Muy buenos días, amables amigos y hermanos presentes y los que están en diferentes naciones conectados a través del satélite Amazonas o de internet; que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes. Para esta ocasión esperamos las bendiciones del Cielo para todos ustedes y para mí también.
De parte de AMISRAEL para todos los que van a estar en la “Conferencia Jerusalén 2010” en Israel:
“Ya estamos en la semana del viaje, muchos de los que escuchan en esta ocasión nos acompañarán allá en la “Conferencia Internacional Jerusalén 2010,” para asegurar que toda la información acerca de su llegada a Israel y su regreso a sus países esté correctamente registrada, les aconsejo que hoy mismo luego de terminar esta actividad, se comuniquen con el delegado de AMISRAEL en su país o con la oficina de AMISRAEL en Brasil o en Jerusalén, para pasar esta información.
(O sea, la información que cada uno tiene de su viaje a Jerusalén: vuelo aéreo, línea aérea y horario en que sale, horario en que llega, que llega allá a Tel Aviv, Israel, para que lo puedan estar esperando y también para que quede confirmado su alojamiento en el hotel, así se concrete su reserva en el hotel).
Deseamos que todos los que vayan puedan ser bien atendidos, y que la falta de información no vaya a quitar un poco de la felicidad de ese viaje a la tierra que les podrá proporcionar.”
Así que esperamos que después de esta actividad todos los que no han pasado la información de su vuelo aéreo, número de su vuelo aéreo, salida y llegada y luego su regreso, la fecha de regreso, o sea, salida y llegada, para que así puedan ser bien atendidos allá en Jerusalén.
Aprecio mucho vuestra cooperación. Aprecio también mucho y agradezco mucho el respaldo que le están dando al gran proyecto de La Gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, y también el respaldo que le están dando a la obra misionera y evangelística con vuestra participación en todos los sentidos.
Que Dios los bendiga grandemente y los use grandemente en esas labores, y les recompense en Su Reino venidero, y también por el respaldo que le están dando a AMISRAEL.
Para esta ocasión vamos a leer un pasaje de Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7 al 8, donde dice:
“Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.
Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.”
Que Dios bendiga vuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: “LA FIESTA DE LOS PANES SIN LEVADURA.” De la cual nos habla Levítico, capítulo 23, verso 5 al 8, donde nos dice… 4 al 8, dice:
“Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos:
en el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová.
Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura.
El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis.
Y ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida; el séptimo día será santa convocación; ningún trabajo de siervo haréis.”
“LA FIESTA DE LOS PANES SIN LEVADURA.”
Luego de la fiesta de la pascua que fue establecida por Dios como un memorial, o sea, en memoria del cordero pascual que fue sacrificado en Egipto por cada familia hebrea, luego se celebraría cada año esa fiesta, en memoria a aquel sacrificio del cordero pascual, en memoria a la pascua que se llevaba a cabo allá, que era para la preservación de la vida de los primogénitos.
Esa noche también ellos estarían comiendo el cordero pascual, y estarían comiendo con hierbas amargas, estarían unida la familia. Eso nos muestra que la familia tiene que estar unida al cordero pascual; y ahora, San Pablo dice que nuestra pascua es Cristo, toda la familia está llamada a estar unida en la pascua que es Cristo, estar unido en Cristo todos, sabiendo que Él es la preservación de nuestra vida.
Esa noche estarían comiendo con sus zapatos puestos, vestidos, con el bordón en la mano, listos para salir a la hora correspondiente; saldrían en la mañana, en la madrugada. Ahora, ese día de la pascua todos tenían que estar dentro de la casa donde estaba la sangre aplicada del cordero pascual, fuera no había seguridad.
Ahora, ¿qué significa todo esto para nosotros? Las fiestas hebreas son importantes para la raza humana, en estas fiestas hebreas están todos los misterios divinos, estas fiestas hebreas hablan de eventos históricos ocurridos con relación al pueblo hebreo.
Por lo tanto, son un memorial, una conmemoración a hechos históricos, eventos históricos, así como todos los países celebran días especiales, días festivos conmemorativos en memoria, por supuesto en memoria del día de la independencia, del día de la constitución y así por el estilo; celebran también días en donde tuvieron las batallas y muchos otros días: día de los padres, día de las madres, día del niño, día del trabajo (pero no se trabaja ese día) y así podemos ver que se celebran días festivos en honor a algo.
Y ahora, en estas fiestas hebreas encontramos el fundamento de estas fiestas, que son eventos históricos que ocurrieron con relación al pueblo hebreo.
Luego de examinar esas fiestas por la historia, vemos que fueron parte de la historia del pueblo hebreo, o sea, ocurrieron y por consiguiente tuvieron un comienzo, y luego se continúa recordando todo eso que sucedió, y sobre todo en el día que se dedica a la conmemoración de ese suceso, de ese evento; por la historia, da cierto.
Y ahora, por las profecías: por las profecías también da cierto porque estaban profetizadas esas cosas que iban a suceder, fueron cumplimientos proféticos, y se derivan de esos cumplimientos proféticos esas fiestas hebreas; y por la profecía que nos habla del futuro después de aquellos hechos y después de todo ese tiempo que se ha estado conmemorando, conforme a las profecías encontramos el hecho histórico que estaba profetizado, eso fue el cumplimiento de ese momento.
Luego esas fiestas hebreas profetizan o contienen profecías que se van a cumplir más adelante, como una repetición de lo que ya ocurrió, y por eso encontramos profecías en diferentes libros de los diferentes profetas del pueblo hebreo, hablando de cosas que ya sucedieron como cosas que van a suceder nuevamente.
El mismo Jesús en Sus parábolas habló muchas cosas que se cumplirían nuevamente. Siendo que esas fiestas están ligadas a la vida agrícola y ganadera, encontramos a Jesús usando esos términos de la ganadería y de la agricultura en Sus parábolas.
Por ejemplo, en el capítulo 13 de San Mateo, encontramos la parábola del sembrador, la parábola del trigo y de la cizaña, y eso es hablando en el común del pueblo, de lo que el pueblo conocía de la vida agrícola y ganadera y también hablando de la pesca, porque esa era la clase de vida normal que se vivía en esos tiempos.
Pero usando esos términos conocidos Él trae las profecías de cosas que sucederían y de cosas que estaban ya sucediendo en su tiempo; por ejemplo, tenemos la parábola de la red, eso está relacionado a los pescadores, por lo tanto, ellos entienden esos términos en los cuales les está hablando Jesús, ellos le preguntan: “¿Por qué Tú les hablas por parábolas a la gente?” Y el Señor les dice: “Porque a ellos no es concedido conocer los misterios del Reino, mas a vosotros es concedido,” o sea: “Porque a vosotros es concedido conocer los misterios del Reino del Cielo, pero a ellos no es concedido. Por lo tanto, les hablo en parábolas por esa causa, para que viendo no vean y oyendo no entiendan.”
Y ahora, en la parábola del pescador, o sea, de la red, ahí nos habla de un lapso de tiempo, eso nos habla de la Dispensación de la Gracia y cómo terminará la Dispensación de la Gracia: con el recogido de los peces buenos, los peces elegidos que representa a los creyentes en Cristo, y el resto: los peces malos, serán echados donde será el lloro y el crujir de dientes que es la gran tribulación o apretura de Jacob que durará tres años y medio.
Y dice que enviará Sus Ángeles para esa labor, esos son los ministerios de Moisés y Elías en el Día Postrero, o sea, el ministerio de los dos Olivos de Apocalipsis, capítulo 11, versos 1 al 14 y Zacarías, capítulo 4 versos 1 al 14. En la parábola también del trigo y la cizaña, también El dice que envía Sus Ángeles, son los mismos: los dos Olivos.
Y ahora, encontramos que en esas fiestas hebreas está escondido un Programa Divino, esas fiestas se repiten como en la música se repite una escala musical en una nota más alta, y así encontramos en la Escritura ese secreto de estas fiestas hebreas.
En la parte histórica un cordero pascual, cada familia lo sacrificó en favor de su hijo y por consiguiente de su hogar, de la familia, para la preservación de la vida de ese primogénito, y si el padre de familia era primogénito también, pues estaba en favor suyo también ese sacrificio.
Luego se repitió el sacrificio del cordero pascual luego de estar conmemorándose por cientos de años, luego se repite en una escala más alta, luego de mil y algo de años de ocurrir el sacrificio del cordero pascual en Egipto y de estar siendo conmemorado en la fiesta de la pascua, se cumplió nuevamente con la muerte de aquel del cual Juan dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,” o sea, en Jesucristo muriendo en la Cruz del Calvario.
Y luego la conmemoración de la pascua se ha estado llevando a cabo, o sea, de la pascua cumplida en una escala más alta en Cristo, se ha estado conmemorando una: en la Santa Cena, es un memorial que recordamos, donde recordamos la muerte de Cristo. Veamos aquí en Primera de Corintios, capítulo 11, verso 23 al 26:
“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.”
Es un memorial, Él dice:
“…haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.”
“Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.”
O sea, al tomar la Santa Cena recordamos la primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario por todos nosotros para la preservación de la Vida eterna en el Reino de Dios de cada uno de nosotros, eso nos recuerda que viviremos eternamente con Cristo en Su Reino; la muerte de Cristo como el Cordero pascual al conmemorarla en la Santa Cena nos recuerda que Él murió por nosotros para que nosotros vivamos eternamente, y también está anunciando Su segunda Venida: “La muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga.”
Como la pascua en Egipto, luego el memorial anunciaba la muerte de aquel Cordero pascual hasta que vino el Cordero de Dios, ¿ven? La parte histórica: el memorial, la parte del memorial, y luego la parte profética cumpliéndose nuevamente en una escala más alta, en una nota más alta, Dios tocando esa pieza musical de amor hacia el ser humano.
La fiesta de los panes sin levadura le sigue a la fiesta de la pascua, panes sin levadura por siete días, esta fiesta nos habla de lo que sigue… vamos a buscarlo aquí, esta fiesta de los panes sin levadura le sigue a la pascua, en la tarde del día 14, o el día 14 es la pascua en el mes de abib; y el día 15 de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura por siete días.
O sea, que comenzando… recuerden que los días bíblicos comienzan en la tarde y terminan al otro día en la tarde a la caída del sol, y por consiguiente en la tarde del día 14, donde termina el día 14 comienza el día 15, y ahí comienza los panes sin levadura por siete días hasta la tarde del día 21.
Estos días de panes sin levadura, siendo que Cristo es nuestra pascua, entonces en medio del Cristianismo se cumplen también estos siete días, son las siete etapas de la Iglesia, siete días o siete etapas de la Iglesia en los cuales está establecido que no se coma pan con levadura, “no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios,” o sea, se refiere al pan de la Palabra, el alimento espiritual; debe ser Palabra pura de Dios, no debe tener levadura humana, no debe tener interpretación humana, no debe ser la Escritura manipulada, debe ser la Palabra pura de Dios, debe ser la revelación divina, pura, para el pueblo de Dios, para el Cristianismo, porque “la profecía no fue traída por voluntad humana, sino por los santos hombres de Dios que hablaron la Palabra siendo inspirados por el Espíritu Santo.” [Segunda de Pedro 1:21]. Los apóstoles hablaron la Palabra siendo inspirados por el Espíritu Santo, y esa Palabra no debe ser alterada.
Y ahora, durante esos siete días que son siete etapas o edades de la Iglesia, bajo un nuevo Pacto del cual profetizó Jeremías en el capítulo 31, versos 31 al 36, que Dios haría un nuevo Pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá, ahora bajo el nuevo Pacto, vean cómo nuestra pascua ya fue sacrificada por nosotros, vean cómo también aquellos siete días, tipo y figura de las siete etapas o edades de la Iglesia, en aquellos siete días que le seguían a la pascua en medio del pueblo hebreo, nadie podía comer pan leudado, tenía que ser pan sin levadura.
El que comiera pan con levadura vamos a ver cuál era el problema que tendría, capítulo 12, verso 18 al 19 del Éxodo:
“En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde.
Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel.
Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones comeréis panes sin levadura.”
Y ahora, en medio del Cristianismo se ha estado cumpliendo también, así como la pascua, también la fiesta de los panes sin levadura. La vida es preservada por Cristo el Cordero pascual, y nos da Su Palabra para que cumplamos con Su Programa y mantengamos Su Palabra pura que Él nos ha dado por medio de Sí mismo estando en Su cuerpo de carne y también por Sí mismo por medio de Su Espíritu a través de Sus apóstoles, a través de Sus mensajeros correspondientes a cada edad, así ha venido esa Palabra sin levadura para el pueblo de Dios, la porción correspondiente a cada día.
Ahora, nos encontramos en un tiempo muy glorioso, después de esta gran fiesta de los siete días, el día octavo, hay una convocación santa, pero eso no lo vamos a tocar en esta ocasión, no lo vamos a tocar completo.
Durante las siete etapas de la Iglesia es el cumplimiento de la fiesta de los panes sin levadura. También está la fiesta de la gavilla mecida que se efectuaba luego de tres días, y eso nos habla de la resurrección, la resurrección de Cristo glorificado siendo presentado ante Dios como la gavilla mecida. O sea, la gavilla, el primero que llegó a madurez, y por consiguiente el resto de la cosecha llegaría a madurez, porque con la gavilla el primero que llegaba a madurez comenzaba la cosecha.
Luego de eso desde ese día que se ofrecía a Dios la gavilla mecida, que era domingo, primer día de la semana, comenzaba otro ciclo divino de siete también, pero ahora no van a ser siete días, van a ser siete semanas, y después de esas siete semanas llega el día cincuenta, porque siete semanas de días, multiplicado por siete, son cuarenta y nueve días.
Y ahora, luego de los cuarenta y nueve días, pues llega el día cincuenta, pentecostés es cincuenta, o sea, pentecostés significa cincuenta, y ahí hay una santa convocación nuevamente, una fiesta grande, y esa se cumplió el Día de Pentecostés cuando los discípulos recibieron el Espíritu Santo.
Cristo conocía y conoce todas estas fiestas, pero no les dijo a ellos: “Ustedes van a ser llenos del Espíritu Santo el día cincuenta” (contando desde el primer día de la semana de Su resurrección), Él los dejó a ellos sin explicarle eso, para que ellos por fe esperaran lo que Él prometió; y así tampoco hay lugar a que alguno diga: “No, va a ser el día cincuenta, todavía nos faltan unos cuantos días, me voy a ir a pescar o voy a hacer esto otro,” ya se había ido a pescar Pedro antes de irse Jesús, y otros discípulos como Juan y Santiago dijeron: “Nosotros también vamos contigo.” ¿Ven?
Pero Jesús les apareció, y ahora, encontramos que ya cuando tiene que irse para estar, digamos alrededor de dos mil años como Sumo Sacerdote en el Cielo, faltando diez días para el Día de Pentecostés Él se tiene que ir, y le preguntan: “Señor, ¿restaurarás Tú el Reino a Israel en este tiempo?”
O sea, la restauración del Reino de David es a lo que se refieren, eso será la restauración del Reino de Dios en la Tierra; y Él dice: “No toca a vosotros conocer los tiempos y sazones que el Padre puso en su sola potestad,” o sea, no le tocaba a ellos los apóstoles, no tocaba a los que vivían en ese tiempo conocer cuándo iba a ser el momento para la restauración, pero eso está en las profecías y en el tiempo correspondiente, pues los entendidos van a entender.
Les dice: “No se vayan de Jerusalén, permanezcan en Jerusalén hasta que sean investidos de poder de lo alto dentro de no… dentro de pocos días, dentro de no muchos días (o sea,) no van a tener que esperar tanto,” pero no les dice el día, eso los mantiene todos los días esperando.
Viene otro pentecostés y estamos esperándolo, pero Él no nos ha dicho el día, ni siquiera el año, pero es un pentecostés en una nota más alta, es recorriendo esos ciclos que ya han sido recorridos pero se recorren en escalas más altas, o sea, en una nota más alta en el programa musical de la redención de Dios para el ser humano.
Y ahora, encontramos la Pascua que es Cristo dentro del nuevo Pacto y para establecer un nuevo Pacto, encontramos a Dios dando la ley bajo el nuevo Pacto y escribiendo en el corazón de las personas, ¿dónde la da? En Sión, en Jerusalén, y de ahí sale la ley de Jerusalén para todas las naciones y seres humanos: por medio del Evangelio de Cristo, tan sencillo como eso.
Y continúa Dios bautizando con Espíritu Santo y Fuego a todos los que lo reciben como Salvador, o sea, siguen recibiendo un pentecostés, recibiendo el nuevo nacimiento, el Espíritu Santo para obtener el nuevo nacimiento, ahí nacieron de nuevo en el Día de Pentecostés ciento veinte y después como tres mil recibieron a Cristo como Salvador, y así ha continuado repitiéndose un pentecostés en individuos.
Y ahora, encontramos que todas estas siete etapas de la Iglesia Dios ha estado dando pan sin levadura a Sus hijos, y por eso no se le puede ni añadir ni quitar, porque todo lo que se le añada o se le quite es levadura, es algo adicional, y un poquito de levadura leuda toda la masa.
Y ahora, faltan unas fiestas. Cuatro fiestas ya se han cumplido, pero se repiten en ciclos más altos; por ejemplo, la fiesta de pentecostés continúa repitiéndose en el individuo, pero se va a repetir en una nota más alta en el año del jubileo, en la nota que comenzó el Día de Pentecostés y vino el Espíritu Santo sobre ciento veinte personas creyentes en Cristo, ha traído para ellos y para todos los que reciben como individuos el Espíritu Santo, ha traído una transformación espiritual en donde han obtenido el nuevo nacimiento y por consiguiente han obtenido un cuerpo angelical, espiritual llamado el Ángel que tiene cada persona, le llaman también su Ángel guardián.
Cuando Pedro estuvo preso allá en el libro de los Hechos, al principio del libro de los Hechos, los primeros capítulos, estaba encadenado con un soldado a cada lado en la cárcel, puertas cerradas y de noche vino el Señor, el Ángel del Señor y lo libertó, lo sacó fuera de la cárcel y en la calle lo colocó, siguieron caminando, el Ángel le dijo: “Sígueme,” Pedro lo siguió y de momento se encontró en medio de la calle y el Ángel desapareció, y él se fue para la casa que él conocía: la de Juan Marcos, toca a la puerta y una joven llamada Rode cuando escucha que tocan con insistencia la puerta, va abrir y cuando escucha que es Pedro, porque toca la puerta, y cuando Rode se acerca para abrir de seguro pregunta: “¿Quién es?” Porque no se le abre a cualquier persona, se pregunta quién es.
Ella pregunta y cuando él le dice: “Soy Pedro,” ella no le abre la puerta de gozo, se regresa a los que está presentes en la casa, y les dice: “Es Pedro el que está tocando la puerta,” y ellos le dicen: “Rode, estás loca, es su ángel.”
Porque cuando una persona muere, lo que muere es el cuerpo físico, la persona es alma viviente, y continúa viviendo en un cuerpo angelical, un cuerpo espiritual, un cuerpo de otra dimensión el cual la persona tiene; de la dimensión a que pertenezca ese cuerpo espiritual va la persona cuando muere. Si es un creyente en Cristo nacido de nuevo, pues va al Paraíso donde están los creyentes en Cristo que han muerto físicamente. Si no, pues va a otro lugar. Recuerden la parábola de Lázaro el mendigo y el hombre rico de la cual habló Cristo.
Y ahora, abren la puerta y era Pedro, pero ellos tenían el conocimiento de que cada creyente en Cristo tiene su ángel, su cuerpo angelical, su cuerpo espiritual, en esa clase de cuerpo es que están todos los muertos en Cristo allá en el Paraíso, porque los muertos en Cristo lo que murió fue su cuerpo físico.
Y en la segunda Venida de Cristo, Cristo viniendo por Su Iglesia, los traerá, los resucitará, les dará un cuerpo nuevo, cuerpo glorificado y eterno, inmortal y joven para toda la eternidad, igual a Su propio cuerpo.
Y a los que estén vivos esperando Su Venida y teniendo la fe para el rapto para ser transformados y raptados, fe, revelación que les dará Dios por medio de los siete Truenos de Apocalipsis 10, serán transformados y serán a imagen y semejanza de Dios, serán iguales a Jesucristo con cuerpos físicos glorificados, entonces serán inmortales físicamente también.
Pero ya ellos han recibido el cuerpo inmortal espiritual, pero les falta la inmortalidad física. Con el Día de Pentecostés, el día cincuenta vino el Espíritu Santo para traer esa transformación espiritual, y con el año de pentecostés y en el año de pentecostés actualizado en una escala o nota más alta de la hoja musical de redención para el ser humano, vendrá la transformación de los creyentes en Cristo.
¿Ven cómo se recorre todo ese programa de un ciclo a otro ciclo, de una escala musical a otra escala musical, de una dispensación a otra dispensación? Por eso las fiestas hebreas son tan importantes para los creyentes en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
Contienen estas fiestas el Programa Divino que Él llevaría a cabo y que lo repetiría de etapa en etapa, lo repetiría de dispensación en dispensación, lo repetiría hasta que llegaríamos o llegaremos a la eternidad.
Es como el tiempo de cada persona, cada cierta cantidad de años desde que comienza la vida, tiene un cambio, digamos, cada siete años hay un cambio, y así es el Programa Divino. Por eso es tan importante comprender el ciclo divino en que están nuestros niños para de acuerdo a ese ciclo ayudarlos; por ejemplo, cuando están niñitos o bebés, pues tienen una forma para ser tratados, son una tierra fértil, virgen para sembrar. Y la Escritura dice que lo que el hombre siembre, eso va a cosechar: “Instruye al niño en su carrera, en su camino, y aún cuando sea viejo, no se apartará de ella.”
Así que, tenemos que comprender que lo que sembremos, cosecharemos, así es para individuos, para familias, para pueblos y naciones también, para toda la sociedad. Por eso nuestras decisiones tienen que ser bien pensadas, y deben ser pensadas basadas en la Palabra de Dios.
Las decisiones y a las decisiones les siguen las acciones, por lo tanto, no se puede entrar en acción hasta que se tiene una decisión, y no se puede tener una decisión hasta que haya pensado bien las cosas, deliberado, para entonces elegir la decisión correcta.
Deliberamos en nuestra alma, tenemos libre albedrío, por lo tanto, la responsabilidad la tiene cada persona, la responsabilidad de su familia la tienen los padres, la responsabilidad del país la tienen los políticos, pero viene su raíz de la familia; queremos tener buenos políticos, críen bien a los hijos porque esos van a ser los políticos del futuro.
Y los políticos quieren tener un pueblo bueno, pues trabajen para que reciban una buena educación los habitantes del país, para que haya una buena cosecha de personas que sean de bendición para la nación.
Recuerden que se siembra y luego se cosecha, y la recompensa viene en los hijos, los nietos y los bisnietos, la recompensa ya sea buena o sea mala, porque Dios dice también que lo que la persona hace, eso pasa hasta la cuarta generación.
Así que algunas veces hay personas con problemas, juicios o plagas y no hizo nada él, pero ya le viene de su abuelo o bisabuelo o su papá. Su papá, su abuelo, su bisabuelo, o sea, contando unas tres o cuatro generaciones antes de él, digamos hasta el bisabuelo, porque lo que formaría nuestro cuerpo allá, se originó en nuestro bisabuelo.
Y ahora, las fiestas hebreas miren cómo vienen de allá y pasan también por unas cuantas etapas y donde se corona todo será en este tiempo final, después de la Dispensación de la Gracia, después de las etapas de la Iglesia viene la coronación para los seres humanos que sirven a Dios, con la transformación de sus cuerpos los que estén vivos y la resurrección de los que ya murieron, resurrección en cuerpos eternos.
Por eso este tiempo y esta etapa por la cual está pasando la Iglesia del Señor Jesucristo es el tiempo o etapa de coronación, es la edad de oro del Cristianismo, es la edad de oro de la Iglesia del Señor Jesucristo, no importa los problemas que hay en el mundo, en el mundo político o en el medio ambiente, calentamiento global y todos esos problemas, y no importa los problemas que haya en medio de las religiones, esta es la edad de oro de la Iglesia del Señor Jesucristo, esta es la edad de oro donde la Iglesia del Señor Jesucristo, los miembros de la Iglesia que murieron van a ser resucitados en cuerpos eternos, y los que estén vivos van a ser transformados.
Cualquier persona podría decir: “Pero tanta oscuridad que hay en el asunto religioso,” sí, pero la luz resplandece en las tinieblas. Así que estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos.
Hemos visto la fiesta de la pascua que ya sabemos que es Cristo, y miren ustedes, la familia allá tenía que comer el cordero en la casa, ahora la casa para los primogénitos es la Iglesia del Señor Jesucristo, esa es la casa de Dios, y la puerta es Cristo, y ahí está la Sangre del Cordero, en Cristo.
Por medio del Espíritu Santo en medio de Su Iglesia está la vida de la Sangre que es el Espíritu Santo, y Él dijo: “El que no coma mi carne y beba mi Sangre, no tiene vida permaneciente en sí.” ¿De dónde sacó Cristo eso? Es que el cordero pascual tenían que comérselo, la sangre sería aplicada, y es un asunto que al creer, un asunto de fe que era cumplido y luego se conmemora con la Santa Cena.
Y ahora, todo eso se hace en la casa de Dios, hemos creído, hemos comido la carne de Cristo, hemos creído ese Sacrificio y hemos comido, tomado la Sangre de Cristo al creer, hemos recibido la Sangre de Cristo que nos ha limpiado de todo pecado por medio del Espíritu Santo que es la vida de la Sangre de Cristo.
Y ahora, estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, hay fiestas que faltan por ser cumplidas: ligadas a la primera Venida de Cristo y Su Sacrificio encontramos cuatro fiestas, pero les dije, se van a recorrer nuevamente la fiesta de pentecostés, vamos a tener otro pentecostés: el año de pentecostés para la transformación física y resurrección de los muertos.
También una gavilla mecida, eso es el Hijo del Hombre; fue el Hijo del Hombre allá la gavilla mecida en Su primera Venida. La Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero, es esa gavilla mecida, y dice el mismo Jesús que como fue en los días de Noé, así será la Venida del Hijo del Hombre.
Estamos en un tiempo paralelo al tiempo de Noé, y dice también que como fue en los días de Lot, así será también la Venida del Hijo del Hombre, el día en que el Hijo del Hombre se manifestará, eso está en San Mateo, capítulo 24, versos 34 al 39 y también en San Lucas, capítulo 17 encontramos a Jesús hablando de la Venida del Hijo del Hombre, y también nos dice que la Venida del Hijo del Hombre será como el relámpago que sale del Oriente y se muestra en el Occidente, eso es una profecía muy importante, tan cortita como es, pero tan concentrada, que nos habla de la primera Venida y de la segunda Venida del Hijo del Hombre.
Y ahora, estamos nosotros viviendo el tiempo en que estamos esperando la Venida del Señor, la resurrección de los muertos en Cristo, y cuando los veamos seremos transformados, tan sencillo como eso, y eso será a la final trompeta, la trompeta final.
Eso es lo que está contenido en la fiesta de las trompetas, y esa fiesta la vamos a dejar quietecita para otra ocasión, y vamos a ver el contenido de esa fiesta de las trompetas. Estamos hablando de la repetición de las fiestas hebreas en una escala más alta o una nota más alta, sin ignorar el cumplimiento que ya han tenido en el pasado, por lo tanto, la estamos viendo por la historia, por el memorial, por la profecía que hablaba de que eso acontecería y por la profecía que habla de su repetición.
Todavía en la fiesta de pentecostés que comenzó el Día de Pentecostés y se cumplió en ese día, se materializó y se está disfrutando la bendición de pentecostés en cada ocasión en que cada individuo recibe a Cristo como Salvador, es bautizado en agua en Su Nombre y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego luego y produce en la persona el nuevo nacimiento; esa persona ha tenido su pentecostés, ha recibido la Vida eterna porque ha recibido a Cristo y ha recibido a Cristo que es la vida de la Sangre de Cristo, ha nacido de nuevo, ha nacido en la Iglesia del Señor Jesucristo, en el Reino de Cristo por medio de Cristo manifestado por medio de Su Espíritu.
Y ahora solamente nos falta continuar comiendo pan sin levadura, el mensaje correspondiente a nuestro tiempo hasta que seamos transformados. Es importante estar en la casa de Dios, ¿cómo se entra? Naciendo de nuevo al recibir a Cristo como único y suficiente Salvador. Yo lo recibí como mi Salvador y he entrado a la casa de Dios y formo parte de esa familia de Dios: hijos e hijas de Dios, son los que están en la casa de Dios.
Cristo dijo: “Yo soy la puerta, y el que por mi entrare, será salvo” (San Juan, capítulo 10, verso 9). Todos queremos ser salvos, todos queremos vivir eternamente, por lo cual todos necesitamos a Cristo, y todavía la puerta está abierta para recibir a Cristo como único y suficiente Salvador, y así asegurar nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno.
Si alguno todavía no lo ha recibido como Salvador, lo puede hacer en estos momentos y estaremos orando por usted, para lo cual puede pasar acá al frente, y los que se encuentran en otras naciones pueden pasar al frente en el auditorio o Iglesia en que se encuentren para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo, y los niños de diez años en adelante también pueden pasar al frente para recibir a Cristo como único y suficiente Salvador. Cristo dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los Cielos.”
Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad y en todo el Estado y en toda la nación del Brasil, y los está llamando en este tiempo final, y también en cada una de las naciones de la América Latina y también en Norteamérica, también en Canadá, también en la India, también en el África, también en China, también en Japón, en todos los países Dios tiene mucho pueblo, y los está llamando en este tiempo final antes que se cierre la puerta de la misericordia, antes que se cierre la puerta de la Dispensación de la Gracia.
Antes que Cristo termine Su labor de Sumo Sacerdote en el Cielo, Él está llamando y juntando los que están escritos en el Cielo en el Libro de la Vida. Por esa causa se ha estado predicando el Evangelio de Cristo por unos dos mil años y ha estado naciendo la fe de Cristo en el alma de las personas que han escuchado y lo han estado recibiendo como único y suficiente Salvador, porque la fe viene por el oír la Palabra, el Evangelio de Cristo, y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Y ahora, ustedes tienen la oportunidad luego de haber escuchado y nacido la fe de Cristo en vuestra alma y haber creído en Cristo y estar creyendo en Cristo, tienen la oportunidad de dar testimonio público de vuestra fe en Cristo porque con la boca se confiesa para salvación. Cristo dijo en el capítulo 10 de San Mateo, verso 32 al 33:
“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”
Si lo negamos, Él nos negará. Si lo confesamos, Él nos confesará delante del Padre celestial. Todos queremos que Cristo nos confiese delante del Padre celestial como personas que hemos escuchado Su Evangelio, ha nacido su fe en nuestro corazón y hemos dado testimonio público de nuestra fe en Cristo recibiéndole como nuestro único y suficiente Salvador.
Vamos a estar puestos en pie mientras llegan los que faltan por venir a los Pies de Cristo. En las demás naciones también pueden estar de pie mientras llegan las personas que faltan por llegar a los Pies de Cristo en estos momentos.
Tenemos que asegurar nuestro futuro eterno y solamente hay una persona que nos puede asegurar el futuro eterno, y Su Nombre es: Señor Jesucristo, “porque no hay otro Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos” (libro de los Hechos, capítulo 4, verso 12).
Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Si falta alguno por venir, puede pasar; vamos a ver si ya están listos en las demás naciones. Ya estamos listos. Con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, y nuestros ojos cerrados, repitan conmigo esta oración:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con toda mi alma, creo en Tu primera Venida, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.
Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, doy testimonio público de mi fe en Ti y te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre.
Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente, sálvame Señor. Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Y con nuestras manos levantadas todavía al Cielo, decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes le recibieron como vuestro único y suficiente Salvador. Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor lo más pronto posible,” porque Él dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo, mas el que no creyere, será condenado.” (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16).
Y la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón es: “¿Cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad.
El bautismo en agua no le quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado. El bautismo en agua es tipológico, pero es un mandamiento del mismo Señor Jesucristo.
Aun el Señor Jesucristo fue donde Juan estaba bautizando en el Jordán, entró a las aguas bautismales del Jordán, y Juan le dice: “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mi para que yo te bautice?” Y Jesús le dice: “Nos conviene cumplir toda justicia,” y entonces lo bautizó. Y si a Jesús le convenía cumplir toda justicia siendo bautizado, cuánto más a nosotros. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados conforme al mandato del Señor.
Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo en el campo espiritual, en sentido espiritual. Y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente, simbólicamente está siendo sepultado. Y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno.
Por eso en el bautismo en agua nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Bien pueden ser identificados con Cristo siendo bautizados, y que Cristo les bendiga y les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino del Señor Jesucristo. Amén.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, que Dios me los bendiga y les guarde, y dejo con ustedes al reverendo Antoñino para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, nuestro único y suficiente Salvador.
Y en los demás países dejo al ministro correspondiente para que haga en la misma forma y sean bautizados los que han recibido a Cristo como Salvador en estos momentos. Dios les bendiga y les guarde a todos.
“LA FIESTA DE LOS PANES SIN LEVADURA.”