El retorno de la monarquia y la teocracia fusionadas

Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes y los que están a través del satélite Amazonas y de internet en diferentes naciones; que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando al gran proyecto de la gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, y también el respaldo que le están dando a la obra misionera y evangelística, los pastores con sus congregaciones unidos al misionero Miguel Bermúdez Marín, y también por el respaldo que le están dando a AMISRAEL.

Que Dios les bendiga por lo que están haciendo, y les prospere espiritualmente y materialmente y les use siempre grandemente en Su obra, y en el Reino del Mesías, Cristo les recompense grandemente y allí disfruten los galardones que Cristo ha prometido para los que trabajan en Su Obra. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Para esta ocasión leeremos un pasaje muy conocido por todos, en San Lucas, capítulo 1, versos 26 al 38, es uno de los pasajes favorito mío. Dice:

“Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,

a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.

Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.

Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.

Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS (en hebreo Yeshua, que es el mismo nombre: Josué).

Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.

Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril;

porque nada hay imposible para Dios.

Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “EL RETORNO DE LA MONARQUÍA Y LA TEOCRACIA FUSIONADAS.” O sea, la monarquía y la teocracia fusionadas.

“EL RETORNO DE LA MONARQUÍA Y LA TEOCRACIA FUSIONADAS,” Será el Reino del Mesías. A través de la Escritura tenemos la promesa de que Dios restaurará el Reino a Israel, el Reino a Israel, del cual Cristo dijo en la oración del Padre nuestro enseñando a orar a Sus discípulos en San Mateo, capítulo 6, verso 10, cuando les enseña y les dice: “Ustedes orarán así: Padre nuestro que estás en los Cielos, Santificado sea Tu Nombre, venga Tu Reino, Hágase Tu voluntad como en el Cielo también en la Tierra,” y continúa enseñando a Sus discípulos cómo orar a Dios.

Al pedir que oren por la venida del Reino para que se haga la voluntad de Dios como en el Cielo también en la Tierra, está hablándonos ahí de la restauración del Reino de Dios en la Tierra, y el Reino de Dios en la Tierra conforme a las palabras que habla el rey David cuando coloca como su sucesor a su hijo Salomón en su Trono, el Trono de David. Vean, vamos a ver lo que es el Reino de Dios para poder comprender lo que significa: “Venga Tu Reino y hágase Tu voluntad como en el Cielo también en la Tierra.”

Porque si uno no sabe cuál es el Reino de Dios, está pidiendo algo que la persona ni sabe lo que está pidiendo. En Primera de Crónicas, capítulo 28, versos 4 al 6 dice, el rey David dice:

“Pero Jehová el Dios de Israel me eligió de toda la casa de mi padre, para que perpetuamente fuese rey sobre Israel; porque a Judá escogió por caudillo, y de la casa de Judá a la familia de mi padre; y de entre los hijos de mi padre se agradó de mí para ponerme por rey sobre todo Israel.

Y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Jehová sobre Israel.”

El Trono del Reino de Dios sobre Israel es el Trono de David donde estaba sentado David como Rey y donde luego colocó a su hijo Salomón como su sucesor, estando vivo estuvo bien que colocara a Salomón como rey sobre su Trono, para que así no se pelearan los demás hijos del rey, porque se iban a matar unos a otros peleando por el Trono, porque uno, vean, en una ocasión uno de los hijos de David, ¿el mayor era, Miguel? Absalón, un joven muy hermoso, ¿ese era, Miguel, el que cada año se cortaba el cabello y pesaba yo no sé cuántos, un kilo o más de un kilo?.

O sea, una cabellera hermosa y que le crecía mucho, y era un joven muy hermoso, y era todo un príncipe, era descendiente de David, por lo tanto era un príncipe que tenía derecho al Trono, porque todos los hijos del rey tienen derecho al Trono, pero si el rey está vivo, escoge su heredero, y es lo mejor que un rey puede hacer: escoger su heredero antes de morir, porque después que muera, pueden morir mucho hijos del rey.

Porque miren, el mismo Absalón, estando vivo su padre, el rey David, quiso dar un golpe de estado a su propio padre, y tenía de su parte a un general y a un sacerdote también y a un asesor muy sabio, un sabio que los consejos que daba, no fallaba, y había sido amigo de David, era uno de los asesores de David que se fue con el bando contrario a David, con el hijo del rey David. ¿Saben a quién tipifica ese? A uno que empieza con “J”, a Judas Iscariote, que se fue con el bando que quiso dar un golpe de estado al príncipe Jesús, al heredero al Trono.

Y vean ustedes, lo que Absalón hizo e hizo ese… cómo se llamaba, “Afto”…algo así, [Ahitofel] el consejero de Absalón, un hombre… y vean ustedes, quería destronar a David, matar a su propio padre para quedarse con el Trono.

La avaricia al dinero, a la fama, al trono, a la posición más alta de un gobierno, vean, mueve el corazón de muchas personas, a tal grado que pueden mandar hasta matar a otra persona.

El hijo de David, al cual David amaba, vean, lo que quiso hacer con su padre, y con todo y eso David lo continuaba amando, y el general del ejército de David, le decía a David para matarlo, para salir de ese problema,” pero David, cuando iban a perseguirlo, porque iban a pelear con el grupo del ejército que tenía Absalón, David le dice: “No vayan a matar a mi hijo.”

Pero el general del ejército de David, ese no, ese tampoco tenía muchos sentimientos, al malo, pues lo acababa para defender al rey David, y entonces en la lucha y ya cuando se ve con su ejército perdido Absalón, sale huyendo, no sale huyendo en un tanque ni en un Yeep, ¿en qué salió huyendo, Miguel? ¿No sería en un burro? Probablemente es bueno buscarlo ahí para confirmarlo, tienes que buscar Absalón por ahí, a ver en qué huyó, probablemente en una mula o en burro, eran los medios de transportación, de transporte de ese tiempo, y el más que tenía dinero, pues un camello que es más rápido, o un caballo, pero para ir por el desierto el caballo no es tan bueno como el camello.

El camello, pues tiene un tanque doble de agua, y entonces pues no tiene, esos trabajan con agua y con pasto, son el bio-combustible de ellos es pasto y agua, así que del pasto pueden sacar el bio-combustible, pues si los camellos lo sacan de ahí.

Así que, y entonces, pues, vean, Absalón va huyendo y le toca pasar por un lugar donde hay ramas de árboles bajitas, y como tenía mucho pelo quedó enganchado en las ramas, colgando ahí y el burro siguió, el burro quizás iba más asustado que el mismo Absalón, pues en tiempo de guerra, pues hasta los animales se asustan.

Y ahí lo ve el general de David, y no sé si él mismo o mandó a uno de los flecheros de él, arquero que le dispararan, le tiraran, y ahí lo dejaron colgando, y le llevan la noticia a David, y David comienza a llorar por su hijo, era su hijo, lo amaba, pero se había convertido en su enemigo, se cumple la Escritura que dice que los enemigos del hombre son los de la casa, aparecen algunos así, y entonces son los más terribles.

Y ahora, encontramos que David estaba muy triste y yo no sé si llegó a saber quién fue el que mató a su hijo, la cosa fue que el que lo hizo y el que dio la orden, el general de David, salvó a David, lo salvó de la caída del Trono, de la posición de rey, y por consiguiente salvó a Salomón también, porque si no ese hijo de David hubiera acabado con los demás hermanos, para que ninguno le hiciera lo mismo que él le estaba haciendo a su papá.

Así hacían en ese tiempo, y cuando un hijo de un rey tenía muchos hermanos, casi siempre en muchas ocasiones, pues mandaba a matar a todos sus hermanos para que no le fueran, no lo fueran a destronar, porque los demás hermanos siendo príncipes, podían hacer amistad o tenían amistad con los generales del ejército y podían formar un complot para hacer una revuelta y tumbarlo.

Un mulo, ni siquiera burro, pues el burro está en la creación original; un mulo, así que, vean ustedes, lo que sucedió allá. Todo eso es tipo de Cristo siendo rechazado, y luego cuando es restaurado David, porque David tuvo que huir también y bajó por ahí por Jerusalén, llorando, lo mismo que pasó con Jesucristo cuando llegó como Rey montado en un burrito hijo de asna, de animal de carga, un burrito que nadie se había montado todavía, y como Jesús era pequeño de estatura, unos… pongale 1 metro 63 o 1 metro 65 de alto, con unos 60 a 65 kilos, pues un burrito que ninguno se ha montado, pues puede resistir ese peso.

Y entró a la Ciudad como Rey, porque la Escritura dice capítulo 9, verso 9 de Zacarías, y también hay otro pasaje por ahí por Isaías, que dice: “He aquí Tu Rey,” ahí está esa profecía, y Él tenía que usar basado en esa profecía y por eso es que creían que ahora Jesús llega a Jerusalén, los discípulos que iban con Él, contentos y todos los padres de familia que creían en Cristo y todas las mujeres que habían venido de Galilea con Él ayudándole, trabajando: “bueno ahora va a tomar el Trono, va a sentarse en el Trono de David, va a restaurar el Reino de David, va a echar fuera los romanos de aquí y va a haber bendición.”

Recuerden que los discípulos del Señor Jesucristo estaban esperando todo eso. En una ocasión cuando hizo uno de los milagros de los panes y los peces, luego un grupo de ellos quería tomarlo y coronarlo Rey, proclamarlo como Rey, y como sabían que Él era descendiente del Rey David y es un príncipe, es un descendiente del rey David el que restaurará el Reino de David, pues ellos querían ya coronarlo como Rey. Capítulo 9, verso 9 de Zacarías dice:

“Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.”

Ese pasaje, vean ustedes, habla de ese gran evento que iba a suceder donde el Mesías entraría a Jerusalén sobre un pollino hijo de animal de carga, pero en Isaías también hay un pasaje que dice: “He aquí Tu Rey,” puede ser por el 40, por el capítulo 40 o algún lugar por ahí cercano:

“Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz,  anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; dí a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!

He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro.”

Y eso tendrá su cumplimiento pleno en la segunda Venida del Señor, pues en Apocalipsis, capítulo 22, verso 12 dice:

“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo,  para recompensar a cada uno según sea su obra.”

Y también en San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28 Cristo dice:

“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles,  y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.”

O sea, que todo esto corresponde a la segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles, Sus Ángeles, los dos Olivos, Moisés y Elías allá en el Monte de la Transfiguración con Jesús, es allí mostrado el orden de la Segunda Venida de Cristo, y también van a venir los muertos creyentes en Cristo resucitados en cuerpos glorificados, y los vivos seremos transformados, y ese será el gran ejército del Señor.

¿No era el ejército físico del Señor, de Jehová el pueblo hebreo cuando salió de Egipto, y fue por el desierto para entrar a la tierra prometida? ¿No era ese el que comandaba el Ángel del Pacto por medio del Profeta Moisés? Pero también estaba el ejército espiritual o invisible de Ángeles, comandados por el Arcángel Miguel.

El Ángel que le apareció a Josué en el capítulo 5, verso 10 al 15, cuando Josué lo ve con una espada en Su mano, se acerca Josué que no le tenía miedo a nadie, y le dice: “¿Eres tu de los nuestros o de nuestros enemigos?” le dice: “No,” y entonces le dice quién es, y cuando le dice quién es, entonces Josué se inclina delante de Él, ese Ángel le dice: “Quítate el calzado de tus pies (o sea, tus sandalias), porque el lugar donde estás es santo.” vamos a verlo bien aquí, capítulo 5, verso 13 en adelante del libro de Josué:

“Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?

El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?

Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo.”

Era santo ¿por qué? Porque estaba allí el Ángel de Dios, en quien estaba Dios, como cuando Moisés se encontró con el Ángel de Dios en el Monte Sinaí en aquella llama de fuego que estaba en aquella zarza en aquel árbol, le dice: “Quita tu calzado de tus pies, porque el lugar donde estás, tierra santa es, lugar santo es, es santo.”

Y ahora, encontramos que una experiencia similar le ocurre a Josué, si usted busca todo lo que le ocurrió a Josué, encontrará que es paralelo a las cosas que le ocurrían a Moisés, con Moisés Dios abrió el Mar Rojo para que pasara el pueblo hebreo, y con Josué Dios abrió el Jordán para que pasara el pueblo hebreo. Y así por el estilo encontramos muchas cosas paralelas a lo que le sucedió a Moisés con el pueblo.

Y ahora, el Ángel de Dios, que es el Ángel del Pacto, que es Cristo en Su cuerpo angelical, es el príncipe del ejército celestial, y es el príncipe también del ejército terrenal, el ejército terrenal de Dios en el tiempo de Moisés y de Josué y de los Profetas, era el pueblo hebreo. El ejército de Dios terrenal, el ejército de Dios físico bajo el nuevo Pacto es la Iglesia del Señor Jesucristo, por eso ustedes cantan: “Firmes y adelante huestes de la fe.”

Y muchos cantos similares donde expresamos que Cristo es nuestro capitán, y usando el término más alto, nuestro general de cinco estrellas, y somos miembros de ese ejército de Dios, y por eso es que hay una lucha durante toda la Dispensación de la Gracia, contra el diablo y todas sus huestes.

Pablo dice; “Porque nuestra lucha no es contra carne y sangre, es contra principados, contra potestades y así por el estilo, huestes de maldad en los aires, y así,” ¿ven? Es que el ejército acá en la Tierra del Señor Jesucristo, es Su Iglesia, pero también está el ejército celestial del Arcángel Miguel y del Arcángel Gabriel, de Ángeles que luchan a nuestro lado, porque los Ángeles de Dios nos protegen, nos cuidan y luchan a favor nuestro.

Y el mismo Gabriel dice a Daniel: “Nadie me ayudó, sino vuestro príncipe, Miguel vuestro príncipe,” ahora, ¿por qué Gabriel no dice que él es príncipe del pueblo hebreo? Gabriel tiene una posición muy importante en el Reino de Dios y tiene que ver con los cambios políticos y también religiosos, lo encontramos apareciéndole al sacerdote Zacarías y apareciéndole también a la virgen María y hablándole acerca de la venida del Mesías, la Primera Venida del Mesías, y por consiguiente Gabriel fue el que anunció la Primera Venida del Mesías, la Primera Venida de Cristo, dice el reverendo William Branham: “Y anunciará la Segunda Venida de Cristo.”

Y ahora vean, le anunció la Primera Venida de Cristo, del precursor a Zacarías el sacerdote y le dijo que él le prepararía el camino al Señor, para a María le dio a conocer, le anunció la Primera Venida de Cristo, y lo grande de ese anuncio fue que le dijo que a través de ella vendría el Mesías, y sería la primera mujer que sin tener relaciones íntimas con un hombre, tendría un hijo, concebiría y tendría un hijo. Esa es la forma original de Dios, por creación divina, esa es la forma en que Eva tenía que traer los hijos de Adán.

Y ahora, encontramos que la virgen María estaba muy contenta, pero estaba muy asustada, cualquiera, si el sacerdote Zacarías también estaba temblando cuando vio al Ángel Gabriel, y por eso es que el Ángel cuando le aparece, Gabriel le aparece el Ángel Gabriel al Profeta Daniel, le dice: “No temas,” porque cualquiera se asusta, y le dice al sacerdote Zacarías: “Zacarías no temas,” y le dice a la virgen María: “María, no temas.”

Ahora, si venía para juicio, ahí si que hay que temer, pero venía para hablarle una bendición, y para subirle la fe a María, porque ella dice: “¿Cómo será esto? Pues no conozco varón.” No tenía fundamento, no tenía base para ella saber cómo iba a ser,” entonces el Ángel Gabriel le dice a María: “María, tu pariente o tu parienta Elisabet, tu prima Elisabet, la cual llamaban estéril también ha concebido en su vejez, la cual llamaban estéril.”

Estéril y para colmo avanzadita en edad, y nadie puede esperar un niño a través de una anciana, y mucho menos si era estéril toda su vida, pero Zacarías había orado para que Dios le diera un hijo, por eso le dice: “Tu oración ha sido oída, y yo he venido para darte esta buena noticia,” le pasó como a Abraham, que Dios le prometió un hijo, y pasaban los años y no llegaba el hijo. La fe de Abraham se fortalecía cada día más, dice que Abraham esperanza contra esperanza, ¿qué quiere decir eso? Esperando lo que no se puede esperar.

Por ejemplo, un caso que usted lo dice, y le dicen: “Tu estas loco,” tiene un familiar muy amado y murió, y usted dice: “Yo estoy esperando a mi tío o a mi abuela,” y le dicen: “¿Cómo tu vas a estar esperando algo que no se puede esperar? Si ya murió” ¿ven? “Pero era una creyente y la estoy esperando jovencita y cuando murió era ancianita,” mire, está esperando algo que no se puede esperar, una ancianita representando de 18 a 21 años, y para colmo una ancianita que ya murió, ¿ven? Eso es esperando lo que no se puede esperar, esperanza contra esperanza.

Y Abraham no podía esperar de una anciana que cuando le fue dada la promesa tenía 65 años y él 75, y siguen los años pasando, y Dios le aparecía en diferentes ocasiones y le decía: “Vas a tener el hijo,” y Abraham se fortalecía más, esperanza contra esperanza, esperando lo que era imposible para un ser humano esperar.

Pero para un ser humano que cree a Dios, que tiene a Dios, que conoce a Dios y que cree en Su Palabra y espera lo que Dios le ha prometido, es un hombre que tiene fe y por consiguiente puede esperar lo que otra persona no puede esperar.

Así es también para el cumplimiento de las promesas que Dios ha hecho para Su Iglesia para este tiempo final, todo lo que ha sido prometido por los Profetas, por el Espíritu Santo a través de los Profetas del antiguo pacto y del Nuevo Testamento también y del reverendo William Branham, todo lo que aparentemente es imposible para que se cumpla, los creyentes verdaderos sí lo pueden esperar.

Yo estoy esperando que se cumpla lo que todavía no se ha cumplido, y lo que ya se cumplió, pues lo creo también, pues lo creía y le doy gloria a Dios porque cumplió ya esas profecías, y las que faltan de ser cumplidas, algunas están en proceso y otras se cumplirán más adelante, como el Reino Milenial y como estar sentados con Cristo como reyes y sacerdotes y estar con cuerpos glorificados, y el Reino eterno después del milenio. Todo eso es para más adelante, pero eso está seguro, ¿por qué? Porque ese es el Programa de Dios.

Y ahora, estamos esperando también el cumplimiento de lo que el reverendo William Branham le llamó la Tercera Etapa, y que será cumplida esa parte en una gran Carpa-Catedral. Si fue dicho por el Espíritu Santo a través del reverendo William Branham, el Mensajero, el Profeta del siglo XX, los que estamos en el siglo XXI, pues lo creemos también.

Si él lo creyó y trató de que se hiciera realidad, trató de que las obras, su fe, se hicieran manifiestas, pero no era para aquel tiempo. Habrá un pueblo que estará creyendo esas promesas y estará obrando de acuerdo a su fe en esas promesas, y va a conquistar por la fe esas promesas, va a trabajar para que se hagan una realidad.

¿Y cómo se trabaja para que se haga una realidad, una promesa divina, por ejemplo, que habla acerca de la construcción de un tabernáculo que le dijo Dios a Moisés? Pues trabajando en la construcción, reuniendo el dinero y las cosas que se necesitan, los materiales, y comenzando ese trabajo, y también para el tiempo del rey Salomón, pues ya David había almacenado mucho materiales: oro, plata, bronce, madera y piedras, y le dice a Salomón, “ahí tienes todo lo que ya yo almacené, si falta algo, ponlo tu.”

Siempre algo uno tiene que colocar, no podemos dejarle a otros que hagan todo, y entonces el próximo paso era trabajar en esa construcción, y se hizo una realidad lo que David ya había visto, y dijo que cuando le dio el plano a Salomón, los planos, le dijo: “Fue diseñado, fue hecho por el dedo de Dios,” o sea: “No le vayas a estar añadiendo, no te pongas a inventar cosas, ya eso está listo.”

Como lo que el diseño que Dios le dio a Moisés, le dijo: “Hazlo conforme al diseño que te fue mostrado en el monte,” siendo Profeta él vio todo, le fue mostrado cómo tenía que hacerlo, y como Moisés tenía muchos conocimientos, había estudiado en Egipto, él pudo preparar todo y entregarlo a los constructores, al maestro de obra y a todos los que iban a estar a cargo de esa construcción, pero tenía que ser hecho de acuerdo a como Dios lo mostró.

Y así es para el cumplimiento de la Visión de la Carpa, no es en otra forma. Moisés con los constructores y el pueblo trabajando para la construcción del tabernáculo, eso eran las obras de fe, obras de fe, fue una obra de fe, una obra basada en lo que Dios dijo, lo cual Moisés y el pueblo lo creyeron y trabajaron y lo hicieron una realidad.

Por lo tanto, aquello fue un monumento de fe, el tabernáculo que fue construido, igual el templo de Salomón, el cual fue muy hermoso, tenía oro, en un sitio, Lugar Santísimo, por la parte de adentro el piso era de oro, las paredes de oro, techo, plafón de oro, porque eso representa la Divinidad: el oro, y era el lugar de Dios morar en ese templo: el Lugar Santísimo.

Y el arca también cubierta de oro y la tapa del arca, que es el propiciatorio, de oro sólido; ahí no había madera, era oro sólido, y los querubines de oro también, esos querubines, pues representan en el Cielo a dos personajes muy importantes que están a la diestra, a un lado y al otro de Dios, los Ángeles de Su poder.

Cuando se dice: los Ángeles de Su poder, pues son los Ángeles a través de los cuales Dios manifiesta Su poder, los Ángeles a través de los cuales Dios obra o para bendición o para juicio.

Cuando fueron a Sodoma y Gomorra, fue para juicio, la dijeron a Lot: “Hemos venido para destruir esta Ciudad, así que sal con tu familia antes que la destruyamos, porque no la podemos destruir hasta que tu salgas de ella,” porque Abraham había orado a Dios por Lot, y por la oración de Abraham a Dios le fue ordenado a los Ángeles que no destruyeran la ciudad hasta que estuviera fuera de la ciudad Lot y su familia.

Y lo tuvieron que agarrar de las manos a Lot, a su esposa y las hijas, y sacarlos fuera, estaban muy apegados a todo lo que tenían, y de seguro les diría… ¿cómo se llamaba la esposa de Lot, Miguel? La señora Lot, como la esposa de Manoa, la señora Manoa, pero a la señora Lot se le puede poner un apellido ¿verdad? La señora Lot salada.

La suerte de ella estaba… ustedes saben que cuando una persona todo le sale mal, dice: “Oye, tu estás salada,” no sé si acá también se usa ese dicho, pues la señora salada o de sal, pues se volvió una estatua de sal.

Es que el que mira atrás, que pone su mano en el arado y mira atrás, le pasa lo que le pasó a la mujer de Lot. ¿Cuál es el que habla Miguel acerca de la mujer de Lot en el Nuevo Testamento? El mismo Jesucristo ¿verdad? También, para que no miremos hacia atrás, no nos apartemos del Señor y su camino.

Ella se apartó, apartó su vista o se puso a mirar atrás, pero ¿y qué tenía que estar mirando atrás? Estaba mirando a ver, de seguro hacia su casa: “Oye Lot, dejaste la caja fuerte, Lot, ¿y mis prendas? Lot ¿y mi ropa?” bueno, ya no tenía después necesidad de ropa, estaba vestida de sal.

Cuando es tiempo de escapar, como en los tiempos de terremotos, eso la persona tiene que salir de la casa corriendo y olvidarse, cuando pase el terremoto, pues entonces después va a la casa a ver si quedó algo, pero no cuando está el momento difícil: “Escapa por tu vida,” le dice Gabriel y Miguel a Lot y su familia: “Escapa por tu vida.” Cuando es cosa de escapar, es de prisa, es corriendo.

Y ahora, este es un tiempo como en el tiempo de Lot y como en el tiempo de Noé, también era un tiempo de escapar por la vida, metiéndose al arca, y vean, fueron más rápidos los animales y las aves y los reptiles que los seres humanos, cuando trataron de entrar ya la puerta estaba cerrada, excepto Noé y su familia.

Y ahora, encontramos que estamos viviendo en un tiempo paralelo al tiempo de Noé, al tiempo de Lot, al tiempo de Jesús también, por lo tanto, mire el tipo y figura suyo en esas historias del pasado.

O sea, no vaya a mirarse usted en el tipo y figura de alguien que no entró al arca, sino en Lot y su familia, y Lot y su familia, vean, el Hijo del Hombre, así será el día en que el Hijo del Hombre vendrá, como en el tiempo de Noé, por lo tanto, Noé representa la venida del Hijo del Hombre, un Profeta dispensacional fue Noé.

Y la familia de Noé, pues va a representar el grupo que estará con el Señor en Su Venida en pie delante del Hijo del Hombre, y también en el tiempo de Lot, pues Abraham y su familia. Tan sencillo como eso, Abraham y todos los que estaban con Abraham.

Ahora, hablando de la virgen María, que fue donde nos habíamos… habíamos llegado hasta ahí y pasamos para dar un recorrido por otro lugar, la promesa a la virgen María es que va a tener un niño, va a ser llamado Hijo de Dios, Hijo del Altísimo, y Dios le dará el Trono de David su Padre, y reinará sobre la casa de Jacob, de Israel, para siempre y Su Reino no tendrá fin.

Esa es la piedra no cortada de manos que vio el rey Nabucodonosor y que vio el Profeta Daniel, que vino, fue cortada del monte, del Monte de Dios, y al venir hirió a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido.

En la primera venida estaba todavía en las piernas de hierro, el reino de los gentiles, y fue el reino, el imperio que hirió a Cristo en la Cruz del Calvario, porque fue el imperio romano quien crucificó a Cristo. Cristo decía, hablando al Padre, orando al Padre: “Padre (pidiendo perdón por los judíos, por Su pueblo que lo había rechazado y había pedido Su crucifixión) perdónalos Padre porque no saben lo que hacen,” por lo tanto nosotros no los vamos a acusar a ellos, vamos a decir lo mismo: “Padre, perdónalos porque ellos no sabían lo que estaban haciendo.”

Pero gracias a Dios que eso sucedió porque nos dio un Sacrificio de Expiación para todos los seres humanos, para poder ser reconciliados con Dios, por lo tanto, con una bendición, un favor tan grande que ha venido del pueblo hebreo no vamos a estar peleando con ellos, sino a pedirle bendiciones a Dios para el pueblo hebreo, y protección: “Protégelos Señor,” porque están en un punto, en un lugar de la Tierra de mucho peligro, zona roja, como se dice, es una zona roja allá.

Ahora, la virgen María cuando pregunta: “¿Cómo puede ser hecho esto?” le pregunta al Ángel: “Si no conozco varón, pues no conozco varón,” y el Ángel para subirle la fe, le dice: “Tu parienta Elisabet, la que llamaban estéril, ella ha concebido en su vejez, y ya es el sexto mes para ella, ya la barriguita estaba grande, y le faltan solamente tres meses para dar a luz, y entonces la fe de María sube, y de seguro recuerda que Abraham y Sara eran ancianitos y no podían tener niños porque ella era estéril, y ahora, cuando está tan avanzada en edad la promesa es que va a tener un niño.

Abraham creyó esperanza contra esperanza, el Ángel de Dios, Dios en Su Ángel, visitando a Abraham con los otros Ángeles, Gabriel y Miguel, vienen por el capítulo 17 y 18 del Génesis, visitan a Abraham, almuerzan con Abraham y le confirma la promesa y le dice, ahora no le dice: “Vas a tener un hijo,” sino: “en el tiempo de la vida por este tiempo, Sara tendrá el hijo.” O sea, ya le pone fecha, ya le puso una fecha y ya el próximo año ya Abraham iba a estar sonriendo y Sara también.

Luego, los Ángeles, pues van, ellos habían ya almorzado, pero cuando van donde Lot, y Lot se los lleva para la casa, allá cenan con Lot, pero bajo tensión, porque la gente de la Ciudad supieron que Lot había tenido una visita y estuvieron molestando bastante.

Y ahora, el encuentro de María con el Ángel es tipo y figura, María, de la Iglesia Novia del Señor Jesucristo, y recibiendo la visita de un Ángel Mensajero que le dice que la Iglesia virgen ha recibido la Palabra en su vientre.

Todo, también dice… eso está por la página 187 del libro de “Las Edades,” que “todas las cosas que el Señor va hacer, las hará por medio de la Iglesia. Y la virgen, la Iglesia novia virgen del Señor Jesucristo ha concebido”, y después en la página 368 del libro de “Los Sellos,” dice que “la novia está embarazada y que está con dolores de parto para dar a luz a Cristo”.

Es como la Primera Venida del Señor, el pueblo hebreo como el pueblo de Dios, vean, en medio del pueblo hebreo se cumpliría la promesa de la Venida del Señor, en ellos estaba la Palabra profética de la Venida del Señor naciendo de una virgen, por lo tanto, tenía que cumplirse a través de una joven virgen del pueblo hebreo.

Pero ahora la virgen María representa la Iglesia virgen del Señor Jesucristo, y eso es muy importante porque es la Iglesia virgen del Señor Jesucristo la que ha estado esperando al Mesías, al Señor, por dos mil años, ella es la que tiene la promesa.

Y ahora, así como Sara ya estaba anciana con unos 89 años de edad y ya no se puede esperar de una mujer de 89 años que tenga un niño, ni de un… de un anciano de 99 no es problema, puede ser posible, pero lo difícil era una mujer estéril y anciana con 89 años cuando le aparece el Ángel con Sus Arcángeles Gabriel y Miguel.

Aunque la Biblia también dice de Abraham que ya estaba anciano, ya era difícil que tuviera hijos, aunque había tenido un hijo no hacía mucho, hacían como 12 ó 13 años, llamado Ismael, o sea, el hombre puede tener niños hasta después de los 100 años, la mujer no.

Y ahora, encontramos que Sara y Abraham tuvieron que ser rejuvenecidos, eso es tipo y figura del rejuvenecimiento que Cristo nos va a dar en el tiempo final, pero para la Iglesia el rejuvenecimiento de ella como Iglesia novia, vean, será que la Iglesia en una nueva etapa o edad, al comenzar esa edad va a ser una jovencita, eso es la Iglesia novia del Señor pasando nuevamente, como la vio el reverendo William Branham al principio que pasó, y después no la veía y después al final pasó de nuevo representada en un grupo de jovencitas.

La Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular es una Iglesia joven, una virgen de la Palabra de Dios, y es en medio de esa Iglesia virgen que nacerá el cumplimiento de la Venida del Señor en el Día Postrero, será a esa etapa de la Iglesia que el Señor vendrá en Su Segunda Venida con los muertos resucitados en cuerpos eternos y transformará a los vivos creyentes, y entonces físicamente también vamos a ser jóvenes, pero la Iglesia en términos de Cuerpo Místico de Cristo ya está rejuvenecida como Cuerpo Místico de creyentes, pero cuando ya estemos todos transformados, entonces físicamente todos los creyentes estarán rejuvenecidos y también la Iglesia será una Iglesia glorificada, como Cuerpo Místico de creyentes.

Y por consiguiente esa Iglesia en esa Edad de la Piedra Angular, en donde vendrán también todos los muertos creyentes, ya estarán adoptados y nunca esa etapa, nunca la Edad de la Piedra Angular que es edad eterna, nunca pasará, permanecerá jovencita esa edad por el milenio y por toda la eternidad, no habrá otra etapa, otra edad de la Iglesia, es la edad eterna de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Por eso se entra a una edad eterna para entrar en cierto momento a un cuerpo eterno los vivos, y a un cuerpo eterno los que resucitarán, y será un cuerpo que representará de 18 a 21 años de edad.

Y ahora, podemos ver el porqué la Iglesia del Señor Jesucristo en esa etapa de la Edad de la Piedra Angular está tan joven como cuando comenzó, y con el mismo año, es esa la etapa más gloriosa de la Iglesia, es la etapa de oro, la edad de oro de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, hemos visto que la Palabra que el Ángel Gabriel le habló a la virgen María y ella la recibió, entonces vino el Espíritu Santo y vivificó esa Palabra, la hizo una realidad, y así la Palabra que ha sido hablada por el Espíritu Santo a través del precursor de la Segunda Venida de Cristo, el Espíritu Santo en nuestro tiempo la vivificará en el vientre de la Iglesia novia del Señor, y la hará una realidad, y se va a cumplir a y en la Iglesia del Señor Jesucristo la Segunda Venida de Cristo. Tan sencillo como eso.

Y todo lo que Dios estará obrando, lo va a estar obrando por medio de Su Iglesia, a través del ministerio que Él tenga en medio de Su Iglesia, en el cumplimiento de lo que ha sido prometido para este tiempo final.

Y ahora, la promesa de la restauración del Reino de Israel, que será la restauración del Reino de David, ya hemos visto que el Reino de Dios en la Tierra es el Reino de David, en Primera de Crónicas, capítulo 28, versos 4 al 6 y Primera de Crónicas, capítulo 29, versos 21 al 27.

Y ahora, sabiendo qué es el Reino de Dios en la Tierra, entonces ya sabemos qué es lo que va a ser restaurado: va a ser restaurado el Reino de David. En el capítulo 29, verso 22 en adelante dice:

“Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día con gran gozo; y dieron por segunda vez la investidura del reino a Salomón hijo de David, y ante Jehová le ungieron por príncipe, y a Sadoc por sacerdote.

Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en lugar de David su padre, y fue prosperado; y le obedeció todo Israel.”

¿En qué Trono se sentó Salomón? En el Trono de Dios, el Trono de Jehová en lugar de David, el Trono de Dios celestial está en el Cielo, y el Reino de Dios celestial, pues está en el Cielo y desde ahí gobierna toda la creación, y Cristo se sentó a la diestra de Dios en el Cielo, y por eso dijo: “todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra,” todo está sujeto a Cristo: Ángeles, potestades, principados y todo el mundo visible y el mundo invisible está sujeto a Cristo, y el Trono terrenal de Dios es el Trono de David, y el Reino terrenal de Dios es el Reino de David.

Y eso traerá la restauración de la monarquía, pero también Cristo dice a Sus discípulos que le preguntan y como comentábamos en esta mañana, está bien que los discípulos hayan sido preguntones, porque en las contestaciones que Cristo da, pues ya nos aclara las cosas, lástima que no fueron más preguntones, o si lo fueron, no fue escrito lo que preguntaron y lo que Cristo contestó.

Y ahora, siendo que Cristo había dicho que todo el que dejare padre, madre, hijos, esposa, casa, por Él, por Cristo, recibirá en el Reino, en la regeneración o vida venidera, cien veces más y la Vida eterna, solamente la Vida eterna es suficiente, porque la Vida eterna es lo máximo, después usted consigue lo otro, pero dice que le va a ser añadido, dado cien veces más, y si es cien veces más en… cómo le llaman, ¿al potencial es? ¿O a la potencia de cien? Hay que multiplicarlo uno por cien, y después dos por cien y después el resultado que son doscientos, doscientos por cien, y después doscientos por cien, ¿cuánto es? Cien mil, doscientos por cien… o doscientos mil. Bueno, por ahí sigue multiplicando hasta que llega a cien esa multiplicación, siempre aumentando.

O sea, que no habrá límites en cuanto a la herencia, porque somos herederos con Dios y herederos con Cristo Jesús Señor nuestro, heredero de toda la creación, pero con Cristo, Él es nuestro hermano mayor, Él tiene una doble porción, porque es el primogénito, y nosotros somos primogénitos también por eso tenemos porción terrenal y porción celestial, porción del mundo visible y porción del mundo invisible, porción de la Tierra y porción del Cielo, bendiciones terrenales y bendiciones celestiales. Tan sencillo como eso.

Y ahora, cuando Pedro y los discípulos escuchan eso, vean lo que Pedro pregunta, capítulo 19, versos… es cuando Él habla del joven rico al cual le dice que quería, sí, tenía, sí, tenía muchas riquezas y él quería saber cómo obtener la Vida eterna.

“Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?”

San Mateo, capítulo 19, verso 16 en adelante. Y entonces Cristo comienza a decirle:

“El le dijo: (Cristo le dice)¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida,(O sea, la Vida eterna)  guarda los mandamientos.

Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás.  No adulterarás.  No hurtarás.  No dirás falso testimonio.

Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?”

O sea, que era un muchacho bueno, obediente, un muchacho de familia como decimos, amaba a su familia, honraba a su familia, a su padre y a su madre, y entonces Cristo le dice:

“Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.

Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.”

Estaba como la mujer de Lot, que su corazón estaba en los bienes materiales:

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.”

O sea, un rico que tiene su corazón apegado a las riquezas, difícilmente puede entrar al Reino de los Cielos:

“Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.”

No es una guja de esas de coser, porque por ahí no puede entrar casi el hilo, casi ni entra a menos que uno tenga la vista buena o use algo que se coloca ahí para… que es un alambrito, y entonces pasa el hilo. Una aguja era una puerta de esas que hacían en las ciudades, y por ahí como eran bajitas, un lugar de esos, entonces el camello como es alto, pues tiene trabajo con la joroba que tiene, y entonces, pues esa misma dificultad, la joroba de las riquezas le es difícil para el rico entrar por esa puerta, y la puerta es Cristo, y Cristo dijo que es angosta, es pequeña.

Así que… y ahora, veamos lo que dice:

“Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?

Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.

Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?”

Y ahora, Pedro está averiguando y de seguro todos los demás discípulos del Señor estaban de acuerdo con Pedro: “Averiguate Pedro, a ver ¿qué será el futuro nuestro? ¿Qué vamos a tener en el Reino del Mesías?”

“Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración (o sea, eso va a ser en el Reino del Mesías, en la regeneración, en la restauración del Reino del Mesías, porque una regeneración es una restauración a como era al principio), cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria (o sea, en el Trono de David),  vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.

Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros.”

Y ahora, los postreros, pues somos nosotros que estamos en el Día Postrero, y recuerden, primero, pues primero en todo, es como la fabricación del templo espiritual de Cristo, comienza de abajo hacia arriba, y lo primero es después lo último, y lo último que Él construye que es la Edad de la Piedra Angular, es lo primero, lo principal, es el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, lo más importante.

Y en el Reino de Cristo los más cercanos a Cristo como Cuerpo Místico de creyentes, serán los del tiempo final. Tan sencillo como eso.

Y ahora, Cristo promete y da por sentado por consiguiente que va a ser restaurado el Reino de David y que Él va a restaurar ese Reino, va a restaurar el Trono y en Apocalipsis, capítulo 3, verso 20 al 21 dice:

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”

Ya no uno de los doce tronos, sino en el Trono mismo del Señor Jesucristo, el Trono de David, eso es una bendición más grande que la bendición de sentarse en uno de los doce tronos, esa era la bendición que Jacobo y Juan siempre estaban buscando, la de estar a la diestra, uno a la derecha y otro a la izquierda del Señor en Su Reino, eso es sentarse con Cristo en Su Trono, así como Cristo se sentó a la diestra de Dios y luego en Apocalipsis, capítulo 3, verso 20 al 21 dice:

“Así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”

Sentarse a la diestra, es sentarse a la diestra del poder de Dios, eso es sentarse en el Trono de Dios con Dios, porque el que está sentado en el Trono es el que tiene el poder de Dios, el que tiene el poder del Reino.

Por eso Cristo cuando resucitó y luego habló con Sus discípulos más adelante, antes de irse, dice: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra,” San Mateo, capítulo 28, verso 16 al 20, y dijo también: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”

¿Y cómo va a estar aquí y va a estar en el Trono sentado? En Espíritu Santo Él estaría en Su Iglesia, pero Su cuerpo físico glorificado estaría en el Cielo como sumo sacerdote haciendo intercesión por todos los que lo reciben como su único y suficiente Salvador.

Y ahora, el Cristo sentar en Su Trono a Sus apóstoles para juzgar a las doce tribus de Israel, eso es lo que sucedía en el tiempo de los jueces, que juzgaban a Israel, Dios por medio de ellos juzgando al pueblo hebreo.

O sea, que en el Reino del Mesías encontramos la teocracia y la monarquía fusionadas, y eso es un milagro muy grande, pero está en el Programa Divino, así que, lo vamos a ver y entonces lo vamos a entender bien cuando estemos en el Reino del Mesías en la Tierra, solamente lo que necesitamos es una cosa para entenderlo bien: ser transformado, solamente eso y ya entenderemos todas las cosas, lo cual, pues estamos esperando.

Y eso será el retorno de la monarquía y la teocracia fusionadas, unidas, y en el Reino después del milenio y del juicio final, en la eternidad, en la Tierra va a estar el Trono de Dios y del Cordero, y eso es fusionado el Trono celestial con el Trono terrenal, fusionado el Trono de Dios celestial, con el Trono de David.

Y en el milenio, después del milenio, en la eternidad, vean, el planeta Tierra será el centro político y espiritual del universo, de toda la creación, porque estará el Trono de Dios en la Tierra, estará la ciudad de nuestro Dios en la Tierra, la Jerusalén nueva, todo estará en la Tierra.

Por lo tanto, será, vamos a decir, la Capital del universo será Jerusalén, no solamente la capital del planeta Tierra y por consiguiente el planeta Tierra será el Distrito federal del universo completo.

Por eso tanta lucha en el planeta Tierra y por eso tanta lucha ha tenido el diablo por arrebatar el planeta Tierra a Cristo, pero en el Programa Divino ya está determinada la victoria para Cristo y Su Iglesia.

Y ahora, hemos visto lo que será la monarquía y la teocracia fusionadas en el Reino del Mesías y luego en y por la eternidad, y allí yo voy a estar, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también, porque no es para mí solo, es para todos ustedes también, para todos los que han recibido a Cristo como único y suficiente Salvador, y han sido bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo los ha bautizado con Su Espíritu Santo y ha producido en ellos el nuevo nacimiento.

Si hay alguno que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, lo puede hacer en estos momentos y estaremos orando por usted, para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado y le bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en usted el nuevo nacimiento.

Pueden pasará acá al frente para orar por ustedes. Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo, y los que están en otras naciones y en otras ciudades, también pueden venir a los Pies de Cristo en estos momentos, para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo.

Cristo tiene mucho pueblo aquí en esta Ciudad de Chilpancingo, y también en todas las ciudades de la República Mexicana y en todos los lugares en toda la República Mexicana y en toda la América Latina y en todas las naciones, y los está llamando en este tiempo final, y va a completar Su Iglesia con todos los creyentes en Cristo que en este tiempo final están siendo colocados en Su Cuerpo Místico de creyentes, o sea, en Su Iglesia.

Lo más importante para el ser humano es la vida, usted puede estudiar, lo cual está bueno, porque el que no estudia, entonces no puede conseguir un buen trabajo, y usted tiene que decidir estudiar porque tiene libre albedrío, y usted obtiene una profesión y dice: “Tengo mi futuro asegurado,” pero se enferma o se muere, ¿y qué pasó? No tenía el futuro asegurado.

Es que en esta vida terrenal las cosas son temporeras, temporales y cuando se acaba la vida física, pues se acabó todo, usted no puede cuando muere después al lugar que usted va en alma y espíritu decir “Abran la puerta que llegó el ingeniero fulano de tal, o que llegó el doctor fulano de tal o que llegó el abogado fulano de tal,” allá no hay esos títulos, o que llegó el multimillonario fulano de tal,” allá no hay monedas así ni bancos así de ese tipo, ni negocios de esa clase, esas son cosas de aca de la Tierra, son las añadiduras terrenales que son buenas, nadie dice que son malas, pero que no es realmente el futuro del ser humano.

Solamente hay un futuro para el ser humano, y lo tiene Cristo; y solamente hay una vida eterna y la tiene Cristo para otorgarla a todos aquellos que lo reciben como único y suficiente Salvador, y el que lo recibe como Salvador, aseguró su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, y ese si que tiene futuro, tiene futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, viva o muera, está seguro. Si muere, pues va a ser resucitado cuando Cristo resucite los muertos creyentes en Él en cuerpos eternos, inmortales, glorificado y jóven para toda la eternidad.

Por lo tanto, lo más importante es la Vida eterna, no hay otra cosa más importante para el ser humano, es tan importante que Dios mandó a Jesucristo, Su Hijo, al mundo para morir por nosotros llevando nuestros pecados, para que nosotros podamos recibir la Vida eterna, y vivir eternamente con Cristo en Su Reino eterno, que es el Reino de Dios.

Así que vean ustedes lo importante que es la Vida eterna, sin ella no hay esperanza para la persona, y por consiguiente sin Cristo no hay esperanza para el ser humano. Ninguna persona puede acercase a Dios, ninguna persona puede ser reconciliada con Dios, a menos que sea por medio de Jesucristo.

Él efectuó el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados en la Cruz del Calvario para reconciliarnos con Dios; no hay otra persona que pueda reconciliar al ser humano con Dios, solamente hay uno, y tiene un Nombre, y Su Nombre es Señor Jesucristo.

Recuerden que Él dijo en una ocasión en San Juan, capítulo 14, verso 6: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí.” nadie puede acercarse a Dios, nadie puede llegar a Dios, nadie puede ser reconciliado con Dios a menos que sea por medio de Jesucristo. No hay otra verdad, no hay otra vida, no hay otro camino.

Ese es el camino de la Vida eterna, ese es el camino angosto que lleva a la Vida eterna y Él es la puerta a la Vida eterna. Él dijo: “Yo soy la puerta, el que por mí entrare, será salvo,” San Juan, capítulo 10, verso 9, y en San Mateo, capítulo 7, verso 13 al 14 Cristo dice que angosta es la puerta y angosto es el camino que lleva a la vida, o sea, a la Vida eterna, y pocos son los que hallan ese camino y pocos son los que entran por esa puerta.

Por lo tanto, es importante saber que hay una forma en que el ser humano puede vivir eternamente en el Reino de Dios, recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador y siendo bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, habiéndose arrepentido de sus pecados, y Cristo lo limpia de todo pecado y lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo nacimiento, y así entra al Reino de Dios la persona.

Bien le dijo a Nicodemo Cristo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.” nacer del Agua es nacer del Evangelio de Cristo, y nacer del Espíritu es nacer del Espíritu Santo. Y ahora… eso está en San Juan, capítulo 3, verso 1 a 6. Y Pedro el Día de Pentecostés cuando predicó, los que creyeron le preguntan a San Pedro y a los apóstoles:

“Varones hermanos, ¿qué haremos?

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos (para los que están cerca); para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”

Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.”

Y los que creyeron fueron como tres mil personas, y fueron bautizados aquel día y fueron añadidos a la Iglesia del Señor Jesucristo, y así se ha estado haciendo todo el tiempo, predicando el Evangelio a toda criatura como dijo Cristo:

“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Tan simple como eso. Eso está en San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16, y la otra cita o pasaje anterior que les dí, está en el libro de los Hechos, capítulo 2, versos 36 al 48, y el Señor añadía cada día a Su Iglesia los que han de ser salvos, los que han de ser salvos son añadidos a la Iglesia del Señor Jesucristo, porque ese es el redil del Señor, el redil de las ovejas de Cristo el buen Pastor.

Vamos a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, vamos a estar puestos en pie, y los que están en otras naciones también puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo.

Si hay alguna persona que falte por venir, puede venir para que quede incluido en la oración que estaremos haciendo. Con nuestras manos levantadas en alto a Cristo y nuestros ojos cerrados, los que han venido a los Pies de Cristo y están presentes o en otras naciones, repitan conmigo esta oración que estaremos haciendo:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Tu primera venida, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo en que podemos ser salvos.

Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, doy testimonio público de mi fe en Ti y de Tu fe en mi, y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre y sea producido en mi el nuevo nacimiento.

Señor, me rindo a Ti en alma, espíritu y cuerpo, creyendo en Tu Sacrificio en la Cruz del Calvario en donde ganaste mi salvación y la de toda persona escrito en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.

Acepto la salvación, la redención efectuada en la Cruz del Calvario por Ti, y Te pido que se haga una realidad en mi, sálvame Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.

Y con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.

Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes le han recibido como vuestro único y suficiente Salvador, ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, porque Cristo dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado, será salvo.’¿Cuándo me pueden bautizar?” es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón.

Bien pueden ser bautizados en agua en e Nombre del Señor Jesucristo, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

El bautismo en agua no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo, el cual el mismo Cristo cumplió cuando fue donde Juan estaba bautizando allá en el Jordán, y entró a las aguas del Jordán a donde Juan estaba, y Juan le dice: “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tu vienes a mi para que yo Te bautice?” y Cristo le dice: “Nos conviene cumplir toda justicia,” y entonces lo bautizó. Si a Jesucristo le convenía cumplir toda justicia siendo bautizado en agua por Juan, cuánto más a nosotros nos conviene cumplir toda justicia, ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo. Y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente, simbólicamente está siendo sepultado. Y cuando lo levanta de las aguas bautismales está resucitando a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno.

Ahí tenemos el simbolismo del bautismo en agua, el cual es sencillo. Y conociendo el simbolismo, la tipología del bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, bien pueden ser bautizados y ser identificados con Cristo así en Su muerte, sepultura y resurrección.

En el bautismo en agua en el Nombre del Señor es que nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Por lo tanto bien pueden ser bautizados, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. Los que están presentes y también los que están en otras naciones o en otras ciudades, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso del Señor Jesucristo.

Continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador. Dejo al ministro aquí presente, reverendo Jacobo Uriastegui Pineda, para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y como les dije, nos continuaremos viendo por toda la eternidad.

Continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.

“EL RETORNO DE LA MONARQUÍA Y LA TEOCRACIA FUSIONADAS.”

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