Los Dos Ungidos delante del Señor de toda la Tierra

Muy buenas tardes, Miguel, y todos los ministros ahí reunidos: que Dios les bendiga y les guarde, y que continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.

Es para mí un privilegio grande dirigirme a ustedes, ministros allá en Pereira reunidos en esta ocasión, para pedirle a Cristo Sus bendiciones sobre cada uno de ustedes; y también agradecerle a ustedes, ministros junto a sus congregaciones, el respaldo que le están dando al gran proyecto de La Gran Carpa Catedral en Puerto Rico.

Para esta ocasión leemos en Zacarías, capítulo 4, versos 11 en adelante…, 11 al 14, donde dice:

“Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelabro y a su izquierda?

Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro?

Y me respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no.

Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra”.

“LOS DOS UNGIDOS DELANTE DEL SEÑOR DE TODA LA TIERRA”.

Estos son personajes muy importantes del Cielo, espíritus celestiales del mundo espiritual, que están delante del Señor de toda la Tierra, para ser enviados en los tiempos correspondientes a eventos mayores que Dios tiene para llevar a cabo.

Estos Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios tienen que ver con los cambios dispensacionales y también con los cambios de imperios mostrados a Nabucodonosor, e interpretado por el profeta Daniel en aquel sueño que vio el rey Nabucodonosor y se le olvidó, y le fue mostrado a Daniel, y Daniel lo mostró y lo recordó al emperador Nabucodonosor; y le dio también la interpretación de esa estatua gigante, maravillosa, que tenía la cabeza de oro, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas de hierro, y los pies de hierro y de barro cocido[1], representando en esa estatua el reino o imperio de los gentiles y su trayectoria.

La cabeza de oro representa a Nabucodonosor con su imperio, el pecho y los brazos de plata representa al imperio medo-persa, el vientre y los muslos de bronce representa al imperio de Grecia; y las piernas de hierro, y los pies de hierro y de barro cocido, representa al imperio romano en dos etapas en que estaría manifestado ese imperio.

Y luego, en el tiempo de los pies de hierro y de barro cocido (que es el mismo imperio romano pero con una nueva etapa, y con barro en los pies, que representa ahí los pueblos y reyes que se unirán en ese imperio de los diez reyes con sus gobiernos; los diez dedos también, que están ahí representados), encontramos que en ese tiempo es que la Piedra no cortada de manos en Su Segunda Venida, que es la Venida del Mesías, trae el fin para el reino de los gentiles y la introducción al Reino milenario o al Reino del Milenio o Reino de David que será restaurado en la Tierra al pueblo hebreo.

Y en el Trono de David se sentará el Mesías-Príncipe, al cual es heredero, conforme a las palabras del Ángel Gabriel a la virgen María, en donde le dijo a la virgen María que ella tendría un hijo, sería llamado Hijo de Dios, y Dios le dará el Trono de David Su padre, y se sentará sobre él (sobre el Trono) y reinará sobre Israel para siempre[2].

Por lo tanto, es para el tiempo de la etapa de los pies de hierro y de barro cocido del reino de los gentiles que la Venida del Señor está prometida. Y para ese tiempo es también que el ministerio de los Dos Olivos que están delante de la presencia de Dios, los Dos Ungidos con la presencia de Dios…; o sea, los personajes que siempre que la presencia de Dios va a ser manifestada en la Tierra, aparece uno o los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios.

En palabras más claras, que la presencia de Dios viene en uno o en los dos a la vez, en esos Dos Ungidos con la presencia de Dios.

En el Cielo son los Arcángeles Miguel y Gabriel, los Dos Ungidos delante de la presencia de Dios.

Por eso es que en San Lucas, capítulo 1, cuando le aparece el Ángel Gabriel al sacerdote Zacarías, vean lo que el Ángel le dice al sacerdote Zacarías cuando le introduce las buenas noticias de que él y su esposa van a tener un niño, un hijo, aunque ya están avanzados en edad, y el niño va a ser grande delante de Dios. Vamos a leerlo: capítulo 1 de San Lucas, verso 13 en adelante:

“Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan”.

O sea que Zacarías había orado para que Dios le diera un hijo, y ahora el Ángel le trae la respuesta de delante de Dios: que su oración ha sido oída y va a tener un hijo.

“Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento;

porque será grande delante de Dios”.

Pues lo más grande que Dios envía a la Tierra es un profeta.

“… porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre”.

Lo cual ocurrió cuando María fue a ver a su prima, parienta, Elisabet, la cual ya tenía unos seis meses de embarazada, y en su vientre estaba el bebé Juan; y cuando María saludó a su parienta, el niño que estaba en el vientre de Elisabet saltó de alegría; ahí fue lleno del Espíritu, del Espíritu Santo[3].

“Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.

E irá delante de él con el espíritu y (virtud) de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada”.

Esto fue una expresión de incredulidad, como diciendo: “Esto no puede ser posible, porque ya yo soy viejo y mi esposa está avanzada en edad”. Para fortalecer su fe no recordó a Abraham y Sara: Abraham que ya tenía 99 años y Sara que tenía 89 años, cuando Dios por última vez le confirmó la promesa de que tendría un hijo, y le dio el nombre del hijo que iban a tener: le pondrían por nombre Isaac[4]. Sigue diciendo: “Dijo Zacarías…”. Dice:

“Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.

Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.

Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el santuario.

Pero cuando salió, no les podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el santuario. Él les hablaba por señas, y permaneció mudo.

Y cumplidos los días de su ministerio, se fue a su casa”.

Aquí podemos ver el caso de la aparición del Ángel Gabriel a Zacarías, en donde él se identifica con Zacarías como personaje que está delante de Dios. Zacarías comprendió lo que eso significaba.

Siempre que Gabriel o Miguel aparecen en la Tierra, Dios está visitando la Tierra en el cuerpo angelical de Gabriel o Miguel. Son los Ángeles que están delante de la presencia de Dios; y por consiguiente, cuando la presencia de Dios se hace manifiesta en la Tierra, ahí están ellos.

Por eso en el monte Sinaí la Ley fue dada por comisión de Ángeles[5]; ahí estaban ellos, y por consiguiente la presencia de Dios estaba en medio del monte Sinaí, en la parte alta; y allí entró Moisés, y allí escuchó de parte de Dios —por medio de la comisión dada por Ángeles, por estos Ángeles—, allí escuchó los diez mandamientos, y fueron escritos en piedras de allí del monte Sinaí[6].

Ahora, estos Ángeles son, en el Cielo, los Dos Olivos, los Dos Candeleros, y, por consiguiente, los Ángeles a través del cual Dios trae Luz; porque son candeleros, para traer la Luz de Dios a la Tierra; son Ángeles ministradores.

Uno de estos Ángeles: Miguel, es el gran Príncipe que está por los hijos de Israel[7]; o sea que es el Ángel guardián del pueblo hebreo. Y Gabriel y Miguel trabajan muy unidos en todos los proyectos divinos.

Gabriel tiene que ver mucho con los gentiles, y tiene que ver con los cambios de gobierno de estos imperios de los gentiles, o sea, del reino de los gentiles. Por eso encontramos la intervención de este Ángel Gabriel en el cambio aun para el establecimiento del imperio de Nabucodonosor[8], también para estas visiones que le fueron dadas (y sueños) a Nabucodonosor; y la Palabra que le fue dada por Dios a través del Ángel Gabriel al profeta Daniel, para que se la hablara al rey Nabucodonosor.

O sea que este Ángel está presente en la Tierra en medio de los reinos gentiles, y es el que produce estos cambios de imperio cuando llega el tiempo correspondiente en el Programa Divino; porque es el Ángel que tiene acceso al Libro de la Verdad, como le dice al profeta Daniel en el capítulo 10 y en otros lugares; y es el Ángel que viene para darle sabiduría a Daniel y a cualquier otro profeta que sea enviado a la Tierra.

Toda Palabra de Dios, podemos ver que viene del Cielo. Así que estos Dos Ungidos… Recuerden que ungidos son… significa que están ungidos con la presencia de Dios. En palabras más claras, la palabra Ungido significa ‘Cristo’, significa ‘Mesías’, significa ‘Ungido’, y ‘ungidos por Dios’.

Y ahora, en la Tierra encontramos que Moisés, y también el profeta Daniel, fueron ungidos con la presencia de Dios; por eso Dios a través de ellos obró todas aquellas maravillas.

Ellos de sí mismos no hablaron ni tampoco hicieron milagros; fue Dios por medio de ellos a través del Ángel del Pacto, que se manifestaba a través de ellos, y a través del cual Dios se identificaba en medio de Su pueblo.

Por eso el Ángel decía: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”. Capítulo 3, verso 1 al 16, del Éxodo, y también el capítulo 6, verso 1 al 6, y el capítulo 4 también, del Éxodo.

Y luego, en el capítulo 23, verso 20 al 23, del Éxodo, Dios habla acerca de Su Ángel, y dice que oigan Su Voz; ¿por qué? Porque es la Voz de Dios a través del Ángel, que es el cuerpo angelical de Dios. Y luego dice que Su Nombre, el Nombre de Dios, está en el Ángel, y que el Ángel no perdonará ninguna rebelión.

Por lo tanto, Dios siempre se ha revelado, se ha manifestado, a través del Ángel del Pacto, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical, a través del cual creó los Cielos y la Tierra.

Todo lo que Dios ha hablado lo ha hecho por medio de Su Ángel, el Ángel del Pacto; y todo lo que Dios ha creado lo ha hecho por medio del Ángel del Pacto, que es Cristo, el cual es el Verbo, la Palabra; la Palabra que se hizo carne en cada profeta, en la porción correspondiente a cada edad; porque el Ángel estaba en cada mensajero, en cada profeta mensajero, y luego en Jesús, luego en los apóstoles, luego en los siete ángeles mensajeros.

Y para el tiempo final estará en el Ángel del Señor Jesucristo; del cual dice Jesús, Cristo en Espíritu Santo, en Apocalipsis, capítulo 1, dice que “Él ha enviado Su Ángel para dar a conocer, para revelar, todas estas cosas que deben suceder pronto”, en Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3, Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, y Apocalipsis, capítulo 22, verso 16.

Vamos a leer algunos escritos aquí, en el libro del Apocalipsis: capítulo 22, verso 6, dice:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.

¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de (esta) profecía”.

Aquí hemos visto que el Enviado del Señor es el Ángel del Señor.

Aquí lo vemos más claro: en el capítulo 22, verso 16, del Apocalipsis:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.

¿Quién envía al Ángel? Jesús, Cristo en Su cuerpo angelical. Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia ha enviado Su Ángel, para dar a conocer todas estas cosas, para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder a través de las diferentes etapas de la Iglesia. Sigue diciendo:

“Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.

Él es la raíz y el linaje de David. O sea que David viene de Él, viene de la línea de Cristo, del Mesías, del Ángel del Pacto; Él es la raíz y linaje de David, y también desciende, en la car-… según la carne, del rey David.

Y ahora, vean, el apóstol Juan quiso adorar a los pies del Ángel, y el Ángel le dijo que no lo hiciera. El Ángel… Dice aquí en el verso 8 del capítulo 22 del Apocalipsis:

“Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas.

Pero (el Ángel) me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”.

Este Ángel no aceptó la adoración de Juan, sino que le dijo que no lo adorara sino que adorara a Dios. También ya le había rechazado él ese intento de adorar al Ángel, aquí en Apocalipsis, capítulo 19, verso 9 en adelante, donde dice:

“Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.

Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.

Y ahora, aquí podemos ver que el Ángel no aceptó la adoración y dijo que adoraran a Dios.

Este Ángel es un espíritu de profeta que ha estado en medio de la Iglesia todo el tiempo, y que para el tiempo final va a estar en carne humana; y en él va a estar toda la plenitud de Cristo; a través de él, Cristo —el cual opera los ministerios— va a operar los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y de Elías, que son los ministerios de los Dos Olivos en la Tierra, los cuales son administrados por los Dos Olivos que están en el Cielo, que son Gabriel y Miguel.

Por eso en Apocalipsis, capítulo 7, verso 1 en adelante, dice:

“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.

Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar,

diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.

Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.

De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados (y sigue así enumerando cada tribu y 12.000 sellados de cada una de esas tribus)”.

Este Ángel viene con el Sello del Dios vivo. ¿Cuál es el Sello del Dios vivo? El Espíritu Santo. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”, dice San Pablo en Efesios, capítulo 4, verso 30.

Este Ángel viene con el Sello del Dios vivo, viene con el Espíritu Santo en él, o sea que viene Cristo en él; Cristo en Espíritu Santo viene velado y revelado en él, para llamar y juntar 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu.

Este Ángel es el Ungido con el Espíritu de Dios, con la presencia de Dios, viene ungido con el Aceite del Espíritu Santo.

En el capítulo 2, verso 28, del Apocalipsis, dice que al Vencedor, Cristo dice: “Le daré la estrella de la mañana”.

Y en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, Cristo dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.

¿Qué le va a dar Cristo al Ángel que viene con el Sello del Dios vivo? Le va a dar la Estrella resplandeciente de la Mañana, que es el Espíritu Santo. El Espíritu de Dios viene en ese Ángel Mensajero, en ese profeta mensajero, para llamar y juntar 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu.

Ese es el Ángel a través del cual Dios junta las tribus perdidas y las une a la tribu de Judá y a la tribu de Benjamín, que corresponden al reino del sur, al reino de Judá; y así Él unifica el reino del norte (con las diez tribus) con el reino del sur (con las dos tribus).

Así es como restaura las doce tribus de Israel para restaurar también el Reino de David al pueblo hebreo; Reino que crecerá, Reino que el Mesías-Príncipe restaurará, el cual se sentará sobre el Trono de David y reinará sobre el pueblo hebreo para siempre, y Su Reino no tendrá fin.

Y a ese Reino entrarán muchas naciones gentiles, y recibirán la bendición de Dios; ahí es donde recibirán también la paz permanente, la justicia social permanente y, por consiguiente, la felicidad.

Por lo tanto, tanto judíos como gentiles esperan la venida de un hombre en la Tierra, que contenga estas cualidades y estas promesas manifestadas en él.

Será la presencia de Dios por medio de Su Espíritu, el Ángel del Pacto, en un hombre que estará viviendo en este tiempo final, a través del cual operará el ministerio de Elías, y luego también operará el ministerio de Moisés, y por consiguiente el ministerio del Mesías. Todo eso estará en un hombre que aparecerá en esta Tierra en este tiempo final.

Y ahí tendremos los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios: a Gabriel y a Miguel, respaldando toda esa labor, o haciendo esa labor de Dios a través de ese velo de carne. Y por consiguiente, ese hombre será el Ungido de Dios para el Día Postrero, ungido con la presencia de Dios, con el Espíritu de Dios.

Por eso es que el reverendo William Branham (que fue precursor de todas estas cosas que estarán pasando en este tiempo final) dijo, en el mensaje de – el libro de Los Sellos, que él cree que ese profeta que vendrá a la Tierra en el tiempo final como el Elías, el cual vendrá como uno de los Dos Olivos, él dice que será el Espíritu de Cristo en él, y que será el espíritu ministerial de Elías en otro hombre, en un hombre de este tiempo[9].

Por lo cual, él explicando en esa forma tan sencilla este misterio, encontramos que con eso nos muestra que aparecerá un hombre con el ministerio de Elías en este tiempo final para ser el cumplimiento de esa profecía.

Habrá un llamado para los judíos por medio de ese ministerio, y ellos lo van a reconocer. Ellos están esperando a ese hombre.

Ahora, el reverendo William Branham dice que la Séptima Trompeta son dos profetas: Moisés y Elías, son esos dos ministerios; y que el Séptimo Sello es la Venida del Señor. Y dice: “El Séptimo Sello y la Séptima Trompeta son la Venida del Señor”[10]. ¿Por qué? Porque el Hijo del Hombre viene con Sus Ángeles[11]; o sea que viene con los ministerios de los Dos Olivos siendo operados en él, en y por el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo.

Y también dice: “El único espíritu de Elías que yo conozco es el Espíritu de Cristo”[12]; porque ese es el que opera los ministerios en todos los profetas mensajeros que Él ha enviado. Eso lo encuentran ustedes en la página 149 del libro de Los Sellos, y también la página 399 del libro de Los Sellos en español; y también en el libro de Citas, en la página 128, 129 y 130, y también en la 149.

Veamos aquí en una Escritura, o un escrito, donde nos dice: en la página 128, párrafo 1150[13] [Citas]:

1150 – “[270] Ahora, tan pronto como esta Iglesia… (…); el misterio del Séptimo Sello es conocido”.

Recuerden que la Iglesia que va a ser transformada y raptada para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, recibirá la fe, la revelación, para ser transformada y raptada; y esa es la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Venida del Señor a Su Iglesia en el Día Postrero.

Así como el conocimiento, la revelación de la Primera Venida de Cristo por medio de la predicación del Evangelio de la Gracia, nos da la fe para recibir la salvación y vida eterna, y recibir la transformación interior, obtener el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo angelical (la vestidura…, que es la Vestidura de Boda); también la revelación de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia, de la Venida de Cristo a Su Iglesia antes de la gran tribulación, nos da la fe para ser transformados y raptados, y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero con un cuerpo nuevo, inmortal, incorruptible y joven para toda la eternidad, como el cuerpo glorificado de Cristo nuestro Salvador. Tan simple como eso.

Y después de esa gran fiesta de la Cena de las Bodas del Cordero, donde Su Iglesia-Novia y Cristo son coronados para asumir el Reino en la Tierra con la restauración del Reino de David, que lo restaurará el Mesías-Príncipe, entonces Cristo, el Mesías, el Cristo y Su Iglesia, reinarán sobre la Tierra en ese Reino de David, para bendición del pueblo hebreo, de todo el Medio Oriente y de todas las naciones que van a entrar a ese Reino.

Aunque no todas las naciones van a entrar, conforme a las palabras de Cristo en San Mateo, capítulo 25, versos 31 al 46; algunas naciones no van a entrar, porque trataron mal a la Iglesia del Señor Jesucristo y trataron mal también a los judíos.

Por lo tanto, esas naciones que tuvieron que ver con la persecución y muerte de los cristianos y de los judíos no podrán entrar al Reino del Mesías; serán juzgadas en ese… Al principio del Reino del Mesías, cuando el Mesías se siente sobre el Trono de David, va a reunir delante de Él a todas las naciones y las va a juzgar: a unas las pondrá a la derecha, como el pastor coloca a su derecha las ovejas: esas serán las que van a entrar al Reino del Mesías; (otras…) esas son las que trataron bien a los judíos y también a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Cristo mismo dijo que “cualquiera que diera un vaso de agua fresca a uno de estos mis hermanos más pequeños, a estos… a uno de estos pequeñitos, no perderá su recompensa”[14]. Y la recompensa es vida eterna, es entrar al Reino del Mesías.

Y encontramos que también pondrá a otras naciones a Su izquierda, como el pastor coloca los cabritos a su izquierda; y los juzgará, los condenará y los echará en el lago de fuego, o sea, los echará en el infierno; como dice en San Mateo, capítulo 24; y entonces ya se habrán acabado los enemigos de los judíos y los enemigos también de la Iglesia del Señor Jesucristo. Así es como el Mesías resolverá ese problema que por tanto tiempo ha causado tantas persecuciones y muertes. Vean:

[San Mateo 25:45] “Entonces les responderá (el Señor) diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.

E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”.

Ahora veamos lo que será el castigo para estas personas. El verso 41 dice:

“Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”.

O sea que el fuego eterno ya está preparado para el diablo y los ángeles del diablo, y para todas aquellas naciones e individuos que tratan mal a los judíos o a la Iglesia del Señor Jesucristo. Ese será el final de los malos, de los que hacen daño a los buenos, a los que sirven a Dios.

Por eso es que en Malaquías, capítulo 4, dice [verso 1]:

“Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama”.

La Tierra va a pasar por un calentamiento global en el cual millones de seres humanos van a ser quemados; esto lo va a producir los volcanes y también una Tercera Guerra Mundial atómica que va a provocar que entren en erupción también los volcanes, además de los que ya estarán activos.

Así que podemos ver que le espera una etapa difícil al planeta Tierra, y por consiguiente a los habitantes del planeta; y por eso todo se está preparando para ese evento.

Y es algo parecido con lo que pasó con el planeta Venus, que actualmente es un territorio en donde tiene una temperatura de unos cuatrocientos y algo de grados; y ahí no hay vegetación, no hay nada.

No sabemos cuántos grados va a subir la temperatura en esos días en donde la Tierra esté en esa situación, que es señalado para el Día del Señor, que será un día ardiente como un horno; “y todos los soberbios serán estopa”: van a ser quemados.

Así que muchas partes o áreas de la Tierra van a tener esta situación; y esto es sobre los países que han tratado mal a los judíos y también a los cristianos, a la Iglesia del Señor Jesucristo, que ha sido perseguida y masacrada a través de milenios.

Ahora, el ministerio de los Dos Ungidos delante del Señor, que será el ministerio de los Arcángeles Gabriel y Miguel, estarán siendo operados por medio de un hombre que aparecerá en esta Tierra.

A través de ese hombre van a ser dadas estas informaciones; y los que escuchen, pues podrán escapar o evitar estar en lugares de riesgos mayores en…, y entonces podrán escapar por sus vidas y podrán también acercarse a Dios.

O sea que las noticias de las cosas que van a suceder de parte de Dios van a ser dadas a conocer por medio de los Dos Olivos, por medio de los Dos Ungidos que están delante del Señor de toda la Tierra; y tendrán, por consiguiente, un transmisor aquí, a través del cual transmitirán toda esa información. Y será un hombre que vivirá en esta Tierra en este tiempo final, a través del cual se manifestarán los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios.

Y podrá ser visto (este mensajero, profeta mensajero), en algunas ocasiones podrá ser visto como Elías (porque el ministerio de Elías estará siendo operado por el Espíritu de Dios), y en otras ocasiones podrá ser visto como Moisés (de acuerdo a lo que esté hablando y haciendo), y en otras ocasiones podrá ser visto como el ministerio del Mesías.

Lo que es la Séptima Trompeta para los judíos (que es Moisés y Elías, los Dos Ungidos), es el Séptimo Sello para la Iglesia del Señor.

Y por consiguiente, la Iglesia del Señor estará viendo a Cristo obrando a través de un hombre: Cristo en Espíritu Santo velado y revelado a través de un hombre en medio de Su Iglesia.

Y los judíos estarán viendo a Elías y estarán viendo a Moisés, estarán viendo esos ministerios repitiéndose en este tiempo; no el mismo velo de carne en donde operó el ministerio de Elías por primera vez, ni por segunda vez, ni por tercera, ni por cuarta vez, sino el velo de carne en el cual estará operando por quinta vez; y también el velo de carne por el cual y a través del cual estará operando el ministerio de Moisés por segunda vez.

Y eso será el profeta que Dios dijo que levantaría como Moisés, y pondría Su Palabra en su boca, y él hablaría todo lo que Dios le mandare; “y cualquiera que no oyere lo que él hablare en el Nombre del Señor, Dios le pedirá cuenta”, dice en Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 al 18.

Así que estamos en el tiempo correcto para que estas promesas sean una realidad en medio del cristianismo y también en medio del judaísmo; para los gentiles en medio del cristianismo, y para los judíos en medio de su religión y en medio de su nación.

“LOS DOS UNGIDOS DELANTE DEL SEÑOR DE TODA LA TIERRA”.

Eso será lo que Dios estará cumpliendo en este tiempo final.

Los Dos Ungidos también fueron representados en el príncipe Zorobabel y el sumo sacerdote Josué; porque estarán en la Tierra estos ministerios de rey y de sacerdotes manifestados por los Dos Ungidos que están delante del Señor en el Cielo; estarán siendo manifestados estos ministerios, y por consiguiente estarán siendo manifestados estos importantes ministerios de sumo sacerdote y de rey.

Esto estará en el velo de carne en donde estarán siendo operados los ministerios de los Dos Ungidos y el ministerio del Mesías; estará como Rey y también como profeta, profeta y Rey, o Rey y profeta.

Y así será el cumplimiento de las profecías para el Día Postrero en medio del cristianismo y en medio del judaísmo.

“LOS DOS UNGIDOS DELANTE DEL SEÑOR DE TODA LA TIERRA”.

Ha sido para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo, dándoles testimonio de: “LOS DOS UNGIDOS DELANTE DEL SEÑOR DE TODA LA TIERRA”.

Continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Dios.

Y que Dios les use grandemente en Su Obra correspondiente a este tiempo final, tanto en medio del cristianismo como también en medio del judaísmo; y que vuestro trabajo en el Señor sea reconocido como tesoros acumulados colocados en el Reino de los Cielos, para ustedes, ministros, y los miembros de sus congregaciones.

Y nos continuaremos viendo por toda la eternidad, tanto en la transformación, tanto en la Tercera Etapa, en donde… Esa Tercera Etapa en toda Su plenitud se cumplirá en una Gran Carpa Catedral que tiene que aparecer y que tiene que ser del grupo del Día Postrero; no de la primera edad, ni de la segunda, ni de la tercera, ni de la cuarta edad, ni de la quinta edad, ni de la sexta edad, ni de la séptima edad; tiene que corresponder a la Edad de la Piedra Angular, la Edad de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, la Edad de la Venida de los Dos Ungidos con el Señor, para así manifestarse en toda Su plenitud en el cumplimiento de todo lo que fue visto en la Visión de la Carpa, que será el cumplimiento de la Tercera Etapa; y en donde el idioma correspondiente será el idioma que corresponda al grupo de esa edad perfecta, la Edad de la Piedra Angular, que es la edad que corona a la Iglesia del Señor, y corona (el ministerio del Día Postrero) todos los ministerios.

“LOS DOS UNGIDOS DELANTE DEL SEÑOR DE TODA LA TIERRA”.

En el proyecto de La Gran Carpa Catedral estarán – están incluidos los Dos Ungidos que están delante del Señor de toda la Tierra, y está incluido también el Mesías-Príncipe, el ministerio del Mesías-Príncipe; está incluida allí la presencia de la Columna de Fuego, la presencia del Ángel del Pacto. Todo eso está incluido en el cumplimiento de la Visión de la Carpa.

Por lo cual es un privilegio grande trabajar en el gran proyecto de La Gran Carpa Catedral, que está realizándose en Puerto Rico; proyecto que yo respaldo, juntamente con todos ustedes, ministros, y vuestras congregaciones.

Que Dios les bendiga y les guarde; y continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.

Y ya en la noche estaré nuevamente con ustedes, y con todos los que estarán presentes de vuestras congregaciones allá en Pereira y demás lugares cercanos.

Que Dios les bendiga y les guarde; y hasta la noche, Dios mediante.

Y oren mucho por esa actividad de la noche, en donde el tema será: “LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO RECIBIENDO LA FE DE RAPTO”.

Continúen pasando un momento feliz, lleno de las bendiciones de Dios.

Dejo con ustedes al ministro, reverendo Miguel Bermúdez Marín, a continuación.

“LOS DOS UNGIDOS DELANTE DEL SEÑOR DE TODA LA TIERRA”.

[Revisión marzo 2025]

[1] Daniel 2:31-45

[2] San Lucas 1:30-33

[3] San Lucas 1:39-41

[4] Génesis 17:1-21

[5] Hechos 7:53, Gálatas 3:19

[6] Éxodo 24:12-18, Deuteronomio 10:1-5

[7] Daniel 12:1

[8] Daniel 10:12-21

[9] Los Sellos, pág. 399, párr. 94

[10] Citas, pág. 128, párr. 1143: 64-0719M “La Fiesta de las Trompetas”, párrs. 155, 158-160, 162, 173 / Citas, pág. 130, párr. 1164: 64-0726E “Cisternas rotas”, párr. 158

[11] San Mateo 16:27

[12] Los Sellos, pág. 449, párr. 54

[13] Cita 1150: 64-0719M “La Fiesta de las Trompetas”, párr. 270

[14] San Mateo 10:42, San Marcos 9:41

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