Muy buenas tardes, amados ministros y hermanos y hermanas reunidos aquí y también los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones; que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes.
Un saludo muy especial para el doctor Salomón Cunha y también para la doctora Kélita Machado de Cunha en esta ocasión, que Dios les bendiga Salomón y Kélita y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final. Es una labor muy importante la que llevan a cabo el doctor Salomón Cunha y su esposa Kélita Machado de Cunha, por eso ustedes los ven trabajando con el pueblo hebreo y tienen una labor muy importante, la cual están llevando a cabo en favor del pueblo hebreo, para que Dios bendiga al pueblo hebreo y puedan algún día alcanzar la paz que tanto anhela el pueblo hebreo, pues desde que se estableció Israel como una nación libre y soberana en su tierra, de ahí en adelante han tenido guerras, no ha tenido la paz.
Pero Israel tiene la promesa de la paz permanente, la cual vendrá en el Reino del Mesías. Si la verdadera paz, la paz permanente para el pueblo hebreo está prometida en la Venida del Mesías y el establecimiento del Reino, pues entonces hay que trabajar en ese proyecto divino.
También se puede lograr la paz en otra forma, pero eso es paz temporera que está señalada en Primera de Tesalonicenses, capítulo 5, versos 1 al 10, donde dice que cuando digan paz y seguridad, entonces vendrá destrucción repentina.
O sea, que van a lograr una paz temporera las naciones, pero es el tiempo más peligroso para el mundo entero, porque es el tiempo en que vendrá destrucción repentina de todos lados, tanto con una guerra nuclear, o sea, atómica y también el problema del medio ambiente que es muy grave, los hielos polares están derritiéndose y eso es un problema muy grave, pues el mar aumentará su nivel y se meterá a las costas, y por consiguiente las ciudades en las costas tendrán graves problemas, y los terremotos por otro lado a causa de los problemas de las placas que están moviéndose y algunas se quiebran, se parten, y ahí hay graves problemas para las naciones que están sobre las placas y se llegan a quebrar o partir, y entonces tienen graves problemas.
A causa de esos movimientos son los terremotos y también a causa de los volcanes, porque los volcanes cuando entran en acción entonces causan graves problemas y también ocurren terremotos en lugares cercanos, y los tsunamis. O sea, que hay muchos problemas señalados por la ciencia que ya estaban profetizados en las Escrituras.
Por lo tanto, este es un tiempo de muchos problemas, de muchos peligros, pero también el tiempo de la bendición más grande para los creyentes en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, y creyentes en Jesucristo el Redentor.
Así que, miramos los problemas como profecías que están cumpliéndose. Ya fueron habladas por los profetas del antiguo Pacto o Antiguo Testamento, y también por Jesucristo, por los apóstoles San Pedro y San Pablo, y el libro del Apocalipsis que Juan el apóstol solamente fue el que escribió lo que él vio, pero otro fue el que le dio esa revelación, o sea, el Ángel que le daba esa revelación al cual él quiso adorar en diferentes ocasiones, y no era ese Ángel Jesucristo por cuanto, cuando Juan quiso adorarlo, él le dijo: “No lo hagas, adora a Dios, yo soy consiervo tuyo y con tus hermanos los profetas.”
¿Ven que era un profeta? Un espíritu de profeta, del cual dijo el reverendo William Branham: “Pudo haber sido Elías,” o sea, el espíritu de Elías, recuerden que un espíritu es un cuerpo de otra dimensión, parecido a nuestro cuerpo pero de otra dimensión, de la dimensión de los cuerpos teofánicos, de los cuerpos espirituales, no de los cuerpos terrenales de carne, sino de la dimensión donde están los cuerpos angelicales, cuerpos teofánicos de la dimensión de donde es nuestro cuerpo teofánico, de donde es nuestro espíritu, el espíritu que hemos recibido de parte de Dios por medio de Cristo.
Ahora, encontramos en la Sagrada Escritura, la Biblia Sagrada, que las cosas que están sucediendo en nuestro tiempo, pues ya así como usted lee el periódico y ve la noticia de lo que está sucediendo, de lo que ha sucedido, en la Biblia usted ve las noticias de las cosas que sucedieron en el pasado (están en la historia), las cosas que están sucediendo en nuestro tiempo, usted las lee, usted dice: “Pero si aquí estaba,” y las cosas que van a suceder más adelante también están ahí.
O sea, que es la Biblia el medio de noticias más grande aunque la Biblia se ve tan pequeña; habla de todo lo que sucedería, y se ha ido cumpliendo todo, o sea que está viendo las noticias con anticipación aquí en la Biblia, y después las ve en los periódicos y por la televisión, y dice: “Pero si esto es lo que dice la Biblia,” pues usted vio con anticipación lo que iba a suceder.
Y ahora, a través de la Escritura podemos ver las cosas que estarán sucediendo en nuestro tiempo… quiero hacer una pausa aquí. Quiero saludar a las personas que están en la Trilla en esta actividad: “Familia de Bendición,” y que Dios les bendiga grandemente, aprecio mucho lo que están haciendo en favor del proyecto de La Gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, y también todos ustedes presentes y los que están a través del satélite Amazonas o de internet y en diferentes naciones, les expreso en nombre de la Carpa o en nombre de La Gran Carpa-Catedral, el aprecio y agradecimiento por el respaldo que le están dando al proyecto de La Gran Carpa-Catedral.
Que Dios los bendiga grandemente por lo que están haciendo, y por lo que continuarán haciendo hasta que veamos levantada esa Gran Carpa-Catedral, y la veamos trabajando o siendo usada esa Gran Carpa-Catedral en favor del Programa Divino que es en favor de toda la humanidad.
Pues está profetizado que en medio del Cristianismo, en medio de los escogidos, en medio de la Iglesia Novia del Señor en el tiempo final, habrá una Gran Carpa-Catedral donde estará la presencia de Dios, donde estará el Ángel del Pacto, donde estará la Columna de Fuego que guió al pueblo hebreo, donde estará el Ángel que acompañaba al reverendo William Branham y donde yo voy a estar también, y donde todos ustedes también van a ver a través del satélite Amazonas y otros medios de comunicación, todas las actividades que se estarán llevando a cabo allí, que van a ser transmitidas.
Por lo tanto no tendrán preocupación de tener que sacar visas y boletos para ir allá, sino que estarán sentados cómodamente en sus congregaciones, viendo y escuchando todo lo que se estará llevando a cabo en las actividades que serán programadas para los diferentes días que habrá actividades.
Vean, en un tiempo en que hay tantos problemas, ¿ven? Dios tiene una bendición para Su pueblo. Deseo que Dios los bendiga grandemente por lo que están haciendo y les recompense grandemente, y cuando reparta los galardones, lo que ustedes hayan estado haciendo en favor de La Gran Carpa-Catedral aparezca como tesoros almacenados en el Reino de los Cielos.
También aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando a AMISRAEL, ustedes han estado viendo los resultados que AMISRAEL ha estado obteniendo en todos los proyectos, en todas las actividades que ha estado llevando a cabo en Brasil, en Colombia, en Chile, en México, en Perú, en Argentina, en Ecuador, en Bolivia, en Uruguay, en Paraguay y en todas las demás naciones, y en Brasil, y también en Israel.
Ha sido una labor de éxito total, por lo tanto, adelante respaldando a AMISRAEL para que no tenga ninguna necesidad económica y también en Israel donde está la oficina de AMISRAEL allá en donde era el edificio del gran rabinato, ahí están las oficinas de AMISRAEL para que también estén siempre al día con los pagos de alquiler, de luz, de agua y todos los demás pagos, pago de secretaria también, pago de material de trabajo y todas las demás cosas. Así que, aprecio y agradezco mucho y recomiendo también que ese respaldo cada día sea mayor.
También aprecio mucho el respaldo que le están dando a la obra misionera y evangelística con la cual se lleva el Evangelio, las personas escuchan, nace la fe de Cristo en sus almas y dan testimonio público de su fe en Cristo recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador.
Así es como Cristo ordenó que se hiciera:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
El que no cree, se pierde las bendiciones de la Vida eterna por no creer, por no creer en Jesucristo y recibirlo como único y suficiente Salvador para ser perdonado y ser limpio de todo pecado con la Sangre de Cristo.
Por lo tanto, adelante con la obra misionera y evangelística, los ministros junto al doctor Miguel Bermúdez Marín y todas las congregaciones que ustedes atienden, yo también estoy brazo a brazo con todos ustedes juntamente con el misionero, doctor Miguel Bermúdez Marín.
“EL MISTERIO DE ENTENDER LA PALABRA PARA LLEVAR FRUTO.”
De eso nos habla Cristo en San Mateo, capítulo 13, versos 18 en adelante, dice el mismo Jesucristo en la parábola del sembrador:
“Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:
Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.
Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;
pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.
El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.”
Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita dar a ciento por uno fruto en el Reino de Cristo.
“EL MISTERIO DE ENTENDER LA PALABRA PARA LLEVAR EL FRUTO.”
En esta parábola Jesucristo coloca cuatro clases de personas que llegan a escuchar la Palabra, que llegan a escuchar la predicación del Evangelio de Cristo. El primero, el primer grupo es aquel que está tipificado en el lugar o terreno junto al camino, esas son las personas que cuando se está predicando el Evangelio de Cristo ya sea en una iglesia o al aire libre o en algún auditorio público o en algún parque de pelota o en algún lugar donde se esté llevando a cabo una actividad de la predicación del Evangelio de Cristo, mucha gente escuchan, pero ¿qué pasa? Lo que escucharon que es para el alma, pues llega al alma, al corazón, pero el diablo saca eso, arrebata eso que fue sembrado en el alma, en el corazón de la persona.
Por ejemplo, está escuchando una persona, se para a escuchar que están predicando, y viene otro amigo y pasa por el lado, y le dice. “¿Te vas a meter tú también a la religión? ¿Tú eres también religioso?”
Y luego la persona se va o escucha un ratito más, o cuando llega a la casa la esposa, los familiares o amigos le hablan en contra de lo que estaban escuchando, y arrancan eso que fue sembrado en el corazón: fue un oidor olvidadizo; por eso muchos escuchan pero no todos retienen la Palabra que fue sembrada.
Los otros son aquellos señalados como lugar de pedregales, que es sembrada la Palabra, escuchan la predicación del Evangelio de Cristo pero no tiene raíz, no echa raíz ahí, porque es un sitio árido, y la Palabra ahí no llega y echa raíces porque la persona no da lugar a que se arraigue la Palabra en su alma, en su corazón.
Escuchó, con gozo recibió la Palabra, pero la Palabra no se arraigó en el alma de la persona, porque él no dio lugar para eso. No era una buena tierra, con gozo recibe la Palabra, pero después por alguna cosa se aparta, y eso ustedes lo han visto en muchas ocasiones, en muchas personas que han estado muy contentos, recibieron el Evangelio, estuvieron un tiempo yendo a la iglesia, se bautizaron y todo, estaban muy contentos, pero cuando vino algún problema, alguna persecución, alguna aflicción, algún problema, se fueron. Personas representadas en terreno pedregoso.
Luego el otro terreno, es un terreno de espinos o espinas, de matas de espinas que representa a las personas que su corazón lo tienen colocado en las riquezas y afanes de esta vida, y no tienen tiempo para las cosas de Dios.
Esas personas representadas en ese terreno lleno de matas de espinas, las espinas que son… esas matas de espinas, que son los afanes de este siglo y las riquezas, ahogan esa Palabra, ¿ven? No tienen lugar para estar siempre asistiendo y escuchando la Palabra para que se arraigue bien la Palabra para poderla entender bien; son personas que van a la iglesia por compromiso, porque les conviene algunas veces a algunas personas o porque les gustó, pero están representadas en esa clase de terreno y no llevan fruto, no pueden llevar el fruto que corresponde.
Recuerden que Cristo en la parábola donde Él habló en San Juan, capítulo 15, dice: “Yo soy la Vid, vosotros los pámpanos,” o sea, las ramas de la planta de uva, y Él dice ahí: “Separados de mí, nada podéis hacer.”
Como una rama de uva separada de la planta de uva, no puede echar fruto; usted corta una rama de uvas y la coloca en su casa, no espere que va a tener las uvas allí, esa rama tiene que estar pegada a la planta de uva que es el lugar que le corresponde. Los pámpanos son las ramas (en Brasil, ‘los gallos,’ raro, pero no son gallos de esos de… el esposo de la gallina, sino gallos, ramas, pámpanos) y aun la rama o pámpano que está en la planta, si no lleva fruto, será cortada y echada al fuego como mal pámpano, porque es colocada ahí para que lleve fruto.
Cuando una persona recibe a Cristo com Salvador, es bautizado en agua en Su Nombre y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo, ha sido colocado en el Cuerpo Místico de Cristo, ha nacido en la Iglesia del Señor Jesucristo, por consiguiente ha nacido en el Reino de Dios, y por consiguiente está unido a Cristo, es parte del Cuerpo Místico de Cristo, y por consiguiente está para llevar fruto.
Como decía Cristo allá cuando tenía 12 años y José y María fueron de regreso para buscarlo en Jerusalén, porque no lo encontraban en medio de la compañía que regresaba con ellos de la fiesta de la pascua que habían, en la cual habían asistido, y cuando llegan al templo lo encuentran a Jesús con los ancianos hablando allí con aquellos hombres sabios conocedores de las Escrituras, y ellos preguntándole y Jesús contestándole a ellos, y Jesús preguntándoles también, y se maravillaban de la sabiduría de ese niñito de 12 años de edad.
Y llega María y le dice: “Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Te hemos estado buscando por tres días, te hemos estado buscando (o sea) ¿por qué te quedaste acá?” y Él dice: “¿Por qué me buscáis? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me conviene estar?”
Aquellos eran los negocios del Padre, los asuntos espirituales, los asuntos que tenían que ver con la Palabra de Dios, el templo, los sacerdotes y todas estas cosas, y estar hablando la Palabra, hablando todo ese conocimiento que estaba en Él con relación a la Palabra de Dios.
Los negocios del Padre no eran la carpintería allá de José en Nazaret, no era estar trabajando en la construcción en la carpintería, era estar atendiendo los negocios espirituales de Dios, el Programa de Dios para aquel tiempo.
Los negocios del Padre a lo cual se refiere Cristo es a los negocios de Dios, y a cada creyente en Cristo le conviene estar atendiendo los negocios de nuestro Padre celestial, los negocios espirituales, los negocios que corresponden a la Iglesia del Señor Jesucristo para llevarlos a cabo conforme al Programa de Dios para cada etapa por la cual pasa la Iglesia del Señor.
Y por consiguiente cada creyente en Cristo estando en la Iglesia del Señor, le corresponde estar atendiendo esos negocios, estar trabajando en esos negocios del Señor Jesucristo que son llevados a cabo por su ayuda idónea que es Su Iglesia.
Cristo es el segundo Adán, y Su Iglesia es la segunda Eva, para que sea una ayuda idónea para trabajar en el Programa de Dios, a la Iglesia le conviene estar trabajando en los negocios del Señor Jesucristo, y a cada miembro de la Iglesia trabajando en los negocios del Señor Jesucristo en armonía con Dios.
Hay que trabajar de acuerdo a la Palabra, al Programa de Dios correspondiente al tiempo en que le toca vivir cada persona, y así cada persona estará como buen pámpano en Cristo trabajando y dando mucho fruto, y estará como la buena tierra.
La buena tierra es cada creyente en Cristo nacido de nuevo, trabajando en la Obra de Cristo en el Cuerpo Místico de Cristo; no puede estar fuera del Cuerpo Místico de Cristo, porque el Cuerpo Místico de Cristo que es Su Iglesia, es la única de la cual Cristo dice que es carne de Su carne, hueso de Sus huesos, es Su compañera idónea y ella está para trabajar con Cristo en todo el Programa de Dios.
Por eso es que los hijos e hijas de Dios nacen en el Cuerpo Místico de Cristo por medio de la unión de Cristo con Su Iglesia de edad en edad, donde se reproduce en muchos hijos e hijas de Dios, y por consiguiente estos son los hijos del Reino, de lo cual habla también Cristo en la parábola del trigo y de la cizaña en donde representa a los hijos del Reino en el trigo, y a los hijos del maligno los representa en la cizaña.
Y ahora, la buena tierra son aquellas personas que escuchan la Palabra y vamos a ver lo que dice aquí, verso 23 dice:
“Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.”
La buena tierra es toda persona que oye y entiende, porque la Palabra de Dios es para oírla y entenderla y guardarla, no guardarla literalmente, esconderla, sino cumplirla, hacer conforme a la Palabra de Dios.
Por lo tanto, se predica el Evangelio de Cristo para que las personas escuchen, crean, entiendan y lleven mucho fruto en el Cuerpo Místico de Cristo. Por esa causa se dan mensajes de enseñanza, o sea, estudios bíblicos, para hacer simple todo misterio divino, simplificarlo, enseñarlo en forma simple para que todos puedan entender.
Ahora, hemos visto que la buena tierra es aquel que oye y entiende la Palabra y lleva fruto a ciento por uno, a sesenta por uno o a treinta por uno, es como siembra un grano de trigo y cosecha cien granos de trigo, y si siembra cien granos de trigo, luego va a tener cien plantas de trigo y va a cosechar ¿cuánto? Cien por cien, así va a cosechar, y sigue multiplicándose; así es la buena tierra, que lo que se siembra, ahí se da.
Por eso es que tiene la buena tierra que cuidarse de que no siembren en él una simiente mala, sino que sea sembrada la Palabra de Dios, la Palabra de Dios para el tiempo en que la persona le toca vivir.
Y ahora, el misterio de entender la Palabra para llevar el fruto, vemos aquí en el capítulo 13, versos 10 en adelante, es en la misma parábola cuando la da sin explicar, dice:
“Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?
El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.”
Aquí encontramos que para la buena tierra, que son los que van a producir a ciento por uno, a sesenta por uno, o a treinta por uno, recuerdan que unos producen más que otros, porque unos trabajan más que otros en la Obra del Señor; y a los que están representados en las personas junto al camino, vean, no entienden, escucharon y el diablo sacó lo que fue sembrado en el corazón, al que fue sembrado representado en pedregales, escuchó, con gozo recibió la Palabra pero no dice que entendió, no tenía raíz.
¿Ven? Entonces cuando se escucha, se entiende, echa raíces la persona en el Evangelio de Cristo, en el Programa de Dios y la Palabra echa raíz en él, se arraiga en el corazón de la persona, pero el que está representado en pedregales, vean, no echó raíz, por lo tanto, esa persona no entendió.
Luego vienen los que son sembrados en terreno de espinos, tampoco dice que entendieron, tampoco dice que se arraigó o echó raíces, sino que dice que los espinos que son las riquezas y los afanes de la vida, ahogaron la Palabra.
Siembre alguna semilla o una plantita y colóquele muchas matas de espinas (espinos) y cosas sobre ella, no puede salir para crecer y dar fruto. Así son los bienes materiales, las riquezas y los afanes de esta vida, la persona que está en esa situación, dice: “No tengo tiempo para nada, tengo que atender el negocio.”
“¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma?” ¿De qué le valen los afanes? De nada le van a servir, ¿de qué le valen las riquezas? De nada le van a servir, ¿qué recompensa dará el hombre por su alma? No hay ninguna, por más dinero que tenga la persona, si no se ocupa de su salvación con temor y temblor irá al mismo lugar que fue el hombre rico, del cual habló Cristo en la parábola del hombre rico y el mendigo Lázaro, y nadie quiere ir donde fue el hombre rico.
Así que los ricos no tienen el mejor lugar siempre, pueden ir al mejor hotel, pero cuando mueren, si no habían recibido a Cristo como Salvador y no se ocuparon de llevar fruto, no van a ir al mejor lugar, no van a ir a un lugar de aire acondicionado, sino de calefacción al nivel más alto.
Así que, así nos enseña Jesucristo en Sus parábolas y así nos enseña toda la Biblia, el antiguo Pacto o Antiguo Testamento de Génesis a Malaquías, y de San Mateo al Apocalipsis, por lo tanto lo más importante para el ser humano es la Vida eterna, y solamente la podemos conseguir a través ¿de quién? De Jesucristo nuestro Redentor, nuestro Salvador, nuestro pariente Redentor.
Algunas veces hay personas que lloran porque Cristo murió, pero cuando sabemos que Él murió por nosotros para que nosotros podamos tener Vida eterna, tenemos que estar muy agradecidos a Dios por ese Sacrificio tan grande que hizo Cristo por todos nosotros.
Cristo podía decir: “Yo quiero seguir viviendo,” y estaría viviendo todavía aquí en el planeta Tierra, y como Él podía caminar sobre el mar, pues podía usar embarcaciones o seguir caminando como si estuviera sobre tierra, o podía usar otro medio de transporte para pasar de un país a otro sin ningún problema, porque en Él estaba todo ese equipo, porque Él nació por creación divina, por lo tanto Él era como era Adán antes de pecar.
Él dijo: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, él solo queda,” o sea, está diciendo: “Si yo no muero por todos ustedes, me voy a quedar solo aquí en la Tierra,” ¿y para qué una persona quiere quedarse solo en la Tierra? ¿Qué razón podría tener? Por ejemplo, ¿para qué una persona quiere quedarse sola en su ciudad, que muera todo el mundo y él quedar solo con todas las riquezas? ¿Qué va hacer? ¿Dónde va a comprar alimento? ¿Qué va hacer con su dinero? ¿Con quién va a platicar? Sería un hombre muy solitario.
Y una persona solitaria que no quiere compartir con los demás, vendría a ser una persona egoísta, y no tendría amor, y lo que le espera… no ser llevado al manicomio porque no habría manicomio; para un solo loco, quedaría loco en la tierra, una persona que quede solo en el planeta Tierra.
Si a usted lo llevan a un planeta lejano y lo dejan solito ahí, ya a la semana ya está loco, pero primero va a decir que quienes lo llevaron están locos, “estos locos me dejaron acá en este planeta,” y entonces no se sabe cuál está más loco, unos por llevarlo y el otro por montarse para que lo llevaran.
Así que, Jesucristo quedaría solito aquí en la Tierra caminando como cuando Adán estaba sobre el planeta Tierra en su cuerpo físico caminando, pero vean, dice Dios : “No es bueno que el hombre esté solo,” y si dijo para el primero Adán: “No es bueno que el hombre esté solo,” no es bueno que el segundo Adán esté solo, pero si el grano de trigo no cae en tierra y muere, él solo queda.
Ahora, cuál es el motivo por el cual y para el cual Él tenía que morir: cuando Adán estaba solo Dios le dijo: “No es bueno que el hombre esté solo, le haré una ayuda idónea.” colocó sueño sobre Adán (vean, el primer médico), colocó anestesia, sueño sobre Adán, hizo una herida en su costado, sacó una costilla, y de esa costilla formó un cuerpo femenino, ahí colocó el espíritu femenino que estaba en Adán, lo colocó en ese cuerpo femenino.
Recuerden que el hombre era varón y hembra, pero ahora Dios va a separar esos dos espíritus, el femenino colocarlo en otro cuerpo, un cuerpo femenino, y sería la compañera idónea para Adán, la cual vino a ser Eva, Ishshah, que es varona, y luego que peco le fue puesto por nombre Eva: “madre de todos los vivientes,” ¿y qué significa eso? Pues que madre de los buenos y de los malos, para que lo entiendan más fácil, madre de Abel y madre de Caín, madre de Abel el bueno y madre de Caín el malo, y ahí empieza la descendencia que viene bajando de Eva, viene por ahí y se pobla, se llenó de pobladores la tierra. Y los malos siguieron siendo malos, y por eso el diluvio vino a causa de la maldad de los hombres, de los hijos de los hombres y que está representada en la parábola del trigo y la cizaña, están representados en la cizaña, y los buenos están representados en el trigo que son los hijos del Reino.
Y ahora, los que están representados en el trigo, son aquellos que están representados también en la buena tierra en la parábola del sembrador, son los hijos del Reino, los cuales escuchan la Palabra y esas personas llevan fruto como creyentes.
La Palabra del Reino es la Palabra de Dios, el Evangelio de Cristo, la parábola del trigo y de la cizaña, vean a Cristo explicando, dice el verso 34 en adelante dice del capítulo 13:
“Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba;
para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:
Abriré en parábolas mi boca;
Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.”
En las parábolas del Señor Jesucristo hay cosas que están escondidas de la fundación del mundo, y Cristo las habló en las parábolas; por ejemplo, el misterio de los hijos de Dios, los hijos del Reino, y los hijos del maligno, ese es un misterio del tiempo de Adán y Eva, y el maligno está en la serpiente que es, digamos, el príncipe o rey de la raza de la serpiente, y en él estaba el maligno, el diablo, Lucifer o Lucero o como le quieran llamar, y por eso en las parábolas usted encuentra hablando a Cristo acerca de los hijos de Dios y los hijos del malo; Cristo habla acerca del diablo también, como el príncipe de las tinieblas, el príncipe de este mundo, y así por el estilo, porque desde la caída del ser humano en el Huerto del Edén, el maligno, el diablo se apoderó de este planeta Tierra, y por eso es el príncipe de este mundo, y es el príncipe de las tinieblas, y es el príncipe de la quinta dimensión, del infierno. Ahora vean, sigue diciendo:
“Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.
El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.
El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.
De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.
Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,
y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.”
Y los que tienen oídos para oír son los que están representados en la buena tierra y también en el trigo; los que escuchan la Palabra del Reino son los hijos del Reino. Por lo tanto, en esta parábola también nos habla del comienzo desde el Génesis, y nos habla del tiempo final, donde el Hijo del Hombre enviará Sus Ángeles como lo dice también en San Mateo, capítulo 24, versos 30 al 31, donde nos dice que “el Hijo del Hombre enviará Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta y juntarán a Sus escogidos.”
La Gran Voz de Trompeta es el Evangelio del Reino en el Día Postrero, y los escogidos de entre los hebreos, de entre los judíos, son ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu que van a recibir el mensaje de la Gran Voz de Trompeta de los Ángeles del Hijo del Hombre, y los Ángeles del Hijo del Hombre son los dos Olivos: Moisés y Elías.
O sea, que esos ministerios de Moisés y Elías estarán siendo operados en el Día Postrero para llevar a cabo esta labor de la gran cosecha, por eso en Apocalipsis, capítulo 14, versos 14 en adelante nos habla también de la cosecha de la mies.
Y ahora, para el Día Postrero tenemos la promesa de la venida de los dos Olivos, la venida de los ministerios de Moisés y Elías para la labor de la cosecha en el Día Postrero. Dice que la siega es el fin del siglo, por lo tanto, el final de la Dispensación de la Gracia se lleva a cabo esa cosecha.
O sea, que la Dispensación de la Gracia termina con esa cosecha del trigo, y se abre para el pueblo hebreo la Dispensación del Reino con el llamado de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu.
Para este tiempo tenemos esa promesa de esa bendición tan grande en la cual los escogidos del Cristianismo van a obtener la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, y los ciento cuarenta y cuatro mil van a tener fe para ser mártires durante la gran tribulación, dar sus vidas por lo que ellos estarán creyendo, y las vírgenes insensatas van a pasar por la gran tribulación porque no tenían aceite, el Espíritu Santo, no habían nacido de nuevo, por lo tanto, no tenían la vestidura de boda que es el Espíritu Santo, para luego recibir la otra vestidura encima, que es el cuerpo nuevo, el cuerpo glorificado, porque sin la vestidura de boda, el cuerpo angelical y el cuerpo físico glorificado, no hay viaje para la Cena de las Bodas del Cordero. Sin la vestidura de boda no se estará en la Cena de las Bodas del Cordero.
Por lo tanto, en el Día Postrero la manifestación de Dios por medio del Espíritu de Cristo en medio de Su Iglesia, va a darle la fe a los escogidos que van a ser transformados, le va a dar la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Así como la fe para recibir la transformación espiritual, interna en cada persona, gira alrededor de la primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, lo cual se da a conocer por medio del Evangelio de la Gracia, el Evangelio de Cristo, el Evangelio de nuestra salvación, lo cual cuando la persona escucha, nace la fe de Cristo en su alma, cree en Cristo y da testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole como único y suficiente Salvador, y es bautizado en agua en Su Nombre como Cristo ha ordenado y los apóstoles, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo nacimiento.
Esa es la primera parte que se lleva a cabo en la obra de redención, recibe esa bendición espiritual y viene a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, ya entró al Reino de Dios, ya tiene Vida eterna la persona, ya su alma tiene Vida eterna. Pero le falta solamente la transformación de su cuerpo, le falta solamente recibir Vida eterna física que será con nuestra transformación.
Cuando tengamos el cuerpo nuevo, tendremos Vida eterna física en ese cuerpo físico glorificado que será inter dimensional, que podrá viajar al país, a la nación o al planeta que tenga necesidad de viajar.
Y como la Cena de las Bodas del Cordero va a ser en otra dimensión, la dimensión del Padre, la dimensión divina, la séptima dimensión, entonces bien lejos fue colocada esa gran fiesta, por allí no van aparecer personas que vayan a interrumpir, lejos en cuanto a dimensión, pero cerca porque la dimensión de Dios cubre toda la humanidad.
La séptima dimensión es la dimensión del Padre, la dimensión de Dios; la sexta dimensión, la dimensión donde están los Ángeles también, donde están también los santos que han muerto y están en cuerpos teofánicos, cuerpos angelicales. Ese es el espíritu de la persona creyente en Cristo, un cuerpo angelical, su alma está dentro de ese cuerpo angelical.
Así que el creyente en Cristo cuando muera su cuerpo físico no tiene problema, sigue viviendo en otra dimensión, ya se acabaron los afanes de esta vida, el trabajo, las madrugadas de ir a trabajar y tomar el tráfico pesado para ir y para regresar.
O sea, que la persona cuando está en el tráfico fuerte y se hace más difícil por algún problema, y dice: “¿Cuándo se acabará esto?” Pues se va acabar cuando terminen sus días aquí en la Tierra o cuando sea transformado, así que esté tranquilo, tenga paciencia, siga yendo al trabajo, no deje el trabajo, porque si lo deja el problema sería mayor en su casa.
Así que, mientras tengamos estos cuerpos, tendremos problemas terrenales, cuando tengamos el nuevo cuerpo, se acabaron los problemas, y para el que se va antes al Paraíso, a la sexta dimensión, pues se acabaron también los problemas, y los problemas terrenales se los dejó a la familia como herencia.
Así que no se deben preocupar de que: “¿Qué me van a dejar cuando se vayan? ¿Qué herencia me va a dejar?” Pues todos los problemas y todas las cosas que no se pueda llevar, pero todo lo que almacenó en el Reino de Cristo lo tendrá para la toda la eternidad, y Cristo lo recompensará por todo lo que hizo.
Por eso dijo Cristo que no hagamos tesoros en la Tierra, donde la polilla y el orín corrompen y donde ladrones minan, sino que hagamos tesoros en el Cielo donde no hay polilla ni orín ni ladrones, ahí es donde tenemos que sembrar nuestro tesoro.
Y hacemos tesoros trabajando en la Obra de Cristo, con todo lo que hagamos en la Obra del Señor de todo corazón, estamos haciendo tesoros, lo que hagamos con nuestras manos, lo que hagamos llevando a cabo actividades, lo que hagamos económicamente, todo es almacenado en el Reino de Cristo, y en Apocalipsis, capítulo 22, verso 12 dice:
“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo (¿para qué?), para recompensar a cada uno según sea su obra.”
Cristo también lo había dicho allá en el capítulo 16 de San Mateo, versos 26 al 28 cuando dijo:
“Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.”
Y esto fue cuando habló y dijo:
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.”
Así que, estamos seguros que habrá una recompensa, y la recompensa para los creyentes en buena; para los incrédulos la recompensa es ser echados en el horno de fuego, ser echados en ese tiempo de gran tribulación donde la Escritura dice en Malaquías, capítulo 4, verso 1 en adelante: “He aquí, viene el día ardiente como un horno.” Ese día… está hablando del día del Señor, vamos a verlo aquí tal y como lo dice:
“Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.”
Un día ardiente como un horno, y con el calentamiento global, como que le están subiendo la temperatura al horno, y cada día se pondrá más caliente. Y con una tercer guerra mundial, piense usted cómo se pondrá, la radioactividad derrite el cuerpo humano y derrite todas las cosas, y de esto nos habla también Zacarías por ahí por el capítulo 14 si ustedes lo encuentran, lo pueden leer en sus hogares y verán que lo que le espera a la humanidad es muy terrible. Dice ese capítulo que habla de un tiempo terrible para la humanidad, nos habla de una guerra el capítulo 12 y el capítulo 14 también la menciona, y habla de los sobrevivientes también que luego tendrán que ir a Jerusalén de año en año para llevar la honra de las naciones a Jerusalén, porque será Jerusalén la Capital del mundo, y el Mesías Príncipe estará allí, y allá llevarán los tributos de todos los pueblos.
Y la nación que no lo haga, vamos a ver lo que le pasará, dice el verso 1 en adelante… verso 9 en adelante dice del capítulo 14:
“Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.”
O sea, que allá en ese Reino del Mesías Dios será Rey, Dios estará reinando a través del Mesías Príncipe y de Jerusalén saldrá la enseñanza religiosa, la enseñanza política del Reino, la enseñanza de la economía para todas las naciones que pertenecerán a ese Reino, toda la enseñanza que la humanidad necesite, saldrá de Jerusalén.
O sea, que los ministerios de enseñanza estarán o estará en Jerusalén, de Jerusalén también saldrá la paz para todas las naciones, porque en Jerusalén estará el Príncipe de Paz, el Mesías Príncipe. Sigue diciendo:
“Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida, y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Angulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey.”
En Habacuc, capítulo 2, verso 14 y también Isaías, capítulo 11, verso 9 dice que “la Tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.” O sea, que la Tierra va a recibir la enseñanza divina de Dios, y todos van a conocer a Dios en el Reino del Mesías, la Tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor, van a ser llenos la Tierra, los habitantes del conocimiento de la segunda Venida del Señor, de la Venida del Mesías y Su Reino que será establecido en Jerusalén, desde Jerusalén. Su Trono establecido allí en Jerusalén.
Ahora, continuamos viendo aquí, dice:
“Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente.
Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén…”
Ahora vean, pelear contra Israel, pelear contra Jerusalén miren los problemas que le trae a las naciones que se levanten en contra de Jerusalén. Recuerden que hay una bendición que le fue dada a Abraham, pasó de Abraham a Isaac, de Isaac a Jacob, de Jacob al pueblo hebreo, y es: “El que te bendiga, será bendito; y el que te maldiga, será maldito.”
Toda persona que maldiga a Israel no ama a su familia ni ama a su pueblo, ¿por qué? Porque dice: “Será maldito,” por lo tanto, será maldito él, y su familia y su pueblo, si es un rey. Recuerden que por causa de tratar mal a Israel, Dios destruyó reyes y pueblos, por ejemplo, faraón y su reino quedaron destruidos, hasta su hijo primogénito murió. Así que, bendecir a Israel es bendición para aquel que lo haga, y para su familia y para su nación. Maldecir a Israel, es maldición que regresa para la persona; para la persona, para su esposa, para sus hijos y para su nación si es un rey de alguna nación, o si es un simple ciudadano, trae maldición para él y su familia como individuo. Y si es un líder religioso, trae maldición, maldición para él y su grupo religioso.
Por lo tanto, hay un secreto de bendición en Israel, y es bendecir a Israel, como había un secreto de bendición en Abraham y era bendecir a Abraham y pasó a Isaac, y pasó a Jacob y pasó a los descendientes de Jacob. Por lo tanto, aquí los que peleen contra Israel y contra Jerusalén, vean, habrá una plaga, vamos a ver cuál es esta plaga, dice:
“Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca.”
Y eso es la radioactividad, eso es el poder nuclear o poder atómico que hace ese efecto. O sea, que en esa guerra que va haber contra Jerusalén y contra todo el territorio de Israel, van a ser usados, van a ser usadas armas que van a producir ese problema.
Aquí tenemos también… por aquí escucho a Miguel por aquí, acá hablando, no sé si está en la linea telefónica por ahí, por aquí está lo otro:
“Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero.”
O sea, que va haber confusión en esa guerra, los enemigos se Israel se vana confundir y se van a matar unos a otros, eso ya pasó en otras ocasiones en donde Dios los confundió, e Israel no tenía que salir a la guerra: “Queden quietos ustedes que Dios se va a encargar de esa guerra,” y murieron todos los que estuvieron ahí para atacar a Israel.
Ahora, sigue diciendo:
“Y Judá también peleará en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en gran abundancia.”
Ese es el botín, porque el que pierde, pierde todo, el que pierde se encarga de los gastos de la guerra, el botín es como recompensa a lo que gastó el que ganó, y para algunos países es buena inversión la guerra, esa guerra que va a ocurrir ahí, va a producir todas esas riquezas de sus vecinos para el pueblo hebreo:
“Así también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos y de todas las bestias que estuvieren en aquellos campamentos.”
¿Ven? O sea, que la plaga que va a corromper el cuerpo, que lo va a destruir, también afectará a los animales:
“Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos.”
En el milenio se estará viviendo en la materialización de la fiesta de los tabernáculos, la cual es tipo y figura del Reino del Mesías, del Reino Milenial, y también es un memorial de los cuarenta años que pasó el pueblo hebreo morando en tabernáculos, o sea, en casas de campañas y por eso esa fiesta se lleva a cabo, se celebra todos los años en medio del pueblo hebreo, y en el milenio de año en año subirán las naciones que fueren salvas para adorar a Dios y llevar allí sus tributos.
“Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia.”
O sea, que eso es una maldición que caerá sobre los que no vayan adorar a Dios en Jerusalén en la fiesta de los tabernáculos:
“Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos.
Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos.”
Ahora vean cómo va s ser el Reino del Mesías, no va a ser un Reino de mano débil, va a ser un Reino de mano dura y por eso la oración de Cristo que enseñó a Sus discípulos cuando le piden que les enseñe a orar en el Padre nuestro ahí en San Mateo, capítulo 6, verso 10 en adelante o un poquito antes… nos dice enseñando Cristo a orar a Sus discípulos, que orando oremos de la siguiente manera, la cual es un modelo de oración la cual nos enseña las cosas que tenemos que incluir en nuestras oraciones.
Por supuesto no quiero decir, o no está obligada la persona a repetir toda esta oración, sino que la oración contenga los elementos que están contenidos en esta oración modelo, dice capítulo 6, verso 9 en adelante dice:
“Vosotros, pues, oraréis así:
Padre nuestro que estás en los cielos,
Santificado sea tu nombre.”
Al acercarse a Dios, acercarse con reverencia, reconocer a Dios como nuestro Padre celestial que está en los Cielos, y glorificar Su Nombre:
“Santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”
“Venga Tu Reino,” el Reino de Dios que está señalado para venir, del cual Juan el Bautista y Cristo hablaban cuando predicaban el Evangelio del Reino, luego cuando Cristo murió ya en el Día de Pentecostés se comienza a predicar el Evangelio de la Gracia, pero el Evangelio del Reino se volverá a predicar, que nos habla de un Reino físico que va a ser establecido en la Tierra, y Su Capital será Jerusalén donde estará el Trono del Rey, que será el Mesías, Jerusalén y de Jerusalén saldrá la paz para todas las naciones, en Jerusalén serán reunidas todas las riquezas de todas las naciones.
O sea, que vendrá ser la bolsa de valores del mundo entero, también dice que el que no le sirva a Israel, la nación que no le sirva será destruida, son profecías que van a ser cumplidas. Ese Reino es el que traerá la paz para Jerusalén, para todo Israel, para el Medio Oriente y para todas las naciones, por el Mesías Príncipe es el deseado de todas las naciones, porque todos quieren la paz, quieren la prosperidad para ser felices, y eso es lo que tendrá el Reino del Mesías: la felicidad para la familia humana.
Y ahora, el Reino de Dios en la Tierra es el Reino de David, y el Trono de Dios en la Tierra es el Trono de David, por eso cuando David fue a colocar a su hijo Salomón como su sucesor, colocarlo en el Trono, dijo que el Trono de Jehová sobre Israel y el Reino de Jehová sobre Israel, es ese Reino sobre el cual David estaba como rey sentado en el Trono al cual le llamamos el Trono de David, y a Su Reino le llamamos el Reino de David, y por eso el Hijo de David, el Mesías, es el heredero a ese Reino.
Y ahora, la restauración del Reino de David a Israel, es la venida del Reino de Dios a la Tierra; bajo la predicación del Evangelio de la Gracia se habla de un Reino espiritual y se entra en una esfera espiritual a un Reino espiritual al cual entran los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, nacen del Reino de Dios, del Reino de Cristo.
Pero habrá un Reino físico que será establecido en la Tierra del cual Daniel en el capítulo 2 dice, versos 40 al 45, que en los días de estos reyes el Dios del Cielo levantará un Reino que no será dejado para otro, un Reino que permanecerá para siempre, y la piedra no cortada de manos que es el Mesías y que es el Rey de ese Reino, dice que herirá a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido, y la imagen que vio el rey Nabucodonosor es el reino de los gentiles que comenzó con el rey Nabucodonosor, continuó con el reino medo-persa y continuó con el reino de Grecia y luego pasó al imperio romano de los césares, y luego pasa esa etapa de los pies o piernas de hierro, y luego pasa a los pies de hierro y de barro cocido en donde hay diez dedos que representa diez reinos que estarán ahí unidos a ese reino, le darán su poder y autoridad a la bestia, al anticristo.
Y ahí lo vamos a dejar quietecito eso, en otra ocasión hablaremos sobre eso, y es en este tiempo final en donde se está viviendo en la etapa del reino de los gentiles, en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, que la piedra no cortada de manos que es la Venida del Señor, la segunda Venida de Cristo, está prometida.
Para establecer el Reino de Dios en la Tierra, y dos reinos no pueden estar aquí vigentes en la Tierra, por lo tanto uno tiene que ser quitado: el reino de los gentiles que lleva desde el tiempo de Nabucodonosor y lo que han tenido es guerras y más guerras y poca paz.
Pero en el Reino del Mesías estando en la esfera espiritual, ya tenemos la paz de Él aquí, de ese Reino y de Su Rey, el Mesías, Cristo, y luego habrá paz en la Tierra sobre todas las naciones.
Así que, falta la esfera física, y para eso es la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Señor tiene diferentes etapas; la primera parte se cumplió dos mil años atrás en la persona de Jesús, luego para este tiempo final está la promesa de la segunda Venida de Cristo con sus Ángeles, son ese ejército, para establecer el Reino en la Tierra, eso es después de la gran tribulación.
Pero antes de la gran tribulación Él viene por Su Iglesia, esa Venida de Cristo en Su Iglesia será en secreto, es el misterio por el cual hubo silencio en el Cielo cuando fue abierto el séptimo Sello en el capítulo 8 de Apocalipsis.
La Iglesia del Señor Jesucristo, la Iglesia Novia, los que van a ser transformados, verán Su Venida, creerán, recibirán la fe para ser transformados, y luego nos iremos de aquí de la Tierra a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, donde no habrá problemas, y estaremos allí por tres años y medio con Cristo, una fiesta grande en donde estarán los Ángeles. Estarán Abraham Isaac, Jacob, todos esos grandes hombres de Dios, los profetas también, los jueces que estuvieron desde Josué hasta Samuel, todas esas personas estarán allí también, Moisés estará allí también, Adán también estará allí y Eva también… y quizás algunas de las mujeres tienen muchas preguntas para Eva.
Pero recuerden, cuando tengamos el nuevo cuerpo, todo lo entenderemos, aun aunque no nos expliquen, todo lo vamos a entender, porque en el nuevo cuerpo no habrá limitaciones. Hemos de comprender que un plan divino ha estado llevándose a cabo en este planeta Tierra con la familia humana, y por consiguiente un programa de redención ha estado siendo manifestado, y en ese programa de redención cada persona representada en la buena tierra, representado en el trigo, echa mano de la Vida eterna al recibir a Cristo como único y suficiente Salvador.
Esa es la forma de echar mano de la Vida eterna, recuerden que Cristo dijo: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí,” Cristo es la vida, la Vida eterna, eso lo dijo Él en el capítulo 14, verso 6 de San Juan; y en el capítulo 1 de San Juan nos habla que “en el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios, y todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”
O sea, que Dios por medio de Cristo, el Ángel del Pacto en Su cuerpo angelical, creó todas las cosas hablando por medio de Él, de ese cuerpo angelical llamado el Ángel del Pacto, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical, por lo cual Él podía decir: “Antes que Abraham fuese, yo soy,” (San Juan, capítulo 8, versos 56 al 58).
Ese Ángel del Pacto que le apareció a Moisés y le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,” ese es el Cristo en Su cuerpo angelical en el cual estaba Dios hablándole a Moisés, porque el cuerpo angelical llamado el Ángel del Pacto, es la imagen del Dios viviente, la imagen de cada persona es el espíritu de la persona, y la semejanza física de la persona es el cuerpo de carne que tiene la persona, y la semejanza física de Dios es el cuerpo que nació a través de la virgen María en el cual estaba toda la plenitud de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Por eso Jesús decía: “El Padre que mora en mi, Él hace las obras,” y también decía: “El Espíritu del Señor está sobre mí por cuanto me ha ungido,” y comienza a enumerar las cosas para las cuales había sido ungido, San Lucas, capítulo 4, ahí Él nos habla acerca de eso.
Así que, podemos ver que Cristo no es cualquier persona, es nada menos que el Ángel del Pacto que le apareció a Moisés, y que por medio de Moisés libertó al pueblo hebreo, o sea, Cristo en Su cuerpo angelical es el Ángel del Pacto, y en Él estaba, está y estará eternamente Dios, porque ese es el cuerpo angelical de Dios, es un cuerpo teofánico, es un cuerpo inter dimensional, es el cuerpo angelical más importante de todos los cuerpos angelicales, es la imagen del Dios viviente, porque es el cuerpo angelical de Dios; y el cuerpo físico más importante de todos en el Cielo y en la Tierra es el cuerpo glorificado de Jesucristo, porque es el cuerpo de Dios, es la semejanza física de Dios. Tan sencillo como eso.
Y ahora podemos ver lo grande que es nuestro amado Salvador, por eso es que a través de Cristo en Su cuerpo angelical y en Su cuerpo físico glorificado gobierna el Universo, por eso Cristo dijo: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra.”
Entonces, ¿se quedaría Dios sin poder? No, es que Dios está dentro del cuerpo angelical y cuerpo físico de Jesucristo, el cual está glorificado y está sentado en el Trono celestial. El mismo Cristo dijo: “Y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra, a la majestad de Dios.” Eso está en San Mateo, capítulo 26, verso 64 al 65, y también en San Marcos nos habla de lo mismo.
Así que estamos conociendo a Dios y conociendo quién es Jesucristo, y ese es el misterio del cual San Pablo habló aquí en Colosenses, capítulo 2, donde nos dice del verso 2 en adelante, 2 al 3 dice:
“Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,
en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.”
Todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento están escondidos ¿en quién? En Dios el Padre y Cristo, y conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo la persona se llena del conocimiento de todos los misterios y se llena de la sabiduría celestial.
Y ahora, en nuestro tiempo encontramos que la Tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor en el Día Postrero que es el séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá.
Para mí es un privilegio grande y bendición grande vivir en este tiempo, no importa los problemas que hay en el planeta Tierra o en otros planetas, o los problemas que pueda tener la Iglesia o pueda tener yo o pueda tener cada hermano. Estamos viviendo el tiempo más glorioso de todos los tiempos en el cual los muertos en Cristo van a resucitar en cuerpos eternos y nosotros vamos a ser transformados.
Conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo es importante para poder conocer, saber quién es Jesucristo nuestro Salvador; y todos los misterios de Dios, Cristo dice que son para los creyentes en Él: “A vosotros es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos.” Y para las otras personas que estaban allá a los cuales les hablaba por parábolas, Cristo dijo: “Mas para ellos no es concedido,” para unos es concedido y para otros no es concedido.
Los misterios de Dios son conocidos por el Espíritu de Dios que es el Ángel del Pacto, el cual escudriña lo más profundo de Dios, así como nadie conoció las cosas del hombre, o sea, nadie conoce las cosas suyas o mías, sino el espíritu que está en usted y el espíritu que está en mí, o sea, las cosas del alma solamente son conocidas por el espíritu de la persona, y también Dios conoce también todas las cosas suyas y las mías. Vamos a ver lo que nos dice aquí San Pablo, dice capítulo 2, verso 6 en adelante de Primera de Corintios:
“Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.
Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó (o sea, que es una sabiduría ya predestinada para algunas personas) antes de los siglos para nuestra gloria,
la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu (o sea, por el Espíritu Santo); porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.”
Nadie conoció las cosas de Dios sino ¿quién? El Espíritu de Dios que es el Ángel del Pacto, que es Cristo en Su cuerpo angelical, que es el Verbo que era con Dios y era Dios y sigue siendo Dios. Cristo, el Ángel del Pacto, es en Su cuerpo angelical el Espíritu Santo. Tan sencillo como eso, porque un espíritu es un cuerpo de otra dimensión.
Por eso encontramos que Dios a través del Génesis al Apocalipsis ha estado hablando por medio de Su Espíritu que es el Ángel del Pacto, Cristo hablando por medio de los diferentes profetas, diferentes cuerpos de carne humana a través de los cuales estuvo hablando, y sigue hablando.
O sea, que ha usado siempre velos de carne para manifestarse a Su pueblo. Donde quiera que esté el Verbo, la Palabra, el Ángel del Pacto, para manifestarse, para hablarle al pueblo, estará velado en un cuerpo de carne humana, o sea, un profeta mensajero para ese tiempo. Tan sencillo como eso.
Eso lo encontramos aquí en Zacarías, por eso se necesita saber cómo es que Dios habla a Su pueblo para no perder de vista que hay un Programa Divino establecido para Dios revelarse a Su pueblo, capítulo 7, versos 11 en adelante de Zacarías, dice:
“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”
Ahí podemos ver cómo es que Dios habla, Dios por medio de Su Espíritu, o sea, Dios por medio de Su cuerpo angelical, Dios por medio del Ángel del Pacto, a través de los profetas, o sea, Dios por medio del cuerpo angelical a través del cuerpo físico de los profetas, tan sencillo como eso.
También encontramos las palabras de San Pablo en Hebreos, capítulo 1, verso 1 en adelante dice San Pablo:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas…”
¿Cómo hablaba? Por medio de los profetas, por eso cuando dice Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 al 19, Moisés dice: “Profeta como yo os levantará el Señor vuestro Dios, a él oiréis,” y luego más adelante Dios hablando: “Profeta de en medio de tus hermanos les levantaré,” vamos a leerlo para que lo tengan claro este pasaje que es muy importante para todos los creyentes en el Dios de Abraham de Isaac y de Jacob. Capítulo 18 de Deuteronomio dice, verso 17 en adelante dice:
“Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.
Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.
Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”
¿Dónde dice Dios que va a poner Su Palabra? Pues en la boca del profeta que Él va a levantar. Cuando alguien quiere oír la Palabra de Dios para el tiempo en que le ha tocado vivir, tiene que escuchar la Palabra que Dios ha hablado o esté hablando por medio del profeta mensajero para ese tiempo, y eso es la Palabra de Dios para ese tiempo.
Y ahora, dice capítulo 1, verso 2 de Hebreos:
“En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo (o sea, por Jesucristo), a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”
Ahora, dice que es el heredero ¿de qué? De todo, y nosotros pues coherederos con Él, porque dice que “somos herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús Señor nuestro,” (Romanos, capítulo 8, verso 14 en adelante). Y también dice: “Y por quien asimismo hizo el universo.” ¿por medio de quién hizo el universo? Por medio de Jesucristo en Su cuerpo angelical:
“El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia (¿quién es la imagen de la sustancia divina? ¿Quién es la imagen de Dios? Jesucristo en Su cuerpo angelical, en Su cuerpo teofánico), y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.”
Se ha sentado en el Trono de Dios, Cristo con Su cuerpo físico glorificado está sentado en el Trono de Dios:
“Hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.”
El Nombre de Jesucristo es el Nombre más importante, cuando Él ascendió al Cielo, cuando subió al Cielo recibió un Nombre que es sobre todo Nombre, Él recibió un Nombre nuevo, del cual habla en Apocalipsis, capítulo 3, y esto es muy importante saberlo y esto es para ser conocido por la buena tierra, por el trigo, por los hijos del Reino, porque a vosotros es concedido conocer los misterios del Reino de Dios, capítulo 3, verso 20 al 21 dice:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”
Por lo tanto, esto es para el tiempo de la tarde, para el tiempo en que se llega a la atardecer, al final de la Dispensación de la Gracia, si fuera para el tiempo de los apóstoles allá, entonces sería: “Desayunaré con él,” si era para ser cumplido en aquel tiempo, pero es para ser cumplido en este tiempo final:
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”
Así como Cristo se ha sentado en el Trono celestial, dice que sentará con Él al vencedor, lo sentará ¿en qué Trono? En Su Trono, el Trono terrenal, porque en el Trono celestial que es el Trono del Padre, se ha sentado Jesucristo. Y ahora Cristo dice: “Así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en Su Trono, le daré que se siente conmigo y en mi Trono.” el Trono de Cristo es el Trono de David, del cual el Ángel Gabriel dice a la virgen María que va a concebir y va a tener un niño, un hijo y será puesto por nombre o le pondrán por nombre (o le pongan por nombre), Jesús, y Dios le dará el Trono de David su Padre, y se sentará sobre él y reinará sobre todo Israel. El heredero al Trono de David ¿quién es? Jesucristo, ese es el Trono del cual Él habla.
Ahora, estamos hablando del Trono, Él va hacer en la misma forma que el Padre hizo con Él, Él va hacer en la Tierra en Su Reino terrenal con el vencedor. Les dije del Nombre nuevo, el Nombre nuevo está en el capítulo 3, vamos a ver el verso en que se encuentra este… verso 12 del capítulo 3, dice:
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios (o sea, lo hará una persona muy importante en ese Templo, y Su Templo espiritual es Su Iglesia, y el Templo celestial está en el Cielo)…
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”
Si Cristo dice que tiene un Nombre nuevo, pues Él lo tiene, Él no está mintiendo, y si Él dice que va a escribir sobre el vencedor el Nombre de Dios el cual le fue revelado a Moisés, y no le había sido revelado ni a Abraham ni a Isaac ni a Jacob (dice Dios a Moisés en el capítulo 6 del Éxodo, versos 1 a 3), pues si Cristo dice que va a escribir sobre él el Nombre de Dios sobre el vencedor, pues lo va hacer, y el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios.
Es que no hay otro Nombre para ponerle a la Ciudad de Dios, la Jerusalén celestial, sino el Nombre de Dios, y no hay otro Nombre más grande que Jesucristo pueda colocarle al vencedor, no hay otro Nombre más grande que el Nombre de Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre nuevo del Señor, no hay otro Nombre más grande.
Y sentarlo en el Trono, Su Trono con Él, pues no hay otra posición más grande; Jacobo y Juan en el capítulo 20 de San Mateo, la estaban buscando esa posición porque habían en el capítulo 17 que Jesucristo se transfiguró delante de Sus discípulos y aparecieron a cada lado de Jesús dos personajes: a un lado Moisés y al otro lado Elías, a la derecha y a la izquierda, por eso querían Jacobo y Juan y su madre (la madre de ellos) que en el Reino, le dice la madre de Jacobo y Juan a Jesús: “Que en Tu Reino Tú ordenes (o sea, ‘decreto tuyo’), Tú ordenes, que estos mis dos hijos se sienten uno ala derecha y el otro a la izquierda,” o sea, las posiciones más importantes.
Pero no le fue concedido, le fue dicho: “Ustedes no saben lo que están pidiendo,” o sea, no se conformaron con un trono cada uno; de los doce tronos le corresponde uno a Juan y otro a Jacobo, pero ya querían más, querían estar ya en el Trono del Mesías, pero dice: “No es mío darlo, sino a aquellos para los cuales está preparado, ya destinado,” y eso es para los dos Olivos, eso es para los ministerios de Moisés y Elías.
Recuerden que ellos siempre querían los ministerios de Moisés y Elías, recuerdan en Samaria cuando fueron y no recibieron a Jesús y Sus discípulos, le dicen Jacobo y Juan: “Señor, ¿tu quieres que mandemos a descender fuego del Cielo sobre Samaria?” Jesús les dice: “Ustedes no saben de qué espíritu son,” ¿ven? Querían ser como Moisés y Elías.
Ese es el ministerio correspondiente al tiempo final para el llamado de los judíos, pero estará primero en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, porque el Espíritu es el que tiene ministerios y el que opera ministerios, el Espíritu, ha estado en medio de la Iglesia desde el Día de Pentecostés, y todavía está en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, el Espíritu Santo es nuestro Josué. Pero siempre ha estado usando hombres, mensajeros de edad en edad.
En el Día Postrero usará el último mensajero que será un mensajero dispensacional, será el mensajero de la Dispensación del Reino para la introducción de la Dispensación del Reino y para la introducción del Reino del Mesías, y todo lo que tenga que ver con la Dispensación del Reino en donde está incluido también, está incluida la fe para ser transformados y raptados; porque la fe para transformación espiritual gira alrededor de la primera Venida de Cristo, y se obtiene esa revelación en el Evangelio de la Gracia. Pero la fe de transformación y rapto, para una transformación física y obtener el cuerpo eterno y glorificado, gira alrededor de la segunda Venida de Cristo, y eso estará revelado en el mensaje del Evangelio del Reino.
El Evangelio del Reino gira alrededor de la segunda Venida de Cristo como León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, para reclamar todo lo que Él ha redimido con Su Sangre preciosa, para reclamarme a mí, ¿y a cada uno de quién? De ustedes también.
Todavía faltan algunas personas de entrar al Reino del Señor en la esfera espiritual, por eso se predica el Evangelio de la Gracia todavía, porque todavía Cristo está como intercesor, Sumo Sacerdote en el Cielo haciendo intercesión con Su propia Sangre por todos aquellos que lo reciben como único y suficiente Salvador, y también por cada uno de los que ya han entrado cuando cometen algún error, falta o pecado, y lo confiesan a Cristo, Cristo con Su Sangre los limpia de todo pecado. La Escritura dice: “Si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo Su Hijo, el Hijo de Dios.”
Y ahora, si entre los presentes hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo, está de visita, puede recibirlo en estos momentos y en las demás naciones si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo, lo puede hacer en estos momentos y estaremos orando por usted; en las demás naciones pueden pasar al frente en el lugar donde ustedes se encuentran, para orar por usted desde acá para que Cristo le reciba en Su Reino.
Vamos a dar uno minutos para que los que están en diferentes naciones: Puerto Rico, Perú, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Colombia, México (todo México), Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica, Panamá, Norteamérica, Venezuela y demás naciones, pueden venir a los Pies de Cristo para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo en estos momentos para los que todavía no habían recibido a Cristo y la Voz de Cristo llegó a vuestra alma, a vuestro corazón, y como Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen,” usted ha escuchado la Voz de Cristo para seguir a Cristo por toda la eternidad.
También Cristo dice: “También tengo otras ovejas que no son de este redil (o sea, que no están allá en medio del pueblo hebreo), aquellas también debo traer, y oirán mi Voz, y habrá un rebaño y un pastor.”
Esas son las personas que escucharían la Voz de Cristo, el Evangelio de Cristo, el Evangelio de la Gracia, el Evangelio de nuestra salvación, nacería la fe de Cristo en sus almas y lo recibirían como Salvador. Dice: “Y habrá un rebaño y un pastor.”
El rebaño es la Iglesia del Señor Jesucristo, el buen Pastor es Jesucristo, y las ovejas ¿quiénes son? Pues todos nosotros, como ovejas en el Reino del Señor, en la Iglesia del Señor Jesucristo con Jesucristo como el buen Pastor, estamos agradecidos a Dios por tan grande privilegio y bendición.
Y ahora, todavía faltan algunas ovejas de venir al Redil del Señor las cuales todavía están siendo llamadas y están viniendo cada día a los Pies de Cristo para entrar al Reino de Cristo nuestro Salvador.
Vamos a pedirle a los que están en las cámaras, que nos avisen cuando en Chile, Perú, Argentina, Venezuela y demás naciones estén listos para la oración por los que están viniendo a los Pies de Cristo en estos momentos.
Todavía están pasando, ¿no se puede pasar la imagen? Por aquí tenemos la imagen, ¿de qué país? De Venezuela, la vamos a tener aquí. Dios tiene muchos hijos, muchas ovejas en Venezuela, y los está llamando, y van a venir todos al redil del Señor, van a venir todos a los Pies de Cristo y se va a completar el número de Venezuela, y el número de cada país de ovejas del Señor, se va a completar también.
Por aquí vamos a tener dentro de unos minutos, dentro de unos segundos la imagen de algunos lugares de Venezuela, Dios tiene muchos hijos allá en Venezuela, los amamos y queremos que todos entren al redil del Señor para que aseguren así su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno. Cuando estén ya listos en Venezuela nos avisan para la oración por todos los que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador.
Lo más importante para el ser humano es la vida, y si nuestra vida terrenal es tan importante, a tal grado que si una persona es multimillonaria o una persona estudió mucho y tiene sus doctorados, si muere, pues se acabó todo, no puede ir al Cielo y decir: “Yo soy multimillonario, vengo con todas mis riquezas,” no se la puede llevar, se quedó para sus familiares o para el gobierno, o para sus familiares y el gobierno, porque una parte le toca al gobierno.
Y si era un profesional, un doctor o un abogado o lo que fuera, y toca allá la puerta: “Yo soy el abogado, el doctor o el arquitecto o el ingeniero fulano de tal, abran la puerta,” allí no hay esos títulos, esos son títulos acá que son muy buenos, por lo tanto, los jóvenes estudien y adquieran algunos de esos títulos para que ganen mucho dinero y vivan lo mejor posible y tengan su familia lo mejor posible, y también trabajen en la Obra del Señor, siempre con la mira en la Obra del Señor.
Ahora lo más importante por consiguiente es la vida, y por eso tenemos que cuidarla, no podemos usar cosas que dañen nuestro cuerpo, somos responsables de nuestro cuerpo, por eso no debe el ser humano usar drogas, no debe usar licor ni fumar tampoco, porque todo eso produce enfermedades, produce problemas en el cuerpo humano, tiene que cuidarse y alimentar bien su cuerpo, lo que va a gastar en vicios, usarlo en su familia, para él y su familia para comida y ropa y también para trabajar en la Obra del señor.
Tenemos que saber usar las cosas que Dios nos da por bendición. Ahora, si la vida terrenal es tan importante, cuánto más la Vida eterna, estamos en esta vida terrenal temporera para hacer contacto con la Vida eterna y confirmar nuestro nombre en la Vida eterna en el Reino de Jesucristo, para que cuando se nos acabe esta vida terrenal ya estemos confirmados para vivir eternamente con Cristo en Su Reino eterno con un cuerpo nuevo, eterno, inmortal, joven y glorificado como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.
Ya están listos en Venezuela y en los demás países, vamos a orar, vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo nuestro Salvador. Con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, nuestros ojos cerrados, los que han venido a los Pies de Cristo y están presentes o en otras naciones, repitan conmigo esta oración:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con toda mi alma, creo en Tu primera Venida y creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo, dado a los hombres en que podemos ser salvos.
Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, doy testimonio público de mi fe en Ti y de Tu fe en mi, y te recibo como único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre.
Señor, creo en Ti con toda mi alma, creo en Tu Sacrificio, creo en Tu salvación efectuada para todo ser humano en la Cruz del Calvario. Señor, que se haga realidad en mi, sálvame Señor, te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Con nuestras manos levantadas al Cielo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes le han recibido como vuestro único y suficiente Salvador.
Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible en el Nombre del Señor Jesucristo.” pues el mismo Cristo dijo:
“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
Es un mandamiento de Cristo el bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, eso está en San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16; y en el libro de los Hechos, capítulo 2, versos 31 al 47, dice que Pedro predicando dijo que:
“A este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”
Y al oír esto las personas que estaban allí escuchando, que eran hebreos que habían nacido en diferentes naciones y estaban en Jerusalén en la fiesta allí que habían pasado esa temporadas de las fiestas que allí se llevaban a cabo, y estaban en la fiesta de pentecostés, cuando escucharon a Pedro decir estas cosas, predicar el Evangelio de Cristo, dijeron a Pedro y a los apóstoles:
“Varones hermanos, ¿qué haremos?
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”
Como tres mil personas creyeron, fueron bautizadas y fueron añadidas a la Iglesia del Señor Jesucristo, y así ha continuado siendo desde aquel tiempo hasta nuestro tiempo, se predica el Evangelio, se le da la oportunidad a las personas que reciban a Cristo, son bautizadas en agua en el Nombre de Cristo y Cristo los bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en ellos el nuevo nacimiento, y son añadidos a la Iglesia del Señor Jesucristo, que es Su Cuerpo Místico de creyentes, que es el redil de las ovejas del Señor Jesucristo el buen Pastor.
Por lo tanto, bien pueden ser bautizados los que están presentes y los que están en otras naciones. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.
El bautismo en agua no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo, es tipológico, es a la semejanza de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo.
Por eso en el bautismo en agua la persona se está identificando con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo. Cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado. Y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Tan sencillo como eso es el simbolismo del bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en el cual nos identificamos con Él en Su muerte, sepultura y resurrección.
Por lo tanto, pueden identificarse con Cristo siendo bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y que Cristo les Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.
Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean con todos ustedes, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso de Jesucristo nuestro Salvador.
Continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador. Dejo con ustedes nuevamente al doctor Miguel Bermúdez Marín para que él finalice nuestra parte y en cada país dejo al ministro correspondiente para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
Que Dios les bendiga y les guarde, y dejo por aquí al misionero, doctor Miguel Bermúdez Marín con ustedes.
“EL MISTERIO DE ENTENDER LA PALABRA PARA LLEVAR EL FRUTO.”