Muy buenas tardes o buenas noches, amables amigos y hermanos presentes y los que están a través del satélite Amazonas; es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión.
Mis felicitaciones por este hermoso lugar que están preparando, este auditorio, esta iglesia. Ya comenzó; ahora lo que faltan son los detalles. Mis felicitaciones por el esfuerzo que han estado haciendo y el que continuarán haciendo. Ya cuando volvamos para estar con ustedes, ya estará terminado todo y van a ver lo hermoso que va a quedar este lugar; así que para cuando ya esté terminado, Miguel, entonces pasaremos de nuevo por acá.
Para esta noche leemos en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 en adelante. Dice:
“Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”.
Que Dios bendiga Su Palabra en nuestros corazones y nos permita entenderla.
“LO QUE SUCEDE AL FINAL DE LA TROMPETA”. O sea, lo que sucede al final de esta Trompeta Final.
El apóstol Pablo dice: “He aquí os digo un misterio”. Por lo tanto, este es uno de los grandes misterios divinos que ha de ser cumplido en medio del cristianismo y que va a traer grandes bendiciones para los cristianos, para los creyentes en Cristo; aquí nos dice que la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción (o sea, que no podemos vivir eternamente en el Reino del Mesías con estos cuerpos mortales); por lo cual se sonará la Trompeta (esa Trompeta Final), y entonces los muertos en Cristo van a ser resucitados incorruptibles (o sea, en cuerpos glorificados), y los que vivimos, creyentes en Cristo, vamos a ser transformados.
Es un misterio grande, porque ese es el tiempo en donde se obtendrá la inmortalidad física.
En la ciencia humana todavía el ser humano no ha podido llegar a los 500 años, por medio de la ciencia humana alargando el tiempo de vida del ser humano; pero por medio de la ciencia divina, en el tiempo final, cuando haya sonado la Trompeta Final se obtendrá la inmortalidad; pero no todo el mundo, sino los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, representados en las vírgenes prudentes.
Por lo tanto, es un misterio grande; tan grande que se va a obtener la inmortalidad física; cosa que la ciencia ha deseado obtener, pero los seres humanos creyentes en Cristo van a obtener esa inmortalidad física conforme al Programa Divino, y será para el tiempo final, que es donde suena la Trompeta Final; y el grupo de creyentes del tiempo final serán los que estarán vivos (la mayoría de ellos) para ser transformados.
Y ahora, siendo que este es un misterio muy grande del Reino de Dios, tenemos que comprender que está ligado al misterio del Séptimo Sello, que es el misterio de la Segunda Venida de Cristo.
¿Y cómo podemos comprender que está ligado a la Venida del Señor para el Día Postrero? Fácil lo podemos comprobar: Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21, da a conocer que eso será para el tiempo de la Venida del Señor:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.
Aquí San Pablo nos mostró que la transformación es para el tiempo de la Venida del Señor, al cual estamos esperando. Otro lugar que nos da testimonio de esto es en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 13 en adelante:
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él”.
En la Venida del Señor para el Día Postrero, Cristo en Su Venida traerá con Él a los creyentes que han dormido, o sea, que murieron físicamente, porque pasará por el Paraíso (donde ellos están) y los traerá y les dará un cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, o sea que los resucitará.
Eso lo hizo también con los santos del Antiguo Testamento. Cuando Jesucristo resucitó, Él había pasado por el Paraíso, y trajo con Él a los santos del Antiguo Testamento, los cuales se levantaron de sus sepulcros, de sus tumbas y aparecieron a muchos en la ciudad luego de la resurrección de Jesucristo: salieron de los sepulcros luego que resucitó Jesucristo. O sea, Cristo viniendo del Paraíso (donde estaba Abraham, Isaac y Jacob), en Su resurrección trajo con Él a los santos que allá estaban.
Y para este tiempo final, Cristo viniendo del Cielo, pasando por el Paraíso, donde están los creyentes en Él que murieron físicamente en tiempos pasados y algunos de los nuestros que han partido, los traerá con Él en Su Venida y los resucitará en un cuerpo eterno y glorificado, y entonces serán inmortales físicamente, y luego nosotros los que vivimos seremos transformados. Vamos a continuar leyendo aquí (verso 15):
“Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron”.
O sea, que no vamos a ser transformados antes de la resurrección de los muertos en Cristo.
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”.
Son palabras de aliento para los creyentes en Cristo, sabiendo que viene un momento en que los creyentes que han partido van a ser resucitados en cuerpos glorificados y los que vivimos vamos ser transformados, y todo eso es en la Venida del Señor, en donde Él estará sonando, tocando la Trompeta Final.
Ahora, estas son cosas que van a estar sucediendo en el tiempo de la Trompeta Final, a la Final Trompeta, cuando haya sido sonada esa Trompeta.
¿Y qué es la Final Trompeta o Trompeta Final? Es la Voz de Cristo hablando en el Día Postrero así como estuvo hablando por medio de los profetas del Antiguo Testamento, como estuvo hablando también por medio de Jesucristo: la Voz de Dios, la Voz del Espíritu Santo a través de Cristo hablando, luego hablando a través de San Pedro, San Pablo y los diferentes mensajeros en la Iglesia del Señor. Así también estará la Voz de Dios por medio del Espíritu Santo hablando en el Día Postrero.
Ahora, ¿cómo estuvo hablando durante el tiempo de los apóstoles y de los siete mensajeros de las siete edades? ¿Cómo estuvo hablando en ese tiempo? El Espíritu Santo, Dios por medio de Su Espíritu, Dios por medio del Ángel del Pacto estuvo hablando con el Mensaje del Evangelio de la Gracia, por medio del cual fue revelado a la humanidad el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario llevada a cabo por Cristo… y la Obra de Redención llevada a cabo en la Cruz del Calvario para salvación y vida eterna de los seres humanos, para que así todos los seres humanos tengan un Sacrificio de Expiación por sus pecados.
Y para el Día Postrero, con la Trompeta Final estará hablando el Mensaje del Evangelio del Reino, del cual Cristo dice: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. (San Mateo, capítulo 24, verso 14).
Y en Apocalipsis, capítulo 14, versos 6 al 7, aparece un Ángel con el Evangelio Eterno, que es el Evangelio del Reino, para predicarlo a los moradores de la Tierra; y vamos a leerlo para que tengan aquí el cuadro claro:
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”. (Capítulo 14, verso 6, del Apocalipsis).
Ese mensajero viene con el Evangelio del Reino, el Evangelio Eterno, para predicarlo a todos los moradores de la Tierra; y si tiene que predicarlo a todos los moradores de la Tierra, ¿dónde entonces tiene que estar? Pues en la Tierra:
“…diciendo a gran voz (esa es la Gran Voz de Trompeta): Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado”.
O sea, viene diciéndole a las personas, pueblos, naciones y lenguas que adoren a Dios, que le den gloria a Dios, porque la hora de Su juico ha llegado, o sea, el tiempo en que Dios va a juzgar a la raza humana. Recuerden que este es un tiempo paralelo al de Noé, al de Lot y también al de Jesús.
En el tiempo de Noé la humanidad, el mundo antediluviano, estaba en el tiempo del juicio divino, en la hora en que Dios juzgaría a la humanidad de aquel tiempo, pero tenía un profeta dispensacional que estaba anunciando, dando a conocer, lo que iba a suceder, creyeran o no creyeran.
No era responsabilidad de ese profeta el que la gente creyera; su responsabilidad era dar a conocer las cosas que iban a suceder, darles a conocer que la hora del juicio divino para el mundo antediluviano había llegado; y lo otro, construir un arca que Dios le dijo que hiciera, para él y su familia entrar, y también animales, reptiles y aves ser colocados allí para ser salvos; estaba también haciendo una Obra, eso era la Obra de Dios, era una Obra de fe, era la fe de Noé expresada en forma de un arca que Dios le dijo que hiciera. Por lo tanto, él creía el juicio que vendría, el diluvio, y creía también que iba a ser salvo él y su familia en el arca, porque Dios así se lo dijo.
En el tiempo de Lot también el pueblo o estas ciudades de Sodoma y Gomorra y ciudades cercanas, habían llegado a la hora del juicio divino; y Dios le dijo a Abraham que venía el juicio sobre esas ciudades. Y los Ángeles que acompañaron a Elohim, cuando visitó Elohim a Abraham y comió con Abraham una becerra tierna, encontramos que esos Ángeles luego que almorzaron con Abraham, luego ellos dos, dos de ellos: Gabriel y Miguel, se fueron a Sodoma para visitar, para destruir la ciudad. Pero apareció Lot, por el cual estaba orando Abraham a Dios.
Por eso es que esa conversación que tiene Abraham con Dios y Dios con Abraham, pues Dios dice por ahí en el capítulo 18 del Génesis: “¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer?”. Recuerden que “no hará nada el Señor sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas” (Amós, capítulo 3, verso 7). Y Dios no podía destruir a Sodoma y Gomorra sin notificárselo a Su profeta Abraham, el cual es un profeta mensajero dispensacional, del cual Dios dice: “Mi amigo Abraham”1.
Y ahora, cuando llegan los Ángeles a Sodoma le dicen a Lot: “Sal de esta ciudad, porque hemos venido a destruirla, para destruirla”2.
Los Arcángeles Gabriel y Miguel llegaron allí para destruir aquella ciudad juntamente con otras ciudades cercanas por la condición pecaminosa en que estaban delante de Dios.
Recuerden que este planeta Tierra pertenece a un Reino celestial. Todos los sistemas solares, todas las galaxias, todo pertenece a Dios; y Dios por medio de Cristo, el Ángel del Pacto, ha estado gobernando toda la Creación. Pero en este planeta Tierra, el ser humano que Dios colocó a Su imagen y semejanza se salió de la Palabra de Dios, luego han venido muchos problemas a la raza humana.
Y ahora, en aquellos días, estas ciudades de Sodoma y Gomorra estaban fuera del Orden Divino, y habían llegado al grado en que Dios tenía que destruir a los moradores de esa tierra: el colmo de la maldad de ellos había llegado al máximo.
Y ahora, podemos ver que lo que sucedió en el tiempo de Noé y en el tiempo de Lot es tipo y figura de la condición en que estaría la humanidad en este tiempo, en que estaría la humanidad en el tiempo de y para la Venida del Hijo del Hombre. Por eso dice Jesucristo3 que como fue en los días de Noé y como fue en los días de Lot, así será el día en que el Hijo del Hombre vendrá, en que el Hijo del Hombre se manifestará, se revelará; y estamos viendo las mismas condiciones del tiempo de Noé y del tiempo de Lot en medio de la humanidad.
Ahora, tenemos a Noé que tenía la Palabra de Dios, el Mensaje de Dios; y en ese Mensaje estaba la misericordia de Dios para Noé y el juicio divino para el mundo.
En el Mensaje del tiempo de Lot estaba la Palabra de juicio divino para esas ciudades y la Palabra de misericordia para Lot y su familia. Abraham tenía la Palabra de Dios, le fue hablada esa Palabra por el mismo Dios cuando lo visitó.
Ahora, esto nos muestra que estará la Palabra de Dios, estará Dios visitando a Su pueblo en el tiempo final, Dios estará con Su Iglesia. Para el tiempo de la Final Trompeta o Trompeta Final las cosas que sucederán ya están mencionadas en la Biblia: para el mundo habrá una manifestación de testimonio con la predicación del Evangelio del Reino para todas las naciones, donde se estará dando a conocer que la hora del Juicio Divino ha llegado, lo crean o no lo crean.
El Mensaje de la Trompeta Final contendrá esa revelación del juicio divino, todos los detalles, el porqué del juicio divino para la raza humana en este tiempo final. También tendrá, en este tiempo que corresponde a la Trompeta Final, tendrá una parte para las vírgenes insensatas, en donde se va a cumplir lo que es llamado la Tercera Etapa, en donde la manifestación de Dios en toda Su Plenitud va a estar en medio de la Iglesia y va a impactar a las vírgenes insensatas.
Recuerden que el cristianismo completo está representado en diez vírgenes: cinco prudentes y cinco insensatas. Las prudentes son las que han recibido al Espíritu Santo, son las que tienen aceite en sus lámparas, y el aceite representa el Espíritu; y las insensatas: los creyentes profesantes, pero que no han recibido el Espíritu de Dios.
Y ahora, podemos ver que van a ser impactados por esa manifestación del Señor en el tiempo final, en el tiempo en que Él estará sonando esa Trompeta Final, o sea, en el tiempo en que el Espíritu Santo estará hablándole a la humanidad, al cristianismo, a prudentes e insensatas, estará hablándoles el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, como el Evangelio de la Gracia gira alrededor de la Primera Venida de Cristo.
En ese Mensaje estará todo lo que Dios va a hacer en este tiempo final, va a estar siendo hablado; ahí va a estar la revelación de Dios de todas las cosas que van a suceder en este tiempo final, ahí estarán todos los detalles. Y lo importante para nosotros es que en ese Mensaje está la parte que Dios va a hacer con nosotros. ¡Y esa es la parte buena de ese Mensaje para nosotros! A la Final Trompeta o Trompeta de Dios es que van a ser recogidos los escogidos: “Y enviará Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta, y juntarán a Sus escogidos”4.
Esa es la Trompeta del Mensaje del Evangelio del Reino. Con ese Mensaje van a ser recogidos todos los escogidos del cristianismo, y luego van a ser recogidos todos los escogidos del pueblo hebreo, que son ciento cuarenta y cuatro mil del pueblo hebreo; pero del cristianismo no sabemos cuántos son los escogidos que estarán vivos en este tiempo.
Pero lo importante no es cuál es el número; lo importante es que seamos del número de los escogidos que van a ser transformados en este tiempo final. Y esas personas serán aquellas que estarán escuchando esa Trompeta Final, el Mensaje Final de Dios, el Mensaje del Evangelio del Reino juntamente con el Mensaje del Evangelio de la Gracia.
O sea que son personas que habrán escuchado la predicación del Evangelio de Cristo, lo habrán recibido como Salvador, habrán creído en la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario y habrán recibido esa transformación espiritual, esa adopción espiritual; pero nos falta la adopción física, que será nuestra transformación, para tener vida eterna física y poder ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Y ahora, bajo la predicación del Evangelio del Reino, que es bajo el tiempo en que la Trompeta Final esté sonando…; porque la Trompeta Final es el Evangelio del Reino siendo predicado, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo; y la Segunda Venida de Cristo es para la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos; todas estas cosas tienen que suceder bajo la Final Trompeta.
Bajo la Final Trompeta es abierto el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo; bajo la Trompeta Final el Sexto y Séptimo Sello son abiertos, o sea, son hechos una realidad, se hacen real a los escogidos de Dios y producen la Obra, la labor para lo cual son abiertos en el Día Postrero.
Con la apertura del Séptimo Sello quedará completamente abierto el misterio de la Segunda Venida de Cristo y el misterio también del Séptimo Sello, y quedará también abierto el misterio de la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; o sea que bajo el misterio del Séptimo Sello están todos los misterios correspondientes al tiempo final; por lo cual necesitamos escuchar la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta.
Muchas personas quieren que Dios les hable a ellos, que Dios les revele; pues mire, la forma en que Dios estará revelando todos los misterios correspondientes a este tiempo final es por medio de la Trompeta Final, o sea, por medio del Mensaje del Evangelio del Reino.
Así como por medio del Evangelio de la Gracia son abiertos todos los misterios de la Primera Venida de Cristo, el propósito para lo cual Él vino y el Programa Divino que Él llevaría a cabo con Su Iglesia; todo eso está dentro del Mensaje del Evangelio de la Gracia. Y bajo el Mensaje de la Trompeta Final, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, están todos los misterios de la Segunda Venida de Cristo y las cosas que Él estará haciendo en Su Venida en este tiempo final. Todas las cosas correspondientes a la Dispensación del Reino están dentro del Mensaje de la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, o sea, dentro del Mensaje del Evangelio del Reino.
Ahora, hemos estado viendo lo que sucede al final de la Trompeta; y luego nos iremos de aquí a la Cena de las Bodas del Cordero, con cuerpos eternos, cuerpos glorificados; y después de tres años y medio (que será la fiesta, el tiempo que durará la fiesta de la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo), regresaremos a la Tierra; y regresaremos con cuerpos eternos, cuerpos inmortales, para dar comienzo con Cristo el glorioso Reino del Mesías; y ya para ese tiempo habrá pasado el lapso de tiempo llamado la gran tribulación, ya los juicios divinos habrán pasado sobre la Tierra.
Por lo tanto, para los creyentes en Cristo la Trompeta Final, la Voz de Cristo, el Evangelio del Reino, nos trae grandes bendiciones. “El que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.
La Gran Trompeta o Trompeta Final es la Voz de Cristo por medio de Su Espíritu en el Día Postrero; por lo tanto, es una bendición grande escuchar la Voz de Dios en este tiempo final.
Así es como estaremos escuchando la Trompeta Final y estaremos viendo las cosas que estarán sucediendo en este tiempo final, y las estaremos identificando conforme a las Escrituras; estaremos viendo el cumplimiento de las promesas divinas para nosotros.
Estamos en un tiempo en que de un momento a otro se completará la Iglesia del Señor Jesucristo.
Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, lo puede hacer en estos momentos; y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino. Para lo cual puede pasar al frente y oraremos por usted.
Y los que están a través del satélite Amazonas o de internet, también pueden venir a los Pies de Cristo allá en el lugar donde usted se encuentra, para que quede incluido en la oración que estaremos haciendo por usted.
Vamos a dar unos minutos mientras damos la oportunidad de pasar al frente los que todavía no han recibido a Cristo como Salvador.
Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, Él te está llamando en este tiempo final; es que tu nombre está escrito en el Cielo en el Libro de la Vida, es que eres una oveja del Señor y por eso has estado escuchando la predicación del Evangelio de Cristo.
Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi voz y me siguen, y yo las conozco, y yo les doy vida eterna. Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”. San Juan, capítulo 10, versos 27 en adelante.
Y también en San Mateo, capítulo 18, versos 11 al 14, dice: “Porque el Hijo del Hombre vino a salvar lo que se había perdido”, y comienza a comparar las personas con ovejas; y luego dice que “no es la voluntad de nuestro Padre celestial que se pierda una de estas ovejas, uno de estos pequeñitos”.
No es la voluntad de Dios que usted se pierda. La voluntad de Dios es que usted viva eternamente con Cristo en Su Reino eterno; para lo cual Él preparó un Programa de Salvación, de Redención.
Cuando lo recibimos como nuestro Salvador entramos a ese Programa de salvación y vida eterna para obtener la vida eterna que Él nos otorga, y así aseguramos nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno.
Los que faltan por venir pueden venir, para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo. Los niños de 10 años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, si todavía no lo han hecho.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Si falta alguno por venir, puede venir a los Pies de Cristo. Los que están en otras naciones también pueden estar puestos en pie, pues ya vamos a orar por las personas que han estado recibiendo a Cristo como Salvador.
Con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, y nuestros ojos cerrados, repitan conmigo esta oración los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón.
Creo en Tu Primera Venida. Creo en Tu Nombre como el único nombre bajo el Cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos. Creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.
Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.
Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre.
Me rindo a Ti en alma, espíritu y cuerpo. Sálvame, Señor. Te lo ruego en Tu Nombre Eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Y con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes le han recibido como vuestro único y suficiente Salvador.
Ahora ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo lo más pronto posible; pues Él dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado, será salvo’. ¿Cuándo me pueden bautizar?”. Es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón.
Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados.
El mismo Cristo fue bautizado por Juan el Bautista; y si Él fue bautizado, ¡cuánto más nosotros necesitamos ser bautizados!
El Día de Pentecostés, cuando Pedro predicó, las personas preguntaron: “Varones hermanos, ¿qué haremos?”. Pedro les dice: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para cuantos están lejos, para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (libro de los Hechos, capítulo 2, versos 31 al 48).
Como tres mil personas creyeron y fueron bautizadas en agua en el Nombre del Señor Jesucristo; y el Señor añadía a Su Iglesia cada día los que han de ser salvos. Vean en la forma en que el Señor añade a Su Iglesia los que han de ser salvos, los que han de vivir eternamente.
Y ahora, bien pueden ser bautizados y así identificarse con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.
Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo; y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado; y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida: a la vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Tan simple como eso es el simbolismo, la tipología del bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
Recuerde que el bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo es tipológico. El agua en el bautismo no le quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado; pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo en el cual nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.
Bien pueden ser bautizados; y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, produzca en ustedes el nuevo nacimiento; y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de Jesucristo nuestro Salvador.
Continúen pasando una noche feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador. Dejo al ministro, reverendo Samuel García, para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Pasen todos muy buenas noches.
“LO QUE SUCEDE AL FINAL DE LA TROMPETA”.
[Revisión abril 2019]
1 2 Crónicas 20:7, Isaías 41:8, Santiago 2:23
2 Génesis 19:12-13
3 San Mateo 24:37-39, San Lucas 17:26-30
4 San Mateo 24:31