El último mensajero del Señor Jesucristo

Mi cordial saludo a las autoridades religiosas, políticas y demás autoridades, y a todos los amados amigos y hermanos presentes y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones. Que las bendiciones del Creador de los Cielos y de la Tierra, por medio de Cristo, les bendiga a todos y nos llene del conocimiento de Su Palabra, de Su Programa correspondiente a este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Para esta ocasión leemos en el libro del Apocalipsis, el último libro de la Biblia que contiene todas las profecías correspondientes al tiempo final, y están en símbolos. Capítulo 14, verso 6 al 7 del Apocalipsis, dice:

“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “EL ÚLTIMO MENSAJERO DEL SEÑOR JESUCRISTO.”

Encontramos a través de la Escritura, que Dios siempre ha tenido mensajeros. Mensajeros están señalados en la Escritura en muchas ocasiones como ángeles o ángeles mensajeros; porque ángel significa: “mensajero;” es igual que Cristo, el Mesías, todo eso significa: el “Ungido,” o sea, el Ungido con el Espíritu Santo, con el Espíritu de Dios.

Y ahora, la forma de Dios hablarle a la humanidad siempre ha sido por medio de Su Espíritu Santo a través de un hombre, tan sencillo como eso. Veamos lo que nos dice en Zacarías, capítulo 7, versos 11 al 12, dice:

“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”

Ahora, vean la forma en que Dios le hablaba al pueblo hebreo, y esa misma forma Jesucristo la usa para hablarle a Su Iglesia, a Su pueblo bajo el nuevo Pacto, cubierto con la Sangre del nuevo Pacto que es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.

Recuerden que Cristo en la última Cena que tuvo con Sus discípulos en San Mateo, capítulo 26, versos 26 al 29, luego que cenó,tomó el pan y bendijo y dio a Sus discípulos diciendo: “Comed, este es mi cuerpo,” y luego tomando la copa de vino y dando gracias al Padre, dio a Sus discípulos y dijo: “Tomad de ella todos, porque esta es mi Sangre del nuevo Pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”

Y ahí Jesucristo muestra que va a establecer un nuevo Pacto y que Su Sangre es la Sangre del nuevo Pacto, ya no habrá sangre de animalitos siendo sacrificados como en el pacto antiguo o Antiguo Testamento, como efectuaban el profeta Moisés, Aarón el sumo sacerdote y los demás profetas, y los demás sacerdotes allá en el tabernáculo que construyó Moisés y luego en el templo que construyó el rey Salomón, ya Dios no aceptaría sacrificios de animalitos, porque ya el Sacrificio por el pecado del ser humano fue efectuado por Jesucristo en la Cruz del Calvario, y Su Sangre es la Sangre del nuevo Pacto, la Sangre del Pacto eterno, dice San Pablo en Hebreos, capítulo 13, verso 20 al 21, cuando dice que la Sangre de Cristo, es la Sangre del Pacto eterno. Por lo tanto, no habrá otra Sangre que limpiará al ser humano de todo pecado, solamente hay una, y es la Sangre del Señor Jesucristo.

Y ahora, la humanidad tiene, desde la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario, el Sacrificio perfecto de Expiación por sus pecados, lo cual estaba tipificado en el sacrificio y demás sacrificios que el pueblo hebreo efectuaba en el templo allá en Jerusalén; pero ya por cuanto hubo un cambio de Dispensación y un cambio de Pacto, también hubo un cambio de Sacerdocio; por eso ya ustedes pueden buscar y no encontrar el sumo sacerdote de la religión hebrea, ¿por qué? Porque ya hubo un cambio de Sacerdocio, y ahora el Sumo Sacerdote del nuevo Pacto es Jesucristo.

Y ahora, pero no hay templo en la tierra, porque el templo fue destruido en el año 70 de la era Cristiana por el general romano Tito Vespaciano, ¿y a dónde el Sumo Sacerdote del nuevo Pacto ministra? En el Templo que está en el Cielo.

Cristo cuando resucitó y subió al Cielo se sentó a la diestra de Dios, y el Trono de Dios celestial fue convertido en un Trono de misericordia, ahí esta el Propiciatorio en donde Cristo está como Sumo Sacerdote, según el Orden de Melquisedec, del Orden celestial, haciendo Intercesión por toda persona que lo recibe como único y suficiente Salvador, y luego de las personas ya estar en el Reino de Cristo formando parte del Cuerpo Místico de Cristo, de la Iglesia del Señor Jesucristo, si cometen algún error, falta o pecado, lo confiesan a Cristo, y Cristo con Su Sangre lo limpia de todo pecado.

Por eso el Cristiano no puede desanimarse en su vida en el servicio a Dios; la Escritura dice: “Siete veces cae el justo y siete veces torna a levantarse,” también dice la Escritura: “Si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo Su Hijo.” ¿Ven? O sea, que el Cristiano ha comenzado una carrera en el Reino de Dios y Cristo dice que el que pone su mano en el arado y mira hacia atrás, no es apto para el Reino.

Tenemos que continuar hacia adelante siempre, no importa los problemas que tengamos en la vida, Cristo es nuestro abogado ante el Padre; por lo tanto tenemos el mejor abogado ante Dios, ante el Padre celestial, y con sinceridad orando a Cristo le pedimos perdón, eso fue de lo que Cristo enseñó a Sus discípulos en el Padre nuestro, cuando dice… ellos querían que Cristo les enseñara a orar a ellos, y entonces el Señor les dice: “Ustedes no vayan a estar orando con muchas palabrerías, sino ustedes orarán así: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo también en la tierra.”

Cuando nos dice que oremos pidiendo la Venida del Reino de Dios a la Tierra, eso es lo que el pueblo hebreo espera en la Venida del Mesías, la Venida del Reino de Dios y el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, que será ¿qué? La restauración del Reino de David, porque el Reino de Dios celestial Él lo gobierna desde el Trono celestial, Él es el Rey que gobierna el Universo completo, el mundo visible y el mundo invisible.

Y al Cristo sentarse en el Trono de Dios, a la diestra de Dios, luego dice: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra,” San Mateo, capítulo 28, versos 16 al 20, algunas personas pueden pensar: “Pues, Cristo se quedó con todo el poder, y el Padre se quedó sin poder,” es que algunas personas no saben que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo, y el Cuerpo físico de Dios, pues Dios creó al ser humano a Su imagen y semejanza, la imagen de Dios es el Cuerpo angelical, llamado el Ángel del Pacto que libertó al pueblo hebreo a través del profeta Moisés, en palabras más claras, es un hombre de otra dimensión. Recuerden que un espíritu es un cuerpo de otra dimensión, de la dimensión de los espíritus.

Y ahora, ese Cuerpo angelical llamado el Ángel del Pacto, o Ángel de Dios, o Ángel del Jehová como algunos le llaman, que aparecía a diferentes personajes de la Biblia como Abraham, a Jacob también, es el Ángel con el cual Jacob luchó y no lo soltó hasta que el Ángel lo bendijo cambiándole el nombre de Jacob a Israel, eso está en Génesis, capítulo 32, versos 24 al 32, y le puso por nombre al lugar donde había tenido esa experiencia: Peniel; porque dijo: “Vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma.”

Todos los que vieron a ese Ángel de Dios, y ese Ángel les habló, dijeron: “Hemos visto a Dios,” ¿por qué? Porque la imagen del Dios viviente es ese Cuerpo angelical, y por ejemplo Manoa le dice a su esposa: “Hemos de morir; porque hemos visto a Dios cara a cara,” y la esposa de Manoa le dice: “No hemos de morir, porque si no, Dios no nos hubiese dicho que vamos a tener un hijo,” ese hijo sería Sansón, el hombre más fuerte que aparece en la historia bíblica, pero era no por fuerza humana sino porque el Espíritu de Dios se manifestaba a través de él, y era el poder de Dios el que obraba esa fuerza en Sansón.

Y ahora, encontramos que Manoa dice: “Hemos visto a Dios cara a cara,” aun le preguntó el nombre al Ángel, y el, Ángel le dice: “¿Por qué preguntas por mi nombre, el cual es Admirable,” Jacob también quiso saber el nombre del Ángel y le pregunta: “¿Cuál es tu nombre?” Porque el Ángel le había preguntado a Jacob: “¿Cuál es tu nombre?” Y Jacob, le dijo: “Pues, Jacob,” y entonces le cambió el nombre de Jacob a, o por Israel, le dice: “Porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido.” Pero, ahora Jacob le quiere preguntar, quiere saber el nombre del Ángel, y el Ángel le dice: “¿Por qué preguntas por mi nombre?” Tenía que conformarse porque el Nombre de Dios no estaba revelado en la forma que más adelante sería revelado al profeta Moisés.

Y ahora, en Éxodo, capítulo 13, versos 3 en adelante, ahí Dios le revela Su Nombre a Moisés, el cual también cuando tuvo la experiencia con el Ángel de Dios, y le dijo: “Yo soy el Dios de tu padre (o sea, el Dios de Amram, el padre de Moisés), el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob;” y le dice que ha escuchado el gemido de Su pueblo y ha descendido para libertarlos, y entonces le dice a Moisés que vaya a Egipto para la liberación del pueblo.

Dios por medio de Su Ángel, el Ángel del Pacto manifestándose en Moisés y a través de Moisés, iba a libertar el pueblo hebreo, los milagros que fueron hechos y que parecen que Moisés hablaba la Palabra y los milagros acontecían, las plagas, las diez plagas y otros milagros, abrir el Mar Rojo, Moisés no los hizo, los hizo el Ángel del Pacto que estaba en Moisés; porque el que hace milagros es Dios, el ser humano no puede abrir el Mar Rojo, tampoco puede traer esas plagas, era Dios a través de Moisés, era la Palabra de Dios colocada en la boca de Moisés, Moisés la hablaba, daba la noticia de lo que Dios iba a hacer, y las cosas ocurrían; por eso la gloria siempre pertenece, ¿a quién? A Dios.

Y ahora, estamos viendo quién es ese Ángel, pero para que sepan un poquito más acerca de ese Ángel del Pacto que es la imagen del Dios viviente, vean, en el libro de Hebreos, capítulo 1, el apóstol Pablo nos dice quién es la imagen del Dios viviente, capítulo 1, versos 1 al 4 de Hebreos, dice:

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas (¿cómo hablaba Dios al pueblo hebreo? Por medio de los profetas),

en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo (o sea, por Jesucristo), a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”

O sea, que Dios estaba hablando por medio de Jesucristo cuando Él estaba aquí en la Tierra; por eso Cristo decía: “Yo no hablo nada de mí mismo, sino que como Yo escucho al Padre hablar, así Yo hablo.” Y también en cuanto a los milagros que hacía, Cristo decía que el Padre que estaba en Él era el que hacía las Obras, ¿ven? Y ahora, sigue diciendo, dice:

“…a quien constituyó heredero de todo (de toda la creación), y por quien asimismo hizo el universo.”

Y por medio de Cristo hizo el Universo, ¿y cómo lo podemos entender? Porque enseguida pensamos, Pero ¿cómo puede ser posible? Pues Jesucristo nació en Belén de Judea hace unos dos mil y algo de años atrás.” Lo que nació fue el cuerpo de carne, pero vamos a ver… aquí nos dice que por medio de Cristo, de Su Hijo, Dios creó todas las cosas, y que Él es el heredero de todo, o sea, que nadie tiene nada, el que tiene es Jesucristo, porque es el heredero de todo.

Nosotros estamos viviendo en la Tierra en una herencia que le corresponde a Jesucristo, pero la Escritura dice pero que somos coherederos con Cristo, herederos de Dios y coherederos con Cristo, o sea, que no heredamos nada a menos que sea a través de Cristo; es que Cristo es nuestro hermano mayor. Y ahora, sigue diciendo:

“…el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia.”

La imagen de la sustancia divina, la imagen de Dios, dice San Pablo que es Jesucristo.

“…y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,

hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.”

Y ahora, miren quién es el Señor Jesucristo, porque algunas personas, cuando escuchan o hablan de Jesucristo, están pensando en el cuerpo de carne, pero no saben que Él es la imagen del Dios viviente. En Colosenses también… y que es el heredero de toda la Creación, y en Colosenses el apóstol Pablo, que tenía un conocimiento muy grande de este misterio divino, dice en el capítulo 1 de Colosenses, versos 12 en adelante, dice:

“Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.”

Hemos sido trasladados del reino de las tinieblas al Reino de Jesucristo nuestro Salvador, Cristo es el heredero del Reino de Dios.

“…en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”

La Redención es por medio de la Sangre de Cristo derramada en la Cruz del Calvario en ese Sacrificio Expiatorio por lo seres humanos.

“…en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”

No hay otra forma para obtener el perdón de pecados y ser borrados nuestros pecados, excepto a través de la Sangre de Cristo.

“El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.”

Y ahora, aquí tenemos la revelación divina de Dios por medio de Su Espíritu a través del apóstol Pablo de cuál es la imagen de Dios, dice que Cristo es la imagen del Dios invisible, la imagen del Dios invisible es el cuerpo angelical de Dios llamado el Ángel del Pacto o Ángel de Jehová que aparecía a los profetas en el Antiguo Testamento; vean, en el Éxodo, Dios hablando de ese Ángel en el capítulo 23 del Éxodo, versos 20 al 23, vean lo que dice:

“He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.

Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”

Y ahora, vean el porqué Moisés, Jacob también, Manoa y muchos más deseaban saber el Nombre de Dios; porque estaba en el Ángel de Dios, el Ángel del Pacto. Sigue diciendo:

“Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.”

Si alguna persona quiere echarse de enemigo a Dios, haga algo mal en contra de un hijo de Dios, ya tiene a Dios como enemigo, aquí lo dice. Dice:

“Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.”

Vean, se busca al enemigo más poderoso cualquier persona que haga algo en contra de los hijos de Dios, tener a Dios como enemigo es la cosa más terrible, la Escritura dice que Dios es fuego consumidor. Y ahora… y dice:

“…y afligiré a los que te afligieren.”

O sea, muchos problemas le vendrán a esas personas. Y recuerden que hay una promesa dada a Abraham y a su descendencia que dice: “El que te bendiga será bendito, y el que te maldiga será maldito,” o sea, que hay una bendición para los que ayudan a los hijos de Dios, los que tratan bien a los hijos de Dios; pero hay una maldición para los que no tratan bien a los hijos de Dios.

El que traiga problemas a los hijos de Dios, se busca un problema con Dios, es lo mismo que los padres cuando alguien trata mal a uno de sus hijos, se buscó un problema no solamente con ese muchacho, sino con los padres, con el padre de ese muchacho; y Dios es nuestro Padre.

Así que, tenemos que entender estas cosas para saber que a los hijos de Dios, los creyentes en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob que han entrado al nuevo Pacto que está establecido por Cristo, y han sido lavados con la Sangre del nuevo Pacto, la Sangre de Cristo, Dios los cuida, los protege; y cualquiera que trate de hacerles daño, se busca un problema con Dios.

Y ahora, hemos visto aquí sobre el Ángel del Pacto, que es el Cuerpo angelical de Dios, la imagen del Dios viviente, y hemos visto que el Nombre de Dios está en ese Ángel.

Ahora, podemos comprender estas Palabras del Señor Jesucristo, sabiendo que ese Ángel del Pacto es el Cuerpo angelical de Dios, y que Jesucristo es el Ángel del Pacto, Jesucristo es la imagen del Dios viviente, el Cuerpo angelical de Dios.

Ahora, para… al tener ese conocimiento, vean, podemos comprender fácilmente estas Palabras de Cristo que no podían ser comprendidas por muchas personas de su tiempo, y que Él no se las explicó; porque a los que buscan contienda no hay que explicarles nada, el que quiere saber la verdad y con humildad y amor y deseo de aprender pregunta, entonces se le da a conocer el Programa Divino; pero para discusión, Cristo dijo: “No echéis las perlas a los cerdos,” a los cerdos tratando o hablando Cristo así de los contenciosos que son enemigos de la Palabra de Dios y discuten en contra de la Palabra de Dios.

Ahora, vean las Palabras de Cristo en San Juan, capítulo 8, verso 56 en adelante, y el verso 47, dice:

“El que es de Dios, las palabras de Dios oye.”

Y del versos 56 al 58 de este capítulo 8 de San Juan, dice:

“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?”

Porque ellos sabían que había nacido en la Tierra y no tenía todavía cincuenta años, era un

joven de unos treinta y algo de años, y ahora está diciendo que Abraham vio Su día y se gozó; y ahora le están reclamando a Cristo: “Tú no tienes cincuenta años ¿y dices que has visto a Abraham?” Es como usted decir que usted vivió ciento o miles de años atrás o que usted existía miles de años atrás, le van a decir: “Usted está loco,”pues así aparece Jesús frente a la opinión pública de aquellos judíos: “Éste bien dicen que está loco, que es samaritano, que tiene demonios y todas esas cosas,” le llamaban Beelzebú también que significa príncipe de los demonios. Y ahora, vean lo que Cristo dice:

“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”

Y ahora, la coloca, (Su existencia) aún antes de Abraham, y no solamente antes de Abraham sino antes de Adán también; porque Él es el Ángel del Pacto en Su Cuerpo angelical que es la imagen del Dios viviente, es eterna, pero en Su Cuerpo de carne, pues nació en Belén de Judea, y en esos días tenía de treinta a treinta y tres años. Tan sencillo como eso.

Ahora, podemos entender esas Palabras de Cristo y ver que Él no estaba equivocado, y si queda alguna duda, pues entonces leemos las palabras de San Pablo que nos habla de Cristo, y nos dice en el capítulo 1 de Colosenses, versos 15 en adelante, dice:

“El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

Porque en él fueron creadas todas las cosas.”

Y ahora, ¿cómo se entiende eso: que en Cristo fueron creadas todas las cosas? Eso es muy sencillo, usted ve una planta de trigo con muchos granos de trigo y se pregunta: ¿de dónde salió esa planta de trigo? ¿Dónde estaba antes? ¿Dónde estaba antes? En una semilla de trigo, ahí estaba esa planta de trigo pero usted no la podía ver, porque potencialmente está ahí, tiene todo lo que va a tener la planta de trigo, pues ya está en esa semilla; los agricultores entienden eso y por eso siembran, ven en una semilla, ven una planta de trigo o lo que sea, con muchos granos de trigo o muchos frutos en esa planta o ese árbol.

Y ahora, en Él fueron creadas todas las cosas, tan sencillo como eso; el cuerpo físico nuestro, ¿dónde estaba? Estaba en los lomos de nuestro padre, y por medio de la unión con nuestra madre, vean, se concibió, fue creciendo ahí esas células sobre células, y se formó nuestro cuerpo y nació a los nueve meses la mayor parte de las personas, nace a los nueve meses, es lo normal, pero también hay algunos que nacen a los siete meses y algunos a los ocho meses.

Ahora, vean cómo hemos venido físicamente, y ahora vemos a Cristo en Su Cuerpo angelical que es, era , es y será eternamente antes de toda la creación, no solamente antes de Adán, antes de toda la creación, en Él fueron creadas todas las cosas, como en usted, en los padres, están todos los hijos que van a tener. Y ahora, veamos cómo sigue diciendo:

“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra (o sea, todas), visibles e invisibles (o sea, las cosas del mundo visible y las cosas del mundo invisible, todas fueron creadas en Cristo); sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”

Y ahora, por medio de Cristo en Su Cuerpo angelical Dios creó todas las cosas: el mundo invisible y el mundo visible, todas esas huestes de ángeles y arcángeles con multitud de ángeles, todo fue creado por Cristo; por eso a Él están sujetas todas las cosas, sean tronos, sean potestades, sean principados, todo está sujeto a Cristo, Él está sentado en el Trono del Padre, y todo poder le ha sido dado a Cristo.

Ahora, algunas personas piensan: “¿Entonces Dios el Padre se quedó sin poder?” No, porque Cristo dijo: “El Padre que mora en mí, Él hace las Obras,” estaba en Cristo, está en Cristo y estará eternamente en Cristo; porque el Cuerpo físico de Jesucristo es la imagen, es la semejanza física de Dios, la imagen es el Cuerpo angelical y la semejanza física de Dios es el Cuerpo físico de Jesucristo, en donde moró Dios en toda Su Plenitud: Padre, Hijo y Espíritu Santo, todo estaba en Él, eso es la Plenitud de Dios.

Y ese Cuerpo que murió por nosotros como Sacrificio de Expiación por nuestros pecados, cuando murió fue sepultado, pero Cristo en Espíritu, en Su Cuerpo angelical, bajó al infierno y le predicó a los espíritus encarcelados que fueron desobedientes en el tiempo de Noé, es que las personas cuando muere su cuerpo físico siguen viviendo en otra dimensión, si servía a Dios, pues va al Paraíso, si no servía a Dios, pues va a donde fueron los que fueron desobedientes en el tiempo de Noé, a un lugar que nadie quiere ir y que le llaman comúnmente el infierno, es otra dimensión, es la quinta dimensión, ahí Cristo fue, ¿por qué? Porque tomó nuestro pecados y murió como pecador por nosotros, y la paga del pecado es muerte; y por consiguiente va al infierno la persona.

¿Y cómo puede sacar, quitar sus pecados para no ir al infierno? Por medio de Cristo y Su Sangre derramada en la Cruz del Calvario que nos limpia de todo pecado, esa es la única forma.

Y ahora, vamos a ver lo que dijo San Pedro de ese viaje de Cristo allá al lugar donde estaban aquellas almas con sus cuerpos angelicales encerrados. Dice Primera de Pedro, capítulo 3, verso 18, dice:

“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.”

Lo que murió fue la carne, el Cuerpo físico, pero Él siguió viviendo, pasó al infierno porque Él tomó nuestros pecados, dice:

“…pero vivificado en espíritu;

en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,

los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.”

Y ahora vean, Cristo cuando murió Su Cuerpo físico en la Cruz, Él en Espíritu, Su Cuerpo angelical bajó al infierno que es la quinta dimensión, donde estaban los que fueron desobedientes en el tiempo de Noé, donde van todos los desobedientes a Dios, y les predicó allí, no para Salvación sino dándoles testimonio Cristo a todos los que estaban allí, que lo que Noé predicó era la verdad y que Noé habló de Él; porque Él fue el que le dio a Noé esa revelación, le notificó lo que iba a suceder en el planeta Tierra; porque Dios habla por medio de ese Ángel del Pacto, el cual es Cristo en Su Cuerpo angelical, por eso tuvo que venir a la Tierra para establecer un nuevo Pacto, porque Él mismo fue el que le dio el Pacto al pueblo hebreo allá en el Monte Sinaí cuando le dio la Ley a Moisés para el pueblo hebreo.

Y ahora, estamos viendo que el Señor Jesucristo no es cualquier persona así como algunas personas piensan: “Otro hombre más de la Tierra.” No, es el Ángel del Pacto, la imagen del Dios viviente, el Cuerpo angelical de Dios que luego se vistió de un Cuerpo de carne, y dentro de ese Cuerpo de carne estaba el Ángel del Pacto, ese Cuerpo angelical, y dentro de ese Cuerpo angelical estaba Dios, tan sencillo como eso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, la primera vez que Dios en toda Su Plenitud es manifestado en este planeta Tierra.

Y ahora, la imagen física de Dios, tangible, es… la semejanza física es el Cuerpo físico de Jesucristo que está glorificado, y un cuerpo glorificado es eterno, y un cuerpo glorificado es con una apariencia de dieciocho a veintiún años de edad, de dieciocho a veintiún años de edad representa un cuerpo glorificado. Recuerden que cuando Cristo resucitó ni Sus propios discípulos lo conocían, es que hubo un cambio, estaba glorificado.

Y ahora, encontramos que Cristo va a resucitar todos los creyentes en Él que han muerto físicamente, y eso será en un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado como dice San Pablo en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 13 al 17, y también en Primera de Corintios, capítulo 15, verso 50 al 58; y dice que será a la final trompeta.

Cuando se habla de trompeta se está hablando de la Voz de Dios, Juan el apóstol dice en Apocalipsis, capítulo 1, versos 10 al 11, que él fue llevado, estuvo en el espíritu en el día del Señor, y escuchó detrás de él una gran Voz como de trompeta que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último.” ¿Y quién es el Alfa y Omega? El Señor Jesucristo, era la Voz de Cristo, Cristo hablando en el Día Postrero. En este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo, Juan fue transportado a nuestro tiempo y esa es la Voz de Cristo, la Voz de Dios por medio de Cristo el Ángel del Pacto para este tiempo final, hablando con una gran Voz de trompeta, eso es con un mensaje dispensacional, que es la clase de mensaje más grande que Dios envía a la Tierra, y lo envía siempre por medio de un profeta dispensacional.

Y profetas dispensacionales solamente Dios tiene siete, para siete dispensaciones: el primero fue Adán para la dispensación de la Inocencia, el segundo fue Set para la dispensación de la Conciencia, el tercero fue Noé para la dispensación del Gobierno Humano, el cuarto fue Abraham para la dispensación de la Promesa, el quinto fue Moisés para la dispensación de la Ley, el sexto fue una persona que nosotros amamos mucho, la persona más amada por nosotros, ese fue el Señor Jesucristo, y el séptimo es el último mensajero del Señor Jesucristo del cual estamos hablando en este tema.

Mensajeros dispensacionales son enviados al final, cuando se está llegando al final de una dispensación, es enviado con un mensaje para una nueva dispensación y cuando comienza a predicar ese mensaje, se va abriendo gradualmente esa dispensación la cual se está entrelazando con la dispensación anterior, o sea, que no puede aparecer un profeta dispensacional para entrelazarse él y su mensaje con una dispensación que ya pasó hace tiempo, no, no puede.

Por ejemplo, si aparece un mensajero dispensacional en este tiempo y dice: “Vamos a preparar un arca de madera, de siting; porque Dios le dijo a Noé que venía un diluvio, vendría un diluvio e iba a destruir la Tierra, vamos a construir un arca nosotros,” se está tratando de entrelazar con el mensaje de la ¿qué? Tercera dispensación, y no puede; los entrelaces tiene que estar en orden, y tampoco puede entrelazarse él y su mensaje con otra cosa que no sea lo que corresponde o lo que está vigente en ese tiempo, con esa dispensación es que tiene que entelazarse la nueva dispensación y el mensajero de la nueva dispensación.

No puede venir hablando mal del mensajero de esta dispensación que está llegando a su final y del mensaje que está llegando a su final, más bien se entrelaza, habla del mismo mensaje, como Jesucristo, ¿cómo venía predicando Cristo? Venía predicando sobre el mensaje que predicó y dio al pueblo el profeta Moisés, y también de lo que hablaron los profetas que Dios envió en el Antiguo Testamento, y así fue entrelazando una nueva dispensación con un nuevo Pacto que sería establecido para el pueblo de Dios.

Y ahora, tiene que estar en armonía con los mensajes anteriores y las dispensaciones anteriores, viene en una cadena; por ejemplo, no puede entrelazar su mensaje con un mensaje y una etapa, digamos, de China, la religión que sea, no, tiene en el tiempo final que entrelazar su mensaje y su dispensación, con la dispensación de la Gracia y con el mensajero de la dispensación de la Gracia que es Jesucristo, o sea, que tiene que ser siempre un mensajero al cual Dios le dará a conocer todo ese misterio de los cambios de dispensaciones, y le dará lo que debe él predicar.

Por lo tanto, será visto primeramente predicando el mensaje de esa dispensación que está llegando a su final, y luego va Dios dándole lo que será el mensaje para la nueva dispensación, hasta que se entrelaza por completo, y entonces ya de cierto momento en adelante ya sigue el mensaje de la nueva dispensación.

Ahora, para el tiempo final habrá un entrelace dispensacional, para lo cual tiene que Dios enviar un profeta Dispensacional, y por consiguiente vendrá con un mensaje para todas las naciones, pueblos, y lenguas, y por consiguiente para todos los seres humanos; y vamos a ver en la Escritura en Apocalipsis, capítulo 14, leímos ya de ese mensajero que será enviado en el Día Postrero, dice:

“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo.”

Y recuerden que ángel significa: “mensajero,” y si viene con el Evangelio eterno, el Evangelio del Reino del cual Cristo dijo: “Y será predicado este Evangelio del Reino para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” Así como vino el fin para el mundo antediluviano cuando Noé predicó su mensaje, esa era la señal grande de que había llegado aquella generación al tiempo del fin, vendría el juicio de Dios luego del mensaje de Noé y de Noé terminar la construcción del arca. La paciencia de Dios no era por la gente, no era por aquellos incrédulos, la paciencia de Dios era por Noé y la construcción del arca; porque si enviaba el diluvio antes de Noé terminar el arca, también moría ahogado Noé y su familia, y Dios no destruye al justo con el injusto, al justo le da la salida, la forma, le revela qué tiene que hacer para evitar el juicio divino que ha de venir sobre la raza humana, sobre los incrédulos.

Y ahora, este ángel mensajero viene con el Evangelio eterno que es el Evangelio del Reino, y viene para predicarlo a los moradores de la Tierra, o sea, a toda la familia humana, todos los seres humanos; y si viene para predicar, para predicarlo a los moradores de la Tierra, ¿dónde tiene que estar entonces? Pues en la Tierra, y si viene para predicar el Evangelio eterno, ¿qué tiene que ser entonces? Un predicador, tan sencillo como eso; como Jesucristo, ¿qué fue? Un predicador también, Moisés, un predicador también, Noé, un predicador también, Abraham, Un predicador también, Set, un predicador también, Adán, un predicador también; tenían el mensaje de su dispensación para toda esa dispensación.

El mensaje para la Dispensación del Reino en donde Cristo va a establecer Su Reino en el Día Postrero, en el séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá, el mensaje con el cual será lleno del conocimiento de la gloria de Dios todas las naciones, todo ser humano, es con el mensaje del Evangelio del Reino. “Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor como las aguas cubren el mar.” Habacuc, capítulo 2, verso 14 y también Isaías, capítulo 11, verso 9; y para ser llena la humanidad del conocimiento de la gloria de Dios, tiene que haber una enseñanza.

Para ser llena la humanidad, por ejemplo, del conocimiento de la gloria de Dios en la manifestación de la primera Venida de Cristo, pues está el Evangelio de la Gracia, el Evangelio de Cristo; y con la predicación del Evangelio de Cristo se llena del conocimiento de Salvación y Vida eterna, el conocimiento de la Redención, se llena todo ser humano al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, y obtiene el conocimiento para su Redención, para obtener el perdón de sus pecados, ser limpios de todo pecado con la Sangre de Cristo y ser bautizado en agua en el Nombre del Señor, y Cristo bautizarlo con Espíritu Santo y Fuego y producir en la persona el nuevo nacimiento.

Recuerden que Cristo dijo a Nicodemo, en el capítulo 3, de San Juan: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios.” Y luego le dice Nicodemo: “Pero, ¿cómo puede hacerse esto? ¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre, y nacer?” Cristo le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.”

Nacer del agua es nacer del Evangelio de Cristo, y nacer del Espíritu, es nacer del Espíritu Santo, tiene que recibir el Espíritu Santo y obtiene el nuevo nacimiento, nace en el Reino de Dios, el Reino que es eterno, así como para ver este reino terrenal y para entrar a este reino terrenal donde vivimos, ¿qué tuvimos que hacer? Una sola cosa: nacer; el que no nació, pues no puede, no ha podido vivir en esta Tierra, no ha existido.

Por lo tanto, así también hay que nacer, pero no es nacer de carne y sangre dice la Escritura, dice San Juan, capítulo 1, verso 12 en adelante, es nacer del Espíritu de Dios por medio de escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, donde nace la fe de Cristo en nuestra alma y damos testimonio público de nuestra fe en Cristo recibiéndole como único y suficiente Salvador.

Recuerden que la fe viene por el oír la Palabra, el Evangelio de Cristo, y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para Salvación, eso lo habla la Escritura en Hebreos, capítulo 10 y también en el libro del profeta Isaías, nos habla acerca de esto; por eso es que Cristo ordenó a Sus discípulos a ir por todo el mundo predicando el Evangelio a toda criatura crean o no crean; porque nadie sabe cuál va a ser creyente o cuál no va a ser creyente, todos tienen la misma oportunidad; y no se puede señalar una persona de incrédula a menos que haya algo que se le haya dado a conocer y no lo haya creído.

El ser humano siendo alma, espíritu y cuerpo, en su cuerpo tiene cinco sentidos: vista, olfato, audición, tacto y así por el estilo, cinco sentidos para comunicarse en esta Tierra, luego en su espíritu, su cuerpo espiritual que es un cuerpo parecido al nuestro pero de otra dimensión, tiene cinco sentidos también: imaginación, razonamiento y así por el estilo, y luego su alma tiene un sólo sentido: el libre albedrío para creer o para dudar.

Por lo tanto, con el libre albedrío es que la persona decide, es en su alma, por eso Cristo dice: “¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma?” Es que el ser humano es alma viviente, Dios creó al ser humano, hizo al ser humano alma viviente, eso es lo más grande que hay en la persona: el alma, eso es lo que en realidad es la persona, el espíritu de la persona es un cuerpo de otra dimensión, la dimensión de los espíritus, y el cuerpo físico, pues de esta dimensión terrenal.

Y ahora, por eso se predica el Evangelio de Cristo y llega al alma, y ahí la persona hace su decisión, el ser humano siempre en su vida ha tenido que hacer grandes decisiones, pero solamente hay una que lo coloca en la Vida eterna, y es recibir a Cristo como único y suficiente Salvador, hacer la decisión de convertirse en un profesional, ingeniero, abogado o médico, eso no lo coloca en la Vida eterna, cuando muere no puede en la otra dimensión a la cual va, decir: “Yo soy el médico fulano de tal, abran ahí la puerta, o soy el abogado fulano de tal, o el ingeniero fulano de tal;” ahí no vale eso, “o el multimillonario fulano de tal.”

Cristo dio una parábola del hombre rico y Lázaro el mendigo, el hombre rico hacía fiesta, banquete cada día, pero cuando murió fue al infierno, y cuando Lázaro murió fue al Seno de Abraham, y el rico mira… en ese tiempo, pues estaban separados por un precipicio grande, y ve a Abraham allá y ve a Lázaro, y llama a Abraham, al padre de la fe, se acerca al precipicio y le dice: “Abraham, padre Abraham,” ¿ven? Era… reconocía a Abraham como el padre de la fe. “Padre Abraham, yo soy atormentado aquí en este lugar, envía a Lázaro con su dedo mojado en agua para que lo coloque sobre mi lengua; porque estoy atormentado en este lugar.”

Y Abraham le dice: “Hijo, en tu vida en la tierra tú tuviste muchos bienes, y ahora eres atormentado ahí donde te encuentras; y Lázaro tuvo muchos males en la tierra y ahora es consolado acá,” allá en el Seno de Abraham que vendría a ser el Paraíso de ese tiempo. Y entonces el hombre rico viendo que Abraham no iba a mandar a Lázaro, y si le preguntan a Lázaro: “¿Quieres ir a llevarle el dedo mojado en agua allá al infierno, al rico,” Lázaro va a decir: “No, a ese lugar no quiero ir,” y Abraham tampoco lo iba a mandar, y había un precipicio, que no podían… Abraham le dice: “No pueden pasar los que están acá donde tú estás, y donde tú estás los que están allá no pueden pasar acá.”

Así que, hay una separación de acuerdo a lo que haya hecho la persona en la Tierra, Lázaro servía a Dios aun con todos sus problemas, y ahora… y el rico con tanta riqueza y no servía a Dios, ¿de qué le sirvió la riqueza? Bien dice Jesús: “¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Miren el hombre rico no pudo decir: “Yo tengo muchas riquezas, las voy a dar para que me traigan agua acá,” no, no se pudo llevar ni un centavo; y luego se recordó de sus hermanos, y le dice: “Tengo unos hermanos (no recuerdo bien si son cuatro o cinco, cinco hermanos, y le dice), padre Abraham, envía a Lázaro a la tierra de nuevo, envíalo allá que vaya y visite a mis hermanos y les hable, les hable de cómo es esto acá para que no vengan acá donde yo estoy,” porque estaban en la misma condición que el hombre rico, se recordó de su familia, eso tenía que hacerlo cuando estaba en la Tierra.

Cada persona tiene que recordarse de su familia mientras está en la Tierra, para guiarlos en el camino de Dios, para que busquen a Dios, sirvan a Dios, lean la Palabra de Dios y sirvan a Cristo, reciban a Cristo como Salvador, la cita que les di: “¿De qué le vale al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según sean sus obras.” Tan simple como eso, eso está en San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28.

Y en San Mateo, capítulo 10, versos 32 al 33, Cristo dice: “Cualquiera que me niegue delante de los hombres, Yo le negaré delante de mi Padre que está en los Cielos. Más a cualquiera que me confiese delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre que está en los Cielos.” Tan simple como eso.

Solamente siempre hay dos cosas, y una de ellas usted puede escoger, porque Dios coloca delante del ser humano la Vida y la muerte, y recomienda diciendo: “Escoge la Vida para que vivas tú y tu familia,” eso está en Deuteronomio, por ahí por el capítulo 30 ó 31, versos 14 en adelante.

Así que vean, Dios siempre recomienda que la persona escoja la Vida, es el capítulo 30 de Deuteronomio, versos 14 en adelante hasta el 20. ¿Y por qué Dios le da a escoger al hombre? Porque le dio libre albedrío, hizo al hombre, al ser humano a Su imagen y semejanza, y Dios tiene libre albedrío, a Dios nadie lo puede obligar a hacer algo, Él decide lo que Él va a hacer, y el ser humano tiene libre albedrío, por lo tanto no le puede echar la culpa a ninguna persona, usted tiene el libre albedrío; y por consiguiente Dios le va a pedir cuenta de cómo usó el libre albedrío que Dios le dio, y cada cual tiene su propia responsabilidad delante de Dios. ¿Qué hiciste cuando escuchaste la predicación del Evangelio de Cristo? ¿Lo recibiste o no lo recibiste? Si lo recibiste, pues Cristo ha hecho Intercesión delante del Padre con Su propia Sangre por usted, si no lo recibió, entonces Cristo lo ha negado delante del Padre en el Cielo, y esa persona no entrará al Reino eterno de Dios.

Por lo tanto, tenemos que enfrentarnos a estas realidades mientras estamos vivos, cuando ya la persona muere, ¿ven? Cristo fue y le predicó a los espíritus encarcelados, pero ya no había oportunidad de Salvación, era una predicación de condenación, diciéndoles por qué ellos estaban allí.

Y ahora, mientras estamos vivos en este planeta Tierra hay oportunidad de obtener el perdón de nuestros pecados, ser limpios de todo pecado con la Sangre de Cristo, ser bautizados en agua en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento, y vivir entonces eternamente, vivir con Cristo en Su Reino, se entra al Reino de Cristo en la esfera espiritual, y cuando lo establezca físicamente en la Tierra, ahí estaremos con cuerpos eternos y glorificados; y ya nunca más nos pondremos viejos, nunca más nos enfermaremos, nunca más seremos mortales; seremos inmortales como Jesucristo con cuerpos glorificados y eternos, y jóvenes para toda la eternidad.

Eso es lo que Cristo tiene para todos los creyentes en Él, y Cristo recuerden que es el Ángel del Pacto en Su Cuerpo angelical; y por eso vino a establecer un nuevo Pacto con Su Sangre preciosa; por eso dice: “Esta es mi Sangre del nuevo Pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados.” (San Mateo, capítulo 26, versos 26 al 29).

Ya no hay otro tipo de sacrificios para el ser humano, solamente hay uno, y es el Sacrificio de Cristo y la Sangre de Cristo para limpiarnos de todo pecado, no hay otra forma para ser reconciliados con Dios, no hay otra forma para el ser humano acercarse a Dios, bien lo dijo Cristo en San Juan, capítulo 14, verso 6, cuando dice: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí.” Son Palabras de Jesucristo.

Y ahora, no hay otra forma de llegar al Padre sin Cristo, Él es el camino al Padre, Él es la única verdad, y Él es la Vida, la Vida eterna, el que cree en Cristo tiene la Vida, el que no cree en Cristo no tiene la Vida eterna, lo que tiene es una vida temporera que se le va a terminar y no sabe ni cuándo se le va a terminar; y cuando se termina la vida física, entonces… y la persona no recibe a Cristo, entonces va a un lugar donde no quiere ir la persona, va a al lugar donde fue el hombre rico, y espera allí hasta después del Reino Milenial del Mesías, donde ocurrirá la segunda resurrección para ir ante la Presencia de Dios y ser juzgados por Dios, y después de allí ya Dios decidirá a dónde irá la persona.

Los que hicieron bien a los creyentes en Cristo van a obtener misericordia, los que no hicieron bien a los creyentes en Cristo, ni al pueblo hebreo, van a ser condenados y van a ir al lago de fuego donde estará la bestia, el falso profeta y el diablo, donde van todos los incrédulos, y a donde nadie quiere ir después que ya es muy tarde, y eso, pues la persona tiene que verlo mientras está viviendo en este planeta Tierra, que es cuando único hay solución a ese problema.

Y ahora, para el Día Postrero estará como en todos los tiempos, un enviado de Dios, como en el tiempo de Adán, de Set, Noé, Abraham, Moisés y Jesús, aparecerá el séptimo mensajero Dispensacional con el mensaje del Evangelio del Reino entrelazándolo con el mensaje del Evangelio de la Gracia, del Evangelio de Cristo; por lo tanto, será un predicador porque es enviado con el Evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la Tierra; por lo tanto conocerá el Evangelio de Cristo, el Evangelio de Salvación, el Evangelio de la Gracia, de la Dispensación sexta, y conocerá el mensaje del Evangelio del Reino, el mensaje para la séptima Dispensación, y podrá entonces ayudar a la humanidad, traerá su mensaje, y esa será la señal más grande del fin. “Y será predicado este Evangelio del Reino para testimonio a todos los gentiles, y entonces vendrá el fin.” San Mateo, capítulo 24, verso 14, y son Palabras de Jesucristo nuestro Salvador.

Ese mensajero no tiene que decir en ningún momento que él es ese mensajero, la gente lo tiene que ver, descubrir, porque la gente tiene la Biblia para verla y ver lo que Dios ha prometido, y él estará buscando en la Escritura y mostrándole a la gente todas esas promesas divinas. Por lo tanto: “EL ÚLTIMO MENSAJERO DEL SEÑOR JESUCRISTO,” en el tiempo final, será un mensajero que aparece en el libro del Apocalipsis también.

Ahora, leamos también San Juan, capítulo 20, para que tengamos un cuadro claro, dice el mismo Jesucristo, dice en San Juan, capítulo 20, versos… vamos a pasar al 13, está más fácil aquí, capítulo 13, verso 20 (estoy corrigiendo la cita).

“De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.”

O sea, al Padre, y vamos a ver si Cristo ha dicho que va a enviar a alguien en este tiempo final; bueno, ya lo leímos, uno con el Evangelio eterno para predicar a los moradores de la Tierra, pero vamos a buscar algún otro lugar, Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 en adelante, dice:

“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,

que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.”

Aquí es enviado a Juan el apóstol un mensajero, para dar a conocer por medio de ese mensajero las cosas que deben suceder; y en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, Cristo dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”

Y ahora, Cristo dice: “Yo he enviado mi Ángel,” o sea, “mi mensajero.” Recuerden que ángel significa “mensajero,” y en este mismo capítulo 22, versos 6, dice en adelante:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas (¿qué son los espíritus de los profetas? Son los cuerpos angelicales de los profetas), ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”

Aquí tenemos al enviado de Jesucristo, el Ángel del Señor Jesucristo, un espíritu de profeta que ha estado en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo todo el tiempo, y que así como el Ángel del Pacto allá en el Antiguo Testamento, en el cual estaba el Nombre de Dios, vino a la Tierra y fue conocido por el Nombre de Jesucristo cuando se vistió de un velo de carne que nació en Belén de Judea, era el Ángel del Pacto vestido de un Cuerpo físico para llevar a cabo una labor divina: la Obra de Redención, en esa misma forma Cristo ha enviado Su Ángel, como Dios envió Su Ángel en el Antiguo Testamento, y lo ha tenido en medio de Su Iglesia en Cuerpo angelical; para el tiempo final, va a tener un cuerpo de carne, un cuerpo que va a nacer a través de una mujer, y ahí va a estar ese espíritu de profeta, ese Ángel o mensajero del Señor Jesucristo, y a través de él va a hablarle a toda la humanidad con el mensaje del Evangelio del Reino, el Evangelio eterno que está prometido para ser predicado a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.

Por lo tanto, la señal más grande del fin será la aparición de ese Ángel del Señor Jesucristo, de ese profeta, de ese espíritu de profeta en carne humana en el Día Postrero, predicando el Evangelio eterno, predicando el Evangelio del Reino, tan sencillo como eso, ese es el último mensajero del Señor Jesucristo para Su Iglesia y para todos los seres humanos; por eso le es ordenado predicar el Evangelio a toda criatura, a toda nación, pueblo y lengua, por lo tanto viene con un mensaje Dispensacional. Siempre el mensaje Dispensacional es para todos los seres humanos.

Y ahora, de los siete mensajeros, de los siete profetas mensajeros Dispensacionales, ése será el último; porque ya los otros seis vinieron y terminaron su ministerio terrenal.

“EL ÚLTIMO MENSAJERO DEL SEÑOR JESUCRISTO.”

Dice Cristo que estaremos viviendo en un tiempo como el tiempo de Noé. ¿Y qué hubo allá? Pues un mensajero Dispensacional con un mensaje Dispensacional que marcaba el fin del mundo antediluviano, y así va a estar marcando el fin del reino de los gentiles la aparición de ese mensajero del Señor Jesucristo en el Día Postrero predicando el Evangelio del Reino.

Tenemos que vigilar porque va a estar predicando el Evangelio del Reino que gira alrededor del Programa divino para el Reino del Mesías ser establecido en la Tierra, y va a estar hablando no solamente de la primera Venida la cual ya se cumplió, sino de la Segunda Venida; y por medio de él vendrán los detalles de la Segunda Venida de Cristo y de todo el Programa para la Restauración del Reino de Dios en la Tierra, lo cual será la Restauración del Reino de David; y el Trono de Dios en la Tierra es el Trono de David al cual Cristo es el heredero conforme a las Palabras del Arcángel Gabriel a la virgen María, que le dijo a ella que ella iba a tener un niño, y que le pusiera por nombre Jesús, y que sería llamado Hijo de Dios y que Dios le daría el Trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre y Su Reino no tendrá fin. Capítulo 1 de San Lucas, versos 30 al 36.

Y ahora, ese mensajero vendrá preparando todo para el Reino del Mesías. Con ese mensajero y su mensaje se hará la introducción al Reino del Mesías, se preparará todo, ese mensajero no solamente estará ligado al Cristianismo, sino también a los judíos, será el único mensajero de Jesucristo que será recibido por los judíos, pues ya los otros que vinieron durante las diferentes etapas de la Iglesia no fueron bien recibidos; pero ése sí va a ser bien recibido, y cuando lo veamos a los rabinos con él y veamos esa amistad; recuerden, ése va a ser: “EL ÚLTIMO MENSAJERO DEL SEÑOR JESUCRISTO.”

Van a reconocerlo, él no va a estar peleando, luchando con los judíos ni con los Cristianos tampoco, él traerá su mensaje para todos los seres humanos, y él mostrará que la paz permanente vendrá en el Reino del Mesías, porque el Mesías es el Príncipe de Paz de Isaías, capítulo 9, verso 6 al 7, y el Mesías va a reinar sobre el pueblo hebreo, sobre todo el Medio Oriente y sobre todas las naciones; por eso es el deseado de todas las naciones.

Todos desean un gobernante como el Mesías, lamentablemente no lo han podido obtener las naciones, porque hay muchos problemas, y aunque los gobernantes, presidentes, gobernadores y alcaldes, tratan de hacer lo mejor que pueden, están difíciles… la situación está difícil en la Tierra para lograr un gobierno perfecto.

Pero si se logra obtener… o el presidente o gobernador o el alcalde logra hacer el 50% de lo que prometió, está bueno; es que están difíciles las cosas y más con la situación económica actual, y con los terremotos por los diferentes lugares, y con los tsunamis, con todos esos problemas también de… todos esos problemas del medio ambiente, el calentamiento global y los mares subiendo sus niveles en donde muchas Islas van a desaparecer y las costas de las naciones pueden desaparecer todas, con todos esos problemas, casi nadie duerme tranquilo.

Pero recuerden, con Cristo en su corazón viene la paz y puede dormir tranquilo, la angustia existencial desaparece; porque sabe de dónde ha venido: vino de otra dimensión, de la dimensión de Dios; está aquí por un Propósito divino: ser rociado con la Sangre de Cristo y limpiado de todo pecado, y ser bautizado en agua en Su Nombre y Cristo bautizarlo con Espíritu Santo y Fuego y producir en la persona el nuevo nacimiento, y así ha asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno y sabe hacia dónde va; si muere, pues va al Paraíso donde están los apóstoles y donde están todos los santos de Dios, y luego regresará en la resurrección con Cristo en un cuerpo nuevo, un cuerpo glorificado.

Pero si permanece vivo no tienen ningún problema tampoco. “Aunque la Tierra tiemble y los montes se traspasen al corazón del mar o de la mar.” Porque a los que creyentes en Cristo, Cristo en Su Segunda Venida los transformará, y entonces tendremos cuerpos eternos y glorificados, igual al Cuerpo de Jesucristo y jóvenes para toda la eternidad; por eso no nos importa los años que nos pasen por encima, este es un cuerpo temporero, mortal; pero en el nuevo se acabaron los problemas.

Esa es la forma de Cristo resolver todos los problemas de los creyentes en Él: con la transformación para los creyentes que están vivos y la resurrección de los muertos en Cristo se acabaron los problemas para los creyentes en Cristo y no hay otro que pueda traer esa solución a una nación, solamente hay uno, y Su Nombre es SEÑOR JESUCRISTO, y yo lo recibí como mi único y suficiente Salvador. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también.

Si hay alguna persona que no lo ha recibido como su Salvador, puede hacerlo en estos momentos y estaremos orando por usted, para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado, y pueda ser bautizado en agua en Su Nombre y Cristo lo bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en usted el nuevo nacimiento, para lo cual puede pasar acá al frente y oraremos por usted.

Lo más importante es la vida, y si esta vida terrenal es tan importante, cuánto más la Vida eterna; porque la vida terrenal se nos acaba algunas veces antes de los 100 años. Vamos a esperar unos minutos mientras los que todavía no han recibido a Cristo, lo reciban como Salvador para que Cristo les asegure su futuro eterno con Él en Su Reino eterno.

La decisión más grande es recibir a Cristo como Salvador, porque es la única decisión que coloca al ser humano en la Vida eterna. Los niños también de diez años en adelante pueden venir a los Pies de Cristo, pues Cristo dijo: “Dejad a los niños venir a mí; y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los Cielos.” Los que están en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo, pues Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también y para los adultos también.

Así que, niños y adultos en todas las naciones que están conectadas en esta noche, en esta ocasión con esta actividad escuchando la predicación del Evangelio de Cristo, también en las demás naciones pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo donde ustedes se encuentran allá en auditorio, iglesia o donde se encuentren, pueden venir a los Pies de Cristo para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo por todos los que están viniendo a los Pies de Cristo en esta ocasión.

Dios tiene mucho pueblo en esta Ciudad de Acapulco y también en toda la República mexicana, y los está llamando en este tiempo final; y también tiene mucho pueblo en toda la América Latina y en Norteamérica también y en todas las naciones, y los está llamando para colocarlos en Su Reino antes que sea demasiado tarde.

Todos deseamos vivir eternamente, todos deseamos entrar al Reino de Dios, todos deseamos la Vida eterna. Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen, y yo las conozco y yo les doy Vida eterna.” (San Juan, capítulo 10, versos 27 al 30).

Recibimos a Cristo al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo para que Él nos dé la Vida eterna; porque no hay otra persona que nos pueda dar Vida eterna, solamente hay uno, y Su Nombre es: SEÑOR JESUCRISTO, y para darnos la Vida eterna, miren todo lo que tuvo que hacer: venir a la Tierra en un cuerpo de carne y morir en la Cruz del Calvario por todos nosotros, llevando Él nuestros pecados.

Pero Él resucitó glorificado y ahora está en el Cielo a la diestra de Dios, y Él vendrá para transformar a los vivos, darles cuerpos eternos y resucitar a los muertos creyentes en Él. O sea, que hay esperanza para los creyentes en Cristo; para los que no creen en Cristo no hay esperanza, ningún gobierno ni siquiera les pueden asegurar que tendrán alimentos, porque en los problemas económicos que hay algunos tienen problema con los alimentos, y tampoco les pueden prometer que tendrán trabajo, hay despidos en casi todas las naciones, el desempleo se ha aumentado desde el año 2000 en adelante, y guerras, pues cada día surgen en diferentes naciones, conflictos nacionales y conflicto nacional también, guerra entre su propia gente y guerras también con otras naciones.

Y cuando escuchemos por las noticias que hay naciones que están comprando más armas para estar mejor preparados porque temen que otro país vecino los ataque, ¿qué nos indica esto? Rumores de guerra, hay rumores de guerras por todas las naciones, y también de una guerra mundial, una tercera guerra mundial que no puede ser sino atómica; por eso se están preparando con bombas nucleares, porque la tercera guerra mundial será atómica; eso va a enderezar el planeta Tierra también.

Ahora, mientras hay tiempo de Salvación, mientras Cristo está en el Trono del Padre como Sumo Sacerdote Intercediendo con Su propia Sangre, la puerta de Salvación y Vida eterna que es Cristo, está abierta para entrar al Reino de Dios, para asegurarnos un futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, en Cristo es que está la única esperanza para el ser humano, no hay esperanza fuera de Cristo.

Vamos a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, vamos a estar puestos en pie todos los presentes y los que están en otras naciones también, y los que han venido a los Pies de Cristo con nuestras manos levantadas al Cielo, y también las demás personas con nuestras manos levantadas al Cielo, y los que han venido a los Pies de Cristo, repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, en mi alma; creo en Tu primera Venida, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el único Sacrificio de Expiación por nuestros pecados. Creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo en que podemos ser salvos.

Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre y sea producido en mí el nuevo nacimiento.

Me rindo a Ti en alma, espíritu y cuerpo, y acepto Tu Sacrificio en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis pecados y por los de todo ser humano. Sálvame Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.

Y con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.

Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes le han recibido como vuestro único y suficiente Salvador.

Ustedes me dirán: “Cristo dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado, será salvo.’ Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible en el Nombre del Señor (y la pregunta es). ¿Cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

El mismo Cristo fue donde Juan el Bautista estaba predicando y bautizando en el Jordán, para que Juan lo bautizara, y cuando Juan el Bautista lo ve que entra a las aguas bautismales le dice a Cristo: “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí para que yo Te bautice?” Y Cristo le dice: “Nos conviene cumplir toda justicia.” Y entonces lo bautizó. Si a Cristo le convenía ser bautizado para cumplir toda justicia, cuánto más a nosotros. Por lo tanto, el mandamiento de Cristo ha sido:

“El que creyere y fuere bautizado, será salvo, más el que no creyere será condenado.”

Y San Pedro el Día de Pentecostés predicando dijo a los que le estaban escuchando, le dicen a Pedro, al oírlo predicar, dicen ellos:

“Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”

Y luego, al final dice, dice aquí:

“Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”

Como tres mil personas que escucharon y creyeron el mensaje que Pedro predicó, recibieron a Cristo como Salvador y fueron bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y fueron añadidos a la Iglesia del Señor Jesucristo, y luego encontramos en otros lugares que dice que el Señor añadía a Su Iglesia, en este mismo capítulo 2 del libro de los Hechos, verso 47, dice que ellos quedaban, ellos después estaban todo el tiempo, dice:

“…alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”

Los que han de ser salvos son añadidos a la Iglesia del Señor Jesucristo, porque esas son las personas que escuchan la predicación del Evangelio de Cristo, lo reciben como Salvador, son bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y perseveran creyendo en Cristo, perseveran en la Iglesia del Señor Jesucristo.

No importan el nombre que le pongan frente al templo, la Iglesia del Señor Jesucristo es una sola, pero unos están en un lugar, se reúnen en un auditorio, en una iglesia, otros están en otra Ciudad y se reúnen en otra iglesia o en otro auditorio, y así por el estilo; pero el nombre no es lo importante, lo importante es ser un creyente en Cristo nacido de nuevo que persevera en el Cuerpo Místico de Cristo sirviendo al Señor Jesucristo.

Y ahora, el bautismo en agua es tipológico, el agua en el bautismo no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo, el cual ha estado siendo obedecido todos estos siglos que han transcurrido de los apóstoles hacia acá, y todavía sigue siendo obedecido.

Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo. Y cuando es sumergido en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado. Y cuando es levantado de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno, ese es el simbolismo, la tipología del bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Y comprendiendo este simbolismo, esta tipología, bien pueden ser bautizados y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, ustedes que están aquí presentes y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en deferentes países, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso de Jesucristo nuestro Salvador.

Fue para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: “EL ÚLTIMO MENSAJERO DEL SEÑOR JESUCRISTO.”

Y ahora, dejo al reverendo Eloy Liberato Ugarte, para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos los presentes, y a todos los que están en otras naciones. Pasen todos muy buenas noches.

“EL ÚLTIMO MENSAJERO DEL SEÑOR JESUCRISTO.”

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