pecado mientras está allá; cuando ya Cristo salga de allá, ya no habrá más Sangre allá en el Trono de Intercesión.
También den a conocer estas cosas a vuestras congregaciones, porque no deseamos que se quede aquí en la Tierra ninguna persona para pasar por la gran tribulación. Queremos que todos los que han recibido la Palabra, juntamente con los ministros que están frente a esas congregaciones, sean transformados todos, y vayamos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Así que para mí va a ser una bendición grande verlos a todos ustedes con vuestras congregaciones allá en la Cena de las Bodas del Cordero.
Bueno, ya tenemos a Miguel por aquí, ya… ¿qué hora es ya, Miguel?, porque ya vio el reloj. ¿Ya tenemos qué hora por aquí? Como las 9:00 o las 10:00. ¿9:30? Estamos terminando tempranito hoy.
Así que Dios les bendiga, Dios les guarde.
Y con nosotros nuevamente nuestro amado amigo y hermano Miguel Bermúdez Marín.
“LA AUTORIDAD DEL HIJO DE DIOS”.
[Revisión noviembre 2023 – RM-JC-JR]
[1] Mt. 21:23-27, Mr. 11:27-33, Lc. 20:1-8
[2] San Mateo 11:18-19, San Lucas 7:33-34
[3] San Juan 6:37
[4] San Juan 1:1-10
[5] San Juan 12:49
[6] San Juan 5:30, 8:28-29
[7] Santiago 2:26
[8] 2 Timoteo 2:19
[9] 1 Corintios 4:4
[10] 1 Pedro 4:17
[11] Los Sellos, pág. 320, párrs. 198-219
[12] Hechos 5:1-11
[13] Las Edades, pág. 30, párr. 109
[14] Apocalipsis 6:3-4
[15] San Mateo 26:52
[16] Gálatas 6:7
[17] Isaías 61:2
[18] San Lucas 4:16-21
[19] San Mateo 16:27
[20] Salmos 90:4, 2 Pedro 3:8
[21] San Juan 3:30
[22] 1 Pedro 3:18-20
[23] 63-1110M “Almas encarceladas hoy”, párrs. 370, 379
[24] Las Setenta Semanas de Daniel. Pág. 41, párrs. 159-164 (LGCC)
[25] Citas, pág. 10, párr. 87; pág. 14, párr. 103; pág. 39, párr. 321
[26] Citas, pág. 142, párr. 1270; pág. 148, párr. 1324; pág. 5-A, párr. 44; pág. 12-A, párr. 124; pág. 4-B, párr. 33
[27] Las Edades, pág. 48, párr. 39
[28] Apocalipsis 1:13-14
[29] 64-0705 “La Obra Maestra”, párrs. 186-198
[30] Citas, pág. 166, párr. 1485
[31] 2 Timoteo 4:13
[32] 1 Corintios 15:58