Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo – o en la Iglesia del Señor Jesucristo. Es una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para saludarles y pedirle a Cristo Sus bendiciones sobre ustedes, y tener compañerismo alrededor de la Palabra de Dios.
Que Cristo, el Ángel del Pacto, les bendiga, les prospere y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Y ahora, leemos en el libro del profeta Daniel, capítulo 2, versos… verso 31 en adelante dice…, vamos a ver…, versos 28 en adelante dice… aun tenemos que ir un poquito antes: verso 27 en adelante dice, del capítulo 2 de Daniel:
“Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey.
Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama:
Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser.
Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón.
Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen (o sea, una gran estatua). Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.
La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce;
sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido.
Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.
Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.
(…)
Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.
Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.
Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra.
Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo.
Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido.
Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil.
Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.
Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,
de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema para esta ocasión es: “LA OBRA DE LA PIEDRA QUE DIOS LANZA”.
A través de la Escritura encontramos que el Mesías-Príncipe es la Piedra no cortada de manos. Esta Piedra, que vino y aparece en la escena, es el Mesías, el cual, en dos etapas, cumplirá esta profecía.
- El reino de los gentiles comenzó con el rey Nabucodonosor como la cabeza de oro.
- Luego continuó en la segunda etapa como el pecho y los brazos de plata con el imperio medo-persa.
- Y luego, la tercera etapa de ese reino está representada en el vientre y los muslos de bronce, que corresponde al reino o imperio griego o de Grecia.
- Y luego, la cuarta etapa: el imperio representado en las piernas de hierro, que corresponde al imperio romano, el cual tuvo un grupo de reyes o emperadores llamados el César; pues terminaba uno su labor y comenzaba otro, y le correspondía el título del César, porque era el título correspondiente al rey o emperador de esa cuarta etapa del reino de los gentiles.
- Y luego vienen los pies de hierro y de barro cocido.
Ahora, encontramos que el imperio o reino correspondiente a los pies de hierro y de barro cocido es el mismo imperio cuarto, el imperio romano, que tiene dos partes. Y ya para la segunda parte o segunda etapa de ese cuarto imperio, ya se encuentra en los pies de hierro cubiertos de barro; lo cual señala que estarán unidos, a ese imperio, reyes con sus países; y le darán su poder y su autoridad al líder, al emperador de ese reino, que es heredero al título del César, y también es el heredero, por consiguiente, a la corona de Babilonia que tenía el rey Nabucodonosor y que después pasó a su heredero.
Ahora, encontramos que ese reino no tiene decreto de parte de Dios para gobernar sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones. Es un reino temporal, en el cual la humanidad estará viviendo en los días postreros, que corresponde a los milenios postreros.
Luego de la caída del reino o imperio romano, que fue herido de muerte en una de sus cabezas…, una de sus cabezas fue herida de muerte, pero después fue curada, y entonces ahí comienza la etapa de los pies de hierro y de barro cocido.
Y durante ese lapso de tiempo, por otro lado, la Piedra no cortada de manos, que le quitó al diablo las llaves del infierno y de la muerte, del Hades y de la muerte[1], allá cuando el Mesías-Príncipe fue sepultado y en espíritu Él bajó (en cuerpo espiritual Él bajó al infierno)[2]; y allá, en la lucha que tuvo con el diablo, le quitó las llaves, lo venció y resucitó, y con Él resucitaron los santos del Antiguo Testamento (porque Él pasó por el Paraíso y luego los trajo, en la resurrección)[3]…
Y ahora, en el campo espiritual Cristo obtuvo la victoria, y ha estado estableciendo Su Reino en el campo espiritual acá: en el corazón de cada ser humano. Y han estado entrando a ese Reino, que está en la esfera espiritual, millones de seres humanos; y por consiguiente, ha estado levantando un Reino que no será destruido y que no será dejado para otro pueblo.
Vean aquí, en Hebreos, capítulo 12, San Pablo nos dice… capítulo 12, verso 25 en adelante, dice:
“Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos (el que amonesta desde los Cielos es el Espíritu Santo).
La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo”.
Por lo tanto, la Voz del que conmovió la Tierra en el pasado lo hará nuevamente, una vez más; lo hará aún una vez. Y eso será la Voz de Dios por medio del Espíritu Santo, hablando en este planeta Tierra por medio del instrumento que Él tenga en este planeta Tierra en el Día Postrero.
Porque Dios colocará Su Palabra en la boca de ese mensajero que tendrá el espíritu y virtud de Elías en su quinta manifestación, y hablará por medio de él las cosas que han de suceder; y que, por consiguiente, luego que sean habladas se van a materializar; porque será el Espíritu Santo, Dios por medio de Su Espíritu Santo hablando a través de un hombre.
Por eso es que los Dos Olivos tienen autoridad no solamente en la Tierra, sino sobre la naturaleza.
“Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles”.
O sea que van a ser quitadas las cosas hechas, van a ser removidas.
“… indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles.
Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible (o sea, ¿qué es lo que va a quedar? Ese Reino), tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
porque nuestro Dios es fuego consumidor”.
Y ahora, aquí nos dice que hemos recibido nosotros un Reino, y ese Reino está en la esfera espiritual; y por eso es que somos reyes y sacerdotes en y de ese Reino, según el Orden de Melquisedec.
Y, siendo parte de ese Reino, estamos conscientes que ese es el Reino del Cielo, celestial, del cual Cristo habló a Nicodemo y le dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios”[4].
Y en ese Reino es que Cristo coloca las ovejas que el Padre le dio para que les dé vida eterna, porque ese es el único Reino que tiene vida eterna; y ese Reino ha estado en el campo espiritual creciendo.
Y luego, para el cristianismo, en la Segunda Venida de Cristo, Cristo viene en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido; para, con Su Venida, quedar herida la imagen, el reino de los gentiles quedar herido en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, que es la etapa en donde el anticristo estará apoderado del reino de los gentiles, y en donde estarán unidos a él esos diez reyes, y en donde Cristo aparecerá manifestado para ser quitado el reino de los gentiles y ser establecido el Reino de Dios.
Cristo es la Piedra no cortada de manos, cortada por la mano Divina. Y para el Día Postrero tenemos que esa Piedra es cortada del Reino de Dios y en el Reino de Dios por la mano de Dios.
Y para el Día Postrero, por consiguiente, siendo que los miembros de la Iglesia de Jesucristo, dice San Pedro en Primera de Pedro, capítulo 2, verso 4 en adelante, dice:
“Acercándoos a él, piedra viva (¿Ven? Cristo es una Piedra viva), desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
vosotros también, como piedras vivas…”.
Y ahora dice que los creyentes en Cristo son piedras vivas.
Así como el Mesías, Cristo, es la Piedra viva que los edificadores desecharon, la Piedra del Ángulo, el resto del Edificio también está compuesta por seres humanos, por piedras vivas; y el resto del Edificio es la Iglesia del Señor Jesucristo. “Ciertamente…”, dice Pablo:
“… vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual…”.
Y ahora, todos los creyentes en Cristo forman una Casa espiritual, un Templo espiritual, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; representado, ese Templo, en el que construyó Salomón y en el tabernáculo que construyó el profeta Moisés.
“… y sacerdocio santo…”.
Y ahora, los miembros de este Reino, que son los redimidos por la Sangre del Mesías, pertenecen a un Sacerdocio santo, que es el Sacerdocio según el Orden de Melquisedec, que es el Sacerdocio celestial; reflejado en el sacerdocio levítico.
“… para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”.
Y ahora, este Sacerdocio todo lo hace en el Nombre del Señor Jesucristo, que es el Sumo Sacerdote del Templo que está en el Cielo.
“Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen (en Él),
La piedra que los edificadores desecharon,
Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
y:
Piedra de tropiezo, y roca que hace caer,
porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio…”.
Y ahora, los creyentes en Cristo pertenecientes a este Templo espiritual son piedras vivas y son un linaje escogido: son linaje de Dios, son descendientes de Dios; y por eso son hijos e hijas de Dios.
Una persona no puede ser un hijo de Dios si no es un descendiente de Dios. Como tampoco una persona puede ser un hijo de otra persona si no es un descendiente de esa persona.
“… pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable…”.
Y ahora, este pueblo, que ha sido adquirido por Dios por medio del Sacrificio de Cristo, ha sido comprado, ha sido redimido; y por consiguiente, ha regresado a su Dueño original, que es Dios. Dice:
“… para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable…”.
O sea que tienen una misión, un ministerio, para anunciar las virtudes del que nos llamó de las tinieblas a Su Luz admirable. Por lo tanto, todos los miembros de la Iglesia: la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo tiene la comisión de ir por todo el mundo predicando el Evangelio a toda criatura.
[San Marcos 16:16] “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”.
Esta misión es para sacar de las tinieblas a las personas que están en las tinieblas, y colocarlas en el Reino de Dios. La meta es salvación y vida eterna para los seres humanos; la meta es que reciban a Cristo, sean bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ellos el nuevo nacimiento; y por consiguiente, entren al Reino de Dios; obtengan, por consiguiente, la vida eterna, entren a la vida eterna, sean restaurados a la vida eterna.
Sigue diciendo:
“… vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia”.
Y por consiguiente es el pueblo bendecido por Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Israel celestial, compuesto por hebreos y gentiles. Y que [de] estas personas de entre los gentiles hay un porciento muy grande que son descendientes de las tribus perdidas, y algunos también de las dos tribus del reino del sur; son de las ovejas perdidas de Israel, del reino del norte; porque el Mesías fue enviado para bendición, para socorrer a la descendencia de Abraham.
Por lo tanto, el misterio de las tribus perdidas de Israel va a ser abierto a la Iglesia y al pueblo hebreo.
Ese misterio está contenido en el Sexto y Séptimo Sello. Y por consiguiente Israel va a saber que todos los descendientes de las tribus del norte, que componían, formaban el reino del norte, el reino llamado “reino de Israel”…, porque el reino del sur era llamado “reino de Judá”; y que para el tiempo final va a ser abierto que los descendientes de esas tribus, la mayoría, fueron colocadas por Dios en el cristianismo; y que la Bendición de la Primogenitura, que la tenía José y pasó a Efraín como cabeza de esas tribus… y también tenemos a Manasés en esas tribus del norte.
Ahora, podemos ver que esas tribus del norte, aunque fueron desarraigadas de Israel, se llevaron una bendición; salieron pero tenían una bendición: la Bendición de la Primogenitura.
Por esa causa es que Israel no puede ser restaurado totalmente; no puede ser restaurado el Reino de David y Trono de David, para Israel obtener la paz imperecedera que tanto anhela…; no puede obtener ese reino…; y está prometido que lo va a tener, pero no lo puede tener sin las tribus del norte.
Por eso es que en la profecía de Ezequiel 37 nos habla de los dos palos:
Uno: palo de Judá.
Y otro: palo de Efraín. Ese es el palo de José, que está en la mano de Efraín; porque el Reino de Dios en la Tierra, que estaba y en el cual estaba David como rey, luego pasó a Salomón; y de Salomón pasó a su hijo Roboam.
Pero en el tiempo de Roboam (hijo de Salomón) el reino fue roto, fue dividido en dos reinos; y le tocaron…, le quedaron dos tribus a Roboam[5]: la tribu de Judá y la tribu de Benjamín; y a un descendiente de Efraín: Jeroboam…
Miren, los nombres parecidos. Solamente, al rey, para el reino del norte, descendiente de Efraín, le es colocada (en español, por supuesto) una “J” y una “e”, que tiene que ver con el Nombre de Dios. Y cayeron diez tribus en las manos de Efraín, por consiguiente.
Por lo tanto, la tribu cabeza del reino del norte es Efraín. Aunque luego hubo otros reyes en el reino del norte, que no eran descendientes de Efraín; y por consiguiente, la dinastía de Efraín (que viene a ser la dinastía de Jeroboam) no continuó; sino que hubo, en ciertas etapas, cambios de dinastías, y hubo nueve dinastías en el reino del norte; en el reino del sur solamente hubo una dinastía: la dinastía de David.
Y ahora, en la mano de un profeta tenían que ser colocados los dos palos: palo por Judá y palo por Efraín. En la mano de un profeta tenía que estar eso; lo cual tipificaba que, así como estaba en la mano de un profeta: estaba en la mano de Dios.
Por tanto, para el tiempo final será hallado palo de Judá y palo de Efraín en la mano de un profeta, en la mano del profeta final que Dios envía.
Y por eso es que Cristo dice:
[Apocalipsis 3:21] “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.
Ese es uno de los misterios para la restauración del Reino de Dios —que es el Reino de David— al pueblo hebreo; y por consiguiente ser restaurado el pueblo hebreo en su plenitud o totalidad, para tener de nuevo la Edad de Oro, como tuvo la Edad de Oro en el tiempo de David y en el tiempo del rey Salomón.
Para el tiempo final será la Edad de Oro con el Mesías-Príncipe en Su Trono, gobernando sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones; porque corresponde esa etapa a la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad de Oro de la Iglesia, y por consiguiente para el pueblo hebreo también.
Y para el Día Postrero, con la Venida del Mesías para buscar Su Iglesia y para revelarse al pueblo hebreo, tendremos de nuevo la Piedra no cortada de manos para herir en los pies de hierro y de barro cocido, ese imperio, y ser estableci-… ser quitado, y ser colocado el Reino del Mesías en la Tierra. Y eso será cuando la Séptima Trompeta haya sonado. Y la Séptima Trompeta son dos profetas: Moisés y Elías, los Dos Ungidos, con la Gran Voz de Trompeta llamando y juntando a los escogidos del pueblo hebreo, pero antes son llamados y juntados los escogidos de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y esa Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final será la materialización de la Fiesta de las Trompetas.
Ahora pueden ver el por qué no le era permitido al reverendo William Branham hablar claramente acerca de la Fiesta de las Trompetas. Y fue dicho: “Ya eso fue predicado, ya eso fue hablado”[6], pero no le permitió ser especificado mucho sobre eso, porque eso corresponde a este tiempo final.
Dice el reverendo William Branham que la Trompeta la suena Moisés y Elías, los Ángeles del Hijo del Hombre, que son enviados con la Gran Voz de Trompeta.
Y ahora, todo eso tiene que ver con este tiempo final y con lo que estará haciendo la Piedra no cortada de manos, la Piedra que fue lanzada por Dios: la Venida del Señor.
Y ha estado Cristo en Espíritu Santo, esa Piedra ha estado en medio de Su Iglesia llevando a cabo una labor: cortando otras piedras, cortando las piedras que vendrían a formar parte del Templo espiritual de Jesucristo, que son piedras vivas; no son piedras inmóviles, sino piedras vivas que caminan: seres humanos.
Y la Piedra no cortada de manos ha estado todo el tiempo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia usando diferentes instrumentos, velos de carne; y para este tiempo final tendrá uno a través del cual se velará y se revelará.
Y tanto la Iglesia de Jesucristo que va a ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, como también el pueblo hebreo, van a ver esta manifestación y van a decir: “¡Esto era lo que yo estaba esperando!”.
¿Qué estarán viendo? La Piedra, estarán viendo la Piedra que Dios lanzó. Estarán también viendo la Obra que hizo en edades pasadas y la que estará haciendo en este tiempo; y cómo estará preparando todo para ser transformados, cómo estará llamando y juntando a Sus escogidos del Día Postrero, y cómo estará dándonos la fe, la revelación, para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Estaremos todos escuchando la Gran Voz de Trompeta, y por consiguiente estaremos obteniendo la fe, la revelación, para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Esa es una Obra de la Piedra no cortada de manos, de la Piedra que fue lanzada por Dios.
Y Su Obra se va a completar. Y cuando se complete Su Obra y seamos transformados —o quizás antes—, veremos lo que el Séptimo Sello es y cómo está ligado el Séptimo Sello con el Ángel que era diferente a los demás; porque con ese Ángel es que viene la Gran Voz de Trompeta.
Ese es el Ángel más misterioso de todos los ángeles que aparecieron en aquella ocasión del 28 de febrero de 1963 al profeta de Dios de Norteamérica: el reverendo William Branham.
¿Por qué yo hablo así del reverendo William Branham? Porque reconozco que él fue un profeta enviado por Dios, y que fue el Elías que habría de venir en medio de los gentiles, en medio de la Iglesia, precursando la Segunda Venida de Cristo.
Y para el pueblo hebreo, pues el quinto Elías se encargará de precursar la Venida del Señor para los hebreos; pero para la Iglesia fue el reverendo William Branham; y ya se fue. Pero nosotros tenemos que dar testimonio de la verdad del Programa Divino; y aunque ustedes no lo hayan conocido, no impide para dar testimonio de que ese fue el Elías precursor de la Segunda Venida de Cristo para el cristianismo.
Y ahora, siendo que estamos viviendo en el tiempo final, en el Día Postrero, que es el milenio postrero, en donde todas las cosas correspondientes al Día Postrero tienen que ser cumplidas…, y el reino de los gentiles tiene que ser quitado y ser establecido el Reino de Dios en la Tierra, que será la restauración del Reino de David…; porque el Reino de David es nada menos que el Reino de Dios, y el Trono de David es el Trono terrenal de Dios, que se fusiona con el Trono celestial de Dios.
Así que, conscientes de estas verdades divinas, esperamos que LA OBRA DE LA PIEDRA QUE DIOS LANZA se complete en la Iglesia, y pronto sean resucitados los muertos creyentes en Cristo en cuerpos glorificados, y los que vivimos y permanezcamos vivos hasta ese momento seamos transformados.
También tenemos promesas que habrá una manifestación plena del poder de Dios, y por consiguiente una manifestación plena de Dios, llamada: la Tercera Etapa.
Cuando se complete la Iglesia, ahí vamos a ver esa manifestación plena, en donde a nivel mundial van a verse y a ser manifestados grandes milagros y maravillas; grandes milagros y maravillas de creación. Y Dios va a estremecer no solamente al cristianismo, sino al mundo entero, en esa manifestación; y no solamente a los seres humanos, sino también al planeta Tierra y a los Cielos también; porque será la Voz del que estremeció la Tierra[7], que estremecerá también los Cielos en este tiempo final.
Él, hablando Su Palabra creadora, hará lo que la Palabra creadora estará diciendo; o sea, se cumplirá lo que estará siendo hablado.
Así que para esa manifestación plena estamos siendo preparados en este tiempo final; y queremos estar con el cuerpo nuevo, estrenando el cuerpo nuevo en esa manifestación. Y aun nuestra transformación está ligada a esa manifestación de la Tercera Etapa, y representada en el pececito que fue resucitado[8]; porque el cristianismo está representado, tipificado, en peces; y por eso la Era de Piscis es la que corresponde al cristianismo; y la Era del Aguador corresponde a la Dispensación del Reino.
Por eso Cristo dijo[9]: “Venid en pos de mí, y yo os haré pescadores de hombres”.
Ahora, de eso no vamos a explicar mucho. Todo eso ha estado cumpliéndose. Cristo, la Piedra no cortada de manos, la Piedra Angular, en Espíritu Santo ha estado en medio de Su Iglesia realizando Su Obra, que es la Obra de la Piedra que Dios lanzó. La Piedra: la Primera Venida de Cristo.
Y para el Día Postrero corresponde la Obra del Día Postrero. La Obra que Dios hará de la restauración del Reino, el establecimiento del Reino y todas estas cosas correspondientes al Reino Milenial: eso corresponde a la Segunda Venida de la Piedra, la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Cristo, del Mesías.
Por lo tanto, estemos preparados, porque de un momento a otro se completará la Iglesia del Señor Jesucristo, y entonces vendrá la manifestación plena del poder de Dios.
En la actualidad Dios está abriendo el corazón y el entendimiento de millones de seres humanos. Y como nos dijo Miguel, muchas personas de diferentes agrupaciones, y también de logias, están siendo despertadas; por lo tanto, esas personas tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida, y Dios los está llamando en este tiempo final.
Recuerden que la Tercera Etapa no es solamente para la Iglesia-Novia del Señor, es también para otras agrupaciones, para también el mundo entero; cubrirá a todos los seres humanos, a todas las naciones, a todos los grupos. Así que será bajo un Mensaje que está señalado para todo pueblo, nación, reino y lengua.
Así que estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos.
Nuestro tema ha sido: “LA OBRA DE LA PIEDRA QUE DIOS LANZA”.
Y la Obra de la Piedra que Dios lanza en Su Primera Venida la hemos estado viendo manifestada, tanto cuando estaba en carne humana como cuando ha estado en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia.
Y la Obra de la Piedra no cortada correspondiente a Su Segunda Venida, la estaremos viendo también en medio de Su Iglesia, y después en medio del pueblo hebreo; y la estaremos viendo también manifestada en el mundo entero. Porque este es el tiempo en donde la manifestación más grande a nivel mundial será realizada por Dios, la manifestación de Dios a nivel mundial.
Por eso dijo el reverendo William Branham que los grandes milagros que están esperando las agrupaciones religiosas será bajo el ministerio de Moisés y Elías[10].
Así que estemos preparados, porque el Sexto Sello y la Séptima Trompeta están ligados al Séptimo Sello, a la Venida del Señor. Por lo tanto, estemos preparados para todo lo que Cristo tiene para llevar a cabo en este tiempo final.
Dijo el reverendo William Branham que el Séptimo Sello es como un cohete que sube; y para subir, pues tiene que hacer cierta explosión. Sube y explota en una parte no muy alta; y después hace otra explosión, hace una explosión más arriba, y de ahí es que salen cinco estrellas; y una de esas estrellas explota, y salen cinco más; y una de esas estrellas explota, y salen cinco más; y luego todo desaparece. Dice: “Así es el Séptimo Sello”[11].
Por lo tanto, nos muestra diferentes etapas y manifestaciones. Con la primera etapa saliendo, arrancando, pues solamente pueden ver los que están cerca y escuchar los que están cerca.
Como cuando sale un cohete con un satélite, de Cabo Cañaveral o algún otro lugar (si lo hay), y escuchan la explosión los que viven por esos lugares; pero sube; y más arriba, en cierto lugar, bota una parte y sigue con la parte que tiene que subir; y después sigue subiendo, y es colocado el satélite en donde le corresponde. Y después, las personas, todos los días, si saben por dónde está y si es visible en el territorio donde la persona vive, puede ver como una estrella o algo que camina, que se mueve; y ese es el satélite, que fue colocado allá arriba. ¿Ve? Mientras más alto ocurre todo, a más distancia las personas pueden ver.
Por lo tanto, en el Programa de Dios con relación al Séptimo Sello, con relación a la Piedra no cortada de manos, encontramos que hay cosas que ocurren a una altura no muy alta y la pueden ver las personas que – cercanas; pero cuando ya sube muy alto y hace alguna explosión, ya la pueden ver personas que viven más lejos, y así por el estilo; así es el Séptimo Sello. Y después que termina las explosiones que tienen que ser hechas, todo desaparece.
Y luego nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; y regresaremos luego de tres años y medio para el establecimiento del Reino del Mesías en la Tierra.
Estemos con nuestros ojos bien abiertos, para que no se nos escape todo el Programa de la Piedra, toda la Obra de la Piedra que Dios lanzó: la Obra de Cristo, del Mesías, tanto en Su Iglesia bajo la Dispensación de la Gracia como en Su Iglesia bajo la Dispensación del Reino; y que no se nos escape todo lo relacionado a la Segunda Venida de Cristo.
Ha sido una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de LA OBRA DE LA PIEDRA QUE DIOS LANZÓ. Nosotros diríamos: “La Piedra que Dios tiró, que Dios lanzó”. Así como David: por medio del Espíritu de Dios lanzó una piedra, la cual trajo la victoria para David y para el pueblo hebreo[12].
Y la Piedra no cortada de manos es la que traerá, ha traído la victoria, para todos los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y traerá la victoria también para el pueblo hebreo en la Segunda Venida del Mesías; que para el pueblo hebreo pues será la Primera, porque no ha comprendido lo que ha sido la Primera. Pero para la Iglesia es la Segunda Venida, pues viene por Su Iglesia. Y ellos lo van a ver y dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando”.
Van a ver un acercamiento y una buena relación del pueblo hebreo con toda esa Obra de la Piedra que Dios lanzó, o sea, va a haber un acercamiento, va a verse un acercamiento del judaísmo y el cristianismo; y ya eso lo estamos viendo.
Por lo tanto, estemos apercibidos, porque muchas cosas tienen que suceder conforme al Programa de Dios.
Los que no saben bregar con computadoras y con internet les conviene aprender, para que estén al tanto de las cosas que están y las que estarán sucediendo. Y si no saben, tengan de su familia alguien al lado que sepa, para que estén al tanto de las cosas que están sucediendo y de las que estarán sucediendo más adelante; pues nadie quiere perderse lo que estará sucediendo en este tiempo en el cual nosotros vivimos.
Bueno, ya tenemos al reverendo misionero Miguel Bermúdez Marín, nuevamente con nosotros para continuar.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
Recuerden que en el Programa de Dios habrá bendición para todas las personas y todos los grupos cristianos, y también para el pueblo hebreo, y también para muchas otras personas, y para los Gobiernos también.
Por eso van a estar viendo un despertamiento entre los Gobiernos también: entre parlamentarios, entre todas esas personas; porque todos desean que sus países entren al glorioso Reino del Mesías. Bueno, cada persona desea lo mejor para su país, y por consiguiente también para su familia.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos. Y con nosotros nuevamente el reverendo Miguel Bermúdez Marín.
Oren mucho por mí, para que Dios me guíe, me bendiga y me use conforme a Su voluntad. Dios les bendiga.
También oren mucho por el terreno de Puerto Rico, que ya se compró. Agradezco todo lo que ustedes han hecho por Puerto Rico, por la compra de ese terreno: por las oraciones que hicieron, y también por lo que colaboraron físicamente, económicamente; y también por las oraciones que estarán haciendo, para que quedemos bien en los pagos que tenemos que hacer; y también por la colaboración económica que ustedes, junto a sus iglesias, estarán efectuando en favor de ese terreno para los pagos mensuales, y también los abonos que se harán al principal; porque queremos que pronto quede libre de deuda ese lugar.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde a todos.
Muchas gracias.
“LA OBRA DE LA PIEDRA QUE DIOS LANZA”.
[Revisión julio 2024]
[1] Apocalipsis 1:18
[2] 1 Pedro 3:18-20
[3] San Mateo 27:51-53
[4] San Juan 3:5
[5] 1 Reyes 11:29-36, 12:1-18
[6] 64-0726M “Reconociendo tu día y su Mensaje”, párr. 36
[7] Hebreos 12:26
[8] 57-0623 “Cree desde el corazón” párrs. 130-157
[9] San Mateo 4:19
[10] Citas, pág. 136, párr. 1208
[11] Los Sellos, pág. 465, párr. 140
[12] 1 Samuel 17:48-50