Muy buenas tardes o buenas noches, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador.
Ya hemos estado viendo cómo las cosas se están moviendo en este mundo, y que también Dios tiene Su Programa correspondiente a este tiempo final.
También hemos visto cómo para este tiempo final está prometido que habrá una etapa culminante de la Iglesia del Señor Jesucristo; y todo eso llegará al cumplimiento de la Visión de la Carpa que vio el reverendo William Branham mientras estuvo aquí en la Tierra, en el cuerpo de carne; lo cual él también trató de hacerlo una realidad en su tiempo.
Él trató de hacer, esa Visión de la Carpa, una realidad en su tiempo, pero no le fue permitido porque no era para su tiempo. En palabras más claras, en el campo ministerial no era para el ministerio del cuarto Elías, o sea, no era para el ministerio del Espíritu Santo operando el ministerio de Elías por cuarta ocasión.
Por lo tanto, eso corresponde para la etapa del ministerio de Elías por quinta ocasión y de Moisés por segunda ocasión, conforme al Programa Divino; porque es Dios por medio de Su Espíritu el que estará obrando en el cumplimiento de la Visión de la Carpa.
Y para este tiempo final, luego de los ministerios que ha operado en edades pasadas, no tiene nada más que tres ministerios para operarlos en este tiempo final: el ministerio de Jesús por segunda vez, el ministerio de Moisés por segunda vez y el ministerio de Elías por quinta ocasión.
Por lo tanto, van a estar en operación esos ministerios en el cumplimiento de la Visión de la Carpa. O sea, cuando se llegue al momento que él vio y estuvo allí presente, estarán operando ahí: ahí estarán esos ministerios, y ahí estará la Columna de Fuego, ahí estará el Ángel que lo acompañaba; y todas estas cosas que fueron prometidas van a estar siendo cumplidas. Y él dijo que: “Eso será la Tercera Etapa”[1]. Ahí va a estar siendo manifestada la Tercera Etapa.
Y por consiguiente, él también dijo: “Lo que ustedes han visto manifestado en parte…”; o sea, él mostró cinco – dio cinco ejemplos de la manifestación de Dios[2]; y dijo: “Lo que ustedes han visto manifestado en parte, será manifestado en toda su plenitud, será visto en toda su plenitud manifestado”[3]; y eso es nada menos que la manifestación del Espíritu de Dios en la Tercera Etapa.
Y eso está ligado al Séptimo Sello, está ligado a todo lo que él dijo. Por ejemplo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, los Truenos emitiendo sus voces[4]; o sea que la Voz de Dios ahí, en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, eso es el Ángel Fuerte hablándole a Su pueblo.
Y así por el estilo, vamos a estar viendo en el cumplimiento de la Visión de la Carpa todo lo que fue prometido.
Estaremos viendo ahí la presencia de la Columna de Fuego que libertó al pueblo hebreo por medio del profeta Moisés; estará en una etapa que será nueva para la Iglesia. Y una etapa nueva para la Iglesia pues no es la Edad de Laodicea, que fue la última de las edades que ya han transcurrido; será la Edad de la Piedra Angular, la Edad de la Adopción, la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo.
Vean, todo eso, por cuanto Dios está construyendo un Templo por medio de Cristo, un templo tiene que tener lugar santísimo. Y las siete edades corresponden al Lugar Santo, donde estaban los candelabros o el candelabro con siete lámparas, que corresponde a las siete etapas o edades de la Iglesia, con sus luces encendidas: el Espíritu Santo alumbrando por medio del mensajero de cada edad.
Ahora vean, ahora hemos llegado a la Edad Perfecta, a la Edad de la Piedra Angular, de la cual en el mensaje “La estatura de un Hombre perfecto”, página 4 en español, dice: “Cuando la Novia suba (o sea, llegue) a esa Edad Perfecta, a esa Edad Eterna”[5]. ¿Ven? Está hablando de una etapa o edad que viene después de la séptima edad de la Iglesia.
Y por cuanto las siete edades corresponden a la etapa que ha transcurrido, ahora nos encontramos en la Edad de la Piedra Angular, la Edad de la Adopción para todos los hijos e hijas de Dios.
En edades pasadas no se podía estar esperando la transformación, porque no era el tiempo; porque la transformación y la resurrección de los muertos en cuerpos eternos y glorificados es la adopción, es la redención del cuerpo, y eso corresponde exclusivamente a la Edad de la Piedra Angular.
Como la resurrección en la Iglesia del Antiguo Testamento, que es Israel bajo la Ley, vean, no podía ocurrir en otro tiempo sino en la Edad de la Piedra Angular, que fue el tiempo del Señor Jesucristo donde resucitaron los santos del Antiguo Testamento y también resucitó Jesús; Jesús primero, y luego resucitaron con Él los santos del Antiguo Testamento[6].
Ahora, en Lázaro, Cristo representó la resurrección de los muertos en Cristo que será llevada a cabo en el tiempo final. Por cuanto fue al cuarto día[7], tenemos que encontrar el cuarto día acá en la Iglesia (Lutero: primer día…); o sea, corresponde a los días o etapas de restauración:
- Lutero: primer día de restauración.
- Wesley: segundo día.
- Edad de Laodicea: tercer día.
- Y la Edad de la Piedra Angular: el cuarto día.
Ahora, podemos ver que todas estas cosas están tipificadas en la Iglesia.
Y ahora: justificación con Lutero, santificación con Wesley, y restauración de los dones: la Edad de Laodicea o edad pentecostal; y luego viene la etapa de la Palabra pura; o sea, es la etapa en que la Palabra pura estará en medio de la Iglesia, y en donde la Palabra hará la Obra del Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular.
Recuerden que la muestra que fue dada por Dios a través del reverendo William Branham, de lo que será la Tercera Etapa, aparece con la Palabra siendo hablada para cada una de las cosas que vinieron a ser la muestra y tipo y figura de lo que Dios va a hacer en este tiempo final; y dice que será cuando llegue la apretura.
Y todo eso está ligado a la Visión de la Carpa, tiene que aparecer también el cumplimiento de la Visión de la Carpa. Y nadie puede dar cumplimiento a esa Visión, sino Dios, en el lugar e instrumentos que Dios tenga, y ministerios que Dios tenga, para ese tiempo; y Dios va a estar respaldando esa labor, ese proyecto, porque es un proyecto divino.
Así como cuando Moisés recibió de parte de Dios la construcción de un tabernáculo[8]. Vean, un tabernáculo para un pueblo que va caminando; pero era movible. O sea que Dios tiene la forma para hacer para cada tiempo.
Y ahora, un tiempo en donde va a haber muchos problemas en la Tierra, donde terremotos, maremotos, tormentas y todas estas cosas van a estar siendo manifestadas: un templo de piedras, un templo con columnas y concreto, no resiste los terremotos bien, pero una carpa sí los puede resistir. Y lo otro es que eso es para poco tiempo; aunque se gaste mucho, pero es para poco tiempo.
Lo importante es que se cumpla la Visión, y Dios haga lo que va a hacer, y nos lleve de aquí; y si queda aquí durante el tiempo de la gran tribulación esa Carpa Catedral, y Dios nos permite que se mantenga y pase al Reino Milenial, pues la vamos a tener ahí también; si no, pues era para un tiempo corto y se cumplió el propósito, y ya todo terminará con esa Carpa.
Así que Dios es el que sabe cuál es su propósito; y a nosotros nos corresponde trabajar en ese propósito, para que se haga una realidad.
Vean, en la construcción del tabernáculo, ese era el proyecto de Dios dado a Moisés; y le fue dicho: “Hazlo conforme a lo que te fue mostrado en el monte, conforme a ese modelo que te fue mostrado”. No lo podía hacer de otra forma.
Y vean, entró a la tierra prometida. No se sabe cuántas veces la tuvieron que reparar, pero llegó a la tierra prometida. Y ahí moraba Dios.
O sea, era llevando la casa de Dios por todo el desierto: Dios habitando en medio del pueblo. Dios habitando en una carpa, y el pueblo habitando en carpas también; en la misma forma en que habitaba el pueblo, estaba habitando Dios.
Luego, cuando ya están en la tierra prometida, más adelante, el rey David, viendo que él tenía casa ya no de carpa, era diferente, dice: “Yo tengo una casa de cedro, casa buena, ¿y Dios todavía morando en una carpa?”[9], David.
Como cuando uno tiene un familiar, y dice – y la persona pues ha estado morando en una casita pobre, y luego ya prospera y tiene una buena casa; y mira a su familiar y dice, o a su papá, y dice: “Mira, yo morando en una buena casa, y allá mi papá morando en una casita sencilla. Voy a construirle una casa buena”.
Y ahora, Moisés [David] piensa, y le llega esa inspiración al alma, en construir una casa grande, hermosa, para Dios. Y entonces el profeta Natán, sabiendo que David era conforme al corazón de Dios y los pensamientos de Dios eran transmitidos a David, todo lo relacionado al Reino… Porque ahí, aunque David era el rey, pero delante de Dios estaba en una posición más alta el profeta Natán; aunque David era profeta también, pero estaba en la parte política del Reino de Dios en la Tierra.
O sea, son posiciones diferentes, la de David y la de Natán. Pero siendo también David profeta, comprendía a Natán; y Natán lo entendía a él.
Y ahora, Natán le dice: “Haz conforme a todo lo que está en tu corazón”. Y era bueno para Natán también, saber que ya para Dios iba a ser construida una casa de piedra, una casa grande y buena.
Y cuando ya Natán se va, muy contento, Dios le aparece a Natán, le habla a Natán, y le dice: “David no me construirá casa, porque él ha derramado mucha sangre”. Era un guerrero, estaba todo el tiempo peleando, y Dios le había dado ya paz, y entonces quería hacer algo grande para Dios, un proyecto grande para Dios.
Y cuando hay un proyecto grande para Dios: hay regocijo en el alma de la persona y de todo el pueblo, y Dios también mira esa buena intención que hay en el corazón; y si es conforme a la voluntad de Dios ese proyecto, Dios lo va a respaldar.
Y ahora, regresa el profeta Natán a donde David y le dice: “Mira, Dios me ha dicho que tú no le vas a construir casa, que no le construyas casa, sino tu hijo Salomón”; se quedó en familia.
Y entonces David había almacenado mucho oro, plata, cobre, de todo, para ese templo[10]; y entonces reconoce que va a ser su hijo Salomón; y ya, vean ustedes, está deseoso que su hijo Salomón esté en el trono, porque esa es la persona que va a construir esa casa. Y eso está muy bueno.
Cuando una persona, un padre sabe que su hijo es el que va a hacer algo importante para Dios, pues desea que su hijo ya esté colocado en la posición en que tiene que estar para llevar a cabo esa labor.
De seguro pues así estaría también el reverendo William Branham; si él no lo podía hacer, pues: que pronto aparezca la persona y el grupo de personas que estarán trabajando en ese proyecto.
Él escuchó también que la Tercera Etapa – los Truenos emitieron sus voces en un idioma desconocido; por lo tanto, la Voz de Dios (que son los Truenos), la Voz de Cristo (que son los Truenos), la Voz del Ángel Fuerte, la Voz de Cristo como León, clamando como cuando un león ruge y siete truenos emitiendo sus voces, no iba a estar hablando en inglés. Si hubiera hablado en inglés él lo hubiera entendido; pero dice que fue en un idioma desconocido para él. Eso está en el libro de Los Sellos[11].
Y si fue en un idioma desconocido, hay que buscar otro idioma que él no conocía; y entonces localizar el territorio donde se va a mover el Espíritu Santo, con qué tipo de gente, qué idioma van a estar hablando, y qué idioma va a estar hablando el instrumento que Dios tenga para ese tiempo; porque siempre tiene que tener un instrumento, un mensajero, una persona en el cual Él haya colocado un ministerio y a través del cual Él estará manifestándose.
Tiene que tener un Mensaje; porque si no, no es un mensajero. Un mensajero es lo más grande que hay en el Programa Divino; y si es profeta, la bendición es mayor.
Recuerden que han habido mensajeros que no son profetas, como Lutero y Wesley, y también otros mensajeros.
Pero también sabemos de mensajeros que han sido profetas: tienen un Mensaje y tienen un ministerio de profeta también, como San Pablo y el reverendo William Branham; y también hubo, también, otros en la Iglesia.
Y también hubo profetas pero no mensajeros; como Ananías, el que bautizó a San Pablo[12]. Y habla que hubo profetas, porque Dios dice, y San Pablo dice también, en Efesios, capítulo 4, verso 11, y en Corintios[13], dice que Dios ha colocado en Su Iglesia apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros.
Pero una persona puede estar colocada en la Iglesia como un profeta, pero no ser un mensajero; por lo tanto, ese profeta estará sujeto al mensajero de su tiempo; tiene que llevar, hablar el Mensaje del mensajero de su tiempo.
Y ahora, podemos ver que para nuestro tiempo Dios tiene una bendición muy grande para Su Iglesia; y por consiguiente es en medio de Su Iglesia.
Y eso será, esa manifestación de Dios y lo que estará hablando, que será la Voz de Cristo como el León de la tribu de Judá…, y eso será —por consiguiente— los Siete Truenos hablando; estará dándole la fe, la revelación, para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; porque los Truenos son los que le dan la fe para el rapto a los escogidos, a la Iglesia del Señor Jesucristo. Eso lo pueden conseguir por la página 128 y 212 del libro de Los Sellos en español (por supuesto, en la versión que yo leí).
Y así, por consiguiente, podemos ver que hay grandes bendiciones prometidas de parte de Dios para la Iglesia del Señor Jesucristo.
Así que ¡adelante trabajando en todo el proyecto divino correspondiente a este tiempo final!, en donde este entrelace dispensacional de la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia está llevándose a cabo, y en donde el entrelace con… los judíos con el cristianismo, se está también llevando a cabo; o sea, está moviéndose todo eso.
Es un entrelace donde se van a ayudar los unos a los otros, y algunas cosas muy importantes van a llevarse a cabo; y para todo eso, la Iglesia del Señor Jesucristo, en la etapa en la cual estamos, estará trabajando.
Recuerden que Dios con los… con la Iglesia, trabaja con individuos; es con individuos que trabaja, directamente en sus almas; pero con los judíos Él trabaja como nación. Por lo tanto, hay una diferencia en cuanto al trabajo que se hace con la Iglesia y el trabajo que es para el pueblo hebreo.
Por eso es que el cristianismo nunca ha podido conquistar a Israel; porque quiere obrar como si estuviera trabajando con gentiles, quiere trabajar con individuos y —por consiguiente— quiere convertirlos a Cristo; y Dios trata con Israel como nación. Y no vamos a explicar mucho de eso, sino que siempre estaremos trabajando para el beneficio de la Obra de Dios.
Así que, ministros, compañeros, en el Cuerpo Místico de Cristo, ¡adelante trabajando en la Obra del Señor!
Y que Dios los use grandemente a ustedes, junto a vuestras congregaciones, y los prospere grandemente, y añada cada día más y más personas en y a vuestras congregaciones; y sobre todo, Dios añada a Su Iglesia los que faltan por ser añadidos, para que se complete así la Iglesia del Señor Jesucristo, y pueda ocurrir la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos; y por consiguiente, Cristo termine Su Obra de Redención, termine Su Obra de Intercesión allá en el Cielo, y salga del Trono de Intercesión, y venga a ser el León de la tribu de Judá, el Rey de reyes y Señor de señores; y clame como cuando un león clama, ruge, y los siete truenos emitan sus voces.
Que Dios les bendiga y les guarde, y ya hasta algunos minutos en que estaré nuevamente con ustedes y con toda la congregación que estará aquí reunida.
Pasen todos muy buenas noches.
“PALABRAS DE SALUDO A LOS PASTORES”.
[Revisión agosto 2025]
[1] Los Sellos, pág. 471, párr. 161
[2] [Compilación de extractos “La introducción de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia”: Sanidad hermana Meda Branham: págs. 290-295, párrs. 71-136 ([64-0120] “Sus palabras infalibles de promesa”) / Detiene la tormenta: págs. 281-284, párrs. 86-122 ([63-1110E] “El que está en vosotros”) / Resurrección del pececito: págs. 235-238, párrs. 130-157 ([57-0623] “Cree desde el corazón”) / Creación de ardillas: págs. 238-245, párrs. 33-52 ([59-1123] “Habla a esta montaña”) / Salvación hijos de Hattie Wright: págs. 250-252, párrs. 170-188 ([60-0417M] “Id, decid”)]
[3] [Citas, pág. 119, párr. 1057: 63-1229E “Apartando la mirada hacia Jesús”, párrs. 38-39]
[4] Apocalipsis 10:1-3
[5] [62-1014M “La estatura de un Varón perfecto”, párr. 31]
[6] San Mateo 27:52-53
[7] San Juan 11:17-44
[8] Éxodo 25:1-9
[9] 1 Crónicas 17:1-25
[10] 1 Crónicas 29:1-9
[11] Los Sellos, pág. 471, párr. 162
[12] Hechos 9:10-18
[13] 1 Corintios 12:28