José junto a la Fuente

Muy buenas tardes, ministros, compañeros aquí presentes, y también los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes países. Es un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Para lo cual, vamos a leer en Génesis, capítulo 49, verso 22 al 26; esta es la bendición que Dios por medio de Israel o Jacob dio a su hijo José, cuando estuvo echando la bendición sobre sus hijos, en el capítulo 49… Vamos a leer también el verso… del 49, verso 1 y 2, donde dice:

“Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros.

Juntaos y oíd, hijos de Jacob,

Y escuchad a vuestro padre Israel”.

Siendo profeta ya él había visto por revelación divina lo que sería el futuro de sus hijos, lo que habría de venir a ellos, y por consiguiente a la descendencia de sus hijos, que formarían las tribus de Israel.

Y ahora, vamos a tomar una de las bendiciones echada a uno de sus hijos: la que corresponde a José, que es la bendición más grande, la bendición más extensa. Dice [verso 22]:

“Rama fructífera es José,

Rama fructífera junto a una fuente,

Cuyos vástagos se extienden sobre el muro.

Le causaron amargura,

Le asaetearon,

Y le aborrecieron los arqueros;

Mas su arco se mantuvo poderoso,

Y los brazos de sus manos se fortalecieron

Por las manos del Fuerte de Jacob

(Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel),

Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará,

Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá

Con bendiciones de los cielos de arriba,

Con bendiciones del abismo que está abajo,

Con bendiciones de los pechos y del vientre.

Las bendiciones de tu padre

Fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores;

Hasta el término de los collados eternos

Serán sobre la cabeza de José,

Y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Por cuanto hablaremos de José y esta bendición que le fue echada, tenemos como tema: “JOSÉ JUNTO A LA FUENTE”. O sea, “JOSÉ JUNTO A LA FUENTE” o “A UNA FUENTE”. Digo “a la fuente” porque vamos a identificar la Fuente.

Aquí la promesa es que José será rama fructífera; y por consiguiente, si es fructífera esta rama…; una de las ramas de Jacob, porque viene de Jacob, o sea, de Israel, de ahí viene José.

Y ahora, Jacob tiene doce ramas, que son sus doce hijos, y a través de esas ramas van a venir muchos frutos: hijos e hijas de esos patriarcas, los cuales luego formarán las tribus de Israel.

Y ahora, esta rama: José, dice que – Jacob, que José es rama fructífera; por lo tanto, va a tener mucho fruto, muchos hijos e hijas, esa rama; y en palabras más claras, esa rama, esa tribu de José, va a tener muchos hijos.

Y ahora, vean aquí: si va a ser fructífera, vamos a ver aquí: en el capítulo 48, verso 15, dice… de ahí en adelante dice [Génesis]:

“Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,

el Ángel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra”.

Y ahora, aquí la bendición sobre ellos es para que se multipliquen sobre la Tierra; así bendijo Dios por medio de Jacob a José; porque José va a ser una rama fructífera, y por consiguiente se va a multiplicar a través de sus hijos (o de sus… sí, de sus hijos); y ahora, estos van a ser Manasés y Efraín. Pero vamos a ver lo que a continuación dice:

“Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.

Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque este es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza.

Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones”.

Y ahora, vean, la descendencia de Efraín “va a formar multitud de naciones”, pero Manasés “va a formar un pueblo”.

Y ahora, Dios, vean, por cuanto a través de Jacob bendice a José…, bendiciendo ¿a quién? A sus hijos Efraín y Manasés.

Y ahora, vamos a ver un poquito más acerca de esto: en el capítulo 41… capítulo 41, vamos a ver por qué Efraín sería mayor y formaría multitud de naciones. Vamos a buscarlo por aquí: Génesis 41, verso 50… (41:52, vamos a ver…); 51 al 52. Capítulo 41, vamos a comenzar en el verso 49, dice…, o 50:

“Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera sacerdote de On.

Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre”.

Por lo tanto, el nombre de Manasés significa ‘el que hace (¿qué?) olvidar’. Ahora el segundo:

“Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción”.

Y por cuanto José fructificó (fue fructífico [fructífero]), ahora le pone a su hijo el nombre Efraín, que significa ¿qué?, significa ‘fructífero’.

Y ahora, por cuanto lleva el nombre ‘fructífero’, que es Efraín, ahora va Efraín —por la bendición que le echa Jacob a Efraín—, va a multiplicarse, y formará…: “su descendencia formará multitud (¿de qué?) de naciones”. Pero Manasés vendrá a ser (¿qué?) un pueblo…: “vendrá a ser un pueblo”, un gran pueblo, un pueblo engrandecido; pero Efraín formará multitud (¿de qué?) de naciones.

Y ahora, Manasés representa al pueblo hebreo y Efraín representa a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, encontraremos algo más importante también, por aquí en Primera de Crónicas, capítulo 5; y también Génesis, capítulo 49, verso 2… verso 3 en adelante, dice; en la bendición que le echó al mayor, a Rubén, dice:

“Rubén, tú eres mi primogénito,

mi fortaleza, y el principio de mi vigor;

Principal en dignidad, principal en poder.

Impetuoso como las aguas, (y ahora, dice) no serás el principal,

Por cuanto subiste al lecho de tu padre;

Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado”.

Miren, la bendición fue, lo que le habló a él, fue corto; y más bien le quitó la Bendición de la Primogenitura. Pero ninguna bendición se pierde: cuando alguien pierde una bendición, recuerde, Dios se la da a otra persona.

Recuerden lo del talento[1] y también lo de las minas[2]: el que recibió un talento, como también el que recibió una mina, la perdió, porque le fue quitada; pero le fue dada la mina al que tenía más, y el talento al que tenía más talentos.

Y ahora, si Jacob le dice a Rubén que no va a ser el principal siendo el primogénito, ya le fue quitada la Bendición de la Primogenitura aunque fuera el mayor, el primogénito; pero vamos a ver dónde se encontrará luego esa bendición.

Capítulo 5 encontramos la Bendición de la Primogenitura [Primera de Crónicas]:

“Los hijos de Rubén primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José, hijo de Israel, y no fue contado por primogénito…)…”.

Y ahora, a los hijos de José le fueron dados los derechos de la primogenitura.

Y ahora, cuando bendice a Efraín, en la Bendición de la Primogenitura está una herencia en la Tierra y en el Cielo, y que formará multitud de naciones. Y Manasés será un pueblo grande, un pueblo importante, pero su hermano menor, dice que será más grande que él.

Y ahora, tendremos la Bendición de la Primogenitura: una parte para el pueblo hebreo y una parte para Efraín, que representa la Iglesia del Señor Jesucristo, a la cual le toca la bendición más grande, en donde encontramos que formará multitud de naciones.

Y por eso es que, naciones que entrarán al Reino Milenial, estarán ligadas con el cristianismo; y por consiguiente serán de bendición para Israel y para la Iglesia del Señor Jesucristo; naciones que como ovejas serán colocadas a la derecha del Hijo del Hombre, de Cristo, del Mesías, cuando se siente en el Trono de David, así como también hace con los individuos.

Hay individuos representados en ovejas y también hay individuos representados en cabritos; y hay naciones representadas en ovejas y hay naciones representadas en cabritos. La bendición está para las ovejas[3].

Ahora, vamos a mirar por unos momentos a Efraín junto a una fuente. En San Juan, capítulo 4… Y también Génesis, capítulo 48, verso 20 en adelante, sigue diciendo…; esto fue cuando echó la bendición a Efraín y a Manasés; dice:

“Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés”.

Y ahora, Israel va a bendecir en José; en José, diciendo: “Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés”.

Aunque Israel surgió primero, y luego, más adelante, el cristianismo, ahora la bendición mayor le toca a la Iglesia del Señor Jesucristo; pero a Israel le toca también una bendición grande, que está representada en la bendición que le echó Jacob a Manasés:

“Y dijo Israel a José: He aquí yo muero; pero Dios estará con vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres.

Y yo te he dado a ti una parte más que a tus hermanos…”.

¿Ven? Porque siempre el que tiene la Bendición de la Primogenitura recibe una porción doble, o sea, dos porciones.

“… yo te he dado a ti una parte más que a tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi arco”.

Y ahora, vamos a ver esta parte que le fue dada. En San Juan, capítulo 4, dice…; esto fue cuando Jesús iba viajando y salió de Judea y se fue otra vez a Galilea. Dice, verso 4:

“Y le era necesario pasar por Samaria.

Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.

Y estaba allí el pozo de Jacob (ahí tienen la fuente). Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.

Vino una mujer…”.

Eso es como al mediodía. Es la hora sexta, ¿verdad, Miguel? ¿La hora sexta es el mediodía por ahí, más o menos? De 6:00 a 12:00 son seis horas.

“Era como la hora sexta.

Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.

Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.

La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.

Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.

La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?

¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?

Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;

mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla”.

Y ahora, Jesús se coloca en el pozo que Jacob dio a su hijo José, llamado “el pozo de Jacob”, y Él se representa en el pozo, o uno mayor que ese pozo, con Agua superior al agua literal que sale del pozo.

Y ahora, vamos a ver el Agua a la cual Él se refiere: en el capítulo 7, verso 37 al 39, dice [San Juan]:

“En el último y gran día de la fiesta…”.

O sea que esto fue en el tiempo de la fiesta de los tabernáculos, en el último y gran día de esa fiesta. Dice:

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado”.

Y ahora, el Río de Agua viva es nada menos que el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo viniendo a los creyentes en Él. El Espíritu Santo que estaba en Él está prometido aquí para venir a todos los creyentes en Cristo, a todos los que vendrían a Él para tomar de esa Agua del Espíritu Santo, recibir el Espíritu de Cristo, y por consiguiente obtener el nuevo nacimiento.

Por eso también en la Escritura nos dice que la Roca que seguía a Israel era Cristo; y la roca pues les daba agua. La primera roca y la segunda roca representaban a Cristo: en Su Primera Venida, la roca que estaba en el monte Sinaí[4]; y la roca que estaba en Cades-barnea[5] representaba la Segunda Venida de Cristo.

Y lo que daba esa roca era agua, porque un río de agua estaba dentro de la roca; y al ser abierta la roca salía un río de agua para dar de tomar a más de un millón de personas, sin contar el ganado y las aves que llevaban, todo lo que llevaban.

Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 21, dice… verso 5 en adelante, dice:

“Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida”.

Y aquí va a dar de la Fuente del Agua de la Vida; o sea, nos va a dar de Su Espíritu, de Su Espíritu Santo; y Cristo es la Fuente del Espíritu Santo, pues estaba en Él; y de ese mismo Espíritu van a recibir los creyentes en Cristo.

“El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”.

Y ahora, miren cómo vienen los hijos del segundo Adán: vienen a la Roca, que es Cristo, y toman del Agua de la Vida, o sea, del Espíritu Santo, reciben el Espíritu, y obtienen el nuevo nacimiento: nacen como hijos de Dios por medio del segundo Adán; y esa es la Familia de Cristo, los hijos e hijas de Dios.

Por eso cuando vinieron sus hermanos y María, y le dicen a Él: “Mira, tu madre y tus hermanos han llegado y te buscan, están aquí y te buscan, te están procurando”, Cristo dice: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?, sino aquellos que hacen la voluntad de mi Padre; estos son mi madre y mis hermanos (o sea, ‘mi Familia’)”[6]. Esa es la Familia de Dios, la descendencia de Dios: los hijos e hijas de Dios, que vienen por medio del Hijo de Dios, Jesucristo nuestro Salvador.

Y ahora, veamos nuevamente: en el capítulo 22, nos dice el verso 17… 16 al 17, dice [Apocalipsis]:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana (o sea, Cristo es la Estrella resplandeciente de la Mañana, que es Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo).

Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”.

Por lo tanto, toda persona tiene la oportunidad de escuchar la predicación del Evangelio de Cristo; nace la fe de Cristo en su alma, recibe a Cristo como Salvador, es bautizado en agua en Su Nombre y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego; y así la persona ha tomado del Espíritu Santo, ha recibido el Espíritu Santo, el Agua de la vida eterna; viene de parte de Cristo el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, y así la persona ha nacido de nuevo; y por consiguiente, pertenece a la familia de David, por medio de Cristo, el Hijo de David.

Y ahora, esa es la casa de David restaurada; ahí tenemos la familia de príncipes, por lo cual la Escritura dice que “Cristo con Su Sangre nos ha limpiado de todo pecado, y nos ha hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes”[7]. Reyes y sacerdotes; como descendientes de Cristo pertenecemos a la familia, a la casa de David; y también en la parte celestial pertenecemos a esa Familia celestial descendiente de Cristo, el Rey Melquisedec, del Cielo; y por eso somos reyes con Cristo, que es el Rey de reyes y Señor de señores.

Y también somos sacerdotes de Dios, y Cristo es el Sumo Sacerdote de ese Orden Sacerdotal del Templo celestial. Y por cuanto los santos juzgarán al mundo[8], entonces somos jueces también, y Cristo es el Juez al cual Dios ha puesto como Juez de vivos y muertos[9].

Y ahora, podemos ver que pertenecemos a un Orden celestial, que también tendrá establecido en la Tierra ese Orden; y eso será para la Tierra cuando esté en pleno cumplimiento la restauración del Reino de Dios en la Tierra.

Y en la parábola de las minas a unos les fue dado gobernar sobre tantas ciudades, a otros sobre tantas ciudades, y así por el estilo, ¿por qué? Porque son reyes; esas personas son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Todos tendrán un lugar importante en el Reino del Mesías aquí en la Tierra; o sea, pertenecerán a la administración de ese Reino; o sea, serán personas de gobierno, unos en una posición y otros en otra. A lo menos, podemos ver claramente que los apóstoles se sentarán en doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel[10]; como los jueces del Antiguo Testamento, hasta Samuel, juzgaban a las tribus de Israel.

Y ahora, eso es la teocracia; y la teocracia estará fusionada con la monarquía, que estará establecida en la Tierra, lo cual será la restauración del Reino de David.

Y por cuanto todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo son descendientes de Dios por medio de Cristo, y Cristo es, Jesucristo es descendiente del rey David según la carne; vean ustedes, la línea de la dinastía del Reino de Dios en la Tierra, que es el reino de David, vean ustedes por dónde viene; y nos coloca como miembros de esa dinastía, como miembros de la familia de David a través de Cristo.

Hay miembros de la familia de David a través de otros descendientes de David, pero a través de Cristo son solamente los creyentes en Cristo nacidos de nuevo que forman la Iglesia del Señor Jesucristo; y por consiguiente trabajarán para la restauración de ese Reino. Por eso Cristo dice a los creyentes en Él, cuando ellos le dicen (los apóstoles): “Enséñanos a orar, como Juan hizo con Sus discípulos”, entonces Cristo les dice: “Oraréis así”, u “oren así…”. Y vamos a ver: capítulo 6, verso 9 en adelante, dice [San Mateo]:

“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”.

Luego de glorificar, de adorar a Dios, luego, vean, lo más importante que Él coloca aquí luego de eso es la Venida del Reino de Dios: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad”. Y que se haga la voluntad de Dios; porque Dios quiere que se haga la voluntad, que todo ser humano haga la voluntad de Dios; para lo cual se requiere la Venida del Reino de Dios.

Desde el Día de Pentecostés en adelante el Reino de Dios ha estado en la Tierra en la esfera espiritual, y han estado entrando al Reino de Dios millones de seres humanos que han deseado hacer la voluntad de Dios.

Y Cristo como Señor, como Gobernante, ha estado gobernando la vida de esas personas; porque Él es nuestro Señor, la Cabeza de esa Familia de Dios, llamada la Iglesia del Señor Jesucristo. Así como el esposo es la cabeza de la esposa, y por consiguiente de la familia; así Cristo es la Cabeza de Su Iglesia.

Y ahora, ha estado en la esfera espiritual el Reino de Dios, pero va a ser establecido en la esfera física también; y entonces en la Tierra se hará la voluntad de Dios. “La Tierra será llena del conocimiento de la gloria de Dios, como las aguas cubren el mar”[11]. Y por consiguiente, con el conocimiento pleno de Dios y de Su Programa y de la forma de servir a Dios, todos servirán a Dios.

El diablo estará atado por mil años, y todos esos espíritus malos también, por lo tanto será un Reino de paz; paz que se extenderá desde Jerusalén hacia todo Israel, hacia todo el Medio Oriente y hacia todas las naciones.

Y ahora, “JOSÉ JUNTO A LA FUENTE”.

Ahora, en el Nuevo Testamento la Fuente es Cristo, representado en el pozo de Jacob; y el Agua que Él da es el Espíritu Santo, para vida eterna; porque la persona obtiene el nuevo nacimiento y por consiguiente ha nacido a una nueva vida: a la vida eterna con Cristo en Su Reino eterno.

Vean, en San Juan, capítulo 14, verso 26, dice:

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.

Capítulo 15, verso 26, dice:

“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio”.

Luego el capítulo 16, verso 5 en adelante, dice… y parte del verso 4 dice:

“Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros.

Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas?

Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón.

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuera, os lo enviaré.

Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

De pecado, por cuanto no creen en mí;

de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;

y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber”.

Y aquí, vean ustedes cómo Cristo nos muestra todas estas cosas tan maravillosas que Él estará haciendo para que nosotros tengamos el Agua de la Vida, que es el Espíritu Santo.

Veamos aquí el capítulo 14; dice, verso 18 [San Juan]:

“No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.

Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.

En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.

El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió”.

Y aquí…, sigue diciendo:

“Os he dicho estas cosas estando con vosotros.

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.

Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis”.

En todos estos pasajes podemos ver cómo Cristo nos habla del Espíritu Santo que ha de enviar a los creyentes en Él.

Y ahora, podemos ver a José junto a la Fuente, al ver a la Iglesia del Señor Jesucristo junto a Cristo, y cada creyente en Cristo junto a Cristo, que es el Pozo del Agua de la vida eterna, representado en el pozo de Jacob que heredó José.

Y por consiguiente, fue colocado…, fue colocado José, o sea, sus descendientes: la tribu de Efraín y la tribu de Manasés, fueron colocados allí, en el área donde estaba el pozo; fue una herencia para José y sus descendientes.

Y ahora, la descendencia de José por Efraín, miren cómo se ha extendido por el mundo entero; y la promesa es que formará multitud de naciones[12]. Y cuando entren esas naciones al Reino Milenial de Cristo, ahí se verá claramente la relación que tendrán con Efraín.

Recuerden que Efraín fue el que recibió – la tribu de Efraín fue la que recibió las diez tribus; o sea, la tribu de Efraín estaba a la cabeza del reino del norte, pues Jeroboam era un descendiente de Efraín, y por consiguiente de José[13].

Y ahora, podemos ver que hay una bendición grande para Efraín; o para José a través de la bendición que es manifestada en Efraín.

Y ahora, la promesa a José: “Rama fructífera es José”. Y dice… vamos a ver cómo lo dice aquí: Génesis, capítulo 49:

“Rama fructífera es José,

Rama fructífera junto a una fuente…”.

Y ahora tenemos a José junto a la Fuente del Agua de la vida eterna, y fructificando – fructificado – o fructificándose a través de Efraín; y Efraín representa la Iglesia del Señor Jesucristo, a través de la cual Dios ha estado manifestándose y colocando hijos e hijas en el Reino de Dios, que está en la esfera espiritual. Ha estado siendo colocado Efraín junto a la Fuente, que es Cristo, la Fuente del Agua de la vida eterna.

Desde la perspectiva del cristianismo está claro José junto a la Fuente. Por eso es que las tribus perdidas las hallaremos —en su mayoría— en medio del cristianismo, pues las tribus del norte fueron encabezadas por la tribu de Efraín.

Y ahora, podemos ver que a través de los tiempos pasados, bajo las persecuciones, fueron los hebreos obligados a convertirse al cristianismo, o los mataban; pero todo obra para bien. Y entraron al Programa Divino millones de ellos, y quedaron junto a la Fuente, junto a la Fuente del Agua de la vida eterna, que es Jesucristo nuestro Salvador.

Y ahora, podemos ver el por qué la bendición grande está con la Iglesia del Señor Jesucristo. Por eso es que Cristo, el Ángel del Pacto, ha estado en medio del cristianismo por estos dos mil años moviéndose de edad en edad; el mismo Ángel del Pacto que libertó al pueblo hebreo, y que se manifestó a través de Moisés y a través de los jueces y de los profetas del Antiguo Testamento.

El mismo Ángel del Pacto que le apareció a Abraham en diferentes ocasiones, el mismo Ángel del Pacto que comió con Abraham, el mismo Ángel del Pacto que también le apareció a Agar en una ocasión, el mismo Ángel del Pacto que aparecía a diferentes personajes: a Abraham, también a Isaac, a Jacob, y así por el estilo; el mismo Ángel del Pacto del cual Jacob dice: “El Ángel que me cuida”, cuando habló la bendición para sus nietos. Dice:

“… el Ángel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre…”.

Y ahora, el nombre de Jacob o de Israel, vean, está ligado a Efraín y a Manasés; y por consiguiente, está ligado a las tribus del norte y a las tribus del sur, del pueblo hebreo. Y por consiguiente, ahora encontramos ligado el nombre de Israel (o Jacob), ligado al cristianismo también; porque en el cristianismo encontramos millones de descendientes de Abraham, de las diez tribus; y también de las tribus del sur; de las tribus del sur, encabezadas por Judá.

Ahora, podemos ver cómo es que Dios: de ambos pueblos ha hecho uno; y por consiguiente estarán ambos pueblos en la tierra de Israel con el Mesías-Príncipe; todos los creyentes en Cristo estarán allí, porque son príncipes y princesas pertenecientes a la casa de David; y son llamados reyes y sacerdotes, y también jueces.

O sea, el juicio de las naciones y el Juicio Final también, va a tener la Corte Suprema bajo la dirección del Juez Supremo: Cristo —al cual Dios ha puesto como Juez de vivos y muertos—, con Su grupo de jueces. Todos los miembros de la Iglesia, todos los nacidos de nuevo, pertenecen a ese poder judicial; y por eso juzgarán a los ángeles también: “Los santos juzgarán al mundo y aun a los ángeles”.

Y ahora podemos ver a José junto a la Fuente, que es Cristo, la Fuente del Agua de la vida eterna; y podemos ver también la dinastía de David por la línea de Cristo, y por consiguiente podemos ver que esa dinastía de David ha pasado a Cristo. Y todos los descendientes de Cristo son hijos e hijas de Dios por medio del nuevo nacimiento, y pertenecen a la familia de David, pertenecen a la casa de David, el tabernáculo de David, que estaba caído; y eso lo vamos a ver manifiesto más ampliamente en el Reino Milenial.

“JOSÉ JUNTO A LA FUENTE”. José junto a Cristo, la Fuente del Agua de la vida eterna.

Podemos ver por qué, cosas que corresponden a la Bendición de la Primogenitura, en medio del cristianismo han estado siendo manifestadas; y para este tiempo final serán manifestadas más ampliamente.

Las tribus del sur: Judá y Benjamín, con parte de los levitas, no podrán tener el Reino de David restaurado sin las tribus del norte, encabezadas por Efraín.

Efraín, que estaría junto a la Fuente. Y por consiguiente tendría bendiciones terrenales y bendiciones celestiales también, que es lo que tiene y que tendrá la Iglesia del Señor Jesucristo; y que más adelante veremos —y sobre todo en el Reino Milenial— que será reconocida como parte de Israel.

Sin la Iglesia del Señor Jesucristo no habrá Reino de David restaurado. Por lo tanto, la Iglesia necesita de Judá, y Judá necesita del cristianismo, de la Iglesia, para la restauración del Reino de David; porque en medio del cristianismo, en medio de la Iglesia, están miles o millones de descendientes de las tribus del norte; y de entre ellas, los descendientes de José tienen la Bendición de la Primogenitura.

Así que viendo a José junto a la Fuente nos llenamos de gozo y de agradecimiento a Dios por esta bendición tan grande que habló Jacob sobre José, y que luego también habló Moisés; porque no podía hablar diferente a lo que habló Jacob, tenía que ser en acuerdo a lo que habló.

En el capítulo 33 de Deuteronomio, verso 13 en adelante, dice Moisés hablando, echando la bendición a… ahora no a un individuo sino a tribus que descendieron de los patriarcas; dice capítulo 33, verso 13 en adelante, verso 13 al 17:

“A José dijo:

Bendita de Jehová sea tu tierra,

Con lo mejor de los cielos, con el rocío,

Y con el abismo que está abajo.

Con los más escogidos frutos del sol,

Con el rico producto de la luna,

Con el fruto más fino de los montes antiguos,

Con la abundancia de los collados eternos,

Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud;

Y la gracia del que habitó en la zarza

Venga sobre la cabeza de José,

Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos.

Como el primogénito de su toro es su gloria,

Y sus astas como astas de búfalo;

Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra (y esto aquí es muy importante);

Ellos son los diez millares de Efraín,

Y ellos son los millares de Manasés”.

Vean, los dos cuernos de búfalo, ahora son estos dos poderes que tendrá, que son Efraín y Manasés.

“Y sus astas como astas de búfalo;

Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra;

Ellos son los diez millares de Efraín,

Y ellos son los millares de Manasés”.

Ahora, podemos ver una bendición grande ahí, para Efraín con sus diez millares y para Manasés con los millares. Ahí hay una bendición grande para este tiempo final; y tiene que ver con las naciones y tiene que ver con la restauración del Reino de David.

“JOSÉ JUNTO A LA FUENTE”, junto al pozo de Jacob.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: “JOSÉ JUNTO A LA FUENTE”.

Este pozo de Jacob representa a Dios a través de Cristo dándonos el Agua de la vida eterna: el Espíritu Santo; y José junto a ese pozo por medio de Efraín, que representa la Iglesia de Jesucristo.

Y ahora, Manasés pues representa al pueblo hebreo o a los judíos, los cuales también tienen una bendición grande para recibir en este tiempo final.

Los cristianos nacidos de nuevo y los judíos son hermanos, por eso tienen el mismo Dios, y a Abraham como el padre de la fe. Y en este tiempo hay un mejor entendimiento entre cristianos y judíos.

Y el cristianismo comenzó con hebreos, hebreos de las tribus del norte y algunos de las tribus del sur. Y Cristo, que vino por la tribu de Judá, por una de las tribus del sur; por la tribu principal del sur, que es la de Judá.

“JOSÉ JUNTO A LA FUENTE”. Cristo, o Dios en Cristo es la Fuente.

Por eso es que por ahí por Jeremías hay un lugar que nos habla de Dios como la Fuente, la cual dejó el pueblo hebreo para hacerse cisternas rotas que no retienen agua. ¿Cómo es que dice ese pasaje, Miguel? Si me lo buscas se lo leeríamos aquí. ¿Cuál?

[Hno. Miguel: Jeremías 2:13: “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas rotas”. ¿Será ese el que tú piensas?]

Sí, ese mismo.

[Hno. Miguel: Eso está en 2:13, Jeremías]

2:13 de Jeremías. Capítulo 2, verso 13, vamos a leerlo:

“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva…”.

¿Ven? Dios es la Fuente de Agua Viva; y por eso Cristo, en quien estaba Dios, podía hablar y decir: “Venid a mí; si alguno tiene sed, venga a mí y beba”[14]. Era Dios hablando a través de Jesucristo; porque Dios es la Fuente del Agua de la vida eterna.

Por eso ustedes encuentran en algunas ocasiones, en el capítulo 14 y capítulo 15 y capítulo 16 de San Juan, en esos lugares por ahí ustedes encuentran que en algunas veces Jesús dice que el Padre es el que va a dar el Espíritu, y en otras ocasiones dice Cristo, que Él será el que lo enviará, Cristo lo enviará del Padre.

Y ahora, también podemos ver que en algunas ocasiones en que Cristo dice que pidan, y que todo lo que pidan creyendo: el Padre lo va a dar; y en otras ocasiones Él dice que Él lo dará[15]. Cuando Él dice que lo dará: es el Padre a través de Cristo concediendo eso; y así es Dios obrando a través de Cristo; porque Dios no hace nada, a menos que sea a través de Jesucristo.

Cualquier persona puede decir: “Pero Dios hizo cosas a través de Moisés y a través del profeta Elías”. Sí, pero era el Espíritu de Cristo en ellos, Dios por medio de Su Espíritu, y el Espíritu de Cristo (¿ven?) obrando a través de los profetas. O sea, fue Dios por medio de Cristo, el Ángel del Pacto, haciendo las cosas.

Moisés no hizo milagros, fue Dios por medio del Ángel del Pacto, por medio de Cristo, haciendo los milagros; y así por el estilo fueron las cosas divinas hechas por Dios a través de Cristo; aunque podemos ver en la Escritura que eran hombres que hablaban, pero era el Espíritu de Dios hablando a través de ellos.

Y ahora, hemos visto a José junto a la Fuente, y por consiguiente hemos visto a la Iglesia del Señor Jesucristo junto a la Fuente.

Hay un pasaje aquí, Miguel, en el Salmo 1, también, que nos muestra a la Iglesia; capítulo 1, verso 1 en adelante, dice:

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,

Ni estuvo en camino de pecadores,

Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

Sino que en la ley de Jehová está su delicia,

Y en su ley medita de día y de noche.

Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,

Que da su fruto en su tiempo,

Y su hoja no cae;

Y todo lo que hace, prosperará”.

Así es la persona bienaventurada, así es el justo, el creyente en Dios, el creyente en Cristo; y es como árbol plantado junto a corrientes de agua.

La Iglesia está plantada junto a corrientes de aguas, o sea, está plantada junto al Río del Agua de la vida eterna; y esa Agua de la vida eterna es el Espíritu Santo, que como un río corre por el interior de cada creyente en Cristo.

También en el Salmo 23 nos dice algo aquí; dice:

“Jehová es mi pastor; nada me faltará.

En lugares de delicados pastos me hará descansar;

Junto a aguas de reposo me pastoreará”.

Y aquí tenemos las Aguas del Espíritu Santo, recibiéndolas todo aquel que tiene sed, y corriendo por el interior de cada persona. Como cuando tomamos agua: corre el agua por nuestro vientre, por nuestro cuerpo, y hace aquello para lo cual es enviada. Y así como el agua va hacia los riñones, se dirige por ahí, el Espíritu Santo va también, y discierne, dice: “Hasta los riñones”, ¿es que dice, Miguel? Los pensamientos y las intenciones del corazón[16]. Y hay lugares donde habla de los riñones también (si lo buscan), en el Apocalipsis también y en otros lugares.

Como estamos como en un estudio, estamos para estudiar la Escritura y compartir, así pues participamos todos y aprendemos de la Palabra de Dios y Su Programa para nuestro tiempo.

Recordando que la Iglesia está junto a la Fuente del Agua de la vida eterna, y está en la etapa más importante. Ha ido creciendo, recibiendo el Agua, ha ido creciendo, y se encuentra ya en la etapa para adopción, la etapa de la Edad de la Piedra Angular, para adopción; para recibir la adopción, la redención del cuerpo, y ser adoptados como hijos e hijas de Dios en la parte física también, con vida eterna física, como Jesucristo en Su cuerpo físico glorificado.

¿No lo has conseguido, Miguel?

[Hno. Luis Jorge: Salmo 7:9 {RVR-1909}: “… el Dios justo prueba los corazones y los riñones”].

Gracias, Luisito.

[Hno. Luis Jorge: Salmo 26:2 {RVR-1909}: “Examina mis riñones y mi corazón”].

El 7:9… ¿el 7 qué? [Hno. Luis: 9].

Y el otro es ¿veinti-qué? [Hno. Luis Jorge: Salmo 26:2] 26:2.

[Salmo 7:9] “Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón”.

Aquí, pues, la traducción es diferente.

[Hno. Luis Jorge: Es Reina-Valera 1909].

Sí. En las traducciones, pues… Por eso uno busca en todas las traducciones y ve…; pero yo he leído que es también los riñones. Y el 26:2 (sí, aquí…) [Salmos]:

“Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón”.

Pero en otras versiones pues… Esta es otra versión, la que tengo aquí, y por eso… ¿Tienen una…?

[Hno. Luis Jorge: Jeremías 11:20: “Mas, oh Jehová (…), que juzgas justicia, que sondas los riñones y el corazón…”.]

Jeremías 11:20 también, apunten por ahí.

[Hno. Luis Jorge: Es Reina-Valera 1909].

Sí, esa es la que yo usaba siempre. Jeremías ¿11 qué? ¿11…? [Hno. Luis Jorge: 20] Sí.

Aquí, pues, siempre cuando en otros lugares dice: “riñón”, aquí dice: “la mente”. Ahí no hay problema. Podemos ver que la Palabra de Dios discierne los pensamientos… Hebreos 4:12.

O sea, Dios pues por medio de Su Espíritu conoce desde la punta de la cabeza hasta la punta de los pies, todo nuestro ser; así que para Él no hay nada oculto.

El mismo salmista hablaba de que Dios lo conoció a él (y Jeremías también) desde que estaba en el vientre, o aun desde antes[17]. Y Él ha colocado nuestros nombres en Su Libro, el Libro de la Vida del Cordero, desde antes de la fundación del mundo.

Por lo tanto, nos conoció… “A los que antes conoció, también los predestinó”, dice San Pablo en Romanos, capítulo ¿qué? Capítulo 8. [Hno. Miguel: 8:29]. Sí.

Así que ya Él pues nos conocía a todos nosotros; porque para Dios no hay tiempo. Él está presente en todos los tiempos, para Él es un eterno presente.

Es como… usted está ahí donde usted está, y usted mira hacia acá y usted me ve, usted me ve en presente; pero para llegar donde yo estoy usted tiene que caminar, por lo tanto está en futuro. Usted está viéndome en futuro como si estuviera en presente. Pero para llegar aquí donde yo estoy le toma unos segundos, por lo tanto no es presente; y para yo llegar donde ustedes están…, les estoy viendo en presente, pero para llegar donde ustedes están me toma unos segundos, por lo tanto es futuro.

Y así Dios, pues, como Él ve a través del tiempo —es Omnipresente—, para Él todo lo está viendo en presente desde antes de la fundación del mundo; y por eso Él puede ver cuál sería nuestra trayectoria en la Tierra.

Él por previo conocimiento puede elegir a unos y puede rechazar a otros. Él sabía qué íbamos a hacer nosotros cada año, cada mes, cada semana, cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo; y si parte el segundo en más, lo divide en (¿cómo le llamaría?)… en milisegundos, y después en millosegundos, por ahí. Él sabía todo, y sabía cómo funcionaría nuestro cuerpo cada segundo de nuestra vida.

Por lo tanto, Él conoce todo; y con todo y eso tuvo misericordia de nosotros. O sea, fuimos elegidos no por buenas obras, sino por la voluntad de Dios.

Ahí lo dice San Pablo en Romanos y en Efesios también, que hemos sido elegidos según la presciencia de Dios, y hemos sido elegidos para ser rociados, para obedecer y ser rociados con la Sangre de Cristo[18]; Sangre como de un Cordero inmolado por nosotros; para poder estar junto ¿a qué? A la fuente de Jacob personificada en Jesucristo nuestro Salvador.

Aquel pozo fue tipo y figura de Cristo, el Mesías, que vendría con el Agua de la vida eterna, el Espíritu Santo, para mí; ¿y para quién más? Para cada uno de ustedes también.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y también sobre mí; y nos llene de toda bendición celestial y terrenal también; y nos use grandemente en Su Obra en este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Aprecio y agradezco todo lo que ustedes están haciendo por la labor acá en Puerto Rico, por el terreno y también por la construcción del nuevo auditorio, que será de beneficio, de bendición, no solamente para Puerto Rico sino para todos los ministros y todas las congregaciones y todos los hermanos en todos los países; y aun no solamente para nosotros, sino para todas las personas, para todos los grupos religiosos, para todas las personas en todas las religiones, también para el pueblo hebreo y para toda la humanidad.

Aprecio mucho que ustedes han estado brazo a brazo con Miguel, el cual ha estado trabajando en este programa, en este proyecto, y han estado haciendo todo esto con amor divino; y espero que continuemos y aumentemos el esfuerzo, junto a nuestro amigo y hermano, el misionero Miguel Bermúdez Marín, para que pronto se tenga en Puerto Rico ese lugar.

Hemos estado de acuerdo, el misionero Miguel Bermúdez Marín y yo, para esta labor en favor de la Obra de Cristo en este tiempo final. Y esperamos que luego Dios obre en ese lugar en favor de todos; y que en todas las naciones también tengan sus antenas para escuchar las actividades que se lleven a cabo, y también las puedan ver por las pantallas que tengan instaladas en sus congregaciones.

Hay una promesa de un auditorio o carpa o catedral, y luego también está la promesa de una manifestación grande de parte de Dios. Y a quien Dios tenga para usar y desee usar, a ese lo usará en esas actividades. Oraremos también por la persona que Él tenga para usar en esas actividades.

Está prometido que la Tercera Etapa será manifestada, y fue mostrada esa Tercera Etapa en cinco manifestaciones en donde el poder de Dios fue manifestado; fueron cinco ocasiones, que son tipo y figura de lo que Dios hará en esa Tercera Etapa; y la promesa es que en la Visión de la Carpa, en la Carpa que vio el reverendo William Branham, se manifestará la Tercera Etapa, y por consiguiente se manifestarán aquellas cinco… cinco [Hno. Miguel: ensayos] ensayos (fueron los ensayos)[19].

Y fue dicho: “Lo que ustedes han visto en parte manifestado, cuando venga la apretura, entonces se manifestará en todo su poder (la Tercera Etapa), será entonces en el poder absoluto”[20]; lo cual nos muestra que alguien va a ser adoptado, y también un grupo de personas van a ser adoptados.

Las cosas que aquellas cinco manifestaciones representan, van a ser cumplidas o hechas realidad también, en el cumplimiento de la Visión de la Carpa:

  • Salvación para los familiares.
  • Sanidad divina (a corta o a larga distancia), como sucedió con la sanidad de la esposa del reverendo William Branham.
  • Salvación, como sucedió también para los hijos de la hermana Hattie Wright.
  • También poder sobre la naturaleza: cuando fue hablada sobre la tormenta de nieve que venía, y fue ordenado que se fuera; eso es poder sobre la naturaleza. Y esas cosas son las que estarán manifestadas bajo el ministerio de los Dos Olivos.

Por lo tanto, esperamos que nos visiten en Puerto Rico esos ministerios, y que se cumpla en donde Dios tenga ya determinada la Visión de la Carpa. Y como cada cual pues desea lo mejor para su país, pues aquí también desean lo mejor para Puerto Rico; y por consiguiente se está fabricando una Carpa Catedral, un auditorio grande, porque esperamos grandes bendiciones de Dios; las creemos de todo corazón.

  • Vean (esto…), la creación de ardillas; o sea que por Palabra hablada fueron creadas ardillas que no existían; lo cual nos habla de Palabra hablada para la creación, no solamente de ardillas sino creación de miembros del cuerpo de personas; porque fue dicho también: que vendrá un tiempo en donde se hablará la Palabra, y miembros de personas que han perdido sus miembros, sus brazos o sus piernas, serán creados; o sus ojos, o así por el estilo.
  • Y el del pececito: la resurrección del pececito habla de lo mismo de Lázaro; la resurrección de Lázaro y la resurrección del pececito es lo mismo: la resurrección de los muertos en Cristo para el Día Postrero.

O sea que bajo la Tercera Etapa, hasta la resurrección de los muertos en Cristo está ligada a esa Tercera Etapa. ¿Cómo será? La Escritura dice que será a la Final Trompeta[21]; o sea que la Trompeta va a estar sonando para la resurrección de los muertos en Cristo. Eso es la Voz de Cristo, la Voz de Dios por medio de Cristo, el Ángel del Pacto, en el Día Postrero.

Y ahí lo vamos a dejar para no abrir mucho ese misterio, que para este tiempo final lo veremos manifestado en el cumplimiento de la Visión de la Carpa.

Puede tener también significado espiritual, pero el significado mayor es literal; porque se estaba predicando, se estaba haciendo llamamiento y todas estas cosas; y estaban viniendo a los Pies de Cristo[22]. Por lo tanto, eso es literal para el pueblo de Dios; porque la Tercera Etapa es para la Novia, para las insensatas también (para la iglesia), y es también para el mundo.

O sea, en esa Tercera Etapa va a ser impactada la Iglesia-Novia, la iglesia nominal (o sea, el cristianismo entero), el mundo entero; los judíos ahí entran también, o sea, serán impactados, porque ahí ellos verán esa manifestación de Cristo, el Ángel del Pacto; y cuando ellos vean esa manifestación, dirán: “Esto es lo que nosotros estamos esperando”. Pero fue dicho: “Él no viene por ellos”[23]. Pero también fue dicho que ese Ángel de Apocalipsis 10, que es Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, es el Mensajero a Israel.

O sea, vean todo lo que va con la Visión de la Carpa para su cumplimiento; o sea, tiene que ser juntado todo eso para el cumplimiento de la Visión de la Carpa. E Israel está esperando eso.

Yo les dije una vez que, en algunos lugares, que si la…, o sea, si el cristianismo supiera que hay muchos líderes, rabinos, que están esperando más cerca de lo que el cristianismo está esperando la Venida del Mesías…, que muchos rabinos lo están esperando más cerca que lo que están esperando muchos ministros del Evangelio de Cristo; y eso lo han hablado. Pero están vigilando, vigilando todo, porque ellos ya – tienen ya pensado cómo va a ser todo.

No sabemos cómo va a ser esa Tercera Etapa y el cumplimiento de la Visión de la Carpa, pero lo importante es tenerle a Dios un lugar, y: “Aquí está, está para Ti”, lo dedicamos a Dios; y Él, si es el que fue visto, pues lo va a usar; y como no sabemos también si se va a repetir lo mismo en diferentes países…, si hay tiempo; si no hay tiempo, pues será en un solo sitio; pero desde un solo sitio se transmitirá y verán en todos los lugares.

Bueno, yo recuerdo una cosa muy importante, y es que la apertura de los Sellos fue en el mismo lugar del mensajero de la séptima edad; y aquello fue el tipo y figura de lo que Dios va a hacer más adelante; y él le tuvo un sitio preparado para esa labor. Bueno, vamos a dejar eso quietecito ahí.

De seguro los ministerios de los Dos Olivos van a desear un lugar preparado en algún lugar de la Tierra. Y donde estén esos ministerios, y en el territorio donde esos ministerios sean vistos, será de seguro el lugar donde va a cumplirse todo ese Programa de la Tercera Etapa; porque esa Tercera Etapa corresponde a los ministerios de los Dos Olivos y el ministerio de Jesús repitiéndose; porque la Séptima Trompeta, que son Moisés y Elías, los ministerios de Moisés y Elías, y el Séptimo Sello, que es la Venida del Señor, dice el reverendo William Branham: “La Séptima Trompeta y el Séptimo Sello es la Venida del Señor”[24]. Porque el Hijo del Hombre viene ¿con quién? Con Sus Ángeles[25].

Bueno, ya ustedes pueden ver, entonces, que bajo la Tercera Etapa van a ver a Cristo manifestado, y dirán: “Esto es lo que nosotros estamos esperando”: la manifestación final del Ángel del Pacto, el cual ha estado en la Iglesia durante las diferentes etapas de la Iglesia.

Vamos a dejarlo ahí, porque no debe ser abierto plenamente ese misterio del Séptimo Sello; pero ya con lo que tenemos yo creo que ustedes entienden; y entienden por qué estamos trabajando en favor de Puerto Rico, en cuanto a la construcción de ese nuevo auditorio, en donde se esperan grandes bendiciones de Dios. Y sin hacer mucho ruido, para que no se interrumpa el Programa que Dios tenga con Puerto Rico y con los demás países que est…-, en donde esperamos también grandes bendiciones de Dios.

Bueno, vamos aquí a pasar nuevamente al misionero Miguel Bermúdez Marín para continuar.

No pensaba así hablar de esto tan abiertamente, pero ya tocamos eso; y ya que tocamos eso de los Ángeles que él vio: ¿De dónde venían los Ángeles? Del oeste. ¿Volando hacia dónde? Hacia el este. Así que, del oeste, ahí los Ángeles aparecieron volando hacia el este. Y el Ángel que era diferente a los demás ¿volaba de dónde? Del oeste hacia el este; y ese era el Ángel que tenía el Séptimo Sello, y por consiguiente el que tenía la Tercera Etapa[26]. Más claro, pues… Yo decía antes: “Más claro no canta un gallo”. Pero vamos a dejarlo ahí quietecito para que las cosas sigan marchando bien; y siempre evitando el fanatismo, porque el fanatismo es motivo de tropiezo para muchas personas. No queremos que nadie tropiece sino que todo el Programa siga adelante.

Bueno, esperamos grandes bendiciones de parte de Dios en este nuevo milenio que comenzó, ya lleva siete años y va para ocho, y en este nuevo siglo XXI que comenzó; y que esperamos que en este siglo XXI todo ocurra, porque ya nuestros cuerpos para el siglo XXII pues estarían bastante agotaditos.

¿Con cuántos años más, Miguel? Con 92 años más, pues ya estamos casi en el 2008. 92 años más es difícil para aguantarlos, la mayor parte de nosotros. Todavía no tenemos 92 y ya pues estamos pidiendo el nuevo cuerpo.

Por lo tanto, este nuevo siglo, pues esperamos que todo ocurra. No lo vamos a estar diciendo en la calle, pero sabemos pues que ya comenzó el séptimo milenio, y por consiguiente ese es el séptimo día milenial, representado en el sábado, séptimo día de la semana.

Y vean, Cristo en una ocasión dijo que el Hijo del Hombre es Señor ¿de quién? Del sábado[27]. “Señor”, o sea, gobernante; y el Hijo del Hombre, Cristo, es el Señor, el Gobernante del séptimo milenio, donde establecerá Su Reino. Por lo tanto, Él va a gobernar durante ese séptimo milenio.

Para los judíos todavía no ha comenzado el séptimo milenio, ellos están todavía por el… no les voy a decir el año en que están, pero están llegando ya, ya están por completar y llegar al séptimo milenio; y ellos también creen que el séptimo milenio es el tiempo para el reinado del Mesías.

Así que piensen ustedes cómo están ellos pendientes a que algo suceda. Están esperando dos hombres: a Elías y al Mesías.

Y ahora no les voy a explicar cómo lo están esperando ellos, porque ya se nos acabó el tiempo, y vamos a dejar a Miguel por aquí; y ya nos vemos mañana, Dios mediante, en la actividad correspondiente; y luego por internet, ya el próximo domingo (o por el satélite), pues estaré con ustedes, ya que tengo que estar en las actividades que se llevarán a cabo en Brasil.

Bueno, que Dios les bendiga. Ya… Miguel todavía no quiere moverse. Vamos a pedirle por aquí que se acerque, porque ya…, ya es bueno terminar; ya es la hora de almorzar, yo creo. [Hno. Miguel: 5:00 más o menos, ya van a ser las 5:00] Es casi almuerzo y cena, ¿verdad?

Así que Dios les bendiga, y hasta mañana, Dios mediante; y oren mucho por la actividad de mañana, Dios mediante.

Con ustedes por aquí tenemos a Miguel nuevamente con ustedes.

“JOSÉ JUNTO A LA FUENTE”.

[Revisión julio 2024]

[1] San Mateo 25:14-30

[2] San Lucas 19:11-27

[3] San Mateo 25:31-46

[4] Éxodo 17:1-7

[5] Números 20:1-13

[6] Mt. 12:46-50, Mr. 3:31-35, Lc. 8:19-21

[7] Apocalipsis 1:5-6, 5:9-10

[8] 1 Corintios 6:2

[9] Hechos 10:42

[10] San Mateo 19:28, San Lucas 22:29-30

[11] Habacuc 2:14

[12] Génesis 48:17-19

[13] 1 Reyes 11:31

[14] San Juan 7:37

[15] San Juan 14:13-14

[16] Hebreos 4:12

[17] Salmos 22:9-10, Jeremías 1:5

[18] 1 P. 1:2, 1:18-19; Ef. 1:4

[19] Compilación de extractos “La introducción de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia”: Sanidad hermana Meda Branham: págs. 290-295, párrs. 71-136 ([64-0120] “Sus palabras infalibles de promesa”) / Detiene la tormenta: págs. 281-284, párrs. 86-122 ([63-1110E] “El que está en vosotros”) / Resurrección del pececito: págs. 235-238, párrs. 130-157 ([57-0623] “Cree desde el corazón”) / Creación de ardillas: págs. 238-245, párrs. 33-52 ([59-1123] “Habla a esta montaña”) / Salvación hijos de Hattie Wright: págs. 250-252, párrs. 170-188 ([60-0417M] “Id, decid”)

[20] Citas, pág. 119, párr. 1057

[21] 1 Corintios 15:51-52

[22] Citas, pág. 13, párr. 98; pág. 14, párr. 103; pág. 25, párr. 211; pág. 40, párr. 321

[23] Citas, pág. 22, párr. 176

[24] Citas, pág. 128, párr. 1143

[25] San Mateo 16:27

[26] Los Sellos, pág. 469, párrs. 153-154

[27] Mt. 12:8, Mr. 2:28, Lc. 6:5

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