Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo. Es un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo.
Nos dice San Pablo en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 en adelante:
“Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LA VOZ DE LA TROMPETA DEL NUEVO PACTO”.
El apóstol Pablo nos habla de esta Trompeta, y nos dice que a la Final Trompeta los muertos en Cristo van a resucitar incorruptibles, o sea, en cuerpos glorificados, incorruptibles, y eternos y jóvenes; y nosotros los que vivimos vamos a ser transformados. Y por cuanto todos deseamos esa transformación, y por consiguiente la inmortalidad física, entonces este es un tema muy importante para nosotros.
Esta Trompeta Final requiere nuestra atención, y requiere también que nosotros comprendamos lo que es esta Trompeta Final y lo que estará siendo proclamado por esta Trompeta Final.
El apóstol Pablo, en Primera de Corintios, capítulo 14, verso 8, dice…, aun un poco antes: capítulo 14 mismo, verso 7 en adelante, dice:
“Ciertamente las cosas inanimadas que producen sonidos, como la flauta o la cítara, si no dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con la cítara?
Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?
Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire.
Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado.
Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí”.
Y ahora, si esta Trompeta Final, de la cual nos habla el apóstol San Pablo, que estará dando su sonido, y que en ese tiempo será en que los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos inmortales, glorificados y eternos, y nosotros seremos transformados; si la Trompeta diere sonido incierto, ¿cómo se van a preparar esas personas para esa transformación? Tiene que dar sonido cierto para que así venga, obtengan la fe, la revelación, para la transformación y rapto.
Ahora, en Levítico, capítulo 23 y capítulo 25… Capítulo 25, veamos el verso 8 en adelante, nos dice… capítulo 25, verso 8 en adelante:
“Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años.
Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra.
Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia.
El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos,
porque es jubileo (porque es jubileo); santo será a vosotros (porque es jubileo; santo será a vosotros); el producto de la tierra comeréis.
En este año de jubileo volveréis cada uno a vuestra posesión (o sea, a vuestra herencia)”.
Este año del jubileo es que se suena fuertemente la trompeta, en el día diez del mes séptimo, que es el día de la expiación; y esto ocurre una vez cada cincuenta años.
Y ahora, el Año del Jubileo y la Trompeta del Año del Jubileo, tiene que sonar fuertemente y dar su Mensaje claro, para que pueda ocurrir esta liberación del pueblo.
Y ahora, para este tiempo final tenemos la promesa que sonará la Trompeta Final. La Trompeta Final es la predicación del Evangelio del Reino, que nos da la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Con la predicación del Evangelio de la Gracia, con esa proclama o sonido de esa Trompeta del Jubileo para la Dispensación de la Gracia, vea, les ha dado la fe para obtener la salvación y vida eterna, les ha dado la revelación de la Primera Venida de Cristo y Su Programa de Redención realizado en la Cruz del Calvario; y han obtenido una transformación, y por consiguiente un cuerpo nuevo y glorificado – o teofánico de la sexta dimensión.
Y ahora, para recibir el cuerpo físico glorificado y eterno tiene que sonar la Trompeta del Año del Jubileo actualizado.
El año del jubileo era el año 50; por lo tanto, es el Mensaje que se proclama en el Año 50.
¿Y cómo vamos a encontrar eso? En el Programa Divino esos 50 años son tipo y figura de las diferentes etapas por las cuales pasaría la Iglesia.
Cada 7 años surgía el séptimo año de ese ciclo; y ese era un año festivo sabático.
En estos periodos de 7 años, encontramos que se requieren 7 periodos de 7 años para tener 7 sábados o años sabáticos; pero se requieren 49 años para tener 7 años sabáticos (7×7 = 49). ¿Ven? Y para tener el año 50, que viene a ser el año festivo número 8 de esos años festivos, se requieren 50 años; y el año 50 es el año del jubileo.
Y ahora, cada ciclo de 7 años corresponde a esos ciclos de la Iglesia; y en cierto tiempo de ese ciclo de la Iglesia viene el mensajero con la bendición de Dios; es un ciclo de fiesta divina. Y así tenemos las siete edades, representadas ahí en los siete ciclos de 7 años cada uno; y el tiempo en que el mensajero aparece corresponde al año número 7 de ese ciclo.
Ya han transcurrido las diferentes edades de la Iglesia, y por consiguiente las siete semanas; y ahora son siete semanas de años ahí, que tipifican las siete edades de la Iglesia.
Y luego viene el Año 50, que corresponde a la Edad de la Piedra Angular; es ahí donde la Trompeta del Año del Jubileo suena.
Fue en ese mismo ciclo divino en que apareció Jesucristo; y en donde también vino el Espíritu Santo el Día de Pentecostés[1] y produjo una transformación en aquellos primeros creyentes en Cristo, y continuaron así recibiendo las bendiciones de Dios.
Es en el Año 50, que corresponde al año festivo número 8 también, donde suena la Gran Voz de Trompeta del Año del Jubileo.
Y ahora, con la predicación del Evangelio de la Gracia ha estado sonando la Gran Voz de Trompeta del Año del Jubileo en la esfera espiritual en que se encuentra el Reino de Dios, y han estado entrando al Reino de Dios millones de seres humanos que han escuchado la Trompeta, la Gran Voz de Trompeta del Año del Jubileo.
Pero ahora tenemos la promesa de que habrá, en el tiempo final, una transformación física; y por consiguiente, eso corresponde a la etapa de la Edad de la Piedra Angular, que es la que cumple el Año del Jubileo, que es la fiesta más importante, más grande; y es en el día diez del mes séptimo, en el Día de la Expiación, en que se tiene que sonar o tocar la Trompeta del Año del Jubileo. Porque tiene que haber una expiación; (y ahora…) tiene que haber una expiación para la liberación del pueblo, y cada uno regresar a su tierra, a su herencia, a su posesión.
Y ahora, la promesa es que para el tiempo final regresarán a su herencia, a su tierra, a la vida eterna con un cuerpo eterno, todos los hijos de Dios; y eso es la redención del cuerpo, es la adopción de los redimidos de Dios, que serán adoptados como hijos e hijas de Dios en el Reino de Dios en la esfera física; porque ya obtuvieron la redención y, por consiguiente, obtuvieron la adopción espiritual, obtuvieron esa redención espiritual; y ahora les falta la redención física, que será la manifestación plena de los hijos de Dios con cuerpos eternos en el Reino de Dios.
Y el Reino espiritual —el Reino de Dios, que está en la esfera espiritual— se va a materializar, y va a ser un Reino en la esfera física también.
El reino de los gentiles, que en este tiempo final está en los pies de hierro y de barro cocido, tiene que dejar de existir; y el Reino de Dios, que es fundado por la Piedra no cortada de manos, que es el Mesías, crecerá y formará un gran Monte, un gran Reino, que llenará toda la Tierra; o sea, todo el planeta Tierra estará bajo el Reino del Mesías, porque Él es el Hijo del Hombre.
- O sea, como Hijo del Hombre Él es el heredero al planeta Tierra con todo lo que tiene y lo que tendrá en el futuro.
- Como Hijo de Abraham Él es heredero a la Realeza.
- Como Hijo de David Él es el heredero al Reino y Trono de David.
- Como Hijo de Dios Él es el heredero a toda la Creación: a los Cielos y a la Tierra.
Y nosotros somos coherederos con Él.
Y ahora: “LA VOZ DE LA TROMPETA DEL NUEVO PACTO”.
Vean, es la Voz de la Trompeta del Nuevo Pacto, la Voz del Espíritu Santo con el Mensaje, primero del Evangelio de la Gracia, y después con el Mensaje del Evangelio del Reino.
Para escuchar la Trompeta del Evangelio del Reino, primero tiene la persona que haber escuchado la Trompeta del Evangelio de la Gracia; para obtener – primero obtiene la redención en la esfera espiritual, y después obtendrá la redención física, que será el cuerpo nuevo y eterno.
Así como la Trompeta del Evangelio de la Gracia le dio la fe para ser transformado espiritualmente, le dio la fe de Cristo, la revelación de Cristo en Su Primera Venida y en Su Obra de Redención para recibirlo como Salvador, y obtener esa bendición, esa transformación espiritual, y entrar por consiguiente al Reino de Dios; también la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino le dará a todos los hijos e hijas de Dios la fe, la revelación, de la Segunda Venida de Cristo y Su Obra de Reclamo; le dará toda esa revelación divina para obtener la transformación física, y por consiguiente obtener la redención del cuerpo, y entrar físicamente al Reino de Dios, que es el único Reino con vida eterna.
Al recibir el cuerpo eterno, pues entramos literalmente, físicamente, a la vida eterna, y por consiguiente al Reino eterno del Señor; ya entonces estaremos físicamente en el Reino de Dios o Reino del Señor; Reino que luego tiene que ser establecido literalmente, físicamente, aquí en la Tierra, lo cual será el Reino del Mesías, llamado también el Reino de David, que será restaurado; y tendrá un Trono: el Trono de David restaurado, al cual Cristo es heredero.
O sea que toda la trayectoria de la raza humana llegará a dos puntos: el reino de los gentiles a su final: desaparecer; y el Reino de Dios: a ser materializado en la Tierra y ser establecido en la Tierra; y, por consiguiente, el final será el Reino del Mesías en la Tierra, llamado en la Escritura como el Reino de David, que será restaurado, con el Hijo de David, o sea, el David mayor.
Todas estas cosas estará hablando… estarán en el sonido de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, para darle la revelación, la fe, del rapto, de transformación y rapto, a los escogidos de Dios en el tiempo final.
La Trompeta tiene que dar sonido cierto; en eso usted conocerá cuál es la Trompeta; porque habrá muchas personas que tratarán de decir que ellos saben y que ellos conocen y que ellos están trayendo el Mensaje de Dios.
Pero es como… donde hay instrumentos de música, trompetas o guitarras o instrumentos así de música, y vienen muchos que han ensayado algunas cositas y han tratado de aprender, y dicen: “Yo soy músico. Sí, yo soy músico”, y agarra una guitarra o algo, empieza a darle y sale sonido, pero no dice nada, no tiene mensaje.
Pero cuando aparece un músico o el maestro, y dice: “La pieza para esta ocasión era tal pieza”. Ya muchos, pues, trataron de sacar esa pieza, pero no…; daban un tono por aquí bastante bien, pero el otro no les salía, ni…, y no…, no era el sonido que tenía que dar; sonido incierto era lo que daba. Pero viene el maestro: “Esta es la música, tenemos la hoja musical aquí de lo que se debe tocar hoy”.
Y así es la Escritura, ahí la tenemos, la hoja musical para hoy: lo que tiene que sonar es la Gran Voz de Trompeta; porque a la Final Trompeta los muertos en Cristo resucitarán y los que vivimos seremos transformados[2].
En una hoja musical está ahí escrito…, lo entiendan o no lo entienda la gente; porque si está escrito en… como se escribe la música, es una cosa, y otra cosa es como escribimos las letras nosotros acá. Si está escrito como se debe escribir para músicos, el que no es músico no va a entender: “Bueno, ahí dice algo, pero…”; no va a sa-… ni siquiera va a saber lo que dice.
Y ahora, aquí hay promesas, en la Escritura, que estarán siendo interpretadas en la Pieza musical de este tiempo final; por lo tanto, esa Gran Voz de Trompeta del Nuevo Pacto, esa Voz de Dios, estará hablando las promesas que están aquí.
De eso será la Pieza musical que el Espíritu de Dios estará interpretando para este tiempo final, y eso será lo que los escogidos estarán escuchando; porque las ovejas del Señor escucharán la Voz del Señor, y Él estaría en medio de Su Iglesia en Espíritu Santo, y estaría llamando a Sus ovejas. Él dijo: “También tengo otras ovejas que no son de este Redil, las cuales también debo traer, y oirán mi Voz; y habrá un Rebaño, y un Pastor”[3].
Y ahora, hemos visto que la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta del Nuevo Pacto es la Voz de Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia.
Y los escogidos se van a dar cuenta cuando cambie de la Pieza musical de la predicación del Evangelio de la Gracia a la predicación del Evangelio del Reino. Podrán decir: “Esto que estoy escuchando es de la Pieza musical del Evangelio del Reino. Esto que estoy escuchando acá es de la Pieza musical del Evangelio de la Gracia”. ¿Ven? Sabrán…
Es como cuando una persona sabe escuchar música, aunque no sea músico, pero sabe escuchar; y hasta tararea las piezas musicales, porque sabe cuál es la letra también de esas piezas musicales; y cuando el músico está tocando esas piezas musicales, dice: “La pieza musical que está interpretando es tal”; y aun la persona puede hasta ir acompañando lo que la – esa música; y si conoce la letra, va hablando la letra o cantando ahí, mientras la persona está colocando la música.
Así que estaremos acompañando con la letra, que está aquí, lo que la Gran Voz de Trompeta del Nuevo Pacto estará hablando en este tiempo final; y eso hará que disfrutemos bien esa Pieza musical de la Gran Voz de Trompeta, que estará siendo interpretada.
“LA VOZ DE LA TROMPETA DEL NUEVO PACTO”.
Para la esfera espiritual es el Evangelio de la Gracia, y para la esfera física, literal, es el Evangelio del Reino, para traer a materialización la esfera física, que está prometida; así como ha traído a manifestación la esfera espiritual y se ha estado llenando de hijos e hijas de Dios el Reino de Dios, el Reino de Cristo en la esfera espiritual.
Y cuando se materialice la esfera física estará lleno el Reino de Dios, en una forma física, de hijos e hijas de Dios, lo cual será la adopción o manifestación plena de los hijos de Dios, lo cual será la redención del cuerpo, la cual estamos esperando.
No queremos ponernos demasiado de viejitos ya, sino que queremos estar fuertes, mantenernos fuertes hasta que llegue ese momento. Por eso cuidamos nuestros cuerpos, y les damos alimento, y lo cuidamos lo más que podamos posible; es lo único que usted y yo tenemos para permanecer en esta dimensión. Si muere el cuerpo físico, ya salimos de esta dimensión, y tenemos que esperar en la resurrección recibir el nuevo cuerpo. Pero Pablo decía: “No quisiera ser desvestido (ser desvestido del cuerpo físico), sino ser revestido”[4], o sea, ser revestido con el cuerpo nuevo, el cuerpo glorificado.
De todo eso tiene que hablar la Trompeta del Nuevo Pacto, esa Gran Voz de Trompeta para este tiempo final, para traer esa fe de transformación y rapto, y obtener esa transformación los que vivimos, y los muertos recibir la resurrección en cuerpos glorificados; así como la predicación del Evangelio de la Gracia ha estado produciendo aquello que fue prometido: ha estado produciendo la conversión y la transformación espiritual de millones de hijos e hijas de Dios, ha estado produciendo el nuevo nacimiento de millones de personas en el Reino de Dios. Vean, todo eso ocurre en el Reino de Dios.
Y ahora con la promesa para una doble porción; no solamente para una transformación espiritual, sino, en adición, la transformación física que está prometida.
Con el Evangelio de la Gracia nos da la fe para obtener la transformación espiritual, y con la Gran Voz de Trompeta nos da la fe para recibir la transformación física que Él ha prometido; aunque algunos tengan que irse antes, pero si se van antes del momento se van sin el cuerpo nuevo; se van para luego esperar la resurrección y obtener el cuerpo nuevo.
Así que queremos permanecer en buena salud, trabajando en la Obra del Señor hasta la transformación de nuestros cuerpos.
“LA VOZ DE LA TROMPETA DEL NUEVO PACTO”.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: “LA VOZ O GRAN VOZ DE LA TROMPETA DEL NUEVO PACTO”.
Dios les bendiga.
“LA VOZ DE LA TROMPETA DEL NUEVO PACTO”.
[Revisión diciembre 2024]
[1] Hechos 2:1-4
[2] 1 Corintios 15:51-52
[3] San Juan 10:16
[4] 2 Corintios 5:4