Lo que está detrás de la Puerta

Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Reino de Cristo en este tiempo final; es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo ministerial. Para lo cual leemos en San Mateo, capítulo 16, versos 13 al 20; dice:

“Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?

Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.

Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.

Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

“LO QUE ESTÁ DETRÁS DE LA PUERTA”.

Si hay una llave: hay una cerradura para ser abierta y hay una puerta que está guardando algo; o sea que detrás de esa puerta hay algo que solamente abriéndose esa puerta, y entrando por esa puerta, es que podemos saber lo que hay detrás de esa puerta.

Y ahora, en la Escritura nos habla, en la parábola de las diez vírgenes, que cuando “se tardó el Esposo”, eso nos habla de las diferentes edades de la Iglesia; y luego, cuando llega el clamor de medianoche: “¡He aquí el Esposo viene; salid a recibirle!”, luego las vírgenes insensatas van a comprar aceite; y mientras ellas iban a comprar aceite vino el Esposo, y las que estaban preparadas entraron con Él a las Bodas, y se cerró la puerta. San Mateo, capítulo 25, versos, digamos del 10 al 13, que es ya la parte culminante.

Esa puerta fue la que abrió Pedro el Día de Pentecostés: con la llave que le fue entregada abrió la Puerta del Reino de los Cielos; y la Puerta es Cristo. Él dijo: “Yo soy la Puerta; el que por mí entrare será salvo; y entrará y hallará pastos”. San Juan, capítulo 10, verso 9.

Y ahí…, ahora, la Puerta del Reino de los Cielos es Cristo; por eso también Él dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; y nadie viene al Padre, sino por mí”. Eso está en San Juan, capítulo 14, verso 6.

Y también hay otro lugar donde Él dice: “Entrad por la puerta angosta”. Eso es San Mateo, capítulo 7, versos 13 al 14; dice:

“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella (o sea, por la puerta ancha);

porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.

Y ya Cristo en San Juan nos había dicho que Él es la Puerta; la Puerta angosta es Cristo. Él también dijo: “Yo soy el Camino”, ¿ven?, el Camino que lleva a la Vida; y dice: “Nadie viene al Padre, sino por mí”. No hay otro camino y no hay otra puerta por la cual entrar.

El Camino a la vida eterna es Cristo; la Puerta por la cual se entra a la vida eterna es Cristo; la Puerta del Reino de los Cielos es Cristo. La Puerta abierta en el Cielo, que vio Juan, es Cristo, en Apocalipsis, capítulo 4.

Y ahora, por esa Puerta se entra para obtener la misericordia de Dios.

Y en San Lucas, vean ustedes, lo que hay detrás de esa Puerta —que fue abierta el Día de Pentecostés— es el Programa de Redención para todos los seres humanos, que gira alrededor de Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario; detrás de esa Puerta está la Dispensación de la Gracia; y detrás de esa Puerta entran, a través de esa Puerta, todos los que serán reyes y sacerdotes y jueces en el glorioso Reino de Cristo; detrás de esa Puerta estarán todos los pertenecientes a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Es que ustedes pueden ver que en el templo o tabernáculo estaba la puerta también, la entrada al atrio, y después también la entrada al lugar santo, y después la entrada al lugar santísimo.

Y ahora, Cristo es la Puerta para entrar a la Casa de Dios, donde son reunidos todos los hijos de Dios, toda la Familia de Dios; y la Casa de Dios es la Iglesia del Señor Jesucristo, y la Puerta de esa Casa es Cristo nuestro Salvador. Él es la cabeza de la Iglesia, es su Señor.

Él ha estado en medio de Su Iglesia en Espíritu Santo todo el tiempo, como Él dijo: que estaría todos los días hasta el fin del mundo[1].

Es Cristo, el Ángel del Pacto, el que estaba en el Antiguo Testamento apareciéndole a Sus profetas; el que hablaba con Abraham, con Isaac, con Jacob; del cual Jacob se agarró bien en aquella ocasión, y no lo soltó hasta que lo bendijo; el cual para este tiempo final va a ser visto en medio de la Iglesia de Jesucristo, y el pueblo hebreo va a decir: “Este es el que nosotros estamos esperando”, y se van agarrar de él; y allí estarán los ministerios de Moisés y Elías, y estará el ministerio de Cristo siendo manifestado.

Esos tres grandes ministerios estarán ahí en medio de la Iglesia siendo manifestados, por eso es que en medio de la Iglesia habrá grandes maravillas y señales en la etapa de la Visión de la Carpa siendo cumplida.

Y por cuanto los milagros y maravillas son para Moisés y Elías[2], pues, por consiguiente, tendrán que estar ahí esos ministerios siendo operados por el Espíritu Santo; y en algún lugar, en medio del cristianismo, tiene que aparecer esa Visión de la Carpa siendo hecha una realidad.

Y serán bienaventurados todos aquellos que estarán trabajando en pro del cumplimiento de esa visión.

Y con la Visión de la Carpa siendo cumplida se coronará todo el Programa de Cristo en medio de Su Iglesia.

Y todo el Programa que está detrás del cumplimiento de la Visión de la Carpa está bajo el Séptimo Sello; y los Truenos, que es la Voz de Cristo, serán esos Truenos los que estarán dando a conocer todo ese Programa Divino que estará siendo manifestado en y bajo el Séptimo Sello, que será la Tercera Etapa, de la cual habló el reverendo William Branham tantas veces.

¿Y recuerdan que al profeta Elías, Dios le dijo allá en el monte Sinaí?: “Ve, desciende, vuélvete por el mismo camino por donde viniste”. Eso fue cuando Elías estaba allá en una cueva, huyendo, por causa de que Jezabel quería matarlo. Y en aquel silbo apacible Dios le habló y lo envió de nuevo a la tierra de Israel, o sea, a las tribus del norte, al reino del norte, al cual pertenecía él. Y le dijo: “Regrésate por el camino por donde viniste, y ungirás a Hazael por rey de Siria, a Jehú por rey de Israel (o sea, de las tribus del norte, de las diez tribus) y a Eliseo por profeta en lugar tuyo”[3].

Y ahora, tenía la comisión, Elías, de hacer tres trabajos. Y llega al último: a Eliseo, que estaba trabajando, un hombre de trabajo; y habla con él, le coloca el manto sobre él, o sea, lo toca con el manto; y luego Eliseo, sabiendo quién era Elías, le dice: “Espera, que yo me iré contigo”. Y Elías le dice: “¿Qué te he hecho yo?”[4].

Pero él iba ahora a seguir al profeta del cual de seguro había oído tanto, y ahora tenía la oportunidad de conocerlo, de verlo y de acompañarlo en su ministerio.

Y Eliseo, el cual araba con doce yuntas (¿era, Miguel?) de bueyes, y él estaba en la última (con la última yunta de bueyes o la última pareja de bueyes), va a la casa, mata los bueyes, hace una fiesta de despedida, comen todos y él se va con Elías.

Y llegó el momento de Elías irse, en esos días, y Eliseo ya sabía; porque le decía Elías: “Quédate aquí que yo voy allá, porque Dios me manda allá a este otro lugar, a Jericó”. ¿Eran tres sitios, Miguel? Dos o tres sitios, uno de ellos era Jericó. Y Eliseo le dice: “Yo no te dejaré”. O sea que dondequiera que fuera Elías, Eliseo iba a seguir. Y se fue con él.

Y ya cuando ya le toca pasar el Jordán, o sea, de Jericó al otro lado del Jordán…; digamos, pasar, como pasó el pueblo hebreo, el Jordán, pero pasó hacia Jericó; ahora Elías va a pasar de Jericó hacia el otro lado; digamos, hacia Jordania, que es en la actualidad ese territorio, ¿por ahí más o menos, Miguel? Para ese lado pasaría, de Jericó a Perea, a Perea… es el territorio que marca aquí; de Jericó, al otro lado del Jordán, y que ahora creo que todo ese territorio es Jordania.

Y le dice: “Porque Dios me dice que pase al otro lado”.

Los hijos de los profetas… Vean, Elías como que iba, visitaba a los hijos de los profetas, y de ahí se iba a otro lugar donde estaban los hijos de los profetas, y les daba una visita; y de ahí… lo recibían muy bien, y tenían mucho temor de Dios cuando el profeta Elías iba.

Y le dicen a Eliseo: “¿No sabes que hoy Dios se llevará a tu señor?”[5]. Los hijos de los profetas lo sabían, sabían hasta la fecha: “Hoy”, le decían.

Y Eliseo les decía: “Sí, ya yo lo sé. ¡Shh! Callen, guarden silencio”. Eliseo también lo sabía, y Elías también lo sabía.

No lo sabía el rey, no lo sabía Jezabel, no lo sabía el sumo sacerdote; pero ellos tres: el grupo de los hijos de los profetas, el profeta Elías y Eliseo, su sucesor, también lo sabía.

Y Elías siempre le decía: “Mira, quédate aquí, y vas a estar bien con los hijos de los profetas”; y más una persona que era el acompañante ministerial de Elías, lo iban a tratar muy bien.

Pero Eliseo, por cuanto estaba ya destinado por Dios, elegido por Dios para ser el sucesor de Elías, se mantuvo cerca de Elías. O sea, tenía las enseñanzas de Elías, la Palabra de Elías; las revelaciones que Dios le daba a Elías pasaban a Eliseo.

Y Dios le había dicho a Elías: “Ungirás a Hazael por rey de Siria, a Jehú por rey de Israel y a Eliseo por sucesor tuyo”.

Y todo ese tiempo que estaba con Elías, Dios lo estaba entrenando; o sea…, y estaba viendo cómo funcionaba un profeta; y además de eso ya había nacido profeta: tenía las dos consciencias juntas; y era más fácil para entrenar, Dios por medio de un profeta, a otro que iba a ser el profeta sucesor.

El mejor para entrenar a un profeta es Dios usando a otro profeta. El mejor para entrenar a una persona que va a ser agricultor es otro agricultor; y así por el estilo.

Y Eliseo le dice: “No, yo no te voy a dejar”. Y Elías le dice: “Pide ahora lo que tú quieras”. O sea, eso fue antes de cruzar al otro lado, cruzar el Jordán. Y…

[Hno. Miguel: Después que cruzó al otro lado le dijo: “Pide ahora lo que quieras”].

Ah, ¿después que cruzó? [Hno. Miguel: ]. O cuando hubo cruzado le dice… vio todo lo que Elías hizo: abrió el Jordán; y estaba muy contento Eliseo. Y cuando ve todo eso: “Ahora…”, Elías le dice: “Ahora pide lo que tú quieras”.

Cruzar al otro lado del Jordán: miren, el Jordán representa muerte. Cruzar de Jericó a Jordania, al otro lado: está caminando hacia atrás; cruzar en seco de Jordania a Jericó… Vean, cruzar en seco es pasar a través de la muerte sin morir; porque en el río pues se ahoga cualquiera (pero…); y el Jordán, pues…, ahí por eso va para el Mar Muerto.

Y ahora, el profeta Elías le dice: “Pide lo que quieras”. Un hombre que le diga así a otro: “Pide todo…”; no le dio limitaciones: “Pide lo que quieras ahora”; es que tenía la Palabra creadora de parte de Dios; y era el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios, en él hablando.

No tenía cuerpo…, vamos a decir, cuerpo propio que hubiera creado para Sí mismo, por eso el Ángel de Dios usaba diferentes cuerpos; pero algún día tendría uno propio, el cual crearía en el vientre de una virgen, nacería, y ese sería el cuerpo del Ángel de Dios, del Deseado de todas las naciones; ese sería el Mesías.

Vean, el Mesías es el que resolverá los problemas de la humanidad; el Mesías es el que traerá en Su Reino la paz. Todas las naciones desean la paz, todas las naciones desean un hombre, y ese – el único hombre que hará esas cosas es el Mesías, por eso él es el Deseado de todas las naciones.

Y ahora, pasó el Jordán, le dice a Eliseo: “Pide lo que quieras”, y Eliseo le dice: “No, lo que yo quiero es una doble porción del espíritu que está en ti”. Y no lo vamos a explicar mucho, porque una doble porción del espíritu que está en Elías es algo muy grande. Y Elías le dice: “Cosa difícil tú has pedido”.

Vean, era más fácil pedir ser rey que pedir una doble porción del espíritu que estaba en Elías; porque es que los profetas nacen profetas. Y porque un hombre diga: “Yo quiero ser el profeta más grande”, eso no es cosa fácil. Si fue elegido por Dios para serlo, sí es posible; pero si no fue elegido por Dios para ser un profeta, y busca ser un profeta, lo que va a ser es un falso profeta: un espíritu malo se va a meter en él y va a ser un profeta grande del reino de las tinieblas; aunque más grande que el anticristo no podrá serlo.

Pero vean ustedes, el anticristo siempre también va a creer que él es un profeta, y es el profeta más grande; y sí que lo es, pero es del reino de las tinieblas. Tampoco vamos a explicar mucho de eso.

Ahora: “Cosa difícil has pedido. Si me ves cuando yo me vaya, te será concedido; pero si no, no”. Ahora, era cosa difícil, pero lo creía Eliseo; y para el que cree no hay nada imposible; y para el que fue elegido para algo en el Programa de Dios, no es imposible obtener el ministerio para el cual Dios lo trajo a la Tierra.

Y ahora, imagínense ustedes a Eliseo: si Elías iba para tal lugar, ahí estaba él; si iba a buscar una cosa por allí detrás de los árboles, allí detrás estaba Eliseo: “No vaya a ser que se me escape por ahí y pierda yo la bendición”.

Y cuando iban conversando (eran buenos amigos)…; y para Elías era un privilegio saber cuál era el sucesor que Dios colocaría en su lugar. Como para Moisés, el cual cuando le llegó el tiempo de morir, le dijo a Dios: “Señor, muéstrame quién será la persona que tú pondrás para continuar con el pueblo (algo parecido), para que el pueblo no sea como oveja sin pastor”. Eso está, Miguel, por… ¿será por Números, por ahí? Es un lugar por ahí donde se encuentra.

Y vean, Moisés no estuvo celoso… [Hno. Miguel: Dice que es Números 27:17]. El 27:17… Dice… [Hno. Miguel: Desde el 15] (Sí):

“Entonces respondió Moisés a Jehová, diciendo:

Ponga Jehová, Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación,

que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la congregación de Jehová no sea como ovejas sin pastor.

Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él”.

Y ahora, Dios le muestra a Moisés cuál va a ser su sucesor. Y eso fue un privilegio grande para Moisés: ver el que ocuparía su lugar.

El sucesor de Aarón fue su hijo[6], ¿verdad? Pero ahora el sucesor de Moisés es de otra tribu. ¿De qué tribu? [Hno. Miguel: De la tribu de Efraín]. Vigilen entonces el ministerio de Moisés, viniendo de Moisés, de la tribu de Leví, pasando a la tribu ¿de qué? De Efraín[7].

Recuerden que Efraín tenía la Bendición de la Primogenitura[8].

Como también vemos las diez tribus pasando de la tribu de Judá, pasando diez tribus, a la tribu de Efraín, cuando pasaron a manos de Jeroboam[9].

Y Elías pertenecía ¿a cuál de las tribus? A las tribus del norte. Y ahora encontramos los sucesores de Moisés y de Elías ¿dónde? En las tribus del norte; Elías ya de las tribus del norte, y el ministerio de Moisés pasando de la tribu de Leví a la tribu de Efraín.

Y por medio de Cristo, la Bendición de la Primogenitura, la bendición de Abraham, pasó de los judíos a los gentiles: “para que la bendición de Abraham pasara a los gentiles”, conforme a Gálatas, capítulo… ¿3 o 4, Miguel? 3, versos 16 en adelante, ahí nos habla de esa bendición de Abraham.

Y ahora, en Manasés está representado Israel, y en Efraín está representada la Iglesia del Señor Jesucristo; y por consiguiente, la Bendición de la Primogenitura la encontramos en la Iglesia del Señor Jesucristo, con todo lo que está detrás de esa bendición.

Y por consiguiente, vean ustedes cómo la Puerta se abrió: el Día de Pentecostés, Pedro, con la llave del Reino de los Cielos, abrió la Puerta del Reino de los Cielos, que es Cristo, revelando el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario; “para que todo aquel que en Él cree, pues no se pierda, mas tenga vida eterna”.

Y como tres mil personas creyeron el Día de Pentecostés, en el capítulo 2 del libro de los Hechos, y recibieron a Cristo como Salvador; y entró esa cantidad de personas al Reino de Dios. Y cada día el Señor añadía a Su Iglesia los que habían (¿de qué?) de ser salvos. Eso está en el capítulo 3 o capítulo 4 del libro de los Hechos también; capítulo 2, versos 47 por ahí, y 48; y capítulo 3 o 4…, el 4:45-48, por ahí también.

Y vean cómo en la tribu de José, que está compuesta por Manasés y Efraín, tienen una bendición grande: es la Bendición de la Primogenitura. De eso es que nos habla el Señor: ya en…, cuando fuera a echarse, a ser echada la bendición de Dios a través de Jacob, fue echada sobre José, ya cuando está bendiciendo las tribus[10].

Ahora, en Primera de Crónicas, capítulo 5, verso 1 al 2, dice:

“Los hijos de Rubén primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José, hijo de Israel, y no fue contado por primogénito (vean, a los hijos de José fueron dados los derechos de la primogenitura);

bien que Judá llegó a ser el mayor sobre sus hermanos, y el príncipe de ellos; mas el derecho de primogenitura fue de José)”.

Cuando se dice “la tribu de José”, se está hablando de la tribu de Efraín y la tribu de Manasés; por cuanto tiene la Bendición de la Primogenitura le toca doble: doble tribu; y le toca bendición no solamente de la Tierra sino del Cielo también; y por consiguiente tiene que ver también con judíos y con gentiles.

Y ahora, el Reino de Dios con Israel no podrá ser restaurado sin las diez tribus perdidas, y sobre todo sin la tribu de Judá [José], que consta de la tribu de Efraín y de la tribu de Manasés. ¿Y la tribu de Manasés a qué reino pertenecía, Miguel? Al reino del norte también, y Efraín al reino del norte también; y donde primero fue colocado el tabernáculo fue en el reino del norte, en Silo, en la tribu de Efraín en Silo, ahí fue.

Cada cual busca lo mejor. Siempre cuando hay una cosa buena, siempre uno la toma para su gente. Y como Josué pues es del reino de la parte norte, aunque en ese tiempo no estaba así dividido, pero es de la tribu de Efraín, pues se lleva la bendición de Dios que está en el arca del pacto; y por consiguiente se lleva a Dios, que está ahí en el arca del pacto, sobre el arca del pacto, se lo lleva para su tribu.

Es como Wesley, ¿para dónde se iba a llevar la bendición? Pues para Inglaterra, esa parte de allá de Europa. Pablo era de…, nació entre los gentiles, ¿para dónde se la tenía que llevar? Para los gentiles.

Pedro, pues, por cuanto nació y se crio allá en la tierra de Israel, pues la bendición no la quería dejar pasar para los gentiles; y Dios le muestra una visión de animales inmundos también, le dice: “Mata y come”; y Pedro pues no…: “No, eso no” —pero ¡se lo estaba diciendo el mismo Señor!—, y le dice que nada inmundo había entrado por su boca; y ahora, Dios le dice: “No llames inmundo lo que Dios limpió”; y eso se refiere a los gentiles, los cuales con la Sangre de Cristo habían sido limpiados, ya Cristo había pagado el precio de redención.

Y ahora, le dice: “Te vienen a buscar dos varones, ve con ellos; porque hay cierta persona a la cual le ha sido mostrado que un varón llamado Pedro va a ir allá; y allá le hablarás”. ¿Y qué le iba a hablar Pedro? No de peces; le iba hablar del Evangelio, porque había abierto la Puerta del Reino de los Cielos para entrar por esa Puerta, que es Cristo.

Y allá… ¿el centurión era? El centurión romano. ¿Y cuál era el nombre, Miguel? Cornelio. Y había tenido también una visión de un varón, de un Ángel que le había aparecido, y le había dicho que iba a venir un varón llamado Pedro y que le iba a explicar acerca de…, “él te dirá”. Y llegó, le habló, el Espíritu Santo vino, y fueron llenos del Espíritu. Y Pedro se sorprendió, se sorprendió más que el Día de Pentecostés, porque ahora es sobre los gentiles que está viniendo el Espíritu de Dios.

Y Pedro dice: “¿Puede acaso alguien impedir que estos sean bautizados?, ¿estos que, así como nosotros, han recibido el Espíritu Santo?”, o sea, como lo habían recibido el Día de Pentecostés. Y fueron bautizados[11].

Y ahora, ahí se abre la Puerta para los gentiles; y Pablo después, ya con la Puerta abierta para los gentiles, porque ya estaban entrando gentiles al Reino…, y Pablo que había sido criado entre los gentiles pero educado entre los judíos…; aunque Pablo en su ciudad, Tarso, pues iba a la sinagoga, pero se relacionaba con los gentiles, porque era un lugar gentil: Tarso, bajo el imperio romano estaba ese lugar, esa ciudad.

Y ahora le toca a Pablo llevar a cabo la labor de la primera edad de la Iglesia entre los gentiles. ¿Y entonces para dónde se va a llevar Pablo la gente y toda la bendición que pueda conseguir? Para los gentiles. Y los judíos lo trataban mal cuando iba, hasta lo apedreaban, pero los gentiles lo trataban muy bien.

Dios le dio gracia con los gentiles y también con los judíos, muchos judíos que estaban entre los gentiles, también le dio gracia.

Luego siguen las diferentes etapas de la Iglesia, y siguen apareciendo los mensajeros correspondientes a esa etapa. ¿Y para dónde se van a llevar la bendición? Para el lugar, el área, donde Dios los está usando, porque ahí es que la necesitan.

Si uno va a tener un auto, pues lo va a tener en el lugar, en el área donde esté trabajando, donde lo tenga que usar; y así también son todas las cosas; y la bendición de Dios pues más todavía.

Y a nosotros pues nos ha tocado la América Latina, trabajar con los latinoamericanos principalmente; toda bendición pues nos la vamos a traer para la América Latina y el Caribe.

Digo “la América Latina y el Caribe”, aunque el Caribe pertenece a la América Latina, pero como son áreas que se conocen como el Caribe, pues para juntarlos digo “la América Latina y el Caribe”, pero es lo mismo; todas pertenecen a la América Latina. Aunque hay sitios donde no hablan español, pero todo pertenece a la América Latina.

Y ahora, si el mensajero de la quinta edad, Lutero, tuviera la oportunidad de decidir para dónde llevarse la bendición de aquel tiempo, ¿para dónde se la iba a llevar? Para el sitio que le tocaba a él: Alemania; Wesley, pues para Inglaterra; el reverendo William Branham ¿para dónde se la llevaría? Para Norteamérica. Y nosotros nos las traemos para la América Latina y el Caribe.

Y si tenemos que buscar de lo que fue bendición en cualquier otro lugar, lo traemos para la América Latina y el Caribe: los Evangelios, el libro de los Hechos, el Antiguo Testamento; vean, todo lo traemos para la América Latina y el Caribe, lo usamos, lo tenemos aquí.

Libros también del reverendo William Branham, también traemos para la América Latina y el Caribe, para disfrutar todo lo que Dios habló en Norteamérica y en otros lugares, por medio del ministerio que levantó en Norteamérica, el cual fue el ministerio más grande que haya tenido Norteamérica y el hombre más grande que haya tenido Norteamérica.

Y la familia más importante que haya tenido Norteamérica, como familia, ha sido la familia del reverendo William Branham; los amamos mucho, oramos mucho por ellos y pedimos a Dios que los bendiga.

Ahora, ya esa edad pasó, y la bendición se mueve para donde se mueva el Espíritu Santo: de Alemania pasó… – de Asia Menor pasó allá a Alemania, de Alemania pasó a Inglaterra, de Inglaterra pasó a Norteamérica.

Y ahora, ¿se les habrá perdido la Columna de Fuego a la gente? Tienen que descubrir para dónde se ha ido la Columna de Fuego, para saber dónde está Dios llevando a cabo Su Programa correspondiente al tiempo final, a la etapa de la Edad de la Piedra Angular, la etapa de la adopción, la etapa donde se tiene que cumplir la Visión de la Carpa y todas las cosas que fueron vistas en la Visión de la Carpa.

Es fácil localizar al Espíritu Santo. El sol representa a Cristo, y el sol sale por el este y se pone por el oeste; el oeste, en su recorrido, es el último territorio.

Y salió en la tierra de Israel, por el este; continuó por Asia Menor, Europa, Norteamérica: pasó al oeste, al continente americano; y en el continente americano tiene que seguirse moviendo en todo el continente americano, que consta de Norteamérica, Centroamérica, Suramérica, incluyendo también todo el Caribe. Ahí es donde se pone el Sol, el tiempo de la tarde es en el oeste, que corresponde al continente americano; y después de ahí irá para el este de nuevo, para Israel.

¿Dónde se ve el sol por primera vez, que va a salir por el este?, ¿dónde es que se ve por primera vez? En el oeste, o sea, porque los días terminan en la tarde. El Día de la Gracia termina en el oeste, en el occidente, en el continente americano; y ahí comienza un nuevo día. Porque los días comienzan… terminan en la tarde, y el otro día comienza ahí en la tarde, y hay luz todavía: en ese tiempo de la tarde se entrelaza la luz del día que está terminando con la luz del día que está comenzando; y por eso la luz que va a salir por el este, para un nuevo día para el este, primero se ve en el oeste.

¿Ven? En la caída del sol es que se ve un lapso de tiempo de luz, pero ya no pertenece al día que habían disfrutado, sino que pertenece a un nuevo día esa luz; ahí es donde se hace el entrelace de un día con otro, ahí es donde se hace el entrelace de una dispensación con otra, el entrelace de una edad con otra, y el entrelace de un día milenial con otro día milenial: siempre es en la tarde. ¿Ven? Por eso está: “Y fue la tarde y la mañana un día”[12].

Siempre, después de ese entrelace en la tarde, donde hay luz del día que está pasando y luz del nuevo día, ahí es donde todo se prepara para lo que va a suceder más adelante; pero luego se va esa luz de ahí y vienen tinieblas.

¿Qué significa eso? Que luego de esa luz en el tiempo de la tarde, en el oeste, cuando termine ese entrelace del día y se establezca ya el nuevo día pero en la tarde, ya vienen las tinieblas; y: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu Luz, y la Gloria del Señor ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la Tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti será vista Su Luz (o sea, Su Gloria)”[13]. Y sigue hablando ahí en ese pasaje.

Y ahora, ¿también dice ahí que las “naciones andarán a tu luz”, Miguel? Eso es por el 60, ¿verdad?, de Isaías. [Hno. Miguel: Hay otra promesa]. (Sí).

Entonces, para el mundo vendrán tinieblas: la gran tribulación; y después de esa etapa vendrá, naciendo el día por el este, para el establecimiento del Reino del Señor, con la Venida del Señor con Su Iglesia para el establecimiento de Su Reino. Esa es la Venida en que verán a Cristo viniendo con Su Iglesia.

Pero antes de la gran tribulación, Cristo, el cual ha estado en medio de Su Iglesia, se manifestará; así como se manifestó en cada mensajero se manifestará en el Día Postrero, en nuestra edad, en el mensajero que Él tenga para ese tiempo; y ahí estará haciendo ese cambio de edad y de dispensación, y ahí Él estará alumbrando en ese tiempo.

Vean, alumbra dos veces: alumbra por medio del mensajero de la séptima edad…, como alumbró en cada edad, porque son la Luz del Espíritu en cada mecha del candelero, del vaso del…, de ese vaso que está en el candelabro; alumbra ahí, en la séptima edad; y después alumbra en la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Lugar Santísimo.

Y como ese lugar —el lugar santísimo—, ahí no había luz sino la de Dios: ahí nadie podía entrar con luces, solamente el sumo sacerdote con el incensario, en el momento correspondiente; y ahí la Columna de Fuego se manifestaba, y veía ahí la luz de Dios, el Pilar de Fuego, sobre el propiciatorio (eso es lo que dice en Levítico, capítulo 16); por lo cual el sumo sacerdote tenía que entrar en la forma correcta establecida por Dios.

Ahora, ¿han notado alguna cosa ahí? El sumo sacerdote tenía que entrar en cierta forma, pero de Moisés no dice cómo tenía que entrar. Moisés era un profeta dispensacional; cuando entraba: se quitaba el velo, entraba, hablaba cara a cara con Dios; y luego, cuando salía, se lo colocaba de nuevo. Ya eso cuando ya… la segunda vez que subió al monte Sinaí, y bajó con su rostro resplandeciendo por la gloria de Dios que estaba manifestada en él[14].

Ahora, estamos viviendo en el tiempo en que se está entrelazando, y que ya estamos muy avanzados, dentro del Día Postrero y dentro, también, de una nueva edad.

Ahora, la puerta del Reino de los Cielos fue abierta el Día de Pentecostés.

Y en San Lucas, dice el capítulo 13 que cuando el Padre de Familia se levante y haya cerrado la puerta, entonces van a venir tocando la puerta; y en la parábola de las vírgenes prudentes y las vírgenes insensatas, en San Mateo 25, versos 10 al 13, dice que cuando fueron a comprar aceite las vírgenes insensatas, vino el Esposo; y las que estaban preparadas entraron con Él (¿a qué?) a las Bodas; y se cerró la puerta.

¿Ven? Hay un tiempo en que la Puerta será cerrada. Y cuando sea cerrada: ya se cerró el tiempo de redención, el tiempo para recibir a Cristo y obtener el nuevo nacimiento.

No quiere decir que no se va a estar predicando, hay gente viniendo al altar a recibir a Cristo[15]; pero ya el tiempo de recibir a Cristo y obtener el nuevo nacimiento habrá terminado.

Digamos que, los que vengan después, ya son preparados para pasar por la gran tribulación y dar sus vidas en la gran tribulación; porque la Tercera Etapa será para la Iglesia-Novia, será para las vírgenes insensatas y será también para el mundo; y por consiguiente, para los judíos, que van a ser impactados y van a ver a Cristo viniendo por Su Iglesia.

O sea, van a ver al Ángel Fuerte que desciende del Cielo, viniendo por Su Iglesia. Y eso es Cristo, es el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, viniendo con el Librito abierto en Su mano. No viniendo con el cuerpo físico glorificado, sino viniendo con Su cuerpo angelical, con el cual ha estado todo el tiempo en medio de Su Iglesia.

Y ahí no vamos a explicar mucho, porque ahí está el misterio del Séptimo Sello; porque ese es el Ángel que clama como cuando ruge un león y siete truenos emiten sus voces[16].

Es la Voz de Cristo hablándole consecutivamente a Su Iglesia, como le habló a Su Iglesia durante las siete edades; pero allá fue: a través de uno, se detuvo cuando se fue el mensajero; y después, cuando llegó el otro mensajero, habló nuevamente; pero acá, en Apocalipsis 10, habla en forma consecutiva.

Algún día veremos a través de quién va a estar hablando, y entonces vamos a comprender todo ese misterio de Apocalipsis 10, todo ese misterio que está escondido ahí.

Y entonces Él tiene las llaves de David, la llave de David, para abrir la Puerta; y por eso tendrá acceso a los judíos, tendrá acceso al Reino de David, y podrá traer la restauración del Reino de David.

Cada puerta tiene una llave. Con la llave del Reino de los Cielos, que tenía Pedro, no se puede abrir la Puerta de David, la Puerta para el Reino de David, porque cada puerta tiene una llave, y hay algo detrás de esa puerta. Detrás de la llave de David pues está la cerradura y la Puerta, y luego está el Reino de David con la gente que van a estar en ese Reino.

¿Ven? “LO QUE ESTÁ DETRÁS DE LA PUERTA”.

Es un Programa Divino correspondiente a la Dispensación del Reino lo que está detrás de la Puerta de David y de la llave de David.

Y lo que está detrás de la llave del Reino de los Cielos, pues es la Puerta del Reino de los Cielos: Cristo, todo el misterio de la Primera Venida de Cristo para la Dispensación de la Gracia, para entrar por esa Puerta y venir a formar parte de la Dispensación de la Gracia, y, por consiguiente, de la Iglesia del Señor Jesucristo, del Reino de Dios en la esfera espiritual.

Y lo que está detrás de la llave y de la Puerta de David es el Reino de David; y, por consiguiente, la Puerta es Cristo en Su Segunda Venida.

El misterio de la Venida de Cristo es la Puerta, o sea, Cristo viniendo es la Puerta a través de la cual van a entrar los escogidos del Día Postrero para recibir la fe, la revelación, para transformación y rapto; y los judíos van a ver esa Puerta, esa llave de David y esa Puerta siendo abierta. Ellos van a ver lo que ellos están esperando. Todo va a ser sencillo.

Ahora, la Segunda Venida de Cristo como lo están esperando muchas personas, eso es para después de la gran tribulación, para el establecimiento del Reino. Para llevarse a Su Iglesia es Su Venida en secreto; solamente la va a comprender el pueblo que va a ser transformado y llevado con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

El reverendo William Branham dice que será el Verbo[17]. Y el Verbo tiene un Nombre nuevo que ninguno conoce, sino Él mismo. Y que Su Nombre es el Verbo, y que tiene un Nombre escrito en Su vestidura y en Su muslo, que ninguno conoce, sino Él mismo; y Su Nombre es “Rey de reyes y Señor…”, tiene escrito: “Rey de reyes y Señor de señores”; o sea, el Verbo viniendo como Rey de reyes y Señor de señores. O sea que ya cambia de Cordero a León; cambia el Verbo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, cambia de labor y cambia de dispensación.

Y ahora, es una labor que tiene que ver con Su Obra de Reclamo; porque Él va a reclamar a todos los escogidos que han muerto del pasado, y a los vivos los va a transformar a todos, los va a llevar con Él a la Cena de las Bodas del Cordero; y también está todo el Programa del Reclamo de Su Reino, el reclamo del Reino de David, del Trono de David; y el reclamo del mundo entero, por el cual Él murió en la Cruz del Calvario.

En la parábola del tesoro escondido…, eso está en San Mateo, capítulo 13, verso 44, por ahí es, o capítulo 24, verso… o capítulo 13; vamos a verlo ahí. Capítulo 13, verso 44, dice:

“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”.

Y Cristo compró el campo, que es el mundo, lo compró al morir: pagó el precio de la redención del mundo entero, del planeta Tierra completo, con todo lo que tiene; todo le pertenece a Cristo: los buenos y los malos.

Porque cuando usted compra una finca, un campo, usted compró todo: usted compró las cosas buenas que hay allí y las malas también, usted compró hasta los ratones, hasta las cucarachas también compró usted; todo lo que está ahí, todo es suyo. Usted no puede recoger todo eso y tirarlo para la otra finca: “No, eso… yo no compré eso”. No, el otro le va a decir: “No, eso es tuyo”.

Ahora, ¿Él qué va a hacer? Acabar con las cosas malas que están ahí. Eso es lo que va hacer con la cizaña: quemarla, recogerla y quemarla. Eso es lo que va hacer con los malos: quemarlos, y esos los va a quemar durante la gran tribulación con fuego atómico.

El reino del anticristo, el trono del anticristo y todo eso, con bombas atómicas va a ser destruido; por eso en el libro del profeta Daniel y en el Apocalipsis también, dice que le darán su poder y su autoridad a la bestia, y luego, después de cierto tiempo, esos mismos reyes la van a quemar con fuego[18]. Y ahí no vamos a explicar mucho, ya ustedes saben sobre eso.

Así que miren lo que le espera al reino del anticristo, al trono del anticristo, el lugar donde esté ese trono y todas esas cosas: fuego atómico. Eso es lo que dice la Escritura: que los va a echar al fuego, en San Mateo, capítulo 25, versos 31 al 46; las naciones que no van a entrar al Reino Milenial van a ser quemadas con fuego.

Así que cosas terribles se acercan para muchas naciones; pero cosas buenas también se acercan para otras naciones que han ayudado tanto a la Iglesia de Jesucristo como también a los hebreos.

Y ahora, todo eso está bajo la Dispensación del Reino. En ese cambio de dispensación es que suceden estas cosas.

Miren, cuando las profecías hablaban de Jerusalén, después Cristo habló de Jerusalén y dijo que no sería dejada piedra sobre piedra que no fuera derribada[19]; y después, en el año 70, eso se cumplió, ya dentro de una nueva dispensación.

Ya cuando termina una dispensación, luego viene la destrucción para lo que quedó de esa dispensación; porque hay un cambio, y entonces las cosas comienzan bajo un nuevo Programa Divino. Por eso es que Pablo dice que lo que se da por viejo está cerca a ser destruido, a ser quitado, a desaparecer[20].

Y ahora, “LO QUE ESTÁ DETRÁS DE LA PUERTA”, eso es un Programa Divino de una nueva dispensación, con un pueblo que va a recibir las bendiciones para esa nueva dispensación. Todo lo que corresponde a una nueva dispensación está detrás de una Puerta, y para venir a esa Puerta hay una llave, y alguien tiene que recibir esa llave.

Miren, la Tercera Etapa, el reverendo William Branham dice que será para la Iglesia, será para la Novia, para las vírgenes insensatas y para el mundo[21]. Y así como Cristo tuvo que ir a predicar a los perdidos, que ya no tendrían oportunidad de salvación, ese ministerio tiene que repetirse[22]; y ese es el ministerio de los Dos Olivos, de Moisés y Elías, y por lo tanto tendrán la llave o las llaves del Hades o del infierno y de la muerte, porque el infierno estará sobre la Tierra.

Por lo tanto, tendrá que tener la llave el que tenga ese ministerio de la Tercera Etapa, para poder entrar y salir; como Cristo: entró y salió, le quitó las llaves del infierno y de la muerte al diablo, y pudo resucitar, y resucitar con Él a los santos del Antiguo Testamento.

Y vamos a ver cómo esa llave funciona para abrir y poder entrar al mundo, (dice…), al mundo; porque será para la Iglesia-Novia, para las vírgenes insensatas y también para el mundo; y por consiguiente también para el pueblo hebreo, que va a ser impactado, por consiguiente la llave de David también está ahí.

Cada puerta tiene su llave.

A Abraham, en el capítulo 22, verso 17 por ahí… (vamos a ver si lo tengo aquí…) capítulo 22, verso 17, dice que a Su descendencia Él le dará las llaves – o la puerta de sus enemigos.

Si le va a dar la puerta de sus enemigos, va también a darle la llave, así que podrá entrar y salir. Tanto a los enemigos…, vean, a los enemigos de la descendencia de Abraham, pues la puerta de sus enemigos, vean, Dios ha prometido darla a la descendencia de Abraham.

Por lo tanto, tiene que aparecer en cada tiempo una persona que tenga acceso al mundo entero.

En el Día Postrero aparecerá uno con las llaves y el acceso, porque tendrá – le habrán sido dadas las puertas de los enemigos.

Solamente cuando vean que están sucediendo cosas, piensen: es que la puerta de los enemigos le han sido dadas. Eso es la Tercera Etapa bajo el Séptimo Sello; bajo la Tercera Etapa estaremos viendo ese acceso que habrá, por tener las puertas de los enemigos.

Eso será…, cualquier persona piensa o interpreta diferentes cosas, pero no; es que podrá entrar y salir aun en medio de los enemigos de Abraham y su descendencia. ¿Y cómo lo podrá hacer? Porque sabe por dónde está la puerta.

Y no vamos a explicar mucho ahí para que no vaya a ser que alguien quiera entrar por la puerta, diga: “Ah, esta es la puerta, por ahí vamos a entrar nosotros”, y vaya a interrumpir el Programa Divino.

Así que oremos a Dios: que Dios nos dirija siempre; y adelante trabajando en la Obra del Señor siempre.

Aprecio mucho todo lo que están haciendo por Puerto Rico, les agradezco esa buena acción de unirse a este programa, proyecto, de la construcción de La Carpa Catedral en Puerto Rico, y la compra de estos terrenos que son necesarios; y le pido a Dios que los bendiga grandemente a ustedes y a vuestras congregaciones, y les use grandemente en todo ese programa.

Yo también estoy brazo a brazo con Puerto Rico en ese proyecto que allá están llevando a cabo, y también el doctor, misionero Miguel Bermúdez Marín, está en ese proyecto trabajando.

Yo le dije a Miguel que se encargara él de esa parte de trabajar con los ministros en ese proyecto. Es un proyecto basado en promesas divinas prometidas para la Iglesia del Señor Jesucristo, en donde la Tercera Etapa va a ser manifestada y en donde llegará la Iglesia a la parte culminante del Programa Divino.

Después de esa etapa de la Visión de la Carpa se terminará el trabajo aquí de la Iglesia en la Tierra; y para que no haya imitaciones…, como las hubo en el tiempo del séptimo ángel mensajero, el cual dijo cómo eran esas otras dos etapas y aparecieron muchos amigos de él imitando; por eso aquí, como decimos nosotros: “no hay amigos”. A quién le sea dada la Espada: que la guarde bien y no se la preste a nadie.

Y esa Espada no se la va a prestar a nadie, no le va a dar a conocer qué es ni nada, a las demás personas; porque amigos íntimos del reverendo William Branham supieron de esas primeras dos etapas, lo imitaron; y la gente, en vez de mirar al ministerio del reverendo William Branham, entonces miró a otras personas, y entonces eso fue lo que trajo muchos problemas en medio del cristianismo, en medio de la Edad de Laodicea.

Y el Ángel mismo se lo dijo, le dijo: “De la Tercera Etapa (dijo), de esto no dirás a nadie nada”[23]. Dijo: “De esto no habrá imitaciones, porque el diablo no sabe lo que es”. El diablo imita cuando descubre lo que es; pero el diablo, como no sabe todo ese misterio de la Tercera Etapa, del Séptimo Sello, y todo eso aparentemente es un enredo…; así es mejor: que piense que es un enredo para que no entienda nada.

Y el que tendrá la Espada en la mano, que es la Tercera Etapa, que es el Séptimo Sello y todas estas cosas… ¿Ven? Le fue dicho que la Espada era la Tercera Etapa, que los Truenos era la Tercera Etapa, y el Séptimo Sello también, todo eso; y la Visión de la Carpa y el cuartito pequeño, todo eso es la Tercera Etapa; y ahí hay una puerta de entrada y otra de salida en el cuartito pequeño, y allí va a estar la Columna de Fuego.

Es un privilegio grande hacer un lugar donde la Columna de Fuego va a estar. Como pasó con Moisés: tuvo el privilegio de hacer con el pueblo un lugar donde iba a habitar la Columna de Fuego, Dios en esa Columna de Fuego; y Salomón tuvo el privilegio de construir con el pueblo, con la ayuda del pueblo, un templo donde iba a estar la Columna de Fuego; y entró cuando fue terminado, y fue dedicado a Dios, como sucedió en el tabernáculo[24].

Y a la Iglesia del Señor Jesucristo entrará la Columna de Fuego y se manifestará en toda Su plenitud en el Lugar Santísimo, como fue allá en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón.

Y por cuanto esa es la etapa del Lugar Santísimo, todo el trabajo corresponde al Lugar Santísimo, y habrá una manifestación en el cumplimiento de esa Carpa Catedral que está dentro del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo. O sea que todo el trabajo que se hará ahí, en la Edad de la Piedra Angular, que es el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, todo el trabajo que se hará es trabajo de la parte más importante del Templo espiritual de Cristo, o sea, de la Iglesia del Señor Jesucristo.

En las edades pasadas, que fue la etapa del Lugar Santo, hubo templos, catedrales y carpas también, que fueron usadas en los ministerios y por los ministerios, y personas que tenían los ministerios correspondientes a cada edad.

Y también en nuestro tiempo, para nuestra edad, es la promesa de la Visión de la Carpa Catedral. Y es un privilegio trabajar para que se haga realidad esa promesa. Y así como por la fe muchos conquistaron promesas, también a nosotros nos toca conquistar las promesas de nuestro tiempo, para la edad que nos corresponde.

“LO QUE ESTÁ DETRÁS DE LA PUERTA”.

Hay grandes bendiciones detrás de la Puerta de la Dispensación de la Gracia, detrás de la Puerta de la Venida del Señor a Su Iglesia. Hay grandes bendiciones, y todo gira alrededor del Séptimo Sello, que es la Venida del Señor a Su Iglesia; y después la Venida para el Reino es detrás – después de la gran tribulación.

Pero antes vienen los santos, van a estar con nosotros. Y en esa Carpa Catedral que vio el reverendo William Branham, miren, había gente que estaban ya – que habían partido ya. El reverendo William Branham aparece ahí; y quería bajar para tocar con su pie en el piso, y se quedaba en el aire; porque la sexta dimensión está más arriba.

Dice que él, cuando fue al Paraíso, él miraba hacia abajo y veía su cuerpo en la cama, y miraba arriba y veía la gente de la sexta dimensión[25]; y él dice: “Eso está a unos doce pies de altura”[26].

Así que, vean, ellos están con nosotros, ellos nos ven, escuchan; no están tan lejos, están muy cerca viendo y escuchándolo todo; y deseosos de que ocurra la resurrección.

Y Cristo, de la séptima dimensión va a pasar a la sexta dimensión; así le dijeron cuando él preguntó: “¿Y dónde está Jesús, al cual yo he servido, al cual yo amo, por el cual yo he vivido?”. Y le dicen: “Él está más arriba y no puedes ir a donde Él ahora; Él vendrá acá, Él vendrá a Ti”. Y él, que quería verlo con tanto deseo, cuando le dicen: “Él vendrá a ti primero y te juzgará”, y ahí pues…, ahí se asusta (se asusta cualquiera); pero después ya ellos le explican cómo va a ser todo, y ellos pues dicen: “Esperamos, eso nosotros lo esperamos”, o sea, que él salga bien; y le dicen: “Y entonces regresaremos contigo a la Tierra”. Pero le dicen: “Tú nos presentarás a Cristo, a Jesús”.[27]

O sea que va a haber una reunión en la sexta dimensión importante, y entonces regresarán a la Tierra o vendrán a la Tierra en cuerpos glorificados, resucitarán. O sea que hay un evento grande en la sexta dimensión también, donde están todos los creyentes de edades pasadas que han partido.

Habrá una fiesta grande esperándonos a todos cuando ya estemos transformados; pero en el Cielo, antes de eso, cuando el Señor pase por la sexta dimensión, habrá un juicio. Pero ellos van a entrar, el mensajero con su grupo; si están allí es porque van a entrar.

Bueno, ya está oscureciendo, ya deben de estar todos los hermanos allá. Que Dios me los bendiga y les guarde, y recuerden: “LO QUE HAY DETRÁS DE LA PUERTA”.

Dios les bendiga y les guarde, y con nosotros el reverendo Miguel Bermúdez Marín.

“LO QUE ESTÁ DETRÁS DE LA PUERTA”.

[Revisión enero 2025]

[1] San Mateo 28:20

[2] Citas, pág. 136, párr. 1208

[3] 1 Reyes 19:1-18

[4] 1 Reyes 19:19-21

[5] 2 Reyes 2:1-15

[6] Números 20:22-29

[7] Números 13:8

[8] Génesis 48:1-20

[9] 1 Reyes 11:29-38

[10] Génesis 49:22-26

[11] Hechos 10:1-48

[12] Génesis 1:5, 1:8, 1:13, 1:19, 1:23, 1:31

[13] Isaías 60:1-2

[14] Éxodo 34:29-35

[15] Citas, pág. 10, párr. 87; pág. 13, párr. 98; pág. 14, párr. 103; pág. 25, párr. 211; pág. 39, párr. 321; pág. 10-B, párr. 87

[16] Apocalipsis 10:1-3

[17] Los Sellos, pág. 131, párrs. 131-133

[18] Daniel 7:11, 7:23-27; Apocalipsis 17:12-17

[19] Mt. 24:1-2, Mr. 13:1-2, Lc. 21:5-6

[20] Hebreos 8:13

[21] Citas, pág. 119, párr. 1057

[22] Citas, pág. 114, párr. 1002

[23] Los Sellos, pág. 471, párr. 161

[24] Éxodo 40:33-38, 2 Crónicas 7:1-3

[25] Los Sellos, pág. 317, párrs. 184-187

[26] 65-1205 “Cosas que han de ser”, párr. 119

[27] Los Sellos, pág. 321, párrs. 209-219

Scroll al inicio