Los hijos del segundo Adán

Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes países; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión.

Un saludo muy especial para el doctor Miguel Bermúdez Marín allá en Venezuela y su esposa; y también para el doctor Salomón Cunha y su esposa Kélita, allá donde se encuentran en estos momentos.

Agradezco y aprecio el esfuerzo que están haciendo por el proyecto de La gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, y que Dios les tenga registrado todo en el Cielo en el Libro de las Memorias, en el Libro de la Vida, donde quedan registradas todas las cosas que se hacen en favor del Programa Divino, de la Obra de Dios; y que Cristo les recompense grandemente en Su Reino, y en el Reino milenial Dios les tenga una recompensa muy grande por lo que están haciendo. Pues Cristo dijo que no perderá su recompensa el que hace algo por uno de los pequeñitos, o sea, de los hermanos de Jesucristo, cuánto más cuando se hace por Jesucristo directamente.

Así que, todo lo que hacemos para Cristo en Su Obra correspondiente al Día Postrero, no perderá su recompensa. El apóstol Pablo lo dijo en el capítulo 15, verso 58 de Primera de Corintios. Dice:

“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”

Cristo dice en Apocalipsis, capítulo 22, verso 12:

“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.”

Por lo tanto, yo creo que de todos los tiempos, el grupo que va a recibir las recompensas más grandes, yo siempre les he dicho que creo que es el grupo de hijos e hijas de Dios del tiempo final, del Día Postrero. Y recuerden que en las parábolas también se habla acerca de esto.

Ahora, esperamos que pronto ya el proyecto de La gran Carpa-Catedral se complete, esperamos que el año que viene, no sabemos en qué año, pero esperamos que el año que viene ya con el esfuerzo que hemos estado haciendo, que están haciendo y que continuaremos haciendo, esperamos que el año que viene la tengamos ya levantada esa gran Carpa-Catedral.

Y si el esfuerzo que hagamos no es tan grande, pues entonces en 2011, pero todos queremos que sea ya para el próximo año, por lo tanto, estaremos haciendo todo el esfuerzo máximo en el Programa de Dios.

Por lo tanto, estaremos economizando lo máximo para hacer lo que Cristo dice que hagamos tesoros ¿dónde? En el Cielo, en el Reino de Dios, allí es donde lo tenemos bien asegurado.

También aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando a AMISRAEL, ya el próximo año estaremos en Jerusalén, en el mes de junio, por lo tanto las personas que van a estar, que pueden estar, que tienen el dinero para estar y que no les es una carga, que no vayan después a estar quejándose: “Fui, gasté el dinero, un préstamo que tomé y ahora lo estoy pagando y todavía no lo he podido pagar.”

Más bien tienen que ser las personas que sí desean estar y pueden estar, pueden económicamente viajar. Va a ser una actividad muy importante. Por lo tanto, todos están invitados, pero recuerden: “cada cual se tiene que arropar con la sábana que tiene,” ustedes entienden ese término; en otros países no lo entienden, pero de acuerdo a las posibilidades, cada cual tiene que ver y pensar si puede estar; porque todos queremos estar, pero no todos pueden, y más con el trabajo que se está haciendo en Puerto Rico, el proyecto de La gran Carpa-Catedral; también algunos podrán tener dificultad, pues no van a cambiar algo que ya han pensado y han destinado para el proyecto de La gran Carpa-Catedral, no lo pueden, no lo van a cambiar para un viaje; o algo que ya tenían separado para un viaje, no lo van a cambiar para el proyecto de La Carpa-Catedral. Tenemos que ser realistas.

El proyecto: “Los pueblos del mundo escriben la Biblia,” ya Colombia y Venezuela están escribiendo la Biblia, por lo tanto, mis felicitaciones a Colombia que fue el primer país, y a Venezuela que siguió el ejemplo de Colombia. Esperamos que ya este año se tenga la Biblia escrita por Colombia y Venezuela, los cuales están unidos escribiendo la Biblia.

No sé si el reverendo José Benjamín Pérez hizo el anuncio de una gala, esto es una cena en el Hotel: “Palmas del Mar.” Hay una cena, una gala allá, y todos los que deseen estar y también puedan estar, ya que habrá un boleto de entrada que tiene un valor, pueden comunicarse con la licenciada Jeruza Cruz de Rodríguez para más información, es pro AMISRAEL.

Y también pueden peguntarle a ella cómo pueden hacer para también invitar a otras personas, otras personas de diferentes ciudades, de diferentes lugares del trabajo donde están ustedes, y así por el estilo.

Para esta ocasión leemos en Gálatas, capítulo 4, verso 1 al 7… para navidades ya vamos a estar también con ustedes acá, y también va a estar con nosotros el doctor Miguel Bermúdez Marín, y ahí lo que tengamos para el proyecto de La gran Carpa-Catedral, vamos también a aportarlo. Sé que en esta temporada muchos quieren colaborar y hacer el esfuerzo mayor de todo el año.

Así que, esperamos que Dios nos bendiga grandemente por todo lo que estaremos haciendo.

Capítulo 4 de Gálatas, verso 1 en adelante, dice San Pablo:

“Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;

sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.

Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,

para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.”

“LOS HIJOS DEL SEGUNDO ADÁN.”

El apóstol San Pablo nos dice que él ha desposado a la Iglesia con Cristo, y esa ha sido una obra maravillosa que ha llevado a cabo el Espíritu de Dios a través de San Pablo. San Pablo, conocedor de las Escrituras, conocedor de todo el Programa Divino, nos dice que Cristo es la cabeza de Su Iglesia y que Dios es la cabeza de Cristo; y que el hombre, el varón, es la cabeza de la esposa, así como Cristo es la cabeza de Su Iglesia.

El apóstol Pablo tipifica la Iglesia en la esposa, y tipifica a Cristo en el esposo. Por lo tanto, en el campo espiritual encontramos que Cristo es el segundo Adán, y siendo el segundo Adán, el Programa Divino que estuvo en las manos de Adán, pero por cuanto él pecó, no lo pudo llevar a cabo y entonces trajo una descendencia mortal, pues Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza; y de Adán luego sacó a Eva, porque en Adán estaba su compañera, en él, y la separó del cuerpo en donde estaba Eva, porque Adán era varón y hembra.

Y ahora, ¿para qué lo separó? Para que se reprodujera a través de ella, para que trajera hijos e hijas de Dios. El Programa Divino para Adán y Eva era traer hijos e hijas de Dios por medio de la Palabra creadora siendo hablada por Dios a través de Su Espíritu, a través de Adán.

Cualquier persona podría decir: “Eso es algo imposible,” pues miren, no es imposible, así como Eva tenía que traer hijos e hijas de Dios por medio de la Palabra creadora que sería hablada por Adán, la virgen María trajo a vida un niño por medio de la Palabra creadora que fue hablada de parte de Dios a través del Arcángel Gabriel, y ella dijo: “Hágase conmigo conforme a Tu Palabra,” y el Espíritu Santo hizo sombra sobre ella de acuerdo a esa Palabra que ella aceptó, recibió, y concibió, y luego de nueve meses dio a luz al niño Jesús. Tan simple como eso.

Así que no era algo imposible. Ese es el plan original de parte de Dios. Por eso es que la virgen María es la mujer más bienaventurada de todas las mujeres, la primera y única mujer que ha traído a vida un niño por creación divina, por obra y gracia del Espíritu Santo. Por eso bien dijo, bien fue dicho de ella: “Bendita tú entre todas las mujeres.” Después de ella ninguna otra mujer ha traído un hijo por obra y gracia del Espíritu Santo, ni ella misma después que tuvo a Jesús.

Eva y María representan a la Iglesia del Señor Jesucristo, y Adán representa a Cristo. Por lo tanto, los hijos del segundo Adán, que es Jesucristo, van a venir a existencia, van a venir a Vida eterna en la misma forma que Él vino. El primer hijo que Eva tenía que traer era a Jesucristo.

Y ahora, encontramos que en la misma forma en que vino Cristo por medio de la virgen María, que es tipo y figura de la Iglesia del Señor Jesucristo, ahora Cristo, el segundo Adán va a traer a Vida eterna hijos e hijas de Dios, esos serán los hijos del segundo Adán, pues los hijos del primer Adán que han venido a vida, vean, han venido a vida temporera que Adán cuando perdió la Vida eterna, murió a la Vida eterna y por consiguiente toda la descendencia de Adán vendría muerta a la Vida eterna pero viva a una vida temporera, y eso es lo que hemos heredado de Adán y Eva: vida temporera en cuerpos mortales, corruptibles, temporeros, que se van poniendo viejos, se les acaba la luz de vida, que es temporera, y mueren.

Ahora, los hijos e hijas de Dios con Vida eterna que Adán tenía que traer, ahora le toca al segundo Adán, que es Cristo, traerlos a Vida eterna, para lo cual Dios le dio una compañera, la cual estaba en el segundo Adán; como Eva estaba en el primer Adán, ahora la segunda Eva, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, estaba en el segundo Adán: en Cristo.

Y así como Adán fue colocado en sueño, la primera anestesia se llevó a cabo en Adán. El médico, el cirujano perfecto es Dios, y anestesiólogo o anestesista también, y que saca de un hombre una parte de ese hombre y lo convierte en una mujer (la parte física), el espíritu que es el cuerpo angelical (ya estaba en Adán el espíritu femenino), y quedó en Adán el espíritu masculino; pero el espíritu femenino fue puesto en ese cuerpo femenino que Dios formó de una parte de Adán, del costado de Adán, de una costilla de Adán.

Bueno, antes para muchas personas parecía algo imposible, pero ahora la ciencia ha descubierto que con menos de una costilla puede hacer unos experimentos científicos y traer personas iguales a la persona de la cual se tomó una parte. O sea, hacer un clon o también traer un niño; hasta aun en laboratorio han estado haciendo esos experimentos. Pero para Dios no hay nada imposible.

Y ahora, si usted piensa que para Dios hay algo imposible, le pregunto: ¿Cómo usted vino a la Tierra? ¿De dónde vino? Usted sabe que vino de otra dimensión y pasó por el vientre de su madre. Así que, estaba en los lomos de su padre y pasó al vientre de su madre, donde ahí se formó el cuerpo físico para usted habitar.

Ahora, la Escritura nos habla de Jesucristo y nos dice que Él es el Verbo que era con Dios y era Dios y creó todas las cosas, y sin Él todo lo creado fue hecho por Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho: San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante; y en el verso 14, dice:

“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”

Ahora, ahí tenemos el personaje más importante de la historia de la creación; y dice el apóstol Pablo, en el capítulo 2, verso 2:

“Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,

en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.”

Y ahora, es importante conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo porque ahí están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.

¿Cómo fue creado el Universo? Hubo una sabiduría que fue manifestada, fue usada ahí, y la Escritura dice que Dios ha hecho a Cristo, sabiduría y poder de Dios. En Cristo está toda la sabiduría divina, vean, dice capítulo 1 de Colosenses, dice verso 12 en adelante:

“Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.”

La imagen de Dios, o sea, el cuerpo angelical de Dios es Jesucristo en Su cuerpo angelical, llamado el Ángel del Pacto, el cual aparece desde el Génesis hasta el Apocalipsis; y siendo la imagen de Dios, vean, en el Programa Divino por medio de Cristo, el segundo Adán, obtenemos la imagen de Dios, que es el cuerpo angelical; y luego obtendremos la semejanza física de Dios, que será el cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado que hemos de recibir, igual al cuerpo glorificado que tiene Jesucristo; porque el cuerpo glorificado que tiene Jesucristo es la semejanza física de Dios, la semejanza de Dios; y la imagen de Dios: el cuerpo angelical, llamado el Ángel del Pacto en el Antiguo Testamento, que aparecía a los profetas del Antiguo Testamento en quienes estaba el Nombre de Dios.

Y cuando se hizo carne, cuando obtuvo su semejanza física, ahí también fue colocado el Nombre de Dios, por orden del Ángel Gabriel a la virgen María. Por eso Jesús decía: “Yo he venido en Nombre de mi Padre.” (San Juan, capítulo 5, verso 43).

Y ahora, encontramos que Cristo siendo el segundo Adán, el postrer Adán, ha recibido una Iglesia, una Novia, una Esposa que surgió allá en la Cruz del Calvario donde Cristo murió y fue herido, y pasó así como con Adán que fue anestesiado, recibió la anestesia de parte de Dios, fue herido y de ahí sacó Dios una compañera para Adán.

Y ahora, por medio de la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario y su herida, Dios ha sacado una Iglesia Novia para Cristo; y el Día de Pentecostés colocó en ella el Espíritu Santo, el Espíritu de vida, y así obtuvieron el cuerpo angelical ciento veinte creyentes en Cristo; y después todos los que iban recibiendo a Cristo y siendo bautizados en agua en el Nombre del Señor arrepentidos de sus pecados, luego Cristo los bautizaba con Espíritu Santo y Fuego, y producía en ellos el nuevo nacimiento, y así obtenían la imagen de Dios, el Espíritu Santo, el cuerpo angelical (recuerden que un espíritu es un cuerpo de otra dimensión).

Y ahora, San Pablo nos dice en Romanos, capítulo 8, verso 14 en adelante, pero leamos el verso 9 también. El verso 9, dice:

“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.”

Esas son palabras claras, si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, pues no es de Él.

Y ahora, nos dice el mismo capítulo 8, verso 14 en adelante:

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.”

¿Ven? En el Programa Divino está primero recibir el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios y así tener el cuerpo angelical, la imagen de Dios, y luego en el Día Postrero en la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los vivos recibir el cuerpo eterno y glorificado, la semejanza física de Dios, un cuerpo glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo y joven para toda la eternidad. Y todo esto ha estado llevándose a cabo para obtener ese cuerpo angelical, así como obtendremos también el cuerpo físico glorificado.

Ahora, siendo que Cristo dijo en San Mateo, capítulo 26, verso 26 en adelante, dice:

“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.

Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;

porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”

Y ahora, Cristo dice que Su Sangre es la Sangre del nuevo Pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Así como Dios estableció un pacto con el pueblo hebreo en el monte Sinaí, de la unión del pueblo hebreo con Dios para ser Su pueblo y Dios ser su Dios, y Dios llama al pueblo hebreo como Su esposa, y Dios se identifica como Su marido, marido del pueblo hebreo, porque fue hecho un pacto en el monte Sinaí, eso es un pacto de unión entre dos personas: el pueblo hebreo como pueblo, una persona y tipificado en una mujer, y Dios, una persona tipificado en un marido, en un hombre. Fue un pacto matrimonial de Dios con Su pueblo Israel, en el cual ya vimos que se representa Dios en un hombre, en un marido, y representa al pueblo hebreo en una mujer.

Y ahora, Dios dice en Jeremías, capítulo 31, versos 31 al 36 que hará “un nuevo Pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá, no como el pacto que hice con vuestros padres, los cuales invalidaron mi pacto…” Vean, vamos a leerlo aquí donde lo menciona bien claramente para que tengamos el cuadro claro de lo que estamos hablado. Capítulo 31, verso 31 en adelante, dice:

“He aquí que vienen días, dice Jehová (o sea, dice el Señor), en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.

No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.”

Aquí Dios se identifica como un marido en este pacto, porque es un marido de unión de un pueblo tipificado también en una mujer, y Dios tipificado en un hombre. Y ahora:

“Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.”

Y el Señor Jesucristo habla de este nuevo Pacto en San Mateo, capítulo 26, versos 26 en adelante que fue lo que leímos cuando Cristo dice que Su Sangre es la Sangre del nuevo Pacto que será derramada por muchos para remisión de los pecados.

Bajo este nuevo Pacto de unión de cada creyente en Cristo con Cristo, los cuales formarían la Iglesia del Señor Jesucristo. La Esposa del Cordero en el campo espiritual es la Iglesia, la Esposa de Cristo, Pablo dice que ha desposado a la Iglesia a Cristo, o sea, que la Iglesia está unida a Cristo bajo ese Pacto matrimonial que ha sido efectuado por Cristo; y cuando la persona escucha la predicación del Evangelio de Cristo, está escuchando el contenido del nuevo Pacto, y cuando recibe a Cristo, está diciendo lo mismo que dice una novia cuando está siendo casada con el novio. “¿Lo recibes como tu esposo?” Y la novia dice: “Sí, yo lo recibo.”

La persona cuando recibe a Cristo como Salvador, está haciendo lo mismo, y Cristo cuando recibe a la persona como un creyente, está haciendo lo mismo que hace el novio en la ceremonia matrimonial.

Y ahora, en el campo espiritual encontramos a Cristo también hablando en el capítulo 12, verso 24, y dice:

“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.”

Vean, Cristo se tipifica en el grano de trigo, y cuando un grano de trigo es sembrado, nace una planta de trigo y la vida que está en el grano de trigo pasa a la planta de trigo y es la vida que está en el grano de trigo la que produce la planta de trigo y hace que crezca y luego hace que produzca fruto igual al grano de trigo que fue sembrado.

Cristo es el grano de trigo, la planta de trigo es la Iglesia que fue traída a existencia por la vida del grano de trigo, la vida de Cristo, que es el Espíritu Santo, y ha ido de edad en edad creciendo y llevando mucho fruto de edad en edad, ha estado llevando muchos hijos e hijas en el campo espiritual.

En el campo físico vendrá el momento en que traerá físicamente a Vida eterna todos los muertos en Cristo en cuerpos glorificados, y a los vivos en Cristo nacidos de nuevo los transformará y entonces estará físicamente la familia de Dios con Vida eterna, o sea, los hijos del segundo Adán que es Cristo y de la segunda Eva. Los hijos del segundo Adán que es Cristo, y la segunda Eva que es la Iglesia, son los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, y esa es la familia de Dios, hijos e hijas de Dios, esos son los hijos del Reino, de los cuales Cristo habla en la parábola del trigo y de la cizaña en el capítulo 13, versos 37 al 43 de San Mateo.

Y ahora, veamos lo que nos dice San Pablo en Efesios, capítulo 2, es importante que sepamos quién es el segundo Adán y quién es la segunda Eva y quiénes son los hijos del segundo Adán y de la segunda Eva. En Efesios, capítulo 2, versos 11 en adelante, dice:

“Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.

En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,

aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,

y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.

Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;

porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.”

Y ahora, todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, son los hijos del segundo Adán: Cristo, y de la segunda Eva que es la Iglesia del Señor Jesucristo y por consiguiente son los hijos e hijas de Dios, son los miembros de la familia de Dios, por eso son Reyes y Sacerdotes, porque son hijos del Rey de los Cielos y de la Tierra, el Rey de reyes y Señor de señores y de la Reina, que es la Iglesia:

“Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,

en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;

en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”

Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo es un Templo espiritual también, es la casa de Dios, la familia de Dios, en donde Dios mora en Espíritu Santo y camina, anda en medio de Su Iglesia, pues Cristo dijo: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (San Mateo, capítulo 28, verso 20).

Y ahora, en la familia de Dios y de la familia de Dios, que está tipificado también ese pueblo, la Iglesia, ésta es llamada Jerusalén la celestial en Hebreos, capítulo 12, versos 22 en adelante, y dice:

“Sino que os habéis acercado al monte de Sión (recuerden que la Escritura dice: “De Sión vendrá el libertador que quitará de Jacob la impiedad;” y en el campo espiritual Sión es la Iglesia del Señor Jesucristo)

Sino que os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,

a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos.”

Los primogénitos que están inscritos en los Cielos son los hijos e hijas del segundo Adán y la segunda Eva, o sea, los hijos de Cristo y Su Iglesia, los cuales no son engendrados de carne y sangre, ni de la voluntad de varón sino de Dios, de Dios por medio de Su Espíritu, como sucedió con Jesús cuando María aceptó la Palabra del Ángel Gabriel y luego el Espíritu Santo más adelante hizo sombra sobre María, y María concibió.

Así también por medio de la Palabra de Dios que es aceptada, luego el Espíritu Santo hace sombra sobre la persona y produce en la persona el nuevo nacimiento. Luego en el Día Postrero nos dará el cuerpo físico y glorificado, pero primero tenemos que pasar por el cuerpo angelical, recibir el Espíritu Santo.

Cristo antes de tener Su cuerpo de carne, vean ustedes, tuvo Su cuerpo angelical, que es el Ángel del Pacto. Ese es Cristo en Su cuerpo angelical, el Ángel del Pacto, el Cristo, el ungido.

Y ahora, Dios todas las cosas las hizo por medio de Cristo, y ahora Cristo en el nuevo Pacto todas las cosas las ha estado haciendo por medio de Su Espíritu a través de Su Iglesia. Tan simple como eso: a través de la segunda Eva.

En el campo espiritual han estado naciendo los hijos e hijas de Dios de cada edad, cuando viene el Espíritu Santo y a través del mensajero de cada edad habla la Palabra creadora y las personas reciben ese mensaje, esa Palabra, y ahí es que Cristo se reproduce en hijos e hijas de Dios en cada edad. Tan simple como eso. Esa es la forma en que ha estado sucediendo.

Y ahora, ¿dónde están los hijos e hijas de la segunda Eva y del segundo Adán del Día Postrero para la Edad de la Piedra Angular? Pues aquí estamos. Por medio de la Palabra creadora de Dios venida en este tiempo, ha estado ocurriendo un milagro de creación.

Y ahora, vean cómo se ha estado entrando al Reino de Dios de edad en edad los hijos e hijas de Dios, cómo han estado naciendo en el Reino de Dios, naciendo del Agua: de la Palabra, y del Espíritu, conforme a como le dijo Cristo a Nicodemo en el capítulo 3 de San Juan.

Y ahora, siendo que esas personas creyentes en Cristo nacidas de nuevo son hijos del segundo Adán y de la segunda Eva, son Reyes, Sacerdotes y Jueces del Reino de Dios, y reinarán con Cristo, reinaremos con Cristo sobre la Tierra por mil años y luego por toda la eternidad.

De ahí, de esa familia del segundo Adán y la segunda Eva es que salen los Reyes y Sacerdotes y Jueces según el Orden de Melquisedec para y del Reino de Dios, esos los hijos del Reino de la parábola del trigo y de la cizaña.

Ahora, encontramos que al final de la Dispensación de la Ley, al final de esa dispensación, en esa dispensación finalizando apareció el ungido de Dios; todos los profetas eran ungidos de Dios, pero en toda Su plenitud solamente uno: el Señor Jesucristo.

La plenitud de Dios va a venir en el Día Postrero, Dios se va a manifestar en toda Su plenitud, Cristo se va a manifestar en toda Su plenitud y va a obrar y cumplir, y va a cumplir lo que Él ha prometido para este tiempo final; y eso es lo que está esperando el Cristianismo y el Judaísmo también, cada uno desde su punto de vista, pero todos están esperando al Mesías, al ungido, al Cristo. Recuerden que Cristo lo que significa es ungido, el ungido con el Espíritu de Dios en toda Su plenitud.

Ahora, encontramos que en todos los tiempos los profetas han sido los ungidos, pero en la porción correspondiente a su tiempo, pero en toda Su plenitud solamente corresponde a la primera y segunda Venida del Señor.

El misterio más grande no es el de la primera Venida, es el de la segunda Venida. Pero va a ser tan sencillo que algunos van a decir: “Yo que pensaba que iba a ser algo tan complicado,” porque es un misterio, es algo misterioso; y mientras más sencillas sean las cosas, más misteriosas son. Y luego van a decir: “Tan sencillo que era todo y yo no me daba cuenta.”

Todo va a ser sencillo. Donde primero se va a cumplir la venida del Mesías va a ser en la casa del segundo Adán y la segunda Eva, así como la primera Venida se cumplió en la casa de Dios, de Su esposa: el pueblo hebreo, y Dios, su marido, ahí se cumplió la primera Venida del Señor, y era uno de la familia, nacido en la familia: la familia de Dios, un judío (o como judío nació).

La Iglesia está esperando la Venida del Señor, y va a ser la Iglesia la primera que lo va a recibir, y después el pueblo hebreo. Tan sencillo como eso. Y yo diría: “No voy a dejar que el pueblo hebreo lo vea primero que yo,” porque primero le corresponde verlo a la Iglesia, a la segunda Eva; pero no quiero hablar mucho de ese misterio de la Venida del Señor para que no sea interrumpido todo el Programa Divino.

El séptimo Sello del Libro sellado con siete Sellos en Apocalipsis, capítulo 5, verso 1 en adelante, en el séptimo Sello contiene el misterio de la segunda Venida de Cristo; y los siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante, dan a conocer ese misterio, porque los siete Truenos es la Voz de Cristo el Ángel Fuerte, del Espíritu Santo viniendo a la Tierra, a Su pueblo, a Su Iglesia.

Es el misterio más grande de toda la Biblia, a tal grado que cuando fue abierto el séptimo Sello en el capítulo 8 de Apocalipsis, hubo silencio en el Cielo como por media hora, y luego aparecieron los Ángeles allí presentes con las trompetas para tocarlas; o sea, que cuando sea abierto el séptimo Sello, entonces, la fiesta de las trompetas para Israel.

Cuando un Sello es abierto, surge un disturbio religioso. Cuando una trompeta suena, surge un disturbio político y una guerra; y luego viene una plaga, una copa con una plaga es derramada sobre la Tierra. Lo van a entender en otra ocasión con más detalles, quizás cuando estemos ya en actividades bajo carpa, vamos a entender mucho mejor esas cosas.

Ahora recuerden, muchas personas quizás han deseado por muchos años conocer el séptimo Sello, que el séptimo Sello sea abierto en público, fue dicho que cuando el séptimo Sello sea abierto, será un secreto por completo en su comienzo, y no se sabe por cuánto tiempo; pero luego también fue dicho que cuando el séptimo Sello sea abierto en público, eso será el fin para el mundo, el fin para el reino (el reino de los gentiles), será el fin del tiempo, también el tiempo no será más (el tiempo de redención): el reloj sigue caminando, pero se cierra la puerta de la Dispensación de la Gracia.

Y será el fin, por consiguiente, para las edades de la Iglesia, será el fin para la introducción al milenio, o sea, que el milenio se estaría introduciendo pero llega el fin de la introducción, esa labor de introducción, de precursar el milenio, llega a su final. Todo eso está en el séptimo Sello.

Ese misterio del séptimo Sello es el misterio más grande de toda la Biblia, tan grande es que dice Cristo que ni los Ángeles aún saben ni el día ni la hora, y que nadie sabe ni el día ni la hora, dice Cristo dos mil años atrás, pero ese misterio va a ser conocido cuando sea abierto al público; pero antes de ser abierto al público, va a estar obrando el séptimo Sello por no se sabe cuánto tiempo.

El séptimo Sello es el que hace la introducción al milenio, el séptimo Sello está ligado a los dos Olivos también, viene el séptimo Sello con el sexto Sello, con la séptima Trompeta que son Moisés y Elías.

Así que, ese misterio va a ser abierto completamente en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, y va a ser abierto todo lo relacionado a las trompetas y a las copas también, a las plagas.

Por lo tanto, queremos saber todas estas cosas, pero tenemos que tener el lugar adecuado, el lugar donde fue dicho que se darán a conocer todos esos misterios, todo eso; y cuando eso suceda va a poner fin al tiempo, va a poner fin a la Dispensación de la Gracia, va a poner fin a todas las cosas y va a introducir o será el fin de la introducción al milenio y será el fin del séptimo Sello también, porque entonces el séptimo Sello se nos va. Se nos fue dos mil años atrás también, pero no se preocupen, siendo que el séptimo Sello es Cristo en Su Venida, sabemos que se nos va a ir, pero nos vamos a ir con Él, eso es lo importante, porque Él viene por nosotros, viene el segundo Adán, Cristo, por Su segunda Eva y Sus hijos.

Por eso es que por dos mil años la segunda Eva y Sus hijos lo han estado esperando, porque Él se fue, Él se fue como Él lo estuvo anunciando; y de seguro no lo entendían, porque cuando Él en algunas ocasiones les hablaba de que no lo iban a ver más, que tenía que irse, se ponían muy tristes, y Él les decía: “Pero no les voy a dejar huérfanos, les voy a enviar otro consolador, el Espíritu Santo, el cual los va a guiar a toda justicia, a toda verdad y les va a revelar, les va a enseñar todas las cosas.”

Pero ellos lo querían tener en carne humana. Pero Él iba a venir no con el cuerpo físico el cual luego estaría glorificado y sentado en el Trono de Dios, sino que vendría en Espíritu, o sea, en cuerpo angelical, el Ángel del Pacto.

Vean lo que dice Cristo aquí, esto está aquí por San Lucas, capítulo 19, verso 11 en adelante, dice:

“Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.”

O sea, pensaban que el Reino de Dios ya iba a ser restaurado y Él se iba a sentar en el Trono de David:

“Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver.”

Ese es Cristo, ese hombre noble, el cual luego se va cuando resucita glorificado y asciende al Cielo, se va para recibir el Reino de Dios en el Cielo, y luego dice: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra.” Él lo había dicho también en San Mateo, capítulo 26, versos 64: “Y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra de Dios.”

Y ahora, ¿qué hace Él? Dice:

“Y llamando a diez siervos suyos (ahora, dice: ‘Para recibir un Reino y volver,’ volver, eso es Su segunda Venida)

Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo.”

O sea, que le encomendó a los mensajeros y los ministros que estarían junto a esos mensajeros, a trabajar en el Reino de Dios, a trabajar en la Obra de Dios mientras Cristo en Su cuerpo físico glorificado estaría en el Cielo sentado a la diestra de Dios, pero Cristo en Espíritu estaría con Su Iglesia, con la segunda Eva, y mandó a estos siervos a trabajar en la Obra de Dios.

Esto es la misma parábola también que nos habla de las minas y nos habla de los talentos, y también nos habla del siervo fiel y prudente al cual puso su Señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo, y dice: “Bienaventurado aquel siervo al cual cuando su Señor venga, le halle haciendo así, de cierto os digo que sobre todos Sus bienes le pondrá.” O sea, que el siervo fiel y prudente de cada edad llevó a cabo su trabajo, el mensajero de cada edad junto a los ministros, en la casa de Dios, la familia de Dios, en la familia del segundo Adán y la segunda Eva, que es Su Iglesia.

Luego en el tiempo del primero, segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto o séptimo mensajero, no se cumplió la Venida del Señor; pero en la casa de Dios en la etapa, siendo que es un Templo espiritual, en la etapa del Lugar Santísimo que corresponde a la Edad de la Piedra Angular, ahí también estará la familia de Dios, la familia, los hijos del segundo Adán y de la segunda Eva, en esa edad de adopción donde van a ser adoptados, transformados y donde recibirán la inmortalidad física; en esa etapa es donde la Venida del Señor se hará una realidad, se cumplirá completamente.

Ahora, la bendición grande será para el siervo fiel y prudente, al cual su Señor pone sobre Su casa para que les dé el alimento a tiempo, dice:

“Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.”

O sea, que la bendición grande estará para el siervo fiel y prudente, el mensajero que esté en la casa de Dios, en la familia de Dios, en la familia del segundo Adán y la segunda Eva con los hijos del segundo Adán y la segunda Eva dándole el alimento a tiempo, la Palabra, el mensaje correspondiente a esa etapa, que para este tiempo final será el mensaje para la Edad de la Piedra Angular, el mensaje del Evangelio del Reino juntamente con el Evangelio de la Gracia, que es la Lluvia Tardía y la Lluvia Temprana viniendo a la Iglesia, la lluvia de la enseñanza de la Palabra de Dios.

Ese siervo fiel y prudente del Día Postrero, recibirá esa bendición, bendición que todos los demás mensajeros trataron de tenerla, de conquistarla, por la fe trataron de conquistarla pero no estaba al alcance de ellos. Para este tiempo final hay grandes bendiciones para la segunda Eva y Sus hijos que estarán viviendo en este tiempo final.

Ahora, recuerden que la Iglesia es el Monte de Sión, la Jerusalén celestial, y así por el estilo. Bueno, del Monte va a ser cortada una piedra no con mano humana, y ahí lo vamos a dejar porque eso tiene que ver con el séptimo Sello. Ahí vamos a tener la piedra no cortada de manos, la Venida del Señor, y algún día lo vamos a ver.

En las otras edades no era el tiempo para el cumplimiento de Su Venida, pero en nuestra edad, sí es el tiempo.

Los hijos del segundo Adán y la segunda Eva, vean, ellos nacen de nuevo del Agua y del Espíritu al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo y recibirlo como único y suficiente Salvador, creyendo y recibiendo el Sacrificio de Cristo efectuado en la Cruz del Calvario por todos nosotros, por todos los que lo recibirían como su único y suficiente Salvador.

Yo escuché la predicación del Evangelio de Cristo, nació la fe de Cristo en mi alma y lo recibí como mi único y suficiente Salvador, y Él produjo en mí, en Su Iglesia, Su segunda Eva, el nacimiento; nací en Su Iglesia, nací por medio del segundo Adán y la segunda Eva y por consiguiente pertenezco a la familia de Dios, a los hijos e hijas de Dios, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también, y ustedes que están en otras naciones escuchando, también ustedes que le han recibido como Salvador.

Si hay alguna persona que todavía no lo ha recibido como Su Salvador, lo puede hacer en estos momentos y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino y Cristo le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado, sea bautizado en agua en Su Nombre y Cristo lo bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en usted el nuevo nacimiento, y así entre al nuevo Pacto cubierto con la Sangre del nuevo Pacto, la Sangre de Cristo nuestro Salvador.

Vamos a dar unos minutos mientras pueden venir a los Pies de Cristo, pueden pasar al frente para orar por ustedes, los que todavía no han recibido a Cristo como Salvador, para que Cristo les reciba en Su Reino.

Los que están en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo para que Cristo les reciba en Su Reino. Y los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo nuestro Salvador.

Vamos a pedirle que nos den algunas imágenes de Venezuela, si es posible de allá de donde está Miguel o de la Trilla o de Valencia; y también de México, de Villahermosa y de Monterrey si también tienen las facilidades; del Perú y de otros lugares también; de Colombia, de donde tengan las facilidades para hacerlo, mientras están viniendo a los Pies de Cristo. En diferentes naciones hay personas que han escuchado y ha nacido la fe de Cristo en su alma, y por consiguiente vienen para dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como único y suficiente Salvador.

“Dejad los niños venir a mí y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los Cielos,” dijo Cristo nuestro Salvador. También Cristo dijo: “Si no fuereis como uno de estos pequeñitos, de estos niños, no entraréis al Reino de Dios o al Reino de los Cielos.” ¿Y cómo se puede ser como un niño? Pues naciendo de nuevo. Tan sencillo como eso. Naciendo en el Reino de Cristo como un bebé con Vida eterna.

Ya vamos a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Cuando estén listos en las demás naciones nos avisan. Venezuela que nos indiquen si están listos ya o si todavía están pasando personas para recibir a Cristo, y también en Villahermosa y demás naciones y demás ciudades.

Dios tiene mucho pueblo en el continente americano, y los está llamando en este tiempo final, pues es el continente donde se pone el sol, es el continente donde el sol termina su recorrido para comenzar su recorrido hacia el Este, para nacer por el Este en un nuevo día. El continente americano en el Programa Divino es el territorio más importante para este tiempo final, y luego le sigue el Este: Israel.

En el continente americano Dios va a manifestarse en toda Su plenitud. El continente americano es el que tiene las grandes promesas divinas. Pero recuerden, el continente americano luego de cumplirse todas esas grandes promesas divinas, luego va a pasar por una etapa muy, pero que muy difícil; pero no se preocupen, el segundo Adán con Su Esposa, la segunda Eva y sus hijos van a ir con Cristo el Esposo, a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa de nuestro Padre celestial. Por consiguiente no hay porqué preocuparse en esa parte, aunque vendrá un tiempo de apretura, pero esa será una señal de que está ya cerca nuestra partida a la Cena de las Bodas del Cordero. Así que todo va a obrar para bien.

Vamos a estar puestos de pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión, y los que están en otras naciones también oren por las personas que han venido a los Pies de Cristo en otras naciones.

Con nuestras manos levantadas al Cielo y nuestros ojos cerrados, los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos, repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con toda mi alma, creo en Tu primera Venida, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo, dado a los hombres en que podemos ser salvos, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el único Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.

Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego y produzcas en mí el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente Contigo en Tu Reino. Sálvame, Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.

Y con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.

Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes lo han recibido como vuestro único y suficiente Salvador.

Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, por cuanto Él dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado, será salvo.’ ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

El mismo Cristo cuando Juan estaba bautizando en el Jordán, fue a Juan, entró a las aguas del Jordán para que Juan lo bautizara, y Juan le decía: “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí para que yo te bautice?” Jesús le dice: “Nos conviene cumplir toda justicia,” y entonces Juan lo bautizó. Si a Jesús le convenía cumplir toda justicia y ser bautizado para cumplir toda justicia, cuánto más nosotros necesitamos ser bautizados y cumplir toda justicia.

En el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo, y en el bautismo en agua nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo, tipológicamente ocurre ese milagro; y cuando la persona es sumergida en las aguas bautismales por el ministro, tipológicamente está siendo sepultado; y cuando el ministro lo levanta de las aguas bautismales, tipológicamente está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Todo eso ocurre en el campo espiritual.

Y ahora, encontramos que todo esto ocurre en la persona; y siendo un mandamiento de Cristo el bautismo en agua, desde el Día de Pentecostés hacia acá, han estado siendo bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo millones de seres humanos, y han estado entrando al Reino de Dios.

Por lo tanto, bien pueden ser bautizados. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. Ustedes que están aquí presentes y los que están también en otras naciones, para lo cual dejo al ministro correspondiente en cada nación, y al ministro aquí presente, reverendo José Benjamín Pérez, para que haga en la misma forma que harán los demás ministros en todas las naciones: les indiquen cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en estos momentos, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso de Jesucristo nuestro Salvador.

Continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador, y pasen también una feliz Navidad y un próspero Año nuevo.

Dios les bendiga y les guarde a todos (y en las navidades estaremos aquí con ustedes).

“LOS HIJOS DEL SEGUNDO ADÁN.”

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