La trayectoria del cristianismo con la roca que le sigue

Muy buenas noches, amables amigos y hermanos presentes acá en Chile y también los que están a través del satélite Amazonas e internet allá en Puerto Rico y demás naciones de la América Latina, Norteamérica, África, Japón y demás naciones. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes.

Para esta ocasión leemos un pasaje muy conocido por nosotros que se encuentra en Primera de Corintios, capítulo 10, versos 4; pero vamos a leer hasta el verso 12, desde el verso 1 (capítulo 10, versos 1 al 12), y escogeremos el verso 4, para lo que hemos de hablar:

“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar;

y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar,

y todos comieron el mismo alimento espiritual,

y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.

Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.

Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.

Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.

Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil.

Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.

Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.

Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.

Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.”

Y tomando el verso 4, que dice:

“…y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.”

“LA TRAYECTORIA DEL CRISTIANISMO EN EL DESIERTO CON LA ROCA QUE LE SIGUE (o le seguía).”

“LA TRAYECTORIA DEL CRISTIANISMO CON LA ROCA QUE LE SIGUE,” la cual es Cristo.     .

En el pasaje que leímos dice que ellos (el pueblo hebreo) todos tomaron de la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.

La roca literal que les dio agua allí en el desierto, la primera roca fue en el monte Sinaí en esa área allá, y Dios le ordenó a Moisés allá en el Éxodo, por ahí por el capítulo 16 al 17; y en Números, capítulo 20, verso 2; y Éxodo, capítulo 17, versos 6 en adelante. La primera roca está en Éxodo, capítulo 17, a la cual Dios le dijo a Moisés que él con la vara hiriera la roca y la roca le daría agua para el pueblo. Y recuerden que eran más de un millón de personas que tenían sed, digamos dos millones; y para darle agua a dos millones en una ciudad de dos millones de personas se requiere un sistema de acueducto grande con una represa grande.

Y ahora, Moisés un sólo hombre ahora tiene la responsabilidad de llevar al pueblo hebreo a la Tierra Prometida y tiene que tenerle agua; porque cuando no encuentran agua, ¿adónde van a ir? Al que lo sacó de Egipto, cuando no tienen comida, ¿a dónde van a ir? Al que los sacó de Egipto; y el agua es importante para el pueblo, porque el pueblo sin agua muere y sin agua espiritual el pueblo muere espiritualmente.

Aquella roca primera representa a Cristo, Moisés hiriendo la roca representa a Cristo siendo herido, siendo crucificado, y el agua que le dio al pueblo tipifica el Espíritu Santo. Recuerden que Cristo a la mujer samaritana le dijo que el agua que Él le daría… capítulo 4, verso 14, de San Juan:

“Mas el que bebiere…” Dice versos 13 al 14.

“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;

mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”

Y hablando de este mismo tema, en el día grande, importante de la fiesta de los tabernáculos allá en el capítulo 7, de San Juan, versos 37 al 39… recuerden que esta era la fiesta de los tabernáculos en la cual Cristo se encontraba en esa ocasión; pues para que vean en el capítulo 7, verso 2, dice:

“Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos.”

Más adelante dice el verso 11 (10 y 11):

“Pero después que sus hermanos habían subido, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto.

Y le buscaban los judíos en la fiesta, y decían: ¿Dónde está aquél?”

Y ahora, ya esta en la fiesta y el verso 14, 13 al 14, dice:

“Pero ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos.

Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba.”

Y luego… recuerden que la fiesta de los tabernáculos, ¿dura cuántos días, Miguel? Siete días, Él llegó, estuvo en la mitad de la fiesta hablando al pueblo, o sea, ya después de unos tres días, por ahí en el tercer o cuarto día o quinto día; por ahí Jesús estaba hablando abiertamente al pueblo y en el último día de la fiesta miren lo que sucedió. El mismo capítulo 7, verso 37 al 39, dice:

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz (o sea, le dio todo el volumen), diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”

Ahora, vean cómo tipifica aquí el agua con el Espíritu Santo; y el agua allá de la primera roca tipifica el Espíritu Santo, pues el ser humano sin el agua del Espíritu Santo muere espiritualmente, muere su alma. Por lo tanto, todos necesitan el agua del Espíritu Santo; y solamente la tiene UNO: Jesucristo. Y es para el que cree, ¿en quién? En Él, ¿y cómo hay que creer en Él? ¿Cómo dicen quién? La Escritura. Esa es una bendición exclusivamente para los creyentes en Cristo.

Y ahora, la primera roca, vean como representaba la primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario. Hiriendo Moisés la roca estaba tipificando que Cristo sería herido, sería crucificado; estaba representando la muerte del Mesías porque estaba prometido que el Mesías pondría Su Vida en Expiación por el pecado del pueblo, conforme a Isaías, capítulo 53, versos 1 al 15, y el cumplimiento fue en Cristo y eso esta bien interpretado, se materializó en Cristo.

Y ahora, la primera roca, vean, Dios le dijo que la hiriera con la vara y cuando Moisés lo hizo Dios no se enojó; pero cuando… luego en Cades-barnea, el pueblo volvió adonde Moisés porque tenía sed, las aguas no eran buenas (las que había tampoco eran buenas); y el pueblo le habla de nuevo: “Nos has traído de donde estábamos…” allá comían pescado, tenían ajos y cebollas, los condimentos para el pescado, y sobre todo para hacer un buen caldo de pescado para personas que trabajaban todo el día haciendo ladrillos.

Y ahora, están protestando y el pueblo con esas cosas estaba desagradando a Dios, tentando a Dios. Dios le dice a Moisés allá en el capítulo 20, versos 1, en adelante de Números, lo que tiene que Moisés hacer: ir con la vara delante de todo el pueblo, ir a la roca. Recuerden, no era una roca chiquita para dar agua a dos millones de personas, tenía que ser una montaña de roca, una roca gigante como también la del Sinaí. Y Dios le dice a Moisés: “Ve con la vara y le hablas a la roca,” no le dijo: “Hiere a la roca con tu vara… háblale a la roca.”

La primera Venida de Cristo era para morir, ser herido y morir llevando nuestros pecados y pagando el precio de nuestra redención; pero la segunda Venida de Cristo no es para ser crucificado, Él viene para la resurrección y para los muertos creyentes en Él que está en el Paraíso viene para traerlos en la resurrección en cuerpos eternos, glorificados y para los vivos en Cristo ser transformados; y esto no será por medio de un Sacrificio, de un segundo Sacrificio de Cristo, ya fue hecho el Sacrificio perfecto y la Sangre de ese Sacrificio, es la Sangre del Pacto eterno.

Por lo tanto, no se requiere otra sangre y no hay otra sangre, la Sangre del Sacrificio, la Sangre de Expiación es la Sangre de Cristo. Recuerdan que en la última Pascua que Cristo estuvo con Sus discípulos, luego de comer, cenar, luego tomó el pan, dio gracias a Dios bendiciendo el pan y dio a Sus discípulos y dijo: “Comed, este es mi cuerpo,” o sea, que tipificó Su cuerpo en el pan. Luego, toma la copa de vino y dando gracias al Padre, luego da a Sus discípulos y dice: “Tomad de ella todos (o sea, de esta copa) porque esta es mi Sangre del nuevo Pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados.” (San Mateo, capítulo 26, versos 26 al 29).

Y ahora, aquí está hablando del nuevo Pacto y de la Sangre del nuevo Pacto; porque Él viene para establecer un nuevo Pacto que fue prometido por Dios en Jeremías, capítulo 31, versos 31 al 36. Y el único que puede establecer un nuevo Pacto es el mismo que estableció aquel Pacto con el pueblo hebreo allá en el monte Sinaí, el Ángel del Pacto; porque “la ley fue dada por comisión de ángeles,” allá en el monte Sinaí.

Fue el Ángel del Pacto el que dio la Ley al pueblo hebreo, fue el que estableció ese Pacto con el pueblo hebreo, y ahora el nuevo Pacto también lo tiene que establecer el mismo Ángel del Pacto para lo cual tiene que venir a hacerse carne el Ángel del Pacto, que es el Verbo que era con Dios y era Dios, el cual creó todas las cosas; por Él fueron hechas todas las cosas y sin Él nada de lo que fue hecho, de lo hecho fue hecho, de lo creado nada fue creado sin Él. De eso es que nos habla San Juan, capítulo 1, verso 1 al 18, y luego dice en el verso 14. “Y aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”

Y es conocido por el nombre de Yeshua o Jesús, o Jesucristo (traducido el nombre a Jesús y conocido como Jesucristo en medio del Cristianismo).

Y ahora, estamos viendo quién es Jesucristo, o sea, Yeshua es el Ángel del Pacto, eso es lo que estaba prometido en Malaquías, capítulo 4, y también capítulo 3. Capítulo 3, dice que Él envía Su mensajero delante de Él, y luego dice: “Y vendrá a Su templo el Señor al cual vosotros buscáis, y al Ángel del Pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho el Señor.”

Y ahora, ¿quién vendría? El Señor, o sea, Dios el Padre, y el Ángel del Pacto el cual y a través del cual Dios creó todas las cosas, y a través del cual Dios dio el Pacto al pueblo hebreo en el monte Sinaí. Pero, ahora viene Dios en y con el Ángel del Pacto, el Ángel del Pacto es ese cuerpo angelical de Dios, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical; y Él es la imagen del Dios viviente.

Y ahora, viene para el establecimiento de un nuevo Pacto; porque no puede otra persona establecer un nuevo Pacto, y está prometido que será establecido un nuevo Pacto (Jeremías, capítulo 31, versos 31 al 36). Y eso será un nuevo Pacto con mejores promesas.

Y ahora, el nuevo Pacto ya fue establecido, y a través de la predicación del Evangelio de Cristo se proclama ese nuevo Pacto; y el que ha establecido ese nuevo Pacto, que es el Ángel del Pacto, Cristo. Toda persona que lo recibe como Salvador entra a ese nuevo Pacto, es limpiado de todo pecado con la Sangre del nuevo Pacto, la Sangre del Pacto eterno, y viene a formar parte del pueblo de Dios, viene a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo. Así es como entra al Cuerpo Místico de Cristo cada persona, así es como nace del agua y del Espíritu, o sea, del Evangelio de Cristo y del Espíritu Santo, como Cristo dijo a Nicodemo en San Juan, capítulo 3, versos 1 al 6; y no hay otra forma, “el que no nazca del Agua y del Espíritu no puede entrar al Reino de Dios;” no puede entrar al Reino de Dios, que es el Reino del Mesías.

Y ahora, recibe la persona el nuevo nacimiento; y por consiguiente nace así en el Reino de Dios o Reino de Cristo que está en la esfera espiritual. El día de Pentecostés comenzó el nuevo nacimiento en donde estuvieron naciendo de nuevo, primero ciento veinte personas y después tres mil personas; y así ha continuado de aquel tiempo hacia acá y son millones de personas que han entrado al Reino de Cristo al recibir el nuevo nacimiento, y así es como se ha estado llenando la Casa de Dios de hijos e hijas de Dios.

Se nace de Dios, por consiguiente es un hijo de Dios; así como al usted nacer de sus padres terrenales, pues es hijo ¿de quién, físicamente? De sus padres terrenales, de su papá que a través de su madre lo trajo a esta Tierra; y Dios por medio de Cristo en Su manifestación en Su Iglesia, la segunda Eva, ha estado trayendo hijos e hijas de Dios al Reino de Dios, a la Vida eterna que es la Vida que hay en el Reino de Dios.

Y ahora, encontramos que así como el pueblo hebreo salió de Egipto, el mismo Ángel del Pacto fue el que trajo ese primer éxodo, y ha traído el segundo éxodo también, sacando del Egipto espiritual que es el mundo, el reino de las tinieblas, y del faraón espiritual que es el maligno, sacándolos de ese reino de las tinieblas y colocándolos en el Reino de Dios.

Y ahora, encontramos que el pueblo hebreo iba viajando por el desierto luego de cruzar el mar Rojo, en donde… del cual San Pablo dice: “Porque en la nube y en el mar fueron bautizados.”

Y ahora, el Cristianismo ha estado en una trayectoria con el pueblo hebreo. Aquellos cuarenta años de trayectoria del pueblo hebreo por el desierto son tipo y figura de la trayectoria de la Iglesia, del Cristianismo desde el tiempo de la salida del pueblo, o sea, salida del reino de las tinieblas y entrada al Reino de Dios que está en la esfera espiritual. Recuerden que el pueblo hebreo también cuando salió de Egipto estaba en el Reino de Dios, Moisés era el líder, Dios estaba reinando por medio de Moisés; aunque iban viajando, luego se establecerían en un lugar.

Y ahora, el Cristianismo ha estado viajando en una trayectoria como la que tuvo el pueblo hebreo; aquellos cuarenta años son tipo y figura de esa trayectoria que tendría el pueblo de Dios, el Cristianismo hasta entrar a la Tierra Prometida del cuerpo nuevo y entrar al Reino de Dios físicamente, con un cuerpo nuevo y eterno. En lo espiritual ya han entrado todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo.

Y ahora, la roca que los seguía era Cristo, tipificado en la primera roca y en la segunda roca; pero todo el tiempo estaba la roca espiritual que era Cristo con ellos, y les daba alimento espiritual, la Palabra. El Espíritu de Dios dice que los pastoreó por el desierto, o sea, el Ángel del Pacto, ese es el pastor, el buen pastor; por eso cuando se hizo carne dijo: “Yo soy el buen pastor.”

Y ahora, encontramos que para el tiempo final el pueblo se encontrará como en Cades-Barnea, porque aquella roca en Cades-Barnea, tipifica la segunda Venida de Cristo antes de entrar a la Tierra Prometida del cuerpo nuevo, antes de ocurrir la resurrección de los muertos en Cristo y transformación de los creyentes en Cristo que estén viviendo en la Tierra; por cuanto Moisés hirió la roca rompió el tipo y figura que Dios le dio a Moisés para ser establecido allí, y por eso fue que Dios se enojó con Moisés, la roca siempre dio agua, cualquier persona puede decir: “Pero si Moisés había herido la roca primero y dio agua, y ahora hiere la roca de nuevo y le da agua.” Pero, Dios no le dijo que en la segunda roca hiriera la roca, sino que le hablara a la roca; la roca le daría agua para todo el pueblo.

Moisés ya estaba cansado con el pueblo, se cansó del pueblo, porque un pueblo molestoso cansa a su líder, un pueblo molestoso cansa en cualquier nación a su rey o a su presidente; pero un pueblo que se pone brazo a brazo con su presidente o con su rey, es un pueblo que alegra a su rey y lo estimula para que trabaje mejor y haga más cosas en favor del pueblo. Pero, algunas veces la situación es diferente y hay presidentes y reyes que entregan el cargo.

¿Cuántas veces quizás pensó Moisés en eso? Pero cuando Dios le dijo: “Déjame que yo destruya al pueblo, y a ti te pondré sobre un pueblo mayor y mejor.” Ahí *Moisés le dijo: “No, las gentes, las naciones, van a decir que lo sacaste de Egipto para matarlos en el desierto, no los pudiste meter en la tierra prometida que les habías hablado, y van entonces a blasfemar Tu Nombre y todas estas cosas.”

Vean, Moisés aconsejando a Dios, Dios le dice que va a destruir al pueblo y Moisés le dice que no lo haga; y la cosa es que Dios no destruyó al pueblo, escuchó la voz de Moisés. Aun Moisés dijo a Dios: “Perdónalos o sino ráeme de Tu Libro,” del Libro de la Vida. Dios le dijo: “Al que pecare contra mí, a ése voy a raer del Libro, de mi Libro,” a Moisés… eso no lo escuchó a Moisés.

Ahora, Moisés era el único que conocía cómo tratar con Dios, ni aun Aarón sabía; porque aparentemente Aarón sabía, pero era cuando Moisés le decía. Vean el caso de cuando fue herida Miriam con lepra, Aarón no sabía qué hacer, pero Moisés sí. ¿Ve? Aarón estaba asustado; porque los dos estaban envueltos en la misma crítica que le hicieron a Moisés, y por cuanto un profeta no puede ser juzgado y ellos lo estaban juzgando, vean todo el problema que se buscaron; y Aarón no sabía qué hacer y entonces Moisés tenía la solución, era el mensajero dispensacional, aquella era la Edad de la Piedra Angular de su tiempo.

Cuando aparece un mensajero dispensacional es Edad de Piedra Angular, es Edad de Oro para el pueblo, y todo lo que hay ahí, y lo que Dios da ahí, viene sellado en el mensajero; viene del mensajero, Dios lo trae sellado en el mensajero y cuando abre todos esos misterios que vienen sellados en el mensajero, la obra de Dios para ese tiempo es llevada a cabo y la persona dicen: “Es ese hombre que está haciendo eso.” No, es Dios que había sellado en ese velo de carne todo ese Programa Divino.

Así es para los mensajeros de edades también, es como cuando usted tiene un programa ya sea en un dvd, o en otra cosita pequeña (no se como le llaman, que la colocan en la computadora)… pentdrive; lo colocan y entonces aparece todo, si no lo quita. Si no está, usted trata de conseguir lo que usted quiere que está en ese pentdrive y no aparece nada…lo coloca, porque viene todo sellado ahí; y así es un mensajero para una Edad o para una Dispensación, hasta que no aparece y es colocado en el Programa de Dios, no se abre ese Programa Divino, tiene que ser colocado en medio del pueblo en el cual y a través del cual se va a ver ese Programa Divino siendo llevado a cabo.

Recuerden que siempre el programa para una edad viene sellado en el mensajero de esa edad, y el programa para una dispensación viene sellado en el mensajero de esa dispensación, y no se puede abrir en otro tiempo. Cuando aparece un mensajero en una dispensación, el programa para el final de la dispensación que está vigente, viene ahí; y el programa completo para esa dispensación que va a comenzar está en ese mensajero. Y cuando es colocado en la Obra de Dios para ese tiempo, comienza a desenvolverse todo ese programa y comienza a ser mostrado al pueblo, y el pueblo comienza a trabajar con ese programa junto al mensajero, y comienza a cumplirse las profecías correspondientes a ese tiempo.

Cuando aparece un mensajero dispensacional recuerde que ese mensajero corresponde no a una edad: a una etapa de Piedra Angular, una Etapa de oro; y por consiguiente todo lo que va a venir en la dispensación que va a seguirle a la dispensación en donde aparece primero; porque aparece al final de la dispensación que tiene que terminar, todo lo que va a venir en la nueva dispensación está en ese mensajero y es abierto en esa etapa o edad, o Etapa de Piedra Angular.

Vean, como pasó con Moisés todo lo que iba a ser dado al pueblo vino sellado en Moisé: la Ley, estatutos y ordenanzas, fueron dados por medio del profeta Moisés; todo estaba sellado y fue abierto bajo el ministerio de Moisés. Y luego para la Dispensación de la Gracia todo vino sellado en Cristo. El mensajero de una dispensación viene al final de una dispensación para comenzar una nueva dispensación, introducir una nueva dispensación; y por consiguiente durante toda esa dispensación nueva, ese mensajero será el líder de esa nueva dispensación. Tan sencillo como eso.

Siempre la introducción a una nueva dispensación corresponde a una Edad de Piedra Angular, y en esa Edad de Piedra Angular esta todo el programa para la nueva dispensación; y por consiguiente, así como es en cada edad, luego sucede en una escala más alta; como la música, cuando se habla de la escala musical, bueno tiene, ¿cuánto? Siete, ¿siete qué? Siete notas musicales, y en cada edad le toca una nota musical a cada mensajero.

Pero, ¿y cuándo se dice en una nota más alta? En una octava. ¿Ve? El ocho corresponde a la Edad de la Piedra Angular. ¿Y qué se recorre en una octava? Siete notas pero en una escala más alta. ¿Ven? En la música se refleja el Programa Divino, recuerden que la música viene del Cielo; apenas está aprendiendo la raza humana la música y la han alterado mucho, muchos ruidos raros que no concuerdan con la música del Cielo.

Ahora, todo lo que va a suceder durante la Dispensación del Reino, durante todos esos mil años, va, está sellado y será abierto en la Edad de Oro, la Edad de la Piedra Angular, la Edad eterna; y por consiguiente va a venir sellado en el mensajero de la Dispensación del Reino. Tan sencillo como eso. Todo el Programa Divino. Por eso, el reverendo William Branham decía: “Estamos doblando una esquina.” Estamos doblando una esquina y hablaba de una nueva dispensación, estamos haciendo un cambio de dispensación. ¿Ve? Porque es el precursor, está anunciando lo que va a venir, como Juan el Bautista.

Y ahora, en la trayectoria del Cristianismo vean donde nos encontramos en nuestro tiempo: nos encontramos en el tiempo mas glorioso de todos los tiempos. El Cristianismo ha estado esperando, los que creen en la Venida del Señor para el Día Postrero, en la resurrección de los muertos en Cristo para el Día Postrero y la transformación de los vivos en Cristo para el Día Postrero y el rapto o arrebatamiento de los creyentes en Cristo para el Día Postrero. Están esperando el cumplimiento de esas promesas, de esas profecías que están en San Juan, capítulo 6, versos 39 al 40; San Juan, capítulo 6, versos 40 al 58; y San Juan, capítulo también 11, versos 21 al 27, que nos habla del Día Postrero, y de la resurrección de los creyentes en Cristo que han muerto, lo cual está establecido por Cristo para el Día Postrero; y el Día Postrero es el séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá.

Ya estamos en el Día Postrero, desde los días de Jesucristo comenzaron los días Postreros, que son tres: quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio; porque un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día (Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8; y el Salmo 90, verso 4).

Y ahora, estamos nosotros en el tiempo en donde todas esas promesas que hablan del Día Postrero y de las cosas que Dios va a hacer, van a ser cumplidas en este tiempo final; porque ya hemos entrado al Día Postrero conforme al calendario gregoriano, y aún el calendario gregoriano está atrasado; y estamos viendo también todas las señales que hablan del Día Postrero. Pero, habrá un mensaje que estará siendo predicado el cual Cristo y Juan el Bautista predicaban, llamado el Evangelio del Reino.

Cristo predicaba el Evangelio del Reino, pero cuando ya fue rechazado y luego crucificado, ya de ahí en adelante solamente habló del Reino a Sus discípulos durante los cuarenta días que Él aparecía a Sus discípulos, y el Día de Pentecostés comenzó a predicarse el Evangelio de la Gracia, el Evangelio de nuestra Salvación, pero la promesa es que será predicado este Evangelio del Reino a todas las naciones para testimonio de todas las naciones y entonces vendrá el fin (San Mateo, capítulo 24, verso 14).

Y Apocalipsis, capítulo 14, versos 6 al 7, aparece un mensajero, recuerden que Ángel significa mensajero, un mensajero con el Evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación pueblo, lengua, a todos los moradores de la Tierra; para lo cual tiene que estar en la Tierra, y tiene que ser un predicador, un predicador del Evangelio, porque si va a predicar el Evangelio del Reino, tiene que ser un predicador del Evangelio y tiene que conocer lo que es el Evangelio del Reino y lo que es el Evangelio de la Gracia, y lo que es la Ley; tiene que conocer las dispensaciones, o sea, que no puede ser un ignorante en cuanto a esos temas.

Y dice la Escritura ahí en ese mismo pasaje de Apocalipsis, capítulo 14, que Él viene diciendo: “Adorad a Dios y dadle gloria.” O sea, que viene estimulando al pueblo, enseñando al pueblo que busquen a Dios, que sirvan a Dios, que adoren a Dios, que se acerquen a Dios “porque la hora de Su juicio ha llegado.” O sea, que viene anunciando también que el juicio divino, el ciclo para el juicio divino ha llegado; y por consiguiente viene mostrando que viene un lapso de tiempo de tres años y medio donde el juicio divino va a ser derramado sobre el planeta Tierra, ese lapso de tiempo que le llaman en medio del Cristianismo la gran tribulación, pero recuerden que antes de que venga una tormenta, vienen los vientos fuertes que anuncian que viene una tormenta; y vienen los dolores de parto a la Tierra, como le vienen los dolores de parto a una mujer embarazada.

Este planeta va a dar un mundo nuevo para el Mesías, para Su Reino mesiánico, o sea, que va a dar a luz la Tierra; por eso de adentro hacia afuera es que va a surgir el nuevo mundo, así como sale el bebé, de adentro hacia afuera; y los dolores de parto que son todos estos problemas del medio ambiente causados por todas las cosas que los seres humanos le han hecho al planeta Tierra en donde muchas cosas han afectado al planeta Tierra, y han estado destruyendo al planeta Tierra; porque Apocalipsis, capítulo 11, versos 15 en adelante, dice Dios que va a destruir a los que destruyen la Tierra, y que los reinos de este mundo van a ser dados al Mesías, a Su Cristo, a Su Ungido.

Y ahora, encontramos que no solamente en Chile, sino en muchos países se están sintiendo los dolores de parto del planeta Tierra; también se les llama ‘los dolores del Mesías’ y la Iglesia también está con dolores de parto para dar a luz a Cristo, dar a luz la segunda Venida de Cristo.

Y ahora, estamos en el ciclo divino en donde todas esas promesas divinas para la Iglesia deben ser cumplidas, y las que corresponden al pueblo hebreo también deben ser cumplidas. La roca que ha estado siguiendo al Cristianismo es Cristo, pues Él dijo: “Yo…” Él dijo: “He aquí Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” ¿Ven? Cristo que es la roca ha estado siguiendo a Su pueblo, a Su Iglesia en Su trayectoria. Él, en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, ha estado con Su Iglesia guiándola como guió al pueblo hebreo a través del desierto y los introdujo en la tierra prometida. Cristo va a introducir a la tierra prometida del nuevo cuerpo y la tierra prometida del Reino de Dios, Reino del Mesías a todos los creyentes en Él, o sea, a los cristianos nacidos de nuevo.

“LA TRAYECTORIA DEL CRISTIANISMO CON LA ROCA QUE LE SIGUE.”

No podemos decir que le seguía; porque todavía está con nosotros. Cristo el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo continúa con el Cristianismo; la roca que nos sigue es el Señor Jesucristo, en Espíritu Santo. Por lo cual, esperamos entrar a la tierra prometida del nuevo cuerpo, y la tierra prometida del Reino del Mesías, y también ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo, y por consiguiente no esta preparada para entrar a la tierra prometida del nuevo cuerpo glorificado, y también la tierra prometida del Reino del Mesías, y también para ir a la Cena de las Bodas del Cordero porque no tiene la vestidura de Boda, puede recibirlo como Salvador en estos momentos, y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, para lo cual pueden pasar acá al frente y estaremos orando por usted.

Los que están en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo, pues Cristo tiene lugar en Su Reino para todos los que están en todas naciones, para los niños también; por lo tanto los niños de diez años en adelante presentes o también los que están en otras naciones pueden venir a los Pies de Cristo si todavía no lo han hecho. Y todas las personas a través de todas las naciones que están en estos momentos escuchando la predicación del Evangelio de Cristo, pueden venir a los Pies de Cristo, los que todavía no han venido a los Pies de Cristo y no lo han recibido como su Salvador.

Estamos en un tiempo en que el llamado divino es a buscar a Dios, a adorar a Dios, a darle gloria a Dios, a servir a Dios; por eso también dijo Cristo que cuando veamos todas estas cosas, estas señales suceder, levantemos nuestras cabezas al Cielo; porque nuestra redención está cerca (San Lucas, capítulo 21, versos 27 al 28).

Lamentamos mucho también cuando suceden terremotos o maremotos en diferentes naciones, porque las familias sufren; pero recuerden todo está profetizado para suceder en este tiempo final.

Les expreso mis condolencias al pueblo chileno por las pérdidas de vidas en este terremoto que ha ocurrido y también el maremoto, y demás réplicas que han estado ocurriendo; les acompaño en vuestros sentimientos y les pido reciban mis condolencias todo el pueblo chileno, y les pido que busquen más a Dios cada día; porque estamos en tiempo peligrosos en donde muchas cosas estarán sucediendo a causa de que la naturaleza ha sido alterada y el mismo ser humano a causado muchísimos problemas a la naturaleza y la naturaleza, pues estará alterada y estarán sucediendo muchos problemas en el planeta Tierra que afectarán a los seres humanos.

Que Dios nos ayude a todos es mi petición, y mi petición por la América Latina, incluyendo al Caribe, es que Dios nos guarde, nos cuide y nos libre de estos peligros que están viniendo sobre el planeta Tierra.

Los gobernantes de todos los países, recuerden hacen el máximo; ya sean los presidentes, los gobernadores, los alcaldes, los senadores, los diputados, los concejales y así por el estilo, pues todos quieren tener un buen record, record político y todos desean salir con su frente en alto como el mejor líder político que ocupó esa posición; pero los problemas que hay en la raza humana algunas veces opacan la labor de algunos políticos. Por eso, el apóstol Pablo decía que oremos por los que están en posiciones importantes, por lugares de eminencias, políticos y así por el estilo; no los critiquemos, ya ellos tienen bastantes problemas, más bien tratemos de no darles más problemas sino soluciones, decirles: “Estamos brazo a brazo y hombro a hombro contigo.”

Ya vamos a orar por las personas que han estado viniendo a los Pies de Cristo, si falta alguno por venir puede venir y los que están en otras naciones también pueden continuar viniendo.

Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Recuerden que mañana estaremos en el segundo sábado del mes que es día de reunión ministerial, en donde las damas también están reunidas en todos los países y los ministros, y tendremos la actividad directamente desde Chile, desde por la mañana y se estará transmitiendo para todos los países.

Así que mañana estaremos hablando muchas cosas importante para los ministros, para las damas y para todas las personas que estarán presentes o a través del satélite Amazonas o de internet.

Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Con nuestras manos levantadas al Cielo a Cristo, y nuestros ojos cerrados los que están presentes y los que están en otras naciones, los que han venido a los Pies de Cristo repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Tu primera Venida, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.

Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, un Redentor; doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre y sea producido en mí el nuevo nacimiento, quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente contigo en Tu Reino, sálvame Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.

Y con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.

Cristo les ha limpiado con Su Sangre al recibirle Cristo a ustedes; por cuanto le han recibido ustedes como vuestro único y suficiente Salvador.

Ahora, ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en Su Nombre, en el Nombre de Cristo, lo más pronto posible,” porque Cristo dijo:

“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16).

Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo en términos espirituales; y cuando es sumergido en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado; y cuando es levantado de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno.

Por lo tanto, en el bautismo en agua la persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Por lo cual, pueden identificarse con Cristo siendo bautizados. Y que Cristo les bautice con espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento; y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino de Cristo nuestro Salvador.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: “LA TRAYECTORIA DEL CRISTIANISMO CON LA ROCA QUE LE SIGUE,” que es Cristo.

Dejo al ministro correspondiente aquí presente, Carlos Figueroa, y también en cada nación dejo al ministro correspondiente para que haga en la misma forma, les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Dios les bendiga y les guarde a todos, y continúen pasando una noche feliz llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.

“LA TRAYECTORIA DEL CRISTIANISMO CON LA ROCA QUE LE SIGUE.”

Scroll al inicio