El hombre que recibe la vestidura, el caballo y la corona del Rey (y el cetro)

Muy buenas noches, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios.

Yo no sé quién está interesado en estar muchos años aquí en la Tierra, pero yo, mientras más pronto Dios nos llame, para mí es mejor.

Yo no sé cuántos desean muchos años para estar con un bastoncito ahí caminando. Yo creo que Miguel no desea muchos años que estemos aquí en la Tierra, sino lo más pronto posible, porque él tampoco desea estar con un bastoncito ahí caminando y que lo estén llevando de la mano.

Ahora, recuerden que está prometido que habrá una Obra rápida. La Obra más rápida de todos los tiempos es la Obra de nuestra edad. En tan poco tiempo se ha hecho mucho; y lo que falta también se va a hacer en poco tiempo.

Y cuando se cumpla plenamente la Visión de la Carpa, ahí, lo que faltaba por ser hecho, va a ser hecho; ahí será la parte (de la Obra) más rápida.

Y recuerden tener bien ordenadas todas las cosas, porque cuando llegue esa etapa se repetirán los tiempos de Ananías y Safira.

Así que tengan bien ordenaditas las congregaciones, también registrado todo en el Gobierno, y también teniendo su Junta Directiva, sus contables; y que todo pues sea bien ordenadito; y en el banco la cuenta de la Iglesia, todo bien ordenado.

No que el ministro al recibir el dinero se lo eche al bolsillo y lo gaste como quiera; no. Más bien ni debe tocar el dinero. Debe ser los que están en la Junta: el tesorero, el secretario y todas esas personas.

Recuerden que el mismo hermano Branham, el mismo reverendo William Branham recibía una cantidad que le era entregada, pero el resto quedaba en la Iglesia para todos los compromisos de la Iglesia; y le daban un sueldo de cierta cantidad.

Así que el dinero, pues, no es del pastor; es del Señor; y debe ser bien administrado. Recuerden que el que le falló a Cristo: el tesorero, tuvo problemas, uno de los mismos discípulos del Señor; y el mismo problema lo puede tener cualquiera. Si de los que estaban con Cristo uno pegó su corazón en el dinero, y de lo que entraba tomaba para él, lo mismo será para el que haga en esa forma. Pero no se preocupe, va a ver dónde él se encuentra, va a visitarlo allá, y a lo mejor él no quiera que se vaya del lugar donde él está, que le haga compañía allá.

Así que tengan bien arregladas todas las cosas, registradas, cada grupo, cada congregación, en el Gobierno. Eso ¿como cuántos años hace…?, ¿desde cuántos años hace que les hemos dicho, Miguel? [Hno. Miguel: Yo creo que desde el principio]. Así que el que no la haya tenido registrada (no sé cómo le llamarían acá)…; en Puerto Rico le llaman negligencia; y si fuera en el tiempo de Moisés le llamarían desobediencia o rebeldía.

Así que la responsabilidad fue puesta sobre los hombros de ustedes. Ya ustedes escucharon al abogado. Así que deben tener todo bien y sabiendo que nunca deben denominacionalizarse.

El Tabernáculo Branham en Jeffersonville es uno solo; y los ministros que tenían compañerismo con el reverendo William Branham, ni él, ni el Tabernáculo Branham, no los registraron bajo el nombre del Tabernáculo Branham; cada cual pues registraba su iglesia, su congregación.

También en Puerto Rico solamente hay una: La Carpa Corporation, y ninguna otra congregación (que hay otras en Puerto Rico), ninguna de ellas está registrada bajo La Carpa Catedral; ni siquiera le permiten ponerle el nombre de La Carpa a otra congregación.

Y es lo que siempre le he dicho a Miguel: no deben poner el mismo nombre de una para otras o para todas, porque ya eso va delineándose o va desfilando hacia… delante de Dios, hacia denominación. Y vamos a ver lo que dice el reverendo William Branham: página 167, párrafo 1488 [Citas]. Y es mejor tomar en cuenta esto.

Dice… estábamos leyéndolo Miguel y yo… Era en la página 167, [párrafo] 1488; dice:

1488 – “Ahora, ¿han notado ustedes, cada tres años después de una gran reunión, lo que tiene lugar? Una denominación. Esto es veinte años (o sea, lo que Dios estaba haciendo con el reverendo William Branham, dice que tienen 20 años) … esto es veinte años y ninguna denominación. Querido Cordero moribundo, que nunca haga eso. Si yo me voy en esta generación, que la gente que cree este Mensaje nunca vayan a aceptar una denominación. Dios… ¡Ustedes morirán allí mismo! ¡Recuerden eso! La misma hora que ustedes mencionen denominación entre ustedes, no me importa cuán sinceros ustedes son, tomen hombre por su líder en vez del Espíritu Santo para confirmar esta Palabra, ¡esa es la hora que ustedes mueren! (La muerte espiritual entra)”.

Hay otro lugar… vamos a ver… página 116, párrafo 1023, dice [Citas]:

1023 – “Esa es la razón por qué los luteranos murieron cuando se levantó Wesley. Esa es otra edad. La Palabra vino, y tuvieron que aceptarla o morir. Esa es la razón por qué los pentecostales están muriendo ahora, porque la edad está aquí. La Palabra se ha hecho manifiesta, el tiempo del águila (o sea, del profeta, porque los profetas están tipificados en águilas)”.

Y luego el verso o párrafo que le sigue, de esa misma página 116, párrafo 1024, dice [Citas]:

1024 – “Ellos rechazaron la Palabra vindicada y aceptaron un dogma en su lugar…”.

Y la Palabra vindicada viene cuando es enviado el mensajero; y a través del mensajero Dios vindica, confirma, hace viva, trae a vida esa Palabra prometida para ese tiempo; y al rechazarla una persona o una congregación o un ministro, muere espiritualmente.

Quizás no le guste algo que en la Palabra vindicada viene para el pueblo o para los ministros, y lo rechaza; y así va muriendo. No puede ser la idea de una persona o de un grupo de personas. Tiene que ser lo que Dios tiene para Su pueblo para ese tiempo, lo cual da a conocer por medio del mensajero que Él envía. Ahora, sigue diciendo:

1024 – “… esto forma la muerte; la muerte espiritual. ¡Muerte! La Palabra todavía se está predicando a los muertos. Exactamente. No será durante el Milenio, ahora. Y ustedes…”.

Y ahora, vean ustedes, ¿cómo es que la Palabra se está predicando a los muertos ahora y no en el Milenio? ¿Y cómo es que se predica la Palabra a los muertos? Porque comúnmente se entiende que la Palabra se predica a los vivos; pero en el Huerto del Edén, al pecar, el ser humano murió, murió a la vida eterna, y la raza humana está muerta a la vida eterna; son muertos, aunque están vivos a esta vida terrenal temporera, pero muertos a la vida eterna, ¿ven? Y se les predica para que haya una resurrección a vida eterna, que es lo que sucede con las personas que reciben a Cristo y son bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo los bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce en ellos el nuevo nacimiento: nacen de nuevo, nacen a la vida eterna. ¿Ven?

Ahora, ¿vieron tan sencillo que es la Palabra? Ahora, leamos en Apocalipsis, capítulo 19… (Si tienen el libro de Los Sellos y el libro de Las Edades, y me lo puede prestar alguno de ustedes… Ya saben cuál es el que… página 484… este es).

Leemos Apocalipsis, capítulo 19, versos 11 en adelante, donde dice:

“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.

Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.

Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: el Verbo de Dios.

Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.

De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.

Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.

Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,

para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.

Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.

Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.

Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”.

Que Dios bendiga Su Palabra en nuestros corazones y nos permita entenderla.

“EL HOMBRE QUE RECIBE LA VESTIDURA, EL CABALLO Y LA CORONA DEL REY (Y EL CETRO)”.

Porque un rey sin cetro no manda ni a su mujer. Y ahora… En palabras más suaves: no manda ni a la reina.

Y ahora, para tener un cuadro claro, vean, conforme a las Escrituras este es Cristo viniendo con los santos. Dice el verso 15:

“De su boca sale una espada aguda (¿Y eso es qué? La Palabra), para herir con ella a las naciones (o sea, es el juicio para las naciones), y él las regirá con vara de hierro (no olviden estas palabras: vara de hierro); y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso”.

Y ahora, para avanzar, esto lo podíamos ya explicar en dos… (dicen “dos por tres”, ¿verdad, Miguel?). Pero vamos… en la página 131 del libro de Los Sellos: primer párrafo y segundo párrafo dice, y hasta aun el tercero, dice:

131. Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la Tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la Tierra; pero cuando conquistó el infierno y la muerte, los venció y ascendió, entonces recibió un nuevo Nombre. Por esa razón es que gritan y hacen tanto ruido y no reciben nada. Será revelado en los Truenos.

132. Fíjense en el misterio. Él viene cabalgando (ahí tenemos nuevamente el Jinete del caballo blanco). Tiene que haber algo para cambiar esta iglesia. Ustedes saben eso. ¡Tiene que venir algo!”.

¿Y qué es lo que tiene que venir? Pues el Jinete en el caballo blanco, con la espada en su boca: la Palabra. ¿Dónde Dios pone Su Palabra? En la boca, en la boca del que tiene que hablar.

[132]. Ahora noten: Nadie entendía ese nombre, sino Él mismo”.

Por lo tanto, no es el nombre Jesús, porque el nombre Jesús lo entiende todo el mundo. Y algunas veces no entienden cuál es el nombre del Mesías en Su Primera Venida, que es Yeshua. Jesús es la traducción.

Ahora, para no repetir la lectura… esta fue la lectura de Apocalipsis, capítulo 19, que ya la tuvimos; ahora, al final dice:

133. Allí viene el Mesías, allí es donde está”.

Es la Venida del Mesías.

Ahora, vamos avanzar un poquito. Vamos a ver si la [página] 270 nos dice algo aquí, vamos a ver. El primer párrafo dice:

197. Aquí vemos la Vida y la Muerte llegando a su último encuentro. El caballo blanco de Vida verdadera y el caballo amarillo de credos mezclados. La cosa está llegando a un verdadero reto”.

Así que viene un enfrentamiento.

Y ahora, página 256, que corresponde a este mismo Cuarto Sello, el párrafo tercero dice:

121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel — la Palabra de Dios encarnada en un hombre. Esa es la gran diferencia entre los dos”.

Esa es la diferencia entre el Jinete del caballo blanco y el jinete del caballo amarillo. El jinete del caballo amarillo es el anticristo, el Jinete del caballo blanco es Cristo.

Ahora, veamos algo aquí: el libro de Los Sellos, página 57, hablando del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, dice:

“‘Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza…’.

17. Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin”.

Viene directamente a los judíos. Así que van a ver alguna relación de ese Ángel con los judíos. Sigue diciendo:

[17]. Bien, ahora continuando:

‘… y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego’”.

Quiero ver algo aquí… Dice:

18. ¿Recuerdan el ángel de Apocalipsis capítulo 1? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia”.

Y ahora, el Mensajero a Israel, el Ángel del Pacto, Cristo (el cual…), el Ángel del Pacto, el cual le dio el Pacto allá en el Sinaí, y luego se hizo carne y nos dio el Nuevo Pacto, ahora aquí en Apocalipsis, capítulo 1, ya viene con el Librito abierto en Su mano, el Libro de la Vida del Cordero, el Libro sellado con siete Sellos, el Libro de la Redención. Y viene para entregárselo a un hombre.

Y por consiguiente, todos los derechos están contenidos en ese Libro. Adán lo tuvo, porque Dios se lo entregó; pero perdió el derecho a tenerlo, y Dios lo recuperó, por eso no pudo continuar viviendo eternamente.

Luego ha permanecido por miles de años en la diestra de Dios, más… digamos, seis mil años o seis mil años y algo. Pero en Apocalipsis, capítulo 5, Cristo, el Ángel del Pacto, cuando termina Su Obra de Intercesión en el Cielo, dice la Escritura que sale; y está como ensangrentado porque acaba de salir del Lugar Santísimo. Así como el sumo sacerdote cuando salía del lugar santísimo ¿cómo estaba? Todo ensangrentado (allá en el Antiguo Testamento), porque estaba haciendo la intercesión con sangre, y había hecho el sacrificio también de ese macho cabrío[1]; por lo tanto, es normal que esté lleno de sangre.

Y ahora, viene, toma el Libro en el Cielo, hace Su Obra de Reclamo…; porque era el único que podía tomar ese Libro tan importante, el Libro más importante del Cielo: están los nombres de todos los que serían salvos. Es el Libro de la Vida, que tiene la sección del Libro de la Vida del Cordero y el Libro de la Vida, en donde están (la otra sección), donde están los nombres escritos de seres que vienen a vivir a esta Tierra; ahí están los nombres de las vírgenes insensatas, también en esa sección; y de esa sección algunos pueden ser borrados. Pero de la sección del Libro de la Vida del Cordero, de esa parte de ese Libro no pueden ser borrados.

Ahora, Él viene con ese Título de Propiedad de la vida eterna, de los Cielos y de la Tierra; y nunca en la historia del Cielo (y mucho menos de la Tierra) se ha comido ese Libro una persona. Estuvo muy cerca Adán, pero comió del árbol de ciencia del bien y del mal, no comió del Árbol de la Vida.

Y ahora, encontramos que Cristo es el Redentor, y va a redimir a todos los que están escritos ahí, en la parte del Libro de la Vida del Cordero, que está escrito desde antes de la fundación del mundo el nombre de cada persona ahí; eso está en Apocalipsis, capítulo 13, verso 8, por ahí; y capítulo 17, verso 8 también.

Y ahora, Cristo toma ese Libro en el Cielo, lo abre y luego lo trae a la Tierra. El contenido de ese Libro se va manifestando a través de la historia de la raza humana. Y sobre todo, de los días de Cristo hacia acá, ahí está la historia de la Iglesia del Señor Jesucristo; o sea, lo que sería la historia de la Iglesia del Señor Jesucristo está ahí profetizada, en esos símbolos apocalípticos; hasta el Milenio está ahí, y hasta la eternidad, donde se entra en Apocalipsis, capítulo 21, y se pasa al capítulo 22; todo eso es ya eternidad; porque ya la Nueva Jerusalén —la Ciudad celestial— es establecida en la Tierra, donde estará el Trono de Dios y del Cordero.

¿El Trono celestial dónde va a estar? En la Tierra, en la Nueva Jerusalén, luego del Reino Milenial; y el Trono del Cordero, que es el Trono de David, ahí va a estar también; y se van a fundir en ese Reino eterno.

Y ahora, Cristo toma ese Título de Propiedad, lo abre en el Cielo, y en Apocalipsis, capítulo 10, desciende con el Librito abierto en Su mano para entregarlo a un hombre; y el cual escucha del Cielo que le es dicho… el verso 8 del capítulo 10 de Apocalipsis:

“La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.

Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.

Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.

Y él me dijo (el Ángel Fuerte, que es Cristo): Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”.

El Mensaje Final de Dios, que es profético, miren dónde está: le toca ser dado, ser hablado, por el que se come ese Librito; el cual está siendo representado, tipificado allí, en el apóstol San Juan.

Por lo tanto, todas las profecías de los juicios divinos que han de venir sobre la Tierra, las estará hablando este que se come el Librito; y todas esas profecías estarán basadas en las profecías bíblicas, porque se estarán repitiendo los juicios divinos que en otros tiempos ya ocurrieron.

Porque las profecías tienen múltiples cumplimientos; una sola profecía puede cumplirse una vez, dos veces, tres veces, cuatro veces o cinco veces; y siempre va a ser en un tiempo en que las condiciones sean paralelas a aquel tiempo en que se cumplió; por lo tanto, la misma profecía será repetida.

Ahora, hemos visto que un hombre se va a comer ese Título de Propiedad; y será la primera ocasión; porque al comérselo, ya nadie más tiene la oportunidad de tomar el Libro y comérselo. Él podrá dar a conocer —como está escrito por medio de su Mensaje profético— todas las cosas contenidas en ese Libro, porque va a profetizar de acuerdo a lo que está escrito en ese Título de Propiedad.

Y ahora, viendo que en Apocalipsis, capítulo 19, dice que este Jinete del caballo blanco, dice que viene con una espada que sale de su boca, dice:

“De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso”.

Y vamos a ver Apocalipsis, capítulo 2, versos 26 al 29, donde dice:

“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,

y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantadas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre”.

Y ahora, Cristo, el Ángel Fuerte, la recibió del Padre, y ahora es transferida esa autoridad al Vencedor; ese será el que recibirá el Librito abierto, lo comerá, y entonces tendrá en su boca esa Espada, la Palabra. Y recuerden que la Tercera Etapa es la Espada, la Espada en la mano; puede estar en la mano, puede estar en la boca… es la Palabra.

En la misma forma que Dios ha hecho con Cristo, el cual venció, resucitó victorioso y subió al Cielo, lo cual Él había dicho que iba a suceder así[2]… Como también esa persona que va a obtener la victoria podrá decir lo que va a ocurrir, porque ya eso está escrito, ya está profetizado en la Palabra, y eso no puede cambiar; y es Cristo el que dice que va a hacerlo de esa forma.

Por lo tanto, él podrá hablar como Jesús hablaba. Ahora, no va a decir que lo van a ver sentado en el Trono del Padre, pero podrá decir: “Sentado en el Trono de David, con Cristo”. Porque, ¿quién es el que recibe autoridad como Cristo la recibió en el Cielo, del Padre?, y por consiguiente dijo: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra”[3].

Y ahora, el poder que le es dado en el Cielo y en la Tierra…, el poder que le es dado en la Tierra, como Él la recibió del Padre, ahora va a darle poder al Vencedor; le dará autoridad, ¿sobre qué nación? Sobre todas las naciones. Ese va a ser el Ungido con el Espíritu de Dios, con el Espíritu de Cristo, para judíos y para gentiles, para todas las naciones, para la Iglesia del Señor Jesucristo y para todas las naciones.

Y es por medio de él que el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19, va con esa vara de hierro a regir todas las naciones.

Recuerden, no va a hacer nada el Señor, a menos que sea por medio de Ese que va a obtener la victoria; y tendrá que ser un mensajero dispensacional para poder tener un Mensaje de Gran Voz de Trompeta, para poder recibir la Espada con la cual vendrá la Tercera Etapa.

Y ahora, siempre encontramos a Cristo obrando por medio de seres humanos en medio de Su Iglesia; así como Cristo, el Ángel del Pacto, en el Antiguo Testamento o Pacto con el pueblo hebreo, obraba por medio de seres humanos, por medio de profetas.

En la misma forma Cristo ha estado haciendo en el Nuevo Testamento en medio de Su Iglesia. Él dijo: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”[4]. Y Él ha estado obrando por medio de Sus diferentes mensajeros, de edad en edad, y por medio de Sus diferentes ministros que Él ha colocado junto a esos mensajeros.

Y ahora, encontramos que ha sido la Obra de Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia.

En términos espirituales, la Iglesia es Sion; por eso la Iglesia está esperando la Venida del Señor, porque “vendrá a Sion el Libertador”[5] para realizar la liberación física, que será la transformación de los vivos en Cristo y la resurrección de los muertos creyentes en Cristo. Para esa adopción es que Cristo, el Ángel Fuerte, el Ángel del Pacto, está prometido que vendrá a Su Iglesia.

El reverendo William Branham hablando de ese misterio… Si tienen el libro o el mensaje “Cristo, el misterio de Dios revelado”[6]… vamos a ver si lo tenemos por aquí… Lo tenemos aquí: página 106 (una partecita nada más les voy a leer aquí), dice:

[105] … el misterio escondido que Dios tuvo en Su mente antes del principio del mundo y cómo se ha venido abriendo hasta llegar a esta misma hora en que vivimos. Luego ustedes entenderán claramente lo que se está haciendo.

[106] Entonces Dios tiene todo esto en Sí, y es un secreto; por eso hubo silencio en el Cielo por casi media hora, y los Siete Truenos tronaron, y a Juan le fue prohibido escribir, la Venida del Señor”.

Porque son los Truenos los que revelan la Venida del Señor; o sea, la Voz de Cristo, quien revela con Su Mensaje, revela la Venida del Señor. Cristo hablando en el Día Postrero es el que revela Su Venida. Lo único que hay que hacer es buscar a través de quién está prometido que Él va a hablar y encontraremos cuál es el Vencedor que se comerá el Libro, a través del cual va —Cristo en Espíritu Santo— a estar hablando, profetizando, sobre muchos pueblos, naciones y lenguas.

Porque el que en realidad profetiza es el Espíritu Santo, Cristo, el Ángel del Pacto. El velo de carne solamente es el instrumento. Así como ustedes ven este micrófono, y ven… pueden ver las bocinas, pero no son las bocinas ni el micrófono quien está hablando; aunque ustedes oyen, escuchan esas bocinas hablando, escuchan…; o a través de este micrófono va la voz a las bocinas, pasa por el amplificador y todo, ¿ve? Hay un micrófono, hay un amplificador y hay unas bocinas.

Así es como es amplificada la Voz de Dios y oída por el pueblo; eso es la instrumentalidad humana que Dios usa: Sus profetas. “Porque no hará nada el Señor, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas”[7].

Por eso en Deuteronomio, capítulo 18, versos 15 al 19, dice: “Profeta como yo os levantará el Señor vuestro Dios; a él oiréis”.

¿Por qué? Porque a través de él es que Cristo, Dios en Espíritu Santo, habla al pueblo. Y por consiguiente, las palabras que están en la Biblia, que dicen: “¡Voz de Dios, y no de hombre!”[8], eso es lo que quiere el pueblo: Voz de Dios y no de hombre. Y la Voz de Dios viene por medio del Espíritu de Dios a través del mensajero, del profeta que Él tenga para cada tiempo.

Vean, aquí está: Zacarías, capítulo 7, lo dice; muestra el orden de Dios hablar, para las personas escuchar la Voz de Dios. Capítulo 7, verso 11 al 12, dice:

“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros…”.

¿Ven? Dios por medio de Su Espíritu, que es el Ángel del Pacto, Cristo en Su cuerpo angelical, el Verbo, Dios por medio del Verbo, por medio de Su Espíritu, habla a los seres humanos a través de velos de carne llamados profetas.

“… vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos”.

¿Ve? Porque el que no escucha la Voz de Dios para el tiempo en que le toca vivir, se encuentra siempre en problemas con Dios.

Ahora, sigue diciendo Moisés, ahí en Deuteronomio, capítulo 18, el verso 18 dice, de ahí en adelante:

“Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca (la Espada, en la boca), y él les hablará todo lo que yo le mandare.

Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta”.

O sea, tiene gran problema, porque Dios le va a pedir cuenta a todo ser humano que no ha escuchado la Voz de Dios en la forma en que Dios dijo que Él hablaría, en la forma en que Dios dijo que traería Su Palabra: la pondría en la boca de un hombre, de un profeta, para la edad correspondiente. Así de edad en edad, por medio de seres humanos, ha venido la Palabra de Dios.

Y ahora, Dios va a dar autoridad sobre todas las naciones a un hombre. Tiene que ser uno de la Casa de Dios, de la Familia de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; tiene que estar ahí en la Iglesia y tiene que ser puesto sobre la Casa de Dios; tiene que ser uno de los obreros, de los siervos fieles y prudentes, que como mensajeros para las siete edades son siete mensajeros, pero luego viene la Edad de la Piedra Angular.

Cada mensajero en su tiempo fue el siervo fiel y prudente dando el Mensaje, el alimento espiritual, para el alma de los creyentes de su edad; y para el Día Postrero lo será ese que va a estar para recibir al Ángel Fuerte que desciende del Cielo, y recibir el Título de Propiedad de Su mano, y comérselo, y luego profetizar sobre muchos pueblos, naciones y lenguas todas esas cosas que van a venir, los juicios divinos y demás cosas que van a suceder durante la gran tribulación.

Pero antes de eso ya él es profeta, no se va a hacer profeta; ya habrá nacido profeta en la familia de los profetas, en la Casa de Dios; y ese va a ser el Ángel del Señor Jesucristo, el mensajero del Señor Jesucristo, del cual Cristo habla en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, y nos dice:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.

Y si muestra las cosas que van a suceder, pues está profetizando; porque por medio de la profecía es que se da a conocer lo que va a suceder.

También en el capítulo 22, verso 16, dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.

El enviado para todas las Iglesias es el Ángel del Señor Jesucristo.

“Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.

Y ahora, este Ángel Mensajero de Cristo es el ángel mensajero más importante de todo el libro del Apocalipsis, juntamente con el Ángel Fuerte que desciende del Cielo.

Ahora, ¿quién será el Ángel Fuerte y quién será ese Ángel del Señor Jesucristo? Dice el reverendo William Branham en la página 41 del libro de Citas, párrafo 330:

330 – “No sabemos quién era el Ángel. La Biblia no dice quién era el Ángel. Pero sabemos que era un profeta, porque la Biblia enseguida dice que: ‘Yo Jesús he enviado Mi Ángel para testificar de las cosas que han de acontecer brevemente’. Luego vemos que cuando Juan comenzó a adorar al Ángel, el Ángel dijo: ‘Mira que no lo hagas’. Revelación 22. Y él dijo: ‘Porque yo soy siervo juntamente con los profetas’. Podía haber sido Elías, podía haber sido uno de los profetas. Juan era un apóstol, pero este profeta fue enviado”.

¿Recuerdan que Jesús preguntó en una ocasión a Pedro?[9]: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?”. La pregunta para nuestro tiempo, en adición a esa: “¿Quién dicen los hombres que es el Ángel del Señor Jesucristo?”.

Unos dicen: “Puede ser Elías (dicen), el reverendo William Branham”; otros dicen: “Puede ser alguno de los profetas”…; lo mismo que decían de Jesús, del Hijo del Hombre; pero habrá un grupo de personas que tendrá la revelación divina de quién es el Ángel del Señor Jesucristo.

Ese será el único que podrá obtener todas estas promesas que han sido hechas, ese es el único que podrá recibir de mano de Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, el Libro abierto, el cual estaba sellado con siete Sellos, y podrá comérselo y profetizar sobre muchos pueblos, naciones y lenguas.

Y eso acontecerá cuando haya entrado hasta el último escogido, y Cristo se levante del Trono del Padre, y haya terminado Su Obra de Intercesión, tome el Libro, lo abra en el Cielo, lo traiga a la Tierra: “Aquí está”, se lo entregue al mensajero que Él tendrá en la Tierra para que se lo coma.

Recuerden que Juan (que es el que representa, tipifica, a la Iglesia y también a cada mensajero, y por consiguiente a ese mensajero) ya era un creyente en Cristo, y ya tenía un ministerio de muchos años. O sea que ese que se va a comer el Libro también va a tener un ministerio de muchos años. Y la Iglesia que lo recibirá también es la Iglesia que nació el Día de Pentecostés, pero que —como el águila— se va rejuveneciendo; y en el Día Postrero aparecerá como una Iglesia joven, representada en unas jovencitas que pasaron en una visión que le fue dada al reverendo William Branham[10].

Ahora, podemos ver que estas promesas divinas correspondientes al Día Postrero van a hacerse una realidad. Hemos visto que alguien va a recibir autoridad sobre las naciones y las va a regir con vara de hierro. (¿Qué es regir, Miguel?). Gobernar. Las va a gobernar no con mano débil: con mano de hierro; eso es lo que está en Zacarías, capítulo 14, también.

Ahora, nos dice la Escritura que ese Jinete del caballo blanco de Apocalipsis es el que puede hacer algo (verso 15) [capítulo 19]:

“De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso”.

El vino del furor: “… él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso”. Y luego encontramos que eso es lo que el Vencedor va a hacer. Dice:

[Apocalipsis 2:26] “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,

y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantadas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;

y le daré la estrella de la mañana (que ya sabemos que es el Espíritu Santo, el Sello del Dios vivo, la Columna de Fuego, el Ángel del Pacto)”.

En él va a estar el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, la Columna de Fuego, obrando todas esas cosas que están prometidas; y por consiguiente, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis estará manifestándose por medio del instrumento que Él tenga en ese tiempo; y por consiguiente, en él estará la vestidura, el caballo y la corona del Rey, y el cetro del Rey; y en medio del pueblo en el cual él estará, tendrá el grito del Rey, ¡el júbilo del Rey!

Y ahora, vamos ya a terminar (mañana ya tenemos que… tenemos compromisos). [Los Sellos, pág. 134]:

142. Y noten ustedes: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse (ahora, va a encarnarse nuevamente; estaba encarnado en Jesús, va a encarnarse nuevamente), el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de Señores’”.

No solamente Israel va a tener el júbilo del Rey, el grito del Rey, el hosanna, sino la Iglesia del Señor Jesucristo también, en el tiempo final, van a tener esta bendición.

Y ahora, la promesa es que el Espíritu Santo se va a encarnar. Página 146 dice [Los Sellos]:

[192]. Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo y se encarna en un hombre, el Espíritu Santo sube y viene encarnado en un hombre”.

Está hablando de un hombre que va a ser el instrumento del Espíritu Santo, de Cristo en Espíritu Santo en medio de Su pueblo, Su Iglesia, y luego en medio del pueblo hebreo. En la página 352 nos dice el penúltimo párrafo [Los Sellos]:

[107]. Y sucederá que al tiempo cuando el anticristo venga en su plenitud, Dios también vendrá en Su plenitud para redimirnos (o sea, para transformar a los vivos en Cristo y a los muertos resucitarlos en cuerpos glorificados). Siempre corren paralelos. Caín y Abel, el cuervo y la paloma en el arca, Judas y Jesús”.

Y el Judas será el anticristo. Y Jesús, Cristo, estará en Espíritu velado y revelado en el Día Postrero, operando el Espíritu Santo los ministerios de Elías, de Moisés y de Jesús. Tan sencillo como eso es lo que va a estar sucediendo en este tiempo final.

Y Cristo será el que estará obrando en este tiempo final, pero tendrá —como siempre lo ha tenido— un instrumento para obrar por medio de él. Y en el último instrumento que tenga, el último mensajero, Él va a manifestarse en toda Su plenitud cuando termine Su Obra de Intercesión en el Cielo, salga del Trono de Intercesión, tome el Título de Propiedad, lo abra en el Cielo, lo traiga a la Tierra, y se lo entregue a un hombre; a través de ese hombre se va a manifestar en toda Su plenitud cuando se complete la Iglesia del Señor Jesucristo.

Por eso es que lo que vimos en parte (mostrado temporeramente) en el reverendo William Branham, esa Tercera Etapa que vimos, de la Palabra siendo hablada y las cosas viniendo a creación, será manifestado en toda Su plenitud, pero ese tiempo será un tiempo de apretura también.

Por eso es que el reverendo, doctor Miguel Bermúdez Marín, les advierte que tengan todas las cosas al día, porque mientras mejor tengan las cosas, quizás más suave sea la apretura; si no las tienen en orden, les puede ser más difícil la apretura.

Recuerden que mientras más cómoda estén – tenga usted todo arreglado: más cómodamente va a estar. Es como cuando usted tiene un zapato grande, cómodo (o sea, que no queda ajustado); pero el que lo compró muy ajustado, pues la apretura del pie va a ser peor. El que pues lo tiene bien cómodo, holgado el zapato: va a sentir el zapato, pero la apretura no va a ser tan fuerte, no va a estar tan apretado.

En ese tiempo de la apretura es que la plenitud de Cristo, del Espíritu Santo, de Dios, va a estar en la Iglesia del Señor Jesucristo manifestada; y es ese el tiempo del cumplimiento de la Visión de la Carpa; porque es en el cumplimiento de la Visión de la Carpa donde van a estar los grandes milagros, las grandes maravillas; y ha sido dicho que los milagros serán para Moisés y Elías, para los Dos Olivos[11].

O sea que la Carpa que visitó en visión el reverendo William Branham no era la de él, no era su tabernáculo, no era su carpa; era de otro. Cuando él fue ya estaba hecha, estaba funcionando, se estaba predicando, se estaba haciendo llamamiento y estaban ocurriendo milagros[12]. Fue una visita a la cual o en la cual él llegó a una Gran Carpa Catedral.

Pero ahora, si no era del reverendo William Branham, ¿de quién era? Pues de los Dos Olivos, porque son a los que les toca llevar a cabo esas labores en el Programa Divino.

Es como el pueblo hebreo y el trato con el pueblo hebreo: él estuvo allá, pero le fue dicho a él… página 41, “Reconociendo el Día y Su Mensaje”[13]; para no leerles mucho, dice:

212 Dije: ‘Señor, aquí estoy’. Acepté el dinero y compramos los boletos e hicimos una parada en El Cairo. Dije: ‘Sí, Señor, estoy listo’.

213 El Espíritu Santo me dijo: ‘Este no es tu lugar, este no es tu tiempo. Te has adelantado’”.

Vamos a dejarlo ahí. Es el reverendo William Branham el que dice que el Espíritu Santo le dijo eso. Se estaba adelantando a algo que no era para el tiempo del ministerio que él tenía.

Vamos a seguir un poquito:

[213] Pensé: ‘¡Ay de mí!’”.

Vea, el compromiso que ya él tenía hecho con ministros (!); le habían dado dinero, el boleto… Dice:

[213] ‘¡Ay de mí! Vine toda esta distancia hasta aquí; ahora, tengo que ir’ (o sea, ‘tengo que regresarme’).

214 Algo me dijo: ‘¡Párate aquí! No vayas para allá (o sea, ‘no vayas para Israel’). Vete para la India. No vayas allá, vete para la India, pero no vayas allá’.

215 Caminé allá por detrás de donde guardan los aviones (o sea, los hangares), pensando: ‘¿Por qué?’”.

Recuerden que él siempre creía que él era el mensajero que tenía que ir a Israel y que Dios iba a tratar con Israel a través de él; siempre él estuvo pensando que era el ministerio de Elías por cuarta ocasión, hasta que después le fue revelado que era el ministerio de Elías por quinta ocasión. Vean, dice:

215 Caminé allá por detrás de donde guardan los aviones, pensando: ‘¿Por qué?’. Dije: ‘Señor, ¿qué quiere decir esto?’.

Entonces me dio a conocer que no son gentiles. Estos Profetas son los que tienen que ser de acuerdo con la Escritura: ‘Moisés y Elías tienen que venir’. Y además la Novia no ha sido tomada todavía. ‘Esos Profetas regresarán y ellos harán la señal del profeta’. Eso es la Escritura. Allí está entonces todo cumplido perfectamente. Israel como una nación nacerá en un día”.

Ahora, podemos ver que él trató de conquistar esa promesa. (¡Cualquiera!). Pero no es asunto de querer o tratar de conquistarla. Si estaba para él, la iba a lograr conquistar; si no estaba para él, pues, aunque él quisiera, no podía: le fue impedido por el Espíritu Santo tratar de conquistar esa promesa, le fue prohibido ir a Israel.

Él dice que viajó, le ha dado la vuelta al mundo (¿por cuántas veces, Miguel?) siete veces, sin ir a Israel[14]. Y cuando trata de ir a Israel, el Ángel le dice que no vaya para allá, se lo prohibió. Es que hay un Programa Divino, y tiene que ser de acuerdo al Programa de Dios.

EL HOMBRE QUE RECIBE LA VESTIDURA, EL CABALLO Y LA CORONA DEL REY; el que recibe EL CETRO DEL REY, ese es el hombre en el cual estará Cristo, el Jinete del caballo blanco, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, cumpliendo todas esas promesas.

Por eso es que también el Espíritu Santo no dio a conocer lo que era el Séptimo Sello, para que no surgieran imitaciones; por eso nos cuidamos lo más posible. Pero hay algunas veces que surgen algunas personas, y ven y salen imitando.

Esos serán como Janes y Jambres (Janes y Jambres): por imitadores, pues van a recibir lo mismo que Janes y Jambres.

No se puede imitar lo que Dios va a hacer por medio de un mensajero, ni se puede imitar a ese mensajero para tratar de decir: “Yo puedo lograr eso que ese mensajero va a hacer o está haciendo”. Eso es tratar de robarle el ministerio, posición y bendición de Dios.

Eso es lo mismo que dijo Aarón y Miriam: “¿No ha hablado Dios también por nosotros? ¿Solamente ha hablado por Moisés?”, y lepra le vino a Miriam o María, y después estaba muy asustado Aarón[15]. Y eran sus hermanos (!).

Y si ni a sus hermanos les fue permitido decir así y actuar para tratar de ocupar el lugar de Moisés, mucho menos a uno que no es ni familia. Imitar a Moisés era muerte.

Imitar a un mensajero para tratar de tomar el lugar de ese mensajero, a través de la historia bíblica siempre ha sido muerte.

Y aun, miren a Giezi, que pidió dinero, plata y vestidos en nombre de Eliseo al general Naamán[16]. Los que sin autorización hacen así, son los Giezis del tiempo presente. Era para él, lo guardó, ¿ven? O sea que hay que tener mucho cuidado en la forma en que trabajamos en la Obra del Señor, y recordar que Eliseo sabía lo que estaba haciendo Giezi, por medio del Espíritu.

Así que no crean que Giezi actuaba y Eliseo no sabía. Si solamente… porque rodean a Eliseo los ejércitos sirios para llevárselo cautivo, secuestrarlo y llevárselo al rey para decir: “Este es el hombre que cuando tú, rey, te reúnes con tus oficiales, tus príncipes, y hablas algo, ya él lo sabe allá; no importa a la distancia que él esté, ya él sabe; él está viendo todo como si tuviera un televisor ahí, si tuviera cámaras de vigilancia allá, con una cámara instalada acá; y luego se lo dice al rey: Mira, están planeando tal y tal cosa”[17].

El anticristo se cree que todo lo que haga en secreto no va a ser sabido. La Escritura dice: “No juzguéis nada antes de tiempo”[18]. (¿Hasta qué tiempo, Miguel?). [Hno. Miguel: Dice que es hasta la Venida del Señor]. En donde Él dará a conocer lo oculto de las tinieblas, y por consiguiente lo oculto del reino de las tinieblas. Todo eso va a salir a la luz.

Bueno, todo eso lo va a hacer EL HOMBRE QUE RECIBE LA VESTIDURA, EL CABALLO Y LA CORONA DEL REY; a través de ese hombre, Cristo lo va a llevar a cabo; porque será Cristo en Espíritu Santo, el Espíritu Santo a través del instrumento que Él tenga, obrando todas esas cosas. Y Dios lo cuidará. Y cuando llega el tiempo de que tenga que partir, pues será en el tiempo destinado por Dios; pero será por tres días y medio, unas vacaciones o un paseíto al Paraíso.

Recuerden que Cristo se dio un paseo al Paraíso, aunque tuvo que pasar por otro sitio que no era muy bueno, donde tuvo una batalla y donde obtuvo las llaves del infierno y de la muerte, quitándoselas al diablo[19].

Así que estamos en un tiempo muy glorioso, muy importante, en donde tenemos que tener nuestros ojos espirituales bien abiertos; también conocer las profecías bíblicas para el tiempo final, conocer las cosas que fueron habladas por el reverendo William Branham, porque él es el precursor de la Venida del Señor. Y el Hijo del Hombre viene con Sus Ángeles; por eso hablaba de la Venida de Jesús, de la venida de Elías, de la venida de Moisés, y hablaba de las cosas que iban a suceder.

Buena introducción hizo el reverendo William Branham; él dice que el Ángel le dijo: “Tu Mensaje introducirá a Cristo en Su Venida”[20]. Por lo tanto, se cumplirá la Venida del Señor conforme a como fue hablado en la introducción, en el Mensaje de introducción. Ni se saldrá ni a la derecha ni a la izquierda: irá por el mismo centro el cumplimiento de lo que ha sido prometido.

“EL HOMBRE QUE RECIBE LA VESTIDURA, EL CABALLO Y LA CORONA DEL REY”. Ese es al que Cristo dice:

[Apocalipsis 3:21] “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.

Así que va a tener corona.

Bueno, ha sido para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta noche. Ya mañana, Miguel, tenemos mucho trabajo. Trabajo para uno levantarse también, porque ya hay que estar como a las 6:00 de la mañana en el aeropuerto (me dice Miguel). Ya ha estado progresando mucho en eso. Antes, pues me hubiera dicho: “No, a las 7:00 de la mañana estoy allí”, pero ahora me dice: “A las 6:00”; así que ahora me obliga él a mí a madrugar y a llegar temprano a los lugares.

Te agradezco, Miguel, que estés haciendo eso, porque ahora soy yo el que me atraso un poco. Que Dios te bendiga, Miguel, y te use grandemente en Su Obra en este tiempo final; y Dios te mantenga viviendo en esta Tierra y trabajando en Su Obra todos los días hasta que seamos todos transformados.

Eso mismo deseo para cada uno de ustedes también. Cuidándonos todos porque viene un momento de apretura. Van a buscar todas las formas de parar las actividades de la Novia, de cerrarle los auditorios, los templos. Recuerden que el reverendo William Branham dijo sobre eso[21]. Dijo también que van a cerrar el de Jeffersonville, Indiana, o van a tratar de cerrarlo, o lo van a cerrar (lo puedes buscar después, Miguel)[22].

Así que con todo bien arregladito, evitando problemas también, para que no echen lodo sobre las demás congregaciones. Recuerde que usted no es el único ministro, y su congregación no es la única congregación. Hay muchos ministros y muchas congregaciones. Lo que usted hace, va a hacer – a influenciar sobre las demás congregaciones, va a ser de beneficio o de daño para otras congregaciones; y por consiguiente, pues tendrá que rendir cuentas a Dios. Todos tenemos que rendir cuentas a Dios en el Tribunal de Cristo.

Así que mejor hacer las cosas como están en la Palabra, como están en los consejos del reverendo William Branham, como están en el Mensaje de la hora final. Y todas estas cosas, pues, que estén bien en todas las congregaciones y en todos los ministros también; y evitando ser tropiezo para otras personas.

Recuerden que Cristo dijo que ¡ay de los que hacen escándalos o traen escándalos! Es… Él dice: “Habrá escándalos, pero ¡ay de aquellos por los cuales vienen los escándalos!”. ¿Qué más dice después de eso, Miguel? “Mejor le fuera morirse”…, o sea, “mejor le fuera amarrarse una piedra de molino en el cuello y echarse a lo profundo del mar”[23]. ¿Y qué?, ¿que se lo coman los tiburones? Mejor la boca del tiburón que en el lago de fuego (!).

Bueno, pero no vayan a hacer ninguno de ustedes eso. Más bien, eviten los problemas, y es lo mejor; y trabajaremos siempre juntos en el Programa Divino.

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde a todos, y junto a vuestras congregaciones continúen orando por mí, por Miguel, por todos los ministros, por toda la obra evangelística, misionera, por el proyecto de La Gran Carpa Catedral; y entonces trabajemos en ese Programa Divino para bien de todos.

Continuaremos viendo cómo Dios va obrando, y continuaremos viendo muchas otras cosas a medida que va pasando el tiempo.

Ya les he hablado muchas cosas muy abiertas, por consiguiente pueden aparecer imitadores; y ya ustedes saben que es porque se ha hablado muy claro muchas cosas. Y el reverendo William Branham dijo por ahí, yo creo que por la página 471 del libro de Los Sellos, que el diablo no conoce ese misterio del Séptimo Sello; pero dice que si él lo llega a conocer, haría mucho daño.

Así que esto se queda entre nosotros para beneficio de todos nosotros, para estar conscientes de cómo va el Programa Divino. No se los voy a leer, pero era para decirles cuál era la página: 467 de Los Sellos. 467. Todo ese pasaje habla de eso.

Por eso es que hay otras cosas que no se han hablado abiertamente; pero dejen que Cristo termine Su Obra de Intercesión, resucite los muertos creyentes en Él y nos transforme a nosotros, y entonces sí que el mundo va a saber lo que es el Séptimo Sello, porque va a ser abierto públicamente; pero eso va a causar un enfrentamiento, una guerra, una batalla espiritual; porque con la apertura de cada Sello hay una batalla, una guerra espiritual.

Con el sonar de una Trompeta hay una guerra física. Y ahí lo vamos a dejar, pues con… las Copas lo vamos a dejar para otra ocasión.

Que Dios les bendiga y les guarde, y vamos por aquí a dejar a Miguel, porque para postre yo creo que ha sido bastante; pues ya habíamos terminado, y ya Miguel que todavía es dulcero…, siempre le gusta el postre, no solamente físico sino espiritual también.

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una noche feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador. Y nos veremos ¿cuándo, Miguel? ¿Ya no hay más actividades con los ministros?

Ahí después hablamos. Ustedes ven que yo no acompaño a Miguel en todo el recorrido, sino que me encuentro con él en algunas ocasiones; y ahí estoy en algunas actividades; pero espero su comprensión y que no esperen que yo les dé a conocer todos los detalles para… porque se puede interrumpir el Programa Divino.

Yo les amo con toda mi alma, todo mi corazón, y estoy muy agradecido a Dios por todos ustedes, que Dios ha colocado a mi lado para trabajar en la Obra de Dios.

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, y con nosotros el reverendo Miguel Bermúdez Marín. Muchas gracias.

“EL HOMBRE QUE RECIBE LA VESTIDURA, EL CABALLO Y LA CORONA DEL REY (Y EL CETRO)”.

[Revisión enero 2021 – agosto 2024]

[1] Levítico 16:3-25

[2] Jesús anuncia Su muerte: Mt. 16:21, 17:22-23, 20:17-19; Mr. 8:31, 9:31, 10:32-34; Lc. 9:21-22, 18:31-33 / Jesús ante el Concilio: Mt. 26:64, Mr. 14:62, Lc. 22:69

[3] San Mateo 28:18

[4] San Mateo 28:20

[5] Isaías 59:20, Romanos 11:26

[6] 63-0728 “Cristo es el misterio de Dios revelado”, párrs. 105-106

[7] Amós 3:7

[8] Hechos 12:22

[9] Mt. 16:13-20, Mr. 8:27-30, Lc. 9:18-21

[10] 64-0705 “La Obra Maestra”, párrs. 187-196

[11] Citas, pág. 136, párr. 1208

[12] Citas, pág. 10, párr. 87; pág. 12, párr. 97; pág. 13, párr. 98; pág. 14, párr. 103; pág. 39, párr. 321

[13] 64-0726M “Reconociendo tu día y Su Mensaje”, párrs. 212-215

[14] 64-0410 “Señales escriturales del tiempo”, párr. 37

[15] Números 12:1-16

[16] 2 Reyes 5:20-27

[17] 2 Reyes 6:8-13

[18] 1 Corintios 4:5

[19] Apocalipsis 1:17-18

[20] Citas, pág. 119, párr. 1058

[21] Las Edades, pág. 348, párrs. 115-116

[22] 63-1226 “Orden de la Iglesia”, párr. 9 / 63-0728 “Cristo es el misterio de Dios revelado”, párr. 416

[23] San Mateo 18:6

Scroll al inicio