Muy buenas noches, jóvenes; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor del Programa Divino para con los jóvenes.
Cada joven puede decir como el apóstol Pablo decía: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”1. Pues para Dios no hay nada imposible, y para el que cree todas las cosas son posibles2.
Es importante que todos ustedes sepan que hay un mundo visible y un mundo invisible; y así como hay guerras en la Tierra, hay guerras en el mundo espiritual. Pero para las guerras en el mundo espiritual están los Arcángeles de Dios con Sus Ejércitos, que son los Ejércitos del bien para controlar las fuerzas del mal; las cuales están encabezadas por el maligno (las fuerzas del mal); y en las fuerzas del bien Cristo es el Rey, el que comanda todas las huestes celestiales.
Tenemos al Arcángel Miguel, tenemos al Arcángel Gabriel. Estos Arcángeles tienen Ejércitos; y en los cambios de gobierno del imperio de los gentiles, que le fue mostrado al rey Nabucodonosor en aquel sueño, en donde él vio una estatua gigante que tenía la cabeza de oro, lo cual representaba el reino o imperio de Babilonia, encabezado por Nabucodonosor; los pechos y los brazos de plata, que representaba al imperio medo-persa; el vientre y los muslos de bronce, que representaba al imperio de Grecia, con Alejandro el Grande; y las piernas de hierro, que representaba el imperio romano del tiempo de Jesús, y que fue el que crucificó a Jesús, pues Pilato dio la orden de crucifixión3.
Por lo tanto, el imperio romano, ese reino de los gentiles representado en esa estatua gigante, en la etapa de las piernas de hierro, o sea, la etapa del imperio romano, crucificó a Cristo, o sea, al Señor en Su Primera Venida; y luego ese imperio romano continúa en los pies de hierro, pero cubiertos de barro. Y en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido es que vendrá la Piedra no cortada de manos, que es la Segunda Venida de Cristo, para quitar ese imperio, y ser establecido el imperio de Cristo, o sea, el Reino de Dios en la Tierra.
Ahora, ustedes pueden ver que cuando el Arcángel Gabriel fue enviado al profeta Daniel y le aparece a Daniel, le dijo que la oración de Daniel había sido oída y había sido dada la orden para venir a Daniel, pero el príncipe de Persia lo detuvo; o sea, estuvo peleando contra el príncipe del mundo espiritual de Persia.
Recuerden que hay principados de otro mundo, de otra dimensión, que son los que influyen en los gobiernos del imperio de los gentiles. Y dice que estuvo peleando con ese príncipe. Y por consiguiente, ese príncipe estaba manifestándose y usando al príncipe literal de Persia; y el Arcángel Gabriel dice que nadie lo ayudó, excepto el Arcángel Miguel con Su Ejército4.
El Arcángel Gabriel, por lo que se ve, está a cargo de los cambios de imperio, del imperio de los gentiles; por lo tanto, va a estar presente obrando en el Día Postrero para el cambio del reino de los gentiles, que se encuentra en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, para que venga el Reino del Mesías, el Reino de Dios, sea restaurado el Reino de David, y el Trono de David sea ocupado por el Mesías-Príncipe allí en Jerusalén. Tan sencillo como eso.
Ahora, aquí en la Tierra vemos la parte física, pero lo que está pasando en el mundo espiritual, en el mundo de los espíritus, en el mundo de esos cuerpos espirituales, parecidos a nuestros cuerpos pero de otra dimensión, esto no lo ven los seres humanos, y no saben por qué suceden las cosas.
Para este tiempo se estará luchando por el reino del planeta Tierra completo, así como en el tiempo de Jesús la lucha fue por quién se sentaría en el Trono de Dios a la diestra de Dios; y con la Primera Venida del Señor y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, Su resurrección en cuerpo glorificado, luego subió al Cielo y se sentó en el Trono de Dios; ya ese fue conquistado, ya ese Trono fue entregado a Cristo.
Por eso Cristo dijo: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra”5. Porque el que está sentado en el Trono celestial es el Rey de reyes y Señor de señores: Rey en el Cielo y Rey en la Tierra; reina sobre todas las potestades, principados, todo el mundo espiritual con sus reinos.
Es como en la Tierra: hay países con ciertos tipos de gobierno, hay países que tienen la monarquía todavía, tienen sus reyes; y así es en el mundo espiritual; pero Cristo es el Rey de reyes y Señor de señores.
¿Pero qué sucede? Algunas veces en la Tierra se levanta un reino contra otro, o un país en donde hay un rey que gobierna bajo la corona de otro rey; como en el tiempo de los españoles, que hubo muchos otros reyes que gobernaban sus países pero bajo la corona del rey de España, pertenecían a ese reino; y así es en el Cielo también.
Pero hubo países, gobernantes, reyes en la Tierra, que se rebelaron en contra del rey que – bajo la corona del cual ellos gobernaban; y quisieron independizarse, querían darle un golpe de Estado al rey principal; y eso es lo que pasa en el mundo espiritual.
Ya Cristo es el Rey de reyes y Señor de señores y está a la diestra de Dios, Él es el que manda en el Cielo y en la Tierra por decreto divino; esto significa que es a través de Él que Dios gobierna los Cielos y la Tierra.
Ahora, el reino terrenal va a ser dado al Mesías-Príncipe, y eso será la restauración del Reino de David.
Habrá luchas para el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, para que haya ese cambio del reino de los gentiles al Reino de Dios; porque en el reino de los gentiles hay muchos intereses personales, por lo tanto habrá luchas; pero el Mesías-Príncipe obtendrá la victoria.
Dice: “La Piedra no cortada de manos herirá a la imagen, al reino de los gentiles, en los pies de hierro y de barro cocido”, o sea, la etapa actual; y entonces el Mesías-Príncipe gobernará sobre Israel, sobre todo el Medio Oriente y sobre todas las naciones. Habrá verdad, justicia, paz y felicidad, que es lo que necesitamos: queremos ser felices.
Ahora, tenemos que comprender que hay una lucha grande en el mundo espiritual, la cual se refleja aquí en la Tierra. Tenemos que comprender lo que dice San Pedro: que el diablo anda como león rugiente buscando a quién devorar6.
Cada persona debe estar consciente de que hay dos reinos: el Reino de Dios, encabezado por Cristo; y el reino del maligno, reino de las tinieblas.
Cristo nos ha libertado del reino de las tinieblas y nos ha colocado en Su Reino7.
Y ahora, tenemos que comprender que el enemigo lanza muchos ataques contra los miembros del Reino de Dios: contra los jóvenes, contra los adultos, contra todos los miembros del Reino de Dios; y nos tenemos que cuidar.
Miren a Salomón hijo de David, heredero al reino de David, que es el Reino de Dios en la Tierra: se sentó en el Trono de Dios terrenal. Le fue dicho que se cuidara de la idolatría, que se cuidara de mujeres gentiles. No se cuidó; y cuando vino a ver le habían pedido derechos de establecer templos paganos, cada una de las mujeres, de acuerdo a la religión pagana que tenían; y llenaron a Jerusalén de templos paganos; y así se introdujo abiertamente a la idolatría por decreto de gobierno.
Y aun el rey Salomón, cuando estaba ya avanzado en edad, iba también a los templos paganos de sus mujeres; y dice que llegó a servir a Astoret, diosa pagana, y llegó a servir a Moloc y a todos esos dioses e ídolos, y desagradó a Dios8. Dios es un Dios celoso.
Solamente hay una verdad y hay un Dios, al cual estamos llamados a adorar, sin mezclar la adoración con adoración pagana. Dios es Dios único.
Todo esto desagradó a Dios, y Dios le dijo que iba a romper el reino de Salomón, que era el reino de David que había heredado; y lo rompió más adelante, en el tiempo del hijo de Salomón: Roboam9, conforme a como Dios había dicho; y Dios le dijo que le iba a dar una parte al siervo de Salomón, al servidor de Salomón, que era Jeroboam, un descendiente ¿de quién? De Efraín; por consiguiente, descendiente de José.
Recuerden que José tenía, a través de sus hijos, en la mano de sus hijos Efraín y Manasés, la Bendición de la Primogenitura.
Y ahora, fue roto el reino, y por eso hasta el día de hoy la parte que le fue dada a Jeroboam (que fueron diez tribus) desaparecieron del territorio de Israel como tribus, porque cometieron el mismo error: Jeroboam colocó un becerro de oro en Bet-el y otro en Samaria10, para que el pueblo no fuera a Jerusalén a adorar a Dios, sino que se quedara en la parte norte del reino de Jeroboam; porque si iban a Jerusalén podían inclinarse a favor del rey de Jerusalén, el rey de Judá, y matarían a Jeroboam, y se quedarían de nuevo con las diez tribus.
Y ahora, por cuanto hizo esos dos becerros de oro para que el pueblo fuera a adorar…, y le dijo: “Estos son los dioses que te sacaron de Egipto”, le cambió la religión del Dios verdadero por una religión pagana; y Dios no acepta eso.
Por cuanto eso fue hecho por el rey y esas tribus, y en esas tribus fueron colocados esos dioses paganos, esos becerros de oro: fueron desarraigadas esas dos tribus de su territorio, sus nombres fueron quitados de ahí; y el resto de las tribus del norte fueron sacadas de su tierra también; y por eso se les llama las tribus perdidas de la casa de Israel.
La casa de Israel es el reino del norte. Para la restauración del reino de David tienen que regresar los descendientes de las tribus del norte.
Ahora, ¿cómo vino el problema? Vino por causa del mundo espiritual, del maligno, obrando con la religión pagana; y a través de las mujeres paganas haciendo unión con el rey, y también de los pueblos paganos uniéndose con hijos del pueblo hebreo. Eso es yugo desigual: unos creyendo en el Dios verdadero, y otros creyendo en ídolos, en dioses paganos.
Dios les dijo que no lo hicieran, porque esas mujeres inclinarían el corazón del rey hacia el paganismo, hacia los ídolos; pero no hizo caso Salomón y se trajo un problema grande, y le trajo un problema grande al pueblo y al reino de David que había heredado, afectó al reino completo hasta el día de hoy. Pero otro hijo de David, el Mesías-Príncipe, lo va a arreglar.
Con la Venida del Reino de Dios, que será la restauración del Reino de David, quedará arreglado ese problema que miles de años atrás Salomón provocó. Salomón solamente era el tipo y figura del Mesías.
Y ahora, jóvenes, es bueno que entiendan que los seres humanos son influenciados por dos dimensiones: la sexta dimensión, que es el Paraíso, la dimensión de los ángeles de Dios, la dimensión buena; y la quinta dimensión, que es la dimensión del maligno, con los ángeles caídos, con los espíritus malos, demonios y todas esas cosas.
Y los jóvenes tienen que cuidarse: no deben hacer yugos desiguales; deben temer a Dios, deben conocer la Palabra de Dios, ¡deben cuidarse!; para que así la bendición de Dios sea sobre ustedes, y también sean útiles en la Obra de Dios.
Tenemos que comprender que hay un mundo espiritual bueno y hay un mundo espiritual malo. Hay un Señor, Cristo, bueno; y hay un diablo malo. No hay diablo bueno; porque diablo es (¿qué, Miguel?) ‘enemigo’ o ‘adversario’. Diablo y Satanás: adversario y enemigo.
Así que, vean ustedes, tenemos que colocarnos de parte del Programa de Dios, de parte del Reino de Dios: de parte del Ejército Divino bueno, de parte de Cristo, el Arcángel Miguel, el Arcángel Gabriel, y todo el Programa Divino que Dios lleva a cabo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Recuerden que el Reino de Dios está en la esfera espiritual manifestado en la Iglesia del Señor Jesucristo.
Cuando las personas creen en Cristo, son bautizadas en agua en Su Nombre y Cristo los bautiza con Espíritu Santo, son – han sido sacadas del reino de las tinieblas y colocadas en el Reino de Dios, en el Reino de Cristo; así es en el Programa Divino; y todo eso viene de otra dimensión, y nosotros somos los que recibimos el beneficio si nos ponemos del lado del Reino de Dios. Si nos ponemos del lado contrario, entonces están las maldiciones que fueron habladas en el monte Ebal cuando el pueblo hebreo entró a la tierra prometida11, y a eso le acompañan las plagas que cayeron sobre Egipto en el tiempo de Moisés.
Pero si estamos del lado bueno, entonces están sobre nosotros las bendiciones que fueron habladas en el monte Gerizim, para los que temen a Dios y obedecen Su Palabra.
Mi deseo es que todos ustedes reciban las bendiciones de Dios, se hagan en ustedes una realidad todas esas bendiciones que fueron habladas en el monte Gerizim.
Ha sido para mí una bendición grande en esta noche estar con ustedes, jóvenes, dándoles a conocer que estamos luchando en contra del enemigo invisible, en contra del diablo, llamado Satanás o Lucero o Luzbel, que no quiere que las personas sean bendecidas por Dios, que no quieren que los seres humanos tengan paz, no quieren que los seres humanos sean felices; pero Dios quiere que seamos felices, por eso nos ha reconciliado con Él por medio de Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario.
Y ahora, por medio del Evangelio de la Paz es dado a conocer todo ese Programa Divino para la reconciliación del ser humano con Dios, para que el ser humano tenga paz para con Dios; y por consiguiente felicidad.
Que Dios les bendiga, y que tengan mucha paz y felicidad en vuestras almas.
Que Dios les bendiga y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final.
Buenas noches.
“JÓVENES LUCHANDO CONTRA EL ENEMIGO INVISIBLE”.
[Revisión agosto 2024]
1 Filipenses 4:13
2 San Marcos 9:23
3 Mt. 27:11-26, Mr.15:6-20, Lc. 23:13-25, Jn. 19:1-16
4 Daniel 10:10-13
5 San Mateo 28:18
6 1 Pedro 5:8
7 Colosenses 1:13
8 1 Reyes 11:1-40
9 1 Reyes 12:1-18
10 1 Reyes 12:25-33
11 Josué 8:30-35