Muy buenas noches, amables amigos y hermanos reunidos en esta ocasión aquí en Maryland y también los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones; que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes. Para esta noche leemos un pasaje de la Escritura muy conocido, que se encuentra en San Lucas, capítulo 21, versos 25 al 36, y nos dice de la siguiente manera:
“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;
desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.
Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.
Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.
También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.
Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca.
Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.
Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.”
Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LA VENIDA DEL SEÑOR (la Segunda Venida de Cristo es): LA ÚNICA ESPERANZA PARA LA HUMANIDAD, PARA EL SER HUMANO.” Y sobre todo para los creyentes en Cristo.
En este pasaje de la Escritura Cristo nos habla de las señales que habrá en el Cielo, en el sol, en la luna, en las estrellas y en medio de la raza humana y nos dice que habrá terremotos en la Tierra, maremotos y la humanidad estará temerosa por causa del bramido del mar y de las olas, de las olas gigantes, los tsunamis y estas señales las estamos viendo muy marcadas en este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo.
Estamos en un tiempo de muchos terremotos en diferentes naciones, y en una forma consecutiva, con catástrofes muy grandes en las diferentes naciones. Pero ya esto lo había dicho Jesucristo y estaba profetizado también por los Profetas anteriores a Jesucristo; es que estas señales que estamos viendo están marcando que la humanidad ha llegado al tiempo paralelo al de Noé y al de Lot, y aquellos fueron tiempos en donde los antediluvianos habían llegado a su final y el juicio divino caería sobre ellos.
La tierra en aquel tiempo estaba llena de violencia y solamente muy pocas personas, como Noé y su familia, buscaban a Dios en la forma correcta, porque recuerde, no es solamente decir: “Yo busco a Dios a mi manera,” no, a Dios hay que buscarlo como Él lo ha establecido para poderlo encontrar. Hay que hacerlo de todo corazón y de acuerdo a la Escritura, el mismo Cristo dice: “Si alguno tiene sed, venga a mi y beba,” y esto dijo del Espíritu que recibirían los que creerían en Él, pues aún no había venido el Espíritu Santo porque Jesús todavía no había sido glorificado.
Ahora, ¿para quiénes es que Él dice: “Ríos de agua viva correrán de su vientre, de su interior”? Para los que creyesen en Él, para los que creyesen en Él conforme ¿a qué? Conforme a las Escrituras. O sea, que no se puede creer en Dios a la manera de cada cual, por eso es que hay tantas religiones, porque cada cual ha creído a su manera y ha hecho su propia religión.
Hay que creer en Dios de acuerdo a la Escritura; y cuando se cree en Dios de acuerdo a la Escritura hay una forma correcta para adorar a Dios, para servir a Dios, para buscar a Dios. Encontramos que Dios dio un pacto al pueblo hebreo en el Monte Sinaí, y conforme a ese pacto divino el pueblo tenía que buscar a Dios y servir a Dios.
Luego encontramos que más adelante Dios, para Dios, Dios había prometido para más adelante establecer con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo Pacto, Jeremías, capítulo 31, versos 31 al 36, y para poder establecer un nuevo Pacto, pues tiene que venir el mismo que dio el pacto al pueblo hebreo en el Monte Sinaí, que fue el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios en quien está, estará eternamente el Nombre de Dios.
Recuerden que en Éxodo, capítulo 23, versos 20 al 23 Dios dice, hablando acerca de Su Ángel, que Su Nombre está en Su Ángel. Muchas personas han querido conocer el Nombre de Dios, pero el Nombre de Dios está en el Ángel de Dios, vean, aquí dice capítulo 23, verso 20 al 23 del Éxodo:
“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”
El Nombre de Dios, ¿dónde está? En el Ángel de Dios, el Ángel del Pacto, el cual le apareció al Profeta Moisés y a través del Profeta Moisés libertó al pueblo hebreo, ese Ángel del Pacto es llamado también el Espíritu Santo, porque un espíritu es un cuerpo de otra dimensión.
Este Ángel es la imagen del Dios viviente. Todos los que vieron a Dios o vieron a ese Ángel, dijeron que vieron a Dios cara a cara, porque ese es el cuerpo angelical de Dios, y por lo tanto, ahí está el Nombre de Dios.
Luego encontramos que en el Monte Sinaí Dios por medio de ese Ángel, el Ángel del Pacto o a través de ese Ángel que es Su cuerpo angelical, le dio el pacto al pueblo hebreo, el mismo Ángel o cuerpo angelical a través del cual creó los cielos y la Tierra, a través del cual Dios ha estado hablando, habló por medio de los Profetas a través de Su Espíritu, o sea, a través del Ángel del Pacto, y este Ángel para dar un nuevo Pacto a la casa de Israel que está compuesta por las diez tribus del Norte, y a la casa de Judá que está compuesta por la tribu de Judá y la tribu de Benjamín. Para darle un nuevo Pacto Dios al pueblo, tiene que venir el Ángel del Pacto, el único a través del cual Dios establece pactos con Su pueblo, para lo cual se hizo carne y vino en medio del pueblo hebreo.
La venida del Mesías prometida en Malaquías, capítulo 3 y esperada por el pueblo hebreo, es nada menos que lo que dice esta misma profecía. Veamos lo que es la venida del Mesías, capítulo 3 de Malaquías dice:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí…”
Ese es el precursor del Mesías, el que le prepararía el camino al Señor. Luego vendrá, aparecerá el Mesías, el precursor preparará el camino para que el pueblo esté esperando al Mesías, y dando los detalles para que el pueblo conozca al Mesías y lo reciba.
Para la Primera Venida del Señor o del Mesías, Juan el Bautista fue este Mensajero al cual el mismo Jesucristo identificó como el Elías que tenía que venir preparándole el camino. San Mateo, capítulo 11, versos 11 en adelante y también San Mateo, capítulo 17, versos 10 al 13. Ahora veamos quién viene después de este Mensajero que es enviado, dice:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
Y ahora, luego del precursor, luego del que viene preparándole el camino, ¿quién vendrá? El Señor a quien el pueblo hebreo buscaba y el Ángel del Pacto a quien deseaba el pueblo hebreo, o sea, Dios el Padre y el Ángel del Pacto en el cual está el Nombre de Dios.
¿Y cómo vendrá? Va a venir a la Tierra en carne humana, y eso será la venida del Mesías, un hombre que nacerá en la Tierra y en el cual estará el Espíritu Santo ungiéndolo, ungido con el Espíritu Santo, porque “Mesías” lo que significa es “ungido,” el Cristo, ungido.
Y ahora, un hombre en el cual estará el Espíritu de Dios y el Ángel del Pacto y en el cual estará Dios el Padre, eso será la venida del Mesías prometido, y la primera parte de la venida del Señor, de la venida del Mesías ya se cumplió dos mil años atrás conforme a las Escrituras, y por eso el Cristianismo cree en Jesucristo como el Mesías, como el Ángel del Pacto que vino para establecer un nuevo Pacto y lo estableció en la Tierra en medio de Su pueblo.
Por eso en la última cena que tuvo Jesucristo con Sus discípulos en San Mateo, capítulo 26, versos 26 al 29 nos dice lo que allí sucedió. Ahora, recuerden que la venida del Mesías es la venida del Ángel del Pacto, y para establecer un nuevo Pacto, pues tiene que venir el Ángel del Pacto, es el único a través del cual Dios establece el nuevo Pacto como estableció el pacto antiguo allá en el Monte Sinaí.
Ahora veamos lo que Cristo habla en el capítulo 26, versos 26 en adelante de San Mateo, en la última cena que tuvo con Sus discípulos, dice:
“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;
porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”
Y ahora, aquí Cristo nos habla del nuevo Pacto que Dios ha prometido establecer con la casa de Israel y con la casa de Judá, o sea, con el reino del Norte y con el reino del Sur. Este nuevo Pacto ya fue establecido por Cristo, Su muerte en la Cruz del Calvario fue el Sacrificio de Expiación por los pecados del pueblo, del ser humano, para que todo ser humano tenga un Sacrificio de Expiación por sus pecados.
Ya Israel, ya el pueblo hebreo no tiene sacrificio por el pecado, aquellos sacrificios que efectuaba Israel, ya no los puede hacer porque esos tenían que ser hechos en el templo allá en Jerusalén; desde que fue construido el templo en Jerusalén Dios estableció que allí tenían que ser realizados esos sacrificios.
Y ahora, al no tener templo, pues no puede efectuar sacrificios por el pecado, pero aquellos sacrificios de animalitos por el pecado, el sacrificio de expiación en donde un macho cabrío era sacrificado y la sangre era llevada al Lugar Santísimo por el sumo sacerdote, y luego el otro macho cabrío por Azazel, era tomado por el sumo sacerdote, colocaba sus manos sobre la cabeza, confesaba los pecados del pueblo sobre ese macho cabrío y luego lo enviaba lejos, llevando los pecados del pueblo lejos, tipifican al Mesías esos dos machos cabríos.
El que es sacrificado tipifica a Cristo sacrificado en la Cruz del Calvario, y el que es llevado lejos con los pecados del pueblo, significa Cristo en Su cuerpo angelical bajando al infierno llevando los pecados del pueblo lejos, lejos de la raza humana, llevándolos al infierno allá y regresándolos al diablo que es el originador del pecado. Todo eso sucedió cuando Cristo murió en la Cruz del Calvario.
Y ahora, Cristo ha establecido un nuevo Pacto, la Sangre del nuevo Pacto es la Sangre de Cristo derramada en la Cruz del Calvario y ahora todo ser humano tiene la oportunidad, la bendición de tener un Sacrificio de Expiación por sus pecados para ser reconciliado con Dios y acercarse a Dios y serle concedida la Vida eterna.
Recuerden que en el Día de la expiación los que se arrepentían de sus pecados quedaban perdonados y reconciliados con Dios para vivir un año más. Bajo el nuevo Pacto es para vivir, no un año más, sino para vivir eternamente con Cristo en Su Reino. Esa bendición hay en el nuevo Pacto, ya fue establecido por el Ángel del Pacto que es Jesucristo, y en Jesucristo estaba Dios el Padre (o sea, el Señor) y estaba el Ángel del Pacto, para establecer un nuevo Pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá conforme a Jeremías, capítulo 31, versos 31 al 36.
Y ahora, podemos ver que la esperanza de reconciliación del ser humano con Dios es Jesucristo, Él mismo dijo en San Juan, capítulo 14, verso 6: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí,” no hay otra forma de acercarse a Dios y ser reconciliado con Dios, excepto a través de Jesucristo.
Él realizó el Sacrificio de Expiación por el pecado del ser humano y estableció el nuevo Pacto para que toda persona pueda entrar al nuevo Pacto y ser reconciliado con Dios y obtener la Vida eterna.
Y ahora, la esperanza del ser humano vivir eternamente, vean, está en Jesucristo, el Ángel del Pacto bajo el nuevo Pacto que Él estableció. En la actualidad la humanidad está muy confundida y muy preocupada a causa de los terremotos que están sucediendo, porque se está estremeciendo el planeta Tierra, pero eso ya estaba en la Escritura profetizado. Si lo sigue a través de una concordancia, usted encontrará que los Profetas anteriores a Jesucristo también hablaron de estos terremotos que vendrían sobre la raza humana.
Ahora, la humanidad está llegando a su final como en el tiempo de Noé, habrá una señal muy grande de que se estará viviendo en el fin, pues dice Cristo en San Mateo, capítulo 24, verso 14: “Y será predicado este Evangelio del Reino para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.”
La predicación del Evangelio del Reino la estaba efectuado Juan el Bautista y Jesucristo en su tiempo. Pero luego que fue rechazado y crucificado en Jerusalén por el imperio romano, se detuvo la predicación del Evangelio del Reino y el Día de Pentecostés comenzó a predicarse el Evangelio de la Gracia, el Evangelio de nuestra salvación.
Pero nuevamente se volverá a predicar el Evangelio del Reino y esa será la señal grande de que la humanidad ha llegado al tiempo final, para lo cual Apocalipsis también, capítulo 14, nos da más detalles de este evento de la predicación del Evangelio del Reino o Evangelio eterno, y dice el capítulo 14, verso 6 al 7 del Apocalipsis:
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo.”
Un “Ángel” significa un “Mensajero,” y si va a predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, a toda tribu, a toda lengua, a todo pueblo, pues tiene que estar en la Tierra, tan simple como eso, y recordando que un “Ángel” lo que significa es un “Mensajero,” o sea, un hombre con un mensaje llamado el Evangelio eterno, ese es el Evangelio del Reino, para predicarlo a los moradores de la Tierra:
“Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado.”
O sea, que viene anunciando el juicio divino que ha de venir sobre la raza humana, en el mensaje del Evangelio del Reino es que está contenido el mensaje del juicio divino que ha de venir sobre la raza humana. Dice:
“Adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.”
Y viene también recomendándole a la humanidad que adoren a Dios, al Creador de los Cielos y de la Tierra, o sea, que este Mensajero viene con un mensaje divino para toda la humanidad; bajo el mensaje del Evangelio del Reino o Evangelio eterno se estará sonando la gran trompeta o Gran Voz de Trompeta, porque la Gran Voz de Trompeta es el mensaje del Evangelio del Reino siendo proclamado, siendo predicado por el Mensajero enviado llamado aquí un Ángel, un Mensajero con el Evangelio eterno.
Ese será el que estará predicando el Evangelio del Reino para testimonio a todas las naciones, y luego vendrá el fin. Así como Noé estuvo proclamando el juicio divino que vendría sobre la raza humana, y luego que construyó el arca y entraron al arca vino el fin del mundo antediluviano.
La humanidad está viviendo en un tiempo muy peligroso. Las placas tectónicas están en movimiento en tal forma que están sucediendo muchos terremotos, y vienen más y más fuertes que los que ya se han tenido.
Este es un tiempo de terremotos, y este es un tiempo como en los días de la resurrección de Jesucristo. Cuando Cristo fue crucificado hubo un terremoto, cuando Cristo resucitó también hubo un terremoto y los santos que habían dormido se levantaron, hubo una resurrección, cuando Cristo resucitó, resucitaron con Él los santos del Antiguo Testamento.
Para este tiempo final habrá un terremoto grande, los muertos creyentes en Cristo resucitarán en cuerpos glorificados y los que vivimos vamos a ser transformados.
Y ahora, viendo los problemas que tiene la familia humana, los problemas del calentamiento global, problemas del medio ambiente, todos estos problemas, los polos derritiéndose que aumenta el nivel de los mares, y también muchos otros problemas que han estado surgiendo en medio de la raza humana, están causando que la raza humana esté perdiendo la esperanza en la continuación de la vida de la raza humana.
Pero quiero decirles que hay una esperanza para el creyente en Dios, y es la Segunda Venida del Señor, es la venida del Mesías; para el pueblo hebreo, pues era la primera, para los cristianos, pues será la segunda, y para los islámicos están esperando también la venida de Jesucristo, están esperando la venida de Jesús y saben que va a establecer un Reino. Así que vean, hasta los islámicos saben que vendrá Jesús, llaman la venida de Jesús y que va a establecer un Reino.
La única esperanza que hay es la Segunda Venida de Cristo prometida para el Cristianismo; y para los hebreos, pues va a ser la primera, porque la primera allá en Israel no la vieron. Por lo tanto, para ellos contará como la primera.
¿Qué está esperando el pueblo hebreo como el cumplimiento de la venida del Mesías? Está esperando un hombre de carne y hueso que aparezca en la Tierra en el cual se estén cumpliendo todas estas promesas de la venida del Mesías, un hombre donde esté el Espíritu de Dios, esté el Ángel del Pacto manifestado cumpliendo esas promesas. Eso es lo que está esperando Israel: un hombre.
Y ahora, el Islam cree que Jesús volverá, está esperando un hombre; el Cristianismo cree que Jesucristo volverá, está esperando un hombre, y el Judaísmo está esperando al Mesías: un hombre, están esperando todos la venida del Señor.
En este tiempo estamos viendo un acercamiento entre el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam, y eso está muy bueno, pues son descendientes de Abraham, el mismo Dios de Abraham es el Dios de los musulmanes, de los cristianos y de los judíos, es el mismo Dios; el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob es la única esperanza en el cumplimiento de la venida del Mesías para el Día Postrero, no hay otra esperanza para la humanidad, no hay otra esperanza para los judíos, no hay otra esperanza para los cristianos, no hay otra esperanza para los islámicos, no hay otra esperanza para la familia humana. Por eso Cristo dijo que cuando veamos todas estas cosas, esas señales suceder, levantemos nuestras cabezas al Cielo porque nuestra redención está cerca.
¿Qué es nuestra redención? La redención de la cual nos habla aquí, es la adopción de cada creyente como hijo o hija de Dios, y esa adopción es la adopción física que será la redención del cuerpo, la cual está prometida para los creyentes en Cristo; para los que ya murieron, la resurrección en cuerpos glorificados, cuerpos eternos; y para los que están vivos y permanezcan vivos hasta ese momento, la transformación de sus cuerpos para tener todos cuerpos inmortales, cuerpos glorificados igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.
De eso es que nos habla el apóstol Pablo, conocedor de este misterio, y el cual deseó vivir en este tiempo, dice en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.”
¿Por qué San Pablo dice que nuestra ciudadanía está en los cielos, si cada uno de nosotros tiene su ciudadanía del país donde nació? Pero el creyente en Cristo ha nacido de nuevo y el nuevo nacimiento es del Cielo y por lo tanto, su ciudadanía como creyente en Cristo es celestial.
Tenemos doble ciudadanía: la terrenal y la celestial, y algunas veces hay personas que tienen hasta dos y tres ciudadanías terrenales, pero celestial, vean, solamente la tienen los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, y esa es la más importante, porque esa nos liga a la Vida eterna, es un nacimiento, un nuevo nacimiento para vivir eternamente, nacemos en la Vida eterna. Dice:
“El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”
Y ahora, ¿para qué es la venida del Señor en el Día Postrero? Para transformar nuestros cuerpos mortales en cuerpos inmortales, jóvenes y glorificados como el de Jesucristo y para resucitar a los muertos creyentes en Él.
Para la resurrección habrá un terremoto muy grande y por lo tanto, la humanidad va a estar en más confusión de la que está en la actualidad, y antes de ese terremoto grande, pues van a suceder, a surgir otros terremotos, y el mismo, los mismos… California tiene ya un terremoto muy grande del cual ha estado siendo advertido, el cual es inevitable. Los Angeles Califor5nia y todo Hollywood y todo eso, va a desaparecer.
Por lo tanto, la esperanza no se puede tener en los bienes materiales, la esperanza única que hay para la raza humana es la venida del Mesías para este tiempo final, porque Él viene para transformar nuestros cuerpos en este tiempo final y para resucitar a los muertos creyentes en Él y luego llevarnos con Él a la Cena de las Bodas del Cordero al cielo, como se llevó al Profeta Elías: en un carro de fuego.
Y esos carros de fuego son llamados platillos voladores también, o sea, que la resurrección y el rapto o arrebatamiento de los creyentes en Cristo estará ligado a los platillos voladores, son Ángeles administradores de Dios.
Recuerden que cuando fue a ser destruido Sodoma y Gomorra descendieron Ángeles también, los cuales vinieron primero a donde Abraham, comieron con Abraham, eran tres, los cuales eran Dios con Sus Arcángeles Gabriel y Miguel.
Siempre que un evento grande va a suceder en la Tierra, Dios viene con Sus Arcángeles Gabriel y Miguel; son los Ángeles de Su poder, son los Ángeles que están con Sus ejércitos celestiales poderosos para actuar en todo momento que Dios les ordena.
Por lo tanto, tenemos que conocer las Escrituras para no estar turbados, sino conscientes de la realidad bíblica que estamos viviendo en este tiempo final. Miren ustedes, les dije de Gabriel y Miguel, miren ustedes lo que dice aquí en Daniel, capítulo 12, verso 1 en adelante dice:
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.
Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”
Y ahora vean, el Ángel o Arcángel Miguel se va a levantar, va actuar en el tiempo final y todos aquellos que están escritos en el Libro de la Vida, en el Libro de Dios, los hebreos que están escritos en el Libro de Dios van a ser libertados, será libertado Tu pueblo, todos los que estén escritos en el Libro, o sea, en el Libro de la Vida, y en ese tiempo también dice que muchos de los que duermen en el polvo, serán despertados, levantados para Vida eterna, una resurrección.
Ahora vean cómo los Arcángeles Gabriel y Miguel tienen que ver con la resurrección también, cuando resucitó Jesucristo estaban allí Ángeles también, así que podemos ver que hay una actividad grande de parte del Cielo, de parte de Dios y las huestes celestiales para el cumplimiento de las promesas divinas que Dios le ha hecho a los judíos y a los cristianos. Las promesas que Dios ha hecho para los descendientes de Abraham: islámicos, cristianos y judíos, Dios las cumplirá en este tiempo y los Arcángeles Gabriel y Miguel estarán con sus ejércitos trabajando en ese Programa Divino.
Por lo tanto, aunque este es un tiempo de mucha confusión a causa de terremotos, maremotos, tsunamis y muchos otros problemas que está teniendo el planeta Tierra y también los seres humanos con diferentes situaciones, al tener conocimiento del Programa Divino para nuestro tiempo, tenemos que mantenernos en paz, mantener nuestra paz, sabiendo que una bendición grande se está preparando para los creyentes en Cristo y para el pueblo hebreo también. Por eso ustedes verán en este tiempo un acercamiento entre los judíos, los cristianos y los islámicos; son de la misma familia, descendientes de Abraham.
Por lo tanto, este es un tiempo de señal y de unión; este es un tiempo muy importante en el cual grandes bendiciones de Dios están preparadas para mi, ¿y para quién más? Para cada uno de ustedes también. Todas las cosas van a obrar para bien para los que aman a Dios.
Mirando los problemas del planeta Tierra: el calentamiento global, los maremotos, los terremotos y todas estas cosas, los volcanes también, mirándolos del punto de vista positivo, entonces podemos ver que el planeta Tierra se va a estar preparando para el Reino del Mesías, ¿ven? Va a renovarse para el Reino del Mesías, está con dolores de parto el planeta Tierra como una madre que le llegó el tiempo de dar a luz y está con dolores de parto, y después que pase, que dé a luz y recibe el bebé, ya se olvidará de los dolores que tuvo para dar a luz.
Y durante el Reino del Mesías ya se nos olvidarán estos dolores de parto del planeta Tierra, todos estos problemas, estos volcanes, terremotos, maremotos, todo eso se nos olvidará porque estaremos disfrutando en el Reino del Mesías en paz y con amor, con prosperidad espiritual y material y por consiguiente felices y contentos en el Reino del Mesías.
Así que todo se está preparando para un evento mayor en el Programa Divino de gran bendición para los creyentes en Dios. Por lo tanto, la venida el Mesías es la única esperanza para los creyentes en Dios, es la única esperanza para la raza humana, no hay otra esperanza para el ser humano.
Por lo cual debemos ser tenidos por dignos de evitar todas estas cosas, los juicios que han de venir, y escapar, ir a la Cena de las Bodas del Cordero con el Mesías, para lo cual tenemos que ser transformados, porque para ir a la casa del Padre celestial no hay aviones, no hay cohetes, está en otra dimensión, solamente teniendo un cuerpo inmortal y glorificado como el de Jesucristo es que podremos ir a la Cena de las Bodas del Cordero.
Por lo cual estemos preparados dentro del nuevo Pacto establecido por Cristo, en pie delante del Hijo del Hombre en el Día Postrero. La Segunda Venida de Cristo, la venida del Señor, la venida del Mesías, es la única esperanza para los seres humanos, para la familia humana, y por consiguiente para los creyentes en Cristo sobre todo.
Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, lo puede hacer en estos momentos y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado, sea bautizado en agua en Su Nombre y Cristo le bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en usted el nuevo nacimiento. Para lo cual puede pasar acá al frente y estaremos orando por usted.
Recuerde que Cristo es la única esperanza para el ser humano, la única esperanza para la familia humana.
Vamos a esperar unos minutos mientras pasan acá al frente y oraremos por usted. Los que están en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo por los que estarán recibiendo a Cristo como su único y suficiente Salvador.
Dios tiene mucho pueblo y los está llamando en este tiempo final. Dios tiene mucho pueblo en esta Ciudad y los está llamando.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que están viniendo a los Pies de Cristo. Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo para que Cristo les reciba en Su Reino.
Necesitamos estar dentro del nuevo Pacto, cubiertos con la Sangre del nuevo Pacto, la Sangre de Cristo, para ser hallados dignos de evitar las cosas que han de venir durante el tiempo de la gran tribulación, donde caerán los juicios divinos sobre la raza humana y estar en pie delante del Hijo del Hombre.
Lo más importante para el ser humano es la vida, y si la vida física que es temporera es tan importante, cuánto más la Vida eterna, la Vida eterna es lo más importante, por lo cual Cristo dijo:
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.” San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28.
Lo más importante es la salvación del alma, pues el ser humano es alma viviente, el ser humano, vean ustedes, es alma, espíritu y cuerpo, y lo más importante del ser humano es el alma, porque eso es lo que en realidad es la persona.
El espíritu de la persona es un cuerpo espiritual de otra dimensión, y el cuerpo físico, pues de esta dimensión, pero el alma es lo que en realidad es la persona, es la esencia del ser humano: alma, alma viviente.
Ya vamos a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, vamos a estar con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, y nuestros ojos cerrados y por favor los que están en otras naciones también , y repitan conmigo esta oración que estaremos haciendo:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con toda mi alma, creo en Tu primera venida, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados, y creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo, dado a los hombres en que podemos ser salvos.
Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Señor, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Señor, Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego y produzcas en mi el nuevo nacimiento.
Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente. Sálvame Señor, me rindo a Ti en alma, espíritu y cuerpo, sálvame, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Y con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes le han recibido como vuestro único y suficiente Salvador.
Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible. ¿Cuándo me pueden bautizar?” por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados.
El agua en el bautismo no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo. El mismo Cristo fue donde Juan el Bautista, cuando él estaba bautizando en el Río Jordán, y Juan le dice: “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tu vienes a mi para que yo te bautice?” y Jesús le dice: “Nos conviene cumplir toda justicia,” y entonces lo bautizó. Si a Jesucristo le convenía ser bautizado para cumplir toda justicia, cuánto más a nosotros.
Por lo tanto, nos conviene cumplir el mandamiento del Señor que dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” es un mandamiento de Cristo ser bautizados en agua en Su Nombre, en donde nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.
El bautismo en agua es tipológico, simbólico. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo. Y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado. Y cuando lo levanta de las aguas bautismales el ministro, está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Tan simple como eso es la tipología del bautismo en agua.
Por lo tanto, bien pueden ser bautizados y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador.
Dejo con ustedes al ministro Joel para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una noche feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
“LA VENIDA DEL SEÑOR, LA ÚNICA ESPERANZA PARA EL SER HUMANO.”